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II La “bajura” con Manrique… y sus antepasados

II. La “bajura” con Manrique… y sus antepasados

Manrique es uno de los pocos marineros baioneses de estos tiempos que ha preferido quedarse en “su mar”… en ese mar cercano donde han pescado durante siglos las gentes de Baiona, y del que conoce todos sus secretos de una punta a la otra, enseñado en el día a día por los abuelos, los tíos y por el padre. Nacido en Baiona en 1979, rodeado de pescadores y pescantinas desde la cuna, Manrique Leyenda Denis no podría ser otra cosa de mayor más que pescador. Hijo de Manrique Leyenda Trigo y Marcelina Denis García, no deja ninguna duda de que por sus venas corre sangre marinera de la más pura. Su padre, pescador; su madre, ama de casa e hija de pescador; los abuelos, pescadores ambos; los tíos, casi todos; y los apellidos Leyenda y Denis acreditan en la villa unos quehaceres bien definidos: la pesca y la mar… Podrían relatar entre las dos sagas una historia interminable de la vida marinera de Baiona. Sus innumerables antecesores han llenado el pasado de pescadores por los mares de Baiona, y ahora Manrique, fiel a las sagas familiares, sigue manteniendo la presencia de apellidos tan ilustres en la historia de la villa, por Cabo Silleiro, por Oia, por las Illas Cíes y As Estelas, por Monte Ferro, por A Orelluda, por A Goeira, por Os Carallóns… <<Quedamos muy pocos marineros en “bajura” -explica Manrique-, dicen que ya no es rentable, pero yo me defiendo, unas épocas bien y otras menos bien. Nunca quise pescar fuera de mi Baiona, lejos del mar de mis abuelos, de mis tíos, de mi padre… aunque es verdad que me han tentado muchas veces para irme “al atún”, “al espada”, “al arrastre”... Por lo que me han contado, la “bajura” actual dista mucho de la del pasado siglo, en el que toda Baiona se dedicaba a la pesca en nuestro litoral. Aquellos años en los que la bahía se encontraba repleta de barcos, de lanchas, de gamelas… en los que la ocupación del pueblono era otra que la pesca… con dos pequeños astilleros… fábricas de conservas… talleres mecánicos,

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carpinterías, transporte… y con la mayoría de las mujeres trabajando de “ataderas”… Ahora mismo, 2021, no pasan de veinte las embarcaciones que están faenando, más treinta y tres de los percebeiros. En total, algo más de cincuenta, y a razón de dos o tres marineros por barco, dan una cantidad aproximada de unos pocos más de cien. A mitad de siglo pasado, esos marineros ya iban en tan sólo tres barcos, el “Erizana”, el“Fumanchú”y el “Pinzón”. También hay que contar a unos 40 mariscadores de a pie, en su mayoría, mujeres. Esto es lo que queda de la pesca de “bajura” de Baiona en la actualidad. >>

Baiona, 2016. Manrique Leyenda Denis. Para contar la historia de los antepasados marineros de Manrique, por parte paterna y materna, harían falta cientos de páginas, tal vez más de mil, y es evidente que un único libro sería insuficiente. Hablar de Leyendas y Denis en Baiona ya despierta por sí mismo toda la curiosidad.

Su tatarabuelo por parte materna, fue el portugués José Denis Capelán, marinero procedente de Póvoa de Varzím, que es el origen de la saga de los Denis en la villa -cerca de doscientos según el último censo-. Se casó con la baionesa María Josefa Carneiro Cordero, tuvieron cinco hijos, todos nacidos en el barrio marinero de San Xoán. El tercero de ellos, Jacinto Denis Carneiro, es el bisabuelo de Manrique.

Baiona, 1903. José Denis Capelán, primer Denis llegado a Baiona procedente de Póvoa de Varzim. De él descienden todos los Denis baioneses. En esta fotografía, a la edad de cincuenta y dos años. (Archivo Eulalia Freire Vilar).

Su bisabuelo, Jacinto Denis Carneiro, fue un popular marinero de Baiona, al que apodaban “Tres Toros”. Era un hombre muy fuerte, y en una regata de gamelas rompió un remo, según él en “tres toros”, como si se tratase de una merluza. La regata la ganaron a pesar de todo con facilidad, y el apodo ya le quedaría para el resto de sus días.

Baiona, 1924. Fotografía de Jacinto Denis Carneiro, “Tres Toros”, en su “Libreta de Inscripción Marítima”, a la edad de cuarenta años. (Archivo Eulalia Freire Vilar).

Casado con Josefa Carneiro Chamorro, de Baiona, tuvieron nueve hijos, de los cuales el cuarto, Marcelino Denis Carneiro, es el abuelo de Manrique. Marcelino se casaría con una mujer no menos famosa en la villa, con Filomena García Carballo, “a araghona”, que había quedado viuda y con cinco hijos: Teresa, José, Antonio, Obdulia y María del Mar. Del matrimonio en segundas nupcias tuvieron tres hijas: Lola, Marcelina y Ana Denis García.

Marcelino Denis Carneiro y Filomena García Carballo “a araghona”, abuelos de Manrique por parte materna.

<<Mi madre, Filomena García Carballo, “a araghona” cuenta su hija Teresa Pérez García, tía de Manrique-, era gran aficionada a escribir, a pesar de sus escasos estudios, y dedicaba unas poesías muy bellas y con un gran sentimiento a los marineros, al mar, a los naufragios…>>

¡Sálvalos Virgen del Mar, se encuentran desesperados! Y ellos son nuestros hijos que te están pidiendo amparo. No consientas que se mueran, sálvalos de este naufragio. Esta mar será su tumba, la tumba de tantas vidas, si no haces un milagro y tú le salvas las vidas. (Estrofa de la poesía “Marbel de Vigo, 1972” )

Soy una pobre mujer, ya gastada, casi vieja, quiero escribir lo que siento, lo llevo en mi corazón unido a mi pensamiento. (Estrofa de la poesía ”Yo…1958” )

Logroño, Fiestas Patronales, años cuarenta. Marcelino Denis Carneiro, aún soltero, con una niña de su hermana Amparo, que vivía por entonces en aquella capital. (Archivo Eulalia Freire Vilar).

Marcelino, en los años cuarenta, se traslada a vivir a Logroño, y durante ese tiempo, se emplea junto a su hermana Amparo. Ésta se había ido allí a trabajar en una panadería, y acabó casándose con el dueño. Pero Marcelino regresa pronto a su pueblo. Lo suyo era la pesca, y a ello se entrega el resto de su vida, tal como así lo atestigua la fotografía que observamos a continuación. Ya retirado, seguía yendo a menudo a pescar en su pequeña lancha, y muchas veces llevaba como compañía a sus nietos pequeños. Al final, su vida se quebraría en la mar, justo una tarde que había salido a pescar con ellos. Fue una pérdida lamentable. Marcelino siempre fue una persona muy querida por su excepcional bondad.

Baiona, años sesenta. Marcelino Denis Carneiro, con una excelente captura: un congrio de cerca de 40 kilos y más de dos metros. (Archivo familia Leyenda Denis).

<<Una tarde -recuerda Manrique con tristeza-, recién acabados de comer en su casa de A Percibilleira, el abuelo -ya retirado del mar por entonces- quiso salir a pescar en su pequeña barca con nosotros, los nietos, algo que lo ilusionaba mucho. Así que, acompañado por la prima Ana María y por mí -de ocho y once años-, nos fuimos al muelle, cogimos la barca, nos sentó en popa, uno a cada lado, y se acomodó feliz a los remos, charlando tranquilamente al mismo tiempo que remaba con calma en dirección a la doca. A punto de llegar, el abuelo se desmaya de

repente, cae hacia atrás echando espuma por la boca… A nuestros gritos de auxilio, vinieron enseguida en nuestra ayuda, lo trasladaron a la caseta de los socorristas en la playa, le hicieron el “boca a boca”… El abuelo Marcelino había fallecido delante de nosotros, el 21 de julio de 1989. Lo recuerdo como si fuera hoy, lo queríamos mucho… El impacto emocional que llevé con tan solo once años, aún lo tengo grabado en el alma. Luego, la abuela Filomena le dedicaría estos versos. >>

Tu casa ha sido el mar, el mar ha sido tu dueño, y quiso que te murieras en un botito pequeño, llevando por compañía a tus dos queridos nietos, que gritando ellos decían, ¡Socorro!, murió el abuelo.

