Pausa 281

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AÑO 14 - Nº 281

Periódico Pausa

EDICIÓN DE 16 PÁGINAS

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JUEVES 7 DE OCTUBRE DE 2021 PRECIO: $100

Bautista Veaute

La mitad de Santa Fe es pobre

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Hay más de 271 mil personas pobres en nuestra región, de las cuales más de 56 mil no pueden ni comer. La pandemia pegó durísimo en los barrios populares, la reactivación no llega, las necesidades devienen en todo tipo de violencias y el reclamo a los gobiernos es unánime: trabajo y que vuelva el IFE.

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Ignacio Martínez Kerz y Mariano Granato reseñan las tareas que realizan la provincia y la Municipalidad para contener la pobreza

En Playa Norte nadie se rinde

Las 124 familias que habitan el barrio del noreste santafesino exigen que se pongan en marcha las obras de urbanización prometidas el año pasado por la Nación, la provincia y el municipio. PÁG. 6

Salud mental, un derecho humano

Qué pasa con el No son las personas, Cupo Laboral Trans son las barreras

El 10 de octubre es el Día de la Salud Mental. A once años de la sanción de la ley que reconoce los derechos de las personas con sufrimientos psíquicos, un repaso sobre cuáles son los desafíos para su efectivo cumplimiento en nuestra ciudad.

El 31 de octubre se cumplirán dos años desde la aprobación del Cupo Laboral Trans en la Legislatura santafesina. ¿En qué instancia se encuentra actualmente? ¿Qué falta para lograr las incorporaciones estipuladas por la ley?

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A partir de la promulgación de la ley 14.046, los y las agentes del Estado provincial deberán realizar una capacitación obligatoria sobre discapacidad y derechos. El objetivo es romper prejuicios y favorecer la autonomía. PÁG. 10

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Entrevista mano a mano con el mítico PÁG. 14 líder de Manal, Javier Martínez Historia de la Laguna: Colectiva Rodante PÁG. 15 estrenó “Espejo de agua”


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No hay margen para sorprenderse Desde la pandemia en adelante, el índice de pobreza supera el 40% a nivel nacional y el 50% en el Gran Santa Fe. Sin IFE y con la canasta alimentaria por las nubes, no se pueden esperar otros resultados. Papá es albañil y mamá trabaja en casas. Parece una escena típica de telenovela de Suar, sobre la familia en los barrios populares. Según el Ministerio de Trabajo, al primer trimestre de 2021, el 74,8% de los trabajadores de la construcción y el 70,8% de las trabajadoras domésticas estaban en la informalidad. Cuando anunció el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en abril de 2020, el gobierno nacional esperaba que se inscribieran tres millones de personas. Se anotaron 10 millones y terminaron recibiéndolo cerca de nueve millones. Esos 10 mil pesos en mano para enfrentar el parate más duro de la pandemia fueron muy útiles en los barrios, todos los testimonios recogidos por Pausa así lo reflejan. Fueron comida, herramientas, una puerta para la casa y un sostén para miles de trabajadores que se ganan el mango en la calle. La diferencia entre las expectativas y la realidad evidencia lo mal

STAFF DIRECTOR Ezequiel Nieva SECRETARIO DE REDACCIÓN Juan Emilio Pascual COLABORADORES Lic. Ramiro, Alan Valsangiácomo, Gonzalo Andrés, Ileana Manucci, Gastón Chansard, Mari Hechim, Marcelo Przylucki, Bautista Veaute, Lucía Guadagno, María Luisa Lelli, Mariángeles Guerrero, Agustina Lescano, Federico Coutaz, Analía Giordanino, Javier Gatti, María Belén Degrossi, Gabriela Carvalho, Rodrigo Barba y Sebastián “Rebo” Pérez CONTACTOS Tel: (0342) 154 344 277 pausadigital@gmail.com EN LA WEB: pausa.com.ar

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Pausa Nº 281, 7/10/2021 Propietario: Cooperativa de Trabajo Bajo el Fresno Limitada Director responsable: Ezequiel Nieva Domicilio legal: Lavalle 3447, Santa Fe Registro de la Dirección Nacional de Autor en trámite Impreso en DWP SRL, Ayolas 241 Bis, Rosario (Santa Fe)

calibrada que está la brújula en el gobierno. El abrupto fin del IFE en pleno 2020 muestra mucho más que una profunda incomprensión de la crisis que trajo la pandemia. La vida en la pobreza está cada vez más abandonada. Se la visita de vez en cuando y se dice “nosotros vamos a los barrios”, como quien se aventura en tierra indómita. La vida en la pobreza parece estar cada vez más fuera del radar de los partidos, que cada vez más apuntan al marketing y la representación, antes que a la organización y la construcción política. Entonces, el Indec avisa que en Argentina hace un año y medio que hay más de 40% de pobres y que en Santa Fe el 50,5% de sus habitantes son pobres: unas 271.560 personas. Y ante eso surge la reacción más idiota: la sorpresa. El salario mínimo aún no llega a los 30 mil pesos y la canasta básica orilla los 70 mil pesos. ¿Cuál es la sorpresa, entonces?

Gabriela Carvalho

Pobreza en alza: el comedor de La Poderosa, en barrio Chalet, alimentaba a 100 familias al inicio de la pandemia; hoy son casi 300.

“Los más castigados son los trabajadores informales” Rubén Sala, referente de Santa Rosa de Lima y del MTL.

¿Cuáles son las medidas más urgentes en este momento?

¿Cómo llegamos a la actual situación?

El aumento de la pobreza en Santa Fe acompaña lo que pasa en el país. Veníamos de cuatro años de baja del poder adquisitivo, con el gobierno de Macri, con paritarias todos los años por debajo de la inflación, salvo dos o tres gremios, con fuertes aumentos de precios en alimentos y a todo esto se suma la pandemia que obligó a parar todas las actividades productivas y económicas, con una clase media que, al no saber que va a pasar con la economía, reduce su actividad y deja de contratar servicios como hace en tiempos normales. Deja de cortar los yuyos, de llamar al electricista, al plomero. Todo eso se paró y los más castigados son los trabajadores informales, los que no tienen ningún tipo de paracaídas cuando pasan estas situaciones. Y eso sumado a la suba de precios que fue imparable durante la pandemia. Estas son las principales causas del aumento de la pobreza. ¿Qué faltó en la pandemia?

En la pandemia creo que los gobiernos tuvieron un buen desempeño,

los chicos no se amontonen y hagan crecer el virus. Pero sí se podrían haber elaborado alimentos para repartir como viandas, como hacen los comedores populares, que en algunos casos cocinan con leña y a la intemperie mientras hay una capacidad ociosa en todas las escuelas que no se ocupa.

“Lo que faltó en la pandemia fue tomar medidas económicas fuertes” , sostiene Rubén Sala.

en general, en lo que fue el manejo de la crisis sanitaria. En un primer momento repartieron mercadería casa por casa en los barrios con más necesidades y se hicieron los testeos. Lo que faltó fue tomar medidas económicas fuertes. Esa era el momento para cerrar paritarias por encima de la inflación y donde los trabajadores precarizados, que se quedaron sin nada, debían tener un ingreso importante en lugar de salir a comer a los comedores populares o esperar que les lleven una bolsa de

mercadería. Eso hubiera hecho que los más empobrecidos soportaran el aislamiento en condiciones más dignas. Eso no se hizo y las organizaciones tuvimos que salir en auxilio de nuestros vecinos en cuarentena, improvisando cocinas comunitarias, repartiendo alimentos. En toda la pandemia las cocinas escolares, que tienen todas las condiciones necesarias, estuvieron cerradas y todavía están cerradas. Las cocinas, no los comedores. Está bien que no se hayan usado los comedores para que

Es necesario en forma urgente mover la rueda de la economía, que va a demorar, todos los sabemos. Ya no da más salir a repartir comida ni que la gente vaya a hacer cola a los comedores. Hay que promover medidas ágiles porque esta degradación social hace que pasen otras cosas, que crezca la violencia; es necesario promover la organización de lugares comunitarios, llevar obras a los barrios más abandonados, acelerar la inserción rápida en actividades laborales de emergencia como la construcción de veredas o el arreglo de plazas, a cargo de los mismos vecinos. Porque no todos los sectores salimos igual de la crisis: hay sectores que pueden salir más intactos, por los aumentos de sueldos o lo que venden en sus negocios, pero hay otros sectores desprotegidos que si no va el Estado al auxilio, no pueden salir. Es necesario generar actividad económica y que los vecinos trabajen porque todos los ingresos generados son consumidos en los mismos negocios de los barrios.


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“Para bajar la pobreza hay que inyectar dinero en los sectores más humildes” Héctor Bonetti, dirigente gremial, vecino de San Agustín e integrante del Centro Cultural Jorge Delconte. ¿Cómo llegamos a esta situación?

Tiene que ver con muchos factores que se han vivido a lo largo de la historia, pero en los últimos tiempos, en democracia, nunca se ha logrado lo que se pretende, lo que los políticos dicen que quieren lograr con el tema económico. Lamentablemente ganan los que ganan siempre, los que tienen mucho capital, mucha guita, siempre terminan siendo los más beneficiados. Lo de Macri fue realmente nefasto para los sectores populares. Se suspendieron un montón de becas, se suspendieron subsidios para personas con disca-

"La gente humilde, cuando tiene dinero, lo gasta. No compra dólares: come, se compra ropa o refacciona algo de la casa". pacidad, eso generó todo un agujero negro muy importante, que luego se intentó resolver en los primeros meses del gobierno de Alberto Fernández. Pero aún sigue ese problema. Y, evidentemente, si no nos transformamos en un país que genere las industrias para que podamos transformar nuestras materias primas, nunca vamos a encontrar el nivel económico que pretendemos. Pasa

por reactivar la industria y los pequeños productores, eso es lo básico. Incluso uno, que tiene un trabajo relativamente estable, le cuesta, después de tantos años de vivir en el barrio. Cuesta sobrevivir. ¿Cómo afectó la pandemia?

El tema de la pandemia lo sorprende a este gobierno como a mucha gente. Al principio, cuando largaron el IFE fue muy importante, porque puso dinero en circulación, en el bolsillo de la gente, que realmente lo ocupó. Se hicieron pequeñas obras en las casas, refacciones. El único rubro que creció en esos momentos fue la construcción y los corralones, que les fue muy bien. Eso se fue aplacando. Pensamos que la pandemia iba a durar un año, pero no todo este tiempo, en donde se sintió en los pequeños comerciantes, que cerraron sus puertas. En la Avenida 12 de Octubre hay aproximadamente unos 50 locales comerciales, hoy hay funcionando unos 20 y son los viejos locales comerciales, los que tienen espalda para sostenerse. La otra cuestión en la pandemia es que en los barrios, realmente, la gente salió igual. Será karma, bendición, no sé como llamarlo, no hubo una pandemia tan fuerte en nuestra zona aunque la gente no se cuidó. Es un error, si querés, falta de compromiso o concientización, pero no hubo tantos muertos. ¿Qué faltó hacer?

