CIAT 16_La ciudad como espacio percibido. El caso de Toledo

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CUADERNOS DE INGENIERIA, ARQUITECTURA Y TERRITORIO 16

La ciudad como espacio percibido. El caso de Toledo

ESCUELA T.S.I. CAMINOS, CANALES Y PUERTOS Y ESCUELA T.S. DE ARQUITECTURA UNIVERSIDAD DE CASTILLA – LA MANCHA

Eloy Solís Trapero José María de Ureña Francés


ISBN: 978-84-09-13723-7 © 2.019, E.T.S. de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Ciudad Real y E.T.S. de Arquitectura de Toledo. Universidad de Castilla – La Mancha (UCLM).



PRÓLOGO El profesor Eloy Solís viene impartiendo las materias de urbanismo y OT de las asignaturas de Taller de Proyecto de Arquitectura y Urbanismo II y III desde el inicio de la Escuela de Arquitectura de Toledo. Con la perspectiva que le otorga este periodo de 9 años, el profesor Eloy Solís ha ido decantando un enfoque innovador y adecuado para introducir a los estudiantes en el análisis de la forma urbana en un momento temprano de sus estudios (2º curso de una titulación de 5 cursos y Proyecto Fin de Carrera), solo después de que en el segundo cuatrimestre de primer curso hayan tenido el primer contacto con el urbanismo. Durante estos años, el profesor Eloy Solís ha trabajado fundamentalmente con la ciudad de Toledo, como lugar en el que los estudiantes pueden percibir la realidad de una ciudad. Además, esto ha significado que se ha podido medir en detalle las formas urbanas en una ciudad de tamaño pequeño, matizando las propuestas que generalmente planteadas en grandes ciudades se habían hecho de la propuesta seminal de hace más de 40 años de Manuel Solá Morales sobre las formas de crecimiento de Barcelona (ya un clásico de urbanismo). Además de la forma urbana, estos dos talleres que ha impartido el profesor Eloy Solís, se han dirigido también a poner a los alumnos en situación de explorar las utopías urbanas. La publicación docente que ahora aparece es el resultado de uno de estos cursos en los que, como parte de esa exploración de las utopías urbanas, los estudiantes han explorado la percepción de la ciudad por sus habitantes. La mano del profesor Eloy Solís se percibe rápidamente en el trabajo de los alumnos y en esta publicación. Por un lado, por su metodología rigurosa y detallada de análisis; Eloy Solís es un académico riguroso, fruto de la Escuela del profesor Miguel Angel Troitiño en la que hizo su doctorado. Por otro lado, por su amplio despliegue bibliográfico; Eloy Solís es un gran lector y un disciplinado escudriñador de lo ya publicado. Espero que esta publicación, en la que mi participación ha sido pequeña y colateral, cumpla un papel docente relevante. Además, estoy convencido que el profesor Solís pronto nos sorprenderá con alguna aportación investigadora en este mismo campo de la percepción urbana. Con mis mejores deseos.

D. José María de Ureña Francés Catedrático del Área de urbanismo y Ordenación del Territorio de la UCLM


PRÓLOGO Esta publicación lleva en su portada una cifra, el 16. Los CIAT aparecieron en 2001 en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UCLM con la intención de ser un lugar para publicar resultados de investigación y del trabajo de los alumnos y con el objetivo de facilitar su divulgación a nivel global, pero con el foco puesto en el ámbito más cercano. El primer trabajo publicado llevaba el elocuente título de “Ideas para Ciudad Real”. Con la aparición de la Escuela de Arquitectura de Toledo, la colección se ha enriquecido con las aportaciones realizadas desde ese centro, tanto por su profesorado, como por sus alumnos y, desde entonces, Toledo se ha convertido en un valioso protagonista de estos trabajos. El número 16 de la colección se aproxima a una temática fundamental, la percepción de la ciudad por parte de los ciudadanos. Y lo hace con una introducción rigurosa del problema en lo científico, y con un trabajo muy enriquecedor en sus conclusiones que deja ver, además, que también ha sido enriquecedor en el proceso de aprendizaje de los futuros arquitectos. Mediante este trabajo han podido acercase a la percepción de la ciudad por sus ciudadanos, personas que, al contrario que ellos, carecen de formación técnica y su capacidad de interpretación espacial es muy limitada, pero que, sin embargo, serán los clientes de su futuro desempeño profesional. Y pare éste, será clave comprender la percepción del ciudadano, con sus limitaciones, pero también con sus potencialidades, fruto de su profundo conocimiento de los lugares y de su experiencia cotidiana. El trabajo desarrollado por los estudiantes de asignatura TPAU-III tiene, además, un gran valor por la ciudad en que se ha desarrollado. Toledo, pese a su tamaño, es una ciudad de elevada complejidad, con barrios diversos y ámbitos muy diferenciados en su morfología urbana, todos ellos conectados por unas redes de infraestructuras y espacio público complejas, provenientes del desarrollo de decisiones muy diversas a lo largo de la historia. El resultado es una ciudad difícil de leer e interpretar, pero que es un libro abierto en el que, parafraseando a Cerdá, sus jeroglíficas formas muestran el resultado de la vida de una sociedad en un lugar concreto durante siglos. Una sociedad que seguirá construyendo ese lugar, y en la que los hoy estudiantes, deberán ser protagonistas. Pero también, deberán ser protagonistas los ciudadanos que, como se deduce brillantemente de este trabajo, deberían tener una mejor formación básica en la interpretación de la ciudad y el territorio. Y ahí, nos queda un largo camino que recorrer, en el que esta publicación da un primer paso decidido.

D. José María Coronado Tordesillas Profesor Titular del Área de urbanismo y Ordenación del Territorio de la UCLM


PREFACIO “…para comprender la Naturaleza en toda su amplia sublimidad es necesario considerarla bajo dos aspectos: primero objetivamente, como un fenómeno real, y luego subjetivamente, tal y como se refleja en los sentimientos de los hombres” (Humboldt, 1850) En primer lugar, quiero agradecer a José María Ureña y José María Coronado las palabras del prólogo. El presente número de Cuadernos de Ingeniería, Arquitectura y Territorio (CIAT), titulado La ciudad como espacio percibido. El caso de Toledo, es resultado de un trabajo académico llevado a cabo por alumnos de 2º curso en la asignatura del Taller de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo III. Aunque los resultados se apoyan en el trabajo de campo realizado por alumnos, las diferentes partes de este cuaderno son elaboradas por Eloy Solís y cuenta con la colaboración de José María Ureña. Este trabajo plantea el estudio del espacio urbano desde el enfoque humanista. Se presta atención a la percepción del espacio por el individuo. No se trata de profundizar en cómo retenemos y procesamos información, sino en la relación entre nuestra percepción y la manera en que nos comportamos -utilizamos, orientamos y desplazamos- en la ciudad. La ciudad real no es la que un edil o un técnico tiene ante si dibujada en una cartografía, la verdad es que la auténtica realidad urbana se encuentra en la mente de las personas que viven en la ciudad, y a partir de ahí es desde donde se debe comenzar a trabajar. También partimos del hecho que las acciones del ser humano responden a un proceso de racionalidad limitada. Son varios los factores que hacen que el hombre actúe dentro de una estructura de conocimiento de la realidad limitado: el nivel de información, capacidad de asimilación, experiencias personales, edad, etc. Además, sostenemos que los individuos se comportan en el mundo real no sobre el conocimiento objetivo del mismo, sino a partir de las percepción e imágenes subjetivas que de él se forman. De ahí la importancia de utilizar técnicas que permitan explorar la manera en que los hombres y mujeres se comportan en la ciudad resultado de lo que piensan y sienten (la suma de procesos perceptivos y cognitivos). En suma, este conocimiento se considera fundamental ya que ofrece pistas y claves a arquitectos y urbanísticas para interpretar y dirigir el planeamiento y diseño de la ciudad existente y futura.


Si bien es cierto que la ciudad de Toledo cuenta con una abundante bibliografía de carácter histórico, literario, patrimonial y sobre la planificación, menor atención se ha puesto a la comprensión y entendimiento de la ciudad como espacio percibido y, a la integración de la percepción en el diseño y la planificación de la ciudad. El trabajo académico que se presenta en este Cuaderno, por un lado, complementa y permite comparar el trabajo “Toledo: una aproximación a la geografía de la percepción”, publicado en el Boletín de la Real Sociedad Geográfica en 1986 y elaborado por Zárate, Vázquez, Candela, Lorente y Blanco y, por otro lado, da continuidad a otros trabajos sobre la percepción urbana efectuados en diferentes ciudades españolas en las últimas décadas. Los alumnos de arquitectura han tomado consciencia de tres asuntos que merecen la pena señalar aquí. El primero, el conocimiento de los deseos y limitaciones de la población de un barrio, distrito o ciudad no puede ser privativo de una sola profesión, en este caso, del arquitecto. Reconocen que la ciudad es sumamente compleja e importante para ser laboratorio de un único grupo profesional. Pensar, analizar y actuar en la ciudad requiere del conocimiento y apoyo de otras disciplinas y profesionales. El segundo, la labor de planificación y diseño del marco de vida de los ciudadanos debe tener en cuenta la percepción del hombre, la naturaleza en las experiencias que establece el hombre en el lugar que habita. La arquitectura y el urbanismo debe incorporar el enfoque humanista. El tercero, la toma de decisiones y las inversiones desde la esfera pública y privada son selectivas espacialmente, y ello genera desigualdades sociales y espaciales -espacios mejor dotados y equipados que otros, espacios con diferente calidad del espacio público, etc-, en este sentido, la justicia social y espacial debería ser la prioridad por encima de otros intereses. También quiero manifestar mi agradecimiento a los toledanos que de forma anónima han participado en este trabajo. Finalmente, quisiera mostrar mi gratitud a José María Ureña, con quien he tenido la oportunidad de trabajar en los últimos 10 años, los primeros en la Escuela de Caminos, Canales y Puertos de Ciudad Real, después en la Escuela de Arquitectura de Toledo. José María siempre ha trasmitido interés e inquietud por establecer relaciones con el contenido, riqueza de formas y significados del espacio urbano y del territorio y, a su vez, por conectar esta labor con la resolución de problemas sociales y espaciales. Este Cuaderno es un modesto reconocimiento a su figura como profesor e investigador.

Eloy Solís. Geógrafo y profesor de urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Toledo


Listado de alumnos del curso 2018-2019 del TPAU-III: Andrea Almaraz, Ana Alonso, Rafael Bartolomé, Amin Berrem, Micaela Castellano, Jorge Carbonell, Paula de Paz, Mariana del Valle, Arturo Fernández, Marta Fernández, Débora García, Sara García-Ochoa, Montserrat Gómez, Mario Gómez, Rosa María González, María Teresa Huete, Rebeca Iglesias, María López, Víctor López, Joaquin López, Willem Loriga, Fernando Manzaneque, Iván Martín, Lucía Martín, Nicolás Martín, Virginia Martín, Paula Martínez, Jesús Mayoral, Elena Mendoza, Adrián merino, Adriana Molero, Raúl Montoro, José María Moreno, Natalia Ocaña, marta Prudencio, Carmen Ramírez, Cristóbal Ramos, Cristina Romojaro, David Rey, Andrea Ruiz, Pedro Sanguino, Fátima Talib, Arturo Toledo, María Vaquero, Ainhoa Vilurta, Alba Zábal, María Angélica Zabala y Mario Zamarra.


1. INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………………………………………………………….

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2. EL ESPACIO PERCIBIDO COMO OBJETO DE ESTUDIO …………………………………………………………………….

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3. ENFOQUES PARA EXPLORAR Y REPRESENTAR EL ESPACIO URBANO PERCIBIDO ……………………………… . 3.1. LA MANERA EN QUE PERCIBIMOS: EL ESPACIO O MAPA COGNITIVO, REPRESENTACIÓN COGNITIVA Y LA CONFIGURACIÓN COGNITIVA …………………………………………………………………………………………… .. 3.2. EL ENFOQUE PERCEPTIVO: EL SENTIMIENTO RESPECTO AL LUGAR …………………………………………. 3.3. EL ENFOQUE PREFERENCIAL Y VALORATIVO: LA ESTIMACIÓN DEL LUGAR ………………………………… 3.4. EL ENFOQUE VISUAL: EL MAPA MENTAL ……………………………………………………………………………. 3.5. EL ENFOQE ESPACIO-TEMPORAL …………………………………………………………………………………….. 3.6. REFLEXIONES ……………………………………………………………………………………………………………..

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4. EL ESPACIO PERCIBIDO: SUPUESTOS Y LIMITACIONES …………………………………………………………………

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5. METODOLOGÍA …………………………………………………………………………………………………………………….

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6. RESULTADOS EMPÍRICOS ………………………………………………………………………………………………………... 6.1. EL MAPA MENTAL DE TOLEDO ……………………………………………………………………………………….. 6.2. EL MAPA MENTAL DE BARRIO ………………………………………………………………………………………… 6.3. PROBLEMAS DEL BARRIO ……………………………………………………………………………………………… 6.4. ESTIMACIÓN DE BARRIOS ……………………………………………………………………………………………… 6.5. LOS DESPLAZAMIENTOS HABITUALES ……………………………………………………………………………….

28 28 36 41 42 45

7. CONCLUSIONES …………………………………………………………………………………………………………………….

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8. ANEXO …………………………………………………………………………………………………………………………………

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9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ……………………………………………………………………………………………….

