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Alfredo Ollero

Alfredo Ollero

Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio Universidad de Zaragoza

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Devolver espacio a los ríos: actualización y reflexión

Conocí a José María Ureña en 1997 en unas jornadas sobre restauración de ríos y riberas celebradas en Cabezón de la Sal (Cantabria). En los últimos años del siglo XX trabajamos juntos, por iniciativa suya, en la idea de dar más espacio a los ríos y cómo se podría encajar en la ordenación del territorio. Fruto de aquellas reflexiones compartidas realizamos dos publicaciones (Ureña y Ollero, 2000, 2001). Mi relación con José María fue corta en el tiempo y muy concreta en la temática, pero suficiente para poder apreciar su gran calidad humana, su nivel intelectual, la brillantez de su pensamiento, su sensibilidad con el territorio y el medio ambiente y su sentido común. José María dirigió nuestro trabajo en común ordenando las ideas previas, y a partir de ahí todo fluyó con gran facilidad. Disfruté y aprendí mucho con aquella colaboración. Quiero agradecer a José María aquella oportunidad y mostrar aquí mi admiración por su trayectoria científica, humana y profesional, por la gran labor que ha realizado. Enhorabuena y gracias. En este homenaje quiero reflexionar de nuevo, dos décadas después, sobre aquella línea de trabajo que emprendimos. En la última década del siglo XX surgieron en diferentes países propuestas para respetar, considerar y recuperar como espacio fluvial las áreas aledañas a los cauces activos de los ríos. Se enfocaba en ocasiones como espacio inundable, en otras como corredor ribereño, en otras incluso como espacio erosionable y libre en el que el río pudiera mantener una dinámica en su trazado. Surgieron denominaciones diversas, como espace de liberté (Piégay et al., 1996; Malavoi et al., 1998), river widening (Dister et al., 1990), banda de renaturalización (Ollero, 1993), fascia di pertinenza fluviale (Govi y Turitto, 1994), space for the river (Cals y van Drimmelen, 2000), room for rivers (Rohde et al., 2006), etc. Para esta idea, en nuestros trabajos conjuntos empleamos el término espacio de libertad fluvial (Ureña y Ollero, 2000, 2001), pero posteriormente en las reuniones de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR) se consensuó el concepto de territorio fluvial (Ollero, 2007).

Con el desarrollo conceptual y práctico de la restauración fluvial en los primeros años del siglo XXI, se consolidó el interés por la idea de devolver espacio a los ríos, considerándose una acción básica para el éxito de los proyectos de restauración (Ollero y Elso, 2007), a pesar de las enormes dificultades de aplicación (Ollero et al., 2009) que ya se preveían en nuestros trabajos iniciales (Ureña y Ollero, 2000). Además, la directiva europea 2007/60/CE de gestión de riesgos de inundación puso el acento en la necesidad de respetar la funcionalidad de los espacios inundables. En 2009 se llegó a formar, en el contexto de una reunión científica celebrada en Moulins (Francia), un grupo de trabajo a escala europea para poner en común modalidades de devolución de espacio a los ríos, pero la crisis económica frenó la iniciativa. Tras una década de escasos avances, desde 2017 se observa una decidida recuperación de la idea (Massé et al., 2020), que se ha integrado en las Natural Water Retention Measures (Collentine y Futter, 2018), siempre con el objetivo prioritario de paliar los daños por inundación. Así, las administraciones hidrológicas son las que están poniendo en práctica en la actualidad lo que desde el ámbito científico se pensó y se propuso durante 25 años.

Las ideas básicas que explicábamos y las medidas que proponíamos hace un cuarto de siglo y desde entonces (actualizando algunas palabras y perspectivas que han evolucionado) han sido las siguientes:

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x Los ríos, y especialmente los de llanura, necesitan espacio para desarrollar su propia dinámica hidrogeomorfológica y ecológica. El río es mucho más que el cauce menor o activo, el río es también la ribera y la llanura de inundación.

Un río con suficiente espacio funciona bien, cumpliendo sus funciones de transporte y autorregulación, así como sus funciones ecológicas. Esa autorregulación incluye los desbordamientos, la erosión y la sedimentación, las funciones de la vegetación y la movilidad geomorfológica. Precisamente un río dinámico con toda esa complejidad está más sano y en equilibrio, y es resiliente ante cada nuevo episodio extremo.

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x Por todo ello, devolver espacio al río es una medida fundamental de restauración fluvial, porque garantiza que el río pueda recuperar sus funciones, estructura y, por tanto, su funcionamiento como sistema natural.

Conseguir el espacio fluvial supone además cumplir con las directivas hábitats, del agua y de inundaciones, así como con el dominio público hidráulico.

