Muñeca de papel capítulo seis

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Cuando ya todos dormían, ella que no podía conciliar el sueño y ya tenía sus ojos hinchados como cual esponja se llena cuando roza el agua, se dirigió al pequeño desván, cogió su muñeca de papel y llanto tras llanto, se quedó dormida abrazándola, queriendo con todas sus fuerzas que comenzase un nuevo día; sólo con ello se conformaba… no pensaba en el futuro, pues éste se hallaba incierto y lleno de dudas.

Continuará… CAPÍTULO SEIS Tal era el rencor que imperaba poco después de que a Samuel lo llevasen preso a la cárcel, a saber por cuanto tiempo; que un buen día… -

Noooooo….¿por qué?

Se escuchó por la calle como una voz profunda de mujer lloraba desconsolada y, por desgracia, a Emilia le resultaba familiar, demasiado. Salió a la bulla a la calle, pues a pesar de que el café bar ya se hallaba cerrado e iban sobreviviendo a base de sobras y pequeños trabajos que Emilia conseguía hacer limpiando las casas más adineradas; aún seguía viviendo allí. No sin antes, dejar a las dos más pequeñas a cargo de Carlos, el mayor. Para su sorpresa, y tal y como se esperaba, aquella que sollozaba en la calle y pedía a gritos una explicación era su suegra… ¿a qué se debía tanto alboroto? -

¡Me los han matado!

Lloraba… y al final de la calle, al pequeño Salvador acercándose a Emilia diciendo que habían matado a sus padres como venganza por el robo de las gallinas y que su abuela no paraba de llorar. Emilia lo cobijó entre sus brazos, acababan de quitarle la vida a su cuñada y a su esposo y, por tanto, el pequeño se quedaba huérfano. -

Por favor, tranquilícese… tranquila…

No pudo decir otra cosa, la abrazó fuertemente como si una madre se tratase y a pesar de la fuerza que la caracterizaba, una vez más, dejó paso al llanto entre penumbras que se estaban volviendo continuas en esos pocos meses.


Una vez que la abuela dormía y Salvador miraba a un punto exacto, Emilia se acercó a aquel que cumplió hacía varios días 12 años y, con toda la tranquilidad para no hacerle daño dijo… -

No llores, pues tus padres están contigo, no te van a abandonar nunca.

Y acto seguido, le acarició la cara, mostrando que lo aceptaría como hijo suyo… para siempre.

Continuará…


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