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Los Tres Clavos

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Notas

Notas

Los Bodisatvas necesitan realizar la vacuidad del tiempo para que nunca se cansen de trabajar para el beneficio de los seres en el samsara, ni siquiera por 3x1059 eones,11 antes de realizar la Budeidad. Cuando realizamos la igualdad de los tres tiempos, no nos importará cuando realicemos la Budeidad, porque cuando quiera que sea, ¡Será precisamente lo mismo que ahora!

Los Tres Clavos Cantando en la Fortaleza del León de la Cueva del Tigre en Yolmo, Nepal

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Amado lama, bendíceme para que pueda permanecer de forma natural en la visión, la meditación y la conducta como tu lo has vivido.

Los clavos que hay que clavar relacionados con la visión son tres. Los clavos que hay que clavar en la meditación son tres. Los clavos que hay que clavar relacionados con la conducta son tres. Los clavos que hay que clavar en cuanto al resultado son tres.

Para describir los tres clavos que acompañan a la visión: Todas las apariencias de la vida son un factor de la mente; en la luminosidad del espacio esta la mente nativa; en la que no hay discriminación alguna.

Para describir los tres clavos de la meditación: Todos los pensamientos al ser Dharmakaya, son libres; la conciencia es luminosa, en sus profundidades está la dicha; y el permanecer sin artificios es ecuanimidad.

Para describir los tres clavos de la conducta: Los diez actos virtuosos son la expresión natural de la conducta; los diez actos negativos son naturalmente puros en su base; y las estrategias de la vacuidad luminosa no se pueden crear.

Para describir los tres clavos que van con el resultado: El nirvana no es nada importado de otro lugar;

el samsara no es nada expulsado a otro lugar; he descubierto con certeza que la mente es el Buda, mi mente.

Ahora bien, de todos estos clavos hay uno que es importante clavar. Este clavo es de la vacuidad del ser puro; un lama genuino sabe cómo clavarlo; si analizas demasiado no lo clavarás.

La realización co-emergente lo clava. Estas herramientas que proporcionan algunas enseñanzas están destinadas a ser compartidas, surgieron en la mente del yogui, que las canto. Que puedan alegrar vuestros corazones, hijos e hijas discípulos.

Plegaria Inicial

El canto de los tres clavos para ser clavados comienza con la súplica 12 al gurú por la bendición13 de que nuestra visión, meditación y conducta se vuelvan como la suya. La razón por la que hacemos esta súplica es que la visión, la meditación y la conducta del gurú son perfectas sin esfuerzo, por lo que rezamos por la bendición de que nuestra visión, meditación y conducta también se vuelvan así. Es muy importante saber que el Vajrayana enseña que necesitamos la bendición del gurú si queremos desarrollar la visión, la meditación y la conducta que no tienen defectos.

Luego, Milarepa canta sobre los tres clavos relacionados con la visión, tres con la meditación, tres con la conducta y tres con el resultado del camino.

Visión

El primero de los tres clavos de la visión es comprender con certeza estable que todas las apariencias externas son la mente. Esto se puede entender en dos niveles. En el nivel de la explicación común, corresponde a la visión de Cittamatra de que todas las apariencias relacionadas con un mundo exterior son en realidad apariencias

equivocadas que surgen de tendencias habituales. En realidad, no existe un mundo “exterior” que sea distinto o separado de la mente. Por lo tanto, todas las apariencias que percibimos son como las apariencias en los sueños. Parecen estar fuera, y parecen existir objetos percibidos aparte del sujeto que las percibe, pero de hecho no existe esta dualidad. Tanto el perceptor como lo percibido son proyecciones de la mente.

El extraordinario nivel de explicación corresponde al Mahamudra, la verdadera naturaleza de la mente, la esencia de la mente que es claridadvacuidad. Aquí se explica que todas las apariencias, internas y externas, son la exhibición creativa del resplandor intrínseco de la mente. Debemos darnos cuenta de que la naturaleza de la mente no es solo vacuidad, ni es solo libertad de conceptualidad –también existe la conciencia pura que es la claridad inherente de la mente. Milarepa canta sobre esta claridad, esta luminosidad, también en la línea sobre el segundo clavo de la visión.

