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Sapiens Research Ranking U-Sapiens 2014-2

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 ISSN-e: 2215-9312 www.sapiensresearch.org Arte visual: Fernando Cadenas (España) fernandocadenas@gmail.com http://www.fernandocadenas.com/



ISSN-e: 2215-9312. Volumen 5 / Número 2 / julio-diciembre de 2015 Directora: Mónica Cuellar-Castro Editor general: Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor@sapiensresearch.org) Edición-diagramación: Sapiens Research Group (asistente@sapiensresearch.org) Publica: Sapiens Research Group (Calle 49 # 15-81 Of. 302, Bogotá, Colombia) Tel: (571) 311-520 8569 Comité editorial Dra. Angélica De Sena (angelicadesena@gmail.com) (Universidad de Buenos Aíres-Argentina) Dra. Begoña Enguix (benguix@gmail.com) (Universitat Oberta de Catalunya-España) Dra. Mawency Vergel-Ortega (mawencyvergel@gmail.com) (Universidad Francisco de Paula Santander-Colombia) Dra. Mercedes Di Virgilio (mercedes.divirgilio@gmail.com) (Universidad de Buenos Aires-Argentina) Dra. Miriam Pardo-Fariña (mpardo@unab.cl) (Universidad Andrés Bello-Chile) Dda. Pámela Neumann (pamela.j.neumann@gmail.com) (University of Texas at Austin-Estados Unidos) Dda. Yanina Welp (welpita@gmail.com) (University of Zurich-Suiza)

Comité científico PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (aojedasampson@gmail.com) (Universidad Latina de México) PhD. Ana Soliz Landivar (ana.soliz@giga-hamburg.de) (GIGA German Institute of Global and Area Studies-Alemania) PhD. Anayra O. Santory-Jorge (asantory@gmail.com) (Universidad de Puerto Rico) PhD. María Ofelia Ros Matturro (ofelia@fastmail.net) (University of Michigan-Estados Unidos) PhD. Nicola Caon (nicola.caon@gmail.com) (Instituto de Astrofísica de Canarias, España)

Arte visual de la portada: Fernando Cadenas (España)

fernando.cadenas@gmail.com http://www.fernandocadenas.com/ Para el Boletín Científico Sapiens Research (BCSR), que los autores envíen sus contribuciones, sean artes visuales o escritos originales-inéditos, significa que, para el caso de los últimos, no han sido ni serán publicados en otro medio de comunicación en papel o electrónico; pero, para el caso de los primeros, no tendrá ningún inconveniente en publicar aquellas que hayan sido plasmadas en otros medios de comunicación. Para esta revista es muy importante que se haga una breve reseña de los autores, información de contacto, publicaciones y links de sus producciones. Por tal razón, resaltar el perfil de los autores y sus capacidades es de gran interés. No obstante, el contenido de los escritos publicados es de exclusiva responsabilidad de los autores, y no refleja necesariamente la filosofía de esta publicación ni el pensamiento particular de cada uno de sus integrantes. Colaboraron de árbitros externos: David Iglesias-Piña (iglesiaspdavid@gmail.com) / Adriana-Rodríguez-Barraza (adrianarodriguezbarraza@gmail.com) / Inmaculada Jauregui-Balenciaga (inmajauregui@gmail.com) / Miguel Sierra (mikesierr@gmail.com) / María-Alicia Moreno-Salazar (alismoresa@gmail.com) /Hugo-Nicolás Sir-Retamales (hugo.sir.r@gmail.com) /Ana Cervio (anacervio@gmail.com) /Gabriela del Valle Vergara-Mattar (gabivergaramattar@gmail.com) / Jorge-Alfonso-Vargas (alfonsovargasj@gmail.com) / Sandra-López-Reyes (sandrilopez.94@gmail.com) / Josua Aponte (josua.aponte@gmail.com) / CarlosAdolfo Rengifo-Castañeda (careca1106@gmail.com) / Rocío Annunziata (rocio.annunziata@gmail.com) / Douglas-Miguel Llanos-Medina (metrograma@gmail.com) / Rosa Borge (rosaborgebravoing@gmail.com).


www.sapiensresearch.org Colaboran en este número V5N2-2015 Latín-A: Hernando Uribe Castro (Colombia) / Psique: Sergio-Ignacio Maureira-Silva (Chile) / Ana Rosser-Limiñana (España) / Sociologando: Erick-Gonzalo Gómez-Narváez (México) / Claudia-Liliana Gandía (Argentina) / Almudena García-Manso (España) / Sofando: Alicia-Ramona Pineda-Quintero (Venezuela) / Maricela Guzmán-Cáceres (México) / Melissa-Sharon Padilla-Ramírez (México) / Lorena Chano-Regaña (España) / Urbis: Julián Rebón (Argentina) / Anna María Fernández-Poncela (México) / Rodrigo Sandoval-Almazán (México)

El Boletín Científico Sapiens Research (BCSR) es un publicación semestral (enero-junio y julio-diciembre, que edita-publica Sapiens Research Group y que inició en enero de 2010), electrónica y digital, de libre acceso y descarga, cuyo objetivo principal es visibilizar artículos (principalmente en español, pero también en otros idiomas como portugués y francés) de investigaciónreflexión a la comunidad científica y académica internacional, bajo el contexto de diferentes secciones: Latín-A (temas latinoamericanos), Lógyca (temas de lógica y sentido común), Psique (temas de psicología), Sociologando (temas de sociología), Sofando (temas de filosofía) y Urbis (temas de urbanismo), secciones que son editadas por importantes investigadoras de distintos países de Europa y América, y que está dirigida a toda la comunidad interesada en los temas de las secciones. También publica otro tipo de artículos, desde otras secciones de interés cultural y general. Finalmente, este medio de comunicación también da a conocer el Ranking U-Sapiens (clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación) y el Ranking Col-Sapiens (clasificación de los mejores colegios colombianos según categoría, calidad y acreditación). Política editorial: El Boletín Científico Sapiens Research es un revista de carácter científico, editada por Sapiens Research Group, que publica artículos de investigación originales-inéditos, los cuales cumplen con todas y cada una de las etapas de revisión y arbitraje, y con las normas que rigen la ética de publicación, en las cuales participan los autores, el comité editorial de cada sección de la revista, y los árbitros externos. Los autores son responsables de y deben garantizar: Que sus contribuciones son originales, y derivadas y producidas de manera ética. / Que no han sido publicadas ni presentadas en otro medio de publicación. / Que enviarán al editor (por correo-e) una copia de cualquier texto de los autores cuyo contenido haga parte o se relacione estrechamente con la contribución postulada a esta revista. / Que cumplen con todas y cada una de las pautas de la revista, que se hallan en la sección “Pautas y arbitraje”. / Que enviarán y diligenciarán los formularios y formatos que se encuentran en la sección “Formatos”, los cuales son: Formulario de biodatos, Certificación de originalidad y no presentación simultánea, Autorización de utilización de fotografías e imágenes. / Que aparecerán como autores y coautores todos aquellos que hicieron una contribución significativa en cualquiera de las etapas de investigación y producción de la contribución. / Que postular la contribución a esta revista da por hecho que todos los autores-coautores han leído y aprobado la misma. / Que en sus contribuciones esté específicamente escrito cualquier posible conflicto financiero o similar que pudiera influir en los resultados o interpretación de su contribución, y las fuentes de apoyo financiero para la investigación. / Que si llegaren a descubrir un error o imprecisión en su contribución, notificarán de inmediato al editor a fin de que se tomen las medidas del caso (corrección o retractación). El editor y las editoras de cada sección son responsables de y deben garantizar: Que se reciban y revisen todas y cada una de las contribuciones sin excepción alguna y sin discriminación de ninguna clase, que cumplan con las pautas editoriales y con dirigirse a una sección específica de la revista. / Que se notifique al autor o autores de cualquier decisión tomada en la etapa de revisión y arbitraje. / Que serán contestadas todas las dudas e inquietudes que se presenten durante el proceso de revisión y arbitraje. / Que no serán revelados los nombres ni nada que permita la identificación de los árbitros externos ni de los autores en el proceso de arbitraje. / Que el proceso de arbitraje será imparcial, justo y objetivo. / Que nada del contenido de la contribución se use para fines diferentes a la posible publicación. Los árbitros externos son responsables de y deben garantizar: Que toda contribución en proceso de arbitraje se mantendrá en completa confidencialidad y no será usada para obtener ventajas personales. / Que notificarán al editor de cualquier conducta no ética por parte de los autores y toda señal que pueda motivar el rechazo de la contribución. / Que arbitrarán las contribuciones siguiendo todas y cada una de las instrucciones dadas por parte del editor: leer y dejar comentarios en la contribución, y diligenciar el Formulario de arbitraje para conocer los detalles y decisión final. / Que notificarán de inmediato al editor en caso de que no tenga las competencias suficientes para arbitrarlo o se presenten conflictos de intereses. / Que el desarrollo de su tarea se hará de manera objetiva, clara y se usarán argumentos válidos para soportar cualquier comentario y decisión final. http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334 https://twitter.com/sapiensresearch http://issuu.com/sapiens-research


Sapiens Research GROUP Latín-A: Organizaciones Comunitarias en Latinoamérica: ¿Nuevos desafíos y oportunidades? / Community Organizations in Latin America: New Challenges and Opportunities? Por Dda. Pámela Neumann (University of Texas at Austin, Estados Unidos) y PhD. Ana Soliz-Landivar (GIGA German Institute of Global and Area Studies, Alemania), editoras de sección

El siglo XX fue una época que se caracterizó por la movilización social masiva en América Latina. Sin embargo, con la introducción de las reformas estructurales neoliberales en la región durante la década de los ochenta y noventa, se propició una transición hacia la descentralización del gobierno, lo que además trajo consigo cambios en las formas de organización comunitaria y movimientos sociales. Desde el principio, estos cambios estructurales fueron vistos por muchos de los estudiosos de la región como una manera de de-politizar a los grupos históricamente marginados quienes habían estado manifestándose, presionando al Estado por mayor derechos. No obstante, aunque el periodo de las grandes movilizaciones sociales haya quedado aparentemente relegado, la organización comunitaria local sigue siendo un eje importante para entender las relaciones entre el Estado y la sociedad. Este llamado de artículos invita contribuciones que analicen las nuevas configuraciones de organización local y su impacto en la participación popular, sus ventajas y desventajas, para las demandas y necesidades de los ciudadanos en áreas tales como la infraestructura, los programas de ayuda social, el medio ambiente, y la seguridad. Así también, analizar como el uso de las nuevas tecnologías de la información son un potencial instrumento al retorno de grandes movilizaciones sociales, y cuáles son las nuevas características que estas pudieran tener. ¿De qué manera estas organizaciones comunitarias están instauradas en localidades donde podría haber ausencia del Estado? ¿De qué manera se han transformado las relaciones entre comunidades locales y el Estado como consecuencia de estas nuevas formas de organización comunitaria? ¿Presenciamos cierta “modernización” de las manifestaciones sociales, a través del uso de las nuevas tecnologías? Invitamos contribuciones que profundicen y amplíen los temas señalados. The 20th century was characterized by massive social mobilizations in Latin America. However, with the introduction of structural neoliberal reforms in the region during the 1980s and 1990s, a process of state decentralization was implemented, which brought with it changes in the forms of local community organization and social movements. From the beginning, these structural changes were seen by many scholars of the region as a way to depoliticize historically marginalized populations who had been mobilizing for greater rights from the state. However, although the period of large-scale social mobilization appears to be behind us, local community organization remains an important dimension for understanding state-society relations. This call for articles invites contributions that analyze the new configurations of local community organization and their impact on popular participation, their advantages and disadvantages for addressing citizens' demands and needs in areas such as infrastructure, social welfare programs, the environment, and security. In addition, we invite reflections on how the use of information technology may facilitate a return to large-scale mobilizations, and what new characteristics they may have. In what ways do these local organizations operate in places where the state may be absent? In what ways have the relationships between local communities and the State changed as a result of new forms of community organization? Are we witnessing a certain “modernization” of social mobilization through the use of new technologies? We invite contributions that deepen and expand on the themes expressed above.

Lógyca: une?

¿La religión divide y la ciencia

PhD. Nicola Caon (Instituto de Astrofísica de Canarias, Tenerife, España) y Mawency Vergel-Ortega (Universidad Francisco de Paula Santander, Colombia), editores de sección

Hace unos meses estuve en un congreso internacional en Canadá. Además de las sesiones más técnicas y específicas del evento, hubo una sesión especial dedicada a cómo fomentar la participación de investigadores de países menos desarrollados. De hecho, la casi totalidad de los participantes era de Europa, Norte América y Japón; los de Suramérica, Asia o África se podían contar con los dedos de una mano. Así que se habló acerca de la posibilidad de organizar el congreso en los años venideros en dichos países, o intentar reducir, en la medida de lo posible, los costos de la participación (viaje, alojamiento, tasa de inscripción…), y buscar algún tipo de ayuda o financiación adicional para esas personas. Es realmente una pena, y una pérdida para todos los demás asistentes al congreso, que investigadores valiosos, con muchos trabajos e ideas interesantes para presentar y discutir, no puedan hacerlo por razones primariamente económicas. Al mismo tiempo, en los

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Sapiens Research GROUP noticieros y periódicos salían noticias sobre guerras o conflictos entre distintos grupos religiosos. Así que me pregunté si es cierto que la religión divide mientras la ciencia une. Yo opino que sí. Y el hecho es que la ciencia se basa en un terreno común a todo el mundo, que es la realidad. La ciencia intenta avanzar firmemente (aunque pueda haber cambio de direcciones o descubrimientos que abren nuevos caminos) hacia una comprensión de la realidad y de los mecanismos que la gobiernan. No hay “Ciencia Occidental” o “Ciencia Americana” o “Ciencia China”. Lo que hay es conocimiento científico compartido entre todos (claramente esto no excluye que pueda haber diferentes teorías o interpretaciones sobre un mismo fenómeno). Al contrario, la religión divide porque no hay acuerdo posible sobre la naturaleza de lo que se extiende más allá del universo físico. La religión quizás dé una cierta tranquilidad y estabilidad emocional al hombre (hay un Dios que nos quiere y nos cuida, moriremos pero volveremos a vivir, etc.), pero no propone ningún método o vía para comprender la realidad. Todas las discusiones sobre Dios, los dogmas, el alma, la vida después de la muerte, y otros temas similares seguirán continuando ad infinitum, ya que parece ser simplemente imposible conciliar distintas visiones religiosas. Éstos arriba son nada más que pensamientos sueltos, sin argumentar, así que me gustaría proponer una reflexión acerca de los temas abordados: 1. ¿Es cierto que la ciencia une y la religión divide? 2. ¿Será tal vez posible encontrar un punto de unión entre las distintas religiones, o son las diferencias irreconciliables? 3. ¿Puede ser la religión un freno al avance de la ciencia? 4. ¿En un futuro, podría la ciencia acabar con las religiones, o marginarlas?

Psique: La importancia de lo lúdico para el ser humano / The importance of playfulness to humans Dra. Miriam Pardo-Fariña (Universidad de Viña del Mar, Chile) y PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (Universidad Latina de México, México), editoras de sección

Si existe un espacio propio para los seres humanos en donde se pone en movimiento la subjetividad ese es el jugar. Poetas, escritores, músicos, científicos y varias disciplinas dentro del área de las Ciencias Sociales y Humanidades se preguntan acerca del juego y el jugar. Freud estableció un nexo entre el creador literario y el fantaseo y otros autores dentro del Psicoanálisis, tales como Donald Winnicott, profundizaron en el juego asociándolo con el espacio transicional. Johan Huizinga, filósofo e historiador holandés, en Homo ludens asociará el juego con la cultura haciendo un salto interesante respecto a la noción de juego enlazada con la biología, la etnografía y la psicología. Muestran la mayoría de los autores que lo lúdico no es algo externo al sujeto humano, sino parte óntica del mismo. En este sentido, pareciera que el juego en la actualidad se ha limitado solamente a una esfera del sujeto, dejando fuera lo esencial del mismo. Con el paso del tiempo, los niños nos han ido enseñando variadas maneras de dar cuenta de lo lúdico sustentable a partir de objetos de madera, trapos, greda, tierra, hasta el alcance que han tenido juguetes sofisticados tales como legos, muchos de ellos con temáticas definidas, hasta la innumerable cantidad de los llamados juegos virtuales de los cuales participan de forma manifiesta niños, adolescentes y adultos siendo, además, un negocio altamente favorable para quienes se dedican al mercado de la entretención. Los adultos también muestran manifestaciones interesantes de lo que encierra todo esa dimensión lúdica. ¿Qué nos quiere decir el sujeto cuando juega? ¿Cuándo el espacio creado en el juego se transforma en escena lúdica? ¿Acaso todos jugamos? ¿Es el juego una posibilidad circunscrita a los niños o los adultos también podemos crear una escena? ¿Existe alguna diferencia entre el juego y el jugar? ¿Lo lúdico se circunscribe al juego? Tan arcaico y tan evolucionado como pudiera considerarse, el juego está siempre vigente encerrando enigmas que se constituyen en verdaderos desafíos para quienes les interesa ahondar en lo humano. If there own space to humans where it sets in motion the subjectivity that is the play. Poets, writers, musicians, scientists and various disciplines within the area of Social Sciences and Humanities wonder about the game and play. Freud established a link between literary creator and fantasize and others within Psychoanalysis, such as Donald Winnicott, delved into the game associating with the transitional space. Johan Huizinga, Dutch philosopher and historian, in Homo ludens associate the game with culture doing interesting leap from the notion of play linked to biology, ethnography and psychology. Show most authors playfulness is not something external to the human subject, but ontic part thereof. In this sense, it seems that the game currently has only limited to one subject area, leaving out essentially the same. Over time, children have been teaching us different ways of accounting for sustainable playful objects from wood, rags, clay, earth, to the extent that have sophisticated toys such as legos, many with Theme defined, to countless called virtual games which manifestly involved children, adolescents and adults also remain a highly favorable for those involved in the entertainment business market. Adults also show interesting manifestations of the enclosing all the playful dimension. What does he say on

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Sapiens Research GROUP the subject when playing? When the space created in the game becomes playful scene? Do we all play? Is the game a chance circumscribed children or adults can also create a scene? Is there a difference between the game and play? What fun is limited to the game? As archaic as evolved as could be considered, the game is always current enclosing enigmas that constitute real challenges for those who are interested in delving into the human.

Sociologando: Acción colectiva y movimientos sociales

Dra. Angélica De Sena (Universidad de Buenos Aires, Argentina) y Dra. Begoña Enguix (Universitat Oberta de Catalunya, España), editoras de sección

Las acciones colectivas constituyen uno de los ejes por donde poder observar la estructura social. Movimientos sociales, protestas y conflictos sociales son fenómenos que permiten elaborar un mapeo de la situación de las relaciones sociales en determinados momentos y espacios. Por ello, el estudio de las acciones colectivas es, sin duda, uno de los ámbitos más convocantes en las ciencias sociales. Interrogarse sobre los porqués de las acciones de modo colectivo ha sido y es de gran interés. En las últimas décadas, se observan la emergencia de “nuevas” formas de protestas y la constitución de actores y acciones colectivas también “novedosas”, aún por explorar y que conviven con formas tradicionales de protestas. La presente convocatoria de Sociologando busca promover una reflexión y un debate sobre la heterogeneidad de las formas que asumen las acciones colectivas contemporáneas. Con este propósito, se invita a enviar trabajos que traten tanto aspectos teóricos y metodológicos de los abordajes recientes sobre el tema, como aproximaciones a casos concretos que den cuenta de la pluralidad de contextos, de formas y de espacios de actuación, de los procesos de emergencia de nuevos actores y de la formación de identidades socio-político. Se propone revisar críticamente las perspectivas teóricas recientes, así como debatir sobre los límites y posibilidades de transformación social a partir de las prácticas de movimientos sociales y demás actores colectivos, en contextos globales heterogéneos. Siguiendo lo dicho, el presente llamado convoca a enviar trabajos inéditos que reflexionen en torno a los siguientes ejes: 1. Movimientos sociales: debates teóricos. 2. Acción colectiva e indagación social: revisiones metodológicas. 3. Acción colectiva y TIC. 4. Nuevas formas de protesta social. 5. Experiencias de protesta social. 6. Demandas y formas de la demanda colectiva.

Sofando: Casi en la calle: experiencias y reflexiones en torno a la práctica filosófica allende la academia

PhD. Anayra-O Santory-Jorge (Universidad de Puerto Rico) y PhD. María-Ofelia Ros-Matturro (University of Michigan, Estados Unidos), editoras de sección

Tanto en Europa, como en los Estados Unidos y varios países de América Latina, se han ensayado múltiples modalidades para la práctica de la filosofía fuera de los ámbitos académicos y los recintos universitarios. Cafés filosóficos, diálogos socráticos, consultorías para dilemas existenciales y talleres de filosofía para niños o adolescentes son algunas de las modalidades de estos encuentros con públicos más amplios que los de los colegas especialistas en nuestro campo. A Sofando le interesa conocer en detalle algunas de estas experiencias, sus contextos, premisas y motivaciones y los marcos teóricos —si alguno— en los que se apoyan. Hace tanto tiempo que perdimos la costumbre de pensar la filosofía como una actividad que se asienta naturalmente en nuestra capacidad reflexiva y en la muy humana práctica de la conversación que estamos particularmente interesados en conocer cómo la práctica de la filosofía, fuera de su entorno habitual, impacta la conceptualización vigente de una disciplina nacida casi en la calle.

Urbis: Transformaciones urbanas en las ciudades del sur global / Urban transformations in the cities of the global South Dra. Mercedes Di Virgilio (Universidad de Buenos Aires, Argentina) y Dra. Yanina Welp (University of Zurich, Suiza), editoras de sección

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Sapiens Research GROUP Así como ocurrió con otras ciudades latinoamericanas, desde fines de la década de 1970, la ciudad de Buenos Aires, Argentina, asistió a procesos intensos de transformación urbana. Dichos procesos supusieron la redefinición del marco institucional bajo el cual se produce la ciudad y del esquema de gobernanza que orienta su desarrollo territorial. El nuevo esquema de gobernanza es lo que algunos investigadores denominan empresarialismo urbano: este tipo de gobernanza refiere a una forma de gobierno que se caracteriza por la promoción del crecimiento económico a través de la articulación público-privada de iniciativas, desarrollos e inversiones. Esta categoría surge en el contexto neoliberal, en la transición desde una concepción más ligada a la gestión (centrada en la provisión de bienes y servicios), hacia otra que se orienta por al afán de generar desarrollo local, promoviendo el crecimiento económico y atrayendo inversiones privadas. Esto no supone la retirada del estado de su función tradicional como planificador de la urbanización, sino que dicha función se orienta a garantizar las condiciones de acumulación del capital privado como agente concreto de urbanización. En este marco, el próximo de URBIS invita a reflexionar sobre cómo el nuevo marco institucional y el nuevo esquema de gobernanza se expresa en: 1. Los cambios en el mercado del suelo urbano en relación con los nuevos patrones de desarrollo. 2. Las dinámicas de producción de vivienda e infraestructura. 3. Los impactos ambientales asociados a los nuevos patrones de desarrollo. 4. Los patrones de segregación socio-espacial y la dinámica de la pobreza en las ciudades. 5. Las consecuencias en las opciones de movilidad y transporte. 6. Las implicancias para la seguridad pública y la protección civil: nuevas prácticas y dispositivos de securitización. 7. Los procesos culturales que acompañan a las transformaciones urbanas. 8. Los movimientos sociales ante los procesos de transformación urbana. 9. La gestión urbana: competencias de los gobiernos municipales, estatales y federales en la gestión del territorio. From the late 70s, the City of Buenos Aires (Argentina) has lived –as other Latin American cities– an intensive process of urban transformation. This process led to a redefinition of the institutional framework under which the city is produced as well as the governance outlines that guide its territorial development. The new governance outline is defined as urban entrepreneurship: a type of governance which refers to a form of government characterized by the promotion of economic growth through public-private initiatives, developments and investments. This category arises in the neoliberal context, in the transition from a concept closely linked to management –centred in the provision of goods and services- towards another one geared by the intention of producing local development, promoting economic growth and attracting private investment. This does not mean a State withdrawal from its traditional role as urban planner, however this role is focus on guaranteeing the conditions for private capital's accumulation as a specific urbanization agent. Within this framework, the forthcoming number of URBIS is oriented to think about how the new institutional framework and the new governance guidelines are expressed in: 1. Changes in the urban land market in relation to the new patterns of development. 2. Dynamics of housing and infrastructure production. 3. Environmental impacts associated to new patterns of development. 4. Patterns of socio-spatial segregation and dynamics of poverty in the cities. 5. Implications for social security and civil protection: new practices and securitization devices. 6. Cultural processes that go along with urban transformations. 7. Social movements facing urban transformation processes. 8. Urban management: competencies of municipal, state and federal governments in territorial management.

