Rrevista ciudad Colombia edicion N°26

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Revista de Asuntos Urbanos • Edición 26 • ISSN: 0123-238X


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Revista de Asuntos Urbanos • Edición 26 • ISSN: 0123-238X

URGENCIAS 24 HORAS

Contenido

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Endodoncia Cirugía Oral

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Carillas Dentales

EDITORIAL.......................................................................................................................................................4 MEDELLÍN: CIUDAD PASARELA O CIUDAD DE EXCELENCIA...................................6 Rehabilitación Oral

Profilaxis Dental

Por: Caros Alberto Botero Chica –Economista, PH.D.

Implantología Dentales

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Implantes Dentales Puentes Dentales

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444-3066 LOS ÁRBOLES URBANOS Y EL BUEN VIVIR............................................................................15

Por: Faber Cuervo - Economista ambiental, Integrante del Colectivo Túnel Verde

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El arte de la cooperación es una larga paciencia .........................................................................19

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Por: Oswaldo León Gómez Castaño

Confiar ratifica su compromiso con el medio ambiente con su nueva Reserva Natural ............................................................................................................................................................22 El atrio de las sociabilidades...................................................................................................................24 Por: Reinaldo Spitaletta

¡SANÁNDONOS PARA LA PAZ!........................................................................................................26 ILUMINACIONES .....................................................................................................................................28 Por: Raúl Arturo González Hernández - Economista, fotógrafo, poeta y narrador de Medellín.

La gran película del mundo, cine y filosofía..................................................................................30 Por: Andrés Upegui

BARRIO GRAFFITI...................................................................................................................................33 Por: Víctor Hugo Jiménez Durango

LA PELÍCULA QUE VENDRÁ............................................................................................................36 Por: Orlando de J. Flórez Rodríguez.

LA MIRADA..................................................................................................................................................42 Por: Rubén López Rodrigué

“ALLÁ VAN LOS COCACOLOS”.......................................................................................................45 Por: Carlos Iván Serna Ospina

Historia de los antiguos Mapuche .....................................................................................................47 El Buen Vivir ................................................................................................................................................53 Por Elsa Ruiz

CIUDAD, revista de asuntos urbanos Edición No. 26 - Abril - 2018 Licencia 0013 de mayo de 1984 ISSN 0123-238X Sede: Calle 48 Nº 38 – 55 Tel: 297 3961 - Cel: 315 830 6731 CORPORACIÓN CIUDAD, Centro de estudios urbanos Medellín, Colombia E-mail: corporacionciudad@une.net.co, lguillermoalvarez@gmail.com - revistaciudadcolombia@gmail.com Revista virtual http://issuu.com/revistaciudadcolombia Director Guillermo Álvarez Á. Asistente de dirección Olgalucia Echeverryg Jefe de redacción Alvaro Restrepo G. Consejo Editorial Darlo Ruíz Gómez, Mario Vélez S, Olga Lucia Echeverri Gómez, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez C, Federico Giraldo V. Diseño y Diagramación IMAGO FOTODISEÑO Cel: 311 628 3960 Calle 98C # 84-25 apt 201 info@imagofotodiseno.com www.imagofotodiseno.com Contabilidad Fabio Cardona Vargas Suscripciones y Ventas Carrera 39 N° 47 - 53 Int 601 Tel: 297 39 61 Cel: 315 830 67 31 Corresponsales Gustavo Vivas R. España; Elsa Ruiz, Francia Gloria Havautis, EE-UU María Clara Mejía B. EE.UU Amantina Osorio R. Canadá Diana Madrigal, Alemania Fundadores John Jairo Hoyos Ochoa Luis Guillermo Álvarez Álvarez

Esta edición 26 de Ciudad, revista de asuntos urbanos ha sido patrocinada por las siguientes entidades y personas: Confiar, Imago fotodiseno, Alternativas Odontológicas, Carlos Mario Uribe García , Carlos Alberto Botero Chica, Carlos Mario Uribe García, José Pablo Montoya Bernal, Giomar Álvarez, Juan Fernando Ocasionez A., Edwin Diez Gómez, Orlando de Jesús Flórez Rodríguez

Cofundadores Estanislao Zuleta (+), Fernado Cruz Kronfiy, Fabián Rendón(+), Carlos Granada, Dario Ruíz Gómez, MarioVélez S. Andrés Velásquez R, Fernando Viviescas M, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez, Federico Giraldo Valencia, José Luís Rodríguez Solis, Hubert Ariza, Jaques April, Emilio Latorre, Edgar Váquez B, German Colmenares, Anibal Patiño, Alberto Saldarriaga R, Verónica Perfetti, Benjamín Barney, Jorge Mazo, Samuel Jaramillo, Antonio Montañas, Rogelio Salmona(+), Silvia Arango, Armando Silva, Pedro Santana, Gloria Gaitán, Saúl Sánchez, María Clara Mejía, Amantina Osorio R, Juan Camilo Ruiz, Fabio Betancur, Carlos Estaban Arrubla P, Jaime Jaramillo Panesso, Carlos Julio Calle (+), Juan Luis Mejía, Fernando Arbeláez, Alberto Aguire (+), Manuel Mejia Vallejo(+), Luis Guillermo Pardo, Juan Fernando Álvarez (+), Omar Castillo, Aura López, Juan Guillermo Betancur, Hernán Henao Delgado(+), Margarita Gómez, José Martínez S, Elsa Ruiz, Beatriz Gómez, Gloria Lucía George, María Eugenia Beltrán, Gloria Burgos, Victor Gaviria, Rubén Darío Lotero, Ramiro Tejada, Fernando Baena, Alberto Baena, Pedro Cano(+), Raúl González, Ligia Pimienta(+), Luz Ruiz de Baena(+), Jorge Rodas, Edwin Diez, Alvaro Pardo C.(+), Hernán Darío Villegas, María Eugenia Arango, Antonio Restrepo(+), Juan Guillermo López(+). CIUDAD, Revista de Asuntos Urbanos, es una publicación que revela, en palabras, e imágenes, el devenir de las ciudades colombianas y que se propone articular discusiones sobre la vida urbana, con el fin de hacer de la ciudad una humana y alegre residencia y morada para el ciudadano. Siendo de carácter pluralista e interdisciplinaria las opiniones expresadas son de los autores, reservando la sección editorial para manifestar los puntos de vista o criterios de la revista. «La Ciudad para los ciudadanos» Resume nuestro criterio urbanístico sobre la ciudad LAS OPINIONES FIRMADAS SON RESPONSABILIDAD ÚNICA DE SUS AUTORES


EDITORIAL AYUDA MUTUA Y SUPERVIVENCIA

L

as siguientes notas sobre ayuda mutua, son extracciones del libro La Ayuda Mutua del escritor ruso Piotr Kropotkin. A las costas del océano las animan las bandadas de focas y de morsas, y a sus aguas los cardúmenes de cetáceos sociales; y hasta en las profundidades de la gran meseta del Asia Central encontramos rebaños de caballos salvajes, asnos salvajes, camellos salvajes y ovejas salvajes. Todos esos mamíferos viven en sociedades y naciones que a veces cuentan centenares de miles de individuos, aunque hoy, después de tres siglos de civilización de la pólvora, apenas hallamos los restos de las enormes aglomeraciones de antaño. ¡Cuán insignificantes, en comparación con ellos, resultan las cantidades de carnívoros! ¡Y cuán falsa resulta entonces la visión de quienes hablan del mundo animal como si en él no hubiese otra cosa que ver sino leones y hienas clavando los dientes goteantes de sangre en la carne de sus víctimas! Cabría imaginarse también que toda la vida la humana no es más que una sucesión de masacres de guerra. Asociación y ayuda mutua constituyen la regla en el caso de los mamíferos. Hallamos hábitos sociales incluso entre los carnívoros, y podemos nombrar solamente a la familia de los gatos (leones, tigres, leopardos, etc.) como una división cuyos miembros prefieren decididamente el aislamiento a la sociedad, y rara vez juntan, aun en grupos pequeños. Y no obstante, hasta entre los leones «es una práctica muy común ca4

zar en compañía»7. Las familias de las civetas (Viverridae) y los hurones (Mustelidae) podrían ser caracterizados también por su vida aislada, pero es un hecho que hace un siglo el hurón común era más sociable de lo que es ahora; en ese entonces se le veía en grupos mayores en Escocia y en el cantón de Unterwalden de Suiza. En cuanto a la gran familia de los perros, ésta es altamente sociable, y la asociación para propósitos de caza puede considerarse como eminentemente característica de sus numerosas especies. De hecho, es bien sabido que los lobos se reúnen en manadas para cazar, y Tschudi dejó una excelente descripción de cómo se forman en semicírculo, rodean a una vaca que está pastando sobre una loma y entonces, apareciéndose repentinamente entre fuertes ladridos, la hacen rodar al abismo. Audubon, en la década de los 30, vio también a los lobos del Labrador cazar en manadas, y a una manada seguir a un hombre hasta su cabaña y matar sus perros. Durante los inviernos severos las manadas de lobos se hacen tan numerosas que se convierten en un peligro para los asentamientos humanos, como fue el caso en Francia hará unos cuarenta y cinco años. En las estepas rusas nunca atacan a los caballos si no andan en manadas; y aún así tienen que sostener feroces combates durante los cuales los caballos (según el testimonio de Kohl) a veces asumen ofensivas bélicas, y en esos casos, si los lobos no emprenden veloz retirada corren el riesgo de verse rodeados por los caballos y muertos a coces. Se sabe que los lobos de las praderas (Canis latrans) se asocian en bandadas de entre veinte y treinta individuos cuando le dan caza a un búfalo ocasionalmente separado de su rebaño. Los chacales, que son sumamente valerosos y pueden ser considerados como unos de los más

inteligentes representantes de la familia de los perros, siempre cazan en manadas; así unidos no les tienen temor a los carnívoros de mayor tamaño. En cuanto a los perros salvajes asiáticos (los kholzunes, o dholes) Williamson vio a sus grandes manadas atacar a todo animal grande, excepto elefantes y rinocerontes, y vencer a los osos y los tigres. Las hienas siempre viven en sociedades y cazan en manadas, y Cumming elogió altamente las asociaciones para la cacería de los licaones. Más aún, hasta los zorros que, por lo general viven aislados en nuestros países civilizados, han sido vistos asociándose para propósitos de caza. En cuanto al zorro polar, es —o más bien lo era en tiempos de Steller— uno de los animales más sociables; y cuando uno lee la descripción de Steller de la guerra que libró la infortunada tripulación de Behringen contra de esos pequeños animales inteligentes no sabe de qué asombrarse más: si de la extraordinaria inteligencia de los zorros y la ayuda mutua que desplegaron al desenterrar la comida oculta bajo los hitos de piedra o guardada sobre un poste (un zorro se trepaba hasta el tope y les lanzaba la comida a sus camaradas abajo); o de la crueldad del hombre, llevado a la exasperación por las numerosas manadas de zorros. Hasta ciertos osos viven en sociedades cuando el hombre no los molesta. Así, Steller vio al oso negro de Kamchatka en manadas numerosas, y a los osos polares ocasionalmente se les encuentra en pequeños grupos. Incluso los nada inteligentes insectívoros no siempre desdeñan la asociación. «Las plantas viven donde pueden», mientras que los animales tienen, en gran medida, la potestad de escoger su morada. Así que volvemos a preguntarnos ¿hasta qué grado existe realmente la competencia dentro de cada espe-

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cie animal? ¿Sobre qué está basada esa suposición? La misma observación se debe hacer en lo que respecta al argumento indirecto a favor de una dura competencia y lucha por la vida dentro de cada especie, que podría derivarse del «exterminio de las variedades transicionales » tan a menudo mencionado por Darwin. Es sabido que durante mucho tiempo Darwin estuvo preocupado por la dificultad que vio en la ausencia de una larga cadena de formas intermedias entre especies estrechamente vinculadas, y que encontró la solución de esa dificultad en el supuesto exterminio de esas formas intermedias. Los búfalos cruzan un inmenso continente a fin de hallar comida en abundancia. Y los castores, cuando alcanzan un número demasiado grande en el río se dividen en dos partidas y se marchan, los viejos río abajo y los jóvenes río arriba, y evitan así la competencia. Y cuando los animales no pueden ni echar a dormir, ni emigrar, ni aprovisionarse, ni cultivar ellos mismos su alimento, como las hormigas, hacen lo que el paro, y qu Wallace (Dar wi nism, cap. V.) tan encantadoramente describe: recurrir a nuevos tipos de alimento, y, de nuevo, evitan así la competencia. «¡No compitas! ¡La competencia es siempre dañina para la especie, y tienes muchos recursos para evitarla!» Es ésa la tendencia de la naturaleza, no siempre realizada a plenitud, pero siempre presente. Es ésa la consigna que nos llega desde el matorral, desde la selva, desde el río, desde el océano. «¡Por eso, asóciate, practica la ayuda mutua! Es ése el medio más seguro para brindarle a cada quien y a todos la mayor de las seguridades, la mejor garantía para la existencia y el progreso corporal, intelectual y

moral». Eso es lo que la naturaleza nos enseña; y eso es lo que han hecho todos los animales que han alcanzado la más alta posición en sus respectivas clases. También es lo que ha estado haciendo el hombre, el más primitivo de los hombres. Y por eso ha alcanzado la posición en la que hoy estamos. Por fortuna, la competencia no constituye la regla ni en el mundo animal ni para la humanidad. En los animales está limitada a períodos excepcionales, y la selección natural encuentra mejores espacios para su actividad. La eliminación de la competencia crea mejores condiciones por medio de la ayuda mutua y el apoyo mutuo. En la gran contienda por la vida —por la mayor plenitud e intensidad de vida con el mínimo gasto de energía posible— la selección natural busca siempre las vías de evitar en lo posible, precisamente, la competencia. Las hormigas se asocian en nidos y naciones; acopian provisiones, crían su ganado, y evitan así la competencia; y la selección natural elije de la familia de las hormigas las especies que mejor saben cómo evitar competir, con sus consecuencias ineludiblemente perniciosas. La mayoría de nuestras aves se trasladan lentamente al Sur a medida que se acerca el invierno, o se reúnen en sociedades innumerables para emprender largos viajes, y evitan así la competencia. Muc hos roedores se echan a dormir cuando llega el momento en que debería establecerse la competencia, mientras que otros roedores almacenan comida para el invierno, y se reúnen en grandes aldeas para obtener la protección necesaria mientras trabajan. Cuando se secan los líquenes en el interior del continente el reno emigra hacia el mar. Con todo y el progreso que ha representado para el hombre haberse encumbrado al “mundo de

las ideas”, desarraigándose de la tierra y dejando de ser hombres tierra convertidos en hombres divinizados, emergieron los individuos y hombres diosecitos ya no en común unidad, sino con ímpetus de adelantar uno a otro y unos a otros, dando lugar a sustituir la natural ayuda mutua en cooperación, por la competencia hobbesiana1 y el utilitarismo. De este panorama se deduce qué tan imperativo es emancipar las costumbres cotidianas, transformándolas cada instante, no a un retorno al hombre primitivo arraigado a la tierra en tiempo de las cavernas sino al reencuentro cultura y ecosistemas, sin desdeñar los imperativos categóricos. El hombre tierra moderno que entiende que el bosque también está en la ciudad pero sepultado, y que hay que emanciparlo de la esclavitud del capital, cooperativizando para el buenvivir. Acciones que hay que asumir para construir la ciudad de la confianza. Jóvenes y viejos topos horadando la tierra para emancipar el bosque sepultado por la ciudad esclava del capital de hábitat violento. Leer en la grandeza de las pequeñas cosas. Avivar el brillo de la mirada. Aprender a mirar al otro a los ojos. No una idílica ciudad tierra de hombres desdivinizados laborando en común cooperación la tierra, sin conflictos y en idealizada armonía, pero si el intercambio e interacción, en dialogo de saberes construyendo pensamiento ambiental complejo, hacia una civilización ambiental. 1. Contraponiendo a la hipótesis del hombre social por naturaleza, aceptada hasta Grocio la hipótesis del hombre lobo del hombre, en lo que no parece que haya existido una tradición de derecho público que se remota al derecho romano.

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MEDELLÍN: CIUDAD PASARELA O CIUDAD DE EXCELENCIA

(Una mirada económica, urbana y ética) Epígrafe: “Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el mundo, sólo porque, y cuando, son creadas por todo el mundo”. Jane Jacobs, urbanista norteamericana. Por: Caros Alberto Botero Chica –Economista, PH.D.

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INTRODUCCIÓN

n la década de los años noventa, la ciudad de Medellín incluyó en sus planes estratégicos y de desarrollo, actividades encaminadas a promover la ciudad en otros lugares del mundo, particularmente con la finalidad de rescatar una imagen de ciudad que se había deteriorado por el aumento inusitado de: Las muertes violentas, los altos índices de peligrosidad que experimentó Medellín, como consecuencia del recrudecimiento del narcotráfico, el posicionamiento de las bandas criminales y enfrentamientos con los grupos alzados en armas o simplemente, porque Medellín tenía avisos de alerta en las agencias de turismo internacional como ciudad peligrosa y de alto riesgo para sus visitantes. La preocupación de las clases dirigentes no solo intentó rescatar una imagen de ciu-

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dad sino que los grupos que administraron las políticas públicas desde la Gobernación y la Alcaldía, intentaron con programas y proyectos mejorar la calidad de vida de sus habitantes en diferentes ámbitos como: educación, salud, infraestructura, bienestar, cultura, deportes, recreación, medio ambiente y otros, los cuales se han dirigido hacia diferentes estratos, poblaciones vulnerables y han cobijado en forma incluyente a niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. No obstante, si bien en un principio, el objetivo del Marcketing de Ciudad trató de mostrarle al mundo, unas cifras más favorables en lo relacionado con la disminución de las muertes violentas y una serie de atractivos de ciudad que se fueron construyendo paulatinamente como son: el Metro, el Metroplus, los Metrocables, el Tranvía, las Ciclovías, el Parque de la Luz, la Plaza Mayor, los remodelados escenarios deportivos, el parque

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Arvi, los miradores de las Palmas, la Plaza Botero y muchas obras que quedan faltando por mencionar, la visión inicial cambió. Con el tiempo, el objetivo se distorsionó y el Marcketing de Ciudad en algunas ocasiones se ha aprovechado para promover el ego de algunos gobernantes apareciendo incluso en revistas de farándula. Así mismo, por otros medios como: el internet, las redes sociales, publicidad urbana y en algunos sitios de diversión se promueven otros servicios non santus, que ofrece la ciudad, salas de masajes, casinos, turismo sexual y lugares de streep tease, que hacen parte de lo que aquí se denomina Ciudad de Pasarela. Es así como, el presente artículo hace un recorrido desde lo: económico, urbano y ético, para analizar la dicotomía que viene presentando, la inadecuada utilización del Marcketing de ciudad, en donde se muestra la cara amable de la ciudad pero se ocultan otras realidades. Se enfatiza en la visión equilibrada que debe utilizar la técnica del Marcketing de Ciudad, mostrando simultáneamente los atributos y defectos de las ciudades. Se cuestiona el manejo de algunas estrategias equivocadas tratando de hacer pasar a Medellín, como la ciudad más innovadora y competitiva, aunque todavía, debe alcanzar algunos objetivos para que se convierta en una ciudad del conocimiento. En síntesis, a veces se ha tratado de mostrar la ciudad como un empaque, una externalidad, olvidando el contenido, esta envoltura es lo que se ha denominado, en este artículo “ciudad de pasarela”, en donde interesa mostrar más, la fachada de Medellín que su esencia.

El cuestionamiento a esta dicotomía surge porque no se pueden evadir realidades insoslayables y problemáticas existentes en la ciudad que no deben ocultarse. Todavía, el índice de las muertes violentas es alto, los mendigos vagan sin rumbo por la ciudad, el juego y la prostitución campea, las densidad del tránsito vehicular es una amenaza para la circulación, la delincuencia opera con sus diversas modalidades y desde lo físico urbano aún faltan infraestructuras y equipamientos por construir, los constructores rebasaron los límites y transgreden las normas, lo que aleja a Medellín del concepto de ciudad de excelencia, convivente y de buen vivir. Marketing de ciudad es una técnica que nace a partir de la necesidad de buscar una identidad propia que ponga de manifiesto los valores de una ciudad y proyecte sus recursos y cualidades, a públicos internos y externos. De acuerdo con esta definición, el Marketing de ciudad es un instrumento de política pública local que establece la creación de ideas, productos o servicios humanos, así como las formas de comunicación y comercialización para proyectar sus recursos y cualidades como ciudad, logrando su satisfacción y la de sus clientes. El termino de Ciudad Pasarela: está en construcción ha sido propuesto por algunos colaboradores de “Ciudad revista de asuntos urbanos”, que surge como una preocupación de la inadecuada forma como algunos mandatarios públicos o técnicos utilizan el Marketing de ciudad para lanzar un mensaje distorsionado de la

ciudad de Medellín. Se ponderan algunos atractivos de ciudad pero se ocultan algunas dificultades o fenómenos que alejan a Medellín de ser la ciudad del buen vivir. En el centro de la ciudad, y en lugares de zona rosa, como: en la carrera Setenta y el Parque Lleras, algunos jóvenes en forma orgullosa ofrecen a los visitantes extranjeros, una Medellín que la denominan, “Las Vegas latinoamericana”, porque consideran erróneamente que Medellín es un lugar ideal para atraer al visitante por sus discotecas, casinos, salas de masaje, prostitución clandestina y la vida light. Concepto de ciudad pasarela es una técnica que se deriva del Marketing de ciudad en donde se trata proyectar una imagen de ciudad a sus públicos internos y externos enfatizando más en sus atractivos como discotecas, casinos y prostitución, que en sus actividades productivas y culturales.