La muerte te llevó por trabajador y bueno. Allí te estaba esperando, porque se acabó tu tiempo. (Estrofa de la poesía “A mi esposo Marcelino y nietos, 1989” )

Baiona, 1969. Marcelino Denis Carneiro, su esposa Filomena García Carballo -los abuelos de Manrique-, la abuela Obdulia Carballo “a araghona”, y las hermanas Obdulia y Teresa Pérez García, hijas del primer matrimonio de Filomena.

Si por parte materna, Manrique cuenta con un enorme caudal de antepasados de la saga de los Denis, por parte paterna, los Leyenda no se quedan atrás. De su árbol genealógico, Suso Cedeira Leyenda -primo de Manrique- nos envía estos datos: los Leyenda más antiguos que se conocen por su línea familiar son los tatarabuelos, Eulogio Leyenda Álvarez y Vicenta Rodríguez Míguez; luego les suceden los bisabuelos José Leyenda Rodríguez (1883) y Carmen Marcote González (1887), de los que solo se saben sus años de nacimiento. Llegados a los abuelos, Juan Leyenda Marcote (1923) y Carolina Trigo Pereira (1925), ya la información es abundante. El abuelo, nació en Baiona en 1923. Nieto e hijo de marineros, es el tercero de once hermanos. Casado en 1947 con Carolina Trigo Pereira, nacida en 1925, tuvieron nueve hijos, todos ellos relacionados con el mundo del mar y de la pesca: Manrique, José, Carolina, Laura, Juan, Guillermo, Ángela, Mercedes, y uno más fallecido en el parto. Manrique ha sido un marinero de mucho prestigio; Guillermo, Mito “O Conexo”, aún está considerado el mejor “panguero” de la historia del atún, y José, “Cheché, el mejor “robaliceiro” de Baiona.

1957. “Libreta de Familia Numerosa” de los abuelos Juan y Carolina. Faltaban dos hijos por llegar. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, 1957. El matrimonio, Juan Leyenda Marcote y Carolina Trigo Pereira, con sus seis primeros hijos. Detrás, Laura. En medio, Juan -en brazos de su padre, Carolina, José y Manrique. Delante, la madre con Guillermo en los brazos.

1947. Juan y Carolina, paseando por la ciudad en su “luna de miel”, junto a su hermano José y la novia. José iba a fallecer lamentablemente a los veintisiete años en un accidente de mar. (Archivo familia Leyenda Denis).

Juan Leyenda Marcote comienza a pescar con su padre, José, a la temprana edad de once años en la gamela“Carmen”, así llamada con el nombre de la madre. Al fallecer su padre, se enrola en la motora “Charlot”, propiedad de su cuñado Ángel Rodal.

Baiona, Praia de A Barbeira, 1952. Ángel Rodal y sus hijos Moncho y Feluco, en su embarcación “Charlot”. En esta motora comenzó a pescar Juan Leyenda Marcote.

Alternando con su actividad marinera, Juan Leyenda Marcote, “Cabezalla” de apodo, fue colaborando con paciencia en la construcción de su propio barco, el “José”, en “Astilleros Esperón”. La botadura se realizaría en 1961 en A Ribeira. Según atestigua la Escritura de Compra de 1958, el barco tiene 9,20 metros de eslora y 2,70 de manga; 6,56 toneladas y está equipado con un motor Diessel, marca Pazo, de 23,40 HP. Va provisto de una chalana auxiliar. Fue comprado por 75.000 pesetas, de las que 13.000 corresponden al casco y pertrechos, y 62.000 al equipo propulsor y auxiliar. El casco es de madera de pino y roble del país. Para Juan Leyenda Marcote, el “José” será el barco de su vida, en el que anduvo pescando desde su botadura, 1961, hasta

el día de su jubilación, el 31 de marzo de 1987. En ese tiempo realizaría pequeños embarques ocasionales en otras embarcaciones que nunca pasaron de un par de meses.

Baiona, años ochenta. El pesquero “José”, de Juan Leyenda Marcote, atracado en el Monte-Real Club de Yates. (Archivo familia Leyenda Denis).

Juan Leyenda Marcote, 27 de enero de 1961, con 38 años.

Escritura de Propiedad del barco “José”. (Archivo familia Leyenda Denis).

El 10 de febrero de 1961, Juan Leyenda Marcote embarca por primera vez en el “José” como marinero. Dos años después lo haría como patrón, tras sacar el título de “Patrón de Pesca de Bajura para la Ría de Vigo” en la Comandancia de Marina de Vigo. Pescaba por nuestras costas con su hijo Manrique y tres tripulantes más.

Título de Juan Leyenda Marcote de “PATRÓN DE PESCA DE BAJURA PARA LA RÍA DE VIGO”, aprobado en 1962.

En junio de 1966, embarca durante algo más de un mes en el “Feluco”, de su cuñado Ángel Rodal “Charlot”, que patroneaba el hijo de éste, “Feluco” Rodal Leyenda. Andaban a la

langosta por Baiona, y al finalizar la campaña, subían hasta Finisterre y la Costa da Morte, donde había más abundancia de pescado. Iban al lenguado, al rodaballo… “En una ocasión –contaba el abuelo Juan- pescamos 1.400 Kilos de rodaballo en cinco días.”

Corcubión (A Coruña), 1966. Compañeros del pesquero “Feluco”, faenando por la Costa da Morte y por Finisterre. De pie: Manuel Gómez Pérez, Moncho “O de Charlot”, Pepiño Ratel “O de Rachote” y Francisco Trigo “Trimbale”. Sentados: Manolo “O da Chaboleira”, Juan Leyenda Marcote “Cabezalla” -apodo heredado de sus antepasados-, Rachote y Manuel Blach “O Pica”. (Archivo familia Ratel).

Más adelante, febrero de 1967, se enrola en el “Gervi” durante dos meses, pero de nuevo regresa enseguida al “José”, en el que ya permanece faenando el resto de su vida marinera. Sin embargo, unos años antes de jubilarse, en 1984, Juan Leyenda le compró a su amigo Manuel Blach “O Pica” el “Can da Ría”, que andaba al pulpo, y en el que estuvo pescando durante unos días. Luego volvería de inmediato al “José”, como siempre hacía cuando probaba en otro barco. Se jubilaría el 31 de marzo de 1987.

La última “Libreta de Inscripción Marítima” de Juan Leyenda Marcote, iniciada en 1961, y finalizada en 1987. (Archivo familia Leyenda Denis).

Juan Leyenda siempre mantuvo una excelente relación con su cuñado Ángel Rodal “Charlot” y con todos sus hijos. De hecho, con algunos de ellos ha compartido barco a lo largo de su trayectoria pesquera.

Baiona, A Concheira, años sesenta. Reunión de primos Leyenda, que por sus trajes y corbatas, debían de asistir a una boda. Arriba: Paco Leyenda, “Grillo” Rodal Leyenda y Juan José Leyenda. En medio: otros dos primos, Juan Leyenda Marcote y Moncho Rodal Leyenda. Delante: “Quidán”, Ángel Manuel y “Feluco” Rodal Leyenda y Manuel Blach “O Pica”. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, A Ribeira, años sesenta. De izquierda a derecha: Manolo “O Altavoz”, Manolo “O Lujo”, Manolo, Juan Leyenda Marcote y sus tres hijos, Manrique, José y Juan. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, años ochenta. Arriba: Manrique, su cuñado Pedro, el abuelo Marcelino y su cuñado Antonio Pérez García. Abajo, su cuñado Chicho “Balea”.

El abuelo Juan se jubila en 1987, tras cincuenta y tres años de mar, de ellos, más de veinticinco en el “José”. Antes, cuentan de él que salvó a dos bañistas de perecer ahogados, uno en la Praia da Concheira y otro en A Ribeira. También participó en un rescate en Cabo Silleiro.

