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VI “Moncho”, un “panguero” jubilado

VI. “Moncho”, un “panguero” jubilado

El 10 de junio de 1975, recién cumplidos los quince años, José Manuel Misa Freire, “Moncho”, se registra por primera vez en la Libreta de Inscripción Marítima. Dias después, el 28 de junio, se embarca en el “Albóniga”, atunero de Bermeo, como marmitón. En ambientes de mar como vivía, enseguida los compañeros lo apodaron con el nombre de su padre, “Moncho”, a su vez más conocido por “O Uvas”, y también marinero de profesión.

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Primera Libreta de Inscripción Marítima de José Manuel Misa Freire, “Moncho”.

Océano Índico, 1975. “Moncho” Misa, embarcado en el “Albóniga” a los quince años de edad recién cumplidos. (Archivo familia Misa).

<<Mi primer embarque en el “Albóniga” lo hice en alta mar -recuerda “Moncho”-, y me había trasladado un mazicero, el “Alonso Arcilla”, desde el puerto de Dakar hasta el barco. Tres días largos de navegación para llegar al lugar en donde estaba pescando. Nada más subir en el muelle al mazicero y salir a la mar, cogí tal mareo, que estuve tirado durante todo el trayecto encima de las redes, devolviendo sin parar. Tuve un estreno, que pasados cuarenta y cinco años, aún no olvidé. >>

José Manuel Misa Freire nació en Baiona el 6 de junio de 1960, en el barrio pescador de La Anunciada. Hijo de José Manuel Misa Álvarez, “Moncho O Uvas”, marinero, y de Teresa Freire Mosquera, ama de casa. Por un error administrativo, a su padre le cambiaron en los papeles su nombre auténtico, José Ramón -de ahí “Moncho”-, por el de José Manuel, que ya quedó figurando así hasta en su DNI.

Lo de “O Uvas” viene por parte de su abuela materna, que tenía un puesto en la Praza da Froita, y le llamaban “A coxa de Uvas”.

Baiona, años sesenta. Moncho “O Uvas”, a la derecha, embarcado en el “Marta Elena”, de “Os Caringa”. A su lado, el compañero baionés Elías “Percibilleira”. Faenaban por la costa portuguesa, y llegaban hasta las Islas Canarias a la captura del mero. (Archivo familia Misa).

“Moncho” nace en un hogar de pescadores, en el que abuelos, tíos y padre, eran todos marineros. El abuelo materno, apodado “O Jesuita”, era sobradamente conocido en los ambientes de mar de Baiona.

Su padre perteneció a las primeras generaciones de marineros baioneses que se fueron a pescar al País Vasco. En los años setenta anduvo en el “Azalde” de Bermeo, y luego en el “Albóniga” de la armadora “Atunsa”. En esa década coincidiría con su hijo en “bajura”, en el “Domonte Mandado” y en el “Serín Segundo”, ambos de Vigo. En los ochenta también compartirían barco en el “Izurdía”, pescando “al atún” en el Océano Atlántico Sur.

Años setenta. Tres baioneses embarcados en el “Azalde” de Bermeo: Tente “el Rato”, Miguel “Mixilón” y Moncho “O Uvas”. (Archivo familia Misa).

“Moncho” hijo, es el mayor de seis hermanos, todos hombres: él, Javi, Suso, José, Berto y Remi, estos dos últimos mellizos. Marineros los séis, menos Remi que lo fue, pero por poco tiempo. Por desgracia, Javi y Suso ya han fallecido. Dejó de estudiar por voluntad propia a los catorce años, y no embarcó hasta los quince porque las leyes no se lo permitían. Ha sido uno de tantos chicos de Baiona que son marineros desde la cuna, y en su futuro nunca se planteó otra perspectiva que no fuese salir a la mar como todos sus antepasados.

Al siguiente embarque en el “Albóniga”, “Moncho” Misa ya lo hace como marinero. Estuvo un año en el barco vasco, pescando “al atún” en el Atlántico, por la zona de Abidjan, Dakar… El 2 de julio de 1976, desembarca en Dakar de vacaciones.

Buque atunero “Albóniga”, de la armadora “Atunsa”, recien botado en 1964.

