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LA LUZ DE TU CORAZÓN

LA LUZ DE TU CORAZÓN

Melanny. T. Jadan. R

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Esta historia no es diferente de muchas otras, pero es preciso conocerla y apreciarla. Hace mucho tiempo en un pequeño pueblo se encontraba una princesa que desde siempre fue criada en lujos, formalidades y todo lo que alguien de su edad podría desear, con los ideales de conocer a un príncipe, con él una familia formar y su lado gobernar.

Martina la princesa siempre fue una chica muy amorosa y tenía una gran amistad con una de sus nanas que tenía su misma edad, su nombre era Lilian. Eran inseparables, así como Fred, uno de los soldados encargados de su seguridad, quien sentía una pequeña atracción por la princesa Martina, pero su miedo y amistad eran muy fuertes para ser confesados. A cierta edad, en sus 17 años para ser más exactos, su madre la reina Margot le propuso presentarla a algunos jóvenes de sociedad, como era lo establecido ante la ley de la realeza.

Martina no se opuso pues tenía curiosidad ya que no conocía hombre alguno de cerca, más que a su amigo Fred y los ayudantes del castillo. Ella nunca había salido de su palacio y en el primer viaje que realizaría a otra provincia para conocer al príncipe Samuel, subió a su carroza y apoyada en una pequeña ventana donde iba viendo el paisaje entre el bosque vio una pequeña luz amarilla que la perseguía, no le prestó importancia, quizá eran los reflejos del sol.

Al llegar, estaba muy emocionada y al verlo sintió una atracción inmediata hacia Samuel y él a su vez no pudo evitar corresponder a una joven tan bella como Martina. Pasaron 3 días en los cuales se conocieron y vivieron un romance a todo vapor. La princesa se sentía

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libre, pues conocía a su primer amor y rompía algunas reglas, cosa que no podía hacer en su provincia y decidía sin importar.

Algunos días después se relacionó con el príncipe Samuel, luego de aquello, toda la magia que ella sentía hacia él terminó, pues se sentía extraña, ¿cómo puede ser esto si se supone que siguió todo el proceso que su madre le enseñó? Siguió la ilusión, el coqueteo y al final concebir un profundo amor. Aquel día regresó a su castillo, pero antes, Samuel desconcertado por su temprana partida prometió visitarla para pedir su mano.

La princesa Martina regresó muy pensativa en su viaje, no sabía en qué realidad se encontraba, pues comenzó como un cuento de hadas y de repente se estancó en un obscuro sueño, fue ahí cuando en uno de sus pensamientos volvió a ver por la ventana aquella luz amarilla que vio al principio del viaje anterior, este suceso la dejó con incertidumbre ¿era un espíritu, simple imaginación o significaría algo en su vida? Llegando al palacio su madre la reina y el rey se encontraban esperándola con una respuesta sobre su estadía en Bornajot, ella entusiasmada por fuera y por dentro extraña les comento lo sucedido y lo mencionado por Samuel, una pronta pedida de mano llegaría, los padres más felices no pudieron estar, pues los años que dedicaron a ella en educación y modales rendían fruto.

Pasaron los días y ella sentía que el encanto que tuvo por Samuel desapareció en un segundo, le comentó esto a su amiga Lilian, quien siempre fue ajena a temas de romance, le confesó no sentía atracción por ellos y que no se casaría nunca, Martina habló con ella de todo lo sucedido en Bornajot. En su mente la amiga confidente sintió raro al escuchar que se enamoró de un joven príncipe, pero al llegar al final se alegró sabiendo que aquel encanto terminó.

La princesa confundida pensó que su vida no estaba diseñada para juntarse con algún hombre y solo sintió atracción por uno de

ellos, y optó por la opción de su amiga Lilian. Entonces decidió contárselo a sus padres, su madre sorprendida y destrozada no aceptaba aquella decisión, por otro lado, Juan su padre que siempre fue estricto en modales, aceptó su decisión a la que él nunca tuvo opción de elegir. Ella se sintió aliviada pero no feliz aunque culpable por la reacción de su madre. Liliana al saber la situación trató de acercarse más a Martina pues sentía que le atraía y Martina a Liliana pues si no le gustaban los chicos deberían ser las mujeres, así que decidió intentarlo, después del primer acercamiento entre las dos se sintió extraña, pues no estaba segura de lo que sentía, así que corrió al enorme patio del palacio y vio pasar de nuevo entre los árboles de manzano de nuevo aquella luz amarilla pues parece que cada vez que se sentía pérdida eso aparecía.

Después de días de pensar y evitando a su amiga Liliana decidió confrontarla y decirle que tampoco funcionó para ella el intentar algo romántico, pues lo que de verdad sentía era apego por los años compartidos, eran almas gemelas pero únicamente amigas. Martina después de todos sus intentos fallidos por fin tenía claro su camino, si quería querer a alguien, si quería enamorarse o si quería casarse. Solo quería cumplir todos los sueños que su corazón de niña anhelaba, no sabía si sería con un hombre o mujer pues no tendría presente eso para elegirlo/a. Cuando ésta persona llegue sentirá en su corazón paz y aquella luz amarilla cambiaría de color al saber que es con quien debe estar sin prisa y sin búsqueda forzosas, simplemente siendo ella en su máxima expresión, sin ninguna dirección y enamorándose del alma de la persona que elija sin distinción de sexo o identidad.

Así luego de un año se convirtió en reina de Rubbiot, una reina amorosa y comprensiva que decidió no seguir lo impuesto, ya que el cargo que había aceptado sería solo título para lograr que las personas puedan ver la luz que es opacada por varias miradas, que ante el mundo y la sociedad no son correctas.