Baiona, A Concheira, años ochenta. Juan Leyenda Marcote (1923/2015).

Y en los años sesenta, había pasado por el trance de perder a su hermano José en el mar, con tan solo veintisiete años. “Era la víspera de Nochebuena-contaba Juan-, había temporal, le insistimos enque no se embarcara, sin embargo decidió salir. Parece ser que estaba en popa, hubo un fuerte golpe de mar y cayó por la borda. Debió pedir auxilio, pero confundieron sus gritos con cantos y voces de otra embarcación cercana, y para cuando fueron a buscarlo, unas horas más tarde, ya no pudieron encontrarlo.” Juan, que no tuvo ningún naufragio en su larga vida marinera, también en una ocasión se cayó al mar a varias millas de la costa. Tuvo suerte, porque esta vez sí lo escucharon sus compañeros. “Era de noche -explicaba Juan- y había un gran temporal, pero mi hermano me lanzó la jareta, y agarrándome a ella con fuerza, conseguí salir con vida de la mala experiencia.”

El barco del abuelo, el “José”, se lo cedería al retirarse a su hijo mayor Manrique, que había faenado en su compañía durante muchos años. Y al margen de la pesca, el barco tiene poco después, en 1989, una curiosa historia televisiva, protagonizada en parte por su hijo Manrique.

Baiona, años ochenta. El alcalde Chicho Rodríguez Quintas elige al “José”, de Juan Leyenda Marcote, entre la flota pesquera, para obsequiar con esta postal de Baiona a los vecinos, y al mismo tiempo, transmitirles el correspondiente mensaje. En la proa del ”José” , Mito “O Conexo”; en el puente, Juan Leyenda; en popa, Manuel Blach “O Pica”. En la otra embarcación, entre otros, Mario. (Archivo familia Leyenda Denis).

En 1989, Manrique Leyenda Trigo recibe una propuesta de la Televisión Galega para alquilarle el barco durante unos meses, con el fin de realizar un documental sobre los famosos galeones hundidos en la batalla de Rande. Acepta la interesante oferta económica, que además lo incluye como patrón. El realizador de televisión, Fernando Navarrete, recibe el encargo de la TVG de producir un documental en cinco capítulos sobre la batalla de Rande, que llevaría precisamente ese título, “Rande”.

Vigo, 1991. Manrique Leyenda Trigo, en su puesto de patrón del “José”, durante la filmación de gran parte del documental “Rande”, una producción para la TVG.

Es posible que los primeros desencuentros entre la Televisión de Galicia y Fernando Navarrete, ya surgieran durante el rodaje. De hecho, se supone que el fin del contrato de alquiler del “José” , haya sido el motivo de que el productor acabase comprando el barco de Manrique Leyenda. Más tarde, al finalizar el documental, el “José” fue vendido a un marinero del Morrazo. <<Fue tanta la amistad que hicieron Navarrete y mi padre-recuerda Manrique hijo- a lo largo de aquellos mesesde rodaje del documental, que al nacer mi hermano Adán, lo apadrinaron precisamente Fernando Navarrete y su esposa Mabel Sánchez. >>

Publicación de la revista “Tele Indiscreta” en octubre de 1990.

La revista “Radio Televisión de Galicia” publica un amplio reportaje sobre el documental en septiembre de 1990. En la fotografía, el director Fernando Navarrete, junto a los buzos del Morrazo, Edelmiro Martínez y Xosé Ángel Hernández, que se disponen a bajar al fondo del mar para seguir la investigación. Detrás, Manrique Leyenda Trigo, el patrón del barco “José”.

Publicación de la “Revista Semanal” de Madrid, de junio de 1989. Delante de la cabina del “José”, el director Fernando Navarrete, en el centro, con su equipo: Xosé Ignacio Iturriaga, Xosé Ángel Hernández, Luis González, Edelmiro Martínez y Manrique Leyenda. (Archivo familia Leyenda Denis).

“TP Teleprograma” de agosto de 1989. Fernando Navarrete, con todo su equipo.

Tanto el contrato laboral establecido por Manrique Leyenda Trigo con la Televisión de Galicia, como una buena cantidad de reportajes publicados sobre el documental, son guardados celosamente por la familia. Se tienen noticias del impresionante trabajo de Fernando Navarrete, sobre todo en la parte principal filmada en las aguas de Rande con el apoyo del “José”. Pero también hay noticias de que el documental aún no llegó a estrenarse, se supone que por diferencias económicas entre la productora de Navarrete y la televisión.

Vigo, Real Club Náutico, 1991.Manrique Leyenda Trigo, a bordo del “José”, luciendo la camisa identificativa de la Televisión de Galicia, y esperando a la salida para rodar en Rande. (Archivo familia Leyenda Denis).

Manrique Leyenda Trigo nace en Baiona en 1947, en la Rúa do Reloxo, en pleno corazón del casco vello de la villa. Era el mayor de ocho hermanos, y su padre, Juan Leyenda Marcote, ya lo llevaba a los doce años a pescar en el “José”, por Finisterre, Corcubión, A Coruña… y hacía su base en Muros durante los siete días que duraba la marea. Faenaban al lenguado, al rodaballo… era una zona con más abundancia de pescado que Baiona. Con quince años, la edad mínima autorizada, Manrique se enrola en el “José” en 1962, y comienza a registrar su actividad marinera, que realmente había empezado mucho antes. Cuatro años más faenando con su padre, y en 1966 es llamado al servicio militar por la Armada, y destinado a Cartagena.

Cartagena, 1966. Manrique Leyenda Trigo, cumpliendo el servicio militar.

Durante esta etapa, Manrique, entre las prácticas y los destinos eventuales, estuvo en la casi totalidad de los barcos de la flota española con base en Cartagena. Un destructor, un submarino, una fragata… y participó en la incorporación del portaaviones “Dédalo” a la Armada española, tras la cesión que realizaba la Armada USA.

Cartagena, 1967. La fragata rápida “Furor”. (Archivo familia Leyenda Denis).

Uno de los cinco submarinos que componían la base de submarinos de Cartagena en los años sesenta. (Archivo familia Leyenda Denis).

Cartagena, 1966. El marinero Manrique Leyenda Trigo.

El marinero Manrique Leyenda Trigo, con base en Cartagena, fue uno de los elegidos para el traslado del portaaviones “Dedalo” a España, cedido por EE.UU., y que pasaría a ser el buque insignia de la Armada Española. Entregado en Filadelfia (EE.UU.), hicieron el recorrido hasta la base militar de Rota en tan sólo siete días. Cuenta Celina, su esposa, que años después Manrique recibiría una gratificación económica bastante sustancial por esta participación en el traslado del portaaviones, tal como al parecer le habían prometido.

El portaaviones ligero “Dédalo”, cedido por EE.UU. a la Armada Española en 1967.

Al regreso del servicio militar, Manrique decide un cambio sustancial en su vida. Deja la pesca de bajura con su padre, y junto a sus tres compañeros de Baiona, José López “O Judas”, “O Grillo” Rodal Leyenda y “O Cabecitas” de Baredo, se van a probar fortuna a Holanda. Llevan con ellos a Obdulia Pérez García, que debían dejarla en Paris con su otra hermana María del Mar, instalada allí en su trabajo desde hacía unos años. Tras los pertinentes saludos, los marineros siguieron camino a su destino final. Al llegar, es contratado por una plataforma petrolífera situada en el océano entre Holanda y Alemania. Pero al cabo de un tiempo, Manrique tuvo que dejar el empleo ya que la soldadura en la que trabajaba le afectaba demasiado a los ojos. Lo sentiría bastante ya que ganaba mucho dinero. Comienza a partir de aquí una odisea alrededor del mundo en los sucesivos barcos mercantes que lo enrolan: el “Anja”, el “Ferdinand Rtzlaff”…

El carguero holandés “Anja”.

