MOSAICO
Amigos del Museo y de las Bellas Artes de Lora del Río
Antonio García Olivares Presidente de la Asociación
NuestRA HISTORIA
C
ualquier profano que se inicie en la materia histórica de nuestro pueblo se planteará qué relación tiene Lora del Río con la magnificencia y leyendas de la ciudad palaciega de Madinat al-Zahra, “ciudad de Azahra, ciudad brillante o de la flor”. No cabe duda de que la tiene, pues la población de Lora era una de tantas poblaciones que dependían del califato cordobés, mediante la cora administrativa de Sevilla. Las obras de Madinat al-Zahra, la perla de Al-Andalus, se iniciaron entre el 936 y 941, durante el califato donde reinaba Abd Al-Rahman III, llamado Al Nasir, aquel que hace triunfar la religión de Dios (929 – 960). Cuenta la leyenda que este quiso honrar a su favorita Zahra (flor) con la construcción de la ciudad, llena de magnificencia y esplendor, y sería llamada por todos “la ciudad de al-Zahra o de la flor del azahar”. A veces, la realidad se maquilla con la leyenda, que dice así: “corre el año 929 cuando se proclama el estado califal en Al-Andalus y Abd Al-Rahman III adoptó el título de califa, príncipe de los creyentes. Entre sus aspiraciones estaba crear una nueva ciudad para consolidar su nuevo régimen político e inició sus obras entre los años 936 y 940”. Si Córdoba fue llamada en tiempos del califato “el ornato del mundo”, Al Nasir le dio una rival: su ciudad de la flor. Esto señalaba la religiosa Hroswitha de Gandersheim, que pertenecía a la orden benedictina en la Baja Sajonia.
REVISTA DE FERIA Y FIESTAS POPULARES 2020
La población de Lora, allá por las postrimerías del siglo XII, poseía un gran castillo asentado sobre un promontorio o tell de 40 metros sobre el nivel del mar y se hallaba situado en la margen derecha del río Guadalquivir, y cercano a la desembocadura del afluente denominado Churre, donde confluían las vías de comunicación entre la vega y la sierra. Según diversos autores, entre ellos Magdalena Valor Piechotta, los restos conservados actualmente datan de época almohade entre 1147 y 1248. El tell sobre el que se asientan los cimientos del castillo está fechado en la Edad del Bronce, entre 1500 y 1000 a.C., según los sondeos realizados por el profesor José Remesal. Al mismo tiempo, se han encontrado cerámicas orientalizantes figuradas con cabeza de grifo de suma importancia, además de restos de época ibero-romana y medieval. Si nos remontamos a la Antigüedad, la población de Lora, ya mencionada por Plinio el Viejo en su Naturalis Historiae, describe a Axati como una población a orillas del río Baetis, que pertenecía al conventus hispalensis. Con la llegada del emperador Vespasiano se le concede el derecho romano (ius Latii) como a las demás poblaciones de la Hispania, hecho acaecido sobre el año 73 d.C. y pasaría a llamarse “municipium Flavium Axatitanum” o “Axatianum”. Desde ese momento, Axati tenía todos los derechos adquiridos.
92