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MEDIO MARATÓN DE LA CIUDAD DE MEXICALI EDICIÓN 37

MEDIO MARATÓN DE LA CIUDAD DE MEXICALI

EDICIÓN 37

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11 DE MARZO 2018

La carrera atlética

René Vargas

Los Tálaros, son sandalias aladas, son indicio de gran velocidad

Presentación

El 12 de octubre del presente año, se cumplirán cincuenta años de haber iniciado los XIX Juegos Olímpicos de México 1968 en Ciudad Universitaria, en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ese día le correspondió el honor de encender el pebetero del Estadio Olímpico, a Enriqueta Basilio, nacida en la Ciudad de Mexicali, Baja California.

Cincuenta años después me corresponde prologar el libro que abarca la parte teórica y académica de la edición 37 del Medio Maratón de Mexicali. Dicho trabajo lo realizó René Vargas, quien fuera mi alumno formando parte del equipo de atletismo de fondo de la Universidad Nacional. Equipo que dirigí durante los años ochenta y parte de los noventa.

Aprovecho la oportunidad para felicitar a las autoridades del Municipio de Mexicali por la iniciativa que han tenido de incorporar en el marco de las actividades del Medio Maratón, un texto para divulgar el conocimiento sobre el más antiguo de los deportes: la carrera atlética. Iniciativa interesante que deseo se multiplique en todo el país.

El presente trabajo contiene información que no había sido publicada en México. El libro tiene un contenido de alto nivel para profundizar en el conocimiento de la carrera atlética y de cómo nace el deporte. Espero que este documento contribuya a elevar el nivel de conocimientos teóricos de los entrenadores, atletas y corredores en general, y que esto se vea reflejado en un mejor rendimiento. Deseo que aumente el número de corredores y que además de participar en las carreras, más mexicanos escriban y profundicen en estos temas del atletismo, y que esto contribuya a formar personas mejor capacitadas, más íntegras y que aporten conocimiento en este campo. En el libro el lector encontrará un análisis riguroso de diferentes aspectos sobre la carrera atlética: históricos, metodológicos, científicos, antropológicos, filosóficos, humanísticos, y literarios.

Hoy, podemos disfrutar de tanto material reunido en estas páginas que ofrecen muchos datos e información acercándonos al estudio de la carrera atlética. Cada uno de nosotros puede a su forma y manera interpretar esta información. Es por eso que felicito al autor, René Vargas, además de tener la satisfacción personal que haya formado parte de mi grupo de corredores en la Universidad.

Tadeusz Kepka Entrenador de fondo.

Agradecimientos

El presente trabajo es producto de mi participación para la edición 37 del Medio Maratón de la Ciudad de Mexicali, Baja California, a realizarse el 11 de marzo de 2018. Agradezco al Presidente del Municipio de Mexicali, Lic. Gustavo Sánchez Vázquez; al M. A. Julio César León Ortega, Director del Instituto Municipal del Deporte y la Cultura Física (IMDECUF), así como al Prof. César Osuna Brambila, la invitación y la confianza que me brindaron para participar en este interesante proyecto, así como las atenciones que me brindaron en mi estancia en la Ciudad de Mexicali. Asimismo, agradezco la atención que tuve por parte de Alejandro Salas Muñoz, Lic. Guadalupe Adail Ramírez Granados, Lic. Zaray Ávalos Ibarra, Lic. Eleazar Colado Basilio, jefe de Desarrollo del Deporte, Lic. Jesús Alberto Lozano Rivera, y del Lic. Raúl Gilberto Meza González, todos integrantes del IMDECUF.

Debo especial agradecimiento por la confianza y apoyo que me brindaron a las siguientes personas: Dra. Julieta Valentina García Méndez, Mtra. Mónica Sánchez Vázquez del Mercado, Mtra. Karla Fabiola García Vega, integrantes de la Red Pedagógica Contemporánea; al Prof. César Moreno Bravo, miembro de la IAAF, Arturo Mendiola, la Dra. Julieta Aréchiga Viramontes del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, al Prof. Manuel García Robles, Profa. Stoyanka Dobreva, Lic. Alfonso Valadéz Andrade, Mtro. Rodrigo Dosal Ulloa, Julián Díaz Rodríguez, así como a Daniel González García que realizó algunas láminas que ilustran el documento. Todos ellos mis amigos, con los que estoy en deuda por su desinteresado apoyo y paciencia.

