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La Túpac Amaru como expresión del ordenamiento espacial colectivo

Figura 5. Villa San Cristóbal-Ex Túpac - Amaru, mediados de los 80. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.

En la actualidad, es posible reconocer en Santiago de Chile conjuntos residenciales desarrollados durante la década de 1960 y 1970 por la CORMU, los cuales constituyen expresiones emblemáticas del movimiento arquitectónico moderno, siendo hoy ejemplos de conjuntos habitacionales bien equipados e integrados con su entorno, y que cuentan con un tejido social histórico, tales como el Proyecto San Borja, el conjunto habitacional del Empart, la Villa Portales, La Villa Frei y de forma menos conocida la ex Túpac Amaru, hoy Villa San Cristóbal, en la comuna de Recoleta.

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Sí bien, se ha estudiado de forma bastante robusta el movimiento arquitectónico moderno en Chile estos han obviado cómo estos espacios urbanos generan procesos de producción de patrimonio cultural inmaterial, que se concretiza en discursos y prácticas culturales únicas que contribuyen al apego y la identidad de sus habitantes con el barrio. De hecho, existen trabajos útiles que permiten abordar el proceso de patrimonialización de los conjuntos habitacionales creados por la CORMU, no obstante, tal trabajo hace énfasis exclusivamente en sus características arquitectónicas.

La conformación de la Villa nace a partir del Plan Seccional Túpac Amaru, generado a finales de la década de 1960 por la CORMU, y cuy proceso de construcción se extiende por más de media década, siendo finalizado en 1977. El proyecto, que abarca un total de 6,7 hectáreas, da cabida a 716 unidades habitacionales, en tipología de vivienda colectiva (figura 5).

En palabras de Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura (2018-2020) y Director Ejecutivo de la entidad en esos años, la razón por la cual desarrolla el proyecto de remodelación Túpac Amaru en este sector, está determinada por la necesidad de disponer de suelo que permitiera desarrollar la primera etapa sin tener que incurrir en procesos de erradicación de la población residente.

El terreno, que pertenecía al Ejército y que era antiguamente utilizado como un polígono de tiro, había dejado de funcionar debido al crecimiento urbano y para ese entonces, se encontraba sin un uso específico. Cabe destacar que, en aquella época, la cesión de terrenos entre los organismos del Estado era mandatoria, es decir, bastaba que la CORMU solicitara el terreno a Bienes Nacionales para que éstos, a su vez, pidieran al Ejército entregarlos para el desarrollo de proyectos sociales.

El proceso de remodelación en Chile, cuando nosotros asumimos (gobierno de Salvador Allende), estaba desprestigiado, porque la experiencia con la remodelación San Borja había significado la erradicación de 300 familias que vivián adyacente al Hospital, sector donde se comenzaron los trabajos. En consecuencia, nosotros iniciamos el mandato con una alta resistencia de la población que suponía iba a ocurrir lo mismo, independiente dónde se construyera un proyecto de remodelación39 .

De esta manera, el primer esfuerzo se concentró en tratar de sumar a las personas, quienes no miraban con buenos ojos la idea de que las soluciones habitacionales fueran en edificios en altura. Para disuadir a la población del beneficio de estos proyectos de densidad en altura, se utilizó como estrategia el desarrollo de maquetas a gran escala y de folletos informativos como el de “Ahora vamos p’arriba” (Figura 6-7).

Figura 6. Miguel Lawner mostrando proyecto Villa San Luis, 1973. Plataforma arquitectura-cortesía Miguel Lawner.

Figura 7. Folletos de divulgación CORMU, extraído de: Diseño urbano inclusivo para Santiago centro, concurso internacional 1072. Cap., I., p. 24. (incluir imágenes a página completa, idem figura 5)

Nosotros estábamos convencidos que una vez que ellos vieran la etapa terminada, dentro del polígono mismo sin haber tocado ninguna de las viviendas residentes, ese efecto de demostración iba a ser suficiente para aceptar al resto (de las etapas), y en los hechos, así ocurrió40 . Los primeros acercamientos con la población residente ocurrieron durante 1970. Cabe destacar que a diferencia de los proyectos sociales que se venían desarrollando hasta antes del gobierno de Allende, los beneficiarios de las viviendas ya no se limitarían solo a los propietarios afectos a expropiación, sino que incluyó también a aquellos residentes en calidad de arrendatarios y de allegados.

La construcción del proyecto Remodelación Túpac Amaru se concibió en tres etapas (Figura 8, a la izquierda). La primera comenzó a construirse en 1971, hacia el sector poniente de la Villa, cuyas viviendas fueron entregadas un mes antes del Golpe de Estado.

