Revista Viernes del Diario de Centro América del 10 de mayo de 2019

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Guatemala, 10 de mayo de 2019 AĂąo 6 No. 282

Abejas y mercados

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Guatemala, viernes 10 de mayo de 2019

Edelberto Torre

Editorial

Historia de

Cuidar lo que se come es una necesidad cada vez más imperiosa. La historia alimentaria está hecha de venenos y contravenenos. En este mismo instante, millones de personas ingieren algún tipo de toxina disfrazada de nutriente.

Se ha extendido en el planeta el consumo de seudoalimentos, una dieta que aunque todos saben dañina, vende la ilusión de que ganamos tiempo al aplacar el hambre y postergar el sustento. De ahí que en este número encontremos abejas y mercados, alimentos olvidados y datos sobre las emergencias climáticas que enfrentamos.

Al respecto, una adolescente sueca que abandera amplios sectores de opinión, al rechazar discursos de esperanza de parte de representantes institucionales y líderes políticos, dice que más bien quiere que estos entren en pánico, ante la magnitud de las amenazas ambientales que se incuban en tiempo real ante nosotros.

Y es que la ideología humanista decimonónica que alimenta estos discursos, parece haber servido en muchos casos para disfrazar la vocación depredadora de la especie que al depredar, extingue y, al hacerlo, se autodestruye. Extinción es la palabra que marcará la centuria. Los nacidos hoy podrían ser los últimos en salir del cuarto, en cuyo caso les tocará apagar la luz.

DIRECTORIO Director General: Pavel Arellano Arellano

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Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo Edición: Otoniel Martínez Diseño Gráfico: Héctor Estrada Digitalización: Boris Molina

ste texto, que incluye los trabajos de media docena de estudiosos, contiene un resumen crítico de la historia de Guatemala, el cual se intenta presentar como el relato unitario de una historia contínua, con énfasis en las llamadas clases subalternas y, además, subrayar el ambiente económico-social en el que los hechos se produjeron.

El interés editorial de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales es que lo lean, que lo estudien y que sientan que esta es la historia que nuestros ancestros forjaron. Su contenido comprende la historia antigua de los pueblos y territorios, los siglos de la Colonia y el mestizaje, así como la larga marcha hacia el Estado liberal (café, dictaduras y revoluciones, guerra y democracia), y está dedicado a la memoria de Alfredo Guerra-Borges.

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Don Quijote El 9 de mayo de 1605 (hace 414 años), con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, se publicó la primera parte de una de las obras universales más representativas, del novelista, poeta, dramaturgo y soldado español Miguel de Cervantes Saavedra. En 1615 apareció su continuación, con el título de Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de La Mancha. Se dice que es la obra más leída, después de la Biblia.

Semblanza

Miguel de Cervantes Saavedra Este escritor nació probablemente el 29 de septiembre de 1547, en Alcalá de Henares, Madrid. Fue el cuarto de 7 hijos del cirujanobarbero Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas. Fue bautizado en la iglesia de Santa María el 9 de octubre de 1547.

Cuando cumplió 20 años, abandonó su país para abrirse camino en Roma, ciudad donde estuvo al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada española y, en 1571, participó en la batalla de Lepanto. Fue en esta batalla donde perdió el movimiento del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto y, a pesar de ello, siguió combatiendo en batallas posteriores, como las de Túnez o Corfú.

Mientras regresaba a España, en 1575, fue apresado por los corsarios y trasladado a Argel, donde sufrió 5 años de cautiverio (1575-1580). Fue liberado gracias al rescate pagado por el fraile trinitario fray Juan Gil. El 27 de octubre llegó a las costas españolas, y desembarcó en Denia (Alicante).

Publicó La Galatea (1585) y luchó, sin éxito, por destacar en el teatro.

Sin medios para vivir, marchó a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Es allí donde le encarcelaron por irregularidades en sus cuentas. Cuando fue puesto en libertad se trasladó a Valladolid. De nuevo fue encarcelado, a causa de la muerte de un hombre delante de su casa.

Entre 1590 y 1612 escribió una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote, en 1605, acabaría reuniendo en 1613 en la colección de Novelas ejemplares. Don Quijote de la Mancha, considerada obra universal, se cree que la comenzó a escribir mientras se encontraba en la cárcel, a finales del siglo XVI. En el verano de 1604 estaba terminada la primera parte, que apareció publicada a comienzos de 1605.

En 1614 aparecía en Tarragona la continuación apócrifa, escrita por alguien oculto en el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, quien acumuló en el prólogo insultos contra Cervantes. Por entonces este llevaba muy avanzada la segunda parte de su inmortal novela. La terminó muy pronto, acuciado por el robo literario y por las injurias recibidas. Por ello, a partir del capítulo 59, no perdió ocasión de ridiculizar al falso Quijote y de asegurar la autenticidad de los verdaderos don Quijote y Sancho.

Esta segunda parte apareció en1615. En 1617, las dos partes se publicaron juntas en Barcelona. En sus últimos años publicó además de las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Durante sus últimos meses de vida, se dedicó a Los trabajos de Persiles y Segismunda (de publicación póstuma, en 1617).

Miguel de Cervantes Saavedra falleció el 23 de abril de 1616, en Madrid, y fue enterrado con el sayal franciscano, en el convento de Las Trinitarias Descalzas de la actual calle de Lope de Vega. Solo conservaba 6 dientes, tenía la columna vertebral combada y acusaba los impactos en el esternón de los pelotazos de plomo de arcabuz recibidos en la batalla de Lepanto en 1571.

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Solo cuatro cultivos (trigo, maíz, arroz y soya) proporcionan dos tercios del suministro mundial de alimentos. Pero los científicos en Malasia están tratando de cambiar eso reviviendo cultivos que han sido relegados.