Atuneros vascos atracados en el puerto de Bermeo. El “Albóniga” a la derecha.

Años setenta. El “Albóniga” en alta mar.

1975. “Moncho” Misa y su tío Antonio “Indio”, en el “Albóniga”. También coincidió en este barco con otros baioneses: Quico “O Chavoleiro”, José Barra…

1975. En alta mar con el “Albóniga”. De pie, un compañero de Gondomar, un senegalés y “Moncho Misa”. Abajo, un compañero de A Guarda.

En el “Albóniga”, 1975. “Moncho” y su compañero Avelino, de Panxón.

A los pocos días de desembarcar en Dakar, “Moncho” se enrola en el “Pipipo”, con sede en Baiona, que faena “al palangre” por la costa canario-sahariana a la captura del mero. Al cabo de menos de veinte días en el nuevo pesquero, no puede tener peor estreno en su vida marinera de poco más de un año. El barco sufre un fuerte golpe en un costado, que provoca una vía de agua incontrolable, a pesar del esfuerzo de la tripulación por neutralizarla.

1976. El pesquero “Pipipo”, faenando “al palangre” por el banco canario-sahariano a la captura del mero. El barco había sido comprado por armadores vigueses a su anterior propietario, afincado en Huelva. En la cabina, asoma el baionés “Tito” Denis Goce, el patrón de pesca, que se moriría años después ahogado en Cabo Silleiro mientras pescaba en una gamela. (Archivo familia Misa).

<<Éramos diecisiete de tripulación -recuerda “Moncho”, todos de Baiona menos cuatro. Había tres de la misma familia:

“Tito” Denis Goce, el patrón de pesca, su hermano José “O Ghalo” y su tío “Canco” Goce Silva. También había otro tío con otros dos sobrinos, y también dos cuñados… Éramos marineros muy conocidos en la villa. >> El 22 de diciembre de 1976, regresando a Vigo del banco canario-sahariano a toda máquina, cheo de peixe, y tratando de alcanzar la subasta de madrugada en O Berbés, a la altura del Cabo da Roca en Portugal, el “Pipipo” sufre un violento golpe a estribor que le produce una inmediata vía de agua que se haría incontenible en menos de una hora. Ni las bombas de achique, ni el apoyo manual de los marineros con una urgente cadena de cubos, fueron suficientes para contener la situación. Las traviesas de madera de la nevera se habían roto de arriba abajo, y el agua inundaba rápidamente la sala, espallando el pescado por toda la bodega, y alcanzando al cabo de poco tiempo la zona de baterías, dejando al barco completamente a oscuras. Era la una de la noche, bajo un fuerte orballo, y se encontraban situados en aquel momento a la altura de Leixoes. <<Nunca supimos lo qué pasó, si fue debido a un fuerte golpe de mar, si chocamos con algo a la deriva…-cuenta “Moncho” con cierta emoción- Al cabo de unos días, supimos que un mercante que hacía esa ruta había perdido varios contenedores. Con uno de ellos debió impactar el “Pipipo”. >> La veteranía y serenidad de la tripulación hizo posible que el naufragio se saldara sin daños humanos. Enseguida se tomó la decisión de abandonar el barco, y con gran aplomo, procedieron a lanzar al aire bengalas de auxilio, echaron las tres balsas disponibles al mar, y las amarraron entre sí para mantenerlas unidas. <<Sacamos todas nuestras pertenencias, embarcamos con tranquilidad en las balsas -cuenta “Moncho”-, y aún nos dio tiempo a regresar al barco para recoger en el puente toda la documentación guardada en una bolsa que se nos había olvidado. El “Pipipo” se hundió en veinte minutos. >> Ya en las balsas, hubo marineros que pasaron más miedo que otros, pero en general reinó la confianza de que pronto