Así, sea cual sea la forma en que lo mires, la mente lo incluye todo; no hay nada más que mente; solo hay mente. Cuando tengamos una convicción inquebrantable en esto, podemos considerar que este primer clavo está clavado. Hasta entonces, tenemos que seguir trabajando en clavarlo escuchando las enseñanzas al respeto y reflexionando sobre ello una y otra vez.

El segundo clavo es que la naturaleza esencial de la mente es la luminosidad, la luz clara. Necesitamos tener una certeza definitiva al respecto, sin ninguna duda. Entonces habremos clavado el segundo. Si tenemos dudas o vacilaciones con respecto a esto, todavía no lo hemos clavado. Todavía queda por hacer el trabajo de escuchar y reflexionar. ¿Cómo puedes tener la certeza de que la naturaleza de la mente es luz clara? El primer paso es ver que cuando analizas la mente, no puedes encontrar nada allí. Por ejemplo, los pensamientos no vienen de ninguna parte y no van a ninguna parte. Si los pensamientos fueran reales, tendrían que venir de otro lugar hacia ti cuando los experimentas, ¡Pero no lo hacen! Y como no vienen de ningún lado, no van a ningún otro lugar cuando han terminado contigo. Por lo tanto, los pensamientos están vacíos de ir y venir.

También puedes examinar la mente para ver si puedes localizarla físicamente en algún lugar. ¿Está dentro de tu cuerpo? ¿Afuera? ¿En algún punto intermedio? Si dices que está dentro del cuerpo, ¿Está en la parte superior o en la parte inferior? Dondequiera que mires en el cuerpo, no puedes ver la mente; solo puedes ver varios tipos de materia. Así que no puedes localizar la mente ni siquiera en tu cuerpo, no puedes encontrarla en ninguna parte.

Una vez que hayas llegado a la certeza en el hecho de que la mente no se puede encontrar, descansa relajado dentro de esa certeza. Cuando lo haces, amanecerá una experiencia exquisita, vívida e indescriptible de claridad. Esa es la naturaleza de luz clara de la mente.

El tercer clavo es que en esta luz clara, no hay nada que reconocer, saber conocer o discernir conceptualmente –está más allá de la comprensión y el discernimiento. Esto significa que cuando miras la naturaleza de luz clara de la mente, de nuevo no puedes encontrar nada en lo que fijarte o aferrarte. Simplemente no encuentras nada, pero al mismo tiempo tienes certeza sobre la luz clara. Mientras tengamos alguna tendencia a aferrarnos a la luz clara como si fuera algo real que se pudiera agarrar de alguna manera, incluso muy sutilmente, entonces aún no hemos clavado este último clavo. Este es el punto clave la esencia de la mente es la vacuidad, inasible, y no hay nada que ver o realizar –por lo que es claridad y vacuidad al mismo tiempo. La claridad es indiferenciable o inseparable de la vacuidad –en realidad no hay diferencia, no hay distinción entre ellas. Es muy difícil realizarlo. Si pensamos que la naturaleza de la mente es claridad, perdemos inmediatamente la sensación de vacuidad. Cuando pensamos que la naturaleza de la mente es vacuidad, perdemos inmediatamente el sentido de claridad. Es solo cuando la mente deja de aferrarse a cualquiera de los dos, sin ninguna torpeza o confusión, se clava este tercer clavo.

Cuando los tres clavos han sido completamente realizados o clavados, entonces esta es la visión auténtica del Mahamudra.