El Prof. Tadeusz Kepka, llegó a México el 24 de mayo de 1966 contratado por el gobierno mexicano para hacerse cargo del equipo de fondistas y medio fondistas que representaría al país en los XIX Juegos Olímpicos de 1968. Desde ese momento y hasta el final de su vida entrenó a los mejores corredores del país de distancias medias y largas. En algún punto el fondo mexicano fue de lo mejor a nivel mundial dirigido por él. Fue el creador de un sistema y una filosofía para forjar corredores de élite. Lamentablemente, desde hacía meses el Prof. Kepka ya no gozaba de salud, a pesar de esa circunstancia se mostraba entusiasta y animado; continuaba trabajando, acudía todos los días con su grupo de corredores para supervisar el entrenamiento. Además trabajaba en la revisión del presente documento, con la intención de prologarlo como se lo había pedido. El 15 de febrero me reuní con el profesor y Bernardo García para comentar sobre el trabajo, ese día recibí un borrador preliminar, que es el que aparece como presentación. La idea es que fuera un auténtico prólogo, sin embargo, las circunstancias no lo permitieron. Unos días después, la mañana del 18 de febrero el Prof. Kepka falleció. Dedico este trabajo al que fue mi entrenador y maestro en mi época de atleta en la Universidad Nacional.

René Vargas

Fotografías tomadas del libro de Jorge Muñoz Murillo, Deporte en México (Anecdotario), Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1979.

Frases para reflexionar sobre la carrera o correr es una filosofía.

“Porque si no creemos que hemos nacido para correr, no solo estamos negando la historia, estamos negando lo que somos.” David Bramble en Christopher McDougall, Nacidos para correr.

“[…] el mundo se divide en dos categorías: los que corren y los que no.” Gaia De Pascale.

“«¿Sabe por qué la gente corre maratones?», le dijo al doctor Bramble. Porque correr se encuentra arraigado en nuestra imaginación colectiva, y nuestra imaginación se halla arraigada en correr. El lenguaje, el arte, la ciencia; los transbordadores espaciales, La noche estrellada de Van Gogh, la cirugía intravascular; todo tiene su origen en nuestra capacidad para correr. Correr fue el superpoder que nos hizo humanos, lo que significa que es un superpoder que todos los seres humanos poseen.” Christopher McDougall, Nacidos para correr.

“Hombres de Oregón, yo les invito a ser conscientes de sus actos. Se podría decir que correr es, básicamente, un absurdo pasatiempo que sólo sirve para agotarnos. Pero si pueden hallar significado en el hecho de correr, han de procurar permanecer en este equipo. Tendrán oportunidades para hallarle sentido a otro absurdo pasatiempo: La vida.

Bill Bowerman, entrenador de corredores olímpicos y fundador de la Compañía Nike, tomado de la película “Sin Límites.”

“¡Uno no deja de correr porque se hace viejo, uno se hace viejo porque deja de correr!” Demonio de Dipsea, en Nacidos para correr de Christopher McDougall.

“Sabed que en una carrera todos corren, más uno sólo recibe el trofeo.” La Biblia, I Corintios, 9, 24.

“Todos nacimos para correr; todos nacimos porque podemos correr. Todos somos La Gente Que Corre, como siempre han sabido los tarahumara.” Christopher McDougall, Nacidos para correr.

“Correr, pues, es cuestión de tenacidad, coraje y valor.” Gaia De Pascale.

“[…] para sentir la exigencia de perseguir la idea de libertad que sólo la carrera puede dar. De otro modo no se explicaría la enorme difusión que la carrera ha tenido en los últimos años, en sus principales variantes de footing, jogging y running.” Gaia De Pascale.

“[…] el verdadero corredor es el que, día tras día, espera con la fe de un novicio el renovado encuentro con la naturaleza, sin más premio que vivir la armonía del cuerpo al escuchar sus pisadas […]”

Toni Lastra, introducción del libro El Maratón, Aspectos Técnicos y Científicos, 1994.

“Cuando uno deja la carrera, muere.” Gaia De Pascale.

“If I’m free, it’s because I’m always running.” [“Si soy libre, es porque estoy corriendo siempre.”] Jimi Hendrix, citado en Gaia De Pascale.

“And I run (And I run, and I run) ‘Cause life is too short.” [“Y corro (Y corro, y corro) ‘A causa de que la vida es muy breve’] The Scorpions, citado en Gaia De Pascale.

“Por lo demás, la carrera, después de todo, no es tan diferente del vuelo. A diferencia de lo que ocurre mientras caminamos, o durante una marcha, al correr hay un momento casi mágico en el que los dos pies están separados de la tierra.” Gaia De Pascale.

“Desde que aprendí a andar me gusta correr.” Friedrich Nietzsche.

