V4N1 2014 enero-junio BCSR

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Sapiens Research

Boletín Científico Vol. 4(1)-2014 ISSN-e: 2215-9312 www.sapiensresearch.org

Ranking U-Sapiens 2013-1 Ranking Col-Sapiens 2011-2012 E.R. y 100M

Sapiens Research Group Arte visual: Fernando Cadenas (España) fernando.cadenas@gmail.com http://www.fernandocadenas.com/


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ISSN-e: 2215-9312. Volumen 4 / Número 1 / enero-junio de 2013 Directora: Mónica Cuellar-Castro Editor general (edición-diagramación): Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor@sapiensresearch.org) Publica: Sapiens Research Group. CR 72B # 22A-90 INT. 4Of. 1003 (Bogotá, Colombia) Tel: (571) 311-520 8569 Comité editorial Dda. Érika-Alexandra Honig-Andrade (erikah19@gmail.com) (University of Applied Sciences- Alemania) Dda. Pámela Neumann (pamela.j.neumann@gmail.com) (University of Texas at Austin-Estados Unidos) Dra. Miriam Pardo-Fariña (mpardo@unab.cl) (Universidad Andrés Bello-Chile) Dra. Angélica De Sena (angelicadesena@gmail.com) (Universidad de Buenos Aíres-Argentina) Dra. Begoña Enguix (benguix@gmail.com) (Universitat Oberta de Catalunya-España) Dra. Mercedes Castillo (merceditasc@gmail.com) (Universidad Nacional de Colombia) Ms. Emmanuelle Rabaud (emmanuelle.rabaud@gmail.com) (Escuela Nacional Superior de Arquitectura-Francia)

Comité científico PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (aojedasampson@gmail.com) (Universidad Latina de México) PhD. Anayra O. Santory-Jorge (asantory@gmail.com) (Universidad de Puerto Rico) PhD. Nicola Caon (nicola.caon@gmail.com) (Instituto de Astrofísica de Canarias, España)

Arte visual de la portada: Fernando Cadenas (España)

fernando.cadenas@gmail.com http://www.fernandocadenas.com/ Para el Boletín Científico Sapiens Research (BCSR), que los autores envíen sus contribuciones, sean artes visuales o escritos originales-inéditos, significa que, para el caso de los últimos, no han sido ni serán publicados en otro medio de comunicación en papel o electrónico; pero, para el caso de los primeros, no tendrá ningún inconveniente en publicar aquellas que hayan sido plasmadas en otros medios de comunicación. Para esta revista es muy importante que se haga una breve reseña de los autores, información de contacto, publicaciones y links de sus producciones. Por tal razón, resaltar el perfil de los autores y sus capacidades es de gran interés. No obstante, el contenido de los escritos publicados es de exclusiva responsabilidad de los autores, y no refleja necesariamente la filosofía de esta publicación ni el pensamiento particular de cada uno de sus integrantes. Colaboraron de árbitros externos: Lilibeth Yañez (lilibeth_yanez@hotmail.com); Agustín Salvia (agsalvia@fibertel.com.ar); Pablo De Grande (pablodg@gmail.com); Dora Celton (dora.celton6@gmail.com); Enrique Peláez (epelaez@ciudad.com.ar); Nelson Leonardo Falcon (nelsonfalconv@gmail.com)


www.sapiensresearch.org Colaboran en este número Latín-A: Rebeca-Beatriz Cena (Argentina) Lógyca: Rosa María Bermúdez Cruz (México D.F.) Lógyca: Rafael Quintero Torres (México D.F.) Psique: Miguel-Ángel Sierra-Rubio (México D.F.) Psique: María-José Arias-Toro (Chile) Sociologando: Gabriela-Vivian Gómez-Rojas (Argentina) Sociologando: Manuel Riveiro (Argentina) Sociolgando: Pablo Dalle (Argentina) Sociologando: Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera (Argentina) Urbis: Eduardo Sousa-González (México D.F.) Urbis: Leopoldo Medina-Sanson (México D.F.) Urbis: Francisco Guevara-Hernández (México D.F.) Urbis: Carlos Tejeda-Cruz (México D.F.) El Boletín Científico Sapiens Research (BCSR) es un publicación semestral (enero-junio y julio-diciembre, que edita-publica Sapiens Research Group y que inició en enero de 2010), electrónica y digital, de libre acceso y descarga, cuyo objetivo principal es visibilizar artículos (principalmente en español, pero también en otros idiomas como portugués y francés) de investigación-reflexión a la comunidad científica y académica internacional, bajo el contexto de diferentes secciones: Latín-A (temas latinoamericanos), Lógyca (temas de lógica y sentido común), Psique (temas de psicología), Sociologando (temas de sociología), Sofando (temas de filosofía) y Urbis (temas de urbanismo), secciones que son editadas por importantes investigadoras de distintos países de Europa y América, y que está dirigida a toda la comunidad interesada en los temas de las secciones. También publica otro tipo de artículos, desde otras secciones de interés cultural y general. Finalmente, este medio de comunicación también da a conocer el Ranking U-Sapiens (clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación) y el Ranking Col-Sapiens (clasificación de colegios colombianos según puntaje, calidad y acreditación). Nota legal: la postulación de originales-inéditos implica que los autores conocen y suscriben las “Pautas: contribuciones y arbitraje”. La política de libre acceso a los contenidos contempla que los autores autorizan que sus originales-inéditos sean editados, publicados, reproducidos e incorporados en cualquier forma y medio, para fines educativos-investigativos. Por lo tanto, se autoriza la reproducción total o parcial de esta obra para fines educativos-investigativos, siempre y cuando se cita la fuente. Ética de publicación: los autores tienen derecho de hacer copias (impresas o electrónicas) del artículo para su uso personal o enseñanza en el aula; hacer copias y distribuir copias del artículo de la revista (incluso a través de e-mail) a sus colegas de investigación, para su uso personal por sus colegas y para fines académicos; publicarlo en su sitio web personal o institucional; de presentar el artículo de la revista en un evento y distribuir copias en papel para los asistentes; usarlo (artículo sin respaldo-financiación institucional) como soporte de formación en su sitio de trabajo; incluir el artículo (todo o parte) en una tesis o tesina; utilizar el artículo (todo o parte) en una recopilación impresa de sus obras, como la colección de escritos o notas de la conferencia (después de la publicación del artículo en la revista); a preparar otras obras derivadas, para ampliar el artículo de la revista en formato de libro, o de lo contrario volver a utilizar partes o fragmentos de otras obras, con pleno reconocimiento de su publicación original en la revista. http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334 https://twitter.com/sapiensresearch http://issuu.com/sapiens-research


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Tabla de contenido Llamado a artículos de investigación-reflexión

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Editorial: El artículo que se debe escribir Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (Colombia)

1-2

Latín-A: Programas de transferencias condicionadas de ingresos y programas de empleo en Argentina: entre la responsabilización de los destinatarios y la individualización de la cuestión social Por Rebeca-Beatriz Cena (Argentina)

3-8

Lógyca: De M. Curie y R. Franklin al científico contemporáneo Por Rosa-María Bermúdez-Cruz y Rafael Quintero-Torres (México)

9-14

Psique: El apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto Por María-José Arias-Toro (Chile)

15-20

Psique: Sobre el status de la psicopatía en psicoanálisis Por Miguel-Ángel Sierra-Rubio (México)

21-25

Sociologando: Hacia una mirada de género en los estudios de movilidad social: interrogantes teórico-metodológicos Por Gabriela-Vivian Gómez-Rojas y Manuel Riveiro (Argentina)

26-31

Sociologando: Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina Por Pablo Dalle (Argentina)

32-39

Sociologando: Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011) Por Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera (Argentina)

40-47

Urbis: El fenómeno expansivo metropolitano y su interpretación a partir de Hanna Arendt y la vita activa Por Eduardo Sousa-González (México)

48-53

Urbis: Revisión crítica y propuesta para integrar los conceptos de tierra, paisaje y territorio Por Leopoldo Medina-Sanson, Francisco Guevara-Hernández y Carlos Tejeda-Cruz (México)

54-60

Ranking U-Sapiens 2013-1 Por Sapiens Research Group

61-66

Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100 mejores por materias

67-70

Por Sapiens Research Group

Índice: artículos y autores anteriores Biodatos: autores actuales Pautas: contribuciones y arbitraje

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Llamado a artículos de investigación-reflexión V4N2-2014 julio-diciembre Latín-A:

La violencia latinoamericana en ascenso: percepciones de un tema inocultable

Dda. Érika-Alexandra Hönig-Andrade (University of Applied Sciences, Alemania) Dda. Pámela Neumann (University of Texas at Austin, Estados Unidos) Editoras de sección

Hablar de la violencia es abordar un tema que contiene muchas aristas. Es posible generar análisis desde diversas escalas, ya que hay muchos aspectos y condicionantes en juego. Desde un punto de vista macro-estructural, se puede vincular la opresión política y económica a la presencia de grandes desigualdades sociales y a la existencia de gobiernos con un perfil autoritario de legitimidad precaria en estados en los cuales se condensa la dominación de clase (Aniyar de Castro, 1999). La violencia, desde el punto de vista micro-estructural, puede ser abordada como el ejercicio de la coacción interpersonal en encuentros de diversa naturaleza que, en función de valores, situaciones o percepciones de los actores envueltos en el encuentro, generan respuestas de diversa intensidad y consecuencias, pero que se traducen, en todo caso, en una conducta impetuosa con intención de causar daño (Gabaldón, 1999). Según las estadísticas, a partir de la década de 1990, las tasas de homicidios relacionados a la violencia han experimentado un crecimiento sostenido en algunos países como Honduras, México, Brasil, Colombia y Venezuela (Briceño-León, 2013). Sin embargo, cada uno responde a episodios sociales, económicos y políticos ciertamente específicos. ¿Qué determina estas variables territoriales? ¿Será posible definir el por qué en unos países disminuyen los homicidios y en otros aumentan? De igual manera, la violencia de género sigue creciendo a pesar de nuevas leyes en países centroamericanos como Nicaragua, que han ampliado las definiciones de violencia y sus penas. ¿Cómo podemos entender este fenómeno? ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del enfoque legal-penal en el caso de la violencia contra las mujeres? Es indiscutible el rol del estado en la ejecución de políticas públicas y planes para la disminución de la violencia. Se ha demostrado los efectos positivos de la institucionalidad jurídica del estado unida al reconocimiento de los derechos civiles. ¿Cuáles son las consecuencias de la violencia en el comportamiento ciudadano y las dinámicas interpersonales? Muchos analistas debaten acerca de la relación entre violencia, desigualdad y pobreza. Entonces, de acuerdo a esta teoría, ¿qué tipos de vínculos podrían explicarse? Por lo expresado anteriormente, se invita a hacer contribuciones que generen y amplíen el tema expuesto y respondan a las interrogantes planteadas en esta temática. Referencias Aniyar de Castro, L. (1999). El triunfo de Lewis Carroll. En Elbert, Carlos Alberto (coord.), La criminología del siglo XXI en América Latina. Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni. Briceño-León, R. (2013, diciembre 17). La comprensión de los homicidios en América Latina: ¿Pobreza o institucionalidad? Observatorio Venezolano de Violencia. Extraído el 3 de febrero de 2014 desde: http://observatoriodeviolencia.org.ve/ws/la-comprension-de-los-homicidios-enamerica-latina-pobreza-o-institucionalidad/ Gabaldón, L. (1999, noviembre 26)). Tendencias y respuestas hacia la violencia delictiva en Latinoamérica. Conferencia Anual de la Asociación Alemana de Investigación sobre América Latina, Hamburgo. Extraído el 3 de febrero de 2014 desde: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/violencia/gabaldon.pdf Manrique, E. (2005). La violencia en América Latina. Extraído el 3 de febrero de 2014 desde: http://www.letraslibres.com/revista/arenainternacional/la-violencia-en-america-latina Muggah, R. & Krause, K. (s.d.). La violencia armada en América Latina y el Caribe. Extraído el 3 de febrero de 2014 desde: http://www.genevadeclaration.org/fileadmin/docs/regional-publications/Hechos-del-callejon-violencia-armada.pdf.

Lógyca

¿Ha llegado la ciencia a su ocaso?

PhD. Nicola Caon (Instituto de Astrofísica de Canarias, Tenerife, España) Editor de sección El año pasado, un compañero de trabajo publicó un libro titulado: “El ocaso de la era científica” (en mi traducción al castellano). Allí argumenta que la ciencia ha vivido un notable decline en las últimos décadas. La investigación científica se ha convertido en una industria donde cada vez más investigadores (típicamente organizados en grandes grupos de trabajo), con más recursos tecnológicos y más dinero producen pequeños avances o descubrimientos cada vez menos importantes y menos relevantes para nuestra sociedad, que ha llegado a saturarse de información, que es incapaz de procesarla. Esto choca muchísimo si lo comparamos con la ciencia de los siglos anteriores, donde descubrimientos fundamentales (ley de la gravitación universal, evolución de las especies, mecánica cuántica, las vacunas, entre los ejemplos más llamativos) fueron funda-

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mentalmente obtenidos por “libres pensadores” con recursos mínimos y sin casi conocimientos previos. La ciencia, según este libro, ha perdido los ideales y el entusiasmo para la búsqueda de las grandes verdades, y ahora su propósito es, básicamente, su propio sustentamiento y la procreación de una casta profesional endogámica. La creatividad individual ya no tiene cabida en un entorno que favorece aquellos administradores y políticos especializados que buscan formas de obtener dinero del estado para financiar grandes proyectos con gastos progresivamente mayores y retornos científicos discutibles (a pesar de la gran propaganda que luego se les puede hacer en los medios de comunicación, lo cuales amplían desmesuradamente su importancia). Dentro de esta visión bastante pesimista sobre el futuro de la ciencia, hay muchísimos temas merecedores de reflexión y debate, entre los cuales me gustaría destacar los siguientes, para la postulación de artículos: ¿estamos realmente en una era donde la ciencia ya ha superado su fase más productiva y está destinada a un inevitable decline?, ¿es cierto que el cociente de avances científicos sobre recursos invertidos ha bajado mucho en los últimos años y lo sigue haciendo?, ¿todavía es la ciencia beneficiosa para el bienestar y el avance de nuestra sociedad?, ¿cómo podemos detener o incluso revertir este decline si aún fuera posible?, ¿necesita el desarrollo tecnológico (y económico) ser alimentado por los avances en la ciencia básica?

Psique

Formas contemporáneas de sufrimiento

Dra. Miriam Pardo-Fariña (Universidad de Viña del Mar, Chile) PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (Universidad Latina de México, México) Editoras de sección Una de las formas contemporáneas de sufrimiento es la depresión, la cual representa un cuadro clínico que está siendo abordado por distintos campos del saber y abarca todas las edades desde el punto de vista evolutivo. Si bien los manuales de psiquiatría han enfatizado la depresión en los pacientes adultos, las investigaciones han demostrado que también se presenta en niños y adolescentes a través de síntomas específicos. Llama la atención que, en nuestra sociedad actual, la depresión sea detectada en la mayoría de los ámbitos de desempeño del ser humano, como en el caso de la familia, el jardín infantil, el colegio, la universidad, el trabajo e incluso en las esferas de recreación, en donde las fluctuaciones del estado anímico de las personas pueden acarrear comportamientos disfuncionales de acuerdo a lo que espera de cada individuo. Debido a lo anterior, la derivación de “pacientes” a la salud pública y consultas particulares ha sido en extremo requerida hasta el punto que diferentes países han establecido políticas públicas para la salud mental con el fin de prevenir esta problemática y reducir las atenciones psiquiátricas y psicológicas. Incluso, algunas políticas públicas han priorizado la detección de este flagelo para asignar mayores recursos económicos para solventar programas específicos de prevención y atención de pacientes depresivos. Sin embargo, cabe preguntarse si acaso esta dificultad, que se detecta a nivel intrasubjetivo, podría responder a un problema societal cuya envoltura melancólica o depresiva genera un malestar consensuado entre los miembros de la comunidad. La resonancia afectiva del grupo puede, entonces, influir considerablemente en sus integrantes, que se identifican con este sentir, lo que podría traducirse en una “queja soportada”, la cual se dirige hacia los grupos de poder, políticos y económicos, o de pares al interior de la sociedad. Ahora bien, no solo la depresión parece representar un tipo de sufrimiento o “acontecer” contemporáneo, ya que se observan diversas formas en que el individuo de hoy manifiesta su “estar” en el mundo; y muchas como verdaderos problemas de salud que comienzan o ya se posicionan en la esfera de los sectores institucionales. Es por ello que tales manifestaciones del hombre merecen el esfuerzo investigativo y reflexivo de los actores que pueden o deben incidir en ese asunto. Por lo tanto, esta discusión-reflexión puede ser abordada desde las distintas aristas que se le presentan. En este sentido caben preguntas como lo siguiente: ¿el sufrimiento es parte del ser del hombre?, ¿se construye el concepto de sufrimiento?, ¿qué tipos de sufrimiento existen?, ¿existen problemas desencadenantes del sufrimiento?, ¿todo sufrimiento presenta las mismas características?, ¿el género tiene que ver con el sufrimiento? Estas y muchas más interrogantes se pueden ampliar y reflexionar a través de artículos que se quieran postular en este medio.

Sociologando

Neoliberalismo, marcas y procesos sociales en el siglo XXI

Dra. Angélica De Sena (Universidad de Buenos Aires, Argentina) Dra. Begoña Enguix (Universitat Oberta de Catalunya, España) Editoras de sección

Desde que Ritzer (1983) acuño el término de Mcdonalización de la sociedad hasta hoy, ha sido cada vez más frecuente la discusión sobre cómo el mercado se ha ido progresivamente apropiando de diversas esferas de la vida social, muchas de las cuales estaban, en principio, alejadas de las lógicas económicas y de la maximización de los beneficios: hoy, en cambio, asistimos a la incorporación de criterios económicos a la extensión del concepto de marca y a la maximización de beneficios (cuantificables en términos económicos, emocionales, sexuales o educacionales, entre otros) para la evaluación del éxito o el fracaso de las ciudades (city branding), las universidades (los célebres rankings internacionales), la producción académica (índices de calidad), los movimientos sociales, las identidades nacionales, de clase o de género, las relaciones afectivas, las relaciones sexuales, y un largo etcétera. Al proceso de racionalización weberiano no solo se ha incorporado la productividad sino también la rentabilidad, y los criterios para valorar la eficacia de los distintos sistemas están profundamente mercantilizados. Este llamado busca atraer reflexiones académicas sobre cómo los criterios economicistas han inundado las diversas esferas de la vida social y se aplican de manera tajante a la evaluación de la eficacia de distintos procesos e instituciones sociales, que quedan así profundamente marcados por los intereses mercantiles y de intercambio. Nuestro objetivo es profundizar en el pensamiento crítico sobre la relación entre mercantilización y vida social, y por ello aceptamos

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análisis que se refieran a esta relación sin importar el ámbito particular en el que estén enfocados.

Sofando Cruces

PhD. Anayra-O Santory-Jorge (Universidad de Puerto Rico) Editora de sección

Tanto la filosofía moderna como la contemporánea han permanecido atentas al quehacer de otras disciplinas y campos de estudios. Su interés en las ciencias durante el siglo XX generó un área de subespecialidad (la filosofía de la ciencia) que dio paso a la creación de departamentos dedicados a este fecundo intercruce. Pocas décadas después, al finalizar el pasado siglo, fue parte importante del desarrollo de las llamadas ciencias cognitivas, a la vez que servía de facilitadora de la reflexión ética en numerosas prácticas profesionales. En el nuevo siglo, recién comienza colaboraciones en noveles desarrollos disciplinarios como, por ejemplo, los que han propiciado la llamada arqueología cognitiva. El llamado de los próximos dos números de Sofando es a reflexionar sobre cuáles de estos intercambios disciplinarios nos parecen más promisorios desde la perspectiva de la agenda de los grandes problemas de la tradición filosófica. Invitamos también a los contribuyentes a plantearse cómo se ha modificado nuestra comprensión del bien, la verdad o la belleza (entre otros) por las aportaciones teóricas que se han propuesto desde “fuera de la filosofía” y a considerar, por último, cuál, si alguna, es la vocación actual de la reflexión filosófica.

Urbis

Renovación urbana, ¿quién gana y quién pierde?

Dra. Mercedes Castillo-Herrera (consultora-investigadora independiente, Colombia) Coeditora de sección Sobre renovación urbana se ha dicho casi todo y, sin embargo, siempre se puede decir algo más. Recurrimos, de nuevo, al caso paradigmático de las transformaciones de París durante el Segundo Imperio, con sus expropiaciones por causa de utilidad pública, sus demoliciones y su rígida reglamentación sobre las nuevas construcciones, a fin de dejar como resultado una ciudad monótonamente ordenada y moderna, tras la demolición de veinte mil casas para construir más de cuarenta mil en 18 años (1852-1870) y la eliminación de numerosos callejones para el ensanchamiento de vías y la construcción de grandes bulevares. Un proyecto monumental al que se le achacaron fines esencialmente policíacos, como la construcción de vías anchas con el objetivo principal de facilitar los movimientos de tropas y el establecimiento de calles en línea recta para poder disparar un cañón sobre una muchedumbre amotinada, así como efectos demográficos y sociales devastadores, como el desequilibrio en la composición social y la segregación socio-espacial atada a aumentos de los alquileres de las áreas centrales, que forzaron a las familias pobres a trasladarse a los distritos periféricos, los que están fuera de las renovaciones. ¿Qué hay de diferente entre estas operaciones y las que suceden hoy en día en cualquiera de nuestras ciudades? Quizás las motivaciones del estado, que ya no son higienistas, aunque siempre serán sociales. Ahora se trata de revitalizar, de atraer inversiones y turismo extranjeros, de ofrecer las mejores condiciones para hacer negocios, de poner al servicio de la humanidad la cultura y el patrimonio locales, de estar comunicados, conectados, de ser innovadores, todo ello en procura de elevar la calidad de vida de los residentes tradicionales. Vale la pena preguntarnos hasta qué punto es posible considerar las políticas de renovación urbana como una preocupación real del Estado por mejorar las condiciones de vida de la población; hasta dónde como respuesta a la presión social de una población creciente en condiciones de pobreza que exige sus derechos a la ciudad, al trabajo, a una vivienda digna, al uso del espacio público, etc.; hasta dónde como una forma de adaptación a las condiciones exigidas por los grandes poderes económicos y hasta dónde, como un intento retardatario de frenar un proceso que parece inevitable? Ejemplos de renovación urbana hay muchos, en diferentes tiempos y espacios, y la invitación es a presentar sus análisis sobre esos ejemplos.

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Llamado a artículos de investigación-reflexión V5N1-2015 enero-junio Latín-A:

¿A qué costo? Desarrollo económico y conflictos sociales en América Latina

Dda. Érika-Alexandra Hönig-Andrade (University of Applied Sciences, Alemania) Dda. Pámela Neumann (University of Texas at Austin, Estados Unidos) Editoras de sección

La llamada “maldición de los recursos” es un tema recurrente dentro de la política-economía de América Latina. Por un lado, la inversión en sectores como la minería ha impulsado un crecimiento económico impresionante en países como Perú (Arellano, 2008). Por otro, tal inversión también ha traído consigo muchos nuevos conflictos sociales, vistos más recientemente en la región andina y Argentina (Lapegna, 2013). A menudo estos nuevos conflictos sociales han surgido en comunidades indígenas cuyas vidas y tierras se ven amenazadas por los cambios ambientales (ya sea por la contaminación al aire, agua, o tierra), que frecuentemente son justificados como los costos inevitables del desarrollo (Bebbington, 2008). Sin embargo, en otros casos, estos proyectos parecen proceder sin la objeción de la población, a pesar de los mismos riesgos ambientales o de salud (Auyero, 2008). Hay un consenso que una alta dependencia en los recursos naturales representa un grave riesgo para las economías en desarrollo, por los altos y bajos en el mercado de la materia prima. ¿Qué estrategias han implementado los gobiernos para minimizar estos riesgos, y con qué resultados? ¿Cuáles son las limitaciones de las políticas públicas estatales dado el poder actual de las corporaciones multinacionales? ¿Cuándo surgen conflictos sociales sobre proyectos (ya sea en el sector de la minería, la construcción de nueva infraestructura, o en la agricultura) que afectarían el medio ambiente o el estilo de vida de una comunidad, y por qué a veces no surgen? ¿Hay una diferencia entre los impactos de estos proyectos en las vidas diarias de hombres, mujeres, y niños? Por ejemplo, hay una reconocida necesidad por el trabajo (mayormente de hombres) que a veces impide protestas a favor del medio ambiente o la salud (o que limita tal participación a las mujeres). ¿Hay otros factores que se deben tomar en cuenta para explicar la ausencia de acción colectiva en estos casos? ¿Cuáles son los factores que minimizan los conflictos sociales de esta naturaleza? ¿Cómo ha funcionado la política de “consulta previa” que se está usando en algunos países? ¿Hay circunstancias bajo las cuales los recursos naturales han sido utilizados para el crecimiento integral de las comunidades en vez de explotarlas? Por lo expresado anteriormente, se invita a hacer contribuciones, que generen y amplíen el tema expuesto y respondan a las interrogantes planteadas en esta temática. Referencias Auyero, J. & Swistun, D. (2008). Inflamable: Estudio de sufrimiento ambiental. Paidós. Avellano Yanguas, J. (2008). Resurgimiento minero en Perú: ¿Una versión moderna de una vieja maldición? Colombia Internacional 67: 60-83. Bebbington, A. y cols. (2008). Mining and social movements: Struggles over livelihood and rural territorial development in the Andes. World Development 36(12): 2888-2905. Lapegna, P. (2013). The expansion of transgenic soybeans and the killing of indigenous peasants in Argentina. Societies without Borders: Human Rights and the Social Sciences, 8(2): 291-308. Extraído desde: http://societieswithoutborders.com/

Lógyca

Recetas para el crecimiento: ¿más ingenieros y menos filósofos?

PhD. Nicola Caon (Instituto de Astrofísica de Canarias, Tenerife, España) Editor de sección

Recientemente leí un artículo en una revista en línea italiana, con este mismo título (sin interrogación). El autor argumentaba que la falta de oportunidades de trabajo para muchos licenciados (en Italia, pero creo que la misma situación existe en muchos otros países) es un problema exacerbado por el hecho que muchos jóvenes se orientan hacia carreras de tipo humanístico, pero ignorando las carreras científicas o tecnológicas, quizá probablemente porque las primeras resultan (o se consideran) más asequibles y fáciles que las segundas. El autor comparaba la situación italiana con la de Singapur, un país sin recursos naturales, pero con un notable crecimiento económico: allí (en proporción a su población) hay dos veces más científicos y tecnólogos que en Italia, un cuarto de los humanistas, y un octavo de los abogados... Así que la receta para garantizar un sólido desarrollo económico parece obvia: adoptar políticas educativas para que de las universidades salgan más ingenieros y menos humanistas. Por otro lado, hay quien opina que esto sería un grave error. Por ejemplo, la filósofa americana Martha Nussbaum resalta la importancia de las “artes liberales” en todos los niveles educativos. Ella afirma que el sistema educativo en Estados Unidos y otros países está tomando un camino equivocado: demasiado centrado en el crecimiento económico, enseña a los estudiantes a ser productivos económicamente (como si el aumento del PIB fuera lo único que realmente importara) en lugar de desarrollar el pensamiento crítico y formarse como ciudadanos informados y responsables. Este enfoque está mermando la capacidad de criticar la autoridad y reduce la solidaridad hacia los marginados y los desfavorecidos, pero

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también perjudica la competencia en abordar y solucionar problemas globales complejos. Todo esto pone en riesgo la salud de la democracia y la esperanza en un mundo mejor. El contraste entre estas dos posturas proporciona muchas cuestiones sobre las cuales reflexionar, como por ejemplo: ¿realmente la sociedad necesita más científicos y menos humanistas?, ¿debería el sistema educativo de alguna forma encauzar canalizar a los estudiantes hacia determinados tipos de trayectoria profesional, o debería dejar total libertad a la hora de elegir sus estudios y su carrera?, ¿son la cultura científica y la cultura humanista dos mundos distintos, o hay sinergias entre sí?, ¿cuál debería ser el correcto equilibrio entre estas dos culturas? Estos temas son los que se ponen de manifiesto para que los interesados postulen sus artículos.

Psique

Las múltiples caras de la violencia de género, un fenómeno social

Dra. Miriam Pardo-Fariña (Universidad de Viña del Mar, Chile) PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (Universidad Latina de México, México) Editoras de sección

Pareciera que vivir en el siglo XXI y la problemática en torno a las cuestiones de género se hubiera resuelto y por ello ya no fuera un tema actual ni necesario. Sin embargo, el mundo de sigue viviendo situaciones en donde por la simple condición de ser mujer, se suscitan múltiples formas de violencia. Ahora bien, la cuestión de género no es una forma en sí misma sino que obedece a una construcción social, por ello afecta a todos los actores que conforman esa sociedad. Así, la violencia derivada de una percepción de género no solamente atañe a la violentada sino al que violenta e incluso a quién no hace nada ante esto, llámese individuo, sociedad o institución. Por ello, no se debe observar la violencia de género desde el género solamente, sino de todo lo que lo hace posible, si bien algunos discursos se pueden referir a esto como una situación particular o individual. Esta es precisamente una de las primeras y fundamentales discusiones: ¿existe la violencia de género?, ¿la sociedad construye las diferentes formas de violencia?, ¿existen formas de violencia socialmente aceptadas? En uno de sus discurso, Kofi Annan, entonces secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), enfatizó que la violencia de género no era una cuestión de la mujer solamente, sino que, en esta forma de violencia, el hombre también se veía violentado por impedírsele observar su parte femenina. Entonces, y en la medida que se viera la situación de dominio del hombre sobre la mujer, la humanidad en su totalidad no podría crecer ni mucho menos enriquecerse. Es por ello que las cuestiones de género exigen ser abordadas desde múltiples lecturas, todas tendientes a aportar conocimiento que permita un equilibrio de los sujetos entre sí, como en su interioridad misma. Entonces y desde este espacio, las interrogantes para ser abordadas a través de artículos de investigación-reflexión, además de las ya expresadas, pueden girar en torno a: ¿la violencia de género es una lucha de dominio?, ¿el violento y la violentada es una forma de relación?, ¿la violencia de género es una forma de lucha interna?, ¿qué o quiénes originan la violencia de género?

Sociologando

Sociología y políticas sociales

Dra. Angélica De Sena (Universidad de Buenos Aires, Argentina) Dra. Begoña Enguix (Universitat Oberta de Catalunya, España) Editoras de sección Las políticas sociales comprenden múltiples conceptualizaciones analíticas y también no pocas modalidades de implementación. Ello, posiblemente, por la complejidad de “lo social”. Desde algunas perspectivas, en las economías capitalistas, las políticas sociales se diseñan con el objeto de lograr la integración de la sociedad y la amortiguación de las desigualdades propias de las relaciones de producción; es decir, que el proceso social y económico genera un nivel básico de desigualdad y un nivel agravado de exclusión. En cambio, desde otra perspectiva, intentan dar respuestas que protejan y garanticen los derechos básicos y universales de los ciudadanos, con el objeto de mejorar las condiciones de vida en distintos momentos y ámbitos, la salud, la nutrición, la vivienda, la educación, etc. Sin embargo, siempre se evidencia la necesidad de compensar los efectos de la exclusión; es decir, que uno de los efectos palpables y más dolorosos de los procesos económicos y políticos en América Latina es el quiebre de los derechos a la salud, vivienda, seguridad social, empleo y, por ende, la consolidación de un sector social, también denominado excluidos, que sufre carencias básicas de distinto orden. Revisar desde la sociología las denominadas políticas sociales significa generar espacios en los que la expresión se ejerce como un poderoso instrumento de reflexión y crítica hacia su diseño, implementación y poder simbólico, y la capacidad del estado de establecer clasificaciones sociales. La presente convocatoria invita a investigadores (también sociales) a enviar sus reflexiones en torno a las relaciones de las políticas sociales con el tejido social, la política, los derechos, la ciudadanía.

Sofando Cruces

PhD. Anayra-O Santory-Jorge (Universidad de Puerto Rico) Editora de sección

Tanto la filosofía moderna como la contemporánea han permanecido atentas al quehacer de otras disciplinas y campos de estudios. Su interés en las ciencias durante el siglo XX generó un área de subespecialidad (la filosofía de la ciencia) que dio paso a la creación de departamentos dedicados a este fecundo intercruce. Pocas décadas después, al finalizar el pasado siglo, fue parte importante del desarrollo de las llamadas ciencias cognitivas, a la vez que servía de facilitadora de la reflexión ética en numerosas prácticas profesionales. En el nuevo siglo, recién comienza colabo-

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raciones en noveles desarrollos disciplinarios como, por ejemplo, los que han propiciado la llamada arqueología cognitiva. El llamado de los próximos dos números de Sofando es a reflexionar sobre cuáles de estos intercambios disciplinarios nos parecen más promisorios desde la perspectiva de la agenda de los grandes problemas de la tradición filosófica. Invitamos también a los contribuyentes a plantearse cómo se ha modificado nuestra comprensión del bien, la verdad o la belleza (entre otros) por las aportaciones teóricas que se han propuesto desde “fuera de la filosofía” y a considerar, por último, cuál, si alguna, es la vocación actual de la reflexión filosófica.

Urbis

Resistencias, desobediencia civil y otras acciones de insumisión

Dra. Mercedes Castillo-Herrera (consultora-investigadora independiente, Colombia) Coeditora de sección

La violencia es el miedo a los ideales de los demás Gandhi El 19 de enero de 2012, activistas de Anonymous atacaron una decena de sitios de Internet de agencias del gobierno de Estados Unidos, como el Departamento de Justicia y el FBI, en un acto de desobediencia civil para protestar por el cierre de Megaupload. El 10 de enero de 2012, cientos de personas marcharon por cuarta vez hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá dispuestos a pasar la fría noche en ese lugar, como una forma de protesta por la destitución del alcalde Gustavo Petro, elegido por voto popular. A partir de 1977, se conformaron en Argentina varios grupos de familiares de personas detenidas y desaparecidas para denunciar lo que sucedía, buscarlos y reclamar justicia. Miles de personas desposeídas de América Latina, Asia y África resuelven su problema de falta de vivienda al invadir terrenos y levantar allí casas improvisadas en materiales desechados. Su equivalente europeo, el movimiento okupas, squatters o autonomen, invaden propiedad privada, ahora para habitarla y como protesta ante los desalojos, pero antes para oponerse a la globalización y el capitalismo, a todas las formas de exclusión, a la autoridad y la cultura oficial. El Foro Social Mundial viene reuniéndose cada año desde 2001 para oponerse al neoliberalismo y a la dominación del mundo por el capital y por toda forma de imperialismo y, para ello, abren un espacio de “debate de ideas, de análisis y reflexión, de formulación de proposiciones, de intercambio de experiencias y de articulación de los movimientos sociales, redes, ONG y de otras organizaciones de la sociedad civil” (http://www.fsm2013.org/es/node/119). Existen ya múltiples formas de intercambio de bienes y servicios que implican moneda social como los trueques, las redes de comercio justo, etc. Son formas de resistencia, de desobediencia civil, de insumisión u objeción de conciencia o simplemente maneras de hacer valer sus derechos, adoptadas por la gente frente a la tiranía y la opresión o contra las leyes y normas que legitiman cualquier tipo de poder abusivo. Grandes o pequeñas acciones continuadas pueden lograr hasta la independencia de un país, como lo hizo Gandhi con su método de no-violencia activa. Qué interesante conocer, de primera mano, esas pequeñas o grandes acciones que los habitantes realizan para enfrentar, en diferentes puntos del planeta, lo que no aceptan, lo que les parece injusto y para exigir el cumplimiento de sus derechos. Esa es nuestra invitación.

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Editorial Columnas anteriores: V1N2-2011: El efecto Wall-e en la comunidad científico-académica V2N1-2012: Los extremos: “citología”, fraude y plagio V2N2-2012: Las verdaderas necesidades V3N1-2012: Ayer me suicidé V3N2-2012: Cimas iluminadas


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Editorial: El artículo que se debe escribir

Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor general)

La meta de la gran mayoría de personas de la academia, interesadas en la investigación, es escribir un artículo y que se lo publiquen en una revista científica. Antes de la tarea, hay preguntas que se deben resolver: ¿qué se sabe sobre cierto tema y si vale la pena escribir sobre ello?, ¿qué más faltaría, con el fin de averiguarlo y aportar algo al tema? Con base en ello, se pueden hacer más y más preguntas, hasta que se tenga claro lo que se quiere resolver y enseñar. Nada fácil es empezar, pero lo es mucho más terminar, y aun mucho más que termine en una revista.

Espere, ese es el título que alcanzó en la universidad. Bueno, ¿entonces cuál es la respuesta? Se la diré más adelante. Ahora la pregunta gira sobre el método que implementó para hacer su investigación; es otras palabras, qué pasos siguió para conocerse. Hoy en día parece que no nos podemos ocultar de nadie. Saben mucho de nosotros con solo digitar un número. Parece que fuéramos un digito en este mundo. ¿O es que acaso lo llaman por su nombre cuando ha tomado un tiquete en el banco? ¿Será que a un preso le llaman por su apellido en la cárcel? ¿Es que en los aeropuertos somos más que el número del pasaporte? La sociedad nos ve como un dígito, nos pagan y lo que vemos en la cuenta son dígitos y parece que todo lo demás son dígitos y dígitos. El valor se ha dado no por lo que se es sino por lo que se hace y tiene. Puro materialismo, ¿o no?

Pensando en todo eso, parece que se hace mucho esfuerzo por alcanzar dicho logro repetidamente, a fin de que se sumen en el currículo y cause impacto o sencillamente para que otros sepan lo que se está haciendo “por amor a la ciencia”. Sin embargo, la segunda opción pesa cada vez menos, pues no es por ese amor sino para que se abran puertas laborales y las pretensiones salariales puedan ser mayores.

Retomando la cuestión, me pregunto desde qué momento nos podemos conocer. ¿Será que un niño podrá responder esta pregunta sin recurrir a sus nombres, apellidos, lugar de residencia, perfil en las redes? ¿De sus labios podrá brotar la respuesta: soy un alma en este mundo? Creo que los pasos para conocerse se basan en hacerse preguntas cuyas respuestas no nos liguen a ninguna persona, lugar o tiempo. Si usted apareciera en con su justo razonamiento en un lugar que no sabe, en un tiempo que no sabe, sin nadie al que le pueda decir madre o padre, sin saber su nombre, si solo apareció así de repente, ¿qué haría para saber quién es? ¿El uso de sus sentidos le darían su respuesta? Sí, creo que sí. Yo miraría a mi rededor y estoy seguro que mi instinto me llevaría a pensar que alguien me hizo y que soy obra de sus manos, que tengo un propósito y que debo vivir.

Me pregunto qué sucedería si nos obligaran a escribir un artículo sobre nuestra vida (bajo el formato del artículo académico) como condición de entrar a un más allá favorable después de terminar esta existencia. Quien lo escriba bien, se irá allá; quien no, se irá al otro lado que no se quiere ir. Habrá que empezar con un título, ¿verdad? ¿Cuál le pondría usted? ¿Su nombre y algo más? ¿Algo como: “Fausto Eugenio Robles, el arquitecto”? Parece plausible, aunque podría ser: “…, el amoroso”, “…, el asesino”, “…, el honrado”. ¿Qué pondría usted? Y como debe llevar un autor, entonces sería: “Escrito por Fausto Eugenio Robles”. Todo artículo debe acompañarse de un resumen breve y sucinto, donde se indiquen los objetivos principales y el alcance de la investigación o reflexión, se describa el método o metodología empleada, se extracten los resultados más importantes, y se enuncien las conclusiones más relevantes. En ese sentido, ¿se ha preguntado cuáles son los objetivos principales de su vida? Hace poco alguien me respondió: “Graduarme de la universidad”. Vaya, ¿será que ese es un objetivo de nuestra vida? ¿Qué diría usted: sí o no? Otra persona me dijo: “Trabajar honestamente”. Y otra añadió: “Amar a mis hijos”. No obstante, y puede que esté equivocado, parece que el objetivo de la vida de hoy es, para muchos, sencillamente sobrevivir; y para otros, hacer dinero cueste lo que cueste. Sinceramente esta no es una pregunta fácil. Creo que es de las más difíciles, y quizá muchos no se hayan preguntado eso. Mi respuesta es clara: conocer a Dios y tratar de hacer al máximo su voluntad. ¿Será que es fácil conocer a Dios y hacer su voluntad? Le diré mi respuesta más adelante.

Ahora piense cuáles fueron los resultados más importantes de su investigación; es decir, cuáles fueron los resultados más importantes de su vida. ¿Qué contestaría? ¿Sobre cuál de estas bases respondería: sobre lo que fue, lo que tuvo o lo que hizo? ¿Qué es más importante: lo que se fue, lo que se tuvo o lo que se hizo? Unos dirán que fueron buenos porque hicieron lo bueno; otros, que tuvieron mucho dinero y casas y carros y… porque les fue bien; y otros que estudiaron mucho, trabajaron mucho e hicieron mucho, porque la vida les dio esa fortuna. Quizá haya que responder sobre la base de estas tres, y para unos será más importante una cosa que la otra. Quizá la respuesta esté sobre un equilibrio perfecto en la tres. Sin embargo, aun así, es importante en marcar esto sobre los absolutos que se están dejando de lado cada día más. Hay día y noche. Eso es absoluto. Hay vida y muerte. Ese es otro absoluto. Existe lo bueno y lo malo. Eso es absoluto… pero no para todos. Muchos aseveran que lo que otros dicen que le es bueno, para ellos es malo. Ejemplo: asesinar a los asesinos es bueno frente a: asesinar a los asesinos es malo. ¿Entonces qué es bueno y qué es malo? Parece que lo que antes era bueno, hoy es malo; y lo que era malo, hoy es bueno, más que bueno.

Por otra parte, hay que contestar cuál es el alcance de la investigación. ¿Cuál investigación? Su vida, su vida es la investigación. ¿Se conoce? ¿Sabe quién es usted? ¿Hasta dónde ha llegado su investigación? Saber quién se es tampoco es fácil de resolver. Algunos contestan diciendo algo como: “Mucho gusto. Soy Fausto Eugenio Robles”. Un momento, por favor, ese es el nombre de esa persona. Otra dirá: “Soy arquitecto”.

Y eso me recuerda algo que alguien me dijo. Me contó una “buena”

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noticia: que alguien estaba trabajando en el ámbito político y que tan solo en dos años ya tenía dos casas en los lugares más prestigiosos de la ciudad, con carros y un futuro prometedor. De inmediato me pregunté cómo alguien recién graduado podía alcanzar todo eso, cosa que muchos no alcanzan ni en décadas y para muchos es una utopía. ¿A costa de cuántos podía hacer todo eso? ¿A qué le suena usted todo eso? Eso es bueno para esa persona, pero seguramente malo para todos los que son desangrados. Aceptaría un trabajo así al saber que otros padecen por su “buen” logro. Sé que pare muchos la respuesta es clara: sí. Porque parece que todos tienen un precio frente a su ética o moral. De eso me he dado cuenta en muchas partes y con algunas cercanas personas. Ello se sintetiza en esto: “Por la plata baila el perro”. ¿Somos perros o humanos? Parece que muchos perros son más humanos que los mismos humanos y que los humanos son perros que bailan por la plata y el poder. ¿Por cuánto se ha vendido usted?

Luego de hacer su resumen, vienen las palabras clave. ¿Qué palabras clave lo definirían? El pilo, el astuto, el bravo, el duro, el de la plata. ¿Cuáles serían sus palabras clave? Esas que aparecerán aquí y allá en todo el resto del texto. Piénselas, por favor. Descúbralas preguntándole a alguien que crea que lo conoce algo, para saber qué diría. Ese ejercicio es interesante, porque lo estarán calificando. Luego viene la introducción, en la que se deben presentar, de forma clara y sucinta, la naturaleza y el alcance del problema investigado; los antecedentes sustentados con referencias bibliográficas pertinentes; el método o metodología; mencionar los resultados y las conclusiones más relevantes; y exponer cómo se desarrollará el artículo (partes y objetivos). Así de “sencillo”. Entonces, lo que se debe saber es su naturaleza y su alcance. ¿Se ha preguntado sobre eso, sobre su naturaleza y alcance? Dicen que por naturaleza somos malos y nos gusta hacer lo malo, y que hacemos lo malo hasta donde rebose nuestra imaginación e intenciones. ¿Puede dar algún ejemplo? ¿Le suena Hitler, Stalin, Gengis Kan? También hay otros que son la otra cara de la moneda: por naturaleza eran buenos y eran buenos hasta dar su misma vida por amor a los demás. ¿Quién se le viene a la mente? A mí, a Jesús. Entonces quizá ya sepa si su naturaleza es hacer lo bueno y hacerlo siempre hasta las últimas consecuencias. ¿Es así?

Todos tenemos un valor, pero no monetario. Valemos por lo que somos. Eso es nuestro valor intrínseco. Por lo que somos es que valemos más que dígitos. Es un valor que solo se puede tasar con una medida intangible: el amor. Alguien puso su amor en nosotros. Porque no somos el resultado de la suerte ni del azar de millones años. ¿O es que de la mujer que tanto se enamoró usted dice que su simiente fue una bacteria? Bueno, quizá muchos lo hayan dicho después de una fuerte pelea o divorcio, pero no me refiero a eso. No somos la suma de la casualidad, materia y tiempo. ¿O usted cree eso? De los resultados podría seguir escribiendo, pero creo firmemente que el resultado de lo que soy se deriva del que es y será para siempre: Dios.

¿Cuáles son sus antecedentes? En mi país se trata de un documento que dice que usted ha hecho lo malo o lo bueno bajo el absoluto de la ley. Porque las leyes dicen si usted hace lo malo o lo bueno. Aunque hay muchas leyes que perdieron su marco de lo bueno y lo malo hace tiempo, por eso pulula la impunidad, porque no se hace justicia, por lo menos aquí. Pero no olvide que alguien leerá su artículo de su vida y dirá si se publicará o no. Se hará justicia. Y frente a las referencias bibliográficas, ¿cuáles son las suyas? ¿Lo que dice la televisión, la radio, la Internet, algún libro? ¿Cuál? Para mí solo hay una referencia absoluta, sobre la cual puedo poner mis ojos, y es Dios y lo que él dice a través de su Palabra. Su Palabra es mi referente. ¿Cuál es su referente? ¿Su jefe, su esposa, algún novel, algún científico? ¿Son estos referentes los que hacen de usted lo que es? Quizá.

Ahora bien, falta por escribir las conclusiones, las de la investigación. ¿Qué puede concluir usted de usted? ¿Cuáles son las conclusiones de su vida? Después de todo lo que ha vivido, ¿qué puede concluir de usted? Si hasta este punto se ha tratado de decir que lo que se es, es más importante que lo que se hizo o tuvo, ¿qué cree que debería responder? Recuerde que la premisa es que ya dejó de vivir y que está por allá escribiendo su artículo, el de su vida. ¿Qué ha concluido? Si fue, eso quiere decir que tuvo sus inicios. Si dejó de ser, eso significa que ha concluido su vida. Arriba dije que el objetivo de la vida, para mí, es conocer a Dios y tratar al máximo de hacer la voluntad de él. Por lo tanto, al conocerle, sabré qué pretende hacer conmigo. Al saber qué pretende hacer conmigo, sabré que tengo propósito. Sin cumplo ese propósito, he concluido mi vida. Si no lo cumplo, deje de ser sin concluir mi vida. Bajando de lo abstracto a lo práctico, es como el que sabe dónde está la meta y corre para llegar hasta ese punto y llega. Si deja de ser antes de llegar a la meta, la conclusión es que no concluyó. Y podrá decir de sí mismo que no tuvo conclusión, solo cierto avance. Sin embargo, quizá usted se pregunte cuál es la meta. Para saber la meta hay que mirar un día: sale el sol, es de día, llega la tarde, llega la noche… y se acabó ese lapso. Se cumplió ese propósito. En la vida es algo similar. Sé que alguien me hizo, que me ama, que debo hacer lo que él hace conmigo, amar. Eso es, amar. La meta es amar. Amar a Dios, amarse a usted, amar al otro. Si mide la vida a través del perfecto amor y se deja guiar, créame algo, sufrirá y mucho. Porque el amor de hoy es esto: hacer el amor. Y hacer el amor es sexo, coito o como lo quiera llamar. ¿Para usted qué es amor? Lo puede definir como algo más allá que siente por alguien, como si solo fuera un sentimiento. O cree que el amor no existe, que es con lo que sueñan las rocas.

Lo que sigue ya se hizo en el resumen, pero ahora debe hacerlo con más detalles, hasta terminar. Debe decidir cómo lo expondrá. Algunos lo harán por etapas: su niñez y lo que se acuerde, su juventud, su tiempo de esposo, de padre, de abuelo… hasta el último día. Otros lo harán tomando como referente los lugares donde estuvieron-vivieron. O con quienes compartieron. De modo que empezarán a contar su vida: lo bueno y lo malo. Lo que los hizo felices y desdichados. Lo que lograron y perdieron. Así que es bueno empezar desde ya a pensar qué artículo escribiremos. Porque recuerde que arriba dije que alguien leerá nuestro artículo y decidirá si se publicará o no. Para mí, condición fundamental es que haya sido revisado antes de su postulación por un verdadero maestro en el tema de la vida. Y quién mejor que quien es la vida y la dio por amor a mí. Si él es su maestro y tutor, téngalo por seguro que su artículo será publicado. Obviamente le dirá que debe pasar por un proceso de edición-corrección de estilo: que no es más que la tarea diaria de ser mejores. No digo: tener más ni hacer más, sino ser mejor, lo cual va en contra de lo primero. Sin embargo, lo bonito del asunto es que siendo mejor, tendrá más y hará más. Más lo bueno, por supuesto. Y mi artículo será publicado.

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Latin-A Artículos anteriores: V1N2-2011: Jóvenes indígenas (kichwa-otavalos) entre etnicidad, clase y género Transnacionalización e informalidad en las políticas de «rescate» en el centro histórico de Ciudad de México «Dios tenía miedo» de la conformación de la identidad actual salvadoreña Supremacía y lealtad en los conflictos por la supremacía regional en América del Sur V2N1-2012: Emociones y desastres El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo V2N2-2012: Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad V3N1-2013: Políticas públicas e inseguridad en México: poblaciones sitiadas Diferenciación social e identidad étnica en la frontera sur de México El eterno dilema del modelo económico para México: visión de la ruralidad


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Latín-A: Programas de transferencias condicionadas de ingresos y programas de empleo en Argentina: entre la responsabilización de los destinatarios y la individualización de la cuestión social Conditional cash transfers and employment programs in Argentina: between beneficiary responsibility and the individualization of the social question Rebeca-Beatriz Cena (1986, argentina, Universidad de Buenos Aires / Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina) rebecena@hotmail.com

Resumen En este artículo se analizaron los modos en que los aparatos gubernamentales respondieron a las problemáticas vinculadas a la cuestión social en Argentina, a través del análisis de los programas transitorios de empleo y los programas de transferencias condicionadas de ingresos aplicados en el país. Como estrategia metodológica, se trabajó con datos secundarios, a fin de buscar reconstruir, a través del análisis de la provisión del bienestar, el modo en que se ha definido, identificado responsables y establecido soluciones respecto a la problemática social en cuestión. Se observó que la nueva cuestión social ha implicado un abordaje de las problemáticas sociales a partir de la autorresponsabilización e individualización de los actores. A través del aumento de lo que se ha conocido como capital humano, se buscó crear subjetividades que fueran agentes de sus propias condiciones de carencias. Se concluyó que, en las políticas sociales analizadas, existe un diagnóstico gubernamental que sostiene que la pobreza es un resultado de la falta de aptitudes y capacidades individuales e individualizables.

Key words: individualization, new social question, responsibility, social policies.

Introducción En este trabajo se analiza la manera en que los actores gubernamentales han definido el abordaje de determinadas problemáticas asociadas a la pobreza, a través de las políticas sociales desde mediados del siglo XX hasta la primera década del siglo XXI en Argentina. Mediante la provisión del bienestar, se definen redes de responsabilización que impactan en la reproducción, disminución o aumento de las desigualdades. Se toman como políticas de análisis aquellas que han concentrado mayor cantidad de destinatarios, mayor cantidad de presupuesto y que han atendido a la pobreza por nivel de ingresos. Particularmente se trabaja con lo que se ha denominado Programas Transitorios de Empleo (PTE) y Programas de Transferencias Condicionadas de Ingresos (PTCI). Como estrategia metodológica, se opta por trabajar con datos secundarios (Scribano y De Sena, 2009) producidos por organismos internacionales ocupados en el estudio de la temática (CEPAL, 2013; UNESCO, 2013), por las producciones estatales (Observatorio de la Seguridad Social, 2011, 2012; SIEMPRO, 1997, 1999) y las producciones de otros investigadores (Cecchini y Madariaga, 2011). Se realiza una lectura en clave cualitativa de los mismos, a fin de intentar reconstruir el diagnóstico que la política social realiza del problema abordado.

Palabras clave: individualización, nueva cuestión social, políticas sociales, responsabilización. Recibido: 08-01-2014 → Aceptado: 17-01-2014

Cítese así: Cena, R-B. (2014). Programas de transferencias condicionadas de ingresos y programas de empleo en Argentina: entre la responsabilización de los destinatarios y la individualización de la cuestión social. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 3-8.

Se trabaja desde el diseño de estos programas sociales a través del foco en el modo en que los poderes gubernamentales han definido y delimitado las causas y soluciones frente a los problemas sociales, particularmente la pobreza, pues la forma en que se nomina a los fenómenos sociales implica ya un contacto con los mismos y una forma de intervención. Por cuestiones de espacio, se selecciona solo aquellas categorías que refieren a los objetivos de la política social, esto es, qué es lo que explícitamente buscan modificar y de qué manera.

Abstract This article examined the ways in which the government apparatus responded to issues related to the social question in Argentina, through an analysis of transitional employment programs and conditional cash transfer programs. As a methodological strategy, we worked with secondary data on welfare provision in order to reconstruct the modes by which responsibility was assigned and solutions were developed for the social problems in question. The predominant framework for addressing these social issues placed a heavy emphasis on self-responsibility and individualization of actors. Through the rising importance of what is known as human capital, these policies sought to create new subjectivities which may become agents of their own conditions of deprivation. Within the social policies analyzed, the government diagnosed poverty as resulting from a lack of individual skills, capabilities and behavior.

Como estrategia expositiva se problematiza en primer lugar el rol que las políticas sociales ejercen dentro del régimen de acumulación en tanto parte y arte del modo de regulación social y político (Harvey, 2004); en segundo lugar, se describen las vinculaciones existentes entre políticas sociales y cuestión social clásica (CSC) y nueva cuestión social (NCS); en tercer lugar, se analizan los programas seleccionados en función de los objetivos que se han propuesto desde su diseño; por último, se concluye

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que dentro del diseño de las políticas sociales analizadas emerge con fuerza un diagnóstico sustentado en la individualización y responsabilización de los destinatarios en tanto agentes de sus condiciones de carencias.

no solamente han afectado la configuración de la estratificación social (al generar, disminuir o reproducir las desigualdades sociales), sino que también permiten gestionar las desigualdades al asignar a cada una de las esferas de la estructura social un rol en la distribución, asignación y garantía 3 de satisfactores , con el fin de determinar el sentido, la medida y el caudal de circulación de los mismos.