UNA MIRADA DESDE LO ECONÓMICO: MEDELLÍN PODRÍA LLEGAR A SER UNA CIUDAD DEL CONOCIMIENTO. Desde hace 100 años con base en las evidencias que observó Alfred Marshall en varias ciudades inglesas como, Lancashire y Sheffield, que se habían especializado en perfeccionar procesos productivos de paños y textiles, acuñó un término denominado, Distrito Industrial, que describe las caracte-

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El estudio de fortalezas d tividad está incompleto

rísticas que rodeaban estos procesos, desde sus materias primas, los elementos de trabajo y la forma como se relacionaban los agentes productivos en medio de la revolución industrial. La acepción que acuñó Marshall, se convirtió en referente para que economistas y administradores, elaboraran diversos vocablos como: Ciudad

del Conocimiento, Distrito Industrial, Distrito Tecnológico, Ciudades de Excelencia, Ciudades Tecnológicas o Tecnópolis. Distrito Industrial: Son ciudades o espacios geográficos que basan su vocación productiva en un sector económico específico en donde se concentran numerosas

empresas que especializan su labor en diferentes eslabones de la cadena productiva. Según señala (Botero, 2002) se caracterizan estos espacios por tener: un mejoramiento continuo de sus procesos, investigación, desarrollo, contratación del mejor talento humano, pactos de caballeros, contratación ágil y sentido de colaboración en-

tre empresas.

CUADRO N° 1. MEDELLÍN DEBE CONSTRUIR NUEVOS EQUIPAMIENTOS DE CIUDAD. CONCEPTO El sistema de Planeación está incompleto.

Antioquia y Medellín deben mejorar sus grados de autonomía.

En conocimiento, mejorar los modelos educativos. Fortalecimiento de sus fuentes de agua creando límites urbanos. Enfatizar en el usos de energías limpias: Solar en Medellín y Articuladas con el uso de energías eólicas y marítimas en Antioquia.

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CARENCIAS QUE DEBE CUBRIR MEDELLÍN PARA MEJORAR SU COMPETITIVIDAD.

¢¢ Medellín carece de un Plan Regional que articule la con las regiones. (Existen Planes de Desarrollo para Medellín y Antioquia). ¢¢ Autonomías temáticas, la idea no es independizarse pero si mejorar autonomías temáticas en: Seguridad, ambiente, salud educación, equidad distributiva. Algunas entidades se quedan cortas (Corporaciones Regionales y Cajas de Compensación) ¢¢ Crear un parque de Inteligencia artificial. ¢¢ Creación de escuelas especiales formación de talentos con coeficientes de inteligencia altos. ¢¢ Rescatar el concepto de límites para la urbanización, recuperar los límites de cotas de agua. ¢¢ Dotar a la ciudad con más elementos que funcionen con base energía solar y propiciar desarrollos en Antioquia basados en energías eólicas y marítimas.

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dotar“ela la ciudad con equipamien¢¢ Estudios realizados: Como, informe Monitor”, y de tos urbanos que consultaban en “Cluster” por la Cámara de Comercio ,identificaron las de Cluster y producforma cuidadosa otros desarrollos fortalezas productivas en la ciudad, pero lo hicieron desde o. se venían en la oferta, quedó faltandoque la demanda ( noconstruyendo todo lo que se otras delinternacional). mundo y pero ofrece tiene gran demanda en elciudades concierto con límite. Hoy en día se perdió Fuente: Elaboración propia el concepto de límites y la ciudad se desbordó, debe entenderse por Para la (Cámara de Comercio, límite como las normas urbanas 2012) Medellín reúne algunas existentes para frenar usos desmecondiciones favorables y posee didos y evitar desbordamientos. fortalezas en algunos seis sectoLimites o normas que tampoco res claves de su economía, como: son para detener o para detener el Energía Eléctrica, Construccrecimiento. ción, Textil/Confección, Diseño y Moda, Turismo de Negocios, Históricamente en relación con Ferias y Convenciones, Servieste tema se puede mencionar el cios de Medicina y Odontología rol que desempeñó, la Sociedad y TIC) se requiere crearle otras de Mejoras Públicas de Medellín, variables que potencie su sistema el Plano regulador de Medellín, productivo. la Alcaldía de Medellín, y la incidencia que tuvieron sobre el deDe acuerdo con (Botero, 2002), sarrollo urbano, la asesoría de urexisten en otros países, 30 ciudabanistas foráneos y locales como: des del conocimiento, entre estas Charles Emile Carre, Agustin como: Austin(Texas) , BangaloGoovaers, Karl Brunner, Paul re(india) y , Boise( Idaho) especiaWiner, José Luis Sert, Nel Rodrílizadas en Hardware y software, guez, Pedro Nel Gómez, Horacio Faro(Portugal) en corcho para Longas, y algunos otros, que deindustria vinícola, Umbría (Itasearon construir una Medellín lia) en cerámica. Aunque Medeamable con jardines y plazas púllín obtuvo la mención de ser una blicos como fueron: San Ignacio, ciudad innovadora, y no se deben Bolívar y Boston. Avenidas con desconocer los esfuerzos que viesentido cívico como la Playa, las nen haciendo algunas administracuales debían de contener sentido ciones, centros de investigación, emblemático de recordación para incubadoras o entidades como la sus transeúntes, con estatuas de Ruta N, será necesario sus procepróceres, monumentos que evosos productivos para que se concaran los momento tutelares de vierta en una ciudad de excelencia. nuestra historia y espacios cívicos para disfrutar en familia del merecido descanso de los domingos como lo fue, el parque El Bosque hoy convertido en el Jardín Desde comienzos de siglo XX y a Botánico. mediados del mismo, han existiHubo en esta concepción de ciudo entidades personas dedicadas dad, un respeto riguroso por acaa preservar el desarrollo urbano tar las normativas de la (CIAM de Medellín y su intención ha sido

UNA MIRADA DESDE LO URBANO

Carta de Atenas, 2011) construyendo: calles al menos con 14 metros de ancho, colocando antejardines con árboles apropiados para armonizar el paisaje sembrando especies no invasoras, aceras de cemento con continuidad sin escalones para mitigar riesgos, pequeños caños entre jardín y aceras para trasportar el agua que caía directamente a alcantarillas debidamente ubicadas sobre el asfalto de la calle, queda el recuerdo de este tipo de detalles en barrios como: Prado, Boston, el Centro y Laureles. Se construía con límite: los barrios solo podían urbanizarse hasta donde llegaba la cota de agua, había un sentido de racionamiento y de cuidado excesivo por el líquido vital, el agua. Había un control a los extralímites, los nuevos desarrollos solo podían construirse hasta donde llegaban las redes de energía. El alcantarillado, obra que se le ha asignado poco estudio e investigación fue una obra titánica que se preocupó por canalizar quebradas que aún se desbordan como la Loca, la Picacha, la Santa Elena, la Hueso, la Iguaná, La Quintana, y algunas otras, existe en el valle de aburra un inventario de 354. Los solares de las casas colindaban con estas quebradas y solo podían aprobarse siempre y cuando construyeran diques o muros alejados de la corriente. Desde que surgió el Upac se acabó con el concepto de límites. Cuando surgieron las Corporaciones de Ahorro y Vivienda y los upacs, como una política pública que se implementó desde los Planes Nacionales de Desarrollo en

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los años setenta, la construcción de edificios y urbanizaciones se intensificó y muy rápidamente los terrenos, lotes, viviendas antiguas se transformaron en edificios. En barrios como el Poblado y la Pilarica con áreas amplias en donde habitan estratos seis se demolieron casas campestres para construir torres de edificios y parcelaciones. La construcción además de dinamizar la economía se convirtió en un excelente negocio lucrativo para constructores e inversionistas, al flexibilizar las normas, el sentido ético de la ciudad, justa, equilibrada y soñada se perdió. Entidades estatales como Empresas Públicas y el Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, al flexibizar las normas, y límites como las cotas de agua, distribución de redes de energía, y las irrisorias multas o compensaciones solicitadas a los construc-

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tores, éstos se beneficiaron y aceleraron el proceso constructivo. Hoy en día los urbanizadores construyen sin límites: prefieren pagar multas antes que preservar los espacios. Los barrios llegan casi hasta las cimas de las montañas. En las laderas de Medellín se construyen torres con más de 25 pisos sin pensar que estas construcciones contribuyen a debilitar los terrenos, demandan excesivos consumos de agua y son albergues de miles de automóviles que potencian el hacinamiento vial y el deterioro del aire. A esto se suma el cartel de constructores no idóneos que construyen con materiales de bajas especificaciones, sus edificaciones son mal diseñadas, construyen estructuras débiles hay muchos edificios agrietadas e incluso algunos se han desplomado. Adicionalmente, existen otros constructores inescrupulosos, estafadores de

profesión que construyen sobre planos recogen cuotas iniciales, luego se desaparecen, defraudando a los inversionistas, dejando bienes mostrencos. Medellín ha hecho grandes esfuerzos, desde lo urbano a través de su clase dirigente, organismos de planeación, grupos políticos, administraciones públicas, veedurías ciudadanas, pero todavía hay carencias y se debe seguir trabajando para conseguir un desarrollo urbano, equilibrado, justo y amable para el ciudadano. Entre algunos de los aspectos que faltan por mejorar desde lo económico se podrían citar a grandes rasgos lo siguiente: 1) Recuperar el sentido de límites de ciudad. 2) Mejorar la interconexión vial entre oriente y occidente. 3) Apropiar cada vez más el uso de aparatos utilizando tecnologías con energías alternativas. 4) Completar el sistema de planeación con un plan de desarrollo que inter-

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conecte a Medellín con las otras subregiones del departamento de Antioquia. 5) Continuar interconectando a Medellín con su región y otros lugares del mundo.6) Se requiere más control de las autoridades para luchar contra los constructores no idóneos e inescrupulosos.

CUADRO N° 2 MEDELLÍN DEBE CONSTRUIR NUEVOS EQUIPAMIENTOS DE CIUDAD. CARENCIAS QUE DEBE CUBRIR MEDELLÍN PARA MEJORAR SU COMPETITIVIDAD.

CONCEPTO

¢¢ Medellín aún no posee una terminal de carga. y tampoco posee un sistema ferroviario que transporte la carga articulada con departamentos, municipios y puertos nacionales.

Fortalecer su sistema logístico de transporte.

Equipamientos de Medio Medio Ambiente (rellenos sanitarios ) Medio ambiente ( El río Medellín)

¢¢ Medellín aún no posee la doble calzada que comunique al sur de la ciudad con la carretera panamericana. ¢¢ Medellín deberá en forma rápida construir el tren evacuador de basuras con estaciones de transferencia. ¢¢ Las plantas de Rellenos Sanitarios son de segunda generación hay que adecuarlas para que conviertan los desechos en abonos, gas y otras materias primas. ¢¢ Esta tarea que empezó desde los años ochenta en Empresa Publicas de Medellín debe cumplir su objetivo, construir más plantas de tratamiento y rescatar la vida acuática.

un¢ El lugar de espacio públicouna circunvalar Medellín no tiene una circunvalar como¢ intento de construir se desvaneció. de los planificadores foráneos y Construir más puentes sobre el río Fuente: Elaboración propia.

UNA MIRADA DESDE LA ÉTICA La polis surgió en la Grecia antigua, este concepto buscaba entre sus objetivos conformar una sociedad democrática y justa. Sociedad que debía habitar en espacios urbanos que invitaran a la reflexión y el saber. No en vano, en las ciudades griegas antes de fundarlas era necesario reservar espacios públicos generosos que incluyeran, ágoras, y templos, espacios que denotaban simbiosis entre arquitectura, saber, dioses y vida en comunidad. En lugares como el ágora, la invitación era al uso de la palabra, un lugar de encuentro y pensamiento, Pericles lo concebía

por excelencia, eran lugares para se desvirtuaron. ¢¢ Para mejorar la movilidad es locales necesario construir más Medellín puentes el debate ideológico y filosófico. ha oriente sido impactada por flujos misobre el rio Medellín en sentido occidente. gratorios desde la década de 1960. Estas concepciones se fueron deLuego con la escalada de grupos formando con el surgimiento de guerrilleros y paramilitares espelas ciudades estado, después las cialmente desde 1980 han llegado ciudades se amurallaron en la ciumies desplazados. dad media para protegerse, luego en la Francia de Luis XIV imporEstas comunidades biodiversas taba ostentar magnificencia para que generalmente pertenecen a expresar el poder del real. Con estratos 1, 2 y 3 se van hacinando, la revolución industrial y las meviven en sitios similares y por si galópolis ha sido necesario disemismas se van segregando aparñar ciudades pensando más en su tándose del sentido de comunifuncionalidad. dad, el buen vivir y se pierde la filosofía de la democracia. Cuando El sentido del espacio público y de se utiliza la palabra biodiversidad ciudad fue cambiado con el paso étnica es para denotar que estos del tiempo porque las ciudades flujos migratorios no solo han son como una célula viva cambian llegado a Medellín desde otras por años, meses, minutos y sepoblaciones de Antioquia sino gundos. Medellín no ha sido ajena que provienen de otras regiones a esta realidad, aquella ciudad cídel país, incluso de otros países vica imaginada por la Sociedad de como Cuba y Venezuela generanMejoras Públicas y las propuestas

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do como resultado, la llegada de habitantes que por su condición de desplazados o refugiados, los cuales en su mayor parte afrontan condiciones de vida precarias, se dedican a laborar para sobrevivir y su filosofía de vida se centra más en el individualismo que en el pensar en ayudar a la comunidad con sentido cívico.

racteriza por una ignorancia al respeto de valores desde el ámbito de lo público como: Tolerancia, igualdad, solidaridad, libertad, respeto por naturaleza y paz. Este fenómeno es propio de la modernidad generándose un conflicto contemporáneo entre la moral clásica y una ética permisiva centrada en el individuo.

En la década de los años ochenta, los narcotraficantes incorporaron en sus filas a jóvenes procedentes de barrios de estratos bajos y con el poder del dinero producto del narcotráfico, los capos los sedujeron, les ofrecieron prebendas y los armaron. Algunos barrios de la ciudad fueron tomados por grupos al margen de la ley y sus habitantes vivieron amedrantados y en muchos casos experimentaron represalias. El ideario de ciudad de estos jóvenes hampones se transformó, su interés fue incorporarse a la vida fácil, el consumismo y el derroche, con estos ideales el paradigma de la ciudad soñada, equilibrada y democrática desapareció.

El sentido del buen vivir se perdió y se resquebrajó el sentido ético. Es evidente que los antivalores, la doble moral y la corrupción existen en la ciudad y se manifiestan en diversas formas en donde de manera sucinta se abordan algunos de éstos. No es correcto afirmar que los antivalores que se presentan se originan como consecuencia de carencia de políticas públicas o falta de programas desde el estado. Más bien obedecen a fenómenos históricos como consecuencia de la cruda violencia que ha vivido el país y los flujos migratorios en donde el flujo de gente que ha llegado a la ciudad es tan alto que los programas de asistencia estatal no dan abasto para solucionarlos.

Transgresión de valores y ruptura del tejido ético. A finales de 1980, con la irrupción del neoliberalismo, el avance inusitado de la telemática y los rápidos avances científico técnicos, fueron desapareciendo de los pensum académicos, asignaturas como: cívica, religión e historia, para cederle el paso a asignaturas técnicas en donde la necesidad fue enseñar el uso del computador, se dió vía libre a formar tecnócratas y se perdió el sentido de la formación integral. Este analfabetismo cívico se ca12

Analfabetismo e Ignorancia cívica: Desde el siglo XVI con la llegada de los franciscanos y otras comunidades religiosas a Latinoamérica hubo una preocupación por enseñar ética. Colombia no fue ajena a esta política que se impartió desde España la que conservó durante la colonia y se impulsó con la firma del Concordato en e1886. Durante el siglo XX se enseñaba en las escuelas, colegios y algunas universidades, las signaturas de ética, religión y cívica. Estas asignaturas desaparecieron de los pensum para dar lugar a

una formación más técnica. Ciudad intolerante: Después de revolución francesa hacia finales del siglo XVIII, llegaron a Latinoamérica y Colombia los gritos de libertad. Este valor de libertad significaba un ejercicio, una práctica, un sentido de moderación, de orden y una sociedad cimentada en las leyes y la democracia. Una sociedad pluralista y democrática se caracteriza por ser: responsable, solidaria y tolerante. Medellín deberá hacer campañas y esfuerzos para reflexionar sobre los valores de solidaridad y tolerancia. Los grados de intolerancia han venido en aumento, la que se manifiestan por: la violencia intrafamiliar, las riñas entre conductores en las calles, los ataques a rivales de las barras bravas, las peleas entre vecinos y las agresiones entre vendedores ambulantes, Vida fácil y ambición: Otro tema que preocupa es la ambivalencia que presenta la ciudad de Medellín en el tema de la desigualdad, coexisten personas de estratos seis que reciben altos ingresos en contraste con personas de estratos bajos que escasamente les alcanza para comer. Esta inequidad inquieta a muchos jóvenes que han tomado como filosofía de vida, el vivir el hoy, el disfrutar el momento no importa a cambio de que. Como se ha explicado en Medellín desde los años noventa, se organizaron las denominadas bandas y combos que controlan negocios ilícitos y son organizaciones atractivas para jóvenes que se vinculen a éstas, allí les pagan por delinquir, realizando actividades como: venta de drogas, sicariato, atraco a bancos, extorsiones, secuestro, trata de blancas, narcotráfico, los ingresos

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obtenidos son más altos que incorporándose a labores lícitas. Esta filosofía no solo se aplica en estratos bajos sino que también se presenta en estratos altos y clases dirigentes que se dedican a actividades ilícitas como: corrupción, desfalcos y estafas que terminan perjudicando, al erario público, el sector privado y la gente del común. Detrás de estas ideologías impera una necesidad de consumo, esta tendencia que llamo Freud: el ello que reclama, “ yo quiero, yo necesito, yo deseo… y ahora ”. (Consultado en Los Mecanismos de Defensa del Yo según Sigmund Freud |... https://psicovalero.wordpress.

com/, año 2017). Estos consumos están basados en ideales hedonistas propuestos por Epicuro, “el principio y el final de una vida feliz”, principios ampliamente debatidos desde la antigua Grecia, que en el fondo son saltos al vacío, que se dirigen a lugares lejanos sin final. La ambición es un contravalor imparable que genera intranquilidad permanente convirtiéndose en un ansia constante. El mensaje es, “más consumo no es más felicidad” En Medellín coexisten diferentes modalidades de mendicidad en algunos casos, se trata de personas que sumidas en algún vicio terminan pidiendo limosnas para so-

brevivir, en otros casos, se trata de personas con discapacidades que deambulan sin protección. Quizás el tema más preocupante son los mendigos de profesión cuya labor es pedir limosna para acumular dinero. Estas personas tienen sus casas y forma de comer pero madrugan diariamente a conseguir dinero haciéndose pasar por desposeídos, convirtiéndose en negocio lucrativo para estas. Otra modalidad existen en la ciudad es que existen carteles de mendicidad en donde hay personas que dirigen u orienten a otros, como niños, mujeres y ancianos para que pidan limosnas y luego las distribuyen. Según la Alcaldía de Medellín había 3.281 habitantes de calle en el año 2009, mien-

tras que en el 2014 se registraron 3.250, esto es 31 personas menos. Se requerirá continuar haciendo campañas de prevención, acciones y proyectos que mitiguen estos fenómenos Un tema preocupante son los alCUADRO N° 3. MEDELLÍN DEBE RECONSTRUIR SU tos volúmenes de basura que se TEJIDO ÉTICO producen diadamente en el Valle de Aburra, los cuales alcanzan voValores de una ciudad del Valores de una ciudad de pasarela lúmenes hasta de 1.600 toneladas conocimiento diarias y allí están incluidos deSaber Ignorancia sechos sólidos no biodegradables Libertad Opresión que atentan contra el medio amSolidaridad Individualismo biente. El respeto por la naturaleRespeto por la naturaleza Irrespeto por la naturaleza za es un tema de sentido común, es el medio donde habitamos, Ciudanía Anarquía donde existimos, respetarla es luSalud Enfermedad char por la supervivencia. Educación Analfabetismo Ante la crisis ecológica, Medellín tendrá que hacer esfuerzos por: bajo y remuneración Vida fácil y ambiciónterminaron por agotar la tierra. montar procesos con tecnologías Con la aglomeración urbana y el Fuente: Elaboración propia limpias, continuar ampliando sus aumento vehicular, los índices de zonas verdes con la recuperación contaminación han venido auIrrespeto por la naturaleza: de jardines, parques y siembra de mentando paulatinamente son de Medellín anteriormente se caárboles, prepararse para los retos tipo: aéreo, de ruido, acuáticos, racterizó por tener unas montafuturos del reemplazo del petrópaisajísticos y se han destruido coñas verdes llenas de naturaleza. leo por otros combustibles menos linas con la explotación desmediCon el paso del tiempo fueron contaminantes, cambiar los hábida de canteras para elaborar tejas invadidas por casas, edificios, urtos del transporte en automóviles y ladrillos. banizaciones y parcelaciones que Edición 26 • ISSN: 0123-238X • Ciudad, revista de asuntos urbanos

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por la utilización de bicicletas, restringir la explotación de canteras, intensificar el reciclaje de las basuras. Quizás debe incursionar en practicar pautas de vida más sencillas con menos ostentación, utilizando las ventajas que ofrecen las tecnologías pero sin dejar esclavizarnos por éstas como está sucediendo con los celulares y la ocupación del espectrum del espacio aéreo.