Esta etapa contempló además la construcción de la continuación de la Av. Perú, conectando de norte a sur la trama urbana de esta porción de ciudad que hasta ese entonces se encontraba inconclusa.

La segunda fase estuvo focalizada en el área central con las torres de altura como protagonistas, las que estaban pensadas para ser asignadas a familias de sectores medios pero que fueron entregadas durante el Régimen Militar a personas que provenían de distintos sectores de la ciudad.

Fue magnífico el nivel de participación, en todos los detalles, desde el proyecto mismo hasta las asignaciones de las viviendas e incluso en la distribución de los departamentos, porque eran de tres superficies: 40, 50 y 60 m2, los fueron asignados según las composiciones de las familias, en común acuerdo con la junta de vecinos, que en esos tiempos era la junta vecinal n°641 .

Si bien el proyecto original contemplaba dos torres de 17 pisos, en los años 90 se agrega una tercera que es colindante al mismo, pero no parte del proyecto original. La tercera etapa fueron los blocks del sector poniente, construidos durante los últimos años de vida de CORMU, los que siguieron los lineamientos propuestos en el proyecto inicial. Una cuarta etapa se cuenta posterior a la desaparición de la corporación, incorporando equipamiento proyectado, escuela y la junta vecinal, todo ello respetando las ideas de la extinta CORMU, pero alterándose las fachadas y diseños estéticos de los edificios.

En términos arquitectónicos, se buscó que las edificaciones de cuatro pisos, correspondientes al bloque predominante dentro del proyecto, mantuviesen algunos de los beneficios de las edificaciones en baja altura. A partir de esto, se diseñó en los primeros dos pisos, departamentos dúplex con una entrada desde la calle, acompañados de un pequeño patio posterior. Luego, se construye una circulación exterior en el tercer piso para desarrollar nuevamente departamentos dúplex, con sus áreas de estar en el tercer piso y los dormitorios en el cuarto piso (Figura 9).

Nosotros planteamos la circulación del tercer piso no como un simple pasillo, sino que la ampliamos y tomamos el concepto de lo que llamamos “Calle elevada”, que permitió concebir un espacio donde la gente genera un intercambio social y facilita que los vecinos interactúen, lo que, a mi parecer, francamente ha sido un éxito. Hoy uno puede ver ese lugar lleno de arreglos florares, los asados a la parrilla los hacen allí y en las tardes la gente puede sentarse en bancas que ellos mismos pone43 .

Figura 8:A la izq.: Interpretación gráfica del plano del sector entre cerros de 1970, previo a la construcción del seccional y posterior a las transformaciones viales necesaria para la conformación de la súper manzana. En color rojo las viviendas que debieron ser expropiadas para la construcción del seccional Túpac Amaru. A la derecha: Planta de cubierta del seccional Túpac Amaru, que grafica las etapas de construcción del conjunto. En color azul, primera etapa. Magenta, segunda etapa. Verde, tercera etapa y en color amarillo, los block, torre y equipamiento que se construyeron pos-desaparición de la CORMU. Fuente: Daniela Terraza, tesis de Mg., pp. 74 y 75 respectivamente42 .

Figura 9. Construcción calle elevada, remodelación Túpac-Amaru. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.

Uno de los elementos más importantes en la historia del proyecto, se relaciona con los procesos de participación de la comunidad. Antes de empezar su construcción y de cerrar el diseño definitivo, se contemplaron reuniones con los primeros asignados al conjunto que tenían por objeto no solo exponer el proyecto, sino que además discutir sobre las necesidades de en cuanto a los equipamientos que debían proyectarse dentro del conjunto. De esta manera, cada uno de los bloques fue dispuesto de manera tal de armar plazas interiores que permitiesen el encuentro entre vecinos. El área central, donde se emplazan las torres de 17 pisos, contempla locales comerciales y el colegio, además de las plazas más grandes, pensadas para la interacción a mayor escala, una especie de centro cívico de actividades de esta porción de ciudad.

En la CORMU nosotros introdujimos otro índice, que no es usual en la vivienda pública, que es la belleza. Nosotros dijimos, en la medida de lo posible, sin caer en despilfarros, los sectores modestos tienen derecho a disfrutar de un conjunto habitacional hermoso, la belleza no tiene por qué ser patrimonio solo de los sectores de altos recursos44 .

Block N°2, primera etapa terminada, remodelación Túpac-Amaru. Plataforma Arquitectura - Cortesía Esteban Arteaga.