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El covid-19 en mi vida

Por: Fernanda Salto

Para iniciar, no pensé que viviría algo así, que sería testigo de algo tan grave, a tener todo este miedo de perder a mi familia por culpa de una enfermedad así, me acuerdo bien que cuando empezaron las noticias sobre lo grave que era la situación, pensé que se demoraría en llegar a nuestro país, pero se propagó tan rápido que ni tiempo dio de prepararse en todo sentido, tanto mental, económico y emocional. Bueno, recien estaba empezando el ciclo de marzo en 2020 y tuvimos la primera clase presencial y ver a mis amigas siempre ha sido un buen momento, pero ese mismo día, en horas de la noche ya se anunció la cuarentena, el 15 de marzo del año pasado, ahí también, yo bien ingenua pensaba que duraría una semana, máximo un mes y que ya todo se solucionaría, pero no fue así, ya vamos más de 1 año en esta situación que sigue acabando con todo.

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Cuando ya estaba en cuarentena las primeras semanas fue agradable porque en mi casa la mayoría trabaja y no se comparte tanto tiempo en familia, pero llegué a un punto en el que empecé a notar los defectos de mi papá, de mi mamá y de mis hermanas, incluso me empezó a molestar eso, hasta que llegó un punto que se dieron algunas discusiones fuertes y el ambiente no era muy sano. Esa situación se pudo manejar con el pasar de las semanas y al día de hoy ha mejorado porque hemos aprendido a sobrellevar cada actitud de los/as que vivimos en mi casa, sobre todo a entender cómo es cada persona, puedo decir que nuestros sentimientos cambian mucho, y precisamente estoy en un punto de mi vida que no aguantaría perderlos/as.

Por otro lado, así mismo en la cuarentena, todxs empezaron su vida “fitness” por decirlo así, tanto así que llegué a obsesionarme con mi imagen corporal, primero no soy gorda ni nada por el estilo, pero al inició se empezó a vender una figura perfecta que una mujer debe tener, o sea, buen cuerpo con senos y trasero grandes. Y de ahí partió el juzgarme tanto, acabarme físicamente, en mi mente pasaban tantas ideas negativas que ya no veía nada bueno en mí. Mis redes sociales se convirtieron en un catálogo de alimentación sana, de ejercicios para tener ese llamado cuerpo bonito, y también cómo me sentía mal, las frases tristes no faltaron, cada día era lo mismo. ¡Ay! Y de aquí empezó otro tormento, porque con tantas publicaciones me puse a hacer ejercicio, y no digo que hacer ejercicio este mal, sino que en mi mente no estaba bien y yo quería ver resultados al día siguiente y me empezaba más a criticar, hasta que dejé de hacerlos porque me frustré y lloraba en mi cuarto sintiéndome insuficiente.

Todo esto llego a un punto en el que el cabello me empezó a caer, pero demasiado, cosa que nunca me ha pasado hasta ese entonces, al final de cuentas el cabello me caía porque me sentía triste y sabía que me tenía que

relajar, pero ¿cómo me iba a relajar si veía todo ese cabello que me caía?, era algo muy imposible; hasta que llegó un día y decidí cortarme el cabello, y después me arrepentí.

Ahora que lo vuelvo a recordar, fue un momento duro porque el hecho de dejar que todas esas cosas que me afecten fue castigarme a mí misma. Fue triste porque no es fácil dejar de hacer todas las cosas que hacía antes del COVID fue un golpe muy duro, lo que me enseñó a ver de otra forma la vida, y esto lo digo porque yo extraño hasta ir a la universidad en las noches solo para dos horas de clase y no voy a mentir antes me daba pereza, pero ahora como quisiera volver a vivir eso. Fue muy duro porque yo disfrutaba mucho salir con mis amigas/ os, salir al centro sin usar la mascarilla y lo más importante es que disfrutaba, amaba, adoraba ir danzar.

Y aquí voy a hablar de la danza, folclórica obviamente, porque me encanta cada historia de los pueblos y poder proyectarlos a través de bailes, es lo mejor que puedo hacer. Para muchos puede parecer ridículo hacer esto, pero es mi pasión, el lugar de ensayo, los escenarios eran lugares en donde yo podía ser feliz, en donde podía ser yo y sobre todo en donde yo podía sacar todo ese amor que tengo por la danza. Por todo lo que significa esto para mí, por esta razón es que toda esa tristeza que me inundó ya no la pude sacar, porque ese lugar de ensayo era una escapatoria de todo, en donde no pensaba en nada, en donde el mundo desaparecía para mí, era tan satisfactorio el tener que preocuparme solo porque no me salía algún paso de baile y cosas así.

Después de haber escrito esto, siento un alivio, siento que me desahogue y desde ya me disculpo si dije algo demás. Pero bueno, hoy en día no digo que mentalmente esté tranquila por completo, pero después de 1 año siento que ya puedo calmarme un poco más, incluso empecé a hacer yoga para mejorar.

Con respecto a la imagen que venden del cuerpo perfecto de la mujer ya lo estoy sobrellevando un poco mejor. Sé que esto me ha cambiado tanto, a ser más empática con las personas, que no todxs lo pasamos de la misma manera, hay quienes lo están viviendo pésimo y es por esto que valoro cada cosa que tengo. Lo único que yo puedo hacer es agradecer a mi familia porque en este tiempo no me ha faltado absolutamente nada, hablando por la alimentación que me han dado, el apoyo. Y lo único que quiero es que todo vuelva a la normalidad lo antes posible, sería un total alivio haber salido invicta de esta locura, porque sé que soy fuerte y que mi salud mental depende de cómo yo decida que me afecten las cosas.