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Sapiens Research: Indexada en


Sapiens Research: Indexada en


Sapiens Research Sapiens Research Group Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / ISSN-e: 2215-9312

Tabla de contenido Editorial: ¿Qué va a suceder Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (Colombia) Latín-A: Retos epistémicos, éticos y estéticos del campo emergente de las ciencias ambientales Por Hernando Uribe-Castro (Colombia)

Psique: ¿Cómo pensar las actitudes ante la muerte? Por Sergio-Ignacio Maureira-Silva (Chile)

Psique: Características y retos de las familias adoptivas en su transición a la parentalidad Por Ana Rosser-Limiñana (España)

Sociologando: La personapp, ¿el fin de la división entre online y offline? Por Erick-Gonzalo Gómez-Narváez (México)

Sociologando: Las TIC en las prácticas científicas de investigadoras: aproximaciones desde la sociología de las emociones Por Claudia-Liliana Gandía (Argentina)

Sociologando: Contragénero y binarismo de género en la cibersociedad: un estudio exploratorio en busca de un futuro contragenérico Por Almudena García-Manso (España)

Sofando: Multiplicar los sujetos, encarnar los conocimientos: plausibilidad de la epistemología social posmoderna de Donna Haraway Por Maricela Guzmán-Cáceres (México) Sofando: Tribulación e infinito: lo mesiánico en la filosofía contemporánea Por Melissa-Sharon Padilla-Ramírez (México)

Sofando: La jurisprudencia en Karl Larenz bajo el prisma de un jurista actual Por Lorena Chano-Regaña (España)

Urbis: Percepción y experiencia en las formas de la protesta en el Área Metropolitana de Buenos Aires Por Julián Rebón (Argentina)

Urbis: Ayotzinapa, protestas, solidaridades y movimientos juveniles en México Por Anna-María Fernández-Poncela (México)

Urbis: Analizando el ciberactivismo en México: El caso de #YoSoyMedico17 Por Rodrigo Sandoval-Almazán (México)

Ranking U-Sapiens 2014-2 Por Sapiens Research Group

Índice: artículos y autores anteriores Biodatos: autores actuales Pautas: contribuciones y arbitraje

1 27 812 1320 2126 2732

3338

3944 4550 5155 5660 6165 6672

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Editorial Columnas anteriores V1N2-2011: El efecto Wall-e en la comunidad científico-académica V2N1-2012: Los extremos: “citología”, fraude y plagio V2N2-2012: Las verdaderas necesidades V3N1-2013: Ayer me suicidé V3N2-2013: Cimas iluminadas V4N1-2014: El artículo que se debe escribir V4N2-2014: ¿Absolutos o relativos? V5N1-2015: Reflexiones sobre la resiliencia


Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / p: 1 / ISSN-e: 2215-9312

Editorial: ¿Qué va a suceder? Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor) editor@sapiensresearch.org

A corto, mediano, largo e infinito plazo, todos, o muchos, nos hemos preguntado qué va a suceder. Nos hacemos esa pregunta cuando, sin importar la edad, nos enfrentamos a un problema. Para el niño, cuando le colocan en su agenda del colegio una citación para que acudan sus padres. Para el joven, cuando sacó sin permiso el auto de sus padres y llegó a casa después de una riña en la fiesta que estaba y se lo dañaron con un golpe. Para el adulto y padre de familia, cuando su jefe le dice que, por cuestiones administrativas, deben prescindir del puesto que ocupa. A veces podemos suponer la respuesta: “Mis padres se enterarán que me gané la matrícula condicional”; “Mi familia no me volverá a dejar salir… y ni siquiera tengo un peso para mandar a arreglar el auto”; “Tengo compromisos, deudas, y ahora… qué voy a hacer con esta situación… Escasamente tengo ahorros para un par de meses”.

en el que se puede navegar si no se entrega todo en manos de aquel que conocer el verdadero norte, que puede soplar su viento para llevarnos a entender la razón de todo, aunque eso haya significado mucho dolor, agonía y llanto. En los grandes centros de pensamiento entran muchos competidores a una carrera. Incontables personas ingresan, pero muy pocas llegan a la meta. El resto, que deja esa carrera por cualquier situación, emprende otra, fuera de estos campos de entrenamiento, que también tiene un destino. Nuestra vida, con o sin este tipo de carrera, tiene una finalidad que va más allá de estos 60 o 70 o más años. ¿Qué va a suceder? ¿Qué va a pasar después de todos los años de vida? Algunos se hacen esa pregunta y no tienen nada que decir, pero otros sí. Y por eso existen dos tipos de personas: las que se preparan desde ya porque saben, aunque sea de lejos, lo que va a suceder; y las que solo se limitan a competir en la carrera de la vida sin entrenarse para la carrera que va más allá de lo no trascendental, porque sencillamente no creen que más allá hay un camino que con estos ojos naturales no podemos ver.

Y esos son solo algunos de los pensamientos que nos pueden caer como truenos si no tenemos puesta nuestra confianza en que nuestras vidas pueden tener un seguro contra todo riesgo si tan solo tomamos la decisión de dejar todo en las manos de alguien que conoce por completo lo que ha sucedido, sucede y sucederá, que sabe el principio y el fin, que puede hacer de los problemas las más grandes y maravillosas soluciones. Sin embargo, las experiencias de la vida, sin importar si se tiene o no estudios, incluso de hasta PhD; o si nunca se ha salido de la ciudad de residencia o si se ha viajado por decenas de países, incluso a varios cada año… sí, las experiencias de la vida nuestra y ajena nos pueden señalar lo que quizá va a suceder. Y todo porque pensamos que si a fulano le pasó, a mí también; o porque eso pasó en cierto país, en el mío se repetirá. Y es cierto, en muchos casos vuelve a suceder lo mismo: nos puede esperar un regañó, una dura disciplina, o un tiempo de desierto financiero que repercute en lo emocional y económico.

Las grandes mentes cada vez llegan más lejos en la comprensión del universo, del funcionamiento de nuestro cerebro, de aquellas cosas tan intangibles pero tan certeras como la materia oscura o el bosón de Higgs. El conocimiento y el entretenimiento han llegado a tal grado de avance que, cada vez, cuando se cree tener o hacer lo más reciente, resulta que ya, en otro lado, eso es casi obsoleto o pasado de moda. Cada desarrollo motiva a otro y cada manera de hacer las cosas a otra. Pero todo, al final, solo demuestra que hay más por hacer o por tener. No existe saciedad en estas esferas porque casi todo se mueve con los hilos del consumo, el poder y la satisfacción temporal.

Esas son las cosas que nos ocurren, las preguntas que nos hacemos, y también las posibles situaciones que vendrán. Sin embargo, la zozobra dilatada, la angustia que enferma, la disyuntiva que casi agota las fuerzas pueden dejarse encerradas en un cajón cuya llave podemos lanzar al aire, hacia atrás y seguir adelante, con la frente en alto, y creer que todo saldrá bien, que la noche solo dura un par de horas y que el sol saldrá nuevamente para alumbrar todas las cosas, para darnos la oportunidad de ver, de reflexionar, de analizar y de preguntarle al que tiene todas las respuestas no solo porqué, sino algo más importante: para qué.

El fin, indudablemente, no es ni hacer ni tener, aunque parezcan lo más importante. El fin se trata de ser. El resto de cosas quedan por debajo cuando se tiene esa certeza. No se vive para tener. No se vive para hacer. Se vive para ser. ¿Para ser qué? ¿Para ser cuándo? ¿Para ser cómo? ¿Para ser por qué? ¿Para ser para qué? Esas parecen ser las preguntas más importantes que debemos responder y por las cuales debemos orientarnos. Vivimos para ser-vir. Vivimos para servir con todas nuestras fuerzas en que otros y nosotros mismos podamos alcanzar el propósito para el cual fuimos creados. Vivimos para hacer eso desde hoy mismo y hasta que se terminen nuestros días. Hasta el último aliento. Vivimos para ser como quien nos diseñó quiere que seamos, y todo eso se resume en dos palabras tan significativas: obediencia y amor. Vivimos para ser porque nada de lo que creemos que es nuestro nos pertenece y porque sencillamente tenemos la maravillosa oportunidad de administrar algo de alguien. Y para que todo cobre verdadero sentido. Ese sentido solo va por el único verdadero camino: Jesucristo. Ese camino nos lleva al único verdadero sentido: Dios. ¿Qué va a suceder? De lejos muchos lo sabemos y esperamos. Y la invitación es para que no ponga sus esperanzas en lo temporal sino solo en Dios. Allí está, al alcance de su corazón.

Todo tiene un sentido y apunta justo hacia allá por una decisión y propósito, a pesar de que muchas veces creemos entender de verdad lo que pasa o tratamos de ajustar una respuesta cuando solo lo que hacemos es darle golpes al aire. Y esto sucede en las esferas más cotidianas y hasta en las más científicas. La historia nos revela que lo que hace siglos era un paradigma irrefutable, hoy día es una más de muchas teorías que tarde o temprano se han caído por el peso de nuevos argumentos. A muchos los han tildado de locos cuando toman decisiones que van contra la corriente y después, cuando descubren lo que era únicamente imaginado por ellos pero criticado por casi el resto, dejan de ser los rechazados para convertirse en un faro en medio del mar de oscuridad

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Latín-a Artículos anteriores V1N2-2011:  Jóvenes indígenas (kichwa-otavalos) entre etnicidad, clase y género  Transnacionalización e informalidad en las políticas de «rescate» en el centro histórico de Ciudad de México  «Dios tenía miedo» de la conformación de la identidad actual salvadoreña  Supremacía y lealtad en los conflictos por la supremacía regional en América del Sur V2N1-2012:  Emociones y desastres  El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo V2N2-2012:  Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad V3N1-2013:  Políticas públicas e inseguridad en México: poblaciones sitiadas  Diferenciación social e identidad étnica en la frontera sur de México  El eterno dilema del modelo económico para México: visión de la ruralidad V4N1-2014:  Programas de transferencias condicionadas de ingresos y programas de empleo en Argentina: entre la responsabilización de los destinatarios y la individualización de la cuestión social V4N2-2014:  Seguridad ciudadana, estado y sociedad civil en el contexto boliviano (2001-2013)


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LATÍN-A Retos epistémicos, éticos y estéticos del campo emergente de las ciencias ambientales Epistemic, ethical and aesthetic challenges of the emerging field of Environmental Sciences Hernando Uribe-Castro (1972, colombiano, Universidad Autónoma de Occidente, Colombia) hernandouribe08@gmail.com

Resumen El planteamiento central de este artículo señala que las ciencias ambientales hacen parte de un campo emergente que tiene la tarea de comprender, estudiar e investigar el sistema viviente como totalidad, que incluye no solo aquellos seres que tienen la capacidad y función de vida ascendente que va desde el nivel subatómico a la vida planetaria, incluso hasta la relación entre este planeta y el universo como algo viviente. No posee un solo objeto de estudio sino una red de objetos diversos como totalidad. Integra el conocimiento científico y los saberes ancestrales, las metodologías lineales y las no lineales. Las ciencias ambientales integran la epistemología, la ética y la estética. Palabras clave: campo emergente, ciencias ambientales, complejidad, nolinealidad, saberes y transdisciplina. Recibido: 03-07-2015 → Aceptado: 23-07-2015

Abstract The central argument of this article is that environmental science is an emerging field that has the task of understanding, studying and researching the living system as a whole, including not only those beings who have the capacity and function of ascending life, running from the subatomic level to planetary life, into to mention the relationship between this planet and the universe as a living thing. It does not possess one single object of study but encompasses a network of various objects. It integrates scientific knowledge and ancestral wisdom, linear and nonlinear methods. Integrate environmental science epistemology, ethics and aesthetics. Key words: attachment figures, childhood, gender identity, violence.

Introducción El planteamiento central de este artículo1 reflexiona en torno a las ciencias ambientales como campo de conocimientos y saberes emergente, que además de interesarse por el ambiente, tal como lo ha planteado la Red Colombiana de Formación Ambiental (RCFA) (2007.19), tiene la tarea de 1

Artículo de reflexión resultado de las discusiones en el curso Sustentabilidad, Complejidad y Ambiente orientado por los profesores PhD Fernando Flórez y PhD Miguel R. Peña Varón en el periodo enero-mayo de 2015, y como parte del proceso de investigación de tesis doctoral titulado “Comunidades en acción colectiva frente a la agroindustria cañera: Valle del Cauca, 1960-2015”, en el doctorado en Ciencias Ambientales, Universidad del Valle. 2 Campo en el sentido de P. Bourdieu que lo define como: “sistema de relaciones objetivas entre posiciones adquiridas (en las luchas anteriores), es el lugar (es decir,

comprender, estudiar e investigar el sistema viviente como totalidad, (complejo y sistémico), que incluye no solo aquellos seres que tienen la capacidad y función de vida ascendente, que va desde el “metabolismo, movimiento-apetito, capacidad de sentir y percepción, imaginación, arte y concepto” (Jonas, 2010:10), sino también el universo mismo desde la partícula hasta el cosmos como algo viviente. Más que un área, las ciencias ambientales son un campo de conocimiento y saberes en construcción. 2 Como campo que emerge del encuentro disciplinar, de los intentos interdisciplinares y del trabajo transdisciplinar, que incluye los saberes no necesariamente disciplinares, las ciencias ambientales combinan y se combinan entre: la ciencia normal y la posnormal; en la física y la metafísica; en las ciencias naturales y las ciencias sociales; en las metodologías lineales y las no lineales. Este artículo se estructura en cuatro partes: 1) aborda la relación tríadica presente en las ciencias ambientales, la epistemología, la ética y la estética como un todo complejo e indisoluble, como criterios humanos necesarios para abordar los asuntos del sistema viviente; 2) plantea la discusión sobre el lugar que ocupan las ciencias ambientales, entre las ciencias normales y las ciencias posnormales; 3) muestra el papel que desempeñan las ciencias ambientales en su intento por descentrar el peso que tiene el antropocentrismo en la comprensión del mundo, hacia un planteamiento que se ubica en el biocentrismo, en la vida del sistema universal; 4) el artículo propone una concepción (no definitoria, ni estática, ni concreta) de ciencias ambientales como un campo emergente en construcción. Una triada indisoluble en las ciencias ambientales: epistemología, ética y estética En la semana del 30 de julio de 2014, diferentes periódicos en el mundo se encargaron de difundir la noticia de la muerte del virólogo Shiekh Umar Khan, fallecimiento que llamó la atención porque este era de los pocos científicos interesado en tratar los casos de Ébola en África. Los periódicos reportaron, por ejemplo, que: “El médico que ha liderado la lucha contra el Ébola en Sierra Leona, Umar Khan, ha muerto a causa del virus pocos días después de ser diagnosticado, confirmaron las autoridades sanitarias del país africano, citadas este miércoles por la prensa local. El facultativo, de 39 años, es el que más pacientes había tratado en su país, uno de los más afectados por la epidemia, que se ha cobrado ya 672 vidas en África

el espacio de juego) de una lucha competitiva que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica, inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social o, si se prefiere, el monopolio de la competencia científica que es socialmente reconocida a un agente determinado, entendida en el sentido de capacidad de hablar e intervenir legítimamente (es decir, de manera autorizada y con autoridad) en materia de ciencia” (2000:12).

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Occidental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)" (El Espectador, 30 de julio de 2014). Luego de esta muerte, los periódicos anunciaban que el virus del Ébola se estaba saliendo de control y que existía una alta probabilidad de su expansión por toda África y, posiblemente, hacia los otros continentes. Lynn Margulis, en su libro Planeta simbiótico, considera que en la sociedad actual se construyen representaciones negativas de las bacterias, virus y microbios como gérmenes que deben aniquilarse y se oculta la parte benéfica que esta vida microbiana tiene para el mantenimiento de la vida en la Tierra: “La visión más equilibrada del microbio como colega y ancestro apenas se menciona. Nuestra cultura ignora el hecho, que costó mucho esfuerzo demostrar, de que estos «agentes» de enfermedad, estos «gérmenes», también fueron la semilla de toda la vida. Nuestro ancestros, los gérmenes, eran bacterias” (Margulis, 2002:92). Con ayuda de la química y otros campos de conocimiento, las corporaciones globales, laboratorios y farmacéuticas elaboran productos comerciales para enfrentar estos males (productos médicos, de aseo y de limpieza de hogares y del cuerpo), y los incorporan al mercado global para generar altas ganancias económicas: “Pasteur nos convenció de que las bacterias están igual de vivas que nosotros y de que la presencia bacteriana está relacionada con la infección y la contaminación alimentaria. Los brillantes experimentos de Pasteur disfrutan de un gran legado. Él estableció el punto de vista que prevalece: las bacterias, infecciosas y de hecho casi diabólicas, son «gérmenes», que deben ser destruidos. Los grandes éxitos de la medicina moderna han reforzado la idea de los microbios como enemigos. La limpieza, la esterilización de los instrumentos quirúrgicos, y especialmente los antibióticos, son todos descritos como armas de guerra contra los agresores microbios” (Margulis, 2002:92). Incluso, son importantes para la nutrición y el mantenimiento del cuerpo humano. Aún más, en el largo del proceso evolutivo de la vida en la tierra, las bacterias pudieron superar las altas y bajas temperaturas, y la adquisición de esta resistencia es la que permite nuestra propia existencia. Pero estos aportes del universo microbiano a la producción y reproducción de la vida en el planeta son negados y ocultos. Combatir estas bacterias percibidas como “males” genera importantes riquezas para las grandes corporaciones como Monsanto, cuya producción y comercialización tienen fuerte impacto sobre las comunidades y los ecosistemas. Incluso se reproducen discursos negativos del mundo microbiano a través de la publicidad para la venta de productos domésticos que las extermina, y hasta para la producción cinematográfica que, a través de películas, reproducen la vida de la sociedad del mañana como un apocalipsis (Akle y Arévalo, 2007). Los microbios, cucarachas, ratas, abejas e insectos son considerados “enemigos de la sociedad”. Hoy día, presenciamos guerras biológicas para aniquilar a los enemigos. El mercado global de pesticidas y venenos también se da para la vida vegetal. En Colombia, la guerra contra el narcotráfico ha llevado a que las corporaciones productoras del glifosato aumenten su capital a costa de las aspersiones que desde hace varias décadas se realizan para eliminar los “cultivos ilícitos” como las plantas de marihuana (cannabis), de coca (en quechua es kuka o Erythroxylum coca) y de amapola (papaver). Se trata de 3

Según el Informe Mundial de Drogas de 2014, se expresa que: “A nivel mundial, se calcula que en 2012 entre 162 y 324 millones de personas, es decir del 3,5% al 7,0% de la población de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una vez alguna

plantas que por sus características psicoactivas han sido usadas para la producción de drogas que se consumen en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos.3 La orden del gobierno estadounidense a su similar de Colombia, es que estas plantas cultivadas en grandes extensiones sobre algunas regiones del territorio nacional deben eliminarse a través de aspersión como muestra de la lucha global contra el narcotráfico y el delito. No obstante, en los últimos años han aparecido importantes evidencias de cómo el uso de glifosato afecta la salud de las plantas, animales y seres humanos que se encuentran sobre las zonas fumigadas. Estas fumigaciones sobre los cultivos, en algunas regiones del territorio colombiano, han tenido respuestas sociales, tales como las protestas sociales y comunitarias. Incluso, se han producido conflictos con otros países, tal como sucedió en 2013 con Ecuador (El Espectador, 14-10-2013). En 2015, el Consejo Nacional de Estupefacientes, ante las evidencias de la afectación en la salud al usar el glifosato, presionó al presidente Santos para que diera la orden de suspender las aspersiones que se venían realizando de modo incesante desde la puesta en marcha del Plan Colombia durante el gobierno de Andrés Pastrana en 1998. Los defensores del medio ambiente consideran que el problema no son los cultivos ni las plantas, pues estas, como cualquier otra planta en este mundo, hacen parte del sistema viviente. El problema es el uso social que la red de tráfico global como el narcotráfico, los intereses económicos de las corporaciones así como las políticas fallidas de los gobiernos contra la lucha con el narcotráfico, ha hecho de estas. Algunos grupos humanos mantienen otro tipo de relación con el sistema viviente. Los pueblos andinos defienden La Pachamama en relación amorosa con la Madre Tierra. Un ejemplo apasionante lo podemos expresar con la siguiente fotografía (foto 1): en ella aparece una planta de bosque andino con hojas verdes dentadas que ha sido mordisqueada por los insectos que han dejado varias perforaciones sobre su superficie. Foto 1: El derecho a la alimentación en el sistema viviente

Autor: Hernando Uribe Castro. Granja de Mamá Lulú. Mayo 2014

droga ilícita, principalmente sustancias del grupo del cannabis, los opioides, la cocaína o los estimulantes de tipo anfetamínico” (V.14-03603 (S) -2).