Alimentos

Preeti Jha* n una pequeña granja de frutas cerca del Estrecho de Malaca, Lim Kok Ann se reduce a un solo árbol que crece en forma de kedondong, una baya crujiente y ácida que los malayos usan principalmente en encurtidos y ensaladas. “No es muy conocido”, dice la mujer de 45 años, que en su lugar se centra en las bayas y piñas longan, que tienen mercados más grandes. Para un pequeño propietario como Lim, la demanda de kedondong tendría que crecer rápidamente para justificar la expansión de su negocio. “Tenemos que acrecentar lo que es rentable”, dice.

Pero a menos de una hora de distancia en el campo de Malasia, dentro de tres cúpulas gigantes, elegantes y plateadas, los científicos están tratando de cambiar el futuro de los alimentos.

Están empujando los límites de lo que los humanos comen al cultivar y procesar los llamados cultivos “alternativos”, como el kedondong.

Las bayas de kedondong han caído en desgracia en las últimas décadas

Siete mil cultivos

En la sede del centro mundial de investigación Cultivos Para el Futuro (CFF, por sus siglas en inglés), esta fruta subutilizada en particular se ha convertido en un jugo efervescente, sin azúcar, rico en vitamina C y que obtiene las mejores calificaciones en evaluaciones sensoriales.

“Cualquier cosa que vea aquí es un cultivo olvidado”, dice Sayed Azam-Ali de las abundantes plantas que se mueven en los jardines de CFF fuera de la capital de Malasia, Kuala Lumpur.

Delgados árboles de moringa, cacahuates de bambara de color crema, la baya kedondong agridulenta, se han cultivado durante siglos pero son prácticamente desconocidos fuera de los lugares donde crecen. Incluso aquí, la demanda está disminuyendo. Han sido relegados al margen, dice el jefe de CFF, Azam-Ali, a favor de los “cuatro grandes”.

El profesor Azam-Ali explica que solo cuatro cultivos (trigo, maíz, arroz y soya) proporcionan dos tercios del suministro mundial de alimentos. “Somos dependientes de estos cuatro”, dice. “Pero en realidad hay 7 mil alimentos que hemos estado cultivando durante miles de años. Ignoramos todos esos”.

Los investigadores están tratando de desbloquear el potencial de estos cultivos ignorados, plantas que describen como olvidadas, subutilizadas o “alternativas”, ya que son desplazadas por dietas cada vez más uniformes con ingredientes procesados ​​de los cultivos principales.

Es una búsqueda oportuna. El sector de alimentos ya es responsable de casi un tercio

de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Para 2050, se estima que el mundo

debe producir un 50% más de alimentos para alimentar a la población mundial proyectada de 10 mil millones. Satisfacer esta demanda sin abonar al cambio climático, erosionando aún

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olvidados

Fotos: Archivo

crítico. ¿Cuál será el uso final?”, dice. En una de las cúpulas del centro, el tecnólogo de alimentos Tan Xin Lin fabrica una masa verde brillante. Usando hojas de moringa en polvo en lugar de harina de trigo, está tratando de hornear un pastel con menos gluten y más nutrientes.

Su trabajo es inventar recetas con estos ingredientes aún desconocidos que atraerán a los paladares locales e internacionales. En los últimos años, ha utilizado algunos de los cultivos olvidados que se cultivan en CFF, como el maní de moringa y bambara, para hacer de todo, desde sopa instantánea y biscotti italiano hasta tortellini y murukku, un bocadillo indio crujiente generalmente hecho de harina de garbanzo.

“Intento modernizar los cultivos olvidados en lugar de usar recetas antiguas”, dice Xin Lin, que también es un notable chef de pastelería. Es una estrategia para atraer a las crecientes clases medias del mundo que están recurriendo cada vez más a las industrias de alimentos procesados​​ y rápidos. También es una forma de ayudar a contrarrestar las percepciones de los cultivos locales como “alimentos de personas viejas o pobres” o como “cultivos de mujeres” inferiores, agrega Xin Lin.

Bomba de tiempo

El trigo es uno de los cuatro cultivos que proporcionan dos tercios del suministro de alimentos del mundo

Confiar en cultivos nativos “olvidados” podría ayudar a países como Malasia a ser más resistentes al cambio climático.

les desatendidas, los países pueden reducir su dependencia de los cultivos importados y sus cadenas de suministro pesadas en carbono.

La recuperación de los cultivos que los humanos alguna vez consumieron también aumenta la seguridad alimentaria en un momento en el que los climas cálidos amenazan los cultivos existentes. Además de eso, los cultivos olvidados se encuentran entre los más resistentes al clima y nutritivos, argumenta Azam-Ali. Su resumen es claro: “La diversificación de la dieta es fundamental para el futuro de la humanidad”.

Ignorancia alimentaria

más la biodiversidad y causando aún más daños a los ecosistemas, requiere soluciones urgentes.

Los cultivos olvidados tienen respuestas clave, según CFF. Al invertir en plantas loca-

Los expertos están de acuerdo en que “no hay inseguridad alimentaria en el mundo, hay ignorancia alimentaria”, dice Cecilia Tortajada, investigadora principal del Instituto de Política del Agua de la Universidad Nacional de Singapur. “Cuando tenemos cultivos indígenas, tendemos a ignorarlos como si no fueran valiosos, pero sí lo son”, agrega.

Azam-Ali conoce de primera mano ese escepticismo. Encontró cultivos alternativos en la década de 1980 gracias al trabajo de las agricultoras que conoció en Níger. El entonces estudiante de doctorado recuerda haberse maravillado por los cultivos en sus patios traseros, sin los beneficios de la tecnología, para alimentar a sus familias cuando las grandes cosechas fallaron. Vio una tremenda oportunidad para construir sistemas alimentarios alternativos. Pero “la resistencia era enorme”, recuerda.

