Galería de arte. Volumen - 1

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GALERÍA DE ARTE FACULTAD DE LIBRE EXPRESIÓN



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DEL 6 AL 12 DE FEBRERO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Cuidemos nuestras familias

El silencio de la ´Excelencia´

ANTONIO GARCÍA-BERBEL (PÁRROCO DE SAN PEDRO)

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esús de Nazareth nació en un pueblecito a las afueras del gran Imperio, y desde allí inició la más buena y santa historia. Jesús nació, creció y se educó en una familia.

Jesús pudo venir a la tierra de forma espectacular, como un guerrero, o como un emperador, como un héroe. Vino como el hijo de una familia, en una familia. Dios formó la familia en la que Él mismo nació. Dios, que es Amor, eligió la familia para nacer, porque la familia humana, formada por un padre y una madre, es la institución natural mejor diseñada para generar amor. La familia es el sujeto social soberano. Los hijos son el fruto del amor de un padre y una madre. Lo natural en una familia normalmente constituida es que haya un flujo ininterrumpido, constante, estable, creciente y duradero de amor entre sus miembros, porque la familia es el único lugar en el que una persona es capaz de decirle a otra: "te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz" La familia auténtica es la única institución que funciona. Las madres tienen una función imprescindible en la familia y en la sociedad, y sin embargo, a veces no son lo suficientemente consideradas en su papel central. Las ideologías han jugado una mala pasada a la feminidad, en ocasiones, deshumanizándola. Las madres son un ejemplo de disponibilidad para sacrificarse por sus hijos. Las madres son el antídoto más potente contra la propagación del individualismo egoísta: individuo quiere decir ‘que no se puede dividir’. Las madres se ‘dividen', desde el momento en que dan a luz un hijo al mundo y lo acompañan en su crecimiento. Las madres de familia viven un "martirio materno". Una sociedad sin madres es una sociedad inhumana, porque las madres siempre saben cómo dar testimonio, incluso en los peores momentos, de la ternura, de la dedicación, de la fuerza moral. La figura paterna, es igualmente esencial en la familia. La ausencia de la figura paterna en la vida de niños y jóvenes produce lagunas y lesiones que pueden llegar a ser muy graves. Es importante que el padre sepa bien qué lugar ocupa en la familia, sobre todo en lo relativo a la educación de los hijos. La familia que verdaderamente lo es, es decir, la que se funda en un matrimonio entre un hombre y una mujer, es por naturaleza una fuente incesante de amor. En cualquier persona equilibrada y bien constituida, al mirar su vida, las mayores alegrías son alegrías familiares. En la familia real, también hay perdón; todo es perdonable. Paradójicamente, el matrimonio y la familia son continuamente atacados. Es una emergencia pastoral defender los valores del matrimonio y la familia. Se ha inyectado en el corazón de la sociedad un “activo tóxico” que ha ido produciendo su efecto devastador logrando que muchas personas hayan perdido el sentido del matrimonio y la familia, eclipsando la esencia de la institución por construcciones ideológicas en ocasiones aberrantes. En nuestra cultura europea de raíces cristianas se ha producido, en un corto periodo de tiempo, un efecto no previsto ni deseado, como es la secularización o mundanización del ámbito más sagrado de la sociedad: el matrimonio y la familia. Hace unos años, en un programa de televisión de Estados Unidos oí la siguiente afirmación: "si los niños tuvieran voto, no habría divorcio en este país". Los experimentos de ingeniería jurídica a los que se somete la familia pueden ser auténticas bombas atómicas del tejido social y económico. Un principio mollar del matrimonio es que este vínculo sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no depende de la decisión humana. La importancia de la familia no es sólo, como explicaba Chesterton con ironía, porque "no es una oficina ni un comercio ni una fábrica el lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen", sino también porque Dios creó la familia para nacer y vivir en ella. El Enmanuel, el Dios con nosotros, que nació en el hogar de Nazareth, vive en nuestras familias. El camino de retorno para recomponer este panorama cultural comienza volviendo la mirada al Creador para redescubrir su acción en la familia, en el santuario del amor y de la vida, allí donde se encuentra la fuente del sentido de la existencia. Dios permanecerá en nosotros, si, hoy, al llegar a casa, procuramos amar a nuestras familias.

CARLOS JORKARELI ienvenidos/as:

En este estreno de libre expresión quiero dar la bienvenida a cuantos asomándose a este humilde pero fundado espectro de pareceres sobre las múltiples realidades que nos asaltan día a día, con el beneplácito del medio sobre el que se sustenta, puedan encontrar variables de opinión, puntos de vista o experiencias, basados en la inquietud endémica del autor: la creación. Pretender rebasar los límites de la prudencia, tanto literaria como contextual, no es el objetivo. Pero tampoco lo es la indeterminación. Justo al contrario. Es el determinante por necesario sentido de la pluralidad lo que invita a abrir ventanas y puertas si fuera necesario para alentar esperanzas, acotar puntuaciones o simplemente reseñar aquellas virtudes de las que la vida nos nutre y que pasan desapercibidas como el agua en sus orígenes, salvo para quienes de forma cierta buscan sus manantiales. Espero complacer más que ahuyentar, discernir más que juzgar y alimentar más que comer. Al fin y al cabo todos somos al mismo tiempo alimento y comensal. Por ello, la mesa siempre estará servida. Bienvenidos/as. El autor. El silencio de la ‘Excelencia’ La virtud en las actividades humanas, suele marcar diferencia. Es la virtud precisamente la que propicia inducción a un grado máximo al abordar cualquier iniciativa o proceso creativo dentro de las actividades del conocimiento, las artes y las ciencias. Los términos de bondad relacionados con las áreas más significativas de la condición humana normalmente vienen precedidos, asistidos y desarrollados por sustantivos pertenecientes a lo mejor de las personas, sin los cuales aquéllos no podrían darse. Construir con dedicación, conocimiento, perseverancia y pasión, ofrece resultados cuyos visos de éxito impregnan de excelencia lo que todos y cada uno de estos términos ocupan en extensión. Entender como Excelencia la ‘superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo’, hace necesario un medio calificador que propicie título al sujeto, dotándolo de visibilidad en su naturaleza. Tal reconocimiento, aunque objetivo en sí mismo, a veces es disimulado por la miopía del ´medio´ para con el propio actor/a en su callada tarea que, contra viento y marea, hace su trabajo de forma silenciosa, porque su idiosincrasia y profesionalidad llama a no hacerlo de otra manera. Trabajar con personas y procurar, en el desarrollo de la materia didáctica, inducirlas al conocimiento de sí mismas, su libre expresión, emancipación lingüística, externalización de sus sentimientos, evolución emotiva y otras ‘virtudes’ que ciertas áreas de las artes conllevan, no le es dado a cualquiera. Si además estas personas se insertan en tipologías humanas con síndromes específicos de dificultad, ya sea motora, psicológica, emocional, afectiva, cognitiva o similares, la estimulación, vitalización y ordenamiento de sus facultades hacia la inserción en la actividad de forma que les repercuta de manera expresa en la naturalización de la convivencia, afirmación de su autoestima e inclusión social, es, cuando

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menos, digno de atención, mención y honorabilidad. En ello hace falta aplicar capacidad y entrega, gran dosis de psicología interrelacional e individual y una madurez y conocimientos que normalmente se encuentran por encima de los escasos medios con que se cuenta en nuestro entorno. El teatro como materia técnica y su puesta en escena goza intrínsecamente de la excelencia de su condición. Su estudio y desarrollo reconocido y aplicado en diferentes esferas y profesiones para el aprendizaje de la modulación, ritmo, discurso, acentuación, movimiento, actitud, pose, contextualización, solvencia corporal…etc., deviene definitivamente en fuente de crecimiento personal además de constituir un gran medio de comunicación individual, social y artístico. El teatro es una de las artes cuya historia y evolución desde de sus orígenes ha venido reivindicando a través de sus más contemporáneas expresiones el fundamento de nuestra sociedad: la libre expresión. Es ésta intrínseca excelencia y no otra, la que acompaña irremisiblemente la evolución y socialización sana en la vida moderna. Más que oropeles, el teatro persigue una afirmación que por extensión y contenido, hace de la inmediatez una de las mejores ‘armas’ contra la incultura y discriminación, fomentando la diversificación del factor humano. Sin embargo la trivialidad en los análisis a los que en cierta manera la vida moderna nos invita, convierte la virtud en ‘pan’ desnaturalizado y estadístico, cuando en realidad debería ser materia obligada en las normativas oficiales de la educación. Eso sí, de mano de quienes por capacidad, honestidad y pasión vital, han decidido apostar su vida a la carta de una de las disciplinas artísticas y profesionales más bellas y más delicadas que existen. Entre otras razones por no estar catalogada precisamente como un bien cultural y educativo de primer orden. Eso no quita importancia, presencia ni eficiencia a un Arte, una ‘asignatura’ que sigue estando pendiente en el conjunto de la sociedad para los estamentos oficiales, cuya reconducción, análisis y puesta al día, sería motivo y termómetro de que el nivel cultural de un pueblo camina en la dirección apropiada. El reconocimiento de una labor educadora difícilmente se obtiene cuando lo que se cuestiona es lo cuantitativo. Es más lo cualitativo, su análisis, atención y discernimiento lo que puede ayudar a entrever lo que se cuece. Y para eso hay que detenerse a observar lo que está pasando entre aquellos que se benefician de la enseñanza. Esto conlleva necesariamente un estudio analítico del comportamiento personal y social de aquellos individuos que entran en relación con la actividad misma. Un cotejo de datos, cuya intimidad por tal, no es fácil de detectar sino por las personas más próximas en el entorno. Sin embardo se da. Se está produciendo. Se observa y se coteja por quien, fiel a quienes depositan su confianza, interés y continuidad, se mantiene alerta de lo que sucede día a día, digno muchas veces del mejor escenario por irrepetible, genial en su improvisación y testigo de la creación como acto colectivo en suma de voluntades y expansión de la personalidad individual. Hoy, aquí y ahora, en Arcos de la Frontera, de la mano de esta bella Arte Escénica hay quien, al mismo tiempo, trabaja con y para jóvenes, adultos y adultas, niños y niñas, y también personas con diferentes síndromes - entre ellos Down – instruyendo a un colectivo cuyo amplio espectro social cuantitativo y cualitativo, convierte su gestión en una suerte de Excelencia silenciosa pero no silenciada. Justo es reconocerlo.


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DEL 13 AL 19 DE FEBRERO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

La asignatura de religión

Ideología, palabra y acto

ANTONIO GARCÍA-BERBEL (PÁRROCO DE SAN PEDRO)