Meditación

El primer clavo o punto esencial de la meditación es que “todos los pensamientos al ser Dharmakaya son libres.” Dharmakaya aquí se refiere

a la naturaleza esencial de la mente, la luz clara. Si puedes descansar naturalmente en la visión del Mahamudra como se acaba de explicar, entonces los pensamientos simplemente emergen de la luz clara y se disuelven de nuevo, auto-liberados, como olas que se elevan del océano y se disuelven de nuevo en él. El océano mismo produce la ola, es la ola, y reabsorbe la ola sin cambiar su naturaleza básica. De la misma manera, la luz clara da lugar a los pensamientos, es la naturaleza de los pensamientos y absorbe los pensamientos en sí misma. Si en nuestra meditación todavía nos vemos atrapados en pensamientos de tal manera que parecen estar entrometiéndose en nuestras mentes de alguna forma y queremos abandonarlos o deshacernos de ellos, todavía no hemos clavado este primer clavo. Es una señal de que nuestra meditación aún no es Mahamudra. Si en nuestra meditación podemos dejar que los pensamientos se disuelvan como acabo de describir, entonces nuestra meditación se volverá muy poderosa. Hay un gran poder o energía en poder hacer eso.

El segundo clavo de la meditación es que la conciencia, la luminosidad y la dicha del modo permanente de la mente son en realidad tres nombres para la misma esencia. Cuando pensamos en la mente, a veces parece ser muy consciente y luminosa, y a veces no. Del mismo modo, a veces parece feliz y dichosa y a veces no; a veces simplemente parece torpe y miserable. En realidad, sin embargo, la mente siempre es consciente, luminosa y dichosa, porque las tres cualidades son su esencia misma; no se pueden distinguir unas de otras. No puedes separarlas y decir, “Esta parte de mi mente es conciencia, esta parte es claridad y esta parte es felicidad.” Cuando tenemos la convicción completa de que estas cualidades son indiferenciables y que siempre están presentes como la naturaleza básica de la mente, entonces este segundo clavo habrá sido clavado. Si todavía dudamos y pensamos en ellas como cualidades separadas, o como separables de lo que la mente es en realidad, entonces todavía no hemos clavado este segundo clavo.

El tercer clavo es que la verdadera meditación es sin esfuerzo. En realidad no hay nada que hacer porque la verdadera naturaleza de la mente ya es perfecta tal como es. Si todavía estás jugando a manipular tu mente o experiencia de alguna manera, entonces todavía no has conseguido este tercer clavo. Si no hay esfuerzo o artificio en tu

meditación, si eres capaz de descansar relajado sin aferrarte ni fijarte, sin importar lo que suceda, entonces es la verdadera meditación Mahamudra.

Conducta

El primer clavo de la conducta del Mahamudra es que cuando realizas el Mahamudra, no tienes que hacer ningún esfuerzo especial para practicar las buenas acciones del cuerpo, el habla y la mente. Realizar la verdadera naturaleza de la mente, el Mahamudra, hace que las acciones del cuerpo, el habla y la mente sean naturalmente saludables, porque cuando realizas el Mahamudra, toda confusión mental desaparece. Tu mente se encuentra en un estado natural sano y puro, y por lo tanto todas tus acciones de cuerpo y habla serán las mismas. Este no será solo un estado normal y saludable; será el mejor o más perfecto tipo de estado sano, produciendo una bondad sin fin.

Por ejemplo, si en un sueño reconoces que estás soñando, entonces dejas de aferrarte a las cosas como reales. Por lo tanto, no tienes confusión y todo lo que haces es perfecto y saludable. Así que si nunca cometes el error de tomar las cosas como reales, entonces tu conducta de cuerpo, habla y mente será naturalmente perfecta.

El segundo clavo de la conducta es que los actos kármicos negativos son “naturalmente puros en su base.” Esto significa que debido a que los yoguis y yoguinis que realizan el Mahamudra no toman las cosas como reales, nunca se confunden, por lo que nunca realizan obras dañinas. Todos los actos negativos surgen de la confusión. Sin embargo, cuando realizas el Mahamudra, ¡No hay más confusión! De hecho, reconoces que la confusión misma es primordialmente pura. De modo que los estados negativos de la mente se purifican naturalmente. Las acciones del cuerpo y del habla siguen a la mente, así que si la mente está naturalmente en un estado saludable, no tienes que preocuparte por el resto, también todo será naturalmente puro.

