Perspectivas, Volume 2 Number 1

Page 49

canzarlos caí desmallado en aquel camino. A los dos días, desperté totalmente desubicado en el cuarto de un hospital, con una señora al lado de mi camilla que exclamó con gran felicidad: -―¡Gracias a Dios, abriste los ojos! ¿Cómo te llamas muchacho?‖ Con mucho esfuerzo le dije mi nombre y, aún con más entusiasmo, la señora me dijo: -―¿Acaso tú eres el muchacho, del que todos están hablando, que va hacia Canadá?‖ Le sonreí y volví a quedar dormido porque la alta fiebre que tenía me había robado todas mis fuerzas. Después de unas horas, volví a despertar y había muchos fotógrafos en mi cuarto que querían hablar conmigo. Les conté mi historia y también lo que me había pasado. Todos se sintieron muy conmovidos y motivados al verme tan joven y con aspiraciones tan grandes. En menos de una semana ya tenía de nuevo todos mis papeles para seguir mi camino gracias a personas que quisieron ayudarme después de escuchar mi historia. Afortunadamente, el hospital corrió con todos mis gastos e incluso me dieron unas monedas para que siguiera mi camino. Quizá mi idea de emprender un viaje tan largo y con tan pocos recursos fue una locura. No voy a negar que varias veces sentí miedo y pensé en devolverme, pero, siempre con la ayuda de Dios, pude encontrar una mano amiga que me diera apoyo, trabajo, comida o estadía. Por más que intente relatar esta historia, nunca la podré igualar a lo que viví, porque siempre olvidaré algunas partes. Pero, para mi orgullo, puedo decir que nada es imposible cuando se lucha con cuerpo y alma. Y que lo único que sí puede ser imposible, para algunas personas, es desechar por completo las limitaciones mentales que se convierten en el mayor obstáculo para triunfar. De igual manera con orgullo, puedo decir que en 1956 pisé suelo canadiense con una mentalidad totalmente diferente a la con que empecé mi viaje y, para mí sorpresa y felicidad, fui recibido por un miembro honorable de alto rango en los Scouts canadienses, quien, después de felicitarme por mi gran logro, me entregó unas tijeras para cortarla cinta que le dio comienzo a la reunión mundial de Scouts. Fue aquel día cuando también corté por completo la cinta de mis limitaciones mentales al comprender que cuando se tiene determinación y pasión para lograr lo que nos proponemos, con existen distancias, ni límites que no se puedan sobrepasar para alcanzar lo que se anhela.  Esta narración fue basada en la crónica de mi amigo Israel Valderrama para quien guardo gran admiración y cariño.

. . . e t a n Imagí ...esta vista desde el cuarto de tu hotel Hotel SOL


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.