serían recogidos por algún barco, pues se trataba de una zona de intenso tráfico marítimo tanto en un sentido como en el otro. Sus vidas quedaban a expensas de que apareciese pronto el buque salvador, cuestión que no se ponía en duda. <<Yo miedo no pasé, aunque siempre te quedaba algo de desconfianza -comenta “Moncho” . La realidad es que cuando echamos las bengalas de auxilio, había luces en el horizonte, pero inmediatamente se apagaron. >> También les aconteció que cuando se encontraban bajando las balsas al mar, se acercó un pequeño mercante que esperaban les prestase ayuda. Al final ni se paró y continuó su marcha sin más. Algunos pensaron en ese instante que iban a quedar abandonados. <<Enseguida tratamos de alejarnos de la costa. “Tiraba moito o mar”, y se hacía muy peligroso el que nos llevase contra las rocas. >> A las cuatro horas del abandono del “Pipipo”, fueron al fin recogidos por un arrastrero portugués, el “Rosa Mary”. <<Los portugueses nos llaman primos a los gallegos. Nos gritaban: “¡Primos, tranquilos!, que xa vos recollemos. Votar benghalas pra non perdervos”. >> Después de retirar su aparejo del mar, los marineros del “Rosa Mary” engancharon las tres balsas, y las subieron a bordo por la rampa de arrastre,”coa xente dentro e todo”, explica “Moncho” Misa. El “Rosa Mari” era un barco nuevo, con apenas quince días de mar. Al cabo de dos años, se enteraron que desgraciadamente acababa de naufragar por las costas de Burela. <<Los portugueses eran buena gente, y nos trataron bastante bien -recuerda “Moncho”-. Nos dieron los primeros auxilios, algo de comer, y nos trasladaron enseguida a Leixoes. Allí el Consulado nos facilitó ropa, y organizó nuestro regreso a Vigo. Pasado aquel momento angustioso, de las cuatro durísimas horas en el mar, con bastante miedo, mojados como estábamos, con tanto frío… cuando ya viajábamos en el autobús de vuelta a casa, sólo con la alegría de estar en tierra, parecía que no había sucedido nada… hasta vinimos cantando. >>

Nota de prensa del naufragio del “Pipìpo”.

Cuando llegaron a Baiona, todos se fueron enseguida a casa… menos “Canco” Goce y “Moncho” Misa, que aún se pararon tranquilamente a tomar unos vinos en el “Café Victoria”. Como no aparecían en sus hogares, cundió la preocupación entre sus familias… Al llegar algo más tarde, y enterarse esposa e hijos de lo de “los vinos”, “casi péghannos”, cuentan ambos con una amplia sonrisa. Salvo el patrón de costa, José Pérez, un maquinista, Antonio, y dos engrasadores, Cesáreo y Eliseo, los demás tripulantes eran de Baiona: “Tito” Denis Goce, “o botones”, “Canco” Goce Silva, José Denis Goce “O Ghalo”, José Chamorro, Manuel Dacuña, Álvaro Fernández, Emiliano Marcote, Arturo Cabral, Fernando “Calero”, “Moncho” Misa, Gonzalo López y los hermanos Ángel y Rafael Carneiro. Por suerte, toda la tripulación salió indemne del naufragio.

Baiona, 2016. Cuarenta años después, cuatro ex náufragos del “Pipipo”, se reúnen para un reportaje de la TVG sobre naufragios en Galicia. Son: “Canco” Goce Silva, Emiliano Marcote, Fernando “Calero” y “Moncho” Misa.

A pesar de sus pocos años, dieciséis, “Moncho” no se arredra por lo sucedido. Al cabo de dieciocho días del naufragio ya estaba enrolado en el “Voltoya”de Vigo. Al mes pasa al “Ángel Juan”, y a continuación al “Mareta”, del armador baionés García Piay. Luego al “Domonte Mandado” , en todos ellos por poco tiempo. En mayo de 1978, embarca en Algeciras en el “Naranco”, del la armadora “Europesca” de Bilbao, donde sufre un accidente en febrero de 1979, que lo tiene de baja durante tres meses. - ¿Qué pasó, Moncho? - Me mordió un tiburón en el dedo de un pie. Vuelve en mayo, y en julio desembarca definitivamente por su voluntad en Abidjan. Embarca en Vigo en el “Serín Segundo”, y después de siete meses, abandona voluntariamente el barco en 1980, a fin de cumplir el Servicio Militar.