CONCLUSIONES Medellín en algunos casos utiliza inadecuadamente la técnica de Marketing de Ciudad haciendo alarde de algunos avances pero oculta problemáticas que desvirtúan su esencia, dando paso, al uso incorrecto de esta técnica y se cae en la presentación de una “Ciudad pasarela” pero se mira a la ciudad como una fachada, es un disfraz para atraer visitantes. Se promueve una ciudad con centros comerciales, algunos atractivos turísticos, avenidas, metro, cables y gastronomía en donde se ponderan las zonas rosas y las diversiones propias de una ciudad light, casinos, salas de masaje y de streptease. Haciendo un recorrido equilibrado desde lo económico, lo urbano y lo ético se concluye que Medellín aún le falta mejorar para convertirse en una ciudad de excelencia. Desde lo económico: aunque Medellín ha hecho grandes esfuerzos, tendrá que mejorar su sistema productivo para lo cual, tendrá que: avanzar más en inteligencia, seguridad con sentido integral, creación de parques inteligentes, mejorar los sistemas logísticos,

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consolidar sus cluster, flexibilizar normativas jurídicas, generar la cultura de colaboración entre empresarios.

26 de 2014 www.eltiempo. com/colombia/medellin/enmedellin-los-clusters-se... de.../14885865

Desde lo urbano: Medellín ha tenido una planificación juiciosa pero aún falta por construir otras infraestructuras, rescatar los deterioros del medio ambiente, mejorar la conexión del sur de la ciudad con el resto del país, construir más puentes en sentido oriente occidente y Medellín carece una circunvalar que rodee el valle.

(4) Congreso internacional de arquitectura. La CARTA DE ATENAS Y la ciudad moderna consultaodn en 26 de septiembre de 2011arquitecture-stuff.blogspot. com/2012/05/carta-de-atenas.html.

Desde lo ético y axiológico hay que reconocer que es un tema débil que tiene la ciudad, porque en este tema poco se podido avanzar es necesario profundizar y recuperar la senda perdida: construir una ciudad que se piense desde la reflexión para el buen vivir, para el ciudadano y la convivencia con la finalidad de reconstruir el resquebrajado tejido ético. En síntesis se dejará de presentar a Medellín como Ciudad de Pasarela, cuando mejoremos la competitividad y se impulse el desarrollo urbano con una visión: integral, sostenible, ética y democrática.

BIBLIOGRAFÍA ÍNDICE DE CITAS (1) Botero Chica Carlos. Revista Unaula N° 22. Medellín Colombia Septiembre de 2002. (2) Cámara de comercio de Medellín. RAE.ISSN: 2248-4329, diciembre de 2012. (3) Periódico el tiempo. En Medellín, los ‘clusters’ se posicionan como modelo de desarrollo. Consultado en Noviembre

OTRAS CONSULTAS BIBLIOGRÁFICAS Borja, Jordi. La ciudad conquistada. Madrid: Alianza Editorial, 2003 Ceballos, Héctor. Ciudad colombiana. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2001. Giedon, Sigfried. Espacio, tiempo y arquitectura. Barcelona: Editorial Reverté, 2009. Madrid: Abada Editores, 2006. Delgado, M anuel. El animal público. Barcelona: Anagrama, 1999. ________. Sociedades movedizas, Barcelona, Anagrama, 2007. Referencias Alcaldía de Medellín. Secretaría de Planeación. “Medellín cultura viva, ciudad Botero”. Febrero 27 de 2012. Restrepo Vélez, Santiago. El carácter débil de lo público. Un encuentro reflexivo con la ciudad y el espacio público. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2008. Uribe López, René (Comp). La ciudad, interpretaciones múltiples. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2012.

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LOS ÁRBOLES URBANOS Y EL BUEN VIVIR “Gran persona es el árbol! No hay amigo como él, A donde quiera que te vuelvas Siempre le encuentras a tu lado”. Nicanor Parra

Por: Faber Cuervo - Economista ambiental, Integrante del Colectivo Túnel Verde

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l árbol es un símbolo de la larga y buena vida. Es el cordón umbilical con el cielo y el polvo estelar. Los árboles son la poesía entre los muros tristes de las ciudades. Son la conexión sagrada con los saberes ancestrales. Cuando los hombres se separaron del árbol, renunciaron a la vida contemplativa, al ocio que conduce a la conciencia, al buen aire, a la frescura del clima, a los buenos estados de ánimo, a la belleza estética y paisajística, a la lúdica frutal, a nuestro ser íntimamente emparentado con la naturaleza. Y separarse del árbol también significó separarnos del río, del humedal, de las madresviejas, de los acuíferos, de los suelos negros prolíficos. Abdicamos del Buen Vivir, de un estilo de vida que practicaron los pueblos ancestrales

compenetrados con el entorno natural para asegurar los elementales de la subsistencia, para allanar la vida en comunidad. Cosimo, personaje de la novela El barón rampante, del escritor italiano Ítalo Calvino, prefirió vivir trepado en los árboles porque encontró en ellos a los amigos incondicionales que aceptaron su ser tal como era, incomprendido por su propia familia y vecindario, hostiles con él. El desarrollo y progreso saturados de infraestructura y móviles contaminantes consideran los fecundos elementos naturales como obstáculos para extender sus dominios. El árbol es el más perseguido en las ciudades del Valle de Aburrá porque –dicen los planificadores- interfiere con las redes eléctricas, con el asfalto de las vías, con las redes subterráneas de telefonía y otros servicios. Pero, en la perspectiva del Buen Vivir,

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son las redes y las vías y los autos y el exceso de urbanizaciones los que interfieren la presencia de los árboles urbanos. Como si los cables eléctricos nos dieran sombra y oxigeno, como si el asfalto nos regulara el clima, como si el concreto absorbiera la inmundicia. Si los hombres viéramos lo que tenemos de común con los árboles no los maltrataríamos, ni los dejaríamos enfermar y morir. Todos los días se talan árboles en Medellín y los municipios del Área Metropolitana con permisos de esta entidad. Más de 1.000 árboles se talaron para hacer un parque junto al río sobre una losa de cemento, ahora se pretende retirar más de 1.600 árboles de la vía regional para sembrar las calzadas de la Vía Distribuidora. Mientras tanto, el aire del Valle de Aburrá sigue empeorando su salud y cada 16

tres horas muere una persona por enfermedad respiratoria. Persiste un déficit de más de 700.000 árboles y cada año entran 140.000 vehículos más al tráfico. Ruina ambiental y ruta al colapso. La cultura que sólo valora los bienes tangibles está llevando a la insostenibilidad a muchas ciudades. Ya no se conoce el Buen Vivir que alguna vez hubo en ellas, aunque los privilegiados y quienes controlan las ventas, las riquezas y el poder público dicen a los cuatro vientos que “viven bien”. El Buen Vivir, fundamentado en la austeridad y consumo responsable, discrepa de aquel vivir, basado en el lucro ilusorio que produce la desordenada y caótica ocupación del territorio. Quizás, no hay otro lugar en Colombia distinto a Antioquia donde se presente una perfecta cohe-

rencia entre el ideal cultural de sus habitantes con lo que ocurre en la realidad fáctica. La colonización de hacha y machete durante el siglo XIX fue el preludio de lo que vendría en siglos posteriores pretextado en el ánimo de “vivir a lo bien”. Se ampliaron las fronteras económicas (minera, agrícola, ganadera, porcina, avícola) y prepararon espacios para la habitabilidad. Durante el siglo XX, esa cultura de “vivir a lo bien” se afianzó a través de proyectos de infraestructura que en un principio fueron acertados pero luego pelaron el cobre del utilitarismo económico y el darwinismo social que generaron las enormes brechas sociales devoradoras de unos y otros, sin solución a la vista. El cubrimiento de la quebrada Santa Helena y la demolición del Teatro Junín fueron hitos en la historia del desarrollo de Medellín que anunciaron hasta donde podía ir el ideal de construcción de una ciudad funcional a las rentas industrial y bancaria, posteriormente de servicios y turística. Enterrar y volver basureros las quebradas se volvió una costumbre. Se aceptó el absoluto desprecio hacia las cuencas hídricas y los corredores ecosistémicos, fuentes poderosas de vida, que portan el estigma de no traducirse rápidamente en dinero o acciones bursátiles. Ese desprecio se extiende a los retiros de las quebradas, los humedales, los acuíferos, los suelos con cenizas volcánicas y los árboles urbanos. EPM ha protegido los acuíferos en la provincia porque ellos son las gallinitas de los huevos de oro para la generación de energía y agua potable. Durante lo que va del siglo XXI arreció un desbordado uso del suelo que incremen-

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tó la desaparición de importantes pulmones verdes que ahora hacen falta para contrarrestar la emergencia ambiental crónica. La demolición del Teatro Junín mostró hasta dónde estaba dispuesta a ir la élite dirigente y empresarial en su objetivo de convertir a Medellín en la capital del capital financiero en Colombia. No hubo el menor dolor al sacrificar uno de los cuatro teatros más grandes del mundo con una majestuosidad arquitectónica y una capacidad para 4.500 personas. El Edificio Gonzalo Mejía, construido por el arquitecto belga Agustín Goovaerts, que albergaba aquel centro artístico y el Hotel Europa, fue reemplazado por el pálido Edificio Coltejer, logo y marca del empuje empresarial paisa. Esos capítulos fueron los antecedentes de la subvaloración de los bienes intangibles representados en los patrimonios naturales, históricos e identitarios de un territorio que gozaba de una posición estratégica con valle y laderas irrigadas abundantemente por aguas, inmejorables suelos, bosques y reservas naturales. También de un patrimonio arquitectónico que dejó una pléyade de arquitectos e ingenieros en la Villa de la Candelaria. Toda la geografía quedó expuesta a la ocupación especu-

lativa y agiotista que no miraba patrimonios sino tasas de retorno por metro cuadrado. Así, se convirtió en normal la tala de árboles, el desvío, taponamiento y secamiento de quebradas y humedales, la demolición de edificios que eran joyas urbanísticas, dignos de mostrarse al resto del mundo.

La construcción se convirtió en el rubro económico que más jalonaba el PIB y la generación de trabajo precarizado. El boom del aprovechamiento del suelo estalló con la puesta en práctica de los POT predicadores de otras virtudes; posteriormente con el Área Metropolitana, institución que se volvió otro instrumento funcional a la depredación del territorio,

a la saturación de infraestructura, de carros, envenenamiento del aire y a la pérdida de calidad de vida. No es malo construir, sino la forma temeraria como se ha hecho. Es aquí donde se apuntala una de las expresiones del distanciamiento de la ciudad al Buen Vivir asociado a prácticas ancestrales. Comunidades aborígenes y de la antigüedad privilegiaban el macrosistema natural al momento de levantar sus lugares de vivienda. No ocupaban las riberas de los ríos, respetaban un prudente retiro, no construían cerca de los acuíferos, no talaban las montañas donde brotaban los nacimientos. Ellas son las mejores maestras en gestión de riesgos y prevención de desastres causados por la mano del hombre. Hacían canales de riego hacia los sectores de huertas y terrazas. La periferia que proveía los elementos esenciales para la vida era sagrada, de ninguna manera la intervenían. En el Buen Vivir ancestral eran sagrados los equipamientos naturales. Hoy, lo único sagrado es el dinero y todos los artificios que lo generan. El árbol es la criatura más generosa que habita la tierra. A cambio de la mugre que le echamos y la violencia con la que la tratamos, ella nos devuelve oxigeno para prolongar la vida. Quizás sea el único ser que voltea su mejilla para que la sigamos vilipendiando. De los

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árboles robles versificó el poeta alemán Friedrich Holderlin: “Vosotros -¡egregios!- os alzáis como un pueblo de titanes en medio de un mundo cada vez más dócil, y sólo a vosotros mismos obedecéis, y al cielo que os ha nutrido y educado, y a la tierra materna. Ninguno de vosotros fue jamás a la escuela domeñadora de hombres, y libres y contentos, surgís de vuestras raíces, en múltiple tropel. Y como brazos potentes aferráis el espacio, como su presa el águila, levantando hacia las nubes la amplitud serena de vuestras altas testas asoleadas. Cada uno de vosotros sois un mundo; y unidos por una libre alianza, convivís como dioses”. Pero, en el Valle de Aburrá exterminamos los cominos crespos de las laderas bañadas por la Ayurá y talamos los robles de las veredas Pantanillo y Perico. Un nuevo capricho vino a reforzar el ideal del vivir depredando. Se hizo célebre con el slogan de la ciudad más innovadora. Los árboles de la avenida oriental fueron talados para dar lugar a unas pirámides de baldosines que calentaron más el centro de Medellín. Ahora, se tumban las pirámides y se siembran árboles que tardaran años para prestar los beneficios que antes había. Se sembraron columnas de cemento en el parque de las luces, y se pavimentaron parques que antes eran pisos blandos. Claro que hay atractivos para los turistas enganchados por la propaganda y el marketing. Pero falta una ciudad con parques arborizados para

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nuestros niños; faltan espacios verdes para el encuentro y la solidaridad que crea tejido social. Al modelo del vivir depredando no le importa cómo vive la gente que habita la ciudad. Sólo le importa decorar una vitrina para atraer turismo e inversionistas. La bella arquitectura del parque de Berrío fue alterada con los nuevos edificios y el viaducto del Metro. Las tramas urbanas comunicantes entre el parque de Bolívar y los barrios aledaños se fragmentaron con la construcción de la autopista avenida oriental. Iconos de un urbanismo espléndido desaparecieron en diversos puntos del centro. Poco quedó para mostrar. A cambio surgieron obras rimbombantes y de escasa utilidad para la ciudadanía: puentes y calles embudos, parques sin río, vías que invitan a mayor tráfico, infraestructura invasiva y gris, centros comerciales acromegálicos. Esta cultura de apariencias e ilusiones de “vivir a lo bien” no ama el árbol. Y el no amar lo que es como una dulce entraña de mujer que alberga nidos de pájaros es no tener alma. Se prefiere la tierra sin un árbol, como un desierto muerto. Sabiendo que un árbol transforma la ciénaga en flor, sabiendo que con su presencia el horizonte se acerca, que cada que lo quieras ahí está el hermano árbol en la misma esquina o separador o parque, para darte alegría y confianza. En la ciudad nos hace falta lo esencial: el follaje profundo de la selva que nos parió. Consumimos como mascotas adiestradas lo que ofrecen los supermercados y droguerías. Los alimentos orgánicos y el comer sano los perdimos

en la evolución de animales a máquinas. La medicina ancestral la compramos en cápsulas a precios que nos empobrecen. No confiamos en los pescados que nos venden. Las vacas que comemos se apropiaron de pastizales que antes eran bosques. Surtimos alimentos que han perdido frescura y han pagado fletes que rompen la capa de ozono. Dependemos de mercados inciertos. Somos esclavos del trabajo y adictos al gran hermano celular. Cabalgamos en una cultura y modelo de desarrollo que va en contravía del Buen Vivir. Ni siquiera percibimos lo maluco que moramos en un Valle conurbado y maloliente. Un silencioso, lento e inconsciente suicidio colectivo. El espíritu de la Naturaleza no se apiada de nosotros, arrogantes intrusos. El oxigeno, el agua, los limpios aromas frutales y medicinales, nos miran desde la distancia. Confinados entre ladrillos y vidrios, alejamos el contacto con la armonía natural, los ecosistemas y regeneradores bióticos. Al que más condenamos es al árbol viejo, ese al que le cantó Porfirio Barba Jacob, dejándonos las preguntas que el Buen Vivir puede responder: ¿Para qué sirve un árbol? ¿Para darle cuatro varas de sombra al césped trémulo? / ¿Para temblar bajo el azul del cielo / alargando sus frutos sazonados? / ¿Para oír el silencio de la noche? / ¿Para sentir la fiebre de la tierra? / ¿Para ver a las mozas del camino, / perennemente, sin decirles nada? Envigado, noviembre de 2017

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El arte de la cooperación es una larga paciencia Palabras CONFIAR 45 años

Por: Oswaldo León Gómez Castaño

Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Un gitano corpulento, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios de Macedonia, el imán. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y se arrastraban en desbanda-

da turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.” Con estas mágicas palabras empieza una de las más bellas obras literarias de la humanidad: Cien años de soledad, escrita por nuestro nobel Gabriel Garcia Marquez, el mamo mayor de macondo, ese mundo de ilusión que en las palabras compartidas, revela un ambiente fantástico y aleccionador en candidez e inocencia. Por el valor de esta conjunción y bello amasijo, que más de palabras es de sentires, he querido iniciar esta noche de encuentro con ustedes, hacedores de CONFIAR, un proyecto colectivo que tiene mucho de fantasía y de utopía, pero que no se queda en la ilusión, porque hace realidad, en sus acciones cotidianas, una vida buena para muchos, afincado en los valores inmensos de la cooperación y la confianza, entre otros, pero que hoy quiero resaltar porque son fundantes en este caminar de 45 años. Empecemos por hablar de cooperación que se define como un conjunto de acciones y esfuerzos que, conjuntamente con otro u

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otros individuos, realizamos con el objetivo de alcanzar una meta común. En este sentido, la cooperación es el resultado de una estrategia de trabajo conjunto que se vale de una serie de métodos para facilitar la consecución de un objetivo, el trabajo en equipo, la distribución de responsabilidades, la delegación de tareas, las acciones coordinadas, una manera mejor y más eficiente de gestionar los asuntos en función del interés colectivo. Fue una acción genuina de cooperación la que emprendieron33 trabajadores de la empresa Sofasa en Envigado, el 13 de julio de 1972, que transformaron su natillera o fondo de ahorro para Navidad en una pequeña pero prometedora Cooperativa de Ahorro y Crédito. Pero en esta acción de cooperar había otro elemento sustancial que incidió de manera definitiva en dar el paso, la confianza, porque la vida no se vive 20

sino que se elige y eligieron bien, se dieron el permiso de derrotar su vulnerabilidad apoyados en la mutualidad de creer en el otro. La confianza está íntimamente ligada a la cooperación, eso es evidente, pero ¿cuál de ellas aparece primero y facilita la otra? la confianza necesariamente aparece como consecuencia de la cooperación. Por eso creo conveniente, apoyado en las teorías sociales del sociólogo alemán Niklas Luhmann, resaltar la importancia de la confianza, y no porque sea simplemente una manera de relacionarla con el nombre de la Cooperativa, sino por el inmenso valor que tiene cada que emprendemos acciones que buscan conquistar mundos futuros y desarrollar un trabajo creativo y lleno de gozo, para transformar y transcender, nuestras vidas y las de otros. La confianza invita a lanzarme a lo

desconocido, alimenta el espíritu apostador, así existan riesgos, porque la confianza es capaz de retar el miedo. No ha habido una gran gesta en la historia, que no haya requerido de una gran dosis de confianza. La confianza es el lubricante que reduce los costos de transacción de la sociedad, aminora la incertidumbre, el oportunismo y la vulnerabilidad. Por lo tanto, la confianza es el gran motor de la acción, muy particularmente del potencial transformador de los seres humanos. Confianza y acción se retroalimentan mutuamente. La Confianza es un elemento unificador básico que hace de cemento o pegamento de las relaciones sociales. Y a propósito de La confianza y el actual momento crítico por el que atraviesa la paz y la manera como el acuerdo d de La Habana hace aguas en el Congreso de la Repú-

