Patrimonio oculto - Memoria visual de la Villa San Cristóbal

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Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru

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patrimonio - OCULTO

MEMORIA VISUAL DE LA VILLA SAN CRISTOBAL ´ (ex Túpac amaru)



PROYECTO “PATRIMONIO OCULTO / MEMORIA VISUAL DE LA VILLA SAN CRISTÓBAL - EX TÚPAC AMARU EN RECOLETA” FINANCIADO POR EL FONDO NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL Y LAS ARTES, CONCURSO PÚBLICO CONVOCATORIA 2020 LÍNEA DE PATRIMONIO CULTURAL, ÁMBITO REGIONAL DE FINANCIAMIENTO PROYECTO FOLIO Nº 534568 RESOLUCIÓN EXENTA Nº 1470 DEL 13-08-2020 RESOLUCIÓN EXENTA Nº 2028 DEL 08-10-2020

Proyecto Patrimonio oculto Memoria visual de la Villa San Cristóbal (ex Túpac Amaru) Primera Edición 150 Ejemplares - Enero 2021 - ISBN 978-956-09032-1-1 Diseño y diagramación - Pablo Escobar Carrillo Recursos fotográficos - Elías Soto Núñez - Constanza Chirinos Puga Impreso en Chile - Editorial Cité - 2021 Contacto@cite.ong

OBSERVATORIO CITé © SANTIAGO DE CHILE 2021

©Esta prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su recopilación en un sistema informático y su transmisión en cualquier forma o medida (ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia, registro o por otros medios) sin el previo consentimiento y por escrito de los titulares del copyright. Los textos e imágenes contenidos en este libro pueden ser reproducidos libremente siempre y cuando se cite debidamente al autor, y no se haga uso comercial de éstos, ni se altere su contenido.






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Índice Presentación

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Introducción

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La Túpac Amaru como expresión del ordenamiento espacial colectivo 31

Patrimonio urbano moderno Metodología

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La institucionalidad habitacional en Chile 1990 - 1973 / Preámbulo a la ex Túpac Amaru 19 Hacia una construcción de la institucionalidad habitacional

21

Memoria Visual Espacialidad Arraigo Memoria

41

43

55 67

Patrimonio oculto Conclusiones

79

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Consolidación de la institucionalidad / Creación del MINVU y sus entidades ejecutoras 24

Referencias bibliográficas

Síntesis y reflexiones

Agradecimientos

28

Citas pie de página

Equipo

100

92 99

94


Presentación / El presente libro es el resultado de la investigación desarrollada en el marco del PROYECTO FOLIO N° 534568, RESOLUCIÓN EXENTA N° 1470 DEL 13-08-2020, RECTIFICACIÓN RESOLUCIÓN EXENTA N° 2028 DEL 08-102020 “PATRIMONIO OCULTO EN LA Villa SAN CRISTÓBAL (EX TÚPAC AMARU) EN RECOLETA”, ejecutada entre marzo del año 2020 y febrero del 2021, la cual fue financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, mediante el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) Regional, concurso público convocatoria 2020.  El equipo investigador a cargo del proyecto es la ONG Observatorio CITé, la cual nace en el año 2015 motivada por entender, visibilizar y trabajar sobre las problemáticas asociadas a la desigualdad social y territorial, a las brechas en torno al acceso de los conocimientos y aprendizajes, y a la falta de valoración del saber propio de los territorios. En este sentido como Observatorio CITé hemos ido generando espacios para democratizar el conocimiento, proponiendo herramientas para la deliberación ciudadana y visibilizando el rol de las comunidades en la construcción de sus hábitats.

De esta manera, nos definimos como un centro dedicado a la investigación participativa, la acción colectiva, y a la divulgación del conocimiento territorial impulsando el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, a través del diagnóstico, diseño y ejecución de proyectos comunitarios colaborativos. El objetivo de este libro, por tanto, es contribuir a la visibilización del que denominamos Patrimonio Oculto, descubierto en un comienzo al interior de los cités en Santiago y ahora revelado entre los cerros, calles y patios de la Villa San Cristóbal (ex Túpac Amaru) en la comuna de Recoleta, a través de la memoria visual y textual de sus propios residentes. De esta forma,  se  pretende reconceptualizar  la idea  actual de patrimonio, al entenderlo como una construcción dinámica que se va formando según el contexto social y político de una época, el cual, además, contribuye en la configuración y reproducción de identidades, al vincularse con simbolismos y valorizaciones que le otorgan las personas a su vida y entorno, pero que, a su vez, implican tensiones y visiones encontradas respecto a lo que se debe patrimonializar.


Block N°18 – Edificio parte de la tercera etapa de construcción del proyecto.


Introducción / El proyecto de carácter interdisciplinario consistió en revalorarizar el patrimonio urbano en la comuna de Recoleta, investigando específicamente las características de habitabilidad de las últimas viviendas sociales ejecutadas por la Corporación de Mejoramiento Urbano (en adelante CORMU), específicamente en la Villa San Cristóbal (ex Túpac Amaru), considerando como aspecto fundamental la coproducción de conocimiento en torno a lo patrimonializable y la generación de aprendizajes significativos entre los habitantes de la comuna. En términos geográficos, el caso se emplaza entre los cerros Blanco y San Cristóbal, específicamente en las calles Unión, Schlack, De Andrómeda y Av. Perú.  Mediante un trabajo activo con la comunidad vecinal de la Villa, se buscó aportar a los estudios sobre el patrimonio urbano de la región Metropolitana, enfatizando en la necesaria democratización del conocimiento respecto a lo que se considera patrimonio cultural. Por lo tanto, a modo de justificación, se estima como necesario aportar desde la convivencia /complementación del conocimiento coproducido entre los saberes expertos y los saberes legos o comunitarios, con el propósito de generar una polifonía de voces que decanten en una dimensión del patrimonio necesariamente híbrida1.

Patrimonio urbano moderno /

Las condiciones de habitabilidad de la Villa San Cristóbal (ex Túpac Amaru), responden a las características arquitectónicas y urbanas del movimiento moderno.   Esta forma de hacer ciudad fue propiciada en diversas partes de Santiago gracias a la implementación de una institucionalidad pertinente en material de vivienda y planificación urbana. De tal manera, en 1965 se crea el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y dependiendo de esta entidad, se crea la CORMU “destinada a mejorar y renovar las áreas deterioradas de las ciudades mediante programas de desarrollo urbano que contenían las ideas imperantes en la época sobre remodelación y rehabilitación”2. Asimismo, también se reformula las funciones de la Corporación de la Vivienda (en adelante CORVI), profundizando de tal manera la formulación de soluciones para resolver el agudo problema de la vivienda. Por tanto, a diferencia de su predecesora definida como Caja de la Habitación Obrera, su labor ha sido definida a partir de “(…) un programa político de racionalización y centralización de una labor de provisión habitacional, que anteriormente se desarrollaba a menor escala y de un modo autónomo desde la institucionalidad de la previsión laboral”3. Existen valiosas investigaciones sobre puesta en valor patrimonial de las unidades vecinales construidas en el marco temporal que comprende la mencionada institucionalidad.


Entre ellos, destacan los aportes sobre el patrimonio moderno de Villa Frei desde dimensiones arquitectónicas e históricas4. Otro valioso estudio ha puesto en valor el patrimonio de la Villa Portales desde miradas arquitectónicas, históricas y antropológicas5. Asimismo, desde otras perspectivas, algunos artículos han abordado los casos de la remodelación de las torres San Borja6 y la unidad vecinal Providencia7. Respecto al caso del conjunto habitacional fundado como Túpac Amaru, la arquitecta María Isabel Pavez de la Universidad de Chile ha realizado investigaciones que abordan las contribuciones del urbanista Karl Brunner a la proyección de conjuntos habitacionales y áreas verdes en Recoleta8. También existen dos investigaciones que han abordado de manera más específica el caso de la Villa San Cristóbal. Uno de estos trabajos es del historiador Raúl Olguín, quien realiza un análisis sociológico sobre los procesos de patrimonialización de los conjuntos habitacionales creados por la CORMU, señalando que existe poco sentido de pertenencia y empoderamiento entre la comunidad que habita el mencionado conjunto de Recoleta, advirtiendo, por tanto, la necesidad de reconstruir la memoria local entre los antiguos residentes y difundirlo entre los nuevos habitantes9. Con breve posterioridad se ha publicado otro texto en un seminario de arquitectura, el cual hace énfasis en las características arquitectónicas del conjunto habitacional y los distintos nombres que ha recibido el lugar.

Este texto destaca como aporte, el interesante recuento cronológico, así como también realiza un diagnóstico de su obsolescencia y de los débiles vínculos de comunidad como conjunto10. Asimismo, es importante relevar un documento audiovisual dedicado al conjunto habitacional Túpac Amaru, destacando la importancia del insigne Arquitecto Miguel Lawner en la configuración de los proyectos CORMU en relación al lugar en estudio11. De acuerdo a los trabajos realizados sobre la Villa San Cristóbal, podemos concluir que se reconoce una importante labor de reconocimiento patrimonial relativo a sus atributos arquitectónicos.   No obstante, este proyecto planteo la necesidad de abordar, a partir de un trabajo comunitario, los aspectos intangibles del patrimonio urbano, tomando en consideración la necesidad de realizar un trabajo de recomposición tanto del tejido social como de la identidad barrial, la cual permita observar “lo patrimonizable”, concepto que encarna la idea de un patrimonio que todavía-no-es, es decir, deseos utópicos y esfuerzos que se cumplen cotidianamente en dichos lugares para la realización de la identidad12.


