BRAZALETE EMBLEMA

Tonalidades vibrantes y materiales preciosos: el brazalete “Bone”, una de las piezas más emblemáticas de Elsa Peretti para Tiffany & Co., revela todo su refinamiento en una versión que celebra su 50º aniversario. El mito. Peretti no era una desconocida cuando entró a formar parte de la marca en la década del 70. Tenía 30 años y un bagaje creativo forjado en Italia, donde había estudiado diseño de interiores. Luego, en Barcelona, se transformó en el corazón de un salón cultural frecuentado por artistas excepcionales como Salvador Dalí. Cuando se mudó a Nueva York, Halston la hizo su musa y se la presentó al presidente de Tiffany & Co., que la sumó a sus filas con un contrato de exclusividad. Nunca se arrepintió: las creaciones sensuales, orgánicas y esculturales de Peretti mantuvieron intacto su poder de seducción mucho tiempo después de su concepción. Los secretos. El brazalete surge de distintas fuentes de inspiración que marcaron la vida de Peretti. Sus admiradores insisten en que los huesos fascinaron a la diseñadora desde edad muy temprana, no por su aspecto macabro sino por sus formas insólitas. La visita que realizó de niña a una iglesia capuchina del siglo XVII en Roma fue decisiva: parte de la cripta estaba decorada con huesos humanos. No es secreta su admiración por el modernismo catalán del que Gaudí era un exponente: basta pensar en la Casa Milà, que combina el decorativismo naturalista y el uso del arco catenario. El savoir-faire. Diseñado hace más de medio siglo, “Bone” revela su modernidad atemporal en una edición limitada que se reinventa con nuevos colores. El sofisticado diseño del joyero estadounidense se muestra en la flexibilidad con que se adapta a la muñeca. Los nuevos modelos son en plata maciza, jade negro o turquesa, oro 18 quilates y jade verde. n