El IFE, que por eso lo están vol-

Bonetti afirma que, de 50 comercios que había en la Avenida 12 de Octubre, hoy hay 20.

viendo a activar. La gente humilde, cuando tiene dinero, lo gasta. No compra dólares: come, se compra ropa o refacciona algo de la casa. El IFE va a ser algo bueno para este tiempo. Que después tiene que venir con políticas a largo plazo. Hay que inyectar dinero a los sectores más humildes. Por otro lado algo que nos llama la atención, es un termómetro, son los trueques. En el momento más duro, cuando estuvimos confinados dos o tres veces, se reactivaron como en el 2001. La gente necesita comer, por ahí lleva al trueque ropa que no usa y la cambia por leche, fideos, azúcar. Tristemente, gente que son albañiles y no trabajan terminan

llevando las herramientas al trueque, porque no las usan. Por suerte acá hay una gran fuente de trabajo que es el Mercado de Abasto, que permite que la gente busque su changa. Pero hablando con Carlos Otrino, que es el gerente del Mercado, dijo que han reducido hasta un 30% el nivel de trabajo previo a la pandemia. Pero los vecinos al menos han podido ir a bagayear, así se le dice, que es ir a buscar el tomate que se tira, el pimiento, la cebolla, y así la gente puede comer. Yo a veces soy muy reacio a decir que la gente no tiene para comer. Aquí la gente lo puede hacer activándose un poquito. Hay merenderos, los compañeros de Los Sin

“La pobreza tiene razones políticas”

Verónica Burete, vecina de Playa Norte y militante de la ONG Manzanas Solidarias. ¿Cómo llegamos a esto?

La pobreza tiene razones políticas. A un adolescente se le complica por la situación que pasa terminar la escuela. Imaginate que, después de terminar esa escuela, la secundaria, tiene que buscar trabajo. Y en ese trabajo te piden experiencia laboral. ¿Qué experiencia laboral, si viene de la escuela? Ese problema te lo traes a tu casa. Y eso trae más pobreza. Terminaste la secundaria con la ilusión de tener un trabajo, ¿y qué pasa con ese joven? Ese joven termina en la calle, siendo trapito, yendo con un carrito a cirujear. El pibe se enamora de una piba, con esa piba tiene un

gurí y con ese gurí viene otro problema. Te dan la Asignación (Universal por Hijo), pero eso no te soluciona el problema. Tiene que salir a laburar más, sale, trabaja más horas de las que tiene que trabajar, es explotado y así se va generando la pobreza en todos los barrios. También porque sos de un barrio humilde no te dan trabajo, o te dan trabajo y te explotan porque se creen que si sos de un barrio humilde sos ignorante y no te das cuenta de las cosas. Vos sabés que, sin esos trabajos, no tenés para darle de comer a tus hijos y agachás la cabeza. Y así se va causando la pobreza. Como también los políticos

que mienten, que dicen que van a solucionar los problemas, y estamos esperando todavía… Faltó que la gente del Estado baje a caminar a los barrios. Entendemos que estábamos en pandemia, pero era necesario. También hubo muchos chicos que fueron maltratados por causa de la pobreza. Los niños tenían hambre. Los padres no podían salir a traer el pan. El Estado se hizo a un lado y dejó a la población sola. Con un IFE cada tanto no se iban a solucionar los problemas. Dieron eso e hicieron como que ya está, como si no hubiera más pandemia. El Estado abandonó al barrio,

el municipio, la provincia, la Nación, abandonaron a los niños, a las familias, a las mamás que se quedaban solas con los niños, manteniendo las criaturas y no podían salir a trabajar. Imaginate que, supuestamente, tenés que tener no sé qué cantidad de plata para no ser pobre [68.359 pesos para un hogar de cuatro personas en agosto de 2021] y el presidente, con 10 mil pesos de un IFE, ¿pensaba solucionar el problema de la pobreza en la pandemia? Para mí, ellos tendrían que haber bajado a los barrios y caminarlos: asistentes sociales, doctores, la gente de niñez, caminar los barrios y preguntar. Pre-

Techo cuentan que siempre hay más chicos yendo, que se llevan la botella de leche para los más pequeños. Pero la gente si quiere, puede armarse de unas cositas para cocinar. Otro rubro es el de los ladrilleros. En San Agustín hay muchos, no han parado el ritmo de trabajo. Tienen la tierra para hacer adobe y ladrillos. Pero en estos tiempos las grandes constructoras vienen y compran directamente toda la horneada. Dicen “¿Cuántos ladrillos vas a quemar?”. El ladrillo ahora está a 17 mil pesos los mil. Y estos tipos vienen y te compran toda una horneada completa, serán 15 mil ladrillos, pero a 10 mil pesos los mil. El ladrillero cobra 150 lucas de una y se capitaliza. Pero el ajuste, ¿dónde está? En que se le paga menos al cortador del ladrillo, el tipo que se levanta a las cinco de la mañana y va y corta. En algún momento le pagaban 1200 para cortar mil ladrillos y ahora están pagando entre 700 y 800. Los muchachos se quejan, dicen que es poco, pero si no tienen para hacer otra cosa terminan haciéndolo. Es la explotación del pobre contra el pobre y siguen ganando los del principio. No viene el gerente de Pilay, pero viene el tipo que le vende. Compran ladrillos por dos monedas. Esa es la historia de nuestro país y nosotros como barrio periférico lo vivimos. Y todo eso redunda en inseguridad, en violencia, en violencia con los vecinos, en violencia de género. Todo eso pasa ahí.

guntar a las organizaciones, a un centro de salud, a las escuelas. Preguntar. Preguntar cómo estaban las familias, si se necesitaba ayuda. ¿Por qué se llegó a esto?

De lo que yo veo en el barrio, el punto que tienen que empezar a tocar los gobiernos respecto de la pobreza es el tema de la droga, de las adicciones. Ya no estamos más hablando de jóvenes y adultos, sino de niños de 10, 11 años. Si no es pastillas, es el papel satinado, el alcohol. Ese punto tiene que ser tocado por el gobierno: la pobreza y las adicciones. Si una mamá no tiene nada, los nenes se van con los pibes de la esquina. Y si no tienen nada, le dan un poco para mover, y ahí ya tiene una monedita y para consumir. En la clase media también se está viendo, no sólo en la villa.


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“La situación alimentaria es preocupante y urgente”

María Claudia Albornoz, vecina de barrio Chalet y militante de La Poderosa.

“Hay que equilibrar las desigualdades” Ana María Martínez, de Santa Rosa de Lima, activista de la comunicación comunitaria e integrante de la FM Popular. ¿Cómo llegamos a esta situación?

Algunas cosas tienen que ver con la pandemia y otras no. Por ejemplo, lo de Vicentin. No tiene que ver con la pandemia. Y hubo una flojera por parte del gobierno nacional y una complicidad del gobierno provincial muy fuerte. Vicentin tenía que zafar y zafó. Y no por la pandemia. Zafó porque el gobierno es mucho más débil que los sectores económicos y financieros. ¿Qué faltó hacer durante la pandemia?

¿Cómo llegamos a esta situación?

Llegamos a esta situación por varios factores. En principio, la situación alimentaria es preocupante y urgente. Cuando empezó la pandemia, en el comedor de La Poderosa de barrio Chalet, comenzamos distribuyendo comida para 100 familias; hoy estamos casi en 300. Esto indica claramente cómo subió la demanda por la necesidad tan tremenda de alimentos. Ese dato muestra también lo que dice la vicepresidenta

"Si el gasto social no se ejecutó en su totalidad y se ejecutó la mitad, vemos que la comida que tenía que llegar a los barrios populares y a las villas, no llegó". de la Nación cuando habla del 2% que no se ejecutó del gasto social. Ahí hubo recortes, que creemos o intuimos que tienen que ver con la negociación con el FMI. Entonces, si el gasto social no se ejecutó en su totalidad y se ejecutó la mitad, nosotros vemos que la comida que tenía que llegar a los barrios populares y a las villas del país, no llegó. Y las personas que tenemos que hacer maravillas somos las vecinas y los vecinos que estamos cocinando en los come-

dores populares. Otro dato importante es que se hizo una actualización de los programas sociales, sobre todo el Potenciar, recién en julio de este año. Y esa actualización fue muy compleja porque se necesita un teléfono que pueda bajar una aplicación como Mi Argentina y muchos vecinos y vecinas terminaron cobrando 7000 pesos de ese plan, sin ninguna actualización, algo que es absolutamente insuficiente. ¿Cómo pegó la pandemia en los barrios más humildes?

Muchos dicen que los sectores populares, los empobrecidos y las empobrecidas, votan con el bolsillo. Y sí, como vota todo el mundo, no somos los únicos. Los sectores medios y los más enriquecidos también votan con el bolsillo. Me parece que la deducción más clara que podemos hacer es que un gobierno que venía diciendo que la prioridad eran los sectores populares, terminó no otorgando los beneficios que tienen que ver con los derechos a la alimentación, la urbanización y el derecho a un salario digno para aquellas vecinas que, en medio de la pandemia, siguieron cocinando para todos los barrios que estaban hambreados porque no podían salir a trabajar y porque había que quedarse adentro. Y terminamos en esta situación de absoluta desesperación porque no hay qué comer y no hay trabajo, eso es un callejón sin salida.

Le faltó firmeza con las grandes fortunas. Tendría que haberlo hecho antes y hubiera sido bien interpretado. Le faltaron las cosas que ahora están saliendo, porque hubo un giro tratando de rectificar muchos errores. Por ejemplo, el cuarto IFE. Cuando se terminaron los IFE, nosotros siempre nos preguntamos por qué se terminaban. En nuestros barrios vemos que la gente usó perfectamente bien los IFE. Los vecinos terminaron la casa, pintaron una ventana, terminaron de hacer una piecita. El IFE fue un pequeño reactivador de trabajos. Aquella persona que tenía que poner una puerta en la casa de su vecino, cobró por hacerlo porque podía cobrar. No podría ir a trabajar al centro, pero sí en su propio barrio. Ese IFE tendría que haber sido cobrado hasta ahora. Otra cosa que tendría haberse hecho es un aumento de la jubilación mínima. Es una vergüenza que todavía los jubilados no lleguen a los 30 mil pesos. Hay una deuda muy grande, es necesario equilibrar desigualdades. Recién ahora se está convocando a paritarias. Si bien los porcentajes están sobre la inflación, la inflación viene desde hace bastantes años. Nos sigue ganando a los salarios de los trabajadores. Tendría que haber salido antes un programa como el que sale ahora, el Registrar, porque las empleadas domésticas hace rato que están en negro y no fue por la pandemia. Ese programa favorece a familias muy humildes. En muy poco tiempo hubo 50 mil inscriptos. También se tiene que destacar el problema de la vivienda. Con la pandemia se perdió tiempo para estas medidas. Si hubiera surgido antes el programa Mi Pieza, el

Registrar, un aumento mayor a los jubilados, la consecución del IFE, la pobreza no sería tan extensa. Hay que recordar que venimos de un ajuste solapado de este gobierno, el año pasado, y que la deuda externa, el regalito que nos dejó Macri, condiciona un montón. Yo no sé cómo va a terminar en diciembre, pero los votos que sacaron los candidatos de la derecha en las primarias no son despreciables. Es producto de una gota de los grandes medios de comunicación que nos viene cayendo sobre nuestra cabeza y nos hace convencer que realmente los cambios pueden ve-

"Si bien los porcentajes están sobre la inflación, la inflación viene desde hace bastantes años. Nos sigue ganando a los salarios de los trabajadores". nir por el lado de estos iluminados, con propuestas que son regresivas. Yo no sé cómo se sale de eso en cuanto a equilibrar los mensajes en los medios de comunicación, pero sí sé que los gobiernos nacional, provincial, municipal, deberían atender a favorecer mucho a los pequeños medios de comunicación que tienen alguna injerencia en los barrios pobres o sectores humildes. ¿Por qué se llega a esto?

