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V Charlando con “Nando”, un “contra”

V. Charlando con “Nando”, un “contra”

“Ya se sabía. Era lo que tocaba en aquellos tiempos. A los dieciséis años, a la mar” , comenta “Nando” nada más iniciar la charla.

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En una familia marinera baionesa, desde hacía muchas generaciones, el futuro de los chicos estaba más que señalado. No se presentaban otras alternativas posibles, y en su caso todavía con mayor motivo: su padre había enfermado muy joven y no podía salir a la mar. “Nando” se vio obligado a ayudar en casa. Ya lo hacía su hermano mayor. Su bisabuelo, el portugués José Denis Capelán, nacido en 1851, era marinero en su tierra, lo mismo que había sido su padre, y el padre de su padre… Emigrado a Baiona desde Póvoa de Varzím, y casado con una baionesa, dejaron abundante descendencia marinera. Llegaron a tener diecinueve nietos, la mayoría pescadores, y ellas, las mujeres, se casaron casi siempre con marineros, con lo cual aún proliferaron más. La villa de Baiona, en épocas en las que la casi totalidad de las familias eran pobres, no daba más de sí. Los estudios estaban al alcance de muy pocos; los oficios a aprender eran escasos y poco rentables; y al final, la salida recomendable por rápida y eficaz, no era otra que la pesca, que venía siendo desde hacía muchos años el sustento familiar del pueblo. Así que “Nando”, fue uno más de aquellos niños que con tan solo dieciséis años ya iban a pescar con su padre, con los tíos y los primos, con su abuelo… primero en las gamelas, luego en las lanchas, después en los legendarios barcos de madera, para finalizar por todos los mares del mundo “al atún”, “al espada” , “al arrastre”… en los grandes buques de hoy en día. Antonio Fernando Costas Denis, “Nando”, de la generación de los sesenta, ha vivido todas esas etapas, sin perderse una. Es de los últimos marineros que pueden contar todavía en qué condiciones iban a pescar sus antepasados, embarcados en aquellos barcos de madera de entonces: el “Policarpo Vilar”, el

“Fumanchú”, los “Espada”, el “Erizana”, el “Pinzón”, los “Almuiña”… Antonio Fernando Costas Denis, “Nando”, nació en Baiona el 30 de mayo de 1963 en la Calle Ibarra, barrio de marineros situado en pleno “casco vello”. Hijo de José Luis Costas González, “O Anano”, marinero, y María del Pilar Denis Carneiro, que además de ama de casa, al cuidado del hogar y de los niños, trabajaba de “atadera” para los “Canero” y los Almuiña, armadores importantes de la villa.

Algeciras, años setenta. Marineros del “Darío”, de los “Maciel”, revisando el aparejo en el muelle. De izquierda a derecha: Carlos Mosquera, un compañero de Panxón, Manuel Gómez Pérez y José Luis Costas González, “O Anano”. Son cuatro hermanos: el mayor, José Luis, marinero por poco tiempo y luego carpintero; dos hermanas, María del Pilar y María Clara “Isa”; y “Nando”, marinero como su padre. Antes de ir a la mar en edad temprana, inició los estudios primarios en las Escuelas Públicas, y pasó al Colegio Covaterreña en sus últimos años de formación.

Baiona, 1970. Los cuatro hermanos Costas Denis: Detrás, “Nando”, José Luis, “Lis”, y María Clara, “Isa”; delante, María del Pilar. (Archivo familia Costas Denis).