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a Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en materia de enseñanza de la Religión incumple el ordenamiento jurídico. Los padres tienen el derecho, reconocido en la Constitución, de que sus hijos reciban educación de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas (art. 27.3). La Religión es una asignatura tan importante y tan evaluable como cualquier otra. Algunos políticos, desde la ignorancia, defienden que al calificar la asignatura de Religión se incurre en una actividad discriminatoria, pues se evalúa en función de unas creencias que no son obligatorias. Este planteamiento es demagógico. El argumento es absurdo, meramente ideológico y no se fundamenta en ningún principio educativo. No hay inconveniente en mantener la asignatura de Religión con la carga lectiva que merece. En la clase de Religión no se evalúa la fe, ni la actitud religiosa de los alumnos; las calificaciones que reciben no dependen de si son -moralmente- buenos o malos, ni se les juzga si van a misa los domingos o no, o si cumplen mejor o peor el cuarto mandamiento de la Ley de Dios. Tampoco se evalúa en la clase de Ciencias Naturales el amor por la naturaleza de los alumnos, ni la conciencia ecológica que puedan tener, ni si van al campo los domingos en vez de jugar a la videoconsola, ni se les suspende porque hayan pescado truchas sin licencia. Tampoco la nota que les ponen en Educación para la Ciudadanía depende de que acudan a más o menos botellones en el fin de semana. En Religión, como en las demás asignaturas, se evalúan los conocimientos que el alumno posee y no la calidad de su vida cristiana. Estos nuevos planes de estudios construidos desde la ignorancia o las ideologías pueden provocar estragos. La mayor amenaza para este país es el control ideológico de la educación Los Acuerdos con la Santa Sede establecen que la clase de religión en la enseñanza preuniversitaria debe ser de oferta obligatoria por parte de los centros (son los alumnos los que pueden elegirla o no). Según el Real Decreto 1105/2015, de 26 de diciembre dispone que en la ESO y el Bachillerato la asignatura de Religión será opcional “en función de la regulación y de la programación de la oferta educativa que establezca cada Administración educativa y, en su caso, de la oferta de los centros docentes”. Cada comunidad autónoma decidirá si se imparte o no en su territorio. Este Real Decreto que desarrolla la LOMCE contradice los Acuerdos del Estado con la Santa Sede, que tiene rango de tratado internacional. La norma recién aprobada violenta el derecho fundamental de libertad religiosa y de culto asegurada en la Constitución. La Ley Orgánica 7/1980 de libertad religiosa garantiza nuestro derecho a profesar las creencias religiosas que libremente elijamos, o a no profesar ninguna; podemos cambiar de confesión o abandonar la que tenemos, manifestar libremente nuestras propias creencias religiosas, practicar los actos de culto y recibir asistencia religiosa de nuestra propia confesión; conmemorar las festividades, celebrar los ritos matrimoniales, recibir sepultura digna, sin discriminación por motivos religiosos. El Estado debe garantizar que se reciba e imparta enseñanza e información religiosa de toda índole, ya sea oralmente, por escrito o por cualquier otro procedimiento; los padres son quienes eligen para sus hijos la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. El Gobierno no puede convertirse en Padre de la Patria. El ataque a la libertad religiosa en España tuvo su avanzadilla tiempo atrás, cuando algunos entendieron que el crucifijo en las aulas era un atentado a la libertad de culto. Mantener el crucifijo en las aulas es un acto de respeto a la libertad de culto, y no un ataque. Desde la ideología laicista se propugna que las administraciones públicas deben distanciarse de cualquier opción religiosa para garantizar la neutralidad, y esto se ha de materializar en la renuncia a los símbolos religiosos. Curiosamente, estas personas, llenas de «santo celo» para quitar espacio a la libertad religiosa y a la enseñanza de la religión son quienes aspiran a que el Estado y las Comunidades Autónomas tengan poderes de intervención omnímodos que son explícitamente ideológicos, por ejemplo, en materias de educación, familia o salud, pretendiendo imponernos un sistema con tintes totalitarios o dictatoriales. La escritora judía Natalia Ginzburg argumenta de forma magistral y con gran sentido común la validez cultural de la presencia pública de símbolos cristianos. Explica que «para los católicos Jesucristo es el Hijo de Dios. Para los no católicos puede ser simplemente la imagen de uno que ha sido vendido, traicionado, martirizado y muerto en la cruz por amor de Dios y del prójimo. El ateo prescinde de la idea de Dios, pero conserva la del prójimo. Se dirá que muchos han sido vendidos, traicionados y martirizados por su fe, por el prójimo, por las generaciones futuras, y de ellos no hay señal en los muros de las escuelas. Es verdad, pero el crucifijo representa a todos, porque antes de Cristo nadie había dicho que todos los hombres son iguales, hermanos, todos, ricos y pobres, creyentes y no creyentes, hebreos y no hebreos, negros y blancos». El Gobierno no está legitimado para emprender una modificación encubierta de la Constitución Española, ni para trastocar por la vía de hecho el contenido de un derecho fundamental de los ciudadanos, como es la libertad religiosa.

