CABALLERO DON QUIJOTE

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CABALLERO DON QUIJOTE

SEGUNDA EDICION CORREGIDA

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)

..., entró a deshora un amigo mío, gracioso y bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa; y no encubriéndosela yo, le dije en el prólogo que debía hacer a la historia de Don Quijote, y que me tenía de suerte, que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las hazañas de tan noble caballero Miguel de Cervantes

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SOY DON QUIJOTE Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador .....( parte 1, capítulo I )

Sabed quién soy: Don Alonso Quijano, llamado Don Quijote de la Mancha, de nariz aguileña, con frente ancha, de noble altura, fino y entrecano.

Hidalgo caballero soy, arcano, misterioso, arrogante, sin más mancha que la tupida barba que se ensancha y el bigote que sale del secano.

De delfín tengo aspecto. Así adolezco de cuerpo seco, espíritu caliente, mejor de inteligencia, y más valiente.

Soy lanzado ante el mal y ante él me crezco. No creáis que me invade la locura, en mí están la razón y la cordura.

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MIS CABALLEROS ANDANTES Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros,....; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad .... aquellas invenciones que leía, (1,I)

Devotos caballeros galopantes: Amadís, Febo, Orlando el más furioso (en la batalla noble y victorioso, para su amada el fiel de los amantes).

Morgantes, Galaor y los gigantes, Belianís, Montalbán el poderoso, Bernardo , aunque es galán fuerte y hermoso, no duda en perseguir los maleantes.

Doy merced, en verdades, por este hecho, desde Persia, Inglaterra o la Bretaña, con la gracia que dona mi hidalguía.

Presto así correré, trecho con trecho, las rutas polvorientas de mi España sin más requiebro que la vida mía.

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MI ROCINANTE Le vino a llamar Rocinante, ./....../., que era antes y primero de todos los rocines del mundo (1,I)

Viejo rocín, menguante corredor, parca talla en tan alta y dura empresa. Si firme, con mi mano, tengo presa las riendas, no me tengas más rencor.

Si mis ojos te miran con primor. Si eres breve gacela en la dehesa, centauro alado que en el cielo aviesa la señal de mi dedo acusador.

No receles de mí, fiel Rocinante, que cambie por Bucéfalo o Babieca la figura sin par de tu talante.

Del salto victorioso soy tu dueño si hoyas con tus pezuñas tierra seca forjando tu destino en este sueño.

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MI DULCINEA “¡Oh princesa Dulcinea, señora de este cautivo corazón!” ( 1,II)

I Mi emperatriz, mi amada, mi más bella señora, mi alta dama, alma gozosa que en mí reposa tu mirada hermosa, y con todos mis sueños eres doncella.

Brillas al alba como blanca estrella cautiva. Y, como reina poderosa, al final de la noche estás airosa marcando mi destino con tu huella.

Para ti seré, hidalgo caballero, valedor con justicia y la equidad, el vigor del andante y fiel guerrero.

Por ti daré la enseña de mi gloria, los frutos esperados de victoria, la hazaña de mi firme voluntad.

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II

Si Aldonza fuiste, mi Dulcinea eres, mujer de la que estoy enamorado, y por su amor me tengo encadenado al triste caballero sin poderes.

Mi ama, mi dueña, aquí estamos dos seres que miran al futuro, no al pasado, con lágrimas cansadas, de obstinado desdén para el deseo que más quieres.

La fuerza del presidio me renuevas si con mi amor el alma te provoca y con tu nombre mi delirio llevas.

Amor en la locura cuando evoca el nudo y desenlace de mi vida en dúctil goce nunca sorprendida.

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ESTAMPAS MANCHEGAS ...y comenz贸 a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel (1, II)

Estos surcos que trazas en el llano renacen de la tierra como heridas, remueven las entra帽as sumergidas y dan valor profundo a su secano

Busco al hombre con alma de artesano, el que moldea a las sierras vencidas, el que despierta leyendas dormidas si juega con el tiempo mano a mano.

Sus vidas me interesan, su fe vieja abre en su coraz贸n la cerradura de la manera en茅rgica y sencilla.

En este espacio nada se asemeja al largo recorrido en la angostura si brota en la besana la semilla.

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HIJOS DE LA TIERRA ...acertó a pasar por allí un labrador de su mismo lugar y vecino suyo, que venía de llevar una carga de trigo al molino.(1, V)

Os he visto romper con la desgana, arrancar con la esteva las costuras de la tierra, raer sus envolturas con el viento en la tarde más temprana,

tensar fibras del alba en la mañana, absorber de la vid frutas maduras, y oteando en la noche vastas llanuras mecer la brisa de la mar lejana.

La memoria del tiempo está prendida de aromas de tomillo y hierbabuena donde el agua a la roca no obedece.

¿Qué mano reparó con tal medida por ese amor confeso, paz serena, mientras la savia sin medida crece?

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LA

LLEGADA AL CASTILLO Fuese llegado a la venta que a él le parecía un castillo. (1,II)

La tarde se descalza tras la almena. El tiempo se detiene en los sembrados, en altas torres de ojos asombrados, en blancos capiteles de luz plena.

Un puente levadizo sin cadena, atalaya, estandartes verdeados, los anhelos no están desorientados si con ellos evito mi condena.

Aquí esperan Tolosa y Molinera, todas las damas regias del castillo, y el Alcaide y Señor, el Castellano.

No hay andanza, ventura venidera, en que recuerde del clarín su brillo cuando suena en los labios del enano.

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DON QUIJOTE VELA SUS ARMAS ...se dio luego orden como velase las armas en un corral grande que al lado de la venta estaba. (1,III)

Si la llama est谩 viva, me conmueve. En el patio la luna abre la noche. Velo mis armas sin buscar derroche en la sombra que holgada se remueve.

No tengo a nadie. Soledad me mueve a aceptar el destino sin reproche, poner punto y final con este broche donde aplicar justicia, honor me lleve.

Velo la lanza, el yelmo, las hombreras, guardabrazo, coderas, el faldar, el guantelete, greba, rodilleras,

peto, escudo, mi espada, las viseras, y sereno me acojo sin restar la oscura condici贸n de mi quimera.

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DON QUIJOTE ARMADO CABALLERO - Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero y le de venturas en lindes (1,III)

Venid a mí, mi Señor Castellano. Estoy presto a escuchar noble mensaje, y rendir pleitesía al homenaje de vos que sois mentor y soberano.

Yo, tengo en la razón el pueblo llano, y no he de dar, prestar más vasallaje, que el amor escondido en mi bagaje y el valor en la palma de mi mano.

Fustigando la espada con mi hombrera, envainando su acero en mi cintura, calzando las espuelas, en el trecho

ya soy un caballero hasta que muera. Y se alza por encima mi estatura. Y se abre el corazón hasta mi pecho.