Sin desanimarse, siguió adelante. Proyecto tras proyecto ayudó a probar que estos cultivos eran viables en diferentes entornos como alternativas a los básicos. Pero la cuestión de si serían comercializables se mantuvo. “Eso es lo

Las raíces de estas connotaciones sobre los alimentos locales pueden ser profundas. La marginación del cacahuate bambara, una leguminosa rica en proteínas, originaria del África subsahariana que también se cultiva en el sudeste asiático, puede atribuirse al dominio colonial. “Las mujeres africanas que lo cultivaron fueron castigadas por ello”, dice AzamAli. “Los poderes coloniales dijeron que no puedes crecer eso porque no hay petróleo. No podemos conseguir un mercado para ello”.

Pero hoy en día, la bambara murukku es uno de los alimentos mejor revisados ​​de CFF y su objetivo es ingresar a las tiendas de comestibles, lo que apunta al éxito de los cultivos como la quinua para los posibles inversores. Hace unos 30 años, la quinua era prácticamente desconocida fuera de sus montañas nativas en Bolivia y Perú. Hoy en día, el grano nutritivo se encuentra en los menús de lujosos restaurantes de todo el mundo.

La medición de los cultivos mediante la nutrición en lugar del rendimiento, es un elemento central de la empresa de alimentos olvidados. Desde la “revolución verde” de la década de 1960, los cultivos de alto rendimiento han dominado la agricultura moderna. Esa fue en parte una respuesta a las hambrunas devastadoras en un momento en que el mundo necesitaba aumentar su suministro de alimentos.

Actualmente, “la nutrición se está convirtiendo en una bomba de tiempo”, dice AzamAli, a medida que los crecientes niveles de dióxido de carbono despojan a los cultivos de sus minerales. Afirma que, en lugar de bio-fortificar cultivos importantes, deberíamos invertir en aquellos olvidados que son más nutritivos.

En las entrañas de la tercera cúpula de CFF, la gerente de laboratorio, Gomathy Sethuraman, abre una ventana a las “joyas de la corona” del centro, revelando vides de frijoles alados que crecen bajo una luz amarilla brillante.

Es una de las múltiples cámaras donde los científicos están estudiando el impacto de las altas temperaturas y los niveles de dióxido de carbono en la composición nutricional de cultivos alternativos. Esta investigación es “el

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El polvo de hojas de moringa se puede usar como sustituto de las harinas, como el trigo y el garbanzo.

cambio de juego”, dice Azam-Ali, asegurando que los “cultivos futuros” también sean los más saludables en climas más cálidos.

Hay un creciente impulso global en torno a los alimentos olvidados, dice Danielle Nierenberg, presidente de Food Tank, un grupo de expertos con sede en Estados Unidos. Además de CFF, que se considera el primer centro de investigación del mundo dedicado exclusivamente a cultivos subutilizados, existen otros grupos clave que defienden la diversidad agrícola, incluidos Crop Trust, Slow Food, Icrisat y Bioversity International. Agrega que los consumidores de ingresos medios están en busca de alimentos nutritivos y hay otros deseosos de probar los alimentos no procesados ​​que una vez comieron sus abuelos, dice ella.

Apuntalando el movimiento están los propios agricultores. “Esto es algo que los agricultores, especialmente las mujeres, han estado haciendo desde que la agricultura realmente ha existido”, dice Nierenberg. “Han estado guardando semillas, tratando de reservar cultivos que sus familias realmente están comiendo. Eso es preservar una gran cantidad de biodiversidad agrícola y asegurarnos de que estos cultivos se transmitan de generación en generación”.

Dietas letales

Pero el creciente interés en los alimentos olvidados en algunos sectores se ve superado por la propagación global de dietas de estilo occidental con alto contenido de azúcar, grasa y alimentos procesados ​​en otros.

Un obstáculo clave para poner de relieve los cultivos locales en Malasia, por ejemplo, es “la obsesión por los productos importados”, dice Jenifer Kuah, cofundadora de un restaurante que expende alimentos de origen local en un suburbio de Kuala Lumpur. Los clientes de Sitka, considerados como pioneros en la escena de la pequeña cocina del país a la mesa, todavía buscan ingredientes extranjeros como un “símbolo de estatus”, dice ella. Cuando sirven verduras locales como frijoles alados, Kuah dice

Bocadillos como estos murukku indios se pueden hacer con harina de cultivos “olvidados”.

que se trata de “volver a imaginar el producto, no hacerlo de la misma manera, ya que la gente quiere algo nuevo”. Sus observaciones se hacen eco de las del tecnólogo en alimentos Xin Lin, ya que ambas trabajan para anular los viejos hábitos alimentarios.

El argumento de los alimentos olvidados se siente intuitivo. Algunos analistas dicen que de hecho es inevitable. “El cambio climático significará casi con toda seguridad que los gustos se verán obligados a cambiar”, dice Tim Lang, profesor de política alimentaria de la City, Universidad de Londres.

Sin embargo, persuadir a los inversionistas del sector privado para que respalden cultivos alternativos sigue siendo un gran desafío. “Todos han estado aquí”, dice Azam-Ali cuando se le pregunta si la gran industria ha sido receptiva.

No nombrará a nadie, pero agrega que “dicen que es muy interesante pero no hay mercado”.

La clave de la estrategia de CFF ahora es involucrar a las personas con sus propios alimentos olvidados para ayudar a su vez a generar una demanda para ellos.

En noviembre pasado, invitaron al Príncipe Carlos a lanzar su Red de Alimentos Olvidados, un recurso para recopilar recetas que desaparecen en todo el mundo y que luego ofrece otra oportunidad para recurrir a los cultivos locales.