CARLOS JORKARELI

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s propio de una sociedad evolucionada que todos los factores y actores que intervienen en la constitución del colectivo caminen hacia unos valores cuyo sentido común en primer lugar, leyes e ideología, sonrían al unísono. Cuestión poco despreciable, teniendo en cuenta la multiplicidad de factores, diversidad de opiniones e intereses que intervienen. En la actualidad y constriñéndonos al ámbito territorial, ya sea autonómico o nacional, los términos que acuñan el título del presente, forman parte de la realidad más candente, propiciando una amalgama de idas y venidas, asertos y rectificaciones, acusaciones y descalificaciones, que sin lugar a duda revierten aquel sentido común sobre el que se desearía caminar. Multiplicidad de ideologías tanto conocidas como emergentes configuran un mapa de razón o sin razón donde todos quieren llevarla, haciendo oídos sordos a las contradicciones, por evidentes, que desfiguran sus postulados. La ideología, como conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona o colectivo, ya sea de naturaleza política, social o cultural, encierra implícitamente el conocimiento y desarrollo de aquellas máximas que la sustentan. Y son éstas precisamente, a modo de premisas, las que dan lugar a las conclusiones que dibujan el marco y línea de actuación. En este sentido las hay bien definidas a tenor de los resultados. Verdes y amarillas, azules y rojas. De todos los colores. Lo más llamativo y confuso al mismo tiempo es que todas parecen, según cuentan, ser patrimonio de la verdad, equidad y justicia. Las ideologías que arrastran historia en el tiempo cuyos intereses más universales eran contrarios entre sí, parece como si quisieran confluir en una suerte de convivencia imposible, a la desesperada, como para no perder esa extensión y presencia geográfica que garantizaba legitimidad. La contradicción está servida. Pero antes que la contradicción está la coherencia, no tanto concomitante sino individual. Aquella que hace cierta la teoría o axioma sobre el que se sustenta el edificio que le da entidad y en el que se cobijan las esperanzas de quienes puedan encontrar un refugio cierto ante las variadísimas contingencias que el propio dinamismo de la sociedad conlleva. Siendo la palabra el medio de comunicación por excelencia, directo, educado a través del significado explícito en cuanto a contenido si lo hubiera, se presenta necesariamente como ente divulgativo de la ideología. Es, a través de la palabra, que nos expresamos en ideas, pensamientos y voluntades. Una forma inefable de dar cuerpo a cuanto somos, proponemos y deseamos. Una suerte de variable inequívoca de nuestra naturaleza, irrepetible en otras formas de vida conocidas y cuya consistencia y solidez no tiene parangón. Y es a través de ella que servimos ideología. La palabra sagrada no solo quiere referirse a las escrituras. No. Toda palabra es o podría ser sagrada. En ella y en su respeto se comprime o expande cuanto somos. Por lo tanto, será la palabra el vehículo sagrado – si se me permite – de comunicar cuantas ideas pudieran ser dignas de comunicarse. Pero parece que la dignidad no es moneda co-

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rriente. La palabra y su uso, muchas veces lo indica. Lejos de estar en el álgido punto de la escalera, desciende con demasiada frecuencia a los fondos inconfesos de la mentira, el engaño y la descalificación, en una suerte de arma arrojadiza que tiene como objeto el ostracismo y el ‘tú más’. Cuanta sinrazón podría evitarse si cuidáramos la palabra, para no convertirla a menudo en la más abyecta cerrazón de la comunicación. Más si cabe, cuando de forma consciente, calculada, interesada, manipulada, orientada en el partidismo, la desfiguramos hasta el ridículo. Así usada, no puede sino producir la confusión y la desconfianza. Pero la confusión no debería dar lugar el acto. Alguien afirmaba que ‘el pensamiento, sentimiento y acto en su correlación definían al SER completo’. Si los actos son la prolongación efectiva de lo que pensamos y decimos; si damos como cierto esto, no nos sorprenderá que sea a través de ellos que vengamos a resumir de manera inequívoca lo que somos. De igual manera pasa con las ideologías que mantienen los distintos grupos, sociedades o individuos, quienes de forma más o menos intermitente, periódica o hasta el hartazgo, intentan hoy día más que nunca, a través de los prolíficos medios de comunicación, convencer de ´y yo más´. Es imposible que una palabra pueda tener dos significados distantes. Y menos aún que su proyección lleve a actos diametralmente opuestos. Los resultados de la situación social, política y cultural en esta multicolor paleta de claroscuros corre el peligro de convertirse en color sucio. Aquel color que no expresa ni profundidad ni luminosidad. Neutro, impersonal, indecible en conclusión cromática. Es decir: desechable. La prudencia en la actitud no es posible si no existe en la palabra. Y menos aún si el resultado en acto no se corresponde con las anteriores. Cuando de forma reiterada se viene contradiciendo, tergiversando y manipulando la palabra, el acto ofrece una realidad lejos de cualquier virtud. Pero ello no es trivial. Al contrario, suele ser en muchos casos dramática e injustamente determinante. No hace falta nada más que asomarse un poco por la ventana, subirse al tranvía del día a día o sumergirse en el suburbano de lo aparente. Una inquisitoria por necesaria pregunta acerca de verdad en ideologías tiene sentido hoy más que nunca. Se hace más perentoria por urgente. Es imprescindible. Una revisión de la palabra en todo cuando se dice, debería ser, definitivamente, la perenne asignatura a aprobar, revisar y reestudiar por la mujer y hombre político. Debería de ser el libro de cabecera, la almohada del descanso, la alarma de la incongruencia. Una revisión de la ideología de la mujer y hombre político, debería ser la cara de la dignidad en su correspondencia con sus asertos acerca de la igualdad, equidad y justicia en todos y cada uno de sus axiomas, recitados cada noche al irse a dormir. Una revisión del acto debería ofrecer la conclusión de que la ideología, acompañada de las palabras, influye de manera acertada, conveniente y sobre todo responsable en el resultado, y éste con las necesidades de sus destinatarios. Mientas esto no se produzca, los síntomas en ejemplo y actitud seguirán siendo correlación de aquella confusión de la que hablábamos. Lo contrario es claridad. Mejor aún: verdad.


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DEL 20 AL 26 DE FEBRERO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Cuaresma

Arte y artilugio

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omo es sabido, el pasado miércoles comenzaba la Santa Cuaresma, por ello, queremos tener presentes las palabras de nuestro Obispo d. José Mazuelos de su carta pastoral de la Cuaresma.

