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Antaviana VFX & Postproduction Pasión por la postproducción

Llevan la postproducción en la sangre y, con la pasión y entrega que caracteriza este sector, Bernat Aragonés, Mireia Aragonés y Anna Aragonés decidieron crear Antaviana VFX & Postproduction.

Con más de 30 años de experiencia, han apostado por un modelo de servicio íntegro, realizando proyectos nacionales e internacionales y asumiendo cada reto con profesionalidad y entrega.

Hemos hablado con Bernat Aragonés, director de postproducción de Antaviana, montador y supervisor de VFX, para conocer el alma, presente y futuro de la compañía.

¿Cómo surge Antaviana VFX & Postproduction?

Somos un equipo que lleva muchos años trabajando juntos. De hecho, Antaviana es una empresa familiar que surgió de la mano de José María Aragonés y Rosa Fusté, nuestros padres. Ellos llevan una larga trayectoria en el sector. Empezaron con el fotoquímico y crearon varias de las empresas relevantes en el ecosistema de la postproducción en los años 90 y 2000, como fueron Filmtel y Apuntolapospo.

En 2015, junto a mis hermanas Mireia y Anna, tomamos la decisión de tener una independencia de la empresa en la que estábamos, que en aquel momento era Apuntolapospo. No nos sentíamos identificados con el modelo. De esta manera creamos Antaviana VFX & Postproduction. José María y Rosa han estado con nosotros desde entonces, pero somos la nueva generación los que estamos llevando el día a día y la iniciativa.

Has comentado que no os sentíais identificados con el modelo de la anterior postproductora, ¿en qué se diferencia Antaviana?

Nosotros llevamos la postproducción audiovisual en la sangre, es lo que hemos conocido siempre. Hay diferentes maneras de abrazar los proyectos, estrategias, afinidades con otras empresas… al ser nosotros quienes decidimos es más fácil de llevar.

Una multinacional se rige por unos parámetros que persiguen unos resultados a corto plazo. Eso es algo totalmente entendible y necesario, pero nosotros creemos que hay algo más. Se trata del equipo, del trato, de la atención al detalle, de contar historias que nos muevan, de los lazos profesionales que te acompañan a lo largo de toda tu carrera profesional. La perspectiva temporal es mucho más amplia. La postproducción, el audiovisual, el cine… requieren pasión, muchas horas y sacrificio. Entendemos que esto lo llevas a cabo cuando realmente eres dueño de tu destino y esto fue un poco lo que nos llevó a tener esta iniciativa.

¿Cómo ha evolucionado Antaviana desde 2015?

Creo que se ha consolidado. Se ha consolidado en el panorama de la postproducción en Cataluña y en España y también hemos realizado muchas producciones a nivel internacional. Hemos dado entrada a gente con perfiles más jóvenes, que aportan una visión distinta, experiencia internacional y un punto de vista de la tecnología muy actualiza- do. Esto nos hace mejores, sin lugar a dudas.

¿En qué aspectos de la postproducción estáis especializados?

Hay empresas que se especializan en una parte muy específica de la cadena de postproducción. Nosotros, en cambio, concebimos la postproducción de una manera integral. Entendemos que creativamente es mucho más interesante crear un entorno en el que todos los departamentos se interrelacionen entre sí.

Puedes estar en montaje e ir a ver los efectos, hablar con la persona que está haciendo el diseño de sonido y tomarte un café con la persona que se encarga del color. Es un ecosistema mucho más divertido y creativamente se retroalimenta.

Es un modelo muy exigente porque te obliga a estar al día de todo. Tienes que ser puntero en sonido, en montaje, en VFX, en color, en gestión de proyectos, en la creación de los deliveries… Tecnológica y metodológicamente es exigente, pero nos permite optimizar muchos procesos.

Obtienes un mejor resultado porque eliminas en procesos intermedios y puedes hacer más iteraciones. El hecho de que convivan profesionales muy potentes en cada una de las áreas es muy beneficioso finalmente para los proyectos.

Teniendo en cuenta que os basáis en todos los aspectos de la postproducción, ¿con qué tecnología trabajáis para llevarlos a cabo?

Hay muchas. Como digo, debemos estar al día de las innovaciones que se llevan a cabo y monitorizar las distintas iniciativas que hay en la industria, sobre todo a nivel de estandarización. Estamos presentes en las principales asociaciones de la industria y seguimos con atención la evolución de los estándares tecnológicos.

Por ejemplo, en corrección del color. Nosotros utilizamos y estamos muy contentos con el Mistika de SGO. SGO es una compañía española que no solo tiene un corrector de color que es puntero, sino que además posee unos módulos de composición, de conformación y de gestión de media que son muy eficientes.