“Estos alimentos olvidados están en todas nuestras historias familiares”, dice. “Si no almacenamos ese conocimiento, eso serían 10 mil años de historia desaparecidos en una generación”. Y está decidido a asegurarse de que eso no suceda. *BBC

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Gavetas

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Hemeroteca del Diario de Centro América

Fernando VII DCA, 23 de noviembre de 1935.- Excelentísimo señor, el Rey se ha servido dirigirme el decreto que sigue: D. Fernando VII, por la gracia de Dios y por la Constitución de la Monarquía, Rey de las Españas, á todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: Que las Córtes han decretado lo siguiente: “Las Córtes, usando de la facultad que se les concede por la Constitución, han decretado: Se suprimen las exacciones que se hacian para redencion de cautivos con el título de mandas pías y forzosas. Madrid 9 de Noviembre de 1820.- Josef María Calatrava, Presidente.Antonio Díaz del Moral, Diputado Secretario.- Miguel Cortés, Diputado Secretario.”Por tanto mandamos á todos los Tribunales, Justicias, Gefes, Gobernadores y demas Autoridades, asi civiles como militares y eclesiásticas, de cualquiera clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplir y ejecutar el presente decreto en todas sus partes.

Tendreislo entendido para su cumplimiento, y dispondreis se imprima, publique y circule.- Está rubricado de la Real mano.- En Palacio, á 23 de Noviembre de 1820.- A D. José Canga Argüelles.

Lo traslado á V. E. E. de Real orden para su inteligencia y efectos correpondientes. Dios guarde á V. E. muchos años, Madrid 25 de Noviembre de 1820.- José Canga Argüelles.- Sr. Capitán General de Guatemala.

Y habiendo dispuesto su cumplimiento y observancia las traslado á V. E. para su inteligencia y efectos consiguientes. Dios guarde á V. E. muchos años. Guatemala 25 de junio de 1821.

Gavino Gainza

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Reporte en V

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Para entender el cambio climático

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En promedio, la temperatura del planeta ya aumentó un grado centígrado desde la era preindustrial.

No debe aumentar más de 1.5 grados si se quiere evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.

“Puede sonar aterrador, pero la evidencia científica indica que, si no se adelantan acciones drásticas en los próximos 10 años, podemos enfrentarnos al daño irreversible del mundo natural y el colapso de nuestras sociedades”.

BBC* l conocido naturalista británico David Attenborough resumió así la amenaza del calentamiento global en un reciente documental: Cambio climático: los hechos.

Attenborough es considerado uno de los pioneros en documentales sobre la naturaleza y ha escrito y presentado numerosas series que han hecho posible cubrir prácticamente cualquier aspecto de la vida en el planeta.

El cambio “está teniendo lugar en tiempo real ante nuestros ojos”, señaló Michael Mann, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania y uno de los científicos climáticos más respetados a nivel internacional.

Desde la intensificación de lluvias hasta la mayor frecuencia de huracanes y olas de calor devastadoras, la realidad del calentamiento global es cada vez más clara.

Explicamos aquí algunos términos clave para entender el fenómeno que Attenborough

describe como “la mayor amenaza enfrentada por la humanidad en miles de años”.

1.5 grados centígrados

Es un número fundamental según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC. En su informe de octubre de 2018, el Panel señaló que las emisiones de CO2 o dióxido de carbono deben caer un 45% para 2030, si se quiere evitar los efectos más catastróficos del calentamiento global. La medida de 1.5 grados es con relación a la temperatura del planeta en la era preindustrial, en la segunda mitad del siglo XIX. La temperatura de la Tierra ya aumentó 1 grado, y el incremento ha sido el doble en el Ártico.

Cambio climático

El término cambio climático es más amplio que calentamiento global, que se refiere solo al aumento de temperatura.

Tiene que ver con cambios en el clima, incluyendo temperatura, intensidad de las lluvias y eventos extremos como huracanes y olas de calor. Ya no queda ninguna duda de que estos cambios se deben en gran parte a la actividad humana, específicamente a la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como CO2 y metano.

Las principales organizaciones meteorológicas del mundo confirmaron el aumento global de la temperatura.

Gases de efecto invernadero

Estos gases (GEI) atrapan la radiación que la superficie de la Tierra emite, luego de calentarse al recibir la luz solar.

El efecto invernadero es un fenómeno que hace que la temperatura de la Tierra sea compatible con la vida, pero la acción humana aumentó las emisiones de gases a niveles tan altos que están cambiando el clima del planeta.

Los principales gases de efecto invernadero • Dióxido de carbono o CO2, emitido fundamentalmente por la quema de combustibles fósiles como petróleo, así como por la deforestación.

• Metano o CH4, de vida más corta que el CO2 pero con capacidad para atrapar radiación al menos 20 veces superior. Su origen está en fermentaciones producidas por bacterias anaerobias en zonas pantanosas, cultivos como el arroz y emisiones del tracto intestinal del ganado.

• Óxido nitroso o N2O, que se produce principalmente a través del uso masivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura intensiva, así como centrales térmicas, motores de aviones y fabricación de nylon.

Huella de carbono

Es la cantidad de carbono emitida por un individuo u organización en un periodo determinado, o emitida durante el proceso de manufactura de un producto. Recientemente, la activista adolescente sueca Greta Thunberg realizó una gira por Europa en tren, para llevar su mensaje sobre la urgencia de enfrentar lo que describe como “la crisis existencial” del cambio climático.

Thunberg se negó a viajar en avión señalando que quería reducir su huella de carbono. Se estima que, al viajar en tren, una persona genera 15 gramos de CO2 por kilómetro, mientras que al volar en avión causa una emisión de 100 g por km.

