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DíadeFiestadelCristiano
o que nace de la carne es carne, lo que nace del espíritu es espíritu" (Jn 3, 6). En la persona humana encontramos las dos realidades. La carne yel espíritu. De aquí que la antropología cristiana defina al hombre como"espírituencarnado"o"carneespiritualizada".
Todo ser humano debe tener cuidado de que tanto la vida de la carne como la del espíritu se vayan desarrollando y madurando a través del tiempo. Sabemos que a Dios corresponde la eternidad mientras que al hombre terreno corresponde la temporalidad. Es, por tanto, en el tiempo, donde la vida espiritual crece y madura hasta producir sus frutos que son las obras demisericordia.
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La Iglesia nos provee de recursos para que, a través del tiempo, los cristianos vayamos caminando en la presencia de Dios. Podemos hablar del ciclo anual en el que, con la ayuda de la liturgia, contemplamos el misterio de la vida de Cristo. Pero también del ciclo semanal en el que Dios hadispuestoundíaparalarecreaciónyeldescansodelapersona.
En 1998 el Papa San Juan Pablo II escribió una carta dirigida a los católicos conelfindequerevaloremoseldomingo:Diesdomini(eldíadelSeñor).
A lo largo de la carta nos dice el Santo Papa que el domingo es el "día del Señor" porque en el celebramos la obra del Creador Es el "día de Cristo" porque es el día del Señor resucitado y del don del Espíritu Santo. Es el "día de la iglesia" porque es el día para la asamblea eucarística. Es el "día del hombre" porque es un día marcado por la alegría, el descanso y la solidaridad. Es también el "día de los días" porque es la fiesta primordial, reveladoradelsentidodeltiempo.
En el domingo, nos señala el Papa, gracias al "ocio" del día, podemos contemplar con detenimiento la creación, sentirnos parte de ella y agradecer el don de la existencia. Este agradecimiento nos plenifica como seres humanos. Es el día de alegría porque gracias a la resurrección de Jesús tenemos la posibilidad de resucitar y estar seguros de que la muerte fuevencidaporCristoensuresurrección.
Aquí tenemos otro elemento para la reflexión semanal. Y es también el día de la Iglesia porque es en el templo donde podemos cumplir el doble mandamiento del Señor: amar a Dios y amar a tu prójimo. En la Iglesia es donde nos encontramos como verdaderos hermanos, hijos de un mismo Padre.
Nos reunimos alrededor del altar para cantar las alabanzas y partir y compartirelpanyelvinoquesonelCuerpoylaSangredelSeñor
Pero al ser el día del hombre", el domingo también es el día para el descanso, la convivencia familiar o los paseos en familia. Con el cambio en el ritmo de la vida nos vamos olvidando poco a poco del verdadero sentidodeldomingo.
Al elevar nuestras oraciones por el eterno descanso del santo padre no dejamos de dar gracias también por sus enseñanzas, por recordarnos que el domingo es un día bello. El domingo es el primer día de la semana (no es fin de semana) en que conmemoramos la resurrección del Señor Jesús.Ylamisatieneunvalorprimarioquesantificatodolodemás.
En un discurso a los Obispos de las Antillas, en visita ad limina, el 4 de mayo de 1979, el papa les dijo: "la misa dominical tiene un valor primario en la vida de los fieles, no en el sentido de que las demás actividades carezcan de importancia y significado en la vida cristiana, sino más bien en el sentido de que la misa dominical sostiene, ennoblece y santifica todoloquesehacealolargodelasemana".
Por su parte, el Concilio Vaticano II exhorta a los cristianos para que el domingo se reúnan en asamblea para escuchar la Palabra de Dios y participardelaEucaristía(Cf.SC106).
Como discípulos de Cristo estamos llamados a vivir en santidad el domingo, a no caer en excesos de comidas y bebidas u otras prácticas quenosapartandelaGracia.
San Isidro Labrador nos da ejemplo de lo que es la vivencia intensa del domingo pues el día lo distribuía así: un buen rato en el templo rezando, asistiendoamisayescuchandolaPalabradeDios.
Otro buen rato visitando pobres y enfermos y por la tarde saliendo a pasear por los campos con su esposa y su hijito. Verdadero ejemplo el de estehombresobretodosparalospapásdenuestrotiempo.
Conviene ahora que nos hagamos algunas preguntas y que en silencio cada uno las responda con sinceridad: ¿reconozco el valor que tiene el domingo en mi vida como cristiano?, ¿cuáles son mis actividades ese día?, ¿participo en misa, descanso, convivo con mi familia, hago obras de caridad?,¿mepreparaparainiciarunasemanadetrabajo?
En el marco del jubileo del año 2000 la carta del Papa fue de gran ayuda a los cristianos, pero sigue aun siendo muy valiosa a fin de que consideremosqueeseneltiempodondevamoscreciendoensantidad.