Galería de arte. Volumen - 6

Page 1

6

GALERÍA DE ARTE FACULTAD DE LIBRE EXPRESIÓN



información

3

DEL 3 AL 9 DE JULIO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Adopción por parte de homosexuales

Las dos mitades

E

A

n cuestiones de derechos, a todos nos gusta opinar; en realidad, todos tenemos “derecho” a hacerlo y nuestra opinión deberá ser respetada y escuchada porque es nuestro “derecho”; pero en cuestiones de menores, no se vale jugar con las palabras y nuestro derecho deberá quedar subordinado a su bienestar. Es irresponsable actuar con base en opiniones, y más cuando se trata de niños. Hay que actuar analizando todos los aspectos, porque la inocencia y la salud de un niño no son relativas, son reales; ellos son nuestro futuro. El primer aspecto sería ver que la adopción no tiene nada que ver con los derechos de las parejas. La adopción es un derecho del niño, el derecho del niño a crecer en familia. El hecho de que las parejas homosexuales no puedan tener hijos, no es resultado más que de la propia naturaleza de las mismas. La situación de las parejas no es relevante para esta decisión. “Mezclar la adopción con la reivindicación de posibles derechos de cualquier pareja, por justos que pudieran aparecer, cuando menos es confuso. La realidad es que su situación, problemas o reivindicaciones son improcedentes en este asunto”. (Cristina Alberdi, ministra española de Asuntos Sociales). Lo mismo que con todas las parejas, desear un hijo no te da el derecho a adoptarlo. De lo que se trata siempre, a la hora de evaluar una demanda de adopción frente a otras, es de ver que la pareja reúna las condiciones requeridas para que se le confíe ese niño. En la Convención de Derechos del Niño se establece la obligación de velar por el interés superior del niño. Así, el Estado que lo firma se compromete a procurarlo en todos los programas y políticas nacionales y locales relacionados con la infancia, así como actividades parlamentarias y administrativas. Si bien habrá otros factores que analizar, es este interés superior del niño el fiel de la balanza que se ha de considerar en situaciones como: La separación del niño de sus padres, la privación del entorno familiar, la adopción, entre otras. (Ver Convención Internacional de los Derechos del Niño). La convención también nos indica que la legislación nacional y local deberá adecuarse a este principio, lo que implica que en dicha legislación no deberán existir medidas que se contrapongan, tanto en aspectos generales como particulares.

“En cuestiones de menores, no se vale jugar con las palabras y nuestro derecho deberá quedar subordinado a su bienestar” Para finalizar, el artículo 20 de esta misma convención dice claramente: los niños que temporal o permanentemente se vean privados de su medio familiar o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia del Estado y éste garantizará el cuidado de esos niños. Para eso, el Estado deberá investigar a fondo y certificar como idóneas a las familias de sustitución antes de colocar a un niño en la misma. Si buscamos en el diccionario la palabra “idónea”, encontraremos lo siguiente: “que cumple mejor que ningún otro con los requisitos necesarios para un fin determinado, que es el más adecuado, que es el mejor para cierto propósito”. Puestos a buscar lo mejor para el niño, siempre se ha pensado que la situación óptima es la que reproduce la propia de una familia, con un padre y una madre, pues hay muchos aspectos de la personalidad, conducta y actitudes psicológicas que el niño debe aprender de cada sexo. Y si un niño adoptado tiene que superar ya una desventaja, ¿por qué complicarle más las cosas? Si bien, tu orientación sexual no te hace bueno o malo en automático, lo “idóneo”, como lo marca la convención internacional de derechos de los niños, no es ponerlos en esta situación. Los niños en adopción son pequeños que ya han sufrido un abandono o varios, que necesitan estabilidad, tienen derecho a ser entregados a personas que aseguren dentro de lo humanamente previsible su desarrollo y felicidad. El simple hecho de ponerlos en este experimento social que puede resultar o no, es irresponsable; y hacerlo para satisfacer unos presupuestos ideológicos es otra forma de explotación. Por estas razones, el legislar a favor de la adopción por parte de homosexuales va en contra de la Convención de los Derechos del Niño.