Por ejemplo, supongamos que estabas soñando y no te diste cuenta de que era un sueño y apareció alguien que odiabas o que te odiaba. Te involucrarías en actos negativos de odio, de golpear a alguien, de arrojarle piedras y demás. Pero si te dieras cuenta de que era solo un sueño, pensarías, “Oh, esto es un sueño” y como no pensarías que

realmente era tu enemigo, no realizarías acciones negativas con tu cuerpo y habla. En otras palabras, con solo reconocer que estabas soñando, verías a ese enemigo del sueño como una mera apariencia sin sustancia. De manera similar, al darte cuenta de la verdadera naturaleza de la mente, la claridad-vacuidad, el Mahamudra, uno reconoce que todas las apariencias que de otra manera producirían aflicciones mentales y mal karma son meras apariencias. Cuando esto sucede, los actos potencialmente dañinos simplemente aparecen fuera de la luz clara y desaparecen de nuevo en ella sin ir a ninguna parte, sin hacer nada o causar ningún daño.

Cuando te vuelves totalmente seguro de que todos los actos negativos son así, entonces habrás clavado este segundo clavo de la conducta. Si a veces tomas las acciones negativas como reales y a veces no, o si tienes dudas y vacilaciones, pensando: “Esto es algo malo que hacer, debería tratar de evitar hacerlo”, entonces aún no has clavado este clavo. De acuerdo con la visión del Mahamudra, uno no trata de abandonar las acciones equivocadas como si el hacedor, la acción y el objeto de la acción fueran reales. De hecho, estos tres no son reales, son solo fabricaciones conceptuales. Entonces, lo que uno debería hacer en cambio es meditar en la naturaleza de los pensamientos que fabrican estos tres seres de la naturaleza de la luz clara, y entrenarse en la comprensión de que las apariencias de estos tres son solo la exhibición creativa del resplandor intrínseco de la mente. Cuando uno puede hacer estas dos cosas, todos los actos negativos son auto-liberados –son realizados por la naturaleza de la pureza primordial.

El tercer clavo de la conducta, “Las estrategias de la vacuidad luminosa no se pueden crear.”, enseña que la verdadera naturaleza de la mente, la claridad-vacuidad, no es algo que uno pueda manipular. No sirve de nada pensar, “El remedio para la confusión es la vacuidad luminosa, así que será mejor que la consiga o la cree.” No hay nada de eso que hacer. La claridad-vacuidad es inmutable; es una realidad siempre presente. No importa lo que hagas, no puedes dañarla, ni puedes hacerla mejor de lo que ya es, ¡Es inherentemente perfecta! Cuando estás completamente seguro de esto y, como resultado, ya no piensas que necesitas arreglar lo que ya es la naturaleza básica de tu mente, entonces este clavo habrá sido clavado.

Sin embargo, puede ser difícil dar lugar a este tipo de certeza. A veces parece que tenemos mucha fe, compasión o agudeza mental, y otras veces parece que estamos llenos de dudas, ira y torpeza. Es muy difícil creer con seguridad que la esencia de la mente no ha cambiado en absoluto durante estos estados. Es muy difícil entender lo que significa. Así que necesitamos reflexionar sobre estas enseñanzas una y otra vez, y entonces nuestro conocimiento de la verdadera naturaleza de la mente aumentará y de hecho la certeza surgirá.