Finlandia, años setenta. Manrique Leyenda Trigo al pie del “Ferdinand Rtzlaff”, un carguero dedicado sobre todo al transporte de minerales. (Archivo familia Leyenda).

Durante esos años navegando en varios cargueros holandeses y alemanes, Manrique alcanza el cargo de contramaestre, y desde ese puesto de cierta relevancia consigue llevar a varios marineros de Baiona a la marina mercante. Su preocupación por las gentes del mar de la villa fue una constante en su vida. Mas adelante, a su regreso, será Patrón Mayor de la Cofradía de Baiona “La Anunciada” durante quince años.

Alemania, años sesenta. Manrique, embarcado en uno de los cargueros en los que anduvo. (Archivo familia Leyenda Denis).

Es a principios de los años setenta, cuando formaliza sus relaciones con la baionesa Celina Denis García, también de antepasados marineros, y a la que conocía desde la infancia. Pasan juntos cerca de un año en el “Ferdinand Rtzlaff”, y en septiembre de 1972 se casan en la Colegiata Santa María de Baiona, rodeados de toda la familia. A partir de entonces, Manrique trabajará con especial ahínco durante unos años, con el objetivo claro de adquirir la vivienda familiar, tal como era la costumbre habitual en el mundo de los pescadores de Baiona.

Finlandia, 1972, Celina Denis García, su futura esposa, pasa un mes con Manrique Leyenda a bordo del “Ferdinand Rtzlaff”. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, Colegiata de Santa María, 3 de septiembre de 1972. Boda de Celina Denis García y Manrique Leyenda Trigo. A la izquierda de los novios: Marcelino Denis, Filomena García Carballo, Josefina, María del Mar y Antonio; a la derecha, Obdulia, Loly y Ana. (Foto Jesús-Madrid. Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, Colegiata de Santa María, 3 de septiembre de 1972. La elegante pareja de novios, Celina y Manrique, durante la ceremonia religiosa. (Foto Jesús-Madrid. Archivo familia Leyenda Denis)

Manrique aún permanece unos años más en la mercante, esforzándose con exageración en ganar el máximo de dinero para financiar la compra de su vivienda. Hace su trabajo normal más muchas horas extras. Pero ocurre que en 1975, estando en Alemania, tiene que ser operado de urgencia de apendicitis. Sale bien de la operación, aunque necesita un tiempo razonable de recuperación. Para no preocupar en casa, no comunica nada. Cuenta Celina que le apareció en Baiona sin avisar. “Ahí viene tu marido”, le dijo una vecina. Llegaba extremadamente delgado y desmejorado. Después le confesaría todo, también que se asustó bastante, que tuvo mucho miedo… y que quería quedarse definitivamente con la familia.

Vigo, 1979. Celina y Manrique con su sobrina Ana, en casa de Loly, hermana de Celina. (Archivo familia Leyenda Denis).

Aquí comienza el regreso de Manrique a la pesca. Le compra el “Mónica”, un bote de madera, a su tío Guillermo “O Meco”, e inicia sus jornadas en “bajura” “as nasas” y a “os

trasmallos”… pescando pulpo, nécoras, centolla, lubrigante, lenguado, choco, lubina, pintos, maragotas…

Baiona, excursión a las Illas Cíes, años setenta. Manrique y Celina -aún de novios-, delante de la cabina del “José”, el barco de su padre Juan.

Pesca también en el “Luis”, un bote de madera de su propiedad, y alterna con el “Mónica” las distintas licencias de pesca Bastante antes, después de botar el “José”, Manrique se había hecho con el barco “Can da Ría”, que compra a Ángel Vernet.

Puerto de Baiona, años ochenta. La lancha de madera “Mónica”, que tendría muchos años de pesca con la familia de Manrique Leyenda.

Muelle de Baiona, años ochenta. Manolo “Balea” y Manrique, mostrando un buen ejemplar de congrio pescado en la bahía. (Archivo familia Leyenda Denis).

En 1980, Manrique Leyenda Trigo es nombrado Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores “La Anunciada”. Comienza aquí una larga etapa de quince años, en los que el nuevo patrón ha dejado una enorme lista de mejoras en el Puerto de Baiona, en la pesca en general de la villa, y en la misma cofradía. Ampliación y reforma del puerto, con la construcción de la nueva lonja que permitirá la subasta de pescado; la vigilancia del furtivismo en el marisqueo; entrevistas permanentes con los conselleiros de pesca de la Xunta en busca de mejoras…

La actividad frenética que mantuvo Manrique Leyenda Trigo durante su gestión como Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores “La Anunciada” de Baiona, se ve reflejada en la prensa con comentarios como éstos y muchos más, publicados en “Faro de Vigo” y en otros medios informativos. (Archivos familia Leyenda Denis)

Baiona, Fiestas del Carmen, años noventa. Los bailadores de la Danza de las Espadas, entregan al Patrón Mayor la nueva bandera de la Cofradía de Pescadores “La Anunciada” de Baiona. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, Fiestas del Carmen, años ochenta. El Patrón Mayor de la Cofradía, Manrique Leyenda Trigo, fiel a la tradición marinera, entrega una placa de homenaje al marinero más antiguo de la villa, que es acompañado en el acto por su esposa. (Archivo familia Leyenda Denis).

En los años setenta, a su regreso de la Mercante, Manrique entabla una gran amistad con Pedro Laguna Palacios -capitán de la Guardia Civil en Vigo-, gran aficionado a la pesca. Ya el padre de Pedro, teniente en A Guarda, era amigo de “El Vivillo”, abuelo de Manrique. De aquí surge la relación entre el hijo y el nieto, que van a pescar juntos en muchas ocasiones.

Baiona, años setenta. Saliendo a la pesca de la quenlla en el “José” por fuera de las Illas Cíes: Pedro Laguna Palacios, su cuñado Andrés y Manrique Leyenda Trigo. Delante, Paco, hermano de Pedro.

Esa amistad entre ambos fue en aumento, llegando incluso a nacer una fuerte relación entre las dos familias. Los futuros destinos militares de Pedro, que lo alejaban de Baiona, enfriaría el contacto entra ambas familias, pero la amistad permanece a pesar de la lejanía. Tras diez años como teniente y capitán en Vigo, Pedro Laguna Palacios es ascendido a Teniente Coronel, y destinado como Jefe de la Guardia Civil en la comunidad de Castilla-León. En tiempos del gobierno de Zapatero, es nombrado General de Brigada, y enviado como Jefe de la Guardia Civil al Principado de Asturias. Durante estos años de servicio en la Guardia Civil, recibió varias condecoraciones de la máxima importancia militar.

En 1995, Manrique abandona el cargo de Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores para dedicarse más a su familia y a diversos asuntos personales, como había sido por entonces el rodaje del documental “Rande”. Con anterioridad, en 1987, se producía la jubilación de su padre, y como consecuencia recibía en herencia anticipada el “José”, con el que estuvo faenando durante un par de años. Lo acompañaban sus cuñados Ángel y Suso, y también iba a menudo con ellos su padre, en funciones de simple marinero. Tras su fascinante aventura en el rodaje del documental “Rande”, que le ocuparía un par de años, regresa a la pesca de siempre. Retoma sus faenas en el bote “Mónica” y en la gamela “Sarita”, y vuelve a “os trasmallos” y “as nasas” por Baiona. Poco después, en 1995, llegará a su vida marinera su hijo Manrique, que a partir de entonces lo iba a acompañar cada día en la faena. Le va enseñando con calma todos los secretos de la mar, las distintas artes de pesca, los lugares adecuados para ir al pulpo, a la nécora, a la centolla, al lenguado, al choco, al lubrigante… Van conociendo palmo a palmo los rincones de la ría, de las islas… los sitios peligrosos… los buenos para pescar… El tiempo fue pasando, y amparándose en una nueva ley, tramita su prejubilación junto a seis compañeros de la misma generación cuando cumplen los cincuenta y seis años.

Manrique Leyenda Trigo, pocos meses antes de fallecer.