Mural plaza interior. Villa San Cristóbal – ex Túpac Amaru



Metodología / Este proyecto se planteó de manera necesaria abordar, a partir de un trabajo comunitario, los aspectos intangibles del patrimonio urbano de la Villa San Cristóbal, tomando en consideración la necesidad de realizar un trabajo de recopilación y reconstrucción de la historia y del tejido social del barrio para la visibilización y preservación de su identidad. Con respecto a la metodología, el proyecto se posicionó en el paradigma socio crítico de investigación, eso quiere decir que no sólo se buscó recolectar información referente al patrimonio cultural inmaterial, sino que además ser un vehículo y/o articulador del tejido social al interior de la Villa San Cristóbal. En esta misma línea, el proyecto se sustentó en metodologías participativas y cocreativas en cuanto a la producción de conocimiento barrial. Con respecto a los pasos metodológicos se consideraron 1) Revisión de archivos para desentrañar el patrimonio institucional y la valoración actual de la Villa, 2) Entrevistas en profundidad que derivaron en las cápsulas audiovisuales denominadas “tertulias audiovisuales”, 3) Talleres de memoria oral y visual, lo cual propicio diálogos vecinales como una forma de construir la historia social del barrio a través de mapeos y aplicación de un tablero de juego.  El objetivo general fue Visibilizar públicamente el patrimonio oculto inmaterial de la Villa San Cristóbal de la comuna de Recoleta, a través del discurso, prácticas culturales, y aprendizajes significativos que le dan origen. Partiendo del supuesto de que, si bien esta tipología arquitectónica moderna contiene una rica producción de patrimonio cultural, ésta no se encuentra

institucionalizada por los organismos pertinentes, contribuyendo a su permanencia oculta. En esta línea, el proyecto se planteó como una instancia reflexiva entre los discursos, tanto de las organizaciones vecinales como de las instituciones encargadas del patrimonio cultural. Con foco en los habitantes que producen y/o legitiman sus construcciones simbólicas con un profundo sentido territorial para así ser visibilizadas.  Respecto a los objetivos específicos, estos se desagregan en:  Recopilar los discursos, prácticas y aprendizajes culturales pasadas y actuales producidas por los habitantes de la Villa San Cristóbal, los cuales dan cuenta de la identidad y memoria barrial. Para ello prestamos atención al significado del patrimonio qué está patrimonializado y qué es patrimonializable para las comunidades que habitan en estos espacios.  Problematizar los discursos y prácticas culturales de la Villa con el patrimonio oficial y el no reconocido. Con el fin de dilucidar cuál es el Patrimonio Oculto colectivo que emerge, se identificaron los niveles de legitimación que tiene la patrimonialización institucional dentro del espacio.  Difundir el patrimonio oculto coproducido comunitariamente. Para ello se socializaron los resultados obtenidos a partir de los dos objetivos anteriores. En este objetivo se involucró tanto a la comunidad de la Villa San Cristóbal como a las organizaciones/instituciones que abordan el tema del patrimonio no solo en una fase expositiva sino reflexiva.


Vecinos de la Villa realizando un mapeo participativo.


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Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru


La institucionalidad habitacional en Chile 1900 – 1973

• Preámbulo a la ex Túpac Amaru •


Desde fines del siglo XIX, el territorio nacional fue escenario de un continuo proceso de migración campo-ciudad. Santiago experimentó un progresivo aumento de población, un “oleaje” constante de personas fue encontrando lugar en torno al “centro histórico”, creando con ello un cinturón constituido por viviendas y ranchos en “malas condiciones” que la institucionalidad jamás visualizó o quizá prefirió ignorar. Los movimientos de protesta por la “Cuestión Social” a principios del siglo XX forjaron los primeros cambios en la normativa legal habitacional. Hallaron diversas formas para expresar su malestar (motines, huelgas, asonadas, entre otros) y se organizaron para sobrevivir creando cooperativas, espacios de vida comunitaria, sociedades de resistencia, etc. En ese momento Santiago presentaba una condición de dualidad13 observable desde tiempos coloniales. En ese entonces, el río Mapocho representa un límite natural que demarcará realidades socioeconómicas muy diferentes. Quienes habitaban el lado sur tenían el poder político y con ello el control económico, son los grupos privilegiados de la sociedad de la época. Por el norte del caudal, está el sector antiguamente conocido como La Chimba, donde habitaban los grupos marginados por las estructuras del poder. Expresión clara de la condición dual descrita, es la disposición del entonces intendente de la ciudad de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, quien ideó un Camino de Cintura el cual buscaba separar la ciudad civilizada de la barbarie, y que tenía los siguientes límites: Dicho recinto urbano [Santiago] estaba delimitado por el Camino de la Cintura Oriente, hoy Avenida Vicuña Mackenna, por el Camino de Cintura Sur o Camino de los Monos, hoy Avenida Matta, hasta el Parque Cousiño; desde ahí doblaba hacia el norte, siguiendo el contorno de ese paseo hasta el Camino Sur, hoy Avenida Blanco Encalada. Este camino se unía, salvo la interrupción planteada por los ferrocarriles

del Estado que llegaban hasta allí, con el Camino de Cintura Poniente, actual Avenida General Velázquez y el proyecto se trazó por detrás de la Avenida de la Quinta Normal, hasta unirse con la antigua Estación Yungay, colocada más al sur de su ubicación actual14.

De este modo se dividía la ciudad planificada de los otros espacios con viviendas “espontáneas”, continuando con una manera de entender bipartitamente a Santiago, la que es posible de observar hasta hoy en día. Estos planes eran parte de una modernización urbana que se desarrolló a fines del siglo XIX y principios del XX, donde existía cierta noción del espacio urbano como un sistema, en la que todas sus partes constitutivas se entrelazan. No obstante, estas ideas modernas de transformación se encontraban limitadas por los gustos de la elite, quedando la estética de la modernización urbana enmarcada dentro de parámetros que se contraponían a cambios más profundos encaminados a la integración de sus espacios e instituciones15. A pesar de ello, los inicios del siglo XX fueron escenario de movimientos sociales que mediante la protesta forzaron al régimen político a realizar cambios a nivel legal que consideraran la vivienda como un aspecto relevante para la agenda pública. Entenderemos este momento como una primera fase de un pensamiento urbano y social que irá madurando con los años. Durante las décadas del 30 y 40 a la luz del Estado de Bienestar, hasta llegar a los 60 y principios de los 70, comprendiendo dos ideas como esenciales para el desarrollo social, primero, la ciudad como un espacio integrado, racionalmente planificado, donde las vías de comunicación se entrelacen de forma tal que permitan el desarrollo económico sin perturbar los espacios habitacionales e institucionales (públicas o privadas), y segundo, la convicción de la vivienda como un derecho al cual todas las personas deben tener acceso.


Esta idea la vemos encarnada en la CORMU, institución que situaremos en una tercera fase del proceso que mencionamos más arriba y que tuvo una corta vida, desde 1965 hasta 1976, pero lo suficiente para ver en sus proyectos y creaciones las ideas de ciudad integrada y de la vivienda social como prioridad en la vida de las personas. Hasta ahora vemos dos ideas diferentes acerca del habitar y organizar los servicios y espacios en la ciudad. Por un lado, una primera noción ya descrita, donde el habitar se encuentra sectorizado a través de fronteras físicas y, por otra parte, una visión que contempla la integración de todos los sectores que componen la sociedad, no necesariamente en el mismo barrio, pero sí en la misma ciudad/comuna. Ambas formas de comprender el espacio que habitamos adquirirán predominancia en las instituciones del Estado en momentos históricos distintos, temporalmente separadas al menos por medio siglo. Desde principios del siglo XX hasta mediados de él, van conjugándose varios factores que permitirán ir viendo este cambio en la forma de organizar la ciudad. El punto más álgido del pensamiento urbano desde el concepto de ciudad integrada es cuando entra en funcionamiento la CORMU, que durante sus cortos años de vida dará curso a una serie de proyectos cuya relevancia persisten hasta hoy. Hacia una construcción de la institucionalidad habitacional /

Desde un punto de vista institucional, la normativa vinculada con la vivienda social construida por el Estado nace con la Ley de Habitaciones obreras (1906), donde la población “Huemul” es resultado de ella (Figura 1), incorporando en su realización estándares urbanos e ingenieriles de vanguardia para la época. Por ejemplo, su espacio estaba estructurado “en torno a dos plazas públicas alrededor de las cuales se disponía del equipamiento comunitario”16. A pesar de ello, el problema generalizado de miles necesitando vivienda quedó sin suplirse, convirtiendo a “Huemul” en una excepcionalidad.

Figura 1. Población Huemul.

Esta ley tiene, a grandes rasgos, dos objetivos principales; 1) la promoción y fomento de soluciones habitacionales a bajo costo, y; 2) controlar las edificaciones consideradas insalubres. El segundo punto fue el que más se cumplió, trayendo la demolición de los ranchos que se encontraban fuera del cordón creado por la intendencia de Benjamín Vicuña Mackenna y que incorporaban elementos de la ruralidad (animales, huertas, etc.). Esto dejó a miles de personas sin alguna solución habitacional, aunque también se podría interpretar como un intento por alejar a ese grupo humano que traía consigo esas costumbres, pero sin duda que expresaba el nulo interés por incorporarlos a la ciudad consolidada, menos dentro de un espacio urbano pensado bajo parámetros estéticos europeos. El aumento de los impuestos provocó que muchos propietarios prefirieran alquilar estas casas a grupos de familias antes de venderlas, dando por resultado un negocio de especulación en torno al arrendamiento de estos espacios de habitación colectiva (conventillos y cités, entre otros) que verán la llegada masiva de personas desde el campo como una oportunidad para hacerlo un negocio, Armando de Ramón nos dice lo siguiente al respecto:


Sin duda que para la clase alta no existió el problema. Al parecer tampoco fue agudo para la clase media […] No ocurría lo mismo, desafortunadamente, con los sectores comprendidos por la clase baja, la más numerosa de la ciudad y, a la vez, la más azotada por la escasez, abuso y carestía de la habitación 17.

