Debate Relaciones entre Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana

Page 1

maet 1ciudad magacín de arquitectura de la escuela de toledo

MAYO 2020

Jornada de Debate sobre las Relaciones entre Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana.




maet 1ciudad Diálogos de arquitectura de la escuela de toledo

6

Prólogo

8 Presentación

mayo 2020

juan ignacio mera

José Mª de Ureña

13 Introducción Introducción al debate sobre las relaciones entre el Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana. José Mª de Ureña

21 Sesión 1.

El territorio como arquitectura o la arquitectura del territorio El lugar en el proyecto. El proyecto del lugar. Eduardo Ruiz de la Riva

23 47

El Territorio como Arquitectura Xabier Eizaguirre Debate

63

73 Sesión 2 Proyecto Arquitectónico y Proyecto Urbano La amplitud de los componentes sectoriales del Plan General de Ordenación Urbana: Medio ambiente, redes territoriales, estado de bienestar, proyecciones de desarrollo. Javier Elizalde

75

Resultados de la Coherencia e Incoherencia entre Proyecto Urbano y Arquitectónico Luis Moya

85

Debate

107

117 Sesión 3

Urbanismo, más que arquitectura a mayor escala

119

Arquitectura y Urbanismo. De su hipotética identificación originaria a su necesaria autonomía disciplinar Alfonso Álvarez Mora

145

Una perspectiva Docente José Luis Gómez Ordóñez

155

Debate


Publicación de la Escuela de Arquitectura de Toledo Universidad de Castilla La Mancha Edita eaT. Escuela de arquitectura de Toledo Directora de la edición Nieves Cabañas Galán Consejo editorial Xavi Aguado Jose Antonio Aguado Juan Alonso Enrique Álvarez-Sala Carlos a. Wandosell Emilia Benito Javier Bernalte Josefa B. Paz Nieves Cabañas Miguel Ángel Caminero Manuel de Castro Sergio Cobos Javier Elizalde Federico Fernández Daniel Fernández-Carracedo Irene García-Camacha José María G. Crespo José Ramón G. de la Cal Ignacio Garrido Luis Gil Aida González-Llavona Ignacio González-Varas Juan José López-Cela Raúl Martín Nicolás Martín Luis Martínez Barreiro Carmen Mota Rosa Pérez Badía Adelaida del Puerto José Luis R. Noriega Nacho Román Fernando Porras-Isla Borja Ruíz-Apilánez Enrique Sánchez Mª Dolores Sánchez Moya Mª del Carmen Serna Rubén Serrano Eloy Solís Jose Mª Ureña Javier Vellés Joaquín Vargas

Comité científico Juan José Arrizabalaga Ricardo Aroca Lucía Cano Manuel de las Casas Juan Coll-Barreu Nicola Flora Luis Martínez Santa-María Adolfo de Mingo Moisés Puente José Selgas Félix Solaguren-Beascoa Álvaro Soto Comité editorial Juan Mera Jose María Ureña Carlos a.Wandosell Mª Dolores Sánchez Moya Nieves Cabañas Fernando Porras-Isla

Diseño y Maquetación Nieves Cabañas Jose María Ureña Joaquín Vargas Jareño Juan R. Alfaro

Impresión CRM Reprografía Ciudad Real D.L. TO-328-2013 ISSN 2340-1567 ©de esta edición, Escuela de Arquitectura Universidad Castilla-La Mancha ©de los textos e imágenes, sus autores Imagen de Cubierta ©Javier Longobardo Imagen de Contraportada ©Miguel Calvo


5

Jornada de Debate sobre las Relaciones entre Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana.

Introducción - al debate sobre el

Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana - José M. de Ureña - Ingeniero de Caminos

Primera sesión - El territorio como

arquitectura o la arquitectura del territorio - Eduardo Ruiz de la Riva – Arquitecto – “El lugar en el proyecto. El proyecto del lugar” - Xabier Eizaguirre – Arquitecto – “El Territorio como Arquitectura”

Segunda sesión - Proyecto

Arquitectónico y Proyecto Urbano - Luis Moya – Arquitecto – “Resultados de la Coherencia e Incoherencia entre Proyecto Urbano y Arquitectónico” - Javier Elizalde – Arquitecto – “La amplitud de los componentes sectoriales del Plan General de Ordenación Urbana: Medio ambiente, redes territoriales, estado de bienestar, proyecciones de desarrollo”.

Tercera sesión- Urbanismo, más que arquitectura a mayor escala

- Alfonso Alvarez Mora – Arquitecto – “Arquitectura y Urbanismo. De su hipotética identificación originaria a su necesaria autonomía disciplinar” - José Luis Gómez-Ordoñez – Ingeniero de Caminos –. “Una perspectiva Docente”.


6

PROLOGO

Juan Ignacio Mera Arquitecto Director de la escuela de arquitectura de Toledo


7

PROLOGO Iniciamos una nueva familia de publicaciones EAT MAET ciudad. Este número uno, será recordado como el origen de lo que va a llegar. Es necesario hacer ver al estudiante de arquitectura que el proyecto de arquitectura como objeto, es una minucia en comparación con la planificación de la ciudad y su pensamiento. Pero es también verdad que la mejor de las previsiones urbanas se destrozan con propuestas equivocadas. Es como un plato delicioso que utiliza ingredientes inadecuados y al revés. Doy las gracias en nombre la Escuela de arquitectura de Toledo al esfuerzo realizado por hacer entender esto desde el área de urbanismo. Y doy las gracias a su catedrático José María Ureña por su dedicación a esta Escuela estos años. Es un honor poder participar simplemente con mi apoyo al nacimiento de este número. Os deseo lo mejor.

Juan Mera Director de EAT


8

PRESENTACIÓN Escuela de arquitectura Toledo, 17 de septiembre de 2019 Coordinador: José M. de Ureña Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Catedrático de Urbanistica y OT – Escuela de Arquitectura – Universidad de Castilla La Mancha


9

La Jornada de Debate sobre las relaciones entre Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana, recogidas en este número monográfico de la revista MAET, se ha organizado como acto académico de inauguración del curso 2019-20 de nuestra Escuela de Arquitectura. En él se pretende debatir cómo afrontar las relaciones entre el territorio existente y la implantación sobre él de nuevos artefactos arquitectónicos. Yo tengo una larga experiencia docente en urbanismo a mis espaldas (o ayudar a aprenderlo), sobre todo a futuros ingenieros de caminos, canales y puertos, y en menor medida a postgraduados y a futuros geógrafos. Con ese bagaje, hace más de diez años, me integré en el equipo que iba a poner en marcha la nueva Escuela de Arquitectura de Toledo, y comencé a percibir la gran diferencia entre el enfoque en que discurría el aprendizaje en los centros donde yo había enseñado y el que se llevaba a cabo en una Escuela de Arquitectura. Mi experiencia a lo largo de estos últimos años es que la enseñanza en la arquitectura se lleva a cabo sobre un ambiente que combina, o más bien contrapone, tres enfoques

(posiblemente más, pero estos tres son los que me han llamado la atención). Un enfoque de artista, de “beaux arts”, en el que al futuro arquitecto se le encamina a ser un genio, que produce artefactos bellos y novedosos que acompañan o construyen el entorno en el que vivimos. Bajo esta perspectiva el aprendizaje favorece la creatividad del objeto en si mismo, y la utilidad, funcionalidad y economía del objeto quedan en segundo plano (como en la actualidad sucede con los cuadros). En este enfoque se estudia a los maestros, pero no se hace mucho énfasis en estudiar la arquitectura y la sociedad que realmente existe o que prepondera, con sus pros y contras, con sus luces y sombras, sobre todo no se da importancia a las sombras. Este es el enfoque de las materias que se llaman de proyectos y en ellos es frecuente permitir o fomentar temáticas sorprendentes o soluciones arriesgadas, pero sin dedicar suficiente atención a los requisitos funcionales. Un segundo enfoque técnico, de constructor o artesano, en el que al futuro arquitecto se le encamina a tener en cuenta la importancia de los materiales, las instalaciones, los acabados, las estructuras, etc, para que el resultado del edificio sea robusto, factible, asumible. Es una parte del aprendizaje que muchos alumnos consideran más árida, que a muchos alumnos les motiva menos y les cuesta más, en particular a los más artistas. Este es el enfoque de las materias del módulo técnico y en ellas los alumnos se ven abocados a adentrarse en la parte rutinaria de que el edificio funcione, no se caiga, etc. Un tercer enfoque de sociólogo (si se me permite utilizar este término de manera muy laxa) en el que al futuro arquitecto se le encamina a solucionar problemas concretos de la sociedad real, esto es, a ser un profesional que debe conocer malas arquitecturas, barrios, etc., para


10

intentar mejorarlos. Debe conocer la sociedad real, las viviendas y edificios reales y más comunes, y también los más problemáticos, no solo los de los maestros y los publicados en las revistas. Entre las materias que frecuentemente adoptan este enfoque se encuentran las de urbanismo y por ello a menudo se analizan con los alumnos algunos de los barrios problemáticos para intentar promover soluciones. En este tercer enfoque la creatividad es importante, por razones distintas, no por producir algo nuevo y llamativo, sino porque la problemática existente en la realidad muchas veces es tan potente que no deja entrever posibilidades de mejora. He dicho que tengo la sensación de que estos tres enfoques se contraponen en la enseñanza de la arquitectura, no es fácil la convivencia. No es fácil que centros donde la mitad del profesorado suele ser del área de proyectos, los otros enfoques sobrevivan y lleguen a calar en los alumnos, siempre ilusionados con llegar a ser un artista o un genio. En este contexto se me sugiere preparar la lección inaugural del curso 2019-2020 de nuestra Escuela de Arquitectura (el último antes de jubilarme) y propongo transformarla en un debate. Un debate que solicito que verse sobre las relaciones entre arquitectura y urbanismo, y en el que implícitamente deseaba que estuviese presente la relación entre los tres enfoques indicados. Cómo plasmar en pocas palabras lo que me parecía más oportuno debatir después de poco más de 10 años de existencia de la nueva Escuela de Arquitectura, algo que fuese importante para su futuro?. Por mi cabeza bulleron muchas ideas oportunas para el momento histórico en que nos ha tocado vivir, debatir la necesaria perentoriedad de que la arquitectura incidiese en el ahorro energético, una

actitud técnica de máxima urgencia, o debatir la necesidad de diseñar y producir viviendas adecuadas para las personas con menos recursos, una actitud sociológica extremadamente necesaria, o debatir la inexcusable necesidad de conservar nuestro territorio urbano y rural, frente al destrozo creciente que se ha producido en el último siglo de áreas ordenadas con sabiduría y prudencia a lo largo de siglos, una actitud sociológica (y con un matiz artístico) de gran relevancia, y un largo etc. Cómo no podían ser todos y cómo soy profesor de urbanismo, me pareció adecuado formularlo cómo las relaciones entre arquitectura y urbanismo, cómo las relaciones entre el enfoque más de “artista” y el enfoque más de “sociólogo”. Contraponer que una pieza de arte puede cambiar de ubicación, casi ser ubicua, y que una solución es adecuada para un lugar o barrio concreto, y debe ser específico. Un debate en el que la pieza de arte es siempre ex-novo frente a que cualquier cambio urbano o territorial es (o debe ser considerado) cómo una pequeña adición a un espacio ya ordenado durante siglos. Siempre me he sentido un poco outsider en el contexto de los profesores de la Escuela de Arquitectura, al no ser arquitecto. Por ello, aunque hubiese preferido que el debate se desarrollase con profesionales de distinta formación, decidí que era más prudente que los debates estuvieran mayoritariamente presentados por arquitectos y finalmente fueron/fuimos 5 arquitectos, un ingeniero de caminos, canales y puertos, cuyo maestro de doctorado (y de más cosas) fue arquitecto (Manuel Sola-Morales) y yo, también ingeniero de caminos, canales y puertos. Digamos que cinco y medio frente a uno y medio. Así mismo, pensé que los ponentes que nos acompañasen deberían ser elegidos entre personas

con muchos años de trabajo a sus espaldas, por su mayor capacidad de decir lo que realmente piensan, sin necesidad de ser políticamente correctos. La primera Sesión: El territorio como arquitectura o la arquitectura del territorio. Se pretende debatir la inserción de la arquitectura en el territorio y conocer las pautas que tiene el lugar, pautas depuradas a lo largo de los siglos de historia. Cual debe ser el método para poder insertar bien un nuevo elemento arquitectónico o para definir un nuevo plan de urbanismo que complemente dicho orden? Para ello tenemos con nosotros dos especialistas en leer el lugar, el territorio, especialistas en comprenderlo. Eduardo Ruiz de la Riva – Profesor y Proyectista – Profusamente Premiado – Su investigación ha ido dirigida a desentrañar las pautas de la arquitectura del territorio en las aldeas y valles de Cantabria. Xabier Eizaguirre – posiblemente el Arquitecto, Profesor e investigador de la Forma/ Geometría del Territorio más reconocido de España. Su último libro El territorio como Arquitectura muestra los procesos inherentes a la construcción del territorio rural, en una conjunción de factores naturales y de los propios de la actividad humana. La segunda sesión: Proyecto Arquitectónico y Proyecto Urbano El objetivo de esta sesión es debatir las relaciones, coherencias e incoherencias entre Proyecto Arquitectónico y Proyecto Urbano. Cuales deben ser los aspectos a determinar y cuales los que pueden/


11

deben ser más flexibles. Para ello tenemos con nosotros a otras dos personas, con gran experiencia Javier Elizalde – Urbanista con gran experiencia profesional, desde la administración local y desde su estudio profesional. Formado en Harvard y autor de muchos planes de urbanismo. Luis Moya – Más Investigador y Profesor, aunque también profesional, ha reflexionado sobre muchos temas, pero uno de los principales ha sido la vivienda social. Es también un gran conocedor del contexto y la práctica profesional internacional. La tercera sesión: Urbanismo, más que arquitectura a mayor escala. Pretendemos adentrarnos en esta sesión en la complejidad del Urbanismo, para valorar su contenido científico y su afinidad disciplinar con la arquitectura y/o con otras materias En las Escuelas de Arquitectura y en las de Ingenieros se piensa frecuentemente que el urbanismo no es otra cosa que la arquitectura o la ingeniería a otra escala. Es esto así o estamos ante una nueva disciplina o una práctica claramente multidisciplinar. Para ello contamos con dos profesionales que han bregado largamente, a veces contracorriente, en la implantación de un enfoque docente y disciplinar del urbanismo y la arquitectura/ ingeniería. Alfonso Alvarez Mora – Inicia, si no me confundo, su andadura de profesor de urbanismo en pleno franquismo (igual que Luis

Moya), con Elimio Larrodera que, aunque inmerso en dicho régimen, incorpora personas con otras visiones – Pronto se va a Valladolid donde ha logrado crear el único Instituto (oficial) de Urbanistica de España y una de las pocas revistas españolas de urbanismo que sigue existiendo. Tiene también una gran experiencia en planeamiento. Por último, José Luis GómezOrdoñez – Ingeniero de Caminos y se forma con Manuel Solá Morales, sin duda uno de los grandes maestros del urbanismo de nuestro país. Tras una primera etapa en Barcelona, asume un gran reto, organizar la enseñanza de urbanismo en las nuevas Escuelas de Caminos y de Arquitectura de la Universidad de Granada, y lo hace con gran acierto. Así mismo tienen una excelente experiencia profesional.

José Mª de Ureña.


12

INTRODUCCIÓN


13 Introducción al debate sobre el Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana

Deseo comenzar mi intervención agradeciendo a los seis ponentes en este debate por su amabilidad al aceptar la invitación y por haber hecho un hueco en su agenda para poder estar con nosotros todo el día de hoy. También deseo agradecer el apoyo de la Escuela de Arquitectura y en particular de su Director Juan Ignacio Mera. Las relaciones entre Arquitectura y Territorio deben ser múltiples y en absoluto pueden funcionar como dos hechos independientes, aunque en la práctica demasiadas veces se han tratado separadamente. Edificio, territorio y espacio público deben tener/ permitir abundantes relaciones, como accesos, cotas y rasantes, fachadas, pautas de ordenación, alineaciones, visuales, percepciones, etc. Proyecto arquitectónico y proyecto urbano no son dos procesos/ productos distintos/separados, sino que deben ser proyectos íntimamente relacionados (cosas parecidas pasan entre los proyectos ingenieriles y los urbanísticos). El dicho “el plan de urbanismo es una cortapisa al proyecto arquitectónico, una limitación a la creatividad” es sin duda una afirmación interesada y generadora la mayoría de las veces de malas soluciones para la ciudadanía.

José M. de Ureña Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Catedrático de Urbanistica y OT – Escuela de Arquitectura – Universidad de Castilla La Mancha

Demasiadas veces un edificio se implanta en un lugar como “una escultura encima de un pedestal”, sin tener en cuenta su necesaria relación con la ciudad/territorio. También, demasiadas veces, los planes/ proyectos de urbanismo establecen pautas de ordenación sin conocer los procesos históricos (edificatorios y sociales) que han generado el territorio “ordenado/construido” (edificación, parcelación, etc.) tal como es en la actualidad, induciendo la introducción de nuevas formas en el territorio que rompen su coherencia. Demasiadas veces, estas situaciones se producen por falta de conocimiento o, lo que es peor, por pensar que nuestras “ideas geniales deben pasar a la posteridad” sin importar el efecto que producen o lo que rompen en un lugar que ha venido siendo ordenado cuidadosamente en un prolongado proceso histórico. Proyecto arquitectónico y Plan-Proyecto Urbano/Territorial requieren basarse en una metodología rigurosa y cautelosa. Un aspecto clave de dicha metodología es considerar que no hay procesos de construcción ex-novo, sino que todo cambio en el territorio es siempre re-construcción, re-edificación o re-ordenación, ya que todo el territorio-naturaleza ya está utilizado y transformado (construido) por el hombre y, en consecuencia, los proyectos arquitectónicos y urbano/territoriales tienen


14

que considerarse procesos de revitalización (no de nueva construcción) de un territorio que es patrimonio a proteger/mejorar. Hay muchos buenos ejemplos de nuevos edificios que se incardinan en su entorno y facilitan su mejora. Dejadme mostrar brevemente dos buenos ejemplos de obras de Rafael Moneo. La primera es el edificio de la Previsión Española (hoy Helvetia) en Sevilla (en una noticia del Diario de Sevilla, 28 Junio, 2012):

“El Ayuntamiento elogia la perfecta integración con la Torre del Oro y la Giralda del edificio de ladrillo que acoge la sede nacional de Helvetia, antes Previsión Española. El Ayuntamiento de Sevilla destacó este miércoles la valentía del arquitecto Rafael Moneo (Tudela, 1937) de diseñar un edificio respetuoso con la Torre del Oro y con la Giralda y al mismo tiempo integrado perfectamente en el entorno. Moneo explicó en el acto del 25 cumpleaños de este inmueble que su idea fue diseñar un edificio sencillo y claro, sin lujos pero decente”. 1 Para mi es muy relevante que, estando en un lugar muy singular, con la Torre del Oro y la Giralda, Moneo planteó un edificio que lo complementa, pero que también puede pasar desapercibido. La segunda obra es la ampliación del ayuntamiento de Murcia. La fachada de este nuevo edificio completa las cuatro manzanas de la plaza del cardenal Belluga, junto con la Catedral, el Palacio del Obispo y una serie de edificios de vivienda de un cierto carácter histórico. Un lugar en el que dialogar con la propia plaza y con sus edificios singulares y donde la intervención es bastante aséptica, una nueva fachada interesante, pero que no quita relevancia a las demás, no compite con ellas. Hoy trataremos de debatir con vosotros y

(1)

(2) El Ayuntamiento elogia la perfecta integración con la Torre del Oro y la Giralda del edificio de ladrillo que acoge la sede nacional de Helvetia, antes Previsión Española

con nuestros 6 invitados cuales deben ser las relaciones entre Territorio/Ciudad y Arquitectura, entre Proyecto Arquitectónico y Plan-Proyecto Territorial/Urbano. Dos caras de la misma moneda dirigidas a seguir conformando el espacio de vida de la sociedad y de los individuos. Dos actividades de gran relevancia que pueden mejorar o empeorar la calidad de vida de los habitantes. En mi opinión, hay dos aspectos relevantes en esta relación que tienen que ver con una correcta metodología para definir el proyecto arquitectónico y el proyecto

territorial/urbano y con la conveniencia de que el proyecto arquitectónico (o proyecto ingenieril) no se haga preponderando o sin existir un buen plan territorial/urbanístico. Sin estas dos premisas, las actuaciones sobre el territorio suelen a menudo conllevar aspectos claramente mejorables (incluso claros deterioros de la situación anterior). Permitidme ahora poner tres ejemplos de situaciones claramente mejorables. Comenzaremos por dos


15

(3)

Ampliación del Excmo. Ayuntamiento de Murcia. Rafael Moneo

actuaciones arquitectónicas singulares donde la arquitectura prepondera sobre el urbanismo. La primera es el centro Niemeyer en la ciudad de Avilés. Es un único gran artefacto compuesto por una gran plataforma de hormigón con un aparcamiento subterráneo, de la que sobresalen cuatro cuerpos (edificios), tres iconos del famoso arquitecto y un cuatro de servicios. Es el resultado de un doble proceso.

(4)

Primero, el arquitecto recibe el premio Príncipe de Asturias y como consecuencia decide regalar un proyecto. Segundo, Avilés, que presenta incertidumbres industriales y desea mejorar su ría, decide construirlo, como un instrumento de revitalización de una parte industrial de su ría, al estilo de Bilbao con el Guggenheim y la operación de Abando-Ibarra, pero sin gran parte del esfuerzo inversor complementario de re-vitalización del espacio portuario de Bilbao (supresión del ferrocarril, creación del tranvía, reurbanización, tres

nuevos puentes, palacio de Congresos Euskalduna, ampliación del parque, nuevos edificios de vivienda y de oficinas). En Avilés se trata de una actuación que se implanta como “en paracaídas” y a la que solo se le hace un complicado acceso peatonal pasando por encima y por debajo de ferrocarril y carretera, en un territorio que era uno de los accesos históricos de la ciudad y que a lo largo de la industrialización se separa de la ciudad (carreteras y fc). Está muy cerca del centro histórico de Avilés, un hermoso centro de gran vitalidad y que ha sabido sobrevivir a las incertidumbres económicas de la ciudad. Mi impresión, durante las tres veces que he estado en el centro Niemeyer, es que es visitado por pocas personas, la mayoría de fuera de Avilés, y que cumple solo una función adecuada cuando hay alguna buena exposición. La vida cotidiana de los avilesinos no ha cambiado con este artefacto, y este lugar no ha pasado a formar parte de sus actividades cotidianas. Su deficiente articulación con el resto de la ciudad ha influido potentemente. Pero, además, el propio espacio, es inadecuado en el ambiente del norte de España, una gran superficie dura sin árboles, de color preponderantemente blanco, fuera de escala (comparable a la superficie del casco), y muchos más etcs. Es como quien tiene una joya muy valiosa (el proyecto en si mismo es valioso) que no se puede poner por razones de seguridad y que la tiene guardada en una caja de seguridad de un banco lejos de su casa. Es sin duda una mala inversión. En este caso hubiese faltado un plan urbano, con sus correspondientes inversiones, y, aun así, posiblemente el proyecto arquitectónico no hubiese sido adecuado.


16

(5)

(6)

El Centro Niemeyer

La segunda es el Centro Botín regalo del fallecido Emilio Botín (ex-presidente del Banco Santander) a su ciudad, proyecto de Renzo Piano y construido recientemente en el frente de la bahía de Santander, en los jardines de Pereda, usados desde hace tiempo como cuarto de estar o salón de la ciudad. Otro caso similar a Bilbao, pero mientras en Bilbao y Avilés se intenta revitalizar un espacio deteriorado, en el caso de Santander era ya un espacio en buenas condiciones y con un amplio uso ciudadano y que no necesitaba añadirle nada más. Hasta el año 2007 en este borde de la bahía solo se habían ubicado edificios de actividades relacionadas con el mar (astilleros, embarcaderos, clubs marítimos, práctico del puerto, etc.). Sin embargo, a partir de esta fecha se introducen dos que no lo requieren, el Palacio de Festivales y el Centro Botín, dos obras de arquitectos renombrados (Saiz de Oiza y Piano). El Palacio de Festivales, que se ubicó mejor, en un límite o borde de este espacio, donde previamente

existían unos astilleros, aunque su forma y su articulación con el entorno cercano de la ciudad son también muy dudosos. El Centro Botín, se implanta en el centro de este salón de la ciudad. El donante desea que su regalo esté en el mejor sitio, para que sea visto por todos y se le recuerde. Un deseo comprensible, pero a diferencia de un regalo normal, que pasado un tiempo puede llevarse a otro lugar, este no se puede mover nunca más. Esto requiere una decisión cuidadosa, que no se produjo. En este caso, el edificio (el regalo) no ha venido acompañado por un Plan/Proyecto urbanístico. Los políticos que aprobaron su creación dieron más importancia al regalo y al donante que a los expertos que les sugerían matizar su ubicación (y aquí tenemos un gran experto sobre el tema). El edificio se compromete a dejar su planta baja suficientemente libre para mantener

la continuidad y la vista del frente de la bahía, aunque esto si puede ser cambiado en el futuro. Pero, el edificio, corta importantes visuales, itinerarios, etc de la ciudad. Además, la introducción del edificio trajo como consecuencia la creación de un paso inferior viario que facilita el acceso peatonal al edificio desde el centro de la ciudad y la carga y descarga de materiales para el Centro Botín. Pero este paso inferior facilita también que más vehículos accedan al centro de la ciudad (un gran error) y convierte en no traspasable para los peatones una longitud mayor que el propio paso inferior (rampas de acceso hasta los primeros pasos de peatones) y también convierte la importante calle de la estación en un fondo de saco. En este caso, el edificio es demasiado pequeño para ser un buen museo y demasiado grande como pieza arquitectónica en su entorno. Otras posibles críticas al edificio son los numerosos pilares, las tres escaleras y el ascensor que llenan la planta baja y las visuales que interrumpe (p.e. ya no se ven desde este frente los Picos de Europa). El uso del edificio es también dudoso, muchas personas suben a su azotea y observan la ciudad y la bahía y, sin embargo, muchas menos, menos de las esperadas, visitan sus exposiciones y acuden a sus actividades. Además, este espacio de la ciudad no necesitaba añadirle nada. En mi opinión, se debió debatir más la ubicación del edificio en un lugar de la ciudad que necesitase ser mejorado, o incluso manteniéndolo cerca de su ubicación actual, pero reforzando los límites de este salón y no en el centro del mismo. Y, sobre todo, no se


17

(8)

(7)

(10)

(9)

El Centro Botin (11)


18

(12)

(13)

debió construir un paso inferior viario. Y finalizaré con un caso de arquitectura estándar/normal y un mal plan de urbanismo. Se trata del Bulevar de la Naturaleza en el ensanche de Vallecas en Madrid, un vial de gran anchura y que no cumple un gran papel de paso de vehículos, sino más bien de salón público y espacio peatonal. Un espacio en el que se ha realizado una gran plantación de árboles, y en el que, mientras crecen, se han instalado tres grandes estructuras cilíndricas o “arboles artificiales” que generan sombra y otros efectos. Esta es una intervención que fue objeto de estudio en la Tesis doctoral de Borja Ruiz-Apilánez (Ruiz-Apilanez y Ureña, 2014).Además de otros aspectos como una reducida densidad, etc, quiero resaltar la importancia de los accesos entre edificios y calle. Un aspecto que los planes de

urbanismo no cuidan suficientemente y que, en este caso, es evidente que no cuidaron. Realizando una comparación del número de accesos entre espacio público y edificios en dos calles, este Bulevar de la Naturaleza, que tiene 470 metros desde el comienzo del primer edificio hasta el final del último con una gran espacio público, y un tramo de la calle Hernán Cortés de Santander de 310 metros de largo y que discurre a lo largo de una plaza alargada (plaza de Pombo). La acera Este del Bulevar de la Naturaleza cuenta con 5 manzanas y 5 accesos en total, mientras la acera Norte de la calle Hernán Cortés cuenta con 6 manzanas y 38 accesos. Esto sin duda incide potentemente en que estas calles y sus grandes espacios públicos sean muy o poco utilizados. Los

accesos edificio-calle son lugares donde siempre sucede una importante propensión a producirse actividades en el espacio público, donde se originan y donde terminan. Otros lugares que fomentan el uso ciudadano son elementos singulares de la propia calle (fuentes, áreas de juego, etc..). Dos son al menos los errores del Plan de Urbanismo en relación con los accesos a esta calle del Ensanche de Vallecas, que hacen que el uso real peatonal de la calle sea pequeño (solo es algo mayor entorno a los grandes árboles artificiales). Primera, haber permitido edificios muy grandes, ya que tres de las cinco manzanas tienen edificio único dando a esta calle, una manzana tiene un solo edificio de tres cuerpos sobre la


19

(14)

Bibliografía - Jacobs, A. (1993) Great Streets, MIT Press. - Ruiz de la Riva, E. (1991) Casa y aldea en Cantabria: un estudio sobre la arquitectura del territorio en los Valles del Saja – Nansa, Ed. Estudio y Universidad de Cantabria. - Ruiz de la Riva, E., Cabanas, E. y Fernández Lastra, P. (2013) Del territorio de la aldea a los paisajes de aldea en los valles del Nansa (Cantabria), Ciudad y territorio: Estudios territoriales, n 177, pp. 553-568 - Ruiz-Apilánez, B. y Ureña, J.M.de (2014) Transformación y Activación social de la calle: el Eco-bulevar de Vallecas (Madrid), Ciudades, 17 (1), pp. 177-200. Notas - Diario de Sevilla, noticia del 28 de Junio de 2012. Fuente: Ruiz-Apilánez y Ureña (2014)

Fuentes (1). JIMENEZ, Ekain. https://twitter.com/ekain_arq/ status/1050389288448339968/photo/2

rasante y solo una manzana tiene tres edificios distintos. Esto permite reducir tremendamente el número de accesos que dan a la calle y, por tanto, el uso de la misma. Segunda, no haber obligado a que los edificios tuviesen accesos dando a esta calle. Hay dos manzanas sin ningún acceso al bulevar, una que tiene solo dos accesos comerciales, pero ninguno peatonal vecinal, una que tiene solo accesos de vehículos, pero no peatonal vecinal, y por último solo una que tiene dos accesos peatonales y de vehículos. Es evidente que con estos pocos accesos es muy complicado que una calle tenga actividad peatonal. No es lógico que el Plan de Urbanismo defina esta calle y que no exija o fomente que los edificios tengan abundantes accesos a la misma. Habéis visto en estos ejemplos como

Urbanismo y Arquitectura deben ir de la mano. He pretendido mostrar hasta que punto es relevante hacer arquitectura sobre la base de un buen proyecto territorial (reflejado en un plan y en una profunda comprensión del territorio). También he pretendido mostrar que un mal plan urbanístico puede propiciar que la arquitectura no se implante adecuadamente en el territorio a su alrededor. Continuemos ahora con las aportaciones de nuestros seis invitados, expertos en la relación entre arquitectura y territorio, en la relación entre proyecto arquitectónico y proyecto/plan urbanístico y en la relación entre el contenido teórico de la arquitectura y del urbanismo.

(2). ARANGUNEN, Javier https://twitter.com/ fjaranguren/status/935647283307261954/photo/1 (3). https://www.arquitecturaydiseno.es/arquitectura/ thyssen-homenajea-prolifica-brillante-carrera-rafaelmoneo_786/5 (4). http://rafaelmoneo.com/proyectos/ampliaciondel-ayuntamiento-de-murcia/ (5). https://www.lavozdeasturias.es/noticia/ asturias/2018/05/01/manifestacion-cultural-pies-riaaviles/00031525189208536586818.htm# (6). Google Earth (7). Historia de Cantabria.blogspot.com (8). Autor sobre base de Google Earth (9). https://www.inexhibit.com/mymuseum/botincenter-santander-renzo-piano/ (10), Autor (11). : https://www.flickr.com/photos/ javier1949/31821532407 (12). Google Earth (13). Google Earth (14). Ruiz-Apilánez y Ureña (2014)


20


21

Sesión 1

- El territorio como arquitectura o la arquitectura del territorio. - Eduardo Ruiz de la Riva – Arquitecto – “El lugar en el proyecto. El proyecto del lugar” - Xabier Eizaguirre – Arquitecto – “El Territorio como Arquitectura”


22


23

Sesión 1

El lugar en el proyecto. El proyecto del lugar Eduardo Ruiz de la Riva. Arquitecto Profesor Titular de Urbanismo y Ordenación del Territorio (jubilado) Universidad de Cantabria. Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio


24


25 El lugar en el proyecto. El proyecto del lugar

Agradezco a la Escuela de Arquitectura y en particular a José María Ureña su invitación para poder estar hoy aquí compartiendo esta reflexión personal ya jubilado, cuando las cosas se ven con mayor tranquilidad y libertad. En este sentido la exposición que he preparado está montada sobre experiencias personales, no hay un hilo teórico sino un conjunto de referencias que sean atractivas para provocar interés sobre temas que puedan ser objeto del debate. Por ello el material presentado es muy “variopinto” y diverso, así como las fuentes consultadas, con el objetivo de atraer nuestra atención y ser útil para el tema de esta jornada sobre las relaciones entre las escalas del proyecto. Con el tiempo, la historia y la sedimentación de civilizaciones en el territorio, los lugares se nos muestran como un complejo sistema de signos cuya interpretación nos exige prepararnos para descifrar sus lenguajes. El de los lenguajes primarios de la naturaleza como la tierra (geomorfología, materiales, vegetación, etc.), el cielo, el viento, el agua, la luz, el color, etc. o los lenguajes culturales sean estos orales, escritos, materialconstruidos, simbólicos, etc. Si aprendemos a descifrar sus lenguajes y a interpretarlos, ya podremos objetivarlos transcendiendo la parte subjetiva o sentimental, para ser capaces de proyectar con la información que sus datos nos aportan.

Eduardo Ruiz de la Riva

El lugar se puede enunciar de maneras diversas: el sitio, el enclave, el terreno, el emplazamiento, el entorno, el medio, lo local, lo regional, etc., pero lo que se reclama en el compromiso con el lugar es una mayor atención y sensibilidad para con cada lugar y su escala, para captar lo singular y específico de cada sitio, su “genius loci”. Los datos proyectuales que cada lugar puede aportarnos están ahí y nuestro trabajo consiste en saber escuchar, en aprender a identificarlos, definirlos, valorarlos y utilizarlos al intervenir, como parte esencial en el proceso de síntesis creativa de cada proyecto. En algunas ocasiones el lugar es el principal protagonista del proyecto y de la obra, a veces el único, como señalaba Chillida en su obra “El Peine del Viento” La primera imagen es el cartel de las Jornadas de Arquitectura que se celebraron en San Sebastián el verano del año 1974 sobre los “tiempos del racionalismo”. En la crítica al Movimiento Moderno por su olvido o marginación de la historia y de la geografía en aras de un denominado Estilo Internacional no se propugnó lo contrario, o sea, la vuelta a lo local negando lo universal, sino trabajar en cada lugar con los medios disponibles y no sólo basados en teorías abstractas. Esta es una cuestión que se planteó hace ya más de 60 años, quedando solventada en las dos décadas siguientes, en la medida en que


26

(15)

las conclusiones de este debate fueron incorporadas de forma progresiva al bagaje de la cultura arquitectónica, y los principales arquitectos y obras posteriores así lo acreditan. Por tanto, frente a la abstracción y cierto “ensimismamiento” propio del Estilo Internacional, se propone la recuperación de la historia cultural, el contexto social y urbano, las técnicas y materiales del lugar……, en definitiva, todo lo que puede aportar “lo local” y el enclave específico en cada proyecto como hecho positivo, progresivo. La obra de arquitectura constituye una pieza de un conjunto, de un sistema, ya sea en la escala urbana y/o en la territorial. No es abstracta o autónoma. Está destinada a formar parte de un complejo sistema de signos y de relaciones en su entorno construido, el cual tiene sus códigos, sus leyes, sus cualidades específicas producto del tiempo, decantadas generalmente por siglos de historia, también por procesos

Cartel Jornadas de Arquitectura San Sebastián, 1974

(16) Esquema estratos (Fuente: García Bernáldez, F. (1981) “De la silva al ager”, Ed. Hernann Blume).


27

físicos y sociales complejos y/o sutiles con rasgos culturales específicos, propios de cada lugar y de cada cultura. Entramados de líneas, estructuras, formas y colores, niveles y cotas claves en la topografía y en los perfiles, el sol, el aire, la lluvia, los paisajes, etc., que hay que tratar de identificar e interpretar constituyendo datos útiles y necesarios para la resolución de un buen proyecto. Historia formada por la herencia de siglos y milenios de civilizaciones que han dejado su huella en los estratos de cada época, huellas que también encontramos en la organización territorial. Ahora sabemos que, en cada época, además de una arquitectura específica, con materiales, estilos y formas diferentes de construir, también ha existido un modelo específico y preciso de organizar el territorio, por lo tanto, todo lo que existe en el territorio responde a herencias culturales de distintas épocas. Y eso en muchos casos nos permite aprender de la historia, por ejemplo, esta imagen de Gibraltar en la que sobre las cuevas que fueron ocupadas por los neandertales van apareciendo edificios contemporáneos en niveles superiores. Esto lo encontramos en todos los lugares. Cuando visitamos la exposición existente en el Centro de Interpretación de Stonehenge, contemplamos que alrededor de las huellas del monumento central existe un territorio inmenso organizado y estructurado con los criterios de hace 4 o 5 mil años. Civilizaciones y culturas que han dejado sus huellas en el territorio y aparecen por todos lados al realizar excavaciones. El territorio “no es una hoja en blanco”, trabajamos sobre un “palimpsesto”. Signos que aportan información y datos a interpretar los cuales, en muchos

(17) Superposición de asentamientos en Gibraltar

(18) Stonehenge

(19) Castro de San Cibrao de Las (Orense)


28

casos, constituyen referencias muy útiles para entender las características específicas de cada lugar o territorio. Cuando se va a redactar un proyecto de la escala que sea en un lugar determinado, hay que ser capaces de reconocer y de identificar sus propiedades, que casi nunca están en la piel (la capa más externa) y no se perciben a primera vista, sino que hay que desentrañarlo, hay que profundizar para poder llegar a ellas recurriendo a técnicas y profesionales especializados en estas cuestiones. Arqueología e historia a las que hay que recurrir con frecuencia, como en el Castro de San Cibrao de Las (Orense) con un territorio muy extenso a su alrededor. En la visita fui reconociendo cómo todo el sistema de aldeas en un radio

(20)

de 20 kms. estaba estructurado en torno al Castro que ocupa una posición centraldominante y la toponimia lo mostraba claramente. En una visita posterior al Castro de Viladonga (Castro do Rei al norte de Lugo), igualmente pude observar que la estructura territorial de los caminos y de las aldeas es similar a la existente en el periodo castreño; en el territorio apenas existen nuevos asentamientos, salvo las carreteras modernas. A partir de entender la estructura territorial de los castros y de los caminos históricos, vas comprendiendo el modelo territorial contemporáneo que permanece muy poco alterado en la mayor parte de la Galicia rural y en numerosos lugares. Por lo tanto, volver nuestra mirada al reconocimiento

Taormina

La Alhambra

(21)

de la historia no es un ejercicio solo para historiadores, es necesario para entender el presente; ese presente y esa realizad espacial donde tenemos a veces que intervenir redactando planes territoriales o construyendo edificios. La Historia nos regala lecciones maravillosas. Apasionado de los templos griegos por el mediterráneo, los he visitado en varias ocasiones por tierra y por mar. Cuando se llega a Taormina, Siracusa o a Epidauro te encuentras con esos anfiteatros asentados en la topografía con la escena en primer plano y al fondo el territorio con los telones de fondo del paisaje. En Taormina el teatro se relaciona con el paisaje en todas las escalas, hacia el sur con la costa de Catania y el Etna, mostrando como edificio y territorio han sabido desde la antigüedad establecer relaciones complejas y manejar el conocimiento de los lugares en las distintas escalas con una sabiduría ejemplar, algo que hoy en día es imprescindible y en muchos casos se ha olvidado en favor de una arquitectura objeto, abstracta, de despacho, sin lugar. De la Alhambra se puede estar hablando toda la mañana, aunque en esta foto no se ve la nieve de Sierra Nevada, no se entendería el edificio sin la cantidad de referencias del lugar que permiten identificar y entender que ese edificio está donde está en relación a la montaña y al agua, en relación a la vega baja a la topografía y a la defensa, en relación a los paisajes y a una amplísima cantidad de datos que determinan en gran medida que el edificio esté ahí mostrando toda su sabiduría excepcional. Situada en la desembocadura del río Savannah en Carolina del Sur, muy cerca de la ciudad de Charleston, Savannah es un buen ejemplo de los proyectos


29

de fundación de ciudades en América. Proyecto urbano que diseña una ciudad completa en una escala territorial amplia con total precisión y donde al visitarla se comprueba que ha sido conservada literalmente de acuerdo con el modelo original que se muestra en el grabado. La idea de territorio ordenado de acuerdo a determinados “modelos” la he encontrado también en nuestras aldeas. En el valle de Cabuérniga (Cantabria), los emplazamientos de las aldeas están en su sitio, alejadas del río en la rótula entre la vega y la ladera, en una cota topográfica de unos 5 o 10 metros sobre el nivel del cauce que proporciona una cierta seguridad frente a inundaciones, con una estructura territorial sabia en lo que se denomina “la inteligencia del territorio”. Son pequeñas aldeas con límites precisos entre el monte y el valle, entre lo que es rural y lo que es urbano. Para salir de cada aldea y entrar en las mieses agrarias hay portillas delimitando lo urbano y lo rural, los edificios están ordenados con una orientación excelente, las parcelas, los canales de agua que recorren el valle para dar servicio a los bebederos de agua y a los lavaderos, etc. En estas pequeñas escalas se verifica la presencia de un planificador, la presencia de una ordenación precisa del espacio, frente a modelos de intervención contemporáneos que permiten edificios aislados en cualquier lugar, o cerca de los ríos, o modelos de desarrollo urbano elaborados sin conocer y preocuparse por entender el lugar o la piel sobre la que van a dibujar, con propuestas disparatadas ya que no diseñan ampliar y complementar lo que ya existe, con espacios para las necesidades de estas pequeñas aldeas, sino que son de alguna manera destructores de las redes

existentes. Estas aldeas son un entramado de redes y de espacios articulados por caminos y por límites precisos, y todas esas líneas (o trazas) que ya tiene el territorio tienen un sentido concreto, están donde están porque cumplen un papel. Y de repente, aparecen propuestas sobre estos territorios que las borran, tal como ocurre con frecuencia en los proyectos de reordenación parcelaria con los caminos históricos que son ignorados. Es una triste paradoja contemplar que a lo que se denomina cultura popular sus resultados son ordenados, cultos e inteligentes, producto de una planificación precisa y de modelos de gran calidad, y por otro lado los resultados de proyectos “cultos” aprobados por administraciones actuales y firmados por profesionales

con título universitario son un desastre. En la ciudad de Santander se aprobó en su día un plan desarrollista donde los barrios de sus aldeas periféricas tradicionales como Cueto, Monte, La Albericia, etc., que constituyen núcleos que pueden y deben desempeñar un papel en la estructuración de la periferia, el desarrollo urbano propuesto los ha ignorado, los ha borrado. Crecimiento urbano que se lleva por delante todo sin ninguna consideración sobre las preexistencias, cuando esas preexistencias constituyen estructuras que nos van a permitir encontrar las trazas para articular propuestas contemporáneas.

