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Ing. Agr. Mirta Toribio. Coordinadora de Investigación y Desarrollo - Profertil S.A.

MPM en Recursos Forrajeros

INTRODUCCIÓN

En los sistemas ganaderos pastoriles de la Argentina la base forrajera está constituida por los pastizales naturales, las pasturas cultivadas y los verdeos anuales. En todos ellos, las deficiencias nutricionales limitan el crecimiento de las pasturas, reduciendo la productividad animal y generando procesos de degradación del suelo. Un manejo adecuado de la nutrición permite no solo optimizar la producción de forraje sino también mejorar la calidad del mismo, lo cual afecta la producción de carne, de leche y de lana.

Los nutrientes que con mayor frecuencia limitan la producción de las pasturas son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P), y en algunos casos el Azufre (S). Para producir una producción de forraje de 1000 kg/ha las plantas requieren aproximadamente 25-30 kg N/ ha; 2-3 kg P/ha y 3-4 kg S/ha. Frecuentemente estas cantidades no son suministradas por el suelo en el momento en que las plantas lo necesitan. Entonces estas deficiencias pueden ser atenuadas por la aplicación de fertilizantes (Fuente: Ing. A. Berardo y colaboradores. AAPRESID - Revista Planteos Ganaderos 2012). En la actualidad, la tecnología de uso de fertilizantes avanza hacia su uso racional tratando de lograr los mayores beneficios productivos minimizando el impacto ambiental.

En este sentido, en el mercado local existen fertilizantes nitrogenados (como eNeTOTAL) que se ofrecen como alternativas a la fuente tradicionalmente utilizada de N (Urea). El eNeTOTAL incluye inhibidor de la ureasa que disminuye las pérdidas de N por volatilización, en aquellos momentos en los que las condiciones ambientales resulten predisponentes. De esta manera se lograría un uso más eficiente del N aplicado.

Hablar de las mejores prácticas de manejo (MPM) para la fertilización de los recursos forrajeros implica:

• Aplicar los nutrientes en dosis adecuadas (según demandas del cultivo y disponibilidad en el suelo (análisis de suelo).

• Tener en cuenta el nutriente para aplicar en los momentos adecuados. Considerar el fraccionamiento de dosis de las fuentes nitrogenadas para una mejor eficiencia de uso del N;

• Utilizar las fuentes adecuadas teniendo en cuenta la forma de aplicación de las mismas (superficial o incorporada) y la época del año (condiciones climáticas: temperatura y humedad).

MEJORES PRACTICAS DE MANEJO DEL N

El manejo del Nitrógeno (N) en agro-ecosistemas es un aspecto central para asegurar la sustentabilidad productiva y ambiental. Las formas de N inorgánicas (NH4 + y NO3 -) disminuyen su disponibilidad durante la época fría del año (Echeverría y Bergonzi, 1995), cuando las temperaturas disminuyen por debajo de los 12°C. Dado que las plantas aumentan sus requerimientos de N con temperaturas cercanas los 10°C a la salida del invierno se generan desbalances entre la oferta y la demanda de N, y su deficiencia restringe la producción de los recursos forrajeros. Asimismo, desbalances entre la oferta y demanda del N para las plantas forrajeras pueden ocurrir en otoño, cuando las especies forrajeras tienen altas demandas nutricionales y ciertos ambientes no están en condiciones de aportar suficiente N. Para lograr los techos productivos en esas situaciones es necesario recurrir a la aplicación de N. Ha sido demostrado que la fertilización nitrogenada tanto a la salida del invierno como a fin del verano permitiría atenuar estas deficiencias (Mazzanti et al., 1997; Marino et al., 2004; Barbieri et al., 2006; Agnusdei et al., 2010).

Por tratarse de un nutriente móvil, el N aplicado como fertilizante es altamente susceptible a pérdidas (como volatilización, desnitrificación o lixiviación). En el caso de las pérdidas por volatilización del N aplicado, su magnitud estará relacionada principalmente con las condiciones climáticas, las características del suelo y la formulación del fertilizante aplicado. A modo de ejemplo, en pasturas implantadas en suelos bajos ganaderos del sudeste bonaerense cuando las condiciones climáticas fueron predisponentes se registraron pérdidas de hasta más del 30 % del N aplicado a inicio del otoño bajo la forma de Urea (Barbieri et al., 2006).