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blica. Quedan pocas horas para decidir la suerte de la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), la reforma política y las circunscripciones especiales de paz. El congreso y la clase política tradicional configuran un escenario que se muestra adverso a estos conceptos básicos sobre los que giró el acuerdo de la Habana. La Paz esta en vilo, la cubre un panorama enrarecido por los intereses de las elites que mantienen la desconfianza como elemento básico para no dar vía a nuevo marco legislativo que permita hacer camino para un nuevo país. Quieren que nos mantengamos en el pasado, para mantener una relación como la que existe entre el carcelero y su prisionero, porque en un régimen de esclavitud no se requiere de la confianza, pero si de un aparato represivo que permita la aplicación de la fuerza. Es evidente que resultaron triunfando las fuerzas políticas que mayor oposición al Acuerdo han ejercido. “Me derrotaron y ahí qué hace uno: aceptar la derrota”, confesó Horacio Serpa, ante los resultados de la comisión de conciliación. Necesitamos con un urgencia manifiesta un fast track de confianza para los miembros del congreso y toda la sociedad colombiana. Pero en este caso no será fácil porque la confianza no se instala por milagro, sino por cultura y ejercicio democrático. Poe eso la importancia de la experiencia de CONFIAR, su grandeza es proporcional a los altos niveles de confianza, lo que no quiere decir que todos debamos pensar iguales y tener plenas coinciden-

cias y más en la complejidad que tiene un proyecto de la dimensión de la plataforma solidaria de CONFIAR. Y en este tejer bello de la confianza, en una reciente visita a la ciudad de Bogotá con motivo del lanzamiento del libro Fidel en palabras de Fidel, alguien se me acercó a dar las gracias, para él lo más relevante de la noche era la noticia que Confiar en 45 años mantuviera vinculadas 290 mil personas, que le contara el secreto para semejante logro pues pocas veces los proyectos alternativos tienen esa fortaleza o virtud de lograr tener tanta gente junta y restablecer el hilo moral de vínculos humanos que esta era de la cultura líquida y consumo descose y destruye sin pudor. Le dije que el secreto era una suma de muchas cosas: convicción, persistencia, paciencia, parsimonia, honradez, coherencia y una confianza enorme de la gente en el Inventico de Confiar, porque si ella sería imposible rememorar los hitos que hemos instalado para nuestra subjetividad y la manera en que nos miran y reconocen desde afuera, me refiero a hechos tan contundentes como ser los primeros en un concepto fundante de transformación humana, con Confiar en la cultura, ser los primeros en la apuesta por la vivienda de VIS y VIP, por dejar huella haciendo palpable el principio de la integración cooperativa con la creación de Confecoop Antioquia, Fomentamos y Vivir los Olivos. Por entender la importancia de la relación e intervención para transformar el territorio, con 48 agencias instaladas

y una más que pronto abrirá sus puertas en Dabeiba Antioquia. Por hacer coincidir las palabras y los hechos en un mundo donde rara vez se encuentran, haciendo la transferencia la solidaria, talvez más importantes de la historia de Confiar, como es transformar el centro recreativo El Paraíso, en Cocorná, en El Edén, Reserva Natural, para no seguir traicionando el agua y aceptar de esta manera simbólicamente el desafío de la transición planetaria hacia una verdadera sostenibilidad, poniendo un granito de arena que nos reafirme, además, en que somos humanos y radicalmente solidarios. El reto presente es mantener la confianza y con ella la esperanza, siempre que desarrollemos una inmensa comprensión del fenómeno infaltable y fecundo de la confianza, de saber cómo se construye, como se administra, como se mantiene, se multiplica y se restaura, porque lo peor que nos puede pasar a nosotros, los naides, recordando a Eduardo Galeano, es que NO sepamos mantener el principio de coalición y pluralidad para continuar la gesta de CONFIAR, que es la esperanza de muchos. Infinitas gracias por tanta compañía para hacer de CONFIAR un poema en honor a la esperanza. Estos sueños no se hubieran podido cumplir sin el acompañamiento y apoyo de cada uno de ustedes, de los Asociados, sus familias, nuestros Delegados, directivos y empleados, quienes han entregado lo mejor de sí para que podamos estar celebrando estos 45 años. El Guardián de las Pequeñas Cosas

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Confiar ratifica su compromiso con el medio ambiente con su nueva Reserva Natural A finales del mes de abril se socializará el proceso de conversión del Centro Recreativo El Paraíso a la Reserva Natural El Edén, un acto que ratifica el compromiso de la Cooperativa con los recursos naturales.

P

or estos días en los que la calidad del aire del Valle de Aburrá está tan deteriorada y las decisiones de las autoridades de control ambiental no alcanzan a mitigar el impacto, es necesario resaltar la importancia de cuidar las pulmones naturales con los que cuenta Antioquia, que, aunque no se encuentran en grandes proporciones en nuestro valle, continúan saneando el aire que respiramos. Ante este llamado, que no es nuevo, la cooperativa financiera Confiar avanza en la recta final de la transformación de Centro Recreativo el Paraíso en la Reserva Natural, como una forma de aceptar el desafío de la transición planetaria hacia una verdadera sostenibilidad; aportando así un granito de arena en transferencia solidaria con el planeta. La reserva se convierte en la expresión del compromiso de la cooperativa con la defensa de los bienes comunes, en una región que, según el IDEAM, tiene una de las tasas de deforestación más altas de Colombia. 22

Aunque este proceso comenzó a partir de un problema técnico en la infraestructura del Centro Recreativo; razón por la cual la Junta Directiva de la Fundación, avalada por el Consejo de Administración de la Cooperativa, inició este proceso de conversión; la necesidad es indiscutible frente a la conservación, investigación y restauración ecológica como una contribución a la naturaleza. La reserva el Edén cuenta con 12 hectáreas ubicadas en el municipio de Cocorná, en zona de bosques del oriente antioqueño, de las cuales 4 hectáreas se destinaron por 20 años al servicio recreativo de los Asociados y sus beneficiarios; tiempo en el que el río Calderas y sus afluentes, que pasan por el terreno, ocasionaron múltiples afectaciones a las instalaciones del Centro Recreativo. Este espacio dará cabida a la siembra de árboles nativos, muchos de los cuales están al borde de la extinción por el uso desmedido del suelo en esta zona del territorio antioqueño, y a la recuperación de los atributos para que el ecosistema de aguas y especies retomen el curso natural.

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Con ritual del agua nace la Reserva Natural El Edén La presentación oficial de este nuevo espacio se hará en un acto público con la comunidad de influencia de la Reserva, ubicada en los municipios de Cocorná, San Luis y San Francisco. Alejandro López, director de la Fundación Confiar explicó que el objetivo de esta socialización es “dar a conocer a la comunidad y a las autoridades de la zona los detalles del proyecto y con ello hacer un ritual de liberación del agua; un acto simbólico en el que la cooperativa se asocia con el agua, como un bien que defendemos y que promovemos que sea público.” Además El Edén convocará al trabajo conjunto con los habitantes de la zona en torno a la recuperación y saneamiento de las fuentes hídricas, promoverá

la vinculación de la comunidad académica y ambientalista para el desarrollo de procesos de restauración, educación y conservación de la biodiversidad, así como la implementación de prácticas sustentables; proceso en el que serán llamados a participar los Asociados y sus beneficiarios, tanto en la transformación como en la preservación de este espacio, a través del proceso de siembra y diversas actividades. Uno de los componentes más importantes de este proyecto será la recuperación hídrica de la zona, la cual cuenta con afluentes como las quebradas La Paloma y la Sin Nombre (esta nace en El Edén), las cuales vierten sus aguas al río Calderas. Sin embargo, varios trayectos hídricos fueron intervenidos sin las condiciones técnicas en el pasado, antes de que Confiar comprara las tierras, lo que afectó su entorno natural y la dinámica del territorio.

Un estudio de DEVIMED S.A. concluyó que el desvío en La Paloma y las amenazas sobre la infraestructura en la llanura de inundación, produjo rellenos con suelos no adecuados para soportar las construcciones, lo que generó la contaminación del agua que más abajo es utilizada por la comunidad para el consumo y riego de cultivos. “Este tipo de actuaciones son las que pretendemos corregir. En la quebrada Sin Nombre se quitaría la tubería y se demolería la capa vegetal que recubre el cuerpo de agua, para así recuperar su cauce natural”. Estamos a tiempo de cooperar para conservar herencias de este bosque alto andino, pues muy poco tiempo queda para que la región carezca por completo de este ecosistema, solo queda el 4% de este tipo de bosque en el país, lugar de hábitat de ranas y aves, dos grupos en los cuales Colombia es el primero del mundo.

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El atrio de las sociabilidades

(Crónica con encuentros, chismes y los latigazos de Mon y Velarde )

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Por: Reinaldo Spitaletta

l atrio, esa espacialidad radicada más en lo público que en lo privado, en las afueras de las iglesias, tiene una categoría de sociabilidad y congregación, más que de religiosidades. Es la parte civil de las construcciones sagradas. Y en tal sectpr, la injerencia “divina” es menor que en los adentros del templo. Construido un poco más alto que la calle, el atrio era una posibilidad para el encuentro, las citas, las ventas ambulantes y los enamoramientos furtivos. En otros días, en el atrio, cuando se oficiaba la misa, se paraban muchos hombres, como en el ejercicio de una actitud de estar y no estar. Desde ahí se escuchaban las palabras del cura, pero, además, había la posibilidad de dirigir las miradas hacia otros ámbitos, menos confesionales. Pudo haber sido una variante del “que reza y peca, empata”. Las iglesias católicas construidas antes del Concilio Vaticano II, eran monumentales. 24

Debían tener una presencia en la ciudad (o en el pueblo) de gran calado y dominio. Y en esas arquitecturas, con naves y torres, con campanarios sobresalientes y relojes, estaba, como una parte importante de la edificación, el atrio. La diferencia es que se hallaba en el afuera, en el mundo exterior donde no había tanta solemnidad ni se sentían los inciensos ni se alcanzaban a ver altares, ni imágenes de santos y vírgenes. El atrio era una peculiar manera de estar, sin estar en la ceremonia, en la liturgia. Aparte de esta situación, el atrio se presentaba como una referencia para las citas. “Nos encontramos en el atrio de La Candelaria”, era de lo más pactado en otros días en Medellín. “Nos vemos en el atrio de la Metropolitana” o en el de San Ignacio. Y así. En el atrio, los novios se podían coger de las manos, se acercaban, se rozaban la piel. Calistenia erótica. Había en esa circunstancia, una manifestación de lo profano. O, en otras dimensiones, de la vida civil.

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La Candelaria, en el hoy cuasi parque de Berrío (el metro lo redujo a ser una estación y lo cercenó), no tiene la apetencia ni la atracción de otros días. El de San José está atiborrado de ventorrillos y el de San Antonio hace años dejó de ser un lugar de encuentro. Los atrios parecen estar en decadencia. Ya nadie pronuncia aquel risueño dicho: “Es tan lengüilarga que comulga desde el atrio”.

Esta construcción sacra y laica, religiosa y cívica, al aire libre, limitando en muchas partes con el parque o plaza, era una oportunidad para el chisme. En el atrio se “rajaba” del cura y del alcalde, del policía y el carnicero, de todos y cada uno, y a nadie se le sostenía. La comunicación en ese lugar de encuentros era para el deleite y la conseja. Trascendía lo físico-espacial y era una prolongación del café y de las murmuraciones domésticas. Los atrios de los grandes templos, tanto en los barrios como en el centro de la ciudad, eran, a escala (bueno, todavía tienen funcionalidades sociales), un universo urbano, con dinámicas de ciudad. Eran, también, una manera de seguir conversando, de acordar nuevos encuentros, de intercambiar mentiras y de “chicaniar” con alguna nueva adquisición. Hoy, en ciertos atrios (como el de la Metropolitana), hay más palomas que gente. El atrio es como una zona de frontera. Y tuvo, en otras muy viejas temporalidades, una función de acercar la iglesia a los gentiles, a los no fieles, a los denominados descarriados. Quizá como una posibilidad de las atracciones. En este singular espacio cabían los circuncisos y los no circuncidados; los incrédulos y los feligreses. Una suerte de ágora para todos. Aunque, se sabe, por ejemplo, que el visitador y oidor español Antonio Mon y Velarde, el regenerador de Antioquia en la colonia, levantaba a latigazos del atrio de La Candelaria a indios y negros

que fumaran o conversaran en ese lugar. Los atrios eran la conjunción de los vendedores de periódico con los aromas gratos de las crispetas. Después, acogieron a los loteros, a los de las “chazas” o carritos de dulcerías y cigarrillos, a los fruteros, a los ofrecedores de estampitas milagrosas. Y así, se transformaron, en algunos sectores, en pequeñas plazas de mercaderías. Un atrio cual zoco persa o paisa. Después del Vaticano II, las iglesias debían construirse sin tanta pompa ni dimensiones colosales. Nada de mega-edificios. Y así surgieron ramadas, pequeños templos, y no todos tenían espacio para el atrio, medida que afectó las reuniones barriales, los encuentros concertados y el lugar estratégico para pararse a ver entrar muchachas bonitas a las parroquias. En Medellín, los atrios siguen siendo, aunque en menor proporción que antes, un espacio para las citas y las esperas. El de

¡Ah!, por lo demás, algunos atrios se tornaron meaderos públicos y, en las mañanas y tardes soleadas, se levantan hedores a “berrinche”, que reemplazaron los muy acogedores perfumes de muchachas que lucían su mejores galas para entrar al templo y los aromas calientes y sabrosos de las palomitas de maíz y del algodón de azúcar. El atrio tenía encantos. No faltaban señoras y señores que se quedaban ahí, con disimulos, para observar los vestuarios de las más encopetadas y adivinar las formas sensuales de las jovencitas. Los ojos y la lengua tenían allí mucho trabajo. Era pasarela y sitio de recogimiento. El atrio, como la acera, está entre lo público y lo privado. Es (o era) un espacio ceremonial poco ceremonioso, laxo, despojado un poco de las normas del ritual. Un ámbito para darles a las palabras un sentido de la amistad y del reconocimiento de los otros. Los que se quedaban en el atrio, mientras discurría el oficio religioso, pasaban mejor que los de adentro. Y hasta pedían papas y ají, seguro con más y mejor sabor que las hostias consagradas.

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¡SANÁNDONOS PARA LA PAZ! Encuentro nacional de experiencias comunitarias

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esde el 17 de abril del año 1998, la Corporación Con-Vivamos, realiza el día de los Liderazgos Comunitarios “Silvio Vive en Comunidad”, en conmemoración del natalicio de Silvio Salazar Martínez, líder fundador de la Corporación, quien fuera inmolado en enero del año 1996. Silvio y muchas otras personas producto de la violencia política que ha transversalizado la historia de nuestro país, vieron segada su posibilidad de vivir, ofrendando la vida por sus ideales, aportando consigo durante su caminar comunitario a la construcción de alternativas para la generación de nuevas formas de relaciones en la comunidad, fundamentadas en principios de igualdad, paz, justicia social, participación y respeto a la diferencia. Inicialmente, se hacía reconocimiento a líderes y lideresas de manera individual, luego direccionamos el sentido de la jornada, encaminado a resaltar los procesos comunitarios más que a las personas, hacia un reconoci-

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miento de los liderazgos comunitarios, con el propósito de visibilizar y exaltar el ejercicio colectivo de hombres y mujeres que trabajan a favor de la dignificación de la vida y la cultura que se moviliza en los territorios. Territorios que son puntos de Cultura Viva Comunitaria. La semana de los Liderazgos Comunitarios, se convierte en la posibilidad de que los líderes y las lideresas de los procesos, retroalimenten sus ejercicios de liderazgo. Ellas y ellos, como lo decía el líder afroamericano Martin Luther King, fundamentan su vida en ideales de hermandad, justicia y libertad. Siendo seres que viven para amar y servir a otros y a otras. Hoy, como en los últimos 20 años, convocamos tanto a los soñadores y soñadoras de otros mundos posibles y a la comunidad en general a celebrar y conmemorar los liderazgos comunitarios, en reconocimiento a aquellas mujeres y hombres que han contribuido y contribuyen al desarrollo de las comunidades a través de diversas acciones

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que despiertan una actitud crítica en los sujetos, a la vez que dinamizan y orientan la generación de acciones propositivas frente a las problemáticas e injusticias que se padecen en la cotidianidad. El encuentro ¡Sanándonos para la Paz!, surge como una invitación al diálogo de saberes y el intercambio de experiencias frente a los caminos de la construcción de paz en Colombia. Entre el 14 y el 22 de abril de 2018, organizaciones sociales y comunitarias de diferentes regiones de Colombia nos reuniremos en Medellín para tejer palabras y acciones que nos permitan transitar por senderos de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. La construcción de paz en Colombia se debate entre las pulsaciones de guerra y los latidos de vida. Por un lado, se presentan problemáticas estructurales tales como la existencia de altos niveles de empobrecimiento, inequidad y exclusión, la profundización del modelo económico neoliberal, la preponderancia del extractivismo y la disputa por los territorios, así como los impactos de la guerra en millones de personas víctimas de las violencias. De la misma forma, reconocemos la importancia de los acuerdos de paz pactados entre el Estado y las FARC, así como el proceso de negociación que se adelantan con el ELN; sin embargo expresamos nuestra preocupación por el bajo porcentaje de cumplimiento e implementación de los mismos, las dificultades y rupturas que se han presentado, además del rechazo al asesinato sistemático de liderazgos sociales y comunitarios que

han sido abatidos por enarbolar las banderas de la Paz en distintos territorios de Colombia.

¢¢ Memorias comunitarias, narrativas, arte y cultura para la paz.

Así mismo, un elemento crítico en los procesos de negociación e implementación de los acuerdos de paz es la ausencia de la participación de la sociedad civil, especialmente de las organizaciones sociales y comunitarias. En ese sentido, consideramos importante avanzar en la discusión sobre el papel de los liderazgos comunitarios en escenarios de post-acuerdos y el acompañamiento al desarrollo de las agendas territoriales de construcción de paz, especialmente de las políticas públicas de los post-acuerdos, que serán vinculantes para la sociedad en general.

Este encuentro se constituye en una polifonía de saberes. La memoria nos permite volver a pasar por el cuerpo y el espíritu cada experiencia, vivencia y sentir. Hoy la convertimos en palabra, arte y acción.

Durante la semana proponemos los siguientes ejes de reflexión: ¢¢ Derecho a la vida, defensa del territorio y participación política. ¢¢ Sanándonos para la Paz: autocuidado, salud mental y reconciliación.

Es urgente reconocer nuestras memorias, visibilizar nuestros haceres desde el trabajo mancomunado y forjar así caminos mediados por el trabajo articulado, la acción colectiva y la emancipación de nuestras comunidades. Una semana para compartir el trasegar que nos ha permitido encontrarnos con otras y otros para caminar y transformar, reavivando sinergias y generando nuevos retos y propuestas para continuar nuestro ir y venir en la utopía. Convocamos a las organizaciones populares y comunitarias, a pobladores y pobladoras, para que participen en la semana ¡Sanándonos para la Paz! Encuentro nacional de experiencias comunitarias, del 14 al 22 de abril.

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ILUMINACIONES Por: Raúl Arturo González Hernández - Economista, fotógrafo, poeta y narrador de Medellín.

Bajo la piel de las cosas Por: Guillal

Bajo la piel visible de las cosas, fulgurantes están ellas, las cosas, en su negra oscuridad. Y al atravesar esa tenue piel que las cobija, adentrándose en ellas, desde el afuera, con

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soles apagados, se muestran en negra, auténtica oscuridad con sus destellos sin sombras, como sutil perceptible penumbra. Y ahí la grandeza de las cosas, de las pequeñas cosas. Y Raúl con su alquimia de bromuro y plata, las hace relumbrar en sus silencios.

