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CICATRICES

Cuentos que SI son cuentos

CICATRICES

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Carla R. Litardo R.

Entre las montañas a cinco horas de la ciudad vivía Juanita, quien antes de acostarse se preguntaba cómo sería su vida cuando sea adulta, su madre y su padre siempre le decían que tenía que ser una buena mujer, debía llegar virgen al matrimonio y hacer todo por su esposo hijos e hijas. Su madre era muy buena con ella y sus hermanos, siempre estaba pendiente de todo lo que necesitaban, dedicaba las veinte y cuatro horas del día para cuidar de su familia, pero jamás se daba tiempo para ella.

Lo que más le llamaba la atención, es que a pesar de lo triste que era la realidad en la que vivía su madre, siempre estaba feliz, alegre y fuerte para ella y sus hermanos. En las noches la historia era diferente pues su padre era muy complicado, bueno así ella lo pensaba al principio. Con el pasar del tiempo se dio cuenta que su padre era un ser violento y machista y que ese comportamiento no era normal. En las noches después de su trabajo llegaba borracho y empezaba a patear todas las cosas, ella y sus hermanos corrían a esconderse mientras que su madre lo esperaba con la comida caliente y fingía estar feliz con su llegada a pesar que por dentro sentía mucho miedo.

Juanita no se había dado cuenta de la situación por la que pasaba su madre hasta que una noche lluviosa, había preparado la cena para sus hijos e hija antes de que su esposo llegara, pues con su padre era imposible cenar. Juanita recuerda que su madre los acompañó a sus dormitorios y los hizo dormir, les dio el beso de las buenas noches y se marchó. Luego de un instante despertó al escuchar gritos en la cocina de su casa, se asustó y sintió que algo sucedía, la curiosidad la invadió, salió de su cuarto y caminó hacia la cocina tan silenciosamente para que nadie la escuche. Mientras

avanzaba por el pasillo los gritos se hacían más fuertes y al acercarse al pilar de la puerta vio a su madre tirada en el suelo y a su padre pateando como una pelota de fútbol.

No pudo evitar salir corriendo y se lanzó sobre su padre para que deje de golpear a su madre, Juanita pensó que ahí terminaría ese mal episodio, pero de repente su padre la tomó del brazo y la lanzó al piso, tomó su cinturón y comenzó a golpearla, su madre totalmente molida a golpes, logró ponerse de pie e intentó detener a su esposo, pero no pudo y les golpeó a las dos hasta cansarse, una vez satisfecho se marchó. Juanita no podía dejar de llorar, todo el cuerpo le dolía mucho y su madre aún lastimada, curó sus heridas y luego fue a dormir.

Después esa noche, nada volvió a ser lo mismo para la vida de Juanita se sentía triste e impotente al no poder hacer nada cuando escuchaba que su padre maltrataba a su mamá, pues no podía olvidar que cuando intentó ayudarla, su padre la golpeó y la llenó de temor y dolor. Y así pasaron algunos años.

Hasta que un 28 de diciembre mientras Juanita tomaba una ducha escucho unos gritos de su madre suplicando que ya no la golpeara más que tuviera piedad, ella no pudo contener el coraje, salió deprisa del baño y salió corriendo por el pasillo, cuando llegó a la cocina, nuevamente visualizó la misma escena de hace 4 años, su madre tirada en el piso y su padre, la golpeaba sin parar. Tomó fuerza ¿no sé de dónde? y se lanzó sobre su padre para que la deje en paz, pero él era más fuerte, la lanzó al piso y la tomó del cabello, y vociferaba diciéndole << Te voy a enseñar que a los hombres debes respetarlos y en especial a tu padre>>, empezó a patearla con tanta fuerza que sentía como sus costillas se rompían, de repente su madre sin fuerzas se levantó y se lo empujó.

El padre dejó de golpear a Juanita y atacó nuevamente a la madre, la tomó del cuello y la arrimó a la pared, lo hizo con tanta

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fuerza que en cuestión de segundos la dejó inconsciente, su padre al ver que su esposa no reaccionaba la soltó y su cuerpo cayó al suelo, Juanita grito: <<La mataste>> y cobardemente salió corriendo de la casa, dejándolas tiradas ahí. Al ver que salió huyendo, Juanita intentó ayudar a su madre pero ya era demasiado tarde, su mamá no respiraba. Juanita se tumbó en el pecho de su madre y lloró sin parar, culpándose de no haberla podido salvar.

Años más tarde, desde aquella noche que marcó su vida, Juanita recuerda a su madre todos los días con su inolvidable sonrisa de todas las mañanas esperándolos en la cocina a sus hermanos y a ella. Nunca logró entender por qué su madre nunca se alejó de su padre, y entre ella decía ¿por qué mamá soporto tanto dolor?, las mujeres no deben dejar su felicidad por otras personas. Unas cuantas lágrimas cayeron por el rostro de Juanita cuando acabo de contar su historia a sus alumnas, aconsejando que jamás permitan que las maltraten, ella solo quería que nadie más pase por esa vida que le dejó tantas cicatrices. Su padre fue declarado a 50 años de cárcel, y a pesar de eso el daño ya estaba hecho.