Políticas sociales y procesos de estructuración social: su impacto en la provisión del bienestar y la desigualdad Todo régimen de acumulación requiere de un modo de regulación social y 1 político que vuelva los comportamientos individuales compatibles con los requerimientos del régimen con el fin de garantizar su reproducción a largo plazo (Harvey, 2004). Las políticas sociales constituyen una de las instituciones centrales dado que, al dirigirse directamente a las condiciones de producción y reproducción de vida de diferentes sectores de la sociedad, implican una determinada gestión de las desigualdades (y de las exclusiones) al determinar los parámetros de reconocimiento/legitimación de las problemáticas sociales. Suponen, además, moldear y producir las condiciones de reproducción de esos mismos sectores. Así, el régimen de acumulación a la vez que contiene procesos que generan desigualdades, exclusiones y expulsiones sociales, establece, a través de las políticas sociales, mecanismos determinados que ponen límites y definen esos procesos.

Este tipo de perspectivas resultan relevantes dado que poseen la capacidad de establecer quiénes y cuáles son los ámbitos responsabilizados de garantizar determinados satisfactores, cuáles serán dichos satisfactores y cuáles necesidades serán realizadas. “Así pues, la política social moviliza recursos de unos sectores a otros mediante un conjunto de procedimientos que construyen y modulan las desigualdades sociales, al asignar a cada sector determinada responsabilidad en el suministro de recursos de bienestar” (Adelantado et. al., 2000: 20). Políticas sociales y nueva cuestión social: procesos de individuación como responsabilización por lo social Bajo los preceptos del neoliberalismo, las preocupaciones por lo social, tal como habían sido desarrolladas hasta mediados del siglo XX, fueron 4 flexibilizadas, erosionadas y, alguna de ellas, eliminadas . La NCS (Rosanvallon, 1995) significó una reconfiguración de la manera en que los actores gubernamentales respondieron a las problemáticas existentes.

Las políticas sociales constituyen, entonces, aquellas intervenciones (u omisiones) estatales que afectan las maneras en que los actores resuelven la satisfacción de sus necesidades sociales, se relacionan entre sí y con el medio. Particularmente las de atención a la pobreza significan la transferencia de determinados bienes o servicios (monetarios o no) que, independientemente de la trayectoria laboral de las personas, afectan la forma en que se producen y reproducen material y simbólicamente los actores. En este último sentido, las políticas sociales suponen, además, determinados modos de comportamientos por parte de las personas bajo su cobertura.

Tanto en la cuestión social clásica como en la denominada NCS, las distancias entre los principios y la forma en que se encontraban estructuradas las relaciones sociales dieron lugar a la aparición de políticas sociales, como las formas de intervención estatal para saldar esas brechas existentes. De esta manera, surgen como un elemento clave al problematizar cómo los estados han elegido responder a sus desigualdades, distancias y contradicciones. Si bien en la cuestión social clásica se vincularon al reconocimiento de derechos y garantías de corte universalista dependientes de las condiciones laborales de los actores (y se implementaron políticas de sanciones y aislamiento para aquellos por fuera del mercado laboral), durante la NCS significaron el recorte y reconfiguración de las políticas sociales universales junto con la proliferación de políticas sociales focalizadas y masivas (De Sena, 2011). La expresión de la NCS significó crear subjetividades que fueran agentes de sus propias condiciones de carencias al depositar así, en los individuos, la responsabilidad de modificar sus condiciones materiales de producción y reproducción de la vida. Desde esta perspectiva, las tan extendidas teorías del capital humano influyeron en el diseño, justificación e implementación de las políticas sociales y conformaron dispositivos que buscaron movilizar el accionar de los individuos y de los grupos familiares con el

Las políticas sociales constituyen aquellos instrumentos a través de los cuales se ordena, desde el aparato gubernamental, el flujo de provisión y acceso a determinados bienes y servicios vinculados, a lo que se ha definido, como bienestar. Esta conceptualización ha permitido reconstruir las diversas vinculaciones entre familias, comunidad y organizaciones sociales, mercado y estado. Las implicaciones no descansan solo en “compartir” los riesgos sociales sino también en configurar determinadas redes de responsabilización. En este sentido, poseen implicaciones en términos de estratificación, al impactar recursivamente en los procesos de estructura2 ción social (Adelantado et. al., 1998 y 2000). Con ello se comprende que 1

“Promueve, canaliza y restringe los comportamientos individuales, socializa los comportamientos heterogéneos de los agentes económicos y condiciona los mecanismos de ajuste de los mercados en función de reglas y principios de organización sin los cuales no podría funcionar. Pero esto se produce sin llegar nunca hasta el punto de negar la autonomía relativa de las estrategias estatales, empresariales e individuales, ni la heterogeneidad de las conductas de los agentes económicos que pueden encuadrarse dentro de una misma forma institucional” (Neffa, 2006: 281). 2 “El conjunto de los modos en que las prácticas de grupos e individuos están organizadas (instituciones) y relacionadas entre sí (procesos sociales), de manera que se crean unos ejes de desigualdad que configuran la identidad de esos individuos y grupos, así como los cursos posibles de la acción social (individual y colectiva). Dicho de otro modo, la estructura social sería la configuración de instituciones, reglas y recursos que atribuye condiciones de vida desiguales a las personas en un momento y un lugar determinados *…+ y es un sistema de posiciones preexistente

a los individuos [agentes] y con una cierta estabilidad en el tiempo, pero abierto a su reestructuración permanente en base a la acción colectiva de los mismos (aspecto procesual de la estructura).” (Adelantado et. al., 2000: 6). 3 “Los satisfactores no son los bienes económicos disponibles sino que están referidos a todo aquello que, por representar formas de ser, tener, hacer y estar, contribuye a la realización de las necesidades humanas” (Neef, 1986: 35). 4 “Los grupos partidarios de esta nueva perspectiva impulsan la desaparición de políticas sociales universales, el estímulo a la competencia, la transformación de los ciudadanos en empresarios de sí mismos y la construcción de un complejo dispositivo denominado “pobreza”, que tiene entre sus rasgos fundamentales la criminalización de quienes no han sabido administrar su “capital humano” de modo exitoso. De algún modo, digo, es impropio hablar de nueva cuestión social, pues en la racionalidad de gobierno neoliberal lo social, entendido como un entramado que contiene desigualdades, desaparece” (Murillo, 2011: 10).

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objeto de aumentar las capacidades, disposiciones y aptitudes para insertarse dentro del mercado laboral. Bajo la concepción de mejorar el capital humano, se diseñaron políticas que depositaron en las familias las responsabilidades respecto a cortar con la reproducción intergeneracional de la pobreza.

dir a aquellas intervenciones estatales que, al establecer una serie de condicionalidades, transfieren una cantidad específica de dinero los titulares de los programas en función de la cantidad de integrantes con particulares características dentro del hogar. El protagonismo de los PTCI, denominados como “los programa estrella de abordaje de la pobreza” (Martínez Franzoni y Voorend, 2008), se debe a su proliferación en la región. Según datos facilitados por Cecchini y Madariaga (2011), si se realiza una comparación espacio-temporal, hacia fi6 nales de la década de 1990 estaban presentes en 3 países de la región y en 2010 se extendieron a más de 18. Al mismo tiempo, han aumentado los montos ofrecidos, su cobertura y alcance geográfico. Por ejemplo, en 2010, los PTCI alcanzaban a más de 25 millones de familias latinoamericanas y caribeñas, lo cual llegó a cubrir 113 millones de personas, el 19% de la población, si se invierte el 0,40% del PIB regional. Han sido propuestos, además, como estrategias de reducción de la pobreza, principalmente por el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Red Interamericana de Protección Social (RIPSO) en el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Conjuntamente con 7 ello, han sido impulsados por los organismos internacionales de crédito como las maneras idóneas de responder a la pobreza por nivel de ingresos y de cortar con la transmisión intergeneracional de esta.

Esta perspectiva, entre otras, redujo las causas de lo que en dicho momento histórico se expresaron como problemas sociales a la falta de capital humano de las personas. Ello, como si los altos índices de desempleo, pobreza y desigualdad se debieran solo a una disminución de la cualificación de la mano de obra y no a condiciones estructurales que, implementadas desde la década de 1970, erosionaron no solamente la estructura del mercado laboral sino también el régimen de protecciones asociados a estos. Para Rose (2007), el desempleo pasó a ser comprendido y abordado como fomento e incentivo de la actividad individual vinculada a la búsqueda de empleo y al mejoramiento de las habilidades y aptitudes que le proveerán. Emerge la imagen de un sujeto emprendedor de sus propias condiciones de existencia. En sintonía con ello, se implementan una serie de políticas sociales focalizadas que buscan aumentar el capital humano de los sujetos, a fin de capacitarlos respecto a cómo presentarse en entrevistas laborales, cómo volverse sujetos empleables mediante la enseñanza de habilidades en oficios, etc. “En la enorme y tenebrosa industria de “entrenamiento”, el desempleo es problematizado como producto de la falta de habilidades individuales comercializables por los mismos desempleados, que debe ser contrarrestado por una multitud de organizaciones privadas que entrenan a los desempleados y compiten en un mercado por contratos y fondos públicos” (p. 138).

En el caso argentino, los antecedentes de los PTCI fueron los Programas 8 Transitorios de Empleo, que aunque poseen particularidades propias , implicaron una transferencia monetaria y condicionalidades bajo el objetivo explícito de aumentar la empleabilidad de las personas bajo su co9 bertura. Expresión de esto constituyen los Planes Trabajar en sus diferentes implementaciones (1996 I, 1997-1998 II y 1998-1999 III). Dentro de sus objetivos estuvo “generar empleo transitorio a trabajadores desocupados en condiciones de pobreza o vulnerabilidad social a través de la realización de actividades en su comunidad, reduciendo el impacto de la caída del nivel de ingresos de los hogares pobres por pérdida de empleo y mejorando la empleabilidad de dichos trabajadores” (SIEMPRO, 1997). Este programa se destaca entre otros por su importancia en términos de recursos, duración y cobertura, y por su influencia al Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados (PJyJHD) (Cruces, Epele y Guardia, 2008). El Plan Trabajar, en sus diferentes versiones, constituye una de las principales expresiones de lo que hemos conceptualizado desde las teorías del capital humano, al depositar buena parte de la “reversión de las condiciones de carencias” en características propias. Y los actores buscan aumentar la empleabilidad de los mismos, en este caso, a través del ejercicio y práctica laboral en obras públicas.

La NCS se presenta como una individualización del riesgo (Danani, 2005). Se focaliza en las características de los sectores desempleados y empobrecidos, a fin de proponer políticas que busquen el tan mentado empoderamiento, como pase hacia mejores condiciones de vida. Bajo este paradigma de política social, proliferan una cantidad de planes específicos que, como veremos a continuación, se han centralizado entre los planes 5 de empleo y los programas de transferencias condicionadas . En términos de provisión del bienestar, ello ha significado la transferencia de determinados bienes y servicios hacia algunos sectores poblacionales a cambio de específicos comportamientos individuales o familiares identificados con la interrupción de la transmisión intergeneracional de la pobreza. Ello se ha traducido en la búsqueda de un aumento de las competencias laborales, de la formación educacional, de la experiencia laboral y aptitudes para el empleo, de manera tal que los agentes se vuelvan competentes en la venta de su fuerza de trabajo en el mercado laboral como estrategia de superación de las condiciones de carencias, lo cual se traduce, en la región (a partir de mediados de la década del 1990), en lo que se ha conocido como Programas de Transferencias Condicionadas, como las formas en que los estados latinoamericanos han optado para abordar a aquellas situaciones en que grupos poblacionales no han podido garantizar la reproducción de su vida por medio del intercambio de su fuerza de trabajo en el mercado. Reservaremos la denominación de PTCI para alu-

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“Bolsa Éscola” en Brasil (1994), “Programa de Educación, Salud y Alimentación, Progresa” México (1997) y “Programa de Asignación Familiar PRAF-BID fase II” en Honduras (1998) 7 “Para el PNUD, la igualdad importa en el espacio de las libertades efectivas; es decir en términos de la ampliación para todos de las opciones de vida realmente disponibles para que puedan elegir con autonomía. Importan las oportunidades y el acceso a bienes y servicios, pero también el proceso mediante el cual los individuos son sujetos activos de su propio desarrollo, incidiendo responsablemente sobre sus vidas y su entorno” (PNUD, 2010: 6). 8 Como la pertenencia institucional dependiente del MTEySS, contraprestaciones vinculadas a la participación en empleos principalmente en la obra pública, y transferencias monetarias por núcleo doméstico y no por número de integrantes. 9 Fue el sucesor del programa intensivo de trabajo PIT y del PROAS-PRENO, intervinieron en su ejecución organizaciones no gubernamentales y organismos gubernamentales. Para 1997 se había implementado en todas las provincias del país.

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Ejemplo de ello fue el Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, implementado en 2008 en Argentina, “Programa destinado a brindar un conjunto de prestaciones integradas de apoyo a la construcción e implementación de un proyecto formativo y ocupacional para los jóvenes” (MTEySS).

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Complementariamente con ello, las condiciones de vida de las poblaciones no se han modificado sustancialmente. Los PTE y los PTCI han concentrado paulatinamente mayor cantidad de destinatarios. Ello no solamente ha significado mayores presupuestos e inclusión de destinatarios en la cobertura de estos programas, sino también a la persistencia de una problemática que afecta actualmente, al menos, a 3.5 millones de niños, niñas y adolescentes y sus familias en Argentina. Ello se encuentra en consonancia con la implementación de la llamada Asignación Universal por Hijo para Protección Social (AUH), vigente hasta hoy. Esta política establece un ingreso por hijo (hasta 5) menor de 18 años a los núcleos familiares que se encuentren desempleados o desarrollando empleos en el sector de la economía informal. Las condiciones exigidas por la política se refieren a la presentación de certificados sobre el cumplimiento con el plan nacional de vacunación de los hijos/as menores a cargo y el cumplimiento con la asistencia escolar obligatoria (Observatorio de la Seguridad Social, 2012).

El PJyJHD, implementado como respuesta a la crisis política, social e institucional de 2001-2002 en Argentina, abarcó dentro de las condicionalidades no solamente el cumplimiento del Jefe de Hogar con determinadas horas de trabajo sino también incluyó la salud y educación de las y los 10 menores de 18 años presentes en el hogar . El objetivo del programa fue brindar una ayuda económica a los hogares con jefes o jefas de hogar desempleados con hijos menores de 18 años a cargo, lo cual asegura, al mismo tiempo, la concurrencia escolar y el control de salud de los niños, la capacitación laboral de los destinatarios, su incorporación a la educación formal y a proyectos socioproductivos o comunitarios (Bertranou y Paz, 2007). Ello significó una de las principales expresiones estatales donde el objetivo explícito fue cortar con la reproducción intergeneracional de la pobreza, a fin de enfocarse en los menores presentes en el hogar. Si bien el cumplimiento de las condicionalidades del PJyJHD fue de muy difícil seguimiento, se observa ya en la respuesta estatal una preocupación explícita por aumentar el capital humano de los grupos familiares (a través de la atención de los niños, niñas y adolescentes en la educación y salud) y, por otra parte, la capacitación laboral de los jefes y jefas de hogar, lo cual aumentó la “competitividad” de los mismos en el mercado.

El objetivo de la AUH es “detener la dinámica de la pobreza intergeneracional *…+ creando una retroalimentación entre el aumento en el poder adquisitivo del hogar (y su consecuente mejora en la alimentación), el acceso a la educación y la salud *…+ Otro de los objetivos principales de la medida es consolidar el vínculo de las familias de menores recursos con la educación y la salud infantil. Esta meta es a largo plazo y está sostenida por el monto de la asignación y exigida por las condicionalidades de la misma” (Observatorio de la Seguridad Social, 2012: 17-19). En la AUH, explícitamente el corte con la transmisión intergeneracional de la pobreza queda supeditado al capital humano presente en los hogares, leído en clave de educación y salud.

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El Programa Familias por la Inclusión Social de 2004 significó no solamente el reconocimiento por primera vez de las mujeres como inempleables para el estado argentino y los organismos multilaterales de crédito que los impulsaban y financiaban, sino también el primer PTCI tal como es definido por el consenso académico en la materia: transferencias monetarias a núcleos domésticos (con determinadas características) por cada menor de 18 años a cargo, bajo la condición de cumplir con la educación y salud de los mismos. El objetivo del programa fue impulsar el desarrollo de las capacidades personales y el fortalecimiento de la organización y participación comunitaria. Desde la salud y la educación, se buscó promover la integración y protección de las familias en situación de vulnerabilidad o riesgo social.

Actualmente, la AUH posee 3.5 millones de niños, niñas y adolescentes bajo su cobertura (Observatorio de la Seguridad Social, 2012); en 2007, el PNFIS concentró 1.887.851 menores de 19 años y el PJyJHD llegó a concentrar 1.828.182 titulares del programa con niños menores a cargo. Ello ha significado no solamente, como hemos visto, una persistencia del tipo de políticas sociales implementadas, sino también la presencia significativa de una problemática recurrente como lo es la pobreza por nivel de ingresos de las poblaciones afectadas.

Cada vez más educación y salud emergen con fuerza como las disposiciones propicias que toda persona debe tener un mínimo para poder revertir las condiciones de carencias. De esta manera, si el objetivo fue impulsar el desarrollo de capacidades personales y cortar con la reproducción intergeneracional de la pobreza, a corto plazo se ofrecieron transferencias de dinero para garantizar la reproducción del hogar y, a largo plazo, la modificación de aptitudes, disposiciones y habilidades propias que descansan en características individuales e individualizables de los sujetos.

Como hemos observado a lo largo de este breve recorrido por los objetivos de los programas y algunos de los bienes y servicios que ponían a disposición de las poblaciones, la búsqueda de mejorar las aptitudes, capacidades y habilidades de los sujetos ha marcado fuertemente al periodo. Si bien es deseable, e incluso necesario, que se fortalezca el derecho de acceder y permanecer en los sistemas de salud y educación, ello no garantiza la disminución de los niveles de pobreza de las poblaciones. Como lo adelantó Castel (2001:409): «Desde el punto de vista de la democracia, es legítimo e incluso necesario atacar el problema de la “baja calificación” (es decir, en un lenguaje menos técnico, poner fin al subdesarrollo cultural de una parte de la población). Pero resulta ilusorio deducir que los noempleados podrán encontrar empleo simplemente elevando su nivel [...] hoy en día, no todo el mundo es calificado y competente, y la elevación del nivel de la formación sigue siendo un objetivo esencial, pero este imperativo democrático no debe disimular un problema nuevo y grave: la posible inempleabilidad de los calificados». Desde la estructura de las políticas sociales analizadas, la modificación de la situación problema ha descansado en el aumento del denominado capital humano de los actores. Ello ha contribuido a la definición de la situación problema a abordar,

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Una de las características de los planes de empleo que conservó fue que continuó realizando transferencias por cada núcleo doméstico y no en función del número de integrantes en el hogar. 11 La ley 25.561 había declarado en 2001 la Emergencia Sanitaria, Alimentaria y Ocupacional. En dicho contexto se implementó el PJyJHD, que llegó a concentrar más de 1.828.182 “beneficiarios” (Cruces: 2008: 22). Luego de una serie de renovaciones y prórrogas de las diversas “emergencias” los beneficiarios del programa fueron clasificados y reacomodados de acuerdo a su condición de empleabilidad. En función del artículo 3 del decreto 1506/2004, quienes fueron considerados como “empleables” se traspasaron al Seguro de Capacitación y Empleo, del MTEySS, los “inempleables” pasaron a depender del MDS y se ubicaron en: Plan Manos a la Obra o Familias por la Inclusión Social. El PNFIS fue una reconfiguración del Programa de Atención a Grupos Vulnerables, iniciado en 1996.

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a fin de promover que los sujetos sean agentes de sus condiciones de carencias, e individualizar, en tanto diagnóstico, las causas de las condiciones de carencias mediante la autorresponsabilización de los destinatarios.

mano, las causas de la pobreza. De esta manera, se contribuye a desdibujar no solamente la responsabilidad estatal en tal estado de cosas, sino y paralelamente, el derecho de las poblaciones a pedir por mejores accesos a la salud, educación y condiciones de vida frente a circunstancias estructurales que generan pobreza, marginalidad y exclusiones sociales.

Conclusiones-discusión Se ha visto que las políticas sociales analizadas, en tanto dispositivos de provisión del bienestar, pueden impactar en la producción, disminución o aumento de las desigualdades de una sociedad. Si por un lado ofrecen bienes materiales para aportar a las reproducciones de los hogares, por otro lado prevén una serie de comportamientos considerados como “deseables” para los actores bajo la cobertura de la política social. En este sentido, poseen determinadas definiciones no solamente de qué será considerado un problema social, sino también de cuáles son las soluciones acordes y quiénes los responsables de llevarlas a cabo.

Reflexión de la coeditora de sección Érika Hönig: el presente artículo ha desarrollado un acertado análisis de las dimensiones de los programas sociales del estado y sus efectos en la responsabilización e individualización de los actores. Como uno de los puntos tratados fue el capital humano, es importante destacar que tanto los roles del estado como del sector privado juegan un papel fundamental en el desarrollo y capacitación profesional de los individuos. Ambos deben generar políticas sociales que posibiliten cambios y mejoras favorables en los niveles personales y familiares. En ese sentido y desde el punto de vista psicosocial, es evidente que los programas de mejoramiento abarcan una serie de beneficios individuales y colectivos, ya que al estimular la autorresponsabilidad y las competencias personales, se crean estímulos indirectos que afectan a las personas relacionadas con su entorno. En las poblaciones más vulnerables se crean espacios para definir y establecer soluciones en una amplia gama de problemáticas sociales, como pobreza, delincuencia, desempleo, alcoholismo, drogadicción, intolerancia, exclusión, segregación, entre otros, todo lo cual establece la oportunidad de prevenir sus diversos factores de riesgo.

En los programas analizados, se ha observado que el diagnóstico y las soluciones se han focalizado en la individualización de los actores, particularmente a través de la autorresponsabilización de sus propias condiciones de carencias. Esta característica susceptible de rastrear en los programas sociales vincula las condiciones materiales de vida de las personas (aptitudes y capacidades propias), particularmente en calidad de individuos, sin referir a las condiciones estructurales que, en tanto complejos entramados causales, desembocaron en esas situaciones de carencias. A través de lo que hemos denominado como una individualización del riesgo, se ha focalizado en el aumento del “capital humano” como la clave en la modificación de las condiciones de carencias de los actores.

Reflexión de la coeditora de sección Pámela Neumann: en los últimos años, la iniquidad en América Latina ha sido un tema importante para muchos gobiernos en la región. Una de las estrategias gubernamentales más populares durante este periodo para reducir la pobreza han sido los programas de transferencias condicionales. Aunque a primera vista estos programas hayan tenido un impacto significativo frente esta problemática social, también han traído otras consecuencias quizá no esperadas, como las que se explican en este artículo: la fuerte tendencia de reducir la inequidad económica (y la pobreza) a un asunto de responsabilidad personal, en vez de tratarla como un problema estructural. Se podría decir que este fenómeno es parte de la ola de neoliberalismo que sigue teniendo mucha influencia, no solamente a nivel de la política pública, sino también en las vidas diarias de los más vulnerables. Esta dinámica trae consigo otras consecuencias muy preocupantes, dentro de las cuales vale la pena destacar una posible disminución de acción colectiva que podría presionar al estado a implementar políticas públicas más inclusivas que fortalezcan la solidaridad social, en vez de estigmatizar los sectores marginados.

Esta condición se ha hecho extensiva al grupo familiar cuando la política en pos de romper con la reproducción intergeneracional de la pobreza fomenta e intenta garantizar la asistencia de los niños, niñas y jóvenes a la educación (como en el caso del PJyJHD, PNFIS y AUH), lo cual da, por supuesto, que los problemas de empleabilidad se deben a faltas de los actores. A partir de allí comienza a conformarse un desdibujamiento de la responsabilidad que le compete a los aparatos gubernamentales, y recae la responsabilidad sobre los actores vulnerados por (y no vulnerables) el modelo. Desde esta perspectiva, las tan extendidas teorías del capital humano influyeron en el diseño, justificación e implementación de las políticas sociales para conformar dispositivos que buscaron movilizar el accionar de los individuos y de los grupos familiares con el objeto de aumentar las capacidades, disposiciones y aptitudes para insertarse dentro del mercado laboral. Ello no solamente ha significado un solapamiento respecto a los contextos políticos-económicos que generaron tales niveles de desigualdad y pobreza, sino que ha sostenido un diagnóstico que, al descansar en la autorresponsabilización de los agentes en condiciones de carencias, ha respondido a la problemática a través de procesos de individualización de las causas y soluciones.

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Resulta necesario e incluso deseable que los estados garanticen no solamente el acceso y permanencia en salud y educación, sino también las condiciones necesarias para la producción y reproducción autónoma de las poblaciones. No obstante, bajo el régimen capitalista de acumulación, un número cada vez mayor de personas se encuentran en condiciones de negación. Ello complementado por una serie de intervenciones que legitiman tal estado de cosas al individualizar, mediante la autorresponsabilización de los destinatarios bajo el pretexto del aumento del capital hu-

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Lógyca: De M. Curie y R. Franklin al científico contemporáneo From M. Curie and R. Franklin to the contemporary scientist Rosa-María Bermúdez-Cruz (1959, mexicana, Departamento de Genética y Biología Molecular. Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN. México). Rafael Quintero-Torres (1961, mexicano, Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada. Universidad Nacional Autónoma de México, México). roberm@cinvestav.mx, rquintero@fata.unam.mx

Resumen Solemos pensar que el futuro nos depara mejores condiciones de vida y de trabajo, y que la educación podría ayudarnos a incrementar la posibilidad de desarrollo humano e independencia económica; reflexión que se centra en la base de la formación de cuadros científicos para la investigación y la docencia y en el aumento de la base científica de la población en general. Aquí compartimos las ideas que presentan la diferencia entre las motivaciones de las personas para hacer el trabajo científico y el comportamiento real de los miembros jóvenes y consolidados; si este es el caso, la diferencia entre el desarrollo esperado y el logro real puede reducirse con mejoras en la formación de nuevos científicos y la formación de un ambiente retroalimentado en el que deben trabajar para ayudar realmente al progreso social.

venes que solo quieren aprobar una materia. La segunda es la retórica aceptada por la mayoría, donde se repite que la educación es la salvación para todos los males de los países en desarrollo, y por lo común no se especifica qué se entiende por educación ni cómo es que opera esa solución general, pero se sigue repitiendo. La tercera surge al consultar las biografías de las personalidades que dieron forma al contexto científico o tecnológico y que al estar en contacto con los antecedentes históricos de los desarrollos que forman nuestra realidad, nos maravillamos de las condiciones que les dieron forma.

Palabras clave: educación, ciencia, investigación, posgrado. Recibido: 27-11-2013 → Aceptado: 11-12-2013

Cítese así: Bermúdez-Cruz, R. M. & Quintero-Torres, R. (2014). De M. Curie y R. Franklin al científico contemporáneo. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 9-14. Abstract We think that the future is full with better opportunities for work and a better standard of living awaits us, all driven by education offering better prospects for development and fueling the economic progress; this reflection is key in the foundation to build a scientific base to carry on investigation and teaching as well as to aspire to increase the scientific knowledge of the society as a whole. Here we unveil ideas presenting the difference between people motivations to do scientific work and actual behavior of junior and senior members, if this is the case, the difference between the expected development and the actual achievement can be decreased with improvements in the formation of new scientists and the ecosystem where they should work to really assist the social progress.

El problema al que valdría la pena prestar atención es que la relación entre estas tres observaciones es muy estrecha, incluso irresoluble, ya que la formación de los cuadros de investigación, docencia y educación se dan en un ambiente particular que fomenta o inhibe la solución del problema. Entender la relación de la planta de investigadores y la formación de nuevos investigadores, por un lado, y la planta docente y la formación de docentes, por el otro, así como la expectativa que se tiene de las funciones de estos y su participación en el desarrollo de la sociedad es poco cuestionada. Pareciera que ser investigador o docente es un pase automático al edificio sin crítica y sin culpa. En este contexto es que aspectos como la personalidad de los investigadores y la motivación que los condujo al trabajo académico y las expectativas que se les transmite en el proceso de formación académica son relevantes para entender la situación en que nos encontramos. Como referencia se comentan dos casos de figuras históricas bien conocidas que podría ilustrar este problema, el cual está exacerbado en los países en desarrollo. No es relevante para esta comparación el género, el tiempo o el país. Lo trascendente en esta reflexión está en los aspectos poco contabilizados como la motivación al trabajo y su personalidad, porque en alguna medida estas características pueden ser guiadas durante el proceso educativo.

Key words: education, postgraduate, research, science.

Introducción Este trabajo se centra en tres observaciones. La primera es que cuando somos niños, se tiene gran curiosidad por entender cómo suceden los fenómenos y cómo operan las cosas, curiosidad que tiende a apagarse con el tipo de educación que se ha institucionalizado. Desvirtuamos la maravillosa necesidad de comprender los fenómenos, para convertirnos en jó-

Marie Curie y Rosalind Franklin, al igual que otras personas, conservaron hasta la edad adulta ese anhelo de entender cómo funcionan las cosas, lo que les permitió realizar grandes avances en el área científica, y es eso lo que distingue a un investigador que hace ciencia de quienes no (Cereijido, 1994: 72). Es deseable en las sociedades saludables que, además de tener una población general enterada científicamente, se pueda contar con investigadores científicos, y de un ambiente retroalimentado donde se puedan desarrollar las potencialidades humanas.

http://www.sapiensresearch.org/ http://issuu.com/sapiens-research 9/14


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En un contexto general se acepta que el beneficio de la ciencia se da al lograr siete condiciones (Seelig, 2012:85). Producir ideas, poseer el conocimiento, tener la actitud pertinente, trabajar en un ambiente retroalimentado, donde la cultura no es extraña a la educación, los recursos son acordes a las necesidades y existe una ética de trabajo. Estas características están consideradas, en alguna medida, en esta reflexión, pero más aún, su búsqueda consciente, donde las primeras tres son logros individuales, las siguientes tres dependen de la sociedad en que se habita, y la última debe ser agregada en ambientes donde no hay orden para guiar el trabajo de los jóvenes; y el desarrollo de estas características debería ser parte de los programas de desarrollo social. Conocimiento y desarrollo En nuestro país, una hipótesis frecuente es que, si se aumenta el número de investigadores con posgrado, el desarrollo sobrevendrá consecuentemente, como ha sucedido en países desarrollados. Analicemos esta posibilidad: el indicador habitual de nuestro retraso se podría explicar por el reducido número de investigadores (~20,000) pertenecientes al Sistema 1 Nacional de Investigadores (SNI) (Ver figura 1), que ciertamente es muy pequeño. Sin embargo, no debemos engañarnos con su significado; este número no representa el total de la actividad científica. Ni siquiera se puede considerar como un indicador de desarrollo mejor que, por ejemplo, el número de los graduados de preparatoria (Quintero-Torres y Bermúdez-Cruz, 2010:13-14). Figura 1: Número de Investigadores nacionales registrados en el sistema nacional de investigadores de 1984-2013

Número de Investigadores Nacionales

20000 18000 16000 14000 12000

La tabla 1 nos muestra que la edad promedio de dichos investigadores va de 40 a 70 años, pero ¿se considera ésta la población activa? Ya que si bien la edad no debiera ser un indicador académico, a favor o en contra, sí resulta que la señoría académica se asocia, en algunos casos, con actividades no relacionadas con la investigación, como la administración. Asimismo, las reglas para ingresar y permanecer en el SNI son dictadas por los miembros de las máximas categorías de dicho organismo, que de manera natural tienden a replicar su perfil. Analizando otros indicadores como los que se ilustran en la tabla 2, de la población que es mayor de 20 años y que podría haber terminado la preparatoria, observamos que México tiene 32% con certificado de preparatoria, mientras que Estados Unidos tiene más del 80%, y otros países desarrollados alcanzan prácticamente el 100%, lo que sugeriría que la educación básica podría ser un indicador tan o más aceptable, ya que coincide con la gran diferencia económica entre los países. Con respecto a la población mayor de 25 años, los Estados Unidos tiene 40% y 1,5% de graduados de licenciatura y de doctorado, respectivamente, mientras México únicamente posee el 14% y 0,4%, respectivamente.

10000 8000 6000 4000 2000 0 84 86 88 90 92 94 96 98 00 02 04 06 08 10 12

AÑO Para el fin que aquí se persigue, el problema reside en contar con información suficiente para juzgar cualquier comparación. Para ello, establezcamos un parámetro de comparación: nuestro país vecino, los Estados Unidos de América, que muestra sus estadísticas desde hace tiempo; México solo recientemente nos ofrece algunas. Veamos la figura 1 y la tabla 2 como indicadores de que la estrategia para promover el desarrollo puede estar mal enfocada. Para el año 2010 se registraron 250 mil individuos con doctorado y solo cerca de 15.000 de ellos pertenecían al SNI, los cuales ciertamente perciben un estímulo económico adicional a su sueldo por parte del gobierno, pero difícilmente indica algo más que eso. Con todo y el deseo del gobierno de estimular la investigación, aunado a los estrictos criterios de selección, esto no se logra. 1

Tabla 1: Edad promedio de investigador nacional

Aunque el número de investigadores en el SNI ha aumentado, su edad promedio es elevada y difícilmente se puede encontrar una repercusión de desarrollo en el ámbito nacional, sólo en el personal de cada uno de ellos (Celis-Colin, 1998:40). Así, el SNI termina siendo únicamente un programa gubernamental para complementar el salario de los profesionales de la investigación (los que pueden probar que su actividad primordial conduce a la publicación científica), y no necesariamente de los investigadores que, junto con los emprendedores, se requieren en las sociedades en desarrollo, ni que su número puede usarse para indicar algo más que pertenecer al programa. Nuestro país no logra un desarrollo tecnológico significativo que le permita crecer y subsistir de manera independiente, por lo que es necesario reflexionar en las posibles causas que generan esto. Así que no se encuentra que el número de investigadores en el SNI sea un mejor indicador que el porcentaje de personas con certificado de preparatoria para calificar el desarrollo del país. Incluso la formación de los cuadros de docentes e investigadores recae en buena medida bajo la responsabilidad de los pertenecientes al SIN. Lo que les enseñan en esa atmósfera y lo que aprenden del contacto con ellos influencia en buena medida su formación (Morales Gómez, 2007:12).

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En la figura 2 se muestra que anualmente México tiene en promedio aproximadamente 2.000 graduados de doctorado, mientras que Estados Unidos gradúa aproximadamente 60.000. Al margen de la gran diferencia numérica, la repercusión es mayor al considerar que en estos recaerá la responsabilidad docente y de investigación de los próximos años, lo que obliga a preguntarse: ¿necesitamos graduar más licenciados, maestros y doctores que vienen de un sistema desordenado? Se debe considerar que buena parte de ellos serán maestros formadores de estudiantes jóvenes que replicarán el comportamiento que cuestionamos. Figura 2: Grados de doctorado otorgados en México (gráfico de la izquierda) de 1996 a 2010 y en EE.UU. de 1996 a 2010 (gráfico de la derecha) Los datos están separados por ciencias naturales y otras, además de agregar la línea del aumento de la población. Datos de referencia [5] y [6].

por otro lado, por lo difícil que es juzgar el logro de objetivos como la educación, la cultura científica y el desarrollo del país. Esta falta de crítica nutre la definición de criterios de fomento a la ciencia por medio del culto a la personalidad y el corporativismo científico, en lugar de recuperar la actividad científica y el plantear y resolver problemas de la sociedad. Los ejemplos propuestos surgieron de la posibilidad de ilustrar dos aspectos que poco aparecen en los números de la administración de la ciencia. La doctora Curie, como ejemplo de liderazgo intelectual y no corporativo, que puntualiza que la motivación para el trabajo no son los estímulos gubernamentales. La doctora Franklin, que parece indicar que el logro de su trabajo no requiere de complacer los requisitos institucionales y que contrasta con los indicadores de éxito aceptados hoy día que requieren dictar múltiples cursos, publicar numerosos artículos, graduar a varios estudiantes, participar en sendos comités, aderezado con la publicación de libros, organizar congresos y demás actividades relevantes que fluyen de manera natural en organizaciones de corporativismo científico. Así es que la intención no es la de sumar casos de científicos exitosos nativos o del pasado, más aún elucidar la receta para que en el futuro tengamos suficiente número de estos. Madame Curie y las facilidades para el trabajo Iniciemos por comentar el caso de Madame Curie que, al ser mujer y pionera en campos donde los hombres sobresalían, enfrentaba la apreciación de que las mujeres no tenían cabida, como lo era el área científica, y vivió un proceso difícil. Ella nació en Varsovia, estudió Física y Matemáticas y, posteriormente, adquirió la ciudadanía francesa; fue la primera mujer en la Sorbona y la primera galardonada dos veces con el Premio Nobel. Pionera de la radiactividad, estudió sus propiedades y descubrió los elementos Polonio y Radio; para lo cual trabajó con prácticamente una tonelada del mineral uranita que contenía Uranio, Radio y Polonio en muy pequeñas cantidades (Curie, 1937). Las condiciones en las que trabajó toda su vida no fueron las óptimas para su salud, ni para facilitar el trabajo en el laboratorio. Con el fin de realizar sus investigaciones, trabajó en un cuarto de almacén abandonado en la universidad, que no tenía el mínimo equipamiento para funcionar como laboratorio; nada parecido a los laboratorios con los que ahora contamos. Se propuso caracterizar los elementos radiactivos no conocidos presentes en la uranita, y lo logró.

La preocupación implícita es que el uso de palabras con alto contenido emocional como educación o investigación, es decir, el solo nombre, justifica que se apoyen aunque se ignore cómo se hace o cómo se evalúa esta actividad; esta tendencia produce con el tiempo un desarrollo rampante de los sindicatos, la burocracia, las elites autocomplacidas y los sinsentidos. Además, los problemas nacionales siguen esperando mejores tiempos. Todo esto es, en parte, alimentado por la facilidad de asignar recursos para aumentar el número de alumnos, de escuelas o de artículos y,

Como sabemos, murió de una enfermedad debido a la cual todas las líneas celulares de la sangre estaban disminuidas, por lo que siempre sentía cansancio; sin embargo, el agotamiento resultante de esta enfermedad que desconocía tener no le impidió continuar con su pasión por la ciencia. Publicó 32 artículos, todos relacionados con la radiactividad y sus propiedades, así como las particularidades de algunos elementos radiactivos que tenían aplicación potencial en la medicina, para reducir el tamaño de tumores. Después, logró una posición en la universidad, que le fue otorgada a la muerte de su esposo, y seguía realizando investigación y enseñando a estudiantes; incluso, su hija Irene (que obtuvo otro premio Nobel) fue una de sus estudiantes. El científico contemporáneo, no tiene todos los inconvenientes que ella encontró. Generalmente, cuando alguien se inicia en la ciencia, atraído por su belleza, es natural tener acceso a un laboratorio más o menos equipado, donde puede trabajar y obtener algunos resultados novedosos. Posiblemente continuará sus estudios hasta concluir el doctorado y realizará algún estudio posdoctoral. No obstante, cuando finalmente se esta-

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blece en un laboratorio que queda a su cargo, no siempre continúa haciendo experimentos. El sistema conduce a que los científicos se dediquen a conseguir presupuesto para atraer estudiantes que trabajen para él y así poder patrocinar los proyectos de investigación que le proporcionen el grado al estudiante y alguna publicación, lo cual le va a generar un cierto número de puntos que son valorados de acuerdo con los criterios de cada institución, al igual que al aspirar a promociones en el SNI y a buscar financiamiento en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). De modo que sí puede verse cómo los científicos contemporáneos dedican una buena cantidad de tiempo a actividades administrativas o a ser parte de una organización para la producción de publicaciones científicas. Más que moraleja, esta reflexión tiene un contraste histórico donde, además de la diferencia temporal, podría conducir a especular acerca de la actitud hacia el trabajo científico y la responsabilidad que se adquiere al perseguir tal profesión. Rosalind Franklin y el efecto de la personalidad en el trabajo Otro ejemplo histórico es Rosalind Franklin, que nació en Londres y estudió química en Newnham College, en Cambridge, Inglaterra. Ella realizó su trabajo de posgrado en cromatografía de gases bajo la dirección de Ronald Norrish, que obtuvo el premio Nobel en 1967. De 1942-1952 trabajó en el laboratorio central de ciencias químicas en París, a fin de estudiar la estructura física del carbón y el carbono por difracción de rayos X. Después, en Londres, continuó empleando la misma técnica para estudiar virus y el ADN en King College en Londres y, al poco tiempo, anunció que el ADN existía en dos formas, A y B, ambas helicoidales. Murió de cáncer de ovario a la edad de 38 años, en 1958 (Maddox, 2004). Es importante detallar algunos aspectos humanos que rodean la última etapa académica de su vida, pues un mal entendido ocasionado por J. T. Randall, jefe del laboratorio, donde Rosalind recién se incorporaba, tuvo efectos duraderos. Ella tenía entendido que trabajaría de manera independiente, y Wilkins, que ya trabajaba en el laboratorio, tenía entendido que Rosalind trabajaría con él. Esto condujo a lo que se llama la sombra del ADN, ya que ellos nunca se llevaron bien ni pudieron trabajar juntos.

quisiéramos que fueran independientes. ¿Debemos aceptar el estado de las organizaciones de los laboratorios en cuanto al trato con los estudiantes o la persecución de temas de investigación sin cuestionar ninguno? Hoy día se espera que los profesores o científicos pertenezcan al SNI y que estén clasificados en la máxima categoría, tengan un cierto número de publicaciones por año, gradúen un cierto número de estudiantes, den conferencias, pertenezcan a diversos comités y sociedades científicas, den entrevistas, clases, asesorías, escriban notas periodísticas, etcétera, pero, ¿cuáles de estas actividades fluyen amigablemente sin un trato cordial con el sistema establecido?, ¿dónde queda el trabajo experimental al que no se le puede invertir el tiempo suficiente? ¿Es humanamente posible hacer todo esto? ¿Cómo se construye el trato con los estudiantes, que dejan de ser personas para convertirse en medios para lograr el avance de los investigadores exitosos? ¿Qué entrenamiento reciben los nuevos y futuros investigadores? ¿Dónde queda el objetivo que inició todo este camino si se entiende como la pasión por la ciencia? Contexto social de los involucrados en la formación de postgrado Pocos investigadores se percatan de la situación a la que el sistema actual los está empujando, condición que no deja tiempo para generar investigación científica ni para formar recursos humanos; y estos administradores de laboratorio solo se dedican a obtener fondos para continuar generando todos los puntos y productos que el sistema les demanda. Los estudiantes formados en este ambiente serán investigadores que también reproduzcan este sistema, es decir, se preocuparán de atender las demandas del sistema para cumplir y, al mismo tiempo, como fueron formados por un investigador que dedicó poco tiempo a su formación, ellos podrían no dedicarlo a la formación de sus estudiantes. De esta manera, no es extraño que estos administradores de laboratorio firmen como autores de artículos donde tienen poca participación en la estrategia o la metodología utilizada.

Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins recibieron el premio Nobel en 1962, por el descubrimiento de la estructura molecular del ácido nucleico y su significado en la transferencia de información en material vivo. Rosalind no recibió mención alguna, y aunque su resultado experimental (famoso experimento 51) fue crucial para desentrañar la naturaleza de la estructura del ADN, murió sin que se le entregara el premio Nobel. De los tres trabajos seminales sobre la estructura del ADN publicados en Nature 171, 1953, uno fue de la Dra. Franklin. Ella no fue coautora en ninguno de los trabajos de los investigadores que recibieron dicho premio Nobel.

Es incorrecto pensar que todo investigador debe ser buen docente porque, en principio, el investigador está interesado en generar conocimiento y el docente, en asegurarse que el conocimiento sea transferido y en formar al estudiante. Investigar es el método para entender y su motor es el conocimiento, donde la esperanza es hacer investigación científica. Educar es promover actitudes, habilidades y conocimiento en un individuo, y su motor es el alumno (Postman, 1996). Así, dado que los programas de postgrado tienen que ver con la formación de estudiantes, hay que promover actitudes y habilidades en los estudiantes que les permitan definir problemas y, con el uso del método científico, desarrollar propuestas metodológicas para la solución de dichos problemas. Hacer ciencia es el estudio de las cosas y los procesos, con el propósito de entender a la naturaleza; por lo tanto, sería deseable desarrollar lo que hay muy poco en México: investigación científica.

Su muerte la dejó al margen del mérito que rodea el entendimiento del ADN, aunque varios de sus colegas la clasifican como una científica extremadamente talentosa. Rosalind se la ha cubierto de un velo un tanto despectivo, al describirla como una mujer de carácter difícil. Uno entonces se pregunta, ¿qué relación guarda la personalidad de los investigadores con su progreso o posibilidad de éxito? De la misma manera, se puede reflexionar sobre la influencia que las diferentes reglas no escritas pero establecidas en cada laboratorio (por inercia o beneficio de los investigadores) influye en la formación de nuevos cuadros de investigadores que

La interacción alumno-profesor es muy importante, y cualquiera que sea el resultado es importante considerar que este tendrá repercusiones más duraderas que solo los estudios de postgrado. Para formar a un investigador científico es necesario fomentar “niños con método científico”; es decir, se requiere de promover actividades que estimulen la curiosidad y de practicar el método científico, el cual se perfecciona en contacto con los fenómenos naturales. La hipótesis optimista es que los jóvenes son curiosos y con método de trabajo. Sin embargo, ¿se puede formar un investigador con ellos? ¿Se puede despertar la curiosidad que ha quedado

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olvidada después de años de desalentarla con el tipo de educación institucionalizada (restricción de la curiosidad por memorizar asuntos académicos triviales) y nada estimulante que prevalece en muchos países? (Celis-Colin, 1998:38). La respuesta es que aunque no es imposible; es un reto difícil. Comportamiento de profesores-investigadores y estudiantes Se debe valorar el comportamiento del profesor, que en este caso es un investigador (o esperamos que lo sea). Es importante el efecto que este investigador puede tener en la formación de un estudiante o investigador. ¿Es la administración de la investigación el pináculo de la carrera científica? El estudiante tiende a mimetizarse con el profesor: los malos hábitos tienden a propagarse por una extraña razón. En México se propagan más los malos que los buenos, aunque por supuesto existen las excepciones, donde el estudiante es ejemplar a pesar de un profesor menos meritorio; o cuando existen las situaciones con profesores muy dedicados y con estudiantes con formación deficiente, donde el estudiante puede salir beneficiado. Las actitudes que pueden comprometer el éxito de los programas de posgrado pueden ser muy variadas, pero algunas puede estar agudizadas por la “libertad de cátedra” y por la poca responsabilidad de formación en los nuevos investigadores. Durante los cursos, como grupo heterogéneo de investigadores, la actitud de los profesores marca grandes diferencias, desde fomentar dependencia en los estudiantes hasta ser ellos los instructores del profesor. La actitud de los estudiantes (futuros investigadores) es la misma que aquella de la educación básica, es decir, pasar el curso, ya que aprender no es importante. Como parte de la formación de los estudiantes, es importante decir que estos tienen que acudir a numerosos seminarios donde se presentan diversas temáticas de investigación y ellos, con los conocimientos adquiridos y metodologías desarrolladas, deberían ser capaces de analizar, criticar, evaluar y cuestionar los trabajos que se presentan. Sin embargo algunos se presentan a los seminarios a pasar lista y no a analizar, evaluar ni realizar ninguna pregunta acerca del trabajo expuesto. Todo esto indica que el programa tolera este desinterés y promueve malos hábitos en los alumnos de postgrado (los futuros investigadores). En los laboratorios, los investigadores tienen diversas actitudes, las cuales van desde proveer a los estudiantes de proyectos integrales que además de proponerse ciertos objetivos, dichos proyectos tienen contemplado el aprender diversas metodologías, hasta proyectos donde no hay objetivos definidos y sólo dominan una técnica durante todo el desarrollo del proyecto para que así el aporte de este proyecto individual sea parte de todo un trabajo que se publicará junto con la aportación de otros estudiantes y el investigador se verá beneficiado. De manera tal que, en el primer caso, los estudiantes tienen una visión completa desde el planteamiento de una pregunta hasta la concepción de una solución al utilizar el método científico. Al término del trabajo, con la concomitante adquisición de conocimientos y un cierto número de metodologías adquiridas, no solo son capaces de entender otros proyectos sino de proponer estrategias y metodologías para resolver preguntas. En el segundo caso, no hay suficiente plataforma para adquirir toda esa capacidad de análisis, por lo que su formación será deficiente y frustrante, actitud que pueden reproducir cuando sean investigadores independientes.

Tabla 2: Análisis de nivel de estudios entre México y EE.UU.

(a1) 308.745.538; (a2) 225.477.982; (a3) 191.656.285; (a4) 203.891.983; (a5) 81.556.793; (a6) 3.058.379; (b) 14.657.800.000.000

Cómo debe leerse las columnas de la tabla 2 En lugar de poner el número que le corresponde a la característica señalada (en el caso de Estados Unidos), se optó por expresar ese número como “el cociente del número en EE.UU. entre el número en México”. Por ejemplo, en el rubro de la población total se escribe 2,8 ya que 308.745.538 (población en EU)/ 112.336.538 (población en México) es igual a 2,7484. En cuanto a los porcentajes, estos son relativos a su respectivo país. Por ejemplo, en el rubro de población con o más de 20 años, en EE.UU corresponde al 73% (de 308.745.538) y en México corresponde a 61% (de 112.336.538), todo esto en el año 2010. En relación a los datos aquí empleados, existe incertidumbre desde la fuente, porque la clasificación no es uniforme en el tiempo ni entre países. La separación entre posgrado y doctorado no es generalizada, como tampoco lo es la clasificación temática de incluir medicina o computación en el grupo de ciencias naturales. La información no es reunida consistentemente ni en EE.UU., donde la oficina encargada de esto (Council of graduate schools) no la clasifica sino que la obtiene directamente de las universidades clasificada con criterios diferentes. Así que el número total es consistente, pero la clasificación es cuestionable. Sería muy deseable que los puntos de reflexión aquí enumerados se mostraran a la par de los criterios habituales de calificación de los programas de posgrado basados en los resultados de los investigadores, ya que estos solos podrían ser insuficientes, y que incluyeran el impacto producido en los estudiantes del programa. Aspectos intangibles como la personalidad de los involucrados y el ambiente académico que se fomenta o tolera dentro de los programas pueden tener un impacto más allá de la estancia de los futuros investigadores y formadores de investigadores en el programa, y nos pueden acercar o alejar del anhelado objetivo de mejorar de manera continua, y formar mejores investigadores con la capacidad para generar conocimiento y formar a otros investigadores para mejorar la condición de vida del país. Conclusiones-discusión Los indicadores de progreso de nuestro país no pueden enfocarse exclusivamente en el porcentaje de la población que posee certificado de preparatoria (educación básica), como puede hacerse para otros países, y mucho menos en el número de investigadores que existen en el país, como indica nuestra reflexión. Lo que se sugiere es que el enfoque debe ponerse en tener mejores escuelas de educación básica (primaria, secundaria y preparatoria) y formar mejores investigadores científicos para que estos, a su vez, tiendan a reproducir un sistema virtuoso y se generen mejores docentes e investigadores.

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Respecto a nuestras referencias históricas, concluimos que, debido al sistema existente de evaluación y estimulo de científicos en México en particular y de manera similar en otros países, no es tan fácil encontrar científicos apasionados que trabajen como Madame Curie y menos aún como la Dra. Franklin, ya que ahora, para tener voz en las decisiones que involucran la investigación, el posgrado y la docencia, se deben tener buenas relaciones con las autoridades y el sistema.

otros países como España o Italia. Creo que realizar un análisis comparativo de las relaciones entre recursos dedicados a la investigación, sistemas educativos y productividad científica en distintos países sería algo muy complicado, pero me gustaría mucho recibir comentarios de otros investigadores que puedan aportar sus propias experiencias, opiniones y perspectivas sobre este tema. Referencias bibliográficas

Las características requeridas para sostener un sistema virtuoso de investigación científica requiere estudiantes y mentores talentosos con ideas, con conocimiento y con actitudes ambiciosas, pero también de un ambiente que permita el desarrollo de estas habilidades por medio de un ambiente retroalimentado estimulante (Alon, 2009:1), de una cultura sólida y de recursos disponibles para el desarrollo de las ideas, adicionalmente de ética que permita que las decisiones sean medidas con la delicadeza que tienen los problemas de los países en desarrollo. La historia presenta ejemplos de esto que son pertinentes aun hoy día, donde la responsabilidad de los participantes se extiende por más tiempo que solo dar una clase o interactuar con un estudiante, pues se está involucrado en el futuro de la investigación científica y la docencia de los países. Reflexión del editor Nicola Caon: Este artículo presenta una interesante perspectiva sobre los fallos del sistema educativo en la formación de científicos. Comparto la opinión de que el problema fundamental es que los científicos, al progresar en sus carreras, se transforman en administradores y gestores de proyectos, donde es más importante el número de artículos publicados o la cantidad de fondos obtenidos, que el anhelo de buscar avances científicos relevantes y significativos. Los estudiantes y jóvenes investigadores quedan atrapados en este sistema, lo cual los convierte en simples obreros de la investigación, pierden el entusiasmo y espíritu inicial, y sin tener la oportunidad de desarrollar su propias capacidades críticas e independencia a la hora de hacer ciencia. Aunque las reflexiones de los autores surgen de la situación específica del país en el que trabajan (México), lo mismo vale, estoy convencido, para muchos

Alon, U. (2009). How to choose a good scientific problem. Mol Cell,35,726-728. Celis-Colin, G. (1988). La formación de investigadores en México. Ciencia y desarrollo, 140. Cereijido, M. (1994). Ciencia sin seso. Locura doble. México: Siglo XXI Editores. Curie, E. (1937). Madame Curie. New York: Double Day & Doran Company. Fuentes de datos para EE.UU: U.S. Census Bureau. Extraído desde: http://www.census.gov/. U.S. Department of Commerce, Bureau of Economic Analysis. Extraído desde: http://www.bea.gov/. National Science Foundation. Extraído desde http://www.nsf.gov/ Council of graduate schools. Extraído desde: http://www.cgsnet.gov/ Fuentes de datos para México: Sistema integrado de Información, sobre investigación científica y tecnológica. Extraído desde: http://www.siicyt.gob.mx/siicyt/referencias/datos_estadisticos. Instituto Nacional de Geografía Estadística e informática. Extraído desde: http://www.inegi.gob.mx/inegi/. Maddox, B. (2002). Rosalind Franklin: The Dark Lady of DNA. New York: HarperCollin Publishers. Morales-Gómez, J. R. (2007). El currículo oculto. México-UNAM: Educar. Programa para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnología en México. Extraído desde: http://www.conacyt.gob.mx/SNI/Paginas/default.aspx. Postman, N. (1996). The End of Education: Redefining the Value of School. New York: Vintage. Quintero-Torres, R y Bermúdez Cruz, R. M. (2010). Ciencia, ingeniería y sociedad. Ciencia, 61, 13-15. Extraído desde: http://www.revistaciencia.amc.edu.mx/index.php?option=com_content&id=168 Seelig, T. (2012). inGenius: A Crash Course on Creativity. New York: HarperCollins.

