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HEMOS APRENDIDO MUCHO EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO
El virus que cambió [para siempre] la educación en el mundo Quién nos iba a decir en diciembre que íbamos a vivir la revolución educativa más trepidante que se recuerda. Pues la hemos vivido, de momento hemos sobrevivido, y ahora toca recapitular. Aprender de nuestros errores siempre dio resultado.
Entre Estudiantes
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a crisis del Coronavirus nos pilló a todos por sorpresa. De un día a otro. Nos habían avisado. Algo muy grave estaba pasando en el mundo, pero parecía que solo podía afectar a otros. La OMS hablaba de pandemia, pero con nosotros aquello parecía que no iba. De sopetón, sin tiempo para reaccionar, los colegios, institutos, centros educativos y universidades cerraron sus puertas. Millones de alumnos y docentes se quedaron sin clase y sin poder cerrar la boca de asombro. El Ministerio de Educación y FP y las comunidades autónomas comenzaron el baile de la improvisación. Al final la pelota aterrizó en el tejado de los centros. Cada uno “tiró” hacia donde pudo. Con más o menos acierto. Muchos centros han salido fortalecidos de la peor crisis que hemos conocido, pero otros apenas han respondido ante el estupor de padres y alumnos. Mientras rectores de Universidades y directores de colegios explicaban en los medios el éxito de la teleformación o la teledocencia, padres y alumnos explotaban en las redes sociales. En Torrelodones, localidad serrana de la Comunidad de Madrid famosa por la excelencia de sus colegios, se han vivido modelos muy diferentes. Desde un colegio
concertado donde los alumnos se sentaban delante del ordenador a las 9 de la mañana, para recibir online las mismas clases que durante el curso; al colegio público en el que sus alumnos no han recibido ni una sola hora de teleformación. “Los exámenes serán muy similares, ¿pero quién irá mejor preparado?”, pregunta una madre irónicamente. Su hijo avanza a paso lento “sin ayuda de sus profesores”. “Solo le mandan deberes y más deberes. Su padre y yo le ayudamos y tenemos una profesora particular online que suple lo que debería hacer el colegio”. Los padres trabajan, muchos de ellos en casa, y apenas tienen tiempo para hacer frente a una situación que les desborda. ‘El caos de la teledocencia’ Entre estos dos modelos extremos, otros colegios han optado por una versión light de las clases online: dos o tres horas cada día. “Mates, Lengua, Inglés y algo del resto”, explica la madre de un alumno de 6º de Primaria de Bilbao. “Me duele que no haya Plástica, Educación Física, Religión… Es como decirles a los niños que son ‘marías’, asignaturas que no sirven para nada”. En la Universidad se ha vivido algo similar. Recientemente los alumnos de la Universidad de Barcelona explotaban tras escuchar a algunos de los responsables ‘sacar pecho’. “La ‘teledocencia’ ha sido un caos. Las direcciones no pueden utilizar el buen trabajo que han hecho unos pocos profesores por su cuenta para vender que ha sido