“O porque en Kenia, como en algunas áreas del vasto continente americano, está aún viva la idea de que los hombres han Nacido para correr.” Gaia De Pascale.

“Correr magnifica el estrés y obliga al individuo a reestructurarse y redefinirse continuamente. Es imposible correr sin haber ejercitado también una actitud lo suficientemente templada para afrontar las dificultades.” Gaia De Pascale.

EL ATLETISMO, EL ORIGEN DEL DEPORTE

“Las fatigas de los jóvenes, en esfuerzos entrenadas, hallan gloria; y resplandecen con el tiempo sus obras, alzadas hasta el éter.” Píndaro (522 a 438 a. C).

“Mens fervida in corpore lacertoso”, es decir, “Mente cultivada en cuerpo entrenado.” Barón Pierre de Coubertin, el Restaurador de los Juegos Olímpicos (1863 - 1937).

“Los movimientos del cuerpo que se requieren para cazar y la guerra –correr, lanzar, saltar –se han ritualizado en los eventos de pista y campo, los cuales son suaves al corazón y al alma, la esencia misma de los Olímpicos.” Bernd Heinrich.

“Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia no es un acto, es un hábito.” Aristóteles (siglo IV a. C.).

«Importa sobre todo, decía, conservar el carácter noble y caballeresco del atletismo, que se ha distinguido en el pasado, a fin de que pueda continuar cumpliendo eficazmente, en la educación de los pueblos modernos.»

Barón Pierre de Coubertin, el Restaurador de los Juegos Olímpicos (1863 - 1937).

“A los griegos les debemos la máxima: No hay educación sin deporte, no hay belleza sin deporte; sólo el hombre educado físicamente es verdaderamente educado, sólo él es en efecto hermoso. Y, como nos enseñó Sócrates, lo hermoso es idéntico a lo bueno.”

Carl Diem (1966).

“Pero, por encima de todo, procuramos que los ciudadanos lleguen a ser buenos de alma y fuertes de cuerpo. Hombres así deben vivir en democracia y armonía, ayudándose mutuamente en tiempo de paz, y salvar la ciudad y mantenerla libre y próspera en tiempo de guerra.”

Luciano de Samosata (siglo II d.C.), Anacarsis o Sobre la Gimnasia.

El atletismo es el más antiguo, natural y elemental de los deportes, lo representa en su forma más pura. Los Juegos Olímpicos nacieron de una carrera pedestre, el stadion, una prueba de resistencia de rapidez. El atletismo es el más internacional de todos los deportes, el más universal. Es también, el nervio de los Juegos Olímpicos; podría decirse, sin faltar a la verdad, que sin atletismo no habría verdaderos Juegos Olímpicos; en su lema: Citius, Altius, Fortius, están reflejadas las tres manifestaciones que lo integran: las carreras, los

choloayan [lugar donde se corre] que era la pista de entrenamiento, mientras que para las carreras en línea contaban con una especie de estadio al que llamaban netlaloloyan [lugar para correr]. A lo largo del año, los seleccionados participaban en las competiciones que se celebraban en las distintas fiestas religiosas. Siendo en general excelente la preparación física, existía sin embargo un grupo de características [corredores] superiores, eran los llamados tlanquacemilhuitime, servidores del dios Quetzalcóatl, famosos por su agilidad y porque podían correr un día entero sin descanso]; estos eran alumnos del Calmécac, servidores especiales de Quetzalcóatl. Su forma y hazañas deportivas impresionaron a los cronistas, quienes llegaron a escribir que estos corredores estaban preparados para correr un día entero sin descansar.

Representación de Painal, nombre del vicario del dios de la guerra Huitzilopochtli.

Acerca de los painani (s. f.): Los hombres que corrían, que eran veloces al correr, eran reverenciados como dioses en Tlaltícpac, sobre la tierra. Eran ellos los painani, los corredores, los que al morir eran honrados como painani, el dios mensajero de Huitzilopochtli. Los painani, los que corrían, los que iban de un lugar a otro velozmente, eran hechos, eran preparados para ser ágiles, para ser rápidos en andar, en llevar las cosas, los mensajes; desde niños, desde que eran pequeños se les adiestraba, se les enseñaba a correr, a ir veloces a no fatigarse.