Neutralidad de carbono

Un proceso en el que las emisiones netas de CO2 equivalen a cero. Costa Rica anunció recientemente sus planes de lograr cero emisiones netas en 2050. Esto no significa que el país no emitirá gases de efecto invernadero. Cuando

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se habla de emisiones netas equivalentes a cero, esto implica que el CO2 lanzado a la atmósfera debe ser compensado por la absorción de carbono por otros métodos, como la plantación de bosques.

Retroalimentación

Los mecanismos de retroalimentación pueden ser positivos (aumentan el ritmo de calentamiento), o negativos (lo reducen).

En el caso de la retroalimentación positiva, fenómenos producidos por el cambio climático disparan otros procesos que a su vez agravan y aceleran el calentamiento global.

Uno de los ejemplos más graves de retroalimentación positiva es la llamada amplificación ártica, que explica por qué la temperatura ha aumentado en promedio en el Ártico más que en el resto del planeta. El hielo refleja la luz del Sol pero, al derretirse, el océano oscuro absorbe esa radiación, calentándose y haciendo a su vez que más hielo se derrita.

Geoingeniería

Tecnología que podría ser usada para detener e incluso revertir el calentamiento global.

Algunos de los mecanismos considerados son la captura de CO2 de la atmósfera y su almacenamiento en forma subterránea.

Otros ejemplos son el lanzamiento de aerosoles a la atmósfera que reflejan la luz o incluso el despliegue de espejos gigantes con el mismo fin.

Algunos científicos han advertido que se trata de tecnologías poco probadas y con consecuencias potenciales que aún no se comprenden.

Otros señalan que la geoingeniería será necesaria, ante la falta de esfuerzos drásticos para reducir las emisiones de CO2.

riesgo a ecosistemas marinos como los arrecifes de coral, que son vitales para la pesca, ya que funcionan como “cunas” de peces.

Cuando los organismos descalcificados están en riesgo, toda la cadena alimentaria puede estarlo.

Punto de no retorno

Eventos climáticos extremos

Describe cómo, debido a los mecanismos de retroalimentación, el cambio climático puede pasar un tipping point o punto de no retorno en el que será mucho más difícil detenerlo o revertirlo.

En otras palabras, el proceso se agravaría por su propia mecánica interna, independientemente de las acciones que puedan tomarse para reducir la emisión de gases de invernadero.

Acidificación de los océanos

Los océanos absorben alrededor de un tercio de las emisiones de CO2. Pero las grandes cantidades de este gas de efecto invernadero captadas por los océanos han tenido un gran efecto no deseado, al disminuir el pH del agua y hacerla más ácida.

La acidificación de las aguas oceánicas tiene graves consecuencias, porque perturba la fijación de carbonato de calcio (CaCO3) en los esqueletos o armazones de corales, conchas, erizos de mar, ostras y otras especies, provoca el descenso de especies muy sensibles como erizos, moluscos y estrellas de mar, y pone en

Si el calentamiento sobrepasa cierto nivel, podría no ser posible detenerlo, aunque haya recortes drásticos de emisiones.

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Fenómenos climáticos que se volvieron más intensos con relación al promedio de años anteriores. Las olas de calor que azotaron Europa en 2018 fueron dos veces más probables debido al cambio climático, según el consorcio llamado Atribución del Fenómenos del Tiempo Globales, World Weather Attribution o WWA. El aumento de temperatura en la atmósfera y los oceános también está volviendo los huracanes y las tormentas más intensas.

“Podemos ver las huellas del cambio climático en todos los fenómenos extremos”, dijo el científico holandés Geert Jan van Oldenborgh, miembro del WWA. Es muy difícil probar que un evento en particular fue “causado” por el cambio climático.

Pero para el profesor Michael Mann, preguntar si el cambio climático “causa” un evento específico es formular el interrogante errado.

“La pregunta relevante es la siguiente: ¿está el cambio climático impactando estos eventos y volviéndolos más extremos?, y podemos decir con gran confianza que la respuesta es positiva”.

* British Broadcasting Company

Las emisiones de CO2 deben caer en 45% para 2030, para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático, según el IPCC.

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Contando el tiempo

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Abejas y mercados Es un hecho poco conocido que los economistas aman a las abejas, o al menos la idea de las abejas.

Tim Harford* l libro La fábula de las abejas del filósofo, economista y escritor satírico holandés Bernard de Mandeville, contiene el poema Las murmuraciones de la colmena, o los bribones se vuelven honestos y una discusión del mismo.

Publicado en 1732, utiliza las abejas como una metáfora de la economía, y anticipa conceptos económicos modernos como la división del trabajo y la “mano invisible” que significa “la codicia es buena”.

Y cuando James Meade, un futuro ganador del Premio Nobel de Economía, estaba buscando un ejemplo para ilustrar una idea complicada en la teoría económica, recurrió a la abeja como inspiración.

Esa idea era lo que los economistas llaman una “externalidad positiva”, algo que es bueno pero que al mercado libre no le interesa producir lo suficiente para satisfacer los deseos de la sociedad, lo que significa que el Gobierno podría querer subsidiarlo.

Para James Meade, el ejemplo perfecto de una externalidad positiva fue la relación entre las manzanas y las abejas. Si los agricultores de manzanas plantaran más manzanos, los apicultores se beneficiarían, porque eso significaría

Lorenzo Langstroth con su innovadora colmena.

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más miel. Pero los cultivadores de manzanas no disfrutarían de ese beneficio, esa externalidad positiva, y por lo tanto no plantarían tantos manzanos como para mejorar la situación de todos.

