Gracia del Evangelio

La Natividad Bajo Una Nueva Luz

Por Tawana Lowery

La vida de María y José y su viaje épico a Belén siempre ha sido una fuente de profunda inspiración. Su trascendente historia ha cautivado a millones de corazones y mentes durante siglos. Sin embargo, en el contexto actual de tanto malestar global, reflexionar sobre su lucha de esa noche silenciosa ofrece aún mayor inspiración este año.

Gran parte de su momento histórico se ha idealizado a través de imágenes,cuentos, villancicos y cosas así. Pero centrarse únicamente en su vida en ese contexto trivializa la extrema dificultad que soporta una pareja improbable que intenta hacer frente a 360-grados de incertidumbre mientras se adapta a las exigencias de un nuevo matrimonio y una nueva vida.

Sin previo aviso, su simple existencia fue interrumpida por un complicado caos y opresión. No tenían idea de cómo se desarrollaría el futuro. No había ninguna historia navideña bellamente empaquetada para leer. No hay un belén iluminado que ayude a dar sentido a su aparentemente oscura realidad. La vida que esperaban fue secuestrada por circunstancias que no habían planeado. Sin embargo, siguieron adelante. Mantuvieron la fe y terminaron la carrera.

PORQUE SOMOS HECHURA SUYA, CREADOS EN CRISTO JESÚS PARA BUENAS OBRAS, LAS CUALES DIOS PREPARÓ DE ANTEMANO PARA QUE ANDUVIÉSEMOS EN ELLAS. (Efesios 2:10 NVI)

Avanzando hasta diciembre del 2023. La vida vuelve a ser extremadamente desafiante. La incertidumbre abunda a un ritmo vertiginoso. La vida que muchos imaginaban ha dado un giro abrupto o parece completamente fuera de su alcance. Lamentablemente, la inestabilidad perpetua ha tentado a algunos creyentes a desanimarse.

Bueno, tal vez esta sea la Navidad en la que podamos asegurar nuestra alegría arrojando nueva luz sobre la vida de María y José. Quizás este año tengamos la oportunidad de ver que su vida es similar a la nuestra. Mientras nos tomamos el tiempo para sentir empatía por sus dificultades, consideremos también las anclas eternas que permitieron su determinación inquebrantable de cumplir su destino. De hecho, creo que podemos observar tres principios importantes que se aplican a nuestras vidas hoy.

1. Recuerda siempre quién eres y el llamado en tu vida.

Recordar quién eres y el llamado que Dios te ha dado es especialmente crucial en tiempos de cambios rápidos y lucha prolongada. María y José recibieron un mensaje directo sobre su identidad y llamado antes de emprender su tarea. Vemos el mismo patrón con Gedeón, Abraham y Yeshua. No es coincidencia que Dios elija este enfoque porque nos llama tal como somos en el reino antes de enviarnos a hacer avanzar Su reino. Cuando estamos cimentados en nuestra verdadera identidad, ésta infunde en nuestra alma la verdad que nos impulsa hacia adelante en la fe. Nuestra fe es el combustible que nos permite terminar nuestra carrera.

Los embajadores del Reino nacen, tienen talento y son asignados específicamente para tiempos de grandes desafíos. Como nos recuerda tan elocuentemente el rabino Pablo en Efesios 2:10: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (NVI).

2. En segundo lugar, debemos recordar la fidelidad de Dios cada día.

Recordar la fidelidad de Dios incluye recitar Escrituras sobre Su provisión, presencia, amor inmutable y todas Sus promesas como nuestro Avinu Malkeinu: ¡nuestro Padre y nuestro Rey! Pero también incluye recordar el pasado a medida que avanzamos. Debemos hacer como lo hizo el rey David como está registrado en el Salmo 77:11, me acordaré de las obras del Señor. Seguramente me acordaré de tus maravillas antiguas (NVI).

Recordar las provisiones pasadas de Dios, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, nos fortalece con una mentalidad victoriosa y energiza nuestras almas para superar la presión presente. Recordar la bondad del Señor era una práctica diaria para María y José, según las tradiciones de su fe. Que sea lo mismo en nosotros.

3. Finalmente, debemos recordar la meta eterna.

Cuando el camino es largo y la presión aumenta, a todos nos llega la tentación de tirar la toalla. Pero los que perseveran hasta el fin recibirán la recompensa. Quienes cruzan la línea de meta reciben la corona. Como se nos recuerda en 2 Corintios 4:17, nuestra leve aflicción, que es sólo por un momento, está produciendo en nosotros un peso de gloria mucho más excelente y eterno (NVI).

Para María y José, la persona de Jesús dio sentido a su camino. El Verbo hecho carne estuvo con ellos en todo momento. Y su gloriosa aparición fue la recompensa. Como sucedió con María y José, no tenemos una visión clara de cómo se desarrollarán los próximos días. Lo más probable es que nos esperen aguas inexploradas. Posiblemente nuestra fe será desafiada de maneras nuevas e inimaginables. Sin embargo, abracemos la luz de esa noche silenciosa como un recordatorio de las lecciones eternas de un hombre y una mujer improbables que mantuvieron su fe en medio de dificultades sin precedentes.

En la tempestad, en la prueba, en el caos y el conflicto, el Alfa y la Omega están siempre con nosotros; Él siempre está para nosotros. Desde la eternidad hasta la eternidad, Él está magníficamente presente en todos los detalles de aquellos comisionados para llevar la presencia y la persona de Yeshua, nuestra salvación.

Ya sea alrededor de la mesa familiar, en la imponente oficina de la esquina o a lomos de un humilde burro, todos llevamos la esperanza como ancla para nuestra alma. Y sin importar el desafío, podemos seguir adelante con valentía y gozo, sabiendo que Aquel que comenzó la buena obra en nosotros la llevará a cabo hasta la gran revelación de Cristo Jesús.

Tawana Lowery es oradora internacional, coach de mujeres líderes, autora, presentadora de podcasts y directora ejecutiva de Miss Overcomer Global. Obtenga más información sobre Tawana y su ministerio en www.MissOvercomer.com o envíele un correo electrónico a Tawana@MissOvercomer.com.

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