En enero de 1979, sin cumplir aún los dieciséis años, “Nando” embarca por primera vez. El “Almuiña”, del armador baionés José Almuiña, será el barco de sus inicios. Con Pablo Leyenda, “Canero”, de patrón, va rodeado de auténticos “lobos de mar”, veteranos y reconocidos marineros de la villa que le enseñarían a dar los primeros pasos de su incipiente profesión. Faenaban “al pincho” por la costa portuguesa, llegando hasta Canarias, y andaban a la pesca de merluza, mero… La marea duraba un mes, y regresaban a Vigo a descargar. Un fin de semana de descanso, y de nuevo a la mar. En 1983, desembarca del “Almuiña” para cumplir el Servicio Militar en la Armada, al principio destinado a Ferrol, luego dos meses en la Comandancia de Vigo, y el resto, en la Ayudantía de Marina de Baiona. Antes de incorporarse a la “mili”, durante un mes de espera, sale a pescar en la lancha “Carmiña”, de Mario Leyenda. Pescan por las costas cercanas, en faenas de “bajura” .

Libreta de Marinero en su segunda renovación, 1989. “Nando” tenía veintiséis años.

Baiona, finales de los años setenta. Parte de la tripulación del “Almuiña”. Entre otros: Manuel, Constantino Fernández Vidal, “Tanano”, Jorge Javier Giráldez, “Juqui”, Señor José, Enrique, José Malla, de Baredo, Pepe Rachote… y “Nando” Costas Denis. (Archivo familia Costas Denis).

Baiona, años sesenta. La lancha “Carmiña”.

Después de un año y seis meses de retención en la Armada, se reincorpora de nuevo al “Almuiña” a finales de 1984. <<Aunque no tuvo importancia -recuerda “Nando”, nos detuvo un guardacostas portugués en la Isla de Madeira, y nos retuvo casi todo el día. Luego nos dejo marchar sin más consecuencias. Fue mi primera experiencia en este sentido. Más adelante, pasados muchos años, llegamos a estar asediados por los piratas somalíes. >>

Marineros del “Almuiña”, repasando las volantas, “os tramallos”...

Años ochenta. En el “Almuiña”, jugando a las cartas. “Bi”, Ángel “Cusco”, Señor José “el Chato” y “Nando”. (Archivo familia Costas Leyenda).

En agosto de 1985, “Nando” decide dejar la pesca de Baiona, y buscar nuevos horizontes por otros puertos. Con tal motivo, se incorpora al “Navijosa Sexto” de los “Gabrielitos” de Huelva, armadores muy conocidos en Baiona por los marineros veteranos. Embarca en Tombua (Angola), y pescan “al arrastre” por la zona angoleña de Mosambides. La campaña duró seis meses y veinte días.

Mapa de Angola. El puerto de Tombua, en el sur.

En enero de 1987, se enrola en Vigo en el arrastrero “Foque” de Cádiz, que se desplaza a Terranova “a la platija”… y también algo de bacalao, fletán… <<Hicimos dos mareas, 60/70 días, con tan sólo una semana de descanso entre ellas. Estuvimos hasta el mes de junio, y en unas condiciones meteorológicas demasiado duras. Hacía un frío inaguantable, y un mar muy bravo, con fuertes temporales a menudo. El choque de las corrientes marinas, cálida y fría, provoca unas nieblas permanentes. >>

El arrastrero “Foque”, de una compañía de Cádiz, pescaba en Terranova en los años ochenta.

Mapa de la zona de pesca de Terranova -en inglés, Newfoundland-, con el puerto más importante, Saint Pierre e Miquelón, en el sur de la isla. Es el mayor banco de pesca del mundo. Frente a sus costas, se hundió el “Titanic” en 1912.

Platija

El 27 de agosto de 1987, “Nando” se embarca en Vigo en el “Albacora Catorce”, de la armadora vasca “Albacora S.A.”. Sin que se pretenda desmerecer sus experiencias anteriores, ni mejores ni peores, distintas, aquí comienza el baionés su vida marinera “al atún”. Se trasladan al Océano Índico para faenar en las Islas Seychelles, Madagascar…

El “Albacora Catorce”, de la armadora vasca “Albacora S.A.”.