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10. NOTAS …………………………………………………………………………………………………………………………………

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Índice


Fig. 1.- El espacio real y el espacio percibido ………………………………………………………………………………………………. Fig. 2.- La relación hombre-medio: como espacio objetivo y como espacio subjetivo ……………………………………………………… Fig. 3.- Desencuentro en el espacio objetivo y el espacio subjetivo, el espacio de los técnicos y el espacio de los ciudadanos ……………… Fig. 4.- Laberinto de Tolman ……………………………………………………………………………………………………………… Fig. 5.- Mapa preferencial de Toledo según alumnos del Instituto de Bachillerato de Alfonso X el Sabio …………………………………. Fig. 6.- Componentes del mapa mental …………………………………………………………………………………………………… Fig. 7.- Mapa psicológico de París …………………………………………………………………………………………………………. Fig. 8.- Desplazamientos de una familia sueca en el espacio y en el tiempo ………………………………………………………………… Fig. 9.- Técnicas para el estudio de la ciudad como espacio subjetivo ……………………………………………………………………… Fig. 10.- Identidad, estructura y significado ……………………………………………………………………………………………… Fig. 11.- La percepción del espacio según B. Goodey (1973) ………………………………………………………………………………. Fig. 12a.- Imagen mental individual de la ciudad …………………………………………………………………………………………... Fig. 12b.- Imagen mental individual de la ciudad ………………………………………………………………………………………….. Fig. 12c.- Imagen mental individual de la ciudad ………………………………………………………………………………………….. Fig. 12d.- Imagen mental individual de la ciudad ………………………………………………………………………………………….. Fig. 12e.- Imagen mental individual de la ciudad ………………………………………………………………………………………….. Fig. 12f.- Imagen mental individual de la ciudad ………………………………………………………………………………………….. Fig. 13.- Tipos de mapas mentales secuenciales …………………………………………………………………………………………… Fig. 14.- Tipos de mapas mentales estructurales ………………………………………………………………………………………….. Fig. 15a.- Mapa mental de Toledo …………………………………………………………………………………………………………. Fig. 15b.- Mapa mental de Toledo …………………………………………………………………………………………………………. Fig. 15c.- Mapa mental de Toledo …………………………………………………………………………………………………………. Fig. 15d.- Mapa mental de Toledo ………………………………………………………………………………………………………… Fig. 15e.- Mapa mental de Toledo …………………………………………………………………………………………………………. Fig. 16a.- Mapa mental de barrio (Casco Histórico) ……………………………………………………………………………………….. Fig. 16b.- Mapa mental de barrio (San Antón) …………………………………………………………………………………………….. Fig. 16c.- Mapa mental de barrio (Poblado Obrero) ………………………………………………………………………………………. Fig. 16d.- Mapa mental de barrio (Buenavista) …………………………………………………………………………………………….. Fig. 17a.- Problemas del barrio (Santa Bárbara) …………………………………………………………………………………………… Fig. 17b.- Problemas del barrio (Polígono Santa María de Benquerencia) ………………………………………………………………… Fig. 18.- Estimación de barrios en Toledo ………………………………………………………………………………………………… Fig. 19.- Mapa topológico (Santa Bárbara) …………………………………………………………………………………………………. Fig. 20a.- Desplazamientos con origen en el Polígono Santa María de Benquerencia ……………………………………………………… Fig. 20b.- Desplazamientos con origen en Valparaíso ………………………………………………………………………………………

1 2 2 7 9 10 11 11 12 14 15 18 19 20 21 22 23 24 24 30 31 32 33 34 37 38 39 40 43 44 45 46 47 48


Fig. 20c.- Desplazamientos con origen en Santa Bárbara ………………………………………………………………………………… Fig. 20d.- Desplazamientos con origen en Reconquista ………………………………………………………………………………….. Fig. 21.- El espacio subjetivo vs el espacio abstracto ………………………………………………………………………………………

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Índice de Figuras


Mapa 1.- Ámbitos de las entrevistas …………………………………………………………………………………………………

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Índice de Mapas


Introducciรณn


1.

I N T RO DU C CIÓ N

Cuando consideramos la ciudad geográfica podemos decir que todos los ciudadanos viven en la misma ciudad, al considerar su percepción y comportamiento no podemos decir que sea la misma ciudad (Escobar, 1992:45). Es preciso diferenciar entre entorno geográfico, entorno perceptivo y entorno conductual o comportamental (véase Figura 1). Del mismo modo, aunque las personas presentan diferentes formas de percibir y patrones conductuales, el hecho de estar integrados en ambientes con rasgos socioculturales compartidos a diferentes escalas -barrio, ciudad, región, país 1- generan percepciones y patrones de conducta recurrentes en la ciudad (Lynch, 1960; Lowenthal, 1961; Estébanez, 1979; Bosque et al., 1992)2. Esta realidad supone entender la relación hombremedio en los siguientes términos; el mundo debe concebirse con relación a la existencia, intenciones y necesidades del hombre -cambiantes a lo largo del tiempo y según las características de los individuos-. En consecuencia, examinando las intenciones (sentimientos, ideas, valores, etc.) podemos intentar comprender la relación entre hombre y medio, y más exactamente dar significado a su conducta y comportamiento3. “el engarce de la percepción del medio con el comportamiento se realiza mediante el acto de la decisión, el cual está directamente relacionado con la imagen que el hombre se forma del medio: como dice Downs: el comportamiento espacial es función de la imagen, y la imagen es el lazo del hombre con su medio.

La mente del hombre, donde tiene lugar la percepción, la formación de la imagen y la decisión se convierte así en un campo nuevo de investigación geográfica si es que queremos entender realmente la acción del hombre sobre el medio terrestre” (Capel, 1973:58) La ciudad no solo debe entenderse como un espacio objetivo sino como un espacio percibido como espacio subjetivo-. Desde finales del siglo XIX, la ciudad progresivamente se ha estudiado bajo parámetros objetivos, esto es, criterios o estándares de tipo numérico -edificabilidad, altura, ancho de calle, m2 de equipamientos, etc.-. Asimismo, el urbanismo a lo largo de este tiempo se ha envuelto en una capa de objetividad y se le ha identificado como el proceso consciente por el que se planifica y diseñan espacios urbanos -se modela y modifica la forma física- con el fin de satisfacer las necesidades humanas. Esta definición relativamente aceptada explícita o implícitamente en los proyectos urbanos implica que al ser un proceso consciente sería erróneo pensar que el proceso de diseño no se apoya en principios objetivos y asépticos y que se examinan todas las opciones posibles (Estébanez, 1981). Realmente, los arquitectos, urbanistas y planificadores han descuidado el espacio vivido, sentido, valorado y percibido que los ciudadanos tienen de la ciudad (véase Figura 2). “Los lugares no pueden ser considerados independientemente de las personas que viven en ellos y de los investigadores que los estudian” (Bailly, A. 1979) El aspecto humano convierte a los espacios en espacios vividos, simbólicos y afectivos. El espacio no puede ser

interpretado como un campo neutro donde funciones y procesos se desarrollan, sino como un espacio vivido que se quiere, se odia, se respecta u olvida según la percepción del ciudadano (Boira, Reques y Souto, 1994) Figura 1. El espacio real y el espacio percibido Medio Comportamental

Es la parte del medio perceptivo que motiva directamente la acción o que provoca una respuesta de comportamiento

Medio Perceptual

Es el medio del que tiene consciencia el hombre (no es consciente de todo el medio operacional / geográfico)

Medio Operacional

El medio en el cual se realizan las acciones del hombre (espacio de la actividad de cada grupo humano)

Medio Geográfico

Medio real objetivo, exterior al individuo y perfectamente cuantificable

-Fuente: Reelaborado de Sonnenfeld (1972). Reconociendo que la manera en que percibimos el espacio / medio influye en nuestro comportamiento y conducta en la ciudad, podemos extraer cualidades sensibles o perceptuales del espacio que nos ayuden a (re)diseñar nuestras ciudades (Lynch, 1960; Rapoport, 1978; Chokor, 1986). Esta aproximación complementa a la visión que pone el acento en las propiedades físicas y su influencia en la dinámica e interacción socioeconómica 4, como


es el caso de la teoría Space Syntax expuesta por Bill Hillier y Julen Hanson o los planteamientos de la Gestalt (véase Figura 2). Figura 2. La relación hombre-medio: como espacio subjetivo y como espacio objetivo Sociedad / Hombre

Espacio / configuración del espacio construido

Espacio / configuración del espacio construido

Sociedad / Hombre

Desde el estudio de la percepción se extraen cualidades sensibles del espacio

Se analiza la influencia de la configuración del espacio y sus propiedades espaciales en la sociedad

-Fuente: Elaboración propia. En este contexto general, este cuaderno centra su atención en una lectura y análisis de la ciudad como espacio percibido, y en la percepción como instrumento para guiar la planificación y diseño urbano. El planteamiento de partida que se sostiene es que la percepción es un mecanismo que le permite al hombre ponerse en contacto con el mundo que le rodea, reconocerlo y actuar en él (Briceño, 2002). Se trata de mirar el espacio desde la subjetividad del individuo, permitiendo explorar el conocimiento que tienen los ciudadanos de la ciudad, así como su relación con la misma (Lynch, 1960; Lowenthal, 1961; Down, 1970; Capel, 1973; Buntin y Guelke,

1979; Bosque, 1979; Estébanez, 1979; Golledge, 1995). La relación entre percepción y comportamiento espacial nace en los 50 y 60 en el mundo anglosajón (Estados Unidos y Reino Unido). Desde entonces, el desarrollo de las ciencias cognitivas 5 se ha centrado en entender (1) el funcionamiento de nuestro cerebro recogiendo información -enfoque más biológico-neuronal-; (2) cómo nuestro cerebro selecciona y depura conocimiento del medio, y (3) cómo se utiliza el conocimiento que porta nuestro cerebro en nuestra conducta y comportamiento. El interés de ciencias como la geografía, el urbanismo, la psicología o la sociología por el estudio del medio desde la percepción se ha enmarcado en el campo de campo de “Psicología Ambiental” 6 (Craik, K., 1970; Tuan, 1976; Down y Stea, 1973; Downs y Stead, 1974; Golledge, 1995). Contrastar la percepción y conducta en la ciudad y repensar la ciudad y el urbanismo requiere mayor investigación. Como han señalado algunos investigadores los espacios urbanos son puntos de encuentro para planificadores y diseñadores urbanos y estudiosos de la percepción, aunque raramente se entrelazan sus resultados y conocimientos (Burger, 1979; Bailly, 1979; Castro, 1995) 7. A ellos se suma el desencuentro entre el espacio objetivo y el espacio subjetivo, entre el espacio de los técnicos y el espacio de los ciudadanos (Castro, 1997; Boira, 2008) (véase Figura 3). Por mucho que un técnico o edil

municipal se empeñe en que la ciudad real es la que tiene cartografiada ante sí, la verdad es que la auténtica realidad urbana se encuentra en la mente de las personas que viven en la ciudad, y a partir de ahí es desde donde se debe comenzar a trabajar. Figura 3. Desencuentro en el espacio objetivo y el espacio subjetivo, el espacio de los técnicos y el espacio de los ciudadanos Arquitectos Geógrafos Ingenieros Historiadores Economistas, etc

ESPACIO OBJETIVO

ESPACIO DE LOS TÉCNICOS

ESPACIO DE LOS CIUDADANOS

ESPACIO SUBJETIVO

-Fuente: Elaboración propia Tomando como caso de estudio la ciudad de Toledo, este trabajo plantea una aproximación al estudio de la percepción de los toledanos respecto a su ciudad.