1977. “Moncho” Misa, con diecisiete años, en la “panga” del “Naranco”, el atunero que se puede ver al fondo. El barco sería desguazado al poco tiempo, y sustituido por un nuevo “Naranco”, con todos los adelantos técnicos del momento. “En este barco me acompañaban varios baioneses: “Canco” Goce Silva, José Cedeira “O Pote”, Arsenio Aunuco, José “el Ayú”…”, comenta “Moncho”.

El nuevo buque atunero “Naranco”, de la compañía “Europesca” de Bilbao.

<<En 1980, tal como le acontecía a la mayoría de los marineros gallegos al cumplir el Servicio Militar, ingresé en la Armada -cuenta “Moncho”. Estuve en Ferrol durante el período de instrucción, y luego, yo mismo pedí que me destinaran a Madrid. Así que pasé allí algo más de un año en el Museo Naval, un destino tranquilo… aunque viví muy de cerca el famoso 23F del Congreso. Estábamos a doscientos metros de las Cortes, pero nosotros ni nos enteramos. Mi compañero de Baiona, Jorge Denis Goce, que estaba de guardia en aquel momento, se enteró del fallido Golpe de Estado por su madre, que toda alarmada por las noticias de los medios, le llamó por teléfono. >> Al finalizar la “mili”, “Moncho” Misa retoma de nuevo su vida marinera. Había pasado hasta entonces por ocho barcos en tan sólo cuatro años, desde su comienzo en 1975 hasta 1980, en el que había estado en la Armada. En ese tiempo ya constaba en su haber el grave incidente de un naufragio, y una lesión importante en un pie. Así que, dándole continuidad a su decidida vocación de “hombre de mar”, embarca en el pesquero marroquí ”Germón”, y que tal vez por ello, no figure registrada esta etapa en su Libreta de Marinero.

El atunero “Germon”, de bandera de Marruecos. Características Técnicas Diseño: CND-1303. Atunero: Germon. Armador: Somathon (Casablanca. Marruecos). Año Construcción: 1979. Eslora: 76.75 M. Capacidad: 1360 M3. Nombre Actual: Galerna.

1982. “Moncho” Misa en el “Germón”, faenando en el Atlántico.

1982. “Moncho” en el “Germon”, de bandera de Marruecos. “Íbamos cuatro baioneses más: José “Arnó”, Suso Viéitez, Manolo “Pinel” y Antonio “Barrighudo”.

<<Por entonces, yo tenía veintiún años y no me enteraba demasiado de que pudiesen existir irregularidades de este tipo -recuerda “Moncho”-. El caso es que estuve dos años y medio pescando en el “Germón”, y ese tiempo no figura para nada en mi Libreta de Marinero. >>

1983. “Moncho” Misa y su compañero Manolo Penedo, en el “Germon”.

1983. “Moncho”, con el perro “Laika”, en el “Germón”.

En 1984, después de dejar el barco marroquí, embarca en Libreville (Gabón) en el atunero congelador “Albacora Doce”, en el que permanece casi un año. Desembarca en Abidjan en 1985.

El “Albacora Doce”, 1984. “Moncho” coincide con marineros baioneses: “O Aunuco” , Manolo “Poyoyo”, Fernando “Paniqueiro”, Manolo “Pelos”…

Pasa en 1985 al atunero congelador “Marsopa”, de la armadora vasca “Atunsa”, que en alta mar lo traslada al “Izurdía”, y luego al “Zeroi”. Vuelve al “Marsopa” , pero tan sólo para trasladarse a España, e iniciar las vacaciones. Desembarca en Santa Uxía de Ribeira, y al comprobar que no les abonaban el costo del avión de ida y vuelta, decidió no regresar con esta compañía.

El nuevo atunero “Izurdía”, de la amadora vasca “Atunsa”. “En este barco me encontré con mi padre -recuerda “Moncho”-, y llevaba además tres compañeros más de Baiona: Mon “O Carrizo”, Jaime “O Cachondo” y Mundo.

