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Parados sobre un volcán

Estamos parados sobre un volcán! Y no es precisamente de lava Manuel. Hay un informe que he obtenido de Efrén, el pariente que trabaja en contraloría del estado, un informe cuya credibilidad está garantizada, es del año 1876 cuando él se desempeñaba como asesor. El mismo anuncia que … el subsuelo del Estado Zulia, esconde grandes riquezas. Señala que en Isla de Toas, la piedra caliza, es de una gran calidad y cubre la extensión de la isla y a muy pocos metros del mar, aflora el carbón de piedra, superior a las minas del valle de Naricual en Anzoátegui, que otra mina de carbón de piedra aflora en Tulé, que en las galerías de Misoa hay varias minas de asfalto, conocido por los indios como mene, que en Cabimas hay seis leguas de extensión del mismo material, que otras minas del mismo crudo existen en las carreteras de Perijá, que en la misma zona perijanera, se encuentra cristal de roca y piedra que contiene cobre y unas leguas más allá, en la sierra se encuentran azabaches y otras piedras valiosas, que en Macoa se encontró incienso o ámbar debajo de un banco de arena, que cerca de Lagunillas la tierra resume petróleo y apenas a cinco leguas de Altagracia, en uno de sus potreros, hay corrientes de agua sulfurosa, que en la Boca del Catatumbo, fue descubierta una fuente y laguna de aguas calientes donde destella un relámpago constante sin sonoridades… esto Manuel, es un verdadero volcán que va a cambiar la faz del Zulia, del país y quizás de la tierra…

---Indudablemente Aniceto. Ya nuestros indígenas conocían el mene, empleado por ellos para calafetear sus embarcaciones y curarse alguna herida. Premonitorio Aniceto al advertir que estaríamos muy pronto parados sobre un charco de aceite. Ya en el Táchira, en la hacienda La Alquitrana, se había instalado

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una primera compañía minera para explotar el recurso. Y en Sucre en el lago de asfalto natural de Guanoco, se instalaba una empresa extranjera… Ojalá y ese volcán como bien describes, no nos arrase el fondo del alma.

---El fondo del alma nos arrasó, Cipriano Castro, “el Cabito”, cuando cerró la universidad en el año de 1904 y su flamante ministro de Educación Eduardo Blanco, le dio el ejecútese a tan ignominiosa acción. El mismo de la Venezuela Heroica y el mismo pajarito que sirvió de modelo al artista Arturo Michelena, cuando hiciera su obra Miranda en la Carraca…los argumentos inválidos, el clima mortal de que la universidad propiciaba el materialismo y el ateísmo, fue más que caldo de cultivo para que prospera tal acción…pero la razón verdadera fue la creencia del ministrico que señalaba que en el país sólo había cuatro profesiones. Médicos a lo Moliere, abogaduchos lisonjeros, una cauda de ingenieros que no levantaban un puente y muchos, muchos teólogos. Era necesario crear estudios prácticos que contribuyeran a la producción económica del país. Entonces, bajo su imperio se cierra la universidad y se crea en la ciudad el Instituto de Náutica, un instituto que no pasó de ser tinta en el papel…

Aniceto se hace Doctor en Leyes, un tribuno de verbo encendido y dispuesto a la controversia ilustrada.