El 19 de marzo de 2004, Manrique celebra felizmente en familia el Día del Padre, con la presencia de sus hijos y nietos. Sólo faltaba su hija Mónica, que se había ido con su marido a vivir a la Isla de Fuerteventura, en busca de una mejor suerte que su tierra no les daba. Deseosos los padres de ver a la hija, al marido y a Carla, la nietita de cuatro años, y echándolos mucho de menos, deciden hacerles una visita a la isla por sorpresa. Vuelan el día 21 de marzo desde el aeropuerto de Peinador, en el segundo viaje que realizaban a Fuerteventura. Al día siguiente, era además el cumpleaños de la nieta. <<Habíamos salido a dar un paseo por la ciudad -recuerda Celina como si fuese hoy-, y a las doce y media, yo me fui a casa de la hija a preparar la comida. Como Mónica había puesto una tienda de embutidos, le dije a Manrique que la fuera a recoger, y de paso le ayudaba en su trabajo hasta la hora de cierre.

¡Tal cosa no hubiera hecho nunca! Al cruzar la carretera, Manrique es atropellado por un motorista alocado, y fallece en el acto. Desde casa escuché el tremendo impacto. >>

Vigo, años dos mil. La familia de Fuerteventura, de visita en casa de los abuelos paternos. Carlos Alberto García Carbalho y Mónica Leyenda Denis, con sus hijos Nacho y Carla. A raíz de la muerte del padre, abandonaron la isla y se trasladaron a vivir a Suiza, donde siguen en la actualidad. (Archivo familia Leyenda Denis).

Unos días después de cumplir los dieciséis años -la edad mínima autorizada-, Manrique Leyenda Denis se inscribe en Comandancia de Marina, y comienza una actividad marinera que a partir de aquí, ya será registrada en la Libreta de Inscripción Marítima. Su primer embarque, el 8 de mayo de 1995, es en la gamela“Sarita”, con su padre. Iban con“as nasas” al pulpo y a la nécora. También con“os trasmallos”, al lenguado, centolla, choco, lubina, maragota, pintos, lubrigantes… La deja por baja médica en noviembre de 1996.

Libreta de Inscripción Marítima de Manrique Leyenda Denis.

En enero de 1997, pasa al “Luis”, un bote también de su padre, en el que permanece tres meses. Pescaban “as nasas” a la nécora, a ”os trasmallos” y al percebe. Cambia para entrar como patrón en el “Julia”, un bote que Manrique compra en Arcade, y en el que pesca durante un mes. Pasa al “Carmen”, propiedad de Isabel Ratel de Baiona, durante seis meses. Desembarca en diciembre de 1997.

Vuelve al “Luis” en junio del 1998, y cesa por voluntad propia en enero de 1999, para embarcar seguidamente en el “Mónica”, el bote que su padre había comprado a su tío Guillermo “O Meco” en los años setenta. Permanece como 2º Patrón durante dos años y tres meses, hasta el 30 de marzo de 2001. En abril de 2001, regresa al “Sarita” por un mes, y pasa al “Mónica” de mayo a junio. Vuelve al “Sarita” de julio a diciembre de 2001. Unos días en el “Mónica”, y otra vez embarca en el “Sarita” de enero a mayo de 2002. Un mes en el “Mónica”, y de nuevo al Sarita” de junio a noviembre de 2002.

Actual Libreta de Inscripción Marítima de Manrique Leyenda Denis.

Embarca en el “Mónica” a continuación, y permanecería hasta agosto de 2004, un año y nueve meses en total. Vuelve al “Sarita” por cuatro meses, para regresar al “Mónica”, en el que sigue desde noviembre de 2004 a abril de 2007. Por entonces, el “Mónica” ya se lo había comprado a su padre.

Al hablar de la vida marinera de Manrique, no debemos olvidar a su eterno acompañante en las tareas de la mar, su primo Joaquín López Goce, “Pituto”. Ya de compañeros de colegio, al finalizar las clases por la tarde, con tan sólo doce años, bajaban corriendo hasta el muelle a “encarnar nasas” y limpiar los aparejos del padre de Manrique y de sus tíos. <<A veces -cuenta “Pituto”- nos llevaban a dar el primer lance con “as nasas”, yal primer regreso al muelle nos dejaban. Aquello era para nosotros lo máximo, ir con los mayores a la mar. Luego, los domingos nos daban de propina 400/500 pesetas, y con eso ya éramos los millonarios del pueblo. Llegaron a darnos hasta 1.000/2.000 pesetas si la semana salía con mucha pesca. Además, el padre de Manrique, al ser Patrón Mayor de la Cofradía y asistir a todos los actos del Club de Yates, recibía de obsequio muchos polos de las distintas regatas que se celebraban. Polos que después nos pasaba, y nos convertía en los chavales mejor vestidos de la villa. En aquellos años de la niñez, todo lo que estábamos viviendo, generaba en nosotros una pasión por la pesca que iba en aumento día a día. No queríamos ir al colegio, y yo recuerdo que rompía el calzado a propósito para que mi madre no me pudiera mandar descalzo a la escuela. Por eso que al cumplir los quince años, la edad mínima permitida, ya sacamos la Libreta de Inscripción Marítima en Comandancia. Respondiendo a esa vocación imparable, fuimos desde entonces marineros oficiales. >>

Desde niños, Manrique y “Pituto” compartieron sus actividades marineras, y llevaron siempre unas vidas paralelas. Tan sólo se separaron cuando Manrique comenzó a dedicarse al erizo, de octubre a abril, meses en que compartía la planeadora con Javier “Pilote”, considerado el mejor buzo de Baiona.

Embarques de Joaquín López Goce. A la izquierda, en 1998, en el bote “Carmen”; a la derecha, en 2005, en la planeadora “Mónica”. En ambos casos, junto a su primo Manrique Leyenda Denis. (Archivo Joaquín López Goce).

Baiona, 2005. Manrique y su primo Joaquín López Goce, en la planeadora “Mónica”, “safando” centollas por detrás de la doca. (Archivo Joaquín López Goce).

Se observa a lo largo del historial de Manrique Leyenda Denis y de su primo, un permanente cambio de lanchas para faenar, casi siempre de las mismas o similares características, y durante un escaso período de tiempo, en ocasiones tan sólo días.

<<Cada lancha tiene una licencia de pesca específica -aclara Manrique-, y si el marinero quiere cambiar de captura, debe embarcarse en la lancha que tenga la licencia conveniente. A veces, entre compañeros, también nos pedimos salir en determinadas embarcaciones, a fin de cubrir los días de actividad necesarios para mantener la licencia. >>

Manrique Leyenda Denis, con dos buenos ejemplares de lubrigante.

Joaquín López Goce, halando a la centolla en la planeadora “Nuevo Pachán”.

En mayo de 2007, Manrique estrena su propia planeadora, la “Dokiña M”, donde además de Patrón, ejerce con su reciente título de Recolector Submarino. Ya permanece en ella hasta hoy en día, salvo breves y ocasionales interrupciones en otras embarcaciones. <<Mi padre me había ayudado mucho a construir este barco -comenta Manrique-. Habíamos desguazado el “Sarita” y el “Mónica”, ambos de madera, y aún aprovechamos bastantes piezas para la embarcación nueva, que, por desgracia, no la llegó a conocer acabada. Unos años antes, mi padre tuvo un desgraciado accidente que le llevó la vida. Para mí fue una pérdida irreparable, acostumbrado como estaba a salir todos los días con él. Anduve sin ir a la mar durante un par de meses de lo destrozado que había quedado. Me encontraba perdido, sin tino, sin guía… Al final, la vida empuja, y hay que seguir. >>

Baiona, 2007. La nueva planeadora de Manrique Leyenda Denis, la “Dokiña M”, llegando a puerto procedente del “Astillero Planeamar” de Arcade. Le acompaña su tío Antonio Pérez García, ya jubilado, que a los 13 años llegó a Terranova “al bacalao”, y fue uno de los primeros baioneses en ir a faenar a aquella zona tan dura e inhóspita. (Archivo familia Leyenda).

Manrique, en el “Dokiña M”, a la nécora.

El compañero de pesca de Manrique, Joaquín López Goce, “Pituto”, levantando centolla, en la planeadora “Nuevo Pachán”, de su propiedad. (Archivo López Goce).