Características técnicas del “Albacora Catorce” y “Albacora Doce”

Diseño… CND-2284 Diseño… CND-2284

Atunero… Albacora Catorce Atunero… Albacora Doce

Armador… Albacora Armador… Albacora

Año… 1982 Año… 1982

Eslora… 77,30 M Eslora… 77,30 M

Capacidad… 1880 M3 Capacidad… 1880 M3

Nombre Actual… Nombre actual… Guayatuna Dos Guayatana Uno

El “Albacora Doce”, de la armadora vasca “Albacora S.A.”.

Desde que ingresó en la nueva armadora, Fernando Costas Denis estuvo pasando periódicamente del “Albacora Catorce” al “Albacora Doce” -barcos gemelos-, tras disfrutar las correspondientes vacaciones de dos meses estipuladas por entonces, y muchas veces haciendo el trasbordo en el mismo océano.

En el “Albacora Doce”, descargando el “salabardo” en la “tolva”.

Momentos de descanso en el “Albacora Doce”. A la derecha, los baioneses Suso Carneiro y “Nando”; a la izquierda, dos compañeros de Madagascar.

El “Albacora Doce”, atracado en Port Victoria (Mahé-Islas Seychelles), para la reparación de la red. En la tarea, “Nando”, el seycheiano Kinet y varios compañeros africanos. (Archivo familia Costas Denis).

En el “Albacora Doce”, eligiendo el pescado para ser trasladado en la “panga” a otro barco de la misma compañía. (Archivo familia Costas Denis)

“Nando”, Miguel -el “panguero”-, y un senegalés, trasladando pescado en la “panga” del “Albacora Doce” a otro barco de la compañía. (Archivo familia Costas Denis)

Océano Índico, años noventa. Los baioneses “Nando” y Manolo “el Pelos”, en uno de los “Albacora” con un tiburón-ballena, especie protegida. El tiburón-ballena, todavía vivo, es izado en la cubierta para ser devuelto al mar.

Años noventa. El senegalés Lamín y “Nando”, en el “Albacora Catorce”.

Océano Índico, años noventa. En la “panga” del “Albacora Catorce”: “Nando”, de pie, con el “panguero” canario Miguel, y dos compañeros africanos.

Años noventa. Reparando la red del “Albacora Doce” en el muelle de Port Victoria. “Nando”, en el centro, y en medio de los marineros africanos, el baionés Javier Leyenda, “O Catau”, el contramaestre, del que dice “Nando” que le enseñó todo, que fue su auténtico profesor. (Archivo familia Costas Denis).

Años noventa, en el “Albacora Doce”. El contramaestre Javier Leyenda, “O Catau”, de una saga legendaria de marineros baioneses. (Archivo familia Costas Denis)

Años noventa, Navidad en el “Albacora Catorce”. Detrás, el senegalés Lamín, “Nando” y “Chicote”, engrasador vasco. Delante: dos compañeros senegaleses, el canario Miguel, el vasco Gottzon, y el baionés Manuel Misa, de Belesar.

Años noventa, comida en el “Albacora Catorce”. Detrás, “Nando”, el baionés Suso Carneiro y el canario Miguel. De espaldas, Sebastián, de Vilagarcía. Delante, dos marineros kenyatas. (Archivo familia Costas Leyenda)

Años noventa. “Nando”, recién llegado de las vacaciones al “Albacora Catorce”. Arriba, “Chus”, el contramaestre, del Val Miñor. (Archivo familia Costas Denis).

Años noventa, en el “Albacora Catorce”. “Nando” con Javier, un camarero vasco.

Madagascar, años noventa. En una descarga del “Albacora Catorce”, tres baioneses toman unas cañas: “Nando”, Gelín y Suso Carneiro.