Mientras esto ocurría, el movimiento social continuaba presionando. Ante esto se hizo urgente modificar la normativa legal para detener el problema, por ello, la segunda fase de este proceso de maduración se expresa en la década de 1930, cuando se crean la Junta Central de Habitación Popular (1931) dependiente del Ministerio de Bienestar Social, la “Ley y Ordenanza General sobre Construcciones y Urbanización” (1936), y la Caja de Habitación Popular (1936) que probó su eficacia cuando el flujo constante de una abismante población del norte salitrero, producto de la crisis del sector, llevó a cabo en 1938 la construcción de viviendas con fondos y por cuenta de la Caja de Seguro Obligatorio. Esto “significó un cambio en el tratamiento de la habitación social”18 por concebir el espacio donde se emplazó la construcción con una dinámica más integradora. Esta idea es corroborada por Alfonso Raposo y Marcos Valencia (2004), quienes afirman que existe una noción aceptada en torno a la planificación urbana por parte del congreso durante la década del 30 que permitió la aceptación de: 1) la creencia del urbanismo como ciencia nueva, 2) el reconocimiento de la noción de plan, distinto del concepto de proyecto, poniendo atención en el contexto de los procesos económico-sociales que determinan la producción del espacio urbano, y 3) la primacía del interés público al abordar el ordenamiento espacial de la realidad urbana y territorial. Según Gross19, las conclusiones enumeradas anteriormente son producto de un conjunto de situaciones que van ocurriendo en el país, entre las que encontramos, la creación de una normativa que, a partir de la ley N° 4.563 de 1929,

da las primeras luces para un ordenamiento urbanístico de las ciudades y con ello la exigencia de contar con planes reguladores como instrumentos para su ordenamiento espacial y funcional. El segundo hito relevante es la llegada de Karl Brunner, urbanista austriaco contratado por el gobierno para asesorar la Dirección de Obras Públicas. Fue profesor en la Universidad de Chile llevando a cabo el primer seminario de urbanismo en Chile y América Latina20, con ello se formó a una generación de arquitectos/as que comprendieron la funcionalidad y complementariedad de las distintas partes que componen la ciudad como requisitos centrales para su existencia. El tercer evento que expresa esta “nueva forma de urbanismo” es la celebración del Primer Congreso Chileno de Urbanismo en Valparaíso (1938), emitiéndose una declaración de principios por los participante que señaló: 1) la necesidad de aplicar en el territorio nacional la acción reguladora del urbanismo, 2) la urgencia por coordinar y organizar las actividades urbanas que se desarrollan desconectadas unas con otras y muchas veces contraponiéndose, y 3) la vivienda vista como célula primaria de la ciudad “debía ser considerada base de todo estudio urbanístico constituyendo[se] el problema más importante y apremiante del país”21. A pesar de las atingentes reflexiones anteriores, la mayoría de las personas que tenían problemas habitacionales continuaban en la misma situación, las construcciones de vivienda social llevadas a cabo, en la práctica, lograron suplir tan solo una mínima parte de la demanda. Eso lo demuestra el pequeño número de poblaciones creadas desde 1938 producto de la migración del salitre indicada más arriba. La segregación socioeconómica fue el parámetro con que se ubicaron en el espacio metropolitano de los pocos conjuntos sociales construidos. Se edificaron en sectores periféricos alejados del centro urbano santiaguino, contrariando el modelo CORMU de integración social dentro de la ciudad pericentral, el cual se describirá más adelante.


A pesar de todo esto, durante la década de 1950, el posicionamiento del urbanismo en el pensamiento académico y, consecuentemente, en los organismos del Estado continuará fortaleciéndose. En la Universidad de Chile se estableció el Instituto de Vivienda, Urbanismo y Planeación (1952); en el Ministerio de Obras Públicas la Dirección de Arquitectura inicia un Departamento de Urbanismo; y una década antes, en 1940, ya observamos la puesta en marcha de Planes Reguladores en varias ciudades, los cuales establecerán los límites y condiciones en las construcciones.

en 1954. Ambas contemplan el uso de espacios comunes como aspectos determinantes del diseño y construcción del conjunto, ya que se entiende que “entre el espacio privado de los departamentos y el espacio público de la ciudad hay un verdadero tejido conectivo determinante para el funcionamiento de la vida comunitaria”22.

La sucesora de la Caja de la Habitación Popular será la CORVI, creada en 1953. Durante esos años ya se cuenta con cierta institucionalidad que normaba las proporciones del espacio público y daba ciertas nociones acerca de los espacios comunes en edificios o conjuntos de vivienda económica colectiva. Por ejemplo, la Ley N° 6071 de 1937, llamada Ley de Venta por Piso o Ley de Propiedad Horizontal, que establece la división de un edificio compuesto por diversos propietarios de piso o departamento y que define el espacio común como los lugares necesarios para la existencia del edificio y el goce de sus habitantes. También encontramos la Ley Pereira (N° 9135) de 1948 que amplía la participación del sector privado en la construcción de los conjuntos habitacionales, como también establece nuevos parámetros en cuanto a la dimensión y complejidad de ellos, adquiriendo protagonismo el espacio colectivo. Todo esto trajo consigo construcciones en altura en sectores del centro y pericentro de Santiago. Ejemplos de estas ideas son las construcciones de la Unidad Vecinal Portales en 1955 que concluirá en 1969 (Figura 2) y de la Unidad Vecinal Providencia

Villa Portales y Unidad Vecinal Providencia.

Es durante este tiempo que los lineamientos modernistas y sus ideas de cómo concebir la ciudad, van madurando entre arquitectos y urbanistas, quienes buscan proyectar espacios habitables que integren de manera eficiente todos los servicios en macro manzanas23 con edificios de alta densidad en baja altura, torres que incorporen usos mixtos, calles elevadas, etc. Para esos años nos encontramos con un contexto histórico particular, la efervescencia social y la acción política Popular ponen en la opinión pública y en el gobierno al tema habitacional como un asunto importante. Un suceso ocurrido en 1957 expresa esto.


El crecimiento demográfico experimentado en Santiago en esos años traerá consigo la imposibilidad de dar solución habitacional a amplios sectores de la población. Ello derivó en que un grupo de personas se organizarán y decidieran llevar a cabo la primera gran toma de terrenos en el área urbana ubicada en lo que hoy es la comuna de Pedro Aguirre Cerda, denomina La Victoria. La vivienda ahora será uno de los problemas prioritarios de la agenda política. Desde ese momento se “vuelve impostergable para todas las tendencias políticas proponer programas de vivienda Popular y cada partido diseñará el propio, variando la magnitud y urgencia del problema” 24. Tal era el escenario que se vivía en la ciudad de Santiago entrando en los años 60. Consolidación de la institucionalidad: Creación del MINVU y sus entidades ejecutoras /

Llegamos al punto, que consideramos el más álgido del pensamiento urbano con fines sociales, el cual fue posible implementar a partir de la convergencia de varios factores. Primero, una influencia externa del urbanismo desarrollado en Europa. Segundo, un factor político-cultural contextualizado en los acontecimientos revolucionarios que están ocurriendo en Latinoamérica durante los 60, reflejado en la efervescencia social de una activa postura política de la población. Finalmente, un tercer elemento vinculado a lo que ya hemos descrito en páginas anteriores: el tránsito desde principios del siglo XX de una institucionalidad relacionada con la vivienda, el cual mezcla el pensamiento arquitectónico-urbano chileno con la ideología del momento histórico, fijando el tema habitacional como uno de los más apremiantes en la agenda social al ser esencial para una vida plena y que el Estado debía garantizar. En Europa, luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) las ciudades se encontraban destruidas. Esta compleja situación urbana trajo consigo varios

cuestionamientos en cuanto a la forma en que debían ser distribuidos y usados los espacios de ese momento en adelante, muchos elementos de los cuales fueron adquiridos e institucionalizados durante la década de los 60 en Chile. En especial el concepto de calle como lugar de encuentro social, donde se mezclan los espacios peatonales con recintos para diversas actividades a medida que van surgiendo grandes o pequeños edificios habitacionales. Según Laura Carrillo25, está influencia será parcial debido a que no existe un desprendimiento total de las ideas de la Arquitectura Moderna, existirá una revisión local de los fundamentos que llevará a una idea propia, donde se busca “generar superficies libres naturales, contenidas y resguardadas mediante construcción perimetral con el objetivo de potenciar las relaciones comunitarias diarias y, con ello el sentido de pertenencia e identidad”26. La forma en que se usa el espacio es fundamental para crear un modo de vida entre las personas que lo habitan, por ello, esta manera de comprender los espacios públicos, como lugar de encuentro, será al que aspiran los organismos públicos creados en esta década. Observamos a inicios de la década de los 60 dos fenómenos que están convergiendo en ideas, el fuerte movimiento de población hacia la ciudad ha creado un ambiente propicio para pensar en la vivienda como un asunto primordial en las políticas públicas, y segundo, el pensamiento urbano está permeándose de un sentido social a partir del quebusca crear espacios que privilegien el aprovechamiento de los lugares que fortalezcan la interacción y las instancias sociales. Es el momento de poner en práctica estas ideas, pues el escenario social lo demanda. La creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (en adelante MINVU) en 1965 surge como respuesta desde el Estado frente a la necesidad de darle solución a la anhelada problemática habitacional del país. Su nombre expresa la importancia que adquiere el urbanismo como disciplina encaminada a dar un orden al desarrollo de la ciudad.


Por otra parte, existe una convergencia de opiniones entre los distintos actores que componen la sociedad, no es tan solo el Estado, también será el sector privado que se une a una especie de cruzada hacia el progreso. El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción de esos años, Sergio Farretti Rivera, escribe un telegrama al presidente de la república señalando la satisfacción que le da al Consejo Nacional de dicha entidad, reunido en Cartagena durante ese año, la creación del Ministerio27. Se puede observar, a grandes rasgos, un carácter politizado en los temas de vivienda y urbanismo de la década del 60, cuyo propósito social es mejorar las condiciones en las que viven miles de personas. El mismo jefe de la cartera recién creada, en su discurso inaugural, señala que dentro de los propósitos que persigue el nuevo ministerio se encuentra “desterrar el hacinamiento y la insalubridad”. Del MINVU se desprendieron cuatro corporaciones que actuaron como entidades ejecutoras: Servicios Habitacionales (CORHABIT), Vivienda (CORVI), Obras Urbanas (COU) y de Mejoramiento Urbano (CORMU). Nos centraremos en adelante en la actuación de la CORMU, por corresponder a la entidad encargada de los proyectos de remodelación urbana, cuya intensión fue mejorar la eficiencia en el uso del espacio de la ciudad. Las funciones de CORMU, en ese sentido, estaban centradas en la remodelación de los sectores urbanos existentes, usados habitacionalmente o en estado de abandono, y que con su mejoramiento permitieron una mayor densificación demográfica. Aprovechando de manera eficiente el espacio, se permitió el habitar de más familias en el lugar, donde la edificación y los espacios comunes con áreas verdes permitieron crear un lugar con diversas instalaciones, de variados servicios, integrándolos de tal manera que permitieran una vida digna.

Estas ideas responden a un proceso de maduración del urbanismo, en cuanto disciplina académica. En una sesión de la Cámara de Diputados de 1969, el ministro del MINVU y el vicepresidente de CORMU explican a los congresistas estos temas. El señor Saint-Jean (vicepresidente CORMU), plantea los problemas que ha traído la migración campo ciudad, el aumento vehicular y la estructuración de Santiago en tres anillos concéntricos, de los cuales el primero y tercero son los que han tenido mayor atención por parte de las políticas públicas, el primero por ser el centro histórico y el tercero por estar relacionado con la planificación industrial. Destaca, entre las problemáticas, que el anillo intermedio, corresponde en su mayoría a áreas habitacionales muchas de las cuales se encuentran en pésimas condiciones. Formula tres posiciones para abordar este problema, el primero es continuar ampliando la ciudad hacia el exterior devorando gran parte del suelo agrícola necesario y con ello obligando a contraer grandes gastos para ampliar la infraestructura, la segunda, crear ciudades satélites que traen consigo también altos costos, y tercero, remodelar las zonas en que están instaladas las personas en este segundo anillo: (…) remodelar los barrios cuya decadencia es manifiesta y que están ubicados en el segundo anillo antes descrito. Revitalizarlos, crear nuevos centros en distintos puntos de él, aumentar su densidad, es la política que preconizamos. Estos barrios disponen de una infraestructura que se puede aprovechar en gran parte. Al dotarlos de nuevos centros, se les equipa de tal manera que sus habitantes no necesitan recurrir a otros puntos de la ciudad para satisfacer sus necesidades y, en todo caso, si eso fuera necesario, estarán siempre a pequeña distancia del centro administrativo28.