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LA AVENTURA DE ANDRES Y JUAN HALDUDO -....éste mi amo no es caballero...,que es Juan Haldudo, el rico, el vecino de Quintanar. (1,IV)

Roto el alba en la cresta del camino, con el semblante alegre y satisfecho, salí a enderezar tuertos, al acecho de maldades en pos de mi destino.

Juan Haldudo, de Quintanar vecino, del poder abusaba con despecho al malparado Andrés, y por este hecho reparar la injusticia fue mi sino.

Malvado amo, soltad al desvalido, no hay deudas con que puedan compararse al dolor que consumen los castigos.

No azotéis con la saña al impedido, los dineros que puedan congregarse en el rico o en el pobre son amigos.

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LA AVENTURA DE LOS MERCADERES Paráronse los mercaderes al son destas razones y a ver la extraña figura del que las decía. (1,IV

- Vosotros, toledanos, bien decid sin reparo y pudor que la hermosura es de mi Dulcinea. La dulzura transpira por su boca. Pues sentid

el fulgor de sus ojos y el ardid con que toma en mis labios la mesura. - Caballero, creemos con cordura, no juramos la fe ciega en la lid.

- Villanos, vive Dios, que con mi lanza os he de atravesar vuestra insolencia, pues mi señora emperatriz, mi dama,

es mujer que acapara mi esperanza con el puro sentir de la inocencia. Soy feliz, lo proclamo, ella sí me ama.

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LA SOLEDAD DE DON QUIJOTE Y llegándose a él, tomó la lanza, y, después e haberla hecho pedazos, con uno de ellos comenzó a dar a nuestro Don Quijote. (1,IV)

¿Cuál es mi culpa en cruel, vil escarmiento? Rocinante tendido con maltrecho, mi cuerpo magullado en el repecho rinde con llanto el polvo del tormento.

Odio al mozo en aquel arduo momento que el escarnio lanzó contra mi pecho con ira, burla, chanza, con despecho, pues sufrí mi dolor sin más lamento.

Mi soledad se excusa en desatino, en mi ángel de la guarda desganado si no tengo quien cure de mi herida.

De lágrimas copiosas, cruel destino para este lance en mi mirar turbado y esta alma que camina enloquecida.

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SOCORROS Y ALICINACIONES ....y trájole su locura a la memoria de aquel de Valdovinos y del Marqués de Mantua. (1,V)

- ¿Dónde está vuestra suerte, Don Quijana, que os veo tristemente aquí tendido? - Antes, míseros hombres me han vencido, Valdovinos me creo con desgana.

Y vos, Marqués de Mantua, que se ufana en la hora del auxilio al desvalido, - Soy el labriego Pedro, os he servido los trigales y el agua en la fontana.

Con las armas, la lanza desgarrada recargaré con vos mi mula vieja, no está vuestro rocín para este peso,

y os llevaré a la aldea en la jornada. - Abindarráez soy, moro con queja; Don Rodrigo Narváez, antes preso

todavía lo soy, siervo de amores. Mi suerte en este mundo ya está echada. - Mire señor, no soy quien vos decís,

yo tampoco, aunque diez maravedís deis no es tiempo para estos, los clamores, ni por tener la mente arrinconada.

- Sabed, que sé quién soy, no estoy tan loco, pues puedo ser los pares de la Francia, los nueve de la fama, y sus hazañas

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ornado de placer si las evoco. - Id, descansad señor en vuestra estancia, pues nadie creerá vuestras patrañas.

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LA QUEMA DE LOS LIBROS - Estos no deben de ser de caballería, sino de poesía. - Estos no deben de ser quemados,... que son libros de entendimientos sin perjuicio de tercero.(1,VI)

No creáis que en el fondo de este trance callado estoy al crepitar la pira. La hoguera se consume, el fuego aspira los caballeros pierdo en este lance.

El Tirante salvad de este percance, Amadís, Palmerín, de insaciable ira, Galatea pastora que suspira por amores cautivos a su alcance.

Rescatad la poesía del estante: Austríada, Araucana, el Monserrate, la lágrima de Angélica la Bella;

juntad al fin los versos con talante, llenad el corazón de este petate, veréis como en el alma dejan huella.

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DON QUIJOTE A SANCHO PANZA … tanto le dijo,... que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero(1,VII)

Bien sabéis que he de daros mi confianza, que debéis socorrerme con finura, que seréis mi escudero en tal ventura, que nunca más tendréis escarnio o chanza.

Con buen oficio os doy toda esperanza de ser noble y reinar a gran altura vuestra ínsula. Os daré la tesitura para ser valedor de tal usanza.

Nada sabéis, buen Sancho, de la vida tras los muros y campos tan tronchados que el cielo concedió margen estrecho.

Daré a vuestra sesera, amanecida luz, sapiencia, valor aposentados en la vasta razón de mi derecho.

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SANCHO PANZA A DON QUIJOTE

- Mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido; que yo lo sabré gobernar, por grande que sea . (1,VII)

Sabéis, señor, que soy de andares llano, campesino y labriego por más señas, capaz sólo en empresas muy pequeñas y prometéis el mundo en cada mano,

gobierno de un ducado castellano, una ínsula,..y más cosas. No hay reseñas que escriban mis virtudes, sin enseñas que se coronen en mi moño cano.

Si tengo poca sal en mi mollera no debiera tomarme de escudero, mas bien criado, con apellido Panza.

Y si a lomo de mi asno no me alcanza las hazañas que vos tanto venera daré fin a mis ansias de viajero.

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DON QUIJOTE Y LOS GIGANTES ...pues ves allí, amigo Sancho Panza ,donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quién pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas (1,VIII).

Mi buen Sancho, mi amigo, haré la guerra a los gigantes dándoles batalla. Ahora, en esta lid, tendré la talla con mi espada, mi lanza que no yerra,

mi escudo, mi rocín que desentierra la roca que con su trotar estalla; pues con tales criaturas, si los haya, no son ni de este mundo o de esta tierra.

¿Cómo se mueven brazos tan viriles? “Os quitaré la vida y los despojos, contemplaré el final de la agonía.

No huyáis, bestias cobardes, genios viles. He de cegar uno o uno vuestros ojos. Un solo caballero os desafía”.

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SANCHO PANZA Y LOS MOLINOS Mire vuestra merced –respondió Sancho – que aquellos que allí parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspa, que, volteadas al viento, hacen andar las piedras del molino. (1,VIII)

Mire, vuestra merced, que son molinos, no gigantes; las aspas no son brazos, se agitan por el viento con abrazos que nunca dan los monstruos asesinos.

Paraos, no juzguéis con desatinos el valor que tenéis, si hayáis los trazos de gestas de victoria con los lazos de laurel sustentando otros caminos.

¿Por qué queréis que vaya a vuestro lado como el fiel escudero o buen sirviente si en ésta, mi primera desventura,

os he de recoger roto, humillado, maltrecho, desarmado, faz hiriente, espectro de la vil caricatura?