Hasta mediados de 1993, “Nando” ocupa el puesto de marinero. Ese mismo año pasa a ayudante de contramaestre, y siete después, en enero del 2000, asciende al cargo de contramaestre. Un año antes, 1999, los “Albacora Doce y Catorce” se trasladan a pescar al Océano Pacífico en aguas internacionales. Para ello emplean diecisiete días en la ruta, y deben cruzar el Canal de Panamá, para alcanzar los caladeros de atún. “Era la primera vez que cruzaba el canal -recuerda “Nando” con satisfacción-, una preciosa e interesante experiencia. Al entrar desde el Atlántico por el Mar Caribe, el barco es introducido en una exclusa, y desde ese momento, ya es manejado por el personal del canal. Con unos pequeños, pero potentes trenes, van arrastrando al barco de exclusa en exclusa, hasta llegar a la última, que llenan de agua para alcanzar el nivel más alto del resto del canal, y dejar liberado el barco en el Golfo de Panamá. Se tarda en pasar unas horas. Al cruzarlo en sentido contrario, el buque entra en las exclusas, ahora plenas de agua, es arrastrado igualmente por los trenes, y se va vaciando poco a poco para situar el barco al nivel del resto del canal que sale al Atlántico. >>

<<Nosotros lo pasamos esa segunda vez para descargar en Cartagena de Indias (Colombia), y luego regresamos. >>

Mapa del Canal de Panamá. <<Estuvimos cinco años pescando en el Pacífico. La armadora tenía base en Posorja (Ecuador), desde donde dirigía la estrategia de pesca de su flota por la zona. Llegamos a pescar hasta el Archipiélago de Kiribati, en la mitad de Océano Pacífico, y aún más lejos, hasta la Polinesia Francesa. >>

<<Además de Colombia, descargábamos en Manta (Ecuador), en Puerto Quetzal (Guatemala), en La Puebla (México)…>>

Canal de Panamá en su entrada por el Mar Caribe. Panorámica de las exclusas.

<<Mi último desembarco con los “Albacora Doce y Catorce” para irme de vacaciones, lo hice en septiembre de 2004, en el puerto de Nuku-Hiva, de la Polinesia Francesa. >> Después de diecisiete años pasando de un “Albacora” a otro, la armadora finaliza ese periplo para “Nando”, y en diciembre de 2004, lo traslada al “Intertuna Dos” por una campaña. Embarca en Mombasa (Mozambique), y vuelve de nuevo al Océano Indico. Pero no se despedía definitivamente de los “Albacora”, ya que dos años después embarcaría en el “Quince” por cuatro meses.

El atunero congelador “Intertuna Dos”, de la compañía vasca “Albacora S.A.”.

Una campaña de cuatro meses en el “Intertuna Dos”, pasa las correspondientes vacaciones en Baiona, y de nuevo, al incorporarse, tiene cambio de barco. Esta vez pasa al “Albatún Tres”, y hará otra campaña de cuatro meses.

El ”Albatún Tres”, de la armadora “Albacora S.A.”. (Foto jou jou. Marine Traffic)

Y es en febrero de 2006, a la vuelta de vacaciones, cuando embarca en el “Albacora Quince”, en Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles). El “Catorce”, el “Doce”y ahora el “Quince”.

Puente del atunero “Albacora Quince”.

El “Albacora Quince”, rumbo a las Islas Seychelles.

El “Albacora Quince”, echando el “cerco”.

El “Albacora Quince”, atracado en Port Victoria (Mahé-Islas Seychelles). Propiedad de la armadora vasca “Albacora S.A.”, fue construido en 1983; tiene una eslora de 86 metros, y es tripulado por treinta hombres.

A mediados del 2006, “Nando” cambia de armadora después de diecinueve años con “Albacora, S.A”, y se enrola en el atunero congelador “Draco”, de la compañía “Mantisa”. En este barco empezaría a disfrutar de cuatro meses de vacaciones, tras cuatro de mar, razón definitiva para el cambio.

Vigo, Estación Marítima, 2006. El atunero congelador “Draco”, construido en los “Astilleros de Barreras”, para la armadora “Mantisa”.

