Perspectivas, Volume 3 Number 2

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A

continuación se relata la leyenda

salía del asombro se acercó a su padre y le

de la flor nacional de la República

preguntó qué pasaba. Él le dijo que unos

Argentina: la Flor de Ceibo.

hombres desconocidos y de piel blanca

Hacia el final del siglo quince una de las más guerreras e indomables de las tribus guaraníes se encontraba asentada en las orillas del río Paraná donde hoy se encuentra el norte de Argentina.

habían invadido su territorio y que estaban

destruyendo

todo

lo

que

encontraban a su paso. El cacique agregó que estos hombres contaban con unos aparatos que lanzaban fuego y que parecían muy peligrosos, creía que los

Anahí, que en guaraní significa “la de la voz de pájaro”, era hija del cacique de esta tribu. Ella, no solamente era hermosa, sino que su voz les encantaba tanto a los indios como a los animales de la selva. Anahí entonaba los cánticos de su tribu de una forma tan melodiosa que los que la escuchaban se sentían transportados por

llamaban “armas”. Sin perder tiempo, la tribu de Anahí se dispuso a defender su tierra nativa a pesar del miedo frente a lo desconocido. Comentaban entre ellos que aquellos seres parecían

monstruos

creados

por

el

mismísimo Añangá.

su deleite. La doncella indígena tenía

Ese

muchos pretendientes, algunos estaban

amenazaba

tormenta,

realmente enamorados de sus cualidades

civilizaciones

pelearon

de mujer hermosa y noble, otros estaban

terrible.

más interesados en heredar el título de

especialmente del lado de los indios, pues

cacique. La joven, sin embargo, disfrutaba

estaban frente a un enemigo desconocido.

de su juventud y de su libertad. Era feliz

Lamentablemente aquel triste día, el padre

junto a su padre y en su comunidad.

de Anahí fue uno de los que perdió la

Anahí conocía la tupida selva mejor que

vida.

nadie, y en ella pasaba horas en medio de los árboles deleitándose con las diferentes flores, las aves y los animales. Nunca imaginó

que

el

destino

que

la

transformaría para siempre estaba muy cercano y que su vida dejaría un legado para su pueblo. Un día, la tribu vio por primera vez, un inmenso navío acercándose por el río. Presenciaron con estupor a unos hombres blancos cubiertos en trajes y metales brillantes que bajaron a la tierra con seguridad y atropello. Estos indios jamás habían visto caballos y creyeron que jinete y caballo eran ambos la misma cosa, una especie de monstruo de cuatro patas y dos cabezas. Rápidamente los hombres de la tribu se

mismo

día,

Hubo

uno

oscuro

que

las

dos

de

muchas

manera muertes,

El chamán de la tribu le dijo entonces a Anahí: —Tengo una pena muy grande por la muerte de tu padre pero mucho me preocupa tu situación. No tienes marido, ni hijo y de esta forma no hay quién tome la posición de cacique. Nuestro pueblo necesita a alguien que nos guíe para mantener la unidad de nuestra tribu. Es esta unidad de gran importancia para nuestra subsistencia y defensa contra el enemigo. La joven doncella quedó muy preocupada por las palabras del chamán y pasó toda la noche en vela reflexionando sobre la situación en la que se encontraba su pueblo.

prepararon para la lucha. Anahí que no Perspectivas Hispánicas - 3/2012 - p.73


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