GARABATOS 3, ZOO DE PAPEL

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DEPOSITO LEGAL V-1917-12

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LA JIRAFA

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Mi amiga chufita es una jirafa, por si se resfría tiene una bufanda.

De cuerpo amarillo y de negras manchas parece un muñeco de sombra enlutada.

De cuatro palotes han hecho sus patas, pezuñas robustas, lenta, lenta, avanza. . Un tronco es su cuello, se estira y se alarga, la cima del árbol sin esfuerzo alcanza.

Si le dices algo la oreja levanta. Chufita es mi amiga. Si grito se espanta.

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LOS PINGÜINOS

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Alegres pingüinos, cuando saltáis del agua guardando el equilibrio sobre el hielo, las alas de los brazos simulan una tupida capa. Parecéis mayordomos. No sois un pez sin branquias, un mamífero terrestre, un reptil sin escamas. Quizás equilibristas que patinan al alba como híbridos mutantes sin importarle nada. ¿Pues, qué sois? ¿Sois un ave que planea en la blanca alfombra y ya no vuela? ¿Qué salvaje animal os representa ahora, aquí, con la distancia entre el mar y la tierra que os queda por andar hasta alcanzar los hijos que esperan la llegada? Si todo sois al mismo tiempo, nadie os dirá ni pondrá en duda vuestra naturaleza humana.

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LA HORMIGUITA

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La hormiga está colorada de tanto tomar el sol. Se ha colocado un paraguas que le da la protección, un sombrero en la cabeza, un vestidito azulón le tapa su cuerpo recio para darle más color, no se cuántas patas tiene si va en esta posición.

Alegre hormiguita, amiga, entre un jazmín y una flor has pasado la mañana entonando una canción Estate atenta, mi amiga, que el verano terminó y has de tener provisiones antes que venga el helor.

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EL GATO

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¡El gato, el gato, que viene el gato! No le tengo miedo ni espanto. Si parece un muñeco disfrazado, un zombi, un espantapájaros salido del fondo del sembrado, con su sombrero de payaso de varios pisos de alto, su cuerpo peludo de pelo largo más negro que un sucio trapo, sus seis bigotes afilados con finos hilos de suave tacto; en el centro, todo de blanco, sobresale un corazón encarnado, me sonríe, por vestido tiene un manto, un esmoquin alquilado.

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LA CEBRA

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Unos dicen que es un caballo todo blanco al que le han pintado dos pares de barras negras. Otros dicen que es todo lo contrario: un ágil caballo negro al que le han pintado dos pares de barras blancas.

¡Qué confusión para mí! Si parece un presidiario encerrado entre sus barrotes corriendo por la pradera, un caballo elegante con el trote aristocrático, con la cabeza bien alta como la de un príncipe a punto de ocupar el trono, con la crin al viento en desafiante cabellera.

En su honor, el paso cebra da privilegio al caminante sobre las máquinas con humo y mecanismos infernales.

Camina, corre, trota, galopa, corcel manchado, carrusel del tiovivo que entre mis sueños vuela.

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LOS PÁJAROS

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Hay tres pájaros errantes que sí saben dónde van. No van despistados. Vuelan en picado, suben, bajan. Sobre estos cuatro picachos, que tienen puntas de lanza, rectifican las señales. Están atentos. Las alas las extienden, las recortan, las esconden, las alargan. Planean. Viento a favor. Están contentos. Avanzan. No hay quien los detenga. Sobrevuelan la mañana.

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EL GALLO

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El gallo, mĂĄs bien, parece un gallito, con su cuerpo morado y naranja el pico, dos patas finĂ­simas con tres dedos de hilo, el buche engordado, la cola palitos, cabeza rapada como la de un indio, el ojo un pegote ni tuyo ni mĂ­o.

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LA ARAÑA

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Araña negra, muy negra, como un tizón en el techo. ¿Dónde has dejado la red que te cobijaba dentro? Eres un punto gigante, como una mancha en el cielo que vuela a merced del aire en la esquina o en el centro. Paciente esperas tu presa con el menor movimiento. En mi dibujo aparecen las seis patas de tu cuerpo. Te pinto una de regalo por si te cazan al vuelo y así te escapas deprisa reptando por tu hilo denso.