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LA AVENTURA CON EL VIZCAÍNO Puestas y levantadas en alto las cortadoras espadas de los dos enojados y valerosos combatientes, no parecía sino que estaban amenazando al cielo, la tierra y el abismo; (1, IX)

Con la espada desnuda y traicionera; con su rodela va el uno abrazada, el otro por escudo la almohada, ataca, embiste daga volandera.

No hay razón que el asunto sí interfiera con ardor de pasión desmantelada, el abismo y la tierra amenazada, el final que una vida destruyera.

En el duelo, la sangre consentida, excusa del lugar el fin glorioso. “Vizcaíno, os daré a vos la tarea

antes de atravesar el alma herida: prometedme que iréis hasta el Toboso y rendiréis mi fama a Dulcinea”.

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LA FRUGAL CENA DE SANCHO Y DON QUIJOTE - Aquí trayo una cebolla, y un poco de queso, y no sé cuantos mendrugos de pan –dijo Sancho-; pero no son manjares que pertenecen a tan alto caballero como vuestra merced. (1, X)

Con mendrugos de pan, cebolla y queso hemos de hacer la cuenta de esta cena. Recuerdo con euforia la alacena de mi casa, manjares en exceso:

los jamones, chorizos, sebo, seso de cerdo,.. de comida siempre llena. Si en este trance el alma se serena quizás no mengüe el cuerpo de mi peso.

Y aunque digáis que, a veces, con el hambre, en el correr de la aventura es cosa de caballero andante, bien dispuesto

proveeré de frutos secos, fiambre, capones y demás salsa olorosa, sólo con la palabra y vuestro gesto.

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EL DISCURSO DE DON QUIJOTE A LOS CABREROS Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados,..... porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos cosas de tuyo y mío. (1,XI)

Aquella edad antigua fue dichosa pues no existía en ella “el tuyo y mío”, y la razón, sin burla o desafío, buscaba sin temor paz venturosa.

Al momento sació miel amorosa, néctar de flor, la clara agua del río, bien y justicia aleja el mal impío, y el alma siempre estaba generosa.

No existía malicia, ley o engaño, a quién juzgar ni quien fuese juzgado, solas iban las damas si quisieran.

Con este siglo, en este presente año, no hay mentores, un nombre censurado, para estos tiempos que no son lo que eran.

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CRISÓSTOMO Y EL MORIR DE AMORES Pues sabed que murió esta mañana aquel famoso pastor estudiante llamado Crisóstomo, y se murmura que ha muerte de amores de aquella endiablada moza de Marcela,.. (1,XII)

Muerto estoy al estar enamorado: Marcela la pastora. Con la muerte doy mi alma por rendida, con tal suerte que mi amor eternizo desdeñado.

Rogué como una fiera. Desdichado te serví en soledad para quererte, para clavarte en mi alma, para verte con tu encanto y tu porte coronado.

Si alcanzo como premio los despojos, la ingrata recompensa del destino en mitad del trayecto de la vida,

quizás merezca el brillo de tus ojos que señalan los velos de mi sino y alcanzan a la tierra prometida.

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LA HERMOSURA DE LA PASTORA MARCELA Cuanto más, que habéis de considerar que yo no escogí la hermosura que tengo: que, tal cual es, el Cielo me la dio de gracia, sin yo pedirla ni escogerla. (1,XIV)

No me culpéis por mi buenaventura si en el cielo y la noble naturaleza hicieron un modelo de belleza, y la verdad que ensalza mi figura

prendió la llama de la gracia pura. Yo quiero que el amor sea franqueza, honesto, en libertad, sin aspereza, con firme voluntad, sin la premura

de elección sobre necios juramentos. La honra o virtud me ornan y hermosea no la piel de perfectas dimensiones.

Soy libre para optar mis sentimientos, de desdeñar a quien me merodea, y hasta en romper perversos corazones.

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LA RAZON DE SER DE LOS CABALLEROS ANDANTES AsĂ­, que somos ministros de Dios en la Tierra, y sus brazos por quienes se ejecuta en ella su justicia.(1,XIII)

Amparar viudas; defender doncellas, huĂŠrfanos y convictos contenciosos; dar justicia con brazos generosos; ser valedor de adeudos y querellas; dejar por los senderos amplias huellas con fines arduos, graves y onerosos; andar firme con pasos silenciosos persiguiendo la luna y las estrellas. Pues Caballeros somos, -nuestro oficio-, de Dios ejecutores en la tierra, y ante el hombre caudal de la memoria. Sin duda, en este buen, vital servicio, con hambre, desventura, y con la guerra escribirĂĄn con sangre nuestra historia.

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EL ENCUENTRO CON LOS YANGÜENSES Los yangüenses, que se vieron maltratar de aquellos dos hombres solos, siendo ellos tantos, acudieron a sus estacas, y, cogiendo a los dos en medio, comenzaron a menudear sobre ellos con grande ahinco y vehemencia. (1,XV)

Nunca creí que tú, mi rocinante, me pondría maldad en este aprieto. Los yangüenses faltaron al respeto tú que quisiste ser galán y amante.

De nada sirvió el ser justicia andante, pasar por los caminos en cuarteto, si en estacas quisieron dar el reto moliéndonos a palos al instante.

En reniegos, sesenta mal suspiros, rodando mansamente la distancia, en reata, cabeza de jumento,

treinta ayes, maldición..., y más suspiros. Sin ánimo y valor, con alma rancia, Sigamos, que nos queda el desaliento.

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APREMIOS Y MALENTENDIDOS El bueno del arriero, a quién tenía despiertos sus malos deseos,....., estuvo atentamente escuchando todo lo que Don Quijote decía, y , celoso de que la asturiana le hubiese faltado a la palabra por otro, se fue llegando más al lecho......, hasta ver en qué paraban aquellas razones,... (1, XVI)

En la noche, en la oscura soledad, en tres lechos es todo no entendido. La aldeana, buscando por su nido, a tientas, al arriero iba en verdad;

faltó en el pundonor y honestidad, mas si en el sueño muda su querido quizás no todo esté por perdido si el caballero, en larga ceguedad,

la confunde por dama y por doncella. Con celos se encendieron las disputas. Al Quijote un puñal en la quijada.

A Sancho, sin mediar en la querella, palos, golpes, patrañas disolutas, dan por justicia queja amordazada.

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EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS ... creyó que había acertado con el bálsamo de Fierabrás, y que con aquel remedio podía acometer desde allí adelante, sin temor alguno, cualesquiera ruinas, batallas y pendencias (1.XVII)

Con vino, sal, aceite,… y con romero, al cocerlo, he de hacer este brebaje. Milagro es que me cure en este viaje y no me de optimismo pasajero.

Hay que tener en cuenta lo primero: el bendecir con rezos mi bagaje, y si en oscuro atisbo ya el paisaje dejadme en suerte, vivo y lisonjero.