Esto es, según Meade, “debido simple y solamente al hecho de que el productor de manzanas no puede cobrarle al apicultor por la comida de las abejas”.

Pero hay un problema con su tesis: la flor de manzana casi no produce miel. Y esa es solo una de las varias cosas que James Meade no sabía sobre las abejas.

Una dulce historia

Para entender un error más fundamental de Meade, necesitamos una breve historia de los humanos y las abejas. Érase una vez que no había apicultura, solo la caza de miel, en la que los humanos intentaban robar los panales de abejas silvestres. Eso lo vemos representado en pinturas rupestres.

Luego, hace al menos 5 mil años, se formalizó la práctica. A los griegos, los egipcios y los romanos les fascinaba la miel domesticada.

En la Edad Media, los apicultores utilizaban unas colmenas tejidas clásicas que parecen un montón de neumáticos de paja.

El problema de las colmenas es que si querías la miel, debías deshacerte de las abejas, y los apicultores generalmente las envenenaban con humo sulfuroso, recogían la miel y se preocupaban por construir otra colonia de abejas cuando la necesitaran.

Sin embargo, con el tiempo, la gente comenzó a preocuparse por este desperdicio y desdén por una criatura que no solo nos da miel, sino que también poliniza las plantas.

En la década de 1830, un movimiento por los derechos de las abejas surgió en Estados Unidos con el lema: “Nunca mates a una abeja”. Y, en 1852, la Oficina de Patentes de aquel país otorgó el número de patente 9300A al clérigo Lorenzo Langstroth por una colmena de marco móvil.

Abejas portátiles

La colmena Langstroth es una caja de madera con una apertura en la parte superior y marcos que cuelgan, cuidadosamente separados unos de otros por unos mágicos 8 milímetros de “espacio de abeja”: si fueran más pequeños o más grandes, y las abejas comenzaran a agregar sus propias estructuras, esto resultaría inconveniente.

La reina está en el fondo, confinada por un “excluidor de la reina”, una malla que impide su salida pero permite que las abejas obreras pasen. Esto mantiene sus larvas fuera de los panales. Los panales se pueden sacar fácilmente y la miel se cosecha con una centrífuga que gira, la recoge y la filtra.

La nueva colmena era una maravilla de diseño y eficiencia que permitió la industrialización de la abeja. Y es esa industrialización la que James Meade no había captado del todo.

Con las colmenas Langstroth, las abejas se volvieron portátiles. Nada impedía que los agricultores llegaran a algún acuerdo financiero con los apicultores, para ubicar colmenas en medio de sus cultivos.

Un par de décadas después del famoso ejemplo de James Meade, otro economista, Steven Cheung, sintió curiosidad al respecto.

Esa curiosidad lo llevó a hacer algo que los economistas quizás no hacemos con la suficiente

frecuencia: llamó a algunas personas reales y les preguntó qué sucedía en el mundo real.

Lo que Meade nunca supo

Descubrió que los productores de manzanas habitualmente le pagaban a los apicultores por el servicio de polinización de sus cultivos.

Para algunos otros cultivos, los apicultores les pagaban a los agricultores el derecho a cosechar su néctar.

Ese mercado que Meade dijo que no podía pero debía existir... existía. Así que las manzanas y las abejas no son un buen ejemplo de una externalidad positiva, porque la interacción efectivamente tiene lugar en un mercado. Y ese mercado es enorme.

Hoy en día, su centro de gravedad es la industria de la almendra de California. Los almendros ocupan casi 4 mil kilómetros cuadrados de California, y los agricultores venden alrededor de US $5 mil millones de sus semillas al año.

Mientras las abejas duermen

Las almendras necesitan abejas melíferas: 5 colonias por cada 10 mil metros cuadrados, que se alquilan por alrededor de US $185 por colonia. Cada primavera llegan a la región de los almendros californianos camiones cargados con 400 colmenas Langstroth cada uno, y que han viajado de noche mientras las abejas duermen.

Las cifras son asombrosas: el 85% de los dos millones de colmenas comerciales en EE. UU. son transportadas, con decenas de miles de millones de abejas en ellas.

Como describe Bee Wilson en La colmena: la historia de la abeja y nosotros, los grandes apicultores de EE. UU. administran 10 mil colmenas cada uno y desde California pueden viajar a los huertos de cerezos del estado de Wa shington, luego al este a los girasoles del norte y sur de Dakota, y luego a los campos de calabazas de Pennsylvania o de arándanos de Maine.

Meade se equivocó al imaginar la apicultura como una especie de idilio rural. Las abejas se han industrializado casi por completo y la polinización se ha comercializado a fondo. Y eso presenta un dilema Los ecólogos están preocupados por las poblaciones de abejas silvestres, que están en fuerte declive en muchas partes del mundo.

Nadie sabe muy bien por qué. Los sospechosos de este crimen incluyen parásitos, pesticidas y el misterioso “trastorno de colapso de colonias”, en el que las abejas simplemente desaparecen, dejando atrás a una reina solitaria.

Las abejas domesticadas enfrentan las mismas presiones, y eso debía disparar unas de las leyes más básicas de la economía: ante la reducción del suministro de abejas, aumenta el precio de los servicios de polinización. Pero eso no es lo que los economistas han observado en absoluto.

El trastorno de colapso de colonias parece haber tenido un efecto mínimo en cualquier métrica práctica en el mercado de las abejas.

Los agricultores están pagando lo mismo por la polinización, y el precio de las nuevas reinas, especialmente criadas, apenas ha cambiado.

Parece que los apicultores industriales han logrado desarrollar estrategias para mantener a las poblaciones de las que dependen: criar y comerciar reinas, dividir colonias y comprar paquetes de refuerzo de abejas.

Las abejas juegan un papel crucial en la industria de la almendra de California.