Nosotros lo hemos integrado de tal manera que están en el corazón de nuestro pipeline. Es una arquitectura de trabajo que nos funciona muy bien. Además, con la ventaja de que la cercanía proporciona un trato muy personalizado. Cualquier duda que nos surge podemos consultarla y tener información de primera mano.

En este sentido habría que mencionar también a Trigital. Siempre nos ha dado confianza y las soluciones adecuadas para lo que necesitábamos. Es una relación que nos ha permitido crecer en función de las necesidades que tenemos.

¿En qué proyectos recientes habéis estado involucrados?

Este año 2022 ha sido realmente interesante.

Pasé el primer semestre del año viajando bastante a Chile por una película de Lone Scherfig. Lone es una directora danesa que ha realizado películas como “An Education” o “The kindness of strangers” y que, en su momento, fue una de las firmantes del Dogma 95. La película se titula “La contadora de películas”, está producida por Acontracorriente en coproducción hispano chilena y se basa en la novela homónima de

Hernán Rivera Letelier. Estuve en el rodaje supervisando los VFX ya que es una película histórica con muchos efectos digitales. Después hice el montaje de la película, una parte en Antaviana y otra en Nordisk Film, en Copenhague. Fue un proyecto muy interesante y tengo ganas de que se estrene.

También hemos realizado algunas series, por ejemplo, “Smiley”, considerada una de las 50 mejores series de Netflix. Fue muy interesante por la propia serie, pero también a nivel metodológico. Está íntegramente realizada en ACES y HDR, que es una arquitectura de color compleja de gestionar. Ha sido una muy buena experiencia, pero era un reto técnico. Había muchos efectos, grafismos, pantallas partidas y relativamente poco tiempo para llevarlo a cabo. ACES es una arquitectura de trabajo que ya hace muchos años que utilizamos, pero no de una manera completa en una serie con un turnaround tan corto. Pero finalmente salió muy bien.

¿Cuáles han sido los mayores retos a los que os habéis enfrentado y qué os han aportado?

Los retos tecnológicos siempre son una oportunidad para aprender.

Hay tecnologías que acaban siendo un poco efímeras, pero el aprendizaje es lo que realmente te acompaña.

Para ejemplificarlo. En la primera década de los 2000 participé varias películas en formato IMAX e IMAX 3D en África. El rodaje 3D con soporte fotoquímico era complejo, pero cuando entre el 2009 y el 2014 hubo la eclosión del 3D estereoscópico, ya había hecho un aprendizaje e interiorizado unos conceptos que nos permitió aprovechar toda esa ola y realizar proyectos estereoscópicos por todo el mundo.

¿Todo eso dónde nos llevó? Porque el 3D murió… Pues tampoco es así del todo realmente. El 3D ha evolucionado a lo que es la realidad virtual.

En resumen, ese aprendizaje del 3D analógico nos llevó a poder aprovechar la ola del 3D digital estereoscópico y, a su vez, años más tarde a realizar proyectos de realidad virtual. Todo es conocimiento que vas acumulando.

La tecnología avanza a una velocidad enorme, ¿cuáles son esas tendencias tecnológicas que Antaviana ha identificado y por las que ha apostado?

La inteligencia artificial, sin duda. En VFX ya hace años que utilizamos machine learning, antes era algo ocasional y para fines muy específicos. Ahora, en cambio, su uso es cada vez más común, igual que los generadores de imagen basados en inteligencia artificial.

Luego hay otras herramientas de producción virtual que también son interesantes. Los motores de videojuegos, por ejemplo, que son muy versátiles y ofrecen un fotorealismo cada día más cercano al de los motores de render tradicionales. Nosotros, sobre todo, los hemos implementado en previsualizaciones de escenas complejas, por ejemplo.

El HDR se ha convertido en un estándar de producción. ¿Cómo se ha adaptado Antaviana a las exigencias de estos nuevos formatos? ¿Qué herramientas usáis para proporcionar cortes que no sean HDR? ¿En qué tecnología os basáis para esta tarea?

El HDR ya forma parte de la postproducción desde hace años. De hecho, diseñamos Antaviana pensando en el ecosistema de la Ultra Alta Definición, que trabaja con una resolución, espacio de color y un rango dinámico superiores, de manera que la infraestructura de Antaviana a nivel de procesado, transmisión y almacenamiento, ya estaba dimensionada para trabajos de estas características.

¿De qué manera hacemos la adaptación de un rango dinámico al otro? Utilizamos Dolby Vision. La integridad del color es algo fundamental para nosotros, por esto optamos por las soluciones que nos ofrecen la mejor calidad en cuanto a monitorización, procesado y calibración. En este caso, además, se ha convertido de facto en un estándar en la industria debido a la precisión de sus algoritmos y su adaptación dinámica parametrizable como metadatos.