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LAS MOSCAS

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Vosotras, las familiares, inevitables golosas, vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas. Antonio Machado

Vosotras, ni sois golosas ni sois vulgares, moscas del cálido verano, casi, casi, inevitables, inoportunos insectos voladores que os posáis en mis manos de gigante. Al fin me evocáis todas las cosas. Y sí, me sois familiares, en la hora perezosa de la siesta, en la suave brisa de la tarde, en la lenta monotonía del silencio, con el zumbido implacable de unas alas que no son de demonios ni tampoco de ángeles. Moscas, otras vez inoportunas, imprecisas, inevitables, machaconas, malintencionadas. Cuidad bien vuestro blindaje, no sea que con tanto desconcierto os persiga en el lugar de aterrizaje.

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EL MOSQUITO

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Ministril de las rochas y picadas, mosquito postillón, mosca barbero F. Quevedo

Insecto trompetilla que en mi oreja revolotea en zumbido disonante. Sin la sombra, sin noche que le espante con hábil picadura el sueño aleja.

Con la sábana me hago una madeja. Acude traicionero, en un instante, a mi cálida piel, como un amante, sin atender mi súplica y mi queja.

Con sobresalto lidio a su embestida, me coloco el disfraz de centinela y en su muerte no encuentro otra salida.

Lo sigo, mi cabeza sobrevuela, persigo a su barriga enrojecida, y lo acorralo, ¡zas!, nunca más vuela.

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EL ESCARABAJO ROJO

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Describo su ágil movimiento, el vuelo hacia la cima que en rojo le convierte y en rápido compás le envuelve en un círculo cerrado. Tiembla el bosque y la montaña con el rubor de sus alas. El sol se oculta en sus antenas. Trepa hacia la nube con el pulso de sus patas hacia un final mitad azul, mitad verde, mitad negro. Ven a mí, escarabajo rojo con tu caparazón flotante, quiero sentirte en mi mano y acariciar tu cuerpo acorazado.

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LA TORTUGA MULTICOLOR

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¡Qué lenta va la tortuga con caparazón a cuestas! El arco iris le ha crecido, el azul gana la apuesta.

Camina sola a tres patas; dos grandes y una pequeña sostienen todo su cuerpo, verde oscura y medio negra.

Cabeza verde, rosado cuello, pata color tierra, cola y pecho anaranjado con un toque de violeta.

¡Qué lenta va la tortuga con los colores a cuestas!

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EL OSO PARDO

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Mi oso, mi gran oso Pardo, gordinfl贸n, peluche grande, suave, suave y regordete. No me gusta que te vistan con un traje blanco y negro; quiero que sea marr贸n y amarillo como un sol saliendo de tu barriga. Tienes orejas saltonas saliendo de tu cabeza, una cara sin hocico unos ojos escondidos que ven la naturaleza. Tus brazos, aunque sin manos, quieren darme cien abrazos. Y qu茅 decir de tus pies si parecen fuertes mazas sosteniendo todo el peso. Ah, te he dibujado flores de color rosa y azul, un verde chill贸n de alfombra, y un sol muy grande y brillante, que te caliente en invierno

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LA PALOMA DE LA PAZ

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La paloma no vuela despistada aunque en su pico sostenga el olivo. Para llevar la paz, hay un motivo certero sin salir descalabrada.

Si alguien la ve, no baje la mirada, pare la guerra, sea compasivo, abra su corazón dubitativo y no lance en lucha la estocada.

Me pinto entre sus alas una cara, o se la presto, me da su cobijo con sus plumas de pálido diseño.

La sigo por si sola se quedara, la acaricio, me mima como a un hijo, la acompaño hasta el lugar más pequeño.

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EL PASTOR Y LA OVEJA

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Con el pastor va la oveja, en el viaje es compaĂąera por el monte, por el valle, por escondidas veredas. por escarpadas caĂąadas, por la tierra dura y seca.

Tiene un color diferente, toda rosa la cabeza, con perfil de rasgos negros, con manto de lana gruesa, amarilla piel espesa bajo pĂŠtalos azules. Balea, llama al pastor que, sin prisa, se le acerca. Van juntos, inseparables, por si se pierde, la espera.

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EL PEZ EN EL ACUARIO

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Este pez, tranquilo en apariencia, solitario habitante en la pecera, cubre sus escamas con un puzzle de colores. Nada desde el frente hasta el fondo, de atrรกs hacia delante. Se coloca de perfil. Se aburre dando vueltas y mรกs vueltas. Como otros, bebe, bebe, y bebe, mientras alguien le mira de reojo. Quiere hablar, pero le salen hileras de burbujas por su boca. Quiere nadar en estilo mariposa. Quiere salir de su cรกrcel, pero tropieza con un muro de cristal. El pez, al no ser libre, llora.