(22) Savannah


30

Quisiera dedicar un tiempo ahora al lugar como generador de proyectos repasando varios ejemplos conocidos en los que los lugares han sido la referencia para elaborar proyectos distintos. En numerosas ocasiones, para hacer un proyecto original no hace falta, tal como se produce en muchas escuelas, rebuscar ideas y/o retorcer los diseños tras “la forma por la forma” de una manera obsesiva para presentar un diseño atractivo; estudiar y entender el emplazamiento te puede aportar los datos y las pautas para que en la respuesta al sitio encuentres ideas y soluciones originales. La arquitectura contemporánea está repleta de estos ejemplos. La Hanna House de Wright en una ladera en Palo Alto, cerca de Stanford, un proyecto cuyo diseño considera el conjunto de la ladera con sus robles. (23)

En el caso de Le Corbusier, como ejemplo ortodoxo representativo de las vanguardias y tan drásticamente purista desde el punto de vista de la modernidad racionalista, la Capilla de Notre Dame du Haut en Ronchamp rompe con todo ello y construye un edificio con toda la fuerza y sentimiento

Valle de Cabuérniga

Casa de la cascada (Fayette) y Hanna house (Palo Alto) obras de Frank Lloyd Wright

(24)

(25)


31

del genio, como un nuevo Partenón en la loma de su emplazamiento. Fernando Távora, maestro portugués de Siza, Soto Moura, etc., en la intervención en el convento de San Francisco en Guimarães, rehabilita el edificio existente y su ampliación como “Pousada” la diseña en unas plataformas que van descendiendo por la ladera articuladas con el convento de manera que en la percepción lejana del conjunto la parte nueva ni se nota. En un paisaje exquisito lo nuevo y lo antiguo se articulan de una forma muy sabia respecto de la potencia del edificio existente manteniendo y resaltando su silueta en el “escenario” que se divisa desde la ciudad. Pongo esta imagen, de un libro de Alvaro Siza sobre el museo de Santiago que edita la Xunta (no está a la venta), lleno de cientos de dibujos y “garabatos” sobre el emplazamiento realizados a mano. Son dibujos del autor que en el sitio de Bonaval pasa meses analizando/ dibujando todo, el museo, el edificio, las topografías, las calles, las pendientes, las paredes, los perfiles de los edificios, los ritmos de las fachadas, la vegetación, las luz, el viento, la gente y sus movimientos, etc. El trabajo de Siza en Bonaval es impresionante en la medida en que el sitio, como decía Alberti, se convierte para él en un dato fundamental. Cuando visitamos el museo de Santiago, que es un edificio complejo, potente desde el punto de vista formal, entendemos como todas las líneas de los volúmenes tienen que ver con hechos del lugar que explica en el libro siendo muy revelador de su manera de proyectar.

Capilla de Notre Dame du Haut (Ronchamp) – Le Corbusier

(26)) Restauración y ampliación del Convento de Santa Marinha como Posada en Guimarães – Fernando Távora

(27)


32

Pero esto Siza lo había hecho ya antes en el pabellón de Matosinhos y en las piscinas de Leça, cerca de Oporto. En ambos casos el lugar es fundamental y su manera de interpretarlo clave en el proyecto y en el resultado final de las obras. Los edificios se asientan en el sitio con una gran sabiduría y son muy originales, no son productos simples del movimiento moderno internacional y sin embargo es una arquitectura universal, solamente pueden estar aquí, en este sitio, y por ello es en parte tan original, es arquitectura de autor. La singularidad, la especificidad tiene su origen en la manera de entender el lugar a partir de lo cual su estrategia proyectual conduce a un diseño “único”, distinto, frente al movimiento internacional en que el emplazamiento tenía menor importancia y los soluciones formales eran más homogéneas. Frente a proyectos estándar, la especificidad del lugar aporta soluciones diferentes, singulares. En el Peine del Viento de San Sebastián decía Chillida que el lugar lo es todo. Lo es todo por la incorporación de la ladera que antes estaba llena de basura ocultando unos espectaculares estratos geológicos. Lo es también el horizonte, la marea, la tubería del saneamiento por la cual salían aguas negras al mar y al hacer la nueva red y quedar vacía, la reutilizan para que entre el agua con el oleaje y provoque los sifones que expulsan el agua hacia arriba, todo un espectáculo “gratis”. Lo es todo en la medida en que la gente que pasea y llega al lugar se sienta para descansar y desde allí tanto puedes ver el mar como la ciudad. Hay una relación directa entre el peine del viento, el mar y la ciudad de San Sebastián. El banco donde están sentados estos chavales de la imagen; en un viaje con los alumnos de Diseño Urbano de la Escuela de Caminos de Santander visitamos el Peine del Viento y se formó un corrillo esperando para ver si se iban y sentarnos a contemplar el mar desde esta roca-banco pero no había manera, se está muy bien en

(28)

Esquema dibujo Bonaval – Santiago de Compostela - Alvaro SIza (29)

Pabellón de Te Boa Nova y Piscinas de Leça - Alvaro Siza

(30)


33

El Peine del Viento – San Sebastián- Chillida y Peña

(31)

(32)

Cementerio Skogskyrkogard, el Cementerio del Bosque en Estocolmo Asplund y Lewerentz

(33)

este sitio, siempre hay gente y claro es que el lugar te atrae porque es único. Entonces aquí cuál es la materia del proyecto y el programa, etc., pues está claro que surge de la interpretación del lugar donde Chillida y Luis Peña han sabido hacer lo mínimo con toda la sabiduría y sensibilidad para crear el mejor espacio público que se hizo en aquellos años, transformando un espacio olvidado, casi un vertedero, en una joya para la ciudad de San Sebastián. Cuando llegamos de Estocolmo, en una visita que era de 10 a 11 de la mañana al cementerio de Asplund y Lewerentz, estaba aún admirando la entrada y veo que mis compañeros ya salían a coger el autobús para ir a visitar otros edificios, pero me quedé allí todo el día. Pongo este ejemplo del cementerio de Estocolmo, que hay que visitar “con tiempo”, pues allí estaban todas las lecciones que necesitaba aprender. Están el paisaje, las nubes, el bosque, la cabaña, el resto de los edificios como el crematorio…, los muros, los setos y la vegetación, las tumbas, los materiales, los signos y las cruces, los templos y los ritos, etc. Es un proyecto en todas las escalas; de territorio, de ciudad, de arquitectura, de paisajismo, de pavimentación y urbanización, es en definitiva un proyecto integral. Con este ejemplo lo que se reivindica es la capacidad de integrar en el proyecto referencias complejas porque todas son partes del sistema completo. Es decir, cada vez que se hace algo, desde poner una silla en la calle, un edificio o a hacer un proyecto urbano se transforma un sistema existente y por tanto esa pieza que va a formar parte del sistema debe conocerlo bien para integrarse correctamente, ya que dependiendo de cómo se haga, el conjunto mejora o se degrada, ya que no existe arquitectura sin espacio y sin lugar, y cada lugar es diferente, no valen soluciones estándar.


34

Estos dos ejemplos de la Opera de Sydney y de la urbanización en Fredensborg de Utzon son la expresión de como los arquitectos sabios son capaces de hacer lo necesario en cada sitio. En la Ópera de Sydney había que hacer un icono para una ciudad y para un país y en la urbanización en Fredensborg había que construir una residencia para personas mayores. Por cierto, hace dos meses camino de Helsinborg me detuve para volver a visitarlo y tomar esta foto. La sencillez de Fredensborg frente a la potencia de Sydney. Utzon es capaz de saber encontrar en cada sitio los requerimientos para definir el proyecto; cuando se visita su propia casa se aprecia lo mismo. Esto es lo contrario al estilo internacional. Creo que los arquitectos nórdicos como Aalto, Asplund, Utzon, etc., nunca olvidaron esta lección. Este es un proyecto que también tiene mucho que ver con las trazas del lugar, es la bodega de Dominus Winery en California de Herzog y DeMeuron, donde el edificio se inserta e integra en las alineaciones de los viñedos y en las redes de los caminos de manera que la bodega pasa a formar parte del sistema territorial, paisajístico y funcional del conjunto territorial, construyendo en el sitio una obra potente, sencilla y muy bella. Otro ejemplo donde proyecto y lugar se relacionan de forma inteligente, original, específica, siendo inseparables el edificio y el espacio donde se ubica.

(34)

Opera de Sydney y Urbanización en Fredensborg - Utzon

(35) Dominus Winery – California – Herzog y DeMeuron


35

En el caso de Moneo se pueden recordar tres edificios que son tres lecciones claves, distintas, específicas. Una es el Museo Romano de Mérida que no puede ser lo que es si no estuviera en Mérida ya que la herencia cultural de la ciudad es determinante, igual que la geografía lo es en el Peine del Viento. En el caso de la ampliación de Bankinter, otra lección temprana y excepcional, cuando en el año 1972 en la Avenida de la Castellana se están destruyendo edificios valiosos, considera el palacete un elemento patrimonial a respetar y proyecta detrás el nuevo edificio con una elegancia y sencillez encomiable, sin protagonismo; es un proyecto tan bueno que sin llamar la atención se convierte en protagonista ante las vanidades de su entorno.

Por tanto, a veces como en la música que por oírla más alta no es mejor, es una cuestión de “sintonía” para que la armonía sea conseguida. En el caso del Kursaal en San Sebastián donde no se debatió el emplazamiento, ya que en el terreno existía un edificio de la época romántica que había sido previamente derribado para convocar un concurso, pero si se discute su arquitectura, ya que para algunos donostiarras ensimismados con la arquitectura del Ensanche este edificio rompe con el modelo tradicional, lo que supuso un enfrentamiento entre el lenguaje arquitectónico del edificio y su emplazamiento. Pero Moneo había construido anteriormente muy cerca del Kursaal la manzana del Edificio Urumea y por tanto, conociendo muy bien la ciudad (36)

El Kursaal – San Sebastián – Rafael Moneo

el entorno del Ensanche le aporta valiosos datos; la escala del edificio, rompe la retícula del ensanche porque juega más con la naturaleza, con la desembocadura, con el río, con el mar, con los bloques de piedra de la escollera que están puestos de una manera aleatoria. Creo que también considera otras herencias como la de los escultores vascos Chillida y Oteiza, su concepto del espacio en el juego entre el lleno y el vacío, proyectando un edificio brillante, valiente.


36

Museo Neocueva Altamira – Juan Navarro Baldeweg

(37)

Opera de Lucerna - Jean Nouvel (38)

Cuando Juan Navarro Baldeweg diseña el Museo Altamira en Cantabria, lo hace en un sitio excepcionalmente delicado y decide integrar el edificio en la topografía, con el espacio interior semienterrado y la altura del edificio a la cota alta del terreno con parte de las cubiertas vegetales. En el interior del edificio la estructura de los lucernarios con su luz cenital es muy potente, brillante. En el exterior sin embargo el lenguaje trata de integrarse sin mimetismos simples, muestra de su reconocimiento y respeto al lugar, un gesto delicado muy particular de discreción. La Opera de Jean Nouvel en Lucerna está situada en uno de los paisajes más bellos de Suiza junto al lago y con las cumbres de los Alpes al fondo. El edificio se construye en un contexto donde el tejido urbano próximo es miniaturista y detallado cerca del puente medieval que cruza el río, pero cuando llegas allí y miras el edificio con toda la fuerza que tiene, aguanta bien, transforma el paisaje, no lo degrada y se convierte en otro referente emblemático de la ciudad. Este es otro ejemplo admirable en el que la arquitectura desde el punto de vista propositivo tiene esa capacidad de aportar- igual que tiene la capacidad de destruir- y de construir con belleza, con fuerza, enriqueciendo el paisaje urbano. Visitamos la nueva ciudad de Milton Keynes con José Mª Ureña en julio del año 1978. Los ingleses habían tenido numerosos fracasos en la construcción de sus “new towns” o nuevas ciudades, uno de los más sonados fue Cumbernauld. Ciudad colgada a la autovía entre Glasgow y Edimburgo, un proyecto “brutalista” de hormigón publicado en todas las revistas especializadas, que íbamos a visitar con enorme interés y que hoy se ha convertido en un “gueto”


37

prácticamente abandonado, debido en parte a que fue un gran proyecto realizado sin entender el sitio, en realidad sin sitio. Los ingleses, después de tantos fracasos, comprendieron que era necesario estudiar previamente y comprender las redes territoriales preexistentes con toda su complejidad ya que la experiencia anterior les había enseñado que no se puede crear ciudad ex-novo sin los conocimientos necesarios del emplazamiento. Así se presenta el nuevo proyecto de Milton Keynes donde diseñan las nuevas estructuras territoriales articuladas con la red de aldeas preexistentes. Como antecedente cultural cabe recordar que el Plan de Londres de Abercrombie en 1943 no establece un plan con una cuadrícula o con grandes ensanches que llegan hasta el infinito, sino que es un plan donde los condados y las viejas herencias son respetadas. En Milton Keynes el método es similar, se analizan los pequeños núcleos y aldeas rurales existentes que tenían su médico, sus centros urbanos con plazas, mercados, bares y tiendas, su cementerio, su fiesta, su campo de futbol, su equipo de deporte, etc., y sobre esas pequeñas estructuras, en vez de borrarlas (como se hace muchas veces ignorándolas), utilizarlas para en torno a ellas enhebrar articulados los nuevos desarrollos urbanos que así­ tienen un núcleo matriz de referencia para construir la nueva ciudad. Es muy interesante que vuelvan a reconocer la importancia de las preexistencias del tejido territorial con todas sus trazas como soporte para diseñar nuevos modelos de desarrollo urbano.

(39)

(40)

Milton Keynes – Inglaterra

(41)

(42)


38

(43) Plan del Condado de Londres -Patrick Abercrombie - 1943 (44)

Plan Parcial “ Cabezón de la Sal“ Eduardo Ruiz de la Riva y Angel de la Hoz


39

Este es un proyecto -Plan Parcial- del año 1982 que muestra una propuesta para el desarrollo urbano como arquitectura. Frente al urbanismo funcionalista de la zonificación por usos que proponía la Carta de Atenas (zonas verdes, circulación, vivienda-residencia, etc.) y una planificación urbana basada solo en ello, se redactan planes como proyectos urbanos donde se dibuja con precisión el modelo de desarrollo. Se diseñan todos los detalles con las plazas, las calles, el entorno del río, los bulevares de entrada desde la carretera y el conjunto de la trama de espacios públicos junto a las alineaciones de los edificios para una vez urbanizado y ordenado el conjunto, iniciar el proyecto de arquitectura de los edificios a construir posteriormente. Ahora muestro un proyecto en la pequeña escala que me ha parecido oportuno presentar para ver y comentar detalles más concretos. Existía un terreno de un amigo que estaba casi vacío, con una pequeña casa en ruinas, abandonada, pero después de levantar planos y

analizarla con detalle, encontramos un edificio del siglo XV. Se redacta un proyecto para reconstruirla el año 1983 y al cabo de unos años (1991-1995) otros dos amigos decidimos construir dos casas en su entorno. En el proyecto que se presenta, el nuevo edificio se diseña en torno a un eje sur-este que relaciona el paisaje de las montañas del fondo con otros edificios próximos que constituyen parte sustancial de la historia del lugar y del propietario. El edificio modifica su alineación principal para seguir la alineación de la calle. La entrada se ubica frente a la plazoleta pública exterior. Con vegetación, en el diseño del jardín se cierran las vistas hacia donde hay problemas de privacidad, así como la fachada del edificio se cierra al norte donde azotan los vientos fríos y el tráfico produce ruido, etc., ejemplo de la cantidad de estrategias proyectuales manejadas como respuestas a datos del sitio. Además, no sé si es por deformación profesional al haber estado muchos años impartiendo clases de diseño urbano donde el lleno diseña el vacío y los urbanistas dibujamos los espacios públicos para que (45)

Casa en Vernejo, Cantabria - Eduardo Ruiz de la Riva

(47)

(48)

(46)

después los arquitectos proyecten los edificios, el caso es que en este ejemplo la envolvente del edificio diseña los espacios exteriores como el patio de entrada, el huerto de hortalizas y el de frutales, diseña el jardín, la pradera y el bosque. Por lo tanto, los hechos que determinaron la evolución del proyecto y el resultado final son en gran medida fruto del análisis obtenido del sitio filtrados por la personalidad del cliente, imprescindible en el proyecto de una vivienda unifamiliar. Muchas cuestiones claves provienen de la observación de maquetas vistas “in situ”, clavando palos en el suelo, replanteando la casa para ver como entra el sol en las estaciones del año para diseñar como obtener con el repertorio adecuado el máximo beneficio, entre otros con la construcción de un mirador para recoger el calor de la tarde en invierno, ver los atardeceres, etc. Edificio, entorno y paisaje, así como interior y exterior forman un conjunto unitario, integrado, inseparable. Esta casa solo puede estar en ese lugar.


40

Durante la redacción del Plan Especial del Casco y el Plan General del Municipio, en el año 2004, el Ayuntamiento nos encarga el proyecto de ampliación del cementerio actual situado en una vieja ruina proyectada por Domenech y Montaner el año 1896. Tras un tiempo estudiando cómo llevar a cabo dicha ampliación llegamos a la conclusión de que no había espacio suficiente para ello por lo que se decide respetar el monumento existente declarado BIC y buscar un nuevo emplazamiento para insertar el nuevo cementerio en el paisaje natural y cultural de Comillas. El nuevo cementerio se localiza buscando una topografía adecuada en una plataforma que se orienta hacia el mar en el cruce de dos ejes: el eje principal desciende desde el cementerio olvidado que se encuentra en la Universidad Pontificia hacia el horizonte del mar y el otro lo relaciona directamente con la estatua del Angel de Llimoná que preside el viejo cementerio. En esta imagen se ve el nuevo cementerio asentado en el territorio. Estando muy avanzada la obra, la cubierta propuesta era de zinc muy bonita pero muy fina. En una visita a la obra un día de temporal comprobamos la fuerza del viento en el lugar y lo poco que iba a durar la cubierta proyectada con esos vendavales. Afortunadamente se pudo cambiar continuando con la piedra de la fachada en la cubrición de cubierta, una solución constructiva muy estable. Estando la obra todavía sin acabar otra fuerte ventolera se llevó el canalón de zinc interior. Es decir, si además de otros datos no hubiéramos identificado la fuerza del viento en el sitio, la obra hubiera sido un desastre tremendo, porque en uno o dos años otro temporal de viento se hubiera llevado la cubierta y aquello suponía un descuido profesional imperdonable. El horizonte, el cielo, el mar, la costa, todas las escalas del proyecto están ahí, en esta imagen se ven los horizontes en que te relacionas con el paisaje del “más allá” de manera directa, sin intermediarios.

(49)

(50)


41

(51)

Nuevo cementerio de Comillas – Eduardo Ruiz de la Riva, Eduardo Cabanas y Pedro Fdez Lastra

(52)

Por último, el edificio de Renzo Piano en Santander. Durante el desarrollo del proyecto en la ciudad se produce un fuerte debate sobre el lugar del emplazamiento con manifestaciones, mesas redondas, exposiciones y artículos de prensa, etc., porque mucha gente consideraba que el edificio no debía situarse en el salón principal de la ciudad que ya está hecho, sino localizarse en otros lugares para que contribuya a crear ciudad aportando ese plus de calidad que tiene una obra potente y nueva para inducir procesos de regeneración urbana en zonas degradadas de Santander. Los responsables deciden que tiene que ir en el centro, pero pongo esta imagen para ver que Renzo Piano si estudia la implantación en el entorno, las relaciones con el centro, las trazas, los muelles cercanos, todas las líneas del ensanche, etc. Incluso la escala cercana, para ver como se refleja el sol en las piezas de cerámica de la piel del edificio, el eje de la entrada, la forma del techo en la planta baja abierta con la escala humana, etc. El primer proyecto que se propuso alineado delante del edifico central del Banco Santander es un proyecto con formas ortogonales que se mete en el agua. Al final el edificio se desplaza al oeste y se eliminan los pilares sobre el agua dejando un gran voladizo abierto hacia la bahía. En esta imagen se pueden ver las rampas de entrada al paso inferior de tráfico que son muy poco afortunadas. El edificio podía haberse construido separado del borde del agua y quizás incluso haber formalizado la plaza de Alfonso XIII por su lado este para abrir la plaza y la ciudad desde el eje de la Plaza Porticada al mar como en la Plaza del Comercio en Lisboa. Hacer más ciudad sin buscar protagonismo insertado en la trama de espacios urbanos en lo que M. Solá- Morales denominó “urbanidad”, método proyectual que escasea en la educación de nuestras escuelas.


42

(53) Análisis de Renzo Piano sobre la inserción Urbana y en la Bahía del Centro Botín en Santander

(54)


43

(55)

Vistas del Proyecto Original del Centro Botín y del Proyecto construido con el Paso Inferior de tráfico rodado

Como última imagen quiero poner como ejemplo el nuevo edificio de la Ópera de Copenhague donde ha ocurrido justo lo contrario que en Santander. En la parte central de la ciudad, donde se encuentran los antiguos muelles del Nihavn convertidos hoy en atracción turística y el ensanche donde está el palacio real de Amalienborg y la catedral de mármol blanco, hoy día el crecimiento de esta zona se proyecta al otro lado del canal de Inderhavnen detrás de los antiguos muelles (a la derecha de la imagen) en una zona de antiguas instalaciones portuario-militares. Esta zona la están remodelando con nuevos edificios porque la ciudad decide crecer por esa parte y para ello han construido

un nuevo puente de acceso lo que hace del sitio un lugar atractivo para vivir cerca del centro. Como parte este proyecto urbano en el eje del ensanche barroco del Palacio de Amalienborg al otro lado del canal sobre los muelles del nuevo desarrollo localizan el edificio de la Ópera. Este palacio contemporáneo se concibe como un elemento primario para hacer ciudad cualificando e incentivando el desarrollo en esta zona que estaba abandonada y degradada por los usos anteriores. Por lo tanto, emplazamiento, ciudad y proyecto de arquitectura se conciben desde lo público de manera integrada como piezas principales del futuro sistema urbano y como un nuevo monumento en la arquitectura de la ciudad. Se trata en definitiva de superar la clásica

(56)

división entre arquitectura–urbanismo y proponer la escala del proyecto urbano. “Hacer ciudad” desde y con la arquitectura, no solo proyectar edificios como objetos autónomos sino construirlos como partes del conjunto urbano, de manera que el arquitecto no se quede solo en las regulaciones legales que establecen los planes y enfoque su esfuerzo a todo lo positivo que una lectura amplia del hecho urbano y del lugar pueda aportarle. Conocer el lugar es una cuestión de conceptos no de normas legales, considerando que, en la ciudad, en la arquitectura de la ciudad y del territorio se encuentra la síntesis que incluye toda la complejidad a las distintas escalas en una concepción integral del espacio y del proceso constructivo.


44

Todas estas consideraciones a mi juicio tienen que formar parte del método docente en la concepción del proyecto ya que no hay buena arquitectura sin una base conceptual sólida. A conocer el lugar y comprenderlo en su complejidad, con toda su riqueza de información y de matices desde distintas ópticas, tiempos y escalas, he dedicado una parte sustancial de mi trabajo, para tomar decisiones proyectuales con una base sólida de conocimientos. Los artistas tienen la virtud de captar el “genius loci” y las claves del lugar con suma precisión. Los profesionales tenemos la responsabilidad de estudiarlo hasta donde nos sea posible como parte del método de trabajo, el cual se verá enriquecido con aportaciones valiosas para el desarrollo posterior del proyecto.

(57)

(58)

MUCHAS GRACIAS

Ópera de Copenhague - arquitecto Henning Larsen, ingenieros Ramboll y Buro Happold y consultor teatral Theatreplan

Fuentes

(23). S.A.

(37). https://eupal.prehistour.eu/

(15). http://www.coavn.org/coavn/jsp/coavn/ mensajesCursosCongresos.jsp

(24). https://midecoracion.com/casas/conoce-comose-creo-la-casa-de-la-cascada/

(38). https://www.newlyswissed.com/kkl-lucerneculture-and-congress-centre/

(16). García Bernáldez, F. (1981) “De la silva al ager”, Ed. Hernann Blume.

(25). https://franklloydwright.org/site/hanna-house/ (26). Autor

(39-43). https://www.milton-keynes.gov.uk/ y Google Earth

(17). http://ramanujan25449.blogspot.com/2018/04/ nueva-propuesta-sobre-la-extincion-de.html

(27). Autor

(44). County of London Plan (1943)

(28). Xunta de Galicia

(45-52). Autor

(18). https://www.pinterest.es/ pin/431290101791054188/

(29-30). Autor

(53-56). Centro de Arte Botín, Santander, Autor del proyecto: Renzo Piano, Fundación Botín. Santander,2011

(19). http://viatorimperi.es/ (20). autor (21). autor (22). : A Passion for History: The Legacy of James Bain — Town and Country, https://www.torontopubliclibrary. ca/ve/bain/town-country.jsp

(31-32). Travelsignposts.com y autor (33). Autor ( 34).catalogo.artium.org y autor (35). https://michelthibaultwine.com/dominuschristian-moueixs-american-dream/ (36). m342_arquitectura_moneo

(57-58). Autor


45


46


47

Sesión 1

El Territorio como arquitectura

DE LA GEOGRAFiA A LA ARQUITECTURA DEL TERRITORIO Xabier Eizaguirre Arquitecto Profesor de Urbanismo (jubilado) Escuela de Arquitectura Universidad Politécnica de Cataluña


48


49 El Territorio como arquitectura.1 DE LA GEOGRAFiA A LA ARQUITECTURA DEL TERRITORIO

1.. Este apartado reproduce la Introducción al libro del autor “El territorio como arquitectura”, 2019, Ed. Laboratori d’Urbanisme de Barcelona (UPC).

Si la urbanística ha desarrollado una ciencia propia de los procesos urbanos, de sus estructuras y de sus formas y de las lógicas de formación y cambio, así como, en definitiva, de su capacidad como soporte de nuevas situaciones de construcción física y de uso, parece que esté pendiente un esfuerzo análogo para construir una disciplina rigurosa sobre el territorio no urbano. Nuestra preocupación es establecer valores estructurales y formas del suelo que incidan en la comprensión de las operaciones constructivas del espacio rural en aras a su reconocimiento como territorio que contribuya a alcanzar los objetivos generales de la Ordenación. En este sentido pretendemos ofrecer un método de análisis del territorio rural a partir de su forma. Método que descansa en la lectura codificada de las relaciones sintéticas entre los elementos formales y los factores naturales de la construcción rural. Quiere ello decir que nuestra aproximación se apoya en un corpus cuya función es verificar hipótesis teóricas acerca de las implicadones morfológicas del territorio. Este contexto es ilustrativo, sin duda, de la abstracción metodológica anterior pero también ampara su elaboración teórica. No pretendemos descubrir el “método ideal”, sino analizar empíricamente producciones constructivas del espacio a

Xabier Eizaguirre

partir de sus componentes morfológicos, entendemos por tanto el territorio como un artificio elaborado. Ante la ingenuidad de quienes postulan un isomorfismo entre territorios y modelos formales, creemos que existe la posibilidad de construir hipótesis formales circunscritas a determinados territorios, dado que consideramos la tierra desde su orden arquitectónico, esto es, desde las abstracciones geométricas que la guían, pero ello, no como valoración aislada de los elementos físicos que las componen, sino atendiendo a la relación y repartición de los mismos por las diferentes situaciones del territorio. Apostamos por una metodología de la Ordenación del Territorio que centra su análisis en las relaciones entre elementos y factores. Tal proceder, por supuesto, supone una toma de posición de nuestra parte al situar la disciplina del Análisis del Territorio en la confluencia entre la Geografía y la Urbanística, o, dicho de otra manera, en la intersección entre la descripción y la proposición. Nos acercamos así a un principio básico del análisis territorial que sostiene que analizar el territorio no es únicamente representarlo, sino describir el estatuto que el hombre le da en una situación geográfica determinada. Los propósitos que aquí plantearemos obedecen a un objetivo primordial cual es el de contribuir, desde la Urbanística,


50

al debate académico sobre las bases epistemológicas de la Ordenación Territorial. Convencidos como estamos de que el territorio es en sí mismo un objeto inagotable, no pretendemos haber llegado a un punto final; nuestra contribución es una más, entre otras, todas igualmente legítimas, pero todas incapaces de abarcar el objeto en su totalidad. Realizaremos un paseo de la geografia a la arquitectura del territorio, o mejor dicho, a su construcción. Una lectura del territorio como actitud positiva con la convicción puesta en que en su identidad se inicia su propia alternativa. Identificar pues un territorio a partir del lenguaje que materializa su morfología como combinación de sus componentes formales: los factores naturales, cielo, tierra y agua, y de los elementos físicos, camino, casa y división del suelo. Incidimos en el concepto “territorio” en tanto que objeto-modelo de síntesis frente al tradicional antagonismo campo-ciudad, esto es, el espacio urbano-rural integrado, desarrollado con la sabiduría de una cultura ni urbana, ni rural, sino territorial, con

innegables conflictos coyunturales pero con un impulso creador que surge del conocimiento de las pautas heredadas. Dentro del objeto territorio se identifican dos lógicas o sistemas, el urbano y el rural. Nos situamos en el territorio rural entendido éste como un espacio abierto y heterogéneo. Como veremos, la variedad de estructuras rurales se subruralizan en los espacios periurbanos, de la misma manera que la ciudad se suburbaniza en su misma periféria. Quiere ello decir que en el espacio de contacto, en el periurbano, además de encontrarnos con las estratificaciones propias de los sistemas de origen, éstos responden a lógicas propias de su situación de contacto. En las referencias tanto del método como de su puesta en carga utilizamos indistintamente la cualidad rural como agraria en la medida que los espacios con los que trabajamos son en su totalidad de servidumbre agraria, incluso los pocos suelos yermos, rocosos o accidentados, ya que es el uso agrícola, quien dibuja en ellos sus trazas.

(59)

Relación entre los hábitats familiares

(60)

La dispersión del poblado y la formación de villages


51

LA CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO La colonización agrícola del territorio rural por el hombre se ha realizado a través de la historia bajo unas técnicas y esfuerzos diferenciados, pero con un objetivo común: organizar la naturaleza vegetal y animal a su servicio. El resultado formal del orden territorial así establecido es fruto, por una parte, de influencias geográficas, biológicas y naturales y, por otra, es el resultado de las fuerzas sociales y económicas propias de cada período histórico y de cada territorio. Esta simbiosis o imbricación del medio natural y del medio humano en el espacio y en el tiempo es la causa de la complejidad de las relaciones profundas y duraderas de las sociedades con el territorio. La organización realizada por el hombre, del territorio de la agricultura, la individualiza, la particulariza la construcción de la residencia, de los caminos, de los cultivos, riego, o aterrazamiento de un relieve diferenciado, son la expresión de

una determinada forma de conquistar el territorio y comporta una singular estructura o sistema agrario. Si las condiciones naturales, el suelo y el clima, deciden en la elección que los grupos humanos hacen de un determinado cultivo, no podemos afirmar por ello que existe un determinismo fisico en la vida rural (R. Lebeau, 1983, c). Las cosas son mucho más complejas, los sistemas de cultivo, es decir, la asociación de cultivos y el reparto de tierras y de trabajo son una elección humana y constituyen habitualmente un policultivo sobre el que construyen y perpetúan sus fundamentos de vida. La construcción del territorio agrario ha estado vinculada tradicionalmente al suelo, al clima y a los conocimientos de la cultura popular, por lo que está impregnada de un sentido utilitarista y funcional. La coexistencia con el equilibrio de la naturaleza y su concepción existencial como respuesta a lo inmediato, concreto y particular, de origen primitivo, hacen que su expresión se base en una economía de formas, con ausencia de complicaciones pero de soluciones inmediatas y sencillas. Es una construcción que aprovecha al máximo los (62)

La estructura reticular del acceso

(61)

Topografia y orografia


52

(63)

recursos naturales y materiales; el hombre, en su lucha frente a la naturaleza, destruye lo que le es pernicioso y aisla y sublima aquello que le beneficia. Esta vinculación al medio natural prioriza la geografia de las formas sobre su geometría, por lo que los criterios topográficos, clinométricos y de localización de los recursos naturales juegan un papel predominante. El aprovechamiento hasta su obsolescencia de los materiales de construcción convierte a los elementos formales en objetos de máxima satisfacción de necesidades. Estas circunstancias, son primordiales para superar concepciones que nuestras escalas de valor urbanas contienen. En el análisis de este territorio, ni el valor de cambio, ni las economías de escala, ni los valores desarrollistas o productivos a secas, tienen validez (César Portela, 1984, 46). En el espacio rural, la autoconstrucción, el autoabastecimiento, la autofinanciación, la autodefensa y la autogestión, se sitúan frente a un sistema de dependencia beligerante, no deseado y la belleza está forjada en una cultura ancestral, de tecnología agraria. Partir del análisis del territorio como “resultado”, como muestra del potencial construido, creemos que es optar por una postura propositiva propia de nuestra disciplina. Entendemos el territorio como manufactura arquitectónica no improvisada que tiene un pasado con relación al cual se define, sea por ruptura y discontinuidad, sea por prolongación y reformulación, y por ello hacemos nuestro el pensamiento de Bruno Gabrielli (1977, 15) respecto al territorio, nuestro objeto de proyecto que debe ser reordenado o reproyectado como

Mena y Xaes en el 1930 y en la actualidad (64)

un organismo vivienda, actual, de pleno valor. Conservar o reproyectar, no son términos en contraste si las soluciones derivan de un método riguroso de análisis y si se plantean los problemas de adaptación- transformación con capacidad para conciliar exigencias de los usuarios y el reconocimiento y autenticidad de lo construido. Reproyectar quiere decir, pues, actualizar una estructura existente haciéndola coherente con la exigencia del tiempo, ofreciendo una interpretación nueva en términos de consumo y manteniendo íntegros y rigurosamente respetados los valores que la constituyen.

ENTRE LA DESCRIPCION Y LA PROPOSICION El territorio colonizado por el hombre contiene elementos naturales y construidos que le confieren valores comunes a la geografía y a la arquitectura. El medio físico tiene un contenido propio de la geografía como ciencia descriptiva. Pero a su vez este territorio representa una figura que contiene elementos formales de comunicación estética ya que su existencia es el resultado de un proceso operativo humano, es decir, de una voluntad proyectual (Y. Gregotti, 1972,72). Es aquí donde la arquitectura juega un papel y se mueve más allá del campo analítico propio de la geografía, se preocupa por la dimensión técnica de


53

la construcción territorial y sobre todo proyecta, propone, elige o discierne y con ello alimenta unas bases epistemológicas y fundamentos teóricos propios de su disciplina autónoma. El comportamiento del territorio, de su identidad fisica y de su construcdón artificial histórica, además de ponernos en reladón con su arquitectura nos revela valores estructurales y formas del suelo que inciden directamente en la comprensión de las operaciones constmctivas y en los elementos de ordenación-regulación a utilizar. Se establece así una vía metodológica a partir del análisis de las reladones y de la permanencia histórica de sus elementos, su propia morfología como combinación de los componentes territoriales. En la descripción de estos componentes es donde comienza a sintetizarse su propia alternativa, por lo que una contribución actual, tanto mejor que tienda a la formulación de problemas y propuesta de métodos, que a la resolución inmediata de problemas. (M. de Sola-Morales 1981). La aportación desde la arquitectura, desde la estructura y el proceso de la forma, es el objetivo de esta exposición. Desde nuestra disciplina pretendemos analizar empíricamente producciones constructivas del territorio con el objetivo de incidir en su conocimiento específico, desde su propia arquitectura. Es por tanto además de una incursión en el campo morfológico y de una hipótesis de entendimiento territorial, una aproximación a una manera de

hacer o de construir, es decir, su tecnología formal (V. Gregotti 1972,70), de ahí que lo que vamos a expresar contenga una carga teórica a la vez que trata de afrontar la abstracción de una metodología que todo trabajo experimental supone. El método de trabajo parte de las experiencias y trabajos que desde el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona se han llevado a término y se centra en las lógicas y pautas de comportamiento de los elementos formales: los asentamientos y edificaciones, los sistemas de accesibilidad y los tejidos parcelados. Al igual que los geógrafos, no tratamos de poner el acento en la producción del espacio en sí misma, sino en los medios a través de los cuales se consigue esta producción con el fin de averiguar la realidad económica y social de los hombres que la obtienen (J. García Fernández, 1975, 1). Es por esta convergencia en la posición de partida del lector, que las referencias a la geografia nos interesan por cuanto que es una disciplina que utiliza métodos de aproximación descriptivos. Efectivamente, como dice H. Capel (1983, 258), con la institucionalización universitaria de la Geografia en la segunda mitad del siglo XIX, el estudio de la relación hombre-medio es uno de los nuevos problemas-clave que desarrolla la disciplina a partir de esta fecha. Esta nueva aventura en la vecina ciencia, coincide con el ingreso de la ideología antiurbana en la naciente disciplina urbanística que en aquel momento se identifica con la construcción de una nueva sociedad (M. Tafuri 1973,30). La introducción del estudio de la realidad

El bosque agregado

(65) Verde forestal, verde agrícola y espacio construido.

(66)


54

agraria y del paisaje se aborda desde dos posiciones diferentes que de forma alternada han presidido y perdurado en el pensamiento geográfico hasta nuestros días: el positivismo y el historicismo. El positivismo, no sólo como metodología científica sino como concepción filosófica del mundo y de la ciencia, centra su valoración en la observación de la realidad a través del razonamiento inductivo y mediante clasificaciones y comparaciones la eleva a conclusiones. El antipositivismo o historicismo que aparece a finales del XIX no tiene ya como objetivo la explicación y la previsión sino la comprensión desde dentro. (H. Capel 1983, 260). Desde que Humboldt describe el espacio agrario como un “resultado” o Ritter desarrolla el determinismo y se lamenta de la “fatal influencia de la naturaleza” (J. R. Díaz Alvarez 1982, 12), aparecen nuevos geógrafos que además de marcar distancias respecto a la geografia descriptiva y enciclopédica tradicional centran sus análisis en lo concreto. Uno de los que crea más influéncia dentro y fuera de la disciplina es Vidal La Blache quien, oponiéndose al determinismo, estudia la realidad como una interacción entre el hombre y la naturaleza donde predomina la acción del hombre pero dentro de una concepción del paisaje como resultado final y material sin adentrarse en la producción de los elementos físicos. No obstante comienza a traducirse la superficie de la tierra en unas morfologías diferenciadas; el lugar, el paisaje, la región garantizan su unidad. La geografía física y la geografía humana inician un recorrido paralelo, quizás distante, haciendo caso omiso del empeño de Vidal Le Blache en no oponer la Geografía Humana a una geografía donde el elemento humano sea excluido. Vidal de La Blache intenta, a

Detalle de la glándula tiroides: las zonas grises son los folículos tiroideos y las franjas oscuras, el tejido conjuntivo interfolicular.

(67)

El verde en primer nivel de abstracción (folículos) y el disperso construido (tejido conjuntivo).

(68)


55

Detalle

de

los

testículos.

(69)

Las manchas del verde en un segundo nivel de abstracción y el espacio intersticial.

(70)

través del estudio de lo concreto, aportar una concepción nueva a las relaciones entre la tierra y el hombre, concepción sugerida por unos conocimientos más sintéticos de las leyes físicas que rigen nuestra esfera y las relaciones entre los seres vivos que la pueblan; en este sentido, se opone al determinismo. Con posterioridad, la preocupación de Fochler-Hauke por la elaboración de un sistema de tipos de paisaje como uno de los objetivos más altos de la ciencia geográfica se materializa en explicar los paisajes por el suelo, el relieve o el clima, descuidándose de los factores humanos como gran parte de los geógrafos del XIX, naturalistas de formación. Para Jean Brunhes en su Geografia Humana (1948): “el campo de la geografía es el contacto entre la parte superficial del globo y la inferior de la atmósfera. De los hechos que se dan en esta franja de contacto son objeto de la geografia aquellos en que participa la actividad del hombre” (H. Capel 1983, 345-358). Con Jean Brunhes se pone central atención a los elementos físicos de coincidencia entre el análisis geográfico y la construcción territorial: la casa, el camino y el campo de cultivo. Los caracteres materiales de la construcción territorial toman forma como expresiones del desarrollo de la humanidad. La geografía regional, bajo la inspiración vidaliana, supone la concreción, identificación y diferenciación de regiones que se explican a través de su comportamiento, es decir, el paisaje alcanza un contenido espacial. Pone atención a los fenómenos agrarios pero generalmente estudiados a través de los acontecimientos políticos y sociales. No es hasta bien entrado el siglo XX que


56

estudiosos como Marc Bloc, Sauer, Rouphel, Roger Dion y Demangeón inician una profunda renovación de los estudios agrarios. Meitzen, en Alemania, estudia el origen del parcelado y las agrupaciones de población. Demangeón (1942), en Francia, estudia el hábitat rural, como antes lo habían hecho Brunhes y Pierre Deffontaines, y avanza en la concepción de Vidal La Blache de ver el hábitat no ya como “un rasgo significativo del lugar” sino como “un instrumento moldeado por los siglos” (Faucher 1962,17). Con posterioridad y desde la geografía se han elaborado gran número de trabajos en la línea marcada por Brunhes y sus seguidores con un interés marcadamente agrario: Dumont, la escuela alemana, P. Chaval, Meynier, Brunet, Juillard y otros. Las investigaciones en las estructuras

agrarias se extienden en poco tiempo y ya no se encuentran siempre las clasificaciones adoptadas para grandes regiones, lo que es el signo evidente de que la geografia toma conciencia de que la estructura de los campos se puede deber a las técnicas de trabajo y a su adaptación a las condiciones del medio. Como el mismo Faucher (1962,11) anuncia, nace así la geografía que estudia y abarca las formas de actividad que engendran las diferentes culturas locales, es una geografía experimental y cualitativa que desciende hasta la variedad sintética, fruto de la localidad. Diferenciada claramente de una geografía económica de la agricultura de características analíticas y cuantitativas. Entre Brunhes, Meynier y R Lebeau han pasado poco más de cincuenta años y quizás haya una misma preocupación por la

construcción de una Geografia General Agraria, una obsesión contínua por totalizar y globalizar unos ejemplos, casos o excepciones en los que hay un salto cualitativo entre las bases parciales, de detalle que se analizan o se ejemplarizan y la escala, universal, en la mayoría de los casos, a la que se pretende aplicar. Esta preocupación constante por las clasificaciones y generalizaciones ya había sido insinuada por Meitzen en Alemania quien relacionó los paisajes con los tipos de pueblos, explicando dicha clasificación a partir de factores antropológicos. Los abusos del determinismo agrario, que han dominado durante años los estudios geográficos, desaparecen con las nuevas nociones del régimen agrario aportadas por A. Meynier: “Ios grupos sociales tienen ellos mismos un modo específico de organizar el paisaje”, y por la obra de Dufoumet titulada: “Una comunidad agraria secuestra y organiza su territorio”. Esta visión socio-histórica no consiguió hacer olvidar que los paisajes no pueden ser el reflejo fiel de una sociedad sino que el territorio, además de contribuir con sus obstáculos y potencialidades físicas propias, contiene las marcas dejadas por las ocupaciones anteriores. Es decir, la construcción del territorio está constituído por estratificaciones, por reordenaciones sucesivas como resultado de una larga historia (Pierre Pinon 1981, 5 a 8).