El nuestro es un país capitalista. Las

características del capitalismo son estas. Un Estado que no regula y la economía la deja en manos de las grandes empresas, las agroexportadoras, las financieras. Entonces el Estado es casi bobo. Y esto lo vimos con bastante claridad en algunas épocas. Durante el gobierno de Macri esos empresarios ocuparon lugares de gobierno. Es una cuestión antigua. En Santa Fe se profundizó por algunas políticas que tuvieron que ver con faltas de ayuda concreta durante épocas de catástrofe. No nos podemos olvidar de la inundación de 2003. Eso profundizó una pobreza que ya estaba. Quienes la soportaron nunca se pusieron de pie. No fueron los gobiernos kirchneristas, que vinieron luego, quienes pudieron darle a esos sectores pobres un nivel que se pudiera decir “estamos bien, podemos darle bienestar a nuestra familiar”. El pobre siguió siendo pobre, afectado por una inundación o dos. No recibió la ayuda que hubiera necesitado para dejar de serlo. Las políticas no alcanzaron a todos los sectores y en el gobierno de Macri llegaron todas las políticas regresivas. En 2018 cerraron 240 empresas industriales en Santa Fe. Nos encontramos con un Ministerio que dejó de serlo, el de Salud. Esa falta de presupuesto afectó a los barrios pobres, a las escuelas pobres. Si vas hilvanando todas esas cosas te vas encontrando con que la grieta que existió siempre, porque en eso consiste el sistema capitalista, por un lado los sectores de poder, por el otro la clase trabajadora, se profundizó con políticas absolutamente de derecha, regresivas y antipopulares.


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¿Qué hace el Estado ante la pobreza? Ignacio Martínez Kerz y Mariano Granato reseñan las tareas que llevan adelante el gobierno provincial y el municipio para atender la pobreza. Asistencia alimentaria y contención social, las coincidencias. La pobreza estructural es un problema de casi medio siglo que ningún gobierno logró resolver, aunque hay diferencias notorias. Se profundizó durante la última dictadura, con la híper del 89 y con el menemismo. Hubo algunos avances en la breve primavera alfonsinista y, sobre todo, en los dos primeros gobiernos kirhneristas. Con Mauricio Macri volvió a recrudecer y cuando Alberto Fernández tuvo la posibilidad de generar un cambio de raíz, apareció la pandemia del coronavirus. El retroceso económico global de 2020 castigó fuerte a los países en desarrollo, como la Argentina, que debieron volcar sus recursos casi integralmente a reforzar el sistema de salud. No hubo margen para mucho más. Las medidas esporádicas que se tomaron en plena pandemia no alcanzaron para mitigar las desigualdades. Hubo algunas políticas orientadas a los sectores más vulnerables, como el IFE, pero no fueron suficientes. Otros programas de apoyo a los sectores productivos, como el ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) o los créditos subsidiados, solo alcanzaron a un puñado de empresas y no alcanzaron para contener el empleo y muchos menos los salarios. El resultado de ese coctel explosivo se observa en la tasa de desempleo (10,2%) y en el índice de pobreza, que supera el 40% a nivel nacional y alcanza niveles dramáticos en el Gran Santa Fe, donde el 50,5% de la población se encuentra en situación de pobreza y el 10,4% es indigente: ni

siquiera tiene para comer. Ante esta situación, Pausa dialogó con los responsables de las áreas sociales del gobierno provincial y de la Municipalidad de Santa Fe para conocer qué se hizo y qué no se pudo hacer para revertir la profundización de la pobreza y la indigencia. Ignacio Martínez Kerz, secretario de Prácticas Socio Comunitarias del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe, y Mariano Granato, secretario general de la Municipalidad (y ex secretario de Integración y Economía Social), respondieron las preguntas de Pausa. –¿Por qué llegamos a esta situación? –Ignacio Martínez Kerz: Santa Fe llega a esta situación porque no está aislada de lo que ocurre en el país, más allá de particularidades y coyunturas puntuales. Desde 2016 hasta acá tuvimos cinco años caída de los ingresos reales de la mayor parte de la población. Cinco años de seis. Claro que por motivos distintos. Este año, en el que hay una incipiente recuperación, tuvimos el fenómeno de la inflación importada. La suba de los precios internacionales de los alimentos es una bendición para el país, por lo que significa en términos de exportaciones y divisas, pero impacta sobre los precios internos. Es un problema estructural. Al acumularse a la muy mala gestión económica del gobierno de Macri y a la pandemia, el resultado está a la vista. –Mariano Granato: La situación actual de Santa Fe es difícil de definir sin ponerla en el con-

En el inicio de la pandemia, los gobiernos locales coordinaron tareas barriales con el Ejército.

texto del resto de las ciudades medianas y grandes del resto de la Argentina. El problema central es que nos encuentra un modelo de crecimiento sostenido en el tiempo que permite incidir sobre los desequilibrios que hay en la economía en general. Estamos ante un proyecto de país que no termina de consolidar un modelo de crecimiento económico. Eso explica en gran parte por qué llegamos hasta acá y explica por qué la situación de pobreza estructural no se modifica a lo largo de los años. –¿Qué se hizo durante la pandemia? –IMK: Se hizo muchísimo. En Santa Fe, por decisión del gobernador Perotti, pusimos en marcha un operativo inédito de distribución de alimentos y kits de limpieza casa por casa. No me atrevo a decir que fue el más grande de la historia, pero segu-

ro que no tiene precedentes cercanos. Fue un trabajo articulado con movimientos sociales, instituciones barriales, la Municipalidad, el Ejército. Además hubo constantes refuerzos en dinero en los diferentes programas sociales de la provincia. A todo esto hay que sumarle el impacto de las políticas nacionales, como la AUH, la tarjeta Alimentar, el IFE. Siempre se puede hacer más, pero estoy seguro que el esfuerzo de organización, logística y recursos fue máximo ante una catástrofe sanitaria y económica global. –MG: Durante la pandemia todos los gobiernos intentaron soluciones transitorias a los emergentes más drásticos de la pobreza, principalmente la asistencia alimentaria. En la ciudad de Santa Fe se estructuró un trabajo conjunto entre los tres niveles del Estado que nos permitió cubrir la asistencia alimentaria a los sec-

tores más golpeados por la crisis que generó la pandemia. El saldo es positivo en el sentido de que pudimos atacar lo que se priorizó, lo más urgente. Posiblemente podrían haberse tomado medidas más profundas, pero es cierto que la pandemia sorprendió a todos los niveles del Estado. –¿Cuáles son las medidas más urgentes? –IMK: Las medidas más urgentes se están tomando. Básicamente, producción y trabajo. Crecimiento y distribución. No hay otra. La tarea de contención social está, pero la clave es la actividad económica. La provincia viene liderando la recuperación a nivel nacional. Hay más empleo industrial que en la pre-pandemia. El consumo en supermercados se reactivó en buena medida con Billetera Santa Fe. Los chicos volvieron a la escuela y ya no tienen que pagar el colectivo por el Boleto Educativo Gratuito. La obra pública está a pleno, luego del parate de la pandemia y la delicada situación en que se recibió la provincia en 2019, donde había una enorme deuda con las empresas constructoras. La expectativa es que esa mejora llegue a todo el mundo. –MG: Las medidas más urgentes son las mismas de hace muchos años atrás: discutir el fondo. La pobreza material no se resuelve solamente con políticas sociales, sino con decisiones de la macroeconomía que orienten a generar empleo. Es importante tomar acciones integrales para atajar los efectos negativos de estos niveles de pobreza.


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No bajan los brazos hasta la urbanización Una deuda que lleva décadas: vecinos de Playa Norte reclaman que se acelere el proceso iniciado el año pasado, para que el barrio acceda a servicios públicos básicos, como el agua potable y la luz segura. Mauricio Centurión

Por Bautista Veaute En calle Riobamba al 8400, un muro separa dos realidades diferentes. Por Playa Norte, la brecha de la desigualdad se plasma en una imagen obscena. De un lado del gran paredón, en el sector este, el club Luz y Fuerza ostenta una gran pileta, una serie de construcciones ordenadas y prolijas y un gran parque con canchas de fútbol y tenis. Luego, la línea simbólica que constituye ese muro continúa y se levantan muros individuales, de dominio privado. De este lado se lucen casas grandes de más de un piso, de techos altos y piletas con vistas a la Laguna Setúbal. Por supuesto, casi todas, con grandes muros altos. Del lado oeste de la pared, resisten amontonados ranchitos de chapas, casas de techos bajos y servicios básicos inexistentes o deficientes: de un lado se llenan piletas, del otro juntan agua potable en tachos de 20 litros de un tanque que no da abasto para todos. Las 124 familias que viven al otro lado del muro han aguantado muchos intentos de desalojo desde el año 2005. Las topadoras no han podido con el espíritu inquebrantable de vecinos y vecinas, que les pusieron el cuerpo a los intentos municipales (primero de Martín Balbarrey, después de Mario Barletta y finalmente de José Corral) de transformar Playa Norte en un polo inmobiliario de la ciudad. “Nos decían que el lugar donde vivíamos no correspondía con nuestro estatus social”, reflexiona una vecina que nunca bajó los brazos. Es así que en octubre del año pasado se conoció la noticia que tanto deseaban vecinos y vecinas de Playa Norte: la urbanización y el derecho a la tierra. En un acuerdo conjunto entre organizaciones y el Estado, a través de la Secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat de la provincia y la Municipalidad de Santa Fe rubricaron un convenio para urbanizar los barrios Playa Norte, enmarcados en el Relevamiento Nacional de Barrios Populares (Renabap). Pero, como es costumbre en los asuntos de emergencia social, los acuerdos políticos y las burocracias estatales demoran derechos que no pueden esperar. Para Liliana Berraz, referenta de la organización Manzanas Solidarias y símbolo de resistencia y esperanza en Playa Norte, la principal preocupación hoy es que se están demorando las acciones que le competen al

Una misma zona geográfica es muestra de la desigualdad: de un lado de la pared, el agua sale sucia y escasa; del otro, se llenan piscinas en casas de lujo con vista a la Setúbal.

Estado nacional y provincial, para hacer efectiva la urbanización conquistada, a través del Renabap. “Estamos preocupados porque algunas decisiones políticas hay que tomarlas ahora y son en relación a la tenencia segura de la tierra. Es lo que más nos preocupa porque es lo que no se define, ni a nivel nacional ni provincial, cómo se va hacer”, asegura Berraz. Hasta ahora, solo se avanzó en el trazado de lo que serán las calles del barrio y las mejoras se prometen para fin de año. Por otro lado, la Ley 27.453, que le da marco jurídico al Renabap, en su Artículo 15 suspendió por cuatro años el desalojo de los barrios comprendidos por este relevamiento y dispuso que esas tierras debían ser expropiadas. Ese plazo vence el año que viene. ¿Qué pasará al finalizar este período de tiempo? ¿Qué riesgos corren los habitantes de Playa Norte? Sobre estas preguntas, Pausa entrevistó a Nicolás Taverna, abogado miembro de la organización Tramas, que tuvo un rol central en la lucha por el territorio en este barrio. —La suspensión tiene un plazo que es de cuatro años. Que en este caso en Playa Norte, finaliza en octubre del año que viene según la Ley. Ahora nos quedaría una lucha para prorrogarla. Pero bueno, eso lo tiene que votar el Congreso de la Nación. Si esa suspensión cae, el Estado puede de nuevo avanzar con posibilidades de desalojo que

en este barrio siempre fueron intentos de desalojo forzosos y cuando le agregamos forzosos, significa que no son en marcos de legalidades. No se puede pensar la integración sociourbana solamente a través de servicios, infraestructura y dejando la pata de seguridad en la tenencia descolgada. Como tampoco podría ser como otros procesos que han sucedido, que solamente se hace titulación sin integración sociourbana. Acá hay que tener una mirada compleja. —¿Qué grados de responsabilidad tienen las distintas jurisdicciones estatales? —A través de la ley del Renabap, a la declaración de utilidad pública sujeto a expropiación, la hace como sujeto expropiante la Administración de Bienes del Estado (ABE). De esta manera, la responsabilidad sería del Estado Nacional. Pero nuestro convenio específico dice que la provincia es la unidad ejecutora. Entonces ahí habría dos patas responsables de la seguridad en la tenencia. A su vez el municipio también tiene herramientas, sacando lo presupuestario, que es el argumento que tienen siempre los municipios para no actuar. La Municipalidad tiene herramientas para garantizar la seguridad en la tenencia. Acá se vincula otro tema, que es que el Concejo Municipal acaba de aprobar un Código de Habitabilidad, que viene a sustituir el reglamento de edificaciones priva-

das. El código anterior a través del artículo 2.5.5, servía de soporte para los desalojos en barrios populares. El nuevo Código de Habitabilidad, a través de los artículos 37 y 280, también podría cumplir esa misma función. Entonces, la Municipalidad no sólo es responsable por nuestro convenio, sino por otras normas que se están aprobando que podrían permitir que el día de mañana se hagan nuevos desalojos, en este y otros barrios. Derechos vulnerados