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La respuesta humana, desde su visión guerrerista y mercantilista ante las hojas perforadas, sería fumigarla con pesticida para eliminar el “bicho” que destruye la “estética” de la planta. El conocimiento indígena tendría otro tipo de respuesta: el insecto, como parte del ecosistema, tiene derecho a su alimentación y, por tanto, los mordiscos son una expresión de interrelación entre la planta y el animal, pues este no elimina la hoja ni las hojas por completo. El insecto come lo necesario de esta. Por tanto, no se requiere eliminarlo porque existe la idea de respeto por los elementos de la naturaleza. En algunos casos, la misma naturaleza brinda los medios para la protección de planta de sus depredadores. Esto significa un modo totalmente distinto de ver el hecho. Este es uno de los principios del buen vivirvivir bien, el respeto por la Madre Tierra. La ecología profunda Naess (2007) plantea la “igualdad biosférica”. Es uno de los principios relacionado con el respeto profundo por los modos y formas de vida de todas las especies existentes. La igualdad de derecho es, en el fondo, la capacidad que tenemos de admitir la diversidad biológica como una red de relaciones interdependientes de la que emerge la vida como un sistema complejo en el planeta. Una extensión, difusión y ampliación de la vida sobre los diferentes ecosistemas de parte de la urbanización o la presencia humana implica un retraimiento de los otros ecosistemas que se ven afectados, amenazados o extinguidos. Nos encontramos entonces frente a uno de los retos centrales de las ciencias ambientales y es, precisamente, la indisolubilidad que debe existir entre epistemología, ética y estética. Como en el caso de la hoja perforada por los insectos, no solo recae sobre esta una valoración de su belleza (dimensión estética) sino lo que verdaderamente existe como proceso en esa hoja que es la cadena de alimentación de un insecto o grupo de insectos que se hacen de esta un manjar para poder existir (dimensión epistémica) y que, por tanto, al fumigarla con químicos implicaría no solo romper con la cadena alimenticia sino también implicaría la muerte para los insectos por falta de alimentación o por los efectos del químico en su organismo (dimensión ética). La cadena alimenticia integra la presencia humana y cada grupo humano elabora y construye referentes culturales, prácticas y significados con respecto a la alimentación. Para Whitehead (2003), los organismos se adaptan a la naturaleza. En las formas superiores de vida, como en la humana, las modificaciones del entorno, además de adaptativas, son un enérgico ataque al medio: “Este enérgico ataque al medio es un afán triple: 1) de vivir; 2) de vivir bien; 3) de vivir mejor. En realidad, el arte de la vida consiste, primero, en estar vivo; segundo, en estar vivo de una manera satisfactoria; y tercero, en lograr un incremento de la satisfacción” (2003:32). Bilbeny propone entonces que se debe poner un límite a la intervención humana y a ese ataque enérgico de la especie humana frente a la naturaleza. Para ello establece la necesidad de una de ecoética, una ética del entorno global. Una ética que ponga la reflexión humana de sus consecuencias a partir de la responsabilidad en el trasfondo de las ideas, los valores y las acciones. Ética y ecología entonces no estarían distanciadas sino interconectadas, donde la ética es la base para la mejor elección moral. De lo normal a lo posnormal y lo transdisciplinar Incluye la ciencia normal y posnormal Una de las consideraciones centrales de las ciencias ambientales es que en ella opera tanto la ciencia normal como la posnormal. La ciencia normal

considerada como la ciencia tradicional, tanto desde la perspectiva de T. Kunh basada en revoluciones y paradigmas científicos, así como desde la perspectiva de K. Popper en el sentido del avance de la ciencia a partir de la falsación. La ciencia posnormal, por su parte, emerge en el momento en que la ciencia normal queda desbordada frente a la magnitud, incertidumbre y complejidad de los fenómenos del sistema viviente. Según Pérez (2015), en la ciencia actual se hace evidente la presencia simultánea del triunfo intelectual sobre el riesgo ecológico- social. Esto es importante porque frente a las implicaciones, a veces indescifrables de los efectos directos, del pasado (como los efectos a largo plazo tanto de la bomba atómica como la explosión de la planta de Chernóbil), de los actuales (extractivismo de recursos en América del Sur) y los futuros de las acciones humanas (fracking, extracción en el ártico) sobre los ecosistemas, se pone en entredicho la visión de la ciencia normal como campo de la regularidad, simplicidad y certeza de la comprensión de los efectos. La ciencia posnormal surge para llamar la atención sobre la necesidad de incluir la incertidumbre, la inestabilidad, el caos y la irreversibilidad como factores centrales en la comprensión de los fenómenos de la naturaleza. Incluye la labor disciplinar, la interdisciplinar y la trandisciplinar (que combina conocimiento científico con saber (que puede ser ancestral, popular y comunitario) Las disciplinas son parcelas fragmentadas con su objeto de estudio preciso, con sus componentes teóricos y metodológicos. La interdisciplinariedad será entendida aquí como un plano emergente de producción de nuevo conocimiento, de carácter complejo, resultado de las intenciones, motivaciones o intereses de diversos agentes disciplinares, quienes a partir de una postura de actitud y apertura mental logran interactuar entre sí para articular científicamente algunos de los componentes disciplinares como teorías, conceptos y métodos, para estudiar e investigar de modo diferente los fenómenos. En el proceso de interdisciplinariedad, no es la totalidad de los componentes de la disciplina los que participan, sino solo aquellos elementos que, desde la perspectiva y las consideraciones de los especialistas y agentes del campo disciplinar, son posibles y pertinentes de llevar, compartir, aportar y acoplar a ese otro espacio y/o plano interdisciplinar para construir como equipo objetos de investigación. Para abordar este asunto es necesario que hagamos una distinción entre comprender lo interdisciplinar, de las disciplinas y comprender lo interdisciplinar en las disciplinas. Lo interdisciplinar de una disciplina refiere aquellos aspectos que como teorías, conceptos, metodologías disciplinares pueden a aportar a la construcción de explicaciones y conocimientos interdisciplinares. Elementos seleccionados por el agente que pueden aportar a la interdisciplinariedad porque existen elementos de las disciplinas que solo son posibles de aplicar y entender en esta y que, por fuera de esta, pueden perder todo sentido y objetivo. Esto implica que no todo lo disciplinar se puede interdisciplinar. Por su parte, lo interdisciplinar en las disciplinas, refiere a aquellos elementos que ya se han integrado en el proceso interdisciplinar y que están aportando a la emergencia de lo interdisciplinar y que aportan tanto a la emergencia interdisciplinar como a la reflexividad disciplinar. Y más allá de lo disciplinar e interdisciplinar, emerge lo transdisciplinar. Para Leff (2006), las respuestas a la crisis del conocimiento no se pueden ubicar solo en la interdisciplinariedad. Aunque sin esta, el panorama para la construcción de un conocimiento institucional no lograría trascender, de todas maneras, la interdisciplina no puede resolver esta crisis.

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La cuestión de fondo es que cuando se piensa en interdisciplinariedad, este pensamiento no logra romper con las estructuras institucionales de construir conocimiento, pues todavía están en el juego del encuentro y del diálogo disciplinar. Para expresarlo mejor, se está todavía en el espacio de dominio del homus académicus, un dominio que como campo no logró resolver la cuestión del conocimiento y la crisis civilizatoria. La propuesta que se enmarca en el diálogo de saberes, como lo ha afirmado Leff (2006), es entonces superar incluso esta interdisciplinariedad, para abrir el paso al diálogo de saberes que fractura el espacio institucional, universitario y hegemónico para despejar el camino a esas otras voces de la otredad no institucionalizada y que se ubican por fuera del campo académico del homus académico, como por ejemplo el conocimiento que se encuentra y se produce en los espacios ubicados por fuera de las instituciones educativas (como el comunitario, el popular, el gremial o de los grupos étnicos). El diálogo de saberes de Leff (2006) se enfoca en el encuentro entre seres culturales diferenciados política, ontológica, y no estrictamente epistemológica. Un sujeto que como “otro” posee conocimiento tiene una historia y fue formado, transformado por su espacio de producción cultural. Sujetos que están por fuera del espacio institucional porque habitan el espacio de sus territorios. Por tanto, una verdadera revolución del conocimiento capaz de transformar el papel que desempeña la misma ciencia puede estar en transcender lo que hoy en nuestros espacios institucionales se entiende por producción de conocimiento. Se reta entonces la racionalidad científica orientada siempre en el rígido esquema de ciencia normal en términos de sus teorías, epistemologías y metodologías. Concretamente, lo transdisciplinar integraría el conocimiento aportado por las ciencias y sus diferentes campos disciplinares como por saber que poseen las comunidades. Las ciencias ambientales deben combinar la tradición metodológica tradicional con las nuevas metodologías no lineales Rolando García expresa que “las disciplinas (o ramas de la ciencia) se han ido definiendo históricamente y han establecido fronteras arbitrarias, dejando de lado problemas que cubren dominios de dos o más disciplinas sin pertenecer íntegramente a ninguna de ellas. Esto ha conducido a establecer “puentes” entre las diversas disciplinas” (1994). Pero también significa que por más que una disciplina considere que ha alcanzado una precisión en la definición de su objeto, estos objetos son porosos y difícilmente pueden blindarse frente a las mismas exigencias de la ciencia y sus descubrimientos. Los fenómenos del sistema viviente no son disciplinares, fragmentados o como partes separadas tal como lo han percibido las ciencias y sus metodologías tradicionales. Frente a la complejidad del sistema viviente, no solo los postulados teóricos se ven desbordados y necesitados de nuevas definiciones, variantes y elementos novedosos, sino que también las metodologías se ven impactadas porque se ven desbordadas por la complejidad de la realidad cuando se asume como un sistema o un todo complejo. Hoy día, se hace uso de metodologías que confrontan el modo de hacer lineal como la estadística descriptiva o la contabilidad que asume la regla de tres como la regla predilecta para todas las operaciones humanas y vivientes. La regla de tres opera como si los fenómenos pudieran ser predefinidos, determinados de antemano y lineales. Como si los fenómenos de la naturaleza, incluyendo la humanidad, tuviera la certidumbre de ser lo que se espera. Prigogine expresó que el siglo XX es la ruptura con este

modo de proceder y se constituye como el fin de las certidumbres. En su bello texto, Las leyes del caos, establece que el caos presenta un papel fundamental en todos los niveles de la naturaleza, desde su nivel microscópico, macroscópico o cosmológico (1997). Aparecen metodologías como las no lineales que pueden llegar a combinar métodos cualitativos y cuantitativos, análisis difusos o relaciones en red. La lógica difusa, las redes neuronales y los análisis de red se convierten en importantes metodologías con las que se pretende abordar de modo distinto los fenómenos de la sociedad y el ambiente. Despojarse de la altivez: del antropocentrismo al biocentrismo Autores como Bilbeny define el antropocentrismo como el hecho de “poner a la especie humana en el centro de los intereses morales, y a las otras especies y a la biosfera en un lugar secundario o al margen” (2010:65). Para este autor existe un antropocentrismo fuerte que establece que los seres humanos, irrestrictamente, somos en todo moralmente más considerables que el resto de especies, imagen de Dios y el telos de la naturaleza. Mientras que el antropocentrismo débil que establece que los seres humanos somos en todo moralmente más considerable, pero solo en parte y no siempre en todo. Pero lo interesante del aporte de Bilbeny es que detecta cinco características del antropocentrismo: a) “ante todo hay que reconocer que una prioridad de lo humano es inevitable”; b) “la prioridad humana es, por lo general, inobjetable”; c) “todo hay que valorarlo según los valores humanos”; d) “el hombre tiene preeminencia sobre otros seres como sujeto moral y también como objeto de ella”; e) “la especie humana es positivamente beneficiosa para los demás especies” (2010:66-71). Este modo de considerar el mundo y todo lo existente en este a partir del ser humano entra en una crisis profunda con los descubrimientos de los actos nocivos de las acciones humanas sobre la naturaleza, por una parte y, por otra, por los descubrimientos que en la biología molecular y la física cuántica se han realizado en las últimas décadas. Esta perspectiva implica dos situaciones importantes. La primera, es una transformación de la relación objeto-sujeto y el papel del observador como objetivador. Esto implica el que la academia y la universidad se despoje de su altivez como “ciudad sabia” y poseedora de la única verdad para entrar en diálogo con la sociedad, las comunidades que también poseen saberes y conocimientos. Se cuestiona el observador en urna de cristal desde donde observaba su entorno, por aquel observador que sale de la urna. El observador que es observado y percibido por la comunidad y por las instituciones. Esto produce la investigación participante, la investigación en doble vía, que implica rescatar el conocimiento local tradicional, integrar el conocimiento local al conocimiento científico, incentivar e involucrar a los niños y jóvenes, valorar los aportes de las experiencias locales, reconocer el valor de biodiversidad en los entornos locales: la Investigación Acción Participativa, que es investigación de la acción política y social (Fals-Borda, 2000). Implica atender y dar espacio a los diferentes mitos sobre el origen del universo y de la vida misma como diversas formas de comprender el valor ancestral y recuperación de la memoria histórica. Para esto se requiere tanto del conocimiento especializado como del interdisciplinario. Puesto que la explicación de la conformación del mundo tanto en sus unidades básicas (subatómicas) solo es posible con un conocimiento concentrado y especializado en la producción de información a ese nivel, pero que pueda ayudar a comprender los fenómenos en otros niveles más amplios como los sistemas complejos. La complejidad de este modo de pensar ve

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la especialización y la interdisciplinariedad como procesos complementarios en donde ambas perspectivas se complementan y se acompañan mutuamente. Las discusiones interdisciplinarias se hacen con los argumentos alimentados por la disciplinas y que emergen como conocimiento renovado. La segunda, es la necesaria transición de una concepción antropocéntrica por una que logre integrar la vida en su conjunto (biocéntrico); reconocer la totalidad de la vida (plantas, animales, microorganismo y mega-organismos) como parte del sistema cósmico. Para ello, las perspectivas interdisciplinarias, la complejidad, las teorías del caos y de las estructuras disipativas y el pensamiento sistémico, son un importante soporte que permite una diversidad de perspectivas explicativas, holísticas e integrales de un mundo en constante cambio. Este proceder de hacer y construir conocimiento tiene implicaciones políticas sustanciales porque conlleva hacia una transformación del modo como se comprende y se ejerce el desarrollo y el progreso. Desde las perspectivas latinoamericanas, se plantea incluso no buscar desarrollos alternativos, sino alternativas al desarrollo. Un nuevo modo de ver el sistema planetario y la función y presencia de la humanidad en este. Estos elementos aquí descritos confirman la concepción de naturaleza propuesta en otro documento. La naturaleza es, entonces, el conjunto complejo e interrelacional de elementos que desde una dimensión microscópica (si se prefiere subatómica) hasta una dimensión cósmica (universaldimensional) integran su propia realidad, como una obra en sí misma, siempre en proceso, siempre en dinámica, siempre en movimiento y de la que solo la “realidad” de este planeta al que hemos llamado Tierra configura una pequeña y diminuta parte de lo que es. La partícula que se encuentra en la dimensión subatómica es la partícula que configura también la grandeza del cosmos. Nada está vació en la naturaleza, pues la misma está siempre llena de partículas que configuran el Todo y la Nada. Estamos urgidos de tomar la recomendación que magistralmente lanzó a todas voces el filósofo H. Jonas (1995) sobre la necesidad de una nueva ética orientada al futuro, que debe regir el presente: la ética de la responsabilidad. Las éticas fundadas en el pasado quedaron desbordadas con las acciones humanas logradas por la ciencia y la tecnología. Y esto nos pone en un grave problema porque para las condiciones de crisis ecológica y ambiental del presente operan esas éticas desgastadas y desdibujadas. Por ello, la naturaleza parece no doler, no importar y no ser parte de nuestra responsabilidad. La ética de la responsabilidad se hace mucho más urgente: “Obra de tal modo que los efectos de tu acción no sean destructivos para la futura posibilidad de vida” (Jonas, 1995:40). Por ello, las ciencias ambientales, como toda ciencia que presta importancia a las implicaciones éticas de las acciones humanas, incomoda, molesta y perturba, porque pone en evidencia aquellas actividades humanas que tienen efectos dañinos para el sistema viviente, y que pretenden ocultarse por decisiones económicas, políticas, o por intereses personales de quienes detentan el poder y la capacidad de decisión. En este sentido, además de éticas, las ciencias ambientales son políticas y de acción política para defender el sistema viviente. Le corresponde a las ciencias ambientales, al comprender la complejidad del sistema viviente, enfrentar la ceguera de especie que nos ha sido impuesta y que domina y controla todas nuestras estructuras existenciales,

que van desde las estructuras sociales, pasando por las mentales y las cognitivas, y que nos impide ver de modo claro la inmensidad del sistema del que somos parte y del que participamos. La vida planetaria está hecha de los átomos provenientes del polvo de estrellas que por periodos increíbles de tiempo, desde el big bang, han viajado a través de largas distancias y a grandes velocidades. Y, así como dieron la posibilidad de formar no solo nuestra galaxia y las otras millones existentes en el cosmos, también dieron la posibilidad de la vida misma en la Tierra. Y desde esa vida en la Tierra que inicia con el maravilloso microcosmos bacteriano, se produce la vida, tu vida, mi vida... la vida de todos los que por un pequeño tiempo galáctico y universal hemos vivido en este planeta, incluyendo todo el sistema viviente como expresión de vida.

Conclusiones-discusión Me parece que para aportar a esta discusión habría que plantear que las ciencias ambientales, como resultado del encuentro inter y transdisciplinar, se interesa por estudiar, investigar y proponer, como campo emergente de conocimientos y saberes, las relaciones y los impactos que se producen en las interacciones, interdependencias y procesos entre los elementos que componen el sistema viviente y que incluye no solo aquellos seres que tienen la capacidad y función de vida ascendente que va desde el “metabolismo, movimiento-apetito, capacidad de sentir y percepción, imaginación, arte y concepto” (Jonas, 2010:10), sino también el universo mismo, desde la partícula hasta el cosmos como algo viviente. El sistema viviente como un todo micro y macro universal, siempre en movimiento y en cambio sin fin, como danza incesante de destellos de energía. Esta concepción es muy importante porque desborda el antropocentrismo de especie para insertarse en otras dimensiones del sistema viviente desde los niveles subatómicos hasta los cósmicos y el modo como la vida se expresa en estas dimensiones, las interdependencias y sus encuentros. Por tanto, esta emergencia que son las ciencias ambientales, requiere no solo de los conocimientos disciplinares, sino también interdisciplinares y transdisciplinarios. Considero que más que objeto, las ciencias ambientales tienen un oficio que integra la indisolubilidad de lo epistemológico, ético y estético como dispositivos para abordar la totalidad compleja y sistémica del sistema viviente. La dimensión humana estaría presente en este esquema de modo tal, que sean visibles sus acciones y los efectos que le pueda ocasionar a este sistema viviente que siempre es perfecto porque es autopoiético. La fascinación por las ciencias ambientales es que nos ayudan a contemplar la complejidad del sistema viviente, como algo que en su perfecta presentación, elaboración y evolución, es resultado del caos, la incertidumbre y la irreversibilidad en sus procesos. Los seres humanos no somos el centro del universo y el universo no se ha autoconstruido por tiempos infinitos para los seres humanos. Tan solo somos una mínima parte de su inmensa grandeza, de su increíble complejidad y una especie más de las muchas que existen. La Naturaleza no necesita de la humanidad para existir, pero la humanidad si necesita de la Naturaleza. Dejemos de lado ese egocentrismo de especie, nuestros actos irresponsables, y ubiquemos nuestro lugar en ella.

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Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 2-7 / ISSN-e: 2215-9312

Reflexión de la editora de sección Pámela Neumann: desde una perspectiva sociológica nos falta entender mucho sobre la relación entre los seres humanos y el medio ambiente. El artículo que se publica en esta edición nos invita a reflexionar sobre cómo conceptualizar las ciencias ambientales de una forma más amplia y multidisciplinaria. Más allá de ese objetivo epistemológico, vale la pena meditar más detenidamente sobre las consecuencias de nuestro afán del consumo material para el planeta que inhabitamos. Por décadas, los científicos han venido advirtiendo que nuestra manera de vivir no es sostenible, por los químicos, los plásticos, las pesticidas, los altos niveles del dióxido de carbono y mucho más. El cambio climático, por más que querramos negarlo, viene. Este año, las Naciones Unidas inauguran las nuevas metas para los próximos 15 años, llamadas “Metas de Desarrollo Sostenible” (https://sustainabledevelopment.un.org/topics). Dentro de estas se menciona la necesidad de fomentar la agricultura sostenible, reducir los riesgos relacionados con los desastres naturales, mantener la diversidad de semillas para sembrar, y proteger los sistemas ecológicos, entre otras. Para lograr estas metas, se requiere no solamente la colaboración de los líderes, gobiernos, e instituciones internaciones, sino también la buena voluntad de cada uno de nosotros. Al contrario, en pocas generaciones, es probable que no reconozcamos este planeta.

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Psique Artículos anteriores V1N1-2011:  La inclusión educativa, la necesidad de transformación ante nuevas realidades V1N2-2011:  Trabajando contra la violencia de sexo/género  Fenomenología de la violencia V2N1-2012:  Modelo de gestión por competencias aplicado al proceso de capacitación en una institución de salud pública de la quinta región de Chile  Los avatares de la pre-adolescencia: conflictos y propuestas para su transición V2N2-2012:  Bullying: ¿violencia primaria o secundaria?  Bullying a través de las TIC  Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying  Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural V3N2-2013:  Interculturalidad y ciencias de la educación en lengua de señas chilena  Mujeres de Edipo y los avatares de lo femenino en la mentalidad de occidente  Abuso sexual en la niñez V4N1-2014:  El apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto  Sobre el status de la psicopatía en psicoanálisis V4N2-2014:  Inclusión laboral del adulto mayor en Chile, una perspectiva conceptual de la gestión del conocimiento V5N1-2015  Figuras de apego centrales y subsidiarias, identidad de género y violencia  El goce femenino en las relaciones amorosas violentas


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PSIQUE ¿Cómo pensar las actitudes ante la muerte? ¿How to think the attitudes towards death? Sergio-Ignacio Maureira-Silva (1989, chileno, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile) s.maureira.silva@gmail.com

Resumen

Key words: Death, Literature, Philosophy, Psychoanalysis

La muerte es un fenómeno complejo que forma parte de la existencia y ha sido pensado desde tiempos remotos. En ese sentido, se han propuesto distintas actitudes ante la muerte a partir del aporte de disciplinas como el psicoanálisis, la filosofía y la literatura, sin desconocer lo particular de su objeto y método de estudio. Considerando lo mencionado, el presente artículo propone pensar las actitudes ante la muerte a partir de la revisión bibliográfica de las obras de autores como Freud, quien pensaba tanto en el problema de la representación de la muerte en el inconsciente, como también en la relación entre los sentimientos de ambivalencia frente al ser querido y la aceptación de la propia muerte al consider, a su vez, las exigencias culturales a las que se ve sometido el hombre contemporáneo a diferencia del primitivo. También la revisión de la obra de Nietzsche, quien cuestiona el lugar de la muerte en relación a ciertas prácticas culturales y exigencias religiosas, que al pensar en un más allá de la vida, desconocen que aún están vivos, lo que afecta el valor que asignan a su propia vida. Por último, la revisión de la obra de des Forêts, quien a partir de su enfermedad terminal reflexiona acerca de la relación de la muerte y la palabra, su representación y su proximidad.

Introducción

Palabras clave: filosofía, literatura, muerte, psicoanálisis. Recibido: 22-04-2015 → Aceptado: 13-07-2015

Psicoanálisis: la actitud ante la muerte en Freud La pregunta por la muerte y las maneras de pensar en aquella son parte de la obra de Freud quien, a partir del desarrollo del concepto de inconsciente, permite situar el tema de la actitud ante la muerte desde un lugar antes desconocido para la condición humana. Del total de obras que dan cuenta de la temática, se trabajará en detalle el texto “Nuestra actitud hacia la muerte. De guerra y muerte. Temas de actualidad” (1915), a partir del cual surgen algunas preguntas de trabajo:

Abstract Death is a complex phenomenon which is part of existence and has been thought since ancient times. In that sense, they have proposed different attitudes to death from the contribution of disciplines such as psychoanalysis, philosophy and literature, while recognizing the particular object and method of study. Considering the above, this article proposes to think the attitudes towards death from the literature review of the works of authors like Freud, who thinks both the problem of the representation of death in the unconscious, as well as the relationship between feelings of ambivalence toward the loved and the acceptance of death itself, considering in turn the cultural requirements to which it is subjected contemporary man as opposed to primitive man. Also reviewing the work of Nietzsche, who questions the place of death in relation to certain cultural practices and religious demands, that when thinking of a Hereafter, are unaware that they are still alive, affecting the value assigned his own life. Finally the review of the work of des Forêts, who from his terminal illness, reflects on the relationship of death and the word, its representation and its proximity.

La muerte es tema de interrogantes para la condición humana desde tiempos remotos. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha agotado la complejidad de sus aspectos e incidencia en la sociedad y la particularidad de cada existencia. No obstante, diversas disciplinas, entre estas el psicoanálisis, la filosofía y la literatura intentan hasta hoy aproximarse desde la particularidad de sus distintos objetos y métodos de estudio. Desde las teorizaciones planteadas por estas tres disciplinas, se pretende enfatizar ciertos aportes que se interconectan y dialoguen sobre la temática de la muerte, a partir de una revisión bibliográfica de textos de Freud, Nietzsche y des Forêts, con el objetivo de favorecer la reflexión en torno a las actitudes ante la muerte. Respecto a los temas a tratar, destacan en Freud el cuestionamiento del lugar de la religión y los modos de renegar de la muerte como límite de la vida, además del funcionamiento metapsicológico del yo ante la muerte y la incidencia de las exigencias de la cultura en la actitud frente a la misma; en des Forêts se interroga el lugar de la palabra frente a la nada y la representación de la muerte, además de la posibilidad de pensar en su proximidad; y por último en Nietzsche, quien destaca el cuestionamiento a la prácticas sociales y religiosas, que quitan el valor a la vida en favor de un más allá de la vida.

1. 2. 3. 4.

¿Cuál es la actitud que se debería tener ante la muerte? ¿A partir de qué acontecimiento surge la pregunta por la muerte? ¿Tiene repercusiones en la instancia psíquica del yo? ¿Es posible representar la propia muerte?