La costa norte en Alentejo. (71)


57

HACIA UNA RURALÍSTICA Si la geografía ha dirigido sus preocupaciones al estudio de la realidad agraria o del paisaje con el objetivo puesto en su descripción y en la formulación de fundamentos teóricos y bases epistemológicas que ayuden a sustentar el corpus de la Geografía General Humana, desde la urbanística, entendemos nuestra incursión como un ensayo, no sólo a una escala más concreta y local, sino limitados a la descripción técnica y formal de las cosas construidas, o como máximo a la abstracción perceptible de la superficie de los suelos modificados y manipulados por el hombre. Quiere ello decir que estudiamos los componentes no sólo como pura formalización sino en sus recíprocas relaciones y como parte de unos sistemas complejos de un territorio construido que los condicionó sometiéndose a sus lógicas o transformándolo. Casi todas las discusiones metodológicas ponen el acento en la elección de los componentes del análisis territorial. Elementos y factores se alternan o simultaneizan en los esfuerzos académicos por definir un ordenamiento instrumental de estudio. Es importante destacar que ni la simple relación de unos elementos, ni las características de los factores de un lugar, por si mismos, pueden identificar un paisaje agrario o un territorio determinado ya que el posicionamiento o combinación de ellos puede dar origen a la definición de una estructura singular. La metamorfosis o adecuación que puede adoptar un modelo cultural en diferentes

situaciones climáticas, relieve, cultivos, etc., dan resultados cuyos desarrollos formales pueden distar del modelo inicial. Con ello no estamos abogando, desde nuestra disciplina, por una problemática más amplia que la que podría argumentarse desde una transposición de la instrumentación operativa urbana, sino que creemos encontrarnos ante una problemática donde las nociones de escala, lógica constructiva o sistema estructural, son diversas. Nos interesan los factores en tanto que componentes potenciales y modificables que ayudan a explicar la formación del territorio percibido, y poner el acento en los elementos como componentes morfológicos o visibles que describen la transformación histórica del paisaje. Entender el territorio a partir de sus elementos formales como ya Jean Brunhes proponía, puede parecer una aportación particularizada y menos globalizada de lo que se puede entrever en las obras o manuales de los geógrafos como Vidal La Blache, Clavall, Faucher, Pierre George, Meynier, Folcher-Hauke, o incluso el mismo Brunhes, pero creemos que estas diferencias son más teóricas que reales. La elección de los elementos físicos que el hombre ha implementado sobre un territorio responde a la valoración que desde la arquitectura atribuimos a ellos como objetos de comunicadón estética (V. Gregotti 1973,71). - La búsqueda de pautas y modelos de orden

La necesidad de imaginar o anticipar la

forma de los elementos a construir por el hombre sobre un territorio determinado que pretende domesticar y organizar,

determina inevitablemente, que se busque en el ejemplo vecino un modelo a seguir y mejorar si es posible, o donde encontrar soluciones formales ya probadas. A partir de este acto cultural que da seguridad a la realización de la obra, el vecino se convierte en paradigma, modelo a imitar y de esta forma la disposición de los campos, la construcción de los caminos o edificaciones, responden a unas regularidades de formas, dimensiones, lugares y modos de establecerse. Aquí encontraremos las “tipologías arquitectónicas de las estructuras antropogeográflcas”. La identidad de situaciones de las tierras, del clima, del relieve, de la cultura local y demás factores de un lugar determinado, dan fruto a situaciones de construcción pautadas. La regularidad, repetimos, es un acto de origen cultural, cada grupo social en una determinada situación trata de estructurar, como expresión de la memoria colectiva y de su capacidad de imaginación, una arquitectura arraigada al lugar. La arquitectura se alinea con todas aquellas formas de la actividad humana basadas en la transmisibilidad del conocimiento y en la posibilidad de ejercer sobre la experiencia precedente una reflexión que la prolongue y la renueve. Estas actividades (ya sean artesanales, artísticas, científicas, etc.) dan lugar siempre a la constitución de una técnica que permite afrontar las situaciones similares con soluciones análogas”. (Carlos Mantí, 1987, 8). La hipótesis operativa que aquí se propone como método objetivable de la realidad física y la preocupación, desde la urbanística, por identificar morfologías territoriales o agrarias nos conduce inevitablemente a una doble abstracción, que quizás también propia de nuestra disciplina que precisa, como veremos, de dos procesos o esfuerzos


58

interpretativos nuevos: la abstracción de la representación a través de una cartografía específica y la abstracción modelística formal, es decir, la búsqueda de los nexos causales entre elementos y factores. - La abstracción de la representación y de los modelos Mientras que el análisis nos conduce a una clasificación de la realidad estudiada, el dibujo, la cartografia nos conduce a la reproposición del objeto ya que subyace un fuerte contenido subjetivo e interpretativo de la realidad observada. La creación de una cartografia intencionada, debe poner en relación sintética los elementos fisicos y los factores naturales y elaborarse a través de la selección, realce o depreciación, como acto volitivo y valorativo de los factores geomorfológicos y de los componentes construidos. A la cartografía convencional (planos topográficos 1/5.000 o 1/10.000 de las Diputaciones o Cabildos) necesitamos superponer la imagen catastral (Catastro de rústica de Hacienda, grafiados a 1/2.000 o sobre las fotos aéreas del vuelo americano) de construcción o modelación del espacio agrario e ir descubriendo las pautas formales, culturales y técnicas que la comunidad humana va proponiendo en cada situación. En este sentido la creación de esta cartografia intencionada que represente la obra intervencionista humana en relación a la forma fisica del territorio, es primordial, para su posterior lectura técnica, su descripción como manufactura construida. Los intentos superadores del determinismo ambientalista de Marinelli y otros geógrafos contemporáneos alemanes fracasan, como recuera G. Dematteis (1985, b), en la lectura de Proceso de galvanización al microscopio

los instrumentos cartográficos y geográficos clásicos, por lo que tienen dificultades para avanzar en una línea que conjuge los fundamentos de la Geografia Física y de la antropogeografia es decir, el determinismo implícito en el concepto de espacio geográfico como realidad fisica objetivable. Para Manuel de Sola-Morales (1981, 4), “mejorar la descripción es ya proponer”. Efectivamente, tratamos de representar aquellos elementos o factores que son objeto de atención por su vinculación a la representación formal del territorio y a las voluntades propositivas de sus constructores. El método lleva implícito, y se puede entrever a través de la lectura de los planos, la proposición o proyectación de los espacios tratados. A través de la representación de las interacciones entre unos factores naturales y los elementos que se emplazan y cómo se emplazan, se posibilita la definición de tipos y modelos de construcción agraria. Como dice Gregotti (1973, 97),

(72)

la indagación va dirigida a clasificar topologías formales de las estructuras antropogeográficas, no únicamente de aquellas que son el resultado de un momento de planificación, sino de la totalidad del espacio rural como continente que encierra diferentes “vocaciones” o “inercias” productivas. En este sentido creemos importante afirmar la posibilidad de representar sistemas y modelos como abstracciones formales a partir de los grafos de cada una de las estructuras agrarias estudiadas poniendo en relación elementos formales de la realidad fisica objetiva con los factores de la naturaleza. Una tal concepción de entender la construcción del territorio y la voluntad de tipificar situaciones diversas nos lleva a una catalogación de términos agrícolas en función de intensidades de colonización o grados de artificialidad: montaña, ladera, llano y huerta.


59

- Los elementos formales los factores naturales. Para los geógrafos la transformación de los paisajes agrarios es fruto de la relación entre elementos físicos y factores. Los primeros son componentes formales y visibles del territorio: el “ager” ( espacio explotado) y el “saltus” (espacio natural). El hábitat, la red viaria, o el sistema de organización de las explotaciones, son susceptibles de estudio en tanto que variables que ayudan a “describir” el espacio. Paralelamente los factores son los componentes potenciales, el substrato modificable que ayuda a “explicar”. El clima, el relieve, los suelos, la cubierta vegetal, y la población animal, son los factores que intervienen en la explicación. Esta síntesis de componentes de la superficie de la tierra, como resultado plástico de la acción física, biológica y cultural de los seres vivos sobre el espacio económico no urbano, es asumida por la mayoría de los autores de Geografías Humanas. Desde la arquitectura y en particular desde la construcción del territorio rural pretendemos buscar los órdenes de relación sintética entre los elementos formales y los factores modificados que codifiquen un territorio agrario. Esta posición disciplinar requiere una visión del objeto como artefacto construido. El territorio visto como manufactura edificada, es decir, como objeto manipulado y artificializado por el hombre en unas condiciones determinadas. Los elementos se reducen a aquellos que confieren forma y que son transformados por la acción humana. Como ya se ha dicho, en un territorio determinado donde

las condiciones climáticas, de relieve, hidrográficas y edafológicas son únicas, las acciones humanas tienden a adaptarse unas a otras a través de un fenómeno de acomodación recíproca, fenómeno que da origen a un orden propio de la construcdón agraria, el arte de la relación agraria. La selección de los elementos formales: asentamientos edificatorios, división y compartimentación del suelo y sistemas de acceso e instalaciones, nos parece tan significativa como su valoración y la relación que hay entre ellos y los factores naturales: relieve, clima, agua, orientación, capa vegetal. Hemos partido de los elementos que desde la urbanística utilizamos para el análisis de la forma urbana pero con la ambivalencia propia que gozan estos elementos en el espado rural e introduciendo nuevas connotaciones. Así, en los sistemas de acceso, caben las instalaciones en general y la manipulación del agua para riego o desagüe en particular. Cuando un factor (agua o relieve, por ejemplo) es manipulado por el hombre (sistemas de riego, desagüe o bancales) se convierte en físico. Lo mismo que la idea urbana de “edificación” se amplía a la de asentamiento y se introduce la noción del “sitio” como algo determinante de la construcción de este territorio. De igual manera que el camino, los sistemas de canalización y manipulación del agua o la masía, cortijo o caserío, como unidad de residencia-producción pueden ser elementos de contundencia estructural de una unidad rural. El establecimiento residencial o productivo humano es un elemento descriptivo que aduce a la identidad de un lugar. En la construcción agraria, el sitio de la edificación, de la arquitectura por antonomasia, es la expresión del patrimonio del territorio, del potencial de

mejoras establecidas y de las relaciones formadas. La casa agrícola aislada vertebra la naturaleza próxima, los campos y los accesos. El asentamiento es la urbe rural, en él se sitúa la residencia, el equipamiento y el centro de producción e intercambio. La división del suelo, la selección del suelo fértil del improductivo para la compartimentación de los cultivos crea una figura que tiene relación estrecha con la ubicación de la residencia agraria, con la naturaleza de los suelos, con las técnicas de cultivo, con el relieve y su facilidad de acceso. El control de las tierras para la construcción de los campos y la conquista de las roturaciones, tiene una lectura geomorfológica inmediata y una plasticidad en la construcción de los abancalamientos para la apropiación del manto residual y superficial. La diversidad de los campos regulares o irregulares, largos o cortos, rectos o curvados, uniformes o variados, tapizan los terrazgos como trazados multiformes y pautas de tamaño, forma y posición susceptibles de modelar y de crear una imagen paisagística, ya sea sobre la superficie desnuda, sobre una agregación de material (en talud) o por escarbamiento de la superficie (en surco o zanja). La forma, trazado y aspecto de los caminos son expresiones de la actividad humana. Sus trazados, formalizaciones, o posiciones son el resultado material de unas funciones diferentes: estratégicas, comerciales o de sus especializados. El camino generalmente propone, estructura o dispone campos y casas, mientras que el relieve decide los modos de transporte y por ende el tipo de ruta. No por ello pierde importancia el lugar del relieve apto para situarse el camino y el modo de emplazarse. El agua, el aire, el viento, la orientación y la textura vegetal, son factores que operan


60

en el resultado formal de un paisaje. En ocasiones estos factores son manipulados por la acción humana y se convierten en artefactos fisicos y, por tanto, en elementos formales. El agua que cae de las nubes o que discurre libremente por las escorrentías naturales es un factor. Pero su utilización canalizada o domesticada para el riego o el desagüe de campos la convierte en sistema infraestructural y por tanto en elemento con fuerza estructuradora y organizadora. En el territorio de regadío, se materializa con toda claridad el valor estructurante de la canalizaóón del agua. Algo parecido puede pasar con el aire, el viento o las especies biológicas que como factores imprimen movimiento pero utilizados voluntariamente, como elementos de defensa son artefactos que modifican la percepción del paisaje y formalizan una unidad agraria. El recurso a referencias cósmicas como factores naturales se produce en ocasiones sobre todo dirigidas a la delimitación de suelos; no olvidemos que trabajamos en el área de contacto entre dos superfícies, la celeste y la terrestre, por lo tanto con dos topografias y dos imágenes fisicas de referencia. El relieve como factor pausible tiene un reconocimiento inmediato en la construcción rural. La selección de sus aristas, inflexiones, puntos altos y bajos, concavidades o convexidades y pendientes es el primer acto de discernimiento en los constructores de este territorio. Los cambios de pendiente formando aristas territoriales representan los límites y un valor de posición diferente para establecer el dominio o acceso del espacio contiguo. La mayor o menor pendiente se traduce en el uso de una o dos coordenadas espaciales. En los suelos de fuerte pendiente se recurre a sus espacios de mínima clinometría y por lo tanto se prioriza una coordenada sobre la otra apareciendo estructuras

(73)

(74)

Alto Guadalquivir: Las tres formas ocupación de suelo y su reflejo en el parcelario resultante


61 BIBLIOGRAFIA - ASCHER, FRANÇOIS (1995): “Métapolis ou I’avenir des villes”, Edictions Odile Jacob, Mayo 1995, Paris - BOERI S. I A. LANZANI: “Gli orizzonti della città diffusa” Casabella nº588 Marzo 1992. - BOERI, STEFANO; LANZANI, ARTURO; MARINI, EDOARDO: “II territorio che cambia: Ambienti, paessagi e immagini della regione milanese” Abitare. Sagesta Catalogui. Milano 1993 - BRUNHES Jean, Geografía Humana. Ed.Juventud, Barcelona 1948 - CAMPODONICO Guido, GABRIELLI Bruno, Gli insediamendi storici della Regione Liguria. Regione Liguria, Genova 1977. - CAPEL Horacio, Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Ed. Barcanova, Barcelona, 1983.

alargadas, longitudinales o en espina, unidireccionales. El agricultor modifica el relieve para la contención de tierras o para el asentamiento de diferentes elementos con lo que su valoración, como ya hemos dicho, pasa a ser como elemento construido. Hasta la construcción moderna de las grandes infraestructuras (pantanos, transvases de ríos, construcciones de autopistas...) el relieve y el agua tienen una valoración como factores que se identifican en la lectura “macro” de las escalas planimétricas superiores a la 1/10.000, mientras que su traducción a elementos modelados por el hombre se produce a la propia escala humana, es decir en escalas inferiores a 1/2.000. A partir de la lectura codificada de estos elementos y factores, podemos construir unos fundamentos técnicos de interpretación formal del territorio rural. Convencidos como estamos de que el análisis del territorio es inagotable, creemos que sus lógicas y culturas están fundamentadas en unas dimensiones y formas que confieren a estos componentes un carácter dinámico y cambiante en la ininterrumpida construcción del espacio. En las imágenes que acompañan a este texto tratamos de definir las valoraciones constructivas (formales y típicas) que contienen estos componentes en aras a una urbanística rural, ruralística o teoría de la ruralización (término acuñado por lldefonso Cerda).

- CORBOZ, ANDRÉ (1994) : “La description: entre lecture et écriture”, En “Le territoire comme Palimpseste et autres essais”, Bensançon Les Éditions de l’imprimeur cop. 2001 - DEMATTEIS, GIUSEPPE : “Progeto implicito. II contributo della geografia umana alle scienze del territorio”, Franco Angeli/Strumenti urbanistici, Milan 1995. - DEMATTEIS Giuseppe La metafore delIa terra: la geografia umana tra mito e scienza Feltrenelli, Milano, 1985. - DEMANGEON A. “Types de peuplement rural en France” en Problemes de geographie humaine, Paris, 1942. - EIZAGUIRRE X. Artículo “Hipótesis de entendimiento territorial: sus elementos formales” en Estudios Territoriales, nº 18, CEOTMA, MOPU Publicación internacional del Instituto del Territorio y Urbanismo. Mayo-Agosto Madrid, 1985. ISSN: 0211-6871 - EIZAGUIRRE, X. Artículo: “el Territorio como arquitectura” en DAU –Debats d’Arquitectura i Urbanisme editado por el Colegio de Arquitectos de Catalunya, demarcación de Lleida nº 12, tardor 2000. Pags 56-65 ISSN: 1137-8883 Lleida 2001-07-17 - EIZAGUIRRE, X. Libro de material docente “La construcción del territorio disperso” Editado por la UPC. Recoge los trabajos de investigación realizados durante los cuatro últimos cursos académicos. Edicions UPC. Barcelona 2001. - ESPAÑOL Joaquin: “Nuevas dinámicas del territorio” Conferencia inaugural del Curso Internacional de Vic, Julio 1997. -FAUCHER D. La vie rurale vue par un geographe. Inst. de Geogr. Facultat de Llettres et Sciències Humaines. Toulouse 1962. - FOCHLER-HAUKE, G. Cronología geográfica. El paisaje como objeto de la Geografía regional. Tucumán, 1953. Universidad Nacional, Instituto de Estudios Geográficos. - GAMBI Lucio Leggere il paesaggio N. Zanichelli, Bologna, 1983. - GARCIA FERNANDEZ Javier Organización del espacio y economía rural de la España Atlántica Ed. Siglo XXI. Madrid, 1975. - GEDDES, PATRICK (1915) , “Ciudades en evolución” , En Ediciones Infinito, Buenos Aires, 1960. Del original “Cities in evolution”, 1915 - GREGOTTI Vittorio El territorio de la arquitectura Gustavo Gili, Barcelona 1972. - GREGOTTI V., CROSTA P., BATTISTI E., CROTTI S., BORRADOR! D. y NORBERG-SCHULZ CH. Edilizia Moderna no 87-88. - HOSKINS W.G. The making of the English

LanscapePenguin Books, Middlesex, 1977. INDOVINA, - FRANCESCO (1990) “La citta diffusa”, En A.A.V.V. “La cittá diffusa”, DAEST, Istituto LEBEAU R. Grandes modelos de estructuras agrarias en el mundo Editorial Vicens-Vives, Barcelona 1983. - MAC HARG Ian L. “Composer avec la nature”, en Cahiers de l’IAURIF n° 58-59, septiembre 1980, ParÍs. - MARTÍ Carles Las variaciones de la identidad. Ensayo sobre el tipo en arquitectura Tesis doctoral. E.T.S. de Arquitectura. Barcelona 1987. - MARTINEZ ALIER Joan L’ecologisme i l’economia Edicions 62, Barcelona 1984. - MEYNIER André Les paysages agraires Armand Colin, Paris, 1958. - MINTZ Sidney W. “A note on the Definition of Peasantries” en Journal of Peasant Studes vol. 1 nº 1 Londres, 1973. - PINON Pierre et altrii Paysages Centre George Pompidou, París, 1981. - PORTELA César Estudio de los elementos determinantes del medio rural, tratamiento técnico y revisión jurídica: el caso gallego . D.G.A.T.U., Madrid, 1984. - QUAINI Massino Dopo la Geografia Expresso Strumenti, Milano, 1978. - ROSSI A., CONSOLASCIO E., BOSSHART M. La construzione del territorio del Cantone Ticino Fondazione Ticino Nostro, Lugano, 1979. - SECCHI B.: “La periferia” Casabella nº583 Octubre 1991. - SECCHI, BERNARDO (1995): “Resconto di una ricerca”, Urbanistica 103, - SERENI, Emilio Storia del paesaggio agrario italiano Ed. Laterza, Roma-Bari, 1984 - SOLÀ-MORALES Manuel de, “La identitat del territori”, en Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme Extra 1, Barcelona, 1981 - SOLÀ-MORALES Manuel de: “Territoris sense Model” a Papers nº 26 gener 1997. Regió Metropolitana de Barcelona. - SOLÀ-MORALES Manuel de, “Sobre metodología urbanística” Ed. de la E.T.S.A. de Barcelona, 1969. TAFURI Manfredo Storia deIl’ideologia antiurbana Istituto Universitario di Architettura, Venezia, 197273. - VIDAL DE LA BLACHE P. Principes de Géographie humaine. Lib. Armand Colin, París, 1955. Fuentes (59-74) Eizaguirre, X (2019) “El territorio como arquitectura”, Ed. Laboratori d’Urbanisme de Barcelona (UPC).


62


63

Sesión 1 EL DEBATE Xabier Eizaguirre Nicolás Martín Juan Ignacio Mera Carmen Mota Luis Moya Javier Rodríguez Rita Ruíz Eduardo Ruíz de la Riva José María Ureña Javier Vellés


64


65 PRIMERA SESIÓN EL DEBATE

Rita Ruiz (profesora de Urbanismo Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, UCLM)

Buenos días, quería agradecer a los ponentes, me han parecido unas intervenciones interesantísimas, y mi pregunta es la siguiente: ustedes utilizaban los términos de paisaje y territorio indistintamente. Entonces, lo que me gustaría saber es que opinión les merece el Convenio Europeo del Paisaje, las definiciones de Paisaje establecidas por ICOMOS o por UNESCO y si efectivamente consideran que con estos instrumentos se considera el territorio como un palimpsesto tal como ustedes han comentado. También me gustaría saber su opinión sobre los atlas del paisaje y fundamentalmente el Atlas de Paisaje que se hizo en España a raíz de la aprobación del Convenio Europeo del Paisaje. Xabier Eizaguirre Es un trabajo muy interesante pero frustrante. Yo tengo una relación rara con el tema. Me parece que es una aplicación administrativa y muy política. Sin embargo, han trabajado equipos a nivel local muy detalladamente, y se ha hecho el mapa del paisaje español que está muy bien en ciertas regiones. Lo que no están tan bien muchas veces son los criterios que se han utilizado

y tampoco ha habido demasiada unidad, lo cual a lo mejor también es bueno que haya diversidad. Como son aspectos del territorio, es como nos pasaba en los años 1980’s con el urbanismo de manchas (p.e. industrial, ensanche, suburbano..), identificábamos zonas homogéneas, pero la ciudad es mucho más diversa que eso; y el paisaje también. La primera parte de la pregunta, que diferencia hay entre paisaje y territorio, yo no utilizo dos cosas distintas, para mi es lo mismo. Para mi, el paisaje va unido a la identidad territorial más que a la buena mano de un arquitecto que hace un parque, y lo llama paisaje, y se queda contento. Eduardo Ruiz de la Riva Recordar en primer lugar que Xabier es coautor del Plan Especial del Casco de Toledo del cual ha mostrado algunos planos dibujados con una sabiduría y conocimiento espacial exquisitos. En segundo lugar, acerca del tema planteado considero que paisaje es aquello que vemos cuando contemplamos un escenario, un territorio. La cuestión es que cada persona ve una cosa distinta; por lo tanto paisaje es sobre todo el cómo se interpreta. Creo que el Convenio del Paisaje de Florencia plantea de una manera aceptable estos temas, el paisaje como un territorio construido


66

resultado de las herencias acumuladas por las civilizaciones que han dejado sus huellas. He estado trabajando en los últimos años en el tema del paisaje tratando de gestionar un plan de protección del paisaje y un resumen de ello ha sido publicado en el nº 85 de Ciudad y Territorio Estudios Territoriales de verano de 2015. Es un artículo realizado en equipo donde se presenta un trabajo sobre las bases conceptuales y metodológicas para afrontar la ordenación del territorio y protección del paisaje en un valle del occidente de Cantabria, aportando también una buena bibliografía. A quien le interese el tema le recomiendo los trabajos de Alberto Magnaghi sobre la Toscana y el Plan de Protección y Ordenación del Paisaje de la Región de la Puglia. Hay un libro suyo publicado con el título “El Proyecto Local” que recomiendo consultar. También han redactado planes de protección del paisaje y gestión del patrimonio territorial muy interesantes en el valle de Orcia (que explicó Manuel R. Guido en un debate sobre conservación de patrimonio hace unos años aquí en Toledo, organizado por este mismo Grupo de Urbanismo de la UCLM, debate publicado en el número 184 monográfico de Ciudad y Territorio Estudios Territoriales), etc. Todas estas referencias tienen mucho que ver con el Convenido de Florencia desarrollando el tema del paisaje a partir de sus criterios. Xabier Eizaguirre Una cosa que se me ha olvidado cuando he explicado esto de los años 1960’s y 70’s. En los años 80’s en la Escuela de Barcelona, a raíz de este trabajo que he explicado de las comarcas, dirigido por Manuel Solá-Morales, en el que trabajamos varios jóvenes, salieron 4 o 5 tesis doctorales interesantes. Una tesis interesante era la de Rosa Barba, fallecida bastante joven, titulada la Abstracción del

Paisaje. Otra también interesante fue la de Juan Luis Dalda, también fallecido, sobre el territorio de Oleiros, muy interesante y de los mismos años que la mía, sobre hipótesis del territorio. En aquella época, como consecuencia de estos estudios, se hicieron varias tesis, no se si la de José Luis Gomez Ordóñez es anterior sobre las infraestructuras territoriales, muchas dirigidas directamente por Manuel SoláMorales, y otras como la tesis de Eduardo Ruiz de la Riva y se me olvida al menos otra tesis que bebían mucho de este mismo espíritu. En todo caso, eran lecturas muy diferentes, muy diversas, la de Rosa Barba era muy abstracta, sin embargo, las nuestras eran muy experimentales. Quiero decir esto para ver la diferencia entre territorio y paisaje. Luis Moya (ponente del segundo debate, Catedrático Jubilado de Urbanismo, Escuela de Arquitectura de la UPM)

Las magníficas exposiciones que se han hecho, para mandar un mensaje clarificador a los alumnos, todos los que vamos a intervenir vemos clarísimo que el contexto, el paisaje, el territorio, la ciudad, etc, condiciona positivamente y mejora mucho el proyecto de arquitectura. Lo digo por si hay alguna duda al respecto. Luego, al ver vuestras imágenes, tan bellas muchas de ellas, estaba pensando que probablemente, no sea casualidad, que la mayoría de esos proyectos singulares, como el Centro Botín, Guggenheim, etc, estén junto al agua, el mar, un río, un sitio como una gran isla lejana. Probablemente, desde un punto de vista funcional, se explica que esas zonas, que han sido las traseras de las ciudades durante la industrialización, el ferrocarril, etc, ahora son mucho más apreciadas y la forma de revalorizarlas es mediante estos edificios. Me parece

que todas tienen una característica bastante común, que luego, considero que subjetivamente, opinamos a lo mejor distinto cada uno de los ponentes. Yo, por ejemplo, podría opinar sobre el Centro Botín, no se si es el momento. Sobre la ópera de Sídney, el Kursaal de Moneo y otros edificios muy singulares son precisamente rompedores de lo que había sido ese lugar y, sin embargo, de un éxito tremendo. A mi desde luego, como a ti, Renzo Piano me encanta es un gran arquitecto, y me parece que además ha hecho una obra estupenda, y me parece que es tan singular y tan rompedora como estos otros que he mencionado. Y estaba pensando porqué nos fastidia esto, quizás cuando fui a verlo, en esto cuenta mucho la subjetividad, yo fui a verlo en un día precioso con abundante sol, una temperatura ideal, con unos amigos estupendos y me pareció el edificio precioso y perfectamente encajado. Pero tiene dos inconvenientes o cuestiones en contra. Una, que a diferencia del Guggenheim o de otros que reordenan y mejoran el espacio de alrededor (por ejemplo, me gusta mucho más como han arreglado el entorno que el propio Guggenheim como arquitectura aunque como escultura me puede gustar bastante), el Centro Botín tiene el inconveniente de que se impone sobre algo ya perfectamente ordenado, eso va en su contra, no ha regenerado nada, se le puede acusar de que incluso lo ha estropeado o lo que habéis dicho, que es muy importante, el paso subterráneo. Y luego otra cosa que, para decirlo todo, es que es el gran magnate de la ciudad que impone ahí un edificio que es privado, que luego tiene un uso público, pero que es la representación de si mismo; y eso yo creo que molesta a mucha gente, incluido yo mismo, cosa


67

que no ocurre en los otros. Estos son los dos elementos que pueden explicar ese malestar con el Centro Botín. Javier Vellés (Profesor Arquitectura,

honorífico,

escuela UCLM)

Me gusta muchísimo el toque que estáis dando al urbanismo en estas conferencias. En segundo lugar, el paisaje es un invento artístico. En la época de Simahue, figura y fondo se resolvían con un fondo de oro, eso era lo que exigía el cliente a los artistas. A los artistas les costó muchísimo convencer, ya en el renacimiento, que el mejor fondo era el paisaje. El oro era muy caro, muy valioso, daba prestigio a la obra, pero ellos encontraron algo tan valioso que es el polvo de lapislázuli, para hacer el azul ultramar, que también era carísimo, y ellos inventaron el paisaje. Ahora se ha manipulado por la burocracia, etc, pero el paisaje es un invento artístico. Eduardo Ruiz de la Riva Hay que considerar la enseñanza del urbanismo y por tanto del conocimiento del hecho urbano no solo en la parte referida a los planes y normas que regulan los proyectos de arquitectura. Esta es una visión reduccionista frecuente en el arquitecto que va a consultar al ayuntamiento la normativa sobre una parcela, y al ver todas las limitaciones de las normas entiende el urbanismo cómo algo negativo. Otra visión simple es creer que aprender urbanismo es algo exclusivo para aquellos que van a dedicarse a redactar planes. He intentado convencerles en mi exposición de que el conocimiento del hecho urbano es una fuente inagotable de material positivo

enriquecedor y necesario para el proyecto de arquitectura. Y por tanto, no nos quedemos solo en esa parte árida, distante o negativa del urbanismo en cuanto que limita al proyecto, sino profundicemos en toda la información que aporta datos y referencias esenciales en escalas del espacio y del territorio imprescindibles para entender la arquitectura; de hecho mi tesis se titula “La Arquitectura del Territorio”. Ser positivos, animarse a indagar en el hecho urbano y territorial porque es complementario y el proyecto lo agradece, más allá de otras cuestiones reguladoras o técnicamente exigibles. El arquitecto que redacta proyectos de arquitectura no debe olvidarse ni dejar de lado estas dimensiones del espacio en las distintas escalas ya que son una fuente inagotable de datos claves para la elaboración de un proyecto singular y su inserción en el lugar. Luis Moya Yo quería hacer como una cuña, casi publicitaria, de Moneo, porque yo creo que es el arquitecto que más tiene en cuenta el contexto cuando proyecta. Habéis enseñado algunas obras, alguna discutible como la ampliación del Ayuntamiento de Murcia, y su gran obra, que yo me he dado cuenta al ir a Cartagena, esta ciudad un poco olvidada, que la han puesto preciosa, con la intervención en el espacio público verdaderamente ejemplar, que no se habla suficientemente de esta ciudad; y luego lo específico de Moneo, cómo han incorporado el teatro romano en un interior de manzana, que bien lo han hecho, que sutilmente, y sobre todo el Museo Romano. Como lo ha puesto de bien, la escala que tiene, como lo conecta con el teatro. Me parece verdaderamente ejemplar. Igual que digo esto, ya como urbanista y profesor de proyecto urbano, discuto algo

la ampliación del ayuntamiento de Murcia. El edificio, en si mismo me parece que está muy bien, tu (José M. de Ureña) lo has planteado muy bien, pero sin embargo tiene algo que a mi me desconcierta, que es esa especie de semisótano bar en esa plaza que tiene tanto significado; y no entiendo como Rafael Moneo (nunca se lo he dicho y probablemente nunca se lo diré, y como has dicho tu -Eduardo Ruiz de la Riva- les molesta mucho), con la premisa que he hecho de que me parece el mejor arquitecto contextualizando sus obras, no entiendo como ha hecho eso, que es un detalle del edificio, pero que desde el punto de vista del proyecto de la escala urbana, para mi rompe con toda la plaza. Eduardo Ruiz de la Riva Rafael Moneo lo dice sistemáticamente en algunos de sus escritos, el lugar y el emplazamiento como factor generador del proyecto, lo cual ha sido mostrado antes en varias de sus obras. José M. de Ureña Quizás por lo que has (Luis Moya) dicho anteriormente del Centro Botín, yo creo que el edificio es una pieza arquitectónica que puede considerarse valiosa, sin embargo, lo que yo creo que discutimos más, algunos que pensamos así, es que la ubicación no es la mejor. La aportación de esa pieza a la ciudad podía no haber introducido algunos problemas, como el paso inferior, que es importante, y podía haber potenciado más otros rincones de ese mismo salón u otros lugares un poco más alejados de él, que podían haber ampliado el salón de la ciudad. Desde este punto de vista es una oportunidad desperdiciada. Yo no he pretendido criticar el proyecto de edificio en si mismo, sobre lo que también he hecho algún comentario, sobre todo las tres escaleras, las columnas


68

y el ascensor ensucian el contacto del edificio con el suelo (en ese afán de dejar la planta baja vacía), sino que las dudas son más la implantación del edificio en relación con la construcción de ciudad. Javier Rodriguez (profesor de Urbanismo de Ingenieros de Canales y Puertos,

Escuela Caminos, UCLM)

Buenos días. Las dos charlas, magníficas, han insistido en la consideración de las estructuras territoriales previas como argumento o como dato para el proyecto de la ciudad y el territorio, y en la necesidad del análisis histórico para esa labor de reconocimiento. Cuando uno piensa en operaciones como la reconfiguración de París en el siglo XIX o la incrustación de la plaza Mayor de Madrid u otras plazas en los tejidos urbanos previos, surge la pregunta o la duda, que ya planteó J.B. Jackson, sobre la medida en la que el espíritu del lugar es o no algo que se va construyendo en el tiempo, de modo que no hay una identidad del lugar estable o que se dé de una vez para siempre y pueda reconocerse como tal. En este sentido, me pregunto cuál es la identidad del París que visitan los turistas o que analizamos sesudamente cuando explicamos a los alumnos las operaciones de reforma interior. Es un París muy alterado por la red de avenidas e infraestructuras que plantea Haussmann y sus equipos y que se genera a espaldas del tejido preexistente. Hay una reflexión muy breve, pero muy interesante, de Ignacio González Varas, cuando dice que en el mismo momento en que Viollet-le-Duc está empeñado en la recuperación y restauración de Notre Dame, en la que ya hay una mirada a la historia y a la recuperación de determinados artefactos arquitectónicos, Haussmann está destruyendo el tejido urbano de París. El “genius loci” (por utilizar el término que

ha utilizado Eduardo al final de su charla) de París es el del París de Haussmann, es el de una trama que se incrusta en el París del Antiguo Régimen. No sé si hay una mirada que ha hipostasiado la historia como herramienta para el proyecto. Creo que en el artículo que escribe Fernando Terán en “El Pasado Activo” (ediciones Akal), en el que habla de la imitación, de la mirada al contexto, de la historia como dato al que el arquitecto o el ingeniero pueden acogerse autoimponiéndolo como condición si lo desean, hay una consideración de la reconfiguración urbana más o menos desatenta a la historia como algo que no necesariamente tiene que ser negativo. Quizás no opino exactamente como parece, pero hago la pregunta por si pudiera ser útil a efectos de la discusión. Eduardo Ruiz de la Riva Como señaló Oriol Bohigas en el libro Combat d´Incerteses (1991), “Hemos pasado del olvido de la historia a la histeria por la historia”. No se trata de repetir, creo que aquí nadie ha hablado de repetir, se trata de conocer. Es decir, la historia nos aporta datos, y esos datos interpretados pueden ser útiles para una intervención que puede ser más o menos transformadora. Seguro que Xabier si pudiese intervenir en la zona baja del Llobregat, borraría muchas cosas que la historia ha dejado allí; o sea, que no las repetiría. La herencia histórica ha depositado capas de una gran complejidad, algunas están muy bien y nos son útiles como referentes para ser positivos y otras contienen muchas tropelías, con cosas mal hechas, como ocurre cuando se rehabilita un edificio y se tiene la oportunidad de eliminar lo que no está bien. No se propone la historia como algo inamovible o para repetirla pero si se propone su conocimiento. Quien es creativo lo es “per se”, el instinto creador

es algo que está ahí, pero lo que si hay que hacer es formar a profesionales dotándoles del conocimiento y de las herramientas necesarias para interpretar las entrañas de los lugares cómo hacen los grandes maestros. Lo hemos visto en los dibujos previos de Siza analizando los lugares donde construir sus proyectos, también en los proyectos de Moneo y de otros arquitectos notables. Arquitectura y lugar son conceptos inseparables en la buena arquitectura. Carmen Mota (profesora de Construcción en Escuela Politécnica de Cuenca y de urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Toledo, UCLM) Mi intervención no pretende alimentar el debate sino el agradecimiento. Me parece excelente que, a estas horas de la mañana que dedicamos a un tema tan importante como este en la formación del Arquitecto, hayan salido cuestiones tan relevantes. Como profesora de urbanismo agradezco eso, ver el territorio como alimentador positivo del proyecto arquitectónico. Y, enlazando precisamente con lo que se había reivindicado con el dibujo de territorio, que es la vía que tienen nuestros estudiantes para poner de manifiesto y matizar el conocimiento que tienen de ese territorio. Esas alimentaciones puestas de relieve a través precisamente del dibujo. Este año (pasado) he desarrollado con Nicolás y con Javier Bernalte y le doy la palabra a él porque a lo mejor quiere intervenir en este sentido. Eduardo Ruiz de la Riva En su libro “Cuadernos de Campo” (1979), Julio Caro Baroja señala que el dibujo no es un acto manual es un


69

acto intelectual, no dibujamos lo que no conocemos, cuando dibujamos es la mente la que decide y selecciona aquello que nuestra mano ejecuta en el papel. El dibujo es una herramienta para penetrar en el conocimiento del espacio. Siempre he manejado en mis clases los dibujos de Caro Baroja y los documentos que Xabier me ha pasado en todos estos años para animar a los alumnos a dibujar. Pero no porque estemos en una escuela de Bellas Artes o porque haya que ser unos dibujantes excelentes, sino porque es una herramienta que activa el pensamiento; por lo tanto, el conocimiento, la interpretación. Siempre utilizo la palabra interpretar, profundizar en el conocimiento de las cosas que tenemos delante que a veces no vemos, y, cuando nos ponemos a dibujarlas una y otra vez, las acabamos entendiendo. Por lo tanto, el dibujo como una herramienta de aprendizaje y de conocimiento. En una conferencia de Simón Marchán hace unos años en la UIMP (Palacio de la Magdalena en Santander) sobre la obra de Juan Navarro Baldeweg utilizó una palabra que ahora me parece oportuno recordar; decía, en sus trabajos y bocetos previos está todo lleno de “garabatos”. O sea que dibujar y dibujar aunque sean garabatos, porque a través de ello profundizamos en el reconocimiento del espacio y de los lugares. Estás de acuerdo, Xabier? Xabier Eizaguirre Este es el maestro. (refiriéndose a Eduardo Ruiz de la Riva) Nicolás Martín (Profesor de Proyectos Arquitectónicos, Escuela de Arquitectura, UCLM)

Carmen Mota y yo hemos compartido asignatura este curso pasado y ha anticipado un poco lo que iba a decir. Lo único que hecho un poco de menos cuando se habla de Santander, en la primera presentación, es que hemos estado hablando mucho tiempo de Renzo Piano, y hay un edificio mucho mejor que está detrás del de Renzo Piano que es el de Oiza, que es un edificio que si hace ciudad. Lo digo porque aquí hay muchos alumnos que deberían conocer ese edificio. Hace ciudad resolviendo la sección en la ladera descendente, como se abre al puerto, las torres que hablan de la ciudad a la que pertenece, los dibujos que hace el propio Oiza, como lo defiende en la memoria del concurso. Es un ejemplo de arquitectura y ciudad. Simplemente ponerlo de manifiesto en este foro. Y, en relación con la segunda ponencia, cuando he visto los dibujos y las fotografías que ha proyectado, he respirado aliviado, porque he visto la conexión que tenemos con ustedes en el medio gráfico, como hemos visto en el curso pasado. Cómo el dibujo es capaz de ayudarnos, nos permite leer la ciudad y los problemas que hay; y pensamos que un dibujo bonito ayuda, ayuda a ver el urbanismo algo arduo, difícil de entender, que la sección nunca se tiene en cuenta, o casi nunca; esto es lo que han aprendido nuestros alumnos y yo creo que es un valor. Por eso le doy la enhorabuena a los dibujos que nos ha proyectado y pensamos que ese es el camino. Xabier Eizaguirre Acabo con esto. Es que tenía una frase que no recordaba y la he encontrado. Hay algunas cosas que no enseñan ni fantasía ni imaginación, Señor Director, no hay una asignatura, sería bueno que la hubiese en todas las Escuelas de Arquitectura. Y lo que se ha dicho, dibujando se mejora la fantasía y la imaginación. Y acabo, “El dibujo pone de

manifiesto problemas de escala, de lenguaje, de relación, de distancias y proporciones, problemas que se resuelven dibujando”. José Mª de Ureña Le voy a dar la palabra al Director, pero antes dejadme decir dos cosas al hilo de algunos comentarios. Yo creo que no se trata tanto de valorar un edificio u otro, como acabas de decir Nicolás, aunque tendría comentarios críticos al edificio de Sáenz de Oiza, sino más bien de ser conscientes de la importancia del diálogo entre lugar, territorio y arquitectura. Y los casos concretos, incluso el del edificio de Murcia, es otro nivel de debate que quizás no tiene tanto sentido aquí. Y otro comentario en relación con el dibujo, para nosotros la herramienta de comprensión del territorio yo creo que puede ser el dibujo, pero también tenemos que escuchar otros lenguajes de interpretación del territorio el del historiador, del antropólogo o del sociólogo que también nos ayudan a interpretar otras cosas del lugar. La valoración de una arboleda en Lérida donde era la fiesta popular, arboleda que destruye el encauzamiento del rio Segre en Lérida, es un debate que se entiende menos con el dibujo que con la interpretación de un sociólogo. Eduardo Ruiz trabaja frecuentemente con historiadores y arqueólogos. En todo caso, nosotros el instrumento que más conocemos para leer el territorio es el dibujo, y eso es lo que tenemos que hacer, pero no por eso despreciar otros lenguajes y otras interpretaciones. Le doy la palabra al Director, gracias Juan por sugerir y fomentar este debate, gracias por los recursos que aporta la Escuela. Seguro que aportamos ideas interesantes, que surgen ideas interesantes y aprendemos en esta sesión de este día.