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El espacio percibido como objeto de estudio


2. EL E SPA CI O P E RCI BI DO CO MO OB JE TO DE E ST U DI O

Abordar el estudio de la ciudad como espacio percibido es una línea de trabajo que tiene diferentes raíces. Aquí señalaremos tres. La primera raíz tiene que ver con la corriente filosófica que ha sustentado el marco teóricoconceptual de las ciencias interesadas por analizar los fenómenos desde la percepción del hombre, desde su ser y consciencia; la fenomenología y, dentro de ella, el existencialismo e idealismo. Según señala Relph (1970) la fenomenología tuvo un considerable impacto sobre la psicología y en aquellos estudios sobre la percepción del hombre en su ambiente y su comportamiento. Siguiendo a Reph (1970: 193) hay tres puntos básicos en lo que parecen estar de acuerdo los fenomenologístas: (1) el método fenomenológico es un procedimiento para describir el día a día de la experiencia del hombre en el mundo (acciones, memoria, fantasías, etc.); no es un método para analizar o explicar el mundo de forma racional y objetiva a través del desarrollo de hipótesis previas y teorías; (2) la fenomenología no trata de cuestionar las leyes físicas o la veracidad matemática; los fenomenologístas están simplemente opuestos a la dictadura de la ciencia sobre otras formas de pensamiento; (3) se considera inválido la hipótesis o supuesto de Descartes por el cuál “hay un mundo objetivo el cual posee una racionalidad que puede ser comprendida y la cuál es independiente del hombre”. Por el contrario, señalan que todo el conocimiento

procede del mundo de la experiencia y no puede ser independiente de ese mundo 8. La segunda raíz surge como respuesta a la lectura e interpretación que se hace de la ciudad y los ciudadanos a partir planteamientos de tipo geométricos, matemáticos y físicos (Estébanez, 1979). El hombre y todas sus acciones están racionalmente distribuidas en el espacio siguiendo criterios económicos, ambientales o de otro tipo (Boulding, 1956; Golledge, 1995). Se trata de una lectura determinista que entiende que la actuación del individuo es predecible, a causa de estar gobernada por ciertas variables independientes, bien el entorno físico (determinismo ambiental), bien la minimización del tiempo o beneficio (análisis de localización y ciencia regional), bien por otras fuerzas estructurales que llevan a reducir riesgos, etc. Lejos de esta interpretación el ser humano no se comporta racionalmente en el espacio urbano, sino que lo hace en función de la distorsionada y fragmentaria imagen que posee de la ciudad 9 (Boira y Reques, 1992; Carter, 1983; Capel, 1973). Como ha señalado Somoza: “reaccionamos frente al entorno que percibimos, y nuestra actitud resulta más condicionada por nuestra experiencia personal que por los verdaderos caracteres de ese espacio” (Somoza, 1995: 308). La tercera raíz está fundamentada en la exclusión de los ciudadanos tanto en el proceso de la planificación y diseño urbano como en la construcción de la ciudad. Boira (2008) sostiene que no es lo mismo la participación ciudadana que

la ciudad en la participación. Mientras que la primera responde a una cuestión ético-social, por la cual la participación se aplica en el ámbito de la administración a través de leyes o decretos, la segunda responde a una cuestión de conocimiento, por la cual la participación se busca indagando en la caracterización del espacio urbano a través de los ciudadanos. En este sentido, el autor aboga por pasar de “informar a los ciudadanos” a través de documentos de información pública para que opinen a “informarse de los ciudadanos”, esto es, obtener información no publicada en censos, estadísticas u otros bancos de datos existentes. En virtud de ello, los juicios de valor, la dimensión histórica, el lenguaje, el dibujo o la propia experiencia personal adquieren un gran valor como fuente del conocimiento científico (Marrón, 1999: 88). Para Delgado (2003) el rasgo fundamental de la fenomenología es que aboga por una mirada integral de los fenómenos, que no separa las apariencias y las esencias, no establece escisión alguna entre objetividad y subjetividad, ni desliga la experiencia del mundo exterior, puesto que toda experiencia siempre es experiencia de algo: (…) el estudio o descripción de los fenómenos requiere que las cosas se describan tal y como las experimentan las personas en la vida cotidiana, es decir, como las ven, las oyen, las sienten, las palpan, las huelen, las recuerdan o las imaginan (p. 107). (…) dan gran importancia al cuerpo como medio de participación humana en el mundo cotidiano de

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donde se deriva la importancia de su localización espacial como cuerpo que lo ocupa, y de su posición en relación con otros cuerpos. Esta participación en el espacio como cuerpos concretos implica la necesidad inherente a la existencia de organizar el espacio en términos de la propia existencia y del cuerpo mismo como medida y referencia de todas las cosas (p. 104)


Enfoques para explorar y representar el espacio urbano percibido


3. E NF OQ UE S PAR A EX PLO R AR Y REP RE S EN TAR EL ES PA C IO UR BA NO PE RCI BI DO

En este apartado destacamos los enfoques que se han desarrollado para estudiar el espacio percibido. Se trata de aproximaciones para explorar y desentrañar el mapa cognitivo, esto es, la información (espacial)10 que portamos en nuestra mente y utilizamos en nuestra conducta y comportamiento espacial en la ciudad -manera en la que nos movemos, orientamos y hacemos uso de la ciudad-.

La experiencia sensorial actual y experiencias pasadas que conectan lugares ya habitados anteriormente con el presente, obteniendo con ello una utilidad práctica (orientación) y algunas actividades de orden psicológico, pudiendo desarrollar en el individuo una seguridad afectiva dentro de la sociedad en la que habita (Castro, 1992). Figura 4. Laberinto de Tolman

3.1. La manera en que percibimos: el espacio o mapa cognitivo, representación cognitiva y la configuración cognitiva. Las relaciones entre desarrollo biológico, la apropiación del espacio, desarrollo de la sociabilidad, etc. estudiadas desde los años 50 en el marco de la psicología han sido la base para el desarrollo posterior de la noción de espacio cognitivo, representación cognitiva y configuración cognitiva. La cognición espacial o espacio cognitivo refiere al conocimiento humano en relación al espacio, tanto aquellos en los que el individuo tiene un contacto directo, como aquellos en los que el individuo no ha estado nunca presente. Edward Chace Tolman en 1948 acuña el término mapa cognitivo para referirse la construcción de información en nuestra mente y su uso como guía en los desplazamientos (véase Figura 4).

y Cauvin (1984) como: «[...] los espacios «obtenidos», «construidos», después de modificaciones y transformaciones realizadas por nuestros filtros personales y culturales a partir de los espacios físicos y funcionales (en Escobar, 1992: 46) Siguiendo a Escobar (1992) de esta definición se deriva el hecho de que los espacios cognitivos son diferentes para cada uno de nosotros. Una parte de este espacio es compartido por un grupo de población, poseedora de características comunes (filtros culturales), pero otra parte pertenece únicamente al individuo, en la medida en la que es producto de sus filtros personales. El concepto de espacio cognitivo es diferente de la noción de percepción, aunque ésta forma parte de la cognición. La percepción supone que el individuo

Fuente: https://www.simplypsychology.org/tolman.html El espacio cognitivo es un proceso complejo que Moore y Golledge (1976) lo describen como “la «suma de subconjuntos de sensación, percepción, recuerdo, razonamiento, solución de un problema, juicio y evaluación. Incluye procesos varios por los cuales la información visual, lingüística, semántica y comportamental es seleccionada, codificada, reducida, elaborada, almacenada, retransmitida y utilizada” (en Escobar, 1992:46)

“organiza, sintetiza y relaciona toda la información que recibe y le dota de un determinado significado, vinculado este a percepciones, experiencias, creencias y recuerdos, que le pueden hacer desarrollar cierto sentido de pertenencia hacia un lugar determinado, que compartido por un grupo más amplio coinciden en una misma imagen e identidad entendida y apreciada por todos” (Fernández et al. 2011: 104-205). De aquí se extrae que la percepción es el conjunto de estímulos recibidos de forma consciente o inconsciente por un individuo (Bailly, 1979) y es la función psicológica que capacita al individuo para convertir la estimulación de los sentidos en una experiencia coherente y organizada. Para


Rapapport (1978) la percepción forma parte de la cognición e implica la presencia de objetos. El espacio cognitivo proporciona la representación cognitiva -refiere al componente afectivo como las emociones-, representación interpretativa -como las significaciones- y representación evaluativa -como actitudes y juicios- cuya materialización sobre el plano es la configuración cognitiva (mapas mentales, valorativos, …- (Ittelson 1973; Escobar, 1992). Justamente en este cuaderno nos centramos en la obtención y estudio de estas configuraciones. La configuración cognitiva, expresada en mapas mentales, valorativos, etc., hace referencia directa a la cognición espacial o ambiental, esto es, en palabras de Aragonés (1988), a cómo son los lugares en nuestras cabezas y cómo son tratados, lo cual abarca tanto el proceso de llegar a conocer como el producto del conocimiento. Así, en este campo de estudio se tienen en cuenta, tanto las informaciones que se extraen del ambiente como la forma en que los sujetos recuperan los elementos de conocimiento espacial y logran representarlos en formatos convencionales, de modo que tengan significado para otras personas. En efecto, por una parte, esas imágenes cognitivas se forman a partir de la experiencia del individuo, por otra parte, ellas dependen de un sistema de valores estrechamente asociada al entorno, y finalmente ellas dependen de las características físicas del medio. El término representación cognitiva describe una construcción hipotética que se refiere al conocimiento o idea que del mundo externo a la mente tenga un individuo. Esta representación ha

recibido las siguientes denominaciones: imagen o mapa mental, imagen o mapa cognitivo, modelo de la realidad, mapa del entorno o mapa de la percepción (Colledge, R., 1995). En un sentido, más estricto, el mapa mental es la representación individual o colectiva del mapa cognitivo, dibujado a mano o por computador, en el que puede incorporarse etiquetas o toponimia (Wood, 1973, 1992, Gieseking, 2013).

urbanos no deben preocuparse con el diseño total, hay que dejar el espacio para las ambigüedades de las manifestaciones individuales. Solamente puede crearse espacio, no lugar. A pesar de ello, el rol del arquitecto es seguir adelante con la tradición del lugar e introducir cambios con modestia, moderación y base a las pistas de los posibles cambios que la sociedad y las diferentes personas pueden necesitar 11.

3.2. El enfoque perceptivo: el sentimiento respecto al lugar

El ser humano, en su naturaleza más básica, siente y responde con estímulos al ambiente que le rodea. Los lugares están construidos desde nuestra memoria y sentimientos a través de repetidos encuentros. La experiencia cotidiana genera unos espacios cuya imagen se caracteriza por poseer una identidad, una estructura y una significación para sus habitantes. Se dice que éstos poseen un sentido de lugar (Fumera, 1993).

El enfoque perceptivo sostiene que los lugares no son solamente un punto que alberga unas coordenadas o tiene unas funciones sobre la superficie de la tierra, sino que se identifica porque está impregnada con valores humanos (Mayhew, 1997). No hay lugar sin sentido del lugar, el lugar es donde uno es conocido y conoce a otros (Butz y Eyles, 1997). Los lugares no solo tienen una realidad material, sino que son construidos socioculturalmente a través de procesos sociales que los cargan con sentidos, significados y memoria, en la vida práctica. El aspecto humano convierte a los espacios en “espacios vividos, simbólicos y afectivos”. El espacio no puede ser interpretado como un campo neutro donde funciones y procesos se desarrollan, sino como un espacio vivido que se quiere, se odia, se respecta u olvida según la percepción del ciudadano (Boira, Reques, Souto, 1994) Vernez Moudon (2009) en su libro “Built for Change” señala que los arquitectos y planificadores

Yi Fu-Tuan (1976) afirma que el sentido de lugar infiere conexiones que las personas tienen con el lugar, sus percepciones de las relaciones entre ellos mismos y sus lugares, y es un concepto que abarca aspectos emocionales y simbólicos. “El espacio llega a ser un lugar mientras nosotros lo conocemos mejor y lo dotamos de valor (Tuan, 1976, p.6). “el lugar es una clase especial de objeto cargado de significados que existe en diferentes escalas; un rincón, la casa, una esquina, el barrio, la región, el país o el planeta, son lugares en donde se materializa el acto de vivir en el mundo (…) es una entidad geométrica abstracta definida por lugares y objetos; es una red de

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lugares y objetos que las personas pueden experimentar directamente a través del movimiento y el desplazamiento, del sentido de dirección, de la localización relativa de objetos y lugares, y de la distancia y la expansión que los separa y los relaciona (Tuan, 1976) Tuan introduce el concepto de topofilia -topos, lugar; philia, apropiación afectiva-, para referirse al sentimiento que experimente el hombre en un lugar, es el lazo afectivo entre las personas y el lugar o el ambiente circundante. En su libro “Topophilia. A study of environment perception. Attitudes and values” se pregunta ¿qué tipo de experiencias tengo y sentimientos percibo respecto a los lugares que tránsito y estoy, y aquellos que no transito ni estoy?; y acuña los términos topofilia, para referise a una experiencia placentera con el lugar, topolotría, para referirse al sentimiento reverencial o mítico de un lugar, topofobia para determinar sentimiento de miedo, rechazo o aversión y toponegligencia para calificar la relación de desinterés o desapego que guardamos con ciertos lugares 12. En esta línea Anne Buttimer hace hincapié en la necesidad de una comprensión empática del mundo vivido, y concede importancia notoria a la solidez de los lazos que unen hombres y lugares para la consecución de la estabilidad, tanto individual como colectiva (en García Ramón, 1985: 232). En relación a la actividad turística, en aquellos espacios donde la capacidad de carga turística ha desbordado la vida de los habitantes con una alta afluencia en determinado espacios o barrios, como ha sido el caso de Barcelona en los últimos años, se habla de ‘turismofobia’ (Boley et al., 2017). Este

concepto se contrapone al de ‘turismofilia’, caracterizado por el respeto y consideración por el turismo, en tanto que todos somos turistas. Medir el sentido de un lugar es una tarea compleja, debido a la carga subjetiva que incorpora. Con todo, abordar este tema es de suma importancia para actuar e intervenir en la parte material de la ciudad. 3.3. El enfoque preferencial y valorativo: la estimación del lugar Zarate y Rubio (2008:89) señalan que R.M. Downs (1970) en Geographic Space Perception: Past Approach and Future Prospects diferencian la dimensión valorativa y la preferencial. Mientras que la dimensión valorativa hace referencia a la consideración del medio real por los individuos con vistas a adoptar un determinado comportamiento, la dimensión preferencial alude a la mayor o menor estimabilidad que generan los elementos del paisaje o las áreas urbanas en las personas. Aunque con matices estas dimensiones buscan captar y medir preferencias respecto a las distintas partes del espacio, dentro del uso y construcción de una cartografía que determine el grado de preferencia y utilidad de diferentes lugares. Gould and White (1974) establecieron los mapas de superficies de percepción en relación al atractivo residencial 13. Con ello no solo buscaron representar las áreas con mayor y menor estimación para residir sino también entender qué factores lingüísticos, económicos, culturales, políticos, centralidad, prestigio, seguridad,

accesibilidad, etc. condicionan o actúan como barrera o facilitador para una elección u otra. Diferentes estudios (Zárate et al., 1986; Yago, 2012) han abordado este tema analizando las preferencias residenciales según barrios en una ciudad. La técnica utiliza para conocer los barrios con mayor y menor estimabilidad residencial ha sido la entrevista. A través del uso de una escala ordinal se pide que se puntúe de mayor a menor puntación haciendo coincidir la mayor puntuación con el barrio más valorado y la menor puntación el barrio menos valorado. De los resultados obtenidos se han elaborado los denominados mapas topológicos residenciales (véase Figura 5). Figura 5. Mapa preferencial de Toledo según alumnos del Instituto de Bachillerato de Alfonso X el Sabio.