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La gran película del mundo, cine y filosofía Por: Andrés Upegui

Una poética del archipiélago posmoderno

Si de repente algún ángel me apretara contra su corazón, me suprimiría su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible (…). Todo ángel es terrible. Rainer María Rilke

Plano 1 Lo que sorprende en una película como El cielo sobre Berlín(1987) de WimWenders es que los ángeles todavía existen. Pero, ¿qué ha pasado ahora con estos mensajeros de Dios? ¿A dónde han ido a parar estos seres inmortales? Como Dios ya hace tiempo que ha 30

muerto para ellos, estos ángeles vagan sin sentido por un cosmos urbano, posmoderno y tecnológico. Cansados de ser lo que son, algunos no ven otra alternativa que volverse mortales. Ángeles caídos, pero no al Infierno sino a la Tierra, cansados ya de su inmortalidad.

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Plano 2 El poeta dice: Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza. El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos. Solo quiero un descanso de piedras o de lana, solo quiero no ver establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores1. Damiel –el ángel que sobrevuela los cielos de Berlín– dice, por el contrario: sucede que me canso de ser ángel, y todo aquello que el poeta no quiere ver, lo que le hace llorar y le cansa, a mí me alegra y entusiasma.

Plano 3 La tragedia del ángel al perder a Dios está en quedar condenado a su eterna condición de espíritu puro, de intelectual por naturaleza, como diría Tomás de Aquino. Vagando entre hombres también sin Dios, cansado de su condición incorpórea y omnisciente, es más bien la imagen del intelectual puro, de la mente puramente conceptual, a la que la imagen y la estética se le han negado. Separado del mundo real y sensible, vive en una eterna epojé eidética y trascendental, sin poder traspasar el muro cristalino de las esencias necesarias, de las ideas puras. La existencia concreta le ha sido vedada. Sus lugares preferidos son las bibliotecas y los libros. Es una conciencia pura y las cosas son solo lo que ella ve y lo que «ve y oye» en la conciencia de los hombres. Encerrado en un mundo en blanco y negro, el mundo sensible de los colores le está negado. Damiel es una especie de «fenomenólogo trascendental», que decide emprender el verdadero viaje de «ir de nuevo a las cosas mismas» (sachen selbstzurückgehen) y poder así intentar salir de su solipsismo intelectual.

Plano 4 Según Heidegger, el «pecado original» de la filosofía tradicional es la reducción del ente a su esencia, sin referirlo al ser. De esta forma, todo depende de 1. Pablo Neruda: «Walking around» (Segunda residencia, 1935). Disponible en: http://www.neruda.uchile.cl/obra/obraresidencia2c.html

una idea o concepto –que es algo abstracto–. Todo se vuelve angelismo, intelectualismo. No hay existente real dado (da-sein). De alguna manera, aunque de forma muy diferente, también Tomás de Aquino y Henri Bergson coinciden en que la existencia no es un paso posterior de la esencia y una actualización de una potencia. El error en que incurre la filosofía clásica es creer que el acto de ser (esse o actusessendi) es una existencia sobreañadida a la esencia, como si fuera una mera consecuencia. Pero si se considera así, la esencia termina devorando la existencia. Sería, entonces, indiferente para la ontología que el objeto exista o no, pues su objeto es la esencia (potencia)2.

Contraplano 5 Por el contrario, el pecado del existencialismo radical de Heidegger (lo mismo que el de Sartre) es postular una existencia que devora la esencia. Frente al esencialismo intelectualista, se rescata la existencia concreta, pero se pierde el sentido trascendente del esse o actusessendi del Aquinate. Para los existencialistas no hay sino simplemente «ser ahí» (da-sein), ser para la muerte, existencia pura, contradictoria, arrojada al mundo, «condenada a ser libre». Al igual que los ángeles «existencialistas» de Wenders, seres arrojados al mundo, condenados a una inmortalidad sin sentido.

Plano 6 Pareciera que la perspectiva de Wenders sea la misma que la de Heidegger: los ángeles, cansados de tanta metafísica, salen del mundo de las esencias para recuperar el mundo de la existencia y, a través de esta, volver al ser olvidado que el cosmos tecnológico impide apreciar. Pero –a diferencia de Heidegger– el intento de Wenders es encontrar el ser mediante una poética posmoderna que descubre alguna belleza en el cosmos tecnológico urbano. La mirada estética de Wenders es una especie de «naturalismo futurista», una contemplación de la belleza del mundo técnico y mecánico, pero sin la exaltación delirante y apologética de los futuristas de principios del siglo xx. Es una mirada reposada y contemplativa de este cosmos técnico, con los ojos del naturalismo romántico de un Goethe. Una mirada simple y detenida sobre los espacios y los hombres solos, aislados. Una poética de 2. RaulEchauri: El pensamiento de ÉtienneGilson. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1980, p. 19.

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la soledad urbana, similar a la del pintor norteamericano Edward Hopper. Una poética del archipiélago posmoderno.

Plano 7 Los mensajeros –intermediarios entre Dios y los hombres– han perdido su función, su trabajo. Como dice el mismo Wenders, son una especie de desempleados3 que vagan y merodean sin sentido por una ciudad que ya no requiere de ellos. De esta manera, la curiosidad de Damiel por salir de su condición angélica adquiere sentido, pero un sentido meramente humanista y profano. No es una nueva búsqueda de lo que ha perdido, de Dios, de lo sagrado, de lo trascendente –a través de lo inmanente y de lo humano– sino un refugio resignado en el mundo, en aquello que tiene este de más elemental y primario: la sensibilidad, lo corporal, los pequeños placeres, etc. Es una especie de «naturalismo posmoderno», en el que la vida se reduce a su nivel exclusivamente sensible, cercano a una mezcla de hedonismo con estoicismo mundano. Pareciera que el ser y la persona se reducen a lo meramente inmanente y el mundo trascendente queda suprimido.

Plano 8 En la estética posmoderna de Wenders se transparenta una gran nostalgia por el ser perdido, sin embargo transa y acepta como soportable la «levedad del ser» de la que habla Milan Kundera. Es muy liviana y ambigua la insinuación de que quizás en este mundo de pura inmanencia y materialidad sea posible, a través del amor, un resurgimiento del sentido del ser en su sentido más fuerte y trascendental, del ser como el ser por antonomasia (Dios). No estamos ante una metafísica «hardcore» sino ante una «softcore», «light».

Plano 9 La segunda parte de esta saga angélica, Tan lejos y tan cerca (1993), no hace sino ratificar que Wenders, a pesar de que estuvo a punto de reconciliarse con la verdad del ser, fue víctima del mismo intelectualismo de sus criaturas angélicas y se perdió en la contemplación de la confusión y el caos del archipiélago solipsista posmoderno. Cabría, entonces, decir de Wenders: estuvo tan cerca, pero está tan lejos.

3. WimWenders: The logic of images (essays and conversations). Faber and Faber, Londres, 1991, p. 111.

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BARRIO GRAFFITI

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Por: Víctor Hugo Jiménez Durango

ste proceso de exploración propone identificar y rescatar a través de imágenes escritores urbanos y artistas del graffiti que habitan Medellín y el Valle de Aburrá, reconociendo en las visualidades que producen re-existencias, prácticas y espacialidades del graffiti, los jóvenes y los barrios de la urbe.

La investigación documental cuya fuente principal es la fotografía, arriesga por recrear las visualidades locales para expandir las prácticas estéticas a partir de la recopilación de archivos representativos que hacen memoria de las marcas de jóvenes y adultos en muros grises y paredes parlantes, sus búsquedas y luchas, los lugares que transitan y habitan, sus huellas y maneras de comunicarse con el mundo a través de otras gramáticas urbanas y expresiones artísticas no oficiales.

¿Qué sabemos de Graffiti? En la actualidad nos sentimos afectados y seducidos por inscripciones, huellas y mensa-

jes de letras y colores en los espacios públicos y privados de la ciudad, pero en realidad de esos agentes artistas escritores que lo viven y practican¿que sabemos? Tanto en los barrios como desde los presupuestos públicos el graffiti ha tomado un lugar relevante como representación cultural, consumo y afinidad de las y los jóvenes, a pesar de que aún sigue teniendo leyes y detractores que lo estigmatizan como un acto vandálico, sin comprenderlo como un movimiento artístico dentro de la corriente del arte urbano. En lo que va del 2012 al 2017 han pasado algunos acontecimientos que se relacionan con el graffiti. A nivel nacional el caso del graffitero asesinado por la policía Diego Felipe Becerra, las obras en gran formato en concertación con la Alcaldía de Bogotá en el gobierno de Petro y las pintas de Justin Bieber. Las muertes de graffiteros, las tensas relaciones con las administraciones locales y este hecho de la firma del artista internacional acompañado de la policía desatóeventos colectivos significativos como las tomas de

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graffiti en Bogotá, Medellín y Cali, las retomas de graffiti ante las borradas ordenadas por las administraciones de los espacios transformados en las ciudades. A nivel local, en el 2013 la mesa de graffiti con los funcionarios de la Alcaldía de la ciudad de Medellín, la propuesta de un proyecto de ley de galerías de arte urbano gráfico; los festivales y eventos propios para que la escena mantenga viva, el debate en el concejo en julio de 2017, la Mesa de Intervenciones gráficas emergentes en el espacio público… En medio de todos estos hechos que se documentan en redes sociales y medios de comunicación masivos y alternativos, en lo clandestino y legítimo,en lo cotidiano escritores y artistas continúan conquistando muros, marcando fachadas, creando mapas de barrios de graffos y rayas, fortaleciendo sus grupos, organizándose en colectivos, formándose independientemente en escuelas alternativas, liberando espacios y encontrándose en parches propios para reconocerse como movimiento. Ahora bien, nuestro rol aquí es compartir con los agentes artistas escritores sus recuerdos de vida. Permitirnos entrar con trabajos estéticos y artísticos,experimentando a través de la oralidad, la fotografía, el arte relacional y visual momentos de remembranza, que a través del recuerdo dan valor a las prácticas de la comunidad graffitera, elogian las obras producidas en situaciones adversas, documentan la construcción de identidad cultural, proponen herramientas de catalogación 34

colectiva y construyen memoria urbana. Podríamos decir que con el proyecto de publicación artística no periódica Barrio Graffiti se aporta un brochazo al panorama mural de la expresión local, en varios de los barrios y comunas de Medellín.

¿Por qué Barrio y Graffiti? El “arte” callejero, el graffiti y la agitación visual son prácticas políticas deconstructoras del arte de los museos, de la condición de existencia, del aurea del artista y de las permanencias visuales, a las que poco se les presta atención en sus relatos y discursos, dando por sentado que estas maneras de participar no tienen fundamentos y valores. La idea aquí es divulgar esos principios de hermandad, solidaridad, educación popular y gráfica callejera que resignifican y posee el graffiti como escritura y acción directa. En los barrios de la ciudad viven en general los graffiteros. La mayoría de ellos habitan en barrios obreros ubicados en zonas populares. Si pudiéramos definir un rasgo que identifica a todos los escritores y artistas del graffiti es habitar o pensar el barrio en sus formas de expresión y estrategias de resistencia. Barrio y graffiti entonces son sinónimos de una filosofía-estilo de vida. La propuesta es aportar otras visiones del barrio como el último bastión de resistencia cultural ante la anomia globalizante y la homogenización urbana, espacial y social. Desde lo micro, haciendo

énfasis en la mirada de lo singular vamos buscando las marcas de la comunidad graffiti y su influencia en el hacer citadino, sus palabras y alternativas, dando cuenta estas situaciones de unas redes, procesos y un discurso propio que atraviesa unespacio territorializado. La publicación artística apuesta por crear fuentes documentales de jóvenes y adultos que por medio de sus gramáticas propias combinan forma y fondo en la conquista de la ciudad como derecho. Según la Secretaría de Juventud los jóvenes son la cuarta parte de la población de Medellín. El 25%. Existen en el municipio alrededor de 28 tendencias o formas de ser y se han identificado 52 identidades juveniles.Se tienen una caracterización inicial a partir de las bases de datos de clubes juveniles, de 28 colectivos de arte urbano y escuelas de hip-hop en toda la ciudad. Según el Diccionario de Tendencias e identidades juveniles el Graffiti es “una expresión artística en la que los muros de la ciudad se convierten en escenarios del mensaje. En su amplio espectro de posibilidades abarca desde la escritura sencilla con aerosol hasta la elaboración de murales en los que las técnicas y los materiales son tan variados como las representaciones que se consiguen.” Los graffiteros son tatuadores efímeros de las paredes, participantes del devenir de las ciudades, que se representan a sí mismos como agentes activos de la producción cultural en la generación de sentidos que transforman su vida, la de otros y la de sus parches de encuentro.

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Se hace urgente relacionar la vida graffiticante y citadina que llevan estos agentes del color, con otras preguntas por lo humano, la política, la concepción de lo urbano, el contexto y las formas de presentarse por parte de las juventudes; pues hay un mundo posible que es latente en las grafías públicas, en vía de comprender otra ciudad, la de los jóvenes, la de los colores y los movimientos, totalmente distinta a la ciudad de las obras civiles y el concreto.

¿Para qué una Publicación? El problema está situado en la calle, en el espacio urbano que por excelencia es un terreno en disputa donde tendencias juveniles se han convertido en estilos de vida. Para abordarlo desde el espacio y susceptible de historicidad la pregunta guía es ¿Cuál es la incidencia política y social de los artistas del graffiti en estos últimos años como movimiento y corriente del arte urbano? Se trata de que conozcamos a algunos de estos jóvenes, adultos y sus alternativas. Este producto visual de fotografías y memorias quiere reflexionar e indagar sobre las respuestas socioculturales y maneras de innovación de las y los jóvenes para hacerse escuchar manteniendo su autonomía. Rescata barrios de la Comuna 5 – Castilla, Comuna 6 – Doce de Octubre y Comuna 7 - Robledo claves en la conformación de grupos y colectivos de estirpe graffitera, los cuales han modificado y aportado positivamente a mejorar la convivencia de las crew´s de toda la ciudad con eventos y galerías.

También valora por medio de la imagen paisajes, retratos callejeros, zona de graffiti y visualidades de ciudad de las narrativas personales y documentales que transmiten habilidad, entusiasmo e identidad. Creemos que en la imagen, en especial en la fotografía como forma de transmitir la voz de las personas que hacen graffiti en el barrio y la ciudad, como la posibilidad de realizar un recorrido visual de muchos registros de artistas, lugares, calles, situaciones y escenas del pasado y el presente, que rememora a la vez que informan y agradan, que acumula el tiempo de este cambio, la vida cotidiana de los artistas del graffiti. Estamos convencidos que al llevar el muro, las calles y el espacio público al libro, al traducir el territorio al papel en una propuesta experimental y creativa, se retrata e innova desde los estudios visuales al congelar por medio de textos y fotos microhistorias, avatares y aportes. En la propuesta se considera que la fotografía como arte y búsqueda para producir conocimiento práctico y del pasado hace parte de la creación de territorios personales y colectivos, donde ciertas estéticas y arquitecturas se instalan y permiten la elaboración de apropiaciones en órdenes espaciales y grupales. La memoria que se congela en las imágenes que proponemos en el libro son parte del arte urbano de Medellín, la historia local y fática de Castilla y La Candelaria, en la construcción colectiva de la ciudad alterna y marginal desde las

y los jóvenes, la cual se expresa desde otras-narrativas que contar sobre las prácticas estéticas y el derecho a habitar y vivir la ciudad. Finalmente hacen falta publicaciones artísticas que innoven con la memoria y la fotografía de las comunas de Medellín. Apenas se camina a comprender la fotografía y la imagen como patrimonio vivo de estos barrios y del arte urbano local. Así que como agentes de la movida graffitera nos sentimos llamados a aportar, tejer y experimentar con otros habitantes de la comuna y de la ciudad, en la aventura de darle un lugar al graffiti que nace de los barrios exaltando los archivos fotográficos que reposan dispersos en diferentes graffiteros y fotógrafos apasionados de la urbe. La publicación nos propone entonces leer y observar otra Medellín desde opciones y estilos de vida posibles forjados por las juventudes alejados de funcionarios, gobernantes o académicos; quienes siguen creyendo en el desarrollo de la creatividad para la transformación social de la vida ante problemas sociales y de violencia, con el fin de promocionar y difundir a las personas graffiteras como referentes de cambio de los barrios. Barrio Graffiti es una beca para la realización de publicaciones artísticas no periódicas. Línea de Artes Visuales. Proyecto ganador de la Convocatoria de Estímulos de para el Arte y Cultura 2017 - Secretaría de Cultura Ciudadana.

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LA PELÍCULA QUE VENDRÁ

LAS TRANSCURSIVIDADES DE RUNO RÍMAC. SEGUNDA PARTE. Por: Orlando de J. Flórez Rodríguez.

Inmemorian José Manuel Freidel, a los 28 años de haber sido asesinado.

AFUERA1 Voz en off del narrador neutro acompaña el recorrido de imágenes a las que alude, en plano general. Llegando al bar de la esquina de la luz verde, a un lado de la plazoleta de un parque central, un lector de cemento, asfalto y metal, un libro abierto, una pluma, una bailarina de cobre, y al frente, un sonido de Rock y el archivo histórico de la ciudad. Llegando al bar de la esquina de la luz roja, mucho espectro, muchas salidas múltiples al mostrador, llegada encañonada, sitiada, abnegada. Con planos al rostro, la cámara sigue la acción de Runo, algo ya alicorado, parado frente a la barra, y de la mujer que lo atiende, así como de los otros clientes que los circundan. Un ambiente musical de sólo Salsa Mesera- Eres mi... mi Sirirí. Si no quieres que te diga mi Sirirí, entonces, te seguiré llamando... mi Ojo de poeta, ¡ojo! Runo- ¿Sabes que te voy a pedir? Risas y rizos, sonrisas y razas sonrojadas. Pendejadas... Nada y después nada. Nada en ti tu ultimo amor, tu sangre en flor, tu piélago azul, tu luz y tu día, tu sangre, tu tristeza tu agonía… tu nostalgía de Tarkovskij .

Mesera- Mírame, que ahí voy en ráfagas, en teclas armónicas de un viejo pian ol, al Son, Charanga, batería y tú. Una lágrima que escapa y vuela en luz. Runo- ¡Guaguangó! Mesera- ¡Guanancol! Runo- ¡Guaguancó¡ Mesera- Ay, mamá siendo así... Mámi mía mámi mía... Ay, que na’ puedo... Seño’, seño’. Runo- Baila, salta brilla y ríe por ahí, como una guitarra española y portugués; por tu goce, que ya por tu Gay. Mesera- Nardo, que por favor me esperes; no soportaría vivir sin tu olor, tu compañía, tu perfume y tu mujer. Runo- Mujé, mújeme, mújeme, mi amó; mújeme po’ favó’, que ahí voy yo, mujé. Mesera- ¿Qué te parece, cholito? Runo- ¿Qué te parece, chorrito? Mesera- Dame el otro, por favor. Voz en off del narrador neutro acompaña el recorrido de imágenes a las que alude, en plano general. En otro plano, afuera del bar, en diagonal a la esquina de la luz verde, un saludo, un párpado, un

1. Foto de Juan Barreto.

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labio herido, un puñal…un levantamiento….una historia local; sin preguntas ni respuestas. Entre archivos y paneles de lápiz, tinta, rock y papel. Sintiendo la noche, entre las 8 y las 10. Sentados en la acera. Esperando el asalto o la llegada de algún cliente. Con la luna oscureciendo, entre la luz de los cristales y la sombra de sus espejos. Entre hombros, humo y cuellos, Ella, la mujer del lunar negro, esconde sus ojos en el bosque de sus cejas, para escribirle en su celular un mensaje de texto. Ella- “Saber que a esta hora no sé nada de tí. Que metamorfoseas tu espíritu entre tu pasado, tu hoy y tu tempestad. Tu temporal. Esa atracción que sólo el amor conoce, hace de mí, abstracción, lejanía, amigo mío. Saber que algo me pasa, me amasa y, silente, quedo quieta, muy cerca de tí. Como un fantasma cuido tu sombra, tu luz, tu lozanía, tu desdén, tu separable amistad; tu comparable atención y disposición al amor, al tierno y asustador sentimiento del amor... sin saber cómo, cuándo, ni por qué... “ En un primer plano al rostro y a las manos, se le ve a Runo, responder y escribir en su celular otro mensaje de texto. Runo- “Escucho el brillo de tu luz, la luz de cristal entre tu mirada: Espejo de agua en la noche que me miras. Rama luminosa, delgada y angustiosa. Taciturna voz que suspiraste, lela, inalterable, enamorada de tu propia imagen: tu otra realidad distante. Tonto el ojo de la voz, como la risa de un avestruz, inteligente y perverso; irracional nariz que yergue y huele tu ilusión… ¿Quién será?,

¿Un Dío? ¿Un Diá? No pierdas de vista su frente, su ojo, su boca y su andar. Natural y naturalmente se comportará. ¿Bailará? ¿Reirá? Hará de la sal sol sonrisa”.

sus palabras.