70

Juan I. Mera (Director y Profesor de Proyectos Arquitectónicos, Escuela de Arquitectura, Toledo, UCLM)

Gracias a los ponentes Eduardo (Ruiz de la Riva), Xabier (Eizaguirre), José Luis (Gómez Ordoñez), Alfonso (Alvarez Mora), Luis (Moya), Javier (Elizalde) y José Mª (Ureña). Esto empezó con una broma que yo le gasté a José Mª hace un par de años cuando le dije José Mª tienes que inaugurarnos el curso. Y José Mª que una de sus virtudes, los que llevamos unos diez años trabajando juntos, es que es más generoso que lo que la gente piensa en el primer momento, y realmente se aparta para que hablen otros. Hablándolo con Lola (Sanchez Moya, subdirectora de la Escuela) nos hemos dado cuenta que lo que podría haber sido una conferencia suya personal de lucimiento, lo está convirtiendo en un debate, como todos notamos importante, y lo estáis poniendo de una manera que me estáis obligando a hablar un poco. Lo primero que yo pensaba viendo el cartel es que íbamos a hablar del desurbanismo, es decir, de la destrucción del urbanismo, representado por el volcán del cartel destruyendo Nápoles o Pompeya. A mi me parece que desde que yo estudié la carrera hay una crisis muy profunda entre lo que se llama el urbanismo y lo que habéis llamado hoy aquí el arquitecto finalista. Me ha sonado y me da la sensación de que los que hacéis planes de urbanismo estáis aterrorizados con lo que vamos a hacer los que llegamos después, y lo entiendo, porque es para estarlo. Os tengo que decir sinceramente que el edificio de Renzo Piano de Santander me parece una auténtica castaña absoluta, total. Me parece que Renzo es un arquitecto que empezó bien pero que se envenenó como todos los que se han envenenado con esa figura estúpida del arquitecto estrella. Esa es una imbecilidad absoluta y, además, está muerta. En esta

Escuela venimos reclamándolo hace mucho tiempo, está muerto el arquitecto estrella. Ni Nouvel que destrozó Lucerna, la destrozó, ni Renzo Piano en Santander que se ha cargado la bahía. Estoy completamente de acuerdo contigo (Eduardo Ruiz de la Riva), por favor, este trasto ponlo detrás, cosa que hace Oiza; lo que pasa es que Oiza cae en un momento en que todavía fastidia mucho porque es el post-modern más radical. Pero dentro de quinientos años el de Oiza será la bomba y el de Renzo Piano será un trasto, una especie de lavadora que tirarán. Pero el problema no es, ayer hablamos aquí de lo pulido, el debate verdaderamente grave de la sociedad actual, que tiene que ver con la falta de fondo de las cosas. Porqué esta bien Barcelona, porque el Plan está equilibrado asociado a la masa general de la arquitectura, y luego hay unos objetos, que pueden ser hasta horribles. Yo suelo decir, es San Juan de los Reyes bonito?, yo creo que no, es un bodrio, pero es solo una pieza, o a lo mejor si es bonito. O sea, esa cuestión sobre lo que es bonito y lo que es feo, que es un debate continuo sobre el arte, yo creo que el arquitecto siempre debe tener vocación de artista y el ingeniero también, y el escritor, en el mejor sentido del arte, en el sentido lógico del arte. Cuando se ha hablado del dibujo con una especie de gracia, se dice, es que el dibujo tiene que estar bien, si no está bien es como si la música no está bien. No significa que tenga que ser bello, porque hay pinturas realmente salvajes que no son realmente agradables, por ejemplo, Munch por decir algo o Bacon, pero tiene que ser importante y hay que conocer la técnica del dibujo. Pero lo más grave de todo está, y además lo sabéis, en esa disociación que se les perdona solo a unos cuantos. Es decir, Uztson tuvo la ventaja de que hizo una Ópera, pero si hubiese hecho trescientas Óperas, como

le ha pasado al pobre Gehry que, con tal de que no le encargaran más, sigue haciendo cacharros. Si Gehry hubiese hecho solo Bilbao, Bilbao yo creo que esta francamente bien, pero no lo repitas en setenta pueblos. Yo creo que es el problema, porque luego vienen las segundas y las terceras categorías; los que están en tercera división que te montan otro Guggenheim y además terminan metiendo al alcalde en un follón de corrupción porque no hay quién lo pague. Desgraciadamente, el arquitecto estrella, lo digo aquí con toda claridad, está en mi opinión liquidado (me habéis obligado a decirlo), tiene que estar liquidado, no puedo soportar lo de Bilbao de Foster (ampliación del Museo de Bellas Artes), me parece una auténtica vergüenza que a ese edificio tan sensato le pongan una boina, como decía alguien en un periódico; me parece insultante, me parece que es un concurso corrupto y eso no se puede consentir más. Hay que empezar a decir que, cuando sacabas Milton Keynes, que es maravilloso, porque es la sensatez de la arquitectura de esa época del Team 10, que se cargó a los arquitectos estrella, que se cargó a los CIAM. Y Le Corbusier dijo, pero estos tíos quienes son, estos chavales, que vienen aquí y me ponen que el CIAM ha muerto, se cargaron a Le Corbusier, y le hicieron pensar y se tuvo que ir a hacer otras cosas, porque mandaban un estrellato estúpido. Y eso es lo que está pasando hoy en día en la arquitectura y en el urbanismo. Yo creo que, de alguna manera, todo es lo mismo, desde la matemática, al proyecto, al urbanismo, y, lógicamente, cada uno hace mejor unas cosas, lo que no puede ser es que sigamos trabajando cada uno por un lado. Aquí uno dibuja una cosa y mis compañeros arquitectos


71

vienen y dicen que la normativa es estúpida. Yo, sin embargo, siempre digo que la normativa es lo mejor que te puede pasar, si no te ponen normativa que vas a hacer. Entonces, no se si sois conscientes, no se si compartís mi idea de que hay una crisis. Os voy a decir una cosa, yo adoraba a Manuel Solá-Morales intelectualmente, pero porqué no nos planteamos un principio de nuevo, como el Team 10, un principio de acuerdo entre el urbanismo, el edificio, y la sensatez. Y termino, lo mejor de Aldo Rossi no fueron sus edificios, que algunos eran nefastos, porque se volvió loco también y se murió, sino su libro que dice, aquí hay una masa de arquitectura anónima y hay unos monumentos, y aquí claro que pasa, que todo el mundo tiene que hacer un monumento, yo estoy harto, y esto yo creo que es una cuestión pedagógica, una cuestión clave para la Universidad. Muchísimas gracias por venir, la Escuela está abierta para vosotros, espero que os hayan gustado el barco, el caballo, las sillas y todas estas cosas que se hacen aquí tranquilamente, y el campus y Toledo. Gracias a vosotros.


72


73

Sesión 2

- Proyecto Arquitectónico y Proyecto Urbano - Luis Moya – Arquitecto – “Resultados de la Coherencia e Incoherencia entre Proyecto Urbano y Arquitectónico” - Javier Elizalde – Arquitecto – “La amplitud de los componentes sectoriales del Plan General de Ordenación Urbana: Medio ambiente, redes territoriales, estado de bienestar, proyecciones de desarrollo”.


74


75

Sesión 2

“Resutados de la coherencia e incoherencia entre proyecto urbano y arquitectónico”. Luis Moya Arquitecto Catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio (jubilado). Escuela de Arquitectura Universidad Politécnica de Madrid


76


77

1 Richard Sennet “Construir, habitar” Ed. Anagrama 2018 2 Luis Moya “Los espacios de transición” Rev. Ciudad y Territorio 161-162, 2009

“Resutados de la coherencia e incoherencia entre proyecto urbano y arquitectónico”.

Luis Moya

Planeamiento, proyecto urbano y de edificación, y su enseñanza

aunarlos con bastantes buenos resultados. En estos años la enseñanza de proyectos y urbanismo se distanció definitivamente. Por ello precisamente, se plantearon entonces planes de enseñanza de urbanismo a base de talleres conjuntos, proyectos y urbanismo (el de Madrid también incluía construcción, lo que me parece esencial), pero fracasaron y no se llevaron a cabo. Cuando años después me llamaron para organizar el Plan de estudios de Toledo, me pareció una oportunidad que al final no pudo ser y me retiré del equipo que lo preparaba. Así ocurre absurdamente que la enseñanza del proyecto edificatorio es tridimensional y el urbano bidimensional (por fortuna ha cambiado la situación en la Escuela de Toledo según me informó el Director de la misma y el profesor Ureña).

Los tres niveles del proyecto de la ciudad tienen autonomía disciplinar, pero deben ser compatibles y coherentes: Planeamiento, proyecto urbano (PU), y arquitectónico. El PU puede ser público o privado; el primero es casi inexistente (concursos, actuaciones singulares), el segundo se utiliza en grandes operaciones inmobiliarias. La jornada es en parte la continuación de la polémica de los años 80. El origen estaba en la ineficacia del urbanismo burocrático de las dos décadas anteriores. Pero también de la lucha por el trabajo profesional entre arquitectos y de estos con los ingenieros que habían adquirido nuevas competencias en los 70 sobre el urbanismo. Los defensores del Proyecto sostenían que los planes no habían asegurado una ciudad de calidad, sino un reparto de beneficios y una visión higienista del MM. Y tenían razón; Sennett (2018)1, como sociólogo, distingue entre construir la ville o la cité, la primera como aglomeración de hechos y formas urbanas, y la segunda en referencia al conjunto con contenidos, encuentros, vida participada (concepto de la antigua Grecia). Pero el Proyecto se preocupaba por la composición de los espacios con la pretensión de difundir orden en el tejido. El PG de 1985 de Madrid trató de

Posibles causas de la separación La incoherencia, básicamente, es el resultado de una práctica administrativa. Los departamentos de obras y de planeamiento no están integrados y por tanto no hay diseño conjunto (lo estuvieron en Madrid en la década de los 80 con una mejora sustancial); por ejemplo, no tenemos más que observar el diseño homogéneo de una acera, y por supuesto de la calzada sin considerar los usos y volúmenes de las diferentes parcelas a las


78

que dan acceso.2 La planta de la rasante de edificio no tiene relación con la calle. Nos referimos con frecuencia al plano de Nolli donde se aprecia en la Roma del S XVIII, la enorme conexión de los espacios cubiertos o descubiertos, privados o públicos, en un corte por las plantas bajas; no podría comprenderse el funcionamiento del Lyon antiguo con sus pasadizos por el interior de las manzanas sin ver esta relación. En el Plan Especial del barrio de Chueca de Madrid confeccionamos un plano con un corte por la rasante y otro por la planta tipo, lo que nos dio gran conocimiento para plantear las propuestas en el espacio público. En el Berlín o Ámsterdam de los años 30 el arquitecto municipal y su equipo, iban proyectando la ciudad barrio a barrio, dentro de un plan general de la misma. Detrás de este proceder hay una razón económica impuesta por la propiedad del suelo; con frecuencia en el espacio público el funcionario de oficio ordena y construye, pero no diseña, pues es un simple ejercicio de instalar infraestructuras, pavimentar, y en su caso ajardinar, como un sumatorio de acciones. Esto ocurre incluso en espacios protegidos como por ejemplo el Pº del Prado de Madrid. En los Planes Parciales y Estudios de Detalle de iniciativa privada, los arquitectos asumen los esquemas municipales, y solo extraordinariamente puede haber un diseño conjunto mediante concurso, pero estos no son frecuentes y se ejecutan con dificultad.

(75)

Fragmnto del Plano de Nolli de Roma s XVIII (76)

Espacio público y tipología edificatoria Partimos, por tanto, de que el planeamiento tiene un papel irrenunciable pues se ocupa de la estructura, que incluye la distribución de usos, la edificabilidad o mejor el reparto del aprovechamiento, las grandes

Plano para el Plan Especial de Chueca, 1995,director L. Moya, para el PGM de 1997.


79

(77)

Grosssiedlung Britz en Berlín (Bruno Taut y M. Wagner). Incluye mezcla con vivienda colectiva y la configuración de espacios públicos por la propia edificación.

infraestructuras, equipamientos y espacios verdes, y el Proyecto se ocupa de crear lugares coherentemente con el planeamiento. Es decir, el PU está basado en el proyecto de lugares vs espacios. Los lugares están concebidos para estar o pasear y por tanto tiene que ver con la lentitud del movimiento sin una meta a la que llegar rápidamente, pues ellos mismos son la meta. Puede ocurrir que espacios con otros objetivos devienen lugares, por ejemplo, es el caso de los bulevares de París, llenos de terrazas como lugares de encuentro, a pesar de su forma lineal concebida para el paso de las tropas en formación militar, y de esta manera han pasado de ser barreras a ser charnelas. La tipología de manzana cerrada actual

aumenta el divorcio entre espacio público y parcela ya que se vuelca hacia el interior de la misma, a diferencia de lo que ocurre en la tipología entre medianerías de la arquitectura popular y del urbanismo clásico de los Ensanches del siglo XIX. Los proyectos de unidades en conjuntos de los años 50 de vivienda social, dentro de una corriente que llamamos organicista, proyectaban teniendo en cuenta la topografía del terreno, la orientación, y la proporción de las tres dimensiones de los espacios públicos con coherencia de la forma y altura de los edificios que los envolvía. Muchos de ellos han sido demolidos para ser sustituidos por pastillas de bloques paralelos, abancalando el terreno y con distancias iguales a su altura sin matizar. Así ocurre en S. Francisco Javier en Vallecas o Poblado de Absorción

3 Luis Moya y Carlos Fernández Salgado “Réquiem por un patrimonio desaparecido: los conjuntos modernos demolidos en Madrid”. Rev. Arquitectura otoño 2019


80

(78)

Poblado Dirigido de Fuencarral: planimetría con topografía y vegetación, y maqueta. Poblado de Absorción de Fuencarral de A. de la Sota, recién construido y entes del derribo.


81

de Fuencarral de A. de la Sota.3 La sección transversal de las vías Para terminar, querría hablar de un aspecto concreto que será objeto de trasformación en el próximo futuro: la sección transversal de las vías y especialmente las aceras. Estas últimas van desapareciendo como consecuencia de la aparición de los vehículos que irrumpieron en España en los años 60. La acera fue un invento del XIX para proteger al peatón. El bordillo de 16 cms. disuade al conductor de invadirla, pero ocurre que ha limitado la cantidad de actividades de carácter comunitario que se desarrollan en ella, como el

trabajo artesano unido a veces a la atención al cliente, los tenderetes, las tertulias con sillas, el juego de los niños, el encuentro de los ancianos, el flaneur o papanatas, etc. Algunas de estas actividades se mantienen, a pesar de las dificultades, en la región mediterránea. Naturalmente siempre existe el peligro de la apropiación indebida, que tiene que ver con la permanencia, como las terrazas de los bares incrementado desde la prohibición de fumar en locales públicos (en París existe un movimiento organizado que propugna su regulación). Su control es básico, con un principio: las instalaciones tienen que ser de quita y pon cada día. La necesidad de mejorar el espacio público habría que extenderla a la necesaria regulación de la instalación de aparatos

de aire acondicionado, especialmente en la Planta Baja, por razones estéticas, pero sobre todo por el aire caliente que expulsan (es el “agua va” moderno). El PU tendrá que ocuparse de prestar más atención al espacio público, calles y plazas, antiguas y nuevas (en estas últimas con las variables que ya hemos mencionado y que heredamos del organicismo): señalética, iluminación, mobiliario urbano, jardinería, pavimentación, y ser concebidos

(79)

La ciudad peatonal Puerta del Sol de Madrid; Buen tratamiento actual de la Plaza Tirso de Molina (Madrid). Calle en Módica (Sicilia). Ejemplos de peatonalización


82

como lugares en el sentido descrito. La intervención en la ciudad consolidada La intervención profesional de la arquitectura y el urbanismo en la ciudad consolidada tiene particularidades que marcan una metodología y una forma de actuar algo diferentes pues se basan en el contexto físico y sobre todo social. Sus habitantes a través de sus representantes o directamente, deciden la forma de vida que el técnico le da forma y el político lo gestiona. En el Departamento de Urbanismo de la ETSAM hemos publicado el trabajo de los alumnos de PU basado en la demanda de vecinos y asociaciones de Palomeras en Vallecas.4 Para terminar La estructura del Plan General y Plan Parcial tendrá que pensar, aunque no desarrollar, la posibilidad de formar lugares y por tanto la compatibilidad y la coherencia con el PU es imprescindible y no tienen nada que ver con la concurrencia de competencias ni con el trabajo independiente de cada actividad profesional. La obsoleta reivindicación de la autonomía de la arquitectura habría que plantearla más a los promotores

(80) 4“Paseando Palomeras” Luis Moya (coord.), Ed. GI Vivienda Social, ETSAM- UPM, 2018

Método de participación vecinal en el Poblado Dirigido de Fuencarral (Madrid); Libro con los proyectos de alumnos de la ETSAM en base a las demandas de los vecinos y asociaciones.


83

Fuentes (75). http://urban-networks.blogspot.com/2013/06/laroma-de-giambattista-nolli-formas-de.html (76). Autor (77). http://urban-networks.blogspot.com/2016/09/ las-siedlungen-berlinesas-y-la-vivienda.html http://www.100-jahre-landschaftsarchitektur.de/ ausstellung/projekte/details/40 https://www.flickr.com/photos/ schockwellenreiter/4480788097 (78). autor (79). Interface morphology y autor (80). autor.


84


85

Sesiรณn 2

Proyecto arquitectรณnico, proyecto urbano y Plan de Ordenaciรณn Urbana Javier Elizalde Arquitecto Consultor en Planeamiento Urbano


86


87 Proyecto arquitectónico, proyecto urbano y Plan de Ordenación Urbana

DIFERENCIA ENTRE PROYECTO ARQUITECTÓNICO Y PROYECTO URBANO La presente intervención en el Debate sobre Relaciones entre Proyecto Arquitectónico, Proyecto Urbano y Plan de Ordenación Urbana, celebrado el 17 de septiembre de 2019 en la Escuela de Arquitectura de Toledo, de la Universidad de Castilla La Mancha, tiene por objeto poner de relieve las principales diferencias entre el Proyecto Arquitectónico y el Proyecto Urbano o el Plan de Ordenación Urbana. Puede decirse que la intervención en ambos campos de Arquitectura y de Ciudad, pueden abordarse como “proyectos”. El concepto de “Proyecto” se refiere a un conjunto de actividades interrelacionadas cuyo desarrollo coordinado lleva a alcanzar un conjunto de objetivos: crear edificación, crear entorno urbano; y en ambos campos se requiere proyectar el espacio con un objetivo social. La mayor diferencia parte de que l Proyecto Arquitectónico carece de las dimensiones estratégica y territorial del Proyecto Urbano: los componentes medio ambientales, de redes espaciales, de estructura social y de desarrollo económico, entre otros. Todos ellos de gran calado en política local. El Proyecto Arquitectónico comprende un objetivo definido, la

Javier Elizalde

construcción de un edificio para un cliente conocido al menos como perfil tipo, una tecnología muy especializada, p.e. cumplimiento del Código Técnico de la Edificación, y, al mismo tiempo, una gran libertad morfológica y estética. Por contra, el Proyecto Urbano: •Se enfoca a objetivos más difusos, con previsión de posibles cambios en el tipo de sociedad a la que se dirige •Debe utilizar conocimientos muy variados, tales como o Evaluación ambiental (lo de “estratégica” que añade ahora la legislación, es una adición cosmética) o P r o y e c c i o n e s de desarrollo económico y social, o Funcionamiento de todo tipo de redes territoriales de movilidad, o A f e c c i o n e s acústicas e hidrológicas. •Debe prever la viabilidad política y de mercado del desarrollo futuro, a medio y largo plazo •Debe atender a una legislación sectorial cada vez más amplia que condiciona el procedimiento hasta límites a veces casi imposibles de cumplir •Y debe sentar las pautas para un desarrollo físico armonioso, coherente, pero que será ejecutado por otros profesionales:


88

o Mayormente, por los arquitectos de la edificación, o P e r o también por los ingenieros del transporte y de infraestructuras, por los especialistas en jardinería urbana, etc., o Y que será dirigido por los políticos locales. El Proyecto Arquitectónico tiene, pues, mayor visibilidad social de inmediato, donde el Arquitecto sigue siendo una figura socialmente muy bien valorada. El Proyecto Urbano tiene mayor efecto social a largo plazo. El Urbanista suele tener menor imagen pública, que es acaparada por los políticos locales, o en su caso, por la promotora del desarrollo urbano. EL URBANISMO A PARTIR DEL CONOCIMIENTO ARQUITECTÓNICO Para mí, entender o enseñar el Proyecto Urbano a partir del conocimiento del Proyecto Arquitectónico es un error que se arrastra en España y países vecinos desde los comienzos de la enseñanza del urbanismo. Supone ver al Urbanista como especialidad del Arquitecto, no como un profesional independiente del campo de la arquitectura. Podemos diferenciar dos modelos de enseñanza del urbanismo, que desde hace décadas condicionan su desarrollo profesional: el modelo anglosajón, y el

modelo español, francés, italiano, entre otros. Enseñanza del urbanismo en Gran Bretaña y Estados Unidos. En Gran Bretaña, como en Estados Unidos, el urbanismo es una enseñanza y una profesión diferente de la arquitectura. •Gran Bretaña es el único país en Europa donde desde su inicio a principios del siglo XX se ha reconocido el título profesional de “town planner”o “planificador urbano”. •El Proyecto Urbano es una forma de planificación de políticas públicas y de políticas de desarrollo. •El término “land use planning”, inherente al urbanismo anglosajón, refleja su enfoque hacia la planificación racional de los usos del suelo, antes que a la planificación de la morfología urbana. Enseñanza del urbanismo en España •En España no hay grado universitario de Urbanista o de Planificador Urbano. Se adquiere la titulación de “urbanista” pasando previamente por una formación troncal en arquitectura o en ingeniería básicamente, o también en geografía, sociología, etc. Los títulos de planificación urbana vienen como postgrado, en forma de “master”. •La enseñanza del urbanismo en España es inseparable de las dos disciplinas hegemónicas: arquitectura e ingeniería civil (ingeniería de caminos básicamente). •La enseñanza de arquitectura

está fuertemente orientada a la ordenación volumétrica, morfológica, orientación que pasa a la concepción del Proyecto Urbano. Esto hace que el Proyecto Urbano en España esté concebido desde el Proyecto Arquitectónico o desde el Proyecto de Estructura Viaria. Un lastre para los desarrollos urbanos, que normalmente están concebidos desde la visión del diseñador de edificios o de la red viaria, no del diseñador social y de políticas públicas de desarrollo. Es el debate entre la morfología de la ciudad y el desarrollo urbano. CONTENIDO URBANÍSTICO DEL PROYECTO URBANO De los varios componentes del Proyecto Urbano, que lo diferencia del Proyecto Arquitectónico, yo destacaría tres principales: CONDICIONANTES MEDIO AMBIENTALES: Un Proyecto Urbano siempre debe comenzar por su adaptación al entorno territorial físico y social. Dónde se inserta, qué papel quiere representar en ese entorno, cuáles serán sus efectos futuros y cómo introducir elementos correctores de las posibles afecciones negativas. El estudio del entorno debe centrarse en primer lugar en el análisis medio ambiental. La sostenibilidad del territorio es previa a cualquier otra consideración: la capacidad de acogida del territorio para el desarrollo urbano. Así, por ejemplo, y sin perjuicio de otros estudios, en el Proyecto Urbano debe tenerse en cuenta la hidrología, la vegetación existente, y las afecciones de su desarrollo, entre otras, las acústicas.


89

HIDROGRAFÍA DEL ÁMBITO DEL PROYECTO URBANO Como ejemplo puede tomarse el estudio hidrográfico de la ciudad de Ávila para su Plan General, y las actuaciones que hubieron de realizarse para evitar efectos negativos del futuro desarrollo de la ciudad. La principal, en este caso, fue en 2002 la canalización del Río Chico por la Confederación Hidrográfica del Duero, evitando inundaciones recurrentes anteriores por no haber tenido en cuenta ese condicionante, y adecuando el entorno para el futuro crecimiento de la ciudad, según se muestra a continuación en foto aérea anterior a la canalización, y foto posterior ya con el crecimiento de la ciudad. La foto inferior muestra el ejemplo de proyectos de edificación con ausencia de planeamiento urbano; y de la necesidad del análisis hidrográfico en todo Proyecto Urbano y, por ende, previo a todo Proyecto de Arquitectura.

CANALIZACIÓN DEL RÍO CHICO PARA AMPLIAR LA CIUDAD DE ÁVILA. Foto (SIGPAC, 1997). Río Chico entre la plaza de toros (ribera sur) y el Colegio Público Juan de Yepes (ribera norte). Ambos equipamientos públicos fueron edificados en terrenos inundables, por falta de previsión en los respectivos Proyectos Arquitectónicos. Se inundaban cada cierto tiempo.

El planeamiento urbano (Plan General de 2005) estimó que el crecimiento más lógico de Ávila sería al sur de la ciudad: el Proyecto Urbano previamente a las operaciones de Proyectos Arquitectónicos. Con esta premisa, la Confederación Hidrográfica del Duero canalizó el Río Chico evitando nuevas inundaciones de estos equipamientos públicos, y posibilitando el crecimiento de la ciudad. El estudio de áreas inundables incluye la delimitación de la curva de la máxima inundación prevista en un periodo de retorno de hasta 500 años, o de probabilidad de ocurrencia de la avenida de máximo caudal, situación (81)


que se define a partir de las estadísticas de lluvias pasadas, con aplicación de modelos matemáticos ya testados. VEGETACIÓN Es conocida la necesidad de respetar la vegetación existente, y de potenciar la regeneración “verde” de espacios yermos. En muchas ocasiones, el Proyecto Arquitectónico tiene dificultad para salvar el arbolado existente si antes no se ha aprobado un plan o Proyecto Urbano que identifique los espacios a respetar por su valor ambiental, en este caso, de flora en general. Son muchas las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos que han aprobado legislación sobre la protección del arbolado. En CastillaLa Mancha, la ley 3/2008 de Montes identifica como monte “todo terreno en el que vegetan especies forestales arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, sea espontáneamente o procedan de siembra o de plantación, que cumplan o puedan cumplir funciones ambientales, protectoras, productoras, culturales, paisajísticas, o recreativas”, ampliando la noción que se tenía de monte como espacio rural fuera del desarrollo urbano. En la Comunidad de Madrid se aprobó en 2005 la ley de Protección y Fomento del Arbolado Urbano. Todo Plan o Proyecto Urbano debe comenzar su estudio por la Evaluación Ambiental Estratégica, normativa estatal de 2013 que obliga en primer lugar a delimitar las áreas cuyo valor ambiental las excluye, en principio, de desarrollar Proyectos Arquitectónicos (como máximos exponentes del proceso urbanizador). En la última década, el desarrollo urbano se ha supeditado a las conclusiones de la evaluación ambiental previa. En realidad, todo arquitecto o técnico del desarrollo urbano entiende de la

necesidad de preservar el medio ambiente. Pero en los Proyectos Arquitectónicos suele interesar más la sostenibilidad del edificio que la del territorio, simplemente porque la ubicación y características de la edificación “deben” agotar la edificabilidad por presiones financieras de rentabilidad. Como diferencia, el Proyecto o planeamiento Urbano pasa por una tramitación exhaustiva de protección medio ambiental, que obliga a considerar otras variables antes que las propiamente arquitectónicas. Lo cual no exime de recibir presiones financieras, pero requiere un ejercicio de justificación que obliga a destacar los valores ambientales.

Pero también cabe la protección ambiental en el Proyecto Arquitectónico. Como ejemplo de inclusión de consideraciones sobre el valor ambiental del arbolado en el Proyecto Urbano puede citarse la urbanización de Fuenterroca en Collado Mediano (Madrid). En 1998 un Estudio de Arquitectura diseñaba un Plan Parcial en Collado Mediano (Madrid) incluyendo una medida de “Protección del Arbolado” que delimita un área de no-edificación que ha conseguido lo que la mayoría de planes o proyectos de aquella época no respetaron: la conservación de las zonas arboladas más valiosas del ámbito del proyecto.

Urbanización Fuenterroca en Collado Mediano (Madrid). Protección expresa del arbolado, 1998.

(82)


91

(83) La urbanización Fuenterroca en la actualidad

Las imágenes siguientes muestran la protección proyectual, y la situación actual, 20 años después; son un pequeño ejemplo de la ventaja de disponer de una concepción territorial previamente a la concepción arquitectónica. PROTECCIÓN ACÚSTICA Como tercer ejemplo de condicionantes medio ambientales que diferencian al Proyecto Urbano del Proyecto Arquitectónico, puede citarse la afección acústica en el desarrollo territorial. Es muy frecuente la queja de usuarios de edificios residenciales por la contaminación acústica que produce el entorno urbanizado, mayormente la red viaria. El proyectista del edificio no puede evitar esa afección, que puede obligarle a diseñar muros y acristalamientos especiales, o incluso barreras físicas (vallas, motas, etc.) en el exterior. La solución, obligada por legislación sobre contaminación acústica para la redacción del Proyecto Urbano, es

el estudio de afecciones acústicas en las principales arterias viarias, y la prohibición de edificación residencial (o de otros usos sensibles al ruido) en una franja que sirva de barrera al ruido. Al igual que en la afección de inundaciones, la afección acústica debe ser un elemento propio de todo Proyecto Urbano, y en este sentido, diferenciador y anterior al concepto puramente arquitectónico. Bien es cierto que las nuevas tecnologías y modelos de movilidad indican que la importancia de este factor podrá disminuir en un futuro; pero sigue siendo un ejemplo de la diferencia entre el ámbito urbano (el Proyecto Urbano) y el de la edificación. El estudio acústico del Proyecto Urbano requiere la aplicación de modelos complejos, normalmente utilizados por empresas especializadas. Como ejemplo reciente, presentamos el estudio de afecciones acústicas para un nuevo Proyecto Urbano en Collado Mediano (Madrid), que obliga a reconsiderar las medidas correctoras, o la ubicación en su caso, de la edificación proyectada.


92

DISEÑO DE REDES TERRITORIALES

(84)

El Proyecto Urbano, el Plan Parcial, y más aún, el Plan General, deben prever la red de infraestructuras, fundamentalmente, las redes viaria y de saneamiento. La primera, porque es estructurante del desarrollo futuro del territorio; la segunda, porque es la infraestructura básica del desarrollo urbano. Requiere conocimientos generales de legislación de carreteras, y de diseño de viario urbano. Este último campo, viario urbano, entra dentro de las habilidades específicas del arquitecto tradicional, pues tiene mucho de diseño urbano. Pero el diseño de la red de calles lleva asociado el diseño de la estructura de la ciudad, o del trozo de ciudad en el que se inserta el Proyecto Urbano o el Plan Parcial. Y es frecuente ver diseños muy agradables en el dibujo, pero que posteriormente funcionan mal para la vida diaria del barrio. Esta parte del Proyecto Urbano aborda la estructura física del territorio. Es la entrada, por decirlo así, de los Ingenieros de Caminos, más acostumbrados al diseño estructural que al diseño morfológico. Puede decirse que muchos de los Proyectos Urbanos de la última década han atendido más a la concepción visual -el diseño morfológico- que a la concepción del funcionamiento urbano -la estructura de la movilidad y de la vida social local. Como ejemplos, ya muy conocidos, podemos citar los dibujos de los Programas de Actuación Urbanística (PAU) de Madrid, hermosos desde el punto de vista del dibujo en plano (ver imágenes) pero de pobres resultados para la vida social. En cierto modo, uno de los precedentes de los diseños sobre plano con escasa consideración para la vida de barrio es la

Estudio de afecciones acústicas de la Avenida de Buenos Aires en un nuevo Proyecto Urbano en Collado Mediano, Madrid (franjas de límites de decibelios resultantes de la modelización del tráfico en la avenida). Fuente: Estudios para el Plan General de Collado Mediano

Proyecto Urbano en Collado Mediano, con la Avenida de Buenos Aires como límite noreste. Fuente: Plan General de Collado Mediano (Madrid) (85)


93

(86)

PAUs Las Tablas (izquierda) y Sanchinarro (derecha), Madrid. Prima más el dibujo que la comprensión del barrio. Fuente: Google Earth, 7/2018

(87) Parque central PAU Sanchinarro. Grandes zonas libres divididas por arterias viales muy potentes, auténticas barreras para el funcionamiento de lo que en el futuro será un parque urbano. Fuente: Google Earth, 7/2018

Parque central PAU Sanchinarro. Visualmente agradable, funcionalmente poco agradable para el peatón. Fuente: Google Earth, 7/2018 (88)

ciudad de Brasilia, 1960 – 70, del urbanista Lucio Costa. El automóvil como centro de la jerarquía viaria; grandes espacios verdes poco aptos para peatones; edificios aislados. Prima la imagen macro, frente al tratamiento micro que requiere la vida local. Esa concepción parece haber ilustrado muchos desarrollos urbanos posteriores, más centrados en la visión del Proyecto Arquitectónico (con su carga estética) que en la visión de las funciones que habrá de cumplir esa pieza del territorio.


ESTADO DE BIENESTAR Y DESARROLLO LOCAL Dotaciones públicas, zonas verdes: cesiones de suelo y su distribución en la ciudad La provisión de equipamientos públicos es uno de los elementos recurrentes en el Proyecto Urbano. Es la seña de identidad del estado del bienestar, con las dotaciones de enseñanza, sanidad y zonas verdes como más relevantes, pero sin olvidar los de cultura (bibliotecas, museos, teatros), de encuentro social (centros de reunión de barrio), etc. Brasilia, Brasil Fuente: Google Earth

(90)

(89)

Plaza central de Brasilia Fuente: Google Earth

El Arquitecto tiene formación para estudiar y organizar este elemento de estructura y composición urbana. Pero necesita conocer la legislación urbanística, que determina los mínimos de cesión de terrenos públicos (en Castilla-La Mancha, la LOTAU, Ley de Ordenación del Territorio y la Actividad Urbanística, que es la “ley del suelo” de 1998, revisada en 2004 y 2010), así como las especificidades de cada municipio, puesto que es el Plan de Ordenación Municipal o planeamiento general el instrumento que determina, para cada zona, las dotaciones mínimas y sus relaciones con los diferentes usos urbanísticos. Y en conocimiento de legislación urbanística, el Arquitecto, en general, no tiene formación suficiente: la enseñanza de legislación es un aspecto muy especializado, en el que incluso los abogados patinan. Solo como ejemplo de la complejidad normativa del urbanismo, puede citarse el Reglamento de Planeamiento de la LOTAU (Decreto 248/2004, de 14-09-2004, de CLM),


95

que exige determinadas superficies para cada tipo de centro educativo en función del número de viviendas servidas, y distancia mínima de éstas a las parcelas de instalaciones deportivas (Anexos IV y V del citado decreto). No se trata solo de estándares cuantitativos, sino de la comprensión de la funcionalidad de las dotaciones públicas y su contribución al estado de bienestar previsto para cada barrio o cada nuevo Proyecto Urbano. Al problema de la falta de formación urbanística en la enseñanza actual de grado de arquitectura, se añade la disparidad de normativas urbanísticas en las 13 autonomías, que hace muy difícil su seguimiento y su aplicación desde un único campo profesional. En este aspecto, debe insistirse en la necesidad de organizar talleres académicos de aplicación práctica de la legislación urbanística. En el Proyecto Urbano, el urbanista debe disponer no solo del conocimiento legal y técnico sobre cuantificación y distribución espacial de dotaciones, sino que también es necesario un enfoque de política local que incluya

una conciencia social junto a la visión estructural de la ciudad. La utilización de las dotaciones públicas para intervenir en la equidad territorial y en la redistribución de riqueza (en este caso en forma de recursos públicos) es parte de este enfoque. Entramos así en la visión sociológica del entorno urbano. A gran escala, puede citarse como ejemplo de redistribución social y de recursos públicos, el Parque Biblioteca España, Proyecto Urbano en la ciudad de Medellín, Colombia, que suele estudiarse en la Cátedra de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de Toledo, de la UCLM. Es una concepción del espacio público como estrategia de sostenibilidad social, diseño del arquitecto colombiano Giancarlo

Mazzanti, más orientado al Proyecto Urbano que al Proyecto Arquitectónico, con esta actuación en 2006-2007 para revitalizar el barrio popular Santo Domingo de Salvio . A una escala mucho menor se desarrolló en el Taller de Urbanismo de 3º, de junio de 2016, en la Escuela de Arquitectura de Toledo, una visión sociológica sobre el efecto de regeneración urbana en barrios existentes. Los alumnos identificaron en el barrio de Santa Bárbara, en Toledo, cuatro enclaves apropiados para introducir nuevas dotaciones públicas que revitalizasen y mejorasen las condiciones sociales. En conjunto puede considerarse un Proyecto Urbano, con un fin social claro y unas condiciones dadas de entorno urbano.

(91)

Imagen del barrio antes de la construcción de la Biblioteca. Fotografía: archivo El Equipo Mazzanti

(92)

Parque y Biblioteca España. Fotografía: Sergio Gómez Ejercicio del Taller de Urbanismo de 3er curso, segundo semestre de 2016. Foto Google Maps

(93)


96

Algunos de los ejemplos son el “Ludoporte” para el solar de la calle Ferrocarril “para práctica de deporte, estacionamiento y cubierta ajardinada de uso público donde ahora hay un solar vacío y un gran desnivel de roca”, y la “renovación integral” de la calle Cuestas para convertirla en eje comercial y lúdico aprovechando los desniveles existentes para conectar un aparcamiento bajo cada uno de los extremos de la calle; incluiría un parque infantil y un rocódromo.

Solar actual desde c/ Ferrocarril

Proyecto de “Ludoporte”

Arranque de la calle Cuestas

Nueva entrada proyectada a la calle Cuestas

El nexo común entre estos ejemplos de intervención es el concepto de su adecuación a un entorno social urbano, cuya problemática trata de resolver. ESTÁNDARES LEGALES: EL CORSÉ INAMOVIBLE Cesiones de suelo para zonas verdes y dotaciones públicas Tanto la legislación urbanística autonómica (LOTAU en Castilla-La Mancha) como la normativa municipal, imponen a los Proyectos Urbanos unos estándares legales de cesiones de suelo para dotaciones públicas y zonas verdes que proceden de leyes tan anteriores como 1956, de la primera ley del suelo en España. En un apartado anterior se ha citado la imposición de dimensiones y distancias del Reglamento de Planeamiento de CastillaLa Mancha; pero no es el único en ese esfuerzo por encorsetar la vitalidad social y de la ciudad como espacio de relaciones. La gran mayoría de los estándares utilizados como cifras mínimas están obsoletos; pero ni el Proyecto Arquitectónico ni el Proyecto Urbano pueden soslayarlos. Aquí las capacidades o conocimientos del Arquitecto y del Urbanista tienen el mismo alcance.

(94)

Los estándares de cesiones de suelo son cifras o relaciones de mínimos, que el Proyecto Urbano puede aumentar justificadamente en razón, fundamentalmente, de su beneficio sobre la conservación del medio ambiente (zonas verdes) o sobre la equidad y bienestar social (dotaciones públicas y zonas verdes). Contradictoriamente, en los últimos años son los Ayuntamientos quienes, en muchos casos, huyen de la asignación concreta del destino de las dotaciones públicas, bien porque el barrio o la ciudad hayan llegado a un nivel dotacional suficiente, o bien (más frecuente) porque no cuentan con la capacidad financiera para ejecutarlos o para su mantenimiento futuro. Así, en muchos Proyectos Urbanos las zonas verdes o los campos deportivos al aire libre se

imponen sobre la asignación de otras dotaciones públicas que tienen mayor coste de ejecución o de mantenimiento. En la foto del Barrio de Valdebebas en Madrid, al oeste (izquierda) hay una parcela destinada a equipamiento local, y se encuentra sin actuación municipal; al este (derecha), hay otra parcela destinada a equipamiento regional, que también se encuentra sin actuación, en este caso, de la Comunidad Autónoma. En el plano inferior, la misma zona según el Plan Parcial del Barrio de Valdebebas (parcelas de color rosa y fucsia). La situación actual de los estándares urbanísticos es que corresponden a épocas de contenido económico muy distintas de las actuales; pero la


97

legislación no dispone de mecanismos de flexibilidad que permitieran cambiar fácilmente (con el necesario control público y ciudadano) las determinaciones del planeamiento. Es conveniente mantener un porcentaje de suelo de cesión pública ya acuñado en la cultura urbanística, pero debería ser posible variar sus destinos de zona verde o de equipamiento público sin necesidad de acudir a complicadas revisiones del planeamiento.

Y si, como en el caso ilustrado del barrio de Valdebebas, el Plan General en los años 90 del siglo pasado estableció una ordenación finalmente plasmada tal como aparece en la ilustración anterior, los vecinos demandarán muy posiblemente a la Administración Pública para que ejecute (y mantenga) las dotaciones previstas… Con la consiguiente contradicción por falta de financiación pública.

Aquí aparece un campo de gran interés para los profesionales de arquitectura, de derecho urbanístico, y de gestión urbana: cómo diseñar equipamientos de bajo coste, sostenibles, gestionados por las comunidades de vecinos, y tutelados por la Administración Pública. Se han realizado muchos experimentos de “huertos urbanos” que indican ya esa posibilidad, con normativa aprobada por los Ayuntamientos para la cesión temporal de espacios públicos urbanos sin uso inmediato previsto.