Los mensajeros de Huitzilopochtli, los painani, lo fueron también de los Tlatoani, de los señores de la palabra, de los señores de los mexicas, de los tenochca. Ellos eran escogidos entre los más presurosos, los más ligeros corredores. Cada año, en el mes en la veintena Panquetzalistli, en la fiesta del mensajero del dios de la guerra, se hacían competencias entre los más rápidos, los más ligeros, los vencedores vendrían a encarnar a painani. Estos hombres eran respetados y tenidos como dioses. Desde niños, se preparaban se adiestraban; ingresaban al Calmécac con la casta militar, allí daban fuerza a sus cuerpos, adquirían resistencia y habilidad para correr grandes distancias; subían laderas corriendo, subían

montañas y corrían en el campo, aprendían a conocer los caminos, las veredas en las montañas. Los que habrían de ser representantes vivos de Painani, el dios que va aprisa, que anda veloz; los que parecerían a Painani, se preparaban, se enseñaban a correr, a no fatigarse, a no detenerse ante ningún obstáculo. Las vísperas de las fiestas de Panquetzaliztli, todos los corredores corrían, lo hacían en grupos, se juntaban según sus edades en ese concierto lo hacían; allí escogían, allí aparecían los mejores para correr, los más aptos, los más resistentes al cansancio los más vigorosos, estarían en la fiesta de Painani. Todos ellos correrían nuevamente para que apareciese el mejor el que saliendo junto a los demás, llegase primero al término señalado; el que menos agotado terminara la jornada. Estos niños y hombres hábiles para correr, eran considerados elegidos de Huitzilopochtli y de su mensajero Painani para conferirles en Tlaltícpac, sobre la tierra, la misión de llevar los mensajes del propio dios a los hombres. En la fiesta de Huitzilopochtli, que era también de Painani, todo el pueblo participaba: unos corrían, los más debían correr y alentarían con gritos a los mejores, muchos hacían apuestas para el ganador, apostaban joyas de oro o de jade; apostaban también mantas bellamente bordadas, bolsas de cacao, todos acudían a la fiesta, de ahí saldrían hombres endiosados, los nuevos Painani. Los niños que se preparaban en el correr, subían corriendo hacia el templo donde estaba Huitzilopochtli, y también ahí estaba Painani. En esta carrera, aparecían quienes podrían llegar a ser buenos corredores, además aparecían los de poca fortaleza, ellos iban quedando agotados, esta carrera era un juego, los mejores eran honrados, pues se les tenía elegidos de Painani para ocupar su cargo en Tlaltícpac, sobre la tierra. A los vencedores se les hacían honores, pronto serían como dioses como el dios Painani, que era en la veintena Panquetzaliztli, cuando el mensajero de Huitzilopochtli era bajado del templo, para ser llevado corriendo por los pueblos del valle tenochca. En la fiesta cuando el mensajero de Huitzilopochtli, era bajado del templo, era recibido por los painani y por los sacerdotes quienes lo llevarían corriendo por todo el valle. Así los que iban a ser painanis, caminaban por el camino que va a Nonoalco; ahí les salía a recibir otro sacerdote con la imagen del dios Cuauitcatl, que es compañero del dios Painani, luego se guían hacia Tacuba, al lugar que se llamaba Tlaxotlan, de donde se guían hasta Popótlan para continuar hacia Chapultepec, donde pasaban frente al cerro y cruzaban un río que corría y que llamaban Izquitlan. Después de esa carrera agotadora hacían una ceremonia a Huitzilopochtli y a Painani para después continuar la carrera hacia Coyohuacan y desde seguían a Ixtacalco, de donde volverían al lugar que se llama Acachinanco, en la calzada de Tlacopan. Los corredores que cumplían su jornada, los que corrían sin agotarse, pasaban a ser Painani, ingresaban a las casas militares, a ser mensajeros de Huitzilopochtli y del Tlatoani, del señor de la palabra, del que habla para los mexicas del Tlacatecuhtli, señor de los hombres que los dirigía en el campo de batalla. Su rapidez era determinante para el triunfo o la derrota en la guerra, ellos llevaban los mensajes guerreros que Huitzilopochtli disponía, se requería su rapidez para informar al Tlatoani de todo lo que sucedía en el Anáhuac. Los painanis estaban siempre listos para salir como mensajeros del dios de la guerra, del señor de los tenochca, salían al encuentro de los enemigos porque entonces era preciso que

“Corredores tarahumares, fotografiados después de la carrera.” Tuaripa, Chihuahua, octubre de 1892. Fotografía tomada del libro Lumholtz, C., Montañas, duendes, adivinos…, Instituto Nacional Indigenista, México, 1996.

