LA TFP PRESENTA UN ANALISIS DE LA SITUACION MUNDIAL
COMUNISMO Y ANTI-COMUNISMO EN EL UMBRAL DE LA ULTIMA DECADA DE ESTE MILENIO PLINIO CORRÍA DE OLIVEIRA PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL DE lA 'IFP BRASILEÑA
1 Descontento, incendio que disgrega al mundo soviético Las reformas perestroikianas en la Rusia soviética, los movimientos políticos centrífugos que hace días casi llevaron a la guerra civil a Azerbaiyán y a sus enclaves armenios, agitan también a Lituania, Letonia y Estonia, en las orillas del Báltico, como, más al sur, a Polonia, Alemania Oriental y aún a Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgariay Yugoslavia Aumentadas con la espectacular caída del muro de Berlín y de la cortina de hierro, esas conmociones constituyen, en su conjunto, un movimiento ciclópeo como no se vió mayor desde las dos conflagraciones mundiales o, tal vez, desde las guerras de Napoleón. Todo esta modificación contemporánea del ~ europeo se reviste, aquí y allá, de circunstancias y significados diversos. Pero por encima de todos éstos hay un significado genérico, que los engloba y penetra a todos como un gran impulso comful: es el Descontento.
* Descontento con "O" mayúscula Escribimos esta última palabra con "D'' may 6scula, porque es un descontento hacia
el cual convergen todos los descontentos r~ionales y nacionales, los económicos y culturales, por muchas y muchas décadas acumulados en el mundo soviético, bajo la forma de una apatía indolente y trágica, de quien no concuerda con nada, pero está impedido físicamente de hablar, de moverse, de levantarse, en suma, de exteriorizar un desacuerdo eficaz. Es el descontento total pero, por así decir, mudo y paralítico, de cada individuo en su casa, su tugurio o
su choza, donde la familia tantas veces no existe más, habiendo sido frecuentemente substituído el matrimonio por el concubinato. Descontento porque la; hijos fueron sustraídos más de una vez del "hogar" y entregados compulsivamente al Estado, recibiendo sólo de éste la educación global. Descontento en los lugares de trabajo, en los que la pereza, la inac.ción y el tedio invadieron gran parte del horario, y donde los salarios mediocres alcanzan apenas para la compra de productos y artículos insuficientes y de mala calidad, frutos típicos de la industria estatizada en virtud del régimen de capitalismo de Estado. Alo largo de las colas fmmadas frente a los establecirnientoo comerciales, en cuyas estanterías casi
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vacías se deja ver desveigonzadamente la miseria, lo que se comenta con susurros es la completa carencia cualitativa y cuantitativa de todo. Descontento, principalmente porque en todas partes hay casos en que el culto religioso está prohibido, iglesias cerradas y en las escuelas la predicación religiosa es coartada e impera la enseñanza compulsiva del materialimo, del ateísmo, en una palabra, de la ineligión comunista E conjunto de estos males causa más lástima que la mera consideración de cada uno en particular. En suma, si contra este o aquel aspecto de la realidad soviética se manifiestan quejas, los hechos más recientes hacen evidente que contra el conjunto de esa realidad se propaga un incendio de verdadero furor. Furor que, por el propio hecho de afectar al conjunto, alcanza al régimen e inflama todas las capacidades de indignación de la persona humana: un descontento global contra el régimen comunista, contra el capitalismo de Estado, contra el ateísmo despótico y policialesco, contra todo lo que, en fin, resulta de la ideología maJXista y de su respectiva aplicación a todos los países ahora en convulsión. Es el caso., pues, de hablar de Descontento. Probablemente el más amplio y total descontento que la Historia haya conocido.
* Medrosas y malhumoradas concesiones de Moscú Se ve claramente que es para evitar la transformación general de esos descontentos en revoluciones y guerras civiles, que Moscú viene haciendo aquí y ali á medrosas y malhumoradas concesiones. Pero, a la luz de los hechos, el alcance de tales concesiones es de lo más dudoso, pues aún cuando sean aptas para calmar un