Ella- “Me acerco al cuarto de tu luz... Sólo fallas, mucha placa tectónica, variado temblar del suelo y del mar. ¿Habrá tiburón, rayas, tortugas y hamacas?”

El piso pasó de frió a helado. De helado a un sepulcro halado, en una sola verticalidad:

Runo- “Pálida, como cuando te fuiste, inesperada, arrojada de cualquier campo de estrellas, vuelves a mí. Fuego que se fue. Sol que siempre volverás. Te irás tan lejos como llegaste cerca. Volátil andar de la mar...”

¢¢ Créame, créame, hombre... ya salió.

Voz en off de Runo, mientras las imágenes muestran, en primeros planos, el siguiente hecho intempestivo que en este preciso momento se presenta en el bar donde yace él, enviando mensajes de texto. El frío nos conmovió. Habíamos oído ya el grito. La mesera, en su talud de horror, se imaginó a lo que venían, cuando oyó: ¢¢ ¿Dónde está chimba?

esa

cara›e

Silencio absoluto. Los habíamos visto al pasar con sus lengüetas de la muerte, colgando de sus manos. Un cuerpo de un gran peso cae al piso. Buscando su última horizontalidad, la verticalidad del grupo fue total. El horror se nos comió la piel, las uñas, los cabellos: Amargos fueron los gestos de desesperación. Como relámpagos, todos al piso. Otro por allá, envuelto en cortinas, también, cae. Parada, helada, halada, al lado nuestro, una voz de pie, blanca como un papel, irrumpió en el salón. Plomo nos supieron

¢¢ Créame, créame, hombre; ya se fue, hace rato que salió. Créame, créame.

¢¢ Los vamos a matar a todos. Dónde está?

Empezamos a levantarnos. La tierra fría. Con toda ella encima. Salíamos y no sabíamos que renacíamos; resurgíamos, de entre las cenizas frías. Voz en off del narrador neutro: La cámara cambia de observar, en plano general, a Runo desde el mostrador, y luego, en primeros planos, a lo que relata en una Voz en off descompuesta por el susto que acaba de pasar, con tono triste y algo ebrio. Son las dos de la mañana, han puesto la canción de despedida y dado la orden de salir… Otra vez esta araña ‘insonhora’ de las horas, despierta y vaga... Amargas lágrimas como nieves... camioneras del tiempo… ‘alpinan’ el paisaje triste de mis ojos, y observan la trágica comedia de dos jóvenes lesbianas, debajo de una mesa. ¢¢ No sabemos qué es, y lo llamamos amor. Misterio párvulo del deseo, amigo sulfuroso de la piel, mitigante miel de las caricias. ¢¢ Pienso luego existo, pienso que estás cerca... y sentir que estás tan lejos.

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¢¢ A mí me duele el azadón que se quedó en el corredor de tu corazón. ¢¢ ¡No hay tiempo que perder. ¡Perdámonos!, ¡perdámonos! ¢¢ El tiempo esta ganando, amor... El azadón de mi corazón arranca la hierba del corredor. ¢¢ Entre la hierba y el azadón, amor... ¢¢ ¡Perdámonos en la hierba, amor, aunque nos mate el azadón! ¢¢ ¡Perdámonos! ¢¢ ¡Perdámonos¡

Aguirre, la cólera de Dios; pero esta vez rapada su cabeza, sus labios sin pintar y con una gabardina negra oscura. Runo- ¡No!. Casualmente, estoy escribiendo sobre nuestra relación. Ella- Gracias por lo de aquella noche. No es fácil reconocer la raya que diferencia la amistad del amor. A veces al pasarla, lo perdemos todo. Llamamos irrespeto al cruce de la raya cuando no nos encanta el otro, ¡pero cuando nos encanta¡…En eso somos un poco hipócritas. Pero, ¿qué buscas en mí? Runo- Tal vez, todo lo que vivimos.

En un plano general, Runo recibe inesperada visita, en el mostrador del bar, mientras escribe. Su voz en off pronuncia lo escrito, mientras se le ve leer mentalmente, y dialogar, en planos medios.

Ella- Ni tan inocente como para no recordarlo.

“Eras tan blanca como la seda; tan bella como la noche; tan dulce como tu voz; tan inocente como tu cabellera; tan atenta como tu orgullo; tan soberbia como tu raza; tan alegre como tu danza; tan sobria como tu talle; tan suelta como tu piel. Eras tan asombrosamente incierta, hasta cuando partiste sin decirme ‘adiós’. Eras...”

Runo- Tal vez por eso, heme ahora solo. Solo. Sólo con mi respeto. Sólo con querer volverte a ver.

Ella -¿Estás copiando las letras de las canciones que están sonando? Voz en off de Runo, mientras las imágenes siguen lo que describe, en un plano medio. Era ella, otra vez, ante mis ojos, y no ante mi imaginación. Los mismos ojos claros y altivos de la hija de 38

Runo- Ni tan ausente, como para no revivirlo… Ella- Ni tan ciega como para no enamorarme, y no tener luego que odiarte.

Ella- Tal vez por eso, preferí quedarme sola, bailando con mis maracas. Sola, con mis máscaras, al frente de los espejos. Runo- Tal vez, para huir de ti; tal vez, para querer saber más de mí. Hay seres que alumbran su ser con su sonrisa o su saludo, y otros, que ni se inquietan con su desprecio, con su irrespeto. Ella- (mientras bebe de una copa)- “Es otra, quien mira, a través de mí, aquella, que me perturba…En mi cartera traigo, vestidos

y pelucas, para toda ocasión, una pestañina, que alargue mis visiones, un rubor, que realce mis pasiones, y disimule mis temores, un labial, que retoque mis palabras, y por supuesto, un espejo que me doble, y partida en dos, ya no me reconozcas”.2 Voz en off de Runo, mientras las imágenes persiguen la escena siguiente, con planos a los rostros y a las bocas. Corrí tras ella. Pagué la cuenta y salí del bar; entre el laberinto que da a la calle, voces ebrias, como fantasmas, calcinan mis oídos con sus tufos de cigarrillo, aguardiente y ron. ¢¢ Mientras Ñuño chucha pita, el sancho coño puño de la malta rata santa, salto esquivo vivo vino en vano. ¢¢ Arañas armas ranas, uñas zarpas zorras garras, almas amarras amargas. ¢¢ Agonías vísceras ratas, ansias salas alas agrias, arias risas llantos. ¢¢ Nostalgias migas mirras, urras burras bullas balas, madres soledades pútridas. ¢¢ Vinos tintos sinos, sonidos sitios pitos. ¢¢ Vómitos tos taxis, taquicardias días mías. ¢¢ Almas armas sangras, fantasmas arañas saltas. ¢¢ Ganas sanas tantas, monas negras mamas. ¢¢ Ángeles, buitres, pérfidas. 2. Idem.

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EN TABERNA DE IRENE3 En un plano medio y en picada, Runo lee, en voz baja y un poco ebria, lo que acaba de escribir en esta Taberna, después de buscar inútilmente a su extraña amante; sobre su mesa, dos cervezas. “Me viene la labial, Libidinosa lava de la lengua. Gases sulfurosos de la nada y la eternidad. Ninguna duda me queda. Toda la inteligencia de lo imprevisto. Boas de sílabas, inquietas letras de la ocasión, fonemas de la plácida razón y la inquebrantable sensación de la desolación, acarrean verbos y descarrilan oraciones, sin sentido y sin sentirlo. Esporádicas saltimbanquis frases escrutan y expulsan su vibrátil sentido o sonido de la vida… son… ido de lotos y fauna de lagartijas… vegetables razones y acuáticos sentidos, orientaciones sin flor, reflejos de pájaros y depósitos de flora que me embriagan, me enlagunan”. Voz en off del narrador neutro alterna la entrada de los personajes. Las imágenes se concentran en las reacciones y diálogos de los personajes del bar, en primeros planos. Suena una explosión, algo cercana. Una bomba más que busca circular el terror. En las mesas, algunas voces reaccionan y explotan su sentir. ¢¢ ¿Metáforas?,

¿Metaflora

Metafauna?. Metales. Me das pena, Mefistófeles. Te he enganchado en el olvido; te he sonrojado en el recuerdo. No te queda más que caldos explosivos, lotos de azufre, Ofelias derretidas, esparcidas, suaves y lentas, por lagunas de amaneceres imprevistos.

la esquina roja. Humo y cerveza en la esquina verde y claroscura. Tilín. Tilín. Tilín. Drún. Drún. Esquivo sonido de luz de quien se va entre los espejos. Larga y corta levedad de luz, sonido y rock. En la esquina de la luz verde, se levanta una pirámide de verbos; letargos que se empecinan en reverdecer.

¢¢ Urbe de papel, cultivo de ciudad. Solos… tú y yo. A punta de puro estartazo, cable eléctrico, razón y duda. Luego, otra vez, el estartazo. Razón, estar…y ser temible. Pura mierda… miel y todo da lo mismo.

¢¢ Un poco de presente y un rápido futuro por reparar. Solos, el Estado y yo. Uribe y la Uribe; Santiguán y el Caguán. Solo. En medio de un ambiente de jóvenes roqueros, universitarios, artesanos y cultivadores del buen gusto por la música rock. Solo. Contagiado e imantado por un calor estrecho de amor y amistad de bellos cuerpos y embriagantes sonrisas. Solo. Envuelto en el agite de círculos de mesas rodeadas de conversación, labios, lengua, lenguajes y conversos inversos rostros del amor y el desamor. Sólo.

Voz en off del narrador neutro, mientras la cámara recorre lo que describe, en plano general y en picada, y luego, el diálogo, en primeros planos. y

3. La pintura que viene, “Ella. Toda una primavera”, es de Pablo Jaramillo.

Afuera, empezaron a distribuirse los cuerpos en las aceras. Verticales cabelleras y oblicuas vestimentas en

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Solo, de amigos. Solo, de familiares. Solo, de discípulos. Solo, de maestros. Solo, de dioses. Solo, de demonios. Solo, de arcángeles. Solo, Sólo, de preguntas. Solo, de gritos de alegría. Solo, de coros. Solo, sin misal. Sin santo. Alargado y amar… gado. Amar…gato. ¢¢ Un poco de presente y un rápido futuro por reparar. Me han caído todos los pesares y todas las nostalgias de la lumbre y la luz del terciopelo de la noche. Un rasguido de amigo, un roncar y un adiós; sin son, sin voz. Voz en off del narrador neutro, mientras las imágenes persiguen lo que narra, en planos al rostro. Al movimiento inquebrantable de los cuerpos, la cabeza se reclina sobre los pechos del varón y ella adormece como un gato. Plácida, busca el calor del pecho y la cálida tenaza de un colchón de pieles que la cobijen. Labios, saborear de lengua y biberón. Tal vez, sea mejor, una cerveza o un ron. Después, sólo amor, pura obligación de varón, pura gelatina de niña. ¢¢ ¿Qué decir ante las formas de tu cuerpo? ¿Qué reír me habita mientras, ¡socorro!, voy a tu talle, a tus hombros y a tus muslos? ¿Qué decir ante el sulfuroso sonido de tus ojos? ¿Qué decir ante la cadavérica razón de tus senos? ¿Qué decir ante la quijotada lengua de tus ojos caídos con tristeza? Me siento... impávido, imprevisto, incauto. ¿Qué decir, qué expresar, qué lenguaje deletrear al paso de tu ombligo ante mi asombro, ante mi deseo, ante mi razón mustia, muerta? ¿Formas? ¿Cuerpos? ¿Exterioridades? ¿Deformidades? ¿Calamidades? ¿Qué decir ante tus ojos, tus labios, tu cadera y tu ombligo desnudo y ceñudo? ¿Qué decir ante tu frágil y largo pelo que cae en posición vertical y en X L al ritmo del beso atractivo de un amigo? ¿Qué decir ante tu cadera, que, muda, musita su forma y su andar y se balancea cadenciosa y amorosa, ante mis ojos, ciegos? ¿Qué decir de los músculos tiernos, aterciopelados, que habitan tu clavícula? ¿Qué decir ante la caída de tus labios que ya no sé que quieren cuando admiran el pelo largo de un amigo? ¿Qué decir de tu talle flaco, de tu ombligo raso, de tu boca abierta e inclinada al beso de otro amigo? ¿Qué decir del higo, que asoma de tu ombligo? ¿Qué decir, digo, si no sé, a qué sabe, a qué grita, a qué aprieta, a qué tira? 40

¢¢ He visto pasar mil formas por mí, sin saber qué soy: ¿Cuerpo? ¿Espíritu? ¿Dios? ¿Representante? ¿Vago verdor? ¿Dolor? ¿Dónde estoy? ¿Qué pasa afuera, qué pasa adentro, o en mi interior? Sé de balas, secuestros, dolor, desapego y desamor. Pero, ¿qué sé de mi rencor? ¿Hacia qué, hacia el sol? Al frente de mí, alrededor de mí: Mi afuera, mi sin razón, o tal vez, la única razón de mí. Besos, diálogos y nada más. ¿Qué piensan? ¿Qué quieren? ¡Qué sé yo! ¢¢ ¿Corro después del verbo o crepito crestas de sal sobre los complementos del adiós o del volver? ¿Bastará que corra por doquier sin saber a qué ni a dónde? ¿Seguiré al mendigo que cruza mi camino o desviaré mi mirada a la blusa ombliguera de la mujer esquiva, que furtiva, mitiga su ser, escogiéndome a mí para lanzarme guiños y niños de colores y dolores?. ¡Voltearé por la esquina de su voz y seguiré rumbo hacia el desprecio. Voz en off de Runo, sentado frente a la barra del bar, mientras las imágenes persiguen lo que narra, en planos medios. Acaba de entrar una mujer a la taberna con un agite de espera; y, reclinando su gabardina oscura sobre la mesa, escucha un murmullo de voces negras y un canto recuerdo de Bob Marley. Un sin sabor de anís, de año nuevo con más desempleo, y una angustiosa indecisión de guerra y garra de león sin fiera, se me metió por entre los huesos. Inquieta sensación de una virgen sólida y quieta. ¡Es ella¡ Se levanta, y estampa su sombra en el espejo. Caliente y frenética, cambia su gabardina por una sonrisa de afán, y un abrigo de aerosol. Cráneo calvo, flaco cuerpo, largas caderas, cortas ilusiones, un beso a alguien y nada más. Una oscuridad, un hombro descubierto y una señal fatal. Al instante… un espectro de luz, vistiendo anaranjado desde el cuello, recto como sus cabellos, camina con paso normal y mirando como un gato. Entre un murmullo de voces, lo vi alejarse, por entre la plazoleta del parque. ¢¢ Es el mismo de “Hamlet, en este país de ratas retóricas”… ¢¢ ¿El mismo de “Mataron a Susi”?... ¢¢ ¡Niño bonito del reír, que aún recorres parques y carreras¡ Van por ti…

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¢¢ ¡Ladra la cerveza en tu mano¡… ¢¢ ¡Sacude tu paso la risa en el piso¡… ¢¢ ¡Detrás de ti… una gabardina oscura, una cabeza calva, dos botas negras y una cámara¡… Voz en off del narrador neutro interrumpe las voces del parque, mientras la cámara recorre lo que narra, cambiando de planos generales a planos al rostro de Runo. Intempestivamente, Runo se lanza hacia el centro de la plazoleta del parque, entre la bailarina de metal y el lector de cemento, e improvisa entre los presentes, en voz alta, con vehemencia, sin furia, sin gritar, mientras se oye, desde uno de los bares del frente, la voz de Mick Jagger cantando ‘Sinfonia para el diablo’. Runo- A la memoria de José Manuel Fréidel, por favor escuchar: “Ser crisálida de la contemporaneidad”: Aprovecho mi miopía, para disfrazarme de vidente, espécimen de luz, en medio de la espesura de la oscuridad. Sumergido en este sótano de cuerpos. Hay aves que aprenden, que en el volar está el placer. Nunca se les ve por la tierra. Sólo, más allá de las estrellas. No se les ve buscar comida ni agua ni amigos, ni familiares, ni funcionarios públicos. Sólo volar, dejarse llevar por el viento, la atracción de la nube más cercana. De cualquiera con sus ojos grana, su boca entre abierta como un nardo, una poma, un rizoma, que tenga rizos, risas y magnolias. Corren mis verbos por la pictórica superficie de su vestido anaranjado. Héroe al fin, en medio de la niebla, aún, se le ve altivo, entre el ropaje de sus sábanas de luto, sus máscaras pintadas y sus dientes blancos. Libre entre la sombra de su propio cuerpo. Gruñendo. Pulsando sus uñas, sus garras y sus ojos.

Quietos, fijos, atentos, penetrantes, convencidos de su inocencia, su risa y su afán. Pinta y nada más que su pinta. Con su voz sola y su garrr... valerosa y anti-medieval. Gruñir, rugir, esparcir sonidos de flor y viento. Pureza. Cielo blanco. Una voz anónima - No puede ser. Lo mataron hace cerca de 28 años. ¿Es el mismo? ¿El de de “La bella Otero y otras desdichas” y de “Amantina o la historia de un desamor”? ¿El de “El arbol de las muchachas flor y otros romances”? Runo (continuando) - Quietos, taciturnos, dormitando tus cabellos. Suaves, cual caballos blancos, siguen ahora el destino de los vientos. Cabellera dormida entre las nubes. Has rugido y arrugado mi voz, mi modo de hablar, mi graznido de niño, mi gargariar de garzas y gaviotas. Me has vuelto un dos. Gozón, gorgojo y golfo. Mudo de hablar, de sonar palabras con cuidadoso sentido de la unión, la queja, la desunión, reclamo armonía, amor sin manía, risa sin hipocresía. Conceptualización, ligazón de hígado y razón. Puro suspiro, puro alivio, con olvido. ¡Garrr!... ¡Grurrr! Gárgaras, gargantas, gargantúas, garzas, garrapatas, que se van. Un deseo impulsivo agita la mar, ahora, en pleno comienzo del tercer milenio, y más fuerte que ayer, cuando la traviesa temporalidad de una relativa paz: ser crisálida de la contemporaneidad”. Continúa la voz en off del narrador neutro, mientras las imágenes siguen lo que narra, en plano general y en picada. Afuera, escuálidas sombras de verdor oscuro, rondan en su taciturna lucidez, en su trajinar reglamentario. Una luna llena, una boina, un hombre verde que saluda y brinda un despertar de plumas; una presencia que llama al orden y calma su sed con su imperio de paz.

