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www.eltiempo.com - DOMINGO 7 DE MAYO DE 2017 - EL TIEMPO

debes saber

Especial Sisbén

sa (la que tiene en “Les arriendo). pagan a los Argemiro Rivera, líder social encuestadores de Soledad, saca para mentir en una lista de los los datos del posibles merecedores de los subinmueble”. sidios de mejoramiento de vivienda a los que debe visitar. En ella está resaltado con color naranja el nombre de Dilia Camargo y a su lado aparece escrito en tinta negra y letra mayúscula “No necesita”. Rivera cuenta que en Soledad es común encontrar casos como el de Biancolina y Dilia, porque durante mucho tiempo el Sisbén estuvo controlado por partidos políticos. “Era normal escuchar que un concejal ofrecía meternos al Sisbén con puntajes bajos si votábamos por él”, asegura. Además, dice el líder, la alteración en los puntajes de la encuesta se ha intensificado porque hay personas que les pagan a los encuestadores para mentir en la información del inmueble. De hecho, de acuerdo con Planeación Nacional, este es uno de los municipios del país que más presenta casos de inconsistencias en la información. El municipio de Soledad pasó de tener 7.445 casos en verificación en el 2015 a 9.529, al corte de febrero del 2017. Otro caso de presunto fraude en esta población es el de familias con bajos puntajes en el Sisbén y cuyos miembros declararon ser muy pobres y no tener ningún tipo de ingreso económico; sin embargo, en la verificación se han encontrado casos donde solo uno de los integrantes recibe ingresos por más de 6 millones de pesos al mes. Por casos como estos, Biancolina, igual que muchos soledeños que quedan justo al final de la fila de la base de datos, pierden la oportunidad de recibir subsidios y ayudas que el Gobierno ofrece para quienes más lo necesitan.

Argemiro Rivera, líder social

Dilia Camargo, vecina de Biancolina.

La mitad de la casa de Biancolina Escorcia, de 69 años, no tienen techo ni piso. Foto: Vanexa Romero / EL TIEMPO Leidys Becerra Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO Soledad. Cuando Biancolina

Escorcia, de 69 años, usa el baño de su casa debe hacerlo bajo el inclemente sol del municipio de Soledad, Atlántico. Lo mismo ocurre cuando cocina o camina hacia su patio, porque solo la mitad de su casa está cubierta con tejas de eternit y piso de cemento. En la sala no hay muebles, comedor o televisor; la adornan unas sillas plásticas en las que se sientan quienes viven con ella: su hijo, su nuera y sus dos nietos. Esta mujer sobrevive con el dinero que le da su hijo, mototaxista de oficio, y con lo que consigue a diario vendiendo almuerzos a 2.000 pesos. A pocos metros de su casa se ubica una vivienda con todas las comodidades que le faltan a la de Biancolina, pero no la habita su dueña, Dilia Camargo, quien recibe 300.00 pesos mensuales por el arriendo, y que en la calle contigua tiene además una gran ca-

Pese a su pobreza, Biancolina aparece entre ricos de Soledad

Ella tiene 51,78 puntos en el Sisbén. Pero una de sus vecinas, que vive en una casa de tres pisos y con mejores condiciones, apenas tiene 14 puntos. sa de tres pisos, amoblada y con ventanas y puertas en madera tallada. Estas mujeres residen en el barrio Ferrocarril, un sector de estrato uno de Soledad. Sin embargo, Dilia tiene un puntaje de 14,01 en el Sisbén, uno de los más bajos en la escala de la encuesta, y por eso puede acceder

Hasta ganaderos reciben subsidios en Arroyohondo John Montaño Enviado Especial de EL TIEMPO Arroyohondo (Bolívar). Arroyohondo es un pueblo hecho horno, que se eleva seco, agreste y rodeado de ranchos humildes que levantaron miles de familias desplazadas por la violencia en las faldas de los Montes de María, pero también es el municipio, por número de pobladores, con más casos de colados en el Sisbén en el país. La población cuenta con 10.600 habitantes, y de ellos 9.900 están en esa base de datos y el 15,60 tiene inconsistencias en la información. Y es que esto parece una tendencia en los últimos años. Por ejemplo, en el 2015 había 1.270 casos en verificación, para un porcentaje del 14,50 por ciento de la población, y en el 2016, 1.362, para un 15,26 por ciento. La mayoría de los colados en Arroyohondo, donde la temperatura alcanza los 29 grados en la sombra, pertenecen a un puñado de familias, que mantienen puntajes bajos y no actualizan sus datos desde hace media década y sí reciben recursos del Estado. Un solo hogar, al cual pertenecen ganaderos, empleados públicos y pensio-

Esta es una de las dos casas que tiene Dilia, quien vive en el barrio Ferrocarril y registra puntaje bajo en el Sisbén. Vanexa Romero / EL TIEMPO

nados, que tienen lujosas propiedades en el corazón del pueblo, es señalado de estar colado. Por ejemplo, de esa familia, una profesora pensionada y dueña de una casa de campo aparece con 18,5 puntos en el Sisbén, lo que le ha permitido beneficiarse del subsidio de Familias en Acción. Pero tal vez el caso más indignante para las autoridades locales es el de un ganadero propietario de una casona blanca en la calle del Polito, en el centro. Este hombre, quien fue candidato a la Alcaldía, aparece con 19,9 puntos, por lo que recibe un subsidio bimensual del programa que ofrece Prosperi-