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LOS RATONES

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Los ratones, al mercado, van de compras o a un examen. Mientras uno lleva el carro, otros pasean cordiales Como hermanos que parecen todos se visten iguales, con sus caras distinguidas, azul y verde es su traje, sus hocicos resalidos, con sus aspectos joviales, sus ojos asĂ­ saltones por si alguien al paso sale.

En la tienda les esperan los dependientes amables con un pedazo de queso, chuletas de fresca carne, un conejo en la despensa, chorizos sabor picante, y mĂĄs comidas sabrosas que guardan bajo tres llaves.

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ANIMALES MARINOS

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Primero es, tiburón el asesino, de boca abierta, diente perfilado, aspecto fiero, un ojo resaltado que no aguanta a ningún necio vecino.

El cangrejo ermitaño, su destino pertenece a su cuerpo confinado, con un caparazón desocupado dentro del arrecife coralino.

Fino está, el caballito de la mar, quieto está, con las algas se despliega, por la corriente se deja arrastrar.

El pulpo es animal muy caprichoso que al tener tantas patas se doblega, le salen por salir en la cabeza.

El pez, de azul de mar, nada dichoso, a la izquierda, hacia abajo, con nobleza, al juntarse con dos es bullicioso.

La estrella, con sus cinco puntas danza, la más rara de la naturaleza, escondida en la roca, lenta avanza.

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MAMÁ CANGURO

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Mamá canguro está muy satisfecha porque su hijito no se le ha escapado, lo tiene en su barriga castigado en su bolsa cerrada sin mal brecha.

Con tal defensa el salto lo aprovecha. Espera hasta tener largo cuidado pues lo mira, lo lame, está amarrado, con el tiempo el espacio más se estrecha.

Es coqueta mirándose al espejo: presume de tener patas robustas, las orejas saltonas y pequeñas.

La canguro es la madre de las justas, dice: hijo, no me temas, te protejo, no te salgas que afuera te despeñas.

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EL GORILA

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Este gorila grandote se me sube a las paredes, y trepa hasta lo más alto enseñándome los dientes.

Un avión al vuelo atrapa, en el suelo pisa trenes, y los coches despistados entre sus pies se remueven.

Con su alarido salvaje los sonidos enmudece, y con su golpe en el pecho un tam, tam hace que suene.

Este animal tan grandote tiene un corazón que siente, y aunque parece enfadado, a veces, es tierno y alegre.

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EL ELEFANTE

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Todo, en este animal, es de narices; tal vez, la narizota de un gigante, que hasta parece ap茅ndice galante dispuesta a generar fuerzas motrices.

De orejas: abanicos aprendices. De dientes: un colmillo relevante. De patas: una maza resonante. De cola: hacia todas directrices.

Tiene ojos de rat贸n asustadizo, y si te mira siempre te recuerda grabado en su memoria de elefante.

Al andar baila el cuerpo movedizo como haciendo equilibrio con la cuerda, seguro que no tiene quien le espante.

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LA SERPIENTE

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Este gusano gigante se arrastra de mil maneras como un palo en movimiento dejando un rastro en la tierra.

Con franjas de seis colores, sin patas que lo sostengan, la pit贸n coloreada avanza lenta, muy lenta.

En un manto de hierba verde, levantando la cabeza, con su lengua puntiaguda se deja ver la primera.

Este gusano gigante por el jard铆n se pasea.

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LOS PERROS SALCHICHA

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Aunque ellos tengan el nombre (sobre todo estrafalario) de embutido comestible en la despensa colgado, no son para comĂŠrselos, sino todo lo contrario: para tenerlos de amigos y verlos caminando. Uno te enseĂąa los dientes, deja su rabo colgando, el otro saca su lengua que parece un esparadrapo, y los dos con elegancia presumen de cuerpo largo.

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EL LEON

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El león con su melena parece un rey coronado muy seguro de su suerte por no estar descolocado.

Parece un fantasma fiero corriendo de lado a lado, en su reino, la sabana, donde dicen que es el amo.

Me enseña todos los dientes, su mirada me da espanto, se me acerca poco a poco arañando mi costado.