-Fuente: Zárate et al. (1986) L. E. Jackson y R. J. Johnston (1972) investigan los criterios que utilizan los ciudadanos para determinar la estimabilidad de las ciudades. La


estimabilidad es expresada, por ejemplo, en términos de deseo de residir en ellas y la forma como ellos determinan las imágenes mentales. La tesis de los autores es que las preferencias por una misma ciudad pueden estar basadas en imágenes, con criterios y en flujos de información diferentes por parte de las distintas personas. La actuación de agentes públicos y privados en la construcción de la ciudad a lo largo del tiempo condiciona en parte la óptica social y espacial de los ciudadanos a la hora de percibir y estimar ciertos espacios de la ciudad mejor que otros (Estébanez, 1981). La localización y calidad de bienes y servicios públicos o privados -características objetivas de los lugares- discrimina un espacio en beneficio de otro. En esta línea cabría pensar que, aquellos que administran la sociedad, deberían promover y utilizar este tipo de estudios para revisar la planificación y cualificación de los barrios. 3.4. El enfoque visual: el mapa mental El enfoque visual sostiene que las personas portan un “archivo mental de la ciudad”, que les permite estructurar y recordar (conocer e identificar) el espacio urbano y su paisaje (Escobar, 1992). La manera en que las personas estructuran y recuerdan el espacio urbano y su paisaje tiene mucho que ver con las cualidades físicas/materiales que posee, el contenido social y funcional y las relaciones sensitivas (Milgram y Jolet, 1976; Jolet, 1982). El mapa cognitivo es un dibujo que la persona lleva en su mente: las calles, barrios, plazas que son

importantes para él, de algún modo enlazadas y con una carga emocional adjunta a cada elemento” (Milgram, 1977, 1982) Kevin Lynch (2008) argumenta que las personas estructuran y recuerdan el medio cuando experimentan los lugares: los recorren, utilizan, sienten, etc. pero también cuando leen, se informan, etc. Esta información de la realidad que portan las personas puede abstraerse a través del dibujo del medio (calle, barrio, ciudad, etc.) y, a su vez, estos dibujos pueden ser caracterizados y medidos en función de cinco componentes: los nodos, los bordes, las áreas, los hitos y las sendas 14 (véase Figura 5). Estos cinco componentes son identificados y estructurados en la mente de cualquier persona. Identidad y estructura formal son dos conceptos clave para explorar y cartografiar las imágenes mentales. La identidad refiere a la identificación e individualización de elementos que componen el espacio geográfico, a través de la distinción de uno con respecto de otro y su reconocimiento como entidad separable. Estos elementos pueden corresponder al medio natural -relieve, clima, vegetación, fauna- o ser resultado de la intervención del ser humano en el espacio edificaciones, vías de comunicación, monumentos, tráfico, contaminación, basura, entre otros-. La estructura formal hace referencia a que, una vez identificados los elementos que componen la imagen mental estos deben ser interconectados entre sí con el fin de elaborar un espacio de diagrama mental más o menos adaptado a la configuración geográfica del espacio. Así el

elemento identificado forma parte de un conjunto espacial donde posee relaciones de conexión, distancia, dirección con otros elementos y con el observador (véase Figura 6). Figura 6. Componentes del mapa mental Las sendas son los conductos que sigue un observador normalmente, ocasionalmente o potencialmente (calles, vías, senderos, etc.). Son elementos que predominan en su imagen de la ciudad. Cuando las sendas se confunden entre sí o carecen de identidad la imagen de la ciudad presenta dificultades. Los bordes son los elementos que el observador no usa o considera sendas (playas, ríos, rupturas lineales de la continuidad, muros, líneas de ferrocarril…), constituyendo referencias laterales. Aunque estos elementos no son tan dominantes como las sendas, pero constituyen para muchas personas importantes rasgos organizadores, en especial en la función de mantener juntas zonas generalizadas. Los barrios son las zonas urbanas relativamente grandes en las que el observador puede ingresar con el pensamiento y que tienen cierto carácter en común. La existencia de barrios bien diferenciados es una característica sentida unánimemente como positiva. Los barrios aparecen definidos en función de características variadas: la textura, el espacio, la forma, los detalles, los símbolos, el tipo de construcción, el uso, la actividad, el perfil socioeconómico de los habitantes, el grado de mantenimiento, la topografía, e incluso por rasgos tales como el ruido o el caos. Los nodos son los focos estratégicos a los que puede entrar el observador, tratándose típicamente de confluencias de sendas o de concentraciones de diversas características. Puede tratarse de puntos en los que la gente debe hacer una pausa y tomar una decisión (confluencias, cambios o paradas de transporte, estaciones…) o bien de plazas claramente individualizadas. Los mojones o hitos constituyen elementos singularizándose en el paisaje urbano, de escala variable, que son fácilmente percibidos por el ciudadano y que le sirven de guía en la ciudad, como por ejemplo ciertos edificios característicos por su edad, su monumentalidad o su forma. El número de los mojones que resultan percibidos aumenta con el conocimiento progresivo del espacio urbano.

-Fuente: Adaptado de Kevin Lynch (2008)

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Figura 7. Mapa psicológico de París

A la hora de realizar este tipo de trabajos se echa en falta criterios metodológicos homogéneos y concentración de métodos y técnicas que ayuden a enriquecer el estudio del espacio subjetivo (Boira y Reques, 1992). Por otro lado, la sistematización de resultados, elaboración de conclusiones y posibles generalizaciones resultan complejas (García, 2017). Cabe señalar que la percepción cambia según residamos en la ciudad o seamos turistas (Pocock, 1976). 3.5. El enfoque espacio-temporal

-Fuente: Milgram y Jodelet (1976).

Como señalan Parker y Thrift (1980), además del tiempo universal objetivo, registrado por calendarios y relojes, hay dos tipos de paratiempos –paratimes-. El primero, el tiempo de la vida, que incluye el tiempo psicológico y biológico; de forma conjunta operan para sustentar la vida, y suministra una base que orienta nuestra experiencia ya que facilita un orden secuencial de actividades en pasado, presente y futuro. El segundo, el tiempo social, este deriva su significado del uso en grupo y consciente de la frecuencia, duración, tiempo y secuencia de las relaciones sociales. Ambos tipos de tiempo se identifican con ciclos de eventos temporales que se dan en el espacio.

La manera en que cada individuo identifica y estructura estos elementos ha llevado a Kevin Lynch (2008) a establecer dos conceptos: legibilidad facilidad o claridad con que pueden reconocerse y organizar las partes de una ciudad y su entidad como un todo- e imaginabilidad -grado de nitidez o vigorosidad de la imagen de la ciudad-.

Describir las trayectorias espacio-tiempo facilita la comprensión de la conducta humana (Hägerstrand, 1975), qué espacios se utilizan, cómo se utilizan, cuando se utilizan y cuánto tiempo se está en ellos. Aspecto que permite contraponer a la distribución espacial de las funciones urbanas y la utilización de los usos de suelo, por ejemplo.

Este enfoque reclama la necesidad de estudiar al individuo para poder comprender los comportamientos individuales y sociales. Estudiar las actividades cotidianas sobre una base individual, se considera como un paso previo para poder comprender patrones de comportamiento a mayor escala. García Ramón (1985) lo utilizó para describir la jornada femenina en su doble actuación laboral y familiar. La imagen de la ciudad se percibe desde la residencia, desde los caminos entre ella y el resto de los destinos que hacemos habitualmente. A través del uso repetido de espacio, la configuración de la imagen se va fijando y precisando (Griffin y Preston, 1966; Díaz, 1992). Figura 8. Desplazamientos de una familia sueca en el espacio y en el tiempo

-Fuente: Parker y Thrift (1980)


Otros autores han utilizado fuentes literarias, artísticas y textuales también como instrumento para comprender y analizar el medio, la imagen y paisaje en un determinado periodo histórico (Zárate, 1992; Vara, 2010) El tipo de actividad a lo largo de la vida del individuo -ruta escolar, ruta laboral, ruta comercial, etc.- hace que sobre el mismo plano de la ciudad coexistan distintos esquemas cognitivos de la misma. En consecuencia, la imagen de la ciudad no es única (Bosque et al., 1992: 11-12). 3.6. Reflexiones Siguiendo a Tuan (1976) todas estas aproximaciones nos llevan a decir que la experiencia o conocimiento del espacio, involucra directa o directamente a todos los sentidos. El gusto, el olfato, el odio y la sensibilidad de la piel, junto con nuestros recuerdos e información, en combinación con las facultades espacializantes de la vista y el tacto, enriquecen nuestra aprehensión del carácter espacial, geométrico y topológico del mundo. Ello nos permite crear y construir una nueva cartografía entre el mundo real y la conducta humana con resultados significativos. [De este modo] adquiere protagonismo la geografía de las representaciones, que se interroga sobre el mundo de la mente y sobre las relaciones existentes entre estas representaciones y las acciones humanas (Zárate, 1992: 42). Frente aquellos que, como Pickles (1987), señalan que la aproximación humanista genera una

producción científica meramente descriptiva y que no tiene una metodología claramente especificada, vemos como los enfoques descritos anteriormente permiten definir un proceso que no solo ordena las experiencias geográficas de la gente, sino que nos ayuda a comprender y dotar de significado la manera en que utilizamos y nos movemos por la ciudad (véase Figura 9). En suma, un análisis del espacio percibido debería conectar los diferentes enfoques para comprender el comportamiento y toma de decisiones de los individuos en la ciudad. Esta información nos permite generar una nueva cartografía o geografía de la representación entre el mundo real y el de la conducta humana.

12

Figura 9. Técnicas para el estudio de la ciudad como espacio subjetivo Explorar y capturar la información mental (el espacio geográfico se hospedad en la memoria humana)

Representar y describir la información mental (resultado de nuestra relación con el espacio, a través de nuestras experiencias)

IMAGEN MENTAL

MAPA MENTAL

SENTIMIENTO DEL LUGAR

MAPA AFECTIVO

ESTIMACIÓN-VALORACIÓN DE ÁREAS

MAPA TOPOLÓGICO RESIDENCIAL

DESPLAZAMIENTOS COTIDIANOS

MAPA DE FLUJOS / RECORRIDOS

PROBLEMAS

MAPA DE PROBLEMAS

-Fuente: Elaboración propia.

Aportar significado a nuestro comportamiento y conducta en la ciudad

Conocer la manera en que utilizamos y nos movemos por la ciudad desde la experiencia individual y el conocimiento que tenemos de la misma La ciudad percibida. Indagar en rasgos físicos y sus cualidades sensibles o perceptuales que ayuden en el (re)diseño de la ciudad


El espacio percibido: supuestos y limitaciones


4. EL E SPA CI O P E RCI BI DO : S UP UE S TO S Y LI MI TA CIO NE S

El habitante de la ciudad no percibe de forma clara y distinta el conjunto del espacio urbano, sino más bien una serie de sectores o de elementos que le parecen destacados, por una razón u otra. En este sentido, no solo posee una visión fragmentaria y parcial, sino que además la manera subjetiva en como ve el mundo incide en su comportamiento espacial (Capel, 1973; Moral y Lázaro, 2018) Esta situación, a través de diferentes estudios, ha llevado a señalar un conjunto de supuestos y limitaciones sobre el espacio percibido. Reconociendo que las propiedades que tienen los objetos repercuten en la percepción y juicios estéticos, aquí ponemos la atención en cómo la percepción que se tiene del espacio nos ayuda a desentrañar ciertas cualidades sensibles o perceptuales del espacio (Lynch, 2008). En este sentido, Kevin Lynch propone dos conceptos, legibilidad e imaginabilidad. La legibilidad se vincula al grado de claridad y facilidad con la que percibimos las partes de la ciudad y su organización en torno a un patrón coherente. La imaginabilidad el grado de vigorosidad o nitidez con la que construimos diferentes imágenes de la ciudad y su imagen como un todo (imaginabilidad). Ambos conceptos, están relacionados con los de identidad, estructura y significado (véase Figura 10).

La manera en que identificamos y estructuramos el medio está en relación al significado práctico, sensorial y emotivo que tiene cada observador. La identidad, estructura y significado nos ayuda a desvelar escenarios conductuales en la ciudad (Barker, 1968) y, por tanto, nos pone en relación conducta y lugar. Figura 10. Identidad, estructura y significado IDENTIDAD

ESTRUCTURA

Refiere a la identificación de un objeto. Lo que implica su distinción con respecto a otras cosas, su reconocimiento como entidad separable Rasgo de individualidad o unicidad.

Refiere a la relación espacial o pautal del objeto con otros objetos.