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Psique Artículos anteriores: V1N1-2011: La inclusión educativa, la necesidad de transformación ante nuevas realidades V1N2-2011: Trabajando contra la violencia de sexo/género Fenomenología de la violencia V2N1-2012: Modelo de gestión por competencias aplicado al proceso de capacitación en una institución de salud pública de la quinta región de Chile Los avatares de la pre-adolescencia: conflictos y propuestas para su transición V2N2-2012: Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? Bullying a través de las TIC Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural V3N2-2013: Interculturalidad y ciencias de la educación en lengua de señas chilena Mujeres de Edipo y los avatares de lo femenino en la mentalidad de occidente Abuso sexual en la niñez


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Psique: El apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto Anxious parental attachment and aggressiveness in the subject María-José Arias-Toro (1983, chilena, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile) mariajoseariastoro@gmail.com

Resumen La investigación tuvo por objetivo principal la relación del apego parental ansioso con la agresividad en el sujeto, por lo cual se indagó acerca de la posible concordancia entre determinados patrones de apego con la agresividad. Lo anterior se realizó investigando acerca de la teoría del apego propuesta por John Bowlby y los diversos tipos de apego postulados por Mary Ainsworth. Igualmente, se inquirió acerca de la noción de agresividad en psicoanálisis, según Sigmund Freud, por lo que se emprendió un pequeño recorrido por pasajes de su obra en que hace referencia a la pulsión y otras instancias de la vida anímica del sujeto, donde pone de manifiesto la noción de agresividad. Asimismo, se observó, de un modo secundario, las posturas que tienen Anna Freud y Jacques Lacan con respecto a la agresividad.

Si bien todas las teorías psicoanalíticas abordan la agresividad y en la búsqueda bibliográfica se observa material sobre lo mencionado, en teorías etológicas, conductistas, sociológicas, etc., que ponen como responsable al ambiente y las relaciones humanas que se dan en sociedad como causa de comportamientos disfuncionales, surge el cuestionamiento sobre si realmente una definida tipología de apego tiene correspondencia con la agresividad o va más allá de aquello.

Palabras clave: agresividad, conductas disruptivas, infante, patrón de apego, pulsión, sujeto, vínculo. Recibido: 10-01-2014 → Aceptado: 17-01-2014

Cítese así: Arias-Toro, M. J. (2014). El apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 15-20. Abstract The main purpose of the investigation was to study the relation between anxious parental attachment and aggressiveness in the subject, questioning the possible correlation between certain patterns of attachment with the aggressive behavior. This was done by investigating about the attachment theory proposed by John Bowlby and the diverse types of attachment postulated by Mary Ainsworth. At the same time, the notion of aggressiveness in Psychoanalysis by Sigmund Freud was questioned, thus parts of his work that refer to the impulse and other instances of the mental life of the subject were explored, which illustrate the notion of aggressiveness. It was also observed, in a secondary form, the postures of Anna Freud and Jacques Lacan about aggressive behavior. Key words: aggressiveness, disruptive behaviors, impulse, infant, linkage, pattern of attachment, subject.

Introducción Imperecederamente, la agresividad ha estado presente en los inicios de la humanidad, y hoy hemos sido testigos de innumerables casos donde hacen su aparición diferentes fenómenos o hitos de violencia familiar, asaltos, desbordes sociales, entre otros. Por eso, parece significativo, interesante y necesario poder abordar este conflicto desde la perspectiva del sujeto como tal y en donde la violencia podrá encontrar respuestas desde los enfoques teóricos citados.

Teoría del apego: algunas precisiones acerca de los conceptos de apego y vínculo En primera instancia es necesario tener presente que tanto el concepto de vínculo como el de apego, si bien tienen relación, no son lo mismo. El concepto de apego podría decirse que es anterior a lo que se definirá como vínculo y teoría del apego propiamente dicha. En términos sencillos tendrá su origen en la etología: “El tipo de conducta descrito se caracteriza por dos rasgos principales: el primero se refiere al mantenimiento de la proximidad con otro animal y al restaurarla cuando se interrumpe; el segundo, a quién es concretamente el otro animal” (Bowlby, 1998: 252). Por otra parte, la noción de vínculo se encontrará dirigida al lazo afectivo que une al niño con su madre. De esta manera, Bowlby (2006) señala que “el mantenimiento imperturbable de un vínculo es experimentado como una fuente de seguridad y la renovación de un vínculo, como una fuente de júbilo. Tales emociones serán el reflejo del estado de los vínculos afectivos de una persona” (p. 158). Bolwby postuló que, en el ser humano, existe una predisposición intrínseca para formar vínculos afectivos con otros seres humanos. Además, junto con el desarrollo biológico y de las habilidades mentales que se obtienen, el apego se complejizará y perdurará en el tiempo (Lecanelier, 2006). Por lo tanto, la teoría del apego “será un intento de explicar tanto la conducta de apego, con sus apariciones y desapariciones episódicas, como también los apegos duraderos de los niños y de las personas mayores hacia figuras muy concretas. En esta teoría, el concepto clave es el de sistema conductual” (Bowlby, 1998: 486). Tipos de apego Mary Ainsworth, psicóloga e investigadora del desarrollo infantil, realizó estudios en Uganda y Baltimore, en niños de doce meses de edad (situación extraña), dando paso a una investigación que tendrá como resultado la tipología de los diversos estilos o tipos de apego. A partir de las derivaciones obtenidas de la investigación, postuló (1978) que existen tres tipos de apego: el apego seguro (B), el apego ansioso (inseguro)-evitante (A) y el apego ansioso (inseguro)-ambivalente. Algunos estudios indican que son los tipos de apegos evitante y ambivalente (categorías ansioso o inseguro) los que pueden preceder comportamientos agresivos. El primero de ellos tiene características aún más precisas que podrían pensarse como causa de tal conducta, sin que por ello se descarte del todo la otra tipología. Cabe mencionar que, tiempo después de la clasificación de

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Ainsworth, otros autores (Main y Solomon) postularon el patrón de apego desorganizado/activo que presentaría indicios de una clara tendencia a la agresividad. Algunos niños, en vez de desplegar un comportamiento afectivo definido por la ansiedad, manifiestan alejamiento y desconfianza hacia la(s) figura(s) de apego. Aquella conducta se identifica por la agresividad, la desobediencia y tendencia a tomar represalias que adquieren y manifiestan los niños. Este patrón de desarrollo de comportamiento es más habitual en los varones que en las niñas, pues ellas adquieren una conducta de mayor ansiedad y aprehensión o aferramiento (Bowlby, 1985; 1998). La noción de agresividad freudiana en Psicoanálisis Pese a que Freud explícitamente no habla de agresividad en sí misma, existen ciertos elementos que la vinculan de un modo u otro. Vida pulsional y agresividad A lo largo de la obra freudiana se puede observar un vasto recorrido sobre lo que se concibió como trieb (pulsión). Históricamente, en pulsiones y destinos de pulsión (1915), Freud declara que la pulsión, a diferencia del estímulo, “no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como una fuerza constante. Puesto que no ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo, una huida de nada puede valer contra ella” (1915: 114). Junto con ello, señala que el par de opuestos sadismomasoquismo está estrechamente ligado a la agresividad. Este par, junto con el placer de ver y mostrar, serán vistos como pulsiones sexuales ambivalentes. Ahora también, la transposición de amor en odio será una clara muestra de sentimientos ambivalentes, pues se encuentran destinados a un mismo objeto. Asimismo, postula la existencia de dos grupos de pulsiones, a saber: yoicas o de autoconservación y pulsiones sexuales. En Más allá del principio del placer (1920), Freud añadirá que las pulsiones yoicas tienden al sentido de la muerte, que poseen un carácter conservador o regrediente de la pulsión que concerniría a una compulsión a la repetición; estas sirven a la autoconservación del individuo. Las pulsiones sexuales aspiran a la permanencia y renovación de la vida, a fin de neutralizar en cierta medida las pulsiones de muerte. Para Freud, “la muerte es más bien un mecanismo de conveniencia (weckmässigkeit), un fenómeno de la adaptación a las condiciones vitales externas” (p. 45). Anteriormente, en Tres ensayos de teoría sexual (1905), Freud reconoce un componente sádico en la pulsión sexual, que puede llegar a ser autónomo y presidir en calidad de perversión. En lo concerniente a su obra El malestar en la cultura (1929-30), manifiesta que “una de estas pulsiones de objeto, la sádica, se destaca sin duda por el hecho de que su meta no era precisamente amorosa, y aún era evidente que en muchos aspectos se anexaba a las pulsiones yoicas” (1929-30: 113-114). Freud afirma que así como existe una pulsión que tiene como labor el conservar la vida, se halla otra opuesta que tiene por meta disolver ciertas unidades y reconducirlas a un estado inorgánico. Así surgirá la pulsión de muerte junto con el ya designado eros (pulsión de vida), que posibilitarán comprender los fenómenos de la vida: “Una parte de la pulsión de muerte se dirigiría al mundo exterior, y entonces salía a la luz como pulsión a agredir y destruir” (p. 115); “La inclinación agresiva es una disposición pulsional autónoma, originaria del ser humano” (p.117), y en esta tendencia la cultura encuentra un gran impedimento.

El niño, la niña y la agresividad Otra instancia en que la noción de agresividad hace su aparición implícita es en la 33° Conferencia sobre la Feminidad (1932-33), donde Freud hace una distinción entre masculino y femenino. Este último lo considerará enigmático, pues con ello abre una pregunta que hasta hoy no se tiene una respuesta concluyente: ¿qué quiere la mujer? Para Freud, el complejo de Edipo y la sexualidad femenina es un continente oscuro, incompleto e insatisfactorio. Retomando la distinción entre lo masculino y femenino, en cuanto a la agresividad, surgirán diferencias en cuanto al desarrollo pulsional. Por ejemplo, en circunstancias de aprendizaje, a la niña se la puede educar a hacer sus necesidades de manera más fácil y rápida, que al varón. La orina y las heces serán consideradas los primeros obsequios que el infante hace a sus padres y corresponderán a la vida pulsional infantil. Se debe saber que los vínculos libidinosos con la madre son disímiles, pues pasan por las tres fases de la sexualidad infantil y se ligan a deseos orales, sádico-anales y fálicos, que sustituyen a las mociones pasivas (femenino) como activas (masculino), los cuales son de naturaleza ambivalente ya que, por un lado, son hostiles-agresivos, y por otro, tiernos. Los mencionados en primera instancia solo se manifestarán cuando se hayan tornado en representaciones de angustia. Otras instancias del despliegue de la agresividad en el sujeto Esta tendencia a la agresividad en la vida anímica se puede observar también en las ocasiones en que los hermanos, cuando se llevan poca diferencia de edad, crean una problemática de rivalidad en cuanto a la lactancia. Del mismo modo, una posible fuente de hostilidad del niño hacia su madre la otorgará sus diversos deseos sexuales, por la prohibición hacia el niño con respecto al hacer placentero en los genitales. En cuanto al complejo de castración, también se puede entrever motivos de hostilidad, como consecuencia de que al tomar conocimiento de la madre castrada se produce un abandono del objeto de amor, por lo que tienden a prevalecer sentimientos hostiles, ya que la madre se muestra desvalorizada por la niña, por el niño y quizás por el hombre. Anna Freud y la agresividad Anna será partidaria de que la agresividad es inherente al sujeto al declarar que el “instinto agresivo es una apetencia primaria que actúa en el niño desde los comienzos de la vida” (Freud, 1985: 78). Según ella, los autores psicoanalíticos postularán que llega una instancia en la vida psíquica del infante en que la agresividad no será tolerada, debido a que se tornará incompatible con otras tentativas de la mente del sujeto, por lo que fantasías o ideas que la simbolizan le causará ansiedad y será visto como temido. Acorde a eso, utilizará algunos mecanismos defensivos (represión, formación reactiva, inhibiciones, proyección, desplazamiento y sublimación) para contrarrestar lo que le produce displacer. Gracias a la sublimación se fundirán estos impulsos agresivos con los eróticos, lo que favorece a los propósitos de la vida, por lo que es algo fundamental en el funcionamiento del aparato psíquico. La supresión de las propensiones agresivas tiene por tarea la cancelación de ligadura libidinal con los progenitores. Un ejemplo de esto se dio en la educación que entregaban las llamadas nurseríes a los niños que se quedaban sin sus padres y un hogar que los cobijara, producto de la situación bélica de Inglaterra entre los años 1939-1945 (SGM). El resultado de la represión y aniquilación de las tendencias pulsionales y agresivas implicó una pérdida de la energía, actividad e iniciativa. Podían estar bien cuidados en todo sentido, pero se desvanecía la turbulencia y agresión normal que se presenta en este periodo, por lo que perdían su gusto por la vida. Y no solo eso, se observó

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una merma en el desarrollo de habilidades, actividades y ocupaciones que otros niños podían poseer en condiciones normales de vida. La agresividad desde lo lacaniano Con respecto a la agresividad, Lacan postulará cinco tesis o puntos principales. De aquello se destaca que la agresividad es propia de cada sujeto, es decir, subjetiva, que cuando se está en análisis, aquel sujeto se libra de sus defensas y surge aquella intención agresiva por medio de rechazos, lapsus, retrasos en las sesiones o en sueños donde surgen pulsiones agresivas que se hacen notar por medio de fantasmas, entre otros. Otro postulado será que aquellas intenciones agresivas son las que forman la transferencia negativa, la cual es un punto inicial en terapia. Por lo tanto, aquello que impulsa a la agresividad define las causas que determinan la técnica que se emplea en análisis. Por último, esta noción de agresividad la vinculará a la neurosis moderna y al malestar presente en la civilización (1948). Conclusiones-discusión A partir de cada uno de los modelos teóricos abordados se expondrán y analizarán ciertos elementos centrales que son esenciales, debido a que posibilitarán el debate en relación al patrón de apego parental inseguro (ansioso), que conlleva un vínculo específico, y la agresividad en el sujeto. En primer lugar, al considerar lo descrito, se puede inquirir que existirían ciertas divergencias o discrepancias entre las teorías. No cabe duda de que la noción de vínculo es enigmática, trae consigo interrogantes, pues cabe preguntarse si efectivamente, al generarse una pauta de apego entre el infante y su figura parental, se van a adquirir determinados patrones conductuales, modos de pensar, sentir y actuar, por así decirlo y que en un futuro este niño(a) repetiría en sus relaciones en la vida adulta. ¿Será efectivamente posible que en todos los casos que un niño(a) adquiera un apego ansioso-evitativo, ansioso- ambivalente o desorganizado/activo con su figura de apego deben proceder comportamientos agresivos? ¿Será una garantía totalmente inequívoca? Si bien ambas posturas exponen como un factor primordial en la primera infancia las figuras parentales, sobre todo la madre, discrepan en la visión que tienen de cada suceso o elemento de la formación de un sujeto, porque son distintos puntos de vista de un mismo fenómeno. Para la teoría desarrollista, el bebé nace con una suma de conductas, como el llanto, succión, sonrisas reflejas, balbuceo, que utiliza para originar en los padres reacciones y, a partir de esto, ir estableciendo un vínculo con ellos al mantener una proximidad con la(s) figura(s) de apego. Aquello le permitirá posicionarlas como una base de seguridad para ir explorando el mundo. Por su parte, si bien en el psicoanálisis se pueden percibir diferencias de pensamiento, todos finalmente relacionan la agresividad con la vida pulsional. Retomando lo referente al vínculo, Bowlby indicaba que este comportamiento de apego es un vínculo que conecta al niño con su madre (1998), algo que sin lugar a discusión es fundamental en el origen de la vida de un ser humano. Tomando en consideración esto, surge el cuestionamiento sobre qué relación existe entre vínculo y agresividad. Recordemos que Freud planteaba la agresividad en términos de pulsión al indicar que existen las pulsiones yoicas o de autoconservación y las pulsiones sexuales, que cumplen el rol de preservar la vida al anular las pulsiones de muerte y guardar correspondencia con el amor. La capacidad de amar provendrá de una fuente narcisista, en donde el yo es el personaje principal al tener

la capacidad de complacer de manera autoerótica. Por su parte, el odiar se ligará con las pulsiones de autoconservación del yo al preservar al individuo, pues la muerte, o lo que llama Freud como pulsión de muerte, será un dispositivo que servirá para la adaptación del yo ante situaciones externas. Al centrarse en lo aludido con anterioridad, podrá observarse que la agresividad se abre paso en las pulsiones yoicas o de autoconservación, más específicamente en la pulsión de muerte y en el par opuesto odio, que se enlaza a la agresión. Esta pulsión de muerte tenderá a ser una pulsión que agrede y destruye al deshacer ciertos elementos y llevarlos a un estado inorgánico. Todo eso acontecerá en la vida psíquica del sujeto, a diferencia de lo que postula la teoría del apego, donde lo que definen o llaman como agresión son conductas disruptivas o disfuncionales. De acuerdo a Freud, otra instancia donde la agresividad cobra valor es en la relación entre hermanos. Por ejemplo, producto de la llegada de un segundo hijo emanará una rivalidad y celos hacia el recién llegado, lo que se reflejará en fantasías tendientes a la agresión, con el fin de querer eliminar lo que no es deseado. Se podría llevar a hipótesis que si bien es un proceso interno, por así decirlo, existen ocasiones en el diario vivir que manifiestan la situación descrita, en donde propensiones agresivas tienden a hacer su aparición, cuando por ejemplo el infante se orina y ya antes había adquirido un control de esfínter o simplemente rechaza al recién llegado. Del mismo modo, en el complejo de Edipo y en el complejo de castración, aparece la agresividad disfrazada en el sujeto y se encuentra encubierta, puesto que dentro de estos procesos, que ya pertenecen a un orden de lo interno, la hostilidad será vivenciada pero en el psiquismo del infante. Por su parte, Lacan indicaba que esta agresividad, la cual refiere como intensión agresiva, se hace presente en el análisis con las manifestaciones del inconsciente. Por ejemplo, en los retrasos en la asistencia a las sesiones, pero también en la transferencia negativa y en el narcisismo que se encuentra en la relación diádica, como en el surgimiento de celos fraternos y en el complejo de Edipo antes descrito. Todo implicará ver a la agresividad como una manifestación del plano de lo inconsciente y de la cual se puede hacer uso al desplegarse en sesiones analíticas. En concordancia con lo expuesto, se puede sostener que desde una mirada psicoanalítica, la agresividad está ligada al aparato anímico o psíquico del sujeto y no se genera producto de frustraciones, traumas o vivencias en relación al lazo entre el o la infante y su(s) figura(s) de apego. Para el psicoanálisis, la agresividad es intrínseca, nace junto con el ser humano, por lo que, al parecer, se deslindaría de lo que es el vínculo, debido a que tiene que ver con la pulsión y otros factores señalados. Por lo tanto, nacen nuevas interrogantes. Si, al parecer, vínculo y agresividad no tienen conexión alguna, ¿cuál es el afán de clasificar tipos de apego? o ¿desde qué punto de vista o bajo qué paradigma están mirando los que postulan esto?, ¿de qué sirve para un psicólogo tener conocimiento de todas estas clasificaciones v/s lo que el psicoanálisis postula con respecto a la agresividad? Por todo esto, resulta cuestionarse la posible relación del apego parental ansioso con la agresividad en el sujeto. Se puede ir vislumbrando que algunos vínculos o los tipos de apegos son vistos como desagradables cuando en el niño se generan conductas disruptivas, por lo que se intenta modificarlas o corregirlas. Sin embargo, ¿hasta qué punto se debe corregir? o ¿por qué se debe corregir? Al ir analizando en profundidad, parece que el vínculo puede ser visto como

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un lazo que se puede armar o desarmar, que puede estar o no estar y que con el pasar del tiempo se pueden ir estableciendo, clasificando muchos tipos más de apego, que vienen a responder supuestamente a una manera de comportarse con las figuras de apego, luego de establecida una cierta relación con estas, lo que reflejaría las relaciones futuras con las demás personas. Si el vínculo es una noción que tiene que ver con un lazo afectivo, que posee determinadas connotaciones hacia los cuidadores principales en primera instancia y que después se trasunta hacia otros individuos, ¿cuán factible es que siempre exista, perdurando para toda la vida en un sujeto, o qué posibilidades tendría de desaparecer, mutarse o revertirse? Al pensar en lo que han postulado las teorías vinculares, partiendo con Bowlby y Ainsworth, nuevamente surge otra inquietud: al catalogar al infante en un patrón de apego determinado, como el apego ansioso-evitativo, ¿se lo estará posicionando en un determinado lugar, o sea, será una condición del ser humano?, ¿tendrá relación la agresividad con aquella condición? Y a su vez, ¿qué consecuencias se desprenden de esta?, ¿necesariamente tendrán conductas violentas quienes estén incluidos en tal o tales tipos de apego? Al profundizar en la teoría psicoanalítica, sería interesante aludir a algunos componentes que señaló Anna Freud para enlazarlo con lo que se ha dicho. Ella indicaba que en la fase anal del bebé, luego de ser amamantado, surgía una primera instancia de expresión agresiva al chuparse los dedos como modo de gratificación autoerótica. También el hábito agresivo de golpearse en la cabeza fue tipificado por esta analista como una manifestación agresiva. También estaba de acuerdo con lo postulado por su padre, pues declaraba que la agresividad es inseparable del sujeto, debido a que se despliega desde los orígenes en la vida del niño. Lo anterior se contradeciría con lo que postula la teoría del apego y sus sucesores, al situar a las conductas agresivas como el resultado de prohibiciones y frustraciones con que trastabilla el niño o niña en el mundo externo. Ciertamente los niños en la infancia, sobre todo entre los dos o tres años de edad, son por costumbre tercos, dominantes, posesivos, agresivos, destructivos, pues cuando se dan situaciones de ira, más conocidas como las pataletas o rabietas, tienden a golpear, escupir, gritar, etc. (1985). Continuando con lo antepuesto, algunos psicoanalistas, como A. Freud (1985), declararon una no toleración de la agresividad en la vida anímica del niño(a), por lo que, debido a esta causa, existirían mecanismos defensivos como la formación reactiva, represión, proyección y desplazamiento, para hacer frente al displacer que comienza a producir la agresividad y que se encuentra reflejada en tendencias hostiles en el aparato psíquico. Acá nuevamente se distingue un proceso de regulación que no cabe dentro del orden de lo perceptible. Otro dispositivo defensivo que cobrará relevancia será la sublimación que tendrá una estrecha relación con el paso a la cultura. Esto implicaría que la agresividad es parte de la vida del psiquismo del sujeto y no una consecuencia de un tipo de lazo afectivo. Considerando lo dicho por Anna Freud, aparece una nueva temática en este recorrido. La posible conexión o escisión entre la supresión de las tendencias libidinales y agresivas a partir de la educación versus el despliegue de estas tendencias en la vida anímica del sujeto en su infancia. Con lo que se ha referido se puede ir presumiendo que quizás una corrección o anulación de las tendencias hostiles y destructivas en la vida anímica del sujeto y más específicamente en la infancia pueden traer consigo inconvenientes en el desarrollo del psiquismo. La supresión de la agresividad, vista como normal en el infante, podría traer por consecuencia un desinterés en las ganas de vivir y el

menoscabo de habilidades que otros niños a una edad determinada ya poseen. Al referir el vínculo al yo desde una perspectiva vincular, la psicoeducación será vista como un mejor estar en el mundo desde el control yoico. Sin embargo, ¿qué tan adecuado será? Según lo estudiado, podría pensarse que no es tan adecuado, pues se produce un aplacamiento del deseo del infante y vendría a ser una vía de sobreadaptación a la realidad. Por consiguiente, los montos libidinales que se establecen entre las figuras parentales significativas y el infante parecen ser esenciales en la vida psíquica. En ese sentido, podría decirse que la pulsión no tiene que ver con el yo, pues está situada o posicionada desde lo inconsciente y se puede poner en juego de distintas formas. En cambio, los seguidores de la teoría del apego le dan mayor importancia al ambiente y a las repercusiones que puede tener en el sujeto. Reanudando la cuestionada concordancia de la noción del apego parental ansioso con la agresividad en el sujeto y tomando en consideración lo repasado, se podrían percibir luces de una discordancia posible. Se ha dicho que, en lo pertinente al vínculo, este es asimilado desde un nivel del lazo afectivo y que no encuentra una conexión posible con la pulsión. No obstante, sí podemos encontrar una ligazón entre vínculo y yo. La unión vínculo-yo es posible bajo la mirada de la psicoeducación. Concretamente se podría decir que el vínculo se genera de una forma y se relaciona con la educabilidad que se encuentra, por ejemplo, en autores que plasman sus teorías en libros para que padres sepan cómo educar a sus hijos, a modo de sugerencias como método preventivo. No obstante, si un niño se porta mal o no se comporta de acuerdo a lo esperado ¿tiene esto que ver con el ambiente?, ¿tiene que ver con un patrón de apego ansioso o desorganizado/activo? Por otro lado, como con la teoría psicoanalítica ya se ha visto que prevalecen tendencias agresivas desde siempre, ¿tendrá algo que ver con la educación? Posiblemente desde Anna Freud con la represión y aniquilación de las tendencias agresivas. Ahora bien, con esto se contemplaría un punto de encuentro viable, ya que no sólo en la teoría del apego se halla una modulación de los impulsos, sino también desde algunos autores del psicoanálisis a través de los mecanismos defensivos. Se estima que la lógica vincular establece parámetros para poder controlar las diferentes manifestaciones que puede tener el síntoma. Con ello, los comportamientos disfuncionales se intentarán dominar al colocarlos en cápsulas en un tipo de apego o vínculo afectivo. Pareciera ser que los terapeutas que practican terapias reparatorias o correctoras de los lazos entre niño(a) y su figura de apego, para fomentar un sano desarrollo afectivo-vincular y un tipo de apego seguro, están sometiendo al infante a sus propios deseos y no a los del niño, pero en la lógica del psicoanálisis el sujeto no se educa, por lo que la agresión tendrá vías para poder manifestarse de diferentes formas. Todo lo anterior abre el paso para concluir varios elementos esenciales, ya que son el eje central de esta investigación. Y es necesario rescatar los aspectos centrales que surgieron a partir de la exploración o indagación con respecto al apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto. En lo concerniente a la pregunta: ¿cómo se relaciona el apego parental ansioso con la agresividad en el sujeto?, se pudo observar que se revelan diversos elementos, que finalmente hicieron que se adquiriera un conocimiento más acabado sobre lo que se formuló en primera instancia, junto con una postura con respecto a lo mismo. Por un lado, desde el nacimiento de la teoría del apego, con Bowlby y la propuesta de tres tipos de apego (seguro, ansioso-evitativo, ansioso-ambivalente), con Ainsworth, hasta la noción de agresividad desde el psicoanálisis, principalmente con

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Freud; por otro, se pudo en definitiva observar un abismo entre ambas teorías, es decir, un quiebre entre lo que postula cada una con respecto a lo que es la agresión o más específicamente la agresividad en el sujeto. No obstante, se encontraron dos posibles puntos de concordancia entre estos dos paradigmas. Bowlby señaló que aquel vínculo emocional que se despliega entre el niño(a) y sus padres es primordial, pues le otorga la seguridad emocional imprescindible para un adecuado desarrollo de la personalidad. Siendo la madre comúnmente la principal figura de apego a partir de su accesibilidad y capacidad de respuesta, determinaba un estado de seguridad, ansiedad, temor o ambivalencia del niño(a), lo que en un futuro se reflejaba en las relaciones posteriores con otras personas en su vida. Asimismo, el psicoanálisis, en términos sencillos, le daba un especial interés a la madre en los comienzos de vida del bebé, para luego aparecer el padre, que cumple el rol esencial final en la formación del psiquismo del niño-sujeto. El segundo encuentro factible se da con la modulación de los impulsos a partir de la corrección, por así decirlo, del comportamiento en la teoría del apego y el surgimiento de los mecanismos de defensa que utiliza el sujeto para contrarrestar lo desagradable, lo que comienza a producir displacer, desde el aporte de Anna Freud. Como se expresó anteriormente, al ir elaborando y recorriendo el estudio, surgieron diversos puntos de discrepancia que fueron traducidos en posibles interrogantes. Anteriormente, al indagar en las clasificaciones hechas por Ainsworth sobre los diferentes tipos de apego y su relación con la agresividad, se formuló la pregunta sobre si será posible que cada infante que adquiere un determinado patrón de apego, como por ejemplo, el apego ansioso (evitativo o desorganizado/activo, este último propuesto por Main junto a Solomon), debiese comportarse agresivamente. Según lo que se ha inquirido, esto no sería una completa garantía bajo una mirada psicoanalítica, porque la agresividad está vista desde otro orden, un orden que va más allá del fenómeno. No se puede postular a ciencia cierta que, efectivamente, en todos los casos (en términos coloquiales) “una cosa lleve a la otra”. Para el psicoanálisis es mucho más que eso: la agresividad se juega en otro registro. El haber adquirido un determinado prototipo de apego, que sea causante de manifestaciones del ser humano, no implica que existan conductas agresivas, debido a que la agresividad es intrínseca en el sujeto, se encuentra desde sus orígenes en la vida anímica y siempre habita en él. La agresividad, desde la mirada psicoanalítica, guardará plena relación con la vida pulsional implícita en el aparato psíquico del sujeto y no al adquirir un tipo de lazo afectivo con la figura de apego. La agresividad debe ser vista como corolario de los destinos de la pulsión. Igualmente, el que un tipo de apego perdure en el tiempo, se modifique o desaparezca y que producto de ello sea o no agresivo, no pasará por un tema conductual, por lo dicho recientemente. Esto hace esclarecer que vínculo y agresividad no tendrán una relación posible al poseer discordantes posturas con respecto a lo que es la agresividad, cómo nace y cómo se articula en el sujeto. Por consiguiente, son diferentes formas de mirar lo que es la agresividad; por un lado, de un manera más comportamental y, por otro, desde lo inconsciente. Entonces, a su vez serán disímiles modos de trabajar en clínica. Continuando con lo anterior, el que un niño(a) tenga un determinado tipo de apego, no significa que eso sea condición del ser humano, no lo posiciona en un determinado lugar, no lo limita, sino que es un modo de estar en el mundo, pero en un momento determinado con un tipo de lazo afectivo determinado, que así como se establece, se pue-

de revertir. Pareciera ser que los que tienen la necesidad de catalogar y con esto acotar o restringir son los autores de esta corriente bowlbysta, como un modo de “atajar lo que se escapa de las manos” o un intento por dar respuesta a ciertos fenómenos. Al volver sobre lo señalado, en lo concerniente al vínculo y su nexo con el yo, se pudo contemplar que existe la idea de que cuando se generan conductas disruptivas, deben ser corregidas; ¿pero por qué?, ¿por qué resultan desagradables o perjudicarían al niño tanto en su infancia, adolescencia, como en su adultez? Anna Freud expuso en su teoría la supresión y aniquilación de las tendencias libidinales y agresivas a partir de la educación en los niños, con las llamadas nurseríes y las consecuencias que acarreaba el control extremo del yo. Esto no quiere decir que se debe dejar que se desplieguen todas las manifestaciones agresivas hacia el exterior, no. Debe existir una modulación en el aparato psíquico del sujeto que le ayude a sobrellevar aquello, pero esto es un proceso que ocurre naturalmente a un nivel interno, no se educa. Es por eso que es fundamental el despliegue de estas tendencias en la vida anímica del sujeto en su infancia, puesto que, como se indicó, los montos libidinales que se establecen entre las figuras parentales significativas y el infante, parecen ser esenciales en la vida psíquica, debido a que, de lo contrario, se produce un aplacamiento del deseo del infante, lo que conlleva a una sobreadaptación de la realidad. Ahora bien, con respecto a la psicoeducación, es decir, lo que se busca en el trabajo con niños, adolescentes y padres, desde un punto de vista vincular, será sobre cómo favorecer el vínculo, se referirá a un mejor estar en el mundo, pero desde el control yoico de los impulsos. Igualmente, al tener presente aquello, se puede hacer el alcance de que esta psicoeducación va de la mano con lo que se postula en la teoría del apego. Ya se puede ver en el día a día diversas formas de educación para padres con hijos “problemáticos a nivel conductual”, desde terapias o libros que entregan consejos como un modo de sobrellevar la situación, hasta programas para víctimas de violencia intrafamiliar o de parejas. Ello acarreará una propuesta clínica, que tendrá que ver con cómo trabajar desde el yo, algo muy distinto a lo que apunta el psicoanálisis. De igual modo, se pudo percibir que dentro del mismo psicoanálisis hay divergencias de pensamiento; sin embargo, coinciden en que la agresividad está ligado a lo pulsional y no a la educabilidad. Otro aspecto importante fue identificar lo relativo a la pulsión y el yo, ante lo cual se llegó a la conclusión de que la pulsión no tiene que ver con el yo, pues se encuentra situada o posicionada desde lo inconsciente y además se puede poner en juego desde diversas formas. En el psicoanálisis es crucial la agresividad, por lo que implicará otro tipo de abordaje, ya que no se trata de acallar la pulsión. De esta manera, ¿cuál es el problema que en todos los sujetos habite o prevalezca la agresividad si esto es condición del ser humano? El hecho de que el infante se comporte agresivamente, sienta rabia u odio hacia alguien, ¿cuál es el inconveniente? ¿Por qué no puede sentir rabia hacia la madre o el padre, si por ejemplo lo comparan con un hermano más exitoso o lo corrigen en que absolutamente todo lo que hace debe salir perfecto? La agresión le puede permitir tramitar cuestiones vinculares, se puede usar como herramienta y no como una traba en análisis y en la vida del sujeto en general. Por ejemplo, como indicó Lacan, la agresividad se debe poner en juego debido a que esta forma parte de la transferencia negativa en análisis.

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Siguiendo con este recorrido, surgió la interrogante sobre si un niño tiene comportamientos disfuncionales o no se comporta de acuerdo a lo esperado, y si tiene que ver con el ambiente o con un patrón definido. Se podría decir que no necesariamente. Independiente del tipo de apego que se pueda generar, la agresividad siempre existirá, puesto que la agresividad no es un apego ni es un vínculo, sino que tiene que ver con la pulsión y aquello pertenece a lo netamente humano, a diferencia de conductas de apego que se pueda dar también en los animales. No necesariamente, por el hecho de que se tenga un definido patrón de apego es que el sujeto tiene que ser un agresor en la vida adulta. Si la agresividad se trata psíquicamente, esto no es equiparable a un modelo educativo; la pulsión toma diversos destinos y así se juega en la singularidad de cada sujeto, por lo que el psicoanálisis puede ofrecer vías de elaboración de la agresividad tendientes al logro de la representación. Reflexión de la coeditora Alejandra Ojeda-Sapmson: quizá uno de los temas de mayor pertinencia en el momento actual es el de la agresividad. Por ello, este esfuerzo investigativo aparece oportuno, ya que pretende dar respuesta a varias interrogantes en torno a esta. Si bien el fenómeno de la agresividad puede tener múltiples lecturas, la autora lo realiza desde el psicoanálisis, postura que hoy continúa dando elementos cognitivos que explican el ser del hombre. En este sentido, el haber llegado a la conclusión de que la agresividad se encuentra en el territorio de lo pulsional y no en el de la educabilidad, permite plantear acciones de carácter óntico, no social. Sin embargo, el haber aterrizado el estudio de la agresividad en lo pulsional también abre otras muchas interrogantes de la misma importancia. En ese sentido, se observan dos grandes aportaciones del artículo expuesto: (a) la agresividad como respuesta a lo pulsional y (b) las interrogantes que se abren a partir de esta conclusión. Entonces, el artículo da respuesta a interrogantes que los lectores

pueden tener, pero también introduce otras que permiten continuar con la discusión y, sobre todo, con la construcción de conocimiento. Referencias bibliográficas Ainsworth, M. (1967). Infancy in Uganda: Infant care and growth of love. Oxford: Johns Hopkins. Ainsworth, M., Blehar, M., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of Attachment. Hillsdale, NJ: Erlbaum Bowlby, J. (1998). El apego. El apego y la pérdida. Vol. 1. Buenos Aires: Paidós. ________ (1995; 1998). El apego y la pérdida 2: La separación. Barcelona: Paidós. ________ (2006). Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata. Freud, Anna. (2000). Psicoanálisis del desarrollo del niño y del adolescente. Barcelona: Paidós. Freud, Sigmund. (2000). Obras completas. Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico, trabajos sobre la metapsicología y otras obras. Vol. XIV. Buenos Aires: Amorrortu. _____________ (2001). Obras completas. Más allá del principio de placer, psicología de las masas y análisis del yo y otras obras. Vol. XVIII Buenos Aires: Amorrortu. _____________ (1986). Obras Completas. El porvenir de una ilusión, el malestar en la cultura y otras obras. Vol. XXI. Buenos Aires: Amorrortu. _____________ (1999). Obras Completas. Conferencias de Introducción al Psicoanálisis (Parte I y II). Vol. XV. Buenos Aires: Amorrortu. Gayó, R. (1999). Estilos de apego. Extraído desde: Disponible en: http://www.enigmapsi.com.ar/apego.html. Lacan, J. (2005). Escritos técnicos. Buenos Aires: Siglo XXI. Lecanelier, F. (2006). Apego e intersubjetividad. Influencia de los vínculos tempranos en el desarrollo humano y la salud mental. Santiago: Lom. Main, M. (2000). Las categorías organizadas del apego en el infante, en el niño, y en el adulto: Atención flexible versus inflexible bajo estrés relacionado con el apego. Aperturas psicoanalíticas, 8. Extraído desde: http://www.aperturas.org/articulos.

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Psique: Sobre el status de la psicopatía en psicoanálisis On the status of psychopathy in Psychoanalysis Miguel-Ángel Sierra-Rubio (1979, mexicano, Université Paris Diderot – Paris 7 / Universidad Latina de México, Francia-México) mikesierr@gmail.com

Resumen El objetivo del artículo consistió en explorar la delincuencia desde el registro de la psicopatía, a fin de precisar su status con relación a la teoría de las estructuras clínicas. El punto de partida fue el desacuerdo del psicoanálisis lacaniano con la explicación dominante en las disciplinas psi, que aprehenden el acto delictivo por referencia a los perfiles de personalidad criminal. El alcance de esta reflexión describe la especificidad del aporte psicoanalítico en la interfaz de la psicopatología y la criminología. Para tal efecto, se recurrió a una argumentación genealógico-teórica. Los resultados muestran que los intentos psicoanalíticos de desarrollar categorías nosográficas basadas en la noción de personalidad han desembocado en soluciones cuyo alcance heurístico es meramente descriptivo de la superficie psíquica del individuo. Por tanto, se concluyó la conveniencia de continuar la fundamentación de la teoría de las estructuras clínicas para dar cuenta de la apuesta inconsciente del sujeto en el acto criminal. Palabras clave: criminología, neurosis, psicoanálisis, psicopatología, psicosis, trastornos de la personalidad. Recibido: 13-01-2014 → Aceptado: 17-01-2014

Cítese así: Sierra-Rubio, M. A. (2014). Sobre el status de la psicopatía en psicoanálisis. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 21-25. Abstract The aim of this article was to explore delinquency from the register of psychopathy, in order to clarify its status regarding the clinical structures theory. The starting point was the disagreement of lacanian psychoanalysis with the dominant explanation in psy-sciences, who apprehend the criminal act by reference to criminal personality profiling. The reach of this reflection describes the specificity of psychoanalytical contribution at the interface of psychopathology and criminology. To this end, a genealogical-theoretical argumentation was made. As a result, it is established that the psychoanalytic essays for developing nosographic personality-based categories have arrived at solutions whose heuristic scope is merely descriptive of the individual’s psychic surface. So, it is concluded the convenience of continuing the rationale foundation of the clinical structures theory, in order to give an account of subject’s unconscious bet in the criminal act.

violación de los derechos ajenos o el conflicto con las normas sociales y figuras de autoridad, tiene su paradigma en el trastorno antisocial de personalidad. Se trata de una perspectiva que no representa novedad algu1 na, pues la explicación de los actos del gran delincuente por recurso a una cierta personalidad criminal ha sido constante desde el nacimiento de la criminología (Assoun, 2004). Tal referencia ha tomado diversas denominaciones a lo largo del tiempo: manía sin delirio, manía moral, monomanía, locura parcial, locura moral, sociopatía, desequilibrio mental, perversidad, personalidad psicopática, perversión narcisista… términos que aún hoy se invocan en los tribunales, con relación a la imputabilidad/inimputabilidad del crimen y el consiguiente destino del criminal (Sauvagnat, 2004). Sin embargo, en este terreno, es sin duda la noción de psicopatía la que más rápidamente ha fascinado a los especialistas y a la ciudadanía en general. Un ejemplo reciente nos introducirá a la cosa misma. 4 de junio de 2012: Luka Magnotta, canadiense de 30 años, es detenido por la policía alemana en Berlín. Se le presume culpable del asesinato premeditado y del ultraje al cadáver de Lin Jun, estudiante chino de 33 años. El llamado Descuartizador de Montreal habría videograbado su crimen y subido el material a la red, y enviar luego algunos miembros de la víctima al Parlamento, para finalmente convertirse en el fugitivo más buscado de Canadá. La vox populi, sospechando una seria perturbación mental en quien cumple un acto tan funesto, le otorgó el calificativo de psicópata (figura extrema del delincuente antisocial: aquel cuya motivación para el crimen está en el goce de su acto y de la notoriedad que adquiere al realizarlo). La aplicación de tal atributo fue ratificada en Francia por al menos un especialista en psicoanálisis (Lepastier, 2012). De este modo, para la aprehensión teórica del acto delictivo, la psicopatía y sus homólogos se muestran como nociones dominantes en las disciplinas psi: se supone que habría un cierto perfil psicológico del gran delincuente, una especie de cuadro genérico de rasgos de personalidad que permitirían explicar el porqué del pasaje al acto criminal. Pues bien, justamente a esta explicación dominante se opone el psicoanálisis lacaniano. Interpelar este desacuerdo pone en juego un precedente: en el campo psicopatológico, la referencia mayor del lacanismo es la teoría de las estructuras clínicas, la cual establece la demarcación de la neurosis, la psicosis y la perversión. Habida cuenta de esto: ¿cómo se plantea el discernimiento conceptual del fenómeno delictivo?, y ¿qué status tendría en su seno la psicopatía? He aquí dos caras del problema que estas líneas intentan contestar mediante una argumentación genealógica y teórica.

Key words: criminology, neuroses, personality disorders, psychoanalysis, psychopathology, psychoses.

Introducción La psiquiatría y la psicología que se describen en el DSM-5 (última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la American Psychiatric Association, 2013) enfocan buena parte del comportamiento delictivo bajo el ángulo de los trastornos disruptivos, de control de impulsos y de conducta. Tal categoría conceptual, caracterizada por la

El objetivo del artículo consiste en explorar la delincuencia desde el registro de interrogación de la psicopatía, a fin de precisar su status con relación a las estructuras clínicas. Se recorrerán tres momentos principales: la presentación de la teoría de las estructuras clínicas, el seguimiento de la noción de psicopatía y sus homólogos en el movimiento psicoanalítico, y 1

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“Der große Verbrecher”: expresión utilizada por Freud (1914/1991:155).


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la determinación del status de la psicopatía en el psicoanálisis lacaniano. Dicha reflexión apunta a describir la especificidad del aporte psicoanalítico tocante a la comprensión del acto criminal: en efecto, es imposible develar el reverso inconsciente del crimen cuando se supone la existencia autónoma de un perfil de personalidad que conduciría a la delincuencia. Una cartografía de las posiciones subjetivas La aparición del psicoanálisis ha subvertido la psicopatología, campo de la enfermedad mental, para fundar un “saber freudiano acerca del malestar subjetivo” (Sierra-Rubio, 2013:66), saber al que la orientación lacaniana ha impreso un sello particular con la teoría de las estructuras clínicas. Esta última es una cartografía de las posiciones subjetivas, que las distribu2 ye en los continentes de la neurosis, la psicosis y la perversión . El concepto de sujeto al que se refieren tanto el malestar como las posiciones antedichas se diferencia netamente del individuo y del yo. Individuo designa al ser humano en cuanto se le supone unitario, sin división (in-dividuo), autónomo; él es el portador de los derechos y las obligaciones que son jurídicamente sancionadas. El yo, por otro lado, es la instancia de la personalidad psíquica a la que se atribuye la relación con la realidad; él no equivale a lo consciente, pues una buena parte de sus funciones son inconscientes. Ahora bien, el sujeto adviene justo con la efracción del individuo y como opositor al yo, desde el momento en que el ser humano está configurado por un deseo que le habita y del cual el yo nada sabe (el deseo inconsciente). El sujeto (el quién) del inconsciente establece la división fundamental del individuo: el malestar del sujeto vendrá dado por los vericuetos de la posición que ostente con relación al deseo y al lenguaje. En este orden de ideas, la teoría de las estructuras clínicas es considerada como “una concepción psicopatológica muy original *…+ que define los trastornos psíquicos como organizaciones estables, precozmente cristalizadas merced al empleo por parte del sujeto de diversos mecanismos psíquicos inconscientes destinados a enfrentar la castración” (Álvarez, Esteban, & Sauvagnat, 2004:699). Si es verdad que esta teoría tiene sus puntos de anclaje en la obra de Freud y en la enseñanza de Lacan, no es menos cierto que su sistematización ha advenido póstumamente, merced al establecimiento de una tradición lacaniana en los años 1980. Al comienzo de la experiencia psicoanalítica, “es bien bajo la forma de una psicología mórbida, de una psico-patología, que el descubrimiento freudiano fue hecho” (Lacan, 1975:294), toda vez que el conquistador del inconsciente sometió a los mismos principios de explicación metapsicológica las enfermedades nerviosas y las enfermedades del espíritu (neurosis y psicosis). ¿Y las perversiones? Estas constituyen igualmente un concepto mayor que cobija numerosas entidades clínicas (sadismo, masoquismo, fetichismo…), pero que no tienen en Freud calidad de enfermedad (Lantéri-Laura, 2012). Es por eso que la plaza de las neurosis y las psicosis como grandes categorías psicopatológicas resta incontestable en psicoanálisis, mientras que ha sido problemático establecer la existencia de otro(s) género(s) del malestar subjetivo.

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Este es el sentido principal y más amplio de la noción lacaniana de estructura clínica; en un segundo sentido, esta designa también los subtipos clínicos que pertenecen a alguna de esas tres categorías (por ejemplo: la histeria, la neurosis obsesiva y la fobia como estructuras clínicas de la neurosis).

Freudianamente hablando, solo hay dos rasgos comunes que justificarían la reunión de neurosis, psicosis y perversiones en una misma noción: a) que las tres son descritas como afecciones de la vida psicosexual, y b) que su etiología consiste siempre en un mecanismo de defensa específico para afrontar la castración. El aporte de Lacan en este sentido ha sido valioso: a) por un lado, definiendo los alcances de la castración como piedra de toque en la existencia del ser hablante sexuado, y b) por otra parte, precisando la naturaleza y la actividad de los mecanismos de represión, forclusión del nombre-del-padre y renegación, que comandan respectivamente las estructuras freudianas de la neurosis, la psicosis y la perversión. Lo que no se encuentra ni en Freud ni en Lacan es la categoría de estructura clínica. El término aparecería, con un significado distinto, en los años 1950 en Francia (Lebovici, 1952). Aunque en esa época ya Lacan y otros psicoanalistas consideraban el tríptico psicopatológico en cuestión desde la perspectiva freudiana, sería Laplanche el vulgarizador de la idea, al presentar bajo el título de Neurosis, psicosis y perversión un recuento de escritos de Freud (1973). Sin embargo, el régimen conceptual en el que se operó la articulación entre la categoría de estructura clínica y el conjunto nosográfico designado se instauró con las publicaciones de los lacanianos a la muerte del maestro (Miller, 1981). A partir de entonces se han sistematizado las grandes líneas de la teoría de las estructuras clínicas; para nuestro propósito bastará con resumir algunas: 1. Neurosis, psicosis y perversión constituyen una nosografía que no hace referencia a enfermedades en el sentido médico, sino a posiciones subjetivas frente a la existencia en el lenguaje y la sexualidad. 2. Podría decirse que son tres políticas de la castración que se excluyen mutuamente, entre las cuales todo sujeto, por el hecho de ser sujeto, está forzado a elegir una. Tal apuesta inconsciente determinará el curso de su existencia subjetiva. 3. Los operadores inconscientes de esta cartografía de la subjetividad son: la represión, la forclusión y la renegación. Más adelante se verá su alcance con relación al entendimiento del acto delictivo. 4. Dentro de cada estructura clínica puede haber estabilizaciones y desestabilizaciones. Las primeras constituyen un estado clínico de normalidad (normalidad neurótica, psicótica o perversa, según el caso), mientras que las desestabilizaciones producen síntomas (de ahí que ciertas estructuras clínicas fueran freudianamente concebidas como enfermedades). Así esbozada, la teoría de las estructuras clínicas servirá de fondo para contrastar la figura de la psicopatía, que en sí misma y también bajo diversos homólogos se ha hecho presente en la historia del movimiento psicoanalítico. Psicopatía(s), cajón de sastre del psicoanálisis Al decir de López & Núñez (2009:10), “las psicopatías o trastornos de personalidad antisocial han sido el cajón de sastre de la psicopatología”, es decir, el rubro teórico en el que se ha metido todo aquello que queda por fuera de las categorías mejor establecidas. Sabemos, por ejemplo, que en la Alemania decimonónica la noción de psicopatía sirvió para designar todas las formas de la personalidad anormal; y que Schneider hizo de aquélla un concepto mayor de la nosografía psiquiátrica, al lado de la neurosis y la psicosis. Pues bien, en el movimiento psicoanalítico ha existido una tendencia similar, algunos de cuyos avatares serán discutidos enseguida.