Para evaluar el impacto de la aplicación a fin del verano de dos fuentes de Nitrógeno sobre la acumulación otoño-invernoprimaveral de forraje durante la Campaña 2011/12 se llevaron a cabo ensayos de fertilización nitrogenada en dos ambientes contrastantes: un verdeo invernal (avena) implantado en un suelo agrícola y una pastura de agropiro implantada en suelos de aptitud ganadera del sudeste bonaerense.

MATERIALES Y METODOS

Los ensayos se establecieron en marzo de 2011 en la EEA INTA Balcarce en dos ambientes contrastantes, uno en un cultivo de avena implantado en suelo de aptitud agrícola y el otro en una pastura de agropiro establecida en un suelo de aptitud ganadera con severas restricciones para el crecimiento de las plantas.

La fertilización nitrogenada se realizó el 28/02 y 30/03 para los experimentos de agropiro y de avena, respectivamente, las condiciones climáticas fueron predisponentes para el proceso de volatilización N-NH3. En ninguno de los dos experimentos se registraron precipitaciones significativas en los cinco días posteriores a la fertilización nitrogenada.

En ambos experimentos se utilizó un diseño experimental en bloques con parcelas aleatorizadas, donde cada unidad experimental midió 1,5 metros de ancho por 5 metros de largo.

Al inicio de cada período de evaluación (28 de febrero para agropiro y 30 de marzo para avena) se aplicaron 20 kg/ha de P (para evitar su deficiencia). Inmediatamente después se aplicaron los tratamientos de N que fueron: 0 (0N), 75 y 150 kg/ha de N bajo la forma de Urea (46-0-0) y eNeTOTAL (46-0-0 con inhibidor de ureasa).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En ambos experimentos la acumulación de forraje cuantificada para los tratamientos con P y 0N fue significativamente inferior a las establecidas para los tratamientos con fertilización P+N.

Los tratamientos con agregado de N acumularon entre un 24 y 60 % más forraje en comparación con el tratamiento sin N. Diferencias

entre las dosis de 75 y 150 kg N/ha fueron significativas para el crecimiento invernal e inverno-primaveral tanto en avena como en agropiro (Tabla 1, Foto 2 a y b).

El efecto de la fuente de N aplicada sobre la acumulación de forraje fue significativo sólo para el crecimiento primaveral del cultivo de avena, donde el promedio de los tratamientos de eNeTOTAL manifestó una acumulación de forraje superior a los tratamientos con Urea (entre 150 y 400 kg MS/ha superior). Tabla 1.

Tabla 01

Acumulación estacional de forraje (kg MS/ha) en los experimentos de avena y de agropiro para las fuentes nitrogenadas y las dosis de N evaluadas.

Fuente

eNeTOTAL Urea

Dosis N

0N 75N 150N

Avena (ks MS/ha) Agropiro (kg MS/ha) 30/03 al 28/06 29/06 al 22/09 23/09 al 03/11 28/02 al 04/05 05/05 al 03/11 04/11 al 27/12 1843,6 1779,3 1346,8a 1405,5 1884,1 2459,8

1709,2 1342,3 973,6 b 1372,2 1716,3 2332,8

992,2a

2080,6 b 2256,5 b 597,0a 1602,5 b

2482,8 c

910,7a 1379,8 b 1190,1ab 1250,0 1333,3 1583,3 1192,0a 1702,5 b

2507,2 c

1803,2aa 2521,0 b 2864,8 b

Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (M.S.D. P>0,05).

Foto 02

Estado de las parcelas al momento de realizar las cosechas de forraje en los experimentos de Agropiro (a) y de Avena (b).

Tabla 02

Dosis

0N

75N

150N

Acumulación total de forraje (kg MS/ha.) en los experimentos de avena y de agropiro y respuesta aparente (kg MS/kg N aplicado) para las dosis de N evaluadas.