Irigoyen y Palma (1995), escriben lo siguiente acerca del origen de la carrera de la bola: “Si bien la tradición tarahumara refiere que la carrera de bola fue practicada por los rarámuri desde que éstos fueron creados por Dios y puestos sobre la tierra, muchas evidencias históricas y arqueológicas parecen demostrar que la presencia de la carrera dentro del patrimonio cultural tarahumara no es tan antigua. Según las investigaciones históricas del doctor Campbell Pennington, la más antigua referencia a la carrera de la bola es la del padre Steffel (siglo XVIII) suponiéndose su aparición en una fecha cercana a la del reporte ya que las anteriores relaciones de Neuman y Ratkay no mencionan la carrera. No obstante, Bennet y Zing si consideran la carrera como un rasgo de la antigua cultura tarahumara aunque hacen notar que, a pesar de que la carrera de la bola era ampliamente practicada en todo el Noroeste de México, en el área Cora –Huichol no era practicada.

El nombre ‘rarámuri’ o ‘tajúmari’, que de una u otra manera implica que la característica fundamental de los tarahumares es la de ser un pueblo de corredores, no necesariamente quiere decir que esta identificación sea precisamente hecha con la carrera de bola; sino con cualesquiera de los otros juegos que ellos practicaban o con la resistencia de los correos militares tarahumares que, de manera tan eficiente, sincronizaron los movimientos rebeldes de los cabecillas tarahumares, que como Gabriel Tepórame (Teporaka), tantos daños inflingieran a los conquistadores españoles. Pennington sugiere que las rarajípari vinieron a sustituir a los juegos que los tarahumares practicaban entonces con pelotas de hule crudo

(ulé o uláma). La carrera procedería entonces de la difusión desde el noroeste de los grupos ópatas y pimas que se sabe con un mayor grado de certeza que ya la practicaban.”

Continúan Irigoyen y Palma (1995): “Los tarahumares comparten con otros pueblos de corredores destacados (v. gr. los etíopes) la característica de ser pastores de montaña. El pastoreo proporciona un magnífico entrenamiento para la carrera ya que obliga al individuo a correr y a andar por los terrenos más inverosímiles que puedan concebirse, como las faldas de las profundísimas barrancas de la Sierra Tarahumara. El niño rarámuri desde los cuatro años es ya encargado de apacentar los cerdos y no es raro el encontrar que ya a los seis ya sea un experto en el arte de pastorear cabras y ovejas. […] La resistencia física alcanza en los corredores tarahumaras los límites de lo increíble: más allá de lo que se creería posible para el ser humano. Traduciendo esta información a cifras fisiológicas, Balke y Snow precisan: «Los participantes en tales carreras pueden recorrer más de 161 kilómetros (100 millas) en 24 horas: carreras que duran incluso 48 horas no son raras. Los datos disponibles indican pues que los corredores tarahumares experimentados son capaces de efectuar gastos de energía superiores a las 10,000 kilocalorías en 24 horas –una cantidad que se considera generalmente como el límite máximo del esfuerzo de trabajo que es capaz de alcanzar.» ahora bien, si estos autores hubieran tomado en cuenta que ha habido carreras hasta de 700 kilómetros o con una semana de duración sus conclusiones tal vez hubieran sido aún más sorprendentes.”

En otra parte Irigoyen y Palma (1995) comentan: “Las dimensiones de las carreras varían de una zona a otra lo mismo que las particularidades de los corredores: el corredor de Cabórachi tiene fama de ser muy veloz, mientras que los de Sojáwachi y Ojachichi, se dice, son los más resistentes de todos. Las carreras en el fondo de la barranca son rápidas y cortas, mientras que las de la cuenca del alto Conchos duran días y son mucho más lentas.

Los miles de tarahumaras que se han avecindado en la Ciudad de Chihuahua y sus alrededores practican carreras cerca de las presas que abastecen de agua a la población. Es decir, donde hay tarahumares hay carrera de la bola.”

Estos mismos autores Irigoyen y Palma (1995) en una nota de pie de página escriben: “El profesor Ignacio León Pacheco […] describe una carrera que literalmente enfrentó al norte de la Tarahumara occidental con el sur de la misma. Un atractivo más de tal carrera fue el de enfrentar un grupo de corredores de Cabórachi, reputados de ser los más rápidos de todos, con uno de la región de Bocoyna, los más resistentes.”

Adolescentes rarámuris jugando arihueta.

“Hay rarajípame que poseen una gran resistencia a la fatiga, pueden correr hasta tres días con sus noches. Estos radican, principalmente, por el rumbo de Sisoguichi, Creel y Sojáwachi. Por supuesto que esto implica que se corra a una velocidad menor de la que yo refería antes, pues, imagínese quien va a aguantar tres días corriendo a una velocidad uniforme. En cambio en la región de Norogachi, se corre casi a una misma velocidad durante toda la carrera; pero las carreras son mucho más cortas.”