En abril de 1986 ingresa en el “Ízaro” , de la armadora “Hartswater Ltd.”, domiciliada en las Islas de Gran Cayman (Mar del Caribe) -más tarde “Pesquerías Echebastar” de Bermeo-, barco en el que permanece hasta 1999. Después de sucesivas estancias en barcos anteriores, siempre muy cortas, “Moncho” se asienta por primera vez en su vida marinera, y llega a permanecer trece años en este atunero, el “Ízaro”. En ese tiempo, pescaron por el Atlántico y por el Índico, y como “panguero” ejerció desde 1990.

Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles), 1986. “Moncho” Misa, en el “Izaro”, junto a un compañero vasco de Bermeo. (Archivo familia Misa).

El buque atunero “Ízaro”, de la compañía vasca “Pesquerías Echebastar”.

El 19 de marzo de 1999, desembarca en Antsiranana (Madagascar) para iniciar las correspondientes vacaciones. Ya no regresaría a este barco, y pondría fin a su larga estacia de trece años en el “Izaro” -con la breve interrupción de un mes en el “Elai Alai” de la misma compañía-, e interrumpe por lo tanto su relación laboral con “Pesquerías Echebastar”.

El atunero “Elai Alai” de la armadora vasca “Pesquerías Echebastar” . “Moncho” Misa estuvo tan sólo un mes en este barco sustituyendo al “panguero” oficial.

1990. “Moncho” Misa, en el “Ízaro”, con un “pez merlín” .

En junio de 1999, se enrola como “panguero” en el “Mar de Sergio”, de la armadora viguesa “Túnidos Congelados, S.A.”. Ya no abandonaría este barco hasta su jubilación el 11 de abril de 2015, fecha en que desembarca por última vez en Abidjan.

El atunero congelador “Mar de Sergio”, de la armadora viguesa “Túnidos Congelados, S.A.”. Construido en el “Astilleros Barreras” de Vigo, en 1984.

Características Técnicas de “Mar de Sergio”.

Número IMO: 8212075 Nombre : MAR DE SERGIO Tipo de barco - Detallado: Barco pesquero Estado: Activo MMSI: 224733000 Identificativo de llamada: EHNB Bandera: España [ES] Arqueo bruto: 2767 DWT Verano: 2181 t Eslora Total x Manga Máxima: 85,9 x 15 m Año de construcción: 1984 Puerto base: VIGO

El “Mar de Sergio”, saliendo de la obligada revisión de mantenimiento en “Astilleros Barreras”. En esta “panga” trabajó “Moncho” Misa durante quince años. (Fotos ALF-VIGO).

Abidjan, a principios de los 2000. Descarga del “Mar de Sergio”.

<<En el “ Mar de Sergio” -comenta “Moncho”- tuve como compañeros a cinco baioneses: Fernando “Velau”, Suso “Malevo”, Ángel “Caniquí”, Antonio “Tiqué” y Juan “Collón”. >>

El “Mar de Sergio” siempre fue un barco de larga tradición baionesa entre su tripulación. Tal vez por pertenecer a una armadora viguesa, y ser construido en el también vigués “Astillero Barreras”, hayan sido motivos influyentes en la contratatación de muchos marineros baioneses a lo largo de la historia del buque atunero. Conocedores de la valía incuestionable de los pescadores de Baiona, se ha hecho una costumbre permanente en el tiempo, y a pesar del cambio de propiedad, desde el 2007 de “Albacora, S.A.”, siguen manteniendo el mismo criterio de selección.

El “Mar de Sergio”, 1989. La tripulación festeja en cubierta el record de capturas entre toda la flota atunera que faenaba en el Océano Índico. A lo largo del año, nada menos que 9.400 toneladas de atún. Varios baioneses entre la tripulación: Antón Peña, el patrón de pesca, en el centro; José Ayú, oficial de puente; y los marineros Toniño “Che Guevara”, Miguel “”O Mixi”, de Korea, Suso “O Malevo”, “O Araña” de O Burgo…

Dakar (Senegal), principios del 2000. Descargando el “Mar de Sergio”.

Puerto de Dakar (Senegal). Los cayucos de pesca de los nativos, tan llamativos por la forma de sus embarcaciones, como por los decorados y el colorido con los que las adornan . (Archivo familia Misa).

El barco cambia de propietario en 2007, adquirido por la empresa vasca “Albacora S.A.”