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El primer trabajador social devenido psicoanalista Aichhorn (1925) pensaba la delincuencia juvenil mediante una categoría psicopatológica es3 pecífica: el estado de descuido . Este sobreviene cuando el desarrollo libidinal del joven es perturbado, de modo que, o permanece asocial, o su estructura de personalidad le permite solo una adaptación aparente a las exigencias de la realidad. En esta ecuación etiológica, únicamente hará falta una vivencia accidental para producir las manifestaciones de descui4 do : crímenes, conductas anómalas, dificultad del joven para ser educado. El lector ya habrá reparado en que esta concepción guarda cierta similitud con aquella otra que entiende normalidad y patología como estabilización y desestabilización de una estructura clínica particular, lo cual corresponde, en este caso, al estado de descuido y a las manifestaciones de descuido, respectivamente. Tal sería, entonces, la primera tentativa de integrar una entidad autónoma análoga a la psicopatía (el estado de descuido) en la nosografía psicoanalítica. De hecho, el autor en cuestión muestra abiertamente esta vertiente de su pensamiento al “contar entre los desarrollos anómalos: la neurosis, la perversión, la psicosis y el estado de descuido” (Aichhorn, 1948/2007:189). En todo caso, es de notar que esta cuarta categoría designa una perturbación de la estructura de personalidad, relativa a un déficit constitucional del yo y del Ideal del yo. Un segundo intento de reorganización psicopatológica fue operado en torno a la noción de neurosis de carácter, durante el periodo de entreguerras. Côté (2000) ha señalado la participación de psicoanalistas como Glover, Abraham, Alexander, Healy y Reich en el establecimiento de esta noción, que pretendía abarcar las enfermedades inclasificables en las categorías de la época. Aunque nunca definida claramente, la neurosis de carácter pretendió ser también una entidad explicativa del comportamiento criminal, porque este formaría parte de una coraza defensiva con la que el sujeto enfrenta las frustraciones de la vida. Según esta concepción, habría que situar las neurosis de carácter al lado de las neurosis y las psicosis. Si, “en psicoanálisis, la noción de carácter constituye un precursor del trastorno de personalidad” (Côté, 2000:37), nuevamente el movimiento psicoanalítico exhibe, bajo la etiqueta de neurosis de carácter, una estrategia difusa para localizar el real clínico que está en juego en el acto criminal. Varias décadas más tarde, el cajón de sastre de la psicopatología sería reconfigurado por Bergeret (1996), psicoanalista francés cuya primera edición de La personalidad normal y patológica data de los años 1970, la cual influyo grandemente en los países francófonos e hispanófonos. La idea principal de este autor establece dos grandes líneas de estructuración de la personalidad (las consabidas neurosis y psicosis), irreductibles entre sí, a las que se añade una línea de a-estructuración o simple acondicionamiento de la personalidad: los estados-límite. Esta última categoría es verdaderamente heterogénea; en su interior encontramos las perversiones de las que hablaba Freud, las afecciones psicosomáticas y tres 3

El vocablo Verwahrlosung puede traducirse como abandono, desatención o carencia de cuidado. Un jardín que es dejado a sus solas fuerzas, en donde la hierba crece salvajemente, se calificaría en alemán como verwahrlosten. Tal adjetivo intitula justamente el libro de Aichhorn: Verwahrlosten Jungend (cuya traducción al español como Juventud descarriada tergiversa el sentido del original) 4 Verwahrlosungsäusserungen: literalmente, las manifestaciones de la falta de cuidado.

acondicionamientos caracteriales: no únicamente las neurosis de carácter, sino ahora también las psicosis de carácter y las perversiones de carácter. El tema de la psicopatía encuentra en esta teorización una plaza igualmente difusa. El autor afirma que la mayor parte de los psicópatas pueden ser encuadrados en los estados-límite (sobre todo en las perversiones verdaderas y en los tres acondicionamientos caracteriales), aunque “algunos de ellos son seguramente auténticas estructuras psicóticas y, raramente, estructuras neuróticas” (Bergeret, 1996:128). Por un lado, este parece un gran acierto: afirmar la condición trans-estructural de la psicopatía. No obstante, la postura bergeretiana se basa en una noción de estructura de personalidad incompatible con los fundamentos de la experiencia freudiana (Álvarez, Esteban, & Sauvagnat, 2004): no solamente su categoría de estados-límite subsume las entidades no-neuróticas y nopsicóticas por referencia a la estructura de personalidad, sino que incluso las neurosis y las psicosis se entienden bajo el mismo referente. En resumen, el conjunto de ensayos de remodelación de la nosografía psicoanalítica para albergar en su seno una entidad autónoma ligada a la delincuencia (psicopatía y nociones homólogas) ha seguido la tendencia inaugural de la criminología: la explicación por la personalidad. En contrapeso de estas formulaciones, hay un surco del pensamiento psicoanalítico que apuesta por la aprehensión conceptual de la delincuencia por relación a las estructuras clínicas. En esta línea se inscriben algunos aportes de Freud y Lacan. En Freud, por ejemplo, se encuentra el esclarecimiento de un cierto tipo de delitos que, en el caso de sujetos neuróticos, son motivados por un sentimiento de culpa inconsciente, pronto a expiarse por las consecuencias legales del acto delictivo. Lacan, por su parte, desde la presentación de su tesis doctoral, estuvo interesado en los motivos de los crímenes cometidos por sujetos psicóticos y perversos. ¿Qué aporta esta línea de pensamiento a la elucidación del reverso inconsciente del crimen? Acto delictivo y estructura clínica del sujeto Cada vez que decimos el crimen o la delincuencia, operamos la unificación imaginaria de una diversidad de fenómenos que no remiten forzosamente a los mismos principios de explicación. Desde el punto de vista psicoanalítico, habría que insistir en que “el crimen recubre una diversidad de posiciones subjetivas” (Assoun, 2004:34), justamente aquéllas cuyas coordenadas intenta trazar la teoría de las estructuras clínicas. Todo acto delictivo es una transgresión de la ley, la del derecho positivo pero también la de la estructuración subjetiva, que tiene que ver con la castración. El delito no es solo una ruptura con lo convenido socialmente, sino la manifestación de una perturbación psíquica del vínculo con el otro: ¿qué caracteriza, en ese contexto, el conflicto con la ley en el neurótico, el perverso y el psicótico? Las tres viñetas que siguen apuntan a hacerlo entrever. Cuando el joven Ferdinand no puede dar razón del robo de dinero a su hermana y de la fuga de casa que, para gran pesar de su madre, ha cometido (Aichhorn, 1925); cuando el sacerdote M. Maciel armoniza a un tiempo su imagen de guía de la juventud con sus actos de abuso sexual de menores al obtener en ocasiones su consentimiento bajo argumentos de obediencia y caridad (Carrillo, 2006); cuando G. J. Schaefer secuestra y mata cerca de 30 mujeres con el mismo escenario mortuorio, tal como aparecía en su vieja foto del linchamiento de Cattle Kate (Lévy, 2002); en

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todos esos casos es posible vislumbrar el reverso inconsciente del crimen como nudo estructural subjetivo que hace irrupción en lo real. En la neurosis, el acto criminal pone de manifiesto el desbordamiento del fantasma. Estructurado por la represión de la castración, el fantasma es el operador lógico que sostiene a un tiempo el deseo inconsciente y la realidad del neurótico. Asumiendo de manera dolorosa la ley (el corte de la inicial relación fusional con el otro materno), el sujeto de estructura clínica neurótica condesciende a las exigencias del otro de la realidad social, y es recompensado por ello mediante la autonomía de que goza su actividad de fantaseo (consciente, pero sobre todo inconsciente): a nivel del fantasma, él se permite romper el contrato social y entregarse a las peores fechorías. El acto criminal del neurótico se realiza aquí como acto fallido: Ferdinand gasta todo el dinero sustraído en los boletos de ida y vuelta, pasa mal su estancia fuera de casa y tiene que regresar lleno de temor, sin haber obtenido lo que conscientemente se proponía al abandonar momentáneamente el hogar: traer cerezas para su madre. A cambio, ha podido volcar fantasmáticamente su agresión contra ella por preferir a la hermana y darle dinero para comprar zapatos nuevos, y se ha vengado inconscientemente de la hermana al hurtarle el dinero y gastarlo en su fuga. En la perversión, el acto delictivo da testimonio de la renegación de la castración. Reconociendo la norma para violarla, el sujeto perverso pone en escena el clivaje de su yo: él es al mismo tiempo respetuoso de las exigencias del otro y transgresor de los derechos de los otros. El acto criminal del perverso se realiza aquí como crimen perfecto: M. Maciel, guardando su imagen de modelo de virtud, da su bendición a sus víctimas luego de haber abusado de ellos al absolverlos de toda culpa y apaciguar sus inquietudes con el eslogan de que quien obedece, no se equivoca. Él creará en su congregación todo un sistema de adoctrinamiento para protegerse de los efectos de la verdad que puedan venir del interior y del exterior. Tendrá éxito, pues tras décadas de desmanes, no llegará a pisar la cárcel, y su reputación de santo solo será póstumamente rectificada por las altas autoridades eclesiásticas. En la psicosis, el acto criminal señala el retorno, en lo real, de algo que fue forcluido de lo simbólico. En el sentido de su estructuración psíquica, el psicótico siempre ha estado fuera de la ley. Rechazando inconscientemente la castración, no puede acceder a una constitución primaria del fantasma, lo cual deforma su relación con la realidad y con el deseo. El sujeto psicótico tiene que habérselas con el delirio o con otros tipos de suplencia de eso que fue originalmente forcluido. El acto delictivo del psicótico se realiza aquí como búsqueda de estabilización estructural: G. J. Schaefer mutila a sus víctimas para deshacerse, en lo real, de una parte de sí mismo en su relación simbólica con el otro que debería haber sido separada (castración); eso que en la teoría lacaniana se llama objeto a minúscula. La repetición del acto según la misma imagen de la prostituta linchada indica una tentativa de constitución secundaria del fantasma, a modo de suplencia. En la interfaz de la psicopatología y la criminología, las viñetas psicoanalíticas escogidas para ilustrar las posiciones subjetivas del delincuente, muestran cómo la lógica y el sentido subjetivo del crimen se refractan por la estructura clínica. Ese es el hecho que toda explicación por la personalidad psicopática tiende a opacar, por lo que en el psicoanálisis lacaniano la noción de psicopatía y sus homólogas solo puede encontrar un status

descriptivo de la superficie psíquica del individuo delincuente. En cambio, la localización del acto delictivo con respecto a la estructura clínica hace igualmente patente la distinción entre individuo y sujeto. El individuo es un concepto jurídico; el sujeto al que se ha hecho referencia (el sujeto del inconsciente) es un concepto psicoanalítico. Si bien el individuo que delinque no siempre ostenta la imputabilidad jurídica de su acto, la ética fundamental del Inconsciente es determinante: “de nuestra posición de sujeto, somos siempre responsables” (Lacan, 1966:858). Conclusiones-discusión A través de este recorrido ha quedado patente como el discernimiento del fenómeno delictivo en el psicoanálisis lacaniano es notablemente diverso de la explicación dominante en las disciplinas psi. Al desautonomizar la psicopatía como expresión de una supuesta personalidad antisocial del criminal, la envoltura formal de cada acto delictivo solo adquiere sentido por su dialéctica con una de las tres grandes estructuras clínicas: neurosis, psicosis, perversión. Se pasa entonces de la consideración del individuo en su superficie psíquica, a la toma en cuenta del sujeto en su cartografía inconsciente. Así, el psicópata no existe. No que se invalide la realidad histórica de pequeños delincuentes como Ferdinand, ni de criminales célebres como G. J. Schaefer, M. Maciel o tal vez Luka Magnotta; sino que la psicopatía, como categoría nosográfica del gran delincuente, no tiene razón de ser en el campo psicoanalítico definido por la praxis de Freud y Lacan. Si la apuesta del psicoanálisis con relación al crimen está en la develación de su reverso inconsciente, es conveniente que para su labor explicativa se deslinde de nociones como esta, que tienen un status meramente descriptivo. La historia del movimiento psicoanalítico nos muestra que aún los intentos más serios en sentido contrario han terminado en la fabricación de nociones difusas e incluso caóticas: estado de descuido, neurosis de carácter, estados-límite. Sin embargo, la teoría de las estructuras clínicas está lejos de constituir una herramienta terminada. Se ha visto cómo su sistematización bajo el régimen conceptual lacaniano se inició apenas en los años 1980, y las breves viñetas presentadas dan cuenta de la gran precisión nocional (imposible de lograr en los límites de unas cuantas páginas) que demanda su utilización. Urge, pues, continuar su fundamentación y desarrollo: si esta tiene un porvenir en la interfaz de la psicopatología y la criminología, es porque insiste en la ineluctable responsabilidad de nuestra posición de sujeto; lo mismo al considerar las actividades más típicamente sociales que los actos delictivos más repudiados. Reflexión de la coeditora Miriam Pardo-Fariña: este artículo resulta muy pertinente para abrir una pregunta acerca de la delincuencia y quién es el que lleva a cabo el acto delictivo. De acuerdo a lo anterior, los marcos teóricos y los alcances clínicos alusivos a las formas de intervención han sido territorios abarcados tanto por la psiquiatría como por la psicología al considerar constructos específicos desde la perspectiva nosológica y desde el campo de la personalidad al hacer distinciones entre lo normal y lo patológico. Si bien estos aportes son importantes, los modos de intervención psicofarmacológicos y psicoterapéuticos abren variadas interrogantes acerca de quién delinque y para qué lo hace, con el fin de establecer un problema clínico crucial acerca de cómo tratar a alguien que detenta una personalidad psicopática. El psicoanálisis, por su parte, y desde los aportes de Jacques Lacan, ofrece una mirada in-

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teresante para abrir la pregunta acerca de quién delinque, lo cual deriva hacia la noción de sujeto. Esta última, referida al sujeto del inconsciente, pondrá a circular la posición subjetiva con respecto al otro, factible de ser analizada a través de las estructuras clínicas neurosis, psicosis y perversión. En cada una, el sujeto dará cuenta de su particular posición deseante que, al ser inconsciente, será particular en cada sujeto sin posibilidades de transformarse en un universable. De acuerdo a lo anterior, mientras la psiquiatría y la psicología podrán especificar categorías clínicas respecto a los individuos, como es el caso de la entidad denominada psicopatía, el psicoanálisis apuntará al sujeto cuyo deseo se orientará en las perversiones a renegar de la castración al eludir la posibilidad de intercambio cultural sin presentar sentimientos de culpa frente a la acción delictiva. Referencias bibliográficas Aichhorn, A. (1925). Verwahrloste Jugend. Die Psychoanalyse in der Fürsorgeerziehung. Wien: Internationaler Psychoanalytischer Verlag. Aichhorn, A. (1948/2007). Les catégories de l'abandon. En F. Houssier; F. Marty & Aichhorn, A., Cliniques de la délinquance (pp. 189-203). Nimes: Champ Social. Álvarez, J. M., Esteban, R., & Sauvagnat, F. (2004). Fundamentos de psicopatología psicoanalítica. Madrid: Síntesis. American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington: American Psychiatric Publishing. Assoun, P. L. (2004). L'inconscient du crime. La "criminologie freudienne". Recherches en psychanalyse, II(2), 23-39. Bergeret, J. (1996). La personnalité normale et pathologique. Les structures mentales, le caractère, les symtômes (3a ed.). Paris: Dunod.

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Boletín Científico Vol. 4(1)-2014 / pp: 26-31 / ISSN-e: 2215-9312

Sociologando: Hacia una mirada de género en los estudios de movilidad social: interrogantes teórico-metodológicos Towards a gender perspective in studies of social mobility: theoretical and methodological issues Gabriela-Vivian Gómez-Rojas (1964, argentina, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Argentina) Manuel Riveiro (1983, argentino, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Argentina) gomezrojas@fibertel.com.ar, manox3@gmail.com

Resumen El debate sobre la incorporación de la mujer en los estudios de movilidad y estructura social cuenta con antecedentes empíricos en la Argentina. Si bien son más los estudios que tienen en cuenta a las mujeres a la hora de analizar estos temas, todavía no se han generado antecedentes suficientes para construir la movilidad social femenina como objeto de estudio. Este trabajo tiene como objetivo explorar aspectos de la movilidad social intergeneracional para mujeres y varones. Se pretende aportar conocimientos sobre áreas poco y casi nada exploradas del movimiento de la sociedad argentina. La fuente de datos utilizada es la Encuesta de Estratificación y Movilidad Social, relevada por el CEDOP-UBA en el 2007. Es una encuesta nacional, probabilística, de 3313 casos. El esquema de clases sociales adoptado es el presentado por Goldthorpe y colaboradores).

les afectan también a las investigaciones sobre la movilidad social. Al haber estado focalizado en los varones, se ha detectado el desconocimiento sobre el aumento de la participación económica de las mujeres, pero también de los cambios acontecidos a nivel familiar. Hay una serie de interrogantes en el trabajo que conllevan a reflexionar sobre el modo de definir algunos conceptos y mediciones que inevitablemente condicionan el fenómeno de estudio.

Palabras clave: intergeneracional, movilidad, mujeres, varones. Recibido: 01-01-2014 → Aceptado: 01-14-2014

Cítese así: Gómez-Rojas, G. B. & Riveiro, M. (2014). Hacia una mirada de género en los estudios de movilidad social: interrogantes teóricometodológicos. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 26-31. Abstract The debate on the inclusion of women in studies of mobility and social structure has empirical data in Argentina. While there are more studies that consider women when analyzing these issues have not yet generated sufficient background to build female social mobility as an object of study. This work aims to explore aspects of intergenerational social mobility for women and men. It aims to provide insights into areas little explored and almost no movement of Argentina society. The data source used is the Survey of Social Stratification and Mobility, relieved by CEDOP-UBA in 2007. It is a national probabilistic survey of 3313 cases. The scheme adopted social classes is presented by Goldthorpe et al. Key words: intergenerational, men, mobility, women.

Introducción En tanto parte del estudio de la desigualdad social, los estudios de movilidad social no son (ni deberían ser) ajenos a los cambios en la forma en que los sujetos políticos y sociales interpelan y modifican dichas desigualdades. Sin embargo, se ha constatado que no siempre esto tiene lugar. En los antecedentes se explicitan los debates ocurridos en relación a la inclusión o no de las mujeres en los estudios de estratificación social, los cua-

Ante los cambios familiares acontecidos en las últimas décadas, cabe preguntarse lo siguiente. ¿Cómo eran los hogares de las personas encuestadas cuando tenían 16 años? ¿Cuántos vivían con su padre, cuántos sin su madre y cuántos sin ninguno de los dos? ¿Hasta qué punto es correcto continuar pensando la ocupación del padre como indicador del origen social? ¿Qué sucede al adentrarnos en los hogares? Se observa que la clasificación de los hogares de origen se complejiza, pues al centrarse en las posiciones de clase social de los integrantes de las parejas que conforma el núcleo familiar, podemos distinguir, en primer lugar, hogares con un solo proveedor y hogares con dos proveedores, con su consecuente heterogeneidad de clase. Este artículo trata de comenzar a dar respuestas a estas preguntas. La fuente de datos utilizada es la Encuesta de Estratificación y Movilidad Social, relevada por el CEDOP-UBA en el 2007. Se trata de una encuesta nacional, de base probabilística, polietápica, con selección aleatoria en cada etapa de los casos, que cuenta con un total de 3313 casos. Se trabaja con encuestados de 25 a 65 años. La decisión se toma teniendo en cuenta la composición de la muestra, compuesta de una mayoría de casos en ese rango de edad, y dos submuestras de 18 a 24 y 66 y más. En cuanto a las posibilidades de clasificación de la clase social, a nivel internacional y local, una posibilidad recurrente es utilizar el esquema de clases social desarrollado por Goldthorpe y colaboradores. Debido a su difusión, el mismo es centro de varios debates. Este esquema se basa, en primer lugar, en la distinción entre empleador, trabajador autónomo y empleado y, en segundo lugar, en el contraste existente «entre, por un lado, el “contrato de trabajo”, supuesto comúnmente para los casos de trabajadores manuales y no manuales de bajo grado, y, por otro lado, la “relación de servicio” expresada en el tipo de contrato común para los empleados profesionales y directivos de las burocracias organizativas, públicas y privadas” encontrando así mismo una serie de “formas mixtas” entre ambas relaciones de empleo» (Goldthorpe, 2010: 365). Se generan así tres grandes posiciones de clase social: clase de servicios, clases intermedias y clase trabajadora. Como otras formas de medir la clase social, este esquema se basa en la estructura ocupacional. Entre las venta-

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jas de utilizar este esquema contamos, por un lado, la comparabilidad con otros trabajos y “familiaridad” que el mismo ha cobrado en el estudio de la movilidad social, y, por otro lado, el trabajo de validación del mismo. En la tabla 1 se efectúa una enumeración de las clases tenidas en cuenta en este trabajo.

implícito en el “planteamiento convencional” (Acker, 1973; Delphy y Leonard, 1986), Goldthorpe reconoce la importancia de la desigualdad sexual sobre las oportunidades y expectativas de empleo de las mujeres, así como su efecto sobre las propias oportunidades de clase de los hombres (1987: 58-59), pin embargo, ubica dicha desigualdad fuera del objeto del análisis de clase.

Tabla 1: Posiciones de clase social y relaciones de empleo Posición de clase social I Relación de servicio Relación de servicio II (modificada)

Relación de empleo

Profesionales y directivos de nivel alto Profesionales y directivos de nivel bajo; técnicos de alto nivel Empleados no manuales de rutina, IIIa Mixta nivel alto Contrato de trabajo Empleados no manuales de rutina, IIIb (modificado) nivel bajo [No hay regulación del em- Pequeños propietarios, empleadores y IVabc pleo: no asalariados] trabajadores autónomos Técnicos, supervisores de nivel bajo V Mixta de trabajadores manuales Contrato de trabajo VI Trabajadores manuales calificados (modificado) Trabajadores manuales no calificados VIIa Contrato de trabajo (no agrícolas) VIIb Contrato de trabajo Trabajadores agrícolas Fuente: Goldthorpe (2010: 366), “Tabla 5.1. Categorías del esquema de clases y forma supuesta de regulación del empleo”, con leves modificaciones.

Antecedentes La llamada “segunda ola” del feminismo, que constituyó masivos movimientos de mujeres en los países centrales, sirve de base para el cuestionamiento del marcado carácter masculinizante de los estudios sobre movilidad social intergeneracional de las décadas del 1960 y 1970. Como ya se señaló (Riveiro, 2011: 4–5), pueden pensarse dos impactos de esta “ola” sobre estos estudios. Por un lado, intelectuales y activistas feministas critican el sistemático sesgo machista de estos estudios (Crompton y Mann, 1986; Delphy y Leonard, 1984; Acker, 1973; Haller, 1981). Esta crítica suscita la respuesta de Goldthorpe en la revista inglesa Sociology y genera un debate ya clásico. Por otro lado, surgen los primeros estudios de movilidad social femenina como DeJong, Brawer, y Robin (1971) y Tyree y Treas (1974). Los cuales coinciden en que la movilidad social de las mujeres difiere de la de los hombres, debido a las barreras “sectoriales” del empleo, la segregación ocupacional, como luego retoma Salido Cortés (2001). De esta manera, comienzan los estudios de movilidad social intergeneracional de las mujeres. Aparte del ya citado trabajo de Salido Cortés (2001), que trabaja la movilidad social de varones y mujeres en España, interesa destacar el trabajo de Dex (1987) sobre la movilidad ocupacional de las mujeres inglesas, la provocadora compilación de Payne y Abbott (1990), y el de Schaade y Schizzerotto (1990), el cual compara la movilidad social de hombres y mujeres en Italia. En líneas generales, estos trabajos encuentran trayectorias ocupacionales femeninas coherentes, que marcan la necesidad de definir la movilidad social de las mujeres como un objeto de estudio de peso propio. Este planteamiento ha sido fuertemente criticado desde distintas instancias. Sin embargo, frente a las críticas dirigidas contra el carácter sexista

El objeto de este artículo es abordar con una mirada de género a la investigación de la movilidad social intergeneracional. Esto no quiere decir que se analiza dicha movilidad al tomar como unidad de observación exclusivamente a las mujeres. Tal análisis sólo es posible si se iguala género y sexo como particularidad, atributo adscripto del individuo (en este caso, las mujeres). En cambio, tal abordaje carece de sentido en una definición del género como relación social desigual y jerárquica, algo propio de los estudios de estratificación social y de los estudios de mujeres (Crompton, 1994; de Oliveira y García, 2007; Baxter y Western, 2001). “Es justamente debido a la existencia de desigualdad sexual y a su reflejo en el ámbito laboral, a la distribución desigual de los hombres y las mujeres en la estructura del empleo, por lo que se hace imprescindible el estudio conjunto de los procesos de movilidad de las mujeres y los hombres de manera global” (Salido Cortés, 2001: 49). En consecuencia, de tener éxito en nuestra tarea, no se estará incorporando el género a los estudios de movilidad social, sino que estaremos aportando elementos que permitan, en un futuro, sentar las bases para una perspectiva de género en los estudio de movilidad social. Repensando la definición de los orígenes sociales: situación familiar de origen social del encuestado Uno de los tópicos tratados por la literatura a la hora de analizar la movilidad social de las mujeres es tomar como referentes del origen social al padre o a la madre. Los estudios de movilidad, en general, consideran como origen la clase social del padre y no de la madre. Más allá del androcentrismo en estos estudios que tan bien señaló Salido (2001), es cierto que la distribución de las ocupaciones de las madres se ve afectada por el no tan lejano aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo, lo que implica en términos empíricos contar con un número menor de casos para el análisis. Sin embargo, no es recomendable dejar de lado este aspecto, pues no puede considerarse que solo la ocupación del padre es la influye en las trayectorias vitales y ocupacionales de hijos e hijas (2001). Asimismo, dicha autora cita estudios en los que se ha mostrado que las aspiraciones educativas y ocupacionales de los adolescentes pueden estar influidas por los logros de sus progenitores, aún más si son del mismo sexo. En el caso de las mujeres, y si se considera como origen la clase social del padre, se estarían comparando orígenes y destinos que se ven afectados por distribuciones ocupacionales muy diferentes, ya que es sabido que existen ocupaciones estrictamente femeninas y otras masculinas. También vinculados con la discusión de los orígenes sociales, se hallaron a lo largo del trabajo de investigación ciertas manifestaciones de la población de estudio que llevaron a reflexionar sobre cómo se conforma la familia de origen del encuestado en este tipo de estudios. Resulta relevante recordar que, para los estudios convencionales de estratificación social, la unidad de análisis es la familia (Goldthorpe, 1983: 465). Ello, a su vez, está vinculado con las preguntas que habitualmente se utilizan para medir la movilidad social, como la clase ocupacional del padre de familia, proxy de las oportunidades de vida en ese hogar de origen. Por su parte,

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desde la demografía y de la sociología se señalan los cambios familiares acontecidos en las últimas décadas, como el aumento de los hogares monoparentales, el crecimiento de las familias ensambladas, la tasa de divorcios y el incremento de los hogares unipersonales (Torrado, 2004). En suma, puede pensarse en cierta pérdida de preeminencia de los hogares nucleares completos, es decir aquellos cuyas cabezas son el padre y la madre. Ante esta situación, cabe preguntarse cómo eran los hogares de las personas encuestadas cuando tenían 16 años: ¿vivían todos con su padre?, ¿vivían sin su madre?, ¿cuántos vivían sin el padre y sin la madre? Las respuestas a estas preguntas son importantes, pues conducen a reflexionar sobre otros supuestos sobre los que descansa el análisis de la movilidad social, en este caso sobre la idea de que todos los hogares a analizar están conformados por la presencia de un padre y una madre, es decir, son nucleares completos. Por lo tanto, se torna imperioso conocer la composición de los mismos y hasta qué punto dichos supuestos son correctos. A raíz de dichos interrogantes se decidió indagar sobre las cuestiones descriptas con anterioridad. Así, se nota que poco menos de una cuarta parte no vivía con su padre cuando tenían 16 años (ver tabla 2). Por lo tanto, ya se encuentra una porción de la muestra que no vivía con el progenitor varón, proxy habitual de la posición de clase social de origen. Entonces, ¿es lícito continuar preguntando solo por la ocupación del padre?, ¿agota la ocupación del padre la medición de las oportunidades de vida de la familia de origen? Podría pensarse que tal vez el encuestado no viviera con él, pero sí que tuviese contacto con el mismo y aportase a su mantenimiento; pero esta fuente no nos da información sobre este aspecto, que deberá abordarse en investigaciones futuras. En tanto que la proporción da casos que no vivía con la madre es sustancialmente menor (13.8%) (ver tabla 3). Tabla 2: Vivía el encuestado con su padre cuando tenía alrededor de 16 años Varón Mujer Total Respuesta 80,8 73,9 77,2 Sí 19,2 26,1 22,8 No 100 100 100 Total -1450 -1538 -2988 Fuente: Elaboración propia con base en datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

Tabla 3: Vivía el encuestado con su madre cuando tenía alrededor de 16 años Varón Mujer Total Respuesta 89,8 82,8 86,2 Sí 10,2 17,2 13,8 No 100 100 100 Total -1450 -1538 -2988 Fuente: Elaboración propia con base en datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

En resumen, analizando la situación familiar de los encuestados (tabla 4), casi las tres cuartas partes vivía con su padre y madre al momento de referencia, el resto vivía con la madre (11,8%) o bien vivía “sin padre, ni madre” (10,9%). Esta última situación refuerza la pregunta que se plantea desde el inicio del trabajo (¿Cómo quedan registrados los “orígenes” en los estudios de movilidad social?), puesto que no podemos desconocer estas variantes en las conformaciones de los hogares. Si se agrupan categorías, se observa que para poco menos de la cuarta parte, el progenitor no estaba presente. Entonces, esos casos debieran quedar fuera del universo de estudio, lo que llevaría a redefinir la población en la que investi-

gamos “la movilidad social”; solo la conoceríamos para aquellos que tenían padre a los 16 años. Este hecho nos lleva desconocer una porción de la sociedad que no se ubica dentro de estos parámetros, lo que pareciera asumir una decisión muy limitada, en vez de que las preguntas se adecuen a la realidad social, se asumiría el camino inverso. En conclusión, esta es otra cuestión a tener en cuenta y a seguir profundizando en futuros estudios. Tabla 4: Tipo de hogar de origen del encuestado (¿Con quién vivía cuando tenía alrededor de 16 años?) Varón Mujer Total Respuesta 77,7 71,2 74,3 Con padre y madre 3,1 2,7 2,9 Con padre sin madre 12,1 11,6 11,8 Con madre sin padre 7,1 14,6 10,9 Sin padre ni madre 100 100 100 Total -1450 -1538 -2988 Fuente: Elaboración propia en base a datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

La situación de trabajo extra-doméstico de la madre y situación sociolaboral del núcleo de origen Tal como se dijo al inicio, el aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo lleva a pensar que las mismas también deberían constituirse en personas de referencia para medir el origen social del encuestado en este tipo de análisis. De los casos analizados casi cuatro de cada diez entrevistados tenían su madre trabajando por un ingreso (ver tabla 5). Tabla 5: Condición de actividad de la madre del encuestado Varón Mujer Total Condición de actividad de Madre 63,7 57,6 60,7 Sólo hacía tareas del hogar 35,7 41,9 37,6 Trabajo remunerado 0,6 0,5 0,5 NS 100 100 100 Total -1303 -1274 -2577 Base: Encuestados/as con información disponible sobre la condición ocupacional materna. Fuente: Elaboración propia en base a datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

Una vía de análisis que se quiso retomar, ya discutido (Gómez-Rojas, 2011), es describir la clase social del hogar de origen y abandonar la medición solo referida a los jefes de hogar. ¿Qué sucede al adentrarnos en los hogares? Se observa que dicha clasificación se complejiza, pues al centrarse en las posiciones de los integrantes de las parejas podemos distinguir, en primer lugar, hogares con un solo proveedor y hogares con dos. Y, al interior de estos, las parejas homogéneas, heterogéneas tradicionales y heterogéneas no tradicionales. De modo tal que la anterior cartografía queda conformada de la manera que se enuncia en el siguiente tabulado estadístico, que constituye una tabla resumen de las situaciones mencionadas anteriormente (ver tabla 6). Seis de cada diez entrevistados provienen de un hogar con el padre como único proveedor económico, en poco más de uno de cada diez, la clase social del padre y de la madre era idéntica (homógama). En tanto que en casi uno de cada diez entrevistados la madre era la única proveedora económica presente en el hogar.

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Al discriminar los hogares de origen entre los que tienen un solo proveedor y dos proveedores, emergen los tipos de parejas según sus combinaciones de clase. Estas parejas, a su vez, pueden subdividirse entre las que denominamos tradicionales y no tradicionales, donde las primeras representan el 7,4% y las segundas, un 5,4% En ese marco, ¿cómo resolver la clasificación de los que presentan heterogamia de clase? Partiendo, en primer lugar, de describir la situación de clase de las parejas al contar con información del varón y mujer que la componen, Erikson (1984) propone tener en cuenta al miembro de la pareja que posea la clase mejor posicionada dentro de una jerarquía de las mismas, sea varón o mujer: a este criterio, según nuestra traducción, se lo llama “clase dominante”. Esa solución es tenida en cuenta más adelante. Retornando a las descripciones anteriores, si se agregan los casos en los que las madres son únicas proveedoras a las que superan en clase a su compañero varón (heterogéneas no tradicionales), no puede perderse de vista que la incidencia de ellas en los orígenes asciende al 15% de los casos. Tabla 6: Situación socio-laboral del núcleo familiar de origen del encuestado Varón Mujer Total Situación socio-laboral del núcleo familiar de origen 64,6 58,9 61,8 Padre único proveedor 6,5 8,5 7,4 Heterogénea tradicional 14,5 16,9 15,7 Homogéneas 5,3 5,5 5,4 Heterogénea no tradicional 9,2 10,2 9,7 Madre única proveedora 100 100 100 Total -1284 -1253 -2537 Fuente: Elaboración propia en base a datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

Sumando todo lo descripto, se considera que es necesario repensar la pregunta sobre clase social de origen del encuestado, puesto que pierde peso el argumento de que en todos los casos el mejor predictor de las oportunidades de vida en el hogar de origen es la ocupación del padre. A lo largo de la caracterización aquí realizada, se han mostrado las diversidades que pueden existir en los orígenes, si se rompe con dos supuestos, el que la característica primordial de la familia de origen es del tipo nuclear completa, y de que las parejas del núcleo son homogéneas en cuanto a la clase social. Supuestos que aún están vigentes en los estudios de movilidad social. Comparando situación socio-laboral del núcleo familiar de origen y el núcleo familiar de destino de los encuestados Un interrogante a la hora de analizar la movilidad social femenina es detectar cuán semejante es o no la composición de los núcleos de origen y destino según sexo. De manera que se pueda tener conocimiento de las semejanzas y diferencias (ver tabla 7). Tal como se advierte, se construyeron categorías similares a la tabla anterior. Lo más destacable para señalar es que la composición de los núcleos de origen y destino de los varones es muy similar, mientras que los grandes cambios se evidencian en las mujeres. Se pierde peso en el único proveedor varón (34,3% vs. 58,9%), y un aumento muy importante de las mujeres únicas proveedoras (10,2% vs. 34,8%). Si bien, en el caso de los destinos, como tienen diversidad de edades, pueden encontrarse mujeres que aún no han conformado una pareja (pues son jóvenes aún). La tendencia acompaña lo que desde la literatura ha indicado con el aumento de los hogares con jefatura femenina. Preocuparse en caracterizar los destinos actuales implica a su vez

tomar conciencia de las modificaciones que pueden emerger en la construcción de los futuros núcleos de origen en investigaciones futuras. Tabla 7: Situación socio-laboral del núcleo familiar de destino del encuestado Varón Mujer Total Situación socio-laboral del núcleo familiar de destino 66,8 34,3 50,9 Único proveedor varón 7,1 7,7 7,4 Heterogénea tradicional 14,7 16,1 15,4 Homogéneas 8 7,1 7,6 Heterogénea no tradicional 3,4 34,8 18,7 Única proveedora mujer 100 100 100 Total -1302 -1240 -2542 Base: Los entrevistados o sus cónyuges, jefes de hogar, de 25-65 años. Fuente: Elaboración propia en base a datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007

Otros modos de ver la movilidad social intergeneracional de mujeres y varones Diversas críticas han sido realizadas al estudio de la movilidad social a través de encuestas desde aquellos que han desarrollado una aproximación cualitativa a los estudios de las trayectorias de clase (Bertaux y Thompson, 2007). En varios se marca el énfasis puesto en los varones, más que en las mujeres, así como el tratamiento del individuo aislado, con lo cual se desconoce que están insertos en una familia y no asumiendo que la movilidad es una práctica familiar más que de una persona. Reconociendo que las familias forman individuos con determinadas habilidades, dotándolos con su moral, su energía psíquica y con sus recursos económicos, culturales y relacionales. Tratando de basarse en algunas de esas cuestiones, y en la información expuesta, parece oportuno intentar un ejercicio de análisis de movilidad social, en el que tanto en los orígenes como en los destinos se pueda considerar “el núcleo familiar”. Para poder construirlo, se aplica el criterio de la clase dominante, que fue definido anteriormente. En el diagrama (ver tabla 8) se explicitan los nombres y criterios asignados a los diferentes cálculos, a fin de entender por movilidad clásica a la que se construye con base en la ocupación del padre y la del encuestado; y la “no clásica” en la que los orígenes se definen al observar al núcleo (padre y madre) y al asumir que el destino puede no ser individual sino más bien de contexto familiar, en el caso de que las personas se encuentren en pareja. Tabla 8: Diagrama del tipo de movilidad (de clase) social intergeneracional “Clásica”

“No clásica”

Padre: (o persona que Núcleo familiar de origen: Posición de se desempeñaba como clase del padre, de la madre o criterio de tal) dominancia Núcleo familiar de destino: Posición de Encuestados: Usualclase de los encuestados o sus cónyuges mente varones, usualque forman parte del núcleo familiar con mente ocupación actual ocupación actual. Inclusión del criterio de o última dominancia.

Construcción de la posición de clase social Origen

Destino

Así, en la tabla 9 se exponen los resultados de dicho ejercicio, para varones y mujeres. Allí es importante ver las variaciones que se obtienen, al

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tener en cuenta uno u otro camino. Para tomar algunos ejemplos, la movilidad ascendente aumenta para varones y mujeres, la de corta y larga distancia muestran más similitud entre ambos sexos (que considerando el criterio tradicional) y los descensos de clase también son menores. Tabla 9: Movilidades calculadas según criterios definidos como clásica y no clásica Mujer Varón No clásica Clásica No clásica Clásica Inmovilidad 46,5 46,4 46,6 49,3 Movilidad total 53,5 53,6 53,4 50,7 Movilidad ascendente 33,5 26,6 34,8 28,6 Movilidad ascendente de corta distancia 26,8 20,5 28,2 23,4 Movilidad ascendente de larga distancia 6,8 6 6,6 5,2 Movilidad descendente 19,9 27,1 18,6 22 Movilidad descendente de corta distancia 17,9 24,5 16 19,6 Movilidad descendente de larga distancia 2 2,6 2,7 2,5 Movilidad ascendente sobre descendente 1,7 1 1,9 1,3 Movilidad "estructural" sobre movilidad total 11,9 14,6 9,9 4,9 Movilidad "circulatoria" sobre movilidad total 88,1 85,4 90,1 95,1 Outflow: % de inmovilidad C. Servicio 63,1 56,5 59 50,7 Outflow: % de inmovilidad C Intermedia 37,3 25,9 42,2 46,1 Outflow: % de inmovilidad C Trabajadora 47,5 61,6 45,2 51,8 Outflow: % Ascenso largo (de CT a CS) 16,9 14,4 15,2 12 Outflow: % Descenso largo (de CS a CT) 10,2 14,5 14,8 15,3 Fuente: Elaboración propia en base a datos de CEDOP-IIGG, UBA. 2007. Medidas de movilidad absoluta

Conclusiones-discusión El artículo pretendió hacer evidente una serie de supuestos con los que se trabaja a la hora de medir la movilidad social intergeneracional de varones y mujeres y cómo los mismos pueden no reflejar las modificaciones que vienen aconteciendo en la vida social, como el aumento de los hogares monoparentales, el crecimiento de las familias ensambladas, la tasa de divorcios y el incremento de los hogares unipersonales; es decir, caracterizando al momento actual con cierta pérdida de preeminencia de los hogares nucleares completos, aquellos cuyas cabezas son el padre y la madre. Cuando se dice medir, se piensa en las preguntas con las que habitualmente se definen los orígenes sociales de los encuestados. Por lo tanto, es necesario tener muy claro qué se quiere preguntar cuando lo que se pretende indagar son los orígenes, puesto que si se sigue sosteniendo solo la “figura paterna”, eso llevaría a redefinir la población en la que investigamos “la movilidad social”, pues solo la conoceríamos para aquellos que tenían padre a los 16 años; es decir, ese sería nuestro universo de estudio, la “porción” de la sociedad que tenía su progenitor. Este punto amerita continuar con investigaciones en las que se conozca más en profundidad qué implica no vivir con el padre, dado el aumento de divorcios; y saber si dichos padres siguen con un vínculo frecuente con sus hijos. Por otro lado, el aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo lleva a pensar que las mismas también deberían constituirse en personas de referencia para medir el origen social del encuestado en este tipo de análisis. La descripción realizada ha mostrado las heterogeneidades que pueden existir en los orígenes, si se rompe con dos supuestos: el que la caracte-

rística primordial de la familia de origen es del tipo nuclear completa, y de que las parejas del núcleo son homogéneas en cuanto a la clase social. También se intentó definir de otro modo los destinos al observar previamente las variaciones que emergen entre los varones y mujeres de diferentes generaciones (orígenes y destinos) que afectarán mediciones en el largo plazo, si se considera el caso de aquellos que estén en pareja y la clase social de dicho núcleo. Se estima que es un modo de tener una mirada menos individualizada de la movilidad social, y se asume que como se dijo con anterioridad, hay contextos familiares que confluyen en esas fotografías de movilidad que vamos obteniendo. Este trabajo pretendió contribuir en agregar un grano de arena más a estas discusiones. Nos tomamos el atrevimiento de invocar a otros pensadores que han discutido esto tópicos, porque es esperable que estos estudios dejen de tener miradas tan limitadas, ya que es como tratar de ver una fiesta de carnaval a través del ojo de la cerradura de una puerta (Bertraux y Thompson, 2007). Asumiendo que el paisaje es tan vasto como para focalizarse en tan poco y que, con palabras de Salido (2001), en nombre de la “significación estadística”, se dejan de lado una serie de cambios que vienen aconteciendo en el mundo social que hacen a la “relevancia sociológica” de lo que investigamos. Reflexión de las editoras Angélica De Sena y Begoña Enguix: en este artículo, los autores examinan un tema clásico de la sociología, como es la movilidad social intergeneracional, pero incorporando la perspectiva de género. Para ello, optan por indagar en la composición de los hogares que constituyen el punto de origen y destino de dicho proceso social. En esta búsqueda, encuentran que suponer a los hogares como núcleos completos y mantenidos únicamente por varones (o bien por parejas homógamas) deja fuera de escena a un porcentaje relevante de hogares, tanto en el punto de destino como, en menor medida, en el punto de origen. En este sentido, los autores hacen una apuesta hacia nuevas formas de medir la posición de clase social del origen y destino de la movilidad social, y retornan al hogar como unidad de análisis e incorporan lo que denominan “situación socio-laboral del núcleo familiar”, y aquí es en donde la propuesta cobra fuerza. Las reflexiones sobre las posibles sombras que el mantenimiento de estos supuestos arroja sobre la interpretación de la movilidad social son sociológicamente relevantes en tanto que permite analizar y actualizar los supuestos de este estudio bajo las consecuencias de las recientes transformaciones en la realidad de las relaciones de género y de la composición de los hogares. Al mismo tiempo, adquieren también importancia a la hora de pensar resultados que puedan ser comparados de cara los posibles nuevos escenarios sociales de un futuro no muy lejano. Referencias bibliográficas Acker,J. (1973). Women and Social Stratification: A Case of Intellectual Sexism. American Journal of Sociology, 78(4), 936-945. Baxter, J. y M. Western (2001). Reconfigurations of class and gender. Stanford: Stanford University Press. Bertaux, D. y Thompson, P. (2007). Pathways to social class: a qualitative approach to social mobility. New York: Transaction Publishers. Crompton, R. (1994). Clase y estratificación. Una introducción a los debates actuales. Madrid: Tecnos. Crompton, R., y Mann, M. (Eds.). (1986). Gender and Stratification. Cambridge, Gran Bretaña: Polity Press.

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Sociologando: Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina Approach to ethnicity and intergenerational social mobility in Argentina Pablo Dalle (1980, argentino, Universidad de Buenos Aires, Argentina) pablodalle80@hotmail.com

Resumen El artículo plantea una aproximación empírica al estudio de la persistencia de factores adscriptos en la estratificación social de Argentina. En particular, se analizan tasas absolutas y relativas de movilidad social intergeneracional según autoidentificación de raza y color de piel, utilizadas como variables proxy de origen étnico. Se utilizan datos de una encuesta a nivel nacional de diseño probabilístico relevada por el CEDOPUBA en 2005. Para comparar el peso relativo de distintas variables en los procesos de movilidad social, se aplicó una regresión logística multivariada secuencial. El análisis muestra que la clase social de origen es la variable adscripta más importante que da cuenta de la desigualdad de oportunidades de ascenso social. Sin embargo, la autopercepción étnica mostró un efecto significativo que controla por origen de clase y cohorte de nacimiento. La población blanca-europea tuvo mayores chances relativas de ascender socialmente que la población mestiza-con aporte indígena. Las pautas observadas brindan cierto apoyo a la hipótesis de la existencia de mecanismos de cierre social basados en el prejuicio étnico. Palabras clave: Argentina, desigualdad de oportunidades, movilidad social intergeneracional, mecanismos de cierre social, origen étnico. Recibido: 22-11-2013 → Aceptado: 09-12-2013

Cítese así: Dalle, P. (2014). Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 32-39. Abstract The article presents an empirical approach to the study of the persistence of ascribed factors related to somatic features as criteria of social stratification in Argentina. Specifically, absolute and relative rates of intergenerational social mobility are analyzed by self-perception of race and skin color, used as proxy variables for ethnicity. Data come from a national survey of probabilistic design relieved by CEDOP -UBA in 2005. A sequential multivariate logistic regression has been applied to compare the relative importance of different variables in the processes of social mobility. The analysis shows that the class of origin is the ascribed most important variable that accounts for unequal opportunities for upward social mobility, however, ethnic self-perception has a significant effect controlling for class origins and birth cohort. The White - European population has had higher relative chances of upward mobility than Mestizo -with indigenous ascendance- population. The patterns observed provide some support to the hypothesis of the existence of mechanisms of social closure based on ethnic prejudice. Key words: Argentina, ethnicity, inequality of opportunities, intergenerational social mobility, mechanisms of social closure.

Introducción La estructura de estratificación social contemporánea en Argentina muestra una relación estrecha entre el origen étnico de la población y la clase social de pertenencia, donde predominan los descendientes de inmigrantes europeos en las clases altas y medias; y los criollos (mestizos) e indígenas, en las clases populares. Dicha distribución es más notoria en la región pampeana, mientras que en las regiones del país donde la inmigración europea fue menor, las clases medias y altas están compuestas mayormente por personas de ascendencia mestiza. De todos modos, en la jerarquía de los prestigios étnicos, cuanto menor componente indígena, mayor es la estima social. Dicha composición étnica desigual de las clases es producto de un conjunto de factores de carácter histórico-social que se reactualizan cotidianamente a través de prejuicios y prácticas de discriminación hacia la población con raíces indígenas. Esta situación pone de manifiesto que los factores adscritos vinculados a las características de las personas (color de piel, rasgos somáticos y lengua) lejos de erosionarse con el avance de la modernidad, perduran como fuertes criterios de estratificación. Con base en ello, este trabajo analiza en qué medida la autoidentificación de raza y el color de piel en tanto indicadores de ascenden1 cia étnica condicionan las chances de ascender ocupacionalmente. En ese sentido, consideramos que esta temática es un desafío necesario de abordar en una sociedad cuyo mito fundante está ligado a la inmigración europea (en especial en la región de la Pampa Húmeda) y durante gran parte de su historia tendió a negar sus raíces indígenas (Margulis y Urresti et. al 1998; Grimson, 1999, Cohen, 2004). El objetivo es analizar oportunidades de movilidad social intergeneracional según origen étnico en la estructura socio-ocupacional de Argentina contemporánea y reflexionar sobre la relación entre prestigio social de los distintos grupos étnicos y su posicionamiento de clase. Antecedentes El enfoque teórico del trabajo se inspira en la tradición weberiana, según la cual, en las sociedades capitalistas modernas perduran mecanismos de clausura social de tipo estamental fundados en el prestigio social diferencial atribuido a distintos grupos según características adscriptas comunes. Así, mientras algunos grupos monopolizan oportunidades, las cierran al acceso de quienes no poseen sus rasgos somáticos y culturales (Weber, 1996/1922). En esta línea, planteamos que el prestigio social negativo 1

En Argentina, el clivaje étnico más importante es entre la población de origen inmigratorio europeo y la población mestiza (descendientes de los españoles que llegaron previamente al aluvión inmigratorio de ultramar que tuvo lugar entre fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, y los pueblos originarios). Ambas poblaciones se diferencian por sus rasgos somáticos (Torrado, 2004). Los descendientes de europeos se asocian más con la piel clara o blanca y los mestizos con la piel morocha (u oscura) aunque esto no implica desde luego una correspondencia absoluta.

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atribuido a las personas de ascendencia indígena en Argentina y su consecuente discriminación actuaría cerrando oportunidades para su ascenso en la estructura social. En otros países de América Latina, donde el peso de la población indígena es mayor como en Bolivia, Perú y Ecuador, los análisis de clase y movilidad social incorporan la condición étnico-lingüística como una variable central para explicar la desigualdad de oportunidades económicas. Las barreras de clase en los procesos de movilidad social se refuerzan a través de distinciones étnicas que generan estructuras sociales segmentadas. Esta pauta suele ser interpretada por dos hipótesis: a) el cierre social de clausura de oportunidades para las personas de origen indígena, y b) el colonialismo interno, según el cual, a medida que se asciende en la estratificación social, las personas se autoidentifican menos con su raíz étnica indígena (Gray Molina et. al, 2007). En Chile, un estudio por encuesta realizado en la región de La Araucanía muestra en qué medida la condición étnica no indígena coloca a las personas en una posición de partida y de inserción a la sociedad más alta, que aquellos que descienden directamente del pueblo mapuche o son mestizas, para estas últimas cuanto menos indígena, más oportunidades de movilidad ascendente. Esto no significa que los hijos de padres mapuche no hallan recorrido caminos de ascenso social en las últimas décadas, pero sí a un ritmo más lento que los no mapuche (Cantero y Williamson, 2009). Aunque varios autores plantean que es necesario incorporar el factor étnico a los análisis sobre estratificación y movilidad social en América Latina (Franco, León y Atria, 2007), esta propuesta teórico-empírica ha tenido escaso desarrollo en Argentina. En un trabajo reciente, Salvia y De Grande (2010) analizaron la desigualdad de oportunidades de inserción en el mercado de trabajo según el color de piel de las personas en los grandes centros urbanos de Argentina en 2007. Se trata de una valiosa aproximación empírica a la segregación étnica en el país en la actualidad cuyos principales resultados muestran que las personas que tienen un 2 color de piel “no blanco” están expuestas a condiciones desfavorables en el mercado de trabajo, independientemente de su nivel educativo, sexo y edad. Controlando por estas variables, las personas “no blancas” tienen mayores dificultades para acceder al empleo, se insertan con mayor probabilidad en posiciones ocupacionales de carácter informal y reciben menores remuneraciones. Mecanismos de cierre social de clausura: bases históricas Para comprender el carácter europeizante del imaginario sociocultural de 3 la sociedad argentina , especialmente en la región de la Pampa Húmeda, deben tenerse en cuenta al menos dos elementos: el proyecto de nación

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En este estudio, el trabajo de campo permitía la utilización de dos criterios categoriales para definir el color de piel del encuestado: a) su propia autopercepción y b) el del encuestador. Los autores señalan que en dicha investigación se eligió la segunda de las opciones. Las categorías del color de piel eran: “blanco”, “morocho (ej. mestizo)”, “indígena o aindiado”, “oriental (ej. chino, coreano)”, “negro o mulato” y “otro”. Para el análisis, los autores dicotomizaron la misma en: “blanco” y “no blanco”. 3 La racialización de las relaciones de clase en América Latina hunde sus raíces en el colonialismo español, la imposición de las formas de vida europea a las poblaciones indígenas y el mestizaje (Margulis, 1998). Para Romero (1996), el recuerdo y el legado de los pueblos originarios quedó confiado en los hijos de los conquistadores y los indígenas, mestizos. Para el etnocentrismo europeo, el mestizaje fue el germen de una condena para el desarrollo posterior económico y social del país.

que formó la Argentina moderna y el impacto del aluvión inmigratorio europeo. La generación de 1937 se propuso construir una nación retomando el espíritu modernizante de la Revolución de Mayo. Para formar una nación moderna era necesario desarrollar las letras y las artes, expandir la industria, la agricultura y el comercio, traer el ferrocarril y fundar escuelas. Un pilar central para la realización del mismo era fomentar la inmigración europea. En este proyecto, la conceptualización de las razas constituía un factor determinante: los europeos, principalmente los anglosajones representaban a la “civilización”, el talento y el progreso. Por su parte, la “barbarie” estaba conformada por las denominadas razas inferiores de indígenas, negros, españoles y la mezcla de todos ellos: el gaucho. Este proyecto de nación fundado en una cosmovisión eurocéntrica creó sin dudas un clima más permeable al ascenso social de los inmigrantes europeos y sus descendientes (Adamovsky, 2009). Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, este proyecto fue implementado en el contexto de la organización del estado nacional. Arribó al país un aluvión inmigratorio con ideas y prácticas nuevas, y al ritmo de un crecimiento económico vertiginoso, la estructura social se transformó abriendo extensos canales de ascenso social. Bajo el impulso del dinamismo de la economía agroexportadora crecieron los centros urbanos y se expandieron estratos de clase media, compuestos por medianos y pequeños propietarios de capital, trabajadores autónomos y más tarde empleados y funcionarios de la administración estatal y las empresas privadas en expansión (Germani, 1963; Torre, 2010). La expansión de un sistema educativo amplio y de excelencia favoreció la integración social y allanó el camino de ascenso de los descendientes de inmigrantes europeos. En la región de la Pampa Húmeda y el litoral, la sociedad criolla, de carácter tradicional y cerrada, fue sustituida por una sociedad urbana moderna, cosmopolita y abierta. No obstante, este proyecto generó un modelo de desarrollo desigual y desequilibrado, que mantuvo el estancamiento de las áreas geográficas de residencia de las poblaciones criollas e indígenas (Germani, 1961, 1992). Para Di Tella (1992: 97), a diferencia de Estados Unidos, el país que recibió el mayor aporte inmigratorio, en Argentina los inmigrantes no se ubicaron en el segmento más bajo de la jerarquía social. Por el contrario, su llegada al país implicó más bien un “corrimiento de estatus hacia arriba”. Este proceso no estuvo exento de una reacción tradicionalista, los inmigrantes de origen obrero, artesano o campesino en su mayoría, muchos de ellos anarquistas o socialistas, fueron discriminados por la elite criolla y las primeras generaciones de argentinos de ascendencia inmigratoria que ya se habían integrado (Devoto, 2004). Sin embargo, en general primó el sentimiento de superioridad del grupo social de ascendencia europea por sobre las clases populares nativas y los estratos medios del interior, con excepción de la clase alta estanciera (Di Tella, 1992). El mayor prestigio social de los inmigrantes europeos con respecto a la población criolla favoreció su integración y ascenso social. Durante gran parte de su historia, la sociedad argentina se pensó como un crisol de razas. Esta metáfora ponía el acento en la fusión entre mestizos, indígenas e inmigrantes europeos dando lugar a la formación de “los argentinos”, una población que era principalmente blanca-europea dada la magnitud de la inmigración de ultramar. Como sostiene Adamovsky (2012: 93), el mito del crisol de razas incluía una jerarquía racial oculta. A

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los argentinos no blancos se los invisibilizaba o discriminaba: «el mito del crisol no excluía de la pertenencia a la nación a las personas que no eran como corresponde desde el punto de vista étnico. Más bien, las forzaba a “disimular” o dejar de lado cualquier marca de su origen diverso», como condición para participar de la vida nacional. Esta interpretación tenía cierto asidero. En la región de la Pampa Húmeda, donde se asentó masivamente la inmigración europea entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la principal consecuencia fue (en una primera instancia) el reemplazo de la población nativa originaria. En cambio, en las regiones extra-pampeanas (que se mantuvieron al margen del aluvión inmigratorio) se reprodujo la población criolla (aquella con al menos tres generaciones de ascendientes nativos) heredera de la colonia española. Fue hacia las décadas de 1930-1940 que ambos grupos se pusieron en contacto por las corrientes migratorias internas desde las regiones extra-pampeanas a las grandes ciudades del litoral (Buenos Aires, Rosario) inducidas por el proceso de industrialización (Germani, 1961). Esta puesta en relación entre inmigrantes (y sus descendientes) y mestizos tuvo efectos sobre la conformación de la estructura social, lo cual dio como resultado un vínculo manifiesto entre origen étnico y posición social: “A medida que se desciende en la escala social, se oscurece el color de piel” (Margulis y Belvedere, 1998:79; Torrado, 2004). Como parte de este proceso, tuvo lugar la formación de una nueva clase obrera de origen criollo, calificada de “aluvión zoológico” o “cabecitas negras” por los descendientes de europeos, que para ese entonces formaban parte de las clases medias o estaban en proceso de ascenso. Estas expresiones y el trato sutil discriminatorio en la vida cotidiana expresaron la reacción citadina a la experiencia de integración a la vida urbana y el acceso a derechos sociales de poblaciones que habían sido postergadas y tuvieron como función trazar límites al proceso de democratización del bienestar social durante los años peronistas (Torre y Pastoriza, 2002). El racismo se expresa de múltiples formas en el imaginario sociocultural y en el “mundo de la vida cotidiana” de Argentina en general, posiblemente con mayor fuerza en la región de la Pampa Húmeda. Está presente en la discriminación a la población mestiza de Argentina o de países limítrofes en las escuelas, en la selección ocupacional, el otorgamiento diferencial de préstamos inmobiliarios, en los procesos de segregación espacial y en el discurso público. Los criollos e inmigrantes latinoamericanos de ascendencia mestiza realizan los peores trabajos y son confinados a vivir en la sombra de las grandes ciudades, en la periferia o en los nuevos guetos cercanos al centro. Por su parte, los medios gráficos y de comunicación de masas muestran a las personas que responden al estereotipo blanco 4 europeo aunque así se oculte a más de la mitad del país . Todo esto crea un clima cultural que favorece la integración y el ascenso social de unos y la segregación y reproducción de otros en los segmentos de clase más bajos de la estructura social. La discriminación hacia los criollos e inmigrantes limítrofes opera como una forma de distinción de clase y dificulta el acceso de estos grupos a las universidades, los círculos empresarios y los puestos gerenciales en las empresas. Lo negro es lo plebeyo, la barbarie que invade el centro de las 4

La Revista Debate publicó en su número del día 21/01/05 un artículo titulado: “La argentina indiana y morena”. En el mismo, se presentan los reveladores resultados aportados por un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Buenos Aires, según el cual, el 56% de los argentinos descendemos de algún antepasado aborigen o negro.

ciudades con irreverencia, y desafía las reglas de lo decible y lo visible según la distribución “normal” del orden instituido (Ranciére, 1996). Siguiendo a Wieviorka (1992) la discriminación es una actitud defensiva impulsada por las clases medias frente al miedo de ver que la estructura social está cambiando lentamente en provecho de los grupos dominados y segregados racialmente. Aunque también puede reconocerse un racismo de las clases en ascenso, conformadas en gran medida por personas de ascendencia mestiza que ignoran sus raíces indígenas (o peor aún las niegan) en su búsqueda por distinguirse de los inmigrantes de países limítrofe y contribuyen a que su reproducción socioeconómico se produzca en el estrato más bajo de las clases populares. Luego de la profunda crisis económica, política y social de 2001 y sobre todo a partir de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, que apelaron a revitalizar una matriz político-cultural nacional popular, el imaginario de nación se amplió, dejó de mirar sólo a Europa para acercarse más a los países vecinos. En la actualidad, desde los espacios de difusión pública, se muestra y se valora positivamente a la Argentina mestiza, a fin de recuperar las diferencias y aportes de distintas culturas que habitan el país. Sin embargo, a pesar de que el imaginario socio-cultural se ha ampliado, la población criolla del país, los pueblos originarios y los inmigrantes de otros países de América Latina no son tratados con igualdad. El recipiente aún está agrietado. Las diferencias étnicas no son igualmente valoradas ni insertas en una unidad mayor que las contenga (Dalle, 2008: 202). Metodología: Fuente de datos y propuesta de análisis 5 Para llevar a cabo el análisis, se utilizó una encuesta aplicada por el CE6 DOP-UBA en 2005, que contenía preguntas sobre autoidentificación de raza y color de piel del encuestado, su ocupación actual (o última que tuvo) y la de su padre (o persona que se desempeñaba como tal) cuando el encuestado tenía 16 años. Estas preguntas permitían aproximarme al estudio de la movilidad social intergeneracional al tomar en cuenta el origen étnico de las personas, medido a través de su autopercepción. La encuesta relevó a la población de ambos sexos mayor de 18 años a nivel del total del país, lo cual resultó en un total 1420 casos. El diseño de la muestra fue estratificado multietápico con selección aleatoria en todas las etapas. Para el análisis de las pautas de movilidad social, se trabajó con la muestra de la población de 25-65 años. La muestra final, al eliminarse los casos inactivos y aquellos para los cuales no se contaba con información sobre la ocupación de sus padres (o quienes se desempeñaban como ta7 les) fue de 921 casos . Como estrategia de análisis partimos de utilizar técnicas de tipo descriptivo y luego se incorporaron técnicas de tipo inferencial. Primero se analizaron tasas brutas de movilidad social y luego se realizó una regresión logística multivariada para analizar el peso relativo de distintas variables de tipo adscripto en las oportunidades de ascenso social.

