RE#37 por Ana Colombina

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por Ana Colombina

Biblioteca de guías turísticas y afines de Corina Arrieta en la Biblioteca de la UNLP



Reseña por Ana Colombina Antropóloga y escritora FB: Ana Colombina

B i b l iot eca

Lo ca l d e g u í as t ru ríst icas y afines de Corina Arrieta del 11 al 20 de agosto En la Biblioteca publica de la UNLP. Plaza Rocha #137, La Plata



“Estas ‘Guías turísticas, postales, mapas... y cualquier otro tipo de material gráfico relacionado con el turismo, los viajes, la geografía de cualquier época y formato’ representan distintos imaginarios geográficos construidos en contextos específicos y utilizados con determinados fines” Ana Colombina

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por Ana Colombina

Es miércoles 20 de agosto, la ciudad de La Plata a las 3 de la tarde parece 20 de noviembre. Al entrar al resguardo de la biblioteca pública de la universidad la temperatura desciende varios centígrados y el rumor de la calle queda en las espaldas. Hacia la izquierda, la sala de lectura “parlante” y allí en la entrada la muestra. Si bien había mirado asiduamente el evento[1] y la página en fb de la Biblioteca Local de Guía Turísticas y afines llegaba hasta ese lugar portando más que nada curiosidad. Una vez frente a la muestra –una mesa larga con una gran cantidad de guías de ciudades y países de todo el mundo y de diferentes épocas, más un conjunto de mapas desplegados- me encontré navegando por las páginas de la curiosidad ajena. Allí, entre mapas y fotos y postales, estuve charlando con Corina Arrieta[2], la encargada y gestora de la Biblioteca. La colección[3] incluye

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guías que ella misma fue juntando a lo largo de su vida, de familiares y gente cercana; también materiales que le fueron donados, otros encontrados en la calle o adquiridos en tiendas de usados. La motivación de crear este conjunto de guías y afines, según cuenta Corina, proviene de una relación con los viajes en toda su obra: desde la narrativa ilustrada de viajes hasta la pasión por la arquitectura de las ciudades. Hay a su vez una idea de valorar aquello que otras personas ya no valoran. Una cosa es guardar los mapas y recuerdos de lugares visitados en un viaje; otra muy distinta es darle valor a esos registros cuando el viaje lo ha realizado otra persona. Corina empezó a valorar estos registros que prontamente se vuelven obsoletos cuando no son parte de una experiencia personal –por su función tan ligada al presente en que fueron realizados- y cuando tuvo una buena cantidad de ellos consideró pensarlos como una obra. ¿Una obra que nos permite viajar por el mundo? ¿O viajar a través de la historia? Considero que ninguna de las dos. Estas “Guías turísticas, postales, mapas…. y cualquier otro tipo de material gráfico relacionado con el turismo, los viajes, la geografía de cualquier época y formato” representan distintos imaginarios geográficos[4] construidos en contextos específicos y utilizados con determinados fines. Las guías “dan forma” a los paisajes de diferentes ciudades, construyendo los lugares pintorescos, típicos, nacionales e imperdibles. Así, constituyen modos de circular las calles, los monumentos, las carreteras y comunican formas adecuadas de realizar viajes, reales o imaginarios, por diferentes territorios; articulando deseos personales con intereses comerciales y políticos. El viaje, entonces, podría ser a través de ciertos sentidos e intenciones históricas, cristalizados en algunos formatos, imágenes, escritos. Por otro lado, la mesa llena de relatos resultaba llamativa y curiosa. Sin embargo, después de pasar unas dos horas allí pocas personas se paraban para observarla. Quizás el espacio tan dinámico de la biblioteca universitaria no fuera el más acogedor para una muestra que requiere detenimiento, cierta distensión de la rutina para trasladarse a esa propuesta imaginaria alrededor del viaje. El

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espacio tampoco permitía afiches en las paredes y las pocas referencias de la muestra colgaban de la mesa. En una vitrina, una hoja con la siguiente frase, hacía las veces de propuesta curatorial: “…las épocas de los viajes de descubrimiento han quedado atrás, ya no hay continentes por hallar y las exploraciones están todas suficiente y detalladamente descriptas en bibliotecas que se pueden consultar sin gran esfuerzo…” (Stern, 1805: 117)

Los viajes y descubrimientos tienen larga data en la humanidad, pero las formas de viaje han variado considerablemente y juntar todo bajo un mismo concepto -viaje- sería riesgoso. A partir de la modernidad occidental, gracias a la imprenta, a las expediciones científicas que proyectaron explorar y construir significados a escala global (a través del aparato descriptivo de las Ciencias Naturales) y a la expansión imperialista por todo el globo los viajes de exploración adquirieron una gran relevancia (sobre todo a partir de la segunda mitad del Siglo XVIII). Así, los relatos –escritos y visuales- sobre territorios,