En ella, el pastor diocesano nos indica que “El Año Litúrgico, esa sabia institución de la Iglesia, que nos hace meditar en el Misterio de Cristo paso a paso, nos vuelve a traer el santo tiempo de Cuaresma, periodo de cuarenta días en los que la Iglesia insiste en la oración, la penitencia y las buenas obras como preparación a la celebración del Triduo Pascual de la Pasión y Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.” Mazuelos habla de la Cuaresma como tiempo de preparación para recibir el Bautismo de la Pascua, indicando que “La Iglesia cayó muy pronto en la cuenta de la necesidad de una instrucción y preparación previa al Bautismo y a lo largo de los siglos II-III se difundió y consolidó en la Iglesia el catecumenado, un periodo, de duración indefinida, muchas veces largo, de preparación al bautismo, en el cual el catecúmeno, además de aprender los principales misterios de la fe, tenía que demostrar una sólida voluntad de vivir a partir del Bautismo como cristiano, como verdadero discípulo de Cristo. Los cristianos tenían muy claro que no se nacía cristiano, había que hacerse (Tertuliano, Apologeticum 18, 4). El catecumenado tenía una fase final, y éste era la Cuaresma, tiempo en el que examinados los catecúmenos acerca de sus disposiciones y verdaderos propósitos podían ser elegidos para ser bautizados en la Pascua, meta de toda la actividad religiosa cuaresmal”. Además, continúa hablando de un tiempo para acompañar a Cristo en su subida a Jerusalén, indicando que “en el Misal llamado de San Pío V se celebraban tres domingos, preparatorios de la Cuaresma, el último de ellos se llamaba Quincuagésima, y en él se tomaba el pasaje evangélico en que Jesús, tomando aparte a los doce apóstoles les advirtió: “He aquí que subimos a Jerusalén, y se cumplirá todo cuanto escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre: será entregado a los gentiles, y será escarnecido y azotado y escupido, y tras haberle flagelado lo matarán, pero al tercer día resucitará.” (Lc 18, 31-34). Vemos que el Señor Jesús con sus apóstoles emprendió una subida a Jerusalén, donde le esperaba su pasión y muerte. La vida de la Iglesia es la vida de Cristo, por eso, en la liturgia, el pueblo de Dios celebra y vive espiritualmente con Cristo la subida a Jerusalén, oyéndolo en la lectura del Santo Evangelio de cada día. Quiero pues, aconsejar a todos los fieles que este año emprendan con fervor esta peregrinación espiritual y mística que es la Cuaresma teniendo ya desde el principio los ojos puestos en el Monte Calvario, lugar de la Redención, y a donde nosotros tenemos que llegar cargando cada uno con nuestra cruz de cada día para así entrar también con Él en su Resurrección gloriosa. La Cuaresma es un tiempo de gracia y santificación, por eso quien vive intensamente este periodo sale espiritualmente transformado en el Señor.

“El catecumenado tenía una fase final, y éste era la Cuaresma, tiempo en el que examinados los catecúmenos acerca de sus disposiciones y verdaderos propósitos podían ser elegidos para ser bautizados en la Pascua, meta de toda la actividad religiosa cuaresmal”. Por ello, el Obispo de Asidonia- Jerez se refiere en su carta pastoral a la Cuaresma en las SSEE y en la tradición, además, se refiere a la Cuaresma “como tiempo de combate. Vencemos con las armas de la oración, ayuno y limosna” resaltando que “La Cuaresma nos trae algo que mundo, demonio y carne están empeñados en arrebatarnos: el sentido del pecado. En la medida en que se ha eclipsado a Dios en nuestra sociedad, también se ha diluido la idea de pecado, pero, en la medida en que dejemos entrar en nosotros la luz de Cristo, podremos ver con su claridad nuestra miseria y falta de gratitud ante la misericordia infinita de nuestro Dios. Entonces sabremos que somos pecadores necesitados de redención”. Por ello, invita a los cristianos a utilizar el arma de la oración, arma del ayuno y el arma de la limosna. Una carta pastoral, que nuestro Obispo cierra con el siguiente deseo “ofrezco modestamente estas reflexiones al clero, religiosos y fieles de nuestra Diócesis con la sola intención de animarles a vivir intensamente la Santa Cuaresma. Invito a todos a confesar, a recibir la sagrada comunión cada domingo, y a los que puedan, a acudir cada día a la santa misa, e impregnarse del mensaje que sus oraciones y lecturas contienen para todos nosotros. Que el Señor os bendiga como yo os bendigo afectísimamente en el Señor. Encomendaos a la Virgen María, Madre y Refugio de los pecadores”. Pues, que esta reflexión nos ayude a todos los cristianos a vivir una Santa Cuaresma, para esperar con humildad el Triduo Pascual de la Pasión y Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