Este bálsamo que hace Fierabrás cura con su poder feas heridas, y quien lo injiere anula encantamientos.

No hay jarabe que tenga así por más el alivio de males pensamientos y el cuerpo restaurado de mil vidas.

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SANCHO MANTEADO Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que entre la gente que estaba en la venta se hallasen,.......gente alegre, y juguetona, bien intencionada;..... y allí, puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto, y a holgarse con él, como en perro por carnestolendas. (1,XVII)

No soy divertimento. ¡Ya, dejadme! Si con quejas no ahogo mi gemido, alzándome hasta al cielo voy perdido. En manteado, holgado juego dadme

salvedad oportuna. Suplicadme que os perdone. En lamento malherido me tengo quebrantado y remolido. En vértigo y mareo estoy. ¡Paradme!

De fuera oigo denuestos y baldones Acude en mi defensa el caballero y vana es su ayuda contra hombres viles.

Yo, entre el cielo y la tierra, oigo los sones de los gritos, y mil risas serviles, que no entiendo el escarnio traicionero.

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LA AVENTURA DE LOS REBAÑOS Esto diciendo, se entró por medio del escuadrón de las ovejas, y comenzó a lancearlas con tanto coraje y denuedo como si de veras alanceara a sus mortales enemigos. (1, XVIII)

Aquellos son ejércitos formados pon rectos escuadrones, afiladas armas, cuchillos, lanzas cuarteadas, en orden de batalla colocados.

De ilustres caballeros comandados, con bruñidos escudos, coronadas testas, y con espadas desangradas cuartel partido en campos leonados.

Sancho, no me digáis que son balidos de inocentes carneros y de ovejas, miedo os hace no ver tres a derechas.

Lanza en ristre presiento a los vencidos derrumbarse al final, y con endechas cantarán sus lamentos y sus quejas.

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LOS ENCAMISADOS Y EL CUERPO MUERTO .....descubrieron hasta veinte encamisados, todos a caballo, con sus hachas encendidas en las manos, detrás de las cuales venía una litera cubierta de luto,....Figurósele que la litera eran andas donde debía ir algún malherido caballero, cuya venganza a él solo estaba reservada,...(1,XIX)

Con teas encendidas, en cortejo, murmuran con voz baja y compasiva. En la litera, un alma va cautiva, la vida se quedó sin su reflejo. “Paraos caballeros, dad consejo dónde vais con la suerte tan esquiva, pues reservo venganza decisiva al que la muerte tuvo desde lejos.

Si murió de las fiebres pestilentes, sois enlutados, no es de mi incumbencia en daros un castigo o reverencia;

esto lo dejaré a hombres valientes. Marchaos con el luto, encamisados. Noche de vela a los desventurados”.

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EL CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA - Si acaso quieren saber esos señores quién ha sido el valeroso que tales los pudo, diráles vuestra merced que es el famoso Don Quijote de la Mancha, que por otro nombre se llama “el Caballero de la Triste Figura”.(1,XIX)

Acertasteis con este apelativo: “Soy Caballero, Triste es mi Figura”. En mi nombre tendré por escultura, el ángel indulgente y compasivo.

Me tengo por locuaz y combativo con la faz que centró mi cuadratura con el reflejo de la luna oscura mostrando con la luz mi rango esquivo.

Para el mejor remate, determino que así me he llamar en adelante y mi rostro en mi escudo he de pintar.

De hidalgo y caballero es mi destino, he de tener como otros el talante de cumplir la justicia y batallar.

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LA AVENTURA DE LOS BATANES Otros cien pasos serían los que anduvieron, cuando, al doblar de una punta, pareció descubierta y patente la misma causa, sin que pudiese ser otra, de aquel horrísono y para ellos espantable ruido, que tan suspensos y medrosos toda la noche los había tenido. Y eran.....seis mazos de batán, que con sus alternativos golpes aquel estruendo formaban. (1,XX)

Noche oscura, por donde el viento suena como un crujir de hierros; un furioso estruendo de hondo espanto; un temeroso, destronado rumor, crece en la escena.

No hay soledad en esta luna llena que destierre el espectro misterioso a este bosque de cuerpo vaporoso con el agua movida en la condena.

Con temor, ya llegada la mañana, descubrieron la causa del espanto: seis mazos de batán daban el ruido

que, por su vuelo, del miedo se ufana. Sancho expresa la risa tanto en tanto. Don Quijote quedó así enmudecido.

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EL YELMO DE MAMBRINO .... –Dime, ¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene sobre un caballo rucio rodado, que trae en la cabeza un yelmo de oro?....Pues ése es el yelmo de Mambrino. (1,XXI)

- ¿No ves aquél que hacia nosotros viene? Trae sobre su testa un yelmo de oro. No sabe lo que vale su tesoro, el yelmo de Mambrino es lo que tiene.

Ha de ser mío, y en vano me contiene a dar fin esta hazaña con decoro; en esta hora alba es cuanto yo atesoro. Dadme paso que nada me retiene.

- Aquello es la bacía de barbero que al sol relumbra sobre su cabeza cabalgando en un asno achaparrado.

- Con la suerte, y mi afán aventurero, no he de perder la vista en esta pieza si con la fe el valor tengo centrado.

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LA AVENTURA DE LOS GALEOTES Llegó, en esto, la cadena de galeotes, y Don Quijote, con muy corteses razones, pidió a los que iban en su guarda fuesen servidos de informarle y decidle la causa o causas por lo que llevan aquella gente de aquella manera. (1, XXII)

“En justicia, ¿cuál es vuestra condena?” “Voy así por estar enamorado.” “Por músico y cantor estoy forzado”. “Al faltarme el dinero voy con pena”. “Soy alcahuete y tengo esta cadena.” “Yo, caballero, por haber burlado graciosas damas soy un desdichado, ahora sí que tengo alma serena.” “Ginés de Pasamonte, ese es mi nombre, y tengo escrito desde el nacimiento las verdades y andanzas de mi vida;

aunque tenga esta argolla, soy un hombre libre de ingenio y claro pensamiento, y busco la razón que me apellida.” “Escucho en vuestras culpas y castigos las patrañas infames de injusticia que para más que bien hizo malicia al engendrar farsantes y enemigos.

Pensad que en tales jueces no hay amigos ni cárcel poderosa en inmundicia que libre de pecados y avaricia cuando en falso quebrantan los testigos.

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Creed que con las culpas no hay motivos que dicten el apremio en la sentencia ni leyes que os obliguen a galeras.

¡Justicias, dejad presto estos cautivos, no dudéis de mi fuerza y mi paciencia pues os he de enfrentar de cien maneras!.”

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ENDECHA DE SANCHO POR LA PÉRDIDA DE SU ASNO “Salió la aurora alegrando la tierra y entristeciendo a Sancho Panza, porque halló menos su rucio; el cual, viéndose sin él, comenzó hacer el más triste y doloroso llanto del mundo,…(1,XXIII)

Hijo de mis entrañas. He perdido tu rastro sin mediar feroz revuelo. Oh, cuánto llanto, cuánto desconsuelo baña esta tierra desde que has partido.