Las técnicas de producción remota, así como la postproducción, han cambiado el panorama de nuestra industria. Se convirtieron en algo habitual durante la pandemia de COVID-19. ¿Qué flujos de trabajo se modificaron entonces?

Curiosamente, recuerdo que tuvimos una reunión técnica en enero de 2020 para decidir a qué iniciativas les podríamos dar prioridad. Me acuerdo que decidimos apostar por el trabajo remoto e implementarlo en el departamento de VFX, ya que nos permitiría algunas ventajas a la hora de reclutar talento.

Fue premonitorio, ya que dos meses más tarde nos encerraron a todos en casa. Como ya habíamos diseñado el esquema de seguridad y realizado algunas pruebas, esta estructura de trabajo remoto fue relativamente fácil de implementar al resto de departamentos.

¿Se siguen manteniendo estos flujos de trabajo en la actualidad?

Sí, principalmente en lo que refiere a VFX.

En cuanto al resto de procesos, hemos hecho corrección de color remota, e incluso hicimos una producción en HDR remota. Esta fue una experiencia pionera muy interesante y de la que estamos muy contentos. Si se dieran de nuevo las circunstancias, lo repetiríamos sin ningún problema.

En edición también hacemos trabajos en remoto. De hecho, en 2021 monté una película italiana Mamma, cui comando io! cuyo director, Federico Moccia, aunque compartimos sesiones de montaje diarias, no se movió de Roma. No obstante, la dinámica de los proyectos hace que esto sea un hecho puntual y generalmente el montaje es todavía un trabajo presencial.

¿Qué capacidades aporta la introducción de la nube a vuestros flujos de trabajo? ¿Se considera una ventaja?

Depende. Creo que aún está a un precio demasiado alto para que se pueda democratizar su uso. Sin embargo, la adopción específica para algunos procesos en concreto sí que tiene ventajas.

La distribución de DCP a los cines, por ejemplo. En Antaviana tenemos la totalidad de las salas de exhibición de España conectadas mediante la tecnología de UniqueX. Semanalmente enviamos centenares de DCP -de distribuidoras Majors e Independientes- directamente a los servidores de los cines. La distribución electrónica de cine a través del cloud cambia las reglas del juego: se reducen tiempos, costes y es más sostenible.

¿Cuál crees que podría ser la próxima gran revolución tecnológica en la industria de la postproducción?

Últimamente ha habido revoluciones tecnológicas muy importantes, como la producción virtual que ya está aquí para quedarse. El cloud sin duda irá a más, desde luego.

No obstante, creo que la gran revolución es la de la inteligencia artificial. Ya estamos empezando a ver cómo una asistencia de la inteligencia artificial nos puede facilitar la toma de decisiones. En ese sentido, la inteligencia artificial aplicada a la corrección del color, al sonido, a la búsqueda o creación de imágenes para bocetos artísticos, a la optimización de procesos de render… por no hablar de cómo ya está afectando los trabajos de rotoscopia o de composición de VFX. Es decir, todos los campos de la actividad audiovisual poco a poco tendrán su módulo de inteligencia artificial que nos podrá facilitar o sugerir determinado tipo de tareas. No estoy hablando de una sustitución de las tareas humanas sino de una simbiosis. Es una fase larga e interesante. Yo creo que esta es la gran revolución.

¿Cuáles son los próximos pasos que dará Antaviana y en qué tecnología se basará para darlos?

Sin duda, monitorizar y experimentar la inteligencia artificial. Ya sea en el campo de los VFX, del sonido o del color. Eventualmente también en el montaje, pero sobre todo en esos tres primero.

Hay otro tema interesante que es el de la captura volumétrica combinada con machine learning. El paradigma de la captación de imágenes hace tiempo que se ha desplazado a su procesado. Este es uno de los temas en los que me gustaría profundizar y estoy seguro de que tendrá consecuencias importantes; igual que la evolución de las tecnologías de Light Field display, capaces de generar imágenes tridimensionales sin el uso de gafas.

La adopción de frame rates variables también me parece muy interesante. Creo que es una aportación estética y narrativa importante, y eso que soy un gran nostálgico del look fílmico…

De todas formas, debemos avanzar. A veces creo que hacemos como aquellos arquitectos que siglos después del renacimiento seguían con los frontones, las bóvedas y columnas de orden jónico y corintio. Seguimos aferrados a elementos como el grano, la poca profundidad de campo o el motion blur cuando podemos ser más valientes e innovar más allá de estos parámetros. Los artistas que pasaron a la historia fueron, de hecho, los que transgredieron.

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