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Desigualdad de género

Desigualdad degéneroen Colombia

Por: Ana Sofía Vélez

La desigualdad de género es un tema que todas las personas en la sociedad deberíamos conocer de manera profunda. Más aún, es de fundamental importancia para las mujeres, a quienes todavía en pleno siglo XXI, se nos presentan obstáculos significativos en la mayoría de los ámbitos de la vida, sean estos laborales, sociales o privados. Antes de entender los efectos que este fenómeno tiene en nuestro país, debemos entender en qué radica el significado del término.

La desigualdad de género es el proceso social por el cual hombres y mujeres no son tratados como iguales. Dicho tratamiento ha surgido por distinciones relacionadas con la biología, la psicología o las normas culturales. A lo largo de los años se han intentando discernir las causas de dicha brecha que hay entre hombres y mujeres, y se ha llegado a la conclusión de que tiene una estrecha relación con el patriarcado. El patriarcado designa un orden social que establece el sexo como marca para asignar a cada persona actividades, funciones, relaciones y poderes específicos. Esta red estructurada de poderes, jerarquías y valores propone ciertos modelos de masculinidad y feminidad como universales y opuestos entre sí. Las mujeres son vistas como personajes capacitados para lidiar con la vida privada y familiar mientras que los hombres son considerados naturalmente hechos para el mando y la vida pública. Mientras que algunas de estas distinciones tienen una base empírica, otras parecen estar construidas socialmente, por ende este fenómeno se da de manera diferente en diferentes culturas alrededor del mundo. Por ejemplo, a nivel social, la mujer puede aparecer subordinada a su esposo o su padre. Las tareas del hogar o el cuidado de niños todavía es algo que se relaciona más con la feminidad, limitando así el desarrollo de nuestra personalidad. Por otro lado, a nivel económico, una mu-

jer que desempeña el mismo puesto de trabajo que un hombre, sigue recibiendo sueldos más bajos que este.

Según un artículo presentado por el espectador y por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “Por cada ocho mujeres con estudios superiores en Colombia hay siete hombres que han alcanzado el mismo nivel educativo” sin embargo resulta muy sorprendente que en un país donde las mujeres son más educadas, estas sean sub-representadas en el sector laboral, limitando el potencial del país. De esta manera, es supremamente claro que Colombia es una nación donde a pesar del empuje e iniciativa de las mujeres por superar estigmas sociales, todavía hay una gran falta de representación y de igualdad en cuanto a la participación de sectores laborales como la política o inclusive en la economía. Adicionalmente, según estudios realizados en el 2018 sobre el Índice Global de Brecha de Género, Colombia tiene una brecha de género del 72.9%. Situandolo en el puesto 40 del ranking de desigualdad de género. A pesar de que se sitúa en la media de los países que son parte del estudio, 72.9% es un número demasiado alto si se tiene en consideración que lo que se está normalizando es un abuso constante hacia el género femenino mediante microagresiones como la falta de participación.

No obstante, también es significativo resaltar que a pesar de las fuertes cifras, Colombia ha alcanzado importantes conquistas en relación a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Mediante el establecimiento de tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos y derechos de las mujeres, se han logrado crear diferentes legislaciones como por ejemplo los Lineamientos de la Política Pública para la Equidad de Género para las Mujeres y el Plan Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias aprobados en 2012, y la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, del 2011.

Cada vez hay más participación política incrementando de un 6% a un 15% (en promedio) durante los últimos años. Sin ir muy lejos, ejemplos como la Alcaldesa de Bogotá, Claudia Lopéz, son unos que deberían hacernos sentir muy orgullosos de la manera en la que estamos contribuyendo a un mundo y sociedad inclusiva, no sólo en términos de género sino también de identidad sexual. Sin embargo, la lucha no termina aquí, porque todavía nos queda camino por recorrer para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres La representación política debe subir a un 50%, la brecha de género debe desaparecer y los derechos laborales y civiles se deben cumplir para todas, y así poder tener un país más equitativo y justo.

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