CARLOS JORKARELI veces podría parecer que somos bicéfalos. Dos cabezas distintas, dos formas de ver las cosas; ambivalencias cautivas en una sola realidad que vienen a soplarnos al oído por donde hemos de caminar, qué hacer, o cómo atajar ese círculo vicioso del que parece no sabemos o no queremos salir a dar el paso y seguir creciendo. Entre aquella realidad, la única, la de todos los días y el sueño, media una considerable distancia que muchas veces se hace infinita, asemejándose a aquellas carreras en las que, por falta de oxígeno, cansancio, desidia o simple destiempo la meta no llega. En la ensoñación solemos perdernos. Por el contrario y afortunadamente para algunos, el sueño – que no es estar dormido – es parcela de esperanza, es lo futurible, aquello que como posibilidad digna de alcanzar, en ocasiones se convierte en quimera y otras en realidad, consiguiendo así los fines propuestos. Esas dos mitades que aparecen sin venir a cuento, suelen ser el tira y afloja por el que solemos igualmente paralizarnos. En realidad queremos avanzar aunque el sentido de la flecha no indique la dirección correcta, o aunque el augurio de la experiencia no sea el idóneo. El movimiento es una virtud inherente a todas las cosas. Sin embargo seguimos parados. ´Entre la realidad y el sueño´, es decir, entremedias, entre dos aguas, no suele ser una situación ideal capaz de dirigirnos a ningún sitio. Más bien refleja un estado de duda, de indecisión, de apatía, de círculo vicioso casi inmovilizador, de ninguna parte. Entre blanco y negro; entre frío y caliente. Expresiones cuyo valor resultante adquiere una media proporción de color gris, de templado. Términos de indefinición más propensos a la ubicuidad que al posicionamiento y determinación. Ya lo decía Aquél: ´porque no eres ni frío ni caliente, te escupiré de mi boca´. Sin embargo, sí existe una realidad. Es la que se viste de piedra rubricada por siglos de existencia. Esa piedra que alberga no sólo actualidad, sino el espíritu de hombres y mujeres, niños, jóvenes, mayores, ricos y pobres, virtuosos y perversos que han venido jalonando la historia de la Ciudad, nuestra Ciudad, una

jorkareli@gmail.com

entre tantas que existen y cuyo curso, digno de conocerse y conservarse, ha de mirar al futuro prendido en la ensoñación y esperanza. Como el pan de cada día, la realidad suele aventajar al sueño. Y sin embargo, necesitando el primero, sin el segundo no podemos vivir. Lo evocamos, lo requerimos y añoramos como parte igualmente esencial de nuestra existencia. Habrá de crear conciencia. Habrá que mentalizar y mentalizarse de que aquella posición intermedia entre el sueño y la realidad o viceversa, ya no constituye la receta idónea capaz de representar lo que el natural movimiento de la vida propone. Habremos de creer en nosotros mismos y comenzar a preguntarnos si no somos, precisamente, el germen de la inmovilidad o el muro que obtura el curso natural de la corriente. En definitiva, sería cuestión de plantearse si el ´slogan´ hace justicia a las aspiraciones reales que anida en las personas, en la colectividad, o si ha dejado de ser la figura ideal para la proyección de esta geografía. Siempre es posible el cambio, no cabe duda. La evolución – como ya hemos comentado en otras ocasiones – es irremediable. Su dirección, no. Y es esta dirección la que marca indefectiblemente el devenir, la historia, lo que seguirá quedándose entre estas piedras, en su hálito, inscrito en sus silencios de forma permanente, como testigo de que los hombres y mujeres decidieron, en un momento determinado de su historia, variar el rumbo y convertir el sueño en realidad permanente: el deseo de avanzar. Nunca el libro de los pueblos se ha escrito de la noche a la mañana. Quizá para infortunio del común de los mortales – todos- somos, lentos en la reacción. Lentos en darnos cuenta qué se juega en cada movimiento, en cada frase, en cada palabra. Repetir no es avanzar. Y ésta sociedad necesita seguir el camino, llegar al cielo si es preciso, con la conciencia y la visión del pasado como jalón necesario, pero no repetido hasta la saciedad. Hoy más que nunca es preciso leer en las piedras el pasado inmediato y recordar y recordarse, que el círculo mágico sirve para indicarnos lo atemporal y eterno y sobre todo el devenir, en el mejor de los caso inmediato, que está más allá de esas dos mitades que separan y que están entre la realidad y el sueño.



información

3

DEL 17 AL 23 DE JULIO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Andaban como ovejas sin pastor