Después de un año y tres meses en este barco, “Nando” tiene que desembarcar el 27 de diciembre de 2007 por accidente. <<Me rompí una mano pescando en el Archipiélago de Chagos, tuve fractura de radio -recuerda “Nando” con disgusto-. Me trasladaron en un mazicero a las Islas Seychelles, recibí las primeras atenciones médicas, y cogí un vuelo a Madrid, haciendo antes escala en Kenia. Al llegar a Baiona, no estuve demasiado tiempo de baja. >> En este tiempo de baja, “Nando” contacta con el patrón baionés “Gito” Leyenda, que se había hecho cargo del “Parsian Shila”, un atunero construido en “Astilleros Armón” de Vigo para un armador de Irán. El barco llevaba parado dos años en los muelles vigueses.

Llegan a un acuerdo, y “Nando” embarca como contramaestre en el “Parsian Shila” el 6 de enero de 2008. Tardaron un año en salir de Vigo, primero haciendo preparativos, y luego a falta de resolver trámites burocráticos. Durante este tiempo, cobraron unos buenos sueldos… y antes de partir rumbo a Irán, estuvieron un día entero parados en las Illas Cíes… no se sabe el por qué.

Buque atunero congelador “Parsian Shila”, construido en 2006 por “Astilleros Armón” de Vigo, para el armador “Salem Chabahar” de Irán. (Foto Javier Alonso).

Características Técnicas

Número IMO: 9404285 Nombre: PARSIAN SHILA Tipo de barco - Detallado: Barco pesquero Estado: Activo MMSI: 422573000 Identificativo de llamada: 9BKI Bandera: Irán [IR] Arqueo bruto: 3296 Verano DWT: Eslora Total x Manga Máxima: 95,7 x 15,20 m Tripulación: 30 personas Año de construcción: 2006 Armador: Salem Chabahar (Irán) Puerto base: CHABAHAR

El “Parsian Shila”, haciendo pruebas de mar por las costas gallegas.

La cofa del “Parsian Shila”.

Sala de mando situada en el puente del “Parsian Shila”.

Parque de pesca del “Parsian Shila”. La cinta transportadora en el centro, y a la derecha, las cubas de refrigeración donde se almacena el pescado.

<<Cogimos la ruta del Mar Mediterráneo -cuenta “Nando” con amplia sonrisa-, y cruzamos por el Canal de Suez para llegar cuanto antes al puerto iraní de Baudar Abbas, situado en el Golfo Pérsico. Yo pasaba el canal por segunda vez, y resultó de nuevo una experiencia interesante. Estuvimos fondeados una semana, esperando turno para entrar en el canal. Los barcos iban en fila, a la velocidad indicada por la organización. Nosotros llevábamos delante un portaviones norteamericano, y a la cola del convoy, un destructor francés. En aquel momento, era una zona de alto conflicto político y militar, y ya en Vigo, antes de la salida, la revista “Interviú” había entrevistado al patrón, “Gito” Leyenda, sobre el viaje a Irán y la posterior marea por las Islas Seychelles, con la amenaza de entonces de los piratas somalíes. >>

El canal tiene la entrada por el Mediterráneo en Egipto, en Port-Said, y la entrada por el Mar Rojo en la ciudad portuaria de Suez. Son 193,3 kilómetros de recorrido, que se tardan en pasar cerca de doce horas. Luego, cruzando el Mar Rojo se llega al Océano Indico, y se sigue hasta el Golfo de Omar, y justo en el Estrecho de Ormuz se encuentra el puerto de Bandar Abbas, destino de la entrega del “Parsian Shila” a la armadora iraní “Salem Chabahar”.

Mapa de Irán. El puerto de Bandar Abbas se encuentra situado en el Estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico. Por esta ruta se transporta la tercera parte del petróleo del mundo, y es motivo de frecuentes conflictos políticos entre Irán y Estados Unidos.