Para intentar dar curso a una respuesta conjunta de las cuatro interrogantes, se tomarán el ámbito intrapsíquico (qué ocurre con el yo, por un lado, y, por otro, qué sucede a nivel de representación en el inconsciente sobre la muerte) y el cultural. En relación al primer ámbito mencionado, para Freud lo que puso en marcha la pregunta por la muerte fue la experiencia ante la muerte de los seres queridos, como señala: “No fue el enigma intelectual ni cualquier caso de muerte, sino el conflicto afectivo a raíz de la muerte de personas amadas,

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pero al mismo tiempo también ajenas y odiadas, lo que puso en marcha la investigación de los seres humanos” (1915:295). No obstante, él señala algo importante: la persona amada era también odiada, por lo que habría una ambivalencia insoslayable frente al ser querido. Considerando lo mencionado, la ambivalencia cobra un lugar importante, ya que el difunto amado al ser investido libidinalmente, pasa a integrar una parte del propio yo (como si el otro fuera un trozo de sí). Por ende, lo que ocurre con el deudo se vivencia como si ocurriera con el propio yo. Lo anterior es particularmente complejo en lo que respecta al odio, ya que aceptar esos sentimientos destructivos hacia el otro implica aceptar la posibilidad de destrucción del propio yo. Esta dificultad ante la ambivalencia (amar y odiar al otro es igual a amarse y odiarse) fue un conflicto desde los comienzos de la humanidad y lo sigue siendo hoy. Citando a Freud : “Ocurría cuando el hombre primordial veía morir a uno de sus deudos, su mujer, su hijo, su amigo, a quienes ciertamente él amaba como nosotros a los nuestros, pues el amor no puede ser más reciente que el gusto de matar (Mordlust). Entonces debería hacer en su dolor a la experiencia de que también uno mismo puede fenecer, y todo su ser se sublevaba contra la admisión de ello; es que cada uno de sus seres queridos era un fragmento de su propio yo, de su amado yo. Pero por otra parte a esa muerte la consideraba merecida, pues cada una de las personas amadas llevaba adherido también un fragmento de ajenidad” (1915:294). Respecto al “fragmento de ajenidad” que menciona Freud, este muestra que, a pesar de que el otro pasa a ser parte del propio yo, también este, por el hecho de existir desde una posición distinta, acarrea una subjetividad diferente a la propia, lo cual puede considerarse una intrusión. El otro como parte del yo es amado y odiado porque, a pesar de que construye una fragmento del mismo, lo hace desde un lugar diferente al propio y ello conlleva la posibilidad de considerarlo un semejante, por lo general amenazante para la propia existencia. Por consiguiente, desde tiempos remotos se hace presente esta ambivalencia de sentimientos hacia el ser querido, y Freud plantea que, en la época moderna, ocurre una modificación en la actitud hacia la muerte por los cambios culturales, a propósito de un estilo de vida distinto entre el hombre contemporáneo y el primordial. Para Freud, el hombre contemporáneo, producto de los avances culturales, se ha visto implicado en mayores exigencias y renuncias para lograr vivir en sociedad. Y por lo mismo su actitud hacia la muerte se ha modificado, debido a que las exigencias sociales no permiten un lugar de expresión para la ambivalencia de sentimientos presentes ante a la muerte propia y de los seres queridos en la instancia psíquica del yo. Al respecto, Freud menciona: “Nos fuerza a ser otra vez héroes que no pueden creer en la muerte propia; nos señala a los extraños como enemigos cuya muerte debe procurarse o desearse; nos aconseja pasar por alto la muerte de personas amadas” (1915:301).

que ocurre ante el deseo de muerte del ser amado, silenciando la expresión de la misma y, con ello, favoreciendo la renegación de la muerte propia. Sobre dicha cultura “silenciadora” que afecta al hombre contemporáneo, Freud plantea que el panorama general que llevó a la distancia entre la perspectiva del hombre primordial y ser humano contemporáneo comenzó a partir de épocas tempranas: “Solo más tarde lograron las religiones presentar esta existencia postrera como la más valiosa, como la existencia plena, y rebajar la vida tronchada por la muerte a un mero prolegómeno. Y era consecuente con ello que después se prolongara la vida hacia el pasado, se imaginaran las existencias anteriores, la transmigración del alma y la reencarnación, todo con el propósito de arrebatar a la muerte su significado de canceladora de la vida. Esa desmentida de la muerte que hemos llamado cultural convencional comenzó en tales épocas tempranas” (1915:296). De esta forma, las prácticas religiosas han reforzado la desmentida cultural de la muerte a partir de la idea de un más allá de la vida que le da a esta una continuidad, la cual consigna a la muerte como un estado de tránsito hacia una vida eterna más plena, que la despoja así de su lugar como fin de la vida. No obstante, es necesario considerar que las exigencias culturales y las prácticas religiosas no son las únicas que han influido en el hombre primordial y contemporáneo respecto de la creencia en la inmortalidad. Sin duda, hay un factor intrapsíquico, mencionado por Freud, que dice que en el inconsciente no es posible generar una representación de la muerte: “¿Cómo se comporta nuestro inconsciente frente al problema de la muerte? La respuesta tiene que ser: casi de igual modo que el hombre primordial. En este aspecto, como en muchos otros, el hombre de la prehistoria sobrevive inmutable en nuestro inconsciente. Por tanto, nuestro inconsciente no cree en la muerte propia, se conduce como si fuera inmortal. Lo que llamamos nuestro inconsciente no conoce absolutamente nada negativo, ninguna negación ―los opuestos coinciden en su interior― y, por consiguiente, tampoco conoce la muerte propia, a la que solo podemos darle un contenido negativo. Entonces nada pulsional en nosotros solicita la creencia en la muerte” (1915:298). Esto quiere decir que a las exigencias culturales y religiosas como negadoras de la muerte se suma el pasado filogenético de la especie aún presente y operativa en lo inconsciente, para reafirmar la imposibilidad de pensar la muerte propia en tanto representación. En relación a esto, señala Freud, que en un plano consciente también es imposible representar la muerte propia, en términos de vivencia, debido a que se está siempre implicado como un observador y superviviente en relación a la muerte. Finalmente, considerando lo mencionado por Freud respecto al asumir la muerte propia, surge la pregunta: ¿es apropiado tomar una actitud fatalista ante la muerte? O al contrario: ¿puede la muerte reafirmar la actitud hacia la vida? Lo anterior será discutido desde la filosofía, particularmente en la obra de Nietzsche. Filosofía: Nietzsche, la muerte libre y los predicadores de la muerte

En efecto, para Freud, el hombre contemporáneo tiene la necesidad de aceptar la ambivalencia de sentimientos y contradicción respecto a la muerte del ser querido, ya que la cultura no entrega herramientas para tramitar ambas tendencias. Esto último cobra un cariz más dramático en la figura del ser querido a quien, al igual que cualquier semejante, también le son dirigidos sentimientos de amor y de odio. Como se mencionó respecto de la ajenidad, no existen espacios culturales que permitan la resolución del conflicto con la misma y/o representar esa ambivalencia de sentimientos: la exigencia cultural ante la muerte, para Freud, fuerza al hombre contemporáneo a reconocer solo la muerte del enemigo y a pasar por alto lo

En la filosofía, la muerte y las maneras de pensar en aquella han dado lugar a diferentes reflexiones según la perspectiva filosófica a la que se adhiera. Considerando esto es que se trabajará a partir de la obra de Nietzsche, quien se enmarca en un pensamiento filosófico “vitalista”, que pretende pensar y dar un valor fundamental a la vida. Al respecto, Nietzsche interroga el valor de la vida ante la muerte y sus consecuencias, lo que será trabajado a partir de la lectura en detalle los capítulos “De los predicadores de la muerte” y “De la muerte libre”, que forman parte de su obra “Así Habló Zaratustra” (1972), a partir de la cual se van a tomar dos ámbitos

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críticos que permitan pensar una actitud hacia la muerte en su obra: lo cultural y lo religioso. Respecto al ámbito religioso, Nietzsche realiza una crítica al discurso judeocristiano, particularmente por los valores y las prácticas que promueven, ya que no le dan el valor suficiente a la vida, al promover renuncias o castigos durante la vida, porque esta solo es para ellos un tránsito hacia un “más allá” lleno de virtudes y placeres celestiales. Esta crítica se hace presente en su texto “De los predicadores de la muerte”, en el cual refiere a los judeo-cristianos como “predicadores de la muerte”, ya que no pueden apreciar el placer de la vida sino que la viven como castigo. Citando a Nietzsche: “Ahí están los seres terribles, que llevan dentro de sí el animal de presa y no pueden elegir más que o placeres o autolaceración. E incluso sus placeres continúan siendo autolaceración” (1972:80). No obstante, para él los predicadores de la muerte también refutan la vida ante cualquier indicio de muerte; en palabras de Nietzsche: “Ahí están los tuberculosos del alma: apenas han nacido y ya han comenzado a morir, y anhelan doctrinas de fatiga y de renuncia. ¡Querrían estar muertos, y nosotros deberíamos aprobar su voluntad! ¡Guardémonos de resucitar a esos muertos y de lastimar a esos ataúdes vivientes!” (1972:80). En efecto, cuando Nietzsche se refiere a aquellos como “ataúdes vivientes”, es señalando que no solo han comenzado a morir desde que nacieron, lo cual es un hecho, sino que su actitud, la que deja de lado a su vez que también han comenzado a vivir, lo que es opacado por el discurso de renuncia, fatiga y castigo. Citando a Nietzsche: “Si encuentran un enfermo, o un anciano, o un cadáver, enseguida dicen: «¡la vida está refutada!». Pero solo están refutados ellos, y sus ojos, que no ven más que un solo rostro en la existencia. Envueltos en espesa melancolía, y ávidos de los pequeños incidentes que ocasionan la muerte: así es como aguardan, con los dientes apretados” (1972:81). Pero esta refutación de la propia vida también se pone en juego en valores judeo-cristianos como la compasión, ya que al entregar parte de lo que uno tiene o es al otro, se descuida el valor de la propia vida. En palabras de Nietzsche: “Compasión es lo que hace falta ―así dicen los terceros. ¡Tomad lo que yo tengo! ¡Tomad lo que yo soy! ¡Tanto menos me atara así a la vida!” (1972: 81). De esta forma, en Nietzsche se interroga el discurso judeo-cristiano y sus prácticas por la carencia de valor que adquiere la vida, en tanto es solo un tránsito que debe ser vivido a partir de castigos, renuncias, fatiga, compasión y sufrimiento, para alcanzar la satisfacción y el placer en “otra vida” después de la muerte. Sin embargo, el predicador de la muerte niega el lugar de la muerte como canceladora de la vida, lo que a su vez favorece el no apreciar la vida “en la tierra”, ya que es solo un tránsito “hacia algo más”. Acerca de “esta manera de no valorar la vida en la tierra”, no solo surge a partir del anhelo de un más allá. Esto también se aprecia en las exigencias culturales a las que se ve sometido el hombre contemporáneo: el trabajo salvaje, la búsqueda de lo nuevo y lo inmediato. Esto tiene consecuencias importantes, como el no dar el valor suficiente al tiempo de vida, al promover la renuncia a los placeres de la vida y a sí mismos, acercando de forma más rápida al hombre a su muerte. Citando a Nietzsche: “Y también vosotros, para quienes la vida es trabajo salvaje e inquietud: ¿no estáis muy cansados de la vida? ¿No estáis muy maduros para la predicación de la muerte? Todos vosotros que amáis el trabajo salvaje y lo rápido, nuevo, extraño, os soportáis mal a vosotros mismos, vuestra diligencia es huida y voluntad de olvidarse a sí mismo” (1972:82). Por consiguiente, para Nietzsche en estas exigencias culturales de la inmediatez se aprecia un abandono

de sí mismo por vivir el instante, alcanzar lo inmediato y trabajar de manera salvaje, sin darse un lugar para el descanso, para disfrutar la vida y sus placeres, no solo desde una renuncia o postergación de sí mismo, entendiendo que la vida tiene un valor que no es renovable, ya que no es eterna, ni es un tránsito a un “más allá”. Al respecto, dirá Nietzsche: “Si creyeseis más en la vida, os lanzaríais menos al instante. ¡Pero no tenéis en vosotros bastante contenido para la espera ―y ni siquiera para la pereza!” (1972: 82). De esta forma, en Nietzsche se aprecia una postura más optimista frente a la muerte, ya que al dar el estatuto de límite de la vida, le da un valor a la vida, que promueve un disfrutar de esta y no vivir aquella como mero tránsito por un “más allá de la vida”. Esta actitud hacia la muerte está presente en su texto “De la muerte libre”, en donde dice “Que vuestro morir no sea una blasfemia contra el hombre y contra la tierra, amigos míos: esto es lo que yo le pido a la miel de vuestra alma. En vuestro morir deben seguir brillando vuestro espíritu y vuestra virtud, cual luz vespertina en torno a la tierra: de lo contrario, se os habrá malogrado el morir” (1972:121). Finalmente, considerando la actitud ante la muerte propuesta por Nietzsche, que da un lugar a la muerte como límite de la vida y propone un valorar la vida, sin abandonarse a sí mismo, ¿será posible pensar así frente a una enfermedad terminal?, ¿qué otras formas de pensar la muerte se pueden desprender a partir de una situación como aquella? Esto será desarrollado en la obra autobiográfica de Louis-René des Forêts, quien, a partir de la vivencia de una enfermedad terminal y su conocimiento de literatura, da lugar a otro espacio de reflexión de la actitud hacia la muerte. La Literatura: Louis-René des Forêts y la escritura como paso ante la muerte En literatura, la muerte ha sido tema de diversos relatos que han intentado dar cuenta y expresar la particularidad de este fenómeno. Sin embargo, para ello se revisará la obra autobiográfica “Paso a paso hasta el Último” (2008), del escritor francés Louis-René des Forêts, la cual tiene un matiz diferente, ya que fue escrito a partir de su experiencia personal con una enfermedad terminal y la proximidad de la muerte, que en este caso se hacía cada vez más próxima hacia el cese de las palabras y, con ello, el final de su libro. Ante todo, en el texto de des Forêts es posible considerar dos temas que permiten dar curso a la reflexión acerca de una posible actitud ante la muerte. Por una parte, la relación entre la palabra y la muerte; por otra, la representación de la muerte y su proximidad. Respecto al primer tema mencionado, para des Forêts la palabra estaría en relación a la vida, ya que a pesar de que no exista un interlocutor, el flujo de la palabra viene a expresar la presencia de la vida y, con ello, una resistencia ante un silencio que aparece no como una pausa sino como un silencio para siempre, como en la muerte. Citando a des Forêts: “Aun cuando quien habla estuviese en un desierto donde nadie más que él mismo lo escuchara, el movimiento de la vida lo arrastraría hasta el ineluctable derrumbe que esa sobreabundancia verbal antecede por poco. (...) Y no obstante, si bien el veredicto es inapelable, algo que constituye la vida hace que uno se niegue a acatarlo, prefiriendo engañarse con palabras antes que irse fuera del mundo a reunirse dócilmente con el inmenso pueblo dormido, para siempre invisible y silencioso de los muertos” (2008:26-27). No obstante, para des Forêts, más allá del dolor se pone en tensión no solo la relación entre la vida y la palabra o la muerte y el silencio, sino que en

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su forma más radical estaríamos frente a una resistencia ante la nada, para lo cual cada quien busca a partir de sus propios recursos ser la excepción, lo que solo es una ilusión, ya que todas las palabras encuentran su eterno silencio y su fin. Citando a des Forêts: “Y que intervenga pronto ese que en verdad no es dios ni nadie, sino la nada, nuestro enemigo, el de todos, combatido obviamente en vano, según los recursos y el método de cada uno. Hundirse al final del trayecto, nadie puede pretender ser la excepción, por más confianza que tenga en sí mismo, algo que por otra parte no hablaría a favor de su éxito futuro (al menos tal como él lo entiende, ya que más bien sería lo inverso)” (2008:44-45). Es así que el hecho de que nadie pueda ser la excepción permite reflexionar acerca del segundo tema propuesto, ya que es necesario interrogar la relación entre la representación de la muerte y su proximidad. Esto tiene importantes implicancias en la actitud que se adopte ante la muerte, porque la representación que se tenga de la muerte tendrá directa relación al pensar en el momento y el lugar en que esta acecha, ya que se suele pensar que la muerte se presenta solo ante aquel que sufre una enfermedad terminal, pero se olvida que nadie está libre de la proximidad de la muerte, porque la radicalidad de la muerte es el no estar en ninguna parte, al no tener una representación inmutable, por lo que está presente en todas partes y puede llegar de las maneras más sorprendentes. Según des Forêts: “¿Tiene sentido hablar de la proximidad de la muerte? No está allí donde se cree oírla rondando alrededor de uno, ni más lejos de adonde uno pospone dirigirse: su gran fuerza consiste en no estar en ninguna parte, excepto en la cabeza de aquellos a quienes obsesiona y que no la verán nunca ―aunque desde siempre sea representada gráficamente mediante un esqueleto armado de una hoz, figura simbólica, ciertamente ingenua, destinada a afectar la imaginación, pero que, como la visión de un cadáver, no muestra nada de su naturaleza secreta, de su invisible ubicuidad―, lo que podría traducirse más exactamente mediante una formulación en apariencia contradictoria: la muerte no está en ninguna parte, está en todas partes” (2008:53). Es así que estaríamos frente a una muerte que es cada vez más próxima y de la cual nadie estaría libre, en la medida de que no estaría en ninguna parte, ya que está en todas partes. Finalmente, para des Forêts, la muerte está en la cabeza de aquellos a los que obsesiona, pero solo como representaciones, ya que nunca la podrán apreciar como tal, debido a que la muerte no está en ningún lugar, porque está en todas partes. Esto nos remite a pensar en una actitud hacia la muerte, que si bien da un lugar importante a la palabra en tanto presencia de vida y resistencia frente al silencio de la muerte, no por ello desconoce lo inevitable del fin, el cual, al no tener una forma unívoca, solo nos permite asumir su inevitabilidad, ya sea que se la disimule o se haga alarde de aquello. Citando a des Forêts: “De todas maneras, nadie puede comportarse como si su existencia no estuviera en juego, la muerte siempre presente, a fortiori cuando el cuerpo deficiente está allí para recordárselo sin cesar. Que se lo disimule por pudor o que se haga alarde de ello a cada paso no cambia mucho. ¿Qué hacer entonces? Una pregunta sin respuesta, como muchas otras, y además graciosa si tan sólo, en lugar de lamentarnos, tuviéramos el ánimo para reírnos” (2008:56).

Conclusiones-discusión Considerando la revisión bibliográfica de Freud, Nietzsche y des Forêts respecto a las actitudes ante la muerte, es posible pensar aquello en un nivel intrapsíquico y otro cultural-religioso. En un nivel intrapsíquico, para Freud, los efectos que tiene la muerte del ser querido para el yo son rele-

vantes en la medida de que este pasa a ser un trozo de sí, desde una ajenidad, permite que exista ambivalencia de sentimientos, tanto amorosos como de odio, con la consecuente incidencia en el asumir la propia muerte, ya que al aceptar la muerte del ser querido es posible aceptar la propia para el yo. No obstante, el asumir la propia muerte en el yo está sujeta a la influencia de la cultura y la religión. En relación a la influencia de la cultura, para Freud es posible reconocer en la exigencia al hombre contemporáneo de amar al ser querido y odiar al enemigo o desconocido, una exigencia que favorece el renegar de la propia muerte, ya que el ser querido pasa a formar parte del propio yo, por lo que el no aceptar la destrucción de aquel es, a su vez, no asumir la destrucción del propio yo. Aun así, la influencia de la cultura se hace presente en otras prácticas y exigencias como el trabajo salvaje, el gusto por lo inmediato y lo nuevo, que para Nietzsche favorece el asignar un valor de insignificancia a la vida, ya que no se valora la duración de la vida, ni el placer de vivir por cumplir con aquellas exigencias que cada vez se hacen más presentes en lo cotidiano. Pero esta falta de sentido hacia la vida y las exigencias que ejerce lo social sobre sus participantes, no son las únicas influencias que dificultan el asumir la propia muerte, ya que la influencia religiosa se hace presente desde tiempos remotos. Estas creencias, dice Freud, promueven la existencia de vidas pasadas, reencarnaciones o un más allá, como es el caso del judeo-cristianismo, despojando así a la muerte de su lugar como límite de la vida y con ello, como señala Nietzsche , no le dan el valor suficiente a la vida, ya que es un tránsito, pero que será vivido a partir de prácticas como el castigo, la renuncia, el sufrimiento o la compasión, las cuales favorecen el abandono de sí mismo y del disfrutar de la vida “en la tierra” por la espera “de un más allá”. Por lo mismo, se puede apreciar que la influencia cultural y religiosa tienen a la base formas de representar la muerte y, con ello, diferentes actitudes hacia esta, al punto de cuestionar su proximidad. Esto último es cuestionado por des Forêts, ya que la muerte no está en ningún lugar, porque está en todas partes, motivo por el cual solo podemos asumir la imposibilidad de la muerte en tanto límite, lo que favorece dar un valor a la vida, ya que no hay más vidas, ni retornos, solo el encuentro con la nada. Por lo tanto, es necesario que el quehacer psicológico favorezca, en el caso a caso, un espacio de escucha y reconocimiento de aquellos sentimientos de ambivalencia ante los seres queridos, para favorecer la aceptación de la propia muerte en el yo. Además de proponer espacios a nivel social en que se puedan poner en tensión aquellas exigencias sociales y religiosas, considerando los efectos de las representaciones de la muerte y las actitudes que se desprenden de estas. Es así que la apuesta es visibilizar el lugar de la muerte como límite y, con ello, favorecer la significación de nuevas actitudes ante la muerte, que aprecien el valor de la vida “en la tierra”. Reflexión de la editora de sección Miriam Pardo-Fariña: la muerte es un complejo fenómeno que acaece a cada ser vivo sin posibilidades de sustraerse a su llegada inminente cuando el tiempo así lo determina. Constituyéndose en una instancia inevitable, solo los seres humanos podríamos alterar su curso, ya sea aproximando su llegada por decisión propia o retardando su visita a través de una disposición personal tendiente a propiciar una existencia optimista aparejada

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de salud. Lo anterior pone de relieve la tendencia a controlar que tenemos los seres humanos como pseudioses orientados a disponer de nuestra propia vida y sobre vidas ajenas en los casos más dramáticos. Este artículo enfatiza los aportes freudianos acerca de la muerte y tanto la ambivalencia humana que plantea, así como la importancia que cobran las instancias culturales, dentro de las cuales también ingresa la religión, resultan interesantes. Profundizando un poco más en Freud, se destaca que el autor recurra de forma frecuente a la pulsión de muerte para dar cuenta de una fuerza de empuje que moviliza al individuo, pese a que su nombre podría resultar contradictorio. Todo ser humano va deslizando sus deseos en un más allá del principio de placer, pudiendo soslayar el principio unificador de la vida tendiente a entregar completitud. Al fin y al cabo, para Freud, todos estamos castrados y solo por medio de señuelos pretendemos recubrirnos para sostenernos a partir de una satisfacción que aparentemente es plena, aunque se trate de algo momentáneo que no podrá permanecer por mucho tiempo como un principio homeostático placer-displacer, tendiendo a derivar hacia el goce que no restaura equilibrios. De esta manera, pareciera que morir es un cometido humano más natural a nosotros mismos y que no tendríamos por qué recubrir como algo peyorativo. Por su parte, la filosofía y la literatura también se han referido permanentemente a la temática de la muerte al ponerla en tensión con lo que la cultura y lo religioso plantean al respecto y, en este caso, el autor hace alusión a Nietzsche y a Louis des Forêts y enfatiza algunas de sus perspectivas. Si el ser humano no puede sustraerse de la cultura de la cual forma parte, ¿cómo puede plantear la instancia de la muerte si se consideran también los influjos religiosos? Al parecer, lo interesante de vivir es hacerse cargo también de la muerte a partir de lo que esta nos evoca no solo por las implicancias culturales, religiosas, filosóficas, etc., sino también por nuestra propia posición subjetiva también impregnada por nuestra biografía particular.

_______. (1915b). La transitoriedad. En S. Freud. Obras completas, Vol. XIV (pp. 304-311). Buenos Aires: Editorial Amorrortu _______. (1920). Más allá del principio del placer. En S. Freud, Obras completas, Vol. XVIII (pp. 41-62). Buenos Aires: Editorial Amorrortu _______. (1932[1933]). ¿Por qué la guerra? En S. Freud, Obras completas, Vol. XXII (pp.194-195). Buenos Aires: Editorial Amorrortu, Jankélévitch, V. (2002). La muerte. Valencia: Editorial Pre-textos. Nietzsche, F. (2006). Los predicadores de la muerte. Los discursos de Zaratustra. En F. Nietzsche, Así habló Zaratustra. Madrid: Editorial Alianza. _________. (2006a). La muerte libre. Los discursos de Zaratustra. En F. Nietzsche, Así habló Zaratustra. Madrid: Editorial Alianza.