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Igualmente, aunque parece ser que después retractado a través de una nota de la Real Academia de las Bellas Artes inglesa, su colega David Hocney pone en tela de juicio las actitudes “negreras” del mencional negro no solo es la ausencia de color o el a do Hirst. Para el que escribe no hay duda. veces peyorativo e injustificado epíteto de una Precisamente la polémica es lo que alimenta la esraza; es también, en su acepción literaria, el que de una forma anónima escribe para algu- peculación que, en definitiva, viene a ser prioritaria en una actividad presuntamente artística en el caso na firma famosa que pone después, eso: la firma. En el arte también existen “negros” que no ayu- que referimos (como otros) acercándose más a la dantes como sería el caso del Michel Ángelo Bouna- rueda desquiciada de los números que a su esencia. Estamos acostumbrados en la era de la mentira, rroti, para quien la famosa obra de la Capilla Sixtina se hubiera convertido en un ejercicio interminable como la denominara Saramago a la presente, a todo tipo de artilugios vulneradores del mínimo sentido si solo hubiera contado con sus dos manos. Los ayudantes son otra cosa. Son aquellos que, en común, valor o aquiescente comparativo que nos perlas diferentes disciplinas, siguen las instrucciones de mita dilucidar a quien se le ofrece el apelativo “gransus maestros y desbastan, fondean, trazan líneas com- de” y en función de qué. Hoy, cuando los medios de comunicación se hapositivas en relación al modelo original o simplemente preparan las recetas personales que el maestro cen eco de la inversionista y no menos auto dirigida deflación artística, consistente una vez más en desaplica. pistar nuevamente al personal sobre el concepto y la Los negros en el arte son ausencia de color. El color, por contraposición, no sólo es la más o idea, convenientemente acunada por aquellas entimenos acertada combinación de la gama cromática, dades de caudales sin escrúpulos, el Arte permanela virginidad de lo límpido, o la proporción divina ce. Si deshumanizamos el arte haciendo que la cadeobtenida de un cálculo matemático de investigación. En arte, el color, es mucho más y tiene que ver, entre na de producción sea la pauta que establece la relaotros, con el estado, la visión, el temperamento, la ción obra- espectador, y si el marketing y la excentriangustia o la intuición del actor. Todos ellos térmi- cidad ponen precio a la obra, el alma se pierde. Dudo sinceramente que a todo se le pueda denonos que por concernientes al ámbito de lo personal, volátiles por no asequibles en el mercado de abastos, minar Arte. Si bien, a veces, surge la tentación de poner palase presentan o no. Y es en esa especie de catarsis o destilación de aque- bras a lo indescifrable. Y así, dentro del límite que las palabras en ocasiollos intransferibles términos en la que se reúne el conocimiento y la personal acción del artista, se va cons- nes nos impone, sin lograr abarcar todo su significatruyendo lo que se podría venir a denominar obra do, o, por el contrario, queriéndolo abarcar donde la imprecisión del mismo no alcanza, nos empeñade arte. De otro lado, como sucede habitualmente en las mos en definir el ARTE, con el riesgo de convertirlo diferentes parcelas de la vida, la desaprensión y fa- en un mero anuncio publicitario. Fuera de cuadrículas que a nadie enriquecen, pergocitación de lo dignamente insustentable se abre vive en la pretensión de su definición el espíritu que camino: el artilugio. Para poner un ejemplo y sin que sirva de prece- lo alimenta: la necesidad interior de expresar, abardente, aunque la opinión personal cuenta en este car, conocer y trasladar al soporte, en el mejor de los caso, los hay quien citan literalmente a los ´negros´ casos, la utopía de la belleza y la necesidad de un munque utilizan diciendo: “Ellos lo hacen mejor que yo. do mejor. En plástica, por ejemplo, dentro de la pureza que Yo me aburro, me vuelvo impaciente”. Y ese es Dasignifica el blanco de la mien Hirst. tela o papel, todo es poSeudo artista prosible. Solo la libertad penso a colocarse un “Si deshumanizamos el arte haciendo que la cigarrillo en el pene cadena de producción sea la pauta que establece augura el mejor de los resultados. delante de los perioMientras, en esa didistas, ir armando la relación obra- espectador, y si el marketing y la excentricidad ponen precio a la obra, el alma cotomía que represengresca, o poner a una ta la creencia en el ho´Pareja follando dos se pierde” rizonte infinito hacia veces´ en formaldeel que se aspira y la inhido - y con perdón por ser literal -, no justifica por sí el acceso al olimpo mediatez de lo cotidiano, el ARTISTA se desenvuelde las vanidades que constituye una firma como es ve entre lo que imagina y trata de dar forma, proveSotheby's, quien primero le entronaría y destrona- niente de aquellos mundos ignotos y etéreos que el ría posteriormente. O su otra firma, Gagosian, la que humano, en su confusión inmediata, desmitifica y a base de talonario le proporcionaría exposiciones descalifica por irreverente. Fuera del tiempo que marca las horas de la superpor las salas y centros más prestigiosos del circuito. La sobredosis en artilugio suele ser el pasto de quie- vivencia, o mejor en un estado permanente de actines sienten la predilección por las primeras filas chic tud ensoñadora y espacios indefinidos, surge la gnoo del ´frikismo´ más ajado. sis. Proveniente de la nada o de lo eterno, siempre Hay una pregunta que hacerse, al menos para quie- existente y difícilmente declarada, su cualidad abre nes aún pudieran sustentar la idea y el sentimiento aquella puerta que posibilita la creación. del Arte como algo más humano, delicado y hasta a Aquellos espacios, propios de las mentes despierveces sublime: ¿que tuvo que hacer el señorito Hisrt tas, son accesibles a quienes caminan en el filo de la para acceder a ese Olimpo de subastas multimillo- montaña, donde un pie apoyado no significa tener narias de un plumazo?. asentado el otro, alcanzando en el equilibrio visua¿Arte, o artilugio? lizar las dos caras de la verdad. Algunos destacados nombres hacen referencia al La observación como conocimiento, el silencio fenómeno Hirst, como Álvaro Pombo, a quien “la como medio, la mano como ejecutora y el corazón falta de empatía le mata”, indicando que no a todos como sensor, suelen ser axiomas proclives a la creales pasa desapercibido el movimiento artístico actual. ción. El arte frente al artilugio.

CARLOS JORKARELI

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DEL 27 DE FEBRERO AL 5 DE MARZO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

“Este esmi HijoAmado: ¡escuchadlo!”