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La encuesta se denominó Estigma y tenía como objetivo medir percepciones y actitudes hacia personas de ascendencia criolla. 6 Agradezco al Dr. Raúl Jorrat, director del CEDOP-UBA por haberme brindado la base de datos y a Manuel Riveiro por la información muy útil sobre el sistema de códigos de la encuesta. Para mayor información sobre las características del diseño de la encuesta del CEDOP-UBA, ver Molina Darteano (2013). 7 El recorte de edad se propone evitar incorporar al análisis personas que recién están comenzando su trayectoria laboral y aquellas que ya se retiraron del mercado de trabajo.

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Indicadores La variable autopercepción étnica fue construida a partir de dos preguntas: a) ¿de qué raza se siente parte usted?, b) ¿podría decirme de qué color considera su piel? A partir de estas preguntas, se formaron dos grandes grupos de autoidentificación étnica: blanca (europea) y mestizo (con 8 aporte indígena) . Como la discriminación es vivida como estigma por quienes son víctimas de esta en el mundo de la vida cotidiana, las personas que poseen rasgos somáticos y caracteres socioculturales valorados negativamente por el conjunto de la sociedad tienden a negarlos, y más aún, a transferir la discriminación y el prejuicio sobre otros grupos a quienes se considera más abajo en la jerarquía de prestigio (Marguilis, 1998). La consecuencia de ello es la probable subrrepresentación de los grupos étnicos negativa9 mente privilegiados . Por ello es muy difícil hallar indicadores para captar la autoidentificación étnica de las personas. Conscientes de esta limitación, la decisión de abordar la temática radica en la necesidad de pene10 trar esta “segregación negada” (Margulis, 1998). En este estudio nos basamos en datos secundarios. Las preguntas incluidas en el cuestionario permiten aproximarnos a la autoidentificación étnica pero, desde luego, no agota el tema del sentimiento de pertenencia a una “comunidad imaginaria” con la que se comparte afinidades culturales, lingüísticas y somáticas. Para medir la movilidad social intergeneracional, se utilizó un esquema de posiciones de clase construido por el grupo de investigación que dirige la Dra. Ruth Sautu en el Instituto Gino Germani-UBA, el cual busca captar clivajes en la estructura ocupacional de la sociedad argentina contemporánea (Sautu, 2011; Sautu et. al, 2007). El esquema de posiciones de clase presenta tres fracciones correspondientes a las clases medias: 1) Clase de servicios (directivos y profesionales), 2) Pequeños propietarios de capital y 3) Clase Intermedia técnico-comercial-administrativa; y dos fracciones 8

Las categorías del indicador autoidentificación de raza eran: “Blanca”; “Negra”, “Indígena”, “Otra”. Las personas que contestaron “Otra” especificaron su respuesta. Las categorías de color de piel eran: “Piel clara”, “Piel oscura”, “Piel negra”. En la variable construida autoidentificación étnica, la categoría Blanca-europeo se conformó por las personas que se autoidentificaron con la raza blanca y piel clara, y la categoría Mestizo (con aporte indígena) agrupó a quienes se autoidentificaron con la raza indígena y negra. Los que especificaron su respuesta luego de elegir “otros” en la pregunta sobre autoidentificación de raza se agruparon así: “Más bien europea”, “Europea” fueron incluidos en la categoría Blanca-europea. Los que contestaron “Criollos”, “Mestizos”, “Mezcla de blancos e indígenas” y “Morenos” en la categoría Mestizos (con aporte indígena). Por último, los encuestados que contestaron autoidentificación de raza blanca y color de piel oscura/negra fueron codificados como pertenecientes a la categoría Mestizo (con aporte indígena). Se eligió esta nominación para la categoría de la variable construida bajo el supuesto de que en Argentina la discriminación es hacia las personas de ascendencia indígena o mestiza que poseen rasgos somáticos de los pueblos originarios. La aclaración con aporte indígena se debe a que en realidad todos somos mestizos en tanto somos mezcla de distintas etnias. Si bien piel oscura no necesariamente corresponde a la población mestiza con aporte indígena, en Argentina es un rasgo somático más característico de esta población. 9 En efecto, en este estudio sólo el 24% de los encuestados se autoidentificó como de piel oscura, mestiza, de raza indígena o mezcla de blancos e indígenas (ver más adelante la tabla 1). 10 Considero que este es un primer paso para transformarla. El discurso que niega las diferencias étnicas como fuentes de desigualdad contribuye a reproducir el orden desigual. La clave está en exponer los procesos socio-históricos y culturales que sustentan esta desigualdad.

correspondientes a las Clases populares: 4) Obreros calificados y trabajadores manuales cuenta propia con oficio, 5) Obreros no calificados y trabajadores manuales cuenta propia no calificados. En la figura 1 del anexo se puede observar cómo se insertan los grupos ocupacionales en las fracciones de clase y las categorías de clase agregadas señaladas. La posición de clase del padre y la del hijo se codificaron aplicando el mismo sistema de categorías. Luego, se construyó la “tabla de movilidad” que relaciona orígenes y destinos. Resultados: Chances desiguales en una sociedad racializada En esta sección se presentan algunas pautas sobre la relación entre desigualdad de clase y raíces étnicas en el sistema de estratificación social contemporáneo de Argentina. Puntualmente se buscó indagar en qué medida la pertenencia étnica (medida a través de la autoidentificación de los encuestados) condiciona las chances de movilidad social ascendente intergeneracional desde las clases populares. En la tabla 1 se presenta la distribución relativa de posiciones de clase en las dos grandes subpoblaciones construidas con base en su autopercepción de color de piel y autoidentificación de raza. Como se observa, la población que se autoidentifica blanca-europea tiene una mayor presencia relativa en las fracciones de clase media asalariadas tanto en orígenes como en destinos que la población mestiza. En la distribución de posiciones de clase los hijos (destinos), esta diferencia es muy amplia en la fracción de clase media de mayor estatus conformada por cuadros directivos y profesionales, donde la proporción de blancos europeos es 2,4 veces la de los mestizos (17/7). En contraste, los mestizos están más sobrerepresentados en la fracción de clase trabajadora no calificada que incluye el empleo precario de los grandes centros urbanos y los trabajadores rurales. Ambos grupos tienen una inserción relativa similar en la clase trabajadora calificada y en la clase intermedia de técnicos y empleados de cuellos blanco. Por último, es mayor el peso relativo de los mestizos en los pequeños propietarios de capital (sobre todo en la pequeña burguesía). Estas pautas indican que la población mestiza parte de orígenes de clase más bajos que la población blanca europea, relacionada como vimos con la zona geográfica de residencia de ambas poblaciones, la inserción racializada en la estructura de clases durante la conformación de la sociedad capitalista moderna y el imaginario europeizante impuesto durante la conformación del estado nacional. A la vez que la población blanca europea partió de orígenes de clase más altos, tiene en la distribución de destinos una mayor presencia relativa en la fracción de clase más alta, por lo cual esta población tuvo más espacio disponible (mayores oportunidades estructurales) para recorrer trayectorias de movilidad ascendente, en especial a la clase de servicios moderna integrada por directivos y profesionales. Tabla 1: Distribución relativa de orígenes y destinos de clase según autopercepción étnica (en %). Posiciones de clase Clase de servicios (Directivos/Profesionales) Pequeños propietarios de capital Técnicos y empleados de cuello blanco Obreros y trabajadores manuales cuenta propia calificados

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Blancos europeos Mestizos Orígenes Destinos Orígenes Destinos 10

17

6

7

15 11

7 28

13 8

10 25

40

25

42

28


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Posiciones de clase

Blancos europeos Mestizos Orígenes Destinos Orígenes Destinos

Obreros y trabajadores manuales cuenta 24 22 propia no calificados Total 100 100 N -696 -696 Peso relativo de la categoría de auto76% identificación étnica en la muestra Fuente: Encuesta del CEDOP, Instituto Gino Germani-UBA, 2005

31

29

100 -220

100 -220

24%

La tabla 2 resume las principales tasas absolutas de movilidad social intergeneracional según autopercepción de origen étnico en Argentina. La población que se autopercibe como “blanca” tuvo mayores tasas de movilidad total, tanto ascendente como descendente, que la población que se autopercibe como “mestiza”. Por un lado, las mayores tasas de ascenso social de los primeros posiblemente estén relacionadas con el hecho de que tuvieron mayores vacantes ocupacionales disponibles para el acceso a la clase de servicios. Por el otro, la menor movilidad descendente de los segundos posiblemente se relacione con un punto de partida más bajo (del que no es posible descender según el esquema de clases construido). En efecto, entre la población mestiza es mayor la proporción de obreros urbanos y rurales no calificados. Tabla 2: Aspectos descriptivos de movilidad social intergeneracional según auto-percepción de origen étnico (en %) Tipo de movilidad social intergeneracional

BlancosMestizos (con europeos aporte indígena) 31,3 39,1 68,7 60,9 41,7 38,2 26,3 24,1 15,4 14,1 27 22,7 17,2 10 9,8 12,7

Inmovilidad total Movilidad total Movilidad ascendente De corta distancia De larga distancia Movilidad descendente De corta distancia De larga distancia Movilidad ascendente desde las clases populares a 38,6 las clases medias en general Movilidad ascendente desde las clases populares vía propiedad de capital, autoridad o credenciales profe14,3 sionales Fuente: Encuesta del CEDOP, Instituto Gino Germani-UBA, 2005.

36,4 11,1

La tasa de movilidad ascendente desde las clases populares a las clases medias en general es algo mayor entre los que se autoperciben como “blancos” que los que se autoperciben como “mestizos”; esta diferencia en favor de los primeros se acrecienta un poco cuando se toma en cuenta el acceso a las fracciones de clase media de mayor estatus que involucran autoridad, credenciales profesionales o propiedad de capital. Como se observa en la tabla 3, la desigualdad de oportunidades de movilidad social según raíces étnicas es más marcada en el sistema de estratificación social contemporáneo del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esta tabla permite observar que las personas de origen de clase popular residentes en el AMBA que se autoidentificaron como “blancos europeos” lograron ascender socialmente más que quienes se autoidentificaron como mestizos con aporte indígena. Entre los primeros, casi la mitad ascendió a la clase media (44,9%: 15,8% + 29,1%), mientras que entre los segundos predomina ampliamente la reproducción en las clases populares (75%). La principal diferencia se encuentra en la movilidad de larga

distancia a la fracción de mayor estatus de la clase media, en donde el porcentaje de ascenso ocupacional de los que se consideran blancos europeos (15,8%) triplican a los que se perciben como mestizos con aporte indígena (4,4%). Cuando se considera el porcentaje de movilidad ascendente de corta distancia a la fracción técnico-comercial-administrativo de clase media, se advierte que se mantiene la pauta de desigualdad entre los que se autoidentificaron como blancos europeos (29,1%) y entre los que se autoidentificaron como mestizos con aporte indígena (20,6%). No obstante, el acceso a esta fracción más baja de clase media no parece ser tan cerrado para este último grupo. Tabla 3: Tipos de movilidad social intergeneracional de personas con origen de clase popular residentes en el AMBA según auto-identificación étnica (en %) Tipos de movilidad social intergeneracional desde las clases populares

Auto-identificación étnica (y color de piel) Blanca Mestizo (con Total (europeo) aporte indígena)

Movilidad de larga distancia a la clase media vía credenciales profesionales, autori15,8 dad y/o propiedad de capital Movilidad de corta distancia a la clase me29,1 dia técnico-comercial-administrativa Permanencia en la clase popular 55,2 Total 100 N 165 Fuente: Encuesta del CEDOP, Instituto Gino Germani-UBA, 2005.

4,4

12,4

20,6

26,6

75 100 68

60,9 100 233

Para captar una idea intuitiva de la desigualdad de oportunidades relativas de movilidad social ascendente desde las clases populares a las clases medias según origen étnico, hemos realizado un modelo de regresión logística multivariada basado en el cálculo de razones de chances. Este tipo de modelos se centra en el análisis de “probabilidades relativas”, que permite analizar las probabilidades de movilidad social de determinado grupo social en relación a las de otro grupo, a fin de controlar el efecto de las oportunidades de movilidad estructural que tuvo cada uno. El modelo utilizado tuvo como objetivo aproximarnos a contrastar el efecto de distintas variables de tipo adscriptivo (vinculadas a la herencia familiar) sobre las chances de acceso a las dos fracciones de clase media. Utilizamos la modalidad paso por paso porque permite introducir las variables independientes por bloques teóricos, de forma tal que podremos analizar cómo se modifica (o no) el efecto de cada variable una vez introducidas las variables de otro bloque teórico. En las tablas 4 y 5 presentamos los resultados del modelo para el total del país, en el anexo incluimos tablas con resultados para el AMBA. Tabla 4: Oportunidades relativas de acceso a la Clase de Servicios. Argentina, total país. Resultados del modelo de regresión logística multivariada (exponencial de beta) Variables independientes Origen de clase Clases populares (ref.) Clase de servicios (Directivos y profesionales) Clase intermedia (Técnicos y empleados administrativos) Auto-percepción étnica Blancos-europeos (ref.) Mestizos Cohorte de nacimiento

Sección Sociologando: Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina, por Pablo Dalle 36/39

Bloque 1

Bloque 2

Bloque 3

----------6,2***

-----------6,0***

-------------6,2***

4,9***

4,8***

5,1***

------------

----------0,4**

--------------0,4**


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Variables independientes Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3 1966-1980 (ref.) ----------------------- ---------------1940-1950 2,4*** 1951-1965 1,6* Pseudo R2 0,154 0,174 0,196 * p<0.05, ** p<0.01, *** p<0.001 (indican los niveles de significancia) Fuente: Encuesta del CEDOP, Instituto Gino Germani-UBA, 2005.

términos estadísticos, la reducción de la distancia marca que se trata de una posición social relativamente accesible para los/as hijos/as de padres de clase popular. Sin embargo, quizás la pauta más saliente es que el origen étnico deja de ejercer efecto sobre las posibilidades de acceder a esta fracción de clase. Por último, al incluir la cohorte se observa que las generaciones más veteranas tuvieron menos chances relativas de acceder a la misma.

En el primer modelo se observa que la clase social de origen está asociada con las posibilidades de acceso a la clase media típica. Tomando como referencia a las clases populares, las personas con origen en la clase intermedia técnica-administrativa tienen 4,9 más chances de ascender socialmente a las ocupaciones de clase media más privilegiadas y los que provienen de hogares que pertenecían a la clase de servicios tienen 6,2 veces más chances de mantenerse en esta clase.

Tabla 5: Oportunidades relativas de acceso a la Clase Intermedia técnicoadministrativa. Argentina, total país. Resultados del modelo de regresión logística multivariada (exponencial de beta)

En el segundo modelo incluimos, además del origen de clase, la variable autopercepción de raza/color de piel como proxy del origen étnico. La categoría de contraste es la población que se autopercibió como “blanca”. En la segunda columna del cuadro observamos que el origen de clase continúa estando significativamente asociada a las chances de acceder a la clase media típica y que el origen étnico también tiene un efecto significativo sobre las posibilidades de ascenso social. La población que se autopercibió como “mestiza” tiene 2,5 veces menos chances de acceder a la 11 misma que la población que se auto-percibió como “blanca” . Incluyendo esta variable, la capacidad de estimación del modelo logra un aumento pequeño (el Pseudo R2 pasa de 0,154 a 0,174), pero estadísticamente significativo. Las pautas observadas en la tabla 4 indican que la probabilidad de ascender socialmente a un estrato típico de clase media que viene de orígenes de clase popular es menor para las personas de ascendencia mestiza con aporte indígena, que las de ascendencia blanca-europea. Por último, en el bloque 3 hemos incorporado a las dos variables mencionadas anteriormente: el efecto de la cohorte de nacimiento para indagar si en realidad más que un efecto del origen étnico se trata de que en las cohortes más veteranas predominaba más la ascendencia europea y en el contexto de una sociedad más abierta tuvieron mayores oportunidades de ascenso social. La categoría de referencia son las generaciones más jóvenes, el grupo de los nacidos entre 1966-1980. En la tercera columna podemos observar que la cohorte de nacimiento ejerce un efecto significativo sobre las posibilidades de acceder a las ocupaciones de clase media de mayor estatus. Quienes nacieron entre 1940-1950 y se insertaron laboralmente durante la industrialización por sustitución de importaciones tuvieron mayores oportunidades de movilidad ascendente, luego la cohorte intermedia; ambos grupos con brechas significativas de mayor acceso que los nacidos entre 1966-1980. Cabe resaltar que controlando por cohortes de edad, el efecto del origen de clase y el origen étnico se mantienen. Al poner en relación las chances relativas de acceder a la clase intermedia técnico-administrativa (ver tabla 5), la brecha entre las dos fracciones de clase media y la clase popular se reduce notoriamente. Aunque la desigualdad de acceso según origen de clase continúa siendo significativa en

Variables independientes Origen de clase Clases populares (ref.) Clase de servicios (Directivos y profesionales) Clase intermedia (Técnicos y empleados administrativos) Auto-percepción étnica Blancos-europeos (ref.)

Este valor surge de hacer la inversa de 0,4 (1/0,4=2,5).

Bloque 2

Bloque 3

------------1,6***

-------------1,7***

-------------1,7***

1,7***

1,7***

1,7***

---------------------------- --------------1,1 1,1

Mestizos Cohorte de nacimiento 1966-1980 (ref.) -------------- -------------- --------------1940-1950 0,48*** 1951-1965 0,19 Pseudo R2 0,02 0,02 0,05 * p<0.05, ** p<0.01, *** p<0.001 (indican los niveles de significancia) Fuente: Encuesta del CEDOP-UBA, 2005.

En relación a las tablas 7 y 8 del anexo (con resultados para el Área Metropolitana de Buenos Aires) no se advierten pautas diferenciales en comparación al total del país respecto del efecto del origen étnico. La discriminación hacia los “morochos” estaría influyendo como barrera o tamiz en el acceso a la fracción de clase media privilegiada, pero no a los grupos de clase media cercanos a la clase trabajadora. Esto sugiere que las tasas absolutas más bajas de ascenso social desde las clases populares a las clases medias de la población mestiza en el AMBA se deba a que es una población de llegada más reciente y, por lo tanto, aún con menos acceso efectivo a las clases medias, más que a mayores barreras étnicas en este conglomerado. Por lo tanto, es factible que las pautas diferenciales de acceso a los distintos segmentos de clase media estén influenciadas por otros factores asociados al origen social que no fue posible controlar 12 con los datos disponibles en la encuesta . Por ejemplo, podría estar ejerciendo un peso importante la mayor presencia en el grupo que se autoidentifica con ascendencia mestiza de migrantes desde zonas rurales, lo que supondría un origen social más bajo y una desventaja adicional en la carrera de movilidad; y relacionado con lo anterior: que sus padres tengan un nivel educativo más bajo y que ellos hayan tenido menos oportunidades de logro educativo. Más allá de estos posibles efectos no controlados en las pautas de movilidad halladas, planteamos de manera preliminar y como hipótesis para futuros estudios que el origen étnico influye en las posibilidades de ascender socialmente dada la matriz discriminato-

12

11

Bloque 1

El cuestionario no incluía preguntas sobre el lugar de nacimiento del encuestado y su padre más desagregado que a nivel país (por ejemplo: provincia, ciudad, pueblo) por lo que no permitía identificar migrantes internos.

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ria hacia la población mestiza de ascendencia indígena que aún perdura en la sociedad argentina. Conclusiones-discusión La estructura de clases de Argentina, en especial en la región pampeana, tiene una composición étnica diferencial que ubica mayormente a las personas de ascendencia inmigratoria europea en las clases medias y a los criollos e inmigrantes limítrofes en las clases populares. A lo largo del trabajo hemos visto que la autopercepción de raza y el color de piel mostraron tener un efecto significativo en el proceso de estratificación social. El peso relativo de los distintos grupos étnicos en la estructura de estratificación social se relaciona con el imaginario asociado al proyecto de modernización del país iniciado a fines del siglo XIX, el período de llegada de las distintas corrientes migratorias a los grandes centros urbanos, las oportunidades económicas y educativas en las distintas regiones del país en distintas etapas históricas y mecanismos de apertura y cierre social vinculados al prestigio de los distintos grupos étnicos. El análisis de las tasas absolutas de movilidad con la encuesta de 2005 mostró que los blancos tuvieron levemente un mayor ascenso a las clases medias en general que los mestizos en el total del país y en el AMBA, pero esta diferencia es más marcada en esta última donde el acceso a la clase media de mayor estatus parecería estar más restringido para la población mestiza. El modelo de regresión basado en el análisis de razones de chances mostró que la clase social de origen es más importante que el origen étnico para ascender socialmente. Sin embargo, esta última variable conserva un efecto sobre las posibilidades de acceso a la fracción de clase media privilegiada. La población blanca-europea tuvo mayores chances relativas de ascender socialmente que la población mestiza con aporte indígena tanto en el AMBA como en el total del país. Esta barrera sociocultural, expresada en el prejuicio y la discriminación, parecería funcionar como tamiz en la parte superior de la estructura de estratificación social; en cambio, no se observaron brechas significativas de acceso a la clase intermedia técnico-comercial-administrativa según origen étnico. Estas pautas sugieren que las diferencias observadas a nivel del total del país y el AMBA en las tasas absolutas de movilidad ascendente desde las clases populares podrían deberse a que una parte de la población mestiza es de llegada más reciente al AMBA y, por lo tanto, se encuentra en etapas anteriores del proceso de movilidad social y no al hecho de que en el AMBA haya mayores barreras culturales. Las pautas halladas en este trabajo brindan cierto apoyo a la hipótesis de la existencia de mecanismos de cierre social basados en el prejuicio étnico. No obstante, dadas las limitaciones de los datos disponibles, esta interpretación debería ponerse a prueba en futuros trabajos de investigación a través de un análisis multivariado más complejo que permita captar los efectos de otros factores adscritos (lugar de nacimiento de los abuelos y padres del encuestado/a, del encuestado/a, nivel educativo de los padres) y adquiridos (como nivel educativo alcanzado) en los procesos de movilidad social. Sería interesante indagar si cuando grupos de distinto origen étnico alcanzan un mismo nivel educativo, persisten desigualdades de acceso a la clase media de mayor estatus o si el logro educativo iguala el acceso. Reflexión de las editoras Angélica De Sena y Begoña Enguix: la Argentina en tanto país latinoamericano ha tenido un desarrollo social y eco-

nómico no siempre similar al resto de los países de la misma región. Hay algunas frases hechas que pretenden decir algo de ello, tales como: “el crisol de razas”, “los argentinos descendemos de los barcos”, entre otras. La movilidad social ascendente asociada con los estudios alcanzados también marca algo de esa historia argentina. Este artículo aborda la movilidad social y la clase social, elementos caros a los argentinos y más aún a la sociología; pero también con otro elemento (con siempre poca revisión) el origen étnico. Esto último cobra importancia cuando Dalle afirma que “en la jerarquía de los prestigios étnicos cuanto menor componente indígena mayor es la estima social [...] y su consecuente discriminación actuaría cerrando oportunidades para su ascenso en la estructura social”. De este modo, se muestra la importante relación entre desigualdad de clase y raíces étnicas en el sistema de estratificación social contemporáneo de Argentina, a fin de dejar abierta la imperiosa necesidad de reflexión sobre las diversas formas de discriminación constante y sobre el colonialismo que portamos. Referencias bibliográficas Adamovsky, E. (2009). Historia de la clase media argentina. Apogeo y decadencia de una ilusión, 1919-2003. Buenos Aires: Editorial Planeta. ___________ (2012). Historia de las clases populares en la Argentina (1880-2003), Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Cantero V. & G. Williamson (2009). Movilidad social intergeneracional por origen étnico: evidencia empírica Región de la Araucanía, Chile. Universum (24)1: 22-40. Cohen, N. (comp.) (2004). Puertas adentro: la inmigración discriminada, ayer y hoy”. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. (Documentos de Trabajo, Nº 36). Extraído desde: http://www.iigg.fsoc.uba.ar/docs/dt/dt36.pdf Dalle, P. (2008). La nación imposible, la que somos y la anhelada. Reflexiones sobre la identidad nacional argentina, Intersticios. Revista Sociológica de Pensamiento Crítico, (2)1. Devoto, F. (2004). Historia de la inmigración en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Di Tella, T. (1992). El impacto inmigratorio sobre el sistema político argentino. En Jorrat, R. y R. Sautu (comps.) Después de Germani. Exploraciones sobre estructura social de la Argentina. Buenos Aires: Paidós. Franco, R.; A. León & R. Atria (2007). Estratificación y movilidad social en América Latina. Una agenda de trabajo. En Franco, R., A. León y R. Atria (eds.) Estratificación y movilidad social en América Latina. Transformaciones estructurales de un cuarto de siglo. Santiago: LOM Ediciones. Germani, G. (1963). La movilidad social en Argentina. En Lipset, S. y R. Bendix, Movilidad social en la sociedad industrial. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires. Germani, G. (1961). Política y Sociedad en una época de transición. Buenos Aires: Paidós. Germani, G. (1992). El peronismo, 1973. En Jorrat, R. y R. Sautu (comps.). Después de Germani. Exploraciones sobre estructura social de la Argentina. Buenos Aires: Paidós. Gray-Molina, G., E, Yañez, L. Casanovas, P. Espinoza y N. Loayza (2007). Estratificación, movilidad social y etnicidad en Bolivia. En Atria, Raúl, Rolando Franco y Arturo León, (coords.). Estratificación y movilidad social en América Latina. Transformaciones estructurales de un cuarto de siglo. Santiago: LOM-CEPAL Ediciones. Grimson, A. (1999). Relatos de la diferencia y la igualdad. Los bolivianos en Buenos Aires. Buenos Aires: Eudeba. Margulis, M. (1998). La racialización de las relaciones de clase. En Margulis, Urresti y otros. La segregación negada. Buenos Aires: Ed. Biblos. Margulis, M y C. Belvedere (1998). La racialización de las relaciones de clase en Buenos Aires. Genealogía de la discriminación. En Margulis, Urresti y otros, La segregación negada. Buenos Aires: Ed. Biblos. Molina-Darteano, P. (2013). Las muestras. Sobre la selección de casos para los estudiosde estratificación y movilidad social en Argentina. En E. Chávez Molina

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(comp.), Desigualdad y movilidad social en el mundo contemporáneo. Aportes empíricos y conceptuales.Buenos Aires: Imago Mundi. Parkin, F. (1984). El cierre social. En Marxismo y teoría de clases. Una crítica burguesa. Madrid: Calpe. Ranciére, J. (1996). El desacuerdo. Filosofía y Política. Buenos Aires: Nueva Visión. Salvia, A. y P. De Grande (2010). Mercado de Trabajo y Condicionamiento por Color de Piel en Grandes Centros Urbanos de la Argentina. Ponencia presentada en Jornada Internacional en el Marco del Congreso ECON 2010. Facultad de Ciencias Económicas, UBA, 15 de Noviembre. Sautu, R. (2011). El análisis de las clases sociales: teorías y metodologías. Buenos Aires: Luxemburg. Sautu, R, P. Dalle, M. P. Otero y S. Rodríguez (2007). La construcción de un esquema de clases a partir de datos secundarios. Documento de cátedra II.4, Metodología de la Investigación Social II, dir. Ruth Sautu, Facultad de Ciencias Sociales – UBA. Torrado, S. (2004). Raíces de las diferencias étnicas en Argentina. Endogamia y homogamia durante 1870-1930”. Sociedad, (23), 168. Torre, J. C. (2010). Transformaciones de la sociedad argentina. En Russel, R. (ed.), Argentina 1910-2010. Balance del siglo. Buenos Aires: Taurus. Torre, J. C. y Pastoriza, E. (2002). La democratización del bienestar. En J.C. Torre (Dir.), Los años peronistas. Buenos Aires: Sudamericana. Weber, M. (1996/1922). División de poder en la comunidad: clases, estamentos y partidos y Estamentos y Clases. En Economía y Sociedad. México D.F: Fondo de Cultura Económica. Wieviorka, M (1992). El espacio del racismo. Barcelona: Editorial Paidós. Anexos Tabla 6: Esquema de posiciones de clase Clases Medias Clase de servicios (directivos y profesionales) 1. Directores, gerentes de nivel alto 2. Profesionales autónomos 3. Profesionales asalariados 4. Periodistas, escritores, artistas, compositores, profesores universitarios, directores de escuela 4.1 Otros directivos/gerentes de nivel medio Pequeños propietarios de capital** 5. Propietarios de capital medianos (2 a 9 empleados) 7. Propietarios pequeños de capital (1 empleado o cuenta propia con local) Clase intermedia técnico-comercial-administrativa 4.2 Técnicos de nivel medio, profesores secundarios y maestros 6. Empleados administrativos 7.1. Vendedores Clases Populares Obreros calificados y trabajadores manuales cuenta propia con oficio 8. Oficiales, artesanos y operarios calificados de la manufactura 9. Oficiales, artesanos y operarios calificados de la construcción 10. Trabajadores de los servicios calificados Obreros no calificados y trabajadores de tipo precario 11. Operarios u obreros semicalificados de la manufactura

12. Operarios u obreros semicalificados de la construcción y otros 13. Obreros no calificados y peones de la manufactura 14. Obreros no calificados y peones de la construcción y los servicios 15. Trabajadores manuales no calificados de tipo marginal ** En los pequeños empleadores se incluyeron muy pocos casos de Propietarios de más de 10 empleados. El método de encuesta tiene dificultades para captar a los grandes empresarios por eso no se formó un segmento de clase para distinguirlos, lo que en términos teóricos sería pertinente. Tabla 7: Oportunidades relativas de acceso a la Clase de Servicios. AMBA. Resultados del modelo de regresión logística multivariada (exponencial de beta) Variables independientes Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3 Origen de clase Clases populares (ref.) ----------- ------------ -------------Clase de servicios (Directivos y profesionales) 6,9*** 6,4*** 6,6*** Clase intermedia (Técnicos y empleados administra4,5*** 4,1*** 4,2*** tivos) Auto-percepción étnica Blancos-europeos (ref.) ---------------------- -------------Mestizos 0,41** 0,43* Cohorte de nacimiento 1966-1980 (ref.) -------------- -------------- -------------1940-1950 1,5 1951-1965 1,5 Región pampeana Pseudo R2 0,168 0,187 0,194 * p<0.05, ** p<0.01, *** p<0.001 (indican los niveles de significancia) Fuente: Encuesta del CEDOP-UBA, 2005. Tabla 8: Oportunidades relativas de acceso a la Clase Intermedia técnicoadministrativa. AMBA. Resultados del modelo de regresión logística multivariada (exponencial de beta) Variables independientes Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3 Origen de clase Clases populares (ref.) ----------- ------------ -------------Clase de servicios (Directivos y profesionales) 1,7*** 1,6*** 1,6*** Clase intermedia (Técnicos y empleados administra2,3*** 2,2*** 2,1*** tivos) Auto-percepción étnica Blancos-europeos (ref.) ---------------------- -------------Mestizos 0,6 0,6 Cohorte de nacimiento 1966-1980 (ref.) -------------- -------------- -------------1940-1950 0,6 1951-1965 1,1 Pseudo R2 0,04 0,06 0,06 * p<0.05, ** p<0.01, *** p<0.001 (indican los niveles de significancia) Fuente: Encuesta del CEDOP-UBA, 2005.

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Sociologando: Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011) Unacceptable mortality in early adulthood (Argentina: 1997-2011) Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera (1977, argentina, Centro de Investigaciones y Estudios sobre la Cultura y la Sociedad, Argentina) eleonorarojascabrera@gmail.com

Resumen El presente trabajo analiza la evolución de las muertes por causas evitables acaecidas entre los jóvenes argentinos de 20-29 años en el periodo 1997-2011. Interesa conocer su participación en el total de muertes relevadas, su composición según las causas y si existen diferencias de acuerdo al sexo y la edad. Dada la inexistencia (una clasificación local que permita desagregar las muertes en evitables y no evitables) para identificar las primeras, se recurre a la lista confeccionada en ámbito del Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil. Posteriormente, se calculan tasas específicas de mortalidad por sexo, grupo de edad y causa. Entre los principales resultados se evidencian considerables avances en cuanto a la reducción de las muertes atribuidas a enfermedades transmisibles y no transmisibles. Dichos avances contrastan con el incremento del nivel de las muertes ocasionadas por accidentes de tránsito, suicidios y agresiones. Esta realidad obliga a poner en marcha acciones integrales que trasciendan los servicios de salud, a fin de prestar atención especial a los sectores más postergados. Palabras clave: derechos humanos, juventud, mortalidad Recibido: 28-11-2013 → Aceptado: 09-12-2013

Cítese así: Rojas-Cabrera, E. S. (2014). Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011). Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 40-47. Abstract This paper analyzes the evolution of deaths from preventable causes 2029 year-old people from Argentina between 1997 and 2011. It attempts to find out the incidence of these deaths in the total of deaths, its composition by causes and, finally, if there are any differences by sex and age. As there are no local classifications to disaggregate avoidable and unavoidable deaths, we use the list proposed by the Brazilian Unique Health System (SUS, for its acronym in Portuguese) and calculate specific mortality rates by sex, age group and cause. The findings show and important reduction in the level of deaths from communicable and noncommunicable diseases. On the contrary, the level of deaths from traffic accidents, suicides and assaults increases. Then, comprehensive actions (focused on the most deprived sectors) are needed in order to find a solution. Key words: human rights, youth, mortality.

Introducción Las muertes atribuidas a causas evitables constituyen una de las principales problemáticas que comprometen el ejercicio de los derechos humanos. Su ocurrencia vulnera el goce de los derechos esenciales a la salud y

a la vida, al tiempo que deja en evidencia las limitaciones que se presentan para realizar los restantes derechos. De allí la importancia para emprender todas las medidas que resulten necesarias para contrarrestarlas, especialmente en países que adhieren a tales derechos mediante la firma y ratificación de tratados internacionales que los reconocen de manera expresa. Entre estos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966/ACNUDH, 2006). La efectiva reducción de las muertes evitables exige, en primer lugar, identificar las causas asociadas a esta condición. Ello implica contar con una clasificación que permita distinguir estas muertes de aquellas cuya ocurrencia no puede ser impedida. En el caso de Argentina, país que adhiere a numerosos tratados internacionales de derechos humanos (Biblioteca del Congreso de la Nación, s.f.), dicha clasificación se encuentra disponible a nivel oficial solo para las muertes acaecidas entre los niños menores de un año, y acusa que la participación de las causas evitables en el total de muertes contabilizadas anualmente resulta aún elevada, más allá del descenso del nivel de la mortalidad en los últimos tiempos. Concretamente, la misma varía tan solo del 67% al 63% entre 1990-2011 (cuando la tasa de mortalidad vinculada a todas las causas disminuye de 25,6 a 11,7 por mil nacidos vivos) (DEIS, 1992 y 2012). A partir de reconocer las limitaciones de la clasificación oficial utilizada en el país para desagregar las muertes evitables con posterioridad al año de edad, algunas investigaciones recientes llevadas a cabo en el ámbito académico han intentado, mediante desarrollos metodológicos específicos, analizar el comportamiento de las muertes evitables en el resto de los tramos etarios comprendidos en la niñez y adolescencia (Rojas Cabrera y cols., 2013a; Rojas Cabrera y cols., 2013b). Tales estudios permiten concluir que, no obstante el nivel de la mortalidad general ha descendido, desde la década de 1990, en todos los grupos analizados, la incidencia relativa de las muertes evitables (que aumenta conforme se incrementa la edad de las personas) supera el 50% en la mayoría de los casos (Ibíd.). Peor aún, la misma tiende a incrementarse entre los adolescentes de 1519 años, como consecuencia del aumento de la tasa de mortalidad ligada, fundamentalmente, a los hechos de violencia (Rojas Cabrera y cols., 2013b). Dadas las implicancias de las muertes evitables, su condición de inaceptables en el contexto de los derechos humanos y los resultados obtenidos hasta el momento para Argentina, el presente trabajo propone avanzar en su abordaje al interior de aquellos grupos sobrevivientes a la niñez y adolescencia que transitan los primeros años de la vida adulta, a saber: los jóvenes de 20-29 años. En razón de ello, se intenta dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿en qué medida las muertes inaceptables parti-

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cipan del total de muertes relevadas al inicio de la adultez?, ¿cómo ha evolucionado esta participación y los niveles asociados?, ¿cómo se distribuyen dichas muertes en función de la causa que origina?, ¿se evidencian diferencias de acuerdo al sexo y la edad? A los fines establecidos, en primer lugar, se comentan brevemente algunas características socio-demográficas de la población argentina de 20-29 años. Seguidamente, se detallan los datos y métodos recurridos. Posteriormente, se exponen los resultados alcanzados. Por último, se presentan la discusión y las conclusiones. Breve caracterización socio-demográfica de la población de 20-29 años en Argentina De acuerdo a estadísticas producidas y publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina, en el país, en 2001, la población de 20-29 años asciende a 5.894.680 habitantes. En 2010, la misma se incrementa al contabilizar 6.430.658 personas. Sin embargo, en dicho año, su participación en el total poblacional se ve reducida levemente (al pasar del 16,3% al 16%) como consecuencia del avanzado proceso de transición demográfica que experimenta el país (CELADE, s.f). Asimismo, la proporción de las mujeres al interior del grupo en cuestión resulta superior (50,3% con respecto al 49,7% de los varones), con independencia del año considerado. Ello implica la presencia de 98,7 y 99,1 varones por cada 100 mujeres, en 2001 y 2010, respectivamente (INDEC, s.f.). Si el análisis anterior se realiza teniendo en cuenta la edad en años simples, la proporción de mujeres comienza siendo inferior a la de los varones (48,8% a los 20 años, independientemente del año referido) y, luego, se incrementa conforme aumenta la edad (hasta llegar a 50,5% a los 29 años en ambos años estudiados). Ello se traduce en 100,9 y 100,7 varones por cada 100 mujeres a los 20 años, en 2001 y 2010, en ese orden; y en 96,1 y 97,7 varones por cada 100 mujeres a los 29 años, considerando las mismas mediciones (Ibíd.). En relación a la alfabetización, en tanto, en 2001, el 1,3% de las personas incluidas en el grupo manifiesta no saber leer ni escribir; en 2010, la proporción en esta situación es del 1%. Estos valores expresan algunas variaciones si se considera la edad simple, incrementándose, levemente, conforme asciende esta última (INDEC, s.f.). Otros datos que contribuyen a caracterizar al colectivo en cuestión sugieren que, mientras en 2001 el 48,1% cuenta con al menos estudios secundarios completos, en 2010, este porcentaje asciende a 55,9 puntos porcentuales. Asimismo, en 2001, en tanto el 7% posee estudios superiores completos (obtenidos en establecimientos terciarios o universitarios); en 2010, dicho porcentaje aumenta al 8% (Ibíd.). Finalmente, en 2001, el 16,7% de los jóvenes en viviendas particulares presenta necesidades básicas insatisfechas. En 2010, dicho porcentaje se reduce a 13,3% (Ibíd.). Datos y métodos Se calculan y analizan tasas específicas de mortalidad por sexo y edad quinquenal mediante procesamientos efectuados sobre las bases de defunciones producidas por la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) (Ministerio de Salud de la Nación, Argentina) y las proyecciones de población confeccionadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina consignadas en las publicaciones anuales de estadísticas vitales de la DEIS. A fin de evitar los efectos que pudiese tener cualquier evento aleatorio sobre la tendencia que estas describen en el tiempo, dichas tasas se construyen como el resultado de promedios trienales, definidos a partir del cociente entre el número de defunciones registradas en tres años consecutivos al interior de cada grupo poblacio-

nal analizado y la población total que contabiliza dicho grupo en el año intermedio correspondiente al trienio en cuestión. Vinculado a lo anterior, cabe aclarar que, para el cálculo de las tasas específicas, los fallecidos de sexo ignorado son distribuidos de manera proporcional entre varones y mujeres. A su vez, dado que el presente trabajo intenta dar continuidad a una línea de investigación iniciada anteriormente, para la desagregación de las muertes evitables y las causas asociadas se reproduce la metodología aplicada en Rojas Cabrera y colaboradores (2013b). Es decir, la identificación de las muertes evitables se realiza a partir de la clasificación elaborada en el ámbito del Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil con base en las causas de muerte incluidas en la Clasificación Internacional de Enfermedades - Décima Revisión (CIE 10) para las defunciones que tienen lugar en la población de 5-74 años de edad (DATASUS, s.f.). Aun cuando se reconoce que dicha clasificación no responde enteramente a la realidad nacional que se pretende describir, se la emplea porque constituye la única de la región conformada por los denominados países del Cono Sur (Argentina, entre ellos) que permite identificar causas de muerte susceptibles de ser contrarrestadas en la población de interés (Ibíd.). Con posterioridad al reconocimiento de las muertes evitables, estas se sistematizan de acuerdo a los grupos de causas utilizados en un trabajo de Viner y colaboradores (2011), con base en la clasificación de enfermedades publicada por Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) en 2008, a saber: enfermedades transmisibles, enfermedades no transmisibles, complicaciones maternas, accidentes de transporte, violencia, suicidio y otras causas externas no intencionales (ver Tabla 1). Esta decisión se apoya en la consideración de la capacidad que tienen los grupos mencionados para describir causas de muerte de manera concreta. En razón de lo explicitado, cabe mencionar que la categoría “enfermedades transmisibles” difiere de la empleada en la publicación de referencia (Enfermedades transmisibles y malnutrición) (Viner y cols., 2011) debido a las dificultades que se presentan para detectar las muertes atribuidas a esta causa entre las muertes evitables tal y como están definidas las causas incluidas en la lista diseñada en el ámbito del SUS. Adicionalmente, y a fin de profundizar en algunos casos el análisis de las muertes evitables según las causas que las generan, los grupos de causas referidos son desagregados por causas de muerte más específicas. Por último, se destaca que el periodo de análisis se restringe a los trienios 1997-1999 y 2009-2011. Ello obedece, principalmente, a dos motivos. Por un lado, el país comienza a utilizar la CIE 10 (insumo básico para la aplicación de la lista del SUS) recién en 1997. Por el otro, 2011 constituye el último año para el cual se encuentra disponible la información referida a defunciones al momento de la confección del presente trabajo. Tabla 1. Causas evitables del SUS de Brasil según grupos de causas utilizados en Viner y colaboradores (2011) Grupos de causas según Viner y co- Causas incluidas consideradas evitables según el SUS de Brasil laboradores Tuberculosis miliar; tétanos obstétrico; tétano; difteria; coqueluche; poliomielitis aguda; sarampión; rubeola; hepatitis aguda b; meningitis por hemófilos; tuberculosis respiratoria, con confirmación bacteriológica e histológica; tuberculosis de las vías respiratorias, sin confirmación bacteriológica o histológica; tuberculosis de otros órganos; secueEnfermedades las de tuberculosis; dolencias infecciosas intestinales; dolencias por el transmisibles virus de la inmunodeficiencia humana (vih), hepatitis virales (excepto hepatitis aguda b); sífilis, gonorreas y otras dolencias sexualmente transmisibles; dolencias inflamatorias de los órganos pélvicos femeninos; fiebre reumática aguda y dolencias reumáticas crónicas del corazón; infecciones respiratorias, inclusive neumonía e influenza; infec-

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Grupos de causas según Viner y co- Causas incluidas consideradas evitables según el SUS de Brasil laboradores ciones de la piel o del tejido subcutáneo, excepto síndrome de la piel escaldada estafilocócica del recién nacido e impetigo; infección del tracto urinario de localización no especificada; otras dolencias de notificación compulsiva; otras infecciones Neoplasia maligna del labio, melanoma maligno de la piel u otras neoplasias malignas de la piel; neoplasia maligna del hígado y de las vías biliares intrahepáticas; neoplasia maligna del estómago; neoplasia maligna del colon, de la unión retosigmoidea, del recto, del ano o del canal anal; neoplasia maligna de la boca, de la faringe y de la laringe; neoplasia maligna del esófago; neoplasia maligna de la tráquea, de los bronquios y de los pulmones; neoplasia maligna de la mama; neoplasia maligna del cuello del útero; neoplasia maligna de los testículos; neoplasia maligna de la glándula tiroides; dolencia de Hodkin; Enfermedades no leucemia linfoide; leucemia mieloide; tirotoxicosis, hipertiroidismo y transmisibles deficiencias de iodo; diabetes mellitus; obesidad; psicosis alcohólica y otros trastornos del alcohol; epilepsia y estado de mal epiléptico; dolencias hipertensivas, excepto hipertensión secundaria; dolencias isquémicas del corazón; ateroesclerosis; insuficiencia cardíaca; dolencias cerebrovasculares; dolencias crónicas de las vías aéreas inferiores y edema pulmonar, no especificado de otra forma; úlcera gástrica, duodenal; péptica de localización no especificada y gastroyenunal; apendicitis aguda; dolencias pulmonares debidas a agentes externos; hernias, íleo paralítico y obstrucción intestinal sin hernia; trastornos de la vesícula biliar y de las vías biliares; insuficiencia renal crónica Complicaciones del embarazo, parto o puerperio, excepto las vinculaComplicaciones das a la asistencia materna por otras complicaciones ligadas predomaternas minantemente al embarazo Accidentes de Accidentes de transporte transporte Violencia Agresiones; Intervenciones legales y operaciones de guerra Suicidio Lesiones autoprovocadas intencionalmente Quemaduras; ahogamiento y sumersión accidentales; exposición al humo, al fuego y a las llamas; envenenamiento (intoxicación) accidental por exposición a sustancias nocivas; accidentes ocurridos en pacientes durante la prestación de cuidados médicos o quirúrgicos, reacción anormal en pacientes o complicación tardía causadas por procedimientos quirúrgicos y otros procedimientos médicos sin mención del accidente al tiempo del procedimiento; incidentes adversos Otras causas ex- durante los diagnósticos o terapias asociadas al uso de dispositivos ternas no intencio- médicos; exposición a fuerzas mecánicas inanimadas; exposición a nales fuerzas mecánicas animadas; otros riesgos accidentales de la respiración; exposición a corriente eléctrica, a radiación y a temperatura y presión extremas del ambiente; contacto con una fuente de calor y con sustancias calientes; contacto con animales y plantas venenosas; exposición a fuerzas de la naturaleza; exposición accidental a otros factores no especificados; efectos adversos de drogas, medicamentos o sustancias biológicas usadas con finalidad terapéutica; eventos (o actos) cuya intención es indeterminada Fuente: Elaboración propia con base en Viner y colaboradores (2011), WHO (2008) y lista de causas de muertes evitables confeccionada en el ámbito del SUS de Brasil.

Resultados En general, más del 60% de las muertes registradas entre los jóvenes argentinos de 20-29 años responde a causas que podrían haberse evitado. Esta participación es mayor en la población de 20-24 años y se acentúa entre los varones. Adicionalmente, las diferencias entre sexos se reducen a medida que aumenta la edad (ver Tabla 2). Con relación a la dinámica del indicador en cuestión, en todos los casos se evidencia un incremento. Dicho incremento equivale al 7,5% y 9,2%, respectivamente, en la población masculina y femenina de 20-24 años. Por su parte, entre los jóvenes

de 25-29 años, el mismo asciende al 3,7% y 3%, según se trate de varones o mujeres, en ese orden (Tabla 2). Tabla 2. Argentina. Promedio anual de defunciones totales, defunciones por causas evitables y participación porcentual de las causas evitables en el total de muertes relevadas de la población de 20-29 años por sexo y grupos de edad. Trienios 1997-1999/2009-2011 Varones Mujeres Grupo de edad 1997-1999 2009-2011 1997-1999 2009-2011 Total de muertes relevadas 20-24 2.372 2.542 906 846 25-29 2.308 2.406 963 970 Muertes relevadas por causas evitables 20-24 1.889 2.190 592 599 25-29 1.835 2.002 645 669 Participación de muertes evitables en el total de muertes relevadas 20-24 80% 86% 65% 71% 25-29 80% 83% 67% 69% Fuente: Elaboración propia con base en datos de mortalidad producidos por la DEIS y proyecciones de población del INDEC consignadas en Anuarios de la DEIS (años 1998 y 2010) con base en la clasificación de muertes evitables confeccionada en el ámbito del SUS de Brasil.

En consonancia con la incidencia de las muertes evitables en el total de muertes contabilizadas (ver tabla 3), la tasa de mortalidad asociada es superior entre los varones, con diferencias entre sexos que tienden a reducirse conforme aumenta la edad. En efecto, en el trienio 1997-1999, el nivel de la mortalidad masculina comprende 3,1 y 2,8 veces, respectivamente, el de la femenina de 20-24 y de 25-29 años. La variación de las tasas revela que las mismas tienden a decrecer (4% entre las mujeres de 20-24 años; y 9% y 13% en varones y mujeres de 25-29 años, en ese orden). La excepción a este comportamiento la constituye la tasa vinculada a los varones 20-24 años, al aumentar la misma el 8% entre los trienios estudiados). Adicionalmente, en correspondencia con el ritmo al que se producen las variaciones mencionadas, las brechas entre varones y mujeres también consiguen acrecentarse hacia el trienio 2009-2011. Concretamente, en este periodo la tasa de mortalidad masculina equivale a 3,6 y 2,9 veces la femenina, respectivamente, entre los jóvenes de 20-24 y de 25-29 años). Tabla 3. Argentina. Población total, muertes relevadas por causas evitables y tasas de mortalidad asociadas de la población de 20-29 años por sexo y grupos de edad. Trienios 1997-1999/2009-2011 Varones Mujeres Grupo de edad 1997-1999 2009-2011 1997-99 2009-2011 Población total 20-24 1.585.100 1.697.550 1.557.700 1.652.173 25-29 1.347.400 1.618.705 1.331.400 1.591.198 Muertes relevadas por causas evitables 20-24 1.889 2.190 592 599 25-29 1.835 2.002 645 669 Tasa de mortalidad evitable (por 100.000 habitantes) 20-24 119,2 129 38 36,3 25-29 136,2 123,7 48,4 42 Aclaración: La población estimada refiere a los años 1998 y 2010. Fuente: Elaboración propia con base en datos de mortalidad producidos por la DEIS y proyecciones

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25-29 (2009-11)

25-29 (1997-99)

20-24 (2009-11)

20-24 (1997-99)

25-29 (2009-11)

Causas seleccionadas

Mujeres 25-29 (1997-99)

Varones 20-24 (2009-11)

En cuanto a la composición de las defunciones según las causas (entre los varones) predominan las que responden a causas externas no intencionales (excluidos los accidentes de transporte) con independencia de la edad. Este predominio se mantiene hasta el final del periodo analizado, a pesar del descenso que experimenta la tasa relativa a dichas causas (Tabla 4). A su vez, las defunciones producidas por accidentes de transporte ocupan el segundo y tercer lugar de la estructura entre los jóvenes de 2024 y de 25-29 años, respectivamente. En el trienio 2009-2011, la tasa asociada a estas defunciones experimenta un aumento, por lo que consolida su segundo lugar en el ranking con independencia de la edad. A ello contribuye también el considerable descenso de la tasa de mortalidad por enfermedades transmisibles en el grupo de 25-29 años (ligado, fundamentalmente, a la reducción que experimenta el nivel de defunciones provocadas por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), al variar este último de 19,7 a 4,1 por 100.000 habitantes) (Tabla 4 y Tabla 1 del Anexo). Por su parte, en el trienio 1997-1999, las defunciones provocadas por hechos de violencia (agresiones) conforman la tercera causa de muerte evitable entre los jóvenes de 20-24 años. Aunque la tasa respectiva se incrementa con el tiempo, la incidencia relativa de las muertes asociadas se reduce como consecuencia del resto de los cambios que experimenta la estructura. Entre ellos, el incremento acelerado del nivel de mortalidad por suicidios. No puede concluirse lo mismo en el caso de las enfermedades no transmisibles y aquellas transmisibles, las cuales configuran las causas de muerte menos frecuentes al final del periodo estudiado. Diferente es el caso de los jóvenes de 25-29 años, entre los cuales las enfermedades no transmisibles, la violencia y el suicidio constituyen, respectivamente, la tercera, cuarta y quinta causa de muerte en el trienio 199799. Con excepción de los suicidios, las tasas vinculadas a estas causas exhiben un comportamiento decreciente. Sumado a los demás cambios que experimenta la estructura, este hecho repercute en una leve disminución del peso relativo de la primera de las causas mencionadas. En lo que respecta a las mujeres entre los 20-24 años, también prevalecen al inicio del periodo abordado las muertes atribuidas a causas externas no intencionales, seguidas de las provocadas por enfermedades no transmisibles y transmisibles, en ese orden. La participación de todas ellas experimenta un descenso en el trienio 2009-11, como consecuencia del decrecimiento de las tasas de mortalidad asociadas, y el incremento de aquellas ligadas a los accidentes de transporte, el suicidio, las complicaciones maternas y las agresiones. Asimismo, entre las jóvenes de 25-29 años, predominan, al principio, las enfermedades transmisibles y no transmisibles. Hacia el trienio 2009-2011, solo estas últimas conservan tal predominio, al incrementarse, simultáneamente, la tasa en cuestión y su incidencia relativa en el total de defunciones susceptibles de ser contrarrestadas. Este hecho se encuentra ligado, especialmente, al incremento de las muertes ocasionadas por distintos tipos de cáncer (de 4,8 a 5,8 por 100.000 habitantes) (Tabla 4 y Tabla 1 del Anexo). De manera adicional, la estructura de mortalidad evitable de las mujeres de 25-29 años hacia el final del periodo investigado sufre otras modificaciones relacionadas con el descenso del nivel de las defunciones por causas externas no intencionales (incluidos los accidentes de transporte); y el crecimiento de los niveles de mortalidad por complicaciones maternas, suicidios y agresiones.

Tabla 4. Argentina. Estructura y nivel de la mortalidad evitable de la población de 20-29 años por causas seleccionadas según sexo y grupo de edad. Trienios 1997-1999/2009-2011

20-24 (1997-99)

de población del INDEC consignadas en Anuarios de la DEIS (años 1998 y 2010) con base en la clasificación de muertes evitables confeccionada en el ámbito del SUS de Brasil.

