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La memoria histórica desde las mujeres en 13 municipios de Colombia

grupo para la selección y edición final de las fotografías para las exposiciones fotográficas. Los talleres, además, pretendían ser el inicio de un proceso de reconstrucción de memoria histórica a través del relato fotográfico, donde indagaran y conocieran el vínculo entre sus historias personales con la historia de las mujeres colombianas en el contexto del conflicto armado; se reconocieran como sujetas políticas y sociales portadoras de memoria histórica; visibilizaran y dieran sentido a sus vivencias, y ejercieran su derecho ciudadano a la reconstrucción de la memoria.

Los espacios de reflexión-creación/talleres fueron diseñados como lugares de práctica creativa donde se reflexionó acerca de la intersección entre historia personal, historia colectiva y narración, a través de la imagen fotográfica y su lugar en la cultura contemporánea, para representar hechos de violencia colectiva.

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Como resultado de este proceso se realizaron 14 talleres “Memoria histórica y fotografía” con la participación de 101 mujeres, y se publicó el Libro “Memoria Soy: Ensayos Fotográficos”. El título del libro fue propuesto por las mujeres, y contiene todos los ensayos fotográficos elaborados por las mujeres participantes en los talleres “Memoria histórica y fotografía”. Además, se montaron exposiciones fotográficas en Puerto Caicedo, Cartagena, Popayán, Medellín, Pasto, San Gil y Bogotá D.C.

La memoria histórica desde las mujeres en 13 municipios de Colombia11

“Mi memoria es mi historia y debe partir de hacer conciencia de mis sentimientos, actos y enseñanzas porque es mi memoria, soy yo y mi cuerpo. La memoria histórica nos sirve para cambiar y no permitir que se repita la historia de otras mujeres por medio de verdad, justicia y reparación”.

Mujer participante en los talleres “Memoria, cuerpo y territorio”.

“Mi memoria es pensar, recordar, planear el presente y el futuro, explorar mis recuerdos, curar las llagas de mi cuerpo para un futuro y dar a conocer a todas las mujeres que aún no han tenido la oportunidad de hablar, desahogarse de sus sufrimientos”.

Mujer participante en los talleres “Memoria, cuerpo y territorio”.

11. Es necesario señalar que como parte de los acuerdos de trabajo, se pactó no mencionar los nombres de las mujeres participantes, ni hacer referencia a los terriotorios. La Casa de la Mujer, fiel a este acuerdo, se abstiene de citar nombres propios en el presente documento, lo que debe ser entendido como el cumplimiento de un compromiso ético que contribuye a garantizar la seguridad de las mujeres en territorios donde la presencia de actores armados aún persiste.

34 APUNTES PARA UNA PRÁCTICA DE LA ESPERANZA

“La memoria es algo que tenemos en nuestro cuerpo y nunca se nos olvida, y son recuerdos buenos, malos, felices, tristes y eso yo no lo sabía y ahora que lo sé, valoraré más todo, y ya sé qué es memoria y reconstrucción de memoria histórica de las mujeres”.

Mujer participante en los talleres “Memoria, cuerpo y territorio”.

“La memoria histórica es como la máquina fotográfica que va grabando todas las cosas que a uno le van pasando; por ejemplo, yo tengo varias cosas que me han sucedido, entonces la memoria graba”.

Mujer participante en los talleres “Memoria, cuerpo y territorio”.

“Memoria histórica para que las mujeres se den cuenta que las violencias no son por nuestra culpa, y necesitamos conocer para que nos veamos como sujetas de derechos”.

Mujer participante en los talleres “Memoria, cuerpo y territorio”.

En este apartado queremos recoger, a manera de resultados, el conocimiento producido colectivamente durante el proceso de desarrollo del proceso, de manera que refleje el conocimiento, las reflexiones y los aportes de las mujeres participantes, sobre las relaciones memoria, cuerpo, territorio y violencias.

Articularemos las reflexiones y saberes alrededor de la pregunta sobre la manera en que el diseño e implementación de una metodología propia para el proceso de reconstrucción de memoria histórica, nos permite conocer cómo vivían, pensaban y sentían el conflicto armado en sus vidas mujeres de 13 municipios del país.

Podemos decir que al final del proceso y de manera general, las mujeres se asumieron como portadoras y gestoras de la memoria histórica entendida como creación activa y apuesta política del presente. Reconocieron el continuum de violencias psicológicas, físicas, sexuales y económicas en su propia historia y en la historia de las mujeres de su municipio, su departamento, el país y el mundo.

Pero además, se asumieron como portadoras de conocimientos y saberes particulares al hecho de ser mujeres, por pertenecer a un territorio y por sus historias de vida. Estos reconocimientos, fortalecieron su sentido de autonomía, su autoestima, independencia económica y su libertad.

El trabajo sobre la relación entre subjetividad y memoria, condujo al reconocimiento acerca de la manera en que sus expectativas determinan sus historias: respecto a sus identidades, sus anhelos, las representaciones de ellas mismas con su entorno, así como a sus

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