Las abejas reina son vitales para el bienestar de su colmena, y hay un gran mercado para las que han sido especialmente criadas.

Es por eso que no hay escasez de miel -o de almendras, manzanas, o arándanos-, al menos no por ahora. ¿Deberíamos celebrar los incentivos económicos por preservar al menos algunas poblaciones de abejas? Quizás.

Otra perspectiva es que es precisamente ese impulso de larga data de la economía moderna de controlar y monetizar el mundo natural lo que causó el problema en primer lugar.

Antes de que la agricultura de monocultivos cambiara los ecosistemas, no era necesario arrastrar colmenas Langstroth por el campo para polinizar los cultivos; las poblaciones locales de insectos silvestres se ocupaban de esa tarea de forma gratuita.

Entonces, si queremos un ejemplo de una externalidad positiva, algo que el libre mercado no proporcionará en la cantidad que la sociedad quisiera, tal vez deberíamos buscar usos de la tierra que ayuden a las abejas silvestres y otros insectos.

Praderas de flores silvestres, tal vez, algo que algunos gobiernos están subsidiando, tal como habría aconsejado James Meade. *BBC

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Ventanas

Guatemala, viernes 10 de mayo de 2019

Durante la Primera Guerra Mundial, unas 4 mil mujeres fueron empleadas para pintar los relojes de los soldados con radio, el elemento luminiscente recién descubierto. Las obreras trabajaban sin protección en medio del polvo brillante; incluso, lamían las cerdas de los pinceles. El cáncer se cebó con ellas. De su calvario y su lucha trata el libro de Kate Moore, una historia de derechos laborales, riesgo radiológico y discriminación de género.

Las chicas del radio

Fotos: Archivo

Pablo Francescutti* l ingreso de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial generó una extraordinaria demanda de relojes de pulsera para las tropas.

El abaratamiento de los cronómetros y la necesidad de que cada soldado se mantuviera sincronizado con las órdenes del alto mando impulsaron una formidable democratización de la medición y el control del tiempo, hasta entonces privilegio de unos pocos.

Las maniobras nocturnas plantearon una exigencia adicional: que los militares pudieran leer la hora en la oscuridad. Un elemento químico descubierto hacía poco tiempo proporcionó la solución: el radio.

Entre sus propiedades destacaba la radioluminiscencia, es decir, la producción de luz mediante el bombardeo con radiación ionizante. De la noche a la mañana surgió una pujante industria centrada en la fabricación de relojes luminiscentes.

De la tragedia de muchas de sus trabajadoras trata el libro Las chicas del radio de la escritora inglesa Kate Moore, editado ahora por Capitán Swing.

Chicas del radio en una fábrica de la United States Radium Corporation.

Uno de los libros de cabecera sobre los imaginarios culturales relativos a la energía nuclear, el imprescindible Nuclear Fear de Stephen Weart, ya dedicaba algunos párrafos al calvario de las jóvenes encargadas de pintar a mano los diales de tales artilugios. La epidemia de cáncer que se cebó con ellas constituye un hito fundamental en la percepción social de los riesgos asociados a la radiactividad.

La euforia radiactiva

Conviene tener presente que, a comienzos de la década de 1920, una desbordante euforia

Matemática galardonada

La matemática estadounidense Karen Keskulla Uhlenbeck (Cleveland-Ohio, 1942), profesora en la Universidad de Texas en Austin, fue galardonada con el Premio Abel de este año, uno de los más prestigiosos en matemáticas.

Así lo anunció la Academia Noruega de Ciencias y Letras, que reconoce “sus logros pioneros en ecuaciones diferenciales parciales geométricas, teoría de gauge y sistemas integrables, y por el impacto fundamental de su trabajo en el análisis, la geometría y la física matemática”. Sus estudios han sentado las bases para modelos geométricos contemporáneos en matemáticas y física.

El interés de la galardonada por la teoría de gauge se inspiró en los trabajos de un compañero, también laureado con el premio Abel, el difunto

Sir Michael Atiyah. Esta teoría es un lenguaje matemático de la física teórica, y las aportaciones de Uhlenbeck en esta área han sido esenciales para la comprensión matemática moderna de modelos en física de partículas, teoría de cuerdas y relatividad general.

Uhlenbeck también ha desarrollado herramientas y métodos en análisis global, que ahora utilizan muchos geómetras y analistas de forma cotidiana. “Karen Uhlenbeck recibe este premio por su trabajo fundamental en el análisis geométrico y la teoría de gauge, que ha cambiado drásticamente el panorama matemático. Sus teorías han revolucionado nuestra comprensión de las superficies mínimas, como las formadas por pompas de jabón, y problemas de minimización más

radioactiva se apoderó de los países desarrollados. La sustancia descubierta por los Curie era saludada como fuente de vida y de energía. A causa de su fama milagrosa se promocionaron dentífricos, leches, maquillajes, suspensorios y mantequillas “radiactivas”.

Por fortuna, se trataba de reclamos engañosos, pues dicho elemento costaba demasiado para distribuirlo masivamente. Desgraciadamente, sí era real el radio diluido en la pintura utilizada por las pintoras de diales.

Las obreras ejecutaban su tarea con finos pinceles de pelo de camello. Recuerda Moore

generales en dimensiones más altas”, destaca Hans Munthe-Kaas, presidente del Comité Abel.

Además de investigadora, Uhlenbeck es una firme defensora de la igualdad de género en matemáticas y en la ciencia en general. Cuando era niña, le encantaba leer y soñaba con ser científica.

Actualmente, es visitante senior en la Universidad de Princeton y en el Instituto de Estudios Avanzados (IAS). Dentro de este es una de las fundadoras del Instituto de Matemáticas de Park City (PCMI), cuyo objetivo es capacitar a jóvenes investigadores y promover el intercambio de conocimiento frente a los desafíos de las matemáticas.