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especies y sociedades exóticas se volvieron materia de consumo sobre todo de las élites comerciales e intelectuales[5]. De forma diferente, hacia las primeras décadas del Siglo XX, los avances tecnológicos en los medios de transporte y los avances del desarrollo en general (por ejemplo, la ampliación de los medios de comunicación) facilitaron el surgimiento del turismo propiamente dicho, promoviendo el recorrido por tierras interiores de los países y ampliando las comodidades para viajar al exterior. Los ferrocarriles, la mayor cantidad de autos particulares, el mejorado de caminos, entre otras cosas, movilizaron más que a las élites citadinas: la posibilidad de trasladarse se masificó exponencialmente para amplios sectores de la sociedad[6]. De este mercado turístico y desde estas representaciones sobre los territorios provienen las guías, mapas y otros materiales afines con los que podemos toparnos en la Biblioteca. ¿Qué nos puede decir esta Biblioteca de todas estas representaciones? En principio, muchísimo. Las potencialidades son enormes. Podés encontrarte con recorridos desplegables por ciudades de la Unión Soviética, libros forrados en tela con castillos franceses, derroteros urbanos en México DF o postales de Mar del Plata de los ´60. Lamentablemente (quizás lamentable para mí, una amante de los archivos), los materiales se encuentran dispersos sobre la mesa, con la posibilidad de consultar un catálogo por orden alfabético (en base al nombre del material). El acceso a los sentidos que están sedimentados en las páginas necesariamente está tamizado por el interés del visitante, o por sus conocimientos sobre geografía, historia, viajes, ciudades. La muestra es un palimpsesto de imágenes, textos, mapas, sugerencias, notas al margen, dedicatorias, fechas y fascinación. La tarea de haberla iniciado y de estar recopilando tantos y tan valiosos objetos es meritoria y muy original. Sin embargo, vuelvo al inicio: ¿Qué nos puede decir esta colección de todas las representaciones y sentidos que contiene? ¿Qué relación debería establecer esta obra entre si misma y sus visitantes? ¿Debería facilitar el acceso a ciertos

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sentidos o interpretaciones? En caso de afirmar esto último, ¿bastaría con una curaduría más elaborada? O desde otro lugar ¿cómo es posible transformar una colección de objetos diversos –históricos, geográficos, turísticos, en tanto representaciones culturales de diferentes momentos históricos- en una obra de arte?

[1] El evento en Facebook contenía la siguiente información: Del 11 de agosto a las 10:00 al 20 de agosto a las 19:00, en la Biblioteca pública de la Universidad Nacional de La Plata: Plaza Rocha 137. La Biblioteca estará por dos semanas en la sala de lectura parlante de la Biblioteca Pública de la UNLP. La segunda semana SOLO estará abierta MARTES Y MIÉRCOLES DE 10 A 19 HS. Además de la habitual recorrida por los libros y mapas, se RECIBIRÁN DONACIONES de material. [2] Corina Arrieta, según diferentes páginas web, nacida en La Plata, es artista visual y también trabaja de profesora e ilustradora. Es creadora de Homemade Ediciones, un proyecto editorial de fanzines. Forma parte de Concepto Cero desde 2011, y es la encargada de la imagen de Excursiones Polares. Ha realizado muestras individuales y ha participado en numerosos salones y muestras colectivas. Entre otras cosas, obtuvo como premio la financiación de su proyecto “Recuerdo de Mar del Plata” en la Bienal de arte joven de Buenos Aires. http://conceptocero.com/artistas/corina-arrieta/ http://cargocollective.com/corinaarrieta/Bio http://corinaarrieta.com/ [3] En términos técnicos, tengo dudas sobre si este conjunto de materiales podría llamarse "biblioteca". En un lenguaje archivístico, podría clasificarse como "centro de documentación", refiriendo a una selección con criterios específicos de los materiales. Uso el término colección porque igual me parece apropiado, quizás desde un sentido más cotidiano. [4] Parto de la idea de imaginario geográfico de un trabajo de Perla Zusman, quien señala que este concepto supone que los imaginarios sobre el espacio tienen implicancias no sólo en las formas de representación del mundo sino también en su ordenamiento y jerarquización: "Los imaginarios geográficos tal como lo ha planteado Said (2002) pueden ser construcciones asociadas a formas de dominación; sin embargo ellos son continuamente desafiados y recreados por otros asociados a procesos creativos y formas de resistencia". Zusman (2012) “La Revista Geográfica Americana en la década de 1939: entre el modelo de la National Geographic y la invención de los paisajes argentinos orientados a la práctica turística”. En: Registros, Mar del Plata, año 8 (n.9): 81-96. [5] Mary Louise Pratt (2011) Ojos Imperiales: literatura de viajes y transculturación Buenos Aires, FCE. [6]En Argentina, en particular, estos cambios son significativos en la década de 1930 y tendrán un importante desarrollo en el Estado de Bienestar.

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