<<Al llegar a Bandar Abbas -sigue explicando “Nando”, echamos un mes en puerto equipando el atunero para salir a pescar. Luego estuvimos faenando otro mes por las Islas

Seychelles, pescando poco por la falta de medios y de licencias. La armadora no tenía la estructura necesaria. El 25 de junio de 2009, desembarqué en Port Victoria para disfrutar de las vacaciones, y ya no regresé. El patrón, “Gito” Leyenda, estuvo un mes más, y también dejó el barco. La exótica aventura del “Parsian Shila” duró un año y seis meses.>>

Canal de Suez. Los barcos pasan en fila ordenadamente, a la velocidad indicada por los mandos del canal. El costo del permiso de paso es bastante elevado.

En el mapa se observa la diferencia en kilómetros de la ruta por el Mar Mediterráneo o por el Océano Atlántico, para llegar al Océano Índico.

En diciembre de 2009, “Nando” se enrola en el “Txori Toki”, de la compañía vasca “Inpesca”, como ayudante de contramaestre. En 2011 pasa a contramaestre hasta 2015. Durante esos seis años, siguen pescando en el Océano Índico.

2010. El “Txori Toki” en el Océano Índico.

Océano Índico, 2010. La “panga” de “Txori Toki”.

Parte de la cubierta del “Txori Toki”. La maquinilla, en medio; la maquinilla pequeña, a la izquierda; a la derecha, el pescante para colgar los “speed-boats”.

Situación grave en un atunero. Se había roto la red en una “largada”, y de inmediato, toda la tripulación a repararla. (Archivo familia Costas Denis).

Finalizada la “largada”, izada a bordo la “panga” después de recoger el pescado y la red, la tripulación al completo se dedica a reparar las roturas producidas en la red.

Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles), de una belleza incomparable, es el puerto más visitado por los atuneros del Océano Índico. Además de la descarga, es el lugar habitual donde se repara la red, se aprovisiona el buque, y se acostumbra a efectuar el embarque y desembarque de los marineros.

Un barco de guerra en Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles). La “Operación Atlanta”, instaurada por los países atuneros, envía barcos de vigilancia para protección de la flota pesquera de los ataques somalíes. A veces detienen a algún esquife de piratas, pero los dejan en libertad a las pocas horas.

Los barcos de guerra patrullan por la zona de pesca de las Islas Seychelles y Somalia, para evitar la presencia de los esquifes somalíes. A pesar de ello, los piratas aguardan pacientemente en mitad del mar, esperando su oportunidad. Van media docena de hombres en cada cayuco, armados con metralletas, torpedos… de todo. Dicen, además, que suelen estar medio colocados con las hierbas que se fuman, y que son auténticamente temibles con aquellas armas en sus manos.

Uno de los tantos cayucos que acosan a los barcos atuneros por las zonas de las Islas Seychelles y Somalia. La vigilancia de los buques de guerra, y la presencia de agentes de Seguridad a bordo de los pesqueros, están evitando nuevas agresiones.

Agente de Seguridad en el “Txori Toki”. En esta marea llevaba cuatro agentes.

Puerto de Madagascar, uno de los más visitados por la flota atunera del Índico.

El ”Txori Toki” en Port Victoria. (Archivo familia Costas Denis).

2010. Carlos Rúa Rodríguez y “Nando” Costas Denis, en el “Txori Toki”.

2010. Bajando la “panga” para iniciar la “largada”.

Da comienzo la “largada”. La “panga” acaba de salir para realizar el cerco.

Iniciando la “largada”

Recogida de cimarrones.

Grupo de compañeros en el “Txori Toki”: Silva, de Baredo, el “panguero”, “Nando” y Javier “Kuki” de Baiona, un marinero vasco, y Carlos Piño, otro baionés.

Carlos Piño, “Nando” y Silva.(Archivo familia Costas Denis).

Trabajando en cubierta. En el centro, con visera, Javier Leyenda “O Catau”, el contramaestre; el primero, a la izquierda, el también baionés José Manuel “Coco”.

El senegalés Adama, buen marinero, y el contramaestre Javier Leyenda “O Catau”.