Estructura (en %) 7 6 19 9 19 16 30 17 Enfermedades transmisibles 9 10 14 13 23 22 28 32 Enfermedades no transmisibles 6 10 8 12 Complicaciones maternas 22 25 18 24 16 17 11 12 Accidentes de transporte 9 18 7 15 7 11 4 8 Suicidio 13 12 10 11 4 5 3 4 Violencia 40 30 32 28 25 18 16 14 Otras causas externas no intencionales 100 100 100 100 100 100 100 100 Todas las causas Tasa (por 100.000 habitantes) 8,7 7,4 25,7 11,7 7,2 5,9 14,4 7,3 Enfermedades transmisibles 11,2 12,3 19,3 16,2 8,6 8,1 13,5 13,7 Enfermedades no transmisibles 0 0 0 0 2,4 3,7 3,9 4,9 Complicaciones maternas 25,6 31,9 24 29,2 6,1 6,2 5,3 4,8 Accidentes de transporte 10,4 23,2 9,6 18 2,7 3,9 1,9 3,3 Suicidio 15,1 16,1 14,2 13,8 1,7 1,8 1,5 1,9 Violencia Otras causas externas no intencionales 48,2 38,1 43,5 34,9 9,4 6,6 7,9 6,1 119,2 129 136,2 123,6 38 36,3 48,4 42,1 Todas las causas Aclaraciones: 1) Las causas incluidas dentro de cada categoría se encuentran detalladas en el apartado metodológico, 2) Las tasas de mortalidad se encuentran expresadas por 100.000 habitantes. Fuente: Elaboración propia con base en datos de mortalidad producidos por la DEIS y proyecciones de población del INDEC consignadas en Anuarios de la DEIS (años 1998 y 2010) con base en la clasificación de muertes evitables confeccionada en el ámbito del SUS de Brasil y la propuesta en WHO (2008).

Conclusiones-discusión Salvo entre los varones de 20-24 años, el nivel de las defunciones evitables al inicio de la adultez ha conseguido reducirse entre los trienios estudiados. Sin embargo, resulta notable la creciente participación de las muertes asociadas a dicha condición en el total relevado ya que en la actualidad de cada 10 muertes registradas, al menos 7 podrían haberse evitado. En cuanto a la composición de las muertes según las causas que las generan, aunque se han realizado considerables avances en la reducción de aquellas atribuidas a enfermedades transmisibles (tales como las relacionadas con el padecimiento de VIH/SIDA), algunas patologías no transmisibles (entre estas el cáncer y sus diferentes expresiones), lejos de reducirse, exhiben una tendencia al ascenso, cuestión que contrarresta el efecto positivo de los logros alcanzados. Al mismo tiempo, el nivel de muertes vinculado a las causas violentas (accidentes de transporte, homicidio y agresiones) evidencia un incremento (DEIS, 1998 y 2012; Yunes y Zubarew, 1999; Serfaty y cols., 2003 y 2006; Burrone y cols., 2012; Bella y cols., 2013; SAP/UNICEF Argentina, 2013), por lo que queda en evidencia

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la necesidad de desplegar otros mecanismos que trascienden la promoción de la salud. Más allá de los resultados expuestos, deben tenerse en cuenta algunas cuestiones referidas a la cobertura y calidad de la información utilizada para obtenerlos. En efecto, si bien se han producido mejoras en cuanto a los tiempos de sistematización y publicación de los datos relativos a las defunciones, en algunas áreas territoriales persisten algunos problemas de cobertura y calidad de la información recabada. Dichos problemas derivan en variaciones en el número de hechos vitales relevados en cada jurisdicción, cuestión que impacta inevitablemente en el cálculo de las tasas asociadas (DEIS, 2012). De la misma manera, debe resaltarse la falta de exactitud que presenta el registro de la causa de muerte en algunos casos. Ello repercute en tanto en el volumen de las muertes atribuidas a causas desconocidas y mal definidas (cuya participación en el total de muertes contabilizadas ronda el 4,1% anual en ambos trienios investigados) como en el de las asignadas a eventos de intención no determinada (que representan el 17% y 12% de las muertes categorizadas evitables, respectivamente, en los trienios 1997-99 y 2009-11). Independientemente, la clasificación de muertes evitables aplicada en el presente trabajo excluye a las primeras y contempla a las segundas; ambas impactan directamente en la subestimación de los valores exhibidos. Otra limitación radica en la incapacidad de la metodología empleada para establecer diferencias en cuanto al tipo de medidas necesarias para contrarrestar las muertes en función de la causa. A modo de ejemplo, en tanto se requieren acciones adecuadas de inmunoprevención para evitar las muertes por sarampión, se necesitan otras más complejas (vinculadas, integralmente, a la promoción, la prevención, el control y el debido tratamiento) para contrarrestar aquellas ligadas a los diferentes tipos de cáncer. A pesar de las limitaciones comentadas, la utilidad de las conclusiones expuestas radica en que estas evidencian que no todos los esfuerzos realizados para mitigar las muertes susceptibles de ser contrarrestadas producen los resultados esperados. De manera que es preciso redoblarlos (impulsando, por ejemplo, legislación especial que subraye la necesidad de protección social del adulto joven en Argentina). Aun así, cabe tenerlos en cuenta porque constituyen una muestra cabal de la preocupación del estado en sus diferentes niveles para garantizar el efectivo ejercicio de los derechos a la salud y a la vida por parte de la población estudiada como colectivo específico. En razón de lo anterior, se destacan las campañas de difusión emprendidas desde el Ministerio de Salud de la Nación para informar acerca de los recaudos que deben tomarse para evitar contraer el VIH/SIDA y, a su vez, concientizar sobre la necesidad de exámenes periódicos para la detección temprana de la enfermedad (Ministerio de Salud de la Nación, s.f.). Así también, cabe mencionar las acciones ejecutadas desde el estado para combatir la aparición de los cánceres de mama, cuello uterino y colorrectal. Entre estas, las emanadas desde el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cérvico-uterino, el plan de vacunación nacional contra el virus papiloma humano (VPH) como principal causa de dicho tipo de cáncer y las campañas que dan a conocer sus particularidades y otros meca-

nismos a disposición de la población para su prevención y diagnóstico precoz. Con un enfoque inclusivo, estas últimas se dirigen a minorías consideradas especialmente vulnerables en el ejercicio de sus derechos, tales como algunas comunidades aborígenes situadas al noreste del país (con adaptación de los folletos en el lenguaje original) y la población homosexual (Ministerio de Salud de la Nación, s.f.). No menos importante resultan las medidas llevadas a cabo en el ámbito estatal para prevenir la ocurrencia de muertes por causas violentas. Entre estas: las emprendidas desde la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, la cual, apoyada en los resultados de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2005 y 2009, Ministerio de Salud de la Nación) y de la Encuesta Nacional de Prevalencia de Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENPreCoSP 2008 y 2011, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), desarrolla campañas para el consumo responsable de bebidas alcohólicas y ofrece capacitaciones para reconocer los síntomas del suicidio en el ámbito de diferentes instituciones con el fin de impedir su ocurrencia (Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, s.f.); las gestiones locales tendientes a reducir el nivel de accidentes de tránsito (tales como los controles de tránsito vehicular ejecutados por la Policía Caminera de las provincias de Córdoba o del Chaco en los diferentes puntos de acceso y circulación de las localidades bajo su jurisdicción); y aquellas destinadas a prevenir la violencia de género (como, por ejemplo, la colocación de botones antipánico en los teléfonos móviles de las víctimas potenciales). Reflexión de las editoras Angélica De Sena y Begoña Enguix: la Argentina, en las últimas décadas, parece mostrar ciertas formas de eliminación de los y las jóvenes por motivos políticos, sanitarios, ambientales, infraestructura pública, las cuales son formas de limitar el derecho a la vida. Este artículo parece efectuar un interjuego de análisis sociológico y advertencia entre salud-juventud-población. Ello significa que puede ser leído desde esas tres claves, a fin de hallar información que obliga a la acción desde las políticas públicas. La autora observa las muertes evitables entre los y las jóvenes de 20-29 años en Argentina al interrogarse por los orígenes, evolución y diferencias de género. Si bien puede discutirse la definición conceptual que utiliza la autora sobre muertes evitables, no resulta admisible que hoy “más del 60% de las muertes registradas entre los jóvenes argentinos de 20-29 años responde a causas que podrían haberse evitado”. En tanto quedan por realizar mayores indagaciones sobre las tendencias al aumento de las muertes por las patologías no transmisibles, y sobre todo de aquellas vinculadas a causas violentas. Referencias bibliográficas Bella M.; Acosta, L.; Villacé, B.; López de Neira, M.; Enders, J. y Fernández, R. (2013). Análisis de la mortalidad por suicidio en niños, adolescentes y jóvenes. Argentina, 2005-2007. Archivos Argentinos de Pediatría, 111(1), 16-21. Biblioteca del Congreso de la Nación (Argentina) (s.f.). Archivos históricos. Tratados internacionales con jerarquía constitucional. Extraído el 27 de diciembre de 2013 desde: http://www.bcnbib.gov.ar/ti_tijc.php Burrone M.; Bella, M.; Acosta, L., Villacé, B.; López de Neira, M.; Fernández, R. y Enders, J. (2012). Estudio de muertes por causas violentas: un análisis de la tendencia en jóvenes, Argentina, 2000-2008. Cadernos Saúde Coletiva, 20(4), 460-465. CELADE (Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía - División de Población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (s.f.). La Transición Demográfica en América Latina. Extraído el 27 de diciembre de 2013 desde: http://www.eclac.cl/celade/SitDem/DE_SitDemTransDemDoc00e.html.

Sección Sociologando: Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011), por Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera 44/47


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DATASUS (Banco de Dados do Sistema Único de Saúde). Mortalidade. CID-10. Lista de Tabulação de Causas Evitáveis de 5 a 74 anos. Extraído el 10 de abril de 2012 desde: http://tabnet.datasus.gov.br/cgi/sim/obtcid10evit5a74.htm DEIS (Dirección Nacional de Estadística e Información de Salud). (2012). Estadísticas Vitales. Información Básica - Año 2011. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. ______ (2011). Estadísticas Vitales. Información Básica - Año 2010. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. ______ (1999). Estadísticas Vitales. Información Básica - Año 1998. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. ______ (1998). Estadísticas Vitales. Información Básica - Año 1997. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones. Información para la comunidad. Extraído el 26 de noviembre de 2013 desde: http://www.msal.gov.ar/saludmental/ INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) (s.f.). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. Extraído el 27 de diciembre de 2013 desde: http://www.indec.gov.ar. Ministerio de Salud de la Nación (Argentina). Programas y Planes. Extraído el 26 de noviembre de 2013 desde: http://www.msal.gov.ar/index.php/programas-yplanes.

OACNUDH (Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) (2006). Los principales tratados internacionales de derechos humanos. Nueva York y Ginebra, 2006. Rojas Cabrera, E.; Ribotta, B.; Santillán Pizarro, M. y Ortega, D. (2013a). Child mortality reduction in Southern Cone countries: sign of development, with or without realization of rights? Trabajo presentado en XXVII IUSSP International Population Conference, agosto, Busan (Corea del Sur). Rojas Cabrera, E.; Santillán Pizarro, M. y Pujol, C. (2013b). La mortalidad de los adolescentes de Argentina y Brasil, ¿una cuestión pendiente? Sociais e Humanas, 26(1), 121-144. SAP (Sociedad Argentina de Pediatría) / UNICEF Argentina (United Nations International Children"s Emergency Fund, sede Argentina) (2013). Salud materno-infantojuvenil en cifras. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Serfaty E.; Andrade, J., Foglia, V.; Masaútis, A. y Negri; G. (2006). Suicidio en Adolescentes y Jóvenes de 10-24 años. Argentina, 1991-2000. Revista APSA Sinopsis, 22(42), 16-21. Serfaty, E.; Foglia, V.; Masaútis, A. y Negri, G. (2003). Mortalidad por causas violentas en adolescentes y jóvenes de Argentina, 1991-2000. Vertex, 14(2), 40-48. Yunes J. y Zubarew T. (1999). Mortalidad por causas violentas en Adolescentes y Jóvenes: Un Desafío para la Región de las Américas. Revista Brasileira de Epidemiologia, 2(3), 102-171. WHO (World Health Organization) (2008). The global burden of disease: 2004 update. Suiza.

Enfermedades transmisibles

Enfermedades no transmisibles

Tuberculosis del sistema nervioso Tuberculosis miliar Tétanos Sarampión Hepatitis aguda B Tuberculosis de las vías respiratorias, sin confirmación bacteriológica o histológica Tuberculosis de otros órganos Sucuelas de tuberculosis Dolencias infecciosas intestinales Dolencias por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) Hepatitis virales (excepto Hepatitis aguda B) Sífilis, gonorrea y otras dolencias sexualmente transmisibles Dolencias inflamatorias de los órganos pélvicos femeninos Fiebre reumática aguda y dolencias reumáticas crónicas del corazón Infecciones respiratorias, inclusive neumonía e influenza Infecciones de la piel o del tejido subcutáneo, excepto síndrome de la piel escaldada estafilocócica del recién nacido e impetigo Infección del tracto urinario de localización no especificada Otras dolencias de notificación compulsiva Otras infecciones Neoplasia maligna del labio, melanoma maligno de la piel u otras neoplasias malignas de la piel Neoplasia maligna del hígado y de las vías biliares intrahepáticas Neoplasia maligna del estómago Neoplasia maligna del colon, de la unión retosigmoidea, del recto, del ano o del canal anal Neoplasia maligna de la boca, de la faringe y de la laringe

2009-11

1997-99

2009-11

1997-99

2009-11

0,1 0 0 0 0

0 0,1 0 0 0

0,1 0,1 0 0 0,1

0 0 0 0 0

0 0,1 0 0 0

0 0 0 0 0

0,1 0,1 0 0 0

0 0 0 0 0

0,4

0,6

0,9

0,6

0,3

0,5

1

0,4

0 0 0 4,9 0 0 0 0 1,2

0 0 0 1,6 0,1 0 0 0,1 3

0 0 0 19,7 0,1 0 0 0 1,8

0,1 0 0 4,1 0 0 0 0,1 4,3

0 0 0 2,9 0,1 0 0,1 0,1 1

0 0 0 0,7 0 0 0 0 2,8

0 0,1 0,1 8 0,1 0 0,1 0,1 1,5

0 0 0 1,9 0 0 0 0,1 3,2

0

0,1

0

0

0

0

0

0

0 0,1 1,6

0,1 0,1 1,7

0 0,2 2,3

0,1 0,1 2,3

0,1 0 2,3

0,1 0,1 1,4

0 0,1 3,1

0,1 0,1 1,4

0,1

0,2

0,3

0,3

0,1

0,1

0,2

0,2

0,2 0,1

0,1 0,2

0,2 0,3

0,2 0,3

0 0,1

0,2 0,1

0,1 0,3

0,1 0,4

0,2

0,5

0,4

0,8

0,2

0,4

0,3

0,8

0

0,1

0,1

0,1

0

0

0,1

0

Sección Sociologando: Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011), por Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera 45/47

1997-99

Causa asociada según SUS de Brasil

2009-11

Grupo de causas según Viner y colaboradores

1997-99

Anexos Tabla 1. Argentina. Nivel de la mortalidad evitable de la población de 20-29 años por causas seleccionadas según sexo y grupo de edad. Por 100.000 habitantes. Trienios 1997-1999/2009-2011 Varones Varones Mujeres Mujeres 20-24 25-29 20-24 25-29


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Complicaciones maternas Accidentes de transporte Suicidio Violencia

Otras causas externas no intencionales

Neoplasia maligna del esófago Neoplasia maligna de la tráquea, de los bronquios y de los pulmones Neoplasia maligna de la mama Neoplasia maligna del cuello del útero Neoplasia maligna de los testículos Neoplasia maligna de la glándula tiroides Dolencia de Hodkin Leucemia linfoide Leucemia mieloide Tirotoxicosis, hipertiroidismo y deficiencias de iodo Diabetes mellitus Obesidad Psicosis alcohólica y otros trastornos del alcohol Epilepsia y estado de mal epiléptico Dolencias hipertensivas, excepto hipertensión secundaria Dolencias isquémicas del corazón Ateroesclerosis Insuficiencia cardíaca Dolencias cerebrovasculares Dolencias crónicas de las vías aéreas inferiores y edema pulmonar, no especificado de otra forma Úlcera gástrica, duodenal; péptica de localización no especificada y gastroyenunal Apendicitis aguda Dolencias pulmonares debidas a agentes externos Hernias, íleo paralítico y obstrucción intestinal sin hernia Trastornos de la vesícula biliar y de las vías biliares Insuficiencia renal crónica Complicaciones del embarazo, parto o puerperio, excepto las vinculadas a la asistencia materna por otras complicaciones ligadas predominantemente al embarazo Accidentes de transporte Lesiones autoprovocadas intencionalmente Agresiones Intervenciones legales y operaciones de guerra Quemaduras Ahogamiento y sumersión accidentales Exposición al humo, al fuego y a las llamas Envenenamiento (intoxicación) accidental por exposición a sustancias nocivas Accidentes ocurridos en pacientes durante la prestación de cuidados médicos o quirúrgicos, reacción anormal en pacientes o complicación tardía causadas por procedimientos quirúrgicos y otros procedimientos médicos sin mención del accidente al tiempo del procedimiento Incidentes adversos durante los diagnósticos o terapias asociadas al uso de dispositivos médicos Exposición a fuerzas mecánicas inanimadas Exposición a fuerzas mecánicas animadas Otros riesgos accidentales de la respiración Exposición a corriente eléctrica, a radiación y a temperatura y presión extremas del ambiente Contacto con una fuente de calor y con sustancias calientes

2009-11

1997-99

Mujeres 25-29

2009-11

1997-99

2009-11

Mujeres 20-24

0 0,2 0 0 1 0 0,2 0,7 0,6 0 0,3 0 0,1 0,6 0,1 1 0 1,8 2

0 0,5 0 0 1,4 0 0,3 0,7 0,4 0 0,3 0,1 0 0,6 0,2 0,8 0 1,6 2

0,1 0,7 0 0 1,6 0 0,5 0,2 0,7 0 0,7 0 0,6 1 0,1 2,1 0 3,3 3

0,1 0,6 0 0 2,4 0 0,4 0,6 0,4 0,1 0,5 0,1 0,1 0,7 0,2 1,5 0 2,4 2,3

0 0,1 0,2 0,4 0 0 0,2 0,3 0,4 0,1 0,4 0 0,1 0,6 0,1 0,5 0 1,5 1,4

0 0,2 0,3 0,3 0 0 0,3 0,3 0,5 0,1 0,5 0 0 0,5 0 0,4 0 1,1 1,4

0 0,3 1,1 1,5 0 0,1 0,3 0,3 0,4 0,2 0,6 0 0,1 0,6 0,2 0,7 0 2,2 2,4

0,1 0,3 1 1,6 0 0 0,1 0,6 0,6 0 0,7 0,1 0,1 0,5 0,1 0,7 0 1,7 2,1

1,2

1

2,3

1,1

1

0,7

1

1

0

0

0,1

0

0

0

0

0

0,1 0,1 0,1 0 0,4

0,1 0,5 0,1 0 0,5

0 0,2 0,1 0 0,6

0 0,4 0,2 0 0,6

0 0,2 0 0,1 0,3

0 0,2 0,1 0,1 0,3

0 0,1 0,2 0,2 0,4

0 0,3 0,1 0,2 0,5

0

0

0

0

2,4

3,7

3,9

4,9

25,6 10,4 14,2 0,8 0,7 4,4 0,9

31,9 23,2 16,1 0 0,5 2,9 0,8

24 9,6 13,5 0,7 0,6 3 1

29,2 18 13,7 0 0,6 2 1

6,1 2,7 1,7 0 0,1 0,3 0,3

6,2 3,9 1,8 0 0 0,2 0,4

5,3 1,9 1,5 0,1 0,1 0,2 0,6

4,8 3,3 1,9 0 0 0,2 0,5

0,7

0,4

0,5

0,4

0,4

0,3

0,3

0,3

0

0,2

0,1

0,3

0,1

0,2

0,2

0,1

0

0

0

0

0

0

0

0

2,6 0,1 0,7

0,5 0 1

2,4 0 0,5

0,7 0,1 1

0,5 0 0,2

0 0 0,3

0,2 0 0,1

0 0 0,2

2,7

1,9

2,2

1,9

0,3

0,5

0,4

0,5

0

0

0

0

0

0

0

0

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1997-99

Causa asociada según SUS de Brasil

Varones 25-29

2009-11

Grupo de causas según Viner y colaboradores

1997-99

Varones 20-24


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2009-11

Mujeres 25-29 1997-99

2009-11

Mujeres 20-24 1997-99

2009-11

Varones 25-29 1997-99

Causa asociada según SUS de Brasil

2009-11

Grupo de causas según Viner y colaboradores

1997-99

Varones 20-24

Contacto con animales y plantas venenosas 0 0 0 0 0 0 0 0 Exposición a fuerzas de la naturaleza 0,1 0,2 0,3 0,1 0 0 0 0 Exposición accidental a otros factores no especificados 10,8 11 10,2 9,9 2,3 1,9 1,5 1,7 Efectos adversos de drogas, medicamentos o sustancias biológicas usa0 0 0,1 0 0 0,1 0,1 0 das con finalidad terapéutica Eventos (o actos) cuya intención es indeterminada 24,5 18,5 22,4 16,9 4,9 2,6 4,3 2,5 Fuente: Elaboración propia con base en datos de mortalidad producidos por la DEIS y proyecciones de población del INDEC consignadas en Anuarios de la DEIS (años 1998 y 2010) con base en la clasificación de muertes evitables confeccionada en el ámbito del SUS de Brasil y la propuesta en WHO (2008).

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Urbis Artículos anteriores: V1N2-2011: O programa Morar Carioca e a urbanização de favelas da cidade do Rio de Janeiro Hacia el urbanismo social La ciudad contemporánea, ¿una polis sin política? V2N1-2012: «Ser» habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (experiencias y procesos de una ciudad en transformación) V2N2-2012: A Vila Getúlio Cabral e as ocupações organizadas de terras urbanas no Rio de Janeiro Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince Fábricas de desechos Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales V3N1-2013: Procesos urbanos y retos de la planeación territorial para la ciudad sustentable en América Latina Implicaciones de las propuestas de rancière y arendt para leer las contraculturas Artista ego-centro y arte transgresor V3N1-2013: De los imaginarios al fetichismo frente al debate de los centros históricos ¿Es posible regular el espacio público? El espacio público seguro en los hábitat residenciales


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Urbis: El fenómeno expansivo metropolitano y su interpretación a partir de Hanna Arendt y la vita activa The expansive metropolitan phenomenon and its interpretation from Hannah Arendt and the vita activa Eduardo Sousa-González (1956, mexicano, Universidad Autónoma de Nuevo León, México) eduardo.sousagn@uanl.edu.mx, esousa_gzz@hotmail.com

Resumen El objetivo de la investigación mediante un abordaje deductivo es reflexionar sobre los procesos de expansión periférica en áreas metropolitanas al tomar como base argumentativa: a) la propuesta de Hanna Arendt sobre las actividades tricotómicas para condición humana (2002) y b) la posesión del suelo metropolitano; y adoptar como caso de estudio al área metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México, entre 1940- 2012. Para esto, se establece un común denominador entre la propuesta arendtiana y el espacio urbano, a fin de generar dos tipologías que caracterizan la tenencia del suelo. Palabras clave: contorno metropolitano, crecimiento urbano, periferia urbana Recibido: 03-05-2013 → Aceptado: 23-12-2013

Cítese así: Sousa-González, E. (2014). El fenómeno expansivo metropolitano y su interpretación a partir de Hanna Arendt y la vita activa. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 48-53. Abstract The objective of the research, by a deductive approach, is to reflect on peripheral expansion processes in metropolitan areas, taking as an argumentative basis the Hannah Arendt approach, about the “tricotómicas” activities proposed for the "human condition" (2002) and the metropolitan land possession, adapting as a study case the metropolitan area of Monterrey, Nuevo León, Mexico in the period comprehended from 1940 to 2012; for this set a common denominator between the arendtiana proposal and the urban space, generating two typologies that characterize the urban land tenure. Key words: contour metropolitan, urban growth, urban fringe. 1

Introducción El objetivo de las siguientes reflexiones tienen el propósito de avanzar en el conocimiento interpretativo de la manera en que algunos conceptos provenientes de disciplinas como la filosofía (tradicionalmente adyacentes a la visión metodológica y estratégica de la planeación espacial del suelo metropolitano) puedan ser incorporados en los procesos del ordenamiento territorial al proporcionar mayor interacción interdisciplinaria y certidumbre, no solo en la generación de las políticas públicas guberna-

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Este artículo se deriva de la investigación El proceso expansivo en la territorialidad metropolitana, elaborada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León UANL y apoyada económicamente por el Programa de Apoyo a la Investigación Científica y Tecnológica PAICyT de la UANL 2011.

mentales que se aplican en los diferentes niveles transversales (federal, estatal y municipal) sino que tengan la característica longitudinal de la alteridad. Esto es, la percepción de la vivencia cotidiana del otro (Ricoeur, 2008: 365; Habermas, 1999: 11) y conformar así estrategias de política pública con mayor dosis de eficiencia, de eficacia y de efectividad, las cuales logren pertinencia en las acciones de gobierno hacia el desarrollo urbano. Para esto, se propone un común denominador (Sousa, 2010) entre la propuesta de Hanna Arendt de la condición humana de la vita activa y el asunto de los procesos de expansión física periférica en el espacio metropolitano, lo cual permitiría su ulterior concatenación y la posible vinculación de técnicas y metodologías de planificación, reinterpretadas desde la interdisciplina, a fin de generar en el proceso estrategias subsumidas de política pública espacial. Aquí se abordan cuestionamientos concatenados a la propuesta arendtiana, que giran en torno a las siguientes preguntas: ¿cuál es el origen de los procesos físicos expansivos en la ciudad?, ¿quiénes son los principales involucrados en este proceso de origen? y ¿por qué se generan en los contornos las zonas de antípoda de clase social ACS? A continuación se afrontarán estos cuestionamientos al asociar algunos planteamientos arendtianos en torno a la condición humana y a la vita activa de la sociedad y a las explicaciones que intentan responder las interrogantes anteriores. Cabe aclarar que de la propuesta teórica de Arendt solamente se abordan los puntos de donde se ha encontrado una conexión con los procesos de ocupación del suelo urbano. Y se concluye con lineamientos para una propuesta teórica, que involucra la forma en que se reproducen en el lugar los espacios de marginación socio-funcional proclives a la exclusión. El origen de los contornos metropolitanos, una reflexión desde la postura de Hannah Arendt La propuesta de Arendt, H. (1906-1975) analiza la condición humana de la sociedad contemporánea al articularla con tres elementos que se encuentran vinculados a las actividades de todo ser humano y en las que básicamente fundamenta toda su propuesta: la tricotomía conceptual de la labor, el trabajo y la acción (2002: 18). Aquí solamente se pretende vincular esta tricotomía conceptual, a la forma en que los pobladores fueron desplazándose físicamente y ocuparon el suelo urbano metropolitano periférico en las etapas iniciales de la conformación del lugar, y establecer 2 generalizaciones teoréticas , tendientes a explicar la forma y el tipo de individuos en tanto grupo social, que primeramente accedieron a los con2

Entendemos el concepto teorético como aquello que se dirige al conocimiento teórico, con el fin de utilizarse como fundamento de la acción o a la práctica.

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tornos periféricos en las áreas metropolitanas. Específicamente lo escrito se referirá al área metropolitana de Monterrey, Nuevo León de México, en el proceso inicial de su metropolización: donde se generó el primer contorno del centro metropolitano, donde surge una de las primeras diferenciaciones en la ocupación territorial y donde se generan los primeros sitios identificados con el concepto propuesto de antípoda de clase social. Entonces, el concepto de la condición humana CH arendtiana (2002: 23), asociada con la expresión vita activa de los pobladores en un espacio urbano, presupone un estado humano que ha evolucionado en torno a la producción y reproducción de una multiplicidad de cosas creadas por el hombre: desde los variados avances tecnológicos, hasta la cosificación del suelo urbano SU donde propiamente se habita (Harvey, 2007: 211; 1979: 159). Precisamente el suelo urbano cosificado sería el punto de enlace, ese común denominador aludido en los párrafos iniciales, el cual vincula a la conceptualización de Arendt, H. de la condición humana y a la diferenciación en la ocupación territorial que los pobladores hacen en el espacio metropolitano como antípoda de clase social. Y se subraya que de la tricotomía mencionada (labor, trabajo y acción) es a partir del concepto de labor, por el que se pretende abordar la presunción inicial, la cual indica que la diferenciación en los procesos de desplazamiento de pobladores en el espacio urbano, que da lugar a su ocupación física periférica en las etapas iniciales del proceso de metropolización, es el resultado de la evolución generada por las características socioeconómicas prevalecientes en el sitio, vinculadas a lo que se ha definido como los pobladores de antí3 poda de clase social . Ya que la ocupación periférica del suelo, desde la óptica de esta investigación, es encabezada y dirigida principalmente por dos grupos sociales, pertenecientes a esferas económicas diametralmente opuestas y antagónicamente diferenciadas. La clase económicamente dominante y su antípoda, los dominados. Precisamente esto es lo que se pretende mostrar en el caso de Monterrey, Nuevo León, México. Inicialmente y basado en la perspectiva arendtiana, es necesario establecer una distinción entre la labor y el trabajo. La palabra labor, entendida como concepto, nunca designa el producto acabado, esto es un resultado, no deja nada tras de sí, ya el resultado del esfuerzo se consume rápidamente sin dejar excedente. Contrario al trabajo, por ejemplo del homo faber, que deja además de un objeto tangible, un excedente productivo con plusvalía, valor de uso y valor de cambio (Marx, 1984: 22; 1978: 21). Lo que se pretende subrayar con todo esto es que, desde la antigüedad, se evidencia la separación de actividades en los grupos sociales. Por un lado, aquellos individuos político y económicamente dominantes y aquellos menos afortunados. Estos últimos representan, en muchos casos, la servidumbre en términos de labor, la más baja esfera, incluso que los homo faber. Sin profundizar demasiado aquí, se pudieran distinguir por lo menos cuatro tipos de individuos integrantes de la polis griega. Los políticos, los dueños de los medios de producción (en muchos casos representaban al mismo individuo), los homo faber y los menos afortunados, los esclavos. Sin embargo, razonamientos posteriores llevan a reflexionar sobre qué tan improductiva sería esta actividad de la servidumbre (residentes familiares u oiketai), que laboran por pura subsistencia; ya que estos oiketai, al participar en la labores domésticas, consideradas en épocas 3

Considerando como variable dependiente los procesos de deslizamiento de pobladores y su ocupación espacial periférica; y como independientes, los dos grupos incluidos en el concepto de antípoda de clase social (los poseedores del capital y los desposeídos de éste) y las variables incorporadas en las etapas de metropolización. Para profundizar sobre esto último, consultar Sousa, E. 2011a: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=40319833003

posteriores como denigrantes, ejercidas solamente por esclavos como animal laborans, contribuyen indirectamente en la labor productiva, al permitir que sus amos libremente ejercen su potencial productivo, mientras que ellos atendían sus necesidades personales. Hasta aquí se ha tratado de contextualizar sucintamente la diferenciación de los conceptos de labor y de trabajo desde la perspectiva arendtiana. Lo que queda claro después de esto es que la posición teórica de la autora no contempla la localización física de los usos del suelo, por ejemplo, de las viviendas asociadas con los individuos que practican estas actividades diferenciadas: homo laborans y homo faber. Incluso, es necesario adicionar una tercera categoría en la que se consideren los patrones, en tanto propietarios de los medios de producción, ahora empresarios dueños del capital: los homo capitális. Precisamente la forma en que tienden a ubicarse espacialmente en el territorio estos pobladores es el propósito explícito que se pretende dilucidar, y por el cual se ha tratado de definir los dos términos arriba mencionados. Esto, con la intención de ubicarlos físicamente en el contexto del concepto de antípoda de clase, lo cual supondría que la diferenciación en el proceso de la ocupación territorial periférica que los pobladores hacen del espacio urbano, en las etapas iniciales de metropolización en un centro metropolitano, es el resultado intrínseco de su evolución transformacional, la cual es generada, entre otras variables exógenas y endógenas inmanentes al lugar, por las características inherentes que están vinculadas a los dos grupos de pobladores antagónicos aquí referidos, compuestos por conjuntos de familias que ocupan posiciones no solo de grupo social de referencia y de ingresos económicos diferentes, sino también de evidente desigualdad en la ocupación espacial y habilitación infraestructural del territorio urbano. Entonces, al considerar como válida la distinción inicial mencionada en los párrafos anteriores sobre los conceptos de labor y de trabajo (aunque fuera únicamente para propósitos explicativos), tendríamos que la labor improductiva, asociada a las actividades, por ejemplo, domésticas, que los pobladores prestan a los grupos de ingresos económicos mejor favorecidos, se evidencia ciertamente que se encontrarían vinculadas en términos de ubicación espacial, a aquellos grupos de pobladores que requieren contratar de estos servicios. ¿Quiénes serían? Seguramente los homo capitális, aquellos sujetos con mayor poder económico, dueños de los medios de producción, el suelo, el comercio, los servicios y más. En efecto, al referir como ejemplo explicativo a la etapa inicial de metro4 polización en la mayoría de las áreas metropolitanas latinoamericanas es claro que los grupos dominantes económicamente son los que primeramente eligen y se apropian de las zonas para la edificación de sus viviendas y otros usos del suelo (industria, servicios y otros), a fin de considerar diversos factores locacionales que los beneficien. En cambio, los homo laborans se ubican en proximidades relativas, donde les sea más fácil y posible asentarse y acceder a sus lugares para laborar, ya sea en forma legal o en muchos de los casos, por invasiones ilegales. Sin posibilidad de elegir, se ubican en las áreas disponibles a su alcance; muchos de estos sitios son considerados como zonas de riesgo y de vulnerabilidad, sitios 4

La etapa inicial de metropolización, según algunos autores (Unikel, 1998; Sobrino; Sousa, 2007), sería la denominada como de urbanización: cuando la tasa de crecimiento de pobladores del centro metropolitano es mayor que la de su periferia (http://revistainvi.uchile.cl/index.php/INVI/issue/view/74). En este caso nos referimos a una etapa temprana, antes de la consolidación de la etapa de urbanización.

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de difícil acceso, con deficientes servicios de infraestructura de equipamiento, como márgenes de ríos, laderas de montaña o paramos. Aquí es posible distinguir cuatro situaciones de importancia explicativa, asociadas con los movimientos espaciales de estos dos grupos de pobladores en el espacio metropolitano. Primero, si se reconoce como un hecho factible el que los grupos dominantes tradicionalmente eligen los mejores lugares para su asentamiento, y dejan a la servidumbre otros sitios físicamente menos aptos pero en relativa cercanía, es posible considerar como premisa inicial que, en la etapa temprana de metropolización, los grupos sociales económicamente sobresalientes son los que tienden a dirigir la orientación del crecimiento urbano: a) por la elección en la ubicación de sus viviendas y b) por las preferencias para la localización de otras fuentes de empleo urbano (industrias, comercio, servicios y otras) de las que también son los dueños. Segundo, los grupos menos afortunados económicamente en tanto dependientes de los homo capitális tienen la inclinación esta misma etapa de: a) acompañar a los patrones en sus desplazamientos y se conforman con ubicar su asentamiento en una cercanía prudente, disponible y de fácil adquisición con respecto del lugar en que laboran; b) congregarse en sectores urbanos que formen concentraciones de pobladores agrupados en una misma esfera social, con similares grados educativos, de posesión de bienes mobiliarios o inmobiliarios, identitarios y otros más. En ese sentido, se forman (en muchos de los casos y en las etapas avanzadas de metropolización en las zonas urbanas periféricas de exclusión socio-funcional) suburbios con múltiples requerimientos infraestructurales y de equipamiento urbano, rezagados o excluidos del desarrollo urbano, los cuales tienden a formar otras ciudades dentro de las ciudad. Tercero, en etapas posteriores asociadas a la metropolización, al no existir un control en el proceso de urbanización eficiente, eficaz y efectivo, normado por los instrumentos básicos de planeación [planes, leyes y otros (Toritiño, 2008: 27; Massiris, 2008: 53; Serna, 2007: 13)], que deben ser elaborados no solo por las instancias gubernamentales adecuadas sino por recursos humanos capacitados para tal efecto y aterrizadas en políticas públicas operativas (Delon, 2010: 61; Lindblom, 2010: 74), la ocupación del suelo urbano y sobre todo la orientación de su crecimiento expansivo periférico se deja en manos de desarrolladores privados que dominan el mercado inmobiliario (Connoly, 1998: 40; Zárate, 2003: 116), con criterios diferentes al equilibrio espacial, por lo que son los que finalmente consiguen incidir proclivemente en la orientación periférica-expansiva del sitio. Cuarto, entre los grupos sociales económicamente dominantes, los homo capitális y los de la clase social antónima los homo laborans se encuentra el cúmulo de pobladores pertenecientes a lo que se podría denominar clase media: los homo faber, los cuales, durante la primera etapa de metropolización, tienden a localizar su vivienda, en la medida de lo posible y en tanto homo faber, principalmente en torno a sus fuentes de trabajo. A diferencia de los homo laborans, la ocupación del suelo de estos pobladores para uso de vivienda se realiza en la mayoría de los casos, en lugares con mayor urbanización y jurídicamente legales. Para explicar este proceso expansivo periférico y la forma de desplazamiento de los grupos antagónicos antes mencionados, que tiende a corroborar los considerandos planteados en párrafos anteriores, se ha elegido desarrollar como caso descriptivo de aplicación territorial al metrópoli de Monterrey, Nuevo León, México. Esto es a la ciudad de Monterrey a partir de su proceso inicial de metropolización de 1940-1950; entendiendo que no se pretende el establecimiento de generalizaciones para

otras ciudades latinoamericanas, porque la intención es solamente avanzar en el conocimiento de la forma en que inicia el proceso de metropolización y quiénes son los principales involucrados en los desplazamientos iniciales del lugar. La formación de los contornos metropolitanos En escritos anteriores se ha profundizado en conceptos como fuerzas centrífugas de expansión y etapas de metropolización, los cuales se han 5 aplicado al mismo objeto de intervención espacial que nos ocupa , al utilizar para este análisis las tasas de crecimiento de los pobladores de 19402010. En la actual exploración se recurrirá a datos similares, incluidas otras variables independientes: población, salarios mínimos y escolaridad. Solamente que aquí nos proponemos enfatizar únicamente en el aspecto de la localización geográfica de los grupos de pobladores vinculados a la antípoda de clase y la forma, en que evolucionó su expansión física, más que a su exploración social y descripción estadística. Gráfico 1 A y B. Evolución del área metropolitana y primero contorno de Monterrey (1940-2010).

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Por limitaciones de espacio no es posible profundizar en estas investigaciones, ni en los conceptos subrayados, por lo que se recomienda revisar: http://sites.google.com/site/esousagzz/

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Fuente: gráficos de fondo generados en esta investigación a partir del INEGI; información de población: hasta 1940 Plan de transporte Gobierno del Estado de Nuevo León, 2000; posterior a 1940, García, R. 2003:64; año 2010 Censo de población 2010.

Al revisar el gráfico 1 (A y B), se advierte que en la evolución del crecimiento de los pobladores dibujada para el año de 1940 se formaron diversas zonas: una de clase alta (homo capitális), ubicada en el Distrito Central de Negocios (DCN); hacia el norte, las áreas de clase media (homo faber); y en el extremo norte y sur, algunas de las zonas deprimidas de los homo laborans. No obstante, lo que se requiere destacar es la particularidad de la zona localizada junto al río Santa Catarina, emplazada hacia el sur del DCN (ver gráfico 1B), la cual es la que denominamos como de antípoda de clase social. Aquí se debe de subrayar por lo menos dos peculiaridades. Primero. El proceso de formación y de localización física de la clase alta en el DCN no inicia de facto en la década de 1940, porque su proceso de transformación comienza anteriormente. Sin embargo, por desarrollo metodológico, se ha preferido partir de este período de tiempo en virtud de que aquí es donde se posibilita circunscribir a la primera etapa de metropolización, la cual se ha definido anteriormente con el nombre de urbanización temprana (ver nota al pie 5). Así, el eje central de operaciones económicas fue el denominado distrito central de negocios (DCN), ya que en ese espacio se conjugó la localización de importantes usos del suelo característicos, como las viviendas de la clase acomodada, las diferentes formas de servicio terciario, los poderes públicos simbólicos (el Palacio de Gobierno Estatal, el Municipal y la Catedral, incluso la plaza Zaragoza y el mercado tradicional), los cuales representan elementos distintivos de las ciudades de México y de la mayoría de las latinoamericanas. Cabe subrayar que es en esta primera etapa de metropolización cuando Monterrey incrementa su población a una tasa de crecimiento decenal del 6% (19401950). Al distinguir las características de conformación del primer límite o contorno metropolitano, según lo indica el gráfico 1, se muestra que los 6 componentes de las fuerzas de cohesión , principalmente las asociadas a los factores económicos y a los espaciales (equipamientos e infraestructura), giran con dirección al DCN cohesionado. Es necesario señalar que, hasta finales de la década de 1940 y principios de 1950, Monterrey se desarrollaba como una ciudad monocéntrica, con un evidente epicentro en su distrito central de negocios y en este período de tiempo (19401950). Algunos de los pobladores económicamente acomodados que aquí radicaban inician su desplazamiento físico hacia otros lugares del municipio y a otras zonas urbanas de municipios aledaños. Segundo. La evidencia de la localización espacial de la zona de antípoda, conformada por los homos laborans (que se indica en el gráfico 1), está separada por una barrera natural claramente identificada. Dicho obstáculo está representado por el río Santa Catarina, el cual fungió durante varias décadas como un elemento que delimita y designa una condición humana de marginación para los homo laborans, y no solo sociofuncional, sino también física. Esta área marginada no se formó de facto, sino que fue formándose procesalmente. De hecho, si se revisa el gráfico 1, es posible apreciar (a partir del año de 1940) un crecimiento sostenido, paralelo a la margen sur del río Santa Catarina en dirección oriente y poniente. Dicho sea de paso, este fue un sitio de riesgo y vulnerabilidad que 6

También llamadas en otras investigaciones (ver nota al 3) como fuerzas centrípetas de cohesión, que sería el antónimo de las fuerzas centrífugas de expansión.

durante varias décadas representó serios peligros de inundación. Incluso procesando información censal del año 2010, es posible constatar que la mayoría de los pobladores de esta zona de antípoda de clase social no han superado sus deficiencias económicas, ya que si se revisa el gráfico 2, los rangos muestran alta concentración de pobladores que reciben menos de un salario mensual de ingreso por trabajo. Aunado a esto, la edad promedio de los pobladores de este sitio se ubica en niveles que superan los 65 años, correlacionado positivamente (bivariada de Pearson) con una instrucción escolar deficiente. Gráfico: 2: Ingreso mensual de menos de un salario mínimo (2010).

Fuente: gráficos generados en esta investigación.

A finales de la década de los años de 1940 y durante la de 1950, algunos de los residentes del DCN, por diversos motivos (quizá por las inundaciones provenientes del río Santa Catarina), modificaron su lugar de residencia y se orientaron hacia el poniente de la ciudad, hasta llegar a zonas más altas, específicamente en el llamado cerro del Obispado (ver gráfico 2). Lo destacable es que: primero, tanto la zona del Obispado como la del margen sur del río Santa Catarina eran una franja territorial considerada como periférica a la ciudad de Monterrey; y segundo, habría de enfatizarse que los pobladores marginados acompañan en su recorrido a los homo capitális, que se desplazaron hacia el poniente para ocupar algunas áreas físicas periféricas, en similar estado de vulnerabilidad que los sitios anteriores. Es claro que en la década de 1940-1950 existe una multiplicidad de procesos sociales-económicos que disparan el crecimiento numérico de pobladores y la expansión territorial en Monterrey. De hecho, la consideración presentada en los párrafos anteriores (que evidencia solamente la expansión periférica de los dos grupos sociales antagónicos mencionados anteriormente: uno del DCN hacia el rumbo del cerro del Obispado y el otro de la margen sur del río Santa Catarina hacia la periferia poniente del mismo río) debe entenderse únicamente como una finalidad referencial con respecto al espacio territorial y con propósitos exclusivamente explicativos, ya que la evidencia expresada en el gráfico 1 muestra que la expansión de pobladores no sólo corresponde a estas zonas de Monterrey, sino que también se mueve en múltiples direcciones que involucran no solamente a estos dos grupos mencionados. En efecto, queda claro que el proceso de metropolización de estas décadas (1950-1960) culmina con las primeras tres conurbaciones: hacia el oriente siguiendo al río Santa Catarina se adhiere el área urbana del municipio de Guadalupe, al po-

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niente la del municipio de San Pedro Garza García y al norte la del de San Nicolás de los Garza. Finalmente (ver diagrama 1), lo explorado anteriormente debe de ser focalizado en el marco de la articulación de las actividades de los pobladores, que se vinculan a la forma de asociación funcional de los dos grupos sociales de antípoda (homo laborans y homo capitális), referenciados en la posición teórica de Hannah Arendt de la vita activa (labor y trabajo) y los roles que estas prácticas representan para los pobladores de los grupos sociales antes descritos. De esto se desprende la interpretación de la génesis de los desplazamientos expansivos de los pobladores hacia la periferia, los cuales subrayan que, en el proceso inicial de urbanización, los grupos sociales económicamente dominantes son los que orientan y promueven la expansión periférica del lugar. Mientras que en posteriores etapas de metropolización, en virtud del incremento desproporcionado en las tasas de crecimiento de los pobladores de la otra clase social, son los que sobresalen numéricamente y despliegan hacia otras trayectorias la orientación del crecimiento metropolitano.

ción del primer contorno metropolitano (ver gráficos 1 y 2), lo cual origina la primera zona de exclusión social focalizada en la margen sur del río Santa Catarina, que es considerada como una estrategia social antropoé7 mica (Lévi-Strauss, 2011: 488; Bauman, 2009: 109) . Diagrama 2: Diferenciación espacial de origen

Diagrama 1: Proceso de metropolización y formación de contornos

Fuente: diagrama generado en esta investigación.

Fuente: diagrama generado en esta investigación.

Conclusiones-discusión En este marco contextual es posible derivar en la transformación metropolitana de Monterrey (1940-2012) dos características que definen en el tiempo-espacio-diferencial, la posesión del suelo de antípoda: a) diferenciación espacial de origen y b) diferenciación espacial de proceso. La segunda diferenciación espacial (llamada de proceso), se basa en la lógica de ocupación física del suelo, vinculada a la transformación procesal del lugar, precisamente debe ubicarse en el transcurso de la evolución espacial promovida en el proceso de urbanización de la metrópoli. Así, en contraste con la diferenciación espacial de origen, en la que se manifiestan espacios marginales, en la etapa temprana de metropolización se interpreta a partir de lo explicado anteriormente, bajo la posición tricotómica arendtiana de labor, trabajo y acción, que confluye con la genera-

Así, el común denominador de todo esto es el suelo urbano que, al trasladarlo a la perspectiva arendtiana, se convierte en una condicional para la existencia finita del hombre, integrado en las existencias (stock) cosificadas. Aún más, el suelo urbano también es considerado como mercancía, pues se le adjunta conceptos como plusvalía, valor de uso y valor de cambio, como diferentes formas de agregar trabajo a la producción del objeto (Marx, 1978: 21). Y lo que interesa subrayar en esta diferenciación espacial de origen es la característica que adquiere el suelo urbano en 8 cuanto mercancía con plusvalía, valor de uso y valor de cambio . Entonces, lo destacable hasta aquí serían dos cosas. Primera, en tanto suelo urbano de característica émica, la habilitación de este para la vita activa de los pobladores incorpora mínimas cantidades de trabajo por unidad de producto, por lo que el intercambio mercancía-dinero, dinero-mercancía no genera plusvalía, o mejor, la compraventa del suelo en su caso se da en procesos totalmente diferenciados. Ahí no hay interés de fraccionadores, ni de especuladores del suelo, ya que no hay forma previsible de acumulación primaria de capital. No existe la condición abreviada que posibilite la obtención grandes ganancias. Razón por lo que estos espacios ignorados y difusos y sus correspondientes habitantes son excluidos de las políticas públicas, de los procesos de planeación, de las transforma7

Del griego emein: vomitar, expulsar. Desde Aristóteles (en De la República, L. I, 1837. ed. Bekkeri, Oxonii) era reconocida esta característica: “Toda mercancía tiene dos usos, que le pertenecen esencialmente, sin pertenecerle, sin embargo del mismo modo: uno es especial a la cosa, el otro no lo es (uso directo y uso de cambio). En cambio Marx (1984: 21) lo definía como: “La capacidad de todos productos, naturales e industriales, de servir a la subsistencia del hombre recibe la denominación particular de valor de uso; la capacidad que tienen de trocarse unos por otros se la llama valor de cambio”. 8

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ciones positivas del lugar. Segunda, en cambio, este suelo con respecto al valor de uso es totalmente diferente, ya que la intensidad de uso de las familias asentadas no solo es intensivo en cuanto a la ocupación del mismo (pues forma densidades diferentes con respecto a su hinterland mediático), sino que el número de miembros se va incrementando ante la imposibilidad de conseguir nuevo suelo urbano: los hijos en edad reproductiva y que deciden contraer matrimonio o algún otro tipo de unión tienden a vivir en el mismo núcleo familiar (ver diagrama 2). En ese sentido, la primera tiene la característica que podríamos llamar de antropofágica (Lévi-Strauss, 2011: 487), ya que la ciudad y sus procesos expansivos devoran los espacios marginales próximos al distrito central de negocios, y los convierten (mediante la inversión privada y pública) en espacios “idénticos al que los ingirió” (Bauman, 2009: 109). Es decir, en espacialidades con valor de uso y valor de cambio. La segunda fase similar a la diferenciación de origen tiene una característica antropoémica; solo que la exclusión espacial se compone de diferentes lugares esparcidos como lunares en las áreas urbanas que componen la metrópoli, que se multiplican periféricamente en los diversos contornos metropolitanos (ver diagrama 3). Diagrama 3: Diferenciación espacial de proceso

Fuente: diagrama generado en esta investigación.

Finalmente, lo expresado hasta aquí representa una visión que pretende avanzar en el conocimiento sobre la planeación metropolitana y la manera en que se forman algunas espacialidades de características dicotómicas a partir de la interpretación conceptual que subsume a disciplinas como la filosofía, a los procesos transformacionales del espacio urbano, que los conducen a convertirse en concentraciones de características metropolitanas.

Reflexión de las coeditora Mercedes Castillo de Herrera: este artículo hace una apuesta interesante: pensar los procesos de expansión periférica en áreas metropolitanas a partir de los análisis de Hanna Arendt sobre la labor, el trabajo y la acción. Para ello recurre a la noción de suelo urbano cosificado. ¿Cómo entender esta noción de suelo urbano cosificado? ¿Qué significa entonces cosificar? ¿No es el suelo urbano de por sí una cosa? Desde luego, como producto de múltiples acciones y relaciones sociales que pueden ser cosificadas; y estas sí, reificadas. Podría pensarse mejor en la mercantilización de ese suelo urbano que lo hace inasequible para miles de personas y que depende, ciertamente, de haberlo declarado propiedad privada. Y esta imposibilidad de poseer un suelo urbano central desarrollado pero costoso y acaparado es lo que obliga a las personas a buscar suelos de la peor calidad para improvisar allí sus viviendas y construir sus hábitats. Hay mucho, siempre habrá mucho para discutir sobre estos temas y abordarlos desde diferentes miradas filosóficas, lo cual, aunque poco común, permite renovar las ideas. Referencias bibliográficas Arendt, H. (2002). La condición humana. México: Paidós. Aristóteles. (2007) La política. Extraído el 29 de diciembre del 2012 desde: http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Aristoteles_LaPolitica/Aristoteles_LaP olitica_000.htm) Aristóteles. (1837). De la República, L. I. Ed. Bekkeri, Oxonii. Bauman, Z. (2009). Modernidad líquida. México: FCE. Connoly, P. (1988). Crecimiento urbano, densidad de población y mercado inmobiliario. Revista Análisis Económico. 150-170. Delon, P. (2010). Una revisión del proceso de las políticas: de Lasswell a Sabatier. En Aguilar, L. (comp.), Política pública. México, Siglo XXI. García, R. (2003). Monterrey y Saltillo: hacia un nuevo modelo de planeación y gestión urbana metropolitana. México: El Colef, UAC. Habermas, J. (1999). La inclusión del otro. Buenos Aires: Paidós. Harvey, D. (2007). Espacios de esperanza. España: Akal. Harvey, D. (1979). Urbanismo y desigualdad social. México: Siglo XX1. Lévi-Strauss, C. (2011). Tristes trópicos. Buenos Aires: Paidós. Lindblom, Ch. (2010). La ciencia de “salir del paso”. En Aguilar, L (comp), Política pública. México: Siglo XXI. Massiris, Á. (2008). Políticas latinoamericanas de ordenamiento territorial y sus perspectivas en un mundo globalizado. En Salinas, E. (comp.), El ordenamiento territorial. Experiencias latinoamericanas. México: Secretaría del medio ambiente y recursos naturales. Marx, C. (2008). Miseria de la filosofía. México: Siglo XXI. Marx, C. (1978). Manuscritos económico-filosóficos de 1844. México: Grijalbo. Ricoeur, P. (2008). Sí mismo como otro. México: Siglo XXI. Serna, D. (2007). Desarrollos prácticos en ordenamiento territorial. La experiencia de Tuluá. Colombia: Universidad del Valle. Sobrino, J. (2003). Competitividad de las ciudades de México. México: El colegio de México. Sousa, E. (2010). Espacios urbanos en la contemporaneidad 1. Argumentos teóricos para la generación de políticas públicas metropolitanas. México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Sousa, E. (2007). El área metropolitana de Monterrey. Análisis y propuesta metodológica para la planeación de zonas periféricas. México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Toritiño, Á. (2008). Ordenación del territorio y desarrollo territorial: la construcción de las geografías del futuro. En Salinas, E. (comp), El ordenamiento territorial. Experiencias latinoamericanas. México: Secretaría del medio ambiente y recursos naturales. Zárate, A. (2003). El espacio interior de la ciudad. Madrid: Síntesis.

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Urbis: Revisión crítica y propuesta para integrar los conceptos de tierra, paisaje y territorio Critical review and proposal to integrate the land, landscape and territory concepts Leopoldo Medina-Sanson (1962, Universidad Autónoma de Chiapas, México) Francisco Guevara-Hernández (1972, Universidad Autónoma de Chiapas, México) Carlos Tejeda-Cruz (1966, Universidad Autónoma de Chiapas, México) leopoldo.medina@unach.mx, fragueher@prodigy.net.mx, tejedac@unach.mx

Resumen En este artículo se postula que las construcciones conceptuales académicas relativas a la tierra, el paisaje y el territorio pueden ser restrictivas cuando, desde el punto de vista del desarrollo social, no se articulan con la cosmovisión y representaciones que la sociedad hace sobre su entorno. Considerando lo anterior, se propone analizar las categorías conceptuales anteriores al tener siempre en cuenta que, así como los principios de alcance científico, estas implican perspectivas culturales que pueden escapar a un discurso científico convencional. Desde esta visión, se esboza un modelo conceptual jerárquico, que trata de identificar rasgos propios de estos tres conceptos, con el fin de que puedan ser, a la vez, distintivos y vinculantes. Finalmente, se esbozan algunas implicaciones interpretativas y aplicativas a escala social, derivadas de esta propuesta.