Resultado

En términos del resultado, el primer clavo que se clava es que el nirvana no se puede importar de otro lugar, porque el nirvana no existe como un lugar fuera de nuestra propia mente. Es la naturaleza misma de la mente. Tal vez no pienses en el nirvana como un lugar en absoluto. Tal vez entiendas que es la naturaleza básica de la mente, por lo que, por supuesto, no se puede importar de ningún otro lugar. Pero el nirvana a menudo se describe como si fuera un lugar o algo en lo que entras, como un gran océano. Oímos hablar de las maravillosas cualidades de los Budas en sus reinos puros –todas estas son apariencias del nirvana. Es difícil creer que tales cualidades maravillosas puedan estar realmente aquí, ahora, sin que tengamos que cambiar nada, hacer nada, conseguir nada o ir a alguna parte. Sin embargo, el primer clavo que va con el resultado es tener la certeza completa de que este es el caso. El Nirvana siempre ha estado presente como la naturaleza básica de la mente. Mientras no estés seguro de esto, mientras tengas dudas y vacilaciones, pensando, “Tal vez la naturaleza básica de mi mente es el nirvana, o tal vez no lo es”, o “Tal vez algún día alcanzaré el nirvana, o tal vez no lo haré”, entonces este clavo aún no se ha clavado –necesitas reflexionar un poco más sobre esta enseñanza. Entonces surgirá la certeza.

El segundo clavo referente al resultado, “El samsara no es nada expulsado a otro lugar”, nos enseña que no hay nada de qué renunciar, nada de qué deshacerse. La razón de esto es que el samsara no existe, nunca ha existido y nunca existirá. El samsara es como las apariencias equivocadas en un sueño. Las cosas que aparecieron en tu sueño nunca existieron, y no importa cuánto tiempo hayas soñado con ellas, nunca existirían. Las apariencias de los sueños son meras apariencias –no son

reales. Así que si algo sale mal en un sueño, no necesitas deshacerte de nada, no necesitas alterar o cambiar nada, solo necesitas abandonar a los pensamientos confusos que toman esas apariencias de sueño como reales. De manera similar, no necesitamos deshacernos del samsara; solo necesitamos abandonar los pensamientos confusos que lo toman como real. Podemos hacer esto al darnos cuenta de que el samsara está vacío de existencia inherente, porque no es ni una cosa ni muchas cosas; y al comprender esto, los pensamientos que se aferran al samsara como siendo verdaderamente existente de hecho no surgen, ni permanecen ni cesan –su naturaleza es luz clara. Cuando podemos hacer estas cosas, la verdadera naturaleza del samsara se realiza, y el aferrarnos al samsara como si fuera real es auto-liberado. Por lo tanto, el samsara no es nada que necesitemos deportar a otro lugar.

Cuando estás completamente convencido de esto, entonces el segundo clavo ha sido clavado. Mientras todavía tengas dudas, pensando, “Ojalá pudiera escapar”, o “No puedo esperar a deshacerme del samsara”, este clavo aún no ha sido clavado. Si este es el caso, reflexiona sobre este punto hasta que surja la certeza en él.

El tercer clavo del resultado es que te das cuenta de que tu propia mente es Buda. Esto quiere decir que comprendes que la naturaleza básica de la mente es el Mahamudra. En otras palabras, es naturalmente nirvana, naturalmente más allá del sufrimiento. Esta naturaleza fundamental es el Dharmakaya del Buda, que es intrínsecamente puro y nunca manchado ni estropeado, incluso al comienzo del camino de la práctica del Dharma. Esto es muy difícil de entender o creer. Si el punto de partida del sendero ya está libre de sufrimiento, ¿Por qué no nos damos cuenta de esto? ¿Por qué sufrimos? Bueno, deberíamos preguntarnos, si la base del camino, el punto desde el que partimos, no es ya el Dharmakaya, ¿Cómo podríamos traer a la existencia ese estado, ya que el Dharmakaya es no nacido, no creado e inmutable? Si no fueramos inherentemente de su naturaleza, nunca podríamos llegar a serlo, porque el Dharmakaya no puede ser creado de nuevo. La razón es que el Dharmakaya es nuestra naturaleza básica y siempre lo ha sido. Esto se llama el “Dharmakaya de la pureza natural y perfecta”, el Buda real y genuino.