(95)

Existen otros muchos usos posibles para la reutilización vecinal, en régimen de concesión, aprovechando los espacios públicos generados por la rígida normativa urbanística: guarderías y jardines de infancia, instalaciones escolares y deportivas, de asociación vecinal… Es algo así como la extensión del Proyecto Urbano al Proyecto Arquitectónico, donde los conocimientos de ambos campos se encuentran para resolver lo que aparece como título de este apartado: “el corsé inamovible”. Fotografía aérea barrio de Valdebebas (Av. Secundino Zuazo y Av. Juan Antonio Samaranch). Foto: Google Maps, julio de 2018

(96)

Plan Parcial del Barrio de Valdebebas, 2004

También, en el tema del equipamiento público, se da el caso contrario de dotaciones construidas sin ser necesarias: se trata del Proyecto Arquitectónico de imagen antes que de servicio a la comunidad; es el caso de algunas obras públicas erigidas en la última década para destacar el prestigio de un periodo político o de un núcleo urbano. Es una superposición, en el sentido de su funcionalidad, del Proyecto Arquitectónico sobre el Proyecto Urbano. En el Debate celebrado en la Escuela de Arquitectura de Toledo el día 17/09/2019, al que se presentó la presente ponencia, otros ponentes comentaron varios de estos casos de Proyectos Arquitectónicos “de prestigio”.


(97)

Fuente: Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid, Ayuntamiento de Madrid. Huerto “Esta es una Plaza”, c/ Doctor Fourquet 24, Madrid

Ordenanzas de edificación La legislación urbanística en España, y en buena medida los técnicos municipales -el Arquitecto Municipal, figura clave en los municipios- obligan a detallar en los Proyectos Urbanos las edificabilidades máximas y los usos del suelo. En este tema el Arquitecto de Edificación sí tiene una formación académica suficiente. Una vez establecidas las condiciones generales del desarrollo, se trata de distribuir en el ámbito del Plan General o el Proyecto Urbano los principales parámetros además de la edificabilidad y los usos del suelo. Normalmente, el Plan General ya tiene establecidas las edificabilidades, alturas, retranqueos de la edificación, además de los usos asignables al ámbito del Proyecto Urbano. Aquí es donde aparece el corsé del urbanismo frente a la libertad morfológica que busca el Proyecto Arquitectónico. El estudiante de Arquitectura se va a encontrar necesariamente con ese corsé una vez tenga un proyecto o un concurso

en el que participar. Este conocimiento, compartido tanto por el Arquitecto como por el Urbanista, debería formar parte de la formación de un Arquitecto, sin necesidad de llegar a la especialización del Urbanismo. Los conceptos mínimos de la Ordenanza de Edificación comprenden: 1. Definición 2. Tipología edificatoria 3. Condiciones de parcelación 4. Condiciones de volumen y edificabilidad • Volumen edificable máximo o edificabilidad máxima • Número de plantas sobre rasante y bajo rasante • Altura máxima al alero 5. Condiciones de posición • Retranqueos a alineaciones 6. Aparcamiento 7. Condiciones estéticas 8. Eliminación de impactos negativos 9. Compatibilidad de Usos

ZONIFICACIÓN DE USOS Aunque el Arquitecto suele tener una buena sensibilidad sociología porque el Proyecto Arquitectónico requiere conocer los perfiles sociales de sus destinatarios, en el Proyecto Urbano aparece una dimensión sociológica diferente, que abarca no solo la componente residencial, sino también las relaciones entre los diversos usos necesarios en la ciudad: •uso residencial en sus diversas tipologías, •usos productivos (servicios, oficinas, industria), •usos comerciales (con la diversidad inherente a la dimensión del establecimiento: pequeño comercio de proximidad, centros intermedios que cada vez se introducen más en el tejido local, grandes centros comerciales…) •usos administrativos del sector público •usos dotacionales públicos


99

La creatividad del Arquitecto es una buena base para concebir la mezcla espacial de usos más adecuada en un Proyecto Urbano. Pero se necesita también el conocimiento de las relaciones económicas entre los distintos usos y en la ciudad. Muchos Proyectos Urbanos han adolecido de excesiva rigidez en su distribución de los usos. Actualmente se busca evitar el zoning, la cultura de zonificación de campos estancos espacialmente. Una dificultad en la permeabilización de usos urbanos es la compaginación de sus necesidades, a menudo enfrentadas: así, por ejemplo, en la provisión de accesibilidad y en la contaminación acústica y atmosférica derivadas. La compatibilidad o incompatibilidad de usos es uno de los grandes temas de la ordenación urbanística. Por ley, el planeamiento o la normativa urbanística obliga a definir en cada municipio y ciudad, qué usos pueden coexistir, y en qué condiciones. La definición de los usos globales en un Plan de Ordenación Municipal o planeamiento general se considera una medida estructural, cuya modificación requiere la revisión del documento original. Esto lleva a rigideces tanto para el diseño del Proyecto Urbano como para la definición del Proyecto Arquitectónico. Básicamente hay dos maneras de abordar el tema de los usos urbanos: bien en forma de cuadros o textos que intentan racionalizar esa rigidez, o bien en forma de normativas flexibles, posible en el planeamiento anglosajón, pero normalmente vedada en el español.

El cuadro o listado de compatibilidad de usos El cuadro de compatibilidades define de manera unívoca las posibilidades de mezclar usos urbanísticos en un Proyecto Urbano. Si bien tradicionalmente se han venido utilizando listados de estricta rigidez, actualmente se tiende a establecer condiciones que otorgan flexibilidad al resultado de su aplicación. Pero, aun así, una vez aprobado el planeamiento, es muy complicado cambiar las condiciones. La legislación urbanística de todas las CCAA en España, con pequeñas variaciones, obliga a definir el uso principal o característico de cada zona urbana, y las compatibilidades con otros usos. Una solución que se aplica de continuo en la Comunidad Autónoma de Madrid es la

tramitación de un Plan Especial “de Control Urbanístico Ambiental de Usos” -pero este procedimiento conlleva la realización de estudios de impacto ambiental, existencia de suficiente capacidad de abastecimiento (agua, saneamiento, energía eléctrica, etc.), y la obtención de los correspondientes informes favorables de los organismos competentes. Así, la transformación de un edificio de oficinas en un hotel, o la transformación de una oficina en planta baja en un pequeño o mediano comercio puede requerir un año de tramitación. A continuación, se presenta el cuadro de usos para la zona con ordenanza de edificios de vivienda en altura, del Plan General de Collado Mediano en Madrid, como muestra de este sistema de compatibilidades con condiciones.


100

Una pregunta que normalmente se hace el redactor del Proyecto Arquitectónico se refiere a las razones para haber establecido tal rigidez de usos o de condiciones. La respuesta puede ser, por un lado, el dato antes anotado de que es un requisito considerado vinculante por la legislación urbanística para el contenido de los Proyectos Urbanos o planeamiento general. Por otro lado, el entramado de autorizaciones administrativas de las Entidades Locales lleva a que los técnicos que hayan de informar los Proyectos Arquitectónicos prefieran, en general, disponer de una casuística precisa no sujeta a interpretaciones. Los casos de judicialización de la tramitación administrativa que derivan en denuncias de prevaricación, o incluso los casos de corrupción por interpretaciones interesadas de la normativa urbanística (escasos, pero de gran repercusión mediática), contribuyen a reforzar la rigidez en la redacción de normativa urbanística. El Structure o Comprehensive Plan anglosajón Por las mismas razones que mencioné al principio de este artículo la diferencia de la enseñanza del urbanismo en España y países cercanos, y los países anglosajones, existe una diferencia básica de la concepción de asignación de usos urbanísticos. En el planeamiento anglosajón el equivalente al Plan de Ordenación Municipal o Plan General es el Structure Plan, también denominado Comprehensive Plan, o Plan de Uso del Suelo. Es un instrumento de asignación genérica de usos globales, que posteriormente pueden modificarse con propuestas de los promotores urbanos (“proposed offers”, o proffers) en su presentación de Proyectos

Urbanos. Vienen a ser propuestas razonadas de contenido detallado de la promoción, que el Ayuntamiento (el County) examina y discute con los vecinos de la actuación con la promotora y -con un procedimiento mucho más ajustado a las necesidades reales de información y participación del vecindario que el que conocemos en España. A continuación, se presenta como ejemplo el General Land Use Plan del municipio de Arlington, Virginia, EEUU. Algunas legislaciones autonómicas permiten ya diferenciar entre planeamiento estructural y planeamiento pormenorizado: la LOTAU de Castilla La Mancha en sus artículos 14 a 17 hacen esa distinción,

sacando el documento de Ordenanzas Municipales del documento de Plan de Ordenación Municipal, POM, admitiendo por tanto una flexibilidad necesaria para su adaptación a cambios sociales, económicos, tecnológicos y ambientales. Aun así, mantiene la adscripción normativa del “destino del suelo” (eufemismo que denomina los usos del suelo y sus compatibilidades) y de la “determinación de usos pormenorizados” al articulado del POM. En todo caso, las diferencias mencionadas en los dos contextos “europeo” y anglosajón respecto al concepto de zonificación y usos del suelo


101

(98)

PLAN GENERAL DE USOS DEL SUELO. Arlington, Virginia, EEUU. Versión de 1986. Puede verse su versión actual en https://gis.arlingtonva.us/Maps/Standard_Maps/Planning_Maps/GLUP.pdf, donde podrá notarse que no ha variado en más de 30 años, porque lo que varía es su desarrollo interior, no su estructura.

para el Proyecto Urbano, no existen en el campo del Proyecto Arquitectónico. PROYECCIONES DE DESARROLLO Y ESTUDIO ECONÓMICO - FINANCIERO Una diferencia básica entre el Proyecto Arquitectónico y el Proyecto Urbano es la función del presupuesto económico. En el primero es necesario para, básicamente, asegurar la viabilidad económica de su ejecución; recientemente se asocia también a la sostenibilidad del uso del edificio. En el segundo se superpone la viabilidad en función de las

proyecciones que se hagan del desarrollo del entorno: el barrio, la ciudad, el municipio. La visión cuantitativa y cualitativa del desarrollo del ámbito del Proyecto Urbano son básicas para asegurar su viabilidad futura, tanto financiera como de cumplimiento de los niveles de prestaciones sociales buscados. Es un tema en parte técnico, de proyecciones de desarrollo económico y social, pero fundamentalmente es un tema de política local. En general, puede exceder de la formación que adquiere un arquitecto en su paso por la Escuela de Arquitectura. Puede requerir la colaboración técnica de un economista, como experto en proyecciones cuantitativas; pero la visión de política

local compete plenamente al Urbanista, en colaboración con los políticos locales. Y el estudio económico – financiero, aun siendo una quimera entendido (por imperativo legal) como programa a ocho o doce años para la autoridad local o la promotora del Proyecto Urbano, es importante para asegurar a grandes brochazos lo que comporta su desarrollo para la sociedad local. En cualquier caso, formal y legalmente es tan necesario como el Presupuesto del Proyecto de Edificación. A continuación, se incluyen como ilustración los cuadros finales del Estudio EconómicoFinanciero del Plan General de Collado Mediano (Madrid), en los que se proyecta el coste de ejecución de las dotaciones e infraestructuras que corresponden al sector público (municipio en estos cuadros) y el coste de su mantenimiento, a veces más oneroso que su ejecución inicial. El gasto anual de ejecución y de mantenimiento a lo largo de los años que se estimen para el Proyecto Urbano, han de ser comparados con la proyección de ingresos municipales que se supongan derivados de su desarrollo (aportación del Impuesto de Bienes Inmuebles, IBI, como ingreso más relevante cuantitativamente), para deducir si el balance financiero es positivo o negativo. En este último caso, deberá estimarse si el beneficio de política local compensa asumir la previsión de déficit financiero -caso infrecuente en la redacción del estudio, pero que puede justificarse a más largo plazo con la previsión de compensación con el resto de ingresos de la hacienda pública, incluyendo la posibilidad (hoy muy ajustada por la legislación sobre déficit público) de emisión de deuda pública.


¿DE DONDE VIENE LA PARCELA EN LA QUE SE DISEÑA EL PROYECTO ARQUITECTÓNICO? En el Proyecto Urbano tiene gran importancia el concepto de equidistribución. Existe sin embargo un desconocimiento generalizado de su mecanismo por el profesional de un Proyecto Arquitectónico que nada tiene que ver con ese concepto, puesto que la distribución equitativa de cargas y beneficios ya se ha realizado para la parcela en que haya de proyectarse una edificación. Para entender esa radical diferencia entre ambos tipos de proyecto, merece la pena responder a la cuestión planteada: ¿de dónde viene la definición espacial o geométrica de las parcelas urbanas? ¿Qué compensación ha recibido la propiedad de una finca en la que el Proyecto Urbano ubica una parcela de cesión pública, tal como una zona verde pública? Parcelación y propiedad del suelo. Equidistribución de cargas y beneficios La producción de la ciudad depende entre otros mecanismos, de la redistribución de las fincas rústicas originales en parcelas edificables. No se trata de la recalificación urbanística de suelo, sino de la equidistribución necesaria para creación de suelo público y la delimitación de parcelas privadas con usos de muy diferente valor de mercado. En las clases de urbanismo debería ser uno de los temas necesarios para que los alumnos estudiasen no solo la ordenación en el Proyecto Urbano, sino también cómo se produce la transformación de la propiedad del suelo. Básicamente se trata de asignar parcelas

(99)

FOTO AÉREA DEL ÁMBITO a reparcelar en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) Fuente: Google Earth

finalistas (con delimitación y condiciones volumétricas y del uso urbanístico) a cada uno de los propietarios que aportan fincas rústicas a la reparcelación. La reparcelación incluye conceptos de ordenación urbana, de viabilidad respecto a la capacidad de la parcela para albergar la edificabilidad asignada, y de valoración comparativa entre usos urbanísticos. Se llega así a definir parcelas con valoración comparable u homogénea, representada por “unidades de aprovechamiento” por metro cuadrado de parcela, que permiten asignar productos homogéneos proporcionalmente a la superficie de fincas aportadas por cada propietario. El reparto

de costes de urbanización contribuye a completar un resultado equitativo. La reparcelación ha atraído profesionales del campo de la ingeniería por su contenido cuantitativo, y a profesionales de derecho administrativo por los requisitos de registro de parcelas iniciales y finales. Pero es un ejercicio que el arquitecto puede realizar prácticamente de principio a fin, actuando como eslabón entre el Proyecto Urbano (que únicamente ordena espacios) y el Proyecto Arquitectónico (que materializa el aprovechamiento urbanístico de las parcelas resultantes). A continuación, se presentan algunos


103

comparables los tres usos Residencial Colectivo, Unifamiliar e Industrial, que tienen valoraciones de mercado diferentes. Destaca la obtención por el Ayuntamiento o el municipio, de parcelas donde materializar el 10% de la edificabilidad (más propiamente, del aprovechamiento urbanístico en tanto que se trata de edificabilidad homogeneizada) del Proyecto Urbano. Es decir, la legislación urbanística concede a los propietarios el 90% de la edificabilidad (o aprovechamiento) de la transformación urbanística del suelo rústico a suelo urbano. Una vez realizada esta reparcelación de las fincas rústicas iniciales según el Proyecto Urbano; registradas las nuevas parcelas a nombre de los propietarios señalados en la tabla; y ejecutada la urbanización, el arquitecto puede actuar para realizar el Proyecto Arquitectónico. CONCLUSIONES

Ordenación propuesta por el grupo de alumnos para efectuar el ejercicio de reparcelación

de los ejercicios realizados en clase por alumnos de 3º en esta Escuela de Arquitectura, en el Taller de Urbanismo en 2014 impartido por el autor de esta ponencia, en la cátedra de José María Ureña. Los ejercicios de reparcelación tienen como objetivo lo que indica el artículo 92 de la LOTAU: a) la justa distribución de beneficios y cargas de la ordenación, la urbanización y la gestión, b) la regularizaciónn de las fincas o parcelas existentes, c) la localización del aprovechamiento urbanístico y d) la adjudicación a la administración de los terrenos destinados a las dotaciones públicas y al 10% del aprovechamiento lucrativo.

(100)

Se incluyen como ejemplo cuatro gráficos y una tabla de un ejercicio. Los gráficos son la situación actual, la ordenación propuesta, la parcelación rústica y la asignación de parcelas definitivas sus edificabilidades a cada una de las parcelas iniciales. Este último gráfico superpone las parcelas finales y sus condiciones representadas por colores, sobre la distribución original de fincas rústicas. Cada color identifica cada una de las propiedades iniciales a las que se asignan las parcelas finales. La tabla de la siguiente página, reparte las parcelas entre propietarios iniciales, una vez realizada la homogeneización de edificabilidades y usos para hacer

La diferencia entre el Proyecto Arquitectónico y el Proyecto Urbano estriba fundamentalmente en el mayor contenido morfológico del primero, y de política social y de desarrollo futuro el segundo. Históricamente, la enseñanza del urbanismo en España ha partido de la concepción arquitectónica, sin profundizar en aspectos básicos de la ordenación territorial como son los condicionantes medio ambientales, el diseño de redes territoriales (en particular, de la red viaria estructurante y de la red de saneamiento con evacuación de aguas residuales y pluviales), y la contribución de las dotaciones públicas al estado de bienestar en la ciudad. Se hace especial mención a la dificultad de asimilar en el Proyecto Arquitectónico la racionalidad de los estándares legales y normativas urbanísticas u ordenanzas de


104

edificación, que muchas veces proceden de visiones de épocas pasadas y que no han sido actualizados para su aplicación en el Proyecto Urbano. Pero esta Ponencia defiende la contribución de la obligación legal de cesiones de suelo para dotaciones públicas y zonas verdes, a la calidad de vida y al mantenimiento de un nivel del estado de bienestar propio de la cultura urbanística. La rigidez de asignación de usos urbanísticos a cada zona de la ciudad o del barrio en los Proyectos Urbanos produce contradicciones con la necesaria libertad de concepción y diseño del Proyecto Edificatorio. Esta Ponencia ofrece alguna alternativa actualmente en curso para su solución. Finalmente se ha explicado la diferencia de asegurar la viabilidad del proyecto, que si en el Proyecto Arquitectónico se basa en su presupuesto y sistemas de sostenibilidad, en el Proyecto Urbano se basa en la adecuación de los gastos de ejecución y de mantenimiento de las actuaciones públicas programadas, con los retornos de la transformación urbanística, tanto económicos como de sus efectos sociales de redistribución espacial. A modo de indicación de un aspecto raramente tratado por el arquitecto, se menciona el procedimiento de distribución equitativa de las plusvalías generadas por la transformación urbana, entre los propietarios iniciales del suelo y el Ayuntamiento, como proceso final del Proyecto Urbano, previo a la ejecución de Proyectos Arquitectónicos en las parcelas así generadas.

(102) Fincas rústicas iniciales en el ámbito a reparcelar


105

FUENTES (81). Google Earth (82). Autor (83). Google Earth (84). Estudios para el Plan General de Collado Mediano (85). Plan General de Collado Mediano (Madrid) (86). Google Earth, 7/2018 (87). Fuente: Google Earth, 7/2018 (88). Google Earth, 7/2018 (89). Google Earth (90). Google Earth (91). Google Earth y autor (92). archivo El Equipo Mazzanti (93). Sergio Gómez (94). Autor y alumnos (95). Google Maps, julio de 2018 (101) Fincas rústicas iniciales en el ámbito a reparcelar

(96-98). Autor


106


107

Sesión 2 EL DEBATE Javier Bernalte Javier Elizalde Juan Ignacio Mera Luis Moya Eduardo Ruíz de la Riva José María Ureña



109 SEGUNDA SESIÓN EL DEBATE

Juan I. Mera Me alegra que los llamados urbanistas (lo digo con ironía) discutáis, me gusta que os llevéis mal, es mentira, ya se que no os lleváis mal. Vamos a meter también a los ingenieros, ya que hablamos siempre de los arquitectos, y bastante educados son con nosotros. Yo creo que son vitales los estudios en la universidad, porque durante la crisis se discutió mucho si era necesario que la gente estudiara en la universidad. Nosotros aquí nos hemos dado cuenta del significado de la educación, al entender como aparece una Escuela de Arquitectura nueva en una región. La educación universitaria está por encima de los conocimientos para practicar una profesión. Incluso cuando no haya trabajo para nadie habría que estar en la universidad estudiando, para ser una persona capaz de vivir mejor, y luego, además, hacer un trabajo. Pero esa cosa obsesiva de que la universidad es para un fin concreto es un error monumental y ahí hay una discusión grave. Hay un asunto sobre los ingleses y los estadounidenses, que van mal, en mi opinión, y no hay más que ver sus líderes. Hace tiempo que vi la televisión sin volumen, y, de repente, vi a Donald Trum y al líder de Corea del Norte y no sabía quién estaba más loco. Si ahora Kenedy levantara la cabeza diría que este país (EEUU) está realmente equivocado. Y yo creo que van muy mal porque se cargaron la universidad

pública, pensadlo seriamente. Ese país va mal por eso, porque la gente se ha desgajado entre unas supuestas élites que estudian unas cosas que yo no comparto, y una gente que no va a una universidad pública porque no la puede pagar. Todo esto lo digo en general. En Inglaterra es algo parecido. Y esto nos ha llevado a una profesión estúpida que han generado estos personajes de grandes oficinas. Nosotros, o mejor dicho, yo estoy en contra de todo esto, porque creo que en esta socialdemocracia en la que vivimos en España, gobierne el PP o el PSOE (si gobierna Vox estamos perdidos), porque aunque gobierne el PP llega la socialdemocracia, quizás con recortes, pero no está en discusión esa socialdemocracia. Sin embargo, cada vez que me hablan de las virtudes de la enseñanza privada de verdad que me ponen los pelos de punta; y lo puedo decir con toda claridad porque, al menos en España entre las Escuela de Arquitectura, las Escuelas privadas son muy malas. Bueno, me he salido un poco del asunto, pero pensad en esto. Javier Elizalde Por si acaso se me hubiera entendido mal, déjame explicarme, pero refuerzo lo que has dicho. Yo admiro el enfoque de planeamiento urbano anglosajón por su amplitud y por su estructuralidad, más que ordenar todo


110

con ordenanzas muy constreñidas, lo digo con claridad. Yo he vivido en EEUU, estuve primero dos años y luego seis años, he sido funcionario local (mi mujer era funcionaria de Naciones Unidas), y, llegado el momento, nos volvimos a España y os aseguro, por mi experiencia, en España se vive mejor, en Europa se vive mejor que en EEUU. EEUU es muy cruel con la gente mayor, porque no hay Seguridad Social. Quién tiene un cáncer u otra enfermedad grave vende su coche u su casa (para pagar el tratamiento) y al final se queda en la calle; eso no se ve, pero es así. Nosotros nos volvimos porque estoy totalmente de acuerdo contigo. La universidad pública allí tampoco es mala, lo que pasa es que hay algunas privadas que están muy por encima, pero la pública no es tan mala. Yo estudié parte en ambos tipos. Pero estoy de acuerdo contigo. La universidad, lo digo por vosotros, privilegiados en la universidad, la universidad da formación, por encima de cualquier otra cosa, cierto. Los alumnos tenéis unas relaciones entre vosotros y con los profesores, con discusiones de todo tipo, que son muy enriquecedoras. En EEUU se consideran menos importantes. Estamos de acuerdo en esto, en otras cosas no. José Mª de Ureña Yo quería haceros una pregunta a los dos (Luis Moya y Javier Elizalde). En este posible planteamiento en que hay tres escalas de trabajo, una escala estructural a nivel territorial amplio, una escala de territorio pequeño que llamamos Proyecto Urbano (o proyecto territorial pequeño) y una escala de proyecto arquitectónico, no me ha quedado claro (yo lo tengo claro, pero es posible que los estudiantes no) que debería incorporar un proyecto urbano. Una expresión que os diré a los estudiantes de 5º curso, os la digo ya, es que una de las cosas que un urbanista tiene

que conseguir es convertir los proyectos inmobiliarios en proyectos urbanos. El proyecto inmobiliario no necesariamente quiere construir ciudad, sino que quiere simplemente construir un producto que se vende y que gana dinero. Claro, como suma de proyectos inmobiliarios no se construye la ciudad. Entonces, una persona que quiere dedicarse al urbanismo creo que uno de sus objetivos sería intentar ver de que manera cada uno de los inmobiliarios, sin perder rentabilidad, facilidad de hacerse y venderse, se convierten, al menos en parte, en proyecto de construcción de ciudad. Habéis hablado de proyecto urbano, pero no de su contenido, y habéis hablado también de urbanismo estructural; la pregunta es qué debería comprender un proyecto urbano y que espacios privados y públicos tendría que ordenar al tiempo; porque, posiblemente tiene que hacerlo de esas dos partes. Luis Moya Podemos distinguir entre proyecto urbano nuevo del proyecto urbano ya consolidado. Parto también de una idea, ya se ha dicho, la ha dicho Eduardo, de que el edificio tiene que responder al espacio público. El problema de los proyectos urbanos, que ha enseñado Javier, tipo Sanchinarro, es no haber hecho proyecto urbano, estas calles que nos ha enseñado no tienen ningún sentido, no son lugares, son espacios en general para circular; seguimos todavía haciéndolos con ese criterio. Si a mi me encargaran un proyecto urbano o un plan parcial me lo plantearía con la relación entre edificio y la dimensión del espacio e incorporaría lo que he mencionado de los espacios de transición, que son muy importantes. Por ejemplo, en la operación de remodelación de Madrid, donde intervinieron tantos buenos arquitectos, por ejemplo, para hacer Palomeras Bajas (este es un libro que trata de eso), pues tampoco hicieron

o plantearon espacios de transición o muy pocos (hace algunos soportales que no conducen a ningún lado o hacen logias que tampoco tienen sentido). Hay luego un movimiento francés que está desarrollando bastante los espacios de transición. También, me tomaría en serio lo que son los tres elementos básicos, mobiliario, pavimentación y jardinería. Todo esto por simplificar. José Mª de Ureña Pero en todo caso, trabajando siempre sobre espacio privado más espacio público. Luis Moya Absolutamente de acuerdo. He dicho que uno de los problemas es la propiedad. Por ejemplo, hay una manzana muy bonita en el PAU de Carabanchel donde el lugar de salida de esa manzana desemboca en una acera igual que otros 200 metros de acera, enfrente tienen un parque que no se tiene en cuenta para nada y no hay distinción entre las manzanas que dan a ese parque de las que dan al otro lado. O sea, estamos haciendo una construcción por grandes arquitectos, o los que he mostrado en mi ponencia que son maestros para mi, sin potenciar la relación edificio calle. Juan I. Mera Que el edificio

es

muy

bueno.

Luis Moya Si, me gusta mucho la manzana (el edificio) en si mismo, pero me da lo mismo que esté ahí que en otro lugar. Y en lo consolidado, yo creo que hay que ir de la mano de las personas que viven. En cuanto al funcionamiento y al organigrama tienen que decirlo


111

ellos, porque llevan tiempo viviendo. Luego haría una buena catalogación con principios que son muy distintos a los de hoy. Hoy se hacen solamente por la venustas (por la composición), habría que tener en cuenta el estado de consolidación de esos edificios y el uso que hay en ellos, y si es posible mantenerlo o no. Por ejemplo, en Lavapiés nos encontramos que hay viviendas que no tienen ni dos metros de altura libre entre forjados dando a patinillos por donde ventilan las habitaciones principales que no tienen ni un metro de fondo. Es decir, las tres componentes Vitruvianas. Tener en cuenta una catalogación y tener en cuenta a la gente, son los dos aspectos más importantes, lo dejo ahí. Eduardo Ruiz de la Riva El tema que planteas creo que es muy interesante. He tenido la oportunidad de dibujar muchos planos para analizar el orden de lo que está lleno-construido y el resultado de los espacios vacíos o residuales. Si lo lleno lo hacen los arquitectos que son los que diseñan los edificios, quién diseña el vacío?,que en muchas ciudades es más del 70% del espacio. Que pasa, que como no se diseña, el vacío es tierra de nadie, espacio perdido, muerto. Por lo tanto, hay una asignatura que hay que resolver, que es el proyecto urbano que diseña no solamente los edificios de los arquitectos, sino el vacío, que también es arquitectura. Para mi el vacío es arquitectura, igual que las esculturas de Chillida con el lleno y el vacío, es lo mismo el lleno y el vacío, es espacio y como tal hay que construirlo (diseñarlo). Y por lo tanto, tienen que tenerlo en cuenta el proyecto urbano y el proyecto de urbanización. Esta separación entre

el urbanismo que ordena y después los arquitectos que hacen los edificios, y lo demás quién lo hace? No hay más que moverse por todo el país para contemplar el desastre en el diseño del espacio contemporáneo. Esta es una percepción en la que insistir para que en la formación se integren el edificio y su entorno. Que se entienda que los edificios están insertados en un espacio exterior a considerar como parte del proyecto. Siempre me he sentido responsable de diseñar y urbanizar los espacios vacíos y hay que enseñar a hacerlo. Segundo, de lo que tu has dicho (mirando a José M. de Ureña), acerca de las escalas, lo considero relevante desde hace años. Ya en unos seminarios que organizaba en los años 1983 y 84 donde estaban José Ignacio Linazasoro (arquitecto) y José Ortega Valcárcel (geógrafo), pregunté, para entendernos, que es arquitectura. Y, después de un debate similar a este, Ortega dijo que arquitectura es construcción con cultura y, a ser posible, con arte (y obtener la belleza). Xabier Eizaguirre ha mostrado la arquitectura del territorio, la arquitectura de la ciudad de Rossi y Nuno Portas y la arquitectura de los edificios. Es que la arquitectura es todo, el territorio es un territorio construido, y tiene que estar construido con Plan, con Orden, con Método, con Modelos y, a ser posible, con Belleza. Algunas de las bellas imágenes que ha mostrado Xabier ponen de relieve que las gentes que construyeron caseríos conocían bien su territorio y al construirlos enriquecieron el paisaje; han trabajado con un criterio, con un orden, con un método y el resultado lo admiramos. Por eso admiramos más hoy en día los territorios rurales antiguos que las ciudades nuevas, porque lo han hecho mejor; pero eso es arquitectura, es arquitectura del territorio, igual que hay arquitectura de la ciudad.

Segundo, otra cosa son las herramientas y las técnicas con las que trabajar. Claro que hay que hacer Town Planning (mirando a Javier Elizalde) y hay que hacer Proyectos Urbanos (mirando a Luis Moya), pero sin perder de vista que el final es arquitectura, porque construimos el territorio (igual que los ingenieros construís con las redes), por lo tanto, el territorio como un artefacto construido con toda su complejidad como arquitectura. Por ello el título de mi Tesis es “La Arquitectura del Territorio” porque descubrí que todo estaba construido, bien o mal, generalmente cuanto más reciente peor y cuanto más antiguo mejor. Cuanto más reciente peor porque ha habido una dejadez, un olvido y un dejar de lado esta atención a la construcción con cultura. Y en el espacio urbano es fundamental; en el plano que has puesto de Roma (mirando a Luis Moya) no hay un solo metro cuadrado que no tenga especificidad, y por tanto, es un lugar. Que sobra en las ciudades, metros cuadrados, y que faltan lugares, porque no es un tema de magnitud (de cantidad de suelo) sino de cultura y creo que el reto del diseño del espacio vacío, que supone más del 50% del espacio de las ciudades, debe ser parte de nuestra atención y de nuestro oficio, y para ello el Proyecto Urbano es el instrumento de diseño integral más adecuado. Javier Elizalde A mi no me gusta, parece que estuviera la arquitectura acaparando y diciendo, lo que acabas de decir Eduardo, arquitectura es todo, los vacíos y los llenos, y la ingeniería, la ingeniería es una estructura fundamental en la ciudad, en los proyectos urbanos, en las pequeñas zonas, por supuesto. Saco a colación también lo que dijiste Luis en algún momento, no se si se te escapó o lo decías a posta, que en algún momento históricamente los ingenieros invadieron el campo del urbanismo;


invadieron?, no, es que el urbanismo .. Luis Moya Pero lo he dicho en otro contexto. Que alcanzaron las competencias profesionales. Javier Elizalde Bueno, invadieron, no me interesa destacar la intencionalidad de la expresión. A lo que voy, en urbanismo, en la planificación, es parte de ese espacio, y creo que está muy bien que sea parte de lo que tenéis que estudiar los alumnos, y que la Escuela, que veo que está por ese camino, integre los espacios urbanos. Me da igual llamarle arquitectura a todo, llamarle estructura, ingeniería, redes a todo, el caso es que hay un campo profesional que está muy dejado, estamos de acuerdo. Y yo creo que tu mismo (mirando a Luis Moya) has hablado del tema, diciendo que los poderes públicos han dejado los espacios vacíos pequeños, el Proyecto Urbano. El poder público, es decir los ayuntamientos, tienen obligación por ley de hacer el Plan de Urbanismo de todo el municipio, de todo su territorio, pero no tienen la obligación de enfocarse a los pequeños espacios (vacíos) y eso sería necesario, porque efectivamente, de otra forma, ocurre lo que está ocurriendo; son los promotores (inmobiliarios) los que realmente llevan la batuta. Javier Bernalte (Arquitecto, profesor de Proyectos Arquitectónicos, Escuela de Arquitectura de Toledo, UCLM)

Me has pisado lo que iba a decir. Eduardo (Eduardo Ruiz de la Riva) ha dicho muchas cosas que iba a decir yo. Porque no hay distancia entre la arquitectura de la casa y la de la ciudad. Luis Moya también lo ha dicho muy bien, lo ha dicho, de escala. Cuando hacemos una casa tenemos que pensar en

la ciudad y cuando hacemos una ciudad tenemos que pensar en la casa, y debemos tener memoria sobre la casa en ese lugar, en ese clima, en esas circunstancias. Y creo que lo que hace falta para planificar la ciudad, también lo ha dicho Eduardo, es cultura, es sensibilidad, es utopía, es romper todas estas barreras. Desde luego no especialistas, absolutamente, no especialistas, yo creo que hacen falta humanistas, gente que viva más del espíritu del Renacimiento, gente que le interesa todo y no sabe de nada. Quizás el último humanista sea el arquitecto, o el ingeniero, no lo sé, me de igual quién lo haga.. José Mª de Ureña O el sociólogo. Javier Bernalte O sociólogo, pero tiene que ser gente así, gente que sea capaz de destruir esas barreras, y que piense que la arquitectura empieza en la habitación, empieza en la casa, empieza en el patio, en todos esos umbrales, en los zaguanes de los pisos de comunidades de vecinos, en la calle, en el barrio, en la ciudad, en la periferia, en el territorio, en el paisaje, y todo es arquitectura y todo es urbanismo o ciudad y llamarlo como queráis. Entonces, es que yo no puedo entender esa barrera que existe y por eso la estamos intentado romper en esta Escuela; y por eso en el curso de 3º en el que está Carmen Mota, que es arquitecta y urbanista, estoy yo, está Nicolás, estamos todos, estamos intentado diluir esa barrera y pensar en el espacio (señalando a Eduardo Ruiz de la Riva) urbano como espacio arquitectónico. Porque todos tendríamos que volver a la experiencia de la arquitectura de Rasmussen y a entender esos sólidos y cavidades de Nolli (apuntando a Luis Moya) y entender la ciudad así. La ciudad es un problema de espacio, de espacio urbano,

y es más importante el espacio de la ciudad que el espacio de la casa; y hay que pensar el espacio urbano de la ciudad y los flancos de la calle y los recodos y los recovecos y la complejidad y, sobre todo, la vida; porque la vida es más importante que la arquitectura. Y ya está, y es que es así. Entonces, barreras, las justas, sobre todo sensibilidad, poesía, utopía y creer que lo podemos hacer. Luis Moya Yo quería aclarar dos cosas con respecto a los ingenieros y con respecto a los alumnos. Con respecto a los ingenieros, yo he trabajado muchísimo con Juan Fisac, que es un ingeniero de Caminos que ha hecho proyectos de urbanización en Madrid que ni se sabe. Entonces esta persona, decía consecuentemente, yo lo de debajo bien, pero lo de arriba no, y me llamaba y me lo haces tu Luis. Y entonces, de los cientos de proyectos de urbanización que le encargaban, me encargaba a mi los más delicados, y yo iba y hacia lo que era el proyecto de la parte de arriba. Con lo cual yo tengo una muy buena consideración de los ingenieros. Cuando he dicho invadieron, era que la lucha de los ochenta entre Plan y Proyecto de arquitectura y tal, que a mayores fue porque los ingenieros habían adquirido unas atribuciones invadieron un campo profesional que bien que lo combatieron algunos arquitectos. Y yo me alegro muchísimo que los ingenieros se hayan incorporado porque nos proporcionan una cantidad de información de muchas cosas que nosotros no tenemos como también los sociólogos, etc, y he citado a Richard Sena que a mi me ha enseñado muchísimo. Con respecto a los alumnos, no se si con una mirada interesada, pero yo he detectado en Madrid, que los alumnos,


113

desde los años 1980’s, cada vez se han ido interesando más por las asignaturas de urbanismo. No estás de acuerdo tu, Inmaculada Mohino, que esto lo hemos hablado allí en Madrid, y ha habido más interés por esta temática. Yo creo que también, porque el arquitecto estrella de los 1980’s y un poco de los 1990’s se estaba viniendo abajo, y, los alumnos, que no son nada tontos, piensan, yo al final tengo que trabajar, y, a lo mejor me metí en la carrera para ser una estrella, pero voy viendo que esto es difícil, entonces lo que quieren es “saber”. Saber de instalaciones, de construcción, de normativa, de proyecto de estructuras, de … para que me encarguen cosas, y nosotros, los de urbanismo, estamos dentro de esa esfera de su interés, y ya, por lo que me viene de paso, arquitecto municipal. Yo voy diciendo siempre, yo creo que esa figura del arquitecto municipal de tampón, cumple la normativa (expresión de sellar con un tampón), yo creo que se tiene que acabar; el arquitecto municipal tiene que ser un profesional bien pagado, para empezar, con criterio y no corrupto. Entonces, con unas normas suficientemente estructurales y flexibles, el arquitecto municipal interpreta, como era Bruno Taut y todos estos que hicieron tan bonito Berlín y Francfurt en sus tiempos, bueno era lo mismo. Pero mientras el funcionario, yo les doy clase a ellos, sean de tampón A y tampón B, así no vamos a ningún lado. José Mª de Ureña Un par de comentarios. Primero, en relación con lo que has comentado, Eduardo, de la construcción de territorio. Yo creo que en estos momentos tenemos que ser conscientes que el territorio lo construyen el ganadero, el agricultor, el

comerciante, la gran superficie, el operador de autobuses, etc. Y, en consecuencia, los profesionales somos una parte pequeña para matizar como se construye el territorio. Desde ese punto de vista hay que entender otros procesos de construcción y que no todo es solo arquitectura del territorio. Aunque entiendo la expresión “arquitectura del territorio” en el sentido de que el territorio tiene una geometría, unas formas racionales, que responden a unos criterios, etc. Y, desde ese punto de vista, entiendo que el territorio está construido, no es una hoja en blanco. El territorio está construido a través de mucho tiempo, con mucho pensamiento, con muchos fracasos y vueltas atrás, y, las cosas que se han consolidado, merecen la pena de ser reconocidas y de mantenerlas porque si han sobrevivido es que funcionan bien. José Mª de Ureña Nos entendemos, yo lo remarco por si acaso los alumnos no lo han entendido bien. Eduardo Ruiz de la Riva Ya desde hace tres o cuatro décadas se reconoce que hay una dimensión del territorio construido, un componente del territorio que es arquitectura y, por tanto, es competencia de los arquitectos. Sin arquitectura, sin el diseño de un modelo territorial, el resultado puede ser desordenado o caótico, como contemplamos en la expansión urbana y territorial de las últimas décadas. José Mª de Ureña Esta tarde tenemos una sesión que trata de plantear el debate, que no quiero entrar en él, de si urbanismo y arquitectura son parecidos o hay más cosas. Entonces, dejémoslo para esta tarde

y yo preferiría no entrar en profundidad en ese debate, aunque se han abierto pistas, para no duplicar lo de esta tarde. Juan I. Mera Solamente he de deciros que a mí me parece que una sesión como la de hoy si que deja claro que las cosas están cambiando. Entonces, optimismo, ojalá haya muchos arquitectos municipales con criterio, que me parece más difícil que no ser corrupto y que te paguen bien. José Mª de Ureña En el mundo anglosajón, el plan de estructura define menos cosas y, cuando se baja a escalas más pequeñas y de petición de licencias, hay más criterio del ayuntamiento y libertad del ayuntamiento en aprobar o no aprobar, y no es un mero hecho formal (haciendo el gesto de sellar con un tampón). Claro, hay que decir que en Inglaterra posiblemente el número de técnicos que trabaja en un ayuntamiento es tres veces el número de los que trabajan en España. Eduardo Ruiz de la Riva O treinta. José Mª de Ureña En Inglaterra no se hablaría de “el arquitecto” municipal, se hablaría de los arquitectos, economistas, sociólogos, ingenieros, etc. Creo que en España es excesivamente automática porque necesitaríamos más técnicos para poder hacerlo. Juan I. Mera Eso sí que me parece importante, porque dar más trabajo a la gente, es más socialdemócrata, pero, sobre todo, un arquitecto solo está presionado por


114

todas partes, sin embargo, si tienes diez arquitectos, o ingenieros, un equipo de urbanismo, sería más adecuado. Javier Bernalte Se me ha olvidado comentar una cosa que comento yo siempre en clase, para hacer ciudad, para hacer arquitectura, no hace falta conocer la normativa. Es más, es mejor tener olvido sobre la normativa, porque hay múltiples aberraciones en las normativas urbanísticas de nuestros pueblos, y me remito a la Mancha. Si hacéis una recensión de la normativa urbanística de vuestros pueblos veréis que no ha tenido en cuenta la memoria del sitio, del lugar, nada absolutamente nada. Que ha importado coas que vienen de otras latitudes mal interpretadas, caricaturas, de la ciudad jardín americana, del bloque abierto, de las tramas de ensanche, pero que cosas más absurdas. El 99% de las normativas de nuestros pueblos, por favor vamos a quemarlas todas, vamos a tener un poco de pensamiento, de cultura para dar tiempo a reflexionar, a pensar, que es lo que hace falta. Un poquito más de pensamiento. José Mª de Ureña Yo no estoy de acuerdo. Yo creo que no se puede generalizar. Planes de urbanismo buenos y malos los hay en todos los sitios, arquitectura buena y mala la hay también en todos los sitios, profesionales buenos y profesionales tontos los hay también en todos lados. Perdona Javier, no nos eches un caldero de agua fría encima. Lo que dice Javier Bernalte no se puede decir. Porque lo mismo sería decir que toda la arquitectura de Castilla La Mancha es muy mala. Lo que tenéis que considerar es que tenéis que analizar el Plan de Urbanismo, es posible que sea bueno, malo o malísimo, y tendremos que trabajar desde

un conocimiento del Plan para matizarlo, cambiarlo o liquidarlo si es necesario. No se puede decir entre líneas que todo el urbanismo es malo e implícitamente, que no hace falta. El urbanismo, la especificidad territorial (como ha dicho Eduardo Ruiz de la Riva), es necesaria, es necesario que la arquitectura preste atención al hecho urbano y territorial, esté coordinada con el lugar, no solamente ensimismarse en construir edificios descontextualizados. Javier Bernalte Con una casa se puede cambiar un Plan de Urbanismo, solo con una casa. Yo me he revelado hace 25 años, sufriendo expediente sancionador urbanístico, por intentar destruir el fondo máximo edificable que está en el 99% de la normativa de los pueblos de La Mancha. Que sentido tiene el fondo máximo edificable, los patios de manzana, en lugares donde la casa patio, los corrales, esa arquitectura de grano menuda ha existido siempre y nos ha enriquecido. Que sentido tiene eso, hacer una raya 20 metros en la edificación a decir construya los 20 metros y deje unos patios ahí, y eso sigue existiendo. Y quiero decir que eso hay que destruirlo y que hay que operar con pensamiento y con reflexión. Yo no estoy diciendo que incumplamos, quiero decir que reflexionemos y que nos revelemos frente a hechos que van en contra de la ciudad mediterránea. Qué sentido tienen tramas de ensanche en nuestros pueblos. Qué sentido tienen la imposición de esos adosados que son absolutas aberraciones del modelo americano de ciudad jardín que es absurdo. Que sentido tienen los retranqueos delante y detrás en las casas, no se.. Que sentido tiene codificar el urbanismo con 18 figuras en un pueblo (UAD tipo1, tipo 2, retranqueo 1,2 5 metros…) así están el 90% de nuestros pueblos. Y esas figuras de planeamiento las hemos hecho los arquitectos. Y yo me revelo,

porque cada vez que voy a hacer una casa en un pueblo de estos, y quiero hacer un patio, no puedo, no puedo hacer un patio. Javier Elizalde Tienes razón, pero dos cosas, para acabar. Por un lado, en la mayor parte de los casos creo que los planes existentes se pueden interpretar (matizar), lo que pasa es que esa situación es muy peligrosa para los arquitectos, que son funcionarios, porque indirectamente, por la oposición o por quién sea, les acusan de prevaricación, tienen que ir al juzgado etc. Esa es una situación que hay que entender, pero se puede dar la vuelta a muchos planes. Por otro lado, os animo a arquitectos futuros a que seáis arquitectos municipales y que cambiéis esta situación que es lo que hay que hacer. (

A

p

l

a

u

s

o

s

)


115


116


117

Sesión 3

- Urbanismo, más que arquitectura a mayor escala. - Alfonso Alvarez Mora – Arquitecto – “Arquitectura y Urbanismo. De su hipotética identificación originaria a su necesaria autonomía disciplinar” - José Luis Gómez-Ordoñez – Ingeniero de Caminos –. “Una perspectiva Docente”.