Semana Santa, 2014. Joaquín López Goce,

“al percebe” por Baredo en el “Nuevo Pachán”. Detrás se puede ver “A Bombardeira”, la famosa roca donde un fuerte golpe de mar estuvo a punto de acabar con su vida mientras andaba “al percebe”.

En los años noventa, Manrique Leyenda Trigo tuvo la oportunidad, entre las muchas iniciativas que se le presentaban como Patrón Mayor de la Cofradía, de conectar con biólogos europeos que vaticinaban la importancia de la extracción del erizo en las costas baionesas. Se presentó esta posibilidad a los marineros de Baiona y nadie se mostraba interesado en este novedoso marisqueo. Sin embargo, el padre le insistía a su hijo Manrique en que se anotase de inmediato, ya que le presagiaba un gran futuro. En el 2000 se comenzó en Baiona a extraer el erizo, y en la actualidad son tan sólo siete las embarcaciones que poseen licencia. De momento no parece que se vayan a aumentar, ya que los biólogos no lo aconsejan. En 2007, Manrique saca el título de Recolector Submarino, que le permite ir “al erizo” en su recién estrenada “Dokiña M”. Desde ese año, sale acompañado de Javier “Piloto”, considerado el mejor buzo de la villa.

En julio de 2011, con motivo de las Fiestas del Carmen en Baiona, el abuelo Juan Leyenda Marcote recibe un cálido homenaje de la Cofradía de Pescadores “La Anunciada” como el marinero más antiguo de la villa, 88 años, y en reconocimiento a toda una vida entregada al mar. La prensa recoge la noticia, y la familia conserva celosamente los comentarios que “La Voz de Galicia” y “Faro de Vigo” publicaban en su día.

Baiona, 2015. Juan Leyenda Marcote, en su casa del barrio de San Xoán, unos meses antes de fallecer. (Archivo familia Leyenda).

Fiesta por el patriarca de los pescadores

Juan Leyenda, de 88 años, recibe el reconocimiento de Baiona

ALEJANDRO

BAIONA/LA VOZ 09/07/2011 06:00 H

MARTÍNEZ

El mar ha dado sentido a su vida y de sus gentes partirá ahora un reconocimiento a tanto sacrificio. Juan Leyenda Marcote es, a sus 88 años de edad, el marinero de mayor edad de Baiona. La Cofradía de Pescadores le rendirá un homenaje en el puerto pesquero durante las próximas fiestas del Carmen. Será uno de los actos centrales de las celebraciones, junto con la tradicional danza de las espadas o la procesión marítima. Ayer recibió la visita del patrón mayor, Fernando Leyenda, que quiso saludarle personalmente en su domicilio del barrio de San Xoán y tener unos momentos distendidos con él y su familia antes del acto protocolario. No podía faltar tampoco en el encuentro su nieto, Manrique Leyenda, miembro del cabildo de la Cofradía, que continúa la saga marinera de la familia. Juan lleva una vida tranquila en Baiona, junto a su esposa Carolina Trigo Pereira, con la que lleva 64 años casado y con la que tuvo 9 hijos, todos ellos relacionados con el mundo del mar. Uno de ellos fue Manrique Leyenda, que ejerció como patrón mayor de la Cofradía de Baiona. Otro de sus hijos, José, robaliceiro, es socio de la Cofradía. A punto de recibir el homenaje de los marineros, a Juan Leyenda le vienen a la memoria algunos momentos importantes de su trayectoria. Hay cosas que no se olvidan, como cuando a los once años comenzó a hacerse a la mar de la mano de su padre José, a bordo de la gamela que llevaba el nombre de su madre, Carmen. O como cuando al fallecer su padre se enroló en la lancha a motor de su cuñado. Un día se perdieron en Corrubedo buscando la entrada por Sálvora, pero afortunadamente encontraron con otro barco que les marcó la ruta para llegar a puerto seguro. Juan Leyenda también salvó vidas. Dos veces tuvo que echarse al mar, en la Ribeira y en la Concheira, para salvar a bañistas que se estaban ahogando. En otra ocasión participó en un rescate cerca de Cabo Silleiro. Leyenda se jubiló en el año 87 y desde entonces acostumbra a pasear por Baiona, llegar a la Concheira, disfrutar de la compañía de sus 24 nietos o cuidar el huerto de su casa. Además, la satisfacción de ver crecer a sus once bisnietos, después de una vida de mucho trabajo y sacrificio en el mar.

Baiona, 2011. Juan Leyenda Marcote “Cabezallas”, el marinero baiones homenajeado, con su esposa Carolina Trigo Pereira.

Homenaje al marinero veterano de Baiona, toda una "leyenda"

Juan Leyenda Marcote está considerado un héroe de la localidad costera

Patricia Lorenzo - Baiona 09·07·11 | 09:30 La experiencia como marinero de Juan Leyenda Marcote empezó cuando contaba con apenas 11 años de edad, momento en que se hizo a la mar al lado de su padre en una pequeña embarcación que utilizaban para hacer pesca de bajura y donde empleaban la técnica del "racú". Toda su vida la dedicó a las artes relacionadas con el mar y, cuando murió su padre, comenzó a trabajar con su cuñado en una lancha a motor que recibía el nombre de Charlot. Durante varios años faenaron en Baiona pero para ampliar la pesca decidieron otear otros horizontes, por lo que se desviaron rumbo a

Finisterre y la zona de la Costa da Morte, donde había mucha más pesca. "Alguna vez llegamos a capturar 1.400 kilos de Rodaballo en tan sólo cinco días", cuenta sonriendo con orgullo. Sin embargo, no todas sus experiencias con el mar han sido igualmente positivas. Juan perdió a su hermano José, que contaba con tan sólo 27 años, durante una travesía. "Era la víspera de Noche Buena, había temporal y le insistimos para que no se embarcara, sin embargo decidió salir igualmente". Y añade: "Estaba en la popa, hubo un golpe de mar y cayó por la borda; pidió auxilio pero confundieron sus gritos con cantos y voces de otra embarcación que estaba en las inmediaciones, y para cuando fueron a buscarle, unas horas más tarde, ya no lo pudieron encontrar". Pero su hermano no fue el único que sufrió un susto mientras navegaba. A pesar de que él nunca ha naufragado, en una ocasión también cayó al mar a varias millas de la costa. Sin embargo tuvo más suerte, pues otros marineros del navío le escucharon gritar. Juan explica que "era de noche y había un gran temporal, pero mi hermano me lanzó la jareta y agarrándome a ella con fuerza conseguí salir con vida de aquella experiencia". Este hombre, que actualmente cuenta con 88 años, es reconocido también como un héroe de su localidad, pues a lo largo de su vida ha salvado a varias personas de morir ahogadas. A pesar de todo, este baionés declara ser un enamorado del mar y nos confiesa que todavía le gusta mucho bajar al muelle y ver las olas y los barcos. Toda una vida en el mar Juan Leyenda Marcote nació en Baiona el 3 de abril de 1923. Es el tercero de once hermanos, de los que ya sólo quedan él y su hermana Carmen, de 96 años. Toda su familia ha vivido siempre manteniendo una íntima relación con el mar, no en vano, sus nueve hijos han estado en contacto directo con él; de hecho, uno de ellos, José, es "robaliceiro" y también forma parte actualmente de la Cofradía. Pero Juan no solamente ha sido marinero, sino que durante algún tiempo se dedicó a la construcción de su propio barco, El José, de siete metros de eslora y que fletó en 1961. En él navegó con su hijo mayor, Manrique, así como con otros tres miembros de la tripulación. Durante muchos años más siguió dedicándose a la actividad pesquera también en otros navíos como el Can da Ría, en 1984, con el que iba a por pulpo; pero finalmente volvió a El José, con el que se jubilaría con 65 años. Actualmente, Juan se dedica a cuidar la huerta que tiene en su casita de Baiona.

Baiona, 2011. El abuelo Juan y su nieto Manrique, brindando en una celebración familiar celebrada en el Restaurante El Soto. (Archivo familia Leyenda Denis).