Avena

Acumulación total de forraje (kg MS/ha)

2500

5063

5929

Respuesta aparente (kg MS/kg N aplicado)

34

23

Agropiro Acumulación total de forraje (kg MS/ha) Respuesta aparente (kg MS/kg N aplicado)

4244 --

5557

6955 17

18

A pesar que en los experimentos evaluados se registraron restricciones hídricas para el crecimiento de las pasturas (principalmente en el ensayo de agropiro), cuando se considera la acumulación de forraje total (período otoño-inverno-primaveral) pudieron establecerse respuestas a la aplicación de 75 y 150 kg

N/ha del orden de 34 y 23 kg MS/kg N en avena y de 17 y 18 kg

MS/kg N en agropiro (Tabla 2). Estas respuestas son coincidentes a las cuantificadas en trabajos locales para fertilizaciones invernales en verdeos invernales (Mazzanti et al., 1997; Marino et al., 2004) y otoñales en agropiro por Barbieri et al (2006) y Alonso et al. (2000). - En ambientes (suelo y clima) que favorecerían las pérdidas por volatilización de N es necesario elaborar estrategias de fertilización que permitan lograr mayor impacto productivo minimizando el impacto ambiental. Esto implica que es necesario considerar las condiciones edafo-climáticas en el momento de la aplicación así como también la fuente de N aplicada.

- La producción de forraje de avena y agropiro correspondiente a tratamientos que crecieron en condiciones de P y N no limitante representaron un 42 % (avena) y un 61 % (agropiro) superior a la acumulación obtenida para los tratamientos sin N, independientemente de la fuente nitrogenada utilizada.

Consideraciones finales

• La fertilización junto con un manejo adecuado (selección de especies, labranzas, manejo de plagas y enfermedades, etc.), es una herramienta imprescindible para aprovechar el potencial productivo de los verdeos invernales. • La determinación o decisión de llevar adelante la fertilización, quedara sujeta principalmente a la relación que exista entre el insumo y el producto.

Profertil Recomienda:

• Consultar a su asesor de confianza; • Evaluar el uso de mezclas a medida que faciliten la incorporación del P y el S necesario para la implantación de pasturas puras o polifíticas o Verdeos (Proterra AR); • En macollaje, complementar con el N que el cultivo necesita para completar su desarrollo (Urea / eNeTOTAL); • Mayor información. www.profertilnutrientes.com.ar

Departamento Técnico Barenbrug Palaversich

Recomposición de la base forrajera

RECOMENDACIONES PRáCTICAS Y ALTERNATIVAS PASTORILES Claves:

• Clima como recurso y como riesgo. Sequía en otoño-invierno 2012, excesos de agua en primavera y nuevamente sequía a principios del verano 2013. • Momento crítico para la toma e implementación de decisiones de siembra y manejo de pasturas. • Menor potencial de producción de pasturas: reducción en el área por lotes que se perdieron o pasaron a agricultura y deterioro productivo de las pasturas remanentes por acumulación de factores de estrés. • Presupuestar capacidad operativa de siembra propia o con contratistas para aprovechar oportunidades de siembra en rango de fechas óptimas por región.

Objetivos

• Recuperar y balancear la base forrajera. • Implementar plan de siembras, renovación y manejo de pasturas y verdeos. • Potenciar producción y persistencia de las pasturas remanentes. • Rediseñar rotaciones forrajeras con menor riego climático y financiero.

DIAGNÓSTICO DE SITUACIÓN. Criterios de evaluación de cada lote con pasturas.

• Densidad y condición productiva de las especies sembradas • Potencial de recuperación: tamaño de las plantas, puntos de crecimiento (tallos, macollos, coronas), banco de semillas en el suelo. • Composición botánica y balance entre componentes sembrados • Grado de pisoteo y compactación según una matriz por lote y tipo de suelo que considere:  Proporción del área del lote afectada  Severidad del pisoteo.  Evaluar profundidad de pisoteo (clases por escala de 3.0 a >12.0 cm)  Área relativa de suelo desnudo y cobertura de especies sembradas • Enmalezamiento: especies, densidad, tamaño y estado fisiológico de las plantas

ALTERNATIVAS Y RECOMENDACIONES i) Recuperación de pasturas establecidas con buena condición productiva.

• Monitoreo frecuente de la situación de cada pastura. Implementar mediciones de forraje disponible para ajustar precisamente la asignación de forraje.

Situación del lote

- Pérdida de +80% poblaciones originales de especies sembradas - Alta presión de malezas emergiendo - Suelo desnudo (+30%) - Compactación / Amasado - Salinización Pastura perdida Protocolo de recuperación con siembra de pasturas.

- Baja densidad especies sembradas. - Bajas poblaciones de malezas - Cobertura de especies sembradas menor a 20%. Plantas - Encostramiento superficial. Alta prioridad para recuperación.