Además de la lucha por el territorio, vecinos y vecinas de Playa Norte sufren la escasa accesibilidad a servicios básicos como la luz y el agua. La vecina Nidia Aranda relata que el agua sale con muy baja presión y de color turbio. “Somos muchos vecinos conectados a una manguera precaria, que abastece a 60 familias. A veces este agua no se puede tomar y tenemos que hervirla. Y con el calor, se empieza a hacer cada vez más difícil”, asegura. En este sentido, cerca del tanque de agua que abastece a Playa Norte, es común ver cómo vecinos se bañan afuera de sus casas, a baldazos. Liliana Berraz asegura que la red de agua no llega directamente. Y no es que están afuera de la ciudad o no haya acceso en la zona: del otro lado de la calle Riobamba se llenan piscinas. “Desde hace más de diez años que presentamos el pedido al Ministerio de Infraes-

tructura, y ya hay un expediente iniciado, que va con un adjunto con todas las actuaciones que hicimos durante estos años para que llegue el agua. Han intervenido la Defensoría del Pueblo, el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS), Aguas Santafesinas, los ministros en su momento. Tenemos todo documentado, pero hasta el día de hoy no lo hemos logrado”. En Playa Norte consideran posible que ahora, con la ampliación de las estaciones potabilizadoras de la planta, se pueda ampliar la red. “Pero amén de eso, el consumo de 60 familias no es determinante. Este es un derecho que no ha sido reconocido durante muchas gestiones y esperemos que próximamente se haga”, matiza Berraz. Lo que sí han decidido en el barrio es que no van a bajar los brazos. “Hasta que no llegue el agua no paramos más”, asegura Berraz, y agrega: “Lo mismo pasa con la electricidad”. Durante todo este tiempo de lucha se ha pedido la regularización del servicio. “Inclusive los vecinos siempre estuvieron dispuestos a pagar una cuota social, para tener luz segura”, dice Liliana. “Pero jamás hubo un proyecto que los tenga en cuenta y que les dé la energía segura. Por supuesto que todo el mundo está enganchado de la forma más precaria y peligrosa”. Hasta que reconozcan sus derechos, en Playa Norte la lucha sigue.


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Todavía falta para salir del manicomio A once años de su sanción, aún queda un camino por delante para que la Ley de Salud Mental sea efectiva. Por Mariángeles Guerrero El 10 de octubre es el Día de la Salud Mental, una jornada para reflexionar qué entendemos por salud, cómo nos paramos ante el sufrimiento ajeno, cuáles son las herramientas colectivas que generamos para acompañar situaciones de angustia. Hace 11 años, nuestro país cuenta con una ley –la 26.657– que reconoce los derechos que nos asisten en relación a nuestra salud mental. Dopados, histéricas, desequilibrados, chiflados, insanas, incapaces: las palabras adjetivan ese borde de la norma. El manicomio no son solo cuatro paredes, también está en el lenguaje y en los criterios que durante muchos años hegemonizaron la medicina y el derecho. Hacia principios de siglo, los hospitales psiquiátricos se construyeron como reductos para las personas que debían ser encerradas, disciplinadas, ocultadas. ¿Quién no sintió un escalofrío con aquel cuento de García Márquez, Solo vine a hablar por teléfono, donde una joven queda por error y para siempre encerrada en un psiquiátrico? De la década del 40 data la construcción del Hospital Mira y López en Santa Fe. Su ubicación extramuros, en tiempos en que el norte de la ciudad eran puras quintas, y la cercanía con la cárcel de Las Flores son un indicio del criterio expulsivo de una sociedad que veía en la locura una amenaza. Fue gracias a la lucha de quienes trabajan en ese tipo de nosocomios -llamados monovalentes- y de diversas organizaciones de la sociedad civil, que desde 2010 Argentina cuenta con una ley que reconoce el marco de derechos que asisten a quienes sufren alguna crisis en relación a su salud mental. Juan Pablo Hetzer es psicólogo (Mat. 655). Trabaja en el Mira y López desde 2005, en el Servicio de Psicología Infantojuvenil. Se desempeña en consultorios externos, en internación y en la ludoteca que funciona hace diez años en el hospital y en el centro de salud Las Lomas. También es militante sindical en el Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (Siprus). “Entre la sanción de una ley y su efectivo cumplimiento, suele haber un abismo”, afirma en diálogo con Pausa. El profesional recuerda que la ley puso de manifiesto “la enorme vulneración de los derechos humanos de las personas internadas por sufrimiento psíquico”. En efecto, la ley 26.657 propone otro paradigma respecto a la asistencia y el cuidado de las y los usuarios del sistema de salud mental. Por ejemplo, el derecho a recibir tratamiento con la alternativa

La ludoteca para niñes es una propuesta de abordaje de la salud mental ligada al paradigma que propone la normativa vigente.

terapéutica más conveniente, que menos restrinja derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria; también a que el padecimiento mental no sea considerado un estado inmodificable. “Para que esta ley pueda cumplirse de modo efectivo, de máxima lo que tiene que haber es un país con pleno empleo”, define Hetzer. “Si la ley pone en el centro que la salud mental está ligada a ejercer el derecho a un trabajo, a una vivienda y otros derechos sociales, económicos y culturales, lo que pone en el centro es que la salud tiene otros determinantes”, explica. Los límites del hospital como institución se ensanchan ante ese desafío,

“Si te atiendo cinco minutos, no te miro a la cara y te doy una receta para que te vayas, eso hace a una asistencia manicomial”, afirma Juan Pablo Hetzer. más aún en un país donde el 40,6% de la población es pobre. “Eso no se resuelve desde un hospital: no podemos pensar a la salud mental desde una única institución. Tiene que ver con cómo se arma un sujeto en comunidad, qué relaciones establece, a qué se afilia un ciudadano”, completa el entrevistado. Contra la lógica del manicomio

La ley de salud mental prohíbe expresamente la apertura de instituciones de confinamiento y en-

cierro para las personas con padecimientos psíquicos. Pero, además, insta a la creación de las llamadas “políticas sustitutivas”: dispositivos comunitarios como casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo o centros de capacitación socio-laboral. El manicomio es la cuestión a desterrar en las lógicas de atención. En ese sentido, Hetzer afirma: “Lo manicomial no existe solo en la institución, lo manicomial es la política de exclusión, el desempleo crónico; tiene que ver con llegar tarde”. En sus palabras, “es una lógica que apunta a la destitución subjetiva”. Para el profesional, pensar en la aplicación efectiva de la ley implica “un posicionamiento ético y político, ligado a cómo concebimos los derechos humanos”. El terapeuta cuenta que “como trabajadores muchas veces nos encontramos discutiendo con las diferentes gestiones de turno” porque “hay decisiones políticas que se encuentran alejadas de las personas usuarias del sistema de salud”. Actualmente, en la sala de internación del Mira y López, hay 40 usuarios que viven en el hospital. La normativa señala que el hospital no es un lugar para vivir: la respuesta desde el Estado debe ser garantizar el derecho a la vivienda, al trabajo, a la inserción de la persona en su comunidad. “Hay una lucha constante ente lo manicomial y lo que viene a liquidar esa lógica. Es una pelea con final abierto”, dice Hetzer. “La transformación del manicomio depende de decisiones políticas y del posicionamiento ético, político y clínico de los trabajadores”, insiste. Para Hetzer, la falta de datos epidemiológicos sobre las problemáti-

cas actuales en salud mental en la provincia, genera respuestas “a demanda y desde lo farmacológico”. En ese sentido, entiende que “si la única oferta del Estado es el centro de salud, la policía y la medicación, ahí hay un problema más macro”. Ese problema macro es la falta de otras políticas contra la exclusión. “Como trabajadores de salud tenemos esa tarea: poner en agenda a las gestiones aquello que tiene que ver con la vulneración de los derechos”, dice Hetzer. El profesional advierte que “la mayor parte del presupuesto del hospital está destinado a medicación”. Y agrega: “Esa lectura de solo responder con medicación al sufrimiento de la población es el recrudecimiento del manicomio”. Hoy el hospital Mira y López, creado en sus orígenes para la atención específica de las problemáticas de salud mental, se encuentra en el proceso de desterrar el manicomio, algo que se revela como un desafío complejo. “La clave es no tornarse indiferente ante el sufrimiento del usuario del sistema de salud mental”, dice Hetzer. “Si te atiendo cinco minutos, no te miro a la cara y te doy una receta para que te vayas, eso hace a una asistencia manicomial destituyente de la subjetividad de quien viene a atenderse. La ley viene a establecer esto: cuál es la dimensión ética de la práctica”, enfatiza. Desde la provincia

“Es política de esta Dirección la implementación de la ley: generar las políticas públicas para la transformación del modelo de salud mental hacia un modelo de salud comunitaria e integral”, afirma Celina Pochettino, directora provincial de

Salud Mental. La entrevistada recuerda que Santa Fe es pionera en la materia: en 1991, la Ley Provincial 10.772 ya planteaba la transformación de los hospitales monovalentes en un sistema de servicios de atención con base comunitaria. El pasado 30 de septiembre, se presentó una plataforma para avanzar en un plan de salud mental provincial. “Hay experiencias valiosas en la provincia respecto de una política sustitutiva de lo manicomial, pero no tenemos un plan que enmarque la reorganización de los servicios con base comunitaria”, explica Pochettino. El plan -dicen desde la provincia- se va a construir participativamente, en rondas de trabajo regionales, con trabajadores y usuarias, sindicatos, universidades y otros ministerios. La funcionaria sostiene que, para avanzar en la puesta en práctica de la ley, hay que derribar mitos: “Hay que entender que la ley prevé la internación para las situaciones de urgencia, de ninguna manera implica el abandono de las personas; y que su implementación no va a producir pérdida de fuentes de trabajo”. Añade que “la cultura tiende a patologizar y a medicalizar y eso también es un obstáculo”. Consultada sobre la existencia de un mapeo de padecimientos en salud mental a nivel provincial, la directora reconoce que “es una vacancia histórica la evaluación epidemiológica”. Al respecto, cuenta que hoy se trabaja en ese sentido. Los registros existentes son parciales: angustia ante la amenaza de la pandemia, ante la pérdida de trabajo o de un ser querido por el coronavirus. También se cuentan problemáticas en las infancias y en las juventudes: desde el Mira y López puntualizan que muchas se asocian al consumo problemático de sustancias y a intentos de suicidio. Respecto al presupuesto, la gestión provincial responde que se busca avanzar “en algunas líneas de financiamiento para llevar adelante el fortalecimiento de los equipos de salud mental”. Pero para garantizar un abordaje integral no alcanza solo con el presupuesto del Ministerio de Salud. Por eso –indica Prochettino– se está trabajando a nivel interministerial, con el objetivo de “desconcentrar hacia el territorio los recursos presupuestarios”. “Estamos en un momento de transición, porque coexiste el modelo hospitalocéntrico que concentra recursos con experiencias sustitutivas culturales, laborales, muchas de ellos concentradas en Santa Fe y Rosario. Por eso estamos trabajando en desplegarlas en el territorio”, finaliza la funcionaria.