SIGNIFICADO Refiere al significado práctico o emotivo para el observador

- Fuente: Kevin Lynch, 2008. Cualquier ejercicio destinado a conocer la percepción de un individuo se encuentra con limitaciones propias en su capacidad de expresión o de dibujo. Asimismo, la información en nuestra mente se despliega de forma selectiva ante ciertos problemas o situaciones. A ello hay que añadir el

tipo de técnica utilizada para representar y evaluar la información obtenida. El segundo supuesto, cada individuo crea y lleva su propia imagen (Buttimer y Seamon, 1980; Milgram, 1977), pero parece existir una coincidencia fundamental entre los miembros de un mismo grupo (Gould y White, 1974; Estébanez, 1979). Existen imágenes o representaciones mentales comunes a gran número de habitantes de una ciudad o de una región. Estas imágenes se constituyen como resultado de la interacción de una realidad física única, una cultura común y una naturaleza fisiológica básica (Lynch, 2008), a lo que debe añadirse, la influencia de factores socioeconómicos (Capel, 1973; Powell, 2010). Dentro de estas condiciones grupales pueden diferenciarse similitudes en función de rasgos como el sexo, la edad, la actividad profesional o ámbitos donde se viven. Las personas actúan dentro de un conocimiento limitado por la complejidad del proceso de percibir, sentir, pensar y por el volumen y calidad de la información, por sus experiencias personales, por la cultura y por las distintas etapas dentro del ciclo de vida: infancia, juventud, madurez y vejez. Como ha señalado Goodey (1973:7) las imágenes se forman a partir del entorno personal (la habitación, el mobiliario, el hogar), a través de los desplazamientos habituales a los lugares de trabajo, compra, ocio y relación, que permiten conocer las localizaciones, conexiones entre zonas, y obtener noticias sobre el paisaje y las características sociales y funcionales de las áreas recorridas. Todo ello se completa con la información de los lugares

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visitados ocasionalmente y con la información de los espacios más alejados que proporcionan los medios de comunicación (véase Figura 10). Figura 11. La percepción del espacio según B. Goodey (1973)

-Fuente: Zárate y Rubio (2008). El tercer supuesto, percepción humana tiene un papel decisivo en la formación de la imagen del medio real, la cual, y no éste, es la que influye directamente sobre su comportamiento (Capel, 1973; Bosque, 1979)15. Este supuesto está conectado con el anterior. La formación de esta imagen está relaciona con nuestro espacio vivido, los hechos y la amplitud de los valores que emergen de la experiencia cotidiana (Bollnow, 1969: 25; en Fumega, 1993: 11). El comportamiento espacial es función de la imagen, y la imagen es el lazo del hombre con su medio (Down, 1970).


MetodologĂ­a


5.

M E TO D OL OG Í A

En España el estudio de la ciudad como espacio percibido ha tenido una importancia menor que en otros países. De los enfoques señalados en el apartado 2, el enfoque visual y preferencial, ha sido el más analizado16. Uno de los problemas señalados en este tipo de estudios es que carecen de un método homogéneo en sus aproximaciones, ya sea, por el tipo de entrevista y encuesta efectuada, como por el número y perfil de los entrevistados y encuestados (Boira y Reques, 1992; Vara, 2008). Con todo, el análisis del espacio percibido permite obtener en cada caso una manera concreta de conocer, estar, recorrer, evaluar y tomar decisiones con relación al espacio. El análisis del espacio percibido que se plantea para el caso de Toledo adopta el enfoque visual, estimativo, espacio-temporal y análisis de problemas. Antes de pasar a describir el método de cada enfoque señalamos algunas cuestiones previas de tipo general. La ciudad de Toledo fue analizada desde la aproximación de la geografía de la percepción en estudio dirigido por Antonio Zárate en 1986 17. Entonces, los datos fueron aportados por estudiantes de dos institutos de Toledo. El presente trabajo difiere en el procedimiento de la toma de datos y la muestra. Para una población de 85.000 hab. según el padrón de 2018 y manteniendo un nivel de confianza del 95% y margen de error del 5% el tamaño, se toma una muestra de 383 personas. Las entrevistas han sido efectuadas por alumnos de la

Escuela de Arquitectura en el curso académico 2018-2019 para la asignatura TPAU-III. Cabe señalar que previamente al desarrollo de las entrevistas el alumno ha recibido una clase teórica y taller práctico -se revisa la entrevista, cada alumno dibuja el mapa mental de Toledo, se hace una exposición y comentario, etc.A la hora de efectuar las entrevistas se ha buscado un reparto espacial equilibrado de la ciudad de Toledo (véase Mapa 1). Cada ámbito señalado en el mapa ha sido estudiado por un grupo de dos alumnos. En cuanto al perfil de los encuestados se ha ajustado a los siguientes criterios de grupos de edad 18 -12 y 18 años; 19 y 30 años; 31 y 65 años y más de 66 años) y sexo -50% de hombre y 50% de mujeres para cada grupo de edad-. Las herramientas o técnicas empleadas para recabar información de cada sujeto ha sido la realización de mapas mentales (técnica de dibujo proyectiva) y la entrevista. Se trata de herramientas directas en la obtención de información (véase Anexo I). En el uso de este tipo de herramientas y en la sistematización de resultados se ha buscado ser riguroso, para evitar una interpretación subjetiva (Estébanez, 1979). La mezcla de estas técnicas hace que el tiempo que se requiere por parte de cada individuo sea de media 20/25 minutos, por lo que supone una dificultad suplementaria por el peligro de terminar pronto y quedar parte de la información sesgada. El análisis que se efectúa a cada individuo se estructura en cuatro apartados.

La imagen de la ciudad de Toledo. Se adopta un enfoque visual. Esta protagonizado por los esquemas gráficos o croquis, las descripciones verbales y anotaciones. Cada grupo tendrá 16 dibujos de la imagen de la ciudad. De la Figura 12a a 12e se presentan algunos de ellos. Hay ciertas limitaciones que deben considerarse como han señalado Escobar (1992) y de Castro (1995). El mundo sensorial rebasa las posibilidades del lenguaje gráfico. Ocurre que, muchas veces tenemos más información en nuestra mente que la que dibujamos (Claval, 1974). Dicha información aparece en determinados momentos y ante ciertos problemas que nos asisten. Por otro lado, no todos los individuos tienen la misma habilidad dibujando y además también hay diferencias en la percepción de acuerdo con la formación de los individuos. Otra limitación es que en la experiencia perceptual del entorno urbano no tiene por qué estar presente esta geometría. Existe más bien una representación topológica (R. W. Byrne, 1979). La cuarta limitación, la percepción espacial tiene un carácter selectivo (F. C. Vigier (1965). También hay que considerar que la imagen de la ciudad dependerá del ciclo de vida y del grupo social. Marginados, turistas o visitantes ocasionales tendrán una imagen diferente que los inmigrados recién llegados que la población asentada varias décadas (Pocokop, 1967; Vincienne,1965). Para este ejercicio se facilitó un papel en blanco de tamaño Din-A3 a cada persona. Aunque la disponibilidad de papel de esas dimensiones permite una reflexión mayor y más detalles dibujados por parte del encuestado (Castro, 1995), desde luego es una afirmación


Figura 12a. Imagen mental individual de la ciudad

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-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


Figura 12b. Imagen mental individual de la ciudad

-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


Figura 12c. Imagen mental individual de la ciudad

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-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


Figura 12d. Imagen mental individual del barrio

-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


Figura 12e. Imagen mental individual del barrio

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-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


Figura 12e. Imagen mental individual del barrio

-Fuente: Ciudadano anรณnimo de Toledo


insuficientemente estudiada (Pocock, 1976; Kitchin y Freundschuch, 2000; en Gieseking, 2013: 715).

Figura 13. Tipos de mapas secuenciales

Figura 14. Tipos de mapas estructurales

En función del tipo de elemento que se enfatiza en el dibujo y del nivel de precisión Rodwin et al (1969) estableció una clasificación en mapas secuenciales y mapas estructurales. Los mapas secuenciales son aquellos que acentúan los elementos lineales, los lugares por donde se camina o circula. Los mapas estructurales resaltan los elementos espaciales distritos, barrios, bordes o hitos- (véase Figura 13 y 14) El segundo apartado de la entrevista se centra en obtener la imagen del barrio. De igual manera que en el apartado anterior existen similares limitaciones. Dado que éste es un espacio más próximo al individuo, a priori, se presenta como más fácil de representar. Tras realizar el dibujo del barrio, se solicita a los individuos que indiquen los principales problemas y deficiencias que tiene el barrio. Ello permite elaborar un listado de problemas y su localización espacial. El tercer apartado examina y valora el grado estimación de los diferentes barrios de la ciudad de Toledo para vivir. Se solicita a cada individuo que otorgue una puntación de mayor a menor, conforme al grado de preferencia para localizar su vivienda. También se pide que indiquen los motivos de estas preferencias. Esta actividad permite llevar a cabo la elaboración de un mapa topológico preferencial.

24

A. B. C. D. E.

Branch-spinal, Branch-focal, Branch and Loop, Net-spinal, Net pattern

Fuente: Pocock, 1976:498

F. G. H. I. J.

Mosaic Scatter Scatter-link Pattern-sketch Pattern-map

-Fuente: Pocock, 1976:499


El cuarto apartado se centra en conocer la movilidad de cada individuo conforme a una serie de motivos. Se pregunta a dónde se desplaza por motivo de trabajo, estudio, compras, ocio, etc. (véase Anexo I). Como señala Munir Cerasi (1973) o Steinitz (1967, 1968) la formación de las imágenes mentales está en función de las acciones del sujeto, entre ellas los desplazamientos cotidianos. Los resultados obtenidos por los desplazamientos se relacionan con las imágenes obtenidas del barrio y de la ciudad.


Mapa 1. Ámbitos de las entrevistas

G14 G13 G11 G23

G10 G9

G5 G8

G7 G12

26

G6

G4 G3

G2

G21

G1

G18

G16 G15

G22

G17

G19

G20

Cada área equivale a un grupo de trabajo en el que se han efectuado 16 entrevistas a sujetos diferentes. G1. Casco Histórico | G2. Casco Histórico | G3. Antequeruela-Covachuela | G4. San Antón | G5. Avda. Europa | G6. Reconquista | G7. Poblado Obrero | G8. Corea | G9. Palomarejos |G10. Buenavista | G11. Buenavista Norte | G12. Montesión | G13. Valparaíso | G14. La Legua | G15. Santa Bárbara | G16. Polígono – Área Industrial | G17. Polígono – Área Grandes Equipamientos | G18. Polígono – Área Nuevo Ensanche | G19. Polígono – Área Espacio Mixto | G20. Polígono – Área de Vivienda Unifamiliar | G21. Polígono – Área Bloque Exento | G22. Polígono – Área Bloque Exento | G23. Azucaica

Fuente: Google Earth. Elaboración propia.


Resultados empĂ­ricos


6.

R E S ULTAD O S E MP ÍRI CO S

6.1. El mapa mental de Toledo. El objetivo principal es determinar la imagen de la ciudad de Toledo que tienen sus habitantes a través del dibujo que ellos hacen. Se trata de una representación subjetiva pero también significativa de la ciudad. El mapa mental es un dibujo de la ciudad que la persona lleva en su mente: las calles, barrios, plazas, que son importantes para él, de algún modo enlazadas y con una carga emocional adjunta a cada elemento (Milgram, 1977: 1982) En el caso de Toledo, la mayor parte de los sujetos comienzan a dibujar el río Tajo y el casco antiguo. A partir del río, elemento de carácter natural, y la ciudad intramuros, elemento de carácter antrópico, se dibuja el resto de la ciudad. El río actúa como un condicionante clave en el desarrollo y evolución de la ciudad. No solo se trata de un elemento fundamental en el paisaje sino que, a su vez, forma parte en los desplazamientos cotidianos. El casco adquiere especial presencia en la vida de los toledanos no solo por su impronta en el paisaje derivado de la topografía y la trama superpuesta de edificios de carácter monumental- sino por el carácter de centralidad político-económica y cultural -turística y de ocio-. Por todo ello, el río y el casco tienen un gran poder en la organización mental de los toledanos.

En numerosos dibujos se observa que la representación del casco histórico es mucho mayor, cuanto mayor es la distancia que residen los ciudadanos. Este hecho fue demostrado para el caso de Amsterdam por Heinemayer (1967). Por otro lado, se observa que la distancia real y la distancia subjetiva difieren en diferentes elementos representados.

A continuación, hacemos una descripción e interpretación general de los elementos -sendas, hitos, bordes, nodos y barrios- identificados en los mapas mentales elaborados. De la Figura 15a a la 15f se recogen diferentes ejemplos de los mapas mentales elaborados por diferentes grupos.

Como ya apuntase Bailly (1979), puede verse también en el caso de Toledo que, a medida que el individuo mejora su conocimiento de la ciudad vive más tiempo en ella y efectúa más actividadessus representaciones pasan de formas más simples a más complejas y elaboradas. La diferencia entre grupos de edad nos permite observar que la población más envejecida tiende a representar y focalizar la atención en las partes más antiguas de la ciudad, en este caso el casco histórico de Toledo. Probablemente, porque ha mantenido una mayor relación con este espacio en su etapa más joven.

-Sendas La Calle Comercio, eje entre los nodos de Zocodover y la Plaza del Ayuntamiento es la senda que más se ha dibujado y citado. Como ha señalado Lynch (1984:66) existen un conjunto de cualidades espaciales -estrechez o anchura de la calle, fachadas, textura, arbolado, concentración de usos, etc.- que dan a ciertas calles la prominencia en las mentes de los observadores. De este modo, se convierten en elementos con significado y estructurantes de la ciudad. La Calle Comercio genera un efecto psicológico de multitud y presencia de actividades enmarcado en un espacio físico relativamente estrecho.