Baiona, fiesta familiar en el Restaurante El Soto, 2011. Los abuelos, Carolina y Juan, con sus nietas Mónica y Patricia. (Archivo familia Leyenda Denis).

En 2010, Manrique faena unos días en la planeadora “Nuevo Pachán”, de su primo “Pituto”; en abril de 2016, pasa a la planeadora “Pólvora”, de su propiedad, durante poco más de dos meses; otro mes en el “Pólvora” en agosto de 2018 y casi otro en agosto de 2019.

La vieja lancha “Nuevo Pachán”, antes de su desguace, fondeada en A Ladeira. Sería sustituida por una planeadora de fibra de poliéster fabricada en Arcade en “Astilleros Planeamar”, y adquirida por Joaquín López Goce, “Pituto” y un amigo.

La planeadora “Pólvora”, en los pantalanes del puerto de Baiona.

<<Un tremendo golpe de mar andando “al percebe” , me retiró de la pesca -cuenta “Pituto”, después de cerca de veinte años de faena. >> Los marineros de Baiona van “al percebe” y “al erizo” desde Monte Ferro hasta “A Orelluda do Norte” en Oia, y resulta la parte de la pesca de “bajura” más rentable para los que consiguen las correspondientes licencias. La Semana Santa y las Navidades son momentos culminantes del año, cuando el percebe alcanza su mejor cotización, y que debe compensar los otros meses más bajos del resto de año. Para andar “al percebe”, es obligado considerar que el percebeiro se juega la vida en demasiados momentos. Por un lado, saliendo a la mar muchas veces con mal tiempo, con el correspondiente peligro del fuerte oleaje y del viento. Por otro lado, siempre intentará coger el percebe más profundo, que al ser mayor es más cotizado, pero que conlleva más riesgo en su captura. <<Me decía un amigo de Corme, zona de Galicia famosa por el percebe -recuerda “Pituto”-, que “O millor percebeiro que hay no pobo é o que chega de volta a casa”. En 2017, andando “al percebe” en “A Bombardeira”, tan cerquita de tierra, estuve a punto de perder la vida. Estaba en lo alto de la roca, y vi venir aquella ola descomunal, que después de golpearme ferozmente, me arrastró de golpe en golpe por las rocas abajo hasta el mar. Creí morir. Menos mal que los compañeros que andaban por allí me rescataron. Estuve de baja casi dos años, con todo el cuerpo dañado, hasta que los médicos declararon mi definitiva ineptitud para salir de nuevo al mar. Me concedieron la jubilación en 2018. >> Manrique perdía así su inseparable compañero de pesca, Joaquín López Goce, “Pituto”, pero su amigo sigue yendo por el muelle a ayudar en labores de tierra… y a charlar de las faenas de la mar de cada día.

La llegada de la pandemia en marzo de 2020, afectó también a la pesca de “bajura” de Baiona como a la mayoría de las actividades productivas del país. En una entrevista en el diario “Faro de Vigo”, Manrique Leyenda Denis explica con precisión los problemas que se les presentaron, y de qué manera fueron solventando la situación para sufrirla con el menor perjuicio posible.

Manrique Leyenda deja el erizo y el percebe para continuar trabajando cada vez con menor rendimiento económico

Baiona, 2020. El pescador de “bajura”, Manrique Leyenda Denis, en su planeadora “Dokiña M” atracada en el puerto pesquero.

Los pescadores de Baiona trabajan a medio gas manteniendo su actividad con la captura de especies que a duras penas van teniendo una demanda relativa. Manrique Leyenda Denis es un marinero perteneciente a la Cofradía La Anunciada de Baiona que en el momento del decreto de estado de alarma se dedicaba al erizo de a flote cuya extracción, junto al percebe, fueron las más castigadas por el bajón del mercado hasta el punto de que llevan semanas paralizadas al destinarse principalmente, en el primer caso, a la exportación a países tales como Italia o Francia.

Hijo del ex patrón mayor Manrique Leyenda Trigo, este profesional lleva 25 años en el mar, desde los 16, y sale siempre que las condiciones se lo permiten en el barco de bajura "Dokiña M" que patronea junto a otro marinero con el que forma su tripulación, aunque reconoció que la situación les cogió a los dos de sorpresa y en pleno trabajo. Con el fin de minimizar pérdidas, Leyenda sale diariamente junto a su hermano a la captura de centollo y choco. Con todo, estima que la facturación ronda un 70% menos que en circunstancias normales. "La entrada oficial de la cuarentena nos marcó desde el minuto uno. Los compradores comenzaron a echarse a atrás mientras que los que seguían interesados en cerrar tratos ofrecían menos de ocho euros kilo, que es nuestro valor mínimo de mercado", explicó. Para la captura de erizo de a flote la Consellería estableció un tope máximo diario de 90 kilos por barco extraído muy cerca de las rompientes, en las rocas. Se sirven de compresores para generar el aire necesario que les permite desarrollar su actividad bajo el agua conducido por una manguera de 30 metros de largo y en profundidades que oscilan entre los 3 y 12 metros. "Nos quedamos varios días parados intentando darle salida a la mercancía, pero al final tuvimos que cambiar de arte", aclaró. El "Dokiña M" es uno de los siete barcos que en el momento del parón se dedicaba a esta especie y es el único que ahora mantiene su actividad salvando la situación con choco y centolla "además de algún lenguado" con un precios de venta muy por debajo de lo habitual. El bajón registrado de la Cofradía fue total en todos los aspectos, muy condicionado al cierre de la hostelería. El único que se salva en términos económicos es el pulpo así como el pescado de bajo valor, sin embargo Manrique explicó que éste comienza a escasear. "Los tres primeros días salimos a capturarlo con nasas pero dado el volumen obtenido desistimos del cefalópodo y buscamos alternativas", aclaró. Aún así aclaró que si en circunstancias normales estaban facturando entre 4.000 o 5.000 euros mensuales en bruto, en estos momentos pueden llegar a los 2.000, ya que el desplome del crustáceo también es muy acentuado. "Si estábamos vendiendo la centolla buena en 25 euros kilo ahora su precio ronda los 14 euros" , finalizó.

A principios de 2021, Manrique tiene una gran pesca de centollos a bordo de la planeadora “Pólvora”, de su propiedad, acompañado en la faena por su hermano Adán. Los testimonios han quedado a buen recaudo, para que no haya dudas.

Baiona, febrero de 2021. Buena pesca de centollos de Manrique y Adán Leyenda Denis, faenando en la planeadora “Pólvora”. (Archivos familia Leyenda).

Puerto de Baiona, febrero de 2021. La planeadora “Polvora”, atracada en uno de los pantalanes del muelle. Adán Leyenda Denis, hermano de Manrique, muestra la gran pesca de esa jornada. (Archivo familia Leyenda Denis).

Adán, hermano de Manrique, no quiso estudiar, ni prepararse para ningún oficio, y estuvo trabajando en una empresa durante dos años. Igual que su hermano, se decidió por la pesca, y en la actualidad faena con él en “bajura”.

Baiona, 2021. Las dos embarcaciones de Manrique en la actualidad. Arriba, la planeadora “Pólvora”, en un buen día de pesca. Abajo, la planeadora “Dokiña M”, saliendo a la mar. (Archivo familia Leyenda Denis).

Capturan en Baiona un congrio de 40 kilos y más de dos metros

El mismo marinero pescó otro del mismo tamaño y algo menos de peso a la vez

MÓNICA TORRES

BAIONA / LA VOZ 31/03/2021 22:45 H

Adán Leyenda consiguió esta semana una captura de auténtico récord en aguas de Baiona. Este marinero del Pólvora cogió con sus aparejos dos congrios monumentales. «Aún estaban medio vivos cuando los pescamos y metimos en el barco. Tuvimos que hacer mucha fuerza», explica este joven. Había lanzado los aparejos en la parte externa de las Estelas, pero nunca antes se habían topado con animales de tal envergadura. En la embarcación pudieron ya tomar medidas y los resultados explican el esfuerzo físico que tuvieron que hacer para conseguir recoger los aparejos. Cualquiera de los dos ejemplares es más grande que él, ya que ambos superaban los dos metros de longitud. El mayor pesó casi 40 kilos y el menor cerca de 35. «Sirven para la foto solo», bromea tras darse cuenta de que se trata de dos hembras y que, por ello, «no sirven para cocinar porque la carne se deshace». El récord en la zona estaba en un congrio de 31 kilos.