En sus patas, escondidas en manto almohadillado, tiene garras, son puñales o cuchillos afilados.

El león con su rugido es tenor de bello canto, silencio, todos le escuchan, la selva es un gran teatro.

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EL POLLITO ROJO

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Se ha perdido el pollito rojo. ¿A dónde irá? La granja queda muy lejos de su lugar. Está muy solo el pollito. Triste va. ¿Dónde está la mamá pollo, dónde estará que ha dejado a su hijito en el cigarral? No tiene quién le acompañe, ¡qué solo está! Muy lento camina y camina. No sabe volar. Se ha perdido el pollito rojo. ¿A dónde irá?

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EL RINOCERONTE

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¡Qué nariz de mil narices con punta de espadachín como una espada afilada que a veces no tiene fin!

¡Qué cuerno más respingón, parece más que un ariete, un apéndice ensartado sobresaliendo en su frente!

Tiene la piel por coraza, sin pelos en su cabeza, el olfato muy sensible, un fino oído en su oreja.

Te siente, casi no ve, pero va por la sabana marcando su territorio desde la India a Sumatra..

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EL HIPOPOTAMO

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Mamá hipopótamo tiene cuatro patas sobre el fango, ¿o es que con su panza nada deslizándose en su peso? Todos me lo dicen: es como un caballo en el agua, o quizá una isla flotante para que un ave repose y le cante los sonidos que recorren la sabana. Mamá hipopótamo tiene la mirada de gacela para cuidar a su hijito al que observa con su celo. No te acerques que te pisa, que te muerde sin remedio, que te enseña su colmillo abriendo su grande boca.

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EL CARACOL

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Ando con mi casa a cuestas recorriendo los caminos. No me valen las protestas pues a nadie le confío todo el peso que transporto encima del laberinto, saben que con paso corto me retengo en mi recinto. Salgo al sol si me conviene. Me escondo en mi cascarón para que nadie me condene y no rompa mi armazón. Y cuando llueve, al frescor de la noche me contengo; el aroma de una flor con las antenas detengo. Me llaman el caracol, ¡vaya nombre rimbombante!, si hasta parezco un guiñol, un proyecto extravagante.

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ÍNDICE PORTADA…………………………………………………..LAURA BALAGUER ZOO DE PAPEL……………………………………………VICTORIA GIMÉNEZ LA JIRAFA…………………………………………………VÍCTOR BALAGUER EL PINGÜINO……………………………………………...VICTOR BALAGUER LA HORMIGUITA…………………………………………VICTORIA GIMÉNEZ EL GATO……………………………………………………VÍCTOR BALAGUER LA CEBRA………………………………………………….VICTORIA GIMÉNEZ LOS PÁJAROS………………………………………………VÍCTOR BALAGUER EL GALLO………………………………………………..…VÍCTOR BALAGUER LA ARAÑA………………………………………………….VÍCTOR BALAGUER LAS MOSCAS……………………………………………….VICTOR BALAGUER EL MOSQUITO……………………………………………...VÍCTOR BALAGUER EL ESCARABAJO ROJO…………………………………..VÍCTOR BALAGUER LA TORTUGA MULTICOLOR…………………………….VICTORIA GIMÉNEZ EL OSO PARDO…………………………………………….VÍCTOR BALAGUER LA PALOMA DE LA PAZ………………………………….MANUEL GIMÉNEZ EL PASTOR Y LA OVEJA…………………………………VICTOR BALAGUER EL PEZ EN EL ACUARIO………………………………….VICTORIA GIMÉNEZ LOS RATONES………………………………………………VÍCTOR BALAGUER ANIMALES MARINOS……………………………………..VÍCTOR BALAGUER MAMÁ CANGURO…………………………………………VÍCTOR BALAGUER EL GORILA………………………………………………….DAVID SÁNCHEZ EL ELEFANTE……………………………………………….VÍCTOR BALAGUER LA SERPIENTE…………………………………………….. VÍCTOR BALAGUER LOS PERROS SALCHICHA……………………………….VÍCTOR BALAGUER EL LEÓN…………………………………………………….VÍCTOR BALAGUER EL POLLITO ROJO…………………………………………VICTORIA GIMÉNEZ EL RINOCERONTE…………………………………………VICTORIA GIMÉNEZ EL HIPOPÓTAMO…………………………………………..VICTORIA GIMÉNEZ EL CARACOL……………………………………………… UNAI LÓPEZ

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