Asamblea Facultad de Artes 05.2015

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Declaración Asamblea General de Estudiantes Facultad de Artes 21 de mayo, 2015 A la comunidad Universitaria, Hace dos días ocurrió un hecho histórico en el que todo el estamento estudiantil de nuestra facultad se reunió en una sola asamblea para dirimir las directrices de una movilización transversal y unificada. Somos un ejemplo de precarización. Esta se refleja en cada uno de los espacios y sedes que conforman la Facultad, y responde al abandono por parte del Estado y la Universidad y la mala administración por parte de las autoridades, quienes han logrado mantenerla en un constante estado de crisis que hoy en día se encuentra prácticamente normalizado. Sin embargo la presentación de un presupuesto deficitario para el presente año significó un punto de quiebre en esa misma normalización, al evidenciarse el mal manejo de los recursos (tanto humanos como materiales) y la inestabilidad sobre la que yace la Facultad, que no permite su desarrollo y hace dudar respecto del futuro de la misma. A lo largo del tiempo hemos sido testigos de la incapacidad de la Facultad y las autoridades de conducir y mantener las sedes de manera coherente y eficaz, no solo en su infraestructura sino también a nivel programático e ideológico. ​ Cada unidad responde a sus propios intereses, y operan sin conciliar visiones: No hay un proyecto común​ . Gran parte de esta problemática subyace en la división geográfica que organiza a los departamentos en tres sedes distintas, con conflictos locales que no permiten un trabajo articulado y unificado. Hemos protagonizado múltiples movilizaciones que apuntan a solucionar problemáticas de manera local, sin embargo somos testigos de cómo muchos acuerdos tomados en aquellas movilizaciones han sido incumplidos por incapacidad o deliberadamente ignorados por parte de las autoridades. A través del estudio de la historia de las movilizaciones estudiantiles de los últimos años hemos llegado a un diagnóstico categórico: la Facultad de Artes está en crisis​ . Esta crisis se expresa en todo nivel. En primer lugar, no cuenta con un proyecto claro, ni se puede observar una transversalidad en su acción. Ni siquiera es crítica de su propio quehacer. No logra ser más que la suma de sus partes, cada una con sus proyectos individuales que pueden ser coherentes, indiferentes o contrarios. Se evidencia en distintos aspectos de nuestro quehacer, cuando se innovan las carreras por separado, cuando el quehacer de investigación no cuenta con ninguna planificación, cuando observamos la profunda desintegración entre las distintas unidades de la Facultad (ISUCH, MAC, TNCH), o de la Universidad (CEAC), o cuando al aprobar el presupuesto de la Facultad no se entrega el detalle de los presupuestos de las unidades, amparados en el argumento de que no peleen entre ellas, por nombrar algunos ejemplos.


Si bien se ha hecho un caso ejemplar el incidente de la caída del ascensor (o 'descenso no programado' según las autoridades), nuestra triste infraestructura y este suceso claramente son un síntoma de la frágil condición presupuestaria con la que vivimos. Por la naturaleza de nuestra interacción con el contexto chileno actual, somos una de las Facultades más golpeadas por la lógica de autofinanciamiento y del 'sálvese quien pueda' que imperan en el país y en la Universidad. Si a esa pobreza sumamos una administración de los recursos hecha sin planificación, criterios racionales o académicos, una lógica no transparente de la aprobación del presupuesto y una incapacidad de anticiparse a los problemas venideros, no es de extrañar el actual contexto: una Facultad con un alto déficit, y sin capacidad de generar propuestas para que estabilicen la situación y sean sustentables en el tiempo. Este déficit no solo alcanza la estructura presupuestaria sino que se muestra en todos los niveles de acción y organización que rigen el quehacer y la orientación de la Facultad. La escasa y poco transparente planificación afecta la distribución financiera pero también el desarrollo del conocimiento que ocurre en los programas de las unidades. Es crítico el nivel de dispersión en la orientación del conocimiento, que no logra definirse por un marco mayor que unifique al quehacer disciplinar de toda la Facultad. Además hemos podido observar la falta de posicionamiento de nuestras autoridades en niveles superiores para exigir más recursos, lo que nos ha dejado en esta situación de precariedad, con una imperiosa necesidad de autosustentarnos, pero sin la capacidad de hacerlo en el trágico contexto neoliberal donde el arte no es capaz de generar recursos. Creemos que las soluciones a estos conflictos y, sobretodo, la reacción a esta crisis debe darse de forma democrática y transversal. Hoy podemos ver cómo las autoridades han sido incapaces de gobernar, y al observar el historial de acuerdos incumplidos y de comisiones sin resultados concretos, se demuestra que es la comunidad quien debe definir el camino y las directrices del quehacer de la Facultad, para evitar que estas respondan a intereses personales que nada se relacionan con el Arte y su rol dentro de nuestra Universidad y de la sociedad en general. Ante la evidencia, los estudiantes de las tres sedes de la Facultad de Artes, decidimos actuar unidos. Usaremos todos los recursos que poseemos para hacer de esta suma de proyectos y problemas una única Facultad, poniendo nuestros aprendizajes, propuestas y disciplinas al servicio de lo que creemos justo y necesario: un proceso refundacional y unificador de la Facultad de Artes, en el cual la comunidad erradique los cimientos de la actual estructura caduca y construya una que le permita cumplir con su misión​ . Haremos de nuestra creatividad nuestra mejor herramienta, de nuestra inteligencia nacerán propuestas, y nuestro arrojo nos hará infatigables e imparables. Sabremos aunar todo lo que tenemos, para ponerlo al servicio de un proyecto común que todavía no existe, pero que nos


debemos a nosotros y a la comunidad que nos sostiene. ​ Nuestras acciones y propuestas no se harán esperar. No. No nos estamos movilizando por el ‘descenso no programado de los ascensores’. Nos movilizamos porque creemos que el Arte debe cumplir un rol relevante en la construcción de nuestro país y nuestra historia, y como comunidad somos responsables de que esto suceda. Nuestra Facultad, tal cual está, no basta​ . Ocuparemos todas nuestras facultades, en todos los sentidos, en todos los espacios, de todas las formas que conocemos. Y si no fuera suficiente crearemos y produciremos nuevas formas, hasta encontrar el arte de construir en comunidad. Solo nos daremos por satisfechos cuando hagamos de la utopía la cotidianeidad, el arte en un motor de cambio para la sociedad, y la Universidad se transforme en un espacio de todos. Asamblea general de estudiantes de la Facultad de Artes Sedes Pedro de la Barra, Las Encinas y Alfonso Letelier Llona


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