En relación con las inundaciones, devolver espacio al río significa mejorar la capacidad de desagüe en la zona de flujo preferente en crecida, es decir, dotar al propio río de una mayor y mejor capacidad de laminación de los procesos de crecida e inundación.

Sin embargo, la mayoría de los ríos han asistido en las últimas décadas a un proceso de estrechamiento y simplificación, en buena medida porque se ha consumido e invadido su espacio. Este proceso se debe a factores de cuenca, a la regulación con embalses y a las defensas y canalizaciones in situ. Y la consecuencia más frecuente del mismo es el incremento de la incisión, un problema muy grave en la actualidad en muchos cursos de agua. La libertad geomorfológica es clave para poder superar este grave deterioro de nuestros ríos.

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x Como ya se ha señalado, en España al espacio libre dominado por el río le llamamos desde la ENRR territorio fluvial. Se trata de un concepto o paradigma, no de una figura legal, hasta el momento. En teoría, el territorio fluvial es el espacio del río, construido y dimensionado por los procesos hidrogeomorfológicos (crecidas), una banda ecogeomorfológicamente activa, eficaz y compleja como sistema natural. Debe ser ancho, continuo, inundable, erosionable, no defendido, con límites adaptados a la dinámica fluvial.

El territorio fluvial puede enfocarse sólo como un espacio de inundación (medida para la gestión del riesgo) o también como un espacio de libertad (medida de restauración).

El territorio fluvial debería enfocarse como una adaptación de la ordenación del territorio a la dinámica fluvial. Así, debería ser un espacio con una regulación de usos del suelo compatible y adaptada a la inundación, a la erosión de márgenes y a la dinámica fluvial. Con ello, mitiga los riesgos, mejora los servicios ecosistémicos del río y refuerza la resiliencia social.

Por tanto, respetar (o devolver) el territorio fluvial es, ante todo, una medida inteligente. Frente a las habituales medidas de choque contra el río o de resistencia, es una estrategia de adaptación y de resiliencia. Cuanto mejor respetemos y conservemos el territorio del río mejor funcionará el sistema fluvial y más beneficios nos aportará.

¿En qué y por dónde se ha avanzado en este paradigma del territorio fluvial? En una primera fase, ya en la última década del siglo XX, se consiguió con rapidez el consenso científico sobre sus características y utilidad. Posteriormente se fue logrando de forma progresiva la aceptación de los técnicos de la administración y gestores del territorio. Incluso los afectados por las inundaciones han ido apreciando las ventajas de esta propuesta en los procesos de participación post-crecida, reclamando a cambio medidas compensatorias (Ballester, 2017). Sin embargo, el territorio fluvial, aun siendo una propuesta sencilla y de sentido común, es muy difícil de aplicar, de manera que los avances conseguidos hasta ahora pueden calificarse de escasos. Las perspectivas de futuro son, no obstante, esperanzadoras. Fue en Francia y Holanda donde se realizaron las primeras acciones para lograr un espacio de libertad fluvial, destacando el caso pionero del río Allier (Bazin y Gautier, 1996). En la actualidad en gran número de países se han ejecutado acciones, pero en tramos puntuales. No existe un catálogo ni ninguna publicación que los recopile, pero en general podemos estimar que se ha conseguido ampliar el espacio fluvial en decenas o a lo sumo unos pocos centenares de kilómetros en cada país. En España, por ejemplo, no se alcanzan los 150 km, destacando los logros en ríos de León y de Navarra, y constituyendo la propiedad privada el factor condicionante que ha frenado y reducido las posibilidades. Los logros en España son muy recientes y responden principalmente al esfuerzo de personas concretas de la administración estatal del agua y de confederaciones hidrográficas. La labor de concienciación y divulgación desarrollada desde el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (Ollero et al., 2010) también ha contribuido a consolidar la idea explicando sus beneficios. El territorio fluvial ha aparecido también en proyectos recientes de planificación, como los que definen la infraestructura verde de ciudades como Zaragoza o Vitoria-Gasteiz. Pero sin duda el éxito actual de este paradigma se debe a su utilidad como medida para reducir el riesgo de inundación. No suele utilizarse el término, pero sí se desarrollan medidas en su línea: eliminación y retranqueo de motas, establecimiento de áreas de inundación controlada, eliminación y permeabilización de obstáculos en zona inundable, cambios en usos del suelo, etc. La implementación de estas acciones parece imparable a corto plazo, como demuestran diferentes proyectos de actuación en diferentes demarcaciones hidrográficas, como por ejemplo la Estrategia Ebro Resilience en el curso medio del río Ebro. Paralelamente se habla cada vez más del territorio fluvial en cursos formativos y se debate en procesos de participación pública, y con ello se asienta la idea y se va sensibilizando a la sociedad. En suma, José María Ureña y el que firma este texto fuimos en alguna medida pioneros en España en el desarrollo de este paradigma de gestión y planificación fluvial y territorial. En aquel momento sentamos unas bases que dos décadas después y tras diferentes avatares se están al fin poniendo en práctica. La reflexión y el trabajo científico son siempre la avanzadilla de la aplicación. Observar cada una de las acciones que se van implementando es ahora un motivo de satisfacción que pone en valor nuestra función pública y nos anima a seguir investigando.