Sale la aurora y voy entristecido como alma en pena sin levantar vuelo; con lágrimas tapiadas de hondo velo me dejas sin haberlo merecido.

Brinco eres de mis hijos, fortaleza, sustentador de toda mi persona, con tu porte la envidia en mis vecinos.

No hay dolor que soporte mi cabeza con aquel que se marcha y abandona rompiendo el corazón de los destinos.

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LA HISTORIA DE CARDENIO Mi nombre es Cardenio,…A esta Lucinda la amé, quise, adoré desde mis tierno y primeros años…..Vivía en esta misma tierra un cielo, donde puso el amor toda la gloria que yo acertara a desearme. (1,XXIV)

Noble soy en alcurnia y en riqueza. Por Lucinda, mi amor me dejó ciego, callado, sordo, ardiendo como el fuego de pasiones que ornaban su belleza.

La quise, la adoré con mi flaqueza. Donde puse mi gloria fue su apego, y en mi cuerpo no tuve más despego de aquel que se levanta y mal tropieza.

Ah, vil crueldad a un corazón sufrido. Maldito estoy, furioso y contrahecho pues perdí en el combate de mi acoso.

Así limpio la culpa de mi olvido en la tierra que tengo por mi techo, el amplio cielo, el viento rumoroso.

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LA PENITENCIA DE DON QUIJOTE Este sitio escogió “el caballero de la triste figura” para hacer penitencia; y así, en viéndole, comenzó a decir en voz alta, como si estuviera fuera de juicio. - Este es el lugar, ¡oh cielos!, que disputo y escojo para llorar mi desventura…(1,XXV)

Aquí, ved el lugar que al fin escojo para llorar yo solo en desventura; un profundo suspiro será mi cura y señal de la pena sin mi arrojo.

En silencio las quejas, el enojo del desdichado amante en su amargura; si ha de valer la humana catadura, hastío y soledades los recojo.

No me lamento ser un penitente. Dulcinea, mi reina plena, gloria de mi llanto, la diosa en mi aventura,

dulce arroyo en la nítida corriente. Oh, tú, fiel escudero, haced memoria para que no se olvide mi figura.

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LA DULCINEA DE SANCHO - Bien la conozco –dijo Sancho-, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba a cualquier caballero andante, o por andar que la tuviere por señora!. (1,XXV)

La conozco por la hija de Corchuelo, y me asombra que sea gran señora esa, llamada Aldonza, que atesora el coraje y la fuerza que dio el cielo.

Esa moza contrahecha, en gran revuelo lidia con el airoso, pero en la hora del placer hay más de uno que la adora y encuentra entre sus carnes el consuelo.

Su voz, como en un eco alto y bravío, en la llanura suena hasta la aldea. Su pie, el sol del día lo ensombrece.

Pensé, señor, que en tanto desvarío no veáis que la dama Dulcinea es lo que no sentís, y no os merece.

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CARTA DE DON QUIJOTE A DULCINEA DEL TOBOSO “Soberana y alta señora: “El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. (1,XXV)

Herido y quebrantado en vuestra ausencia, con llagas inundando el corazón, Dulcinea, te envío la razón que me prende al estar sin tu presencia.

Si mi salud no es fruto de la ciencia, si tu valor no es parte de mi don, y tu hermosura no es de mi pasión, yo perderé el saber de mi conciencia.

Si por desdén no está quién te maldiga no alargues el rigor del sufrimiento que me ofusca el valor en el combate.

Bella ingrata, mi amada, mi enemiga, me entrego a ti con claro sentimiento de que pondrás empeño en mi rescate.

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EL CANTOR DE LA SIERRA Porque, aunque suele decirse que por las selvas y campos se hallan pastores de voces extremadas, mas son encarecimientos de poetas que de verdades; y más cuando advirtieron que lo que oían cantar eran versos no de rústicos pastores, sino de discretos cortesanos. (1, XXVII)

Si he morir viviendo con desdenes dime, amor, dime quién rompe mi celo, los suspiros, la ausencia, mi consuelo, dime porqué el dolor no le retienes.

Firme es la soledad, penas sostienes en un manto cubierto por el cielo; por cantar poesía no recelo de tu arribada si en secreto vienes.

La justicia vendrá a mediar mi suerte. ¡Qué mudanza tendré con este trance si abandonado estoy a ésta, mi muerte!

Males de amores sana la locura. Y la pasión, aunque con otro alcance, demora con sus dedos la cordura.

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LA COMITIVA CAMINO DE LA VENTA Concertáronse que por entonces subiese el cura, y a trechos se fueses los tres mudando, hasta que llegasen a la venta, que estaría hasta dos leguas de allí. Puestos los tres a caballo, es a saber, Don Quijote, la princesa y el cura, y los tres a pie, Cardenio, el barbero y Sancho Panza. (1, XXIX)

Como pájaros ciegos en la altura marcha el cortejo en larga comitiva. Cabalgan la princesa como diva, Don Quijote el hidalgo con el cura.

A pie, con la sensata compostura, Sancho con su mirada despectiva, el barbero con su alma primitiva, Cardenio de concisa conjetura. “¿Hacia qué reino va su señoría? ¿Por ventura es el de Micomicón con el gobierno de Micomicona?” Avanzan con el sol, ….atardecía, En silencio no pierden la razón. Hacia el castillo van, venta o casona.

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COLOQUIO SOBRE LOS VERDADEROS CABALLEROS El primer libro que abrió vio que era “Don Cirongilio de Tracia”; y el otro , de “Felixmarte de Hircania”; y el otro, la historia del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, con la vida de Diego García de Paredes. Así como el cura leyó los dos título primeros, ….(1, XXXII)

-

“El Gran Capitán es historia verdadera, Gonzalo Fernández de Córdoba es su nombre, y Diego García de Paredes, sin renombre, fueron principales caballeros de su era.

De hazañas, honor y valentía, quisiera ser testigo. Y de su concierto no me asombre la fuerza natural si luchan hombre con hombre. -

Vi que Felixmarte seccionó en la torrentera,

de un revés, cinco gigantes por la cintura y roja vistió la tierra con sus entrañas, y en otra, a un gran ejército, como manadas

de ovejas, uno en uno abrió la sepultura. Y Don Camilo de Tracia que, con más sañas, venció a la serpiente y, sobre ella, a horcajadas,

bajó al fondo de las aguas y vio palacios, bellos jardines, y a la bestia transformada en viejo anciano. En los libros todo está escrito

y existieron, y aun existen, en los espacios del mundo caballeros de alma sosegada que recrean nuestra mente hasta el infinito.