Mientras el alma me suene

D

H

En los domingos anteriores, 14º y 15º, se ha ido leyendo el capítulo sexto del Evangelio según san Marcos, el cual está enmarcado dentro del bloque que narra la actividad de Jesús en Galilea. Los versículos de la lectura de éste domingo (30-34) sirven como introducción al relato de la primera multiplicación de los panes realizada por Jesús, en esta ocasión, en favor de los judíos, más específicamente, en beneficio de su pueblo. Esta introducción inicia con la referencia al resultado de la misión de los Doce (vv. 6b-13) y termina aludiendo a la actitud de Jesús ante la multitud que se le aglomera. Tanto la actividad del maestro como la de los discípulos es una actividad pastoral. El texto indica que la auténtica motivación de Jesús, y la que debe tener todo discípulo suyo para servir al Pueblo de Dios, es la compasión. La actividad pastoril es propia de los pueblos mediterráneos. La Biblia compara en muchas ocasiones la relación de Dios con su Pueblo como la de un pastor que apacienta su rebaño (Salmo 22: «el Señor es mi pastor, hada me falta»). Esta imagen es aplicada también a los dirigentes del pueblo de Israel. Así, leemos en la primera lectura (Jr 23, 1-6) la queja que Dios remite a los que debiendo pastorear a su Pueblo le dispersan y dejan perecer las ovejas. La queja pone de relieve el resultado funesto de la actividad de los pastores, quienes no ejercieron la misión encomendada por Dios tal como Él esperaba que la hicieran. La imagen del pastor aplicada a los dirigentes implicaba acompañar al Pueblo en su relación y camino hacia Dios. Pastorear no es otra cosa que acercar las personas a Dios y facilitar su encuentro. Es una tarea que fomenta la comunión entre Dios y los seres humanos y de ellos entre sí. Cuando Jesús ve la multitud que andaba como ovejas sin pastor, constata la necesidad que tenían de que alguien les guiara y les acompañara. La misión de los Doce, narrada en este capítulo, también fue una actividad por medio de la cual acercaban el pueblo a Dios. En la Nueva Alianza, iniciada y fundamentada en la persona del Hijo encarnado, la tarea cristiana de pastorear no se limita a la actividad de la jerarquía, sino que es propia de todo el pueblo cristiano. Todo bautizado es mediador entre Dios y los hombres, a razón de su dignidad bautismal. Acercar a las personas hacia Dios es tarea de todos y de todas, así como acompañarles en su caminar. Esta tarea pastoral, para que realmente produzca los frutos que Dios espera, ha de ser motivada por la misericordia y la compasión. Sin estos valores corremos el riesgo de buscar nuestros propios intereses o de realizar una actividad en la que Dios puede pasar de largo por nuestras vidas. Para ser verdaderos pastores hay que ponerse en los zapatos de los demás, estar unidos en un mismo corazón y buscar siempre el bien ajeno por encima del propio. Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho. Debo reconocer que esta escena siempre me causa un impacto personal singular. Los apóstoles son enviados como colaboradores del Jesús. Son los continuadores de la obra que va a realizar como buen pastor. Jesús ha depositado en ellos su confianza al asociarlos a la tarea común. Y los ha enviado lleno de confianza en que su Padre cuidaría de ellos. Y ahora vuelven contentos a dar cuenta de la misión realizada. Una escena ciertamente profunda y a la vez entrañable. Los futuros pastores en comunión con el Pastor. Y son invitados a un lugar tranquilo. Es necesario un tiempo de calma para sopesar el resultado de esta primicia de la misión que anuncia y prepara la gran misión apostólica que realizarán después de su Resurrección y para todos los pueblos. Ayer, como hoy, Jesús sigue depositando su confianza en sus pastores. Y ayer como hoy necesitamos encuentros tranquilos con el Maestro y Pastor que nos envía. ¿No necesitarla Iglesia y los pastores que en ella ejercen el ministerio recurrir con más frecuencia a un lugar tranquilo para revisar con el Maestro la tarea! Urgente advertencia para todos. (fuente: Orden de predicadores.