Para esa fecha (junio 1969) un modelo de vivienda social en altura está proyectándose:


(…) en el área norte de Santiago, concretamente entre las calles Avenida Perú; San Cristóbal, Recoleta y Unión, estamos estudiando un proyecto de remodelación; alrededor del Estadio Chile se está estudiando otro. En el primer caso, aún no se llega a la etapa de proposición, momento adecuado para darlo a conocer. Se eligió este sector, precisamente, por tener una gran proporción de tierra eriaza, el antiguo Polígono de Tiro y un molino. Esta circunstancia permitirá, antes de producir ningún desalojo o demolición, construir los edificios que se ofrecerán a los vecinos afectados por tales medidas29.

La CORMU se transforma en un instrumento que se hace cargo del paisaje urbano, acopla y direcciona los flujos de inversión inmobiliaria intentando “imponer otra velocidad del tiempo en el devenir de la producción del espacio, en ciertas áreas estratégicas de la ciudad”30. Los proyectos desarrollados por la entidad se desarrollaban a partir de “Planes Seccionales”, que corresponde a la planificación específico de una porción de ciudad, en la que se conjugan materias tales como el uso del suelo, la vialidad, y el diseño específico de la espacialidad del lugar a intervenir. La selección de las zonas de remodelación urbanas, fueron seleccionadas bajo dos criterios. Las zonas debían corresponder a sectores centrales y deteriorados, ya sea porque se encontraba abandonado o porque las edificaciones en dichos sectores se encontraban en malas condiciones (Figura 3).

Siguiendo las ideas de Alfonso Raposo y Marco Valencia31 entenderemos que CORMU transita por tres periodos que modifican su acción, en los primeros dos existe cierta continuidad, pero el tercero inaugurado con el Golpe Militar quiebra su desarrollo llevándola a su fin en 1975. Debido a esta influencia desde la política y sus referentes ideológicos, podemos observar que durante el periodo presidencial de Eduardo Frei Montalva el trabajo giró en torno a las ideas de la revolución en libertad. A grandes rasgos vemos que el rol asignado al Estado es el de creador de un espacio territorial planificado. En este periodo CORMU ejecuta obras pensando desde una arquitectura integral a gran escala, representada por torres, como islas sin adyacencias, pero interconectadas entre sí por recorridos peatonales que interactúan con un entorno “vacío” pensado para áreas verdes32. Paralelo a la acción de CORMU y como una forma de dar una solución rápida al problema generalizado de vivienda se desarrolló la Operación Sitio, la cual consistió en proveer terrenos con condiciones básicas para la posterior edificación de las personas que llegaran a ellas, los pobladores tenían posibilidad de crédito y la adquisición de estos terrenos con una urbanización básica: letrinas, calles ripiadas, tendido eléctrico, etc. “En el periodo entre 1965 y 1970, se entregaron alrededor de 71 mil soluciones de Operación Sitio en todo el país, de las cuales 51.881 (71, 6%) se localizaron en Santiago, abarcando una superficie de 1.800 hectáreas”33. Figura 3. A la izquierda: Planes seccionales CORMU Área Metropolitana. En Revista “Auca” N° 21 (1971), p. 35. A la derecha: Ubicación de seccional Túpac Amaru entre cerros Blanco y San Cristóbal. En: Laura Carrillo Casenave, “Sobre el anillo-torre de la CORMU”, Op. Cit., p. 72.


El segundo periodo corresponde al del gobierno de Salvador Allende Gossens, en el que se procuró acortar las distancias entre ricos y pobres. Las remodelaciones urbanas se concentrarían en las zonas más céntricas de la urbe, acabando con la relegación de los grupos Populares a espacios periféricos de la ciudad, y si llegase a instalarse una población fuera del centro sería creando una ciudad satélite que supliese todas las necesidades de sus habitantes. De este periodo data la Población Túpac Amaru, la que fue pensada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva y desarrollada en las dos administraciones posteriores. El gobierno de la Unidad Popular pondrá el foco en reducir las distancias sociales que marcan la segregación social en el Área Metropolitana de Santiago, y lo hace de manera exploratoria, con los proyectos que intentan establecer nuevos modelos referenciales arquitectónico-urbano para conformar una imagen edilicia moderna adelantada a los tiempos 34 .

Como ya hemos visto, en los proyectos de CORMU van condensándose varias ideas nuevas del urbanismo que tienden a concebir la ciudad como un espacio de constantes cambios, donde la construcción junto con la remodelación para fines habitacionales incorporaba el factor temporal 42. De ahí la necesidad de “regenerar” aquellos sectores de la ciudad que se encontraban con cierto nivel de deterioro a fin de construir una porción de ciudad que permitiese, además, la llegada de nuevos habitantes. En términos de diseño urbano, se incorporó la idea de un Módulo Urbano o “anillo torre” como una fórmula de construcción por fases en los sectores en remodelación, dado que, sobre todo en una primera etapa, estas operaciones urbanas se llevaban a cabo en lugares ya habitados (Figura 4).

Existe un compromiso social mayor entre los diversos actores que componen la sociedad, a pesar de encontrarse en una compleja situación política, la adherencia a estas ideas acerca de la vivienda se mantenía. En 1971 la revista AUCA, que es financiada por varios arquitectos y empresas constructoras manifiesta lo siguiente: A partir de este momento, AUCA ha decidido fundar un banco. Pero no es un banco de dinero sino […] un banco de ideas. Se trata de atesorar experiencias, reflexiones, intenciones. ¿Provenientes de dónde?: De todos los ciudadanos de este país, sean o no técnicos que se inquietan por la vivienda, la ciudad y el ámbito en que vivimos […] Un banco cuyo capital es el pensamiento y cuyos dividendos se medirán en acciones de amplia proyección social, hoy, en este momento preciso en que el país debe encontrar un camino propio, con toda la originalidad y audacia que presuponen las metas planteadas […] a formar una conciencia nacional de la vivienda35.

Figura 4: Representación del Módulo Urbano o “anillo torre”. Folletos de divulgación CORMU, extraído de: Alfonso, Gabriela, Marco. Cap., IV p. 163.


El tercer momento se inicia con el Golpe Militar (1973), reestructurando el Ministerio se elimina CORMU, tan solo se deja que concluya los proyectos que estaban en curso (1976), y con el advenimiento de una nueva lógica económica (neoliberalismo) se transforman las políticas que guían al MINVU, encaminándose a la liberalización del suelo citadino para la entrada de las grandes inmobiliarias. Durante 1976 se reestructura el aparato político administrativo del sector. La lógica neoliberal desarticula al interior del MINVU el pensamiento urbano social que considera la vivienda como un derecho, estableciendo restricciones para la asignación de las mismas, mercantilizando el suelo urbano y dejando al olvido la noción planificadora del Estado. La Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979 señala la necesidad de eliminar las restricciones al crecimiento natural de las áreas urbanas, dejando la responsabilidad de producción al sector privado y el fomento al Estado de un mercado abierto de viviendas36. A pesar de lo anterior, durante los 70 y los primeros años de la década de los 80 el rubro de la construcción sufrió grandes retrocesos. El Gobierno Militar centró la producción económica en otras áreas, agricultura y minería, instando, por ejemplo, a la paralización de las obras del grupo de empresarios asociados a la Cámara Chilena de la Producción37. Llegando la década de 1990 esta situación se vio revertida, pero con un panorama completamente diferente para el suelo urbano y quienes lo habitamos.

Síntesis y reflexiones /

Hasta la entrada en vigor del Régimen Militar en 1973, durante el siglo XX fue desarrollándose un pensamiento social de la vivienda que separamos en tres etapas (1900-1930, 1930-1950 y 1960-1973). Estas alcanzan un grado de madurez durante la década del 60, representado en el trabajo realizado por la CORMU. Las ideas que transitan durante esos años son dos: 1) la llegada e institucionalización de un pensamiento urbano cuya idea central se expresa en el concepto de integración, manifestándose a pequeña escala con la nueva forma de idear el espacio de un complejo habitacional, o a una mayor escala, ideando un plan regional sustentado en la conectividad, uso del suelo (económico y administrativo) y densidad poblacional. 2) asumir la vivienda como un derecho garantizado por el Estado, el cual permita reducir la brecha de desigualdad social existente en el país.

Esta combinación de elementos lleva a instalar proyectos de vivienda en zonas centrales y pericentrales de Santiago, entre ellas se encuentra la actual Villa San Cristóbal, antiguamente conocida como seccional Túpac Amaru. Podemos considerar que las obras de los 50 y 60 son parte de un proceso de modernización del Estado y sus instituciones, también expresión de una nueva cultura metropolitana38. En el caso de Túpac Amaru observamos que confluyen varias ideas que maduran durante décadas y son las esenciales de CORMU; 1. Modulo Urbano como proceso de implementación de los proyectos, 2. plan de construcción de viviendas, urbanización y equipamiento, 3. incorporación de tipologías de viviendas en bloques y torres, 4. el equipamiento para la vida comunitaria y la


En base a la revisión de documentos y fuentes nos damos cuenta de que todos los objetivos y propuestas de la CORMU van encaminadas al mejoramiento urbano mediante la densificación demográfica de los espacios existentes. Ello trae consigo la idea central de eficiencia en el uso del territorio, su comprensión del desarrollo de la vida social en la ciudad a través de una planificación urbana integradora que facilite el encuentro entre personas y fomente el dinamismo de la ciudad. No obstante, es relevante destacar que las acciones de la institución estuvieron marcadas por el momento político de la época, en el que el Estado tenía un rol activo y directivo en cuanto a sus potestades ejecutoras.



La Túpac Amaru como expresión del ordenamiento espacial colectivo


Figura 5. Villa San Cristóbal-Ex Túpac - Amaru, mediados de los 80. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.