119

Sesión 3

ARQUITECTURA Y URBANISMO. DE SU HIPOTÉTICA IDENTIFICACIÓN ORIGINARIA A SU NECESARIA AUTONOMÍA DISCIPLINAR. Alfonso Álvarez Mora Arquitecto Catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio (jubilado) Escuela de Arquitectura Universidad de Valladolid


120


121 ARQUITECTURA Y URBANISMO. DE SU HIPOTÉTICA IDENTIFICACIÓN ORIGINARIA A SU NECESARIA AUTONOMÍA DISCIPLINAR.

Alfonso Álvarez Mora

Las relaciones que se han establecido, sobre todo, en el mundo académico, entre Arquitectura y Urbanismo, se han desarrollado en un ambiente en el que han dominado, y lo siguen haciendo, prejuicios derivados de la hegemonía a ejercer por cada una de dichas disciplinas, tanto en el “proyecto” como en el proceso de construcción de la ciudad. Pendientes, sobre todo, de esa “imaginada” hegemonía, los actores implicados en la producción teóricopráctica de sus presupuestos metodológicos, aquellos que configuran sus contenidos y aplicaciones a la realidad, han estado más pendientes de los procedimientos que se han ido configurando, históricamente, para proceder a su instrumentalización como “disciplinas aplicadas”, que del objeto hacia el que se dirigían. Es decir, se ha pensado más en cómo intervenir, y de qué manera, que en el objeto específico objeto de intervención, es decir, la ciudad. De ahí la imposibilidad de establecer una relación precisa entre objetivos a plantear, como alternativas de proyecto, y el objeto de atención de aquellas. El “fracaso” de la Planificación Urbana, en este sentido, es decir, su inutilidad histórica demostrada a la hora de alzarse como “gestora” del proceso de construcción de la ciudad, y bajo estos presupuestos, no podía expresarse más que en términos de ineficacia. En el marco de este proceso, cuando

menos anómalo, encontramos algunas excepciones dignas de ser mencionadas. Es el caso, por ejemplo, de la apuesta que comenzó a formularse, allá por los años 60 del siglo pasado, en el marco de la cultura urbanística italiana. Nos referimos a la llamada “Urbanística de la Reforma”, o “Urbanística Reformista”, planteada por Giuseppe Campos Venuti, como respuesta al “modelo urbano de la renta de suelo” . Lo más destacado de esta alternativa, por lo que respecta a lo que estamos planteando, es decir, la relación entre “proyectoplanificación” y “realidad-conocimiento” del objeto a intervenir, es que para proceder a dicha “reforma urbanística” se consideraba imprescindible el conocimiento previo de las dinámicas que caracterizaban al proceso de construcción histórico de la ciudad. Parece obvio, pero esta manera de proceder ha estado, durante muchos años, ausente en la práctica de Urbanismo. Los “urbanistas reformistas” sin embargo, al implicarse en ese proceso de reforma, no tenían más remedio que conocer las razones de sus cometidos, que no eran otras que aquellas que se deducían de las consecuencias derivadas de lo que ellos denominaban como “extensión-transformación cuantitativa” de la ciudad, frente a la cual sólo cabía una “contención cualitativa”. Se podrá, o no, estar de acuerdo con estos presupuestos, pero de lo que no


cabe ninguna duda es de que sus raíces se hunden en un riguroso conocimiento de lo que es una ciudad, de sus dinámicas socio-espaciales, de sus comportamientos inmobiliarios, en suma, de lo que representa como “producto social” histórico. Conocimiento imprescindible, también responsable, ante la determinación de adoptar una alternativa que procurase esa “contención cualitativa” que pusiese fin al “modelo urbano de la renta del suelo”.1 Si es la “renta del suelo”, como argumentaban los “urbanistas reformistas”, la responsable de un proceso de construcción de la ciudad que la ha sumido en unos de sus más tenebrosos abismos, conclusión a la que llegaron abordando su proceso de construcción desde el protagonismo de la “renta del suelo”, procurarle una alternativa significaba oponer resistencia a sus efectos más nocivos. Por eso se autoproclaman “reformistas”, no “revolucionarios”. Lo que no impide que sus propuestas sean radicales, sostenidas por un profundo conocimiento a propósito de cómo se estaban produciendo las “rentas” derivadas del uso al que se estaba sometiendo el suelo urbano. Planteemos unas cuestiones preliminares. Decir, en primer lugar, y valga como hipótesis, que en la relación ArquitecturaUrbanismo, si nos remitimos al proceso histórico que ha seguido, observamos cierta autonomía entre ambas disciplinas, a pesar de que dicha relación se ha entendido, casi siempre, supeditada a una lógica arquitectónica. Ya lo decía Pietro Cataneo, cuando argumentaba que “La parte más bella de la Arquitectura es aquella que se ocupa de la Ciudad”.2 ¿Está advirtiendo, incluso reivindicando, cierta distinción, por no decir “autonomía”, entre ambas disciplinas?. La cuestión a plantear es

que, sea o no verificable esta hipótesis que planteo, se observan, históricamente hablando, determinadas acciones paralelas entre ambos campos de estudio, sin recurrir a imposiciones disciplinares. Lo que se puede plantear, en este sentido, no es tanto el papel de la Arquitectura y el Urbanismo, desde su hipotética supremacía por liderar la construcción de la ciudad, como cierto paralelismo en dicho proceso, es decir, la reivindicación disciplinar que se ha requerido, históricamente y en paralelo, de ambas disciplinas, sin apelar a imposiciones metodológicas provenientes de una o de otra. Se puede argumentar, siempre como hipótesis, que la independencia disciplinar ha prevalecido sobre un acto de sometimiento, sobre todo, el que se ha ejercido desde la Arquitectura. ¿Significa esto que hay que renunciar a la idea de su independencia disciplinar, tal y cómo se argumentó durante la segunda mitad de sigo XIX, si consideramos que no hay que esperar a este siglo para verificar un hecho histórico semejante?. ¿O que tal independencia habría que plantearla en otros términos, más desde la nueva “idea de ciudad” que requiere una “ordenación”, sea en el tiempo histórico que sea, y no tanto desde las opciones que las enfrentan?. Lo que sí podemos decir es que se ha producido, siempre, históricamente hablando, un paralelismo entre Arquitectura y Construcción de la Ciudad, no tanto entre Arquitectura y Urbanismo, por carencia de una terminología precisa, en materia de Urbanismo, hasta muy entrado el siglo XIX. Es como si se fuese consciente, desde que la Arquitectura ocupa un lugar destacado en la construcción de la ciudad, que la formalización específica de esta última, de la

ciudad, libera la acción de aquella. Se está pensando en “ciudad” sin ser consciente que se ha dado un paso disciplinar que no controla la Arquitectura. Comprobemos estos argumentos a la luz de dos ejemplos históricos concretos. 1. La Sistematización Viaria de Roma durante el siglo XVI. La originalidad, en el proceso de construcción de la ciudad de Roma, durante el siglo XVI, reside en el hecho observado a propósito de un paralelismo entre la definición precisa de una “estructura urbana” y la construcción de sus monumentos más emblemáticos, incluidos sus “tejidos residenciales”. Roma se presenta, en los años finales del XV y principios del XVI, como una ciudad dispersa, des-estructurada, observándose como un “conjunto de conjuntos”, pero carente de una unidad espacial que la identifique como “ciudad capital”, en un momento en el que comienza a perfilarse como Centro de referencia del Catolicismo. Para ello, necesita dotarse de una “estructura espacial” que agrupe lo “disperso” en una única entidad espacial capaz de “representarla” como “capital”. Y es aquí cuando entra en juego la idea de proyectar toda una serie de “infraestructuras viarias” que actúen como acicates, como propulsores, del proceso de construcción que va a recaer sobre su “cuerpo espacial existente”. El concepto de “infraestructura” va a primar sobre aquel otro que identifica al “monumento”.3


123

(103)

Es así como surge, en un primer momento, la Vía Giulia, definida como una ”apertura”, y formando un primer “sistema viario” con la Vía Lungara, y las de Governo Vechio y Banqui Vechi; más tarde, se construyen las vías de Ripetta y del Babuimo, formando un “tridente” con la existente Vía Lata, hoy del Corso; para terminar el siglo con la sistematización de las vías que reúnen entre sí, formando una unidad a partir de lo “disperso“

existente, los conjuntos basilicales y otros monumentos romanos. Todo se supedita a una diversidad de “sistemas viarios”, ante las exigencias que impone la idea de ciudad que se estaba materializando. La Arquitectura, en esta ocasión, se somete a una “lógica urbana”, no ejerciendo como constructora de ciudad en sentido estricto. Tal es la importancia de esta sucesión de “sistemas viarios”, que el propio Bernini, al proyectar, años más tarde, la Plaza de San

Pedro, no tiene más remedio, si no quiere seguir dejándola al margen del mismo, como así estaba sucediendo, que recurrir a su conexión con el resto de la ciudad, hecho este que condicionó la forma de proceder al diseño de la Plaza. Se puede considerar el conjunto del Vaticano, en este sentido, como remate de los “sistemas viarios” concebidos durante el siglo XVI. Bernini proyecta una plaza, al mismo tiempo que remata un “sistema viario” existente. (ver Figura 1)


124

(104)

Estos “sistemas viarios”, por otro lado, dieron muestra de una gran capacidad, dentro de ciertos límites, para seguir “produciendo ciudad” hasta, prácticamente, el siglo XX. Y ello fue así, porque dichas “infraestructuras” se materializaron en un momento, siglo XVI, en el que la ciudad, realmente, apenas sentía necesidades relacionadas con carencias dotacionales, requiriéndose estas infraestructuras, únicamente, para resolver problemas de comunicación, de conexión, de visualización entre “espacios sagrados” que hiciesen posible la práctica de la “peregrinación”. Pero, lo que son las cosas, esos “sistemas viarios”, permanecieron, por siglos, en el espacio de la ciudad de Roma, recorriendo, en muchos casos, el “vacío” del campo, de la “campiña romana”,

y permitiendo, sobre todo, a partir de la segunda mitad del XIX, cuando Roma comienza a ejercer como Capital del nuevo Estado Unificado, la construcción de esa nueva entidad “capitolina” sobre la base de un sistema infraestructural ya existente, lo que ayudó a eludir las necesarias, e imprescindibles, inversiones que un hecho semejante, la Capitalidad de Roma, exigían. Los “sistemas viarios” que se implementaron durante el siglo XVI, por tanto, al mismo tiempo que contribuyeron a construir una idea de ciudad, coherente con las necesidades de entonces, incluso, más allá de ellas, crearon, siglos más tarde, la falsa idea de su exclusividad para emprender la construcción de Roma Moderna.4

2. La temprana necesidad de un Plan General, en pleno siglo XVIII, para transformar la ciudad. Las propuestas de Laugier y Pierre Patte a debate. Un siglo antes de que se adoptara la posición de declarar la independencia disciplinar entre la Arquitectura y el Urbanismos, allá durante la segunda mitad del XIX, surgieron toda una serie de propuestas, enmarcadas, sobre todo, en los años que recorren la segunda mitad de siglo XVIII, en las que se dejan ver matices que apuntan hacia la necesidad de referir a un “plan” las intervenciones a someter a la ciudad en su conjunto. Aunque la independencia


125

(105)

entre ambas disciplinas es algo que no podemos desvincular de la construcción de la “ciudad del capital”, hecho más identificado con las transformaciones que protagoniza la ciudad durante el siglo XIX, resulta, también, evidente que, al siglo XVIII, le corresponde cierto protagonismo al alzarse, en cierto sentido, como precursor de específicas prácticas, fundamentalmente, de índole política, más que económica, que anticipan los inicios de la Sociedad Moderna que impulsa el capital. Del año 1753 data la publicación del tratado “Essai sur l’Architecture”, escrito por el Abate Laugier. En dicho texto se argumenta, entre otras cosas, que es

necesario, a la hora de “proyectar la ciudad”, “...considerarla como un bosque...Lo que constituye la belleza esencia de un parque es la multitud de los recorridos, su extensión, su alineamiento; que ahí empleamos gusto y raciocinio, que allí encontramos, al mismo tiempo, orden y tumulto, simetría y variedad. Cierta idea de irregularidad y de caos”. Aunque Laugier se mueve, sobre todo, en el campo de la “composición urbana”, de lo que no cabe ninguna duda es que, al tomar como referencia, para el “proyecto de ciudad”, el Bosque, los Parques, no hace más que trasladar, de unos a la otra, el sentido de la “complejidad” que los distingue. Para Laugier, en efecto, si la ciudad expresa algo es su condición de “espacio complejo”. Complejidad, por otra

parte, que se realiza en la medida en que se contempla a la ciudad como una entidad espacial sometida a reglas de composición fuera del alcance que, hipotéticamente, les podría proporcionar la Arquitectura. Este pensamiento de Laugier es recogido, desde un “proyecto de ciudad”, por Pierre Patte. Arquitecto en los tiempos de Louis XV, Patte propuso, en efecto, un gran “proyecto de transformación para la ciudad de París”, el cual lo incluye en el libro “Monumens èrigè a la gloire du Roi”, editado en 1764. Dicho proyecto es una consecuencia de un concurso, que se llevó a cabo, años antes, para proceder a la construcción de una Plaza Real, en París, dedicada a Louis XV. Las normas de tal concurso dejaban entera


126

(106)

libertad, a los arquitectos participantes, para elegir el lugar donde materializar el proyecto que elaborasen. Atento, Pierre Patte, a este acontecimiento, no se le ocurrió otra idea que superponer, todos los proyectos presentados al citado concurso, en un plano del París de entonces, de lo que resultó un “collage” que convirtió, interpretándolo como “proyecto urbano”, en una propuesta para proceder a la transformación de la ciudad de París. Lo más interesante de esta propuesta, sin embargo, no es tanto el “dibujo” que la expresa, como los textos que lo acompañan, los cuales se erigen, bajo mi punto de vista, en un “vademécum” de lo que, por entonces, y en un acto de impulso disciplinar, comenzó a perfilarse como una

incipiente “urbanística” que pudo comenzar a dar sus primeros pasos distanciándose de la Arquitectura. Otro momento histórico que no tuvo necesidad de esperar al siglo XIX para mostrar esas diferencias disciplinares. En dichos textos, en efecto, Patte argumenta que, “...para transformar París, y convertirla en una ciudad bella, no hace falta destruirla para reconstruirla de nuevo. Al contrario, es necesario conservar lo que es digno de su ser. Se trata de ver cuáles son esos edificios, o barrios, dignos de conservarse. El objetivo es unirlos con arte y formar un embellecimiento total mediante la ligazón de embellecimientos particulares”.5 La ciudad como “suma de centralidades” está presente

en este pensamiento, lo que denota una manera de entenderla que sobrepasa, hasta superarlo, el determinante que, hasta ese momento, ejercía la Arquitectura sobre la ciudad. Patte está hablando de cuestiones urbanísticas más que de Arquitectura, aunque, eso sí, siga aferrado, como no podía ser de otra manera, a categorías espaciales relativas a cuestiones de “composición urbana”, menos de “estructura espacial”. Y para dejar caro que sus preocupaciones son, ante todo, de índole urbanística, argumenta que, “París ha sido objeto de procesos de construcción sin que haya sido pensado, para dicha ciudad, un Plan


127

(107)

General”. Idea de Plan que se asume desde posiciones que están interesadas, sobre todo, en qué hacer con la “ciudad existente”, qué hacer con sus edificios, si demolerlos o conservarlos. También, qué hacer con sus barrios y con sus calles. Plan que implica su conocimiento, su difusión, hacia todos aquellos que estén interesados en la ciudad, para lo cual, “...se grabará, repartiéndose entre todas nuestras gentes de talento, invitándoles a concursar y a componer proyectos para esta capital”. Y, qué se debe perseguir con toda esta serie de “proyectos”?. Pues, sencillamente, una nueva ciudad, una espacialidad que se alce como alternativa a la existente, para lo cual,

argumenta Patte, es necesario que “...todas sus conexiones sean fáciles, que sea fácil ir de un barrio a otro, que todo se organice del centro a la circunferencia sin confusión... evitando la monotonía y la demasiada y gran uniformidad en la distribución total del Plano. Por el contrario, hay que aumentar la variedad y el contraste en las formas. La ciudad no debe comprenderse de un sólo golpe de vista. La ciudad debe contener lo variable, lo agradable, lo que excita”.6 Y si esto fuera poco, Patte no deja de plantear que la alternativa que propone para París caería en saco roto si no se articulaba en el marco de un proceso de gestión claro y preciso, con referencia a un Plan General

concreto, algo que superaba, con mucho, lo que podría plantearse en pleno sigo XVIII adelantándose a su tiempo, y dejando atrás presupuestos que eran propios de la época que “iluminaba” el reinado de Louis XV. Por eso, decimos que la relación arquitecturaurbanismo ha gozado, en determinados momentos históricos, sin tener que esperar al siglo XIX, de cierta autonomía a la hora de mostrar sus quehaceres en un marco de independencia disciplinar. Cómo dudar de esta cuestión, cuando Patte, como estamos argumentando, plantea que la Arquitectura no basta para “ordenar” la ciudad, que, en contrapartida, apremia de la necesidad de programar, en el marco de un


128

(108)

Plan General, toda una serie de cuestiones como “...destinar un fondo de....para comenzar el embellecimiento de París.... adquiriéndose una cierta cantidad de casas, en uno de los barrios más defectuosos de la ciudad...barrios que serán abatidos, vendiéndose sus materiales. Después se trazarán las nuevas alineaciones, las diferentes vías proyectadas... una vez preparado el suelo, la ciudad ofrecerá el nuevo entorno para venderlo a los particulares, obligándoles a construir sobre los nuevos solares en el Plan establecidos, tanto para el suelo como para los edificios... con el dinero de los materiales, con el dinero de los terrenos, y con la cantidad asignada anualmente, la ciudad podrá comprar otras

casas y volver a empezar la operación”. Con estos planteamientos, ¿no está, Pierre Patte, adelantándose, preludiando, aquellas maneras de hacer ciudad que permitieron a Haussmann, cien años más tarde, marcar una ruptura con la “cultura estamental” que se expresaba en los contenidos espaciales de la Ciudad Aristocrática heredada?”. ¿Es Pierre Patte un adelantado a su época o, simplemente, siente necesidad de recurrir a otros procedimientos disciplinares, en la medida en que se empeña en “proyectar” sobre marcos espaciales diferentes que aquellos otros que, hasta ahora, se identificaban, casi en exclusividad, con la Arquitectura?. ¿Considera a la Ciudad, en este sentido, como un objeto que requiere

una interpretación, también, una manera de enfocar su “proyecto”, sobre bases conceptuales que no requieren de la Arquitectura como referente ineludible?. El fortalecimiento del Urbanismo como Disciplina autónoma e independiente de la Arquitectura. Dos posiciones de partida: Ciudades con Plan, Ciudades con Plano. No será hasta el siglo XIX, segunda mitad, cuando se consoliden, adquiriendo carta de naturaleza, aquellas posiciones pretéritas, referidas a la reivindicación de un proceder urbanístico, que la


129

historia se encargó de elevarlas a categorías de “proyecto”, y ante las que la Arquitectura tuvo que doblegarse, apartarse, cediendo protagonismo a otras concepciones disciplinares. Sin embargo, las nuevas posiciones que se van a ir adoptando, con respecto al “proyecto de ciudad”, apuestan, o bien, por recoger aquellas experiencias que hicieron del Plan el baluarte de una nueva expresión urbana, o adoptan, aunque críticamente, aptitudes no desligadas, del todo, de la Arquitectura, lo que las hace valorar más la idea del Plano que la concepción del Plan. Esto es lo que nos permite pensar que, durante esta segunda mitad del siglo XIX, no se está dirimiendo tanto a propósito de la autonomía, o no, del Urbanismo con respecto de la Arquitectura, como de la oportunidad de adoptar el Plan, o el Plano, como instrumentos para proceder al proceso de construcción de la ciudad. Bien entendido que cuando hablamos de Plan, nos referimos al instrumento, por excelencia, que está en la base de la nueva Disciplina, mientras que al hablar de Plano nos remitimos a cuestiones de “forma urbana”, por tanto, a reminiscencias arquitectónicas con las que se quiere seguir interpretando, “proyectando”, la ciudad. Dos textos, a los que podemos referenciar estas dos posiciones, nos van a ayudar a vislumbrar esta controversia. Uno de ellos, se refiere a los propósitos esbozados por el Barón Haussmann para proceder a la gran transformación urbanística a la que sometió a la ciudad de París durante la segunda mitad del siglo XIX. Para Haussmann, en efecto, dicha transformación urbanística debería estar enfocada hacia la “puesta en valor” de los terrenos periféricos con

los que contaba la ciudad de París, una vez que había conseguido, por Decreto Imperial, la anexión de los municipios que, hasta entonces, conformaban los alrededores de dicha ciudad. Dice Haussman, al respecto: “...con el objetivo de hacer que los vastos espacios de los extremos de la ciudad, que siguen siendo improductivos, sean accesibles y habitables, el primer trabajo fue hacer que las calles atravesasen la ciudad de un lado a otro mediante la apertura de los distritos centrales”.7 Parece ser, por tanto, que las intenciones de Haussmann no eran tanto “abrir”, mediante las “aperturas viarias” correspondientes, la “ciudad central”, como “poner en valor“ la periferia, adoptando aquellas un significado instrumental más que un fin en sí mismo. En cualquier caso, la relación entre ambos procedimientos es precisa, rigurosamente dialéctica, es decir, imprescindible para provocar los efectos deseados. Esto es lo que nos permite hablar de Plan, de una estrategia territorial cuyos objetivos no eran otros que procurar una reorganización socioespacial de la ciudad heredada existente. Un segundo texto, esta vez, extraído del pensamiento de Solá-Morales, nos permite plantear otro tipo de alternativa que, bajo mi punto de vista, sitúa la cuestión más en el marco de la “forma urbana”, del Plano, que en aquel otro que lo contextualiza Haussmann. Refiriéndose a los “Ensanches de Población, en efecto, Manuel Solá-Morales, nos dice que: “Los Ensanches recogen esa forma de hacer de las actuaciones globales del siglo XVIII. Eran actuaciones que se proponían ordenar la totalidad urbana. La diferencia con respecto a estas actuaciones globales es que los Ensanches encierran una idea de ordenación unitaria que se extiende a toda la ciudad, y no a una parte de la misma...lo que en los proyectos neoclásicos era definición unitaria del resultado arquitectónico

final, en los Ensanches se produce una descomposición en sus elementos”.8 Podemos argumentar, en este sentido, que mientras los planteamientos de Haussmann se presentan como origen de un recorrido que conduce a la formación de una disciplina, la del Urbanismo, como un campo de conocimiento distinto, con respecto a la Arquitectura, con procedimientos y métodos diferentes, empeñada en el proceso de construcción de la ciudad, en aquel otro que esboza Solá-Morales, sin embargo, observamos una cierta continuidad, no ausente, eso sí, de una visión crítica, con respecto a la tradición clásica, aquella que ha sancionado cierto paralelismo conceptual, urbanoarquitectónico, a la hora de proceder al proyecto y construcción de la ciudad. En cualquier caso, y esto vale para estas dos concepciones, la Disciplina de Urbanismo comienza a hacer acto de presencia en el panorama científico, ya sea reivindicando el Plan como instrumento de intervención, o valorando la “forma urbana” como recreación de un pasado inmediato, comenzando a plantear cierta autonomía en la manera de “producir ciudad” con respecto a cómo la estaba proponiendo, hasta entonces, la Arquitectura. Teniendo en cuenta que, mediante el Plan, la ciudad existente se piensa, comienza a pensarse, en su totalidad, reorganizándola socioespacialmente, asignando sus diversos ámbitos a clases sociales diferentes, cuando no, contrapuestos. La ciudad, bajo los efectos del Plan, se “ordena” desde un “orden social” preestablecido. Para ello, no se aplica un “plano” planteado como proyecto de futuro, sino medidas parciales, aunque referidas a la totalidad que se quiere transformar. El procedimiento es la “renovación urbana”, entendida como actividad económico-inmobiliaria, también,


130

(109)

como instrumento operativo que procura la “segregación” que hace posible el “orden social” y el “negocio inmobiliario”. Mediante el Plano, por su parte, la ciudad se ordena, sobre todo, parcialmente, para ser construida. Se produce una estrecha vinculación entre “ordenación-trazado” y “construcción arquitectónica”, derivada de la aplicación de una “ordenanza de edificación”. Control, por tanto, de la edificación, no tanto del proceso inmobiliario vinculado a los intereses de la propiedad del suelo, como de la “forma” que debe adoptar. La unidad se consigue, en el mejor de los casos, en el contexto mismo del “proyecto”, en el marco del “trazado” proyectado, no por

lo que se refiere a la ciudad en su conjunto. Lo proyectado no evita la producción de una prevista, aunque imaginada, periferia. Insistiendo en la idea de Plan, concretándola al quehacer desarrollado por el Barón Haussmann, en el París de la segunda mitad del siglo XIX, podemos decir que se implementó sin referencias a ningún tipo de Documento de Ordenación previo que ejerciese como guía de Proyecto. El Plan, sin embargo, era una realidad, ya que en él estaba presente una “idea de ciudad” que se deseaba materializar. Esa “idea” establecía, como presupuesto fundamental, la división de la ciudad en sectores que se correspondiesen, cada uno de ellos, con

contenidos sociales diferentes. Es la ciudad que responde a las exigencias que impone el desarrollo del capital, es decir, “...la separación de la fuerza de trabajo con respecto a los medios de producción”.9 La respuesta espacial a esta exigencia es la “ciudad segregada”. Es significativo, en este sentido, los resultados formales de ciertas “arquitecturas”, las cuales, aunque mantengan un mismo diseño, para lugares con diferentes contenidos sociales, no pueden evitar desprenderse del “efecto segregación” que impone la “ciudad del capital”. Es el caso del arquitecto Henry Sauvage, quien


131

(110)

proyectó, allá por los años 20 del siglo pasado, y siguiendo un mismo diseño, dos conjuntos residenciales en París, uno en pleno centro, en la calle Vavin, en Montparnasse, y un segundo en la calle Amiraux, en un barrio obrero-periférico. A pesar de ello, las connotaciones derivadas de los barrios en los que están ubicados dichos edificios residenciales denotan claras diferencias entre ellos, aquellas que un diseño similar no ha podido evitar. En lo que el Plano puede derivar hacia el Plan, adoptando expresiones que lo acerquen, sin confundirlo con este último, es en un “proyecto de

infraestructuras” que ajuste “la forma de la ciudad proyectada”. De esta manera es cómo se han presentado muchos Planes, constituyendo su esencia, y su razón de ser, como un “armazón infraestructural” que impone, por Ordenanza, la arquitectura a materializar. De esta manera, la Arquitectura se supedita al Plan, expresándose éste como el responsable de la forma a proyectar. De alguna manera, la autonomía del Plan se ha conquistado, aunque la Arquitectura aparezca como expresión última de aquel. Son los imperativos de un planteamiento morfológico como presupuesto de la nueva disciplina, recurriéndose a la forma, aunque sea la “forma del Plan”,

como paradigma disciplinar. Es así como desembocamos en una corriente que ha estado condicionando, por muchos años, el Proyecto de Ciudad desde presupuestos arquitectónicos. Estamos hablando de la “urbanística” del Movimiento Moderno, con la Carta de Atenas como referente básico.10 La superación del Plano Morfológico desde la condición del Plan como Proyecto de lo Público. Las contradicciones que presenta el Plan, tanto desde su condición como instrumento que contribuye a la realización de la “ciudad del capital”, cuyo referente histórico más


132

(111)

destacado, al menos en origen, es el Plan de Haussmann para Paris, como desde su compromiso con la “forma urbana”, no se resuelve, este es mi punto de vista, hasta la irrupción, en la escena urbanística, del Plan de Asís, 1959, redactado por Giovanni Astengo.11 ¿Qué tiene de particular este Plan para que lo consideremos como un punto de inflexión en este recorrido hacia la autonomía del fenómeno ciudad con respecto a la Arquitectura que, teóricamente, la produce y la expresa? Sencillamente, la idea de que proyectar la ciudad, planificarla, es algo que compete a su condición de “estructura pública”, de un armazón que, superando su compromiso

con la “forma”, realice lo específico de su contenido, es decir, su condición de “ámbito público” que haga posible la vida, es decir, los “espacios de reproducción social”. Para Astengo, en efecto, la ciudad entra de lleno en el marco de las necesidades humanas, haciendo suyo el grito de Meneceo, hijo de Creonte, rey de Tebas, cuando exclamaba, “...Enfilaré, pues, mi camino, para obsequiar a la ciudad con el don nada vergonzoso de mi muerte y alejar la enfermedad de esta tierra. Lo cierto es que si cada individuo cogiese y llevase a término lo bueno de que fuese capaz y lo aportase al interés común de la patria, las ciudades experimentarían menos desgracias y en lo restante alcanzarían la prosperidad”.12

Pero, al margen de citas que pueden parecer excesos de cultura, lo que entiende Astengo por Urbanismo, y el Planeamiento Urbano como instrumento, por excelencia, que lo realiza, es, decimos, su condición de “tarea púbica”.“Es tarea específica del Plano Regulador, nos dice Astengo, precisar un armónico complejo de Inversiones Públicas que, actuando ordenadamente a través de una predisposición sucesiva de obras, cumpla no sólo con los objetivos particulares previstos, sino que se establezca, en dicha complejidad, una continuidad de intervenciones, cada etapa de actuación de las cuales sea capaz de repercutir, activa y positivamente, en la economía


133

privada. El Plano Regulador es, ante todo, una disciplina de las intervenciones públicas para las tareas públicas”. Una ciudad lo es, por tanto, en la medida en que la consideramos dotada de una “estructura pública”, lo que nos lleva a considerar, a su vez, que “proyectarla” debe consistir en proponer lo “público”, la base, por tanto, del “espacio social” con el que, necesariamente, se identifique su razón de ser. La práctica del Urbanismo debe consistir, en este sentido, en el “proyecto de lo público”. Consideraciones teóricas que Astengo ha asumido en el marco de un recorrido analítico, en un conocimiento de la ciudad, para el que ha empleado, como variables analíticas, aquellos componentes que expresan una de las cuestiones fundamentales que afectan a la ciudad, es decir, el porqué del deterioro del “hábitat”, y cómo se relaciona con el “habitar”. Ya que Asís se trata de una ciudad histórica por excelencia, indagar a propósito de estas cuestiones resultaba muy relevante. Es si como Astengo hace las siguientes reflexiones: “Considerando sólo indicadores arquitectónico-urbanísticos se corre el peligro de proceder a un puro y simple “restauro externo”, destinado a operar sobre la epidermis de los edificios, sin entrar ni en la profundidad ni en la raíz de los males que queremos extirpar. Para ello, es necesario conocer con exactitud no sólo las condiciones estáticas de los edificios, sino, por lo que se refiere a aquellos destinados a la residencia, sus condiciones internas, higiénicas y de manutención. Características estas que están estrechamente relacionadas con el elemento humano que las genera. Lo que nos va a llevar a conocer los caracteres de las familias que

habitan en las residencias, sus condiciones económicas y sus actitudes al orden y a la limpieza. De esta manera se pueden obtener elementos de juicio para implantar un Plan realista de intervenciones que contemple no sólo el “restauro arquitectónico” sino el mejoramiento higiénico de las condiciones de vida de la población. El sólo “restauro epidérmico”, sin saneamiento, no puede ser duradero. El saneamiento mismo, en sí, no puede, tampoco, ser aplicado sólo al continente edificatorio sin tener en cuenta la familia que lo habita”. Sorprenden, en este sentido, las conclusiones a las que llega, poniendo el acento no sólo en las necesarias rehabilitaciones a someter a los edificios que se encontraban en mal estado sino, también, a las familias, al factor humano, que los habita, ya que el deterioro físico tiene una componente social. “Las intervenciones mayoritarias a realizar, concluye Astengo, están relacionadas con categorías de orden económico y social, respecto a la situación que presentan 253 familias. Mientras el número de intervenciones en edificios se reduce a 151 alojamientos. Una intervención sólo en la edificación sería extremadamente peligrosa e ineficaz, porque el mal a sanar está, esencialmente, en las 253 familias míseras y necesitadas. Situación social que se mantendrá aunque se dotasen, a dichas familias, de un alojamiento nuevo, y ello si no se llevan a cabo, paralelamente, intervenciones para aumentar la Renta, el nivel económico y la educación en la casa. La localización, en planta, de las correlaciones analizadas, nos permite individualizar las zonas donde se reagrupan los fenómenos detectados y donde más urgente es la intervención para el Saneamiento económico y social”. Con esta experiencia, la disciplina del Urbanismo comenzará a cobrar un

sentido cada vez más independiente de la Arquitectura, librándose de los condicionantes formales que, desde su primera expresión, allá por la segunda mitad del XIX, la ataban, de alguna manera, a aquella. No queremos adjudicar a Astengo esta responsabilidad, ni alzarlo como pionero en la formación de la disciplina, pero sí reconocerle el énfasis que puso en cuestiones de “orden social”, reivindicando la importancia del factor humano en la concepción del espacio, también, en su “construccióndegradación”, como una variable imprescindible para entender, al menos, una de las cuestiones fundamentales que deben caracterizar la práctica del Urbanismo. Hipótesis finales. Al final de todo, pensar a propósito de la relación Arquitectura-Urbanismo, PlanProyecto, Plan-Plano no es, precisamente, lo que nos debería preocupar, ya que constituyen, bajo nuestro punto de vista, “categoría aparejadas” que distraen de la cuestión fundamental a tener en cuenta, es decir, el conocimiento de la ciudad como objeto de Ordenación Urbanística. Lo importante no es tanto comprobar cuando y porqué se libera el Urbanismo de la Arquitectura, la formación, en suma, de una nueva disciplina que tome como objeto de estudio el fenómeno urbano, por importante que esto parezca, como saber de qué estamos hablando cuando tratamos de la ciudad. Se reflexiona más, se ha pensado más, sobre los Instrumentos de Proyecto que se aplican a la Ciudad, que sobre aquello que los requiere y sobre lo que recaen. La cuestión más importante, por tanto, es saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a la ciudad.