CARLOS JORKARELI ace un tiempo tuve la oportunidad de entablar un diálogo con un amigo, en el cual y con amplitud, disertábamos sobre la influencia de la cultura en la sociedad y en la educación de las nuevas generaciones. A cuenta de aquel ya menos mareado botellón, aludíamos a la peligrosa adicción al ocio sin objetivos por parte de un gran sector de la población, llegando a un punto de acuerdo en nuestro diálogo: el grave vacío cultural existente, la falta de oferta educativa y la tergiversación de los valores y su finalidad en la cultura. Invadidos de “pandereta” y cotilleos sobre la vida privada, mi amigo y yo acordamos en nuestra conversación que, quizás, debería ser punible y censurable proyectar y divulgar, a una sociedad ávida de calidad, tantísima basura. Menos aún en los medios de comunicación, ya sean públicos o privados, cuyo fin es mantener entretenido al personal, contrariamente a las variadas alternativas eclipsadas por el vil metal que, hoy más que nunca, ponen en jaque/mate hasta la propia higiene mental de las personas. ¿Qué opciones tienen los jóvenes de introducirse en el riquísimo muestrario musical existente, nacional sin ir más lejos, aún incluso a espaldas de la oficialidad ignorante de los mismos? ¿Qué valor tienen para la juventud la danza, el teatro, la pintura y todas las denominadas Bellas Artes, eclipsadas y vapuleadas en sus valores esenciales por aquello que se vende? Ya lo decía alguien: “…al César lo que es del César y a Dios...”Aplicando ésta frase con suma prudencia, conveníamos ambos dialogantes - para no dejar ningún tiesto sin regar - que a Dios como parte espiritual, hay que darle ese fragmento del alma personal e intransferible que cada uno de los seres humanos posee en forma de agua cristalina. Alimentar a través de la cultura y el arte las capacidades innatas de las personas, independientemente de su rentabilidad, que la tiene, es obligación de quienes vinculan a su cargo la labor, el pensamiento y la responsabilidad en áreas de este calado.

jorkareli@gmail.com

La rentabilidad de la cultura es el coeficiente más significativo y vital que permite a una sociedad enriquecerse y avanzar. Sus resultados se enmarcan en el tiempo a través de generaciones pero, sobre todo, mediante el incentivo de aquellas inquietudes cuyo ocio, bien entendido, es paralelo a la creación y el desarrollo personal. Ahora bien, si quisiéramos - que no lo queremos - que el ciudadano sea una mera pieza del engranaje, como en la famosa y siempre vigente obra de Pink Floyd, El Muro, o en aquella otra obra maestra de Charles Chaplin, Tiempos Modernos, vamos por buen camino. Curioso. Ya entonces, Chaplin, criticaba el automatismo del ser humano insertado en una industria cuyo único objetivo era la productividad, alienando cualquier posibilidad de progreso intelectual y preocupado solo por la mera subsistencia. El trabajo, sí. El ocio, también. La creación, por supuesto y lo que es de Dios, habrá que pedirle cuentas a los hombres, sobre todo a aquellos que parecen hablar en su nombre y dibujan mapas que atomizan las conciencias de lo bello y profundamente necesario, como es el desarrollo cultural de un pueblo en su vertiente Universal, abierto al riquísimo cauce de agua inagotable, aún en tiempos de escasez que, de forma subterránea, sigue manando. - Tan solo hace falta, resumió mi amigo, que los residuos presupuestarios adjudicados a las delegaciones de cultura, se conviertan en los primeros de las listas dentro de la necesaria gestión social. Entre el marasmo que, a veces, resulta la llamada actividad cultural de una ciudad, se salvan quienes rompen su camisa y por encima de factores ajenos a la creación, son los verdaderos hacedores de cultura. Son esa persona, a quienes con nombres y apellidos o de forma anónima, hemos de agradecer que ésta siga viva. El horizonte de aquéllos es un diálogo constante. Su realidad un vivir para el que nacen y su gloria, dejar al mundo el testimonio claro de lo que son y han sido capaces de hacer, al punto de decir: “VIVIRÉ MIENTRAS EL ALMA ME SUENE” Mi amigo se llama José Nebot. Su creación: Aeropuerto Jazz Café. Su sello, Calidad. Su producción… Libre.



información

3

DEL 24 AL 30 DE JULIO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Lo seguía mucha gente