En la actualidad, es posible reconocer en Santiago de Chile conjuntos residenciales desarrollados durante la década de 1960 y 1970 por la CORMU, los cuales constituyen expresiones emblemáticas del movimiento arquitectónico moderno, siendo hoy ejemplos de conjuntos habitacionales bien equipados e integrados con su entorno, y que cuentan con un tejido social histórico, tales como el Proyecto San Borja, el conjunto habitacional del Empart, la Villa Portales, La Villa Frei y de forma menos conocida la ex Túpac Amaru, hoy Villa San Cristóbal, en la comuna de Recoleta.   Sí bien, se ha estudiado de forma bastante robusta el movimiento arquitectónico moderno en Chile estos han obviado cómo estos espacios urbanos generan procesos de producción de patrimonio cultural inmaterial, que se concretiza en discursos y prácticas culturales únicas que contribuyen al apego y la identidad de sus habitantes con el barrio. De hecho, existen trabajos útiles que permiten abordar el proceso de patrimonialización de los conjuntos habitacionales creados por la CORMU, no obstante, tal trabajo hace énfasis exclusivamente en sus características arquitectónicas. La conformación de la Villa nace a partir del Plan Seccional Túpac Amaru, generado a finales de la década de 1960 por la CORMU, y cuy proceso de construcción se extiende por más de media década, siendo finalizado en 1977. El proyecto, que abarca un total de 6,7 hectáreas, da cabida a 716 unidades habitacionales, en tipología de vivienda colectiva (figura 5). En palabras de Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura (2018-2020) y Director Ejecutivo de la entidad en esos años, la razón por la cual desarrolla el proyecto de remodelación Túpac Amaru en este sector, está determinada

por la necesidad de disponer de suelo que permitiera desarrollar la primera etapa sin tener que incurrir en procesos de erradicación de la población residente. El terreno, que pertenecía al Ejército y que era antiguamente utilizado como un polígono de tiro, había dejado de funcionar debido al crecimiento urbano y para ese entonces, se encontraba sin un uso específico. Cabe destacar que, en aquella época, la cesión de terrenos entre los organismos del Estado era mandatoria, es decir, bastaba que la CORMU solicitara el terreno a Bienes Nacionales para que éstos, a su vez, pidieran al Ejército entregarlos para el desarrollo de proyectos sociales. El proceso de remodelación en Chile, cuando nosotros asumimos (gobierno de Salvador Allende), estaba desprestigiado, porque la experiencia con la remodelación San Borja había significado la erradicación de 300 familias que vivián adyacente al Hospital, sector donde se comenzaron los trabajos. En consecuencia, nosotros iniciamos el mandato con una alta resistencia de la población que suponía iba a ocurrir lo mismo, independiente dónde se construyera un proyecto de remodelación39.

De esta manera, el primer esfuerzo se concentró en tratar de sumar a las personas, quienes no miraban con buenos ojos la idea de que las soluciones habitacionales fueran en edificios en altura. Para disuadir a la población del beneficio de estos proyectos de densidad en altura, se utilizó como estrategia el desarrollo de maquetas a gran escala y de folletos informativos como el de “Ahora vamos p’arriba” (Figura 6-7).


Los primeros acercamientos con la población residente ocurrieron durante 1970. Cabe destacar que a diferencia de los proyectos sociales que se venían desarrollando hasta antes del gobierno de Allende, los beneficiarios de las viviendas ya no se limitarían solo a los propietarios afectos a expropiación, sino que incluyó también a aquellos residentes en calidad de arrendatarios y de allegados.

Figura 6. Miguel Lawner mostrando proyecto Villa San Luis, 1973. Plataforma arquitectura-cortesía Miguel Lawner.

Fue magnífico el nivel de participación, en todos los detalles, desde el proyecto mismo hasta las asignaciones de las viviendas e incluso en la distribución de los departamentos, porque eran de tres superficies: 40, 50 y 60 m2, los fueron asignados según las composiciones de las familias, en común acuerdo con la junta de vecinos, que en esos tiempos era la junta vecinal n°641.

La construcción del proyecto Remodelación Túpac Amaru se concibió en tres etapas (Figura 8, a la izquierda). La primera comenzó a construirse en 1971, hacia el sector poniente de la Villa, cuyas viviendas fueron entregadas un mes antes del Golpe de Estado. Esta etapa contempló además la construcción de la continuación de la Av. Perú, conectando de norte a sur la trama urbana de esta porción de ciudad que hasta ese entonces se encontraba inconclusa. Figura 7. Folletos de divulgación CORMU, extraído de: Diseño urbano inclusivo para Santiago centro, concurso internacional 1072. Cap., I., p. 24. (incluir imágenes a página completa, idem figura 5)

Nosotros estábamos convencidos que una vez que ellos vieran la etapa terminada, dentro del polígono mismo sin haber tocado ninguna de las viviendas residentes, ese efecto de demostración iba a ser suficiente para aceptar al resto (de las etapas), y en los hechos, así ocurrió40.

La segunda fase estuvo focalizada en el área central con las torres de altura como protagonistas, las que estaban pensadas para ser asignadas a familias de sectores medios pero que fueron entregadas durante el Régimen Militar a personas que provenían de distintos sectores de la ciudad.


Si bien el proyecto original contemplaba dos torres de 17 pisos, en los años 90 se agrega una tercera que es colindante al mismo, pero no parte del proyecto original. La tercera etapa fueron los blocks del sector poniente, construidos durante los últimos años de vida de CORMU, los que siguieron los lineamientos propuestos en el proyecto inicial. Una cuarta etapa se cuenta posterior a la desaparición de la corporación, incorporando equipamiento proyectado, escuela y la junta vecinal, todo ello respetando las ideas de la extinta CORMU, pero alterándose las fachadas y diseños estéticos de los edificios. En términos arquitectónicos, se buscó que las edificaciones de cuatro pisos, correspondientes al bloque predominante dentro del proyecto, mantuviesen algunos de los beneficios de las edificaciones en baja altura. A partir de esto, se diseñó en los primeros dos pisos, departamentos dúplex con una entrada desde la calle, acompañados de un pequeño patio posterior. Luego, se construye una circulación exterior en el tercer piso para desarrollar nuevamente departamentos dúplex, con sus áreas de estar en el tercer piso y los dormitorios en el cuarto piso (Figura 9). Nosotros planteamos la circulación del tercer piso no como un simple pasillo, sino que la ampliamos y tomamos el concepto de lo que llamamos “Calle elevada”, que permitió concebir un espacio donde la gente genera un intercambio social y facilita que los vecinos interactúen, lo que, a mi parecer, francamente ha sido un éxito. Hoy uno puede ver ese lugar lleno de arreglos florares, los asados a la parrilla los hacen allí y en las tardes la gente puede sentarse en bancas que ellos mismos pone43.

Figura 8: A la izq.: Interpretación gráfica del plano del sector entre cerros de 1970, previo a la construcción del seccional y posterior a las transformaciones viales necesaria para la conformación de la súper manzana. En color rojo las viviendas que debieron ser expropiadas para la construcción del seccional Túpac Amaru. A la derecha: Planta de cubierta del seccional Túpac Amaru, que grafica las etapas de construcción del conjunto. En color azul, primera etapa. Magenta, segunda etapa. Verde, tercera etapa y en color amarillo, los block, torre y equipamiento que se construyeron pos-desaparición de la CORMU. Fuente: Daniela Terraza, tesis de Mg., pp. 74 y 75 respectivamente42.


Figura 9. Construcción calle elevada, remodelación Túpac-Amaru. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.


Uno de los elementos más importantes en la historia del proyecto, se relaciona con los procesos de participación de la comunidad. Antes de empezar su construcción y de cerrar el diseño definitivo, se contemplaron reuniones con los primeros asignados al conjunto que tenían por objeto no solo exponer el proyecto, sino que además discutir sobre las necesidades de en cuanto a los equipamientos que debían proyectarse dentro del conjunto. De esta manera, cada uno de los bloques fue dispuesto de manera tal de armar plazas interiores que permitiesen el encuentro entre vecinos. El área central, donde se emplazan las torres de 17 pisos, contempla locales comerciales y el colegio, además de las plazas más grandes, pensadas para la interacción a mayor escala, una especie de centro cívico de actividades de esta porción de ciudad. En la CORMU nosotros introdujimos otro índice, que no es usual en la vivienda pública, que es la belleza. Nosotros dijimos, en la medida de lo posible, sin caer en despilfarros, los sectores modestos tienen derecho a disfrutar de un conjunto habitacional hermoso, la belleza no tiene por qué ser patrimonio solo de los sectores de altos recursos44.


Block N°2, primera etapa terminada, remodelación Túpac-Amaru. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.




Memoria Visual /



Espacialidad /


“Tú entras a la Villa y tú no sabes por dónde vas a salir o por donde vas a entrar de nuevo” (Vecina de la Villa, 47 años)


“Esto fue algo muy memorable, la construcción. Fue innovador hacer estos edificios departamentos dúplex con los pasillos comunes, escalas comunes, y la verdad que la construcción dice él era maravilloso, por ser yo hablaba con uno de los vecinos que estuvo participando con la gente, con el capataz de estos edificios, […] y según él, dijo que fue tan buena la construcción que podían haber hecho dos departamentos más arriba de estos...” (Vecina de la Villa, 67 años)


“Encuentro que la cercanía al lado del centro, la nueva locomoción […], si cruzamos y estamos al cerro y podemos hacer ejercicios, está el parque de la infancia, que eso es nuevo, y es una maraVilla para los niños es una maraVilla, estamos a dos pasos” (Vecina de la Villa, 48 años)


“Un día vino un compañero de trabajo, me vino a ver un computador y me dijo ´qué bacán, o sea todo tu patio trasero mirai al cerro San Cristóbal, de la ventana de tu pieza veí el Cerro Blanco, es como estar en el campo´ […] Aquí está lleno de damascos, de nísperos, la gente siempre planta cosas” (Vecina de la Villa, 42 años)


“Esto es una de las gracias, por decirlo de alguna forma, o al menos que a mí me ha llamado mucho la atención, es que son viviendas digamos súper dignas, con un espacio adecuado, con una planificación en que está todo pensado para las personas, a diferencia de ahora“ (Vecina de la Villa, 59 años)


“La Villa en general sigue siendo igual, pero sí la gente amplió los dormitorios, hicieron dormitorios, generalmente los que viven abajo, en primer o segundo piso podían […] tenían la posibilidad de ampliar, hicieron un tremendo estacionamiento que les caben hasta dos tres autos, y terrazas“ (Vecina de la Villa, 67 años)