Es también importante destacar la diferencia entre el desplazamiento peatonal y en vehículo. Estudios como los de Canter (1977) o Danilidis (1988) señalan que el medio de locomoción empleado incide directamente en la imagen que poseemos de la ciudad (en Escobar, 1992: 56). Para el caso de Toledo hemos evidenciado este aspecto. Cuando nos desplazamos andando, los detalles de los edificios, calles, parques, etc. afloran a nuestra mente de forma natural. Por el contrario, el desplazamiento en vehículo o transporte público hace que las representaciones sean más generales y se apoyan en la representación de grandes vías de comunicación o calles principales de la ciudad.

La propia configuración topográfica y el trazado del río ha condicionado el diseño y construcción de las vías que conectan el casco histórico con el resto de la ciudad. Hecho que tiene influencia en las calles más citadas. La Puerta de Bisagra actúa como conexión entre las sendas más citadas de la ciudad de Toledo. Aquí confluye el “eje Este”, Paseo de la Rosa, Puente Azarquiel y Calle Carrera, también lo hace el “eje Norte”, representado por la Avda. Madrid, Calle Marqués de Mendigorría y Cardenal Tavera, por el noroeste afluyen dos ejes que atraviesan la Vega Baja, uno, la Avda. Barber, Reconquista y Paseo Merchán y otro, la Avda. Carlos III -cruzando el Circo Romano- conectando

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con el Paseo Merchán y la Avda. de la Cava. Ésta última es una vía que bordea la muralla por el lado oeste y conecta con Cigarrales y la tradicional carretera hacia Talavera de la Reina. Otras sendas que se dibujan, aunque con menor importancia, son la carretera N400 dirección hacia el Polígono de Santa María de Benquerencia o la Avda. Europa. -Hitos Peterson (1916) advierte que los habitantes de una ciudad se orientan por características urbanas conspicuas -ilustres y visibles- y no por puntos cardinales (Pocock, 1976: 511). Los habitantes de Toledo retienen en su mente hitos como la Catedral, el Alcázar, La Puerta de Bisagra o San Juan de los Reyes. Se trata de elementos singulares del paisaje urbano cotidiano y que además han sido parte fundamental de la historia de España y de la Ciudad. Las Cortes, Arco de la Sangre, Escaleras mecánicas, Academia de Infantería, Castillo San Servando, Parador son otros hitos representados por los entrevistados. Es interesante observar como los toledanos destacan los Puentes de San Martín y Puente de Alcántara. Además de su carácter monumental están presenten en sus vidas cada vez que cruzan el río Tajo por el puente Azarquiel y el Puente de la Cava (véase Fotografía 2). -Bordes El río Tajo se ha convertido en el borde que más se cita. El río es un elemento natural que condiciona el crecimiento de la ciudad, así como la actividad agraria, el ocio y las comunicaciones. De ahí su

presencia en nuestra mente a la hora de separar espacios y dar continuidad. La muralla es otro elemento que se dibuja y cita con profusión. Su carácter como límite físico es evidente. Otros bordes que se indican son las grandes arterias de comunicación como la TO-20 y la AP42. Se trata de grandes vías de comunicación que apenas generan permeabilidad en los espacios que atraviesan. Pocas personas han identificado el río Tajo como senda, como lugar de paso y para estar. Este hecho, probablemente, está ligado al diseño y planificación de la ciudad dando la espalda al río. Por ejemplo, no hay una verdadera conexión y diseño en las calles que permita enlazar Palomarejos y Santa Teresa con el Río Tajo. El Campus de la Fábrica de Armas junto con las parcelas pertenecientes a la Consejería de Fomento y complejo del Cristo de la Vega actúan como una barrera que impide la permeabilidad y el paso. La Avda. de la Cava está diseñada como una vía para la circulación rápida de vehículos y no como un paseo que conecta Reconquista con el Río Tajo. Habría que rediseñar esta avenida y otorgar un carácter preponderante peatonal y arbolado, con actividades múltiples para la estancia. -Barrios Siendo el Casco Histórico de Toledo el barrio más citado, sucede que los barrios que más se dibujan y citan son aquellos que están bordeando o son próximos al de residencia de la persona entrevistada. En otras ocasiones, se citan barrios

que, aunque no están próximos, corresponden a lugares en los que el encuestado le gustaría vivir o porque realiza alguna actividad frecuente. Por ejemplo, los encuestados entre 14 y 30 años citan barrios donde hay una mayor oferta para jóvenes pubs, cines, cadenas de comida rápida, etc., -, tal es el caso de Santa Teresa, el Polígono o Buenavista. En edades comprendidas entre los 30 y 65 años los barrios más citados son el Casco y Santa Teresa. Mientras que el casco combina oferta cultural y gastronómica, Santa Teresa tiene un perfil más gastronómico. Los barrios como Vistahermosa, Montesión, Azucaica o Tres Culturas apenas son representados. Tal vez, ello se deba a su localización y la predominancia del uso residencial. Espacios urbanos nuevos y con una trama urbana poco singular y excesivamente residencial como la zona del Poligono Grandes Espacios de Oficinas ha llevado a crear un mapa mental de barrio en el que el Polígono no aparece y además en el dibujo del barrio apenas un par de líneas (principales calles de acceso y salida) son dibujadas. La ciudad no se experimenta de forma aislada, sino en relación con el espacio que vivimos. -Nodos Como ha señalado Powell (2010:539) el mapa mental permite identificar lugares que “evocan la experiencia vivida en cuestiones sociales, culturales y políticas relacionadas con el lugar”. Tal es el caso de la identificación de nodos. Las plazas y parques constituyen los principales lugares de reunión, punto de encuentro y salida. Muchas veces están


Figura 15a. Mapa mental de Toledo

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 15b. Mapa mental de Toledo

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 15c. Mapa mental de Toledo

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 15d. Mapa mental de Toledo

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 15e. Mapa mental de Toledo

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


rodeados de hitos, lo que refuerza su presencia en nuestro imaginario. La plaza de Zocodover es un lugar mítico en el imaginario de los Toledanos. Se trata del nodo más repetido. Junto a él hay cuatro grandes nodos que destacan como son el Campus de la Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La Mancha, el Hospital Virgen de la Salud, la Estación de Autobuses y la Estación de Tren de Ferrocarril. Se trata de espacios estratégicos en la vida de la ciudad. Dos de ellas están ligadas a equipamientos públicos, sanidad y educación, y las otras dos funcionan como intercambiadores de flujos de población entre Toledo y el exterior. Otros nodos que se citan son el Parque de la Vega, el Miradero, Parque del Salto del Caballo y el Parque de las Tres Culturas. Cabría señalar los grandes aparcamientos disusarios, Safont, Azarquiel y de Santa Teresa. Los nodos son lugares donde el espacio público adquiere una importancia fundamental y su diseño es clave para su buen funcionamiento. 6.2. El mapa mental del barrio El dibujo del mapa mental del barrio presenta ciertas diferencias respecto al del conjunto de la ciudad. Los mapas mentales de barrio suelen estar estructurados por sendas y nodos. Los barrios de la ciudad, la presencia de hitos, en general, es menos importante.

A diferencia de los mapas mentales de la ciudad, los de barrio, puede decirse que la importancia de los sentidos en la construcción del conocimiento del medio y la carga afectiva de los lugares es importante, ya que incluye el sentimiento de pertenencia y la valorización del espacio como resultado de la asignación de valores al mismo afecto o rechazo-. Otro aspecto relevante es que suele haber una tendencia constante de los individuos a imponer regularidad al contorno de las calles (Lynch, 1960: 61) simplificando para ello las curvas y las intersecciones no perpendiculares. En el centro de este espacio percibido, vivido o vivencial se encuentra la casa, mediante la cual queda enraizado en el espacio y a la que está referida todas sus circunstancias espaciales (Bollnow, 1969). En torno a la vivienda se extiende el espacio de la vecindad, el barrio, constituido por aquellos lugares cercanos que el hombre conoce y percibe distintamente como resultado de su frecuentación habitual. Es también el lazo fundamental de la espontaneidad de las relaciones sociales, lugar privilegiado del encuentro; es el sitio carismático por excelencia (Moles y Rohmer, 1972) Las calles de estos espacios de vecindad pueden constituir puntos de encuentro social y presentar cualidades ambientales percibidas de forma positiva por sus habitantes, o bien ofrecen características que contribuyen a producir sentimiento negativo. D. Appleyard y M. Lintell (1972) concluyen que el tráfico constituye un claro factor limitativo de la habitabilidad de la calle y en la manera en que se percibe por los residentes. En efecto, una serie de variables que expresan dicha

habitabilidad (ausencia de ruido y contaminación, niveles de interacción social, conservación de la intimidad familiar, …) correlacionan inversamente con la intensidad del tráfico, observándose incluso que el aumento de éste, más allá de un cierto punto, va acompañado de la emigración de los habitantes. Fuera del área de vecindad, el ciudadano percibe también con cierto detalle algunos otros sectores del espacio urbano frecuentados en razón de su actividad habitual, y por ello mismo privilegiados desde el punto de vista subjetivo. Generalmente, estos sectores se disponen de forma discontinua unidos por unas rutas bien conocidas por las que el individuo realiza su movimiento diario o semanal. Es a partir de esos espacios discontinuos y de esas líneas de movimiento -y, en definitiva, como ya vimos, a partir de la experiencia del sujeto- como el ciudadano estructura su imagen mental de la ciudad. A continuación, hacemos una descripción e interpretación general de los elementos -sendas, hitos, bordes, nodos y barrios- identificados en los mapas mentales elaborados. De la figura 16a a la 16b se recogen diferentes ejemplos de los mapas mentales elaborados por diferentes grupos. -Sendas Las sendas que más se representan coinciden con calles en las que se ubican nodos o hitos y que conectan con otros barrios. Los mapas mentales en áreas de vivienda unifamiliar presentan elementos muy poco conectados, tal vez se deba a la escasez de espacios públicos como pequeñas plazas y parques y jardines de barrio que promuevan el encuentro, así


como un modo de vida dependiente del vehículo y muy introvertido por el tiempo consumido en la casa y el jardín privado.

“descampados” -terrenos expectantes para vivienda o espacios verdes descuidados- o áreas con algún problema de conflictividad.

No hay elementos característicos por lo anodino y homogéno del paisaje urbano. Otra conclusión de tipo general que se extrae de la representación mental del barrio es que formas urbanas de tipo residencial de baja densidad y carentes de equipamientos y dotaciones genera una gran dependencia con otros espacios urbanos de Toledo y fuera del mismo, lo que repercute en una menor representación de sendas, nodos, barrios y bordes. Tal es el caso, de los encuestados en Montesión, Valparaíso, etc. En áreas como Montesión, Valparaíso o Visahermosa tiene bastante presencia en los dibujos el paisaje natural (zonas montañosas, el valle, el río).

Por ejemplo, en el caso del Poblado Obrero, está rodeado por un aparcamiento pavimentado de hormigón en la parte Norte, descampados que alternan con otro aparcamiento de reciente pavimentación más moderna -permeable- en la parte Este y Sur, y un área con restos arqueológicos y expectante ante un cambio de uso.

-Hitos Se trata de edificios o conjunto de edificios que se erigen con una función destacada. Muchas veces estos hitos no responden a una arquitectura singular, sino algún edificio con función dotacional o de tipo comercial. -Bordes En ocasiones los bordes corresponden a calles de primer orden que delimitan un barrio con otro o a grandes parcelas coincidentes con zonas verdes. Dichos elementos se perciben como barreras. -Áreas homogéneas dentro del barrio A escala barrio cuando se identifica un área de forma singular generalmente se asocia a espacios como

-Nodos Las plazas de barrio y equipamientos son los nodos más citados a escala de barrio. A ello se suman los locales en los que se llevan a cabo actividades de compra y ocio. Se trata de lugares que se frecuentan durante la semana o fines de semana y en los que se llevan a cabo relaciones con familiares, amigos o conocidos. Por ejemplo, en el Poblado Obrero son la Plaza Calera, Plaza del Pez y el Colegio Fábrica de Armas los lugares de encuentro y convivencia más importantes del barrio. El análisis de los mapas mentales de la ciudad de Toledo y del barrio son útiles porque permiten identificar aspectos relevantes de la forma, estructura, articulación y paisaje de la ciudad. Down y Stead (1977) señalan los términos whereness y el whatness, para referirse a dónde las cosas suceden y lo que es importantes de ellas para el lugar, la persona y la relación entre ellos. A pesar de ello, se genera la siguiente duda o cuestión: no sabemos si lo que se ve y dibuja del medio urbano

es sinónimo de lo que se considera importante de él a la hora de afrontar problemas concretos. 6.3. Los problemas del barrio Son múltiples los problemas que la población cita. Desde aquellos que tienen un carácter más físico, hasta otros de tipo socioeconómico, de movilidad o de servicios. A continuación, por cada barrio, se listan el conjunto de problemas citados. En la Figura 17a y 17b se muestran dos planos resultado de la entrevista elaborada por dos grupos, uno en Santa Bárbara y otro en el Polígono de Santa María de Benquerencia. -Casco Histórico: I. Calle comercio (inseguridad por robo) II. Palomas generan suciedad en calles y patios III. Falta un supermercado IV. Comercio caro y escaso V. Mejorar transporte público VI. Iluminación VII. Quitar vehículos en calles estrechas VIII. Despoblación IX. Falta un lugar para reuniones vecinales X. Mejora de la pavimentación XI. Ruido en calles con locales de ocio XII. Turismofobia -Antequeruela y Covachuela: I. Humedades de las casas II. Mobiliario en calles (papeleras, asientos, etc.) III. Pobre iluminación IV. Faltan pequeñas zonas verdes