Albacora se fundó en 1974 y desde entonces provee de un atún de calidad al consumidor. Sus barcos pescan atún listado, atún de aleta amarilla y atún patudo, en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico.

Logotipo de la armadora “Albacora”, que se exibe en la chiminea de sus barcos.

El “Mar de Sergio”, adquirido por la armadora vasca “Albacora S.A.” en 2007.

Abidjan, principios de los años 2000. Formando la “coia” para la descarga del “Mar de Sergio”. Era un lugar tan pobre en algunas zonas, que había siempre muchos candidatos para el trabajo, aunque fuera tan sólo por el pescado que podían conseguir. (Archivo familia Misa).

Vigo, 2013. El “Mar de Sergio” entra en reparación en “Astilleros Barreras”. El barco, como se puede observar por estribor, está necesitado de una buena revisión. (Fotos Víctor H Lorenzo. Marine Traffic,com)

La “panga” del “Mar de Sergio”, una vez pasada la revisión y el mantenimiento, es trasladada a bordo del buque atunero.

“Moncho” Misa en la “panga” del “Mar de Sergio”. Durante quince años, éste fue su lugar de trabajo. (Archivo familia Misa).

<< En 1990, comencé de “panguero” en el “Ízaro”. Antes andaba con un speedboat, hasta que se jubiló el titular de la “panga”, y yo ocupé su puesto. Era un vasco que, aunque me enseñó toda la teoría, jamás me dejó coger su “panga”. >>

José Manuel Misa Freire, “Moncho Uvas”, en una fotografía de una de sus últimas Libretas de Inscripción Marítima”.

Ahora, en 2021, José Manuel Misa Freire, “Moncho Uvas” , disfruta feliz de una jubilación bien trabajada. Desde 2015, se le ve paseando por Baiona con su esposa -Montse Vilán Valverde-, tomando unos vinos con viejos compañeros de la mar, haciendo deporte en el club de Sabarís… y también llevando “a caballito” a su nieta. Tal vez a sus propios hijos no los haya podido pasear como ahora lo hace con los nietos. La relación familiar con un marinero de “altura” siempre ha sido complicada. Muchos meses separados, supeditando la celebración de los actos sociales -bautizos, primeras comuniones, cumpleaños, santos, bodas de los hijos…- a su coincidencia en

tierra. Sin la comunicación telefónica deseada… Con la responsabilidad de las decisiones familiares en manos de la mujer… <<Mi hija, con tres meses, se despertó una mañana en cama a mi lado -cuenta “Moncho”-. Su madre se había ido a trabajar… y a mí la niña no me conocía. Recién llegado, era la primera noche que pasaba en casa. Al verme, empezó a llorar de tal manera, que no conseguía pararle el berrinche de ninguna forma. Cuando nació, yo estaba en las Islas Seychelles. En nuestra profesión, esa separación familiar es lo peor. Y menos mal que poco a poco se ha ido mejorando. De días en los años setenta y ochenta, pasamos a un mes de vacaciones, luego a dos. Y ahora, desde el 2006, en el atún se hacen cuatro meses de mar y cuatro en casa. Hablar por teléfono desde el barco en los años ochenta y noventa, costaba algo más de 1.000 pesetas por minuto. Era tan carísimo, que los nativos de los puertos donde descargábamos el pescado, nos vendían tarjetas telefónicas para poder hablar con la familia desde un locutorio a un costo razonable. En esto también se ha mejorado, porque ahora los marineros incluso pueden comunicarse por video-conferencia. >> Montse, la esposa, por un lado, y “Moncho” por otro, confiesan haber soñado más de una vez que estaba pescando poco más allá de las Illas Cíes. - Y en un hipotético regreso al pasado, ¿volverías a ser marinero? -le pregunto. - Sí -responde “Moncho” sin pensar-, pero de forma distinta. No querría repetir de marinero de cubierta. Me formaría primero con los estudios necesarios para ocupar el puesto de capitán, patrón de costa, patrón de pesca, oficial... - Montse, ¿te volverías a casar con un marinero? - Sí. Las chicas de Baiona ya teníamos asumido que nuestras parejas solo podían ser marineros… y por cierto, bien guapos que eran.