Las esclusas de Miraflores están a tan solo veinte minutos de ciudad de Panamá.
que la culpa no fue del todo de ellos. Curiosamente, se dice que no fueron los corsarios quienes causaron el destrozo, sino los propios habitantes de la ciudad, españoles, indígenas y esclavos africanos, que incendiaron la ciudad para evitar el saqueo. Los moradores decidieron empezar de nuevo refundando la ciudad dos kilómetros más allá, en lo que es hoy el Casco Antiguo, uno de los principales centros de interés turístico y cultural. Un buen punto de partida es la plaza de Francia, donde se ubica el Teatro Nacional y desde donde se puede disfrutar unas excelentes vistas del océano Pacífico y de la cinta costera. Las calles adyacentes merecen un paseo entre las casas coloniales, aprovechando la sombra que facilitan, aunque el calor húmedo es omnipresente. Pese a que algunas amenazan ruinas, en los últimos años sus dueños se han ido esforzando por reformarlas a medida que el área se ha ido revalorizando por el aumento del turismo y de la sensibilidad hacia la conservación del patrimonio. En esta zona, también llamada de San Felipe, se encuentra la sede presidencial, el Palacio de las Garzas, y junto a él merecen una visita la plaza de Simón Bolívar y la catedral, con fachada típicamente colonial. Una de las curiosidades que nos encontramos es el arco chato, un arco de piedra rojiza completamente horizontal, recuerdo de la arquitectura más antigua de la ciudad y que trataba de servir como muestra de la estabilidad sísmica del país para ganar puntos frente a otros a la hora de decidir dónde construir el canal que uniera los océanos Pacífico y Atlántico.
CALIDONIA Y CINTA COSTERA En la misma área se encuentran los barrios populares de Santa Ana, Calidonia y la emblemática Avenida Central, la primera 32 ❘ RUTASON
La torre de la catedral de Panamá Viejo.
VESTIDO TÍPICO Las mujeres se engalanan con la pollera, un vestido blanco con falda de vuelo adornado con bordados de colores. El conjunto se completa con los tembleques, unos adornos de filigrana de plata que se colocan en el pelo, que siempre va recogido en un moño. Considerado como el traje típico del país, los panameños lo utilizan para las ocasiones más solemnes, como las fiestas patrias, que tienen lugar en el mes de noviembre. En esas fechas tiene lugar en la península de Azuero el festival de las mil polleras, donde las mujeres empolleradas salen a bailar el típico con los hombres, vestidos con camisa blanca y sombrero de paja.
de las zonas comerciales que se abrió en la ciudad y que arranca en la plaza 5 de Mayo. En esta plaza el sol golpea haciendo brillar los colores de los carteles publicitarios y de los diablos rojos (autobuses urbanos adornados con serigrafías variadas según el gusto del dueño, y que se ganaron el nombre por la fama de los conductores y por el calor infernal que hace dentro). El colorido continúa en la Avenida Central, una de las pocas peatonales de la capital, con sus edificios con pintura de diferente color, o lo que queda de ella, y las sombrillas arco iris con las que los vendedores ambulantes de frutas protegen su género: piña, papaya, plátano... Los grandes almacenes de ropa y calzado que se encuentran a lo largo de toda esta avenida bullían en los 80 y principios de los 90, hasta que fueron desbancados por los grandes centros comerciales. Hoy, todavía sobreviven gracias a los esfuerzos de los dependientes que, micrófono en mano, animan a adquirir el género a los viandantes, y sobre todo, gracias a unos precios irrisorios que permiten comprar incluso a las clases más bajas. Para artesanía, antigüedades o para quien quiera llevarse un recuerdo más original, muy cerquita se encuentra Salsipuedes, una estrechísima calle con tienditas y puestos de venta en el centro por la que solo se puede transitar en fila india y, como advierte su propio nombre, con cuidado de los rateros. En menos de cinco minutos en coche el paisaje urbano cambia completamente para dar paso a un sinnúmero de rascacielos que se levantan, uno junto a otro, frente a la cinta costera. Entre las construcciones ya finalizadas se ven las grúas de otras nuevas que se están levantando, y el techo de la ciudad se supera a sí mis-