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Figura 16a. Mapa mental de barrio (Casco Histรณrico)

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 16b. Mapa mental de barrio (San Antรณn)

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 16c. Mapa mental de barrio (Poblado Obrero)

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 16d. Mapa mental de barrio (Buenavista)

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


V. No hay equipamientos cercanos -Poblado Obrero: I. Dejadez y despreocupación del Ayuntamiento en la protección y conservación de las viviendas del Poblado Obrero. No hay una normativa específica para este ámbito. La legislación ha permitido un cambio en la ocupación de suelo, volúmenes, aspecto compositivo, etc. Lo que transforma y modifica el tradicional paisaje tan característico del Poblado. II. Limpieza e iluminación de algunas calles. III. La velocidad en la Calle Avda. Más del Ribero. IV. Algunas calles del Poblado deberían crear calles con plataforma única, sin división entre acera y calzada. V. Cuidar los árboles existentes y plantar más árboles. VI. Se percibe el envejecimiento de la población como hecho negativo. -Corea: I. La falta de comercio tradicional II. Ruido III. Falta de aparcamiento IV. Seguridad en las calles y presencia policial V. El agua sabe mal VI. Ven el cierre del Hospital Virgen de la Salud como un grave problema para la vida del barrio VII. Consideran que los edificios son muy antiguos y tienen graves defiencias VIII. El diseño de las calles, diferenciando la cota de calzada y acera, se ve negativo -Palomarejos: I. Falta de buena iluminación en las calles II. Más comercios de barrio

III. Inseguridad IV. Barrio deteriorado en sus edificios y espacio público V. Velocidad elevada del tráfico en algunas calles como Avda. Portugal, Calle Andalucía o Calle Lisboa. -Polígono Industrial: I. Urbanización de las calles -iluminación, pavimentación y limpiezaII. Regulación vial del aparcamiento. La presencia de vehículos en zonas más aparcadas genera bloqueos en el paso. III. Amianto y sus posibles consecuencias en la salud IV. Ausencia de parques o espacio públicos bien diseñados para estar -Santa Bárbara: I. Limpieza de calles II. Deterioro del mobiliario III. Urbanización de las calles IV. Pendiente es un problema para personas mayores (en calles donde la cota entre acera y calzada) V. Se echa en falta más comercio de barrio VI. Inseguridad y robos VII. Mayor cuidado del Pinar de Santa Bárbara e iluminación de accesos y recorridos principales. -Reconquista: I. Pisos alquilados a universitarios. Generan ruidos II. Mantenimiento y mejora del arbolado en las calles III. Mejora de la iluminación en las calles IV. urbanización de calles (remodelar acera, mejorar mobiliario deteriorado en zonas y carente en otras).

-Valparaíso: I. Carencia de servicio público sanitario II. Falta de instalaciones deportivas III. Falta de tiendas y lugares para el ocio IV. Transporte público -La Legua: I. Instalaciones deportivas y zonas verdes II. Transporte público ineficiente III. Fatla de regulación en la velocidad de coches IV. Tiendas de barrio (farmacias, panadería, etc.) así como comercio o incluso una iglesia V. Mal sistema de recogida de basuras VI. Falta de lugares para encuentro social: plazas y pequeños parques y jardines -Espacio Mixto. Buenavista. I. Trasnporte Público II. Poco aparcamiento III.Tráfico y velocidad IV.Poca iluminación V. Falta de locales de barrio -Azucaica: I. Falta de supermercado II. Falta de zonas de ocio III. Poca frecuencia de Autobuses IV. Suciedad en calles provoca por heces de perros V. Mal comunicados con el Polígono VI. Instalaciones deportivas VII. Pediatría y Guardería VIII. Acondicionamiento de la senda ecológica IX. Parques y espacio público con escaso mobiliario X. Casas abandonadas genera inseguridad y puede ser foco de marginación


-Avda. Europa: I. Faltan supermercados II. Faltan zonas de ocio III. Alto precios de la vivienda IV. Limpieza en zonas verdes -Nuevo Ensanche. PSMB: I. Lejanía al centro urbano de Toledo II. Falta de zonas verdes acondicionadas III. Suciedad en calles -Buenavista: I. Tráfico II. Problemas para personas con movilidad reducida y gente mayor III. Poca iluminación en zonas verdes exisntes IV. Mejora transporte público V. Más aparcamientos VI. Pendientes -Polígono Santa María de Benquerencia I. Falta cuidar la vegetación II. Escasez de comercio III. Mejorar transporte público IV. Cuidado y acondicionamiento de calles (sensación de abandono y suciedad) VI. Amianto VII. Inseguridad en algunas zonas VIII. Iluminación en algunas zonas VIII. Pasos de cebra peligrosos Montesión: I. Falta supermercado, tiendas, farmacias, etc. II. Faltan parques de barrio III. Transporte Público

IV. Alejado y aislado V. Falta de limpieza en calles VI. Parcelas vacías VII. Mejora del alumbrado -PSMB.Vivienda unifamiliar: I. Descampado Vía Tarpeya II. Inseguridad en área conocida como “Malvinas” III. Amianto IV. Transporte Público V. Faltan locales de productos y ocio de barrio VI. Mejorar la calidad de los parques (mobiliario e iluminación) VII. Mejorar pavimentación de calles

vive. Por ejemplo, entrevistados en Palomarejos advierten que Buenavista sería un mejor barrio para vivir por la cantidad de comercio existente. Algunos barrios son anhelados por la amplitud de vivienda, el tamaño de la parcela y la tranquilidad. Hecho que contrasta con los encuestados que allí viven, conscientes de la carencia de comercio y equipamientos, así como de servicios de transporte público. Se percibe la presencia a día de hoy de barrios en los que todavía se les asocia con mala fama y poca seguridad (Polígono, Santa Bárbara o Corea). 42

-PSTM. Espacio Mixto: I. Visibilidad pasos de cebra II. Falta de limpieza en calles III. Transporte público IV. Falta de iluminación 6.4. Estimación de barrios Las personas encuestadas tienden a señalar su barrio como uno de los mejores para vivir. Gran parte de la población señala el Casco Histórico como lugar preferencial para vivir, aunque exteriorizando muchas veces el problema del aparcamiento y la movilidad con vehículo privado. En ocasiones, ciertos barrios que reciben una alta estimación están ligada a la presencia de una actividad que se echa en falta en el barrio que se


Figura 17a. Problemas del barrio (Santa Bรกrbara)

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 17b. Problemas del barrio (Polígono)

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-Fuente: Alumnos de 2º curso


Suma de puntos de cada encuestado

Figura 18. Estimación de barrios en Toledo

Los desplazamientos relacionados con ocio (cine y teatro) y deporte están focalizados en el Centro Comercial Luz del Tajo y Puerta de Toledo situado en Olías del Rey-, en el Centro del Agua, Senda Ecológica del Tajo y Parque Tres Culturas. Aunque bastante de los encuestados no va al Teatro reconoce el Teatro de Rojas como espacio escénico de la ciudad. El Valle.

4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000

Además, muchas personas salen a pasear (andar) por calles del barrio.

500 0

La senda verde a lo largo del río Tajo se cita pero muy poco, eso significa que necesita potenciarse más. Tal vez habría que pensar en el rediseño y relación entre la ciudad y el Río.

-Fuente: Elaboración propia

6.5. Los desplazamientos habituales El estudio de los desplazamientos cotidianos confirma el carácter fragmentado de la ciudad de Toledo, el entrelazamiento funcional entre barrios y la necesidad de mejorar las conexiones con el transporte público. Mientras que los desplazamientos por motivo de médico suelen darse, en general, dentro del mismo

barrio. Los desplazamientos por motivo de trabajo y estudio hacen que se produzcan relaciones a más distancia. La movilidad relacionada con el motivo de compras ya sea para comida, ropa o productos especializados tiende a concentrarse en los Centros Comerciales de Luz del Tajo, Abadía y Puerta de Toledo o en Madrid.

Se trata de calles que tienen diferente tratamiento y sección y deberían rediseñarse con un carácter urbano. Por ejemplo, la Avda. de la Cava tiene una sección de autovía más que de vía urbana. El paseo peatonal está reducido a la mínima expresión. Una remodelación de esta calle debería priorizar el paso peatonal en la sección e identificar la conexión de Reconquista con el río Tajo. Se podría pensar incluso en un tratamiento de pavimentos y mobiliario homogéneo para estos accesos.


Figura 19. Mapa topolรณgico (Santa Barbara)

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 20a. Desplazamientos con origen en el Polígono Santa María Benquerencia

-Fuente: Alumnos de 2º curso


Figura 20b. Desplazamientos con origen en ValapraĂ­so

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-Fuente: Alumnos de 2Âş curso


Figura 20c. Desplazamientos con origen en Santa Bรกrbara

-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Figura 20d. Desplazamientos con origen en Reconquista

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-Fuente: Alumnos de 2ยบ curso


Conclusiones


7.

C O N CL US IO NE S

Se sostiene la necesidad de aportar una aproximación humanista al estudio del espacio urbano, ya que supone un enriquecimiento conceptual y metodológico. Conceptualmente, sitúa la percepción del espacio por parte del individuo como forma de conocimiento y aprehensión de los hechos. Metodológicamente, el enfoque visual, etc. permite a través de técnicas como la entrevista y encuesta desvelar el conocimiento que el hombre, en tanto que actor e interprete, tiene del espacio. El análisis de la ciudad como espacio subjetivo, se valora lo personal, lo vivido, lo percibido por el sujeto, el cual observa y capta su entorno desde una perspectiva específica, condicionada por su contexto sociocultural y por sus metas y valores. El método seguido se basa en la observación participante. Aquí se efectúa una entrevista semiestructurada (véase Anexo). Este enfoque no solo reivindica el papel del individuo sino también la búsqueda de regularidades en el comportamiento humano. Asimismo, no se ignora, como apunta Escobar (1992), que arrancar el dato de la mente de los individuos no es como manipular mecánicamente la búsqueda de carpetas en un archivo. Este trabajo demuestra la necesidad de abrir la esfera académica y trabajar fuera del aula (también fuera de los despachos y estudios) interactuando con el

entorno, vivenciar y percibir los elementos constitutivo del espacio geográfico. Otro aspecto que se deduce de este estudio es que el ciudadano entrevistado toma consciencia de ciertos problemas de una manera más global. El espacio percibido forma parte del espacio urbano vivido y, en consecuencia, permite identificar una conciencia espacial o imaginación geográfica (Harvey, 1977), es decir, la capacidad humana que permite al individuo comprender el papel que tienen el espacio y el lugar en su propia biografía, relacionarse con los espacios que ve a su alrededor y darse cuenta de la medida en que las transacciones entre los individuos y organizaciones son afectadas por el espacio que los separa. Esto le permite conocer la relación que existe entre él y su vecindad, su zona o, utilizando el lenguaje de las bandas callejeras, su “territorio” (Harvey, 1977: 17). Cabe señalar, como consecuencia de este trabajo, la necesidad de rediseñar el curriculum de los estudios primarios y secundarios e incorporar el conocimiento de la ciudad, pueblo o barrio como caso de estudio para generar un lectura más comprehensiva y crítica del mismo. Los ciudadanos con una base sólida del conocimiento de su ciudad, pueblo y barrio potencialmente demandarán una activa participación. Hay que lograr desvelar en cada conciencia individual la presencia de sentimientos y experiencias con el lugar que habitan. Aspecto clave para promover un paso más, despertar una actitud activa en el diseño y planificación.

Como resultado de este trabajo académico pueden extraer algunas lecciones para el diseño y la planificación de la ciudad: 1. El hecho de que el Casco Histórico de Toledo sea la parte que más se dibuja y cita implica reconocer un modelo de ciudad: la ciudad compacta. Más allá del “carácter irregular, con calles estrechas, callejones sin salida, corrales, espacios compartimentados a base de recintos amurallados que correspondían a diferentes funciones y etnias y a un gusto por los espacios cerrados propio de la estética musulmana” (Zárate y Vázquez, 1983), el casco representa un modelo de ciudad caracterizado por la formalización de espacios públicos -calles y plazas- delimitados por arquitectura, un espacio denso (edificios entre 1 y cuatro alturas), compacto en la ocupación de parcelas, jalonado con edificios singulares y caracterizado por la mezcla funcional y social. Estos aspectos de forma y función deberían tenerse en cuenta en el diseño de la futura ciudad. 2. Las plazas, parques y jardines de barrio, así como las calles pierden peso como lugar de encuentro y contacto en favor de los centros comerciales. En el caso de Toledo, los nuevos espacios de encuentro son los centros comerciales de Luz del Tajo, Abadía y Puerta de Toledo, éste último en menor medida. Este fenómeno, aunque tiene múltiples causas y su solución no tiene una respuesta única, podemos señalar algún criterio para la reflexión. Es necesario concebir, planificar y diseñar plazas, parques y jardines de tamaño y escala adecuado, rodeados de zonas densas y con diferentes funciones. Tomemos, por ejemplo, la Plaza de

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Figura 21. El espacio subjetivo vs espacio abstracto

-Fuente: Elaboraciรณn propia.