Reflexión de la editora de sección Alejandra Ojeda Sampson: Si bien y como dice el autor, el análisis y lecturas hacia la muerte no son recientes ni acabadas, aún esta sigue planteando muchas interrogantes y cuestionamientos. Es así que este artículo muestra una de esas lecturas que permite comprender un poco más este aspecto de la vida del ser humano; cosa interesante comprender la muerte para entender la vida o viceversa. Un nudo interrogativo que el autor aborda de manera interesante al valerse para ello de Freud, Nietzsche y Des Forêts. Entonces, de las aportaciones quizás más importantes del artículo son las que permiten comprender la relación muerte-contemporaneidad y la relación muerte-religión, para con ello y ya en la práctica terapéutica del psicólogo, establecer guías o procesos para la adecuada ayuda a la persona. Ahora bien, esta lectura también permite abrir la puerta investigativa a otras lecturas o formas de trabajo disciplinario, no solo el referido a la psicología. He aquí también un camino posible a otras disciplinas del saber o inquietudes desde, incluso, otras formas de construir conocimiento.

Referencias bibliográficas Des Forêts, L. (2008). Paso a paso hasta el último. Buenos Aires: Editorial El Cuenco de Plata. Freud, S. (1915). Nuestra actitud hacia la muerte. De guerra y muerte. Temas de actualidad. En S. Freud. Obras completas, Vol. XIV (pp. 294-301). Buenos Aires: Editorial Amorrortu. _______. (1915a). Duelo y melancolía. En S. Freud. Obras completas, Vol. XIV (pp. 234-255). Buenos Aires: Editorial Amorrortu.

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PSIQUE + Características y retos de las familias adoptivas en su transición a la parentalidad Characteristics and challenges of adoptive families in their transition to parenthood Ana Rosser-Limiñana (1960, española, Universidad de Alicante, España) ana.rosser@gmail.com

Resumen En este trabajo se pretende hacer un recorrido sobre las funciones de la familia en la sociedad y su manifestación en el marco de la adopción, donde cobra especial protagonismo la función de crianza de los hijos. Para ello se analizan aquellas características diferenciales de las familias adoptivas, las peculiaridades de la transición a la parentalidad adoptiva y la satisfacción de las familias con el proceso adoptivo. A partir de la cumplimentación de un cuestionario por las familias de 89 adoptados nacionales, con una media de 4,5 años de convivencia con su familia adoptiva, se realiza un análisis descriptivo de sus características sociodemográficas, así como de su valoración del proceso, su satisfacción, el balance entre las dificultades esperadas y las encontradas y sus perspectivas de futuro. Los resultados indican un elevado grado de satisfacción con la adopción en las familias, aun reconociendo que el proceso no ha estado exento de dificultades adicionales a las que normalmente aparecen en el contexto de la paternidad biológica. Las conclusiones de este trabajo ponen de manifiesto el rol social que desempeñan las familias adoptivas y los retos específicos a los que deben hacer frente en su proceso de transición a la parentalidad, así como la necesidad de contar con servicios especializados de apoyo para prevenir, detectar y afrontar estas dificultades. Palabras clave: características especiales, familias adoptivas, parentalidad, satisfacción. Recibido: 17-07-2015 → Aceptado: 17-08-2015

Abstract The aim of this paper is to do a revision of the functions of the family in the society and their role in the field of adoption where children’s raising gains even more importance. In order to achieve this objective, distinguishing characteristics of the adoptive families, peculiarities of the adoptive parental transition and families’ satisfaction regarding the adoptive process were analyzed. After 89 national adopted children families that had an average of 4’5 years living together filled out a survey, a descriptive analysis including their sociodemographic characteristics in addition to the families’ evaluation of the process, their satisfaction, their balance between the difficulties they expected to have and the ones they finally encountered, and their future prospects was carried out. Data reflect a high level of satisfaction from the families regarding adoption, although they recognize that, during the process, they had to overcome some additional difficulties that the ones that normally appear in the biological parenthood context. The conclusions bring to light the social role played by the adoptive families and the specific challenges they have to meet in their parental transition,

as well as the need to count on specialized support services to prevent, detect and face these difficulties. Key words: adoptive families, parenting, satisfaction, special features

Introducción La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad (Artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos). El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad debe crecer en el seno de una familia (Preámbulo Convención derechos del niño, 1989). La Declaración Universal de Derechos Humanos ya señalaba, en su artículo 16.3 el papel primordial de la familia en la sociedad, identificándola como una sólida fuerza de cohesión e integración social, solidaridad intergeneracional y desarrollo social, que desempeña un papel decisivo en la preservación de la identidad cultural, las tradiciones, la moral, el patrimonio y el sistema de valores de la sociedad (Naciones Unidas, Asamblea General de 1 de julio de 2015). El abanico de funciones de la familia es muy extenso, pero una mirada a la opinión de la población, en concreto a la población española, sobre cuál entienden que es el papel más importante que cumple la familia en la sociedad actual (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2004), señala como función predominante de la familia la de criar y educar a los niños y las niñas (39,2%), seguida de la de proporcionar amor y afecto (18,3%), y a mucha diferencia de otras funciones como mantener los valores culturales y morales (7,2%), cuidar de la supervivencia de sus miembros (5,9%), asegurar la supervivencia de la especie humana (1,6%), etc. La familia constituye la principal red de relaciones y fuentes de apoyo de las personas (Gracia y Musitu, 2000). Es en la familia donde el niño y la niña encuentran las relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia, las condiciones para su sano crecimiento y su socialización, la estimulación, el afecto y el apoyo necesarios para su desarrollo psicológico. En este sentido, la Convención de los Derechos de los niños (1989) reconoce a la familia como grupo prioritario de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, especialmente de los niños. Ya desde el preámbulo, la convención postula que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de una familia. Es por ello que, cuando el menor no cuenta con esta familia o este desarrollo se pone en peligro si permanece con ella, las administraciones públicas deben protegerle y, en su caso, poner en marcha las medidas necesarias para ofrecerle una nueva familia, constituyendo una adopción. Las familias adoptivas son familias como las demás, pero en ellas cobran un sentido especial las funciones de crianza y educación de los hijos, por las circunstancias que rodean su construcción. La forma en la que llegan a constituirse como familia y las vicisitudes del proceso adoptivo hacen que

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la transición a la parentalidad y las relaciones en su interior presenten aspectos diferenciales (Palacios, 2000). Se trata de un proceso complejo el que unos menores se incorporan a una nueva familia tras la separación/abandono de su familia de origen, y unos padres y madres adoptivas deben enfrentarse a retos específicos y diferentes a los que ya entraña la transición a la paternidad en cualquier familia biológica. En ese sentido, el objetivo de este trabajo ha sido analizar las funciones de la familia en el marco de la adopción. Para ello se señalan aquellas las características diferenciales de las familias adoptivas, las peculiaridades de la transición a la adopción para, finalmente, tratar de evaluar la valoración de las familias sobre el proceso adoptivo y el grado de satisfacción con su adopción. La transición a la parentalidad adoptiva Nos referimos al término parentalidad para traducir el término anglosajón parenting, que designa las prácticas de los padres (Martín, 2005), entendiéndola como el proceso psicológico de convertirse indistintamente en padre o madre. Se trata de un concepto que trasciende a la paternidad biológica para centrarse en la idea de paternidad social, aquella que se refiere al cuidado y educación de los hijos (Barudy y Dantagnan, 2005), independientemente del parentesco que se ejerce en función de las necesidades de cariño, apoyo y proyección que reclaman los niños y las niñas y, especialmente, de las de aquellos que han sufrido situaciones de vulnerabilidad social. Se trata, pues, de un concepto presente en la crianza de los hijos en cualquier contexto familiar competente, pero que dibuja perfectamente las peculiaridades del proceso que siguen los padres y madres adoptivos en la construcción de su familia. En general y hasta épocas muy recientes, las familias solicitaban una adopción, mayoritariamente buscando el hijo que no pudieron tener como consecuencia de dificultades para concebir o de procesos de infertilidad, y formulaban su solicitud de adopción después de varios años de peregrinaje infructuoso por servicios médicos, ya en una edad más madura que las familias biológicas, y sin haber superado, en muchos casos, el dolor derivado de su imposibilidad de tener hijos biológicos y la frustración por los sucesivos fracasos. En los últimos años se han producido cambios en la motivación para adoptar. La causa tradicionalmente más frecuente de las familias para solicitar una adopción, la infertilidad, va dejando paso a otros motivos relacionados con el deseo de ampliar una familia reconstituida, la posibilidad de acceder a la paternidad en solitario o con una pareja del mismo sexo, inclinaciones solidarias, problemáticas de salud de carácter hereditario, etc. En este sentido, hay estudios (Anderson, Piantanida, y Anderson, 1993) que diferencian entre la motivación tradicional, la relacionada con la ausencia involuntaria de hijos biológicos, y la motivación preferencial, en la que la paternidad, a través de la adopción, se ha antepuesto a otras posibilidades para ser padres. El cambio en las motivaciones ha generado, a su vez, un cambio sociodemográfico en el perfil de las familias adoptivas. Por ejemplo, casi una de cada diez adopciones internacionales de las que se llevan a cabo en España en la actualidad es efectuada en solitario por una mujer (González y López, 2008). Igualmente, junto al incremento de familias monoparentales, ha aumentado el número de parejas reconstituidas, y parejas homosexuales. Pero, como señalan Rodríguez y Jareño (2015), incluso en sus formas de constitución más tradicionales, la familia adoptiva transgrede el modelo de familia nuclear basado en la filiación consanguínea, no solo a través del ejercicio de su maternidad y paternidad adoptivas, sino porque la consideración de la adopción como una forma más de ser padres y madres implica también una apertura hacia nuevas formas de familia y, como derivada,

hacia comportamientos tradicionalmente cuestionados, como tener hijos/as fuera del matrimonio o la adopción por gays y lesbianas, contribuyendo al desarrollo de una ideología de la familia más flexible y dando un papel más protagonista a la figura paterna en la crianza de los hijos. Ello no impide que, en ocasiones, los padres y madres adoptivos se sientan considerados por el resto como “familias de segunda” a los ojos de la sociedad pues, desde su punto de vista, la sociedad las considera una forma de hogar menos satisfactoria que la basada en lazos biológicos. Otras circunstancias adicionales, como la incertidumbre en cuanto a trámites, plazos, etc., los años de espera hasta la llegada de su hijo (llegada que a menudo acaba produciéndose de forma repentina), la escasez de modelos de referencia a la hora de instaurar pautas educativas; la necesidad de someterse a procesos de valoración y de seguimiento continuos; el hecho de incorporar a su sistema familiar a otra persona, con una parte importante de su historia ya vivida, al que deberán explicarle que es adoptado y porqué, etc. comportan una serie de elementos que harán diferente el desempeño de la paternidad por quienes serán los nuevos padres de aquellos menores (Kirk, 1964; Palacios, 2000). Por otro lado, hay que tener en cuenta que la adopción es un recurso de integración familiar destinado a aquellos menores en situación de desamparo y para los que se ha descartado la posibilidad de que sean atendidos por su familia de origen. En consecuencia, muy probablemente habrán sufrido situaciones de privación y carencias, situaciones de maltrato o abandono que no pudieron resolverse sin la separación del menor de su entorno familiar y que han podido dejar secuelas físicas y/o emocionales. A menudo han sido adoptados en otro país y, por lo tanto, su lengua y costumbres son completamente diferentes a las de su nuevo entorno. Y frecuentemente cuentan ya con una cierta edad, y/o llegan a la adopción junto a sus hermanos y/o tras largos periodos de institucionalización. Las posibles dificultades derivadas de estas experiencias previas no harán sino complicar la adaptación en la nueva familia y exigen del desarrollo de determinadas competencias en los padres y madres adoptivos. El éxito del proceso de adaptación entre los menores y su nueva familia dependerá de la capacidad del niño para superar esta experiencia de separación y vincularse a unos nuevos padres y madres y de la capacidad de los padres para superar sus propias vicisitudes y vincularse a un niño desconocido, favoreciendo que se originen sentimientos de pertenencia entre todos ellos. Aunque lo normal es que muy pronto se establezca entre padres e hijos una fuerte vinculación afectiva (Fernández y Fuentes, 2001; Sues, Grossmann y Sroufe, 1992), esta no siempre se consigue desde el inicio de la relación, especialmente si los niños ya habían desarrollado vínculos con otras personas o, por el contrario, las experiencias de privación y carencias derivaron en trastornos de la vinculación (Palacios, Sánchez, y León, 2005; Rutter et al, 2002). En estos casos, el establecimiento de las nuevas relaciones familiares puede ser más difícil y pueden aparecer comportamientos de temor o desconfianza por parte del menor hacia los padres adoptivos, manifestando comportamientos retadores para probar los límites y su grado de cariño. También para los nuevos padres su hijo es un extraño, sobre el que se pueden haber volcado muchas expectativas que no se vean satisfechas con el encuentro. Es por ello que autores como Palacios (2000) consideran que el encuentro entre el adoptado y el/los adoptantes siempre va a estar marcado por la incertidumbre.

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Evolución de las familias adoptivas La llegada del menor a su nuevo hogar va a suponer un periodo de adaptación que requerirá de una serie de ajustes importantes en el ritmo y la dinámica familiar, determinar los recursos más adecuados para el niño en el ámbito escolar, de salud, etc., y, en ocasiones, buscar recursos de apoyo adicionales si el menor presenta algún problema. Por lo tanto, es una fase en la que las redes de apoyo social de la familia y el apoyo de los profesionales serán determinantes para el éxito de la adopción. El patrón que siguen las familias y los menores en este periodo puede variar de unas a otras (Fuertes y Amorós, 1996). En ocasiones, los problemas que se habían presentado durante la estancia del menor en el centro de acogida desaparecen al integrarse en una familia; en otras, aparecen nuevas reacciones en el menor, desconocidas para quienes convivían previamente con él en otras familias o en instituciones. A menudo surge una época de “luna de miel” entre la familia y su hijo (Groze e Ileana, 1996), a la que pueden suceder periodos más críticos, incluso de gran conflictividad. Igualmente podemos encontrar adopciones en las que los menores se adaptan a su nuevo entorno desde el principio (Fernández y Fuentes, 2001). También los padres y demás miembros de la familia pueden reaccionar de distinta forma ante las nuevas situaciones y ello, lógicamente, influirá en la aparición y en la resolución más o menos satisfactoria de las posibles dificultades. Expectativas excesivamente elevadas y poco realistas respecto al menor, actitudes sobre-exigentes o sobre-protectoras, excesivamente centradas en el hijo/a, un alto nivel de tensión ante las dificultades cotidianas, resistencia a abordar cuestiones relacionadas con la adopción o los orígenes del menor, la atribución de los posibles problemas a la influencia de la herencia del niño y más son circunstancias que, si aparecen, dificultarán el proceso adoptivo (Brodzinsky, 1990, Festinger, 1990; Fuentes et al, 2001; Welsh, Viana, Petrill, y Mathias, 2008). No obstante, la adaptación de menores y familias suele ser positiva, convirtiendo la adopción en un contexto de reparación para el menor y de realización para los padres y madres. Satisfacción con la adopción Algunos estudios han evaluado la satisfacción de las familias adoptivas (Fernández Fuentes y Berrocal, 2012; McDonald, Propp y Murphy, 2001; Rosser, 2010; Sánchez-Sandoval, 2011; Smith-McKeever, 2005 y 2006). El resultado generalizado es que los padres adoptivos se encuentran satisfechos de su decisión de adoptar, y mantienen una percepción positiva del proceso de adaptación. En estos trabajos, los padres adoptivos refieren sentirse muy satisfechos con sus adopciones y con la relación que mantienen con sus hijos e indican que todo ello ha supuesto una contribución positiva en sus vidas. Método Participantes El estudio se ha realizado sobre una muestra de familias de 89 menores adoptados en España, con una media de 12 años en el momento del estudio (DT=3,32), 41 varones (46,1%) y 48 mujeres (53,9%). Los menores llevaban una media de 4,5 años de convivencia con su familia adoptiva y tenían una media de 3,18 años a su llegada (Min=0-Max=12; DT=2,99). Las familias con expediente en el Servicio de Adopciones del Departamento de Bienestar Social en Alicante (España) eran, en su totalidad, parejas de hombre-mujer, con una edad media de 41,7 años (DT=4,7) en los padres y 40,7 (DT=4,9) en las madres.

Instrumentos Cuestionario de evaluación del proceso adoptivo (ESPA): cuestionario elaborado ad hoc para evaluar la opinión de las familias sobre las distintas fases del proceso adoptivo. Tras la recopilación de datos personales, el cuestionario va haciendo un recorrido por las diferentes fases del proceso de adopción hasta llegar a la situación en el momento del estudio, y recoge una valoración global del proceso por parte de la familia. En conjunto el ESPA cuenta con 7 apartados: 1) datos personales de los padres y del menor adoptado; 2) situación previa a la llegada del menor (motivación, tiempo de espera, formación previa, preferencias, y más; 3) contactos iniciales con el menor (primeros contactos e incorporación al hogar); 4) descripción del proceso de adaptación (aceptación del entorno, problemas iniciales, apoyos recibidos, y más); 5) descripción del periodo de seguimiento (atención recibida, evolución del proceso, apoyos necesarios, y más); 6) situación actual (problemas actuales, comunicación de la adopción, satisfacción, expectativas de dificultades futuras, y más); y 7) valoración del proceso vivido (repercusiones de la adopción, balance entre las expectativas y lo vivido, etc.). Su construcción, con escalas tipo Likert y preguntas abiertas, se ha realizado a partir de la adaptación de otros cuestionarios como la entrevista sobre el proceso adoptivo (EPA), de Palacios, Sánchez-Sandoval y Sánchez (1996) y la entrevista de seguimiento de la adopción (ESA), de Fernández y Fuentes (2001), así como de otros instrumentos elaborados en diferentes investigaciones para evaluar el grado de satisfacción familiar de las familias adoptivas. Para este trabajo se analizan las características de las familias (apartado 1: datos personales de los padres y del menor adoptado), así como las respuestas a los ítems de los apartados 2.1 (motivación); 2.6 (tiempo de espera); 4.2 (aceptación del entorno) y los de los ítems de los apartados 6 y 7 orientados a saber cómo se encontraban las familias en el momento del estudio, qué valoración hacían del proceso vivido y cuál era su grado de satisfacción con la adopción (todos ellos en formato tipo Likert). Procedimiento Para la investigación se realizó un diseño mediante muestreo intencional o de conveniencia. Para ello se remitió a 133 familias de adopción nacional una carta, desde el Servicio de Adopciones del Departamento de Bienestar Social en Alicante (España), explicándoles el objetivo del estudio e invitándoles a participar en la investigación. Finalmente, se obtuvo la colaboración para cumplimentar el cuestionario por parte de las familias de 89 menores, el 67% de la población de estudio. En la carta de invitación se les indicaba que si deseaban participar, se pusieran en contacto telefónico con los técnicos del Servicio de Adopción y solicitaran una cita. Las familias que accedieron a participar [L5] fueron citadas en el servicio, donde, a lo largo de una entrevista semiestructurada de unas dos horas de duración, se fueron cumplimentando los diferentes apartados del cuestionario. Tras la recogida de datos se realizó un estudio descriptivo no experimental y de corte transversal mediante el análisis de frecuencias y porcentajes, así como un análisis de contingencia de los aspectos evaluados con algunas variables, mediante la prueba Chi-cuadrado. El análisis estadístico de los datos se ha realizado a través del SPSS 19.0.

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Resultados En la tabla 1 se muestran las características sociodemográficas de las familias entrevistadas, su edad, estudios, cualificación profesional y nivel socioeconómico1. Tabla 1: Características sociodemográficas de las familias Variables Categorías Monoparental Mujer Monoparental Varón Composición familiar Pareja hombre-mujer Pareja homosexual 30-40 Edad madre cuando 41-45 adoptó 46-50 Primarios Estudios madre FP/Bachiller Superiores Sus labores Trabajadores no especializados Obreros especializados, agentes orden publico Cualificación profesional Administrativos, contables, maestros, madre fuerzas seguridad Pequeños comerciantes, obreros especializados Profesiones liberales que ejerzan o no por cuenta ajena 30-40 Edad padre cuando 41-45 adoptó 46-50 Primarios Estudios padre FP/Bachiller Superiores Obreros especializados, agentes orden público Administrativos, contables, maestros, fuerzas seguridad Cualificación profesional Pequeños comerciantes, obreros espepadre cializados Profesiones liberales que ejerzan o no por cuenta ajena Empresarios de grandes compañías, cargos directivos Bajo Estatus socio-económico Medio Alto Si Otros hijos No

n 0 0 89 0 46 24 19 52 14 23 3 12

% 0 0 100 0 52 27 21 58 16 26 3,4 14

16 18 26 29 3

3,4

29 33 45 25 19 49 20 20

51 28 21 55 23 23

(DT=4,7) en los padres y 40,7 (DT=4,9) en las madres en el momento de la adopción. Predomina el nivel formativo correspondiente a estudios primarios, donde se sitúa más del 50% de los casos, aunque también destaca un porcentaje importante, en torno al 20-25%, de casos con estudios superiores. Respecto a la cualificación profesional de padres y madres adoptivos, siguiendo el índice de características de estatus (ICS) propuesto por Burgaleta, Fernández y Martínez (1985), se observa un nivel medio de cualificación, aunque más elevado en los padres que en las madres. También según el ICS, el estatus socio-económico de las familias presenta una distribución normal, con un mayor porcentaje de familias de estatus socioeconómico medio (41,6%). Para la mayoría de las familias, el menor adoptado era su único/a hijo/a (70,8%). En la tabla 2 aparecen algunos datos sobre su adopción como la motivación principal para adoptar, y las características del menor adoptado (edad, etnia, adoptado con hermanos). Tabla 2: Diferentes aspectos de la adopción realizada Variables Categorías n % Imposibilidad/dificultad para tener hi58 66 jos biológicos Principal motivación para Deseo aumentar la familia 12 14 adoptar Solidaridad 5 5,7 Otros 13 14 < 2 años 33 37 Edad del menor cuando fue 2-6 años 40 45 adoptado >6 años 16 18 Adoptado con hermanos Sí 15 17 No 74 83 Adoptado de otra etnia Sí 26 29 No 63 71 (N=89)

27 30 20 23 33 37 3

3,4

6

6,7

32 37 20 26 63

36 42 23 29 71

La principal motivación para adoptar de la mayoría de las familias estudiadas fueron los problemas de fertilidad (65,9%), seguida a mucha distancia de otras motivaciones como el deseo de aumentar la familia (13,6%), la solidaridad hacia menores sin familia o que proceden de entornos desestructurados (5,7%), y otros como la contraindicación de un embarazo por problemas de salud o de edad, ligadura o vasectomía previas, marcha del hogar de los hijos mayores, etc. (13,6%). La mayoría adoptaron a su hijo/a cuando este/a tenía menos de 6 años (82%). El 16,9% de los menores habían sido adoptados junto a hermanos y el 29,2% eran de una etnia diferente a la de sus padres. La tabla 3 refleja la valoración que realizan las familias de cómo han vivido su transición a la parentalidad adoptiva y cómo se encuentran en el momento del estudio.

(N=89)

Los datos de la Tabla 1 muestran que las 89 familias entrevistadas eran su totalidad parejas de hombre-mujer, y con una edad media de 41,7 años

1

El nivel socioeconómico y la cualificación profesional se han evaluado a partir la clasificación propuesta por Burgaleta, Fernández y Martínez, en el cuestionario de índice de características de estatus (ICS).