En Soledad, investigan a 6.905 hogares por entregar datos falsos.

dad Social. En la lista de colados también está una profesora pensionada y propietaria de una vivienda en el exclusivo barrio de Tesca. Aunque ella tiene 36 puntos en la base de datos, cuentan en el pueblo, viene exigiendo que le bajen más el puntaje con el fin de aspirar al subsidio de Familias en Acción. Otra es la historia de un centenar de hogares pobres que viven en la periferia, y con muchas bocas por alimentar, pero están fuera de los beneficios. “El problema es el sistema y la forma como están calificando, porque en Arroyohondo hay mucha gente con hambre, pero la plata de los programas sociales se la están embolsillando los que no la necesitan”, dice Víctor Enrique Reales, de 62 años y que habita en el vecino corregimiento Pilón y quien mantiene a 5 nietos y su mujer, porque a tres hijos se los mató la violencia, pero no recibe subsidio.

Víctor Enrique Reales, desplazado por los paramilitares, reclama porque personas con recursos reciben subsidios. John Montaño / EL TIEMPO

a mayores beneficios del Gobierno Nacional que Biancolina, que a pesar de su evidente pobreza aparece con 51,78 puntos. De hecho, Biancolina no puede participar de programas como Red Unidos, que buscan atender a la población más vulnerable y que podría ayudarla a terminar

de construir su vivienda. Por el contrario, Dilia sí es una de las potenciales beneficiarias de ese programa. La razón: para recibir el subsidio de Red Unidos requiere de 41,34 puntos o menos. Pero ella dice que no lo ha solicitado y señala que su puntaje lo obtuvo cuando vivía en su otra ca-

Olga Lucía Franco vive en un rancho, vecino a una urbanización en la que personas en mejor situación sí fueron beneficiadas. Óscar Bernal Trujillo

Colados dejaron sin casa a humildes familias Nelson Ardila Arias Corresponsal de EL TIEMPO Villavicencio. “Hace cuatro

años hubo convocatorias para hacerse a una casita, y como tengo Sisbén creí que me iban a adjudicar, pero a estas alturas no me ha salido nada”, dice Olga Lucía Franco, madre cabeza de hogar desempleada. Olga vive con tres de sus cuatro hijos en un rancho de madera levantado en un lote de seis metros de ancho por ocho de fondo, en la invasión La Playita, oriente de Villavicencio. La puerta de su casa está asegurada con una cadena que se cuela por entre los orificios de las tablas de la fachada y al abrirla se descubre un piso en tierra. El único cuarto es una división en paroy y el techo es un aviso publicitario en

lona, con varios remiendos. En la habitación solo hay una cama. Atrás del cuarto está la cocina, el baño y el patio, que limita con el caño Maizaro, que en cualquier aguacero puede dejarla más desamparada. “Mientras que en el Betty Camacho de Rangel hay gente que vive hace menos de dos años y ya le han metido segunda planta, garaje, y tienen buen carro”, reclama Olga Lucía, quien se refiere a la urbanización vecina, donde la Gobernación del Meta y la Alcaldía construyeron 1.305 casas y cuyos beneficiarios debían estar en la base de datos del Sisbén. El secretario de Vivienda del Meta, Luis Alberto Rodríguez, sostiene que mientras menos puntaje en el Sisbén tuvieran las familias, más posibilidades de

vivienda tenían. Había tres categorías: de 0 a 15, de 15,1 a 30 y de 30,1 en adelante. José Vargas, un trabajador de una mina de carbón que salió desplazado de La Jagua de Ibirico (César) y que desde hace seis años se gana la vida cantando vallenatos en las tiendas, con lo que sostiene a su esposa y a sus dos hijos, cuenta que en el Betty Camacho de Rangel se sorprendió al ver casas remodeladas y “unas lanchas de carros”. La Secretaría adelanta un proceso de restitución de 143 casas, porque los beneficiarios ya tenían vivienda o no las habitan, las arrendaron o las vendieron. En el Sisbén de la ciudad hay 331.315 personas y de ellas 6.540 están en verificación por inconsistencias. Luz Melba Gutiérrez, directora del Sisbén en la ciudad, dice que con el acompañamiento del DNP el municipio se prepara para la nueva era del Sisbén y así evitar los colados y que los más necesitados realmente se favorezcan de los programas del Estado. En eso coincide Olga Lucía, que pide no favorecer a los amigos de políticos o al que pasa la tajada, mientras José define su situación entonando Vaina de males, la canción que compuso: “Así como están las cosas, dónde iremos a parar/ hasta para el bocao de arroz se está viendo uno apurado / si tenemos para el arriendo, no tenemos pa’l mercado / si compramos la camisa, no queda pa’l pantalón / Hasta la naturaleza nos tiene, compa, fregaos / cuando no es la sequía es una fuerte inundac ión…”.


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