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Cupo Laboral Trans: la eterna espera A dos años de la sanción del Cupo Trans en Santa Fe, ¿en qué instancia se encuentra actualmente? Por Carolina Robaina y Victoria Stéfano (*) La Ley N° 13.902 de Cupo Laboral Trans fue reglamentada en la provincia de Santa Fe el 8 de septiembre de 2020. La política de Estado que busca la inserción laboral y la garantía de derecho al trabajo para personas travestis, transexuales y transgénero cumplió un año y aún no es completamente efectiva. ¿Cuánto tiempo más pueden esperar las vidas trans? A la reglamentación se llega a raíz de un trabajo articulado entre los ministerios de Trabajo y de Igualdad, Género y Diversidad. “También se convocó a las organizaciones, que son las grandes luchadoras y constructoras de esta ley”, afirma Fernanda Medina, directora provincial de Promoción del Empleo Digno de la provincia. En diciembre de 2020, se crea el Registro de Aspirantes. Esta herramienta lleva el nombre de Vanesa Zabala, bandera de la lucha por el reconocimiento de la figura de travesticidio en nuestra provincia y a nivel nacional. El registro estuvo abierto hasta mediados de enero de 2021. “De algún modo había que darle un cierre para generar una cohorte e iniciar el proceso de corroboración de datos”, explica Medina. Los datos fueron enviados al Registro Civil, quienes constataron si se cumplía las condiciones como la edad (ser mayor de 18 años) o tener el cambio registral de género. El 23 de julio se realizó el sorteo en el que intervino la Lotería de Santa Fe, fiscalizó Escribanía de

Mauricio Centurión

Gobierno y participaron integrantes del Consejo Consultivo. A quienes salieron sorteades, se les comunicó y comenzó la organización de las entrevistas, a cargo del Ministerio de Igualdad y Género. ¿Hay binarismo en el Cupo?

Según informó el Ministerio de Trabajo, 293 personas integran el Registro Vanesa Zavala y 91 no cumplieron con uno o más requisitos. Entre elles está Gora, una transmasculinidad de la ciudad de Santa Fe. Es migrante y tiene 35 años. Durante seis años trabajó en el marco de la Secretaría de Seguridad Comunitaria, de la que fue cesanteado a los pocos meses del cambio de gobierno, siendo explícito su proceso de transición. “Oportunamente me llegó un link de acceso para dar mi información personal. Pero la gran imposibilidad que tuvimos fue esto mismo que pasa con políticas como la Billetera Santa Fe, que te pide innecesariamente que te inscribas dentro de unas categorías binarias. Todo el espectro identitario queda por fuera”. El muchacho relata los límites con los que se encuentran las personas trans no binarias en el proceso de inscripción al Cupo en Santa Fe: “Como en ese momento no me quería inscribir como un varón ni como una mujer, no me pude inscribir. De hecho, solicitamos asesoría a través del Ministerio, en ese momento Secretaría de Igualdad y Género, y en distintas oportunidades los efectivos públicos nos respondieron que no podíamos inscribirnos porque no estábamos contemplados dentro

El Cupo Laboral Trans fue reglamentado en 2020, pero falta su plena implementación.

del Cupo Trans. Tendrían que darle sus oportunas explicaciones a les legisladores que batallaron por la Ley de Identidad de Género. Porque justamente una de las pocas políticas que intenta que sobrevivamos nos excluye, por una situación tan burda como acceder a la rectificación”. Y critica el decreto que habilitó el acceso al documento sin marca de género. “El sector migrante que es residente permanente en la provincia queda exento de la posibilidad de acceso al Cupo, al igual que toda persona que posea una identidad no binaria. Es bien claro que la normativa está expresada en términos binarios y basada en un porcentaje anual sobre un censo que no es real. El DNI con la x no es tenido en cuenta en el Cupo Laboral Trans así que asumo que sería obstaculizar las pocas políticas públicas que están

activando desde un oscurantismo bastante explícito” sentencia. Se entrevistaron a las 66 personas que salieron sorteadas y se seleccionaron a 26 para ingresar en esta primera etapa. Uno de los entrevistados fue Federico Rivero, un joven padre trans de la ciudad de Santa Fe que atravesó todas las instancias de la implementación del Cupo. Su relato da cuenta del acompañamiento comunitario en ese proceso: “Me inscribí al cupo laboral trans gracias al grupo de Varones Trans de Santa Fe. Me pasaron la data y me explicaron cómo era la inscripción”. “Me enteré del sorteo ya que me llegó un correo que decía que había entrado en el Cupo y tenía un número asignado” relata el muchacho. “Unos días después se hizo el sorteo y esperé con muchas ansias entrar.

Cuando voy viendo la lista que pasaron en el grupo de Varones, de lo rápido que lo mire dije ‘no, no entré’. Seguía viendo y la tercera vez, ya calmado, observé con mucha atención y ahí estaba mi número, había entrado. Lloré como una hora de la emoción”, relata. “Unas semanas más tarde me llegó un correo que decía que tenía entrevista el 16 de agosto, pero llegando el día me cambiaron para la próxima semana. La entrevista fue lo más. Me sentí bien, pude hablar sin trabarme y eso era un orgullo enorme conmigo mismo. Me sentí acompañado. Y si tengo que ir a otra entrevista a ese lugar lo haría sin dudarlo”, cuenta el joven trans. Contratos

“El próximo paso es el Ministerio de Economía que va a notificar a todas las jurisdicciones cómo seguir con el circuito para la contratación” afirma Nerea Tacari, directora provincial de Políticas de Igualdad. Los contratos son de servicio según el artículo 169. Cada jurisdicción se contactará con la persona seleccionada para la presentación de toda la documentación y “generar el ingreso lo antes posible”. El citado artículo perteneciente a la ley 12.510 faculta al Estado provincial a realizar contrataciones de servicios personales para “estudios, proyectos, programas especiales”. Es decir, no forman parte de la planta permanente estatal. Dilaciones

Sofia Ayelén Vidal es una chica trans. Tiene 45 años, vive en la ciudad de Rosario y es prostituta desde los 17 años. Terminó sus estudios en 1996 y actualmente es extraccionista, tiene conocimientos de manejo de laboratorio y acompañante terapéutico y continúa formándose en el ámbito de la salud. “No pude trabajar de otra cosa”, dice. “En ese momento existía Moralidad Publica (una brigada de la Policía que se dedicaba a cazar a personas trans en el marco de los códigos que penalizaban la prostitución y el travestismo). Nos llevaban detenidas, no podíamos estudiar. Ahora tenemos más libertad, pero a la hora del trabajo sigue siendo muy difícil”, relata. “Considero que recién para diciembre vamos a tener una respuesta y sinceramente somos muchas personas las que nos inscribimos y no creo que la provincia tenga tantos puestos de trabajo. La población trans realmente sufre la dilación de la implementación de la ley. Tienen muchas expectativas de poder cambiar su vida y de poder tener un trabajo digno. Nos vienen bicicleteando”, concluye. (*) Publicada en periodicas.com.ar


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Discapacidades: no son las personas, son las barreras A partir de la promulgación de la Ley N°14.046, los y las agentes del Estado provincial, en sus tres niveles, deberán realizar una capacitación obligatoria sobre la temática. El objetivo es romper prejuicios y favorecer la autonomía de las personas. Por María Luisa Lelli ¿Es una dificultad? Si se considera a la discapacidad como una cuestión de salud factible de una corrección o como un factor consumado en una diferencia de características especiales, la respuesta es afirmativa. En tal caso, una persona se define por lo que carece, por lo que no es o por una función incapaz de cumplir. Ahora bien, si el foco gira hacia los entornos sociales y los preconceptos que requieren una revisión, la problemática se abre hacia el horizonte de la convivencia. Con ese rumbo por delante, días atrás el gobierno provincial promulgó la Ley de Capacitación Obligatoria sobre Discapacidades N°14.046. ¿Qué implica? A partir de ahora, los y las agentes de los tres poderes del Estado santafesino deberán realizar cursos que les permitan contar con información sobre la base de tres ejes centrales: la perspectiva social, el ejercicio de la ciudadanía y los derechos humanos. En palabras de Javier Zweifel, integrante del movimiento SuperAcción, una de las cuestiones centrales es la obligatoriedad de la norma al tratarse de “una temá-

“Es una capacitación con una visión de derechos humanos, respetando los lineamientos de la perspectiva social”, sostiene Javier Zweifel. tica de la cual se habla poco y se suele hacer desde el preconcepto y el prejuicio basados en una construcción social e histórica”. Con el fin de romper esos entramados de

La agrupación SuperAcción celebró la norma por ser un hecho histórico en la conquista de derechos. Foto: Gabriela Carvalho

concepciones, la norma se apoya en los lineamientos de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. “Es una capacitación con una visión de derechos humanos, respetando los lineamientos de la perspectiva social. Esta es la primera ley de carácter ejecutivo que en nuestra provincia responde a la perspectiva social”, recalcó el activista, y agregó: “Formamos parte del proceso de construcción del contenido de la ley. El diputado Pablo Farías nos convocó antes de presentar el proyecto para que podamos hacer aportes. Esos aportes hoy forman parte del contenido de la ley”, indicó. En la práctica, el colectivo de personas con discapacidad integrará de manera activa la construcción de los contenidos que

se impartirán en los cursos. Pero no solamente. “Además, vamos a formar parte del dictado de estas capacitaciones. Esto es un hito porque, históricamente, nuestro colectivo no ha formado parte de estos procesos. Hemos estado acostumbrados a que otras voces, que no son las de personas con discapacidad, hayan tomado decisiones sobre nosotros sin ningún tipo de consulta ni ningún tipo de participación”, destacó Zweifel y acotó que “esta ley es un hecho importante en la vida social y ciudadana del colectivo porque la mejor forma de dar discusión a los prejuicios es hablando y con información”. En la misma línea argumental, Marcela Papini –representante de la misma organización– hizo hincapié en que la normativa permite

modificar, centralmente, “la mirada que se tiene sobre las personas con discapacidad”. “Históricamente, las personas con discapacidad

“Es un paso más hacia nuestra autonomía y participación social. Haber sido convocados y escuchados es algo muy importante”, destaca Marcela Papini. hemos visto vulnerados nuestros derechos. La aparición de la perspectiva social ha sido un avance significativo hacia un cambio de paradigma. Esto se debe a que

sienta sus bases en la idea de que la discapacidad no está puesta en la persona, sino que aparece cuando barreras culturales, actitudinales, arquitectónicas dificultan o impiden el acceso a derechos en igualdad de oportunidades a personas con algunas particularidades”. Luego, profundizó: “Ya no se vincula a la persona y a la discapacidad directamente como una cuestión de salud, sino a la relación entre la sociedad y la persona, poniendo el foco en los derechos humanos”. Sobre el impacto de la norma para el propio colectivo de personas con discapacidad, Papini consideró que se trata de “una conquista”. “Es un paso más hacia la ampliación de derechos, hacia nuestra autonomía y participación social. Haber sido convocados y escuchados es algo muy importante porque es la primera vez que pasa en la provincia de Santa Fe. Esta ley es un instrumento más para la remoción de barreras, para evitar la violencia institucional, generada muchas veces por el desconocimiento”, fundamentó. En el marco de las diferentes acciones que las personas con discapacidad empujan en procura de desarticular cuestiones fuertemente arraigadas a nivel social, cultural y político, la responsabilidad del Estado no es para nada menor. Así lo sostuvo Zweifel, en virtud de “la construcción de ciudadanía”. Para ello, resulta necesario el diseño de políticas públicas que, una vez en práctica, permitan “empezar a mirar las personas con discapacidad de otra manera, como personas iguales, como sujetos de derecho, como personas que pueden tomar sus propias decisiones, autónomas, que son parte de la sociedad como cualquier otro ciudadano o ciudadana”. Sin ir más lejos, resulta imperativo “respetar el cupo del 4% en el acceso a la planta de agentes de la provincia”. “Hoy la provincia está muy lejos de ese porcentaje”, esgrimió el militante. “Es un reclamo histórico de nuestro colectivo que ya tiene décadas. Si bien ha habido un avance en los últimos años, el acceso a la educación es primordial”, agregó. “Un porcentaje importante de las personas con discapacidad todavía sigue quedando fuera del circuito educativo. Y sin educación es muy difícil lograr ciudadanía y una vida independiente”, sintetizó.