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LA MIRADA

S

Por: Rubén López Rodrigué

iendo estudiante de fotografía en la Academia el Oso de Anteojos, el joven Roberto Matiz vivía en una ciudad donde la violencia se ejercía con la mayor crueldad. En Mafala y sus fuerzas deshumanizadoras que, como antes lo fue Viena, era la escuela más dura pero también la más completa, no se sentía el profeta Jeremías enviado para reprender a los mafalos obstinados en extraviar la senda de la rectitud. Para ellos era más importante el dinero que las artes y no reparaban en los medios para conseguirlo. No eran amigos de nadie, salvo por la utilidad que el otro pudiera prestar. La mirada inquisidora pretendía leer las intenciones de los demás, violentar el respeto que toda persona desea para sí, traducirse en gestos persecutorios de desprecio que atentan contra la dignidad. La gran mayoría de los moradores mantenían su mirada recelosa, incluso entre vecinos y amigos, y era corriente que mediante la sospecha proyectaran sus propias tendencias malévolas. Se enfilaban miradas expectantes de ladrón a la

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manera de gallinazos esperando en los tejados a que los curiosos desalojen un callejón para lanzarse sobre un cadáver. Lo importante consistía en vigilar como un centinela hasta confirmar aliviados la inocencia o descubrir alelados la peor de las intenciones. En los barrios el cruce de miradas era con ojos de perro desconfiado como si fuera una suerte de paranoia colectiva. Deambulaban por doquier miradas esquivas, ceños fruncidos, rostros marcados por la desesperanza. Quien salía de su casa echaba ojeadas en torno suyo para ver si sus tormentos funcionaban. La mirada vigilante era un arma tanto o más poderosa que las pistolas, los puñales, las metralletas, las granadas, los fusiles, artefactos que estaban más en boga en el país que un artista o un deportista con aureola de estrella. Solo la capital del país tenía un carácter cosmopolita y las demás ciudades, en especial Mafala, no eran más que aldeas con semáforos donde se enjuiciaba toda clase de comportamiento. El prejuicio campeaba. Al otro se le juzgaba sin saber quién era en realidad, practicando el deporte nacional de primero condenarlo

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y luego averiguar si es culpable o no. Era, pues, evidente que la mirada alcanzaba una dimensión de enorme importancia en una ciudad donde no existía familia que no hubiese sido martirizada por el asesinato, ultrajada por el secuestro, humillada por el atraco, asaltada por el robo, conmovida por la extorsión. Los habitantes estaban tan traumatizados por la experiencia mafala hasta el punto que renunciaron a creer en los valores colectivos y se atrincheraron en el más absoluto individualismo del «Sálvese quien pueda». Una tarde de golondrinas, al atravesar el parque de Berrío, Roberto Matiz percibía todo lo que ocurría a su alrededor. Observó a su paso la rutina de una pareja de ciegos que cantaba acompañándose de una guitarra tocada por el viejo. El mes de julio recorría una luz que encandilaba («Si no hay luz no ves nada y si hay mucha luz te encegueces») y el aire estaba salpicado de risas y conversaciones, pero sobre todo de miradas prevenidas. Las mujeres reparaban en otras como esperando que cometieran un error o tuvieran un desliz para criticarlas. El centro de la ciudad mostraba la vida con una intensidad invisible en otros sectores. Un hombre les tiraba maíz a las palomas parquesanas que picoteaban en el suelo. Roberto se sintió preocupado por un señor con la cámara fotográfica terciada al hombro en un estuche de cuero, arriesgando a ser atracado, a que se la robaran o lo mataran. Deslumbrado por la claridad del día caminó varias cuadras hasta llegar al teatro Libia, su sala de cine preferida, para ver la película Gritos y Susurros de su director predilecto

Ingmar Bergman. El cine seguía siendo la diversión que más satisfacía su pulsión voyerista desde niño, era como un escape al paraíso de ficción, hasta ser testigo del triste espectáculo de la demolición de los teatros y dar espacio a las asfixiantes salas de cine de moles y centros comerciales. En los centros comerciales las personas no paseaban sino que pasaban con las cabezas siempre vueltas hacia las mercancías exhibidas y sus miradas les eran devueltas luego de resbalar por las vitrinas; las miradas no convergían como en el centro de la ciudad, en el círculo vicioso del perpetuo vaivén de la demanda nunca satisfecha. En cambio, en el centro las miradas se cruzaban en pos de sostenerse, para reconocerse o por el contrario evitarse; el centro de la ciudad era un lugar de encuentro, los centros comerciales un lugar de paso. En el Museo de Mafala, asentado en la plazuela Nutibara, se cercaba la mirada a la manera del templo inspirado en el augur, que en la Antigüedad trazaba un cuadrado en el cielo para observar en ese espacio el vuelo de las aves y hacer sus predicciones con vistas a la acción pertinente. Cuando Roberto hacía fila en la acera del teatro Libia vino a su mente un sueño que había tenido la noche anterior: se veía a sí mismo de niño espiando una pareja a través del lente de una cámara. Evocó que siendo adolescente había decidido no tener hijos pero sí hijos del alma: la literatura, el cine y en especial la fotografía; todo aquello que estuviera relacionado con el arte. De este modo trataba

de vencer la muerte, pero sabía que nada dura eternamente. Mientras esperaba llegar a la taquilla sus pacientes ojos se detuvieron en el aspecto singular de un joven que pasaba como un sonámbulo vestido de negro, pálido, encorvado y de mirada gacha, con un morral negro a sus espaldas como una pesada carga («El negro es el color del duelo, de la muerte, de la destrucción»). El muchacho quiso entrar al edificio contiguo al teatro pero el portero se lo impidió. Porque para ingresar a cualquier edificación, sobre todo si era de pórtico elegante, no se podía escapar de la mirada acusadora del vigilante («¡Usted debe ser un delincuente!») y quien se sintiera fiscalizado de ese modo era posible que dirigiese los ojos hacia el celador como buscando una culpa que no era la suya. Al igual que en otros lugares (salvo el teatro que era como un oasis en el desierto de afecto), en los almacenes reinaba una calma chicha y los empleados miraban de reojo a todo el que llegara, pensando, o más bien imaginando, que si bien podría ser un comprador también podría ser un atracador o un ladrón, algún informante de una banda de secuestradores o, quizás, un sicario que iba tras de una víctima a la que no conocía sino por la foto para cumplirle un ajuste de cuentas a otro. Si un transeúnte sentía pasos detrás volteaba a mirar prevenido, cuando no con expresión de reproche, aunque el supuesto perseguidor no tuviera la menor intención de hacerle daño. En una calle solitaria era suficiente con que una mujer topara con un hombre

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para encasillarlo como un posible atracador, ladrón o violador; bajaba de la acera con disimulo aparente o pasaba la calle a fin de caminar por la acera del frente como un cuervo de mirada alerta. Luego del cine Roberto se fue a tomar unas cervezas en Homero Manci, un lugar de tangos donde captó el predominio de la mirada nostálgica. En la noche, en su casa, mientras ojeaba una revista de fotografía recostado en la cama, a la luz de una bombilla de cien bujías (necesitaba luz, mucha luz para no sentir angustia, motivo por el cual en las noches prendía las luces que no estuvieran encendidas), evocó de su infancia los guiños seductores de su madre hacia él, sentada sobre las piernas de Alfaro, y el odio se le salió por los ojos. Detestaba de tal manera aquel guiño de Ada Luz que por ningún motivo le picaba el ojo a una mujer (también recordaba los guiños de Azucena), sin importarle la sensualidad que destilara por los ojos o que derramara por todo su cuerpo. A la mañana del día siguiente, afeitándose en el baño (le encantaba la magia del espejo del botiquín como un estanque apacible que refleja el mundo) se le vino a la mente la imagen de una jovencita que fue compañera del bachillerato. Por su cabeza cruzaron los ojos melíferos de la colegiala, de nombre Dulce María, que había amado porque en ellos brillaba el amor. Recordó su máscara de guerra: las cejas pintadas y depiladas, las pestañas rizadas y enchinadas con rímel y la boca roja junto al falso lunar. En aquel entonces tenía dieciséis años y su mirada se regocijaba ante el color ambarino de los ojos de aquella quinceañera, 44

el deseo había levantado un castillo tan grande que no era posible cubrir ni siquiera con la mirada. Al salir del baño en su habitación abarcó de un solo golpe de vista el cuadro Los amantes de Magritte: un hombre y una mujer, frente a frente, con las cabezas vendadas por completo. Ahora en plena juventud el temor a las mujeres, marcado a fuego sobre todo por una madre dominante que quería controlarlo e intervenir en toda su vida, lo hacía sentir inseguro ante ellas. La timidez le había impedido confesar su amor a la tierna colegiala de silueta delgada; un amor que le ahogaba la voz en la garganta y lo empujaba a garabatear en su cuaderno las palabras martillantes de su obsesión. Más adelante escribiría otros «poemas» melcochudos que reflejaban el dolor por la separación en su presencia de la joven. Finalmente las palabras azucaradas terminarán en la caneca de la basura. Salió al mirador y con su cámara empezó a fotografiar el paisaje, no quería imágenes repetidas sino hallar los colores más risueños para proceder como un pintor. La fachada de la casa en que vivía con su familia era sencilla, cortada afuera en partes iguales por las lanzas de la reja que enmarcaba el antejardín sembrado con plantas lengua de suegra, sobre el que volaba una mariposa azul con manchas redondeadas en las alas que parecían los ojos del plumaje de un pavo real. Por coincidencia la mariposa fue a posarse sobre un pavón con flores rosadas y amarillas que también se parecía a una cola de pavo real. Sin saber a raíz de qué asociación volvió a recordar a su madre. Cuando era niño ella besaba

sus párpados y mejillas y lo cuidaba con tal esmero que la percibía como un hada revestida de aureola azul. El contraste era el desconcierto cada vez que ella le hacía un guiño con picardía a la vez que fruncía la nariz aguileña; en tal caso la veía como una bruja de aura enfermiza. Lector de poesía, ajeno a los que no ven por su ceguera, confiaba en ese género literario que siempre se detiene a mirarnos, sea porque tambaleemos en la tormenta, sucumbamos al misterio, seamos débiles en la hambruna o fuertes en las situaciones más difíciles. Leía a los poetas sin importarle la mirada en ruinas de los que lloran a sus muertos, de aquellos que se lamentan ante fieros mancebos que siegan muchas vidas por un simple mendrugo de pan. En el entrecejo tenía un verso de Miguel Hernández: Dormimos y despertamos con un tigre entre los ojos. De su biblioteca sacó un libro del poeta español y empezó a releerlo sin parpadear. Quería ser un artista de la cámara, no de la letra, ya que no se imaginaba haciendo parte del universo de poetas de miradas famélicas, miradas somnolientas del alcohol, miradas alucinadas de las drogas, miradas de las pasiones sin freno. Quería conocer más del poder de la mirada que dice tantas cosas que las palabras no pueden, guiándose por su agudeza para ver lo invisible, para ver como un nictálope en las sombras lo que a los demás se les oculta. La mirada se convertía así en el máximo órgano de supervivencia.

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“ALLÁ VAN LOS COCACOLOS” Por: Carlos Iván Serna Ospina

“¡Allá van los Cocacolos!”, dijo mi tía aquella mañana mientras oteaba por su ventana y veía pasar el inusitado espectáculo que, según ella, hubiese escandalizado a sus mayores si vivieran y se persignó con una sentida cruz sobre su pecho. Por la calle desfilaron, dijo mi tía, payasos, bufones arlequines, marionetas, pelafustanes y algunos saltimbanquis. Sus ojos atónitos no entendieron aquel espectáculo, como no lo entendí yo que era un niño, ni lo entendieron tampoco mis primos que ya eran unos adolescentes, ni lo entendió ninguno en esa época en que fuimos testigos oculares de aquel fenómeno mágico. Y por esa calle, al igual que por todas las de todos los pueblos y ciudades del orbe, pasó el mismo festín con su huella inexorable. Cruzaron los hippies con sus barbas desarregladas, sus luengas cabelleras, sus enjambres de moscas, sus cintas en la cabeza y una flor en la boca. Con ellos pasaron los Chicos de Liverpool entonando Lucy in the sky whit the diamonds. Tras la jauría de Woodstock y sus 500.000 adeptos venía una reacción e irreverencia a las formas de gobierno y una protesta contra los millares de jóvenes que regresaron del Vietnam envueltos en bolsas

de plástico; no hubo flautas, ni oboes, ni dulzainas, ni tímidos sonidos de cascadas, ni de ríos mansos; existió nerviosismo, histeria, paroxismo y convulsión. Y pasaron por allí, al igual que los anteriores, los estudiantes de la Universidad de Nanterre, el pelirrojo Daniel Cohnbendit y sus pancartas “Prohibido prohibir” y “La imaginación al poder”. Era el mundo en tropel, la orgía de la libertad, el inicio de una etapa mágica, la transición del pensamiento. Por un costado cruzó presuroso y casi abatido papá De Gaulle con sus legionarios franceses y ahora pensionados por los favores prestados en los desiertos de Argel. Pasó, tras de él, la Quinta República Francesa de huida de una lluvia de adoquines lanzados por una horda de estudiantes del emigrante barrio latino de París. Entre la multitud se vio a Jean Paul Sartre y su manifiesto de los 121, arengando a una juventud embriagada de LSD, antiimperialismo e intelectualidad. Eran las ideas de los barbudos de Fidel enseñoreadas en la Sierra Maestra, en el cuartel Moncada y en los ecos libertarios del Che, Cienfuegos, Huber Mattos y Ernesto Cardenal que retumbaban en la enorme soledad del Tropicana, cuando desapare-

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ció de allí la propiedad privada. El mundo era un hormiguero donde convergían los rostros impávidos de Mao, de Trotsky, de Bakunin contemplando extasiados los movimientos profanos de las minifaldas. El mundo se convirtió en una erupción volcánica. Agazapados permanecían los eminentes profesores Henry Kissinger y Stanley Hoffman como felinos al acecho; ya no era la clase política la que imponía el rumbo del mundo; en Harvard se encontraba la brújula. Siguieron la misma ruta, dejando una estela inextinguible, Henry Miller y su novela irreverente; Samuel Beckett y el teatro del absurdo; los grafitis, los Rolling Stones, Francois Truffaut montado en lo alto de la cresta de la ola cinematográfica y la temática conciliadora del alemán Herbert Marcuse, un venerable anciano que enseñaba filosofía en la Universidad de San Diego en California. En el desfile aparecieron los nadaístas con J. Mario y Gonzalo Arango realizando pesquisas y buscando la exhumación de María, la del poema literario de Jorge Isaac, para constatar si aquella había muerto virgen o no. En un pequeño grupo iban los de la Nueva Ola, Pablus Gallinasuz tarareando su Boca de chicle; Luis Carlos Galán, quien como Secretario de la Comisión de Desarrollo y Comercio pasaba en mayo del 68 por París rumbo a Nueva Delhi, por orden del expresidente Lleras. Iban también los Flippers, los Speakers, los Yetis con Juan Nicolás Estela, Óscar Golden, Harold y la gente del Club del Clan 46

entonando eufóricos a los clásicos Jacques Brel, Hervé Villard, Aznavour y a Tom Jones con su desquiciante Dalila; todos elegantemente ataviados con pantalones bota campana, tenis rojos y las infaltables patillas largas con tinte de modernidad. Detrás de estos siguieron García Márquez con la familia Buendía, al igual que Mauricio Babilonia y sus enigmáticas mariposas amarillas revoloteando todos en aquel orgásmico aquelarre de confusión. Se hablaba de todo, desde la lamentable muerte de Martin Luther King, el adalid negro, pasando por la experiencia de Neil Armstrong, quien viajó a la luna en una canica de latón y desde allí trató de observar la imagen de Jesús. Causaba furor, igualmente, el agente naranja, un defoliador que devastó el gran arrozal y los gritos enloquecedores de los niños vietnamitas que morían carbonizados por el NAPALM. Se recordaba con lágrimas de emoción a HoChi-Minh, un humilde jardinero y barredor de nieve en París, quien antes de ser presidente de su país fue miembro de la tertulia intelectual de Vaillant-Couturier y escribía profundos artículos de opinión para L´Humanité. Se practicaba el sexo y se consumía la píldora bajo la candorosa perturbación de los integrantes de la cofradía de los defensores del Sagrado Corazón de Jesús. Pasaron los del tropel de Ancón en Medellín con el desquiciante Carolo y su horda de melenudos y “mariguanos”. Podría decirse que, de alguna manera, por aquella calle pasó el mundo entero des-

de los catedráticos de la Sorbona, las botas militares, los sicodélicos del bluyin voltiao, los simpatizantes de Lennon, Elvis Presley y Jesucristo. Toda la universalidad se convulsionó, el mundo se sintió en sus fibras más íntimas. Nada escapó de aquella fiebre, de aquella magia, de aquella revolución.

¡Más que una revolución era una mutación...! Al final de la muchedumbre pasaron: Costa Gavras, Luis Buñuel, Rossellini, Bertolucci, Vittorio de Sica, John Huston y el infatigable Orson Welles. Se invirtieron los valores. La chatarra pasó a ser bella y los niños y niñas de papá y mamá pregonaron por el mundo el amor libre y el derecho fundamental de una intimidad intocable. El fenómeno fue igual en París, en Londres, en Beverly Hills, en Bogotá o en la calle de mi tía. Podrá decirse que fue una época de desorden, de decadencia despeinada, de libertinaje o de desproporción; mas la verdad la constituye un lapso de tiempo donde se protestó por los grandes holocaustos del siglo XX, las dos guerras mundiales; fue una época tal vez satanizada y vilipendiada. Mas no era una época. Fue un ultimátum a la humanidad. Fue una transición del pensamiento. Cuando hubo pasado el desfile mi tía soltó la cortina de la ventana y, dirigiéndose a mí con una mirada sin sentido, sin entender lo que sucedía y quizás con algo de ironía, exclamó:

¡Allá van los Cocacolos!

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Historia de los antiguos Mapuche Temario: Organización Social mapuche La justicia mapuche Los mapuches y el agua La influencia inca Ritos mapuche Mapuches contra españoles

La vida cotidiana mapuche El matrimonio mapuche La medicina mapuche Cosmogonía mapuche Espiritualidad mapuche

Geografía Humana La mujer mapuche El idioma mapuche El mundo simbólico mapuche Guerra ritual y guerrilla mapuche

“Se estructuró una sociedad de personas libres y amantes de su libertad; una sociedad que no requirió de la formación de un estado omnipresente y esclavizador, una sociedad que si bien por su número y densidad podría haberse transformado en un sistema jerarquizado, lo rechazó e hizo de la independencia de sus linajes familiares una cultura”. José Bengoa.

Organización social “La sociabilidad y cortesía mapuche fue capaz de reemplazar al Estado como institución organizadora, controladora y represiva. La sociabilidad, las comidas, las

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bebidas, el baile interminable, la vida sexual libre entre los jóvenes, la poligamia como sistema de transferencias y alianzas políticas, fueron algunos de los mecanismos que permitieron que surgiera esa sociedad agraria del sur de Chile antes de la llegada de los españoles... Nadie los mandaba. No había autoridad fuera de la familia; familia amplia, compleja, poligámica, patriarcal, como señala hoy día la antropología. Eran linajes enormes que obedecían a un jefe, cabeza, lonco en lengua mapuche, o a un ulmen, un hombre sabio y rico, gordo por lo general, nos dicen las historias, que había procreado una larga descendencia y que ejercía sobre todos ellos, sobre diversas agrupaciones, el poder de la justicia. Hombre importante con derecho a juzgar”. Hay evidencias innegables de intercambio, puesto que se han encontrado en las tumbas objetos provenientes de lugares muy alejados, un comercio rudimentario, facilitado evidentemente por la estructura de alianzas matrimoniales. Sorprende saber que eran las mujeres las encargadas de las actividades comerciales, de viajar en canoas y establecer el valor de los cambios: tinturas, telas, alimentos; en los mercados de la época de la colonia las mujeres realizaban las actividades comerciales mientras los hombres conversaban a un lado. Esto quizás se debe a que tradicionalmente eran las mujeres quienes volvían donde sus parientes a realizar las visitas respectivas... seguramente porque el padre de familia, al tener muchas mujeres, no podía estar todo el tiempo viajando y dejarlas solas. El wichanmapu era la tierra de todos, más allá de la tierra del 48

linaje, del lof. Otro tipo de reunión que se hacía con mucha frecuencia, además del Nguillatún, era el Conchotún, o reunión de amigos, hermanos, parientes (conchos), casi siempre muy cercano al Rehue, donde se asaba algún animal y se reunía la gente a decirse lo mucho que se quería o a recordar los lazos de parentesco. Por eso los españoles, al ver tanta fiesta interminable, tanta reunión, criticaban a los mapuches tachándolos de perezosos y fiesteros. El autor señala que es debido a este tipo de reuniones, sumado a las visitas y sistema de alianzas matrimoniales lo que hacía que el territorio mapuche fuese tan unido y viviera en paz sin necesidad de un estado autoritario, en el wichanmapu, tierra buena, tierra en paz, tierra de amigos. Este wichanmapu era concebido como una red de relaciones; y por esta red solían circular los mensajeros, a pie o en canoa, con el mensaje de la reunión ritual, o de la reunión de amigos, de guerra, de fiesta matrimonial, de visita.

Los españoles quisieron ver algún tipo de organización jerárquica pero a lo más dieron cuenta de cabildos donde se reunían los loncos (cabezas de familia). No encontraron un poder centralizado, un rey, ni tampoco una agrupación que cobrara tributos o decidiera trabajos obligatorios. Tampoco hay mucha certeza de si se organizaban o no cabildos (alihuenes) más amplios, con juntas de delegados de agrupaciones familiares; puede parecer que fue así pero en épocas más tardías probablemente para organizarse en la guerra, cuando fue necesario unirse para combatir contra los españoles.