134

(112)

Podemos decir, en este sentido, y como primera hipótesis, que la ciudad se debate entre su realización, su “construcción social”, como “producto”, como “espacio de renta”, y su identificación como “espacio de reproducción social”, como “obra”. Entre su concepción como especio que se produce para intercambiarlo en un mercado inmobiliario, para venderlo, o para satisfacer necesidades sentidas colectivamente. ¿Qué entendemos por “ciudad producto”?. Es la ciudad donde priman “espacios de renta”, aquellos que sólo buscan la producción de beneficios inmediatos, y cuya materialización como tales depende más de previsiones, que se forjan en la

mente de los propietarios-promotores, que de la satisfacción de necesidades sentidas por la población. Espacios inmobiliarios imaginados que se convierten en “realidades anticipadas”. En la obra de Balzac, “Grandeza y Decadencia de Cesar Biroteau”, leemos lo siguiente: “Deje usted de vender pomadas y peines, mal asunto, malo, le dice Claparon a Biroteau. Esquilme al público, entre en la especulación. ¿La especulación?, peguntó el perfumista. ¿Qué clase de comercio es ese?. Es el comercio abstracto, contestó Claparon, un comercio que se mantiene en secreto durante una decena de años, según dice el gran Nucinge, el Napoleón de las finanzas, y por el cual un hombre abarca la totalidad del importe de la operación, se queda con

las ganancias antes de que existan”.13 ¿Qué entendemos por “ciudad como obra”?. Es aquella que realiza el “espacio de reproducción social”, categoría que permite la continuidad, la reproducción, de los grupos sociales con ella identificados, los cuales se alzan, a su vez, como actores productores de la misma. “Las relaciones sociales, abstracciones concretas, nos dice Lefebvre, tienen existencia real más que en el espacio. El espacio se convierte en el envite principal de las luchas y de las acciones que se dirigen hacia un objetivo. ¿Cómo no concluir en la importancia creciente del espacio en las


135

(113)

sociedades denominadas “modernas, o en su preponderancia inminente o ya actual?. Nadie puede evitar la prueba del espacio. Ordalía moderna, ella reemplaza el juicio de Dios. Todavía mejor: Un grupo, una clase o fracción de clase, no se constituye y no se reconoce, como “sujetos”, más que engendrando, produciendo, un espacio”.14 Siguiendo este razonamiento, podemos decir que la “ciudad como obra” es la ciudad que se construye en la medida en que toman posesión de ella los ciudadanos. Y cuando eso no es así, como nos apunta Harvey, “...cedemos a los propietarios, a los promotores de vivienda o de suelo, a los capitalistas financieros y al Estado,

nuestro propio derecho individual para crear una ciudad conforme a nuestros deseos. Esos son los principales actores que, antes que nosotros y en lugar de nosotros, dan forma a nuestras ciudades y, a través de ello, nos dan forma a nosotros mismos”.15 Una ciudad concebida como “obra”, como “espacio de reproducción social”, no se entiende más que en su complejidad, donde la mezcla, el mestizaje, la heterogeneidad y el encuentro interclasista, emergen como creadores de una riqueza socializada. La “complejidad espacial” en cuanto categoría, por tanto, que nos permite identificar la “ciudad como obra”, como “espacio de reproducción social”, se expresa

mostrando aquella como lugar donde es posible el encuentro, el entendimiento, el misterio, la defensa y la ocultación, espacio de oportunidad, de protesta, de lucha y reivindicación. Hablar de ciudad, en su acepción como “obra”, es reconocerla como “espacio complejo”, como universo casi inexpugnable, imposible de conocer en su integridad, por su resistencia a ser manipulada, por su capacidad para revolverse, rebelarse, ante todo aquello que intenta manipularla, alterarla. Nos dice Fernando Chueca al respecto: “Las casas madrileñas son hipócritas. La raíz de su hipocresía está en su constitución mixta. Están formadas por una casa de pisos, que pudiéramos llamar pequeñoburguesa, que


136

(114)

enmascara una casa proletaria posterior. La primera es la que sale fuera, donde se alojan las viviendas de relativa categoría, con una organización privada y con el inestimable privilegio de tener balcones a la calle; la segunda es la clásica casa de corredor, donde los servicios son comunes y la vida se hace en colectividad. A veces, una casita de reducidas proporciones, con dos o tres balcones por planta a la calle, esconde tras su inofensiva apariencia un monstruoso hacinamiento de seres humanos, en patios que se suceden unos a otros y que son otras tantas calles interiores más recogidas y secretas. Del pequeño portal de la casita, vagamente iluminado a contraluz, vemos salir, si nos detenemos algunos instantes,

hombres, mujeres, ancianos, niños, infinidad de niños, y, por si esto fuera poco, carros de mano, bicicletas, tinglados para la venta callejera, tablones, escaleras, braseros, y tantos hombres como salen, entran. Esta hipocresía de las casas madrileñas no es del todo censurable; en primer lugar, porque da a la calle un tono coherente, haciendo que la casa, por muy humilde que sea, presenta al exterior una cierta apariencia, y también por algo más importante y menos superficial: por la consiguiente mezcla de clases que trae consigo”.16 Decimos que la cuestión más importante es saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a la ciudad. Pues

bien, siguiendo la dicotomía “ciudad producto-ciudad obra”, podemos argumentar que la ciudad es fruto del encuentro entre “espacios de renta” y “espacios de reproducción social”. Enfrentamiento que se aprecia, sobre todo, en los Centros Históricos, donde asistimos, con demasiada frecuencia, a actos de posesión social de clase que recurren, para consolidarse como tales, a la desposesión, por expulsión, de los grupos sociales más desfavorecidos, aquellos que, hasta entonces, habitaban en dichos lugares. Construir “espacios de renta”, en estos lugares históricos, supone emprender el camino que conduzca, como primera medida, a


137

(115)

su deterioro previo, con el objetivo de degradar, hasta su liquidación, el “espacio social” que los identifica. Para lo cual, el primer paso es proceder, por medios legales o paralegales, a un proceso de expulsión social y económica. Provocar la degradación, por tanto, como estrategia consentida, como preámbulo necesario que permita justificar la intervención a posteriori que realice el objetivo deseado, es decir, propulsar la “ciudad como producto” desde la liquidación de la “ciudad como obra”. A manera de conclusión. ¿Qué reflexión, por último, podríamos

esbozar, con referencia a alguna ciudad en concreto, que nos retraiga a su condición de “obra”, que nos permita pensarla como algo a lo que recurrir para que, al menos, nos transmita sensaciones perdidas, aunque aniden, tan sólo, en el recuerdo de algo que ya no existe?. Una ciudad que cabalgue por los despojos que deja en su camino la construcción de la “ciudad como producto”, pero donde se aprecie la resistencia a dejar de ser “obra”. Desconsolada tarea esta, ya que pareciera que asumiésemos la imposibilidad del reencuentro con la ciudad como creación humana, y tan sólo nos conformásemos con su recuerdo. La gratitud que despliegan algunas ciudades, sin embargo, nos permite vivir ese recuerdo,

aunque vague por el mundo de las tinieblas, haciéndonos reflexionar a propósito de la “obra” perdida, porque, de alguna manera, nos la está ofreciendo. La “ciudad como obra” está condenada a desaparecer, al menos, está herida de muerte, no así la memoria que rememora su existencia pasada. Don que tienen algunas ciudades en las que conviven estas dos categorías antagónicas: La “obra” y el “producto”, el “espacio de la renta” y el muy maltrecho “espacio de la “reproducción social”, el “valor de uso” y el “valor de cambio”. Esta ciudad no podía ser otra que Roma. En una reflexión, que no descripción, que nos regala el escritor norteamericano,


138

(116)

Nathaniel Hawthorne, nos dice, a propósito de Roma, lo siguiente: “Cuando hemos conocido Roma y la hemos dejado donde está tendida, cual cadáver que lleva largo tiempo en descomposición, que conserva a duras penas la forma noble que tuvo, pero cubierto del polvo acumulado y de hongos que crecen en todos sus rasgos más admirables, la hemos dejado profundamente cansados, sin duda, de sus calles angostas, curvas e intrincadas, tan incómodamente pavimentadas con adoquines de lava que pisar sobre ellas constituye una auténtica peregrinación de penitente, con esa indescriptible fealdad, además, tan fría, tan de callejuelas en las que nunca entra el sol y por las que sopla un viento helado que nos

inyecta ese aliento mortal en los pulmones; la hemos dejado hartos de ver esas inmensas casuchas de siete pisos y pintadas de amarillo, o llámeselas palacios, en las que todo cuanto de aburrido tiene la vida doméstica parece ampliado y multiplicado, y cansados de subir esas escaleras que parten de una planta baja ocupada por casas de comidas, zapateros remendones, establos y regimientos de caballería, continúan hacia una planta intermedia llena de príncipes, cardenales y embajadores, hasta llegar a la planta superior, la de los artistas, situada justo debajo del cielo inalcanzable; la hemos dejado agotados de tanto tiritar de frio al lado de una chimenea triste y llena de humo durante el día, y de

agasajar con nuestra propia sustancia al hambriento populacho de una cama romana por la noche; la hemos dejado con el corazón dolido por las artimañas de los italianos, que han arrancado de raíz toda la fe que pudiera tener uno hasta entonces en la integridad del ser humano, y con el estómago revuelto por el pan agrio, el vino pasado, la mantequilla rancia y las malas artes culinarias, practicadas inútilmente con carnes putrefactas; la hemos dejado asqueados por la pretensión de Santidad y la realidad de Maldad, cada una igualmente omnipresente; la hemos dejado medio muertos a causa de ese ambiente lánguido, cuyo principio vital


139

(117)

quedó agotado hace mucho tiempo o ha sido corrompido por miríadas de carnicerías; la hemos dejado con el alma deprimida a causa de la desolación que transmiten sus ruinas y la falta de esperanza en el futuro que la aguarda; la hemos dejado, en resumen, odiándola con todas nuestras fuerzas y sumando nuestra maldición personal al Infinito Anatema que indiscutiblemente se ha ganado gracias a sus antiguos crímenes; cuando hemos dejado Roma en ese estado de ánimo, nos sentimos estupefactos al descubrir, al final, que nuestro corazón ha quedado unido de manera misteriosa a la Ciudad Eterna y que tira de nosotros para que

regresemos a ella, como si esta fuera más familiar, más íntimamente nuestro hogar, que incluso el lugar en que nacimos”.17 Podemos decir, por tanto, y siguiendo la reflexión de Hawthorne, que la ciudad como “obra” no necesita tanto estar dotada de referencias exclusivas que la vinculen con lo monumental que recala en sus espacios, como con los contrastes que expresa, ya sea entre las realidades antagónicas que nos muestra, las diversidades que destierran lo uniforme, sus rebeliones contra comportamientos estereotipados, aburrimiento frente a diversión. Son las sensaciones que experimentaron Morton y Lucia White cuando, al referirse a Nueva York,

pensaron que “...la Nueva York más nueva era aburrida precisamente en la medida en que habían disminuido sus contrastes sociales; la ciudad era más aburrida porque era menos diferenciada: La gloria de la ciudad es su variedad. Su dramatismo reside en sus extremos”.18 Pensamiento que nos recuerda la observación que, sobre Londres, nos brindaba Henry James: “La impresión de sufrimiento es parte de la vibración general; es una de las cosas que se mezcla con todas las demás para formar ese sonido que le es sumamente grato al enamorado consecuente de Londres: el estrépito del tremendo molino humano”.19 La “obra” remite, por tanto, a categorías


140

(118)

sociales que, en su relación con el espacio, nos permiten recrear encuentros en nuestra memoria, sentir el espacio como algo que incluye, en un sólo acto cognoscitivo, pasados y presentes, remembranza actualizada de la ausencia, caminar por lo desconocido al que se reconoce porque ocupa un lugar en nuestros recuerdos. La “ciudad como obra” es la “ciudad de la memoria”, porque cuenta con el pasado, se produce sin renegar de lo que fue, construye su realidad atendiendo a su historia. Frente a ella, la “ciudad producto” prescinde de su pasado, reniega de una memoria de la que, incluso, ignora su existencia, se sostiene sobre “fundamentas” anegadas en un mar convulso. Entre la “obra” y el ”producto”

media un abismo, el mismo que separa la memoria del vacío, lo que implica sustituir el hecho de sentirse involucrado en la creación colectiva, propio de la “ciudad como obra”, por el individualismo más insolidario, caldo de cultivo de la “ciudad como producto”. Renegar de la memoria, mucho más, de la “memoria colectiva”, expresa una voluntad de autodestrucción, la que está permitiendo liquidar aquella en favor de esta. Si prescindimos de la memoria, muy probablemente, nos quedaremos sin vida, también, sin la ciudad que nos reconoce y en la que nos reconocemos como ciudadanos iguales y libres. “...Si alguna facultad de nuestra naturaleza puede considerarse más sorprendente que las demás, nos decía Jane

Austen, creo que es la memoria. Los poderes, los fallos, las desigualdades de la memoria parecen más manifiestamente incomprensibles que los de ninguna otra de nuestras inteligencias. La memoria es unas veces retenedora, servicial, obediente; otras, aturrullada y endeble, otras...¡incontrolable y tiránica!. Por supuesto, somos un milagro en todos los sentidos... Pero el poder de recordar y olvidar parece un misterio especialmente inalcanzable”.20 A pesar del carácter intangible de todas estas categorías, con las que pretendemos inmiscuirnos en el universo de la ciudad, concebidas, todas ellas,


141

en el campo de la creación literaria, y a pensar que son las más adecuadas para comprender dicho universo, no es conveniente destacarlas, separarlas, del espacio que las soporta, y al que han contribuido a su producción. Ya lo hemos comentado, un grupo, una clase o fracción de clase, no se constituye y no se reconoce, como “sujetos”, más que engendrando, produciendo, un espacio.21 Ahora bien, lo que debemos tener muy en cuenta es que una herida en la ciudad, la eliminación de su caserío tradicional, la desaparición de sus edificios, históricos o no, el desmantelamiento de sus servicios básicos...etc., no implica, únicamente, abrir una brecha en su estructura física, sino que dicha herida descubre aquella otra, más profunda, que afecta a las gentes que la habitan. Liquidar la “ciudad como obra” es, ante todo, desposeerla de su contenido humano. De ahí la fuerza de la literatura para hacernos comprender estos fenómenos, ya que ostenta la capacidad de hacernos sentir lo que constituye la esencia de la naturaleza humana, por tanto, de la ciudad en su condición de “espacio social”. Es lo que nos hace reflexionar Jane Austen, en su obra “La Abadía de Northanger”: “Y qué lee usted, señorita ¡Oh, sólo una novela!, responde la joven, dejando de lado el libro con afectada indiferencia, o momentánea vergüenza....; en suma, sólo una obra en la que se manifiesta la más poderosa de las capacidades mentales, en la que se transmite al mundo el más profundo conocimiento de la naturaleza humana, los más acertados perfiles de su diversidad y las experiencias más vivas de sabiduría y humor, en los términos mejor escogidos de un idioma”.22 Es esta ciudad, concebida como

“obra”, la que es vejada y maltratada por los mercaderes, quienes, al supeditarla a los intereses del capital, la degradan transmutándola en forma de “producto”, desposeyéndola de su “valor de uso”. Y si, a pesar de todo, la “obra” permanece es porque aquel “espacio social” resiste bajo los escombros de la destrucción. Esto es lo que constituye, más que el “espacio construido”, los signos distintivos de lo urbano, y por ello podemos hablar de permanencia de la “ciudad como obra” más allá de su desaparición como espacio físico. Eso sí, siempre que no haya sido quebrantada su memoria, y que la herencia recibida, a pesar de su condición de invitado de piedra, resista los embates de la “renta del suelo”, haciendo que se resienta la “ciudad producto”. La memoria, por tanto, como contracultura del “valor de cambio”, como aliada del “valor de uso”. La memoria no son los monumentos, los palacios o las catedrales, es lo que queda cuando liberamos a la ciudad de aquello que la representa como espacio del poder para que brote, en su lugar, la cultura del pueblo, la única que puede oponer resistencia a las exigencias del capital. Son los rastros de esta cultura popular los que engendran la “memoria colectica”, y es esta memoria la que recrea la “ciudad como obra”. Maurice Halbwachs, en su libro “La Memoria Colectiva”, escrito en 1950, nos dice al respecto, que: “Sin duda, lo específico de una ciudad reside en su diversidad de funciones y de costumbres sociales; pero, mientras que el grupo evoluciona, la ciudad, en su aspecto exterior, cambia más lentamente. Las costumbres locales resisten a las fuerzas que tienden a transformarlas, y esta resistencia lo mejor que permite apreciar es ver cómo, en tales grupos, la memoria colectiva se apoya sobre imágenes espaciales. En efecto, las ciudades se

transforman a lo largo de la historia. A menudo, obedeciendo a yuxtaposiciones, ya sea por razones debidas a una ocupación militar, a una invasión de bandas invasoras, lo que da lugar a que barrios enteros sean destruidos, y no subsistan más que en su estado de ruinas. Los efectos del fuego son devastadores. Las viejas casas se derrumban lentamente. Las calles, en otras ocasiones habitadas par los ricos, son invadidas por una población miserable y cambian de aspecto. Trabajos de edificación, trazados de nuevas calles, implican demoliciones, también, construcciones: los planos se superponen los unos con los otros. Los suburbios que se han desarrollado en torno a las murallas se incorporan a la ciudad. El centro de la ciudad se desplaza. Los barrios antiguos, rodeados de altas edificaciones nuevas, parecen perpetuar el espectáculo de la vida de otras épocas. Pero esto no es más que una imagen de antigüedad, y no es seguro que sus antiguos habitantes, si ellos reapareciesen, los reconozcan. Si, entre las casas, las calles, y el conjunto de sus habitantes no hay más que una relación accidental y de corta duración, los hombres podrán destruir sus casas, sus barrios, su ciudad, reconstruyendo, sobre el mismo emplazamiento, otra ciudad, siguiendo un plan diferente; pero si las piedras se dejan transportar, no es tan fácil modificar las relaciones que se han establecido entre las piedras y los hombres. Cuando un grupo humano vive durante un largo tiempo en un emplazamiento adaptado a sus costumbres, no solamente sus movimientos, también, sus pensamientos se reglamentan sobre la sucesión de imágenes materiales que les representan los objetos exteriores. Suprimid, ahora, suprimid parcialmente o modificad en su dirección, su forma, su aspecto, esas casas, esas calles, esos pasajes, o cambiad solamente el lugar que


142

ocupan uno con relación al otro. Las piedras y los materiales no resistirán ese cambio. Pero los grupos resistirán, y, en ellos, es la resistencia misma, sino de las piedras, al menos de su disposición antigua, lo que os trastocará. Sin duda, esta disposición anterior ha sido, en otros momentos, la obra de un grupo. Lo que un grupo ha hecho, otro puede deshacerlo. Pero el designio de los hombres antiguos ha tomado cuerpo en una disposición material, es decir, en una cosa, y la fuerza de la tradición local le viene de la cosa, de la que ella era la imagen. Tan cierto es esto que, para toda una parte de ellos mismos, los grupos imitan la pasividad de la materia inerte”.23 Es esta pasividad de un pasado que ya no existe, lo que hace que se perpetúe una herencia recibida, imposibilitando una ruptura total con la obra de los que nos han precedido. La ciudad puede cambiar, no así la memoria que recibimos expresada en forma de “espacio social”, de “valor de uso”, siendo éste el que identifica, y el que nos hace reconocer, el ser, y el estar, de la ciudad. El consejo de Alberti, para caminantes por Roma, es elocuente al respecto:

Trata de no mirar sus monumentos, caminante, si a Roma te encaminas. Abre cien ojos, clava cien retinas, esclavo siempre de los pavimentos. Trata de no mirar tantos portentos, fuentes, palacios, cúpulas, ruinas, pues hallarás mil muertes repentinas -si vienes a Roma-, sin miramientos. Mira a diestra, a siniestra, al vigilante, párate al ¡alto!, avanza al ¡adelante!, marcha en un hilo, el ánimo suspenso. Si vivir quieres, vuélvete paloma; si perecer, ven, caminante, a Roma, alma garage, alma garage inmenso.

NOTAS: 1 Ver, Campos Venuti, G. “Urbanistica e Austerità”, Milán, Feltrineli, 1978; Berlinguer, Enrico. “Austerità: Occasione per trasformare l’Italia”. Conclusiones al Congreso de los Intelectuales, Roma, Teatro Eliseo, 15 de enero de1977. 2 Cataneo, Pietro. “I cuatro primi libri di Architettura di Pietro Cataneo Senese”, 1554. 3 Ver, Portoghesi, Paolo. “Roma Barocca”, Roma, Bestetti, 1966. 4 Ver, Insolera, Italo. “Roma Moderna. Un secolo di storia urbanistica”. Turí, Einaudi, 1971 5 Patte, Pierre. “Monumens èrigés a la gloire du Roi”. 1764 6 Ver, también, de Pierre Patte, “De la maniere la plus avantageuse d’aclarer les rues d’une ville pendant la nuit, au combinant ensemble la clarté, l’economie et la facilité du service”. París, 1763

Madrid, Revista de Occidente, 1951. 17 Nathaniel Hawthorne, Nathaniel. “El Fauno de Mármol”, escrita en 1860, edición española de Planeta, Backlist Clásicos, Barcelona, 2010. 18 White, Morton y Lucía. “El Intelectual contra la Ciudad”, Buenos Aires, Infinito, 1967. La primera edición es de 1962, MIT. 19 James, Henry. “Londres”, edición española de Alhena Media, Barcelona, 2007. Texto original “English Hours”, escrito y recopilado en 1905. n española,osa al Mncia, 2000. La novela fue escrirta en 1913. 20 Austen, Jane. “Mansfield Park”. Primera edición 1814. Edición española de Alba Editorial, Barcelona, 2003. 21 Ver, Lefebvre, Henri. “La Production de l’espace”. París, Anthropos, 1974

7 De las “Memorias” de Haussmann, editadas en París, en 1890/93

22 Austen, Jane. “La Abadía de Northanger”, Barcelona, Alba Editorial,1996. Terminó de escribirse en 1803, editándose trece años después.

8 Solá-Morales, Manuel. “Los Ensanches I. El ensanche de Barcelona”. Escuela de Arquitectura, Laboratorio de Urbanismo. 1978.

23 Halbwachs, Maurice. “La Mémoire Collective”, París, Les Presses Universitaires de France, 1967. Primera edición de 1950.

9 Ver, Marx, “El Capital. Crítica de la Economía Política”. Volumen I, Sección Tercera “La Producción de la Plusvalía Absoluta”. Capítulo V, “Proceso de Trabajo y Proceso de Valorización”. I El Proceso de Trabajo. Edición del Fondo de Cultura Económica, México, 1946. Octava reimpresión, 1973 10 Ver, Álvarez Mora, Alfonso. “La Ciudad del Capital y la Urbanística del Movimiento Moderno”, en Congreso “Encontros do CEAA/7. Apropiaçoes do Movimento Moderno”, organizado por la Escola Superior Artistica do Porto y el Departamento de Proyectos de la UVA, Zamora, 2012. 11 Ver, Rev “Urbanistica”. “Assisi:Salvaguarda e Rinascita. Il Piano Regostare Generale di Asisi e i Pian Particolareggiati ”. nº24-25. 1958 12 Eurípides, “Las Fenicias”. Escrita hacia 411 a. C. Edición española, “Esquilo, Sófocles, Eurípides. Obras completas”, Coordinador Emilio Crespo, Madrid, Cátedra, 2008 13 Ver, Balzac, Honoré de. “Grandeza y decadencia de César Biroteau”, edición española , Ediciones del Azar, Barcelona, 2003. La obra fue escrita en 1837. 14 Ver, Lefebvre, Henri. “La Production de l’espace”. París, Anthropos, 1974. 15 Ver, Harvey, David. «Notes pour une théorie du développement géographique inégal», en Géographie et capital, Syllepse, 2010. 16 Ver, Chueca, Fernando. “El semblante de Madrid”.

FUENTES: (103-118) Imágenes preparadas por el autor para acompañar su conferencia.


143


144


145

Sesión 3 UNA PERSPECTIVA DOCENTE José Luis Gómez-Ordoñez Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio (jubilado) Escuela de Arquitectura y Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos Universidad de Granada


146


147

UNA PERSPECTIVA DOCENTE

Muchas gracias por haber sido invitado a compartir este rato con vosotros. Visitar Toledo es siempre agradable y acepté encantado y, tengo que confesar, sorprendido por la noticia de que existía aquí una Escuela de Arquitectura; la verdad es que ya llevo unos tres años fuera del mundo académico español, al cual he dedicado toda mi vida profesional como docente. La invitación me hizo ilusión y le pedí a José Mª (Ureña) que me permitiese adoptar, ante el tema que proponía, una posición o perspectiva docente. Porque lo que aquí se ha discutido a lo largo de todo el día es susceptible, como habéis podido comprobar, de ser mirado de muchas maneras, según interroguemos a los planes-proyectos desde la discusión teórico-práctica internacional, desde la administración del urbanismo, desde la(s) práctica(s) profesional(es), incluso según el lugar de España que consideremos…. Yo prefería presentar un enfoque que, como veréis, tiende a desvanecer las diferencias y la problemática principal de la relación entre planes y proyectos que aquí, en las intervenciones precedentes, se ha suscitado. Y doy comienzo a mi exposición dando las gracias a Alfonso Alvarez Mora por sus precedentes palabras, y refiriéndome al principio y el final de su docta conferencia sobre Roma. Empezó hablando de una confusión cuyo origen atribuye al olvido, por parte del Urbanismo,

José Luis Gómez-Ordoñez

de la ciudad, para ceñirse o centrarse en los instrumentos con los que cada profesión aborda ese objeto, o sea, abandonando un poco el objeto mismo. Pero, yo creo que este desplazamiento, amigo Alfonso, es comprensible en la misma medida en que la naturaleza se vuelve paisaje, haciéndome eco de otra idea formulada en este debate; efectivamente, esta mañana se decía aquí, que el paisaje aparece como resultado de la mirada del artista, como resultado de una determinada mirada; verdaderamente, es la mirada atenta del observador la que pone un poco de orden en ese infinito complejo y caótico que es la naturaleza. El paisaje es una reducción abarcable y comprensible de la globalidad, citando textualmente un librito precioso, que os recomiendo, de Georg Simmel “Filosofía del Paisaje” (originalmente publicado en alemán en 1913); el paisaje es una ventana que se abre, una mirada concreta que se fija, y por supuesto, es un punto de vista. Y tal punto de vista, y tal es el motivo de la cita en la discusión que aquí mantenemos, no es otro que el método o el instrumento de la disciplina con que se mira. Por otra parte, al final de la conferencia, ha aludido al punto de vista del poeta Alberti, que viene a proponer, para mirar a Roma, descargarse del fardo de las disciplinas, como nos ha pedido el conferenciante, instando así a la renovación del urbanismo


148

desde el abandono disciplinar. A mi juicio, creo que resulta hoy inevitable para abordar la ciudad esa diversidad de enfoques y, por tanto, las miradas disciplinares específicas y múltiples. Sobre la perspectiva de los saberes, reflexionaba muy sabiamente el historiador Fernand Braudel en los años 1960’s cuando, desde su posición integradora, hablaba de la inevitable diversidad y separación crecientes de las ciencias sociales, viniendo esta reflexión de un hombre tan ilustrado y acostumbrado a transitar entre ellas, produciendo admirables síntesis, muy sensible a este fenómeno de especialización (la antropología, la filología, la economía, la sociología…); Braudel, y el grupo de los Annales, que había intentado hacer una historia global, admitía como ineludible y necesaria tal

segmentación y profundización. Pero, decía, ¡cuidado!, no olvidemos la necesidad de miradas transversales y de actitudes de recomposición de la unidad perdida; de que esos territorios (áreas especializadas) dialoguen entre sí y, por tanto, den un paso adelante en su reconocimiento mutuo. Hago mía esta actitud en el campo del urbanismo y propongo la conciliación entre la mirada a la ciudad compleja y global y la que enfocan los instrumentos que tienden a intervenir en ella desde diferentes perspectivas. Más cultura para la técnica. Por otra parte, viniendo a la Escuela de Arquitectura de Toledo, uno se encuentra con una ex-fábrica de armas, y ésta, supongo, es una imagen que será muy referida en vuestras conversaciones. Que

la Universidad esté en una Fábrica de Armas, que sea un instrumento de combate me parece fantástico, es una invitación a que la cultura, que aquí se cultiva, las ilusiones que aquí se germinan, sean un instrumento de modernización, y cuando digo modernización, quiero decir también un instrumento de consideración de la tradición, un instrumento de humanización y de progreso del hombre. Un término, también de combate, me ha asaltado, cuando a la entrada de la Escuela de Arquitectura veo ese barco que tenéis en el hall, fabricado por vosotros, que me ha remitido a la memoria de Ernst Bloch, y de la bonita referencia que hace en su libro “El principio esperanza”, -en tiempos menos cambiantes que ahora, pero él ya veía esta velocidad vertiginosa de cambio a mediados del siglo XX -, hablando de la necesidad de disponer adecuadamente las velas para enfrentar el vendaval de la historia, es decir, la necesidad de inscribir y pensar, en ese contexto, la acción del hombre. Propondría por mi parte que aplicásemos esta observación a nuestro oficio de enseñar, a nuestra actitud en la Universidad, que nos adiestremos en saber poner las velas ante vientos cambiantes en la historia. Lo que aquí se enseña es una práctica de navegación en un mar, en un territorio, que nos va a resultar desconocido mañana; el futuro es, efectivamente, un territorio desconocido y, obviamente, ustedes no están adiestrándose en la Escuela de Arquitectura para conocer lo que la inercia del pasado nos ha traído hasta hoy, ustedes están instruyéndose para combatir por un futuro distinto y mejor. Y esta es una misión, como indicaba Habermas, con otro término


149

de combate, propia de las vanguardias; decía este filósofo que el olfato, la anticipación del futuro, es un rasgo de las vanguardias. De hecho, el término vanguardia en el arte ha venido siempre asociado a manifiestos combativos, a la destrucción de lo antiguo, a la de desprenderse, con esa intención positiva de ir adelante, del cansancio de una esperanza siempre desengañada. Con este ánimo he entrado yo en este debate y en esta Escuela, y con esta sensación de agradecimiento ante la propuesta aceptada de reflexión sobre nuestra actividad de enseñar. Aún una observación, desde el objetivo general del coloquio (por no eludir la cuestión que se ha planteado y no ser tildado de escapismo) de pensar el Urbanismo sobre/desde los instrumentos de Plan y Proyecto: en mi opinión, todas las referencias que se han hecho en este debate han sido, en todos los casos, sobre proyectos arquitectónicos, unos de escala más pequeña y otros de escala más grande, pero el proyecto urbano no se ha abordado en ningún caso y pudiera haber resultado confundido con un proyecto de arquitectura grande. Y conviene destacar que un proyecto urbano es otra cosa, un proyecto con más incertidumbres, de programa menos definido y flexible, con muchos actores, de tiempo más largo, proyecto del cual se diseñan los inicios, que tienen más que ver con el Plan, y se diseñan elementos fundamentales cuyo final no se conoce y no se anticipa, se diseñan procesos…De este proyecto se ha hablado aquí poco o nada; hemos hablado poco del tiempo y el manejo disciplinar requiere la comprensión de los espacios-tiempos, no hay espacio y

épocas por separado, hay espacios-tiempos. En mi práctica docente, naturalmente, por exigencias de los planes de estudio, he tenido que torear este toro, aun no creyendo en él; porque para mí lo esencial de la actividad docente, y de ello me voy a ocupar más adelante, son sus componentes pedagógicos, siendo una práctica de diálogo con los alumnos, por la que ahora mismo me gustaría abogar como actitud fundamental y, sin embargo, muy ausente en nuestras aulas y en nuestras universidades y que creo que debemos recuperar. Pero creo que, dentro de esa práctica, Proyecto, Proyecto Urbano, arquitectura de la escala que sea, Proyecto o Plan urbanístico, son términos circulares, concatenados, que interactúan, y que hoy, en procesos administrativos contemporáneos, en muchos países, hay una

actitud ante el Urbanismo y la Arquitectura, de la que notables arquitectos, en las revistas más acreditadas, hablan como de refundación de la arquitectura, así como de “nuevos urbanismos”. Y la constatación de esta necesidad de rehacer los términos en los que venimos pensando las cosas hasta final del siglo XX, significa que ustedes- y me refiero particularmente a los jóveneshan de refundar y reorientar todas estas discusiones. Hay términos que conviene estudiar bien, conviene conocer bien su pasado, pero es para inventar ese futuro que dé respuesta al tiempo que les toca vivir. Experimenté, no hace mucho, una preocupación por la vida escolar, por la pedagogía, (yo he sido profesor toda la vida, mi padre fue maestro de escuela y a


150

él si le había oído hablar de ello, pero yo no había pensado antes en la pedagogía por creerla ajena a la enseñanza universitaria). Hace una década fui invitado a hablar en una reunión de profesores de un colegio de enseñanza media y, preparando esa intervención, advertí cuánto las reflexiones de los grandes pedagogos del último siglo, de los fenómenos de nova-escolismo, son pertinentes para la enseñanza universitaria. No me refiero a esos cursos que la tecnocracia universitaria inventa y exige, los CAP, los CUP…, esos llamados cursos de capacitación docente, sino al pensar en la relación profesor-alumno, pensar en el aula, pensar en el diálogo, en el espacio para el diálogo que el aula supone. Los diálogos de Platón, que fundó la Academia y, ¿ saben ustedes que duración tenía su plan de estudios ?: creo que eran 35 años,

y ello era así porque esa era la diferencia de edad que tenía él con Sócrates, que era su maestro, y por eso hablaba de 35 años, que esos eran los años que Platón pensaba que le iba a costar, desde que dejó las enseñanzas de su maestro, llegar a saber tanto como él, llegar a su vez a ser maestro. Esa era la Academia de Platón que después Aristóteles, su discípulo, transformó en Liceo; liceo quiere decir “lugar donde mora el lobo” y así se llamaba la institución docente de Aristóteles; me hizo sonreír este descubrimiento de que Liceo tiene que ver con lobo, lo que debe aludir, si hay algún humanista aquí lo sabrá mejor que yo, supongo a la función transformadora por la enseñanza del hombre-lobo en un hombre cultivado, un hombre que vive en sociedad, o de la arboleda caótica- el lucus- en un jardín ordenado.

A lo que iba es a resaltar esta condición de que la vida escolar es diálogo, como el que Platón instituyó en la Academia; es decir, esta interacción entre reflexiónpalabra-acción y que quiere decir que la enseñanza no consiste en transmitir palabras del que supuestamente sabe al que no sabe, sino que es ayudar a que el estudiante de la Academia encuentre sus propias palabras sobre las que fundar y narrar su propia experiencia. Y, nuestra Universidad está llena de actos dictatoriales de los docentes, de los que saben mucho y de los que sabemos menos, carentes de disposición al diálogo. En los diálogos platónicos, muchas veces, Platón formulaba algo, una idea, exclusivamente con las ganas de ser contradicho, de fomentar el hábito dialéctico, de oposición y contraste con el otro, pero ello exigía absolutamente una Escuela sin tarima de realce para el profesor, cómo solo se da hoy en las guarderías. De alguna forma, ese plan de estudios de 35 años me hace pensar en que nos equipara a los párvulos, algo que ha dicho Edgar Morin: estamos en una espacie de inicio de una nueva era, la del Antropoceno, y como especie, apenas somos niños en esta era. De los más viejos a los más jóvenes, nos cambia un poco la edad, pero somos igualmente niños ante un mundo que adviene novedoso o que queremos nuevo o dotar de nuevos valores. Hoy no, hoy se le llama a esto, tecnocráticamente, la educación permanente, lo cual es la negación de lo que desearíamos instaurar. Con educación permanente quiérese decir el aprendizaje continuo de cosas que sustituyan a otras cosas, ese ir llenando la casa de muebles. Pero el aprendizaje al que nos referimos es otra cosa que el aprender conocimientos,


151

es una actitud de diálogo que nos va a capacitar, que debemos asentar, para toda la vida, que es esta actitud crítica, reflexiva y atenta y tal es la que debiera cultivarse en el aula, una actitud de diálogo que debe caracterizar a todos los niveles de la enseñanza. Paulo Freire, un pedagogo brasileño contemporáneo, insistía en esto mismo, en esta supresión de la tarima, como se hace en las escuelas de párvulos, y en ayudar a cada persona a encontrar su palabra, bebía de Platón; he dado un salto para que no parezca que me refugio allá en la antigüedad clásica, y Paulo Freire, una persona recientemente fallecida, insistía en la misma idea. Para Edgar Morin, del que ya he hablado, enseñar es enseñar a afrontar la incertidumbre, los riesgos, los errores y los cambios, es decir, enseñar es transmitir cómo colocar las velas frente a un territorio incierto, capacita al estudiante, lo familiariza con situaciones que desconoce, no le transmite seguridades, falsas seguridades que luego se desmoronan, sino esta ilusión que se ha de alimentar en las Escuelas o Facultades (que mientras no se invente algo mejor han de continuar existiendo) desde su condición de ser centros de vanguardia, de no dejarse abatir por los tecnólogos de la educación y por las corporaciones profesionales; ojalá hubiera y tuvieran a su disposición los “vicerrectorados de calidad “, aparatos medidores de la ilusión de los que habitan una Facultad; de la ilusión, de la energía, de un estado de ánimo positivo, del proceso de adquisición de autoconfianza. Porque sabemos todos que, en ocasiones, la enseñanza es más bien una actitud de desprecio al que no sabe y hay muchos

estudiantes que realmente se derrumban porque encuentran en el maestro una actitud despreciativa hacia su supuesta ignorancia… Hemos de pensar en esto. Boaventura de Souza, es un epistemólogosociólogo portugués extraordinario, si no lo han leído ustedes se lo recomiendo, que habla de la educación contra la ceguera del conocimiento. Atribuye al conocimiento, o sea, a la sensación de certidumbre, una condición de ceguera, porque precisamente aniquila esa disposición a lo nuevo, esa disposición al futuro. Souza habla mucho de la porosidad entre saberes, de una ecología de saberes, de la exigencia de liberarse de las rigideces disciplinares y hace el elogio de practicar “la docta ignorancia”, término que toma de algún filósofo medieval, es decir, que los maestros lo sean en este “no sé nada”, no sé qué se va a encontrar usted, pero vamos a trabajar juntos para que usted sea fuerte cuando vengan esas tempestades adversas, y sepa maniobrar las velas para hacerles frente. Más citada es la llamada a la imaginación, a la valoración de la imaginación por encima del conocimiento, atribuida a Einstein. Vivió media vida para adquirir conocimiento y dedicó la otra media a aniquilarlo, cambiándolo por imaginación. O la referencia a Walter Benjamin y su elogio de la creatividad que, para él, surgía del aburrimiento; si la creatividad surge del aburrimiento ¿dejamos tiempo a los estudiantes en nuestras escuelas y facultades para el aburrimiento? Habría que ganar espacio para ello, no en poca medida desde la desobediencia, que también está bien que se adquiera la experiencia de que las conquistas se hagan desde la rebeldía. En verdad, los planes de estudio son realmente

aniquiladores, lo cual digo considerándome partícipe en esta aniquilación, porque he sido de los profesores que ha exigido para el Urbanismo más créditos – la verdad es que para evitar que otros mandarines se los apropien- en lugar de buscar tiempos muertos y de enredar al alumno en la ilusión de organizar su currículum con unas ofertas libremente elegidas de profesores que le adiestren en esa navegación. Otra persona en la que se encuentra una referencia interesante es Michel Serres, que ha fallecido recientemente, un filósofo francés de larga trayectoria americana, menos conocido en Europa que en América, pero una persona tremendamente inteligente, irónica y humanista. En uno de sus libros improvisa un diálogo en el que hace intervenir a Sancho Panza y Don Quijote y también a Pulgarcito, para reflexionar sobre lo virtual y la realidad, y toma partido claramente por lo virtual y por la raíz común de las palabras virtud y virtual. La virtud de lo virtual frente a la realidad. Lo virtual como una potencia en acto, no como un acto en sí, sino como una potencia latente, como una potencia de hacer, más que como una acción. Es por esto que él, que es filósofo y sociólogo, sitúa mucho más ventajosamente para el aprendizaje que a la filosofía y a la sociología, a la literatura, a la que considera más potente: la literatura es más influyente en la formación de las personas porque opera en la imaginación de lo posible, por tanto, no de lo real, que, por otra parte, no se va a repetir, sino de lo posible, lo imaginario, lo latente potencialmente, lo virtual que puede advenir; y la literatura es maestra en esa anticipación de posibilidades, en situarnos ante esas opciones.


152

También es pertinente la cita de John Dewey, que hablaba de la experiencia; la escuela como experiencia de vida. La educación es enseñar para la vida, esto lo han repetido muchos pedagogos. Así lo hemos entendido siempre para los niños pequeños, pero es que hoy los mayores estamos, como ya se ha dicho, en una equivalente situación de pequeñez, en cuanto a nuestra incertidumbre sobre el futuro. Pero, ¿qué puede entonces transmitir un centro donde se cultive la ilusión ante la incertidumbre y la práctica de la innovación?; precisamente, el valor está no en ese algo que ensayamos y enseñamos, esa práctica u oficio del que tenemos una primera -y previa a la real- experiencia, en el proyecto o en el plan o en el proyecto urbano que trabajamos en la Academia, sino en la experiencia en si misma. En tener una experiencia “de algo” porque lo que va a valer después es esa experiencia, no el algo, que habrá cambiado, sino esa actitud de experiencia, de actitud, de descubrimiento, de diálogo ejercitado en la academia. Creo que debo ir terminando estas reflexiones una vez transmitido lo esencial que quería decir que es abogar por un cambio capaz de superar la dramática ausencia de valores pedagógicos en nuestra universidad. Más necesario, aún, cuando cada vez más se refuerza la exigencia de la enseñanza profesional, la transmisión de conocimientos para ejercer el oficio, eso sí, permanente, salga usted de aquí y esté continuamente aprendiendo, incorporando muebles de los que se deshará al día, al año siguiente. No se vaya a mundos imaginarios, a hacer invenciones superfluas. Esta mañana, toda la energía con la que se expresaba Javier Bernalte, al que inmediatamente se le achacaba una violencia en su destrucción, su quema de las ordenanzas, era percibida por mi parte como una positiva invitación,

no a la destrucción de la ordenanza, (que está claro que ha de ser sustituida por otra ordenanza, no podemos estar ante un vacío), sino a la adopción de una actitud de continua renovación y de modernización de cosas viejas, así como de aprovechamiento de eso viejo válido, de ese construir el futuro asentado en aquello del pasado que es capaz de conectar con el futuro. Esa luciérnaga que brilla potentemente porque ahí de repente hay una conjunción de pasado y futuro. Esta es la historia que nos sirve para el futuro, el pasado que nos sirve para el futuro; el otro pasado que no es capaz de ponerse en sintonía con el futuro, tirémoslo, dejémoslo un poco en el cementerio de las cosas de la memoria. Pero hay cosas del pasado que en un momento dado vienen a la mente del hombre porque iluminan su futuro, esa es la historia necesaria y fecunda, sobre la que los pasajes de Benjamin nos ilustran. Modernidad y tradición, en ese sentido, son también términos de un hermoso hermanamiento, no de oposición inevitable y estéril, busquemos sus confluencias. Yo creo que también, en la distinción propuesta por Alvarez Mora entre la ciudad como producción y la ciudad como obra, hay que contar con los instrumentos de trabajo; todos llevamos dentro, el demonio y el ángel, y en esa dialéctica nos hemos de mover. Y en esa síntesis, de cara a un nuevo avance de la humanidad, en el cual, desde luego, no hay que dejar de creer, tengamos presente, como grandes pensadores afirman, que lo que vivimos hoy es una crisis de valores y de pensamiento, ante la que las utopías, aunque ya mostraron su inutilidad, son más necesarias que nunca, citando una reflexión de Claudio Magris, por más que sepamos que no se van a realizar. Construir esta actitud ilusionada en el aula, que no quiere decir ilusa, sino cargada de energía, que requiere una redefinición de los papeles

de profesor y alumno, una redefinición también de las Facultades, que no creo que puedan ser aniquiladas, pero si limpiadas de sus muebles viejos, y para la que, seguramente, hay que abordar nuevos diálogos, -como se está haciendo en parte, forzados por la historia- pero que, si somos sensibles, anticiparemos en años; ganaremos mucho en esa lucha de resistencia contra las rutinas del pasado si disponemos las velas en relación con el viento y sabemos conectar con otras disciplinas como la antropología, la sociología, la geografía y la historia... Porque debemos abogar, en nuestro diálogo docente, por una mayor interacción de las disciplinas, desde la capacidad de integración cultural que tiene el urbanismo; porosidad y humildad, reclamaba, otra vez Braudel, para las ciencias humanas, comparando las disciplinas y las profesiones con las nacionalidades- con sus blindadas fronteras- que luchan por apoderarse unas de otras para agrandar sus imperios. En el momento en que hablaba- la década de los 60´s- era la historia la que se sentía amenazada, pero en décadas anteriores era la historia la que había ejercido de imperialista respecto a la sociología, la economía y la filosofía. Y respecto a la humildad, al reconocimiento de lo que nos pueden enseñar los otros, que es un principio básico de la crítica y del diálogo frente a la seguridad en el refugio disciplinar, cabe recordar que -humildad- tiene la misma raíz que humus- lo he aprendido de Michel Serres- y humus es el germen nutricio de donde brota la vida.


153

Con respecto a la cuestión que me ha sido planteada hace un momento acerca de la enseñanza del urbanismo a los arquitectos y a los ingenieros, matizo que porosidad y humildad no están reñidos con el digno habitar en nuestra cabaña, y manifiesto que defiendo que se enseñe a los ingenieros un urbanismo que interpele sus prácticas profesionales pasadas, actuales e imaginadas para el futuro, y que dialogue con otras materias de sus planes de estudios y ello es así porque el objetivo debe ser ilusionarlos -a los ingenieros- con su futuro, con un futuro incierto, fortalecer en ellos la convicción de que la sensibilidad urbana, el amor a las ciudades, es su contribución a la mejora de la vida de los hombres. Y el urbanismo “para arquitectos” exigiría objetivos similares estando las diferencias en la necesaria integración y armonía con otras materias de su específico plan de estudios; en ambos grados lo que no se puede implantar es un urbanismo que los estudiantes consideren extraño al conjunto de su formación. Una razón más para que proyecto de arquitectura y proyecto urbanos sean versos diferentes de un mismo poema. Cabe ya concluir estas palabras. Y lo hago proponiéndoos la lucha, en la Fábrica de Armas de Toledo, por una nueva enseñanza, una enseñanza de vanguardia, de una arquitectura sensible con la ciudad como obra, tal que la experiencia de este enseñaraprender sea una tarea apasionante para todos. Con mis mejores deseos para este quehacer, os doy las gracias por vuestra invitación y vuestra atención.