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No estamos solos en el universo

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¿Hay vida en otro planetas? No, la verdadera pregunta es... ¿por qué querrían vincularse con nosotres? Por Belén Degrossi

Cada tanto me asalta un pensamiento: ¿quién habrá sido el primer ser humano que miró al cielo, a las estrellas, y pensó que en esas luces incandescentes a la distancia podían existir otros iguales, incluso más poderosos, quizás más evolucionados? No Dioses, no deidades. Otras criaturas con los mismos problemas para conseguir agua, un lugar para estacionar o una persona con la que pasar sus días. El desencadenante de esta semana fue una frase de Marcela Tauro (por quien siento un profundo respeto profesional y un cariño que sólo puede ligarse a su paso por Intrusos en mis años formativos), quien asegura que fue raptada por ovnis. La periodista contó que allá por los 90, cuando trabajaba en la revista Gente, una nave la abdujo en la calle al salir del trabajo y la llevó hasta Ranelagh, en el partido de Berazategui. A su rescate fue, como era de esperarse, Beto Casella. No se me ocurre una historia más fascinante que esta. Realmente, no puedo pensar en un mejor desenlace. ¿Cómo habrá sido esa llamada telefónica? Y, sobre todo, ¿a quién llamarías para que vaya a buscarte a la salida de tu primer encuentro cercano del tercer tipo? Yo creo que llamaría a mi hermana. A veces ensayo la conversación mientras me estoy bañando. Creo que tengo un texto para interpretar que combina las partes justas de urgencia, miste-

Nuestros ovnis eligieron Capilla del Monte como sucursal terrestre. Si fueran tan horrendos, hubieran elegido alguna oficina de Puerto Madero. rio y emoción. No puedo esperar a usarlo. Volviendo a Marcela, pienso siempre que nuestras celebridades de mayor o menor importancia tienen una cantidad altísima de historias que involucran fenómenos extraterrestres y/o paranormales. No hay que confundirlos. Los primeros son los que incluyen todo tipo de seres, naves, lugares y máquinas que no tributan en este mundo pero que tienen una corporalidad, una forma, algo de materia. Los segundos son los que suceden cuando algo del “más allá” se pasa una parada del bondi de los muertos y se baja en el living de tu

casa a destrozarte la vida. No son divertidos. No vamos a dedicarles más líneas porque francamente me dan miedo. El cine, los comics y la cultura pop nos han hecho creer que los encuentros con extraterrestres inevitablemente se darán en un terreno de inequidad de fuerzas que nos pondrá a nosotros en peligro. Yo no lo veo tan así. Pienso siempre que pudiendo aparecer en cualquier lugar de este hermoso país, nuestros ovnis eligieron Capilla del Monte como la sucursal de la franquicia terrestre. Si fueran tan horrendos hubieran elegido alguna oficina de Puerto Madero, de esas en las que no sabemos qué hacen, pero que seguramente aloja a gente que nos está arruinando la vida a todos. Si realmente fueran los seres detestables que decimos que son, elegirían atacarnos ahora que tenemos un ejército diezmado y una situación internacional en la que todos desconfían de todos y en donde probablemente nadie pensaría en trazar alianzas, si no más bien en cuidarse hacia adentro. Si no podemos distribuir bien millones de vacunas de forma equitativa para terminar con una pandemia… ¿qué nos hace pensar que nos podríamos poner de acuerdo frente a la llegada de un invasor alienígena? No, en cambio nuestros aliens decidieron estacionar, vacacionar y regresar siempre a un pueblo cordobés en donde no hay mucho más que un cerro igual a otros mil cerros y una piedra con forma de zapato que fue pegada con cemento. Porque no me vengan ahora con que El Zapato es natural. No nos mintamos entre nosotros. No nos faltemos el respeto. Yo le creo a Marcela Tauro. ¿Por qué no habría de creerle? Marcela ha engalanado durante décadas cenas familiares y citas amorosas con su presencia tácita. Aguantó estoica en su silla cuando Rial y Ventura se pelearon. Jamás perdió los estribos cada vez que alguien abandonó el móvil de Intrusos, un sueño que hasta aún hoy espero poder cumplir. Diría incluso que el relato de Tauro en pleno prime time no es más que una extensión de aquella treta de Orson Welles que hace casi un siglo informó desde los parlantes de las radios de Nueva York que la ciudad estaba siendo invadida. Marcela es más sutil. Marcela nos dice “están aquí, merodeando, listos para buscarnos a la salida del trabajo y llevarnos a algún lugar del conurbano a comer en un carribar”. No puedo más que entusiasmarme frente a esa perspectiva. Me parece un planazo.

Nuestros aliens decidieron regresar siempre a un pueblo cordobés en donde no hay mucho más que un cerro igual a otros mil cerros.

Al escribir “planazo”, destrabé en mí un recuerdo que apenas si había vuelto a revisar en los últimos 20 años: mi visita al museo del OVNI. Pido que se me tome con seriedad, pero con pinzas. Probablemente haya añadido detalles que no formaron parte de la experiencia en sí misma, si no que son el resultado de años de macerar en mi mente lo que mi cuerpo

Hasta el último de los aliens elige, si se le da la chance, tomarse una birra con Marcela Tauro a la espera de conocer historias de la farándula argentina. experimentó en esa tarde de lluvia en Córdoba. La lluvia, de hecho, lo explica todo. En medio de unas vacaciones de verano en la vecina provincia, mis padres se vieron obligados a pensar en algún plan que nos saque de la cabaña que habíamos alquilado. Llovía desde hacía tres días. Ya nos habíamos comido todos los productos regionales a disposición, y habíamos gastado dos salarios mínimos en Sacoa. La entrada al museo del OVNI, al módico precio de cinco pesos por ca-beza, nos parecía una ganga. El precio, claro, explicaba un poco lo que vimos después: el museo no era más que un garage

al fondo de una casa en medio de un monte espeso, detrás de un taller que arreglaba televisores. En la habitación, contra las paredes, se ubicaban dos o tres escaparates que parecían salidos de un viejo almacén de barrio, en los que se “exponía” una “colección de piezas únicas”. La guía, y directora del establecimiento, era una rubia de acento dudoso de unos setenta años que tenía pinta de haber venido en el Graf Spee. Con la ayuda de tres filminas confeccionadas con fibras, imágenes de la revista Anteojito y cartulinas, explicaba lo que debería ser para estas alturas de público conocimiento: que los extraterrestres, más precisamente lo jupiterianos, habían traído a la tierra todas las cosas que valían la pena. La música, la rueda y los chanchitos, para ser más precisa. Y a la doña no se le daba bien el español, por lo que cada vez que decía “Júpiter” sólo pronunciaba un J sorda que la hacía decir “Úpiter”. Recuerdo que no nos reímos en el momento porque todos nos dimos cuenta de que esa mujer podía matarnos con sus manos si así lo quería. Yo, sin embargo, presté atención. Había algo en su relato que me parecía espectacular: ella le había buscado la vuelta para que el mundo a su alrededor, al menos el que existía entre esas cuatro paredes del garage, tuviera sentido. ¿Quién no se contó a sí mismo alguna vez un cuento, con la esperanza de que así las piezas encajen?

La pieza más atractiva de la muestra era una suerte de vasija de barro rota que se exponía sobre lo que parecía ser un motor que la hacía girar, pero que no era nada más y nada menos que un lavarropas de muñeca. De marca nacional. Gloria, para ser más exacta. Lo reconocí al instante ya que yo tenía el mismo en mi casa. Intercambié una mirada con la enemiga de Langsdorff que me estudiaba atentamente, presionándome con sus pequeños ojos claros para que yo no develara el secreto: que la pieza insigne de su museo había sido ensamblada muy lejos de Júpiter. En Tierra del Fuego, para ser más precisa. En silencio, hicimos un pacto. Un pacto de silencio con una potencial doble agente de la Segunda Guerra Mundial, ahora que lo pienso. En esto de superar anécdotas, realmente, no me gana nadie. No estamos solos en el universo. Existen otras vidas, otras formas, otros espacios. Y sin embargo, al juzgar la historia completa, me asalta una primera conclusión: tanto ellos como nosotros sucumbimos ante la posibilidad de conocer a alguien de la farándula. Puede que la vida allá afuera sea más compleja, más evolucionada, fundamentalmente distinta. Y, sin embargo, cede ante lo magnifico: hasta el último de los aliens elige, si se le da la chance, tomarse una birra con Marcela Tauro, a la espera de conocer las más magníficas historias de la farándula argentina.


