-Bueno, yo le confieso que no estoy por dentro de ese tipo de patologías. Yo no estudié embriogénesis indiqué medio a contra gusto, y por sentirme más inútil que abanico de papel higiénico. -Pues le diría que las patologías del sistema neuromotor, si es que usted aún está interesado en descubrirlas, mi querido colega, estas son las que afectan a los mecanismos receptor y transmisor que implican en afecciones
neuromusculares,
incluyendo
al
sistema
nervioso y dificultando el control del movimiento. En este grupo, las más características son la parálisis cerebral y la espina bífida; y en cuanto que las psicomotrices no presentan daños físicos o neurmoleculares, sí presentan unos
niveles
muy
bajos
de
habilidad
motriz
y
coordinación. Y para agregar, le cuento que las patologías físicas, son aquellas que se refieren exclusivamente al mecanismo efector. Mismo que la disertación explicativa de mi interlocutor fuese por demás interesante, yo estaba más perdido de gusano en manzana de plástico, y a esas alturas del partido, el tema ya me estaba pareciendo más aburrido que pulga en pieza vacía. -Sobre la torpeza motriz, yo le diría -añadió Cayetano con entonación profesoral-, que no existe consenso en las causas pero sí en la necesidad de Logogrifos en el Vagón del “The Ghan”
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