El Teatro -desde dentro-

E

n este domingo XVII del tiempo ordinario interrumpimos la lectura evangélica que veníamos siguiendo para encontrarnos a partir de hoy con el capítulo 6 de San Juan, donde se comienza el discurso del Pan de Vida. Donde la multiplicación de los panes y los peces es el pórtico. Vemos al Buen Pastor del domingo pasado poniendo en práctica la compasión que siente por la multitud hambrienta por las ovejas que vagan sin pastor y sin alimento. La liturgia nos trae este símbolo de la Eucaristía donde se unen los dones de los hombres (pan y vino, pan y peces), con la bendición de Dios, dando lugar a la sobreabundancia o lo que es lo mismo la vida para el hombre unido a Dios en el cuerpo y en el espíritu. "Lo seguía mucha gente porque había visto los signos que hacía con los enfermos". En esta pequeña frase del texto se refleja claramente como el hombre está hecho para la vida, como la presencia de Dios en nuestras vidas es consuelo y ayuda ante el sufrimiento, ante el dolor de la enfermedad que en muchos casos nos aqueja de forma inesperada y dura. Sí, los hombres buscaban a Jesús por sus signos con los enfermos, manifestación del poder de Dios entre los débiles. Vemos como el hombre se acoge a Dios a través de su Hijo, de su Profeta (como más adelante se lo nombrará en este mismo relato evangélico). Jesús el Dios de la vida, el que es seguido por multitudes que buscan consuelo en sus cuerpos dolientes. "Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno le toque un pedazo" Es muy curiosa la anotación del evangelista "bien sabia él lo que iba a hacer". La multiplicación de los panes y los peces, figura de la Eucaristía también nos pone delante cual es la actitud con la que debemos acercarnos a Dios y al Sacramento; y cuál es la actitud la cual debemos revisar en nosotros para ser creyentes y discípulos verdaderos y creíbles de Jesús. Ante todo debemos ser hombres y mujeres de Fe; estar abiertos a la sorpresa de la acción de Dios y no sobreponer nuestros pobres criterios humanos ante los planes de Dios. Dios nunca se deja ganar en generosidad y eso del ciento por uno se hace latente en nuestro quehacer diario. Cuando entregamos cuanto tenemos y cuanto somos en Sus manos y no titubeamos en buscar dentro de nuestras cortas mentes soluciones al problema prácticamente imposible que se nos plantea. Para vivir desde esta clave necesitamos un trato asiduo e íntimo con JesúsEucaristía, que se hace alimento para el cuerpo y el espíritu, que se multiplica en el filo de una montaña a una multitud hambrienta y se me ofrece a mí en la comunión cada día; que está presente en la acción de gracias y en el que sufre; en el corazón de aquel que le busca tan solo para saciar su hambre o su dolor corporal y en aquel que desea en lo profundo de su corazón ser una sola cosa con Él. La gente, al ver el signo, decía: Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo. Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo. En el evangelio de Juan no encontramos el relato de las tentaciones en el desierto, después del bautismo de Jesús y antes de comenzar su ministerio. Pero este corto fragmento nos revela que las tentaciones las sufrió Jesús durante su ministerio y a través de las gentes que le rodeaban, con la finalidad de apartarle de su misión. Una forma más verosímil, a mi entender, de presentar esta experiencia de Jesús. El evangelista anuncia con estas palabras cómo hay que leer el discurso que sigue al signo. Los judíos esperaban del Mesías que renovaría los prodigios realizados en la travesía del desierto por medio de Moisés. El Mesías sería un Nuevo Moisés. Sabemos por la lectura de Ex 16 y otros textos, que uno de los milagros más llamativos y más permanente en aquella travesía fue el prodigio del maná. Pues bien, las gentes deducen inmediatamente: si Jesús ha realizado este prodigio es una señal evidente de que es el Mesías, nuevo Moisés. Pero el drama que se va a desencadenar en este capítulo 6 de Juan surge cuando Jesús intente interpretar aquel signo del desierto. Sólo era un signo que necesitaba ser interpretado. El maná era un signo para que el pueblo aceptase a Moisés como verdadero enviado de Dios y transmisor-mediador de su Alianza y de su voluntad, realidades más permanentes que el propio maná. Jesús no acepta que le tengan por un Mesías nacional y se retira a la montaña, él solo. La significación profunda de estos signos y de estos gestos los desarrollará el evangelista a lo largo del capítulo sexto, que proclamaremos los cuatro domingos siguientes. La Iglesia cuya misión es, en medio del mundo, transmitir el mensaje definitivo de salvación, debe cuidar con esmero dos cosas: ofrecer gestos convincentes de comunión y solidaridad con el hombre, pero advirtiendo que sólo son gestos de una oferta mucho más importante, a saber, el anuncio del evangelio como respuesta a las necesidades más profundas del hombre.

