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OLONES EN GIBRALTAR (II

LOS PIRATAS ATACAN A SAN ANTONIO DE GIBRALTAR EL CRUEL OLONES EN GIBRALTAR (II)

José Luis Gallani C. Cronista del Municipio Sucre

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En la sesión anterior, se expresa que ante la llegada del Olonés, los criollos lucharon fuertemente, especialmente el gobernador Gabriel Guerrero Sandoval, quien no rindió la playa hasta que le dieron muerte el 16 de Julio de 1666. Cuando los defensores le vieron inmolar el puerto capituló y los piratas fondearon sus barcos en San Antonio de Gibraltar y desembarcaron. De inmediato, se inició una sangrienta carnicería contra los criollos; más de 200 hombres habían muerto en defensa y 300 más fueron sacrificados al día siguiente, otros huyeron y se refugiaron en las montañas más cercanas; la mayoría de los nobles fueron sorprendidos y apresados, entre 100 y 150. Al día siguiente, los rehenes fueron reducidos al interior de la iglesia parroquial, en donde se prepararon y fortificaron los asaltantes. Entonces se procedió a recoger los cuerpos que habían quedado dispersos por las calles del puerto, más de 500 cadáveres, porque más de 100 forajidos también habían fallecido, los que fueron embarcados en dos piraguas y llevados a una legua de distancia, al interior del lago, en donde las embarcaciones fueron hundidas. Un día después, en medio de sus angustiosas horas, el hijo del fallecido gobernador Francisco Guerrero Sandoval dirigió una comunicación a las autoridades de la audiencia, informando el infeliz suceso en San Antonio de Gibraltar. Inmediatamente se ordenó al arsenal de Santa Fe de Bogotá, entregar 49 arcabuces al capitán Pedro Gaviria Navarro y una compañía de gente para que acudieran a la defensa del puerto. Igualmente, se notificó al castellano de las defensas de Cartagena de Indias para que estuviese atento a un eventual ataque de los forajidos. Mientras los emeritenses lograban reunir los socorros y las armas para auxiliar a Gibraltar, los filibusteros permanecieron en el puerto durante 14

días, perpetrando un sistemático latrocinio. Despojaron la iglesia mayor, el convento de San Agustín y los restantes 5 templos de Gibraltar de sus vasos sagrados, ornamentos de oro y plata y las alhajas; las mercaderías importadas que se depositaban en los almacenes, así como los embarques de caco y tabaco; utensilios de uso diario, fue robado. También las haciendas adyacentes fueron saqueadas. Las pocas mujeres que hallaron fueron ultrajadas y violadas, con sevicia, saña y sadismo, usando de ellas en sus torpezas y lazibias, algunas sobrevivieron y fueron secuestradas y trasladadas como esclavas sexuales a la isla de La Tortuga. Durante los 10 días siguientes, la mayoría de los rehenes murieron de hambre, al igual que los heridos, tanto los que estaban en el puerto como los que habían huido, dejando sus restos al descubierto en estado de descomposición. Todas estos hechos, son algunos de los elementos que han permitido la propagación de esas leyendas, cuentos, y expresiones orales que describen a Gibraltar desde una óptica vulgar y poco racional, como un pueblo mítico en el cual el pecado está presente en la mente de sus habitantes, sin darse cuenta que esos acontecimientos, son el pasado y el cimiento para la construcción de la actual sociedad venezolana y muy específicamente para la sociedad sucrense.

Fuentes consultadas:

Luis, Ramírez (2010) La tierra prometida del sur del Lago de Maracaibo y la villa de y puerto de San Antonio de Gibraltar. Fundación Editorial el Perro y la rana. Caracas – Venezuela.

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