A partir de lo expuesto en el párrafo anterior, se discuten diversos significados e implicaciones de las palabras tierra, paisaje y territorio bajo la perspectiva de que, cuando se trata de su concepción y aplicación en la investigación orientada al desarrollo social a diferentes escalas, se trabaja con categorías conceptuales complejas. En este contexto, se pone en tela de juicio cierto proceder declarado como científico situado en el campo de las ciencias agrícolas y de manejo de recursos naturales, que abierta o veladamente soslaya u omite la diversidad de pensamiento y relación de los seres humanos con la naturaleza. Así, se corre el riesgo de menoscabar que la transformación social y desarrollo humano deben, entre otros aspectos, derivarse del reconocimiento y análisis de todas las expresiones cognitivas y emocionales relevantes propias de ámbitos sociales, económicos y culturales determinados.

Palabras clave: desarrollo territorial, investigación participativa, paisaje, territorio, tierra Recibido: 05-05-2013 → Aceptado: 23-12-2013

Lo anterior nos motiva para presentar en este trabajo un modelo conceptual muy básico, con una visión teórica y aplicativa que, si bien tiene un alcance evidentemente general, se orienta a identificar términos de encuentro con alcance interdisciplinario e intercultural. La tierra, el paisaje y el territorio son conceptos que, por cuestiones académicas o técnicas, suelen estudiarse y administrarse de manera separada, pero que en realidad operan como componentes indisociables de sistemas naturales y sociales. La articulación de estos conceptos conduce a reconocer un sistema jerárquico, en el cual los niveles correspondientes pueden variar en función del contexto de aplicación específico.

Cítese así: Medina-Sanson, L; Guevara-Hernández, F; y Tejeda-Cruz, C. (2014). Revisión crítica y propuesta para integrar los conceptos de tierra, paisaje y territorio. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 54-60 Abstract This paper states that academic conceptual constructions about land, landscape and territory can be restrictive when, from the viewpoint of social development, are not articulated with the worldview, and representations that society does about its environment. Considering the above, it is proposed to analyze such conceptual categories keeping in mind that, just as principles of scientific scope, these involve cultural perspectives that may escape to conventional scientific discourse. From this approach, it is outlined a hierarchical conceptual model that tries to identify features particular to this three concepts that can be simultaneously distinctive and associative. Finally, some interpretive and applicative implications at the societal scope, derived from this proposal are drafted. Key words: land, landscape, territory, territorial development, participatory research.

Introducción Los términos de tierra, paisaje y territorio manifiestan una doble condición. Por una parte, están históricamente integrados a la cosmovisión y lenguaje de muchas culturas (dentro de las cuales se emplean de manera cotidiana); por otra, tienen significados diversos en diferentes espacios académicos y científicos, tanto en el terreno de las ciencias naturales como sociales.

Ante la problemática del desarrollo integral de las sociedades rurales mesoamericanas, se concluye que es alternativo visualizar que la tierra, comprendida como componentes y recursos naturales alimentados por la cultura y la experiencia humana, se conjuga en modelos sistémicos reconocibles biofísica y socialmente, con claras implicaciones espaciales. Esta articulación de la tierra y sus diferentes expresiones puede ascender jerárquicamente, bajo una perspectiva ecosistémica y administrativa, a la dimensión del paisaje. En la generalización más amplia se sitúa el territorio como espacio en el cual confluyen recursos naturales y otros componentes ambientales, articulados en complejos sistemas ecológicos, administrativos, económicos y políticos. La estrategia de exposición consiste en hacer un recuento muy sintético de diferentes perspectivas académicas en torno a los términos de tierra, paisaje y territorio, y seguir tal secuencia. En cada uno de estos términos se procura brindar al lector tanto una diversidad de conceptos como reflexiones básicas acerca sus implicaciones sociales. La argumentación anterior sirve de soporte para formular una propuesta estructural elemental, misma que se plasma en una tabla, a manera de modelo conceptual.

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Finalmente, con base en los atributos y ámbitos registrados en la tabla, se presenta un breve análisis y discusión acerca de los alcances conceptuales y aplicativos derivados de dicho modelo. Concepto de tierra Las alocuciones a la tierra se remontan a los orígenes de las civilizaciones humanas. Antiguas culturas, en las que se reconoce el desarrollo de prácticas de aprovechamiento primario de los recursos naturales, elaboraron cosmovisiones diversas alrededor del substrato natural sobre el cual se asentaban y desarrollaban grupos humanos, cultivos, animales y plantas silvestres. Dentro de las civilizaciones mesoamericanas precolombinas existen testimonios que dan cuenta de una perspectiva sumamente compleja que conjuga amor, respeto y temor hacia la tierra con el conocimiento de procesos biológicos y ecológicos. Muestra de ello se aprecia, por ejemplo, en las narraciones del Popol Vuh, en donde se reconoce a la tierra como el gran substrato, fuente y sustento, lo cual se distingue en el siguiente pasaje: “Vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento. ―¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe [el espacio], que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare y amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron. Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra: ―¡Tierra! Dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas. Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas; y al instante brotaron juntos los cipresales y los pinares en la superficie… Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas. Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.… Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles [víboras], guardianes de los bejucos…” (Popol Vuh: 13-14). En las líneas anteriores se constata, por una parte, una noción de tierra equiparable al medio sobre el cual es posible la vida y, por otra, una asombrosa noción evolutiva y ecológica que, si bien se integra con una cosmovisión mágica, no deja de sorprender si se consideran las épocas de la civilización Maya a la que estos testimonios posthispánicos pueden remontarse. Así, disertar sobre la tierra conduce, desde una aproximación social y cultural, a dimensiones diferentes de la realidad. La historia de los pueblos y el seguimiento de su evolución cultural aportan información muy importante acerca de aspectos tales como la visión social sobre la naturaleza, la tierra, sus componentes, procesos y recursos. Situados en la época presente y dentro de los ámbitos académicos orientados a la investigación agrícola y aquella relacionada con el aprovechamiento de los

recursos naturales, el concepto tierra comprende: “La atmósfera, el suelo y substrato geológico subyacente, el agua, y las plantas en, sobre y bajo un área específica de la superficie de la tierra. Ella también incluye los resultados de la actividad humana pasada y presente así como los animales existentes dentro de dicha área, en la medida en que ellos ejerzan una influencia significativa sobre los usos presentes y futuros de la tierra por el hombre” (Bennema, 1983: 14). Se reconocen de manera particular las siguientes perspectivas acerca de la tierra: “Tierra como espacio, tridimensional, inmodificable y fijo en cantidad; tierra como naturaleza, definida en términos de ecosistemas naturales o ecosistemas construidos por el hombre e influenciados por procesos naturales; tierra como un recurso de genes; tierra como un factor de producción, junto con trabajo y capital; tierra como un bien de consumo o comodidad, como soporte para carreteras, construcciones y otros elementos; tierra como fuente de placer y recreación; tierra como lugar en economía y política moderna; tierra como propiedad, ejerciendo en dicha condición una poderosa sobre las actitudes y acciones humanas; y, finalmente, la connotación legal y económica de la tierra como capital” (p. 15). Las líneas anteriores corresponden a una cita que, aunque es relativamente reciente, conserva vigencia significativa y muestra una perspectiva compleja y diversa sobre el concepto, que abarca factores ambientales, agronómicos, económicos, jurídicos e incluso culturales. Una de las corrientes más influyentes en torno a la conceptualización y estudio del uso de la tierra, sobre todo en el ámbito de la investigación agrícola y los servicios oficiales de atención al sector rural y primario, es representada por la FAO, de la cual se desprende la siguiente cita: “En la mayoría de países, la tierra es el mayor recurso disponible. Las personas necesitan la tierra y recursos conexos como los bosques y el agua para producir alimentos y mantener medios básicos de subsistencia. La tierra proporciona un lugar para asentar viviendas y ciudades, constituye un factor básico de la producción económica, así como un fundamento para valores y prácticas sociales, culturales y religiosos. El acceso a la tierra y otros recursos naturales, y la seguridad de la tenencia asociada tienen consecuencias importantes para el desarrollo. Los derechos de la población pobre y vulnerable sobre la tierra son cada vez más afectados por el cambio climático, los conflictos violentos y las catástrofes naturales, el crecimiento demográfico y la urbanización, y la demanda de nuevas fuentes de energía como los biocombustibles” (Palmer et al, 2009: 4). En este tipo de fuentes, el ámbito cultural asociado con el estudio de la tierra como complejo fenómeno social, si bien se enuncia y contempla, suele ser soslayado, particularmente en aquellos espacios académicos e institucionales orientados hacia la producción de alimentos, la gobernanza y el desarrollo rural. En contraste, es determinante, sobre todo en sociedades con historias y tradiciones sólidas, considerar la tierra como un producto, espacio y medio de manifestación reproducción e integración familiar, comunitaria y regional. Desde una perspectiva antropológica y en el contexto de los pueblos indígenas americanos, Wermus (2002: 10) menciona: «Abya Yala, Pachamama, Tonantzin, Mother Earth, Madre Tierra: los 70 millones de amerindios, al igual que los autóctonos de otros continentes, saben que son hijos de la Tierra. Ese vínculo invisible nace del trabajo campesino (…) Pero hoy, dicen ellos, la Madre Tierra está enferma porque sus otros habitantes ya no hablan con ella: estos han perdido la felicidad al perseguir el bienestar material, ya no sienten las heridas que infligen a la naturaleza, es decir, a ellos mismos (…) Aunque hoy en día el mundo occidental se apasiona por las civilizaciones precolombinas y por la cosmovisión indíge-

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na, todavía no capta el mensaje esencial: “No hagas a la Madre Tierra lo que no harías a tu propia madre”». No es plausible inferir que todos los individuos y grupos sociales indígenas asuman tal cosmovisión. Además, al interior de no pocas comunidades nativas, ocurren procesos de aculturación que incorporan, en diferente medida, valores “occidentales”. No obstante, bajo la óptica cultural del desarrollo social, es difícil pretender unificar un concepto de tierra con carácter consensuado y unívoco. La noción de tierra es una construcción humana que abarca, en su dimensión más amplia, perspectivas y procesos culturales y socioeconómicos, los cuales comprenden los atributos o destinos que estas comunidades, grupos e individuos le confieren y que pueden incluir, además de propiedades productivas o físicas determinadas, postulados religiosos, éticos y culturales en general; todos estos son asociados con referentes cognitivos muy diversos. En síntesis se puede reconocer la tierra como los ecosistemas terrestres o la porción de estos, reconocida por individuos y comunidades, bajo circunstancias culturales y socioeconómicas muy diversas; además, como medio físico o substrato para el desarrollo de cualquier forma de vida. Así, pueden ocurrir construcciones conceptuales sociales sobre la tierra con alcance ontológico, implicaciones ecosistémicas, mágico religiosas o ambas. Concepto de paisaje La concepción occidental del paisaje surge de apreciaciones estéticas, afectivas y pragmáticas (Nelson, 2009: 149-150; Delgado et al, 2009: 197198). De estas se desprendió, en los albores del siglo XIX, la perspectiva científica, manifiesta en trabajos de Humboldt y Ritter, que concebían el paisaje como síntesis indisociable de rasgos geográficos físicos, a la vez que humanos. A inicios del siglo XIX, Hommeyerem introdujo la definición técnica del paisaje dentro de la literatura geográfica como la asociación de localidades, bosques y otras expresiones significativas de la tierra situadas entre montañas cercanas y observadas desde un punto alto (Romero et al, 2000: 61). Cerca de un siglo después, Otto Schlüter, pionero del estudio científico del paisaje, desarrolló postulados teóricos en los cuales se establece una dualidad que separa la dimensión biofísica y sociocultural del paisaje. No obstante, de manera paralela se formularon aproximaciones contrapuestas a tal visión positivista y determinista geográfica. Destaca el nombre de Vidal la Blanche como impulsor de una posición integradora, que postula al paisaje como resultante de la interacción dinámica de componentes físicos y humanos (Urquijo & Barrera, 2009: 241). Hacia mediados del siglo XX, se desarrolló en Francia una escuela geográfica muy destacada, con representantes como Marc Bloch y Lucien Febvre, que emprendieron estudios históricos que articularon procesos sociales y ambientales. Alrededor de la segunda mitad del siglo XX, los estudios del paisaje se inclinaron hacia un abordaje conceptual y empírico naturalista; no obstante, esta dicotomía entre perspectivas reduccionistas (que pueden caer en determinismos sociales) e integradoras se ha sostenido sistemáticamente (p. 243). El empleo del término paisaje es muy diverso. Así, Kennedy (2002: 9) menciona por ejemplo que “los antropólogos han subrayado recientemente al paisaje como un medio por el cual los pueblos indígenas encapsulan y transmiten el conocimiento histórico y personal”. La referencia anterior permite, por encima de su brevedad, reconocer el paisaje como una doble construcción: por una parte es un ámbito para la recreación y continuidad de aspectos cognitivos y estéticos mientras que, por otra (menos evidente en el párrafo citado), es la manifestación biofísica de la relación entre las sociedades humanas y su entorno natural.

Destaca en diversos países de Europa la importancia asignada al paisaje, cercana con la línea de estudio impulsada por Humboldt. Así, se reconoce por ejemplo la Ciencia del Paisaje, dentro de la cual se sitúan como grandes categorías los geosistemas, descritos por De Bolòs & Gómez (2009: 165) en los siguientes términos: “V.B. Sochava (1967) definió el geosistema como el sistema propio del paisaje, un sistema natural, de nivel local o global, en el que el sustrato mineral, el suelo, las comunidades de seres vivos, el agua y las masas de aire están interconectadas por intercambio de materia y energía en un conjunto único”. La definición anterior es similar a lo que se concibe como ecosistema terrestre. No obstante, la diferencia marcada por los autores citados corresponde, fundamentalmente, al reconocimiento y estudio equilibrado de los factores abióticos, bióticos y antrópicos como determinantes de los geosistemas. De cualquier forma, el estudio del paisaje no debe confundirse con el de los ecosistemas. Sin embargo, en la aproximación al paisaje ocurren confluencias interdisciplinarias, como es el caso de la ecología del paisaje. Según Dramstad, Olson & Forman (1996) el término de ecología del paisaje comenzó a emplearse hacia la década de 1950. Con el desarrollo de la fotografía aérea, dicho concepto se asoció en inicio con patrones espaciales específicos manifiestos en secciones particulares del paisaje dentro de las cuales las comunidades bióticas interactúan con el ambiente físico. Esta noción se enriqueció y diversificó con aportes de diversas disciplinas y enfoques como la ecología, teoría de ecosistemas, geografía animal y vegetal, geografía cuantitativa; además de los estudios regionales, agronómicos, culturales y estéticos, entre otros. En una perspectiva interdisciplinaria institucional se plantea cada vez más la noción de paisaje como medio y fin de la planeación territorial y el desarrollo de diferentes modos de vida, asociados con estructuras y procesos de naturaleza política y cultural (Strömquist & Backéus, 2009: 31-44) con sustento en el manejo integral de los recursos y el desarrollo de todo el conjunto social, que modifica su forma y sentido. En este contexto, destaca el debate vigente en la Unión Europea sobre alcance conceptual e implicaciones académicas y sociales del paisaje. Así, se le reconoce como medio determinante para impulsar la planeación territorial y como fin en sí mismo, toda vez que la gestión del paisaje es indisociable de la calidad de vida y la obtención de satisfactores de naturaleza, biológica, económica, política y cultural. Lo anterior precisa transitar sobre principios acordes con la construcción de sociedades más democráticas (Dubois, 2009: 309-315). La dimensión del paisaje incide sobre ecosistemas humanizados, sin descartar la existencia de paisajes que pueden clasifican como “naturales”, cuya administración y protección no puede ya desvincularse de una estrategia de planeación integral, en la cual se conjuguen los procesos de modificación del ambiente con aquellos de conservación de elementos, recursos naturales y relaciones ecosistémicas indispensables para controlar y revertir las tendencias de deterioro de los grandes ecosistemas regionales y de la propia biosfera. Las líneas anteriores evidencian que, por su naturaleza compleja, implicaciones ambientales, económicas y sociales, la concepción sobre el paisaje se reconfigura con mayor alcance multidisciplinar. De tal modo, se identifican y formulan nuevos ámbitos de estudio y transformación científica y social. Así, emergen nuevas definiciones, como: “Por paisaje se entenderá cualquier parte del territorio tal y como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos” (Busquets y Cortina, 2009: 3). La cita anterior pone en evidencia la complejidad implícita en la construcción de nuevos términos bajo criterios científica y socialmente más incluyentes. De esta manera, si asociamos la noción del paisaje a la percepción de la población, emergen interrogantes elementales, es decir, ¿qué significado asignare-

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mos a la expresión “percepción de la población”?, ¿a qué población o secciones de esta nos aproximaremos para conocer y reconocer tal percepción? y ¿cómo haremos para interactuar con la población de manera que valoremos objetivamente su percepción? Por otra parte, la cita mencionada manifiesta otra faceta importante que consiste en asociar el paisaje con el territorio, lo cual se traduce en que establecer que, si pretendemos clarificar el significado y alcance del paisaje, es preciso construir una definición amplia e incluyente de territorio. Además, cabe interrogarse si el territorio puede subdividirse en paisajes o bien concebirse como un conjunto integrado de estos. Concepto de territorio Es difícil y cuestionable formular una definición unívoca sobre el territorio. De este modo, se propone una clasificación básica, a manera de taxonomía conceptual, sobre grandes aproximaciones a la significación de dicho concepto. Las divisiones postuladas no son obligadamente antagónicas o excluyentes; existen incluso perspectivas que, en diferente medida, articulan tales enfoques. Es posible identificar una primera gran división: el enfoque ecológico y social humano del territorio, destacando que pueden existir puntos de contacto entre ambas aproximaciones. Enfoque ecológico: esencialmente alude a la aplicación de dicho término como parte de la teoría ecológica, sobre todo a nivel de poblaciones. El territorio y la territorialidad se postulan originalmente como atributo de ciertas especies y organismos integrados dentro de poblaciones determinadas (Flores, 2008: 35). Así, existen especies y organismos con comportamiento marcadamente territorial, que comprende aquellas conductas que lo conducen a delimitar, proteger y defender un territorio. En este ámbito, el territorio representa la superficie o volumen de espacio que engloba el conjunto de recursos que los organismos requieren para desarrollar ciertas acciones o funciones. Según la teoría ecológica animal clásica, los organismos compiten por recursos (que pueden comprender sitios de alimentación y protección) y parejas en el caso de poblaciones con individuos diferenciados sexualmente; siendo el territorio y la territorialidad una manifestación de competencia intraespecífica a nivel de individuos, parejas o grupo de organismos. Esta competencia tiene como explicación de fondo el asegurar la reproducción y continuidad genética de los animales que controlan o disponen de ciertos territorios (Andreawartha, 1970: 24-69). En todos los casos, cada una de estas categorías básicas se articula con la noción de territorio, que puede comprender espacio terrestre, aéreo y acuático. De tal modo, el territorio y la territorialidad son conceptos determinantes de la etología animal, particularmente en animales silvestres, aun cuando se reconoce en diversos sistemas de manejo de animales domésticos. Si bien el enfoque central de este artículo no se dirige hacia la teoría ecológica, no se soslaya que el ejercicio de la territorialidad en los ecosistemas naturales y humanizados no es exclusivo de los seres humanos, ni de los animales. La territorialidad “natural” de muchos organismos se traslapa con la propia de individuos y colectivos humanos. Surge competencia y es posible documentar una enorme lista de conflictos; dentro de estos, muchas especies y poblaciones han desaparecido; algunas otras, como diferentes especies de insectos y roedores subsisten, sin evidencia de sucumbir ante los embates humanos por controlar los recursos naturales. Enfoque social: desde esta aproximación, la noción de territorio y territorialidad muestra una gran diversificación. Así pueden delinearse orientaciones administrativas-ambientalistas, antropológicas, económicas y polí-

ticas. Dicha diversidad conduce a presentar una simplificación expositiva, toda vez que es posible por una parte identificar otras visiones disciplinarias y, por otra, se presentan aproximaciones que conjugan la noción de diferentes disciplinas sociales y humanistas. Orientación administrativa-ambientalista: esta noción se alimenta de una visión del territorio como espacio nacional o sección de tal. Así, la definición más elemental registrada por la Real Academia de la Lengua Española establece que territorio significa: “Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc.” O bien: “Circuito o término que comprende una jurisdicción, un cometido oficial u otra función análoga”. Esta aproximación es común, por ejemplo, en trabajos y experiencias orientados hacia la planeación del manejo de áreas naturales o la aplicación de lineamientos de políticas sectoriales formalmente orientadas a la conservación de los ecosistemas y el uso cuidadoso de la tierra y sus recursos. Un caso específico atiende a los postulados del gobierno mexicano en torno al manejo de áreas naturales protegidas. La presencia en este enfoque de una noción sobre protección de la vida silvestre y manejo de recursos naturales sitúa esta aproximación de manera obligada en el campo social; no obstante, la dimensión social es muy limitada y sesgada hacia problemas tecnológicos o bien restrictivamente definidos como “ecológicos”. Orientación cultural: en una perspectiva cultural, la noción de territorio refiere a una construcción social asociada con procesos de creación y fortalecimiento de identidades, que permiten a las sociedades desde el fortalecimiento de sus referentes culturales, tales como valores, símbolos y reglas con diferente nivel de enunciación, articularse, integrarse y hacer frente a fuerzas o influencias externas que pueden en diversos casos representar fuerzas disgregantes, aculturizantes. De este modo, más allá de la aproximación antropológica al estudio del territorio, es común observar estudios y testimonios sobre la defensa de espacios asociados con sistemas complejos de valores y modos de vida a cargo de diversos grupos o regiones. En este contexto es posible identificar abordajes tales como la etnoterritorialidad de las culturas indígenas (Barabas, 2008: 128-136). La perspectiva cultural del territorio puede articularse en diferente medida con planteamientos políticos en los cuales la construcción de identidades culturales se asocia con el desarrollo territorial. En esta aproximación se plantea, por ejemplo, que dicha construcción permite a las comunidades aumentar su capacidad autogestiva y de inserción favorable a procesos globales de prestación de servicios y oferta de bienes diversos (Fonte & Ranaboldo, 2008: 9-14). Orientación política: en esencia, el eje de esta perspectiva parte de que el territorio es un espacio físico dentro del cual confluyen y se expresan relaciones de poder. Se destacan los aspectos espaciales asociados con la construcción y control del territorio. Así, esta orientación puede ser a la vez geopolítica, bajo el principio de que las relaciones sociales tienen una dimensión obligada de ejercicio del poder, lo cual se verifica a través de la coerción o la inducción a través de diferentes mecanismos e instituciones que ocurren a diferentes niveles que van del plano local hasta las grandes regiones mundiales (Bittencourt, 2010). Un aspecto importante dentro de la discusión política se asocia con la dimensión, fuerzas y actores que inciden en la dinámica territorial; así también, con la existencia de espacios públicos y privados como grandes elementos del territorio, existiendo procesos de confrontación y negociación entre ambos. En la cúspide del debate, se observan los procesos de globalización como expansión capita-

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lista, dirigida a ocupar y controlar vastos territorios en términos tanto de consumo como de usufructo de los recursos naturales (Lacher, 2006:150153). Territorio y territorialidad Es pertinente conjugar el territorio con la territorialidad y destacarles como construcciones humanas aplicables a fenómenos y procesos que ocurren en la vida social de diferentes organismos pero que tienen diferenciación significativa y altamente específica en las sociedades humanas. Es decir, sin negar la naturaleza biológica de la especie humana, es difícil pretender sostener posiciones “biologistas” acerca de la territorialidad humana. La territorialidad conlleva siempre control. No obstante, no son comparables los términos y consecuencias de la territorialidad animal con las propias de las sociedades humanas en donde, a escala global, el ejercicio capitalista de la territorialidad se ha trasladado hacia el control de recursos y medios de producción, estableciendo formas de dominación complejas que abarcan procesos económicos, políticos e ideológicos encauzados hacia regular reservas de mano de obra y sectores de consumidores, bajo un complejo modelo de dominio que pone en riesgo la continuidad de muchas formas de vida en el planeta. Esta complejidad conduce a reconocer una multi-dimensionalidad en donde inciden procesos culturales, económicos, políticos y ambientales. Además tiene una naturaleza dinámica asociada con la evolución del territorio y su concepción, conforme avanza el conocimiento humano y la sociedad se transforma. Conclusiones-discusión El propósito del análisis conceptual específico y de la propuesta de interrelación postulados es aportar ideas que conduzcan a un manejo conceptual y empírico, diferenciado pero también totalizador. La tierra, el paisaje y el territorio son conceptos que por motivos académicos o técnicos separamos, estudiamos y administramos, pero que en realidad operan como componentes indisociables de sistemas naturales y sociales dentro de los cuales incidimos, o pretendemos hacerlo, en calidad de profesionales, académicos o investigadores. Desde la perspectiva anterior, en la tabla 1 se postulan atributos de cada término, los cuales remiten a una conceptualización compleja en la que siempre tienen lugar los ejes biofísico y socioeconómico; así como los ámbitos sociales dentro de los cuales dichos términos pueden materializarse o cobrar sentido particularmente relevante. Finalmente, en la última columna, se enuncia a través de expresiones genéricas definidas como connotaciones distintivas, las grandes cualidades que engloban aspectos esenciales y abstractos de cada término. En el caso de la tierra, la noción de origen y substrato puede reconocerse, por ejemplo, como el espacio fértil y fundamento que permite la emergencia y consolidación desde las plantas terrestres y cultivos hasta las diversas civilizaciones humanas. La escala a la que se identifique la tierra permitirá reconocerla desde un bien o propiedad personal hasta global; mientras que su capacidad de aporte puede comprender la satisfacción de demandas estrictamente materiales o cubrir la obtención de bienes culturales muy diversos. La complejidad de todo lo anterior se hace patente si asumimos que ninguno de los aspectos enunciados es obligadamente excluyente. Los atributos, ámbitos y connotaciones del paisaje, particularmente su

forma y conexión nos sitúan en escalas espaciales con menor intervalo de variación con respecto a noción la tierra; de este modo, el paisaje puede situarse en niveles dentro y entre ecosistemas naturales y humanizados, lo cual puede de manera general situarse desde los planos de localidades hasta de regiones fisiográficas. Así, podemos hacer referencia, por ejemplo, a paisajes naturales, agrícolas, urbanos, desérticos; en tanto que, desde otra perspectiva, se alude a la calidad escénica, que conduce a reconocer desde paisajes con belleza indescriptible hasta desoladores. Desde una dimensión funcional y dinámica, la conectividad es clave en el estudio y gestión social del paisaje, al tratarse de una cualidad que vincula desde tipos de tierras hasta ecosistemas, que permiten y regulan el desplazamiento de materiales y seres vivos. Desafortunadamente, la conectividad de las sociedades modernas suele ser contraria a la del paisaje natural, lo cual se traduce, por una parte, en deterioro a los ecosistemas y, por otra, en desastres que ocurren, por ejemplo, cuando fenómenos hidrometeorológicos desbordan y transgreden diversas barreras y espacios “humanos”. En este conjunto, el territorio articula estructuras y procesos bióticos y ecológicos con la dinámica política, económica y cultural de las sociedades humanas. El territorio es un espacio con elementos y recursos de diferente naturaleza, ocupado modificado y regulado por grupos humanos con perspectivas e intereses diferenciados, dentro del cual se dan procesos de disputa, negociación y concertación. Estos procesos, a su vez, están asociados con el destino y distribución de todos los componentes y relaciones derivados de tal ocupación y manejo. En contraste con la tierra y sobre todo con el paisaje, los límites y dinámicas espaciales de los territorios y sus procesos son difíciles de localizar, en la medida en que pueden ser difusos e incluso ocultos, como pueden serlo los mecanismos a través de los cuales se ejerce el poder y control sobre los recursos naturales y el propio trabajo de las colectividades humanas, por parte de grandes actores económicos y políticos dominantes. Al final de esta reflexión sobre los conceptos tierra, paisaje y territorio es posible observar que representan categorías teóricas y metodológicas notablemente “elásticas” desde una perspectiva espacial y es difícil proponer una clasificación jerárquica invariable. No obstante, se sugiere que la importancia relativa de cada concepto se asocia con las circunstancias sociales, políticas y ambientales dentro de las cuales se formulan y articulan; así como de las perspectivas y alcances cognitivos a partir de los cuales se postulen objetivos de conocimiento y de transformación. En escenarios de tensión e inequidad política y económica, el territorio puede ser la categoría integradora. En contraste, en sociedades reconocibles como abiertamente democráticas, donde los ciudadanos revelan mejores condiciones de vida, es posible, sobre todo en investigación y gestión con enfoque administrativo y ecosistémico, enmarcar los discursos y acciones en la categoría del paisaje. Si se trazan objetivos de alcance filosófico y formativo a escala global o local, con énfasis en la relación sociedad-naturaleza, puede reconocerse o postularse a la tierra como elemento integrador. Sin embargo, ante cualquier circunstancia o enfoque de abordaje, nos encontramos con un sistema complejo dentro del cual cada categoría conceptual puede ocupar al mismo tiempo diferentes niveles jerárquicos y significados, lo cual puede precisar revisar permanentemente aspectos conceptuales y metodológicos en las dimensiones tanto de la teoría como la praxis. Desde la problemática del desarrollo integral de las sociedades rurales

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mesoamericanas, marcadas frecuentemente por la desigualdad, marginación y pobreza, se sugiere un modelo conceptual en el cual la tierra representa una base de componentes y recursos naturales alimentados por la cultura y la experiencia humana. La tierra y su diversidad se conjugan en modelos sistémicos reconocibles biofísica y socialmente, con claras implicaciones espaciales, ascendiendo a la dimensión del paisaje. En cierto sentido, el paisaje es la manifestación de los ecosistemas visible a la cultura humana a la vez que la huella de la acción de las sociedades sobre la naturaleza. De este modo, el paisaje es una síntesis que da cuenta tanto de la significación que confieren las sociedades a la naturaleza como de la visión que tiene una sociedad sobre sí misma; sin descartarse la existencia de ecosistemas y paisajes relativamente naturales que aún escapan, al menos de manera evidente, al impacto del “desarrollo” moderno, que, en todo caso, son objeto de significación. En la generalización más amplia puede reconocerse al territorio como referente integrador, un espacio que no necesariamente se restringe a dimensiones físicas, en el cual confluye una base de recursos y componentes ambientales, articulada en complejos sistemas ecológicos, administrativos, culturales, económicos y políticos. Abordar el análisis territorial precisa reconocer procesos horizontales y verticales de negociación, ocupación y control (de bienes naturales, de energía y voluntades humanas), que son ejercidos tanto por actores locales como globales, bajo mecanismos que pueden involucrar relaciones directas o remotas, sincrónicas o asíncronas. Más allá de las construcciones teóricas que investigadores y académicos hagan sobre la tierra, el paisaje y el territorio, la sociedad en sus diferentes expresiones tiene cosmovisiones que pueden ser muy sólidas y complejas culturalmente. Así, concebir dichos referentes teóricos como elementos de transformación social precisa trabajar participativamente en procesos dentro de los cuales deben ser premisas rectoras: aprovechar los recursos de la tierra, proteger los ecosistemas y asumir el desarrollo humano dirigido hacia construir sociedades democráticas, en las cuales las relaciones sociedad-naturaleza sean concebidas y compartidas de manera incluyente y horizontal, con perspectiva tanto interdisciplinaria como intercultural. Reflexión de las coeditora Mercedes Castillo de Herrera: en este artículo se habla de tierra, paisaje y territorio al remarcar cómo estas categorías se estudian y administran de manera separada, cuando tendrían que ser indisociables, como también tendrían que serlo las ciencias naturales y las sociales, cuya escisión se pone en duda. La ciencia moderna se ha preocupado tanto por aislar cada uno de estos conceptos (en realidad, cada concepto existente), por diseccionarlos y manipularlos, que olvidan la gran complejidad que encierran y que a través de ellos es más fácil comprender la trama de la vida, lo cual los convierte a todos en individuos esquizofrénicos, sin conciencia de nuestro espacio-tiempo. Al respecto, re-

sulta interesante recordar la carta del Jefe Indio Seattle al entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce: “Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros (…) Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo (…) Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas”. Referencias bibliográficas Andrewartha H. G. (1970) Introducción al estudio de las poblaciones animales. España: Editorial Alhambra. Barabas, A. (2008). Cosmovisiones y etnoterritorialidad en las culturas indígenas de Oaxaca. Antípoda 7 (julio-diciembre 2008), 119-139. Bennema, J. (1983). Land Evaluation for Rural Purposes.Summary of an Expert Consultation. Wageningen, The Netherlands: ILRI. Bittencourt, A. (2010) Novas variáveis para o trato do território na contemporaneidade. Finisterra, XLV, 89, 2010, 151-170. Busquets, J. y Cortina A. (2009). La gestión del paisaje como proceso. En J. Busquets y A. Cortina (Coords.), Gestión del paisaje. Manual de protección, gestión y ordenación del paisaje. España: Editorial Ariel. De Bolòs M., Gómez A. (2009). La ciencia del paisaje. En J. Busquets y A. Cortina (Coords.), Gestión del paisaje. Manual de protección, gestión y ordenación del paisaje. España: Editorial Ariel. Delgado E. N., Couto E. V., Dos Passos M. M. (2009). A evolução da paisagem do municipio de Novo Itacol mi: uma abordagem ambiental. Maringá 31 (2), 197-204. Dramstad, W. Olson, J. ,Forman, R. (1996). Landscape Ecology Principles in Landscape Architecture and Land Use Planning. American Society of Landscape Architects. EE.UU.: Island Press. Harvard University. Dubois C. (2009). Le paysage, enjeu et instrument de l’aménagement du territoire. Biotechnol. Agron. Soc. Environ. 13 (2), 309-316. Flores, M. (2008). La identidad cultural del territorio como base de una estrategia de desarrollo sostenible. Ópera N° 7, 35-54. Fonte, M., Ranaboldo, C. (2008). Desarrollo rural, territorios e identidades culturales. Perspectivas desde América Latina y la Unión Europea. Ópera N° 7, 9-31 Kennedy D. (2002). Culture and Politics in the Aboriginal Landscape: Reflections on the Identification of Culturally Significant Places in Western North America In: Land and Territoriality (Ed. Saltman, M.). New York: Berg-Oxford Publish. Lacher, H. (2006). Beyond Globalization. Capitalism, territoriality and the international relations of modernity. London and New York: Routledge. Nelson V. (2009). The sensibility of aesthetic landscape concepts in the case of British West Indies travel narratives, 1815-1914. Journal of Cultural Geography 26(2), 149-171. Palmer D., Fricska S., Wehrmann B. (2009). Hacia una mejor gobernanza de la tierra. Documento de trabajo sobre la tenencia de la tierra 11. Roma: FAO. Popol Vuh (1960). (Adrián Recinos, Trad.). México: Fondo de Cultura Económica. Romero T. y cols. (2000). Espacio Geográfico. 1° ed. México: Universidad Autónoma del Estado de México. Strömquist L., Backéus I. (2009). Integrated landscape analyses of change of Miombo woodland in Tanzania and its implication for environment and human livelihood. Geografiska Annaler: Series A, Physical Geography 91 (1), 31-45. Urquijo T. P., Barrera B. N. (2009). Historia y paisaje. Explorando un concepto geográfico monista. Andamios 5 (10), 27-252. Wermus, D. (2002) ¡Tierra Madre! Por el Renacimiento Indígena. Quito Ecuador: Ediciones Abya Yala.

Tabla 1: Descripción simplificada de atributos, alcances, ámbitos y connotaciones de los conceptos: tierra, paisaje y territorio Término Tierra

Atributos biofísicos* Atributos socioeconómicos Diversidad macro y microbiótica, conductividad térmica, hídrica y gaseosa, color, Propiedad, uso, productividad económica. fertilidad, productividad biológica, entre otros.

Ámbitos sociales

Connotación distintiva

Tenencia, inventario, distribución, administración, aprovechamiento, protección y Substrato, origen, capacidad. aprovechamiento cuidadoso.

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Término

Paisaje

Atributos biofísicos* Diversidad macrobiótica (particularmente importante para fines de reconocimiento la diversidad vegetal). Fisonomía, que incluye elementos naturales y antropogénicos. Superficie, continuidad, conectividad, fragmentación, entre otros.

Atributos socioeconómicos

Ámbitos sociales

Connotación distintiva

Límites legales de naturaleza administrativa, Administración, inventario, articulación. con implicaciones ecológicas, productivas, Recursos: distribución, preservación, uso y Forma, composición, conexión. ambientales y estéticas. manejo, patrimonio sociocultural.

Límites legales y convencionales de naturaDiversidad y dinámica de sistemas de relaOcupación, dominio, control (sobre leza administrativa y política; diversidad y Política, potestad, identidad, control, poder, Territorio ciones socioambientales considerados personas y sociedades, ambientes y dinámica de relaciones y sistemas económi- autonomía, dependencia, integración. desde sus elementos y procesos biofísicos. recursos). cos, políticos y culturales. En las columnas de atributos biofísicos, socioeconómicos y de ámbitos sociales se presentan ejemplos descriptores, no obstante, no es el propósito de la tabla agotar o listar una gama exhaustiva de los mismos.

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Ranking U-Sapiens 2013-1 Reporte 7: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Sapiens Research Group Contáctenos

Resumen: Objetivos: (1) Publicar el listado de universidades certificadas por Sapiens Research Group; (2) el séptimo reporte de las mejores instituciones de educación superior colombianas según indicadores de investigación; (3) el listado de las 10 IES que más han subido y bajado en posiciones bajo la comparación 2010-1 a 2013-1; (4); el listado de las que han entrado después del reporte 2010-1; (5) el listado de las 10 IES con mayores y menores valores en el índice u-sapiens (Ius); (6) mostrar los resultados de las correlaciones de los puntajes de la clasificación actual con otras variables derivadas de las instituciones de educación superior (IES). Alcance en tiempo, actores y variables: se analizaron todas las IES con revistas indexadas (Publindex), con maestrías y doctorados activos (que pueden ser ofertados y recibir estudiantes, según el Ministerio de Educación Nacional), y con grupos de investigación categorizados (Colciencias). Metodología: es la misma que se aplicó desde el primer reporte (2010-1). Resultados: a) entraron 4 IES; b) salió una; c) ingresa una universidad al top de la 10 mejores; d) se destacan 11 IES como las que más han ascendido en puestos del reporte 2010-1 a 2013-1 (hasta 20 posiciones), y 10 más como las que más han bajado (hasta 24 posiciones); e) después del reporte 2010-1, 24 IES han ingresado y permanecen en el ranking; f) 7 de las 10 IES con mayores índices u-sapiens hacen parte de las 10 primera en el reporte 2013-1; g) las correlaciones de puntajes con variables financieras derivadas de las IES arrojan resultados en sentido positivo y fuerte (0,81-0,91). Conclusiones: a) semestralmente siguen entrando nuevas universidades en el Ranking U-Sapiens, pero también algunas pocas han salido, más que todo por descuidar la gestión editorial de sus revistas en el aspecto de la indexación nacional; b) las cifras en Google (46.400) demuestran que el “Ranking U-Sapiens” es una de las clasificaciones más buscadas a nivel internacional (más de 130 documentos en pdf nos citan); c) más de 150.000 lectores Issuu han consultado nuestros reportes desde más de 1.000 ciudades del mundo. Palabras clave: grupos de investigación, instituciones de educación superior, maestrías y doctorados, Ranking U-Sapiens, revistas de investigación. Cítese así: Sapiens Research Group (2014). Ranking U-Sapiens 2013-1. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 61-66.

Metodología A diferencia de otras clasificaciones nacionales e internacionales, el Ranking U-Sapiens ha conservado la misma metodología, de modo que pueden ser perfectamente comparables todos y cada uno de los datos desde el reporte uno (2010-1) hasta el séptimo-actual (2013-1). En esta oportunidad no hacemos visible el cuadro de operaciones, pero puede ser consultado en los reportes anteriores. Sin embargo, los pesos de las variables fueron 0,909 (α), 0,710 (β), y 0,382 (γ). En ese sentido, se analizaron todas las revistas indexadas en Publindex categorizadas en C, B, A2 y A1 (RevI); las maestrías (M) y doctorados (D) activos, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes nuevos según el Ministerio de Educación Nacional (PosG); y los grupos de investigación categorizados como D, C, B, A y A1 por Colciencias (GruP). Los pasos a seguir fueron los siguientes: (1) a cada una de estas subdivisiones de los indicadores se les asignó un peso proporcional entre 0 y 1, según importancia y equitatividad, para ser multiplicado por el número total aplicado a cada subdivisión; (2) se sumaron los resultados de la operación anterior por cada una de las subdivisiones de cada indicador; (3) a estos nuevos resultados se les dio un peso α, β, γ (que corresponde, de manera inversamente proporcional, a la participación de la sumatoria total de cada uno de los indicadores sobre el resultado total de sumar las sumatorias de los tres indicadores); y (4) finalmente, se sumaron los resultados de cada indicador, a fin de que arrojara un puntaje para cada IES.

Universidades Certificadas √ Sapiens Research Group certifica a aquellas universidades que están interesadas en recibir nuestros productos de reconocimiento y en hacer más visibles ante la comunidad científica nacional-internacional sus logros en investigación a través de nuestro portal web, el cual es visitado por miles de personas cada mes. En un solo lugar (micrositio), los estudiantes, profesores, investigadores y personas en general pueden conocer todos y cada uno de los indicadores de la universidad en el Ranking U-Sapiens (2010-1 a 2013-1) y encontrar la oferta de programas de educación activos, desde carreras técnicas hasta doctorados; los grupos de investigación reconocidos; y las revistas indexadas. Cada uno de estos datos está vinculado a una URL de la universidad, donde se amplía mucho más la información que le interesa a quien está buscando carrera, pertenecer a un grupo o postular su artículo a una revista. Además de ello, reciben como beneficios excelentes descuentos para que aparezca su pauta publicitaria tanto en el Boletín Científico Sapiens Research (leído por más de 150.000 personas de más de 1.000 ciudades del mundo) e indexada en importantes sistemas como en nuestro portal web. Rk 1 9 17

Puntaje 129,911 26,401 19,121

Ius 0,395 0,175 0,147

Q Q1 Q2 Q3

MEN 1101 1710 1812

IES UO UP UP

Universidades Universidad Nacional de Colombia Universidad Pontificia Bolivariana Universidad de Medellín

Sección Ranking U-Sapiens 2013-1, por Sapiens Research Group 61/66

Ciudad Bogotá Medellín Medellín

Departamento Bogotá Antioquia Antioquia

RevI 21,6 3,2 2,7

PosG 49,7 13,1 13,3

GruP 58,7 10,2 3,1

SRG √ √ √


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Ranking U-Sapiens 2013-1 Reporte 7: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación, por Sapiens Research Group

UO UO UP UP UO UO UP UO UP UO UO UO UP UP UO UO UP UP UO UP UP UP UO UO UP UP UO UP UO UP UP UO UO UP UO UP UO UO UO UO

Instituciones de Educación Superior

Ciudad

MEN

2010-1

↑ Q1 0,395 ↑ Q1 0,201 ↑ Q1 0,329 ↑ Q1-2 0,202 ↓ Q2 0,175 ↑ Q2 0,319 ↑ Q2 0,261 ↑ Q2 0,142 ↑ Q2 0,175 ↑ Q2 0,177 ↑ Q2 0,119 ↑ Q2-3 0,131 ↑ Q3 0,164 ↑ Q3 0,153 ↓ Q3 0,099 ↑ Q3 0,067 ↑ Q3 0,147 ↑ Q3 0,096 ↓ Q3 0,149 ↑ Q3 0,143 ↓ Q3 0,122 ↓ Q3 0,087 ↓ Q3 0,094 ↑ Q3 0,073 ↑ Q3 0,086 ↑ Q3 0,220 ↓ Q3 0,055 ↓ Q3 0,253 ↓ Q3 0,049 ↑ Q3-4 0,129 ↑ Q4 0,093 ↓ Q4 0,043 ↑ Q4 0,251 ↑ Q4 0,068 ↑ Q4 0,073 ↑ Q4 0,109 ↓ Q4 0,034 ↓ Q4 0,061 ↓ Q4 0,065 ↓ Q4 0,045

Tipo

2010-2

Ius

2011-1

129,911 80,464 55,023 51,068 50,343 40,879 32,772 32,083 26,401 24,639 23,763 22,770 20,195 19,985 19,904 19,707 19,121 18,478 17,130 15,769 15,167 14,462 11,676 11,633 11,401 11,304 11,219 10,651 10,361 9,735 9,607 9,029 8,176 7,949 7,900 7,850 7,792 7,583 7,553 7,479

Q

2011-2

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

Puntajes

2012-1

Rk

Posiciones anteriores 2012-2

2013-1

Universidad Nacional de Colombia (√) Universidad de Antioquia Universidad de los Andes Pontificia Universidad Javeriana Universidad del Valle Universidad Nacional de Colombia Fundación Universidad del Norte Universidad Industrial de Santander Universidad Pontificia Bolivariana (√) Universidad de Caldas Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Universidad Tecnológica de Pereira Universidad EAFIT Universidad Externado de Colombia Universidad de Cartagena Universidad Distrital Francisco José de Caldas Universidad de Medellín (√) Universidad Santo Tomás Universidad del Cauca Universidad de la Sabana Universidad del Rosario Universidad de la Salle Universidad Pedagógica Nacional Universidad Militar Nueva Granada Universidad Simón Bolívar Universidad de Manizales Universidad del Atlántico Universidad CES Universidad del Magdalena Universidad Libre Universidad el Bosque Universidad del Tolima Universidad Nacional de Colombia Universidad Libre Universidad Surcolombiana Pontificia Universidad Javeriana Universidad de Pamplona Universidad de Córdoba Universidad de Nariño Universidad del Quindío

Bogotá Medellín Bogotá Bogotá Cali Medellín Barranquilla Bucaramanga Medellín Manizales Tunja Pereira Medellín Bogotá Cartagena Bogotá Medellín Bogotá Popayán Chía Bogotá Bogotá Bogotá Bogotá Barranquilla Manizales Barranquilla Medellín Santa Marta Cali Bogotá Ibagué Palmira Bogotá Neiva Cali Pamplona Montería Pasto Armenia

1101 1201 1813 1701 1203 1102 1713 1204 1710 1112 1106 1111 1712 1706 1205 1301 1812 1704 1110 1711 1714 1803 1105 1117 2805 1722 1202 2708 1213 1807 1729 1207 1104 1806 1114 1702 1212 1113 1206 1208

1 2 3 5 4 6 7 8 11 9 10 12 15 16 13 14 20 18 17 22 19 21 24 27 31 32 23 26 25 30 33 29 37 38 40 41 34 28 36 35

1 2 3 5 4 6 7 8 9 10 11 12 14 15 13 16 20 17 18 23 19 21 24 26 29 32 22 27 25 31 33 30 36 40 41 38 34 28 37 35

1 2 3 5 4 6 7 8 9 11 10 12 19 14 13 15 23 18 16 20 17 22 24 25 33 28 21 30 27 26 29 32 35 36 40 38 34 31 39

1 2 5 4 3 6 7 8 12 10 11 9 19 17 15 14 24 18 13 20 16 21 23 26 32 27 22 36 25 31 33 35 30 37 38 40 29 28 34

1 2 4 5 3 6 8 7 12 11 13 10 19 15 14 17 24 18 9 20 16 23 21 29 32 27 22 34 26 28 35 31 33 38 40 37 30 25 44 39

1 2 5 4 3 6 8 7 11 10 13 9 17 16 15 14 37 20 12 21 19 27 18 23 34 30 22 36 26 29 35 32 31 40

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39 28 25 41 33


INDICADORES DE

INVESTIGACIÓN

85%en recursos

ESTADO ACTUAL DE LA FORMACIÓN

14

CIUDADES DONDE SE OFRECEN LOS PROGRAMAS DE POSGRADO DE LA UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN MODALIDAD EXTENSIÓN MONTERÍA 1 RIONEGRO 1 VALLEDUPAR 1 PEREIRA 1 BARRANQUILLA 1 CÚCUTA 3 SINCELEJO 2 QUIBDÓ 1 CARTAGENA PASTO 3

registros de propiedad intelectual

5 Marcas - 7 Software 1 Spin off - 1 Patente

255investigadores de alta calidad con formación de alto nivel: maestría y doctorado

4.233 productos científicos: nuevo conocimiento, formación y divulgación. 131 artículos publicados en revistas ISI y SCOPUS

DE POSGRADOS

0

2

4

DISTRIBUCIÓN PROGRAMAS DE POSGRADO EN LA UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN POR TIPO DE FORMACIÓN NÚMERO DE PROGRAMAS

para cofinanciación U-E-E-S = $39 mil millones 257 proyectos de investigación

5

58 38

4 ESPECIALIZACIONES

MAESTRÍAS

DOCTORADOS

6

El proceso de consolidación y expansión nacional de la Universidad de Medellín en la oferta de programas de posgrado ha llevado al desarrollo de importantes convenios y alianzas con otras instituciones con el fin de ofrecer mayores estándares de calidad en el perfeccionamiento de las competencias posgraduales. Los planes de formación, las líneas de investigación y los compromisos en materia de proyección social de los programas ofrecidos bajo la modalidad de extensión se adaptan al contexto de cada ciudad o región, tratando de preparar mejor a los profesionales bajo nuestros principios de Ciencia y Libertad.

La Universidad de Medellín viene haciendo una fuerte apuesta por el desarrollo de una amplia y variada oferta de programas de posgrado, en todos los niveles de formación: especializaciones, maestrías y doctorados. Para el 2014 los retos que consolidan la oferta de la formación posgradual apuntan a la internacionalización, la modernización del currículo, la proyección social y la acreditación de alta calidad en maestrías y doctorados.

Revistas

Científicas Opinión Jurídica http://www.udem.edu.co/index.php/servicios/sello-editorial/21-derecho/investigacion/1398-opinion

Anagramas http://www.udem.edu.co/index.php/2012-10-12-13-11-0/revistas/anagramas-rumbos-y-sentidos-de-la-comunicacion-detail

Ingenierías http://webapps.udem.edu.co/RevistaIngenierias/

Semestre Económico http://www.udem.edu.co/index.php/servicios/sello-editorial/214-menu-principal/sello-editorial/1101-semestre-economico

http://www.udem.edu.co/


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Tipo

41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86

7,455 7,322 6,898 6,839 6,830 6,439 6,364 6,334 6,082 5,943 5,665 5,458 5,311 5,266 5,257 5,191 5,123 5,073 4,545 4,339 4,300 4,241 4,182 4,096 3,846 3,564 3,496 3,216 3,042 3,013 2,980 2,952 2,890 2,847 2,616 2,569 2,474 2,398 2,296 2,131 1,974 1,842 1,613 1,501 0,982 0,778

Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

0,124 0,128 0,070 0,103 0,137 0,073 0,056 0,039 0,164 0,050 0,130 0,048 0,094 0,093 0,062 0,045 0,076 0,092 0,061 0,011 0,090 0,037 0,018 0,059 0,036 0,070 0,015 0,021 0,015 0,005 0,165 0,121 0,065 0,092 0,080 0,035 0,034 0,043 0,032 0,017 0,011 0,147 0,048 0,014 0,042 0,015

UP UP UP UP UP UP UP UP UP UP UP UP UO UP UP UP UP UP UO UP UO UP UP UP UO UP IUO IUO UO UO IUP UP UP UP IUP UP UP UP IUO IUP IUP UO UP IUO IUP UP

↑ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↑ ● ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ● ↑ ↑ ● ●

Instituciones de Educación Superior

Ciudad

MEN

10-1

Ius

10-2

Q

11-1

Puntajes

11-2

Rk

12-1

Posiciones anteriores 12-2

2013-1

Universidad Sergio Arboleda Universidad ICESI Universidad Autónoma de Bucaramanga Universidad EAN Universidad Tecnológica de Bolívar Universidad Autónoma de Occidente Universidad Autónoma del Caribe Universidad Antonio Nariño Universidad Autónoma de Manizales Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano Universidad de San Buenaventura Fundación Universidad Central Universidad de los Llanos Universidad de San Buenaventura Corporación Universidad de la Costa Universidad Católica de Colombia Universidad Santo Tomás Universidad de San Buenaventura Universidad de la Amazonía Universidad Cooperativa de Colombia (√) Universidad de Sucre Universidad La Gran Colombia Universidad de Santander Universidad Manuela Beltrán Universidad Tecnológica del Chocó Universidad Libre Instituto Tecnológico Metropolitano Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid Universidad Francisco de Paula Santander Universidad Nacional Abierta y a Distancia Escuela de Ingeniería de Antioquia Universidad Católica de Pereira Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales Universidad Santo Tomás Fundación Universitaria Konrad Lorenz Universidad Autónoma de Colombia Universidad Piloto de Colombia Universidad Pontificia Bolivariana Dirección Nacional de Escuelas Fundación Universitaria Luis Amigo Politécnico Grancolombiano Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla Universidad Católica de Manizales Escuela Superior de Administración Publica Fundación Universitaria Monserrate Universidad Autónoma Latinoamericana

Bogotá Cali Bucaramanga Bogotá Cartagena Cali Barranquilla Bogotá Manizales Bogotá Bogotá Bogotá Villavicencio Medellín Barranquilla Bogotá Bucaramanga Cali Florencia Bogotá Sincelejo Bogotá Bucaramanga Bogotá Quibdó Barranquilla Medellín Medellín Cúcuta Bogotá Medellín Pereira Bogotá Tunja Bogotá Bogotá Bogotá Bucaramanga Bogotá Medellín Bogotá Cartagena Manizales Bogotá Bogotá Medellín

1728 1828 1823 2812 1832 1830 1804 1826 1825 1707 1718 1709 1119 1717 2810 1719 1705 1716 1115 1818 1217 1801 2832 1735 1118 1808 3302 2209 1209 2102 2813 2711 1835 1732 2712 1725 1815 1723 2106 2719 2725 9105 1827 2104 2710 1814

43 44 39 46 47 45 57 49 48 42 53 51 54 58

43 47 39 45 46 44 59 54 48 42 55 50 52 56

41 44 37 50 43 42 54 48

42 43 39 47

41 43 36 46

47 48 38 59

41 59 48

42 52 48

44

47 46 49 55

46 45 49 54

49

50 46 55

50 62 56 59 61 52 64 55 60 63 65 70 68 72 67 69 66 71 75 73 74 77 76 78 80 79

49 61 53 57 58 51 64

45 58 56 52 51 53

44 56 52 53 51

45 60 51

42 58 54

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60 62 66 68 73 63 65 69 67 71 74 72 77 75 76

57 59 64 62 66 60 61 67 63 70 65 69 73 68 72

50

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63 55 57

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51 61 62

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74 75

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47 50

45 43

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Análisis: en esta oportunidad se decidió presentar la posición-puesto que ha ocupado cada institución de educación superior desde 2010-1 hasta 20131, que es el reporte actual, con el fin de que una mirada histórica sirva como referente de autoanálisis. Como muchas universidades usan este reporte como insumo en sus planes de desarrollo y logros en investigación, seguramente les será de gran provecho. Ahora bien, en esta oportunidad clasificaron 86 IES, de las cuales 4 ingresan por primera vez, a saber: Corporación Universidad de la Costa (55: Barranquilla); Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla (82: Cartagena); Fundación Universitaria Monserrate (85: Bogotá); y Universidad Autónoma Latinoamericana (86: Medellín). Dentro de las 10 primeras se puede destacar lo siguiente: a) que continúa inamoviblemente la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá) al ocupar el primer puesto; b) que la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá) subió un puesto (5→4); c) que la Universidad del Valle bajó un puesto (4→5); d) que la Pontificia Universidad Bolivariana (Medellín) volvió a ingresar al top del listado (9). Algunas pocas universidades han salido de la clasificación básicamente porque han descuidado su gestión editorial; sus revistas no han vuelto a quedar indexadas en el sistema nacional. Y es importante recordarle a los editores que sus revistas indexadas son una de las principales ventanas por donde se exponen los logros de investigaciones culminadas ante la comunidad internacional.