CARLOS JORKARELI

C

uan sutiles son los conceptos y aún las acepciones de una misma palabra y cuanto conocimiento o ignorancia pueden soportar aquellos. Diríase que tratándose de una materia artística, cualquier análisis y punto de vista, dependiente de la voz que lo emite, suele encontrarse en el derecho de formar cátedra. Pero la realidad tiene otra vertiente más a ras de suelo, quizá por ello más sublime y justa en su apreciación que aquellas que fundamentan sus epístolas en terrenos de resbaladiza intelectualidad y citas sin provecho. Acaso opiniones que, como tales, pasan por el tamiz de sus propietarios e intereses. Pasear por las urbes, ciudades, caminos, aldeas y observar rostros, miradas, andares, manos, espaldas, cinturas. Hablar con uno, dos, multitudes. Observar gestos, comisuras, sesgos, actitudes, movimientos, posición, sonrisas, risas, tiempos, ritmos…, todo habla. Es el gran teatro. Un teatro en ocasiones inconsciente, en otras asumido y aceptado como fórmula de comportamiento y, en otras, fastuosamente descarado en marcar la ridícula diferencia o estatus cuyo final común no se escribe, pero es. Fórmulas todas ellas que parten de la proyección del deseo de ser, que emula o simplemente busca una identidad inexistente. Ese es el teatro que, ante el gran escenario del día a día, nos viste de luces para que la apariencia - apparentia - ofrezca el aspecto deseado. El TEATRO es otra cosa. Es un arte, escénico claro está, que nos traslada a mundos imaginarios cuya representación sólo es posible si el actor/actriz es capaz de asumir el “rol” de lo representado, donde el personaje, normalmente, dista mucho de su propia personalidad. El escenario no es un lugar de lucimiento. Es un espacio de comunicación. Allí el ridículo no existe, y no importa lo bello o feo de lo representado, sino su esencia convertida en acto verosímil. ¿Quién podría conocer mejor el alma humana sino quien atesora desde la más inocente, pura, ecuánime, desinteresada pero atenta observación, los vértices del comportamiento del ser? La puesta en escena no es ostentosa, grávida, excesiva, sesgada, artificial, protuberante, acuciante,

jorkareli@gmail.com

exaltada, histriónica, laxa, inocua. No goza de subterfugios ni avalanchas de arrebato. No sufre embarazos artificiales ni arrítmicos aconteceres. Más bien es calma, activa, armónica, tónica, fuerte, tersa, cadente, rítmica, potente, amigable, seductora, vasta, sabia y eterna en su deleite, de saber que por encima de ella existe el ser representado cuya apariencia emana del ser actoral. De ahí la gran escala, niveles, apariencias. El bastidor no hace al cuadro. El escenario no hace al actor o actriz. La madera sólo es el soporte. Destilar las esencias de lo amasado - observado, estudiado, aprendido – en un trazo único e irrepetible, con la perentoriedad que ofrece el directo, supone un riesgo y una sublime astucia capaz de llenar, con un leve gesto, la bóveda del horizonte más ambicioso o situar el acto en el más estrepitoso fracaso. Pero el Teatro no vende estrellitas escarlata. El Teatro es la vida misma; una suerte de asunción de papeles cuyo carácter, puede desvirtuar o enriquecer el personaje a través de su estudio y comprensión. Lo desvirtúa tanto en cuanto contradice su esencia. Lo enriquece en tanto añade nuevos elementos y perfiles a su ya compleja estructura. Por lo tanto el Teatro no es banal. No es trivial. No es simple academicismo didáctico. Es, en sí mismo, educación. La naturaleza del actor/actriz y la personalidad de lo representado, depende de la cadencia, del color, sensación y olor de cada suspiro en una visión de conjunto, donde las partes encajan en el todo y el todo es la armonía de las partes. A veces estos elementos casi intangibles, no son debidamente acuñados por quienes desconocen los íntimos pero imprescindibles elementos de la ´tramoya´ teatral. Normalmente la superficialidad hace presa a través de la levedad de aquellos “tiempos modernos” de todo cuanto se denomina arte y más concretamente si cabe, el vilipendiado y eterno (por atemporal) mundo del arte escénico. No se trata de hacer un panegírico sobre las virtudes del Teatro. Es, como afirmábamos al principio, una cuestión más de ras de suelo, evidente por habitual, necesaria por intrínseca, sustancial por determinante y verdadera por constatada: Fuente de educación e inspiración humana. El Teatro desde dentro es más que un juego. Es aprender vida. Aquella vida ajena que parece distante y sin embargo es parte integrante del todo. O sea, nosotros mismos..



información

3

DEL 31DE JULIO AL 6 DE AGOSTO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Domingo XVIII