“Tenemos la iglesia aquí mismo en la plaza, para al lado poniente, está el colegio al lado de la iglesia, el colegio, listo […] y tenemos a tres cuadras y media, a los cementerios, tenemos al hospital Joaquín Aguirre, al San José, a la clínica Dávila […] así que es un privilegio para nosotros la Villa San Cristóbal. Y como decías tú “¿cómo nos encontramos?” Muy satisfechos” (Vecino de la Villa, 80 años)


“La pandemia acá la hemos mantenido bastante bien, la gente se ha preocupado bastante, y como es un sector chiquitito, o sea, yo no salgo, no he salido a ningún lado. No salimos a ningún lado, y como tengo a mitad de cuadra el negocio, al frente la carnicería, a la otra esquina la panadería, no tengo necesidad de salir al supermercado” (vecina de la Villa, 48 años)


“Por ejemplo, en los bloques, no hubo nunca, como quien dice un ante jardín, pero la gente se fue apropiando con doble objetivo, un objetivo de seguridad, un segundo objetivo de estacionamiento de vehículos. Cuando nosotros proyectamos la Villa en el año 71, el automóvil en los sectores Populares era prácticamente inexistente […] la generosidad de los espacios comunes hizo posible que se pudieran generar estos ante jardines privados, llamemos así, sin perjudicar considerablemente la calidad de los jardines comunes, que todavía son significativos” (Miguel Lawner, ex director ejecutivo CORMU)

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Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru




Arraigo / El arraigo se comprende como el sentido de pertenencia, apego e identidad que las personas sienten con su entorno cotidiano, cuando éste satisface las necesidades de quienes lo habitan generando bienestar y conformidad, produciendo un vínculo personal y comunitario con el barrio que es difícil de disolver46.


“Yo encuentro maravilloso donde estoy viviendo” (Vecino de la Villa, 88 años)

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Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru


“Yo me siento muy contento, orgulloso de nuestro barrio […] la atracción nuestra siempre fue el cerro San Cristóbal y la virgen” (Vecino de la Villa, 81 años)


“Mi hijo no se quiso ir, por la ubicación, por el entorno, por la naturaleza, por eso no quiso irse, y yo creo que siempre vamos a terminar acá, él va a terminar acá también” (Vecina de la Villa, 48 años)


“Arrendé como por 19 años y ahora ya soy propietaria, la compré. Así que, porque tiene una ubicación maravillosa la verdad, y nosotros vivimos en un pequeño oasis, muy lindo, lo tratamos de mantener muy lindo, eso sí “ (vecina de la Villa, 48 años)


“Y cuando estuvieron rompiendo las calles y todo porque esto era un ex polígono de tiro, empezaron a aparecer muchas balas, distintas balas, porque esto era del ejército, de investigaciones y de Carabineros. Entonces había... Hay cuatro sectores que están muy marcados donde se hacían los tiros, y eso fue rellenado y al removerlo nosotros nos encontramos con mucha historia que tiene la Villa. Piensa tú, que del 1931 cuando era la chimba, empezaron a ver estos terrenos para construir, no para viviendas sociales, sino para ampliar lo que era Santiago centro.” (Vecina de la Villa 59 años y vecina de la Villa 42 años)


“En todo caso ante algo grave aquí, es seguro que todos nos vamos a unir. Si el caso es un incendio, una cosa muy grave, alguien que esté muy enfermo, uno va a aportar porque en el fondo conoce mucha gente acá” (Vecina de la Villa, 59 años)


“[…] cuando uno pide ayuda la gente es muy solidaria, acá la verdad que la gente es muy solidaria ayuda mucho. Ayuda a los demás, anónimamente, siempre está ayudando” (Vecina de la Villa, 48 años)


“Tenemos una placita que está a los pies de la sede donde van señoras mayores y chiquillas jóvenes con sus guaguas a jugar […] hay tardes que están sentadas reposando ahí, y eso es de mucho valor, porque he visto en otros barrios que no hay una plaza, no hay un árbol, entonces aquí tenemos un privilegio porque tenemos buenas plazas, y tenemos al cerro San Cristóbal al oriente y el Cerro Blanco al lado poniente” (Vecino de la Villa, 81 años)


“Frente a mi casa hay una plaza, no... no es una plaza, es jardín que yo mantengo y trato de que sea un lugar bello, trato de incentivar a la gente de poder vivir en comunidad, que es lo más importante, de que nos preocupemos de limpiar, de sacar maleza, de tener un árbol, de tener plantitas, de regar […]” (Vecina de la Villa, 48 años)




Memoria / Evocación del pasado en el presente a partir de imágenes de momentos históricos, personales, espacios geográficos, instancias cotidianas o ceremoniales por parte de individuos y colectividades. Esta evocación ocurre, principalmente, mediante las fotografías, las cuales tienen la cualidad de hacer memoria y capturar instantes de tiempos y experiencias pasadas47. La memoria visual del hombre se encuentra confinada en las imágenes que ha generado a lo largo de su existencia, en donde hay cabida para espacios vividos, experiencias individuales y colectivas, manifestaciones artísticas, entre otros. Nuestra memoria está conformada con las fotografías de todos aquellos instantes que concentran las experiencias, más, cuando hablamos o escribimos lo que hacemos en realidad es desplegar con palabras las imágenes que hemos retenido en la memoria48.


“Cuando llegaban algunos familiares [...] (a la casa) se asustaban porque sentían el iroteo y se imaginaban que había un... no sé... entonces nosotros teníamos que ponernos algodón en los oídos. Nosotros participábamos ahí de los tiradores, en unos ganchos que había, en donde llegaban los tiros, teníamos que subir y bajar los blancos y marcarles el tiro, y cada tirador tenía su catalejo, su lente larga vista donde miraba donde le marcábamos con una paleta donde llagaron los tiros de los balazos. y ahí nos pagaban a nosotros en ese tiempo 3 pesos por blanco, 3 pesos imagínate” (Vecino de la Villa, 81 años)


“Y cuando estuvieron rompiendo las calles y todo porque esto era un ex polígono de tiro, empezaron a aparecer muchas balas, distintas balas, porque esto era del ejército, de investigaciones y de Carabineros. Entonces había... Hay cuatro sectores que están muy marcados donde se hacían los tiros, y eso fue rellenado y al removerlo nosotros nos encontramos con mucha historia que tiene la Villa. Piensa tú, que del 1931 cuando era la chimba, empezaron a ver estos terrenos para construir, no para viviendas sociales, sino para ampliar lo que era Santiago centro” (Vecina de la Villa 59 años y vecina de la Villa 42 años)


“[…] era muy común aquí ir a almorzar donde Don Toro. Don Toro los conocía a todos. El mercado cuando íbamos a buscar la leche, el local de al medio que estaba ubicado en Valdivieso con El salto. Las calles eran de tierra y adoquines. Como le digo y expreso que en ese tiempo era muy escaso la moneda, nuestros padres eran de clase media, entonces había que marcar muy bien los gastos” (Vecino de la Villa, 81 años)


“Mira, era muy tranquilo. No había tanta delincuencia, y nuestras madres se abastecían con los almacenes de barrio, que era muy común. Donde comprobamos el 1/4 de azúcar, 1/8 de aceite, 1/8 de té, café […]” (Vecino de la Villa, 81 años)


“La conocí desde que comenzaron a construir esa Villa, vivía en Puma, la muralla de mi casa colindaba con el polígono de tiro. Mi familia vivió ahí siempre mis hermanos aún viven ahí en el block 11 frente a la multicancha, en la cual jugaba casi todos los días de mi juventud fui crac de varios equipos como Unión Puma, Maracaibo y otro” (Vecino de la Villa 63 años)


“Muchas familias y de distintas condiciones sociales y económicas, pero a mí lo que más me llenaba era que había mucho adulto mayor. Nosotros somos un 90% de adulto mayor en este minuto. Entonces había gente que con suerte puede comprar sus remedios, no iban a comprar pintura. Entonces, cuando se le hacían los trabajos los adultos mayores, era para ellos una maravilla, que le cambiaran las ventanas, que le pusieran su piso, que le arreglaran su baño... Entonces, para eso, para mí, yo te digo no me arrepiento de haber trabajado esos años porque hasta el día de hoy está todo lo que yo instalé” (Vecina de la Villa 59 años y vecina de la Villa 42 años)



“Sí, el parque bicentenario que fue una cosa muy bonita que se hizo, y está hermoso la verdad, yo […] nosotros habitualmente íbamos con mi hijo, ya está un poco grande pero igual íbamos, y por ahí transitábamos e íbamos subiendo para hacer ejercicio. Se estaba haciendo muchos edificios, y eso está cambiando mucho. Antes avenida Perú era puras casas enormes, muy grandes, que eran como las de los árabes, ¿ya? Hoy en día hay muchos edificios, ¡muchos edificios!, entonces […] es una avenida muy linda, o sea si tu preguntas, es como un mini Providencia” (Vecina de la Villa 48 años)


“Mi abuelita participaba muchos en los clubs de adulto mayor y un año fue elegida reina” (Vecino de la Villa 45 años)


“El día de la entrega de llaves de los deptos. Inolvidable el suelo de la casa propia para varios, pues había arrendatarios. Todos felices y unidos con las mudanzas” (Vecina de la Villa 63 años)


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Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru


Patrimonio Oculto / Apela a elementos inmateriales como discursos y prácticas, presentes o pasadas, interculturales y Populares, que no están reconocidos por las instituciones, y que generan algún nivel de identidad, y que enparticular en la Villa San Cristóbal refiere a la espacialidad, arraigo y memoria. El patrimonio oculto se manifiesta bajo el manto de sigilo que cubre la existencia de prácticas y representaciones socioculturales que tiene un valor particular, están vigentes actualmente, cuentan con un legado histórico y urbano que necesita ser visibilizado para su reconocimiento y preservación, como en el caso de las dinámicas culturales practicadas por los habitantes de la Villa. Develar el patrimonio oculto es un modo de contribuir a mantener vigente la memoria social y urbana, reconocer la coexistencia de identidades propias arraigadas, para no olvidar cuales fueron sus raíces Populares49.