El premio Abel se considera el “Nobel” de las matemáticas, aunque a veces se otorga también ese reconocimiento a las medallas Fields. (SINC)

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Guatemala, viernes 10 de mayo de 2019

que, para afinarlos y pintar con precisión, aquellas cogieron la costumbre de chupar sus cerdas periódicamente. De esta manera, absorbieron por vía oral dosis de radio letales.

Los primeros en advertir sus efectos fueron los dentistas. Al principio, no se explicaban qué enfermedad estaba desintegrando las mandíbulas de sus pacientes. Poco más tarde, los tumores se manifestaron en otras partes del esqueleto; una tras otra morían sin que nadie acertara en el diagnóstico, pese a que en sus organismos se detectaron niveles de radiactividad mil veces superiores al máximo tolerable.

Costó numerosas vidas que la noción del envenenamiento por radio se abriera paso y se estableciera una relación causal con la pintura aplicada a los diales.

Género y derechos laborales

En su libro, Moore entrelaza varios hilos argumentales. A los dramas individuales, retratados con desgarrador detalle, se añade la discriminación de género.

Las jóvenes eran contratadas por su destreza con el pincel y por su disposición a aceptar una paga menor. A diferencia de los químicos de sus empresas, que manipulaban el radio con sumo cuidado, trabajaban sin ninguna protección.

Luego está la crónica de riesgos laborales.

Como ha sucedido tantas veces, las compañías buscaron escurrir el bulto: de entrada negaron el riesgo del cual eran conscientes, apoyándose en estudios fraudulentos encargados a médicos sobornados; luego apostaron por dilatar los juicios y, cuando tras 14 años de litigios fueron condenadas por negligencia, demoraron los pagos de las ínfimas indemnizaciones.

El saldo positivo fue que, a resultas del escándalo, se introdujo una legislación de seguridad industrial cuyos inmediatos beneficiarios fueron los miembros del Proyecto Manhattan.

Finalmente, la historia del riesgo radiactivo.

Cuando ocurrieron los hechos narrados, el aura benéfica de las radiaciones ionizantes eclipsaba su potencial cancerígeno (se llegó a irradiar a los tuberculosos con rayos X, con la esperanza de curarlos).

Sarcoma en la mandíbula de una de las trabajadoras.

El caso de las fábricas de diales luminiscentes disparó las alarmas, pero la toma de conciencia al respecto tuvo que esperar a que las víctimas de Hiroshima y Nagasaki aportaran testimonios masivos e incontestables. La cultura de masas registra el cambio de percepción en las historietas de Superman con la aparición de la kryptonita roja, la fuente de radiación capaz de debilitar mortalmente al hombre de acero.

Incluso así, cuando en los años 50 se debatió la lluvia radiactiva creada por los tests de armas nucleares, las chicas del radio sobrevivientes fueron convocadas para ofrecer, exámenes médicos mediante, las evidencias definitivas que refutaron a quienes insistían en la inocuidad de tales partículas.

Pese al excesivo énfasis en los sufrimientos personales, en detrimento de una mayor contextualización científica, el libro cumple un objetivo esencial, el de recordarnos cuánto esfuerzo exige que la sociedad reconozca un riesgo tecnológico y el alto precio que conlleva la resistencia a admitirlo.

Sinc

Las empresas responsables del envenenamiento radiactivo tardaron 14 años en ser condenadas por negligencia.

La ingeniosa Maryam Mirzakhani

Pensado para edades comprendidas entre los 6 y los 10 años, La ingeniosa Maryam Mirzakhani repasa algunos aspectos de la biografía de esta sobresaliente matemática, por medio de un relato ilustrado con preciosas imágenes.

Este es un cuento creado por el equipo del Núcleo Milenio Modelos Estocásticos de Sistemas Complejos y Desordenados de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Los dibujos son de la ilustradora y autora de libros para niñas y niños Paloma Valdivia, los textos del escritor y periodista Matías Celedón, y el matemático Gregorio Moreno se ha ocupado de revisar los contenidos científicos.

La narración comienza cuando Maryam Mirzakhani (1977-2017) era una niña que leía con

pasión y soñaba con ser escritora. Al principio no se le daban demasiado bien las matemáticas pero, gracias a una profesora que confió en ella y a su amiga Roya, se enamoró de esta materia.

El cuento alude a su trabajo en superficies hiperbólicas en los comienzos de su investigación, a su costumbre de “dibujar garabatos” para centrarse en el problema en el que estaba pensando, y en los problemas de billares en los que también investigó. Por supuesto, también se alude al galardón que recibió en 2014: la Medalla Fields, siendo Maryam la primera mujer en obtenerlo.

Al final del cuento se añade un glosario que pretende aclarar los conceptos matemáticos que se citan en el texto, así como dar algunos datos sobre las personas y los lugares aludidos.

Las dieciséis páginas que construyen La ingeniosa Maryam Mirzakhani pueden leerse online en http://nm.cmm.uchile.cl/libros/, o descargarse gratuitamente en pdf. La ingeniosa Maryam Mirzakhani es el segundo libro editado por este Núcleo: La extraordinaria Emmy Noether fue el primero de ellos y, según se comenta en la noticia del lanzamiento del libro, al menos otros tres llegarán.

Estarán dedicados a las matemáticas Olga Oleinik, Sofia Kovalévskaya y Sophie Germain.

Intentamos desmitificar el concepto de “genio” y mostrarles a niñas y niños que estas grandes matemáticas tuvieron que superar una serie de adversidades, como situaciones de guerras y discriminaciones étnicas o de género. (Gregorio Moreno)