En positivo

E

n la liturgia de la palabra de éste domingo, nos encontramos con dos actitudes que como creyentes manifestamos a la hora de relacionarnos con Dios: La insolencia humana y la búsqueda de Dios. El libro del éxodo nos da razón de la primera actitud - la insolencia humana - , hecho fundamental que fracciona la íntima relación entre Dios y los hombres. El pueblo de Israel de camino a la tierra prometida , transitando ya por sendas de libertad, se siente incómodo y fatigado en el desierto al no tener pan, sin darse cuenta que en todo caso Dios estaba en medio de la comunidad y que por tanto no le iba a faltar nada. Al contrario de esto, el pueblo se revela contra su guía Moisés y al mismo tiempo contra Dios, situación que lo impulsa a elevar a Dios un grito desesperado: “Ojalá hubiéramos muerto a manos el Señor en Egipto cuando nos sentábamos alrededor de las ollas de carne y comíamos pan hasta hartarnos. Nos habéis sacado a este desierto para matarnos de hambre”. Era la voz de protesta de un pueblo fatigado, y en medio de la angustia, prefería la esclavitud a la libertad con tal de tener satisfecho su estómago, para el momento, los ideales religiosos y espirituales poco significaban, pues estaba el pueblo enfrentado a una grave amenaza: El hambre. La fe se había ubicado ya no en la mente ni en el corazón, ahora estaba en el estómago, la libertad no era tan importante, se trataba de seguir siendo esclavos pero con el estómago lleno, la herencia de ser pueblo escogido, estirpe real, nación santa, no era motivo de orgullo porque el sufrimiento era mayor; sufrimiento que lo hacía anhelar las ollas de carne y el pan abundante, pero en medio de la esclavitud. En este contexto catastrófico para el pueblo, en este ambiente calamitoso, el pueblo renegó de Dios y éste antes que responderle de la misma manera, lo sació; el pueblo se postró ante ídolos y Dios lo sació, el pueblo quiso volver a la esclavitud y Dios lo sació; el pueblo anheló pan para satisfacer una necesidad somática y Dios sació no sólo su estómago sino también su alma; el pueblo deseo el pan de la esclavitud y Dios le dio el pan de la libertad, anheló el pan de la muerte lejos del Señor y Él les prodigó el pan de la vida con su presencia. Esta experiencia vivida por el pueblo, es también nuestra propia experiencia; en ocasiones lejos de Él nos sentimos mejor, pues la voz de nuestra conciencia ya no habla; lejos de él no nos importa ser esclavos de mentiras y pecados; lejos de Él no nos importa ser sujetos esclavizados por sistemas dominantes, y así nos sentimos bien y no nos duele. Con qué soberbia actuamos frente a Dios, no reconocemos las grandezas que ha hecho el Señor en nuestras vidas y por eso hasta dudamos de él, nuestra insolencia con El Señor en ocasiones llega a los límites del olvido, del menosprecio y de la negación; al igual que el pueblo de Israel, vivimos situaciones angustiantes pero el Señor está con nosotros, experimentamos derrotas y fracasos significativos pero Él está con nosotros; no anhelemos por tanto solamente las ollas de carne y el pan abundante, esencialmente deseemos a Dios. La segunda actitud, materia de esta reflexión se encuentra referida en el Santo Evangelio de este domingo: La búsqueda de Dios; actitud de la muchedumbre que encontrándose en una orilla, se dio cuenta que estaba sola, pues Jesús con los apóstoles se habían ido a la otra orilla, la gente de manera presurosa se embarca hacia la otra orilla para encontrarse con Jesús y Él les dice: “no venís a mi por los signos que he realizado, sino porque os saciasteis hasta el hastío”; no obstante escuchar esta crítica por parte de Jesús, la gente se sentía bien al lado de Él, como ahora nosotros nos sentimos bien en la Sagrada Eucaristía; la gente tuvo que desinstalarse de su sitio para ir en busca de Jesús; la gente se desacomodó y fue en busca de Jesús; su encuentro con Él los llenó de vida, se sentían acompañados y no como ovejas sin pastor. Hermanos y hermanas, nosotros así como lo hizo la gente del evangelio, tenemos que desinstalarnos, desacomodarnos y sacrificarnos para ir en pos de Jesucristo, necesitamos embarcarnos hacia la orilla de Jesús, pues en la que estamos sólo se respira soledad; necesitamos pasar a la otra orilla del lago para encontrar en Jesús nuestra compañía y nuestro consuelo. Busca al Señor aquél que tiene hambre de Él, aquel que quiere alimentarse con el pan vivo bajado del cielo, como lo hacemos nosotros en la Eucaristía; podemos estar atiborrados de conocimiento y no tener a Dios; podemos cosechar muchos triunfos y grandes victorias y no estar saciados porque nos falta Dios; podemos estar saciados de bienestar, más no ser felices porque el vacío de nuestra alma solamente lo llena Dios. Hermanos y hermanas, dispongamos nuestro ser para alimentarnos hoy y siempre del pan vivo bajado del cielo; aquel que calma nuestra hambre de infinito, abramos nuestro corazón para recibir en cada eucaristía no un pedazo de pan o unas migas de harina; sino a Cristo que hoy nos enseña: “El que come mi pan nunca más tendrá hambre y el que bebe mi sangre nunca más tendrá sed”. Que nuestra Madre María, nos nutra siempre con el Pan de su ternura y de su comprensión. Fuente: Misioneros Oblatos