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EL CURIOSO IMPERTINENTE (CARTA DE ANSELMO A CAMILA) “Un necio e impertinente deseo me quitó la vida. Si las nuevas de mi muerte llegaren a los oídos de Camila, sepa que yo la perdono, porque no estaba obligada a hacer milagros, ni yo tenía necesidad de querer que ella los hiciese; y pues yo fui el fabricador de mi deshonra, no hay para qué....” (1, XXXV)

Por curioso, el amor se emponzoñara. Inoportuno fui, odié la amistad, puse a prueba mi amor y lealtad, y la virtud, su precio, me fue cara.

Si en sigilo la muerte llegara, afirmo la veraz honestidad, la honra recompensada, la bondad que por tanto recelo te extrañara.

Necios deseos me robaron vida, y al forzar a mi amigo confidente fabriqué mi ignominia y perdición.

Amada, no te veas sorprendida por esta carta y prueba fehaciente de que procuro y quiero tu perdón.

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LA BATALLA CON LOS CUEROS DE VINO -Que me maten –dijo a esta sazón el ventero- si Don Quijote o don diablo no ha dado alguna cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera estaban llenos, y el vino derramado debe de ser lo que le parece sangre a este hombre. (1, XXXV)

¡Venid, gigantes, pues a cuchilladas he de segar, borraros la memoria de los malos augurios, y la historia retenida con fría, albas miradas.

¡Deteneos, ladrones! Las espadas no os prestarán el fin de la victoria no mermarán la fuerza de mi gloria si os dejo las cabezas cercenadas.

Ya presiento la sangre tras mis pies como un líquido espeso y desbocado. ¡Malandrines, demonios! ¡Ya os retengo!

Los cuerpos rasgaré de tres en tres. No huyáis de las batallas. He soñado que, con mi furia, a Satanás contengo.

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LAS VESTIDURAS DE DON QUIJOTE Salió en esto Don Quijote, armado de todos sus pertrechos, con el yelmo, aunque abollonado, ......, embrazado de su rodela y arrimado a su tronco o lanzón. Suspendió ......la extraña presencia de Don Quijote, viendo su rostro de media legua de andadura, seco y amarillo, la desigualdad de sus armas y su mesurado continente .(1, XXXVII)

Salió armado con todo buen pertrecho: con su cuerpo cubierto en blando acero, abollonado yelmo, duro cuero uniendo su despojo en el repecho;

arrimando su lanza, ya maltrecho el codal y la hombrera, sólo entero el guardabrazo, el peto de guerrero, la rodela abrazada con su pecho.

¡Qué trofeo el Quijote, qué presencia de Duque, de Marqués, buen Caballero! Otros ven lo real, no complacencia:

rostro de media legua de andadura, seco como la tez del prisionero, continente entregado sin usura.

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DISCURSO DE LAS ARMAS Y LAS LETRAS Prosiguiendo Don Quijote, dijo: - Pues comenzamos en el estudiante por la pobreza y sus partes, veamos si es más rico el soldado. Y veremos que no hay ninguno más pobre en la misma pobreza....((1,XXXVIII)

Os digo que no es más rico el soldado de armas que con su pluma el estudiante; ambos ven la pobreza como amante, en sus oficios nada les han dado.

El primero, las leyes ha forzado con batallas y guerras; el talante con las letras razonan el cuadrante de justicias y leyes al dictado.

Abarcar con la fama al eminente, tener la cima con su profesión no tiene en ese fin igual medida.

Para el soldado pongo mi razón: no hay peligro ni hazaña fehaciente que se compare con perder la vida.

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HISTORIA DEL CAUTIVO ...y así, me hallé solo entre mis enemigos a quien no pude resistir, por ser tantos, en fin: me rindieron lleno de heridas. (1,XXXIX) ..No sé yo cómo vaya: muchos cristianos he visto por esta ventura y ninguno me ha parecido caballero sino tú. (1, XL)

Embarqué con las galas del soldado. En la mar con heridas me rindieron y, ya cautivo, vi como murieron hidalgos de armas con valor probado.

Mi ansiada libertad la he llorado. En tierra extraña mis años se fueron uno a uno desgastando, y embistieron la muerte con mi pecho atormentado.

Con ternura, Zoraida ha redimido mi rescate; es y fue mi redentora uniendo su pasión a mi destino.

¡Qué dulce empeño ser mi seductora! ¡Qué larga fue la apuesta del camino para este fin tenaz y enardecido!

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BIENVENIDA DEL QUIJOTE A LA DAMA EN LA VENTA - …puede vuestra merced entrar y espaciarse en este castillo, que aunque es estrecho y mal acomodado, no hay estrechez ni comodidad en el mundo que no dé lugar a las armas y a las letras. (1, XLII) Aunque es estrecho y mal acomodado entrad vuestra merced para espaciarse. No es espacio que pueda compararse a la paz del castillo refinado.

En las armas y letras he encontrado la diáfana razón con que acordarse de placeres mundanos, y apartarse del mal con el deseo cimentado.

Por la guía y adalid de tal moldura, Simas, riscos, montañas y más sierras han de apartarse y daros acogida.

Si con este paraíso, por ventura, habéis topado, no busquéis más guerras, los presentes os dan la bienvenida.

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DON QUIJOTE COLGADO DE CENTINELA Estaba, pues, como se ha dicho, de pies sobre Rocinante, metido todo el brazo por el agujero, y atado de la muñeca, y al cerrojo de la puerta, con grandísimo terror y cuidado, que si Rocinante se desviaba a su lado o a otro, había de quedad colgado del brazo. (1, XLII)

No sé porqué maldito encantamiento me hacen estar aquí si obra alguna. Voy atado. La noche inoportuna soledad trae y saja el pensamiento.

Si no puedo paliar el sufrimiento sin mi espada maldigo mi fortuna; mas no tengo en presencia ya ninguna que me escuche y compare mi lamento.

De pie, con Rocinante por montura, cedo a mis miedos, llamo a mi escudero, mi corazón se para y se acelera.

¿Cómo me libraré de la atadura, de este mundo asesino y traicionero? ¿Dónde se hundirá el mal de mi sesera?

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DON QUIJOTE ACUSADO DE LADRÓN - Pues vean vuestras mercedes clara y manifiestamente el error en que está este buen escudero, pues llama bacía y lo fue, es y será el yelmo de Mambrino, el cual se lo quité yo en buena guerra. (1, XLIV)

- ¡Aquí, venid , el rey con la justicia! Ladrón, ya os tengo, venga mi bacía, mi albarda, el aparejo, pues es mía la honra que quitasteis con codicia.

- Mirad, señor, contáis con vil malicia cosas no ciertas, pues si desvaría parco seso, ojead la barbería: no ha lugar con los restos de milicia.

Lo que está aquí es el Yelmo de Mambrino; mío es en combativa, cruel batalla, y la albarda jaez que orna el caballo.

Vuestra ceguera es burla, y os conmino a no jugar con mi ira, pues estalla. Si es cierta mi verdad, me paro y callo.