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Tabla 3: Transición a la parentalidad adoptiva Variables Categorías Menos de 1 año Tiempo de espera hasta la asig- Entre 1 y 3 años nación del/de la menor Entre 4 y 6 años Más de 6 años Familia Aceptación del entorno Amigos Nunca Al principio Problemas con el/la menor Tras cierto tiempo Últimamente Siempre No lo sabe nadie Sólo lo saben familiares y amigos próximos Comunicación de la adopción Lo sabe también el/la menor Lo saben el menor y todas las personas de nuestro entorno Menos dificultades de las esperadas Dificultades encontradas Las dificultades esperadas Más dificultades de las esperadas Expectativas de dificultades fu- No turas Sí Baja Satisfacción familiar Moderada Alta

n 12 5 6 65 89 87 34 43 7 4 0 0

% 14 5,7 6,8 74 100 98 39 49 8 4,5 0 0

14 16 5

5,8

67 78 9

23

18 13 49 34 5 28 56

45 33 59 41 5,6 32 63

La mayoría de las familias (73,9%) han sufrido largos periodos de espera, desde que formularon su solicitud de adopción hasta la asignación de un/a menor. Aproximadamente un tercio de las familias señalan no haber tenido problemas significativos (38,6%) a lo largo del proceso adoptivo, corroborando la idea de que en un grupo importante de casos la adaptación y la vinculación entre sus miembros se produce de forma satisfactoria . Las familias que sí refieren problemas de adaptación los sitúan principalmente al principio del proceso (48,9%). La comunicación sobre la situación de adopción ha sido realizada de forma abierta (tanto al menor como a las personas del entorno (amigos, escuela, etc.) por mayoría de las familias (77,9%); un pequeño grupo mantiene la información en la intimidad, incluyendo al menor (5,8%) y en un 16,3% de los casos las familias reconocen que aún no han tratado este tema con su hijo/a, aunque lo saben los más allegados. En cuanto al balance que realizan las familias entre las expectativas de cómo iba a ser este proceso y lo realmente vivido, los resultados indican que para el 22,5% el proceso resultó menos difícil de lo que esperaban. Sin embargo, un 32,5% reconoce que se encontraron más dificultades de las previstas. Además, el 41% piensa que se van a seguir presentando dificultades en el futuro, a pesar del tiempo de convivencia transcurrido y la edad actual de sus hijos/as. En función de los resultados del análisis de contingencia, se comprueba que la percepción de mayores dificultades de las esperadas tiene que ver con la edad del menor [χ2 (6)=16,854, p=.010], resultando los procesos más dificultosos para las familias que adoptaron niños/as más mayores. Esta percepción también se relaciona con el hecho de haber adoptado dos o más hermanos [χ2 (6)=6,644, p=.036], en concreto la percepción de haberse encontrado con más dificultades de las esperadas aumenta en estos casos.

En conjunto, a pesar de las dificultades encontradas, las familias manifiestan altos niveles de satisfacción con su adopción (para el 31,5% es moderada y para el 62,9% es alta). La prueba de Chi-cuadrado señala que el grado de satisfacción de las familias está relacionado con algunas variables. En concreto, aparecen diferencias estadísticamente significativas en satisfacción familiar en función de la edad del/de la menor en el momento de la adopción [χ2 (4)=15.027, p=.005], de forma que muestran mayor satisfacción aquellas familias que adoptaron menores más pequeños. También se daba la misma tendencia según los/las menores fueran o no de una etnia diferente a la de sus padres [χ2(2)=7,777, p=.020]. En este caso, mostraban mayor satisfacción las familias con hijos/as de la misma etnia. Como era de esperar, la satisfacción familiar también es mayor en los casos en los que las familias se han encontrado menos dificultades de las esperadas [χ2 (3)=16,186, p=.032]. Sin embargo, no se aprecian estas diferencias en el caso de otras variables como el hecho de tener otros hijos. Finalmente, se pidió a las familias que valoraran de 0 a 10 su grado de satisfacción con la adopción, considerándose baja hasta 5, moderada entre 6 y 8 y alta entre 9 y 10. Tal y como se puede apreciar en la gráfica 1, la mayoría de las familias puntúan muy positivamente su satisfacción con la adopción, con una media entre 0 y 10 de 9,27 (61%, puntuaron 10 y 16%, 9). Solo en 21 casos (23,5%) las familias expresan una satisfacción baja o moderada (entre 5 y 8). Figura 1: Grado de satisfacción de las familias con su adopción (0-10)

Conclusiones-discusión Los datos de este trabajo pretenden mostrar un retrato de las familias adoptivas a través de su vivencia de la transición a la parentalidad que, a su vez, sirva de análisis de la función social que desarrolla este tipo de familias. El hecho de que la valoración se haya realizado en base a las opiniones vertidas por las propias familias, ante los profesionales del Servicio de Adopciones, puede ser una limitación del estudio, ya que, sin duda, sus respuestas pueden haber sufrido el efecto de la deseabilidad social y mostrar una realidad algo edulcorada. Otra limitación podría ser que se recojan opiniones retrospectivas, transcurridos varios años desde la llegada del/de la menor a su nuevo hogar. Aun teniendo en cuenta estas limitaciones, los resultados reflejan el proceso vivido por las familias en su transición a la parentalidad adoptiva y alguno de los principales hitos y tareas de este

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proceso, inherentes al hecho de tratarse de una familia adoptiva, y que implican retos específicos para estas familias (Kirk, 1964; Palacios, 2000). En este caso, el estudio se ha realizado sobre una muestra de familias de adopción nacional que iniciaron sus expedientes hace aproximadamente una década. La comparación con familias de adopción internacional, más recientes, probablemente indicaría otros cambios adicionales derivados del origen extranjero de los menores (diferente lengua, costumbres, etnia, etc.) y una mayor diversidad en el tipo de familias. En cualquier caso, de los resultados obtenidos se desprende que las familias adoptivas asumen, de partida, retos específicos a lo largo del proceso. En concreto, aquellos derivados de las circunstancias que motivaron su adopción (que para la muestra estudiada tiene que ver en su mayoría con problemas de fertilidad), o del hecho de acceder a la paternidad tras largos años de espera e incertidumbre. Pero también derivados de incorporar a sus hogares a menores que han vivido la separación/abandono de sus familias de origen, frecuentemente como consecuencia de haber sufrido carencias, desatención y/o maltrato, y tras años de institucionalización. Juntos deberán construir su propia historia, sorteando las dificultades que se deriven de estas experiencias previas, de la reacción del entorno a la llegada de un menor con el que no les unen lazos de sangre, de la necesidad de comunicar las razones de la adopción a su hijo/a, etc. Por ello, la transición a la parentalidad en estas familias es diferente y, a menudo, más compleja que si se tratara de familias biológicas (Arrainz, Oliva, Martín y Parra, 2010; Brodzinsky y Palacios, 2005; Festinger, 1990; Welsh, Viana, Petrill, y Mathias 2008) y no está exenta de dificultades. Por ejemplo, el estudio de Arrainz y otros (2010), que analiza los problemas y necesidades educativas en nuevas estructuras familiares, señala que las familias adoptivas son las que manifiestan una mayor preocupación por la adaptación escolar de sus hijos e hijas; igualmente, son las que manifiestan unas mayores dudas sobre la normalidad del desarrollo psicológico de sus hijos. También manifiestan mayores dudas sobre su propia capacidad como educadores, quizá reflejando una necesidad de demostrar su capacidad de crianza al no haber tenido hijos por vías naturales. En la misma línea, en las narrativas de los padres y las madres entrevistadas en el presente estudio se refleja que, aunque un importante número de familias no considera haber encontrado especiales dificultades, otro grupo de similar importancia sí reconoce haberse encontrado con más dificultades de las esperadas. Las familias estudiadas señalan que las dificultades se dieron especialmente al principio del proceso, en contradicción con otras investigaciones que hablan de un periodo inicial de “luna de miel” (Groze e Ileana 1996). Los datos también muestran que determinado tipo de adopciones, por otro lado cada vez más frecuentes, como la adopción de niños mayores o grupos de hermanos, suponen una dificultad añadida para las familias (Brodzinsky y Palacios, 2005; Festinger, 1990). Los niños que llegan más mayores a la adopción probablemente hayan estado más tiempo expuestos a situaciones de negligencia o maltrato, habrán pasado más tiempo en instituciones y todo ello va a contribuir a una mayor presencia de secuelas emocionales (Brodzinsky y Schechter, 1990; Festinger, 1990; Palacios y Sánchez, 1996; Rutter et al, 2002). La adopción de hermanos también ha sido considerada un factor de riesgo en la evolución de las adopciones estudiadas, por el incremento que conlleva en los niveles de estrés familiares (Leung y Erich, 2002). Las diferencias étnicas entre los padres y su hijo adoptado suponen igualmente una fuente de dificultades para las familias

de este estudio, aun cuando no es una situación generalizada por tratarse de adoptados nacionales. Sin embargo, estas dificultades no son impedimento para que la mayoría de las familias, en consonancia con otros estudios (Fernández Fuentes y Berrocal, 2012; McDonald, Propp y Murphy, 2001; Rosser, 2010; Sánchez-Sandoval, 2011; Smith-McKeever, 2005 y 2006) manifiesten altos niveles de satisfacción con su situación familiar. De esta forma, no solo cumplen con creces la principal función de la familia, a juicio de la opinión vertida en algunas encuestas (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2004), la de criar y educar a los niños y las niñas, proporcionándoles amor y afecto sino que, además, la institución familiar, en este caso adoptiva, se convierte en un contexto reparador para aquellos niños y niñas que accedieron al sistema de protección a la infancia tras haberse visto expuestos a situaciones de abandono y/o maltrato en sus familias de origen (Rosser, Bueno y Domínguez, 2010; Hoksbergen 2008). Es importante destacar que las familias adoptivas rompen, además, con el estereotipo de familia tradicional basada en la filiación consanguínea, y contribuyen al desarrollo de una ideología de la familia más flexible (Rodríguez y Jareño, 2015), jugando un papel transformador en la sociedad donde ya no sólo tiene cabida la tradicional familia nuclear con hijos biológicos. Por otra parte, existen otros elementos que convierten a las familias adoptivas en figuras socializadoras no solo dentro sino también fuera del hogar. En primer lugar, por la necesidad de integrar al/a la menor en la cultura y valores de su nueva familia. Por otra parte, todas las tareas de la denominada paternidad social se pueden compartir en el caso de adopción por parejas, dando un mayor protagonismo de la figura paterna en la crianza de los hijos. A eso habría que añadir la necesaria mediación en los conflictos que se producen como consecuencia del cuestionamiento o rechazo de otras personas hacia el origen de sus hijos, las posibles diferencias étnicas, etc. El retrato que nos ofrece este estudio sobre las características y retos de las familias adoptivas en su transición a la parentalidad pone de manifiesto la necesidad de profundizar en sus demandas y problemas así como de desarrollar un mayor despliegue de apoyos tanto formales como informales en el afrontamiento de las tareas diferenciales que entraña la adopción de un menor. Desde otro punto de vista, la evidencia de estas necesidades suscita algunas cuestiones para la reflexión. En primer lugar, ¿las familias que deciden adoptar son realmente conocedoras de los retos que asumen? Un mayor conocimiento de la realidad de la adopción de forma previa al inicio del proceso permitiría a los futuros padres y madres adoptivas desarrollar expectativas más realistas y prepararse para los retos que probablemente tengan que afrontar. Otra cuestión importante a tener en cuenta es si la misma administración que “delega” el cuidado de los menores en estas familias presta después el apoyo necesario para que esta sinergia funcione. Si no se desarrollan servicios especializados de apoyo a las familias adoptivas en la resolución de las posibles dificultades, existe un riesgo de que las adopciones fracasen, abocando a los menores que un día hubo que separar de sus familias de origen, a una nueva separación. Y por último, si como se ha señalado con anterioridad, las familias adoptivas rompen con el estereotipo tradicional de familia, ¿realmente la sociedad aprueba y apoya formas de familia diferentes a la tradicional o simplemente las toleran y consideran “familias de segunda”? Aún existe una

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fuerte resistencia hacia nuevas formas de familia en determinados sectores de la sociedad. Estos y otros interrogantes ponen de manifiesto que todavía hay un largo camino por recorrer en el conocimiento y en la intervención con las familias adoptivas para acompañarlas en su transición a la parentalidad. Reflexión de la editora de sección Alejandra Ojeda-Sampson: el abordar un aspecto tan importante como la constitución de una familia que no fuera desde los lazos consanguíneos parecía necesario, debido, entre otras cosas, a las diversas maneras en cómo ahora los sujetos contemplan la unión familiar. Por esto, importantes son las aportaciones de la autora a la construcción de conocimiento sobre la misma. Así, el artículo muestra otra categorización de familia, siendo esta la familia adoptiva y particularmente el proceso que viven los actores en esa constitución; esto es, dejar la familia de origen para integrarse a la nueva, en el caso de los niños y el aceptar al nuevo integrante con expectativas específicas de todo lo implicante en ello, para ambos casos. Ahora bien, este artículo también deja claro las enormes inquietudes investigativas, no solamente no resueltas por este, sino las que abre por el propio método de investigación y las condiciones de las familias analizadas. Entonces, por un lado, contribuye al conocimiento de las familias en general y adoptivas, en particular; pero, por otro, también plantea incógnitas significativas para esa comprensión. Es así que el artículo explica a la vez que lanza cuestionamientos sobre las familias adoptivas y las ‘tradicionales’ y su inserción en la sociedad. Reflexión de la editora de sección Miriam Pardo-Fariña: el artículo resulta interesante al plantear nuevamente la función que tiene la familia específicamente en el marco de la adopción con todas las implicancias que ello conlleva. Tratándose de un estudio que aborda una muestra para extraer conclusiones, es posible abrir nuevamente un espacio de reflexión acerca del paradigma de la adopción y algunas de las razones para hacerla efectiva. Desde el punto de vista psicológico cabe preguntarse quién es padre o madre, o cuándo un hijo es tal, o para qué adoptar. Es posible profundizar en que un hijo hará lugar desde el mismo momento en que se encuentre simbólicamente en el deseo de los padres. Un hijo desde la biología podría no hallar dicho lugar si el deseo no lo anida; a partir de allí podrían acontecerse abortos espontáneos, dificultades para lograr el embarazo o simplemente ser dado en adopción porque aquel recién nacido no tiene un lugar simbólico ni en la madre, ni en el padre y menos en ambos como pareja. Siendo esto así, es posible plantear la adopción como una tremenda oportunidad para padres y bebés, incluso estos últimos en proceso de gestación, acerca de ese espacio dadivoso que brindará felicidad: el hijo hará a la pareja padres y los padres le darán el lugar de hijo, intercambio insoslayable si se quiere plantear la adopción como un camino efectivo para la parentalidad y la filiación; camino que irá formando un tejido vincular tendiente a consolidarse en el tiempo, siempre y cuando ese hijo logre “anidarse” en el amor de una pareja que le ama, espera y se ilusiona con él. Cabe destacar que una de los escollos principales con las cuales se encuentran los futuros padres adoptivos se relaciona con las experiencias previas del hijo, muchas veces ya institucionalizado por años, a lo que se agregan las dificultades encontradas durante todo el proceso de adopción, así lo corrobora el estudio de este artículo. De acuerdo a

lo anterior, cabe preguntarse: ¿Por qué un hijo adoptivo logra encontrar su lugar en sus padres adoptivos y por qué otros no lo logran develando serios problemas vinculares con sus padres y el entorno? Si bien la respuesta se acota a cada caso en particular, la tarea de las instituciones que tienen a los bebés y niños, previos a la adopción, debiera ser replanteada. Si solo se orientan a satisfacer las necesidades básicas y a velar por una integridad suficiente de los menores, podría no bastar para entender por qué un niño persiste en su no-lugar dentro de la familia adoptiva, pese a todos los esfuerzos de sus padres y familiares. ¿Cómo reparar las huellas dejadas por el abandono, la negligencia y quizás el maltrato encontrado al interior de una historia de institucionalización? Este artículo puede abrir muchas preguntas acerca de las experiencias de las familias adoptivas y abrir nuevas interrogantes acerca del “nido de amor” que los bebés y los niños debieran encontrar, generosamente, en las instancias que los esperan hasta ser adoptados. Si aconteciera lo anterior, el amor de los padres atravesaría mejor las fronteras defensivas de estos bebés y niños que han padecido una historia de sinsabores y desencuentros.

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Sociologando Artículos anteriores V1N1-2011:  Cuestiones «metodológicas», opiniones de los alumnos de la carrera de sociología V1N2-2011:  El hambre como punto de origen y de llegada de las políticas alimentarias vigentes  Respuestas estatales en torno a la alimentación y al cuidado: los casos de los Programas de Transferencia Condicionadas de Ingreso y el Plan de Seguridad Alimentaria en Argentina  Reflexiones sobre las nuevas formas del hambre en el siglo XXI: la obesidad de la escasez  Hambre individual, subjetivo y social (reflexiones alrededor de las aristas límite del cuerpo)  A fome como tabu e a luta de Josué de Castro V2N1-2012:  Configuraciones sociales y teoría social  Jóvenes contemporáneos: entre el trabajo emocional y estético en el mundo corporativo  ¿É possível ver de lugar nenhum? Sobre o ponto de vista sociológico V2N2-2012:  Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión  Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil española V3N1-2013:  Estrategias de «policiación de la sociedad» y prácticas de «securitización ciudadana»: una mirada a la metamorfosis de los mecanismos represivos en contextos neo-coloniales  Represión y constitución de subjetividades marginales: una mirada sobre el cuerpo y la movilidad en ciudad de Villa María, Argentina V3N2-2013:  Una construcción íntima de la identidad trans como estrategia de desplazamiento en función de contextos, momentos, interacciones y prácticas V4N1-2014:  Hacia una mirada de género en los estudios de movilidad social: interrogantes teóricometodológicos  Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina  Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011) V4N2-2014:  Entablando vinculaciones entre la sociedad de consumo, las sensibilidades y las políticas sociales desde el sur global  El jacobinismo neoliberal del empresariado católico argentino  Pobreza multinacional compartida en la frontera sur mexicana  Estructuración, prácticas y sensibilidades en los recuperadores de residuos (Córdoba, Argentina) V5N1-2015:  ¿Cómo se construye la población destinataria desde los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas? Nuevas formas de abordaje de la “cuestión social” basadas en la autorresponsabilización  Saberes médicos y políticas sanitarias en la Argentina durante la Guerra Fría  Investigación y políticas públicas en educación  Análisis de necesidades e intervenciones sociales en barrios desfavorecidos de la Región de Murcia, España  Los Planes de Igualdad como instrumento para lograr la igualdad de género en América Latina: ¿Algo más que un objetivo?


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SOCIOLOGANDO La personapp, ¿el fin de la División entre online y offline? The personapp ¿is this the end of the division among the online and the offline? Erick-Gonzalo Gómez-Narváez (1980, mexicano, Universitat Oberta de Catalunya, España) erick.gg.n@gmail.com

Resumen Partiendo de una investigación cualitativa en curso sobre apps con geolocalización orientadas a la población de hombres que tienen sexo con hombres (HSH), el artículo busca reflexionar sobre la pertinencia o no de continuar con la distinción que se hace sobre realidad online/offline. Analizando algunos testimonios de informantes y observaciones realizadas, se constata que esta división es artificial, lo cual concluye que sería necesario repensar la realidad como única, en la que se imbrican constantemente los elementos online con los elementos offline. Palabras clave: apps, hombres que tienen sexo con hombres, app, masculinidad, realidad, sexualidad. Recibido: 13-07-2015 → Aceptado: 05-08-2015

Abstract Following an ongoing qualitative research about geo-located apps for men who have sex with men (MSM), the article reflects on the relevance of continuing with the distinction made among online / offline reality. Analyzing some testimonies of informants and observations, it appears that this division is artificial, concluding that it would be necessary to rethink reality as one, which is constantly overlapping online and offline elements. Key words: apps, Internet, masculinity, men who have sex with men, reality, sexuality

Introducción El presente artículo parte de una investigación cualitativa en curso sobre la app con geolocalización Grindr diseñada para establecer encuentros y citas entre la población de HSH, considerando las aportaciones de Hine (2009), Markham (2011), y Postill y Pink (2012) sobre etnografía digital, y los avances de Enguix y Ardévol (2012) sobre el estudio de sitios de contactos para esta población. Se utilizaron técnicas como observación participante de las dinámicas online dentro de la app, y de las interacciones de los usuarios con la app en situaciones offline. Así mismo, se realizaron entrevistas a informantes tanto online (a través de las apps Grindr y Whatsapp) como offline. Se expone la estructura de la app Grindr, se presenta el contexto socio-cultural en el que se desarrolla y la división o especialización de las redes sociales, que dividen artificialmente lo social de lo sexual. Se exponen los hallazgos, basados en las observaciones y entrevistas realizadas, mostrando que la división que aún se hace entre contextos y realidad online/offline es artificial, concluyendo que sería necesario repensar la realidad como única, en la que se imbrican constantemente los elementos online con los elementos offline.

La personapp, ¿el fin de la división entre online y offline? Las redes sociales digitales y los sitios de encuentros en Internet para HSH han sido estudiados desde diversos métodos, aspectos y técnicas; sin embargo, como señalan Grov y cols. (2014), la investigación no está corriendo a la par que se presentan nuevos avances tecnológicos, específicamente respecto a Internet y su relación con HSH. Ante esta situación y el auge actual de las apps con geolocalización, se considera necesario el desarrollo de estudios cualitativos que muestren los efectos de estas apps en las poblaciones que las usan. Respecto a la población de HSH, se ha tomado como referencia y puerta de entrada la app Grindr lanzada en 2009, por ser pionera y ampliamente adoptada por este sector social (El País, 2012). La app funciona en 192 países y tiene 1.7 millones de usuarios cada día (Grindr, 2015). Su funcionamiento está basado en la localización GPS del dispositivo móvil conectado a la app, permitiendo visualizar los perfiles de los usuarios de acuerdo a su cercanía. Permite visualizar cien perfiles si se tiene la versión estándar gratuita, o trescientos con diversas opciones de filtrado si se tiene la versión Xtra, que es de pago. La app permite que se suba una foto (sujeta a la aprobación de lo que las normas consideran es una foto pública), un nombre de perfil (que puede proporcionar información sobre el usuario o lo que busca), encabezado, descripción libre y algunas opciones preconfiguradas, como la edad, estatura, peso, raza, estado sentimental, qué se busca, y lo que denomina tribus (que podrían ser consideradas como comunidades, aunque no explica ni define las características de cada una). La interacción entre usuarios a través de la app se basa en el intercambio de mensajes de texto y fotografías, por lo que una vez establecida comunicación entre los miembros es posible transitar a otro medio de comunicación, como Whatsapp. Durante varios meses se interactuó con dicha aplicación como parte inicial de un proceso de investigación cualitativa. Se realizaron inmersiones en la app a manera de catas, principalmente en la ciudad de Barcelona, en diversos momentos del día durante varias semanas, con la finalidad de conocer sus características principales, siguiendo el proceso de inscripción en la app. Se realizaron observaciones inespecíficas de la misma, registrando las características de los perfiles y las dinámicas internas. Los perfiles generados para la investigación tuvieron como nombre de perfil “PhD candidate” y como encabezado “conociendo la app” con la finalidad de mantener criterios éticos. Dado que la estructura de la propia plataforma fomenta la interacción con los usuarios, se pudo establecer comunicación con los mismos, algunos de los cuales manifestaron su interés en la investigación y fungieron como informantes y aliados. Se conversó con al menos veinte usuarios a través de la plataforma de Whatsapp y mediante interacciones cara a cara en lugares frecuentados por ellos. Si bien la red es sincrónica, las conversaciones pueden llegar a ser asincrónicas, es decir, algunas conversaciones pueden realizarse en un periodo largo de tiempo.

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Contexto socio-económico-cultural En las últimas décadas, el mundo se ha transformado radicalmente, lo que ha supuesto nuevas articulaciones de conceptos y paradigmas que se suceden rápidamente. A nivel geopolítico hemos pasado de una división del mundo y del sistema de países, definidos como primer mundo, segundo mundo y tercer mundo, a una clasificación definida por el ingreso per cápita: países de ingreso bajo, medio y alto. El gran desarrollo tecnológico ha abierto y alimentado diversos debates pragmáticos, teóricos y académicos, como la sociedad en red y la globalización (Castells, 2006), las multitudes inteligentes (Rheingold, 2004); la posibilidad de lograr una sociedad de la información y del conocimiento (David & Foray, 2002); la democracia y la participación (Ferber, Foltz, & Pugliese, 2005) o el uso de app con fines de investigación (Markham, 2011). Las tecnologías han propiciado la aparición de nuevos conceptos (e-gobierno, ciber-democracia, blog, la nube, apps), una ampliación del concepto de redes sociales, modas y costumbres (como el fenómeno selfie), y la posibilidad de acceder a contenidos generados en cualquier parte del mundo.

Cabría preguntarse, de acuerdo a esta configuración, qué son las emociones: ¿un largo listado que permite escoger una sensación o estado de ánimo aproximado a lo que realmente estamos sintiendo? ¿Sería conveniente comenzar a hablar de emociones virtuales, cuya expresión y duración estará mediada por un tipo de tecnología? ¿Cuáles son las características de las emociones compartidas digitalmente, a diferencia de las que no lo son? Siguiendo la propuesta de Illouz (2009), los productos están impregnados de emocionalidad y son significados culturales que permiten el acceso a categorías emocionales y experiencias; como constatan Gómez y Ardévol (2011), la persona misma y su construcción identitaria han devenido objetos de consumo a través de su participación en redes sociales virtuales; desde esta perspectiva, ¿sería la función de estas emociones expresadas virtualmente una forma de conectar a la persona-producto con su propia red de consumidores, de establecer identificaciones con su red-audiencia, o bien preparar a esta audiencia sobre posibles tomas de decisiones, en un intento de dar coherencia a sus acciones vistas como una narrativa o relato?