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Un drama llamado deseo

“Desobediencia”: dos mujeres, un amor prohibido y los imperativos religiosos. Por María Luisa Lelli En el templo, el rabino habla sobre la creación del Señor y remarca que los seres humanos “somos la única criatura que tiene libre albedrío”. Poco después, el respetado religioso fallece. Es así como la comunidad judía ortodoxa de un barrio de Londres entra en proceso de duelo sin esperar que la hija Ronit regrese para el funeral de su padre. Sin embargo, su llegada se produce y así comienza a desarrollarse una historia de amor, deseo, decisiones y libertad. El arribo de esta mujer desde Nueva York es el punto de partida de Desobediencia (Disobedience, Reino Unido/

Estados Unidos, 2017), un drama que bien sabe atrapar tanto por su calidad cinematográfica como por la tensión que sostiene en ese tipo de silencios que hablan, en esas miradas y gestos que manifiestan emociones latentes. En la línea de Poco Ortodoxa –aquella serie que ilustra el conjunto de tradiciones e inflexibles preceptos que, particularmente, las mujeres deben acatar en una comunidad judía más que similar–, esta realización de Sebastián Lelio (nacido en Mendoza, nacionalizado chileno y ganador del Oscar por Una mujer fantástica) hace que el encuentro actoral entre Rachel Weisz y Rachel McAdams sea una

CONCEJO DE LA CIUDAD DE SANTA FE

concejosantafe Concejo de la ciudad de Santa Fe ConcejoSantaFe Concejo Santa Fe www.concejosantafe.gov.ar

Rachel Weisz se luce en el rol de una fotógrafa que se alejó de su lugar de crianza. La peli se centra en la comunidad judía ortodoxa.

conjunción perfecta al momento de interpretar a una fotógrafa, Ronit Krushka, que se marchó de su lugar de crianza para ejercer su li-

bre albedrío –precisamente– en la gran ciudad estadounidense, y, en paralelo, Esti que cumplió con lo impuesto por los jefes espirituales al conducirla hacia el matrimonio. Era el matrimonio el que pondría las cosas en su lugar, luego que ambas mujeres siendo más jóvenes mantuviesen un encuentro amoroso. Una eligió (o huyó) y la otra, en respeto a su fe y sin mayores posibilidades, se mantuvo casada con Dovid (Alessandro Nivola), el elegido para suceder, ahora, al rabino. Vale decir, al líder de la hermandad social, ritual, cultural y religiosa. Cuestión para nada menor desde el principio al fin del largometraje. A propósito, el registro melodramático del filme se sostiene en la certera dirección de Lelio para narrar las angustias contenidas y la sexualidad reprimida. Sin estridencias, aquel deseo de la adolescencia aflora en los sentimientos y en los cuerpos de ambas mujeres, haciéndose vida. En gran medida, la desobediencia del título del filme se manifiesta en la historia personal escrita en lo corporal. Ese foco narrativo se consuma en la fotografía, el vestuario, la banda de sonido y la ambientación de viviendas y calles, donde parece imperar una penumbra tensa, real y simbólica. Al margen de una de las escenas de sexo –que no deja de ser un grito orgásmico y bello de libertad–, el reencuentro entre Ronit y Esti

favorece la puesta en discusión sobre las mujeres que “desaparecen detrás del apellido del marido” en contraposición al deber del matrimonio ligado indefectiblemente a la maternidad porque “envejecer sola, sin familia” es envejecer “sin alegrías”, dicho todo esto en una cena familiar. Para la fotógrafa (excelente actuación de Weisz), neoyorquina por elección, autónoma y autosuficiente, el discurso de la tradición sobreviene cual reliquia medieval. Pero para Esti (espléndida McAdams), las cosas se presentan mucho más difíciles. En efecto, plantarse frente a su esposo equivale, ni más ni menos, que hacerlo frente a una serie de mandatos y obligaciones patriarcales que se contradicen con el libre albedrío. Ahora bien, ni una es tan libre ni la otra se resiste tanto al desacato. De hecho, en los conflictos y rechazos personales que atraviesan una y otra se arraiga el meollo de la trama. La película –basada en la novela homónima de la británica Naomi Alderman– se vuelve una perla interesante para quienes disfrutan de ese cine que no requiere de superproducciones ni cuantiosos aportes técnicos para poner en imágenes el valor de la condición humana. Suficiente razón para rescatarla del común denominador que rige la oferta publicitaria de Netflix, donde se la puede hallar.


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Guía inútil de colectivos viejos 4

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Bendito señor blues

El mítico líder de Manal, Javier Martínez, volvió a actuar en la ciudad de Santa Fe después de 18 años y conversó con Pausa. Por Marcelo Przylucki

Por Federico Coutaz La presente entrega está dedicada exclusivamente a la experiencia de viajar en el 19, línea que por mucho tiempo recorrió solitaria y penosamente la costa hasta Arroyo Leyes, cuando en la zona no había muchos servicios, ni muchos teléfonos, ni muchos autos. A continuación, se transcriben fragmentos del valiente testimonio del ingeniero G.P., involuntario experto en esos pesares, quien prefirió reservar su identidad. Ganar paradas

La línea 19 era la única que recorría toda la costa, pasaba cada 30 minutos con suerte, porque eran comunes las roturas o problemas, y no es que mandaban otra unidad para reemplazar ese horario, había que esperar el otro y cuando llegaba era súbase quien pueda. Cuando empecé a ir al industrial entraba 7:10, para llegar a horario me levantaba 5:30. A las 5:45 ya estaba en la garita de “parada la beba”, si todo iba bien 6:30-6:40 estaba en la escuela, era el primero en llegar y me acostaba a dormir un rato en los bancos hasta la hora. Pero si lo perdía, el próximo no paraba porque a esa altura de la ruta 1 ya venía lleno. Entonces la única chance era caminar para el lado de rincón por el costado de la ruta y así ir ganando paradas, dejando atrás a las personas que no se aventuraban al peregrinaje: La iglesia, El lele, la escuelita Roca. Mi récord fue llegar caminando hasta el Club Viales. Lo mismo pasaba de regreso, por ejemplo, cuando salía de la Esc. Amenábar iba a tomarlo al kiosco la estrella, era la última parada antes de salir de la ciudad, siempre llegaba repleto. -Ahora que lo pienso, no recuerdo haber ido sentado nunca- La Véneto de Boulevard aliviaba el peregrinaje de vuelta, con el bebedero de agua fría que tenía, el agua más rica de

la ciudad estaba ahí. Una vez caminé hasta la plaza España. La puerta de atrás

Al principio me daba miedo viajar colgado, pensaba en lo peligroso de ir así todo el viaje por la ruta, pero aprendí que transcurrido un tramo (más o menos hasta la fuente de la cordialidad) la gente se apiadaba y se acomodaba para hacernos lugar, al menos hasta que el chofer pudiera cerrar la puerta. Otra sabiduría adquirida cuando venía que rebalsaba era hacerle seña para que, en un acto de benevolencia, abriera la puerta trasera y nos dejara subir. Esta modalidad, además, eximía el pago de boleto. Una vez me mandé confiado y el chofer de turno se ve que no tenía un buen día porque me cerró la puerta a medio pasar, dejándome apretado con un brazo y la mochila afuera. Me llevó así unas cuadras hasta que no aguantó más los gritos de la gente desesperada viendo cómo estaban por matar un chico. Recuerdo verle la cara de felicidad por el espejito parabólico. También la vergüenza que tuve todo el viaje La virgen de los vientos

Una tarde noche mientras íbamos por la 168 para el lado de rincón, nos agarró una tormenta de mucha lluvia y fuerte viento sur que hacia inclinar el colectivo. Era increíble cómo se movía. El agua entraba por todos lados, ventanas, puertas y por unos respiraderos del techo. El chofer paró en la Bajada Distéfano y puso la cola del cole contra viento (creo que tenía miedo de que se tumbara). Así nos quedamos un buen rato hasta que el viento paró un poco. Mientras el 19 se tambaleaba, una señora rezaba sin parar. A veces pienso que quizás nos ayudó.

Escribir sobre un personaje como Javier Martínez implica varios desafíos: ¿cómo ajustar en algunos párrafos todo lo que alguien como él representa? ¿Es necesario todavía repasar su infancia, sus influencias, su obra? El primer compositor de blues en castellano, líder de una de las bandas fundacionales del rock argentino, le contesta a Pausa esta duda que nos planteamos y lo hace con determinación: “La nostalgia es destructiva”. Ya pasaron 51 años desde su debut discográfico con Manal (también conocido como “La bomba”), un álbum iniciático para una grandísima porción de música hispanoparlante. En ese momento, Martínez tenía apenas 24 años. Desde aquella época hasta esta, su figura no paró de agigantarse, de ser homenajeada y aplaudida a lo largo y ancho del país, pero este veterano cantante y baterista reniega de poner el acento en lo que ya pasó: “No quiero faltarle el respeto al pasado, es nuestra historia, hay que conocerla, pero digo que no podemos estancarnos en la nostalgia. El tango, por ejemplo, hablaba de las orquestas antiguas, se volvía a Gardel y Edmundo Rivero pero echaban a Piazzola a Francia. Hay que hablar del presente, por supuesto que tengo trayectoria y podríamos charlar de lo que se te ocurra, pero si nos quedamos en eso parezco más un historiador que un tipo que está laburando actualmente”. Y no lo dice sin sustento: en los últimos dos años sacó dos discos (Concierto en el Estudio en 2020 y Darse cuenta en 2021) y está sosteniendo una gira por todo el país. Emocionado como un chico que sale a su primera aventura se siente por volver de gira por las ciudades: “Me da mucha alegría preparar la valija y salir a la ruta, me encanta viajar y más sabiendo que voy a conocer nuevos públicos. Pero ojo, no todos los días salen giras por todo el país, no hay más conexiones como las que hubo antes. Nos cuesta salir de Buenos Aires y a los artistas de otros lados les cuesta ingresar acá, nosotros podemos laburar todo el año solamente acá en la Capital pero para salir hay que meter presión, y yo quiero salir a todos lados”, cuenta Martínez. A pesar de tener su peso específico como una figura reconocida sigue en el camino de la autogestión, como cualquier artista emergente: “Yo tengo mi equipo armado así, ya bajé hasta Bariloche girando con la ayuda de contactos y gente amiga, todavía quiero seguir recorriendo más la Patagonia y también para el

La pandemia no implicó un parate artístico para el músico: en 2020 y 2021 sacó dos discos.

norte, Formosa, Misiones, ¡es gigante el país!”. En ese sentido, empata el trabajo del artista a los demás oficios: “El pueblo francés tiene un dicho que siempre me gustó, que dice ‘hace falta de todo para hacer un mundo’, los músicos y los plomeros, que cuando vienen y te arreglan la canilla, para mí son también artistas”. El músico vivió unos 12 años en Europa (España y, sobre todo, Francia), poco después de la separación de Manal, en 1971. “Manal es el nombre de un repertorio, más que de una banda que fue un suspiro”, repite él mismo. Desde su perspectiva, el músico “debe ser un enamorado de lo que hace, como Van Gogh, que nunca vendió un cuadro, pintó por amor al arte”. Casi en la misma medida

Javier Martínez: "Las únicas estrellas están en el cielo. Para subir a un escenario tenés que trabajar mucho, no sentirte superior a los demás". pone la preparación previa como una garantía para una performance espectacular: “Yo entreno todos los días subido al instrumento, también salgo a caminar y tengo mi bicicleta fija, pero me mantengo en forma más que nada tocando música, estudiando técnica, repasando canciones y componiendo cosas nuevas”. Agrega: “Yo quiero desmitificar la profesión artística, porque fueron dotada de esa mística inventada por las revistas, la tele... la radio y todo eso que empezaron a hacer en Hollywood en los años ‘30 y que son

estrellas… no, las únicas estrellas están en el cielo. Para subir a un escenario tenés que trabajar mucho, no sentirte superior a los demás”. No es casual su referencia hacia el mundo del cine: de chico soñaba con ser actor y hasta cumplió ese deseo en Tiro de gracia (película de 1969, dirigida por Ricardo Becher). Para él es “obvio que siempre voy a tener tiempo para ver una película” y se declara un apasionado del cine argentino, habitué del canal CineAr y también de Volver, admirador de Fellini y Pasolini y la nouvelle vague. En su mesita de luz, le cuenta a Pausa, siempre tiene pilas de libros: “Me encanta leer filosofía, historia argentina, sociología; y tener mi cuaderno cerca para hacer anotaciones. Soy un gran cliente de todas las librerías de la Avenida Corrientes y cuando viajo siempre me gusta curiosear en las librerías”. Alguna vez Pipo Lernoud contó que de joven Javier Martínez daba cuenta de sus lecturas a través de las letras, sí, pero que hasta sus outfits de ropa negra daban un aspecto de “existencialista francés”. El barrio como teatro de las mejores escenas de nuestra vida, dejar la vida morir al entregarse al ritmo de la ciudad, la música urbana de su tiempo. Spinetta, de la misma generación, hacía la salvedad de que “en Almendra hay campo y en Manal hay cemento”. En su momento, entre estas dos bandas se quiso montar una rivalidad inexistente, maniobra que sí funcionó con Los Redondos y Soda. Por lo que cuentan, el “lo importante es adónde vas” (No, pibe) y el spinetteano “mañana es mejor” (Cantata de puentes amarillos) era más que una coincidencia poética: “Con el Flaco pensábamos igual en ese sentido, defendimos la existencia y, más que nada, el presente y el futuro”.