La tripulación al completo recogiendo la red en el “Txori Toki”. Al fondo, el senegalés Adama; delante, a la izquierda, Musa, otro senegalés.

El cerco se está cerrando para recoger la red y subir la captura de pescado.

Se ha culminado una buena “largada”, a tenor de las muchas anillas que se observan en la red ascendente. (Archivo familia Costas Denis).

Atún listado.

“Nando” observa a sus compañeros en el difícil trabajo de hacer “costuras”.

El baionés Carlos Rúa Rodríguez, en un momento de descanso en la tarea de hacer “costuras”. (Archivo familia Costas Denis).

Carlos y “Nando” Costas Denis. (Archivo familia Costas Denis).

2010. Sergio, el capitán del “Txori Toki”, atiende de un pequeño corte al gallego Carlos, el “panguero”, con la ayuda de Santos, el oficial.

En diciembre de 2015 -una vez más al regreso de vacaciones-, cambian a “Nando” al “Itsas Txori” durante cuatro meses, sustituyendo al contramaestre titular, de baja por enfermedad. Embarca en Antsiranana (Madagascar).

El “Itsas Txori” -“Ave María” en vasco-, atracando en Port Victoria.

Bermeo, 2013. El atunero congelador “Itsas Txori”, de la armadora “Inpesca”, construido en 2013 en los “Astilleros Murueta”, en sus instalaciones de Erandio.

A finales de 2016 regresa al “Txori Toki”, donde va a vivir sus últimos meses de marinero. Al cabo de año y medio, el 11 de junio de 2018, desembarca en Port Louis (Isla Mauricio), y pone fin a cuarenta años de mar. Antes de su marcha, dará los últimos paseos por cubierta, bajará al parque de pesca, celebrará su última reunión en el comedor, bajará a las salas de máquinas, mirará por los catalejos el cielo y el horizonte, subirá al puente de mando y se despedirá del capitán, del patrón de pesca… de sus compañeros, de los “morenos”, del cocinero… de todos los que han compartido con él esos últimos nueve años de pescador en el “Txori Toki”…

Port Louis (Isla Mauricio), 11 de junio de 2018. Último desembarque del “Txori Toki” de su contramaestre Antonio Fernando Costas Denis, “Nando”, después de cuarenta años de vida en el mar.

Ahora “Nando”, como tantos otros marineros de Baiona, y después de cuarenta años “a la mar”, disfruta de un bien merecido y apacible descanso. Dice que se encuentra feliz, que no se acuerda para nada del mar… “¿No lo echas de menos?” , le preguntan algunos compañeros. Pasea con Malén, su esposa, siempre acompañado de sus dos perritas, se detienen en la cafetería próxima a tomar algo, y comparte casi a diario animadas y entrañables reuniones con sus hermanas y sus cuñados. Su larga vida marinera ya queda olvidada, escondida en el fondo de los recuerdos, que han de ser avivados con nuestras preguntas insistentes: aquellos barcos de madera en los que empezó, que se hundían en los temporales bajo las olas, crujiendo el maderamen de tal forma que parecía desarmarse, y provocaban el temor de que no volvieran a subir… los veteranos compañeros, grandes amigos de su familia, que le enseñaron con cariño en sus inicios… las costas de Portugal y Canarias, las primeras de las muchas que recorrió por el mundo… los mares gélidos de Terranova… los cálidos de África y del Océano Índico… los veinte días de camino hasta el Índico… los diecisiete hasta el Pacífico… el paso por el Canal de Panamá, por el de Suez… la idílicas islas del Archipiélago de Kiribati, de la Polinesia Francesa, con aquellos pobres pero felices isleños de sonrisas eternas… ¡qué hermosos pueblos oceánicos!… <<Pero la lejanía familiar fue siempre algo que llevé muy mal -confiesa “Nando”-, porque la pesca en sí mismo me gusta… Lo ideal sería ir “al atún” a lo largo de todo el día, y regresar a dormir a casa. >>