“[…] había un vecino que juntaba a la juventud y hacía campeonatos, juntaba... después les daba premios, hacía hasta fiestas de gala, qué sé yo, le entregaba los premios bonitos, pero él falleció. y ahí fue un momento triste para todos los chiquillos y los papás igual de ver a los hijos triste […]” (Vecina de la Villa 67 años)


“La que mencione anterior […] las celebraciones del 18 septiembre […] tengo 49 años, llegue a los 5 años a vivir acá con mis abuelos... todos los que todavía estamos acá y tienen aprox., mi edad esperábamos para participar de todos los juegos que hacían. Todos los típicos juegos donde todos participamos y todas las familias en armonía y respeto, el palo ensebado, Carreras de sacos, huevos con la cuchara, carreras, etc., […] cerraban Schlack desde Av. Perú a Recoleta para seguridad de todos y poder realizar actividades sin peligro...ahora nuestros hijos y nietos algunos se juntan otros no... ya vamos varias generaciones algunos nos han dejado ...otros se han cambiado de sector o país o comuna etc.…en fin muy lindos recuerdos” (Vecina de la Villa 49 años)


“Y también años anteriores hacíamos la feria navideña que cada vez se iban poniendo menos puestos sí, es que estábamos muy como encerrados, solamente para la gente De la Villa y era un paseo, un poco se compraba, pero era bonito también, ahí se juntaba toda la gente a poner sus puestos, sus negocios” (Vecina de la Villa 67 años)


“Claro, es que todas las reuniones que vendías churrascos, que vendías completos, que vendías cosas para hacer fondos. Yo hice fiestas navideñas, se entregaron reconocimientos a gente que no pertenecía a la directiva, pero que sí trabajó mucho por nosotros, entonces, uno hacía que la gente les costara, aunque no fuera tanto pero que realmente sintieran que lo que ellos estaban recibiendo también tenía una devolución para los otros” (Vecina de la Villa 59 años)


“[…] bueno, a una le gusta mucho el barrio, porque fue la primera que nació acá, no sé, son cosas que le quedan. Y la menor, le gusta el departamento, entonces ella... las dos me la pidan de herencia” (Vecina de la Villa 67 años)


“Si yo con mis amigos teníamos un centro juvenil, hacíamos juegos Populares para fiestas patrias, la junta de vecinos, la cual dirigía el señor Ojeda, nos encomendó ponerles nombre a los pasajes de la Villa” (Vecino de la Villa 63 años)


“Me imagino, por supuesto que sí, claro, claro que sí, claro que sí, sí. Las pasarelas todo […] todo eso es realmente […] hay que reconocerlo como una arquitectura bien especial, y lo que le escuchaba a Federico Sánchez que era eso justamente, porque después, en algún momento, lo dijo por ejemplo el […] en Chicago mostraron unos edificios fabulosos y yo decía “¿y si lo comparamos con esto?”, esos son realmente precioso, pero estos tienen otro tipo de […] que llama la atención, como las pasarelas y todo eso” (Vecino de la Villa 89 años)



“[…] merece un reconocimiento, porque yo me he fijado que en otros barrios hay el mismo adelanto, la misma construcción, pero nosotros privilegiadamente estamos quitados de bulla, porque es como un círculo la Villa, donde no hay mucho tráfico, eso es muy importante para el oído, entonces […] y tranquilidad, por si hay niños. Entonces, hay que hacer un reconocimiento a los que construyeron nuestra Villa porque miraron muy bien cómo iba a ser a futuro el entorno, y el entorno está formado por buenos almacenes ¿no? Buenas […] farmacias tenemos pocas, pero, tenemos la parroquia, tenemos emporio, y los servicios hospitalarios cerca. Pero fue muy bien construida y yo me siento orgulloso de estar donde yo nací y mis familiares […]” (Vecino de la Villa 80 años)


“[…]antes la verdad no [...] llegaba a mi casa, me encerraba con llave y no salía más. Ahora estoy un poco más preocupada de mi entorno y de colaborar, y de incentivar. Más que nada incentivar, incentivar la buena educación con los vecinos, el respeto mutuo […]” (Vecina de la Villa 48 años)


“Los eventos autogestionados cuando un vecino o vecina necesita ayuda como bingos, completadas, rifas, colectas, etc” (Vecina de la Villa 24 años)


“Entonces sí, nosotros como Villa, nos debieran dar un reconocimiento por los años que tenemos, por la estructura que tenemos, por la historia que atrae” (Vecina de la Villa 59 años)


Conclusiones / La Memoria Visual de la Villa San Cristóbal observada desde el Patrimonio Oculto, ha permitido transitar por cerca de medio siglo de una historia circunscrita en el ocaso de la CORMU, una de las instituciones habitacionales más importantes de Chile. Si bien la Villa fue un proyecto de solución habitacional de carácter social como también lo fue en su momento la Remodelación San Borja, la Villa Frei o la Villa Portales, en palabras de uno de sus precursores, la ex Túpac Amaru fue una de las más emblemáticas, no sólo en términos espaciales si no también en cuanto a participación, cuyo resultado es hoy un ejemplo de dignidad por la calidad de sus construcciones y su localización única dentro del Gran Santiago. Se buscó, a partir de este trabajo, llenar una brecha sobre el conocimiento existente de la Villa San Cristóbal. Por un lado, la recolección de bibliografía y la sistematización de fuentes históricas fueron relevantes para avanzar en este sentido, pero a la vez fue fundamental el valioso aporte de los relatos de sus propios habitantes, quienes contribuyeron así a reensamblar una narrativa común que permite reconstruir la historia de la Villa y sus experiencias ancladas en el espacio, el arraigo que genera la conformidad con un entorno excepcional y la memoria que revive sus orígenes. Sin haber visibilizado el rol de la comunidad en la construcción del hábitat, este trabajo, y el reconocimiento del Patrimonio Oculto no podría haber sido posible. Fueron sus habitantes quienes distinguieron el importante valor contenido en su espacialidad, entre cerros y pasarelas, una forma arquitectónica que según ellos merece ser considerado por su importancia histórica y cuya

disposición orientada hacia la creación de lazos comunitarios y el fortalecimiento del tejido social nos entrega sus frutos observables en una comunidad que mantiene intacta su solidaridad aun con los importantes cambios recientes, como la llegada de nuevos habitantes y la partida de sus fundadores. Estas características, así como la calidad de sus plazas y jardines, promueven un sentido fuerte de permanencia, palpable sobre todo entre los habitantes tradicionales que vieron nacer y evolucionar este territorio, expresándose en el sentido de conformidad que sienten por vivir en la Villa San Cristóbal llegándolo a llamar por unos como “un pequeño oasis” dentro de la urbe. Asimismo, sus rincones evocan recuerdos, anécdotas, experiencias y vivencias que la coproducción de conocimiento con sus habitantes logra mantener fortaleciendo la identidad y permitiendo así visibilizar este valor manifiesto para asegurar su preservación en el futuro, sobre todo en un contexto urbano definido por intensas y rápidas alteraciones. Es en la conjugación del patrimonio arquitectónico, urbano, social y paisajístico, donde se potencia la relevancia histórica y cultural que determina el valor y riqueza colectiva de este barrio. Sin embargo, el dinamismo de los tiempos y el recambio de residentes se presenta como una amenaza al sentido de comunidad, que la ha caracterizado desde sus inicios. En este sentido, en palabras de sus propios residentes, el desafío se encuentra en mejorar la participación de la nueva generación de residentes. El empuje de dicho fortalecimiento comunitario podría ayudar a mejorar aquellos problemas físicos propios del paso del tiempo. De esta forma, con la Memoria Visual de la Villa San Cristóbal se espera contribuir a la valorización del patrimonio cultural inmaterial que suele estar presente sigilosamente en nuestras ciudades, invitándonos a reflexionar sobre la rica producción que se genera por parte de las comunidades, tanto a nivel de discursos, como de prácticas, relatos, u otros.


Memoria visual de la Villa San Cristóbal - ex Túpac Amaru

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Referencias Bibliográficas / Arce, G. H. A., y Crisóstomo, S. R. (2018). La Remodelación San Borja en Santiago de Chile: de promesa revolucionaria a reactivador inmobiliario. Bitácora Urbano-Territorial, 28(1), pp. 107-115.  Arteaga, E. y Bonomo, U. (2015). Túpac Amaru_1971. Recuperado de: https:// vimeo.com/138710219.  Alfonso Raposo, A., y Valencia, M. (2004). Modernidad, diseño urbano y utopía. Notas sobre el fundamento político de las acciones de remodelación urbana en Santiago. El caso de CORMU 1966-1976. En La interpretación de la obra arquitectónica y proyecciones de la política en el espacio habitacional urbano. Memorias e historia de las realizaciones habitacionales de la CORMU. Santiago 1966-1976, coords. Alfonso Raposo M., Marco Valencia P. y Gabriela Raposo Q., (Universidad Central, Santiago, Chile: LOM) pp. 122-55,Bonomo, U., y Feuerhake, S. (2017). Entre público y privado. El espacio colectivo en la vivienda moderna chilena: arquitectura y legislación. DEARQ, 20, (p. 131). Burke, P. (2001). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. 1th edn. Editorial Crítica: Barcelona.  Cámara Chilena de la Construcción. (2002). 50 años construyendo bienestar 1951-2001.

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Citas pie de pagina / 1 • Muriel, D. (2015). La mediación experta en la construcción del patrimonio cultural como producción contemporánea de «lo nuestro». AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana, 10(2), pp. 259-288. 2 • Gámez, V. (2006). El pensamiento urbanístico de la CORMU (19651976). Revista Urbano, 9 (13), pp. 9-18 (cita p. 9). 3 • Raposo, A. (2009). La Vivienda Social de la CORVI. Un Otro Patrimonio. Revista INVI, 14(37), pp. 41-73 (cita p.47). 4 • Gertosio, R. (2016). Ciudad Utópica. Villa Frei. 1th edn. Santiago: Editorial Sa Cabana. Valencia, M. (2016). Proyecto, obra y comunidad. 1th edn. Arquitectura Habitacional moderna en Santiago de Chile. Santiago: Editorial LOM.

5 • Forray, R., Márquez., F., y Sepúlveda, C. (2010). Unidad vecinal Portales. 1955-2010, identidad y patrimonio. 1th edn. Santiago: Ministerio de Vivienda y Urbanismo. 6 • Pérez de Arce, R. (2016). El jardín de los senderos entrecruzados: La remodelación San Borja y las escuelas de arquitectura. ARQ (Santiago), (92), pp. 50-67. https://dx.doi.org/10.4067/S071769962016000100007. 7 • Arce, G. H. A., y Crisóstomo, S. R. (2018). La Remodelación San Borja en Santiago de Chile: de promesa revolucionaria a reactivador inmobiliario. Bitácora Urbano-Territorial, 28(1), pp. 107-115. 8 • Pavez, M. I. (2015). Karl Brunner al norte del Mapocho: trazados para espacios públicos en los polígonos de Independencia y Recoleta, en libro Karl Brunner en Chile. Urbanismo revisitado. (2ª edición revisada y ampliada en Recoleta, 2015), pp.80-101, 67 ilustraciones. 9 • Olquín, R. (2015). Notas sobre memoria local-social y empoderamiento vecinal: El caso de Villa San Cristóbal o Ex Seccional Túpac Amaru en Recoleta: 1971-2012. Revista la Paja Teórica, Nº3, pp. 24-31. 10 • Rivas, I. (2016). Revisitando el conjunto habitacional Polígono de Tiro. Remodelación San Cristóbal, Ex Túpac Amaru. Recuperado de: https://issuu.com/ignaciorirvasp/docs/investigacioncriticafinallowres. 11 • Arteaga, E. y Bonomo, U. (2015). Túpac Amaru_1971. Recuperado de: https://vimeo.com/138710219.