- Densidad de plantas sembradas adecuado. - Umbrales alfalfa: 50 plantas/m2 ; 400 tallos/m2 ; 70 % coronas sanas - Presión de malezas mediana (20-30%).

- Alta densidad de especies sembradas. - Buena capacidad de compensación

Diagnóstico

Recuperable por manejo.

Rápida recuperación.

Opciones

- Incorporar a rotación para recuperación de estructura del suelo y limpieza de lote. - Intersiembra verdeos de invierno. - Rotación con cultivos agrícolas. - Siembra de nuevas pasturas base alfalfa

- Control de malezas presentes - Según necesidades de sistema de producción: • Lote de sacrificio • Intersiembra verdeos de invierno • Pradera de rotación corta - Fertilización.

- Descanso para recuperación - Control de malezas; Refertilización - ¿Intersiembra?

- Descanso estratégico - Refertilización - Manejo de la resiembra

• Definir estrategia para control de malezas problemáticas como cardos y rama negra. Empezar con cortes de limpieza y definir tratamientos químicos tempranos para el próximo otoño. • Monitorear y controlar aparición de plagas. Consultar por umbrales críticos y alternativas de control. • Usar análisis de suelo. Permite ajustar las dosis, fuentes y momentos de aplicación de nutrientes y enmiendas de acuerdo a los requerimientos y expectativas de producción de cada pastura. • Combinar cortes y pastoreos intensos para remover cañas, restos secos y excedentes de producción estival. • Asegurar barbechos eficientes para acumular agua en lotes que van a siembras tempranas: controlar malezas y promover la infiltración de lluvias mediante manejo de la cobertura. • Preparar cama de siembra con laboreos en lotes desparejos por pisoteo o con excesiva compactación superficial. Prever la eficiente aplicación de glifosato en planteos de siembra directa. • Descanso otoñal de por lo menos 45 días. Para recomposición de reservas de la planta, resiembra de especies adaptadas, promover el macollaje en gramíneas; recuperar nodulación y reactivar la fijación simbiótica de nitrógeno en leguminosas.

ii) Siembra de nuevas pasturas y verdeos.

• La implantación de verdeos como triticale, cebada forrajera o raigrás anual incrementa rápidamente la oferta de pasturas de alta calidad y estabiliza la oferta de forraje durante el período otoño-invernal. Ajustar la cadena de verdeos considerando la fecha óptima de siembra para cada especie, distribución estacional de la producción y ciclo de los cultivares disponibles. • Tener en cuenta la posibilidad de siembras aéreas de verdeos sobre cultivos de soja o maíz o intersiembras sobre pasturas degradadas, en condiciones de buena disponibilidad de agua y con ajuste de la tecnología disponible. • Analizar el banco de semillas en lotes que sufrieron inundaciones prolongadas, para asegurar promociones de raigrás productivas. En casos de agotamiento del banco de semillas se recomienda la resiembra al voleo o en siembra

directa de raigrás.

• Prever la residualidad y períodos de resguardo de herbicidas utilizados para combatir malezas difíciles durante los barbechos. • Las praderas de rotación corta que incluyen especies bianuales o de corta vida se implantan rápidamente en y aseguran una elevada producción en el corto plazo de forraje de alta calidad. Provee forraje nutricionalmente balanceado con menores costos de implantación que se diluyen en dos años de producción. • Renovación de pasturas: para situaciones en las que se han perdido componentes de la mezcla original pero hay adecuada densidad de otras especies de alto valor forrajero. Se basa en la siembra directa o en cobertura de especies de rápida implantación (cebadilla criolla, raigrás anual o trébol rojo). • Siembra de alfalfa. La alfalfa es la alternativa más rentable para la producción de pasto en ambientes menos limitantes.

Fue la especie de mayor estabilidad productiva en situaciones ambientales restrictivas, tolerando tanto condiciones temporarias de saturación de suelo, como sequías prolongadas.

En los sistemas de producción mixtos se pueden recuperar lotes de menor aptitud o agotados por la producción agrícola continua para dedicarlos a la producción intensiva de alfalfa.

En los planteos ganaderos la alfalfa es un recurso estratégico en lotes sin riesgo de anegamiento por su gran capacidad de carga, para recuperar condición corporal de vacas durante la primavera y para disponer de forraje de alta calidad durante el verano, ya sea para pastoreo directo como para confeccionar reservas.

Departamento Técnico Barenbrug Palaversich Consultas info@barenbrug.com.ar

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