Baiona, marzo de 2021. Arriba: los dos hermanos Adán y Manrique Leyenda, con los dos ejemplares de congrios pescados en As Estelas. Abajo: Manrique y su tío Antonio Pérez, sostienen uno de los ejemplares en alto para mostrar sus más de dos metros de longitud.

Puerto de Baiona, marzo de 2021. Manrique Leyenda Denis, sostiene en alto uno de los congrios pescados en As Estelas. (Archivo familia Leyenda Denis).

En la actualidad, Manrique pesca con su hermano Adán en la planeadora “Pólvora”, y durante los siete meses de la época del erizo va con Javier “Piloto” en la “Dokiña M”.

Puerto de Baiona, 2020. El baiones Manrique Leyenda Denis, saliendo a la mar en su embarcación “Dokiña M”. (Archivo familia Leyenda).

A Manrique Leyenda Denis lo debemos considerar como un marinero de “bajura” del siglo actual. Ya no llegó a los viejos barcos de madera, el “Erizana”, el “Fumanchú”, el “Pinzón”… ni a los últimos de acero como el “José Almuiña” o el “Balcagia”… ni a las lanchas tan populares en épocas pasadas como el “Botones”, el “Anzuelo”, el “San José”… ni apenas toca hoy en día una gamela, aún cuando sigan fondeadas en la bahía. Manrique es un marinero de hoy, de este siglo, de los tiempos de las planeadoras, de esas embarcaciones que faenan por todo el litoral de Baiona con la agilidad y la rapidez que las situaciones requieren. Dependiendo de las licencias de cada una de ellas, tanto pueden pescar maragotas, centollas, lubinas, choco… a “os trasmallos”, como andar con “as nasas” al pulpo y a la nécora… como ir a los percebes y al erizo… y también a la almeja con las varas por detrás de la doca… Manrique ha pescado por los mares de Baiona con todas las artes de pesca de sus antepasados. Conocimientos que de la mano de su padre, llegaron a él a lo largo de sus primeros veinticinco años de vida. El fallecimiento prematuro de Manrique padre en 2004, lo dejaría en la más completa soledad en la mar, que se le hizo angustiosa por momentos, acostumbrado como estaba a andar guiado en las faenas de la pesca por él, un permanente acompañante.

Con la adquisición de la planeadora “Dokiña M”, Manrique se incorpora a los nuevos tiempos, y durante siete meses del año se dedica sobre todo a la extracción del erizo. Su embarcación posee una de las únicas siete licencias concedidas en la zona. <<Los estudios de los biólogos consideran que de momento no se puede ampliar el cupo -nos informa Manrique-. Así que con este permiso tan escaso, nos “mergullamos”* en la mar buscando el erizo entre las rocas, con trajes de neopreno y una manguera que nos suministra el aire desde el barco. Cuando bate mucho la mar resulta bastante peligroso. Vamos por Cabo Silleiro, por “Os Carallóns, por As Estelas, por A Orelluda… El erizo está muy valorado sobre todo en Francia, Italia y, dentro del país, en Asturias. Del erizo se extrae un caviar y un paté exquisitos, de una enorme estima gastronómica. >> No cabe duda que la actual valoración del erizo en los mercados, es un hallazgo y un añadido fantástico dentro de la economía de la pesca de “bajura” de Baiona. Esto reafirma la opinión de que Manrique es un marinero de “bajura” del siglo XXI. Los otros cinco meses del año, Manrique los ocupa con “os trasmallos”, con “as nasas”… y durante estas últimas semanas de mayo, está probando por primera vez con la almeja desde superficie. <<Voy con mi hermano Adán en una planeadora que nos prestan, ya que la mía no tiene licencia para este tipo de pesca. Esta es la razón de que nos mudemos de barco tan a menudo, unas veces por interés propio, y otras para hacer el favor a un compañero que necesita mantener la actividad de su planeadora para no perder la licencia. >> Y precisamente ésta es una de las grandes diferencias que existen entre los marineros de “bajura” y de “altura”. Mientras que estos últimos son pescadores únicamente dedicados a una sola especie de pescado, ya sea el atún, o el espada… y con un sólo arte, los de “bajura”, a lo largo del año, tocan todas las artes de pesca, y toda clase de capturas, hasta llegan a la almeja desde superficie, al percebe y al erizo. Para un pescador vocacional

*. Mergullarse, expresión gallega: sumergirse, bucear.

como lo son Manrique y su primo “Pituto”, las posibilidades de variar resultan para ellos mucho más satisfactorias. Y hablando de diferencias, opina “Pituto”, el amigo inseparable de Manrique, que los marineros de “altura”, en su mayoría, se van por asegurarse un buen sueldo fijo cada mes, una situación totalmente estable, procediendo así de una manera en absoluto conservadora. “Pituto” considera que no tienen la valentía suficiente para afrontar la “bajura” por sí solos, y buscarse una planeadora donde pescar, o adquirir una aunque sea entre dos marineros. Luego queda pagar los seguros cada mes… y arriesgarse a poca pesca, al mal tiempo, sufrir las vedas… y también a salir a pescar con mucho más riesgo físico, aguantando el frío, la lluvia y la evidente fragilidad de las embarcaciones utilizadas ante los temporales y el mal tiempo. Decía un veterano “lobo de mar”, que “los barcos de ahora son auténticos yates, que barcos eran los de antes” . Por eso que en “altura” van en la actualidad con todas las comodidades y adelantos técnicos. Y además, remata “Pituto” en sus comentarios: “A mí me gusta dormir en casa todos los días”.

Los compañeros de siempre, en el colegio, en la mar y en la vida. Joaquín López Goce, “Pituto” y Manrique Leyenda Denis. (Archivo López Goce).

- ¿Si ahora pudieses regresar a tu niñez, volverías a ser pescador? - le pregunto a Manrique. - Volvería a ser pescador sin la más mínima duda. Sin embargo, confieso que no me gustaría que mi hijo Iker fuese marinero. No sé por qué, pero preferiría que estudiase algo. Dice un buen amigo suyo que “Manrique lleva agua salada en las venas en lugar de sangre”. De niño corría hasta el muelle tan pronto podía, a un muelle que por entonces estaba lleno de marineros en faenas de pesca. Con su envidiable juventud, cuarenta y un años, ya trae consigo la envidiable experiencia de veinticinco años de mar.

En un viaje de turismo a Madrid, pasan por el Bernabeu y se hacen la fotografía en uno de los banquillos: Manrique, Joaquín “Pituto” y Adán. (Archivo López Goce).

<< ¿Me preguntas por la “altura”?. Me han ofrecido muchas veces embarcarme “al atún”, “al “espada”, al “arrastre”… y no quise nunca. Pero tengo que reconocer que me gustaría ir alguna vez tan sólo por curiosidad. También he tenido ofertas para trabajar en tierra, y las rechacé. Lo mío es la “bajura”, y

desde hace unos años, el erizo completa perfectamente el lado económico de esta pesca tradicional. >>

La extracción del erizo para los que tienen licencia, ha supuesto una fuente de tranquilidad económica importante. Manrique anda “al erizo” desde 2007.

<<… y en “bajura” -añade- puedo estar con la familia todos los días, en especial con mi hijo Iker, que lo estoy viendo crecer… >>

Ribeira Sacra, 2021. El padre, Manrique, la madre, Mónica, y el hijo, Iker.

<<… ni tampoco podría ir de excursión de fin de semana junto a Mónica y a nuestro hijo Iker, como lo acabamos de hacer a la Ribeira Sacra. >>

Ribeira Sacra, 2021. Padre e hijo, contemplando los Cañones del Sil.