Zocodover. No deberíamos crear espacios públicos fuera de escala, es decir, demasiado grandes. A su vez, hay que fomentar la localización en comercios y equipamientos en los límites de plazas, parques y jardines. La arquitectura debe ser un elemento físico que funcione como límite de los espacios públicos. 3. En zonas de baja densidad como es el caso de Valparaíso, Montesión, Tres Culturas, así como el borde sur del Polígono de Santa María de Benquerencia o las urbanizaciones de los municipios adyacentes a Toledo, deberían ser la excepción y no la norma. La baja densidad y falta de mezcla de usos convierten en estos espacios en lugares con baja actividad pública en los espacios públicos, dependientes del vehículo privado, dilapidadores de recursos y consumo de suelo. Este tipo de urbanizaciones son, al fin y al cabo, promociones de vivienda. No hay en ellas una planificación y diseño de verdadera ciudad -densidad, compacidad, mezcla de usos-. Algunas de estas urbanizaciones suelen incluirse algún equipamiento, generalmente educativo. Tal vez, estas instalaciones deberían aprovecharse fuera del horario lectivo, quedando abiertas durante las tardes y fin de semana para el disfrute de los vecinos. Finalmente, queremos hacer una reflexión interpretativa sobre la importancia de estudiar el espacio subjetivo como respuesta, alternativa y contestación al espacio abstracto (Estébanez, 1979; Boria, 2008, Vara, 2008). El espacio abstracto es un concepto que utiliza Lefebvre en la Producción del Espacio (2013) como categoría que representa la estrategia de dominación de clase al conjunto de la sociedad (véase Figura 21).

El espacio subjetivo reivindica el espacio como producto social. Esta postura apuesta por conocer el espacio percibido y vivido como respuesta a la hegemonización del espacio resultado de relaciones de poder y producción. El estudio de la ciudad como espacio percibido pone en valor la manera en que la planificación y las políticas urbanas se despliegan en la ciudad. La planificación y la política urbana son expresión de una inversión pública (y privada) selectiva espacialmente, que favorece unas partes de la ciudad frente a otras y, en consecuencia, una parte de la sociedad frente a otra. El espacio subjetivo nos ayuda a entender y conocer como es y se desenvuelve nuestra vida en el espacio, nos hace partícipes del siguiente hecho: (1) el espacio no es un mero escenario pasivo, sino que tiene un papel activo; (2) nuestras prácticas reproducen un orden socioeconómico, pero bien podrían ser otras. Por ejemplo, el Consorcio de Toledo, creado en 2001, tiene como objetivo la rehabilitación de viviendas, de infraestructuras públicas y locales, ¿qué hay del barrio de Santa Bárbara? Qué organismo se ha creado para rehabilitar y reformar las viviendas de la gente que allí vive, de sus calles, de sus plazas y zonas verdes. La toma de decisiones genera una inversión económica (en dotaciones, infraestructuras, vivienda, etc.) desigual espacialmente. El conocimiento de la ciudad que sienten y viven los ciudadanos debería ayudar a modificar la toma de decisiones y las políticas urbanas en favor de la justicia social y espacial.

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Anexo


7.

A N EXO

Procedimiento en la elaboración de las entrevistas. Cada grupo de dos alumnos tiene asignado un ámbito de la ciudad de Toledo para realizar las entrevistas. Asimismo, cada grupo entrevistará a 16 personas que allí residen, trabajan o estudian. El perfil de los entrevistados debe ajustarse a los siguientes criterios: -4 personas de entre 12 y 18 años (50% hombres / 50% mujeres); -4 personas entre 19 y 30 años (50% hombres / 50% mujeres); -4 personas entre 31 y 65 años (50% hombres / 50% mujeres); -4 personas con más de 66 años (50% hombres / 50% mujeres). La entrevista consta de cuatro partes: PARTE 1. Sobre una hoja en blanco DIN-A3, se pide al encuestado que dibuje la ciudad de Toledo. Incluya en su dibujo todos los elementos que espontáneamente acudan a su mente. No pretendemos probar sus conocimientos sobre la ciudad, ni su capacidad para dibujarla; nos interesa por el contrario su propia visión de la ciudad que tiene. También puede realizar anotaciones e indicar nombres si así lo considera. Nota a la parte 1. No se permite consultar ninguna fuente para realizar este croquis. Cada entrevistador se cerciora que el sujeto debe realizar la entrevista

individualmente y sin consultar otras fuentes que su propio conocimiento del lugar. Las entrevistas deberán ser presenciales (con el entrevistador delante). -No hay tiempo para realizar este ejercicio, por tanto, el entrevistador debe mostrar siempre una actitud agradable y no indicar impaciencia. Es muy importante que los sujetos se sientan relajados y confíen en que no van a ser juzgados sus dibujos en cuanto a calidad y perfección se refiere. PARTE 2. Sobre una hoja en blanco DIN-A4, se pide al encuestado que dibuje su barrio. Considere aquellos elementos más importantes: calles, plazas, equipamientos, edificios de interés, zonas verdes, etc. También se le interroga al sujeto por los principales problemas de su barrio. Si acaso no le viene a la mente ningún problema, el alumno puede preguntar: ¿Qué cree que hay que mejorar? ¿Qué echa en falta? ¿Qué zonas son las más atractivas y las más peligrosas? ¿Hay espacios con demasiado ruido y tráfico? PARTE 3. De los diferentes barrios de Toledo, diga de mayor a menor, 15 (puntos) mayor preferencia y 1 (punto) menor preferencia, en cuál preferiría o le gustaría tener su vivienda. Cada alumno presenta un cuadro con los diferentes barrios de Toledo para anotar el grado de preferencia. Una vez finalizado esta parte el entrevistador debe preguntar por los motivos de las puntuaciones. El listado de barrios a valorar es:

-Casco Histórico de Toledo -Antequeruela-Covachuelas -San Martín -Los Cigarrales y Cerro de los Palos -Azucaica -Santa Bárbara -Polígono Santa María de Benquerencia -Palomarejos -San Antón - Avda. de Europa -Santa Teresa - Reconquista -Vega Baja - San Pedro Verde - Circo Romano -Buenavista -La Bastida - San Bernardo - Montesión - Olivar -Tres Culturas - Finca Buenavista -Valparaíso - La Legua - Cigarrales de Vistahermosa Estos barrios coinciden con la delimitación actual. Con la puntación total obtenida de todos los sujetos para cada barrio se elabora un mapa topológico preferencial. Se propone al alumno utilizar papel milimetrado y adoptar el siguiente módulo: 1 cm cuadrado equivale a 20 puntos. PARTE 4. Se interroga por los desplazamientos cotidianos. A qué barrio se desplaza cuando se dirige a 1) su lugar de trabajo; 2) supermercado lugar habitual de compras-; 3) comprar ropa; 4) comprar productos especializados electrodomésticos, vehículo, etc.-; 5) su médico de cabecera; 6) al cine; 7) al teatro; 8) parques, jardín o zona verde que más visita; 9) calle por la que más suele pasear en su barrio; 10) realizar deporte al aire libre; 11) realizar deporte en un edificio. Para

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elaborar este ejercicio el entrevistador debe tener presenta una tabla con la siguiente informaciĂłn: la que se adjunta para cada entrevistado. Tabla. Motivos de desplazamiento. Barrio en el que vive el sujeto entrevistado: _______________ Nombre de la calle y nĂşmero: _______________ Edad: ______________ Sexo: ______________ ProfesiĂłn: ______________ Nivel de estudios: ________________


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Notas


De acuerdo con Boira (1987) no se podría formular ninguna generalización positiva sin la aceptación de la posibilidad de que seres humanos diferentes, pero pertenecientes a, o bien solidarios respecto a, o incluso partícipes de un grupo definido por, muestren una red informativa semejante que guíe y estructure su conducta en el espacio. 1

David Lowenthal (1961) señalaba que por encima de las pautas individuales, existen numerosas pautas de acción colectiva muy influidas, además, por la estructura social y el contexto social. 2

Esto no significa que podamos establecer leyes y teorías que expliquen la toma de decisiones y el comportamiento en la ciudad. Más bien, establecemos un conjunto de generalizaciones acerca de las maneras en que las personas reaccionan a diferentes lugares, como ha señalado Johnson, R. J. (1973). 3

Es claro que las personas están en interacción mutua con el medio, no solo con sus propiedades físicas sino también con sus propiedades psicológicas o sensibles.

La Psicología Ambiental se interesa por la “evaluación ambiental, percepción ambiental, representaciones cognitivas de ambientes a gran escala, personalidad y medio ambiente, toma de decisiones concernientes al medio ambiente, actitudes públicas frente al medio ambiente, aspectos cualitativos del medio ambiente sensorial, psicología ecológica y análisis de escenarios geográficos del comportamiento, conducta espacial de los humanos, impactos de la densidad sobre los comportamientos, factores de comportamiento en los ambientes residenciales, factores de comportamiento en ambientes institucionales, recreación al aire libre y respuestas al paisaje” (Craik, K. 1970: 12 y 13) 6

Professional planners and designers must "understand what local people do value and the strength of the association with places before the environment is changed or redeveloped" (Burgess, 1979, page 324). 7

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Se denomina ciencia cognitiva al estudio científico de la mente. Se trata de un campo interdisciplinario cuyo objeto es describir y entender los mecanismos detrás de la cognición y los fenómenos psicológicos en general. Más específicamente se habla de facultades como la conciencia, la percepción y la emoción, la atención, la memoria, el razonamiento, la conducta, la comunicación y el lenguaje. El científico cognitivo usualmente se vale de explicaciones en términos de representación y transformación del conocimiento/información en sistemas físicos y biológicos (como podrían ser el cerebro, un organismo entero o una computadora), así como de sus interacciones con otros agentes y con el medio (Fuente: Wikipedia). 5

El geográfo Edward Relph, para caracterizar estos espacios que comienzan a generalizarse, planteó para su definición la noción de la “actitud inauténtica hacia el lugar”. Se trata de llamar la atención por la ausencia de sentido del lugar, es decir, la falta de conciencia de la profundidad y significación simbólica de los lugares. Para Relph lo kitsch refiere a lo mediocre, lo que tienen poco estilo, lo artificial, los objetos producidos por otros para el consumo. Los lugares son vendidos sin raíces, como estereotipados, homogeneizados. Insiste en que lo kitsch va penetrando todas las esferas de la vida cotidiana de las sociedades actuales. Los suburbios americanos serían otro ejemplo de los mismo, en donde uno de sus rasgos más destacados es la monotonía del paisaje. 12

Siguiendo a María Jesús González (2003) no hay existencia humana aparte del mundo en el que él o ella existe. Existir significa estar en el mundo y confrontar aquello que es diferente a uno mismo. La existencia significa él o ella misma por la separación respecto a los otros. 8

Estos planteamientos siguen la senda marcada por Simon (1957) a través del modelo de hombre de racionalidad limitada. Según el autor, la información que el hombre tiene del mundo real es parcial, deficientemente asimilada y subjetivamente contemplada (Estéanez, 1979; Marrón, 1999) 9

Esta información espacial, como ha señalado De Castro (1999) siguiendo las aportaciones de B. Kuipers (1982), de ningún modo se trata de una información desplegada sobre un plano en nuestra mente, aunque si adopta una estructura y forma en nuestra mente que nos ayuda a resolver múltiples problemas espaciales. 10

Entrevista a Anne Vernez Moudon por Alessandro Filla Rosaneli y Dalit Shach-Pinsly recogida en la revista Vitruvius, 040.01 año 10, oct. 2009. http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/entrevista/10.04 0/3397?page=3 11

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Para ello utiliza la técnica de isolíneas.

La clasificación propuesta por Lynch fue simplificada por Pocock y Hudson (1978), que la reducen a tres tipos de elementos: aspectos puntuales, lineales y áreas. 14

Bosque (1979) y Bunting y Guelke (1979) han subrayado los antecedentes de este enfoque en los trabajos de Sorre, Brunhes y Deffontaines, y de modo muy claro aparece en Sauer (1941) Wright (1947) y Kirk (1952), que señalaban que las personas se comportan en el mundo real no sobre el conocimiento objetivo del mismo, sino a partir de las imágenes subjetivas que de él se forman. 15

Palma de Mallorca (Brunete y Seguí, 1978), Madrid (José Estébanez, 1979), Salamanca (Reques, 1981), Málaga (Oliva, 1982; Bernard et al., 1983), Mérida (Vilagrasa, 1983), Santander (Luis y Reques, 1984), Toledo (Zárate et al. 1986), Donostia (Castro, 1986), Cabanyal-Canyamelar (Valencia), Santiago de Compostela (Iglesias, 1987), Tuy (Fernández Alvarez, 1987), Segovia (García y Bosque, 1989), Granada (Bosque, 1991), Vigo (Souto y Boira, 1991), Madrid (Herrero, 1992), Albacete (Fernández y García, 1993), Vigo (Souto, y Boira, 1995), Almería (Fernández y Asenjo, 1998), Almería, (Fernandez y Asenjo Pelegrina, 1998), A Coruña, Santiago y Ferrol (Escudero, 2000), Yecla (Morales, 2012), Ciudad Real (Muñoz y Rodríguez, 2015), Novelda (Villena, 2012), Boira y Maiques (1992-2005), Orense (Somoza, 1995), Valencia (Morales, 2015) o Murcia (Morales y Lázaro, 2018). 16


Se restringe a las personas con menos de 12-14 años ya que todavía no están familiarizados con su medio ambiente. 18

Recientemente, Rocío Blanco y Laura Arroyo han publicado un trabajo denominado “Geografía Humana del casco Histórico de Toledo. Estilos de vida y su transformación” (2018), en el que se recogen relatos resultantes de la percepción de toledanos que viven o han vivido en el Casco Histórico de Toledo. Se trata de una rica información, obtenida a partir de entrevistas, sobre transformaciones políticas, económicas, sociales, demográficas o culturales. 17

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