En la última década, Internet se emancipó del ordenador y de los cables, convirtiéndose no sólo en una herramienta móvil, sino omnipresente. Sus ondas –wifi, 3g o 4g- están en todas partes, así como multitud de receptores que permiten a los usuarios, personas o agencias, estar permanentemente conectados, permeando casi todos los aspectos de la vida y de la sociedad. Con la masificación en la adopción de estos dispositivos se ha abierto un nuevo frente, el de las apps, que realizan tareas para mejorar la vida de las personas, satisfacer necesidades o mejorar servicios. Actualmente, casi cualquier persona es capaz de desarrollar apps a partir de otras ya existentes, permitiendo el acceso de cada vez más personas a la nueva dinámica económica y de intercambio de información. Las tiendas de apps han abierto sus códigos y sus canales de difusión y comercialización. Esto ha facilitado que personas ajenas a los ámbitos tecnológicos especializados sean capaces de participar de esta nueva economía, convertirse en programadores, desarrolladores o developers. Podría considerarse que las personas que participan en estas actividades son parte de la nueva dinámica económica y de auto-empleo que en los imaginarios está cargada del glamour de la creatividad y de la innovación ocultando los desafíos y carencias a los que se enfrenta esta nueva clase trabajadora (Mc Robbie, 2015)1.

Se continúan reconfigurando las formas de interactuar, abriendo nuevos frentes para la investigación antropológica y social, la cual no está respondiendo a la misma velocidad en la que ocurren estas modificaciones. Como señalan Grov y cols. (2014), la gran diferencia de tiempo entre que los datos son recogidos y los resultados son publicados puede hacer parecer fuera de contexto a algunas investigaciones, además de que la producción académica aún sigue discutiendo aspectos fundamentales de la investigación en línea en cuanto a metodología, representatividad o ética y no entrando de lleno al estudio de los fenómenos, al menos en lo referente a la sexualidad de los HSH.

Al menos desde 2012, diversas publicaciones están hablando de la appificación (Wing Kosner, 2012), definida como “la transformación continua de la actual colección de sitios web en una colección de apps” (Colla, 2015). Entre las características que se mencionan sobre las apps es que tienen una interfaz sencilla y que sirven para realizar tareas muy específicas, con una tendencia a abarcar todas las actividades realizadas por las personas y el cuerpo social (Aggarwal, 2014). Si bien el proceso de appificación ha sido abordado principalmente desde la economía digital y las culturas tecnológicas y empresariales, su interés desde un punto antropológico y cultural comienza a ser abordado desde estos contextos. Esta nueva dinámica basada en la virtualidad/app, se traslapa o imbrica constantemente con el mundo material. Las personas informan cada uno de sus actos a sus redes sociales a través de las apps. En esta configuración de la realidad no basta experimentar sentimientos o emociones, sino que se dispone de una larga lista para escoger estados anímicos ad hoc a través de las app, con emoticones incluidos.

Siguiendo los planteamientos de Latour (2005) sobre la sociología de las asociaciones y la teoría actor-red, estamos en un momento de intensa reconfiguración social a partir del surgimiento de nuevos actores no humanos y no hechos de materia social, representados por el Internet, a irrupción y democratización de nuevas herramientas y dispositivos de comunicación que están reconfigurando las formas que tenemos de relacionarnos y vincularnos como sociedad; aún así, se considera necesario dar un seguimiento a los diversos caminos que van tomando la estructura social con la incorporación de estos nuevos actores, que no obstante su irrupción trepidante y su continua reconfiguración, están teniendo una impronta en el cuerpo social, modificando las estructuras, las relaciones y las interacciones. Las redes sociales mainstream y la exclusión de la sexualidad Las redes sociales virtuales como Facebook han modificado las formas que las personas tenemos de comunicarnos y relacionarnos con nuestro entorno. La posibilidad de comunicar acontecimientos, pensamientos y otros usos ha sido estudiado ampliamente (Acquisti y Gross, 2006; Joinson, 2008; Zhao, Grasmuck y Martin, 2008; Ross y cols., 2009). Facebook, por su éxito reflejado en su enorme penetración (más de mil millones de usuarios en todo el mundo) podría ser vista todavía como paradigmática en cuanto a las redes sociales virtuales. Sería incorrecto afirmar que sea una red social desexualizada, dado que las personas comparten información sobre su género ―siguiendo el script hegemónico hetero-

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Como se está planteando un contexto muy general y por las limitaciones de espacio, no se consideró necesario profundizar más al respecto, además de que son temas fuera de mi dominio

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normativo ofrecido por el sitio―, están profundamente encarnadas a través del uso constante de fotografías para la auto-presentación, muestran y reproducen roles sexuales y de género, difunden y consumen noticias altamente sexualizadas y generan páginas sobre intereses sexuales diversos y específicos. Aun así, la propia red ha renegado de esta vocación sexual y se ha llegado a presentar como una red social asexualizada, prohibiendo en diversos momentos dentro sus normas de uso la publicación de cualquier contenido sexual. La censura de ciertos contenidos en dicha red ha generado un intenso debate, lo que la ha llevado a modificar y matizar en repetidas ocasiones sus normas en cuanto a desnudez y contenido sexual. El análisis de estas luchas de poder en torno a la representación o discursos sobre sexualidad ejemplifica lo que Foucault (1992) denomina micro-físicas del poder. Este juego por el poder puede observarse implícitamente en las normas actuales de dicha red, que expresan: “A veces se comparte contenido de desnudos con un fin determinado, como pueden ser campañas de concienciación o proyectos artísticos. Restringimos la exhibición de desnudos para evitar que determinados sectores de nuestra comunidad global que muestran una especial sensibilidad (…) se puedan sentir mal; en particular, por su contexto cultural o su edad... Como resultado, nuestras políticas pueden ser a veces más directas de lo que nos gustaría y restringir contenido compartido con fines legítimos. Trabajamos continuamente para mejorar la evaluación de este contenido y la aplicación de nuestras normas. / Eliminamos fotografías que muestren los genitales o las nalgas en su totalidad y de una forma directa. También restringimos algunas imágenes de pechos de mujer si se ve el pezón, pero siempre permitimos fotos de mujeres que estén dando el pecho o que los muestren con cicatrices por una mastectomía. También autorizamos fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas. Las restricciones sobre la exhibición de desnudos y actividad sexual también se aplican al contenido digital, a menos que dicho contenido se publique con fines educativos, humorísticos o satíricos. Se prohíben las imágenes explícitas de relaciones sexuales. También podemos eliminar descripciones de actos sexuales que sean demasiado gráficas” (Facebook, 2015). La sexualidad es presentada todavía ―al menos entre los sectores hegemónicos― como una expresión de la genitalidad, que además debería mantenerse íntima y oculta; el cuerpo desnudo, independientemente de la circunstancia, es presentado como un hecho bochornoso que debe mantenerse fuera de la red, para lo cual se cuenta con un gran número de vigilantes (los propios usuarios) que se levantan como potenciales censores al ser capaces de reportar aquello que consideran obsceno e inadecuado de ser presentado en esa red social pública. En esta configuración de redes sociales se sigue manteniendo una postura censora sobre lo que puede y no puede ser compartido, lo que es correcto e incorrecto; la sexualidad sigue compartimentada como un elemento independiente de las personas-usuarios-agencia, posible de ser tratado solo por “adultos” a través de otras redes socio-sexuales específicas. Entre estas pueden contarse los tradicionales sitios de contactos como Manhunt, Gaydar o wwwBear, cuya vocación es el relacionamiento y encuentro sexual, pero también formas más novedosas como Cam4, que permite la exhibición sexual y consumo a través de cámaras web, sitios web de pornografía generada por los usuarios como Xtube, redes sociales de blogs con contenido sexual como Tumblr, y las redes de encuentros a través de la geo-localización como Grindr. Cada uno de estos sitios poseen taxonomías, lenguajes y códigos propios, que como sugiere Enguix (2008), domestican, en el sentido de apropiación y resignificación, facilitando el aprendizaje y reproducción de diversos comportamientos sexuales y generando nuevas

comunidades dentro del gran universo gay u homosexual. Todas estas propuestas de redes sociales con vocación específica en sexualidad, además de compartimentar la sexualidad, la convierten en un producto pornográfico y más aún, en productos auto-pornográficos generados por los propios usuarios, quienes se convierten a la vez en objetos o productos sexuales para ser consumidos por otros usuarios a través de la mediación tecnológica, al menos en un primer momento. Al respecto, Attwood (2007) señala que están surgiendo nuevas formas de pornografía, pues la exhibición sexual es una forma de recreación, auto-presentación y construcción de comunidad. Pareciera que está habiendo una transformación de lo que es considerado público y privado. Si bien las diferentes redes sociales sexuales nos permiten acceder a la alcoba y presenciar los actos sexuales de los usuarios, no son considerados públicos pues tienen vedada su circulación en las redes sociales mainstream o redes para todo público; de acuerdo a esta nueva configuración, lo privado, desde un punto de vista digital al menos, estará compuesto por aquellos contenidos que tienen una circulación restringida, ya sea a través de estas redes socio-sexuales exclusivas para adultos, o a través de perfiles restringidos o privados en redes sociales públicas, para cuyo acceso se requeriría de una autorización del dueño del perfil, y que por estar alojadas en dichas redes públicas están en riesgo permanente de ser reportadas y eliminadas, de acuerdo a los lineamientos generales de convivencia. El encarnamiento no está solamente dado por el uso del cuerpo con fines de representación; también están siendo desarrolladas tecnologías que facilitan este proceso representacional (toma de fotografías y videos), y aún más, están siendo desarrolladas tecnologías y dispositivos pensados para una relación diferente del cuerpo con esta mediación, como los relojes inteligentes, gafas inteligentes, y que conforman el denominado y aún en incipiente desarrollo Internet de las cosas (Renzenbrink, 2012). Siguiendo con las tendencias en cuanto a tecnología digital, los sitios y redes sociales relacionados con la sexualidad se están appificando, lo que implica que estén disponibles en el dispositivo móvil de los usuarios, lo que les da la posibilidad de estar permanentemente disponibles y accesibles. Hallazgos A partir de la observación de los perfiles en la ciudad de Barcelona, en el periodo de enero a junio de 2015, se pudo determinar que la red es utilizada para los fines para los que fue concebida, es decir, un gran número de perfiles expresan el deseo de conocer otras personas. En su mayoría los perfiles se refieren a la búsqueda de compañeros sexuales, pero también se refieren a la búsqueda de relaciones de amistad con o sin sexo, e incluso algunos indican su deseo de encontrar una relación a largo plazo. Es interesante observar que entre esta gama de perfiles, están quienes expresan su preferencia por conocer gente atractiva, demandando una foto de rostro, y en el otro extremo, quienes expresan su interés únicamente en los atributos sexuales, sin interés en la cara o el cuerpo. Siguiendo la propuesta de Enguix y Ardévol (2012), el concepto de masculinidad hegemónico es visible en esta red, como puede observarse en la gran cantidad de fotos de usuarios que muestran su cuerpo, el cual está ejercitado y musculoso, además de rechazo en forma de texto a personas femeninas. Pudo observarse en los perfiles que existe una mayor afinidad por cuerpos con vello y rostro con barba, que rechazan a los cuerpos depilados, si bien existen algunos perfiles que muestran su preferencia por personas depiladas o incluso con rasgos femeninos. A través de esta red se genera un enorme tráfico de textos y fotos, pero sobre todo un intenso

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tráfico humano que se concerta a través de la misma, como puede observarse en los perfiles que señalan una “búsqueda para ahora”, “búsqueda para ya”, “si estoy conectado, es que busco acción ahora”, o perfiles que con el transcurso de las horas van cambiando, como “2bbpartynow…3bbpartynow…5bbpartynow”.

“La mayoría de las veces me dicen que me veo mejor en persona que en las fotos que les mando” (Good times, 25 años). “Me ha pasado que algún tío me ignora por completo en el bar, como dándoselas, pero luego lo encuentro en el chat y no para de mandarme mensajes” (morbobcn, 38 años).

Además de los encuentros con fines sexuales y de relación, se generan situaciones que tienen que ver con el intercambio o venta de productos y servicios, en específico una intensa oferta y demanda de habitaciones en alquiler en la zona gay de Barcelona o Gayxample, escorts o prostitutos ofreciendo sus servicios, servicios de masaje, venta de poppers, Viagra y otras drogas ilegales, invitaciones y promociones a lugares de reunión gay, etc. Durante este proceso se identificó que entre el 10 y 20% de los usuarios están conectados de forma permanente en la red. A partir de las interacciones se pudo determinar que la conexión en la red es independiente de la actividad que se esté realizando; es decir, las personas están realizando diversas actividades, a la vez que están interactuando con la app y con otros usuarios. Algunos perfiles indican en el nombre de usuario o la descripción la actividad que están desarrollando, como “de chili” “de fiesta” “en el curro”. Así mismo, la presencia permanente en la red genera una especie de conocimiento o identificación entre los usuarios, que da lugar a interacciones como las siguientes:

Entre las múltiples presentaciones y discursos que se pueden encontrar en Grindr, son comunes los perfiles de personas que afirman estar en fiestas/afters/chilis/grupos/orgías con uno o más compañeros sexuales. ¿Qué características tienen esas fiestas y encuentros sexuales, si las personas continúan interactuando con la app?

“Siempre te veo conectado, ¿qué no duermes ni trabajas?” (Anónimo sin foto (4,35 am). “Esta ciudad es un pañuelo… después de seis meses todos saben quién eres, donde vives, a dónde sales… todos se conocen a todos, y ten cuidado, porque aunque estén haciendo lo mismo que tú, van a hablar mal de ti” (Robertomx, 26 años). Estos hechos específicos y desde una mirada muy inicial dan lugar a múltiples preguntas. Desde un punto de vista económico, cabe preguntarse sobre la cantidad de energía, dedicación y esfuerzo que le dedican las personas-usuarios a interactuar con la app, o ¿cuáles son los móviles, las motivaciones y las repercusiones de su uso? ¿Cuánto es el tiempo que invierten en ella? ¿Qué tipo de información se comparte y circula? Y sobre todo, ¿quiénes son los que se encuentran detrás, los usuarios, quienes invierten parte de su día a día en dicha aplicación? A partir de visitas a diversos sitios de encuentro para HSH como bares o lugares de cruising, se pudo identificar que la presencia de Grindr es generalizada. Estas tecnologías no han eliminado la interacción y sociabilidad en espacios offline, pero los acompañan. Es común observar a personas interactuando con la app Grindr en estos sitios de reunión, algunas veces evitando interactuar con otras personas que están presentes en dichos lugares y que, por lo mismo, podría darse por sentado que puede haber intereses compartidos. ¿Qué características posee la interacción a través de esta red que la vuelve más atractiva que la interacción cara a cara? Partiendo del principio que la red permite conectar con personas cercanas, ¿no sería preferible establecer una interacción con quien de facto se tiene delante en un mismo espacio físico y, que por ende, no se necesita de fotos para saber cómo es? “No entiendo a esos tíos que se presentan como si fueran la gran cosa. Te mandan fotos que no son suyas o fotos de hace veinte años… digo, ¿que no se dan cuenta que los vas a rechazar cuando te das cuenta que no son ellos? No sé qué les pasa por la cabeza” (Good times, 25 años).

“es sorprendente que puedes llegar a un chili al que te invitaron por Grindr, pero las personas no hablan ni se relacionan entre sí; todos están con su móvil, buscando a que lleguen más” (Good times, 25 años). “Algo que no puedo tolerar es estar teniendo sexo con alguien, mientras se está mensajeando con otros… ¿es que no tienen educación? Me hacen sentir que no lo estoy haciendo bien y me da un cortón, que muchas veces prefiero irme” (actdot, 28 años). “Aquí 4 de fiesta, vicio, colocón y warreo, con tema y tina … ¿tú que tienes? ¿vienes?” (4bbpartynow). De acuerdo a estos ejemplos, parecería que en algunos casos la búsqueda sexual en Grindr va más allá de la búsqueda de encuentros sexuales; el sexo puede ser relegado a segundo término, ya sea por la presencia de drogas, o por el deseo de más compañeros sexuales, lo que da indicios de comportamientos compulsivos e incluso adictivos. Así mismo, aparece el tema de la etiqueta, cortesía y delimitación de situaciones de uso: algunos usuarios no solo descuidan actividades laborales para interactuar con la app, sino que descuidan el propio acto sexual para continuar con la interacción con la app. Realizando actividades offline tanto públicas como sumamente íntimas o privadas, las personas continúan interactuando online a través de apps. Algunos informantes afirmaron su rechazo a estas situaciones, considerando que el mantener interacciones con otras personas a través del móvil es una falta de respeto, en tanto otros manifestaron su normalidad, como una forma de asegurar y maximizar la diversión. Entre estas dos posturas, al parecer irreconciliables, lo que se mantiene constante es el uso de las apps. Entre los contenidos compartidos a través de esta y otras apps se cuentan fotos y videos de los usuarios manteniendo encuentros sexuales con otros usuarios. Al respecto, queda la pregunta sobre las motivaciones que dan lugar a estas producciones, si mantener un registro personal de la actividad sexual, o bien contar con dichos registros con vías a compartirlos y establecer futuros encuentros con otras personas. Como ya se mencionó, entre el ecosistema de redes sociales sexuales existen algunas como Cam4.com, que permite difundir en vivo actividades sexuales a través de la webcam, o Xtube, en la que los usuarios suben videos propios de sus actos sexuales. Si bien estas aplicaciones no cuentan con app por las restrictivas normas de uso de las tiendas de aplicaciones, que prohíben el contenido sexual explícito, exponen la creciente relación entre sexualidad entendida como actos sexuales y su difusión a través de los diversos canales de Internet. La realización de estos actos, grabados y difundidos, ¿tiene que ver con un deseo sexual puro, con un componente de exhibicionismo, o están motivados exclusivamente por su difusión para consumo de otras personas? ¿Es posible pensar en nuestros días en una realización de la experiencia sexual independiente de Internet, al menos entre los HSH? ¿En qué medida

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la experimentación sexual actual está motivada por actos visualizados por pornografía amateur o profesional circulante por canales online? Y, si la experimentación sexual está inspirada en dichas experiencias previas de los otros, ¿hasta qué punto es posible desvincularla de dichos canales online, aunque sea performada fuera de dichos canales? Respecto a Grindr, puede observarse que circulan conceptos o códigos lingüísticos propios, que pueden hacer referencia a códigos culturales de determinados grupos, tales como “colocón”, “vicio” o “guarreo”. ¿A qué se refieren estos términos específicos que circulan y se expresan reiteradamente a través de los perfiles y los mensajes de texto? ¿Se gestaron y son usados también en la comunicación hablada, o son códigos usados en línea que sirven para sintetizar ciertas prácticas? Regresando al concepto de domesticación propuesto por Enguix (2005), ¿se están maximizando ciertas conductas y reproduciendo a escala global, a partir de aprendizajes específicos por el uso de estos dispositivos? En la app estudiada se observa un gran número de perfiles permanentemente conectados de parejas en “relación abierta” que buscan compañeros sexuales, además de personas que afirman estar comprometidas pero buscan compañeros sexuales fuera de la relación; siguiendo a Lindholm (1998), quien considera que las relaciones interpersonales románticas contemporáneas están cediendo lugar ante una visión pragmática de la sexualidad, ¿continuará el homosexual del siglo veintiuno sujeto a una vida de relaciones interpersonales débiles y aislamiento afectivo, pese a la creciente aceptación e institucionalización de la homosexualidad? Ecosistemapps Como ya se ha mencionado, la app Grindr sirve para intercambiar fotos y mensajes de texto, y se complementa con otras herramientas de mensajería, en específico las apps Whatsapp y de forma creciente Snapchat, para intercambiar material que no puede ser enviado a través de Grindr, como los videos. El paso de Grindr a las otras apps de mensajería podría considerarse como un paso complementario para la interacción, al no necesitar coincidir en Grindr para interactuar, o poder interactuar de forma más “discreta”. El uso de otros sistemas de mensajería no excluye, sin embargo, que a través de Grindr se siga intercambiando información. El uso de otras apps de mensajería es importante, pues podría considerarse que se convierten en una extensión de Grindr, al permitir continuar con el intercambio comunicacional con las personas con quienes ya se ha establecido comunicación de forma complementaria. Visto así, la app Grindr no se limita a sí misma, sino que se extiende a otras app que posibilitan la comunicación, en la búsqueda de encuentros sexuales y otro tipo de situaciones y experiencias. Las características de Whatsapp, como su sistema de notificaciones y su universalidad, facilitan que los usuarios estén permanentemente conectados y potencialmente disponibles para comunicarse. Estas situaciones invitan a reflexionar hasta qué punto se puede seguir considerando que existe una partición entre realidad online y offline, al menos entre la población estudiada. Contar con una app que permite que las personas estén permanentemente conectadas, es decir, en línea, a la vez que realizan actividades fuera de línea, ¿no es ya una señal de que esa separación entre lo offline y online es una separación artificial?

Como pudo constatarse, además de Whatsapp, los usuarios interactúan con otras apps con vocación para la búsqueda de compañeros sexuales, como GayRomeo o Scruff, lo que da lugar a otras interrogantes sobre qué ofrece cada app a diferencia de los otras, las motivaciones de participar en distintas redes de encuentros, cómo se representa una misma persona a través de las diferentes redes e incluso sobre las habilidades cognoscitivas necesarias para interactuar con varias redes a la vez, como el ser multitareas.

Conclusiones-discusión Como señalan Postill y Pink (2012), retomando el concepto de etnografías adaptativas de Hine (2000, 2009), el paso de la web 1.0 a la web 2.0 ha significado un cambio en las formas de interrelación, que ha obligado a reconceptualizar y redefinir los abordajes con fines de investigación. La aparición y proliferación de las apps y la appificación nos obliga a reconsiderar cómo conceptualizamos las interacciones y redefinimos los límites entre lo que es online y offline, a la vez que obliga a los investigadores a pensar en nuevas formas de abordaje que permitan explorar las nuevas dinámicas y fenómenos. Sin adelantarnos sobre los múltiples caminos para la futura investigación sobre la relación y repercusiones de las nuevas modalidades tecnológicas sobre la agencia, en el presente existe una ardua tarea para la reflexión y análisis científico sobre cómo estas tecnologías están influyendo en las personas y sociedad en la actualidad y, en específico en nuestra población estudiada, los HSH, pues no han sido suficientemente exploradas. Es necesario encontrar un equilibrio entre la rigurosidad que exigen los procesos de investigación cualitativa con la creatividad y flexibilidad necesarias para explorar los nuevos fenómenos en un entorno tan cambiante, así como ampliar las técnicas de producción de información. Como ya se ha mencionado, existen diversas investigaciones que analizan la relación entre agencia y tecnologías desde una perspectiva de sexualidad; sin embargo, la potente irrupción de nuevas formas de interacción tecnológica hace indispensable que se realicen más estudios que profundicen sobre la conformación, estructuración y relación de las personas y de las sociedades a partir de las mismas, en específico considerando las tecnologías móviles y la appificación de la sociedad. Así como desde las dinámicas económicas y tecnológicas se está hablando de la appificación de Internet y de la sociedad, se vuelve necesario indagar sobre cómo este proceso está incidiendo en la agencia o persona que está en el centro de dichos cambios, y reflexionar hasta qué punto es pertinente pensarnos como “personapps” o “sociedapps”, en el sentido que estamos permanentemente conectados, al ser un hecho que la adopción de estas tecnologías ha atravesado ya elementos tan básicos, íntimos y cruciales como la sexualidad.