Defender la esperanza

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n año más, como cada segundo domingo de cuaresma, se nos invita a meditar en el relato de la transfiguración de Jesús. El pasaje, cargado de referencias al Antiguo Testamento, nos advierte que no se trata de un hecho histórico. Jesús y tres de sus discípulos, suben a una “montaña alta” a orar y es allí donde se confirma que en el Maestro, en el hombre, en la humanidad, se encuentra el mismo Dios. No hay ya que buscarlo en cimas alejadas, en jerarquías y estamentos desfasados. La mujer y el hombre son el lugar en el que Dios se nos manifiesta plenamente. El fragmento de este domingo dirige nuestra mirada a una de las páginas más bellas y dramáticas de la Escritura: el así llamado sacrificio de Isaac. Toda la escena es profundamente significativa. Dos intereses principales conviene resaltar: en primer lugar, la declaración solemne de que Dios no quiere sacrificios humanos como se daba en las otras formas religiosas del entorno; en segundo lugar, proclamar que El es el centro de la historia y dueño de la vida y que desde él tiene valor todo. Isaac no fue sacrificado porque Dios no buscaba su vida. Recuérdese igualmente que este relato es un tipo (anuncio a través de una persona) del sacrificio pascual de Jesús. El capítulo 8 de la Carta a los Romanos suele entenderse como una síntesis de la vida nueva en Cristo a través del Espíritu. Después del c. 7 en que Pablo, con un lenguaje plástico y profundo, narra la tragedia interior del hombre asaltado por el mal y deseoso del bien, este capítulo es la respuesta en positivo para quienes eligieron el bien a través de Cristo Jesús. Todo el capítulo es profundo en teología y experiencia cristiana. Este acontecimiento pertenece a lo que nosotros llamamos triple tradición, es decir, un acontecimiento del que nos dan testimonio los tres evangelistas. Todos los acontecimientos de la vida de Jesús son fiables, pero los que recogen los tres evangelistas gozan todavía de mayor valor. Y los tres, enmarcan este acontecimiento después de la confesión de Pedro en Cesárea y el primer gran anuncio de Jesús de su Pasión. Este anuncio, provocó en Pedro el rechazo asustado por el escándalo de la cruz. El relato de la Transfiguración de Marcos nos asoma a una experiencia intensa de Jesús con sus discípulos, camino de Jerusalén después de haber anunciado la pasión, para que esos discípulos puedan meterse de lleno en el camino y en la verdadera misión de Jesús. Los discípulos, o bien desean los primeros puestos del reino, o bien quieren quedarse en el monte de la gloria de la transfiguración, como Pedro. Jesús va al monte para orar y entrar en el misterio de lo que Dios le pide; desde esa experiencia de oración intensa puede iluminar su vida para saber que le espera lo peor, pero que Dios estará siempre con él. Es una escena importante y compleja que viene a ser decisiva en el desarrollo del evangelio y de la vida de Jesús que ahora ya mira a Jerusalén como meta de su vida. Tenemos que pensar que más que otra cosa, (aunque haya una experiencia histórica de Jesús y sus discípulos en un monte), esta escena es una construcción teológica del evangelista, con todas sus consecuencias. En Jn 12,28-30 encontramos una experiencia de este tipo. El relato, en una teofanía que abarca casi todo, tiene tres partes: a) vv.1-4 y b) vv. 5-8 y una conclusión c) vv.9-10 sobre el "secreto mesiánico", que es muy propio de Marcos y la pregunta de los discípulos sobre la resurrección de entre los muertos. Los personajes del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, están allí para respaldar precisamente la acción de Jesús. Y la voz misteriosa, entre las nubes, reafirma que, desde ahora, a quien hay que escuchar y seguir es a Jesús. Los elementos del relato nos muestran los símbolos especiales de las teofanías propias del AT. Pedro quiere quedarse, plantarse allí, haciendo tres tiendas, para Moisés, Elías y Jesús. El relato en sí es en el evangelio de Marcos el comienzo del viaje hacia Jerusalén. Y aunque no diga, como Lucas, que un profeta no puede "morir fuera de Jerusalén" viene a ser como el asomarse a la meta de la vida de Jesús: la resurrección. La decisión de Jesús de bajar del monte de la transfiguración y seguir caminando hacia Jerusalén, lugar de la Pasión, es la decisión irrevocable de transformar el mundo, la religión y la vida. Es verdad que eso le llevará a la muerte. Esa decisión tan audaz, como decisión de una misión que ahora se confirma en su experiencia con lo divino, con la voz del Padre, no le llevará directamente al triunfo, sino a la muerte. Pero el triunfo de la resurrección lo ha podido contemplar, a su manera, en ese contacto tan intenso con el misterio de Dios. Dios le ha revelado su futuro, la meta, la victoria de la vida sobre la muerte. Y ahí está su confianza para seguir su camino y hacer que le acompañen sus discípulos. Estos seguirán sin entenderlo, sin aceptarlo, preparándose o discutiendo sobre un premio que no llegará de la forma que lo esperaban. Del cielo se ha oído un mandato: "escuchadlo", pero no lo escuchan porque su mentalidad es bien otra. Jesús los ha asomado un poco a la "gloria" de una vida nueva y distinta, pero no lo han entendido todavía. El relato, desde luego, es cristológico, (no hay duda!, pero Marcos también quiere que sea pedagógico para la comunidad: la vida verdadera no se goza "plantándose" en este mundo, en esta historia, en nuestros proyectos. Está en las manos de Dios.