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JUNTOS, PERO NO REVUELTOS Don Quijote puso mano a su espada y arremetió a los cuadrilleros; don Luis daba voces a sus criados;…el cura daba voces; la ventera se afligía; Maritornes lloraba; Dorotea estaba confusa; Luscinda, suspensa, y doña Clara, Desmayada. El barbero aporreaba a Sancho…(1, XLV)

En la venta todo eran confusiones, temores, revoltijos, cuchilladas, cegueras, gritos, voces engañadas, desgracias, embestidas, mojicones.

En mitad de la noche: las pasiones, palos, falacias, coces, dentelladas, juramentos, desquites, emboscadas, zancadillas, lamentos y oraciones.

Don Quijote su mano con la espada; el ventero y ventera voceaban; la hija afligida; Luscinda suspensa;

Dorotea confusa; Clara hoyada; el barbero con Sancho se enfrentaban; los criados no salían de defensa. “¡Clamor, favor a la Santa Hermandad!” Don Quijote retiene paz, sosiego. “Escuchadme si quieren tener vida,

que con demonios topamos. Mirad la discordia, no sois un ojo ciego, que con la muerte no hay causa medida”

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A LA SANTA HERMANDAD - Venid acá. Gente soez y malvada: ¿saltear de caminos llamáis al dar libertad a los encadenados, soltar los presos, acorrer los miserables, alzar los caídos, remediar los menesterosos?. ¡Ah gente infame, digna por vuestro bajo y vil entendimiento...(1, XLV)

Por dar la libertad a encadenados, alzar al pordiosero y al caído, me llamáis forajido y mal nacido, y os juzgo, por mi honor, equivocados.

¿Qué infame dio favor a mis pecados? ¿Quién firmó el mandamiento sin sentido, la afrenta que compone mi apellido si no tengo valores reprobados?

Me siento Caballero, y por testigo a Dios el Redentor, con Él se implora cuando obra con sentido la fe mía.

Copio en mi credo todo cuanto digo: exento estoy de juicio en esta hora sin mortal que se burle y que se ría.

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DE JAULAS, PRISIONES Y ENCANTAMIENTOS. Llegáronse a él, que libre y seguro de tal acontecimiento dormía, y asiéndole fuertemente, le ataron muy bien las manos y los pies, de modo que cuando él despertó con sobresalto, no pudo menearse, ni hacer otra cosa mas que admirarse y suspenderse de ver delante de sí tan extraños visajes;...(1,XLVI)

Fantasmas con semblantes encantados, sobresaltos, mal hechas las figuras, con trueques, desvaríos, ataduras, soledades, agravios bien cercados.

Listo en prisión de palos enrejados, sobre el carro de bueyes, en oscuras horas malviven prestas amarguras, jamás vi a caballeros enjaulados.

Pensé que con extraña ligereza elevaría el cuerpo con el vuelo sobre un gran hipogrifo semejante.

Así, por mi inferior naturaleza, valor no tengo, ni ánimo, ni anhelo por seguir mi aventura hacia delante.

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LA NUEVA COMITIVA ....Iba primero el carro, guiándole su dueño; a los dos lados iban los cuadrilleros,....., seguía luego Sancho Panza sobre su asno, llevando de rienda a Rocinante;...Don Quijote iba sentado en la jaula, las manos atadas, tendidos los pies,...(1, XLVII)

Primero, el carro guiándole su dueño, flanqueándolos van los cuadrilleros; Sancho, encima de su asno, en los aleros, da rienda a Rocinante con empeño.

Hombres y bestias van, -paso pequeño-, con embustes, supuestos caballeros, la comitiva en rostros traicioneros; detrás, en ficción, fábulas de un sueño.

Don Quijote, con manos bien atadas, tendido, y a las verjas arrimado, medita con la pose de adivino

En silencio, con lágrimas selladas, un semblante de rostro aprisionado espera la arribada de su sino.

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LOS

GRANDES

CABALLEROS

(RESPUESTA

DEL

QUIJOTE

AL

CANÓNIGO) ¿qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir a otro que no fue verdad lo que la infanta Floripies y Guy de Borgoña, y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, ...hazañas hechas por caballeros cristianos, de éstos y de los reinos extranjeros, tan auténticas y verdaderas, que torno a decir que el que las negase carecería de toda razón y buen discurso. (1, XLIX)

¿Quién dice que Amadís no es de este mundo, que no es verdad la infanta Floripiés, Santo Grial, Lanzarote, y el revés de Fierabrás y el triunfo tan rotundo,

el amor de Tristán, la reina Iseo, la historia de el Guarino Don Mezquino, el amor de Ginebra, y el destino de Aquiles, de Roldán, Héctor, Perseo?

Cierto es que hubo de Francia doce pares, Pierres, Magalona, Artús de Inglaterra, Juan de Merlo, Don Enri Menestán,

Luis de Falces, Gonzalo de Guzmán; estos y otros, en paz y con la guerra, tendrían que subirse a los altares.

Quien no crea no tiene la cultura, el discurso, los pies en esta tierra, ni entiende la razón de la aventura.

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LA DAMA DEL LAGO AL CABALLERO “Tú, caballero, quienquiera que seas, que el tembloroso lago estás mirando, si quieres alcanzar el bien que está debajo de estas negras aguas se encubre, muestra el valor de tu fuerte pecho y arrójate en mitad de su negro y encendido licor;...”. (1,L)

Caballero, con calma y con sosiego, sumérgete en mis aguas, alza el manto negro donde se esconde por encanto la belleza que da luz al más ciego.

A mi mando el paisaje desapego. En mis jardines tengo flor de acanto, el cielo transparente, ojos sin llanto, arroyos de frescura que no niego.

Descubrirás almenas de diamantes, alcázar de paredes llenas de oro, doncellas de sumisa galanura.

En el amor no habrá nunca desplantes ni requiebros que partan el decoro. Venid ya, caballero, el tiempo apura.

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EL CABRERO Y LA HERMOSA LEANDRA ...El eco repite el nombre de Leandra dondequiera que puede formarse: Leandra resuenan los montes, Leandra murmuran los arroyos, y Leandra nos tiene a todos suspensos y encantados, esperando sin esperanzas y temiendo sin saber de tememos. (1,LI)

El suspiro contuve. Amor turbado fue la estrella en mis noches, el espía de mis sueños, la ardiente letanía que brega por su cuerpo asegurado.

Mi triste queja, mi anhelo engañado, no tuvo la ocasión de la porfía si amores con los otros más confía y reserva a Cupido equivocado.

No atiendo los discursos ni razones, el desdén que acercó mi sufrimiento a la tierna razón de la pureza.

En el juicio de rotos corazones el destino acelera su lamento cerrando la extensión de la belleza.

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LOS DISCIPLINANTES ...Se hacían procesiones, rogativas y disciplinas, pidiendo a Dios abriese la manos de su misericordia y lloviese...(1, LII).