La vida cotidiana de los antiguos mapuche Las descripciones que han hecho los españoles sobre las tierras mapuches del sur son abundantes, y al

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ser posible compararlas presentan cierto grado de fidelidad. Se dice que las casas de los mapuches (rucas o rukas) eran muy grandes, de una planta de entre 300 y 500 m2; se dice que albergaban en promedio a 50 personas; cada mujer del patriarca tenía su propio espacio y su propia puerta; debían turnarse para atender al marido, en “ruedas” de 18 días. Al parecer también cobijaban al interior de sus casas algunos animales. Los techos eran de paja, impermeables. Cada casa bastante separada de las demás, sin formar nunca un pueblo o ciudad, pero con caminos demarcados y abiertos para transitar, con alamedas, campos cultivados, sementeras. De tanto en tanto un espacio público para intercambiar productos, para reunirse, beber, conversar, establecer alianzas matrimoniales, vender a las hijas. Con respecto a esto último parece ser que siempre se prefería comprar paquetes de hermanas, lo que se conoce como sororato, para que se acompañaran mutuamente. Como había que comprar las mujeres, un hombre con varias de ellas era considerado muy rico. La riqueza misma solía medirse según el número de mujeres de cada hombre. Un solo patriarca de quince mujeres podía estar a la cabeza de 400 personas, todo un linaje. Hay testimonios también de que en dichos lugares de intercambio, donde también llegaba gente de muy lejos, trabajaban prostitutas muy bien ataviadas que cobraban para pasar

el rato. Estos lugares de reunión e intercambio eran llamados alihuenes; allí habían construcciones para protegerse de la lluvia, lugares para bailar, enamorarse y hasta canchas para jugar a la chueca (parecido al hockey sobre césped). Todo indica la existencia de una sociedad sedentaria y pacífica, no muy trabajadora y que aunque hacía respetar el espacio de las familias, cultivaba mucho los lazos sociales. La densidad y distribución de la

población está estrechamente relacionada a la vida ribereña, la cercanía al mar, los ríos y los lagos, el conocimiento de técnicas de pesca, y por el uso del secado y del ahumado para la conservación de alimentos. Los mapuches deben haber trabajado mucho en las épocas de sol, puesto que debían acumular mucha comida para los crudos inviernos: sobretodo pesca y marisqueo (lo testimonian los enormes conchales encontrados), un poco de caza, recolección (sobretodo de las semillas de pehuén (araucaria), los piñones, con la cual hacían harina y lue-

go panes de piñón) y cultivo, la papa al sur, y el maíz más al norte, entre otros diversos vegetales. Si el cultivo se realizaba con las semillas importadas de los incas, las cosechas debieron haber sido magníficas, debido a las bondades del clima del sur. Esto, junto al conocimiento del secado, ahumado, salado, bastaba con creces para los inviernos. Usaban mucho el fuego para aclarar las tierras, aprovechando las sequías y los meses de verano; conocían también que hay que dejar descansar las tierras. Los mapuches parecen haber sido más horticultores que agricultores, principalmente por que la agricultura supone trabajo intensivo de las tierras; el barbecho mapuche podía durar tres años. Cultivaban papas, maíz, habas, calabazas, madi, ají, quínoa, frutilla, y pequeñas frutas autóctonas como la murtilla con las que hacían dulces y chichas.Hacían harinas; el caso típico es el del pan araucano, hecho a partir de las semillas de pehuén (piñones). El trigo fue bien aceptado porque por una parte hacían pan desde hacía mucho tiempo y por otra porque se adaptó mejor que el maíz, del cual también hacían harinas y pan. La harina tostada era el alimento central de los mapuches. Conocían la levadura. Hacían chicha con varias frutas, “champaña”, vino o simplemente chicha, hecha a veces a partir de harina tostada o cruda,

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masticada y escupida por mujeres. También licor de papa. El maíz era un producto de la zona norte del territorio mapuche, mientras que la papa era cultivada con intensidad en el sur, sobretodo en Chiloé, donde existen múltiples variedades naturales y culinarias: milcao y chapalele son vestigios de entre varias formas distintas de prepararlas. Almacenaban las papas en hoyos cubiertos por juncos. También son significativos los porotos, de “purutus” en quechua. Otros alimentos: zapallo, calabaza y sobretodo ajíes, que preparaban como merquén, que era la pimienta mapuche. Hongos, ka-llampa (quechua) y bayas. Maqui, lleuque, uñi (murtilla), frutos con los que se hacía chicha; avellano o guevín, peumo: fruto parecido a la aceituna, caucauhe de luma, michai. Hongos: digueñe: del roble, llaullau: del coigüe y el genérico callampas. Preferían sembrar en claros de bosque, limpiando solamente el sotobosque y dejando a los grandes árboles en pie, porque les proporcionaba más humedad y más sombra, lo que era muy útil en verano. Su horticultura nació probablemente en los borderíos. Al parecer el hombre mapuche limpiaba el terreno y la mujer lo cultivaba. Pero la cosecha, por lo que se sabe con respecto a los mingacos, era tarea de la comunidad. Tenían “casas de campo”: cuevas o chozas para pasar las noches durante las cazas, el pastoreo, o para esconderse de los conquistadores; la imagen mapuche que se propagó con el prejuicio de primitivismo atrasado, nomadismo, habi-

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tantes de cuevas, proviene de una época tardía posterior a la gran matanza y muerte del 90% de los mapuches de la época. Los mapuches contaban el tiempo mediante meses lunares, doce, que formaban el año araucano: el tripantú, que comienza en pleno solsticio de invierno, el 21 de junio de cada año, y que corresponde al día más corto (o la noche más laraga) del año. El año nuevo lo celebran bañándose muy temprano en el río. Tenían un nombre para cada una de las lunas. 1: umenelicorcuyen: luna de las brumas 2: de las sombras y lluvias 3: de la cosecha de ancianos (por las muertes de ancianos en este mes lunar) 4: la que le sigue 5: primera luna buena 6: segunda luna buena 7: última luna

(adaptado al calendario europeo) 8: primera luna (enero en el calendario europeo) 9: luna de la cosecha 10: luna de la cosecha de maíz 11: primera luna de la flor amarilla de la perdiz 12: segunda luna de la flor amarilla de la perdiz. Se sembraba y plantaba con luna creciente, esto también se tomaba en cuenta para cortarse el pelo. Conocían muy bien la relación del mar con la luna y su importancia para maricar y pescar. Tenían varios nombres para la lluvia, según su tipo, más nombres que en español (garúa, aguacero, llovizna, lluvia, chubasco, aguanieve). La herramientas utilizadas son testimonio de su sedentarismo y del cultivo de la tierra que practicaban; se han encontrado muchas piedras horadadas

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con formas de pico, azadón, rastrillo, pala... que colocaban en el extremo de palos de madera muy dura como la luma, cuando no era la misma madera la tallada en el extremo para ser usada como una herramienta determinada. Hay en el mapudungún una lista considerable de palabras técnicas agrícolas. Su existencia junto a las herramientas demuestra su sedentarismo y su eficiencia agrícola, como para haber alimentado fácilmente a más de un millón de habitantes en el sur. Según Molina los mapuches tenían conocimiento del hierro, con el cual según él fabricaban armas; aunque hay que confirmarlo, testimonia de la existencia de palabras para designarlo, extraerlo, identificarlo. Conocían el aporcamiento de la tierra, el arado, la limpieza de raíces y probablemente también la selección de vegetales, como en el famoso caso de la papa en Chiloé. El trabajo parece haber sido siempre festivo, alegres de ir al mingaco con cantos salmódicos, esperando la fiesta al final del trabajo y también la participación colectiva de los frutos del esfuerzo. El buen clima, la lluvia, ofrecía abundancia alimenticia con relativamente poco esfuerzo ni grandes obras, y mucho tiempo libre. El animal de pasto que tenían domesticado era elhueque, o chilihueque, una de las razas de llama que existen; también tenían gua-

nacos; comían su carne y usaban su lana; los pastoreaban y eran muy cuidados y valorados (eran el principal bien de intercambio para los matrimonios); al parecer también lo usaban como animal de carga aunque esto no está confirmado. La demostración tangible del profuso pastoreo es su rica artesanía textil; usaban la rueca, el huso y dos tipos de telares; cosían, bordaban; también hay muchas palabras técnicas.

de pesca: otro ejemplo es el dirigir un pequeño banco de peces hacia las redes asustándolos con una pértiga que golpeaba el agua; también conocían carnadas para cada pez. Sabían que el pescado previene el bocio (al igual que los incas, con quienes intercambiaban pescado salado por otros productos). También tenían mucha cestería con raíces, ramas o lana, que usaban como transporte o carga para recolectar o comerciar. Lo mismo la alfarería, para guardar la chicha y los granos. Sus hornosparecen haber sido con frecuencia hoyos al interior de las colinas.

Geografía humana

Otro animal doméstico era la gallina araucana, más pequeña que la castellana pero ponedora y carnuda, al parecer muy abundante; también domesticaron el ganso salvaje. También tenían muchas técnicas y aparatos de pesca; por ejemplo atontaban los peces de los ríos con el jugo de plantas machacadas de Pillo-pillo (Ovidia pillopillo); varios anzuelos y sistemas

La población en chile se concentraba del bíobío al sur, y no en el valle central como podría pensarse; una explicación: por la presión inca. Los incas se establecieron y organizaron la sociedad en el valle central, con canales de riego (como el ApoQuindo) y otros. La otra explicación es porque más al sur no se necesita el riego de las tierras para hacerlas producir, el clima es más frío pero la lluvia nunca falta. Se critica que la sociedad mapuche era poco desarrollada, que no construía en piedra, que no tenía riego... pero no tenía necesidad de estas cosas. Bengoa señala algo importante, ya recalcado por otros autores: siempre que nace la necesidad de irrigar se generan estados jerárquicos (algo conocido como despotismo hidráulico en la jerga de

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los historiadores) porque es necesario que alguien tome el mando sobre el agua y organice su distribución, por lo que otro factor que explica la libertad e independencia de los individuos mapuches es la abundancia de agua y la tierra fértil. Esto no impide que hayan logrado cierto grado de tecnología, con probabilidad importada de los incas: trabajdo de metales, agricultura, cestería, alfarería, diversidad botánica y alimenticia. Bengoa quiere demostrar una alta población mapuche, superior al millón de habitantes, en el sur de Chile, y de paso derrumbar el prejuicio histórico que se ha tenido: los mapuches tenían un buen vivir, tenían cultura, eran sedentarios. La minga (trabajo colectivo esporádico) era el principal sistema de trabajo entre los mapuches, no solo para la agricultura sino también para la construcción de casas (rucatún), para ir de pesca, de caza. De los incas importaron probablemente la domesticación de animales, el conocimiento de las plantas cultivables y el sistema de trabajo mediante mingas. Las mitas (migración forzada y dirigida de hombres), sin embargo, no las importaron; esa palabra no existe en mapudungún. No concebían trabajar para un estado o simplemente para otros que no fueran sus amigos, su familia, o para devolver una mano. Tampoco necesitaban grandes construcciones que requirieran un trabajo especializado, horarios, obligaciones. Es por esto que se dice que los mapuches sencillamente huían de las minas, o morían al poco tiempo en ellas, porque no estaban acostumbrados al trabajo forzado. Una de las zonas más fértiles fue la del río Cautín, donde al mis-

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mo tiempo se supone existía la más numerosa presencia indígena y donde por eso mismo se quiso fundar la capital de Chile: Imperial. En palabras del propio Pedro de Valdivia, explica porque bautizó con el nombre de Imperial a la ciudad que quería por capital para Chile: “porque en aquella provincia y esta en la mayor parte de las casas de los naturales, se hallaron de madera hechas águilas de dos cabezas”. De Toltén al sur la gente parece cobarde, porque aunque reciben a los españoles con gritos y todos reunidos desde el otro lado del río, cuando los invasores cruzan con sus caballos los mapuche huyen despavoridos dejando sus casas abandonadas. Son “buenas casas”, que los españoles ocupan antes de proseguir su ruta al sur. Cuando llegan al sector del río Guadalafquén (río calabaza), hoy en día río Calle-calle, quedan llenos de asombro ante la belleza del lugar. Tanta es que Pedro de Valdivia decide ponerle su propio nombre en un arrebato de entusiasmo. Valdivia se funda en lo que fue el alihuén más grande, concurrido y bello del sur, puesto que no se podían fundar ciudades sobre ciudades, porque no habían ciudades.

La Justicia entre los antiguos mapuche Los alihuenes también servían para hacer justicia, por lo general dictada por el patriarca (lonco) del linaje o bien, en caso de conflicto entre linajes, por algún viejo sabio respetado por todos, unulmen. Riqueza y sabiduría iban siempre emparejadas en el pensamiento mapuche. Pero la

justicia no contemplaba castigos sino simplemente compensaciones materiales; el homicidio no era castigado sino que se debía pagar por la muerte de tal o cual persona. Esta conducta era además apoyada por la idea del mal que tenían los mapuches, en el sentido de que la muerte natural o por enfermedad no existía sino que siempre se la tribuía a alguien que había hecho daño (calcu). Tal daño era a veces un envenenamiento por medio de la comida o la bebida, pero también se creía en el daño inmaterial, por medio de la palabra por ejemplo, o del pensamiento. La justicia la resolvían los loncos en una sola asamblea donde acusado y acusador se reunían y discutían; se señala la presencia de “abogados”, o pleiteros, especialistas en defender o en acusar. La apelación no existía y el cacique juzgaba en una sola sesión. A veces se necesitaba la presencia de un adivino, que por medio del trance o del examen de vísceras determinaba las culpabilidades. Se mencionan sin embargo algunos rasgos de crueldad, como cuando se relata lo que acontecía a los delincuentes en los rehues: al ladrón, al raptor o al asesino se lo multaba casi siempre con animales: por ejemplo 3 ovejas debían ser comidas en la reunión y otras dos debían pasar al afectado; lo cruel es que cuando el delincuente no tenía nada que ofrecer, según algunas crónicas, era ejecutado allí mismo. Lo mismo que si alguno no tenía bienes suficientes para pagar la esposa que compraba, quedaba obligado a entregar a la primera hija que ambos tuvieren de vuelta con el suegro.

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El Buen Vivir

E

Por Elsa Ruiz

n los últimos años ha surgido como alternativa una corriente de pensamiento que se conoce como “el Buen Vivir”, y que reivindica principios éticos y saberes tradicionales indígenas. La propuesta se inició en los pueblos kichwas del Pastaza a finales de la década del 90, como una propuesta para organizar su plan de vida y el manejo de su territorio, desde su propia cosmovisión . No obstante, es un principio que integra la cosmovisión de varias culturas. Por lo tanto, el Buen Vivir puede ser entendido como una plataforma de pensamiento intercultural en construcción, que mira hacia el futuro para construir alternativas al Desarrollo… El desarrollo”, en su concepción occidental y moderna, es un término que no forma parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas. Y sería difícil afirmar que las promesas del desarrollo se han traducido en beneficios para los Pueblos Indígenas. El caricaturista Drem Gingburg lo ilustra en su libro “Allá vamos, otra veAndrés Nuningo, Huambisa de la Amazonía Peruana, lo relata de esta manera:“En mi tierra yo me levantaba tranquilo por la mañana….mi casa estaba aislada, rodeada de mis Chacras y del monte. Con toda paz me quedaba mirando la naturaleza inmensa del río Santiago, mientras mi señora preparaba el fuego. Me refrescaba en el río y salía con la canoa ´para traer algunos cunchis o mojarras. Sin preocuparme de la hora, regresaba. Mi señora me recibía contenta, preparaba los pescados y me daba mi cuñushca (bebida de yuca), mientras me calentaba junto al fuego…

...Ahora, con el desarrollo la cosa cambia. Hay horas por la mañana para el trabajo. Trabajamos los cultivos de arroz hasta tarde y volvemos a la casa sin sal.

En la cultura Aymara El “ Suma Qamaña (Vivir y convivir bien) es el ideal buscado por el hombre y la mujer andina, traducido como plenitud de la vida, el bienestar social, económico y político que los pueblos anhelan: El desarrollo pleno de los pueblos. El QamiramañaQapha (Dulzura de ser siendo) se refiere a la riqueza de la vida, tanto en aspectos materiakes como esperituales. La dificultad y bienestar de uno mismos y el ben corazón. La reivindicación de un modelo de vida frente a la imposición colonial de estilos de desarrollo occidentales. El Vivir Bien es recuperar la vivencia de nuestros pueblos, recuperar la cultura de la vida y recuperar nuestra vida en completa armonía y respeto mutuos con la madre naturaleza, con la Pachamama, donde todo es vida, donde todos somos uywas, criados de la naturaleza y del cosmos. Todos somos parte de la naturaleza y no hay nada separado y son nuestros hermanos desde las plantas a los cerros David Choquehuan

En la cultura Kichwa el principio “Suma Causa” (Vida en armonía) orienta la interrelación al interior de la sociedad quichua y de éstab con la naturaleza. Significa vivir en armonía en las relaciones sociales, es decir entre todos los miembros de ayllu y con los ayllus de la comunidad, y entre los ayllus y el pueblo runa de Pastaza. Vivir en armonía con la naturaleza, con los dioses, y los espiritus protectores de las vidas existentes en la tierra, los bosques, los ríos y las lagunas Pueblo Kichwa de Postaza En la cultura Guaraní el NandeReko (modo se ser) expresa una serie de virtudes como la libertad, felicidad, el festejo en la comunidad, la reciprocidad yel convite. Tdos articuldos a la búsqueda de la tierra sin mal. En la cultura Ashuar de Ecuador el “Shi-

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ieWaras” (buen vivir) se entiende como una paz doméstica y una vida armoniosa incluyendo un estado de equilibrio con la naturaleza. En la Cultura Kuna de Panamá El BaluWala (buen vivir) es el eje filosófico del pensamiento y actuación individual y colectiva de los pueblos indígenas, implica una relación indisoluble e interdependiente entre el universo, la naturaleza y la humanidad, donde se configura una base ética y moral favorable al medio ambiente, el desarrollo y de la sociedad donde se manifiestan y se hacen necesarios la armonía, el respeto y el equilibrio. “BaluWala” significa árbol de sal, y se refiere a la preparación de una nueva relación entre la Madre Tierra y el ser humano. Y establece relaciones políticas, económicas, sociales, con respeto y equidad. Fortalece sistemas de organización dirigidos a la producción comunitaria en el marco del modelo de economía indígena para mejorar la calidad de vida hacia un buen vivir. Así el BaluWala se nutre de los cimientos y el propio conocimiento, se formulan herramientas de trabajo en donde la comunidad expresa su visión de futuro a partir de la lectura de pasado y su presente, para mirar hacia el futuro. En todas estas culturas, la filosofía del Buen Vivir tiene ciertos elementos en común: Una ética diferente que asigna otros valores a nuestro mundo: Lo que nos rodea deja de ser visto como mercancía, para tener otros valores espirituales, afectivos, y relativos a las vivencias de alegría o tristeza. La calidad de 54

vida o bienestar no depende de la posesión de bienes materiales o ingresos, sino de la felicidad y el buen vivir espiritual. La diversidad de los saberes: No se privilegia un saber dominante, sino el encuentro de culturas. Una diversidad de saberes son reconocidos y respetados, sin otorgarles jerarquías. Otro concepto de Naturaleza: En la cosmovisión del Buen Vivir, la Naturaleza deja de ser un objeto de valor para ser un sujeto. El Buen Vivir cuestiona la separación entre Sociedad y Naturaleza, y los plantea como una unidad. La naturaleza no es externa a las personas, ni puede ser manipulada y apropiada como mercancía. El ser humano es un integrante de la trama de la vida, Comunidades ampliadas: Las comunidades no están integradas únicamente por personas, sino también por seres y elementos no humanos (animales, plantas, agua, tierra, y espíritus. En Bolivia, la Constitución Nacional (2009) declara en su Art. 8 que “se asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), tekokavi (vida buena), ivimaraei (tierra sin mal) y qhapajñan (camino o vida noble)”. El Vivir Bien se plantea como un principio de igual jerarquía que la igualdad, la libertad y la equidad social. La carta magna señala que el “modelo económico boliviano es plural y orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien” (Art. 306), y que está

orientado a “la generación de producto social, la redistribución justa de la riqueza, el industrializar los recursos naturales, etc.” (Art. 313) En Ecuador, el Buen Vivir se incluye en la Constitución Nacional (2008) como un conjunto de derechos, incluidos los Derechos de la Naturaleza (Art. 72), que son reconocidos por primera vez en la historia de la humanidad . La Constitución dedica una sección al “Régimen del Buen Vivir”, en la que el régimen de desarrollo se define como “el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la realización del buen vivir, del SumakKawsay” (art. 275). Dicho régimen se expresa en las áreas del trabajo, y de las soberanías alimentaria, económica y energética. De hecho, el Gobierno ecuatoriano desarrolló un Plan Nacional para el Buen Vivir para el período 2009-2013, que plasma el Buen Vivir en medidas concretas. Esencialmente, propone una nueva forma de economía en la que los recursos naturales, la tierra y el agua, el acceso a créditos, sean servicios de orden público. Sin embargo, mantiene el extractivismo (minería, petróleo y monocultivos) como instrumento de desarrollo convencional para acumular recursos. Algunos autores (Eduardo Gudynas y Alberto Acosta (2011) ) consideran que esta es una contradicción inevitable, con la filosofía del Buen vivir que cuestiona que los recursos naturales son limitados, tal como las capacidades de los ecosistemas de lidiar con los impactos ambientales.

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