Aunque este Dharmakaya es nuestra naturaleza básica, no nos damos cuenta, no manifestamos abiertamente las cualidades del Buda, porque no hemos purificado las manchas temporales de ignorancia que oscurecen nuestra realización. Esto es lo que nos causa sufrimiento. Sin embargo, dado que estas manchas no son inherentemente una parte de la naturaleza de la mente, son adecuadas para ser eliminadas, y la práctica en el sendero logra precisamente eso. Cuando todas las manchas han sido purificadas, se obtiene el “Dharmakaya libre de manchas fugaces.” Entonces se dice que uno está dotado de los dos tipos de pureza, la pureza natural y la pureza de la libertad de las manchas adventicias. En ese momento uno es llamado por el nombre, “Buda.”

La manera de purificar estas manchas adventicias comienza con obtener la certeza de que la naturaleza de nuestra mente es inherentemente pura, el Buda real y genuino. En el camino tenemos muchas dudas sobre esto porque no podemos darnos cuenta directamente de la naturaleza de la mente. Cuando pensamos en las maravillosas cualidades de los Budas y vemos nuestros múltiples defectos, tenemos dudas y vacilaciones, y pensamos que debemos hacer algo, arreglar algo sobre nosotros mismos. Sin embargo, cuando estamos completamente seguros de que nuestra propia mente es Buda, entonces todas estas dudas desaparecen y nos hemos dado cuenta del significado de esta enseñanza. El clavo ha sido clavado.

Así que ahora tenemos doce clavos que hay que clavar. Esto parece ser un montón de clavos diferentes, pero en realidad todos se pueden resumir en uno: el clavo de la verdadera naturaleza de la mente, claridadvacuidad, el Mahamudra.

El lama genuino y cualificado es el que lo clava, porque las instrucciones concisas del lama te señalan la naturaleza de tu mente para que tú mismo puedas reconocerla. Las enseñanzas directas del lama te llevan cara a cara con la esencia de la mente. Cuando el poder de la bendición y la realización del lama se unen con tu propia confianza y fe que están libres de dudas, el resultado es que experimentas la naturaleza real de la mente –su esencia inherentemente iluminada y perfecta.

Aquí, las frases “reconocer la esencia de la mente” y “experimentar la naturaleza de la mente” no significan literalmente que uno ya tenga la

realización o experiencia directa de la naturaleza de la mente. Eso solo sucede cuando uno alcanza el camino de la visión (el tercero de los cinco caminos),14 y se convierte en un noble Bodisatva, capaz de enviar cien emanaciones, viajar a cien reinos de Buda, recibir enseñanzas de cien Budas, y así sucesivamente.

Más bien, estos términos describen una certeza extraordinaria en lo que realmente es la naturaleza de la mente. Pero si analizas demasiado, no conseguirás este clavo –no obtendrás esta certeza. Esto significa que en el momento de recibir las instrucciones de señalización, tienes que estar preparado para tener plena confianza en lo que el lama va a decir. Si recibes las instrucciones y todavía tienes que preguntarte, “¿Es mi mente realmente así, o no? ¿Es cierto lo que mi lama me dijo, o no?” entonces no obtendrás el beneficio completo de las instrucciones.

Algunos individuos, como resultado de haber practicado el Dharma en muchas vidas pasadas, son fáciles y naturalmente capaces de dar surgimiento a una gran fe y confianza en el lama de inmediato. Hay historias de estos individuos en las biografías de los Mahasiddhas Indios y Tibetanos; a veces, después de escuchar solo unos pocos versos de su lama, reconocieron la naturaleza de la mente directamente y fueron liberados.

El resto de nosotros puede dar lugar a esta fe y confianza al escuchar primero activamente muchas enseñanzas de Dharma sobre la visión y luego contemplarlas a fondo. Estas actividades nos revelan nuestras dudas, para que podamos pensarlas y encontrar las respuestas que las resuelven. Entonces, para cuando vamos ante el lama para recibir las instrucciones de señalamiento, ya no necesitamos cuestionar la validez de las enseñanzas –estaremos completamente confiados y abiertos a recibir el poder de la bendición y realización del lama. Entonces este clavo puede ser clavado.

