BLOQUE III - COLABORACIÓN
Bloque III: Colaboración con la Administración. Interlocución
¿Cómo pueden las profesiones contribuir al consenso económico, político y social? El ámbito ecológico, territorial y también el de igualdad estuvieron representados en el Congreso UP 20+20 ‘Profesiones unidas por un mundo en cambio’ mediante la intervención en la mesa de debate del 5 de marzo, de Alicia Torrego, directora de la Fundación Conama, de Josefina Gómez, catedrática emérita de Geografía en la Universidad Autónoma de Madrid y de Isabel Tajahuerce, delegada del Rector para Igualdad de la Universidad Complutense de Madrid. Tres retos de presente que se arrastran desde el pasado: medio ambiente, despoblación e igualdad que se expusieron por dichas participantes, para después dialogar entre ellas en un coloquio moderado por la periodista Ana Samboal, quien quiso en primer lugar conocer la posición de cada una de las intervinientes con respecto al vínculo entre profesiones y administraciones públicas en sus respectivas materias. Profesiones ante los retos actuales «Resulta difícil pasar del diagnóstico a la acción», comentaba Alicia Torrego con el fin de situar a las profesiones ante el reto de la sostenibilidad medioambiental. La sensación de urgencia que se ha hecho más que evidente, muy especialmente, después de la celebración en España de la COP25, necesita de las profesiones, de su transversalidad, porque tal y como subrayó: «hay que construir nuevos paradigmas», en los que la responsabilidad de las organizaciones profesionales es clave, a través de la búsqueda de «nuevas formas de diálogo y un nuevo modelo organizacional que nos permita trabajar en alianzas más fuertes y nuevas capacidades de liderazgo». Para Torrego, el profesional del siglo XXI «ha de estar comprometido con la búsqueda de soluciones globales». Ante el reto de despoblación, más acusado en los últimos
Isabel Tajahuerce, Ana Samboal, Alicia Torrego y Josefina Gómez
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tiempos, aunque proveniente, como precisó Josefina Gómez, desde el siglo XIX, «el mayor problema se encuentra en la baja tasa de fecundidad», apuntando igualmente al excesivo atractivo que desde las ciudades se traslada sobre las oportunidades que a los jóvenes ofrecen las urbes, en detrimento de los territorios locales, que por otra parte no se encuentran vacíos porque siguen manteniendo sus entornos, sus paisajes, sus montañas y sus ríos. Por esto, Gómez consideró imprescindible que «la sociedad civil y las profesiones se comprometan con la estrategia transversal marcada desde el Ministerio de Transición ecológica y Reto demográfico, planteada conjuntamente con otras administraciones». Esta cuestión hace, para la catedrática emérita, que la despoblación pretenda ser asumida únicamente desde una óptica administrativa, lo que no resolverá el problema de manera sistémica. Por su parte, Isabel Tajahuerce quiso comenzar su intervención reflexionando sobre la urgencia de comunicarse empleando un lenguaje inclusivo, «porque solamente existe aquello que se nombra», y así animó a las profesiones a «formar en igualdad». Y es que la problemática de género y las profesiones enlaza con la primera concepción de ‘ciudadano’, como término masculino asociado a quien podía, además de dedicarse a la política, ejercer una profesión. Tajahuerce se refirió en este punto también al contraste socioeconómico entre profesiones feminizadas y masculinizadas y en lo que ello supone al traducirlo en datos que tienen que ver con el salario y con el empleo, por ejemplo. Para contribuir a paralizar este círculo vicioso, la experta en comunicación alentó a las profesiones a «incorporar la perspectiva de género mediante la formación en igualdad», lanzando un mensaje definitivo: «hay que considerar el mundo al completo, al 100%, y poner la vida de las personas en el centro». Interlocución necesaria con los poderes públicos Las profesiones pueden favorecer a que estos tres retos señalados y explicados por las participantes en esta mesa de debate se minimicen. «Se deben crear las condiciones necesarios en los territorios que se despueblan», comentaba Josefina Gómez, «sus habitantes tienen que tener accesibilidad a los mismos servicios que en las ciudades». Servicios esenciales como los sanitarios (centro de salud, farmacia…), como los jurídicos o los sociales. Todo con el fin de seguir considerando los territorios que ahora se les califica como ‘despoblados’ como «territorios de oportunidades». Se necesitan
nº 184 g marzo-abril 2020