jorkareli@gmail.com

paralelismo hacen más comprensible nuestro aserto, y a veces llegan a establecer que así como lo pequeño es a lo grande, lo de afuera es a lo de dentro. Es por eso que lo explicito acuna lo implícito. Y si uizá el agobio más que intermitente de titu- no somos capaces de ver el todo en las señales, prolares en los medios de comunicación, como bablemente estemos dejando pasar la oportunidad reflejo de la rabiosa realidad, nos lleva a ase- de reunirnos frente a la esperanza y reclamar que tanverar que el negro se adelanta al blanco - per- to el presente como el futuro inmediato requieren mítaseme una vez más el símil - fomentando el oscu- aquella plaza, ágora de discusión, donde la re-unión fomente la unidad en diversidad frente a la separaro en el mapa geo social. Hoy, cuando las buenas noticias no lo son y cuan- ción. Al fin y al cabo somos seres humanos. Aunque dido el mal o denuncia parece que asalta los poros de la piel sudada día a día en una suerte de pretendida ferentes, comunes. Seres únicos que reposamos en absorción ya imposible por saturada, deberíamos con- una misma naturaleza cuyas necesidades podrían residerar revertir la tendencia del pensamiento hacia sumirse en pocas palabras: vivir en y con dignidad. Esa dignidad vilipendiada en muchos casos en aras un punto de retorno. Estamos asistiendo a un panorama resultado de de espurios intereses particulares, como descompouna larga maceración de la insoportable levedad de sición de la justicia, avoca necesariamente a las lamenacción y responsabilidad del proceder frente a las dis- tables noticias a las que hacíamos referencia. Una sociedad se construye en acercamiento de patintas áreas de tránsito: social, económico, político y receres a través de la aplicación honorable de las ´recultural. Navegar según sopla el viento en cada momento glas del juego´. No se puede pretender que el lago tiene el disfrute de la impronta e incluso la apasionan- mantenga su superficie cristalina, cuando las piedras, te deriva en tumultuoso vaivén de marejadas impre- arrojadas en su superficie, desfiguran la imagen. Hoy se hace, más que nunca, necesario el cambio vistas. Una suerte de adrenalina a modo de adicción de conciencia. cuyas sensaciones parecen trasportarnos lejos. La colaboración frente a la competitividad no es Sin embargo no consiste en visitar países necesariamente distantes. Quizá consiste en asimilar, prac- utopía. Quizá sea la competencia, tan de moda, el origen de la separación. Aserto, por otro lado, un tanto ticar y concluir nuestras propias decisiones en la ceraventurado en los días que corren, donde parece que canía. Hay quienes piensan que lo institucional viene a lo que prima es todo lo contrario. Revitalizar la esperanza. Defender el futuro en el ser un reflejo de lo social y que tenemos lo que nos merecemos. Dicho sofisma parece intentar sobornar presente. Comprender que en la precariedad se enla eterna cuestión que habla del huevo y la gallina en cierra el poder de la voz que reclama la equidad y bienestar como inicio de un nuevo ciclo, necesario más su orden de aparición. No obstante, es esta maravillosa diversificación co- que posible, propiciando así el movimiento hacia su lectiva la que, en el transido mundo, revela a modo objetivo. Es por ello que los símbolos pasan a formar parte de denuncia, alzando manos o confrontando pareceres, propuestas destinadas a la justicia social como del ideario y recordatorio de qué está pasando para fuente de inspiración y convivencia pacífica, donde transformarlo. Es por ello que los mensajes en multitud de ocasioel vicio, engaño o tergiversación de la verdad no tennes ofrecen el sentido y presencia necesaria para no gan cabida. Podríamos llamarla esperanza. quedarse estacionado en la oscuridad obviando la idea ¿Qué hacemos con ella? A vuela pluma, esperanza viene a decir deseo de un planteada, construida y ejecutada para el decoro de un espacio común de obligado mantenimiento por futuro mejor. También es nombre de mujer. quien a través de las inLa mitología griefraestructuras establega ya hablaba, en acto cidas deben acometer del dios supremo, de “Hay quienes piensan que lo institucional viene la esperanza, cuando a ser un reflejo de lo social y que tenemos lo que las obras y servicios que reclama la comunidad. a Pandora – la primeReivindicar y defenra mujer creada por nos merecemos. Dicho sofisma parece intentar sobornar la eterna cuestión que habla del huevo der la esperanza frente Hefesto - , le fue enal abandono recuerda tregada por parte de y la gallina en su orden de aparición” la afirmativa que daba Zeus la ´pithos´ (tinatítulo al presente esquija ovalada) donde se vando al desengaño, perviviendo en el variado especescondían todos los males del mundo en venganza hacia Prometeo. Pandora, en un alarde de curiosidad tro de sonrisas que debería presidir nuestros días. Esos días que tendrían que ser vinculados a la conla abrió y todos los males salieron. Solo permaneció en su fondo Elpis, el espíritu de la Esperanza. La mis- fluencia, a la cooperación y sobre todo a la memoria ma que en nuestros días sustenta al pueblo heleno, reciente de desespero que constituye la actualidad, en la que a fuerza de noticiar una vez más lo consabiorigen de nuestra cultura. De procedencia latina “sperans/spero” – esperar, do, casi es preferible acudir a aquella metáfora frenla Sperantia romana nos anticipaba un concepto bien te a tanta deslucida situación. Defender la esperanza es casi obligado en el trato adaptado a la perentoria necesidad actual. Trabajar en una misma dirección crea de manera diario, en la solidaridad, y sobre todo en la comprenirremediable la conciencia de colectivo. Y somos los sión de que la dignidad de las personas no pasa por la ciudadanos a quienes nos compete llamar la atención falta de recursos. Antes bien, pasa por la equitativa acsobre la obstinación del abandono. Una realidad que tuación de los órganos que suministran y cacarean los desafortunadamente hoy día se extiende sobre áreas principios de la ética como modus operandi y que devitales e irremisiblemente vinculantes a nuestro deve- berían ser el ejemplo de la comunidad. Será que la ´Elpis´ espera en el cajón con la curionir cotidiano y que no propicia precisamente aquel punto de encuentro y reunión a través del que seguir sidad como vigilante para salir del armario en el momento oportuno. Será que solo queda la esperanza. mejorando nuestra sociedad. Las metáforas, como forma de expresión, sirven Será que la esperanza no tiene vuelta atrás porque para establecer comparaciones de situaciones cuyo sabe que es el recurso final en el que se confía. ¡Será!.

CARLOS JORKARELI

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FEBRERO 2015 Galería de arte ©Carlos Jorkareli 2015


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