f MEDIO AMBIENTE El plan de Jeremy Rifkin para salvar nuestro planeta
Uno de los sociólogos más reconocidos de nuestro tiempo, Jeremy Rifkin, ha publicado nuevo libro, El Green New Deal Global, en el que da las claves precisas para librar a nuestro planeta del sexto peligro de extinción de especies. Invitado a España por la Fundación Rafael del Pino, el veterano activista contextualiza las pautas a seguir en un 'New Deal' de similiar calado al de 1930.
Esther Plaza Alba «Empieza a entenderse que nuestra especie está en peligro». De esta manera se expresaba el autor La Tercera Revolución Industrial, Jeremy Rifkin en la presentación de su nueva obra, El Green New Deal Global, sobre la reciente toma de conciencia por parte de nuestra sociedad actual del peligro que supone no hacer nada ante la emergencia climática que científicos de todo el mundo han puesto de manifiesto en diferentes informes internacionales. Una vez asumida la debilidad de los ecosistemas ante un ritmo climático insólito, «necesitamos un nuevo plan», una hoja de ruta que sitúe a las infraestructuras (con nuevos modos de comunicación y de movilidad) en la base de un nuevo desarrollo económico, que pueda avanzar desde la globalización a la «glocalización». El Green New Deal que Rifkin propone huye de los combustibles fósiles, generando el 100 % de la electricidad mediante fuentes limpias y renovables en los próximos diez años. Una nueva infraestructura que llegará de la mano de la inteligencia artificial y que conllevará nuevas formas de negocio y por ende, nuevas formas de empleo, que a su vez necesitará de profesionales cualificados, con el fin de producir un «cambio completo en el sistema», dejando atrás la era del progreso para ingresar en la «era de la resiliencia» (la adaptación para superar la adversidad), y así ajustarnos a una naturaleza que ha mutado en violenta a través de los cada vez más persistentes desafíos climáticos. En este sentido, Rifkin ya prevé un nuevo cuerpo de profesionales, un Cuerpo Verde, conformado por millones de jóvenes, preparados para responder ante las emergencias climáticas, proporcionando ayuda y recuperación en aquellas zonas devastadas por aquella naturaleza que decidió despertar y tomarse la revancha. Estos nuevos profesionales estarán formados también para favorecer la prevención en las comunidades vulnerables, que llegarán a ser todas: «cada comunidad es, potencialmente, una comunidad desfavorecida». Como todo plan necesita un deadline: «2050 será demasiado tarde». Rifkin propone materializar el Green New Deal Global en un máximo de treinta años: «veinte años para las infraestructuras primeras y otros diez para las infraestructuras más maduras». Así se avanzará hacia una economía social y compartida, donde destacará el compromiso social profundo, muy presente en la sociedad civil de nuestro tiempo. Tal y como pronostica el sociólogo y economista a mediados de siglo una mayoría de los empleados en todo el mundo pertenecerá al sector sin ánimo de lucro, mientras que la economía capitalista será atennº 182 g noviembre-diciembre 2019
© Fundación Rafael del Pino
dida por la tecnología inteligente y requerirá de una mínima fuerza de trabajo profesional y técnica. El plan de Jeremy Rifkin que ha planteado en EE.UU, en China o en la Unión Europea tiene sobre todo que ver con las infraestructuras, como sucedió en las revoluciones industriales que precedieron a esta en la que estamos a punto de aterrizar. En este caso, tiene que ver con la banda ancha, los big data, el coste marginal cercano a cero, los vehículos eléctricos y los edificios conectados. También con la eficiencia energética, con las carreteras inteligentes o con la conexión de regiones. Para su financiación, Rifkin propone bancos verdes o bonos verdes y además plantea atender a los fondos de pensiones que hasta ahora han estado destinando sus inversiones a los combustibles fósiles. Se trataría entonces de revisar estos planes de ahorro, desinvertir su destino para volver a invertir en energías limpias, en desarrollo sostenible: «No necesitamos nuevos impuestos para crear las nuevas infraestructuras para ir hacia cero carbono, sólo establecer bancos verdes en cada país y región alimentados por el dinero de los fondos de pensiones y soberanos, interesados en retornos a largo plazo estables» (La Vanguardia, 25 de octubre). Profesiones g 47