enero-marzo 2013
adores Comunic
sociales
r i c e d e u q Algo
Tal vez, como ese cuadro, en nuestra vida hay muchas cosas que restaurar. Comprendiendo esto, solemos iniciar por nosotros mismos esos arreglos, con consecuencias poco alentadoras. Solemos tener esa rara capacidad para convertir una obra de arte en un mamarracho. Cuando el desastre golpea nuestra puerta y cuando nuestros esfuerzos no dan los resultados esperados, nos desanimamos y pensamos que las nobles aspiraciones ya no tienen sentido. Tal vez, nos sentimos como un cuadro tirado a la basura. Así le sucedió al óleo “Tres personajes” del artista mexicano Rufino Tamayo, que fue rescatado en una calle de Manhattan en noviembre de 2003 y vendido por más de un millón de dólares en una subasta de arte latinoamericano de la casa Sotheby’s. Tal vez, alguien tuvo en su poder un cuadro millonario y no supo valorarlo. ¿Cómo es posible que algo así haya ido a parar a la basura? Tal vez, eso sucedió siempre con los fieles de Dios. Los malvados hermanos de José lo colocaron en el profundo pozo; pero Dios lo ascendió hasta ser el segundo hombre más poderoso de la tierra. Los corruptos sátrapas persas usaron artilugios legales para enviar a Daniel a una fosa mortal; pero Jehová lo rescató y lo devolvió a su lugar de privilegio. Satanás envió a Jesús a las profundidades más oscuras de un sepulcro nuevo, cerrado, sellado y vigilado; pero Dios lo colocó nuevamente en el Trono del universo. El enemigo siempre quiere vernos en la basura. Quiere que estemos tirados y abandonados. Quiere que sintamos que somos nada y que no le importamos a nadie. Si en determinadas ocasiones nos discriminan, nos critican, nos dejan de lado y no toman en cuenta nuestra opinión; si somos joyas preciosas no consideradas; si tristemente descansamos en la basura como el cuadro de Tamayo, es allí donde debemos recordar que no todo lo que sube vale: el corcho flota y la perla yace en el fondo del mar. Es allí donde debemos recordar que el mismo Jesús fue como esa piedra rechazada por los constructores del templo cuando, en realidad, era la cabeza del ángulo. “Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?” (Mat. 21:42). Tal vez, en 2012 fuiste un cuadro desechado. Un nuevo año es una inmejorable oportunidad para cambiar las cosas y permitir que Dios te restaure. Hay cosas que antes valían mucho y ahora no. Y hay cosas que en tiempos pretéritos parecían insignificantes y en el presente cobran valor. Tal vez, en 2013 todo es distinto. Incluso, tenemos una revista diferente desde el diseño, los columnistas y hasta el nombre. Para estar acorde con los tiempos multimedia, queremos que nuestra conexión sea de más calidad. Y quienes hacemos esta revista queremos que tu vida sea de más calidad, porque tú vales mucho. Nunca lo olvides.
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