Referencias

Ballester, A. (2017) Participación pública para una gestión eficaz del riesgo por inundación: construcción de capacidades sociales en la Ribera Alta del Ebro (Espan˾a). Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona.

Bazin, P., Gautier, E. (1996) Un espace de liberté pour la Loire et l’Allier: de la détermination géomorphologique à la gestión. Revue de Géographie de Lyon, 71(4): 377- 386.

Cals, M.J.R., van Drimmelen, C. (2000) Space for the river in coherence with landscape planning in the Rhine-Meuse Delta. In Nijland, H.J., Cals, M.J.R. (eds): River Restoration in Europe: practical approaches. Wageningen: European Centre for River Restoration.

Collentine, D., Futter, M.N. (2018) Realising the potential of natural water retention measures in catchment flood management: trade-offs and matching interests. Flood Risk Management, 11: 76-84. Dister, E., Gomer, D., Orbdlik, P., Petermann, P., Schneider, E. (1990) Water management and ecological perspectives of the Upper Rhine’s floodplains. Regulated Rivers Research and Management, 5(1): 1-15. Govi, M., Turitto, O. (1994) Problemi di riconoscimento delle fasce di pertinenza fluviale. Difesa e valorizzazione del suolo e degli acquiferi. Proceedings IV Convegno Internazionale di Geoingegneria, 161-172, Torino. Malavoi, J.R.; Bravard, J.P.; Piégay, H.; Héroin, E., Ramez, P. (1998) Determination de l’espace de liberté des cours d’eau. Lyon: SDAGE Rhône-Méditerranée-Corse. Massé, S., Demers, S., Besnard, C., Buffin-Bélanger, T., Biron, P.M., Choné, G., Massey, W. (2020) Development of a mapping approach encompassing most fluvial processes: lessons learned from the freedom space for rivers concept in Quebec (Canada). River Research and Applications, doi 10.1002/rra.3567. Ollero, A. (1993) Programa de planificación y recuperación del espacio ribereño del corredor del Ebro (tramo Novillas-Pina) con fines medioambientales y recreativos. In Arqued, V., Gaviria, M., Ollero, A., Omedas, M.: La hidridación integrada del corredor del Ebro. Informe interno. O. P. H., Confederación Hidrográfica del Ebro. Ollero, A. (2007) Territorio fluvial. Diagnóstico y propuesta para la gestión ambiental y de riesgos en el Ebro y los cursos bajos de sus afluentes. Bilbao: Bakeaz. Ollero, A., Elso, J. (2007) The need for a “fluvial territory” or “room for the river”: living with floods by acceptance of their functions. In Baker, C., van Eijk, P. (ed.) Sustainable flood management: obstacles, challenges and solutions, 59-63, Maastricht, Interreg IIIC Network FLAPP.

Ollero, A., Ibisate, A., Elso, J. (2009) El territorio fluvial y sus dificultades de aplicación. Geographicalia, 56: 37-62. Ollero, A.; Ibisate, A. y Elso, J. (2010) El territorio fluvial, espacio para la restauración. Nota técnica del CIREF nº 1, Centro Ibérico de Restauración Fluvial.

Piégay, H., Barge, O., Landon, N. (1996) Streamway concept applied to river mobility - human use conflict management. First International Conference on New/Emerging Concepts for Rivers. Proceedings Rivertech 96, 681-688, I.W.R.A. Rohde, S., Hostmann, M., Peter, A., Ewald, K.C. (2006) Room for rivers: an integrative search strategy for floodplain restoration. Landscape and Urban Planning, 78(1-2): 50- 70.

Ureña, J.M., Ollero, A. (2000) Criterios y propuestas para la ordenación de áreas fluviales. Ciudad y Territorio, Estudios Territoriales, XXXII (126): 689-710. Ureña, J.M., Ollero, A. (2001) Fluvial landscapes, catchment administration and landuse planning: experience based on two rivers in Spain. Landscape Research, 26(3): 225- 243.