12 • Fracasso, L. (2016). Lo patrimoniable. Utopías concretas, prácticas artísticas y hábitat Popular y hábitat ancestral contemporáneo XIV Coloquio Internacional de Geocrítica Las utopías y la construcción de la sociedad del futuro Barcelona, 2-7 de mayo de 2016.

18 • Gross, P. (1991). “Santiago de Chile (1925-1990): planificación urbana y modelos políticos. EURE, 52(53), (cita p. 31)

13 • Valencia, M. (2012). La vivienda Popular en Santiago. Cuatro momentos en el siglo XX. Una aproximación desde la Biopolítica. Revista de Diseño Urbano y Paisaje, 24. http://dup.ucentral.cl/n24. htm.

20 • “El Dr. Brunner llevó a cabo este curso intensivo de preparación de la primera generación de Urbanistas que tuvo el país a nivel de graduados, los que dieron con sus realizaciones profesionales, un significativo impulso al desarrollo de la cultura y técnica del Urbanismo nacional”. Pavez Reyes, M. (2009). La institución del urbanismo en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile (Santiago: FAU U. de Chile, 2009), (cita p.159).

14 • Cataldo, E. (1985). Estructura interna de la ciudad. En De Ramon, Armando y Gross, Patricio (eds.). Santiago de Chile: características histórico ambientales, 1891-1924. London, England. Monografías Revista Nueva Historia. 1985, pp. 1-18. (cita p. 2) 15 • Fernández, E. (2015). La transformación urbana de Santiago de Chile: finanzas, obras públicas y discurso político (1870- 1910). Amérique Latine Histoire et Mémoire. 28 http://journals.openedition.org/ alhim/5091. Vyhmeister, K. (2019). La transformación de Santiago: un caso frustrado de intervención urbana a gran escala (1872- 1929). EURE, 45. 16 • Bonomo, U., y Feuerhake, S. (2017). Entre público y privado. El espacio colectivo en la vivienda moderna chilena: arquitectura y legislación. DEARQ, 20, (cita p. 131). 17 De Ramón, A. (1991). Vivienda. En De Ramón, A., y Gross, P. Op. Cit., pp. 79-94 (cita p. 84). 17 • De Ramón, A. (1991). Vivienda. En De Ramón, A., y Gross, P. Op. Cit., pp. 79-94 (cita p. 84).

19 • Ibídem.

21 • Ibidem, cita p. 17. 22 • Bonomo, U., y Feuerhake, S. Op. Cit., cita p. 135 23 • Bonomo, U., y Feuerhake, S. Op. Cit. 24 • Gross, P. Op. Cit., cita p. 37 25 • Carrillo, L. (2019). Sobre el anillo-torre de la CORMU Tesis para optar al Título de Arquitecta y al grado de Magister en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile. 26 • Carrillo, L. Op. Cit., cita p. 31. 27 • Raposo, A., y Valencia, M. Op. Cit. 28 • Sesión 13° miércoles 25 de junio 1969, (cita p. 971).


29 • Ibidem, (cita p. 974).

38 • La Bonomo, U., y Feuerhake, S. Op. Cit., cita p. 131.

30 • Raposo, A., y Valencia, M. Op. Cit., cita p. 123.

39 • 40 • 41 • Entrevista a Miguel Lawner (ex Director Ejecutivo CORMU) por parte del equipo investigador.

31 • Raposo, A., y Valencia, M. Op. Cit. 32 • Ibidem 33 • Hidalgo, R. (2004). La vivienda social en Santiago de Chile en la segunda mitad del siglo XX: actores relevantes y tendencias espaciales. En Santiago en la Globalización: ¿una nueva ciudad?, coords. Carlos De Mattos et. al., (Santiago: Ediciones SUR – Libros EURE, 2004), (cita p. 220). 34 • Raposo, A., Raposo, G., y Valencia, M. (2005). Hacia la remodelación democrática del espacio habitacional. En La interpretación de la obra arquitectónica y proyecciones de la política en el espacio habitacional urbano. Memorias e historia de las realizaciones habitacionales de la CORMU. Santiago 1966-1976, coords. Alfonso Raposo M., Marco Valencia P. y Gabriela Raposo Q., (Universidad Central, Santiago, Chile: LOM), pp. 156-223. 35 • Revista Auca, 20, 1971, (cita p. 4) 36 • Gross, P. Op. Cit. 37 • Cámara Chilena de la Construcción. (2002). 50 años construyendo bienestar 1951-2001. ta p. 4)

42 • Terraza, D. (2015). Proyecto de recuperación urbana y patrimonial de Túpac Amaru. Morfología del traspaso: la transición del espacio público al privado en la vivienda colectiva. Tesis para optar al Título de Arquitecta y al grado de Magister enArquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile. 43 • Entrevista a Miguel Lawner (ex Director Ejecutivo CORMU) por parte del equipo investigador. 44 • Entrevista a Miguel Lawner (ex Director Ejecutivo CORMU) por parte del equipo investigador. 45 • Panerai, Depaule, & Demorgón. (1983). Elementos de análisis urbano. España: Instituto de Administración Local. 46 • Fullilove, Mindy (1996). Psychiatric implications of displacement: contributions from the psychology of place. American Journal of Psychiatry 153, 1516-1523. https://doi.org/10.1176/ajp.153.12.1516. 47 • Burke, P. (2005). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona: Critica. 48 • Pantoja, A. (2007) La memoria en la fotografía. El discurso visual de la historia. En: Crespo, L., y Villena, R. Fotografía y Patrimonio. II Encuentro En Castilla- La Mancha. Ciudad Real: Centro de estudios de Castilla-La Mancha, pp.100- 117.


Agradecimientos / Observatorio CITé quiere agradecer a cada de una de las personas que de distintas formas ayudaron en la realización de esta investigación y en la elaboración de este libro.  Primero, dar las gracias por todo el cariño y constante apoyo entregado por la Junta de Vecinos San Cristóbal 2018, Unidad Vecinal N°31, personalidad jurídica N° 2029, representada por el Sr. Ricardo Lavín Salgado (Representante legal y presidente), el Sr. Mariano Sánchez Orellana (Tesorero y presidente del Comité de Seguridad Villa San Cristóbal) y la Sra. Mónica Recabal Espinoza (Directora y presidenta del Comité de Seguridad y Medio Ambiente Villa San Cristóbal 2). Segundo, queremos reconocer a las vecinas y vecinos que compartieron sus hermosas y emocionantes historias, por su activa participación en la realización de talleres, recorridos patrimoniales, entrevistas, cuestionarios, exposiciones de fotografía, completadas y las diversas actividades que realizamos durante este proyecto. En especial a; la Srta. Isabel Ceroni Salas, Srta. Marian Ormeño, Srta. Mónica Flores, Srta. Norma, Srta. Romelia, Srta. Anahí Veliz, Srta. Isidora, Srta. Nicole Briones, Srta. Tamara Montecinos, Srta. Danae Sepúlveda, a el Sr. Hugo Vega Zumaeta, Sr. Jaime, Sr. Luis Peralta, Sr. Marcelo Román, Sr. Erico Islas Jaramillo, Sr. Manuel Veliz. Tercero, entregar un reconocimiento particular al Sr. Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura (2018-2020) y ex Director Ejecutivo de la CORMU durante el Gobierno de Salvador Allende, por darse el tiempo de concedernos una entrevista para contarnos la historia de la Villa en primera persona.

También, queremos agradecer al académico e investigador José Marcelo Bravo del Instituto de Historia y Patrimonio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, por todos sus consejos y tiempo dedicado. Y, a la carrera de Diseño de Interiores de DUOC UC San Carlos de Apoquindo, a sus directivos, profesores y estudiantes, quienes desarrollaron un trabajo de hermoseamiento de la Villa en colaboración con las vecinas y vecinos.   Por otra parte, damos las gracias a quienes nos apoyaron en la postulación al concurso público convocatoria 2020 FONDART, LÍNEA DE PATRIMONIO CULTURAL, ÁMBITO REGIONAL DE FINANCIAMIENTO, entre ellos al Sr. Fernando Manzur Frei (Concejal de la Municipalidad de Recoleta) y al Sr. Rodrigo Hurtado Osbar (Director ejecutivo de la Universidad Abierta de Recoleta). Por último, a todas las amigas, amigos y familiares que apoyaron las diversas actividades en terreno realizadas en el marco de este proyecto, por medio de difusión, ayuda en el desarrollo de juegos o asistiendo y disfrutando en las jornadas participativas realizadas en la Villa.


Pedro Palma

Equipo /

Geógrafo de la Universidad de Chile (2014), Magíster en Desarrollo Urbano

del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2018).

Representante legal y Directora

Equipo de apoyo y gestión

Gricel Labbé C.

Vladimir Venegas

Geógrafa de la Universidad de Chile (2014), Magíster en Desarrollo Urbano

del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad

Sociólogo de la Universidad de Chile (2016).

Católica de Chile (2018).

Tomás Puentes

Coordinadora proyecto

Public Policy en la University of Leeds, realizando un PhD en Discapacidad y

Natalia Vernal

Licenciado en Sociología de la Universidad de Chile, Máster In Social and Tránsito a la vida independiente en la University of Leeds.

Licenciada en Antropología Social de la Universidad de Chile (2014),

Marhyan Ampuero

Equipo de Investigación

Realizador visual

Karin San Martín

Gonzalo Cabrera

Estudiante Magíster en Desarrollo Rural de la Universidad Austral (2020).

Arquitecto y Magíster en Desarrollo Urbano del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2018).

Ignacio Arce

Geógrafo (2016) y Magíster de Urbanismo de la Universidad de Chile (2020).

Geógrafa de la Pontificia Universidad Católica de (2019).

Sociólogo de la Universidad de Buenos Aires (2017).

Recopilación histórica Cristian Baeza Bernal

Historiador, y Magister en Historia Universidad de Santiago de Chile.



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