Carta Miguel Crispi

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trayectoria y discusiones que ocurrieron en distintos espacios, entre los territorios, el consejo político y la coordinación nacional, entre nuestro Congreso Nacional y todo lo que ha venido después. Personalmente me quedo con el aprendizaje de que tomar decisiones de este modo no responde a una lógica negociadora, de ganar adeptos de ciertas posiciones para que al final del camino se de un resultado determinado, sino en privilegiar la deliberación colectiva. Contar con síntesis políticas respaldadas por la legitimidad y el apoyo de un colectivo permite a su vez que los objetivos finales que se persiguen tengan muchas más chances de ser alcanzados. Al final se trata de creer que la mayoría tiene la razón, elemento básica de la democracia pero que la tecnocracia y una forma anticuada y vertical de hacer política se ha encargado de poner en cuestión. Claudio Fuentes nos interpelaba en esta misma dirección respecto al tema constitucional, “no será tiempo que de una vez por todas la preguntemos a la ciudadanía el tipo de constitución que quiere”. La forma de participación interna de RD debe perseguir el mismo principio. Nuestros desafíos Nuestras primeras deudas están con las regiones y con las mujeres. Siendo sincero, no creo que ninguna de esas deudas podría ser suplida íntegramente por una persona que no es ni de regiones ni es mujer, más si puedo hacer el compromiso de privilegiar esfuerzos para que nuestro movimiento sea más descentralizado y para que las mujeres tengan más espacios de participación y de poder en RD. Resulta preocupante en este sentido que al momento de votar nuestros estatutos, la opción que resolvía el tema de cuotas de mujeres en espacios de participación política haya ganado la opción más conservadora. Claramente en este ámbito nos queda mucho camino que recorrer. Frente a la participación de nuestros compañeros de regiones, durante 2012 fuimos exitosos cuantitativamente. No es menos que RD tenga presencia en Magallanes, Los Lagos, Biobio, Valdivia, Talca, Valparaíso y Antofagasta, sin embargo en lo cualitativo estamos muy al debe. Juntos deberemos construir una estrategia real de participación regional en Revolución Democrática. Quizás el problema de la concentración y el centralismo se ha vuelto un problema estructural de nuestro país. Si esto es así, deberíamos tratarlo como tal, forzando espacios de participación y comunicación que nos permitan acercarnos entre los distintos territorios a lo largo de Chile. Otro elemento en el que debemos seguir perseverando es en el protagonismo que nuestros territorios deben tener dentro del movimiento. Si bien podemos estar contentos con la cobertura territorial que tenemos, esta segunda etapa deberá tener como misión darle solidez a este trabajo, proyectando líneas de acción políticas territoriales y a la vez de acercar cada vez más al consejo y la coordinación nacional con la realidad local. Una pregunta que debemos responder, y que aun está abierta, es la labor y el rol que cumplirán aquellos territorios en donde no tenemos candidatos propios en las elecciones parlamentarias. Esta discusión ha estado presente en más de una de nuestras discusiones en el seno del Consejo Político y también en muchos


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