Universidades que han subido-bajado más (2010-1 a 2013-1) Cambio 2013-1 2010-1 MEN Instituciones de Educación Superior Ciudad Puntaje Q Ius Tipo 20 ↑ 17 37 1812 Universidad de Medellín Medellín 19,121 Q3 0,147 UP 15 ↑ 44 59 2812 Universidad EAN Bogotá 6,839 Q4 0,103 UP 9 ↑ 25 34 2805 Universidad Simón Bolívar Barranquilla 11,401 Q3 0,086 UP 8 ↑ 28 36 2708 Universidad CES Medellín 10,651 Q3 0,253 UP 6 ↑ 34 40 1806 Universidad Libre Bogotá 7,949 Q4 0,068 UP 6 ↑ 41 47 1728 Universidad Sergio Arboleda Bogotá 7,455 Q4 0,124 UP 6 ↑ 42 48 1828 Universidad ICESI Cali 7,322 Q4 0,128 UP 5 ↑ 22 27 1803 Universidad de la Salle Bogotá 14,462 Q3 0,087 UP 4 ↑ 13 17 1712 Universidad EAFIT Medellín 20,195 Q3 0,164 UP 4 ↑ 26 30 1722 Universidad de Manizales Manizales 11,304 Q3 0,220 UP 4 ↑ 31 35 1729 Universidad el Bosque Bogotá 9,607 Q4 0,093 UP 0 = 1 1 1101 Universidad Nacional de Colombia Bogotá 129,911 Q1 0,395 UO 0 = 2 2 1201 Universidad de Antioquia Medellín 80,464 Q1 0,201 UO 0 = 4 4 1701 Pontificia Universidad Javeriana Bogotá 51,068 Q1-2 0,202 UP 0 = 6 6 1102 Universidad Nacional de Colombia Medellín 40,879 Q2 0,319 UO 0 = 10 10 1112 Universidad de Caldas Manizales 24,639 Q2 0,177 UO 0 = 15 15 1205 Universidad de Cartagena Cartagena 19,904 Q3 0,099 UO 0 = 32 32 1207 Universidad del Tolima Ibagué 9,029 Q4 0,043 UO -11 ↓ 71 60 2813 Escuela de Ingeniería de Antioquia Medellín 2,980 Q4 0,165 IUP -13 ↓ 38 25 1113 Universidad de Córdoba Montería 7,583 Q4 0,061 UO -13 ↓ 69 56 1209 Universidad Francisco de Paula Santander Cúcuta 3,042 Q4 0,015 UO -14 ↓ 56 42 1719 Universidad Católica de Colombia Bogotá 5,191 Q4 0,045 UP -15 ↓ 76 61 1725 Universidad Autónoma de Colombia Bogotá 2,569 Q4 0,035 UP -15 ↓ 77 62 1815 Universidad Piloto de Colombia Bogotá 2,474 Q4 0,034 UP -16 ↓ 65 49 1118 Universidad Tecnológica del Chocó Quibdó 3,846 Q4 0,036 UO -16 ↓ 73 57 1835 Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales Bogotá 2,890 Q4 0,065 UP -19 ↓ 83 64 1827 Universidad Católica de Manizales Manizales 1,613 Q4 0,048 UP -24 ↓ 75 51 2712 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá 2,616 Q4 0,080 IUP Análisis: el Ranking U-Sapiens se empezó a publicar por primera vez en el año 2011, en el primer semestre. En el Boletín Científico Sapiens Research V1N1-2011 se publicó el primer reporte, el 2010-1. Desde esa fecha de análisis hasta hoy (2013-1) han transcurrido siete semestres, razón por la cual es importante resaltar las universidades que más han subido y bajado en posiciones, y también las que se han mantenido en el mismo puesto para estas dos fechas. Entonces se resaltan entre las 11 que más han subido, u universidades: 1) Universidad de Medellín (37→17); 2) Universidad EAN (59→44); 3) Universidad Simón Bolívar (34→25); y Universidad CES (36→28). De las 10 que más han bajado, se destacan también 4: 1) Fundación Universitaria Konrad Lorenz (51→75); 2) Universidad Católica de Manizales (64→83); 3) UDCA (57→73); y 4) Universidad Tecnológica del Chocó (49→65). Quizá, con base en esto, alguien se pueda preguntar que este tipo de descensos se deba a que, en los últimos 6 semestres, han entrado 24 IES, razón por la que,

Sección Ranking U-Sapiens 2013-1, por Sapiens Research Group 64/66


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las que estaban, han descendido ante el ascenso de las nuevas. Pues bien, en la tabla también se presentan 7 universidades que han mantenido sus puestos pese a las nuevas que han entrado. De estas 7 IES, 5 están entre las 10 mejores; y dos entre las mejores 40, a saber: Universidad de Cartagena (15) y Universidad del Tolima (32). Estos dos ejemplos sirven de manera consistente para refutar cualquier argumento o pretexto ante la bajada de varias universidades. En ese sentido, es importante no solo clasificar sino, por lo menos, mantener las posiciones con las que entraron. Eso significa que se deben fortalecer y llevar a mayores metas todo lo que tiene que ver con el ámbito de la investigación.

Universidades que han entrado después del reporte 2010-1 hasta 2013-1 Entra 2010-2 2011-2 2010-2 2012-1 2010-2 2013-1 2011-1 2011-2 2012-1 2012-2 2012-2 2011-2 2011-2 2010-2 2011-2 2011-2 2010-2 2010-2 2012-2 2011-2 2013-1 2010-2 2013-1 2013-1

Rk 2013-1 35 45 47 50 54 55 59 61 62 63 64 66 68 70 72 74 78 79 80 81 82 84 85 86

Tipo UO UP UP UP UP UP UO UO UP UP UP UP IUO UO UP UP UP IUO IUP IUP UO IUO IUP UP

MEN 1114 1832 1804 1707 1717 2810 1115 1217 1801 2832 1735 1808 2209 2102 2711 1732 1723 2106 2719 2725 9105 2104 2710 1814

Instituciones de Educación Superior Universidad Surcolombiana Universidad Tecnológica de Bolívar Universidad Autónoma del Caribe Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano Universidad de San Buenaventura Corporación Universidad de la Costa Universidad de la Amazonía Universidad de Sucre Universidad La Gran Colombia Universidad de Santander Universidad Manuela Beltrán Universidad Libre Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid Universidad Nacional Abierta y a Distancia Universidad Católica de Pereira Universidad Santo Tomás Universidad Pontificia Bolivariana Dirección Nacional de Escuelas Fundación Universitaria Luis Amigo Politécnico Grancolombiano Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla Escuela Superior de Administración Pública Fundación Universitaria Monserrate Universidad Autónoma Latinoamericana

Ciudad Neiva Cartagena Barranquilla Bogotá Medellín Barranquilla Florencia Sincelejo Bogotá Bucaramanga Bogotá Barranquilla Medellín Bogotá Pereira Tunja Bucaramanga Bogotá Medellín Bogotá Cartagena Bogotá Bogotá Medellín

Puntaje 7,900 6,830 6,364 5,943 5,266 5,257 4,545 4,300 4,241 4,182 4,096 3,564 3,216 3,013 2,952 2,847 2,398 2,296 2,131 1,974 1,842 1,501 0,982 0,778

Q Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

Ius 0,073 0,137 0,056 0,050 0,093 0,062 0,061 0,090 0,037 0,018 0,059 0,070 0,021 0,005 0,121 0,092 0,043 0,032 0,017 0,011 0,147 0,014 0,042 0,015

Análisis: en total han sido 24 universidades las que han entrado y permanecido clasificadas hasta el reporte 2013-1. De estas, se pueden destacar la Universidad Surcolombiana (que entró en 2010-1 y hoy ocupa el puesto 35/86); la Universidad Tecnológica de Bolívar (2011-2, puesto 45/86); la Universidad Autónoma del Caribe (2010-2, puesto 47/86); y la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (2012-1, puesto 50/86). Todas hacen parte del cuartil Q4. La gran mayoría son de Bogotá (8); Medellín (4); y Barranquilla (3). El sector privado de universidades es el que predomina (13); luego el oficial (5); y después tanto el oficial como el privado pero de instituciones universitarias (3). En 2010-2 y 2011-2 fueron los semestres donde más ingresaron IES: 7. En síntesis, cada semestre entran en promedio 4 instituciones de educación superior, lo cual quiere decir que, directa o indirectamente, esta clasificación ha impulsado a que las universidades se interesen más por el ámbito investigativo, que es una de las más importantes herramientas que pueden sacar del otro lado de la brecha el atraso del país.

Índice U-Sapiens: mayores y menores valores Ius 0,395 0,329 0,319 0,261 0,253 0,251 0,220 0,202 0,201 0,177

Ps 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Instituciones de Educación Superior Universidad Nacional de Colombia Universidad de los Andes Universidad Nacional de Colombia Fundación Universidad del Norte Universidad CES Universidad Nacional de Colombia Universidad de Manizales Pontificia Universidad Javeriana Universidad de Antioquia Universidad de Caldas

Ciudad Bogotá Bogotá Medellín Barranquilla Medellín Palmira Manizales Bogotá Medellín Manizales

Sección Ranking U-Sapiens 2013-1, por Sapiens Research Group 65/66

MEN 1101 1813 1102 1713 2708 1104 1722 1701 1201 1112

Tipo UO UP UO UP UP UO UP UP UO UO

Puntaje 129,911 ↑ 55,023 ↑ 40,879 ↑ 32,772 ↑ 10,651 ↓ 8,176 ↑ 11,304 ↑ 51,068 ↑ 80,464 ↑ 24,639 ↑

Q Q1 Q1 Q2 Q2 Q3 Q4 Q3 Q1-2 Q1 Q2

Rk 1 3 6 7 28 33 26 4 2 10


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Ius 0,021 0,018 0,017 0,015 0,015 0,015 0,014 0,011 0,011 0,005

Ps 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86

Instituciones de Educación Superior Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid Universidad de Santander Fundación Universitaria Luis Amigo Universidad Francisco de Paula Santander Universidad Autónoma Latinoamericana Instituto Tecnológico Metropolitano Escuela Superior de Administración Pública Politécnico Grancolombiano Universidad Cooperativa de Colombia Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Ciudad Medellín Bucaramanga Medellín Cúcuta Medellín Medellín Bogotá Bogotá Bogotá Bogotá

MEN 2209 2832 2719 1209 1814 3302 2104 2725 1818 2102

Tipo IUO UP IUP UO UP IUO IUO IUP UP UO

Puntaje 3,216 ↑ 4,182 ↓ 2,131 ↑ 3,042 ↑ 0,778 ● 3,496 ↑ 1,501 ↑ 1,974 ↑ 4,339 ↑ 3,013 ↓

Q Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

Rk 68 63 80 69 86 67 84 81 60 70

Análisis: el Índice U-Sapiens es un valor que se deriva de dividir el puntaje entre el total de matriculados más los profesores de cada institución. Esta sencilla operación se empezó a analizar como argumento contra aquellas débiles opiniones que afirman que las universidades más grandes (en términos de estudiantes y docentes) son las que están en primeros lugares. En ese sentido, las 10 IES que tienen los más altos índices hacen parte de todos los cuartiles (Q1 a Q4). De estas 10 universidades, 7 hacen parte de las 10 primeras en el listado general. Por lo tanto, es importante resaltar a la Universidad CES (5); la Universidad Nacional de Colombia-Palmira (6); y la Universidad de Manizales (7), que no hacen parte de las 10 primeras del listado general. Con un promedio de 4.000 estudiantes+profesores, obtienen más logros en investigación que universidades que tienen hasta 7 veces más de este tipo de recurso humano. Esto, por supuesto, quiere decir que los mayores impactos en la investigación se dan no por la cantidad sino por la calidad. El otro lado de la moneda refuerza aún más el argumento de los mayores puntajes articulados con la calidad, pero muy poco con la cantidad o número de estudiantes-profesores. Este es el caso de la UNAD que, con unos 64.000 estudiantes-profesores, obtuvo el más bajo índice (0,005). En ese sentido, si la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá) y la Universidad de los Andes ocupan los dos primeros lugares, es porque literalmente son instituciones dedicadas a la investigación, y por eso están entre las tres mejores en el listado general. Y aunque la Universidad de los Andes es prácticamente la mitad (en estudiantes y profesores) que la UNAL-Bogotá, tiene casi el mismo impacto. Comparando uno y otro lado; es decir, las de mayores índices con las de menores, no alcanza a tener el mismo impacto de la Universidad de Caldas (0,177) la suma de las últimas 10 universidades (0,142). Eso quiere decir que es muy importante que las universidades revisen sus índices para proponerse metas mayores en investigación. Porque no es suficiente con que estén clasificadas. Es imprescindible que se enfoquen más en la investigación que en seguir acumulando estudiantes cada semestre.

Ingresos operativos anuales

Gastos en perosnal administrativo

Correlaciones con IOA y GPA

Puntajes en el reporte 2013-1

Puntajes en el reporte 2013-1

Análisis: desde que se publicó el primer reporte, se decidió correlacionar los puntajes con otras variables derivadas de las universidades. En principio se hizo con hasta 7 variables pero, semestre a semestre, la investigación logró precisar que con las únicas con que se obtienen resultados interesantes es con las variables económicas; es decir, con los ingresos operativos anuales y con los gastos en personal administrativo. Con estas, los resultados fueron de 0,91 y 0,81, respectivamente. Lo cual quiere decir, como en otras ocasiones, que entre más ingresos e inversión, habrá mayores resultados en investigación. Las gráficas de arriba muestras que en la esquina inferior izquierda se aglomeran casi todas las universidades, en donde la tendencia se equipara en resultados-puntajes, frente a las que están más lejos y que ocupan los primeros lugares: la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá) y la Universidad de Antioquia.

Sección Ranking U-Sapiens 2013-1, por Sapiens Research Group 66/66


Sistema para la generación eléctrica a partir de energía eólica de baja velocidad con dos sistemas de ala impulsora

Piezas abrasivas para el proceso de desgaste de textiles y su método de obtención

Sistema de deshidratación de solventes

Chaleco para terapia respiratoria.

CIDI 45 años de experiencia en I+D+i Formación integral para la transformación social y humana Acreditación Institucional de Alta Calidad (Sede Central) Medellín y Marinilla (Antioquia) // Bucaramanga // Montería // Palmira // Bogotá

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Boletín Científico Vol. 4(1)-2014 / pp: 67-70 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100 mejores por materias Clasificación de los mejores colegios colombianos según categoría, calidad y acreditación Sapiens Research Group Contáctenos Resumen: Objetivos: (1) explicar de manera resumida la metodología que sustenta esta clasificación; (2) publicar el listado de colegios certificados por Sapiens Research Group; (3) la actualización de la matriz de totales de colegios clasificados por decil y por calificación; (3) el listado de ranking por regiones; y (4) el listado-resumen de los 100 mejores colegios por materias. Alcance en tiempo, actores y variables: se analizaron todos los colegios clasificados en el Ranking Col-Sapiens 2011-2012 y se realizó un análisis por regiones y por materias. Metodología: para el caso del enfoque regional, se consolidaron los datos por totales y se enriqueció la información con los demás datos que se tienen en cuenta en la clasificación. Para el caso de los 100 mejores por materias, se les asignó una posición de 1 a 100 (a diferencia del ranking general, que lo hace por deciles y calificación), porque el ICFES no está en desacuerdo en que se hagan clasificaciones por materias de manera independiente (por cada materia). Resultados: más importantes son: (1) de los 814 (2011) y 789 (2012) colegios en categoría Muy superior, solo 622 alcanzaron dicho resultado de manera consecutiva (2011-2012); (2) de estos 622 colegios (que representan cerca del 12% de todos los categorizados en 2012), solo aproximadamente el 30% incorporan la calidad o la acreditación (externa) a su dinámica académica-administrativa; y (3) cerca de un 80% de los colegios que deciden certificarse en calidad a través de algunos modelos reconocidos por el Ministerio de Educación Nacional o acreditarse a través de algunos organismos extranjeros alcanzan la categoría de Muy superior. Palabras clave: acreditación internacional, calidad, colegios colombianos, modelo de reconocimiento de gestión de calidad, Ranking Col-Sapiens Cítese así: Sapiens Research Group (2013). Ranking Col-Sapiens 2011-2012. Boletín Científico Sapiens Research, 4(1), 67-70.

Metodología Para que un colegio (público o privado) clasifique en el Ranking Col-Sapiens, debe cumplir con los siguientes requisitos. 1. Tener categoría “Muy superior” por dos años consecutivos (para este caso, 2011-2012). 2. A estos colegios se les analiza los puntajes (2011-2012) de cada una de las 8 materias evaluadas (ICFES) y se promedian para conocer el puntaje más alto por materia, al cual se le asigna un valor de 100, con el fin de tener este referente para escalar los puntajes del resto de colegios (esto se hizo para las 8 materias), puntajes que se sumaron y promediaron por materia para obtener un solo puntaje por plantel (que va de 66,4 a 100). 3. De acuerdo a esos puntajes, los colegios se separan por deciles (de D1 a D10), de modo que en cada decil se ubique cierto número de colegios. 4. Una vez allí, a cada colegio se le asigna en una calificación (A, AA, AAA, AAA+) si cumple con tener vigente: a) certificación de sistema de gestión de calidad ISO-9001 (ICONTEC, Bureau Veritas Colombia, SGS Colombia S.A., Intertek, Cotecna); b) algún modelo de reconocimiento de gestión de calidad por el Ministerio de Educación Nacional (NEASC-COIS, AdvancED, EFQM, MFA o SIC-PCI); c) alguna acreditación internacional (IB, CIE, ICAA, ACSI, ZfA, AEFE, AASSA, ACCAS). 5. De acuerdo a las certificaciones, modelos o acreditaciones que tenga, se le asigna un puntaje específico con base en el tiempo de vigencia (que va de 0,5 a 5). Si ese puntaje total está entre 0,5 y 3, obtendrá calificación A; si está entre 3,5 y 6, AA; si está entre 6,5 y 9, AAA; y si tiene más de 9, AAA+. Por lo tanto, todos los colegios están ubicados en un decil, pero solo algunos en decil y calificación. El decil mide, en rigor, el desempeño de los estudiantes (ICFES); mientras que la calificación mide el desempeño interno del resto del colegio ante una entidad que avala su calidad (efecto escuela).

Colegios Certificados √ Sapiens Research Group certifica a aquellos colegios que están interesados en recibir nuestros productos de reconocimiento (placa, diploma, sello) y en hacer más visibles ante la comunidad académica nacional-internacional sus logros en categoría, calidad y acreditación a través de nuestro portal web, el cual es visitado por miles de personas cada mes. En un solo lugar (micrositio), padres de familia y personas en general pueden conocer de manera práctica todas y cada una de las características del colegio, su ubicación cartográfica, datos de contacto, un punto de referencia fotográfico de las instalaciones (foto 360°), conectividad con redes sociales, visibilidad del video institucional y mucho más (buscador de los mejores colegios). Además de ello, reciben como beneficios excelentes descuentos para que aparezca su pauta publicitaria tanto en el Boletín Científico Sapiens Research (leído por más de 150.000 personas de más de 1.000 ciudades del mundo) e indexada en importantes sistemas, como en nuestro portal web. Certifíquese. Decil D2 D8 D6 D6 D3 D4

Calificación AAA+ A A AAA A AAA

ICFES 055159 133256 057992 019505 079160 098640

Colegio Colegio la Quinta del Puente Colegio Alianza Pedagógica Colegio Bilingüe Espíritu Santo Colegio de Inglaterra (The English School) Colegio Bilingüe Diana Oese Gimnasio Colombo Británico

Ciudad Floridablanca Yopal Villavicencio Bogotá Cali Bogotá

Sección Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100mejores por materias, por Sapiens Research Group 67/70

Departamento Santander Casanare Meta Bogotá Valle Bogotá

SRG √ √ √ √ √ √


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Ranking Col-Sapiens 2011-2012: matriz web actualizada Deciles

Puntajes

Sin

D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 D8 D9 D10

96,65 a 100,0 93,29 a 96,64 89,93 a 93,28 86,57 a 89,92 83,21 a 86,56 79,85 a 83,20 76,49 a 79,84 73,13 a 76,48 69,77 a 73,12 66,40 a 69,76 Total

0 0 0 3 8 26 42 93 171 83 426

A 0 0 1 4 8 14 15 37 47 8 134

Colegios con calificación AA AAA 0 0 0 0 0 0 2 2 9 1 22 9 8 2 4 0 1 1 2 0 43 15

AAA+ 0 1 0 0 0 4 1 0 0 0 6

Total 0 1 1 11 26 75 68 134 220 93 629

Ranking por Regiones 2011-2012: listado web Posición 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 15-16

Región Bolívar Atlántico Cesar Santander Casanare Norte de Santander Caldas Meta Bogotá D.C. Sucre Valle del Cauca Risaralda Huila Magdalena Quindío Antioquia La Guajira Cauca Cundinamarca Caquetá San Andrés Boyacá Córdoba Tolima Arauca Nariño Putumayo Colombia

# Colegios 21 22 4 42 2 16 11 6 217 4 55 14 12 5 7 67 5 6 55 2 1 20 9 12 2 10 2 629

Decil D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D8 D9 D9 D9 D9 D9 D9 D10 D8

Puntaje 76,28 75,93 75,64 75,63 75,00 74,99 74,93 74,90 74,89 74,87 74,69 74,54 74,45 74,43 74,08 73,82 73,72 73,67 73,53 73,34 73,00 72,85 72,67 72,42 72,25 71,76 69,23 73,98

Calendario A (%) 85,71 50,00 75,00 92,86 100,00 100,00 63,64 100,00 81,57 100,00 10,91 78,57 100,00 60,00 85,71 98,51 80,00 50,00 72,73 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 70,00 100,00 77,74

Calendario B (%) 14,29 50,00 25,00 7,14 0,00 0,00 36,36 0,00 18,43 0,00 89,09 21,43 0,00 40,00 14,29 1,49 20,00 50,00 27,27 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 30,00 0,00 22,26

Sección Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100mejores por materias, por Sapiens Research Group 68/70

Privados (%) 100,00 95,45 100,00 83,33 100,00 81,25 90,91 83,33 99,08 100,00 96,36 92,86 91,67 100,00 85,71 98,51 100,00 66,67 98,18 100,00 100,00 80,00 100,00 75,00 100,00 70,00 100,00 94,59

Oficiales (%) 0,00 4,55 0,00 16,67 0,00 18,75 9,09 16,67 0,92 0,00 3,64 7,14 8,33 0,00 14,29 1,49 0,00 33,33 1,82 0,00 0,00 20,00 0,00 25,00 0,00 30,00 0,00 5,41


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Ranking Col-Sapiens 2011-2012: 100 mejores por materias (listado web) Rk 1 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 1 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 1 10 20 30 40 50 60 70 80 92 100 1 10 20 30 40 50 60 70 80 94 100

Materia Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Química Química Química Química Química Química Química Química Química Química Química Física Física Física Física Física Física Física Física Física Física Física Biología Biología Biología Biología Biología Biología Biología Biología Biología Biología Biología

Colegios Colegio Bilingüe Diana Oese Corporación Colegio Internacional Altamira F.E. Instituto Experimental del Atlántico José Celestino Mutis Colegio Internacional de Educación Integral CIEDI Aspaen Gimnasio Cantillana Colombus American School Liceo Francés Louis Pasteur Aspaen Gimnasio Horizontes Colegio Franciscano San Luis Rey Colegio José María Berrio Colegio Espíritu Santo Colegio la Quinta del Puente Colegio Corazonista Gimnasio Alessandro Volta Colegio los Ángeles Colegio Seminario Corazonista Liceo Benalcazar Colegio Inglés Colegio Santa Cruz de la Nueva Baeza Instituto Técnico Central Gimnasio Inglés (GI School) Colegio Lacordaire Colegio la Quinta del Puente Colegio Internacional de Educación Integral CIEDI Gimnasio Vermont Colegio Colombo Hebreo Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas Asociación Colegio Granadino Instituto Antonio Nariño Colegio de la Presentación Colegio San Ignacio de Loyola Colegio de Inglaterra (The English School) Gimnasio del Norte Liceo Campo David Colegio los Ángeles Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas Colegio Hispanoamericano Aspaen Gimnasio Horizontes Colegio del Sagrado Corazón Fundación Colegio Mayor de San Bartolomé Gimnasio Fontana Colegio Anglo Español Colegio de Inglaterra (The English School) Colegio Freinet

Municipio Cali Barranquilla Barranquilla Bogotá Piedecuesta Rivera Bogotá Villamaría Armenia Sabaneta Villavicencio Floridablanca Bogotá Bogotá Tunja Marinilla Cali Ibagué San Gil Bogotá Salento Cali Floridablanca Bogotá Bogotá Bogotá Ibagué Manizales Barrancabermeja Bucaramanga Medellín Bogotá Bogotá Bogotá Tunja Ibagué Cali Villamaría Barranquilla Bogotá Bogotá Rionegro Bogotá Cali

Departamento Valle Atlántico Atlántico Bogotá Santander Huila Bogotá Caldas Quindío Antioquia Meta Santander Bogotá Bogotá Boyacá Antioquia Valle Tolima Santander Bogotá Quindío Valle Santander Bogotá Bogotá Bogotá Tolima Caldas Santander Santander Antioquia Bogotá Bogotá Bogotá Boyacá Tolima Valle Caldas Atlántico Bogotá Bogotá Antioquia Bogotá Valle

Decil D3 D5 D5 D5 D5 D6 D6 D7 D7 D6 D6 D2 D4 D4 D5 D6 D6 D6 D7 D7 D6 D7 D2 D5 D4 D6 D5 D6 D6 D7 D6 D6 D7 D4 D5 D5 D4 D7 D6 D7 D6 D8 D6 D5

Los listados completos, de 1 a 100, se pueden consultar en el home de Ranking Col-Sapiens o llegar desde aquí:

Matemáticas

Química

Física

Sección Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100mejores por materias, por Sapiens Research Group 69/70

Biología

Calificación A AA AA AA A AA AA

A AAA+ A A A A

AAA AAA+ AA AA A AAA A

AAA AA A A A AA

AA AAA


“Son muchas las competencias y habilidades que desarrollas mientras adelantas el programa del IB: aprendes a cuestionarte el por qué y el para qué de lo que estás estudiando; aprendes a argumentar y defender tus propios puntos de vista y a escuchar y analizar el de los demás; creas un ritmo y una disciplina de estudio que te facilita la adaptación a la universidad y que perdurará a lo largo del recorrido profesional y no estudias para memorizar y superar un examen, sino que te preparas desde el punto de vista del saber para afrontar un mundo globalizado donde hay una interacción de muchas áreas del conocimiento. En este momento me encuentro en la elección de la carrera universitaria que voy a cursar y, a pesar que siento inclinación por varias, estoy segura de que gracias a las herramientas que me ha dado el IB, sin importar cual elija, obtendré resultados exitosos.” Mariana Mojica Forero Estudiante Grado 11.

“El IB ha sido muy importante para mi carrera profesional y siempre estaré agradecido con el colegio y con el Programa de Diploma, ya que logré encontrar mi verdadera vocación y fortalecer mis bases académicas, trazando un importante camino en mi futuro profesional. En mi caso particular, la clase de Cine me dio un preámbulo del maravilloso mundo que involucra la dirección y producción en la historia del cine, al igual que la libertad de explorar y desarrollar cortometrajes con la ayuda de las herramientas dadas en el programa. Todo contribuyó a encontrar mi pasión y mi voz como artista, mientras analizaba el trabajo de directores y personajes que hoy día considero como modelos a seguir (Ingmar Bergman, Woody Allen o Akira Kurosawa). Tener todo ese conocimiento y apoyo por parte del colegio me ayudó a destacarme en muchas de las clases dentro del Programa de “New York Film Academy”. Enrique Pedraza / TES Prom 2010 Main Editor & CEO The Rolling Can

“El TES tiene un muy buen nivel académico, y lo afirmo basándome en mi presente profesional y que me encuentro adelantando una especialización en una prestigiosa y reconocida universidad de Londres. El enfoque internacional y las bases curriculares del IB en el colegio, establecieron en mí un panorama muy valioso del mundo actual y, gracias a que conocí una diversidad de culturas en el TES, se me facilitó adaptarme a otro país y otra cultura. Hoy en día veo los frutos de este aprendizaje y los logros que ha traido a mi vida profesional”.

www.englishschool.edu.co

Santiago Jiménez / TES Prom 2010 Business Development Manager Colombia Educa Tablet Ltd

D6 AAA


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Ranking Col-Sapiens 2011-2012: 100 mejores por materias (listado web) Rk 1 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 1 10 19 30 40 50 60 70 80 90 100 1 10 20 30 40 50 60 70 82 90 100 1 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Materia Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Filosofía Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Lenguaje Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales Sociales

Colegios Gimnasio Vermont Gimnasio de los Cerros Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas Colegio Anglo Americano Colegio de San Bartolomé la Merced Colegio Tilata Liceo Benalcazar Colegio Bilingüe Clermont Gimnasio Altair de Cartagena Colegio Bolívar Gimnasio Piagetano Colegio los Nogales Colegio Santa Francisca Romana Colegio de Inglaterra (The English School) Colegio Bennett Colegio Tilata Colegio Rochester Aspaen Gimnasio Cartagena Colegio de San Bartolomé la Merced Colegio Marymount Colegio Theodoro Hertzl Liceo Navarra Gimnasio Colombo Británico Liceo Francés de Pereira Colegio Freinet Colegio Nuevo Cambrigde Liceo Matovelle Colegio Bilingüe Buckingham Colegio Liceo Cervantes Liceo Benalcazar Colegio de Inglaterra (The English School) Gimnasio de los Cerros Gimnasio del Norte Instituto Alberto Merani Colombus American School Colegio los Ángeles Gimnasio Vermont Colegio American School Saint Francés Instituto Técnico Central Colegio Champagnat Colegio Alemán Colegio San Patricio Gimnasio Nueva Granada Colegio Marymount

Municipio Bogotá Bogotá Ibagué Bogotá Bogotá La Calera Cali Bogotá Cartagena Cali Girón Bogotá Bogotá Bogotá Cali La Calera Chia Turbaco Bogotá Medellín Retiro Bogotá Bogotá Pereira Cali Floridablanca Bogotá Bogotá Bogotá Cali Bogotá Bogotá Valledupar Bogotá Rivera Tunja Bogotá Tunja Bogotá Bogotá Itaguí Bogotá Cartagena Medellín

Departamento Bogotá Bogotá Tolima Bogotá Bogotá Cundinamarca Valle Bogotá Bolívar Valle Santander Bogotá Bogotá Bogotá Valle Cundinamarca Cundinamarca Bolívar Bogotá Antioquia Antioquia Bogotá Bogotá Risaralda Valle Santander Bogotá Bogotá Bogotá Valle Bogotá Bogotá Cesar Bogotá Huila Boyacá Bogotá Boyacá Bogotá Bogotá Antioquia Bogotá Bolívar Antioquia

Decil D4 D5 D5 D5 D6 D6 D6 D6 D7 D6 D9 D4 D4 D6 D6 D6 D7 D6 D6 D7 D6 D5 D4 D6 D5 D5 D7 D6 D5 D6 D6 D5 D8 D4 D6 D5 D4 D6 D7 D8 D7 D7 D8 D7

Los listados completos, de 1 a 100, se pueden consultar en el home de Ranking Col-Sapiens o llegar desde aquí:

Filosofía

Inglés

Lenguaje

Sección Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100mejores por materias, por Sapiens Research Group 70/70

Sociales

Calificación AA AA AA A A A AA AA A AAA A A AA AAA+ A AAA AA AA A AAA A A AAA AA

A A AA

AAA A AAA+


Sapiens Research Sapiens Research Group Boletín Científico Vol. 4(1)-2014 / ISSN-e: 2215-9312

Índice: artículos y autores anteriores Volumen 1 Número 1, enero-junio 2011 Interés general Ranking U-Sapiens Colombia 2010-1 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Billetes: Dos mil guaraníes: Adela y Celsa Speratti (Margarita Durán Estragó) Diálogos: Gastronomía/Astronomía (Elena Regis y Nicola Caon) Profes: El ser y el saber, apuntes para una reflexión sobre la labor del maestro (Ezequiel Dellutri) Entrevista-e: Editor revista Bitácora Urbano-Territorial (Carlos-Alberto Torres-Tovar) Diáspora-i: Doctorando en Alemania (Jorge-Arturo Fernández-Silva) Interés científico Psique: La inclusión educativa, la necesidad de transformación antes nuevas realidades (JoséAntonio Torres-González) Sociologando: Cuestiones “metodológicas, opiniones de los alumnos de la carrera de sociología (Angélica De Sena) Volumen 1 Número 2, julio-diciembre 2011 Interés general Editorial: El efecto Wall-e en la comunidad científico-académica (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Reflexiones: Borges y la ceguera (Salvador Dellutri) Billetes: Cinco Bolivianos: Adela Zamudio, ausente pero no perdida (Dora Cajías) Diálogos: Incendios/Microorganismos (Roque Álvez y Hortensia Silla) Ranking U-Sapiens 2010-2 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) U-Sapiens Ranking Colombia 2010-2 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Interés científico Latín-A: Jóvenes indígenas (kichwa-otavalos) entre etnicidad, clase y género (DanielaAlexandra Célleri-Endara) Latín-A: Transnacionalización e informalidad en las políticas de «rescate» en el centro histórico de Ciudad de México (Frank Müller) Latín-A: «Dios tenía miedo» de la conformación de la identidad actual salvadoreña (Vanessa Núñez-Handal) Latín-A: Supremacía y lealtad en los conflictos por la supremacía regional en América del Sur (Corinna Walter) Psique: Trabajando contra la violencia de sexo/género (Marcela González-Barrientos) Psique: Fenomenología de la violencia (Inmaculada Jauregui-Balenciaga y Pablo Méndez-Gallo) Sociologando: El hambre como punto de origen y de llegada de las políticas alimentarias vigentes (María-Eugenia Boito y Juliana Huergo) Sociologando: Respuestas estatales en torno a la alimentación y al cuidado: los casos de los Programas de Transferencia Condicionadas de Ingreso y el Plan de Seguridad Alimentaria en Argentina (Pilar Arcidiácono, Laura Pautassi y Carla Zibecchi) Sociologando: Reflexiones sobre las nuevas formas del hambre en el siglo XXI: la obesidad de la escasez (Patricia Aguirre) Sociologando: Hambre individual, subjetivo y social (reflexiones alrededor de las aristas límite del cuerpo) (Adrián Scribano y Martin Eynard) Sociologando: A fome como tabu e a luta de Josué de Castro (Luitgarde Oliveira-Cavalcanti) Urbis: O programa Morar Carioca e a urbanização de favelas da cidade do Rio de Janeiro (Gerônimo Leitão y Jonas Delecave) Urbis: Hacia el urbanismo social (Yuiza Martínez-Rivera) Urbis: La ciudad contemporánea, ¿una polis sin política? (Etienne Helmer) Volumen 2 Número 1, enero-junio 2012 Interés general Editorial: Los extremos: «citología», fraude y plagio (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Entrevista-e: Editor jefe de la revista Ciencias de la Información (Manuel-Paulino LinaresHerrera) Corresponsales: Hampstead Heath, un lugar para ti (César Álvarez-González) Ranking U-Sapiens 2011-1 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking Grup-Sapiens 2010 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Interés científico Latín-A: Emociones y desastres (Anna-María Fernández-Poncela) Latín-A: El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo (GiselaIrene Gellert-de Pinto) Lógyca: Mitos y sofismas de la cultura científica en la sociedad posmoderna (Nelson-Leonardo Falcon-Veloz) Lógyca: Pensamiento crítico para el uso diario (Mónica Rodríguez) Psique: Modelo de gestión por competencias aplicado al proceso de capacitación en una institución de salud pública de la quinta región de Chile (Selma-Cyntia Segovia-Díaz)

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Psique: Los avatares de la pre-adolescencia: conflictos y propuestas para su transición (María de los Ángeles Correa-Tapia) Sociologando: Configuraciones sociales y teoría social (Flabián-Héctor-José Nievas) Sociologando: Jóvenes contemporáneos: entre el trabajo emocional y estético en el mundo corporativo (Liuba Kogan-Cogan) Sociologando: ¿É possível ver de lugar nenhum? Sobre o ponto de vista sociológico (PatrícioVitorino Langa) Sofando: Una cartografía de la enseñanza de la filosofía en territorio argentino (Adriana Barrionuevo) Sofando: Las condiciones de un pensar situado (Ariela Battán-Horenstein) Urbis: «Ser» habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (experiencias y procesos de una ciudad en transformación) (Paula-Cecilia Rosa) Volumen 2 Número 2, julio-diciembre 2012 Interés general Editorial: Las verdaderas necesidades (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Diáspora-i: Doctorando en Suecia (Óliver Silva) Monedas: Cincuenta Centavos Colombianos, la mujer del Regenerador (Diana Aristizábal) Cafés: Blue Sky Marketplace (Johanna Haddock) Ranking U-Sapiens 2011-2 (Sapiens Research Group) Interés científico Latín-A: Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad (Irene-Alejandra Cabrera-Nossa) Psique: Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? (Pablo-Andrés Ferrer-González) Psique: Bullying a través de las TIC (Fuentesanta Cerezo-Ramírez) Psique: Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying (Claudio-Alejandro Reyes-Lozano) Psique+: Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural (MarcosAgustín Cueva-Perús) Sociologando: Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión (Claudio Martyniuk) Sociologando: Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil española (Laura Solanilla-Demestre) Sofando: La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro (Josua-Óscar Aponte-Serrano) Urbis: A Vila Getúlio Cabral e as ocupações organizadas de terras urbanas no Rio de Janeiro (Gerônimo Leitão y Jonas Delecave) Urbis: Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille (Anna Fagot y Vincent Girard) Urbis: La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince (Ilionor Louis) Urbis: Fábricas de desechos (Magela Cabrera-Arias) Urbis: Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales (Graciela María-Tedesco) Volumen 3 Número 1, enero-junio 2013 Interés general Editorial: Ayer me suicidé (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Siglo XIX: El convencionista Isnard (S.D. Bogotá, 3 de noviembre de 1865, año II, Núm. 10. La Caridad) Ranking U-Sapiens 2012-1 (Sapiens Research Group) Interés científico Latín-A: Políticas públicas e inseguridad en México: poblaciones sitiadas (Karla-Josefa MillaEscobar) Latín-A: Diferenciación social e identidad étnica en la frontera sur de México (Jorge Luis-CruzBurguete) Latín-A: El eterno dilema del modelo económico para México: visión de la ruralidad (Tomás Martínez-Saldaña y Karla-Josefa Milla-Escobar) Sociologando: Estrategias de «policiación de la sociedad» y prácticas de «securitización ciudadana»: una mirada a la metamorfosis de los mecanismos represivos en contextos neocoloniales (Emilio-José Seveso-Zanin y Pedro-Matías Lisdero) Sociologando: Represión y constitución de subjetividades marginales: una mirada sobre el cuerpo y la movilidad en ciudad de Villa María, Argentina (Lucas-Alberto Aimar y Alejandra Peano) Sofando: La relevancia social de la filosofía en los tiempos de crisis neoliberal (José M. AtilesOsoria) Urbis: Procesos urbanos y retos de la planeación territorial para la ciudad sustentable en América Latina (Héctor Cortez-Yacila)


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Urbis: Implicaciones de las propuestas de rancière y arendt para leer las contraculturas (DianaMilena Patiño Niño) Urbis: Artista ego-centro y arte transgresor (Erika-Marcela-Herrera) Volumen 3 Número 2, julio-diciembre 2013 Interés general Editorial: Cimas iluminadas (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking U-Sapiens 2012-2 (Sapiens Research Group) Ranking Col-Sapiens 2011-2012 (Sapiens Research Group) Interés científico Psique: Interculturalidad y ciencias de la educación en lengua de señas chilena (CarolinaAlejandra-de-Lourdes Becerra-Sepúlveda)

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Psique: Mujeres de Edipo y los avatares de lo femenino en la mentalidad de occidente (María del Refugio Navarro-Hernández, Salvador Vázquez-Sánchez y Celso Valderrama-Delgado) Psique: Abuso sexual en la niñez (Ricardo García-Jaime) Sociologando: Una construcción íntima de la identidad trans como estrategia de desplazamiento en función de contextos, momentos, interacciones y prácticas (Alba Barbé-i-Serra) Sofando: Política de Aristóteles y sus ciudades (in)finitas (Douglas-Miguel Llanos-Medina) Urbis: De los imaginarios al fetichismo frente al debate de los centros históricos (GuadalupeMargarita González-Hernández) Urbis: El espacio público seguro en los hábitat residenciales (Norma-Celina Carnevali-Lobo) Urbis: ¿Es posible regular el espacio público? (Mario-Enrique Villalta Flórez-Estrada)


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Biodatos: autores actuales Rebeca-Beatriz Cena: licenciada en sociología (Universidad Nacional de Villa María), magister en derechos humanos y democratización para América Latina y el Caribe (Universidad Nacional de San Martín), doctoranda becaria (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). Sus líneas de investigación son: políticas sociales y procesos de estructuración social; y políticas sociales, cuerpos y emociones. Sus últimas publicaciones son: Asignación universal por hijo para protección social: sustentos, configuraciones, formas e implicancias (2013); Políticas sociales en la Argentina actual: AUH ¿una nueva configuración en la intervención sobre la cuestión social? (2013). Rosa-María Bermúdez-Cruz: química fármaco-bióloga (Q.F.B) (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla), doctor en ciencias en la especialidad de genética y biología molecular (Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México). Investigadora (Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México). Sus líneas de investigación son: caracterización de la maquinaria de reparación de giardia duodenalis. Sus últimas publicaciones son: Effects of ionizing radiation on embryos of the tardigrades Milnesium cf. Tardigradum at different stages of development (2013); Tolerance to gamma-irradiation in eggs of the tardigrade Richtersius coronifer depends on stage of development (2013). Rafael Quintero-Torres: ingeniero físico (Universidad Autónoma Metropolitana), material science, PhD. (Auburn University). Investigador (Universidad Nacional Autónoma de México). Sus líneas de investigación son: propiedades electrónicas de la materia; y láseres. Sus últimas publicaciones son: Photoluminescence dynamics in solid formulations of colloidal PbSe quantum dots: 3-dimensional versus 2dimensional films (2012); Quintero-Torres R, CastilloMatadamas H, Young JF, Bermúdez Cruz R. Complex temporal decay: a complete analysis (2013). Miguel-Ángel Sierra-Rubio: licenciado en psicología (Universidad de Guanajuato), maestro en psicología clínica (Universidad Autónoma de Querétaro). Doctorando en psicopatología y psicoanálisis (Université Paris Diderot – Paris 7). Sus líneas de investigación son: fundamentos de la psicopatología psicoanalítica; relaciones entre el psicoanálisis y otros campos disciplinarios. Sus últimas publicaciones son: Psicopatología psicoanalítica: un saber en la encrucijada (2013); Evaluación de competencias de investigación en estudiantes de licenciatura en psicología (2011). Gabriela-Vivian Gómez-Rojas: licenciada en Sociología (Universidad de Buenos Aires), doctora en ciencias sociales (Universidad de Buenos Aires). Profesora adjunta (Universidad de Buenos Aires). Sus líneas de investigación son: estratificación social y género; y metodología de la investigación. Sus últimas publicaciones son: Sobre las parejas y sus relaciones de clase (2012). La inserción de la mujer en el mercado laboral y su impacto en el estudio de las clases sociales: una perspectiva metodológica (2011).

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Manuel-Esteban Riveiro: licenciado en ciencias políticas (Universidad de Buenos Aires). Doctor en ciencias sociales (Universidad de Buenos Aires). Doctorando (becario Instituto de Investigaciones Ginoa Germani). Sus líneas de investigación son: estratificación social y género; y metodología de la investigación. Sus últimas publicaciones son: La visibilización del género en los estudios de estratificación: el caso de las amas de casa (2011). Singular y plural en la investigación social (2012). Pablo-Martín Dalle: licenciado en sociología (Universidad de Buenos Aires) doctor en ciencias sociales (Universidad de Buenos Aires). Investigador asistente (Instituto de Investigaciones Gino Germani). Sus líneas de investigación son: estratificación y movilidad social, y análisis de clases sociales; desigualdad según origen étnico, y migraciones y estructura social. Sus últimas publicaciones son: Movilidad social ascendente de familias migrantes de origen de clase popular en el Gran Buenos Aires. El entramado de condiciones, recursos y experiencias que favorece el ascenso social (2013). Cambios recientes en la estratificación social de Argentina (2003-2011). Inflexiones y procesos emergentes (2012). Eleonora-Soledad Rojas-Cabrera: técnico en investigación socioeconómica (Universidad Nacional de Misiones), doctora en demografía (Universidad Nacional de Córdoba). Posdoctoranda (CONICET y Universidad Nacional de Córdoba). Sus líneas de investigación son: niñez, adolescencia y juventud, y derechos humanos. Sus últimas publicaciones son: “Ellos también cuentan”. La mortalidad de los niños y adolescentes de 5‐19 años. (Argentina, 1997-2010) (2014, en prensa). Mortalidad en los primeros años de vida en Argentina y Brasil. Entre compromisos de disminución y posibilidades de monitoreo (2013, en prensa). Eduardo Sousa-González: arquitecto (Universidad Autónoma de Nuevo León), doctor en Filosofía con orientación en arquitectura y asuntos urbanos (Universidad Autónoma de Nuevo León). Profesor-investigador (Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León). Sus líneas de investigación son: movilidad metropolitana; y crecimiento periférico metropolitano. Sus últimas publicaciones son: Los tres procesos intervinientes en la transformación de una ciudad a una metrópoli prematura: una interpretación teórica (2012). La espacialidad urbana en una metrópoli prematura: su visión imaginaria desde la otredad (2011). Leopoldo Medina Sanson: biólogo (Universidad Autónoma Metropolitana de México), doctor en ciencias (Colegio de Postgraduados). Profesor (Universidad Autónoma de Chiapas). Sus líneas de investigación son: planeación y desarrollo local en sociedades rurales, y manejo participativo de recursos naturales. Sus últimas publicaciones son: Ordenamiento ecológico territorial participativo del municipio de Santiago el Pinar, Chiapas (2012). Sobre la aproximación a la verdad en la sociedad contemporánea (2012). Francisco Guevara-Hernández: ingeniero en agroecología (Universidad Autónoma Chapingo), PhD (Wageningen University). Profesor-investigador (Universidad Autónoma de Chiapas). Sus líneas de investigación son: estrategias de innovación agropecuaria, y monitoreo y evaluación de procesos. Sus últimas publicaciones son: Monitoreo y evaluación de procesos de innovación agropecuaria local: Quince


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reflexiones desde una interdisciplinariedad constructivista (2012); Popular education in the ends and means of empowerment: peasants in indigenous Mexico (2012). Carlos Tejeda-Cruz: médico veterinario zootecnista (Universidad Veracruzana); doctor en ciencias en ecología y desarrollo sustentable (El Colegio de la Frontera Sur). Profesorinvestigador (Universidad Autónoma de Chiapas). Sus líneas de investigación son: apropiación social de la naturaleza, y ecología y manejo de fauna silvestre. Sus últimas publicaciones son: Aprovechamiento de fauna silvestre para autoconsumo en áreas naturales protegidas: estrategias de uso y conservación de la biodiversidad para comunidades rurales de la Selva Lacandona, Chiapas, México (2011); Los retos para el manejo comunitario de fauna sil-

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vestre en la Selva Lacandona, Chiapas, México (2011).


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Pautas: contribuciones y arbitraje Título: Puede ir en español o portugués (eventualmente en otro idioma) y debe tener su correspondiente traducción al inglés. Si el artículo es en inglés, debe traer su traducción al español. El título debe ser sucinto, específico, con sintaxis correcta y coherente. Debe evitarse en lo posible el uso de siglas y coma (,) o dos puntos (:). Autores: Los autores pueden ser máximo tres, se deben indicar los nombres y apellidos completos unidos por guión, año de nacimiento, país de origen, y correo electrónico personal o institucional. Resumen y abstract: Todo artículo debe acompañarse por un resumen y un abstract de máximo 250 palabras cada uno, en donde se indiquen los objetivos principales y el alcance de la investigación o reflexión, se describa el método o metodología empleada, se extracten los resultados más importantes, y se enuncien las conclusiones más relevantes. Palabras clave y key-words: Máximo 6, en orden alfabético, que correspondan a los tesauros o descriptores de UNESCO o ERIC. UNESCO: http://databases.unesco.org/thessp/ ERIC: http://www.eric.ed.gov/ERICWebPortal/thesaurus/thesaurus.jsp?_pageLabel=The saurus Introducción: En la introducción se deben presentar, de forma clara y sucinta, la naturaleza y el alcance del problema investigado (de la reflexión); los antecedentes sustentados con referencias bibliográficas pertinentes; el método o metodología; mencionar los resultados y las conclusiones más relevantes; y exponer cómo se desarrollará el artículo (partes y objetivos). (Método: “procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla” - RAE). (Metodología: “conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica o en una exposición doctrinal” - RAE). Reflexión-exposición: Desarrollo detallado y claro del método o metodología usada y las razones por las cuales se escogió (si es necesario, con referencias bibliográficas), a fin de que el lector-investigador pueda aprehender lo reflexionado. Para ello se recomienda especificar también las premisas y argumentos que sustentan las conclusiones, las cuales, por supuesto, deben ser orientadoras de las ideas, pensamientos o nuevas visiones del suceso analizado-reflexionado. Esta parte puede dividirse en los subtítulos que se consideren necesarios. Conclusiones-discusión: Esta sección es para que el autor redacte, de la forma más sencilla, clara y sensata posible las relaciones y premisas existentes entre los hechos observadosreflexionados (es decir, lo que significan y aportan los resultados) y el campo en cuestión. Se recomienda presentarlos de manera sistemática, a fin de resumir las pruebas que respaldan cada conclusión, y señalar los aspectos no resueltos, las excepciones o las faltas de correlación. Referencias bibliográficas: Se guiarán por las normas APA. Se deben colocar los nombres completos y los dos primeros apellidos unidos por un guión. Libro/un autor:

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Boshell-Lee, J. C. (2000). Pensamientos del mañana. Caracas: Universidad Nacional de la Libertad. Libro/dos y tres autores: Boshell-Lee, J. C., Torres-Menfis, I., y Cutavi-Arias, A. F. (2001). Más pensamientos y discrepancias. Buenos Aíres: Editorial Mancha Pura. Libro/más de tres autores: Se usa el primer autor y luego se escribe “y cols” (y colaboradores): Boshell-Lee, J. C., y cols. (2002). Muchos pensamientos sin discrepancias. Lima: Ediciones Quijote. Sección de libro: Boshell-Lee, J. C. (2003). Entre discrepancias y pensamientos. En C. A. Morales (Ed.), Los pensamientos de los aventureros (pp. 50-70). Montevideo, Uruguay: Júpiter Publicaciones. Artículo de revista: Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2004). Pensamientos sin sentido. Revista Ideas y Reflexiones, 4(1), 10-20. Presentaciones y conferencias Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2005). Pensamientos sin sentido. Trabajo presentado en el Seminario Internacional de Ideas Latinas, diciembre, Brasilia. Artículo de dominio público, base de datos libre o revista electrónica: Boshell-Lee, J. C. (2006, diciembre 5). No sentimos pensamientos ni reflexiones. El Mundo, 12, 5-6. Extraído el 5 de noviembre de 2007 desde: http:// www.ideassinsentido.com/BL-1.doc Citas: En el cuerpo del texto se aplicarán las normas APA (Apellido de autor, año: página). Sólo se usarán las notas al pie para aclaraciones, no para colocar referencias bibliográficas. Si se citan publicaciones de un mismo autor y año, se usarán letras en orden alfabético al lado de la fecha para diferenciarlas en el texto y la bibliografía. Cuando se nombre más de una publicación de un mismo autor o diferentes autores en una misma referencia, se organizarán en orden cronológico. Imágenes, gráficos y tablas: Éstos deben estar en el documento, titulados con nombres completos y enumerados consecutivamente (por ejemplo Gráfica 1,). Deben enviarse en archivos aparte, marcados con el mismo título que llevan en el documento y deben estar claramente señalados en el cuerpo del texto. Para el caso de imágenes, éstas deben venir en formato JPG, con resolución mínimo de 300 dpi. Extensión y formato: El documento completo debe tener mínimo 4000 palabras y máximo 5000, venir en formato Microsoft Word, tipografía Calibri 10, justificado, tamaño carta, márgenes de 2 centímetros por todos lados, espaciado sencillo entre líneas, sin sangría y con una línea de espacio sencillo entre párrafos. Breve reseña del autor/es: No debe exceder las 150 palabras. Debe señalar la profesión (institución otorgante), el último grado académico recibido (institución otorgante), máximo 2 ocupaciones actuales, máximo 2 líneas de investigación o temáticas de interés, máximo 3 publicaciones más recientes (sean en libros o revistas), año de nacimiento, país de nacimiento. Y una foto informal del rostro, con excelente resolución.


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Boletín Científico Vol. 3(1)-2013 / pp: 49-53 / ISSN-e: 2215-9312

Proceso de arbitraje: El Boletín Científico Sapiens Research se reserva el derecho de regresar aquellas contribuciones que no cumplan con las pautas explicadas anteriormente, y solo ingresarán aquellas que sean originales-inéditas y que se estén postulando exclusivamente en este medio, y no en otro más de manera simultánea. 1. Las editoras de sección revisarán de forma preliminar el original ingresado para proceso de dictamen (anónimo en ambos sentidos) y luego de sus observaciones darán alguna de estas tres respuestas a los autores, después de no menos 2 semanas: (1) aceptado para dictaminar, (2) aceptado para dictaminar si se hacen cambios según observaciones, y (3) no aceptado. 2. Si es aceptado para dictaminación o regresa de nuevo el original con los cambios pedidos a modo de observaciones por las editoras de sección, se pasa a un par evaluador para ser dictaminado (sistema doble ciego), quienes podrán tomarse cerca de 4 semanas para dar cualquiera de estas tres respuestas a los autores: (1) aceptado para publicarse, (2) aceptado para publicarse si se hacen cambios según observaciones, y (3) rechazado. 3. Si regresa de nuevo el original con los cambios pedidos a modo de observaciones por el par evaluador, pasa a edición, diagramación para ser publicado, y se le comunica dicha decisión a los autores así: aceptado para publicarse. 4. Si hay empate en el dictamen del par evaluador o se presenta cualquier discrepancia, se somete el original a un tercer evaluador (bajo la misma modalidad de doble ciego) para tomar una decisión definitiva a través de cualquiera de estas tres respuestas con el fin de hacérselas saber a los autores: (1) aceptado para publicarse, (2) aceptado para publicarse si se hacen cambios según observaciones, y (3) rechazado. Si los autores reciben la respuesta (2), aplica el punto 3 de este proceso. 5. Luego de que el original aceptado ha pasado por edición-diagramación, se regresará a los autores para su lectura aprobatoria, con el fin de hacer o no observaciones de cambio en cuanto a edición, en un tiempo no superior a 5 días, y para que autorice por escrito su publicación y distribución.


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