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Colectiva Rodante estrenó “Espejo de agua”, una obra de teatro de sombras contemporáneo, que indaga en el pasado y el presente de la Laguna Setúbal. Un hecho artístico para pensar nuestra propia historia. Gabriela Carvalho

Por Agustina Lescano Quiloazas, Lencinas, Grande, Grande de los Saladillos, Guadalupe y Setúbal, en sus nombres pasados se cifra la historia de nuestra laguna. Con el primero de los nombres comienza el itinerario de Espejo de agua, obra de teatro de sombras recién estrenada por Colectiva Rodante. En un ir y venir, indaga en el pasado de Santa Fe, desde las bases de nuestra identidad, con sus fragmentos y ocultamientos, hasta los desafíos del presente. La dirección, el guión y la puesta en escena pertenecen a la Colectiva: Paula Yódice, Sofía Esper y Laura Martínez. Las tres artistas se vinculan de distintas maneras con la danza, la animación, las figuras recortadas y la narración oral escénica; y dan vida a distintos proyectos en paralelo a su trabajo y formación como docentes de áreas artísticas. El debut de la obra fue el viernes 1° de octubre en la Sala Maggi del Foro Cultural de la UNL. El Espejo de agua tiene en frente un retroproyector. Ahí Laura dibuja con tintes y polvos naturales, figuras de papel, recortes de colores y exquisitos mapas traslúcidos, rescatados a mano del olvido. El telón de fondo, un lienzo blanco en medio del escenario a oscuras, se usa en dos direcciones. Cuando el retro se apaga, una linterna desde el otro lado ilumina las siluetas de flores y ramas que brotan del cuerpo en danza de Sofía, o de siluetas estáticas, que dicen mucho aunque no se puedan mover. En el medio, junto a una banqueta de libros, se para Paula para narrar las partes de esta historia, que empieza con unos pies posados en la orilla, brevemente, hasta que se los lleva el agua. Del pueblo quiloaza no se sabe mucho más que el nombre. Fue un pueblo canoero, que organizaba su vida en torno a la laguna. Pertenecían a la tribu étnica de los timbúes, eran cercanos a los corondás y dejaron de ser mencionados por la historia eurocéntrica a finales del siglo XVII. Se alimentaban sólo de carne y pescado, cuenta Paula en su narración, mientras Laura tira redes en la imagen que completa el relato. Colectiva Rodante toma la sustentabilidad como lema, así que ni las redes ni ningún elemento del montaje llegarán en forma de deshecho a la laguna. Entre otras búsquedas previas al estreno, las artistas caminaron las calles de sus barrios en busca de ramitas caídas, hojas secas y ramilletes que duren frescos para llevar a escena.

La próxima

La segunda función de“Espejo de agua”será el jueves 25 de noviembre a las 20, nuevamente en la Sala Maggi del Foro Cultural de la UNL (9 de julio 2154). La capacidad de la sala estará sujeta al aforo permitido. Para comprar entradas y encontrar más detalles sobre el trabajo de Colectiva Rodante, se puede seguir al grupo en su cuenta de Instagram, @ colectiva_rodante.

La puesta en escena combina sombras, danza y poesía en un cruce que narra la geografía de nuestras tierras a la luz de sus antepasados.

¿Cuándo fue la última vez que estrenó en la ciudad una obra de teatro de sombras? El grupo la toma como disciplina contemporánea y pone en juego la danza, la fotografía, las marionetas y la narración oral. “Concebimos el teatro de sombras contemporáneo como una forma artística interdisciplinar y metafórica, un modo de rescatar historias que han quedado ocultas y ponerlas a la luz, origen mismo de esta manifestación artística”, explican las realizadoras.

El arte de contar historias, nacido del boca a boca, se expande en toda su potencia escénica gracias a la poesía de la luz que atraviesa la puesta. En una historia como la de Santa Fe, enclavada en el comercio el tráfico colonial y las guerras del siglo XIX, hecha de sombras, el “espejo de agua” juega con la luz y ensaya relatos en distintas direcciones. Las artistas encontraron un lenguaje propio, poético y experimental que cruza las tecnologías del pre cine con la costumbre cotidiana y ancestral de compartir historias para recrear, por unos minutos aunque sea, parte de nuestro patrimonio simbólico. Así, algo del caudal de historias perdido con la coloniza-

ción, la inmigración y la invisibilización de las identidades no europeas, llega a la escena. Lo primero que se escucha es una voz que invita a un pequeño juego, para dar inicio a la obra de manera participativa. Después, la voz de Joselina Martínez, cuentacuentos, narradora oral y formadora de narradores santafesina, acerca los primeros fragmentos de la obra, con su tono que abre oídos e invita a querer escuchar más. La narración oral, el arte de contar historias nacido del boca a boca y de las noches en torno al fogón, se expande en toda su potencia escénica gracias a la poesía de la luz que atraviesa la puesta. Las imágenes, delicadas y precisas en su confección artesana, cobran vida y ritmo cuando se dibujan con agua y polvos desde el retro, y con el movimiento de Sofía del otro lado de la tela. La narradora en escena, Paula, aparece al lado de una banqueta de libros de los que toma retazos de relatos y leyendas, registros escritos que quedaron de aquel patrimonio perdido, de esa región incompleta de nuestro imaginario santafesino: “nunca sabremos qué historias se contaban remando, ni qué pensó el último quiloaza al mirar la laguna”, confiesa. Algunas de las narraciones orales de la obra se inspiran en el libro de Lina Beck – Bernard, “El río Paraná. Cinco años en la República Argentina” (Eduner). Beck Bernard fue una escritora francesa que vivió en Santa Fe entre 1857 y

1862. Vino junto a su marido, Carlos Beck -de la Sociedad Colonizadora Suiza Beck y Herzog- que llegó para fundar la colonia San Carlos. En su Diario de viaje, iniciado durante el trayecto de Inglaterra a Río de Janeiro, Lina registró “magníficos colibríes de un verde esmeralda con matices dorados, otros negros y rubíes”, los caballos salvajes, el aguará guazú, el peligro de los yacarés y las víboras de la cruz, las costumbres santafesinas de la época y las historias que llegaban desde las colonias y la costa. Aunque su pluma y sus memorias eran europeas, el libro de Lina permite orillarse a la forma de entender la Santa Fe de aquellos tiempos. En el “espejo de agua” brillan, gracias a ella, algunas de las leyendas nacidas en los primeros años del culto a la Virgen de Guadalupe, en lo que en aquel momento era un paraje de quintas. Aparecen un toro blanco y dorado y una sirena, nacida seguramente de la mezcla de culturas y mitologías, y del parecido del mar que tenía la laguna cuando no se podían ver sus bordes desde una orilla a la otra y su superficie era de 384 km cuadrados. Como pasa con todos los relatos populares, esas leyendas del siglo XIX están hermanadas con las historias que cuentan hoy los pescadores. Siempre en el agua hay que tener cuidado cuando se siente una presencia, ya sea en forma de bolas de fuego, como dice Lina, o silbidos inexplicables. La propia historia de Lina está tan rodeada de rumores como de lagunas el relato oficial.

No está claro por qué ella no se fue a San Carlos con Beck; ni por qué apareció, al borde de nuestra laguna, una ermita a la mexicana Virgen de Guadalupe. “No se sabe si la leyenda fue hecha para la capilla, o la capilla fue hecha para la leyenda”, finaliza una de las narraciones de Paula, retomando el espíritu de las narraciones de Lina. La investigación previa al montaje indagó también en las crónicas de Ulrico Schmidl, un alemán que vino al Río de la Plata en 1535 para participar de la expedición comandada por don Pedro de Mendoza, y formó parte del viaje al Paraguay. Además, la obra se nutrió de las investigaciones del geólogo Carlos Ramonell (FICH UNL) y del periodista Nicolás Loyarte; y de los aportes del profesor de Historia Aldo Green. De todas esas fuentes y conversaciones, la obra toma elementos para su composición, por ejemplo para la música, que empezó con sonidos rítmicos, de posibles rituales originarios, y continuó con la búsqueda de un fluir más electrónico, concluyendo en el trabajo original de Esteban Coutaz. La ficha técnica se completa con Julia Torres en la operación de sonido, Sofía Gerboni en la asesoría de vestuario y Aldana Mestre en el registro. En Espejo de agua, Laura, Paula y Sofía prueban, con sus linternas y sus formas de decir, caminos para conectar el pasado y el presente de la laguna, en un mapeo experimental de la memoria santafesina de los quiloazas y su tiempo. De ese mapeo la obra hace nacer cartografías nuevas, personales y efímeras, que hacen que el público salga de la sala con más de una pregunta sobre el futuro de la ciudad y relación con la naturaleza, sobre nuestra educación y las historias que nos cuentan.


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PAUSA | COCOLICHE

What’s up? Por Adrián Brecha

13.15 hs Los mensajes de whatsapp no son enviados. La mayoría piensa que en realidad es el servicio de internet. Resetean el módem. Los mensajes siguen allí. Miles de memes buscando destino. Audios banales que no encuentran destinatarios. De Wifi a datos. Nada cambia. Emoticones jugando al tentempié en la punta de un precipicio. Ya me estoy por ir dice el mensaje pero no se mueve. Nos mintieron en el plan telefónico y las redes no son gratis. Las juventudes no pueden creer lo que sucede, pero las historias de Instagram no se cargan. Los mayores no encuentran a nadie en Facebook. Antes tampoco había mucha gente. Todos los odios se concentran en Twitter. El oasis de los haters. Todo queda inmóvil. 13.30 hs Los programas de radio no reciben retroalimentación de su audiencia. Se anuncia lo esperado. Se cayeron WhatsApp, Facebook e Instagram. Muchas personas se enteran que es una misma empresa. Otras se dan cuenta de que es una empresa. Los programas de televisión abandonan los Hashtag. Migración al socialismo de redes. Telegram recibe más usuarios que socios con hinchada presencial. Cambió el mundo: gracias Rusia por la vacuna, Telegram y el vodka. Un grupo de ancianos siente nostalgia por ICQ y Messenger. Algunos deciden enviar SMS. Otros recurren a las llamadas telefónicas. La gente no encuentra cómo acelerar el audio de una llamada. Todo es Caos. ¿Adónde va el mensaje? ¿Por qué se cayó la red social? ¿Qué es Skype? 14.45 hs “Instagram y sus amigos están pasando por un momento un poco difícil en este momento, y es posible que tengan problemas para usarlos. ¡Ten paciencia, estamos en eso!" Conmoción en el mundo. Qué estará haciendo Kylian Mbappé. Gota a gota se van cayendo mensajes. No conviene esperar cada cosa a su tiempo. Viendo el celular nos vamos muriendo. 15 hs Aparecen las teorías conspirativas. Seguro fueron los chinos. Algunos medios especializados señalan que podría tratarse de un problema en los DNS, que impedirían la conexión entre las plataformas afectadas. La gente habla de DNS sin haber terminado la especialización en epidemiología. Todo sigue igual. ¿Si no miro el celular qué miro? El filósofo Slavoj Zizek ya piensa en un libro. 16 a 18 hs No pasa nada. Todo sigue igual. ¿Seguirán los influencers? De esto saldremos mejores. No estaría mal tener un feriado de redes. 19 hs Listo. Podemos enviar y recibir“Memes” . ¡Al fin!

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La familia López encerrada Capítulo 13: La yeta


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