154


155

Sesión 3 EL DEBATE Alfonso Alvarez Mora Javier Elizalde José Luis Gómez Ordoñez Miguel Jiménez Gotán Alvaro Marcos Luis Moya Eduardo Ruiz de la Riva José María Ureña


156


157 TERCERA SESIÓN EL DEBATE

Alfonso Alvarez Mora Quizás puedo empezar yo este debate, porque me ha parecido muy conmovedor lo que nos ha dicho José Luis. Digo muy conmovedor porque a mi me ha recordado (aunque no hace falta recordármela) la lucha desde el inicio como profesor que yo he tenido con mi mismo, y que he intentado transmitirlo a mis compañeros. Siempre luchando, no se si en Madrid de estudiante o recién graduado ya empecé a decirlo en Valladolid seguro, que la enseñanza dentro de las Escuelas de Arquitectura, como las que conocemos, tiene como cometido fundamental crear oficio, y el oficio no hay que crearlo. Si tu creas oficio esa persona solo va a saber hacer eso, y sin embargo, si tu le creas pensamiento, o la posibilidad de que pueda pensar, va a poder hacer muchas más cosas. Es una lucha constante que yo he tenido con mis compañeros, p.e. es que tienen que saber como se hace una alineación, pero si es que eso lo van a aprender tarde o temprano, si es que van a aprender a hacer un proyecto si me apuráis. Pero lo que no van a aprender nunca es a adoptar una posición frente al proyecto. Creo que hila con lo que dices (José Luis Gómez Ordóñez) y creo que este es uno de los aspectos que más desequilibran las enseñanzas en nuestras Escuelas. Además, no tiene solución, se va a seguir creando oficio, p.e. hay que hacer el proyecto acabado

con todo, pero es que le estás pidiendo a un estudiante que solo sepa hacer lo que ha hecho y ha entregado al profesor y le estás mermando todas sus posibilidades de poder hacer otras cosas. Quisiera enfatizar el drama personal que yo he tenido con esto durante toda mi carrera académica. Luis Moya A mi me han parecido también dos charlas interesantísimas, las de Alfonso y José Luis, y muy complementarias de las más profesionalistas de la mañana, que hemos ido más a lo que era la profesión. La visión de Alfonso creo que lo ha complementado muy bien, porque ha introducido algo de lo que no hemos hablado esta mañana, que son las cuestiones de producción de la ciudad, de la renta, es una visión bastante marxista clara y yo creo que imprescindible también para entender la ciudad y donde estamos y luego poder actuar con sentido, porque si no nos van a engañar seguro. Por cierto, un recuerdo a Fernando Roch que también estaba en esta línea, que es un amigo nuestro que ha fallecido. Por otra parte, lo de José Luis, desde un punto de vista filosófico más general y abstracto, y también me parece que es complementario. Yo tengo duda de cuando hay que aplicar ese tipo de enseñanza dialogante, de hacer pensar al alumno y no darle una


158

enseñanza profesional; yo creo que eso está dependiendo mucho de la edad, y yo lo pregunto porque no lo tengo claro. Yo creo que la enseñanza anglosajona se basa en que la enseñanza universitaria en muy general, porque yo no se si les hacen pensar, pero hacen teatro, hacen mucho deporte, en resumidas cuentas, hacen muchas cosas que no están vinculadas con el centro de su aprendizaje (la literatura, la medicina, etc.) y con lo que luego van a hacer, y sin embargo, cuando terminan esos estudios, su sino es entrar en una empresa en la que le van a decir exactamente lo que tienen que hacer (contabilidad, vender, etc.). Entonces, a mi me ha parecido que es un sistema un tanto peligroso, porque es una profesionalidad a la carta la que te da luego la gran empresa. Esa es la cuestión que quería plantear. Cuando nosotros éramos jóvenes y estudiábamos, yo recuerdo que los profesores nos trataban de enseñar una profesión lo mejor que podían, y yo estoy bastante contento, sobre todo de algunos profesores, y luego, nos dejaban tiempo suficientemente libre, no nos agobiaban, porque desde luego lo de las prisas es el mal de la época. Las prisas, perdonad que sea radical, es la forma para hacer que la gente no piense (las prisas que se queden en Wall Street para los negocios), pero las prisas para el desarrollo intelectual me parecen lo contrario. Entonces cuando nosotros estudiábamos, no había tanta prisa y nos daba tiempo a hablar muchísimo, a ir al cine y hacer cine fórum, a ir a conferencias, en definitiva, a ir a cientos de cosas donde desarrollábamos ese tipo de enseñanza que no nos daban en la Escuela, pero yo creo que íbamos a por todas. Además, yo siempre me apoyo en Ortega y Gasset que decía que la universidad debía hacer profesionales. Planteo esto, José Luis, para que me contestes en función de lo que tu decías ahora.

José Luis Gómez Ordoñez No se si has sido tu mismo u otro compañero esta mañana que ha hablado de esos años de parvulario, desde primero de carrera hasta quinto, por seguir con la analogía que he propuesto, donde se deben poner los fundamentos de una experiencia de la vida, de esa vida incierta del futuro, en esos pocos años, en los que asientan esas actitudes. Efectivamente, en los últimos cursos porque la legislación obliga, y en el postgrado sobre todo, además porque vienen muchos estudiantes que están en la práctica profesional, p.e. arquitectos municipales. Qué he hecho yo por ejemplo en el master de urbanismo que organicé en Granada?, no les decía quemen ustedes las ordenanzas, pero si les decía por ejemplo, vamos a ver como hacen los planes en Francia, vamos a ver su ley del suelo que se llama para la solidaridad…, vamos a ver las diferencias que hay entre unas comunidades y otras, etc. Les hacía ver que las cosas que en su práctica profesional tienden a ver como inamovibles (la ley andaluza de ordenación del territorio, por ejemplo) y con su sobrada intuición de que aquello no está dando buenos frutos. Pero cuando les muestras que hay otras situaciones, es una manera de decirles que las ordenanzas no son inamovibles. Además, ha habido planes que han inventado las leyes, no siempre los planes se hacen después que las leyes; la primera ley del suelo nació del Plan Cerdá, ósea en este caso es el Plan el que inventa la ley. También hay casos de proyectos que son previos al programa, que hay una interacción continua entre proyecto y programa; el proyecto son multitud de dibujos que ayudan a discutir con la gente y ayudan a ir concretando el programa; incluso en el tiempo, a lo mejor hoy se decide y dentro de dos años se revisa. Es decir, esta familiaridad con la flexibilidad

también se puede conseguir en los niveles altos. Esa práctica profesional la he abordado, pero tendiendo a reforzar las actitudes renovadoras en esos profesionales que, por otra parte, vienen buscando oxígeno a la Universidad; cuando un profesional se matricula en un Master viene de alguna manera, lo confiese o no, pidiendo líbreme usted de la rutina, ayúdeme a salir de este pozo donde me he metido. Plan Proyecto en cuarto y quinto de la Escuela de Arquitectura de Granada, la exigencia del Plan de estudios era dedicar un año a la planificación general (municipal); que promoví, pues puse en práctica, haciéndome cargo de los dos cursos, en cuarto inventarnos unos proyectos en un territorio, libres de vínculos (como alguien ha dicho aquí) de ordenanzas (lo más libres posibles) y que habían dado al alumno satisfacciones -de buscar el lugar donde la ciudad necesitaba mejorar, los lugares donde la acupuntura pudiese ser efectiva- y, en el curso siguiente, les decía ahora vamos a darle forma de Plan a esto, vamos a hacerlos posibles con los reglamentos que tenemos; lo cual les llevaba a unos ejercicios en ciertos casos de modernización de los reglamentos y también de no oponer el termino Proyecto al término Plan, que era una dislexia que no me gustaba; porque los buenos arquitectos abominaban de los Planes y los que no les gustaba la Arquitectura abominaban la arquitectura y, enamorarlos de las dos cosas a la vez era mi compromiso. Primero, segundo y tercer cursos yo creo que las palabras Plan y Proyecto no las mencioné nunca, el objetivo era ese cultivo de mirar la ciudad, mirar su historia, mirar otras ciudades, ir enriqueciendo un poco la cultura urbana de los estudiantes,


159

despertar el amor por la ciudad. Tengo que decir que recientemente, se lo decía antes a un compañero, conseguí que la Escuela de Granada enseñara cine, el cine no forma parte de la formación del Plan de Estudios, tampoco como una optativa, pero hay alumnos a los que les dan unos créditos por estudiar el lenguaje y la realización fílmicos porque son procesos que tienen mucho que ver con el proyecto arquitectónico. ¿Qué quiero decir con esto?, que cualquier instrumento que muestre un proceso productivo complejo (no enseñábamos las clásicas películas del cine sobre un arquitecto, la vida de un arquitecto, la casa de la cascada..) es interesante, cualquier cosa, yo creo que el aula está hecha para introducir en ella ilusión, y los estudiantes tienen tanto que decir como el profesor. El profesor tiene más experiencia y, seguramente, tiene que saber desaparecer y dejar la escena en determinadas situaciones. Todos los docentes hemos tenido la experiencia de lo difícil que ha sido para nosotros decidir el ejercicio que ibas a poner a los estudiantes (si empezábamos el 1 de Octubre -ahora se comienza antesyo ya estaba preocupado a principios de Agosto). Creo que es una decisión importante, proponer un tema de trabajo, proponer el tema de diálogo, dibujar la escena en la cual los iba a comprometer; esto es una responsabilidad importante del que lo propone; ahora, después, una vez que los estudiantes dicen “me comprometo”, el curso ya va solo. El curso lo alimenta la gente que pone allí su energía, su talento, sus ilusiones. Pero si, todo está entre la ley y la transgresión, entre la obediencia y la desobediencia, yo es la experiencia personal que he tenido y que puedo presentar.

Alfonso Alvarez Mora Desde mi experiencia, imparto una asignatura durante los últimos 15 o 20 años que se llama “teoría de la ciudad”, la comprensión y el entendimiento de la ciudad a través de sus procesos históricos, y debo decir que si yo empecé muy entusiasmado recomendando a los alumnos textos clásicos de historiadores, pensadores o analistas de la ciudad y del urbanismo, he acabado con la literatura. Al hilo de lo que decías (José Luis Gómez Ordóñez), yo al final en las clases por ejemplo para una clase sobre París, no utilizábamos ningún libro de urbanismo, sino que utilizábamos por ejemplo libros de Zola “Paris” o “La Jauría Humana”, o “Bel Amie” de Maupassant, otras obras de Balzac por supuesto, y al mismo tiempo, yo me estaba dando cuenta, al recomendar esos libros, que tenía que conocer evidentemente, que yo estaba aprendiendo de París como nunca lo había hecho. Es decir, cuando recurres a experiencias que se salen teóricamente del campo disciplinar, te das cuenta de que piensas más en tu campo disciplinar que con textos específicos del campo disciplinar. Es mi experiencia. José Luis Gómez Ordóñez El libro de Harvey sobre París no hace más que hablar de Balzac. Alvaro Marcos (Alumno Escuela Arquitectura Toledo) Yo me siento muy identificado con lo que decís porque, por ejemplo, cuando empecé en esta Escuela ilusión tenia más bien poca (terapia de choque, cambiar del instituto a la universidad) y ahora ya es el sexto año que estoy aquí e ilusión tengo mucha y cada año más y desgraciadamente ya casi vamos a terminar. Al hilo de lo que se ha dicho esta mañana y de lo que habéis dicho ahora, yo

lo que no comprendo es que les ha pasado a todos esos arquitectos que han estado los últimos 20 o 30 años haciendo la ciudad, porque el proceso que he sentido a lo largo de la carrera es ilusión y también darme cuenta de la realidad, y ahora yo no puedo ver la calle y la ciudad de la misma manera que las veía antes de entrar en la carrera. Y sobre todo, no en el buen sentido, aunque valoro las cosas buenas, me fijo sobre todo en todo lo que se ha hecho mal. Y no se lo que ha pasado en estos años, donde estudiaron esos arquitectos, porque no comprendo como se han dejado llevar porque al final ha desembocado en la manera en que ahora se hace la ciudad que me parece una manera muy simple y con muy poco valor. No se si hay algo que haya pasado en esa generación de arquitectos que salieron hace 20 o 30 años y que han estado trabajando durante todo este tiempo para dar una pequeña explicación a donde nos estamos yendo y que creo que últimamente está yendo en el buen camino, en mi opinión. José Luis Gómez Ordóñez Quisiera dar alguna pequeña explicación (no se si tu -Alfonso Alvarez Mora- tienes más), una es que en España concretamente hasta los años 1970’s el mundo ha estado parado. Si estudias las ciudades latinoamericanas desde 1930 ha habido un crecimiento exponencial, unas transformaciones vertiginosas y sus escritores hablan del desmadre de la ciudad, sin embargo, aquí muchas ciudades han estado muy paradas hasta los 1960’s (en estos años las grandes migraciones del campo a la ciudad, Andalucía se vacía con el final de los Planes de Desarrollo). La ciudad que nos transmite el librito de Fernando Chueca Goitia es una ciudad parada en el tiempo, como puede ser Toledo, que ahora tiene los habitantes que tenía en el mil quinientos. Han sido ciudades


160

paradas, si bien se ha multiplicado el suelo, porque han cambiado los usos, pero en número de habitantes han estado paradas y muchos profesionales de la arquitectura han estado ante una realidad estática, la conciencia del cambio no la tenían, no la han tenido, el cambio les ha venido encima. Yo he oído decir a personas como Oriol Bohigas en los años 1980’s que esto del urbanismo no le interesaba para nada y que era una tontería y en los años 1990’s declararse ferviente urbanista. O sea, ha habido actitudes de conversión, no conversión oportunista e interesada, sino conversión de la persona que descubre un mundo nuevo porque el viento de la historia le sorprende y ven a su alrededor otra cosa, y se viaja más y se ven otras realidades cambiantes. Esta es una sensación que yo tengo y que se va a acelerar, es decir, que los ciclos de cambio se van acortando, los ciclos de mutación se van acortando, y cada vez estamos con más prisas (como decía Luis Moya). A pesar de todo, tenemos mucho que aprender de ello. Alfonso Alvarez Mora No se si he entendido bien, el arquitecto en los últimos 30 años se ha dejado llevar por la propia situación que vivió el país, como ha dicho José Luis. El sector de la construcción en España hay que analizarlo muy bien. España es un país que se paralizó en el siglo XVIII y yo no se si ha vuelto a caminar. Hay una novela, la literatura es la que salva de todo a España que hace entender todo, de Martin Santos “Tiempo de Silencio” nada más ni nada menos. El es un escritor, que era psiquiatra, trabajaba en San Sebastián y se murió en un accidente de coche yendo a su ciudad, y en ese libro explica la historia de un médico en Madrid que tiene muchos problemas, se ve implicado con una muerte por aborto, bueno una cosa tremenda, y escapa de Madrid, y, en la parte final del

libro, cuando va en el tren y se va fuera de Madrid atravesando Castilla, y dice: hay Castilla donde la historia se paralizó hace tres siglos y medio. Esto escribía en el año 1960, y esto influye en los profesionales evidentemente, o más bien, los profesionales no pueden prescindir de la situación social que vive este país. España es un país que sigue siendo un país de rentistas, en España no hay nada que produzca más beneficio que la renta, del suelo y del no suelo, la renta, se saque por donde se saque. En el caso nuestro, del suelo y de la construcción evidentemente. Porqué el sector de la construcción ha llegado a ser el primer sector que ha aportado al PIB, por lo que se refiere a la producción, los mayores beneficios. Es que no se sabe hacer otra cosa. Y yo creo que la arquitectura estaba arrastrada por eso y las cosas que se han hecho bien, bajo mi punto de vista, son excepciones. Claro que esto no lo aprenden en la enseñanza, yo creo que hay que pensar y hablar de política, la gente ya no habla de política, no me refiero a politiquear, sino debatir que situación estamos viviendo y a que se debe, entonces comprenderíamos muchas cosas. España, insisto, sigue siendo un país de rentistas, está anclada en el siglo XVIII, lo ves en la posición de la derecha más incivilizada que tenemos, en la iglesia más carca que tenemos. Decía Luis Moya esta mañana que la Iglesia en Italia es otro estado, sin embargo, yo creo que tiene más poder en España. Tenéis que hablar de estas cosas entre vosotros para comprender la situación que vive la arquitectura. No digáis que en la arquitectura se hacen mal las cosas porqué si, no es así, hay una justificación, hay que pensar en ello y porqué se hace. Yo creo que la situación de España no lleva a otro sitio. Como se puede permitir que en España en 2006 o 2007, como sabéis, se fabricasen 800.000 viviendas, el primer

país de Europa (casi del mundo); el segundo país europeo fue Francia con 400.000; cuando estalló la crisis. Y como esas 800.000 viviendas se fabricaron y permanecen en un porcentaje altísimo desocupadas, y a pesar de eso, hay personas que no pueden acceder a una vivienda (hay otras necesidades de vivienda). Bueno, es el rentista, el que ha creado un producto para ver que puede hacer con él, como puede especular y beneficiarse, ahora lo vendo, ahora lo paralizo, etc. Esto hay que entenderlo; en nuestra vida antes -hablaba Luis Moyael discurso, la conversación política, formaba parte de un alto porcentaje de nuestras ocupaciones. Hablábamos de política como hablábamos de literatura, nosotros hemos ido a la Escuela de Arquitectura con un libro debajo del brazo que se llamaba, por ejemplo, “Las Palabras” de Jean Paul Sartre (quizás no sabéis de él). Que está pasando con la arquitectura, en que eso es una anécdota, dentro de todo lo que está pasando en el país. Este país de mierda -con perdónque tenemos y que no hay manera de salvarlo. Y no hay manera de salvarlo porque aquí no se ha hecho nada por repensar nuestra propia historia y darle una alternativa mucho más racional. José Luis Gómez Ordóñez Míralo también desde el otro lado, es un país fantástico porque está todo por hacer. Alfonso Alvarez Mora Eso está bien. Eres un optimista. José Luis Gómez Ordóñez Del optimismo nace la esperanza. De una actitud pesimista no nace nada.


161

Alfonso Alvarez Mora Si hombre si también. Javier Elizalde Ha habido en España 30 o 40 años de dictadura brutal y se ha construido bastante, pero con poca intención social y muy poca crítica. Después ha habido un despertar, sobre todo político, y, a partir de ahí, en todos los órdenes, hablo de los años 1980’s, en los que empiezan los temas/debates urbanos y la edificación con criterios vanguardistas -o innovadores. Ha habido 15 años de bonanza económica que ha sido muy buena para muchos creadores, arquitectos, pero en la gran mayoría nefasta porque se hacía dinero muy fácilmente, y las 800.000 viviendas que se han hecho significa que se ha pensado muy poco, simplemente había que producir y producir. Y finalmente (estoy resumiendo mucho) ha habido estos últimos 10 años de crisis económica en que se han construido pocas cosas y ha habido poca posibilidad de que los arquitectos, ingenieros y urbanistas destacasen y la oportunidad para vosotros estudiantes que ahora sois, no quiero decir que esto será un país de mierda, creo que puede ser un país maravilloso con vuestra aportación. Tenéis la oportunidad ahora, con muchos menos recursos que los que ha habido hace unos años o décadas, de sacar esto adelante, gracias a estas reflexiones “de sabios” que nosotros estamos haciendo (con perdón). Sigo con otro tema (quiero tocar varios), habláis de la libertad. Habla José Luis Gómez Ordóñez de no coartar, de dejar a los estudiantes libertad de replantearse todo, etc.; bueno, hay una

parte que tenemos que transmitir que son conocimientos que son necesarios para la profesión, queramos o no, y replanteándose todo lo demás por supuesto. Esta mañana se han mencionado por dos personas, Eduardo Ruiz de la Riva y alguno más, la bondad de dibujar, fijaros que “tontería”, de dibujar a mano y eso es plantear muchas veces, en lugar de por ordenador, reflejar la realidad tal como la ve uno, con garabatos (o como queráis), pero esa posibilidad hay que reintentarla en las Escuelas de Arquitectura. Yo en los cursos que impartía pedía siempre a los grupos que parte de la reflexión la hicieran con dibujos a mano (quizás de 7 grupos lo hacían 2 o 3 porque os cuesta); sin embargo, yo creo que es muy importante. A esa libertad de enseñanza yo aporto mi experiencia americana, en USA, perdonad que hable de nuevo de eso, pero es mi experiencia y me ha gustado. Ni en MIT ni en Harvard teníamos exámenes (solo uno de economía y otro de estadística), todo lo demás eran trabajos que presentábamos, nos daban unos temas, se daban charlas y después dedicábamos unos días a trabajar sobre eso y presentábamos, y los profesores discutían, nos hacían recapacitar, etc., eso me parece una enseñanza libre, aun aportando los profesores el conocimiento suficiente para poder replantear, criticar, etc. lo que nosotros decíamos. No quería decir mucho más sobre el planteamiento de José Luis Gómez Ordoñez, que me ha parecido muy interesante, con mucho bagaje, además de poético, de discusión sobre lo que es la enseñanza. Para terminar, tenemos un problema en España, yo creo que también en Europa, de los exámenes. Mucha de la coerción que se hace sobre es estudiante es por los exámenes, se les obliga al final a rellenar esto y si no lo haces/sabes esto no te vale. No es solo por como impartamos, es que el sistema de exámenes está viciado.

Pero eso es un sistema administrativo, no depende en gran medida de nosotros. Y un último comentario, me ha gustado mucho tu intervención Alfonso (Alvarez Mora) yo quería reivindicar el urbanismo en el sentido de que la ciudad obra, la ciudad producción, pero hay la otra parte de la que has hablado, que es la ciudad social, el espacio social, y el urbanismo lo que tiene que hacer básicamente es crear espacio social, estructurado y racional por supuesto, pero social. Esa parte es más difícil de crear desde elementos aislados, aunque has hecho una exposición muy buena de que en París o en Roma elementos aislados iban creando ciudad, pero hoy en día, me parece a mi, que es mucho mas racional y eficiente, productivo, coherente, que un urbanista, un equipo de urbanistas, una entidad local o ayuntamiento, busque crear un espacio social en un proyecto urbano, en una ciudad o en un entorno metropolitano, distribuyendo los equipamientos sociales, zonas verdes y corredores que son necesarios para que ese espacio social, esa otra visión de la ciudad suceda; y que no suceda no tanto lo que hemos tenido en los últimos años de creación de ciudad desaforada que ha venido de una forma de producción especulativa, etc. que todos conocemos. Alfonso Alvarez Mora Estoy totalmente de acuerdo y lo asumo como una de mis conclusiones, evidentemente. Simplemente un apunte hablando de Campos Venuti, él ideo, planteó, propuso lo que llamaba el Plan de Servicios. Cuando en el Plan de Pavía juntamente con Federico Oliva (recientemente fallecido también) y yo creo que también con Giovanni Astengo (creo que fue el último Plan que hizo), lo primero que hicieron (me llegó un primer texto del Plan estando yo todavía en Madrid


162

dando clase en el año 1972) una reseña y me acuerdo de hacer copias y discutirlo con los alumnos porque me sorprendió eso que llamaban el Plan de Servicios. Lo primero que hicieron es ver como estaba la periferia de Pavía e hicieron un trabajo para saber lo que faltaba en cada lugar y dotaron a la periferia de lo que necesitaba, fue la primera propuesta que hicieron, y pidieron al ayuntamiento que aprobase dicho Plan de Servicios como primera propuesta. Es la manera de conseguir hoy en día ese espacio social que falta, ya que el espacio social no es solo que la gente viva, sino que habite; lo que decía Henri Lefebvre, el tema no es solo el hábitat sino el habitar, no es solo tener la casa sino poder vivir. En ese sentido, la casa, y me dirijo a los estudiantes de arquitectura, cuando proyectéis y hagáis casas en vuestros proyectos, reivindicar que la casa no es nada sin los equipamientos y que proyectar la casa es al mismo tiempo proyectar los servicios. Esto lo ha dicho por ejemplo Vittoria Calzolari (una grandísima amiga de Roma también fallecida) cuando llevó a cabo la primera gran operación, casi la única, que se hizo en Roma de una rehabilitación de viviendas en el centro histórico (en la zona de Torri enfrente a Sant’Angelo, en tiempo de Carlo Argan), ella hizo una recuperación de aquella zona, recuperando la vivienda, pero también los servicios indisolublemente unidos a la vivienda, no concibió el proyecto de vivienda sin los proyectos de los servicios, que es la manera de crear ese espacio social para la ciudad. Eduardo Ruiz de la Riva Primero daros las gracias por vuestras aportaciones (Alfonso Alvarez Mora y José Luis Gómez Ordóñez). Alfonso, tu presentación apasionada me ha encantado no solo por la forma en la que la has hecho sino por el contenido. Tu

intervención (José Luis Gómez Ordóñez) me ha sorprendido por el ámbito en que te has movido y me ha parecido preciosa. Empezando por el final de lo que habéis hablado ahora, he tenido clara la relación entre lo social y lo espacial, un capítulo de mi libro “Casa y Aldea en Cantabria” es la relación entre lo social y lo espacial, estudiando a los geógrafos, a los antropólogos, a Julio Caro Baroja. Y, desde luego, está claro que nuestro espacio no como el de los escultores, es un espacio humanizado, y además, el espacio nuestro el arquitectónico, el de la casa, el de las ciudades es la expresión del modelo de organización social. Esto lo hemos visto clarísimo en el territorio de la aldea donde intentamos poner de relieve que toda la organización del territorio de la aldea es la expresión de su organización social, en las relaciones económicas y en el uso del espacio. Por tanto, creo que esto es muy importante que el alumno de arquitectura lo sepa, que producimos espacio para el uso y convivencia de las personas, sea en la escala doméstica de la vivienda o en la colectiva de la ciudad. Todas las viviendas que he proyectado son distintas (proyecto sobre todo edificios de una vivienda), porque las viviendas no me pertenecen, son de los clientes, a través de un trabajo casi de psicología estudiando a los clientes, sobre todo a las clientas, y dibujando hasta que hayan sabido transmitirme todas las ideas e ilusiones acerca de la casa que desean construir. Les digo a mis clientes, vais a hacer vuestra casa y, como no la sabéis dibujar, yo os la dibujaré, pero es vuestra casa no la mía. En las ciudades y en las aldeas con mayor motivo, ya que son espacios colectivos. Por lo tanto, ese es un tema en el que no tiene que haber dudas. O sea, trabajamos para la sociedad, las personas y la sociedad son nuestros clientes y tenemos

la obligación de dar respuesta espacial y construida a lo que esa sociedad necesita y nos demanda, eso es un compromiso ético profesional ineludible, todo lo demás suele derivar en veleidades frívolas que le sobran a un buen proyecto, excesos y ensimismamientos que desgraciadamente abundan en nuestra profesión. Y tercer apartado, complementando lo que tu (Javier Elizalde) has dicho y sintetizándolo, considero que entre los años 1971 y 1985, desde que inicié mi trabajo profesional, los urbanistas teníamos mayor relevancia, los ayuntamientos creían en nosotros y nos encargaban hacer planes que se cumplían, y, además, los redactábamos con los agentes sociales, y éramos cómplices de una administración que estaba con las manos limpias y con ilusiones de hacer una nueva sociedad. Era el final del franquismo y el inicio de la democracia, y los ayuntamientos trabajaron con gran interés. Pero a partir de 1985 aquello empezó a cambiar, y los nuevos concejales de urbanismo aprendieron muy pronto que la figura del convenio urbanístico era una herramienta muy útil para sus propias negociaciones e intereses, en detrimento de nuestras propuestas técnicas que progresivamente fueron desvirtuadas y dejadas de lado. Después, en la década de los años 1990’s se desarrolla un liberalismo exacerbado, donde en el país se construye toda la basura que especialmente podemos observar en nuestro litoral y la periferia urbana. Ahora dicho este pequeño esquema de lo ocurrido, he escuchado decir a grandes


163

arquitectos de este país a los que admiro: quizás los profesionales, los grandes profesionales, no hemos prestado suficiente dedicación e interés a este problema urbano. O sea, creo que la profesión tiene su pequeña deuda con el desastre, aunque el móvil ha sido evidentemente económico y el beneficio rápido con la complicidad de los temas administrativos y por eso os encontráis (mirando a Javier Elizalde) ahora con ese desastre, y algunos, cuando no hemos luchado más es porque ya no podíamos y, además, porque nos quitaban de en medio porque les estorbábamos. No se si respondo un poco a explicar que ha pasado en este país (mirando de nuevo a Javier Elizalde), y desde luego, yo me quedo con lo último, creo que los profesionales tenemos que prestar mayor atención e interés por el problema urbano. No podemos mirar para otro lado, porque, además, ¿qué hace un médico en un hospital y no digamos en Cantabria y un fin de semana de agosto?, atender accidentes y atender problemas y resolverlos a la mañana y a la noche y las noches sin dormir si hace falta; o sea que queramos o no tenemos la obligación de enfrentar el problema urbano que hemos heredado, no solamente los jóvenes sino también los viejos. Yo ahora me he metido en un debate sobre el nuevo Plan de Santander; me han dicho, tienes interés y he dicho que si, que todo lo que pueda aportar lo aporto, para que las bases del Plan y el debate ciudadano se canalice bien, a ver si conseguimos avanzar. Yo creo que sigue siendo una responsabilidad de los profesionales no dar la espalda al problema.

Miguel Jiménez Gotán (Alumno Escuela Arquitectura Toledo)

Quería preguntar por las 800.000 viviendas que se hicieron en España en un año, toda la problemática de construir demasiado. Ha comentado nuestro Director, Juan Mera, sobre la época en la que estamos que es más de destrucción que de creación, estamos en un momento en el que hay que hacer más rehabilitación o eliminar algo que se ha construido. Entonces que hacemos con esas ciudades fantasma que se han creado, lo dejamos como la luna o sencillamente las abandonamos. Javier Elizalde Por contestar también a algún comentario anterior pidiendo que elaborásemos algo más sobre el tema de la destrucción y no lo había entendido bien. Que hacemos con ello, pues demoler. No tenemos cultura de demolición, sin embargo, en España hay que demoler muchísimo, lo nuevo, lo que se ha construido hace muy poco y que no sirve y está en estructura y no hay nada que hacer con ello. Yo recuerdo, como nota, en el Plan General de ColladoVillalva en 1985 en medio de la ladera cinco estructuras de siete plantas, estructuras nada más; cuando vimos aquello, era otra época, la época de creatividad, dijimos oye esto hay que demolerlo, pero hay que negociar con el promotor o el propietario, al final le ofrecimos, en convenios, pero (mirando a Eduardo Ruiz de la Riva) no de esos de poner la mano, sino en un convenio honesto, haces aquí 60 viviendas unifamiliares y demueles, y se demolió; también es verdad que había un alcalde muy listo, casi sin estudios, pero más listo que todo el mundo que conozco y lo llevó a cabo. Conclusión, se puede demoler, hay que negociar, pero por eso he querido intervenir.

Alfonso Álvarez Mora Cuanto, solo unas Javier Elizalde O más. Si, hay dejo y os doy

excepciones.

un límite. Lo paso a otros.

Alfonso Álvarez Mora Yo no se si demoler o no. Realmente es una pregunta estupenda. Yo me pregunto, en un país donde escasea tanto el acceso a la vivienda, ¿nos preguntamos qué hacer con los miles de viviendas vacías? Está claro que hay que facilitar que el que no la tenga la tenga. Ahora bien, esto no exige una medida política normal, esto exige una medida revolucionaria. Quién va a aceptar, que bancos van a aceptar que esas viviendas pasen a un precio bajo a las personas que no tengan. Esta es una decisión política que merece ser una decisión política radical. Lo que pasa que aquí es imposible. Yo me temo que en otros países europeos con otro poder en manos de la gente esto se resolvería de otra manera. Pero resolverlo aquí, esas viviendas van a permanecer ahí propiedad de los bancos por tiempo indefinido. Ahora, no deja de ser un tema vergonzoso, que en un país donde falta vivienda, porque falta vivienda, nos veamos obligados a decir que hacemos con las viviendas vacías. Ahora son medidas que no son política al uso, son medidas que tienen que ser revolucionarias. Ya no nos atrevemos a hacer estas cosas José Luis (Gómez Ordóñez), la revolución, ya no pronunciamos ese nombre, pues a lo mejor es el momento. Luis Moya Yo quería decir que, por dar algún dato, en España hay como 24 millones de viviendas, hay 3,5 millones vacías entre pueblos y


164

ciudades, de las cuales dicen, pero no se atreven a decirlo de verdad porque esos cálculos de las viviendas no interesan a nadie, que entre un millón y millón y medio pueden ser de la burbuja inmobiliaria que están vacías. Yo disiento contigo Javier (Elizalde) no puedo permitirme decir que hay que demoler. Una cosa que ha costado un esfuerzo de todo, de energía, de gente trabajando en su construcción, y teniendo en cuenta que parece que hay el doble de demanda real de gente que no tiene vivienda, o que está viviendo en unas condiciones muy malas, yo creo que la solución no es demoler. La solución, y yo lo he dicho ya alguna vez, es que esas viviendas que están vacías se encuentran en los sitios peores, sin autobús, sin infraestructuras, sin colegios, sin nada; y claro, la solución que se le ha ocurrido a la administración, en un colmo de imaginación, es hacer un banco que absorba esos productos tóxicos (que llaman) para liberar a los bancos, a sus amigos los bancos, liberarles de esos productos tóxicos. Y ese banco todo lo que se le ocurre es ver como los puede vender lo más barato posible [quizás quiso decir lo “menos” barato posible]. O sea, aquí la única solución que se ocurre es estar en un continuo mercado. En este país con la vivienda se especula desde principio de siglo, se fomenta con el franquismo, pero se continua en la democracia, como tu lo has dicho Alfonso (Álvarez Mora), un país fundamentalmente especulador. Entonces, creo que lo que hay que hacer es un Plan bastante revolucionario en el que se pongan servicios, escuelas, etc. con una gran inversión pública en esas viviendas y venderlas, darlas o alquilarlas a gente que lo necesita. Esa es mi postura, nos estamos poniendo todos muy radicales Yo quería decir también (nos has imbuido de un enfoque radical Alfonso) en relación con lo que

anteriormente un estudiante ha dicho que no tenía vocación cuando entró en la Escuela, que posteriormente se ha ido incrementando y de ahí deduce que el futuro va a estar bastante bien. Yo quería decirte que la carrera de Arquitectura siempre ha sido muy vocacional, pero nosotros, como Alfonso, otros o yo, nos interesó muchísimo entender la ciudad y quizás dejamos un poco de lado otras asignaturas o materias que eran más técnicas y constructivas y empleamos mucho tiempo en leer literatura y otras muchas cosas que nuestros compañeros no leían y teníamos una ilusión bárbara. El país, y disiento un poco contigo Jose Luis (Gómez Ordóñez) y hay que distinguir, cuando decís que España es una mierda o que estaba bloqueada, es la administración y hay que decirlo claramente, porque si no parece que todo es así. Mira, en los años 1960’s había una actividad de la España real, que solo así se explica que hubiera posibilidades de una transición como la hubo sin matarnos. Porque yo creo que no solamente el proletariado, la burguesía también a partir de los años 1960’s está muy concienciada, está moviéndose a una velocidad tremenda. Esto lo quería matizar. Que ha pasado luego (y lo de Oriol Bohigas también, pero no me quiero meter con ello), en los años 1980’s lo que hubo es por fin una democracia (se había acabado la dictadura), por fin en la administración local había ayuntamientos de todos los colores, los del partido comunista y del partido socialista se interesaron porque la gente viviera mejor. Yo creo que los mejores planes [de urbanismo] de este país se hicieron en los años 1980’s , uno que lo ha estudiado en su tesis doctoral que yo dirigía, con total autonomía suya, es Daniel Zarza, quién estudió los planes de esa época. Dichos planes que además no eran de crecimiento sino fundamentalmente de mejora de ese batiburrillo que había en las

ciudades heredadas, con la especulación asilvestrada del franquismo. Entonces se preocuparon, pusieron equipamientos, quisieron equilibrar el norte con el sur [refiriéndose al Madrid con el norte rico y el sur obrero]. En Madrid el Alcalde Tierno Galván en los años 1980’s hizo una cosa de la que no se ha hablado suficientemente, sanear el río Manzanares, que estaba infestado de mosquitos y contaminación; luego se ha hecho Madrid Río la obra del alcalde Gallardón como algo fantástico, que nos ha costado muchísimo y con mucha piedra berroqueña, pero el tema principal es el que se hizo en los años 1980’s. Yo creo que las cosas si que se movían, y, la administración, como has dicho [dirigiéndose a Alfonso Alvarez Mora] y estoy de acuerdo empezó a cambiar. Por cierto, los convenios los inventó Eduardo Mangada en Madrid. Porqué los inventó, porque no tenía más remedio, pues se encontró con un planeamiento totalmente anquilosado y él tenía que rápidamente dar vivienda, hacer equipamientos y para agilizarlo hacía convenios. Pero que pasó, que cuando cambiaron las tornas (y en gran parte el Partido Socialista cambio sus puntos de vista sobre la economía), esos convenios sirvieron exactamente para lo contrario, para los negocios inmobiliarios y eso cambió bastantes cosas en los años 1990’s. Alfonso Álvarez Mora Os dais cuenta los estudiantes de la necesidad de reflexionar a propósito del ambiente político que tenemos. En esos años que habla Luis Moya en que se hizo el mejor planeamiento (después de las primeras elecciones democráticas) porqué pasó eso, porque estuvieron


165

representados en los municipios los movimientos vecinales que habían contribuido al cambio democrático. Veías en cada ayuntamiento a concejales que eran dirigentes vecinales, la época que vivieron como dirigentes vecinales les permitió transmitir las reivindicaciones que habían visto durante los últimos 15 o 20 años contra las condiciones de vida que estaban ellos padeciendo en sus viviendas y barrios. Eso fue posible por esa cuestión política estando representados los movimientos que habían luchado contra la dictadura y a favor de unas mejores condiciones de vida. Estaban como dirigentes políticos elegidos. Creo que esto es importante. Eduardo Ruiz de la Riva Cuando tenía aproximadamente vuestra edad [dirigiéndose a los alumnos], cuando tenía 23 años, mi primer trabajo fue el Plan General de Mondragón. Creo que el desastre de Mondragón era muy superior al que podemos encontrar ahora en 40 kilómetros a la redonda de aquí. No os imagináis lo que era la ciudad de Mondragón el año 1971 y no os imagináis además lo complicada que era la propia geografía del territorio y la potencia del desarrollo industrial y residencial impulsada por los grupos cooperativos, retos que tuve que asumir junto con Javier Unzurrunzaga, en aquel momento responsable del encargo. Y trabajamos con la máxima ilusión del mundo, esa era nuestra ocupación, como he dicho antes, como el médico que está de guardia en un fin de semana de verano en Santander y le toca una noche de accidentes siendo su obligación profesional atenderles a todos. Entonces, trabajamos en Mondragón con toda la ilusión y energía

del mundo, íbamos a intentar resolver con nuestros medios un problema que había en la ciudad. Y creo que no hay otra. En los últimos 15 años desde que las ciudades no crecen, en Santander como profesor, cada año hemos elegido un distrito censal (por facilidades entre otras de datos) en el peor tramo de ciudad (la ladera Norte de la calle General Dávila) y, nuestra experiencia en todos estos años ha sido como la del cirujano, tratar de coser la ciudad y unir los tejidos urbanos inconexos. Esta es mi experiencia y lo que todos sabemos, simplemente lo recuerdo, en muchos casos hay que volver a reordenar o introducir orden donde no había ningún Plan, había que empezar a reurbanizar, había que empezar a rehabilitar, había que hacer programas para los edificios, en algún caso había algún edificio que se podía derribar, a lo mejor era uno de cada diez, no más, para hacer una placita o para permitir el acceso a un sitio. Me ha sorprendido del trabajo de mis alumnos, por la cantidad de propuestas que, con toda certeza, si la administración las llevase adelante y los vecinos presionasen, esos espacios degradados o de ciudad basura que diría Rem Koolhaas, pueden ganar dignidad y volver a ser ciudad, y creo que es posible. Esta es nuestra obligación, como el médico, no eludir una gangrena o una grave enfermedad, sino poner medios para afrontarla. En los últimos años, cuando algunos alumnos presentaban sus trabajos el último día de curso, era emocionante ver su capacidad propositiva como futuros ingenieros de caminos. Con el gran esfuerzo que supone que estos alumnos de ingeniería dibujen y se ilusionen por estos temas. Propuestas muy bien laboradas, a veces presentadas con vídeos. Donde no había movilidad introduciendo escaleras mecánicas, donde no había espacios públicos ordenándolos, donde había

fragmentos rotos cosiéndolos, donde no había urbanización proponiendo espacios públicos sociales, etc. Por lo tanto, yo creo que esa es la opción. Habéis preguntado que hay que hacer con lo que hay por ahí, pues estudiarlo y arreglarlo, coserlo, urbanizarlo, ordenarlo y cuando hay algún edificio que hay que tirar (había algunos pocos que si tendría sentido tirarlos) pues hacerlo, pero no es un derribo masivo, y también se puede compensar en solares vacíos etc. El derribo si hay que hacerlo, que a veces si hay que hacerlo, es muy selectivo, y por lo tanto, no es problemático diríamos. Lo que si se, por la experiencia de 15 años, es la cantidad de cosas que se pueden hacer en los barrios degradados. Y creo que ahí hay que poner el acento. He estado con los alumnos estudiando 15 años la mayor basura de la ciudad y la sorpresa y lo positivo es que dichos trabajos han recibido una buena acogida por las autoridades municipales y los colegios profesionales. Y después, ha habido una política con el Colegio de Arquitectos y la concejalía de urbanismo de la ciudad de intervenir en micro-espacios en la ciudad, y negociar entre el Colegio y la Concejalía pequeños concursos para intervenciones en pequeños espacios, lugares, mejor dicho espacios perdidos o no-lugares que se convertían en espacios llenos de gente. Eso es posible, es que es la única salida. Políticas públicas, inversión, demandas sociales, mucha ilusión de los profesionales y a estudiar y redibujar todo lo que no funciona y a ordenarlo. Además, creo que no hay más remedio y esta es una asignatura que tenemos que incorporar en nuestra formación y en nuestro ámbito de trabajo; y además, forzar a la administración para que ese problema no lo retrasen sino que vuelvan a afrontarlo, parecido a volver a hacer la política de los barrios de los años 1970’s.


166

Luis Moya Voy a hacer una broma, que cuando Alberti escribió la poesía “Yo antes” le hubiera mandado andando por la periferia de Roma, ya que transporte público no hay, y después a ver que hubiera escrito. José Mª de Ureña Si no hay más comentarios, acabamos. Quiero agradeceros a vosotros seis y a los sufridores, participadores, aprendices el haber venido y dedicado estas horas en el día de hoy, gracias por habernos ilustrado. También nos habéis abierto muchas interrogantes para este y futuros cursos, está muy bien. Como organizador, uno piensa que las presentaciones y el debate se van a encaminar por unos derroteros, pero cuando uno invita a personas tan sabias, conocedoras y polémicas como las que hemos tenido con nosotros, los debates se van por otros lados, pero bienvenidos sean estos temas nuevos y enriquecedores. Alguno de vosotros estudiantes, ya casi arquitectos, me habéis dicho esto quizás habría que repetirlo cada seis meses, cada dos meses, etc., ojalá podamos hacerlo. Mucha gracias a todos y, con los alumnos, nos vemos el viernes en la primera sesión del curso ordinario. Gracias, buenas tardes.


167


168

maet 7 magacĂ­n de arquitectura de la escuela de toledo

eauclm Toledo 25 de mayo 2020

junio 2020


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.