Si recibes instrucciones de señalamiento y aún tienes dudas, eso no es un problema, solo indica que necesitas estudiar y reflexionar sobre la visión un poco más. Entonces la certeza libre de dudas surgirá dentro de ti.

Otra forma de entender esta línea, “Si analizas demasiado, no lo obtendrás”, sería mirarla en conexión con la siguiente línea, “La realización co-emergente lo clava.”

En la meditación del Mahamudra, lo que hay que realizar es la sabiduría que ha estado presente desde el tiempo sin principio como la naturaleza misma de la mente. Esta sabiduría se llama “co-emergente”, lo que significa que existe junto con la actividad mental ordinaria y mundana a la que le damos el nombre de “mente.” Existe junto con esa actividad mental en el sentido de que es la naturaleza misma de esa actividad mental. Así que esto es lo que hay que realizar.

La cualidad de esta sabiduría es que trasciende todas las fabricaciones conceptuales sobre lo que podría ser. Trasciende todas las nociones de “existente”, “no existente”, etc. Por lo tanto, la mente que todavía está analizando no puede realizarla, porque la mente analítica todavía está lidiando con fabricaciones conceptuales. El análisis, como el razonamiento de que la mente está vacía de esencia porque no es ni uno ni muchos, ayuda a los principiantes a obtener certeza sobre la naturaleza de la mente, por lo que los principiantes deben analizar. Sin embargo, una vez que tenemos esta certeza, no necesitamos analizar más. Podemos ver directamente la esencia de la mente de una manera que no está mitigada por los conceptos, por el análisis conceptual. Estamos dispuestos para hacerlo.

En la siguiente línea, Milarepa canta: “Estas herramientas que proporcionan algunas enseñanzas están destinadas a ser compartidas.” Milarepa está cantando esta canción para todos los practicantes de Dharma; las enseñanzas que está dando aquí no son como algunas instrucciones que son específicas para una persona individual. Todo el mundo necesita estas enseñanzas.

Milarepa cantó este canto espontáneamente. No era que pensara mucho sobre lo que sería bueno decir primero y en qué orden debería decir las cosas y si todo era coherente y obedecía las reglas de la poesía o no, y etc. Él solo cantó de corazón de acuerdo a su experiencia inmediata y salió como estos versos hermosos, profundos y poderosos. Poder hacer esto fue uno de los siddhis (habilidades yóguicas especiales) que surgieron de su práctica.

Debido a que esta canción es tan profunda y proviene directamente de la experiencia de Milarepa, hay una enorme bendición en cantarla muchas veces y usarla como base para el gurú yoga. Deberías cantar esta canción 108 veces. Antes de cantarla, medita en Milarepa sentado en el cielo sobre ti, y luego mientras estás cantando, visualízalo otorgándote los empoderamientos de su cuerpo iluminado, habla y mente enviando luz blanca desde el OM en su frente a tu frente, luz roja desde el AH en su garganta a tu garganta, y luz azul desde el HUM en su corazón a tu corazón. Después de que termines de cantar, medita que él se funde en luz y luego se disuelve en el centro de tu corazón. Entonces descansa en la inseparabilidad de la mente de Milarepa y la tuya. ¿Qué podría ser mejor que eso?

Esta es una práctica completa porque tienes el cuerpo del guru apareciendo en el cielo sobre ti, tienes la bendición de su discurso en las palabras de su canto, y tienes la bendición de su mente en el significado de las palabras que surgen de su realización.

Si quieres aprender a cantar esta canción en Tibetano, eso sería muy bueno porque las palabras originales que cantó Milarepa eran Tibetanas y, por lo tanto, hay mucha bendición en eso. Pero ahora, si cantamos sus cantos en Español, Inglés, Francés, Alemán o cualquier otro idioma, ¡La bendición del discurso de Milarepa fluirá también a esos idiomas! Es muy bueno aprender el canto de memoria. Hace que la bendición sea muy poderosa.

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