Para el agua penada: procesiones, disciplinas, plegarias, rogativas, la imagen de la Virgen, con misivas, se cubre con los ecos de oraciones.

Don Quijote no atiende a devociones ni a esas exaltaciones primitivas, son, para él, las doncellas subversivas y no valen sin más otras razones. “Ponte a todo galope, Rocinante. Con mi espada, mi adarga bronceada he de valer mi ser beligerante.

¡Rufianes con el alma desgraciada, voy a romper agravio semejante y a lidiar con la queja amordazada!”

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LOAS DE SANCHO A DON QUIJOTE ...Fueron a ver si estaba muerto el pobre caballero, y oyeron que Sancho Panza, con lágrimas en los ojos decía: - ¡Oh flor de la caballería, que con sólo un garrotazo acabaste la carrera de tus bien gastados años!. (1, LII)

Oh, gloria, honra de todo tu linaje, mentor de la hidalguía, bienhechor del afligido y el mendigo, honor de la Mancha con árido paisaje.

Vieja armadura llevas de equipaje, caballero galán, comendador de peligros con valía, censor de afrentas y castigos en su viaje.

Ser humilde, con causa enamorado de la bella señora de su sueño: su reina Dulcinea, emperatriz.

Y así, a su servicio voy prestado, lo proclamo, rubrico y lo reseño: mi señor es, sin duda, hombre feliz.

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JUANA PANZA A SANCHO PANZA - De eso recibo yo mucho gusto –respondió la mujer-; mostradme esas cosas de más consideración y más momento, amigo mío, que las quiero ver, para que se me alegre este corazón que está tan triste y desconsolado ha estado en todos los siglos de vuestra ausencia. (1, L)

¿Dónde se han ido vuestras correrías? ¿Acaso me traéis buenos dineros con vestidos, zapatos y sombreros, suaves sedas y finas lencerías?

Si largos se me hicieron estos días de la ausencia, mostradme los aperos nuevos, callaré embustes traicioneros que afirmaban que no retornarías.

¿Qué fue de aquello de ínsulas, ducados, de condados, vasallos y fiadores? Descubridme esas cosas al momento

sin que me den achaques, estertores, sobresaltos, engaños embrujados. Todo ha de tener fin y fundamento.

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SANCHO PANZA A JUANA PANZA ...Sólo te sabré decir, así de paso, que no hay cosas más gustosa en el mundo que de ser un hombre honrado escudero de un buen caballero andante buscador de aventuras. (1,L)

Lo mejor que hay es: ser un hombre honrado, buscador de aventuras, escudero propicio del más grande caballero en cuya mano pongo mi reinado.

He sido en sus andanzas manteado, molido en vil ataque traicionero, dictando el argumento verdadero de todas las hazañas a su lado.

Para tales sucesos pisé peñas, oteé las llanuras y horizontes alojándome en ventas sin dinero;

me perdí entre las sierras sin más señas que la tierra cubierta de desmontes. Después de todo, eso es lo que prefiero.

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EL REGRESO Y FIN DE LA AVENTURA ....en tanto que el ama y sobrina de Don Quijote le recibieron, y le desnudaron, y le tendieron en su antiguo lecho. Mirábales él con ojos atravesados, y no acababa de entender en qué parte estaba.(1, L)

En su lecho desnudo le tendieron. Ausente los miraba atravesado buscando en la memoria su pasado y a aquellos que le odiaron o quisieron.

No acierta recordar los que se fueron. “Amadís, acudid, voy extraviado. No clavéis esa lanza en mi costado, pues he de revivir los que murieron”.

El ama y la sobrina están alerta. Aullidos, gritos, pugnas, maldiciones, embustes, las mentiras comedidas…,

todo en historias para ser leídas. Silencio. Don Quijote no despierta. Sueña. El hado le da las bendiciones.

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INDICE SOY DON QUIJOTE MIS CABALLEROS ANDANTES MI ROCINANTE MI DULCINEA I II ESTAMPAS MANCHEGAS HIJOS DE LA TIERRA LA LLEGADA AL CASTILLO DON QUIJOTE VELA SUS ARMAS DON QUIJOTE ARMADO CABALLERO LA AVENTURA DE ANDRÉS Y JUAN HALNUDO LA AVENTURA DE LOS MERCADERES LA SOLEDAD DE DON QUIJOTES SOCORROS Y ALUCINACIONES LA QUEMA DE LOS LIBROS DON QUIJOTE A SANCHO PANZA SANCHO PANZA A DON QUIJOTE DON QUIJOTE Y LOS GIGANTES SANCHO PANZA Y LOS MOLINOS LA AVENTURA CON EL VIZCÍNO LA FRUGAL CENA DE SANCHO Y DON QUIJOTE EL DISCURSO DE DON QUIJOTE A LOS CABREROS CRISÓSTOMO Y EL MORIR DE AMORES LA HERMOSURA DE LA PASTORA MARCELA LA RAZÓN DE SER DE LOS CABALLEROS ANDANTES EL ENCUENTRO CON LOS YANGÜENSES APREMIOS Y MALENTENDIDOS EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS SANCHO MONTEADO LA AVENTURA DE LOS REBAÑOS LOS ENCAMISADOS Y EL CUERPO MUERTO EL CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA LA AVENTURA DE LOS BATANES EL YELMO DE MAMBRINO LA AVENTURA DE LOS GALEOTES ENDECHA DE SANCHO POR LA PÉRDIDA DE SU ASNO LA HISTORIA DE CARDENIO LA PENITENCIA DE DON QUIJOTE LA DULCINEA DE SANCHO CARTA DE DON QUITE A DULCINEA DEL TOBOSO EL CANTOR DE LA SIERRA LA COMITIVA CAMINO DE LA VENTA COLOQUIO SOBRE LOS VERDADEROS CABALLEROS EL CURIOSO IMPERTINENTE LA BATALLA CON LOS CUEROS DE VINO LAS VESTIDURAS DE DON QUIJOTE DISCURSO DE LAS ARMAS Y LAS LETRAS 69


HISTORIA DEL CAUTIVO BIENVENIDA DEL QUIJOTE A LA DAMA EN LA VENTA DON QUIJOTE COLGADO DE CENTINELA DON QUIJOTE ACUSADO DE LADRÓN JUNTOS, PERO NO REVUELTOS A LA SANTA HERMANDAD DE JAULAS PRISIONES Y ENCANTAMIENTOS LA NUEVA COMITIVA LOS GRANDES CABALLEROS LA DAMA DEL LAGO AL CABALLERO EL CABALLERO Y LA HERMOSA LEANDRA LOS DISCIPLINANTES LOAS DE SANCHO A DON QUIJOTE JUANA PANZA A SANCHO PANZA SANCHO PANZA A JUANA PANZA REGRESO Y FIN DE LA AVENTURA

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