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Una Estrella para la Reina de la Madrugada Baezana

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El relevo

El relevo

Hace tres años, y con la misma emoción y nervios al escribir, relataba lo que para mí significaba darte lo más grande que tenía. Como cité aquella tarde de Diciembre, mi mayor tesoro, mi mayor orgullo. Duros años de preparación, entrenamiento, estudio, dedicación y sufrimiento reflejados en una estrella de seis puntas. Mi primer empleo militar como Oficial del Ejército de Tierra.

Al fin, y tras culminar mis estudios, puedo decir que sigue siendo gracias a Ti, Madre, por quien he alcanzado el empleo de Teniente de Infantería. Es por ello, por ser mi más fiel acompañante, por escucharme cuando ni yo lo hacía, por ayudarme a salir adelante, y por permitirme portarte otro año más sobre mis hombros por lo que te brindo mi segunda estrella. Una estrella más de seis puntas que no es más que mi agradecimiento y veneración por todo este tiempo junto a mí.

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Tras superar dos años de lesiones severas de rodilla, con esfuerzo y constancia, y gracias a todas esas noches escuchándome, salí hacia delante con la

cabeza más alta que nunca. Con un orgullo y gallardía que sólo tú me guiaste a conservar. Fue en esta Semana Santa de 2017 cuando volví a portarte, a llorar implorando tu bendición, a levantar con el alma lo que con los hombros no pude años anteriores. Solo tengo palabras de agradecimiento para Ti y sobre todo a esa gran cuadrilla que te porta. Una familia dirigida por un padre que hasta hace no mucho era un hermano más nuestro portándote. Un sentimiento crucero de Hermandad que pocos pueden explicar cuando la emoción vence a la palabra.

No quisiera olvidarme, ni puedo, del apoyo incondicional de mi familia y amigos. Gracias a todos ellos he logrado cumplir mi gran sueño. Ser Teniente de la mejor Unidad de Infantería del mundo, la Legión Española. Llevo meses en Ceuta, lejos de familia y amigos, pero siempre cerca de todos aquellos que aun estando lejos saben mantener su corazón cada vez más cerca.

Sin embargo, tengo que enaltecer a alguien por encima de todas esas personas que siempre han estado ahí. Mi madre María José. Poco se puede decir de una mujer tan luchadora y ejemplar que sus actos no hayan demostrado ya. Ella me trajo a la vida, supo inculcarme valores tan bonitos como el compañerismo, la lealtad y el sacrificio. Pero de todo lo que pudo enseñarme, su mayor lección ha sido el amor. Amor a mi familia, al prójimo, a Dios y a la vida. Gracias a ella soy hoy lo que ayer ni imaginé alcanzar. Ojalá algún día logre mirar hacia atrás

y ver que gracias a mí, ella creció como persona sólo una ínfima parte de lo que yo crecí por ella.

Para concluir, y manteniendo aquel juramento que realicé delante de todos los asistentes con el entonces Prioste de la Cofradía, mi amigo y hermano D. Antonio Quel Garrido, quiero destacar que es y será siempre un orgullo para mi donar mis futuros empleos militares a mi Reina de la Aurora. Mi mayor y mejor guía, y por siempre mi compañera.

Gracias a la Cofradía de la Vera Cruz de Baeza por tanto. No tengo palabras para demostrar todo lo que me habéis ayudado al ser mi familia, mis amigos. Gracias a D. Julián Ramírez Robles, actual Prioste, por permitir esta donación y gracias a mi amiga y hermana Irene Fernández Cabrera. El amor fraternal que ha demostrado día a día hace que la idolatre más que a nadie por el gran trato que tiene hacia todas las personas.

¡Viva la Vera Cruz!, ¡Viva la Virgen de la Aurora! Con todo el amor del mundo, desde Ceuta. Un Legionario Crucero.

Salvador Padilla Rascón Teniente del Tercio “Duque de Alba” 2º de la Legión.

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