CARLOS JORKARELI

N

o tengo el gusto de conocerle Sr. Delegado, porque, como dijera Groucho Marx…, “aún no he tenido el placer de haber sido presentado”. Por eso, permítame tratarle de us-

ted. No me cabe duda que, en cuanto a su acceso al puesto de responsabilidad que ahora ostenta, reúne todas las aptitudes propias del mismo. Con seguridad, su capacidad de gestión, imaginación y actitud frente a los diferentes retos que supone su Concejalía son sobresalientes. La importancia de la misma y sobre todo la afección social que lleva implícita, dejará el listón muy alto, frente al histórico del área, que dicho sea de paso, ha dejado mucho que desear. Tampoco me cabe duda que sus conocimientos específicos, le capacitan para saber con antelación cómo conducirse ante las variadas y a veces contrapuestas aristas que el colectivo presenta; y no solo eso, sino consensuar y adoptar la mejor de las resoluciones en cuyo seno se albergue la mancomunada voluntad de la generalidad. Por supuesto, su elevada formación específica por la que fue destinado para su cargo, le proporcionará los suficientes resortes académicos o experimentados, para entender que, al abordar el enfoque de la sustancia, existe una vertiente conductiva hacia la eficacia y regeneración del área cuyas posibilidades de éxito, depende muy mucho de su habilidad para unificar criterios y enunciar postulados convincentes, lejos de partidarios enfoques fáciles de desvirtuar por criterios partidistas. Pero no. No creo que usted sea partidista. Al contrario. Los genes del grupo al que pertenece, han convertido en históricos aquellos postulados sobre los que se sustenta su gestión, destinada – eso sí – al bien común y sobre todo a la evolución social como cometido primordial. Seguramente su actividad diaria será sustentada por un equipo de personas eficientes, que habrán comprendido – dada su naturaleza – que su trabajo está destinado al servicio de la colectividad y, por lo tanto, su fiabilidad y abnegación, así como su objetividad en el cometido, lejos de toda duda, se verá inmerso en el más eficiente desarrollo de las pautas adoptadas en la mesa de trabajo, aquella donde la

jorkareli@gmail.com

“lluvia de ideas” proporciona lo más creativo e incluso alocado de las personas. Eso sí, la creatividad no debe faltar. No está todo en la técnica ni en la reglamentación, como usted bien sabe, por lo que imagino que sus iniciativas contarán si lugar a dudas, con mentes amplias de miras, a través de las que la localidad dé paso a la universalidad para mayor difusión y crecimiento. ¡Qué le voy a decir que usted no sepa! Al ser delegado y por lo tanto sujeto al beneplácito de la superioridad participada en asambleas plenarias o plenos, sé que optará por convencer a través de criterios y efectividad demostrable que, aquellos presuntamente inusitados proyectos fuera de la normalidad o que fueran más allá de los estrictamente convencional y manido – cosa que Vd. no desea – ,resulten tan convincentes como irrefutables, al punto que la presunta oposición se quede con la boca abierta, sin saber qué decir y, sobre todo, sin alternativa posible. Permítame augurarle un éxito más que plausible. Diría que casi seguro. Sé, con certeza, que contará con los todos los agentes sociales y sobre todo con los actores de su área. Aquellos cuya actividad profesional primero, o vinculada después, puede sumar a su gestión la seguridad del estudio continuado y la consiguiente práctica y por lo tanto el conocimiento que tanto beneficio puede aportar a la citada comunidad y a su Delegación. No le conozco, como decía al principio. No por eso habré de suponer o prejuzgar. Eso sería deleznable por mi parte. Muy al contrario, conservo la esperanza en la regeneración y sobre todo en la equidad y valoración además de la intencionalidad y moral, que su criterio concede a las personas a la hora de contarlas entre quienes, por capacidad demostrada, forman parte de aquel colectivo de actores al que me refería. Guardo la confianza al reconocer el gran bagaje que detrás de sí atesora. Ello sitúa ésta, ya larga época de crisis, en un ciclo de imaginativas prioridades, cuyo resultado, lejos del baremo económico, proponga apertura de puertas y ventanas, propiciando aquella regeneración que oxigena endémicos derroteros de precariedad. En definitiva y en positivo, solo hay una cuestión que, tratándose de su Delegación, puede ofrecerme duda: tener que conservar la distancia del tratamiento al no haber sido presentados.


JULIO 2015 Galería de arte ©Carlos Jorkareli 2015


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.