Religiosidad popular dominicana Creencias y prácticas de la religiosidad popular B Francisco Javier Lemus, S. J. y Rolando Marty
yo quiero tener el poder de tu dominio para confundir a todos mis enemigos y a la persona que me mortifique. ¡Oh! Piedra Imán, yo te pido encontrar buen trabajo y poseer tu secreto y tu fuerza para adelantar en mis negocios y ganar en el juego, yo deseo la prosperidad y que buena estrella me ilumine en mi próximo viaje, yo quiero que cese el enojo de la persona a quien aprecio. Piedra Imán: cambia mi triste situación y espanta la sombra que me persigue, resguárdame de los celos y líbrame de las malas lenguas viperinas, atiende a mis súplicas y concédeme lo que te pido si es que de ti la merezco. Amén. Padre Nuestro, Ave María. Plegaria. Misteriosa Piedra Imán, dame tu poder de fuego, dame tu encanto divino y préstame tu talismán para ganar en el juego y adelantar en mi negocio, alumbrar mi camino, te daré hilos de plata, te daré granos de oro para que cubras mis faltas y que aumentes mi tesoro te daré polvos de cobre para que todo sobre y allanes mi sendero te daré cuenta de azabache y de ámbar otra cuentecita, te daré un granito de coral para que nadie me haga mal misteriosa Piedra Imán.
–Oración al Pan de Cada Día Para todo el que lo necesite.
Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Hispanoamérica desde 1910 B Nuestra Señora de la Altagracia, la advocación mariana más popular de los dominicanos.
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Jesús, María y José al levantarme te pido trabajo, salud y progreso, San José Labrador, acompáñame donde voy a ganar mi pan de cada día con el sudor de mi frente; los tres Ángeles de Jesús me acompañen. Los siete abogados del trono de Jesús vayan conmigo y hablen por mí donde yo voy a solicitar empleo. Padre Nuestro, Ave María. Jesús vaya conmigo y hable por mí donde voy a solicitar empleo. A San Joaquín, San Pablo y San Miguel, los invoco también y estos siete credos que rezo me ayuden por Jesús, María y José. ¡Oh! Dios mío, dame EL PAN que merezco y sea tu voluntad la que decida mi suerte. ¡Oh! Padre mío, si yo he negado pan a mi hermano habiendo tenido oportunidad de darle sea por trabajo o por caridad; perdóname mi ignorancia de haber faltado a la ley. Padre Nuestro, Ave María.