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Reflexión de las editoras de sección Angélica De Sena y Begoña Enguix: en el presente artículo, a partir de una indagación de carácter cualitativo, nos invita a reflexionar con una provocadora inquietud: el fin de la división online y offline. El trabajo se está llevando a cabo y aborda solo un grupo poblacional: hombres que tiene sexo con hombres. La propia construcción de dicho objeto de investigación muestra la importancia de revisar los cambios y transformaciones sociales en la vida cotidiana. Mucho se habla del “mundo online” y el “mundo offline” y respecto su imposibilidad de división y que aquello “online” debe ser tratado como “de offline” porque es uno solo el sujeto que está en uno u otro mundo y ambos están integrados. Pero, ¿es uno solo?, ¿es el mismo sujeto en un mundo y otro?, o ¿estos mundos construyen un nuevo sujeto? Interrogantes a los que nos vemos obligados a investigar obligados, como menciona el artículo con “con la creatividad y flexibilidad necesarias para explorar los nuevos fenómenos en un entorno tan cambiante, así como ampliar las técnicas de producción de información”, haciéndose “indispensable que se realicen más estudios que profundicen sobre la conformación, estructuración y relación de las personas y de las sociedades”.

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SOCIOLOGANDO Las TIC en las prácticas científicas de Investigadoras: aproximaciones desde la sociología de las emociones ICT in scientific research practices: approaches from the sociology of emotions Claudia-Liliana Gandía (1974, argentina, Universidad Nacional de Villa María, Argentina) claudiagandia0@gmail.com

Resumen Este trabajo tiene como propósito exponer algunas de las percepciones y emociones de investigadoras que trabajan en universidades nacionales de la ciudad de Villa María en la Provincia de Córdoba (Argentina). El escrito retoma algunos de los resultados de la investigación doctoral que aborda el entramado de relaciones entre uso y apropiaciones de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), género y emociones en la práctica científica. Particularmente en este trabajo se pretende reflexionar sobre el lugar de mediación de las TIC a partir de las percepciones y emociones de las investigadoras que integran algún grupo de investigación, respecto a las relaciones entre situación laboral, situación familiar y uso que hacen de distintas TIC en su práctica científica. Para ello, la estructura argumentativa sigue este camino: en primer lugar se presentan antecedentes del estudio de las TIC en vinculación con la sociología de las emociones. En segundo lugar, se explicitan algunas características de la estrategia metodológica a partir de las particularidades de la práctica científica de las investigadoras y su relación con las dimensiones abordadas en entrevistas y encuestas. En tercer lugar, se exponen algunas percepciones y emociones de las investigadoras vinculadas tanto a sus funciones laborales y familiares como así también sobre las TIC en el proceso de mediación entre aquellas. Se concluye sobre las relaciones tensionales entre la práctica de investigación y las funciones familiares sobre las mediaciones que ofrecen las TIC en esa relación, sobre la reproducción de normas de género y normas emocionales en las investigadoras. Palabras clave: investigadoras, percepciones y emociones, prácticas científicas y funciones familiares, TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Recibido: 20-07-2015 → Aceptado: 03-08-2015

Abstract This paper aims to expose some of the perceptions and emotions of researchers working at national universities from the city of Villa Maria in Córdoba Province (Argentina). The writing shows some results from the doctoral research that addresses the network of relationships between use and appropriation of information and communications technology (ICT), gender and emotions in scientific practice. Particularly the intention is to analyze the place of mediation of ICT, based on the perceptions and emotions of the researchers who make up a research group, regarding the relationship between employment status, family situation and their use of various ICT in their scientific practice. For this argumentative structure follows this path: first history of the study of ICT presented in connection with the sociology of emotions. Second, some features of the methodological

strategy are explained from the particularities of the scientific practice of the researchers and their relationship with the dimensions addressed in interviews and surveys. Third, some perceptions and emotions of the researchers are linked to ICT and also in the process of mediation between their work and family roles. It is concluded on the tension relations between research practice and family functions, mediation of ICTs in the relationship, on the reproduction of gender norms and emotional standards in research. Key words: ICT (information and communications technology), perceptions and emotions, researchers, scientific practices and family functions

Introducción La revisión de literatura (Williams, 1992; Marín et. al., 1999; Castells, 1999; Mattelart, 2002) deja constancia de las mutaciones ocurridas a lo largo del tiempo respecto a los sistemas de información y comunicación humana por la incorporación de sucesivas tecnologías. Particularmente los usos y apropiaciones de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (en adelante TIC) en distintas áreas, y particularmente en el campo científico, han sido abordados por diversos trabajos entre los que se encuentran los de Tejedor (2006), García-Pérez y González-Hernández (2006), Moreno (1995), Martínez de Sousa (1989). Esta exploración alerta sobre la escasez de estudios sobre el contexto del usuario, sus percepciones y sus sentimientos. Por ello, este trabajo tiene como propósito exponer algunas de las percepciones y emociones sobre el uso de las TIC de investigadoras que trabajan en universidades nacionales de la ciudad de Villa María en la Provincia de Córdoba (Argentina). El escrito retoma algunos de los resultados de la investigación para obtener el título de doctora en el marco del Doctorado Nuevos Lenguajes de la Comunicación (Universidad de La Laguna), que aborda el entramado de relaciones entre uso y apropiaciones de las TIC, condiciones de género y emociones en la práctica científica. Estas dimensiones son comprendidas a la luz de los aportes teóricos de la sociología de las emociones, “campo de la sociología que busca comprender las emociones como un proceso de construcción social” (Luna Zamora 1999:1). En la mencionada investigación se decidió la integración de estrategias metodológicas cualitativas y cuantitativas, en línea con la idea de superación de antinomias entre paradigmas metodológicos y a los fines de neutralizar las carencias de cada método y potenciar sus ventajas (Cook y Reichardt, 1986). En esa dirección se realizaron entrevistas y encuestas a docentes investigadoras que integraban algún grupo de investigación en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) o en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN- Facultad Regional Villa María). La relevancia de la decisión de trabajar con esta población se vincula a la intención de realizar un análisis de las dimensiones en clave de género y un abordaje heterogéneo al observar

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casos extremos en cuanto a las áreas en las que se desempeñan como docentes e investigadoras en esas instituciones. Ya que las primeras lo hacen en Institutos de Ciencias Sociales, de Ciencias Humanas o de Ciencias Básicas, en tanto que las segundas desarrollan su actividad en departamentos vinculados a carreras de Ingenierías (tales como Electrónica y Mecánica), de Sistemas de la información, de Ciencias Básicas o Agronomía. Particularmente en este artículo se pretende reflexionar sobre el lugar de mediación de las TIC a partir de las percepciones y emociones de las investigadoras respecto a las relaciones entre situación laboral (formación de grado ―elección y cursado de carrera― y posgrado ―cursos, maestrías o doctorados―), situación familiar (estado civil, hijos y funciones en relación al hogar y la familia) y uso que hacen de distintas TIC en su práctica científica (tipos de usos en las distintas fases del proceso de investigación: desde la delimitación del tema de investigación hasta la presentación de resultados en eventos científicos). En esa dirección, la estructura argumentativa sigue este camino: en primer lugar se presentan antecedentes del estudio de las TIC en vinculación con la sociología de las emociones. En segundo lugar, se explicitan algunas características de la estrategia metodológica a partir de las particularidades de la práctica científica de las investigadoras y su relación con las dimensiones abordadas en entrevistas y encuestas. En tercer lugar, se exponen algunas percepciones y emociones de las investigadoras vinculadas tanto a sus funciones laborales y familiares como así también sobre las TIC en el proceso de mediación entre aquellas. Antecedentes del estudio de las TIC en vinculación con la sociología de las emociones El encuentro entre las TIC y sus usuarios, los factores, procesos y consecuencias que allí acontecen han sido analizados en diversos trabajos. Algunos particularmente se abocan a las relaciones que se traman entre cuerpos, emociones y tecnologías. En esta dirección cabe mencionar el de García Carrasco, J. (2006), quien analiza tres líneas de investigación acerca de la experiencia emocional en el contexto de las TIC: las prácticas de la interacción mediadas por la tecnología, las relaciones que se dan entre la computadora, el usuario y la tecnología informacional. Ubica a esta última como instrumento para el reconocimiento y el análisis de la experiencia emocional. Específicamente, internet se ha configurado como un campo de expresión donde los cuerpos y las emociones entran en particulares relaciones. Esto ha sido tratado en otros estudios, tales como el de Pérez Heano (2004), Sánchez Martínez (2010), Alfama y otros (2005), y García Carrasco (2006), quien escribe sobre las emociones en el territorio on-line. De acuerdo con lo expuesto por Alfama y otros (2005): “las tecnologías no son simples herramientas intermediarias que conectan neutralmente (sin añadir ni quitar nada) diversos elementos. Por el contrario, las TIC son mediadoras que incorporan novedad y modifican parcialmente aquello que traducen y ponen en relación; en nuestro caso, los afectos”. De esta manera, con el uso de las TIC se configura el yo, los afectos y las emociones, a la vez que ellas también se ven transformadas. Las investigaciones sociales sobre las emociones también han sido objeto de diversos tratamientos desde Darwin, pasando por Sartre y llegando a las propuestas de Collins, Hochschild, Kemper, Illouz, Scheff, solo para mencionar algunos de sus exponentes más conocidos (Scribano, 2012). En América Latina, los estudios sociológicos sobre cuerpos y emociones constituyen un gran campo que se

encuentra en continuo crecimiento. En este contexto se destacan los trabajos de Mauro Koury, Rogelio Luna Zamora y Adrián Scribano (Koury, 2006; Luna Zamora y Scribano, 2007, Scribano y Fígari, 2009), entre otros. La sociología de las emociones sitúa en el centro de la reflexión sociológica la vida emocional entendiendo que los sentimientos y afectos forman parte de un proceso constructivo, en el que la esfera de lo emotivo está permanentemente atravesada por una enorme racionalidad que es “activada” por el individuo como actor social, y por los grandes dispositivos ideológicos e institucionales en los que descansa el orden social (Luna Zamora, 2000). Si bien puede considerarse que esta nace como disciplina específica a partir de década de 1970, de la mano de algunos precursores norteamericanos como Arlie Russell Hochschild, Thomas Scheff, Randall Collins y Theodore Kemper, la reflexión sobre “las emociones” está presente en los fundadores mismos de la sociología. Sin embargo, en su nacimiento como disciplina específica, la sociología de las emociones delimita especialmente su objeto de estudio. La naturaleza de las emociones está condicionada por el estado o la situación social en la que los hombres sienten. Son expresión, en el cuerpo de los individuos, del riquísimo abanico de formas de relación social: soledad, envidia, odio, miedo, vergüenza, orgullo, resentimiento, venganza, nostalgia, tristeza, satisfacción, alegría, rabia, frustración y otro sinfín de emociones corresponden a situaciones sociales específicas. Este es el objeto propio de la sociología de la emoción estudiar las relaciones entre la dimensión social y la dimensión emocional del ser humano (Bericat Alastuey, 2000:150). El español Eduardo Bericat Alastuey (2000), al revisar los aportes de tres teóricos a la comprensión de las emociones desde la sociología, realiza una clara exposición acerca de lo que considera una sociología “de” la emoción, una sociología “con” emociones y las emociones “en” sociología . Ubicando a Thomas J. Scheff, Theodore K. Kemper y Arlie R. Hochschild en cada una de estas respectivamente. En Argentina, Adrián Scribano (2012) pone en discusión la separación cuerpos “y” emociones. En este sentido, parte de la idea que las emociones, al conectarse con las sensaciones como su base y resultado, son estados corporales y el cuerpo implica un conjunto de procesos perceptivos de los cuales depende para que pueda designarse como tal en sus múltiples estados (Scribano, 2012:95). En el marco de lo dicho, se hace foco en las percepciones y emociones de las investigadoras vinculadas al uso de las TIC partiendo de considerar que, si bien hay un control social ejercido por discursos e instituciones sociales sobre la esfera emocional, también hay un manejo que los propios actores sociales llevan a cabo sobre sus experiencias y expresiones emocionales a partir de su interacción con el entorno social (Luna Zamora, 1999). Acerca de la estrategia metodológica para el abordaje de las percepciones y emociones en el uso de las TIC en investigación Tal como ya se mencionó, en esta investigación se decidió una aproximación metodológica mixta: en una primera etapa se realizaron entrevistas en profundidad y en una segunda etapa encuestas electrónicas a docentes investigadoras que participan en algún proyecto de investigación de la universidad en la que trabajan. A los fines de identificar y describir las percepciones, emociones y sentimientos de las investigadoras con relación al uso de las TIC, se analizaron las actividades de formación (como la realización de la carrera de grado, una maestría o un doctorado) y por otra, las actividades de investigación que implica la práctica científica en el marco de su trabajo actual (entre ellas el viajar para asistir a congresos).

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Dichas dimensiones del objeto de estudio se indagaron por medio de entrevistas a doce investigadoras (seis de la UNVM y seis de la UTN), las que conforman un conjunto heterogéneo en cuanto a formación, experiencia en docencia e investigación y otras características personales y familiares (como la edad y el tener o no hijos). Se puede resumir el perfil de las entrevistadas teniendo en cuenta que, al momento de la entrevista, el rango de edades está entre los 36 y los 54 años, ocho se encuentra casadas, tres viven solas y una está separada; la mayoría (9) tiene hijos. Respecto al perfil académico: cuatro alcanzaron el grado de licenciada, cinco el de magíster y tres el de doctoras. Siendo llamativo en este punto que son las investigadoras que trabajan en la Universidad Tecnológica las que ya tienen el grado de magíster (4) o de doctora (2); mientras que las de la UNVM, la mayoría poseen grado de licenciada y algunas están cursando la maestría o el doctorado. En cuanto a la situación laboral de las investigadoras entrevistadas, la mayoría tiene un cargo de adjunta (8), tres son JTP (jefe de trabajos prácticos) y una el de asociada. Y respecto a la dedicación docente (horas destinadas al ejercicio de la docencia e investigación), se observa que ocho de las doce tienen dedicación exclusiva y semiexclusiva, ello significa entre 30 y 40 horas semanales de trabajo. Si se considera que de las 279 docentes que hay en la UNVM, 273 son investigadoras y que de las 34 de la UTN, 15 lo son también, se puede decir que generalmente las investigadoras desarrollan varias funciones dentro del ámbito universitario. Esto resulta relevante a los fines de comprender mejor las emociones y sentimientos asociados a esas funciones y a las que desempeña con relación al hogar y a los hijos, que se expone en el próximo apartado. En la segunda etapa de indagación se aplicó la encuesta electrónica a un total de 59 docentes investigadoras, de las cuales 49 trabajan en la UNVM y 10 en la UTN-VM. El rango de edades de las encuestadas va de los 25 a los 64 años y la edad de la mayoría de ellas se encuentra entre los 30 y 49 años. Respecto al estado civil la mitad de las investigadoras están casadas (50,8%), el 25,4% solteras y en menor proporción se encuentran divorciadas (13,6%). el 67,8%, manifestó que tiene uno o más hijos. Si bien es significativo el número de investigadoras que viven en pareja y con hijos (manteniendo vigente el modelo de familia nuclear), no es menor considerar la cantidad que viven solo con sus hijos pensando que, en el tipo de familia monoparental, la sobrecarga de funciones está concentrada en (este caso) la investigadora madre. Esto adquiere relevancia si se consideran las sensaciones, sentimientos y emociones con relación al trabajo de investigación (que se agrega al de la docencia), que manifiestan las investigadoras entrevistadas casadas, como se verá más adelante. A los fines propuestos para este escrito, se exponen a continuación algunos resultados de las entrevistas y encuestas realizadas (atento a los bloques seleccionados para cumplir con los fines de este artículo y a la triangulación de técnicas concretada en el estudio). Percepciones y emociones de investigadoras sobre las TIC en relación a actividades, de formación, investigación y relativas al hogar y a los hijos Respecto a las actividades de formación vinculadas a su carrera de investigación, predomina en las entrevistadas una percepción de dificultad para conciliar dichas tareas con las que considera debe realizar una mujer con

relación al hogar y a los hijos. El acercarse o alejarse de la formación (empezar o abandonar una carrera o curso) resulta como consecuencia del constante acomodarse por parte de las entrevistadas a los ciclos y a los ritmos familiares. A veces el suspender la formación para dedicarse a la crianza de los hijos deviene como consecuencia del sentimiento desagradable que le produce la percepción de un peligro actual: que el estudiar la aleje de la pareja. Ello deviene en miedo, emoción producida por la percepción de un peligro a futuro que quiere evitar: la soledad. En el suspender, abandonar, sentir que se está perdiendo es posible observar un conjunto de prácticas de sacrificios con relación a la formación. Sacrificar algo para Caillois (1942) es hacer un don, es consagrar algo, es decir, “introduciendo a expensas propias en el dominio de lo sagrado algo que le pertenece y que abandona o algo de que disponía libremente renunciando a sus derechos sobre ello”. En un mundo que, como dice el autor, convive lo sagrado y lo profano, entendiendo a lo primero como una propiedad estable o efímera a cierta cosas y donde “el ser u objeto consagrado (…) suscita sentimientos de temor y veneración, [y] se presenta como algo prohibido”; y a “lo sagrado, [como aquello] que no puede rechazar ese obsequio usurario, se convierte en deudor del donante, queda comprometido por lo que se le pide: ventaja material, virtud, o indulto al castigo” (1942:13). Si la investigadora consagra un determinado tipo de relación (con la pareja, el hogar o los hijos), esperaría de su deudor, y por quienes sacrificó algo (les donó tiempo, energías, etc.), algún beneficio, ya que a través del sacrificio se hace acreedora, espera que algo se le pague (reconocimiento, valoración). Por otra parte, el sacrificio implica una conducta ascética, es decir, es un “acto mediante el cual nos privamos espontáneamente de un placer o de un bien”. [La persona] “permanece voluntariamente lejos del límite de sus posibilidades legales o materiales, evita acciones que le permitirían las leyes o sus fuerzas, manteniendo así cierto, cada vez mayor, entre lo que podría hacer, de derecho como de hecho, y aquello con lo que se contenta”. Es en esos renunciamientos, como afirma el autor que se cita, donde “se ha adquirido en lo imposible y lo prohibido un más allá reservado a él solo [refiriéndose al individuo] y que corresponde exactamente al más acá que había abandonado en lo posible y lo permitido”. De esta manera la investigadora consagra ―sacrifica―, se priva. Disminuye su goce, se inmola, se somete a una restricción, se prohíbe. Una explicación a esto se encuentra en el seno mismo de la estructuración del orden social. Al respecto, dice Caillois (1942:62): “Las prohibiciones tiene por objeto preservar todo atentado sacrílego al orden así instituido”. De acuerdo con los resultados obtenidos del análisis de las entrevistas, tanto las percepciones sobre la formación, como aquellas que se relacionan con la situación laboral vinculada a la práctica de investigación (por ejemplo, viajar a un congreso o concretar una estancia académica en otro país), se encuentran en los relatos de las investigadoras (tanto de las casadas como percepción sobre sí mismas, como en las solteras en su percepción sobre las que tienen hijos), en tensión con sus percepciones sobre las funciones de la mujer con relación a la familia (hogar e hijos). En este sentido, se observa que se reproduce una naturalización de las funciones asignadas tradicionalmente a cada género ahora, bajo la apariencia de que las cosas son distintas: expresan que sus parejas aportan gran colaboración, pero en concreto son ellas las que principalmente resuelven desde la logística hasta la materialidad de la organización diaria con relación a funciones de cuidado de los hijos y otras tareas relativas al hogar. Esto significa no solo sobrecarga en las tareas que realizan diariamente las investigadoras, sino que también se produce un doble afirmación de la diferencia respecto a la ejecución de funciones relativas al hogar y a la crianza bajo un velo de

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igualdad. Es decir que, lo que parece a primera vista un cambio, supone en realidad el hecho de que se siguen reproduciendo los patrones de conductas asociadas a uno u otro género, a los que la mujer sigue adhiriendo con sus prácticas. Ello le significa una doble expropiación de energías corporales: una propia de la actividad laboral, y otra correspondiente a lo que algunos autores han llamado como doble jornada.

sancio), la presión, el miedo y la angustia, el desgaste excesivo de las energías corporales y sociales que la relación trabajo-familia le produce. Como consecuencia de ello, se reducen las posibilidades de movilidad, de ocio, por lo cual ella desconfía del disfrute en otros tiempos-espacios donde (la investigadora) se reencuentra con quien también es despojada de atributos construidos sobre lo que debería ser, hacer y sentir.

La satisfacción por el hacer, el disfrute al viajar, y el miedo o la angustia ante la idea de alejarse, abren surcos por donde los cuerpos transitan (cuando los primeros sentimientos) o se detienen (cuando los segundos). Como dice Luna Zamora (2007: 242): “Las emociones cumplen la función de regular las conductas indeseables y promueven las actitudes que aprueban el orden social, religioso, político, moral y las prácticas estéticas de la sociedad”. Lo anterior hace sospechar sobre el mantenimiento de la rigidez de ciertos patrones cognitivos-afectivos asociados a prácticas de confinamiento al ámbito del hogar o, ahora también, al ámbito del trabajo (en términos de límites físicos en los que debe circular). Aunque ahora esto se da con una apariencia de emancipación, ya que convive con la idea de que hay una mayor independencia de la mujer porque trabaja. Cuando en realidad ello pareciera no ofrecerle tanta emancipación sino, por el contrario, una sobrecarga de actividades, presiones, frustraciones, sentimientos que devienen de la percepción de que no está ni uno ni en otro ámbito a tiempo completo y, en consecuencia, siente que no logrará todo lo que querría.

Ser docente e investigadora continúa constituyendo una opción para no alejarse de un mandato genérico que dicta: se puede ser mujer trabajadora sin dejar de atender las necesidades de los hijos. Pero ello tiene costos emocionales cuando está abocada a uno u otro ámbito y esto obstruye la oportunidad de sentir que se está sin estar a veces, que se puede salir sin dejar de estar, que se está también en el alejarse como confirmación del estar cuando se regresa, como confirmación de un deseo que también forma parte de su elección y que arma un cuerpo-presente para. Y ese armarse del cuerpo se construye también en el encuentro con otros, en otros tiempos y espacios.

Pareciera que la adhesión al pensamiento de que la mujer tiene más oportunidades para desarrollarse fuera del ámbito de lo privado y de las percepciones que tiene acerca de que las funciones relativas al mantenimiento del hogar (y especialmente la crianza de los hijos) le producen angustia, presión y culpa. Se podría pensar entonces que entran en contradicción la percepción de lo esperable/deseable con las sensaciones y sentimientos displacenteros como consecuencia de estar abocada en actividades del ámbito laboral como del familiar. Y pareciera encontrarse lejos de una operación de ruptura cognitiva-emocional (para pasar a pensar/actuar y sentir distinto). Al contrario, se advierte la presencia de una especie de compensación emocional (perdí en lo profesional, pero tengo la familia, en consecuencia “no me siento frustrada”) o en la esperanza de desarrollo/concreción de lo deseable a futuro (cuando los hijos crezcan). Sin embargo, en este último caso, pese al desplazamiento temporal del deseo aparece también el convencimiento de que, por ejemplo, los hijos nunca dejan de crecer, de necesitarlas y, en consecuencia la pregunta es: ¿cuándo llegará ese momento? Hay un sistema (social-laboral) “conforme” con las nuevas “reglas” sociales de inclusión (de la mujer en Argentina) que pone en marcha todo el dispositivo laboral en términos de no diferencia (esto es que tenga igual participación en todas las actividades que requiere el trabajo), lo que en sí mismo opera como altamente diferenciador y excluyente: ya que en lo privado se siguen sosteniendo las mismas diferencias de género y, peor aún, ahora bajo la apariencia de no diferencia. Ante lo cual se podría preguntar: ¿de qué quejarse? La pregunta se vuelve hacia (contra) la mujer, cuestionando su deseo, ya que cuando hace conforme a su deseo encima (que desea y hace), se siente presionada, frustrada, con miedos, angustiada… y, en consecuencia, se le cuestiona aún más: si es algo que le causa tanto malestar, ¿para qué lo hace? De esta manera, la mujer queda atrapada en un juego de percepciones donde la realidad pareciera terminar solo desfavoreciéndola. Los cuerpos/emociones denuncian a través de la sobrecarga (el can-

En el cruce entre lo familiar y lo laboral, las TIC son percibidas por las investigadoras como medio de conexión con otra/os investigadores y con la familia, y como facilitadoras en el trabajo para resolver las tareas propias de investigación además de aquellas relativas al hogar y a los hijos. Aunque ello remite a lo que diariamente vivencia en el ámbito del lugar de residencia. Es decir que, las TIC le otorgan grandes ventajas (controlar la organización familiar cuando están trabajando o con relación al tener acceso al estado de la investigación en el área de interés, etc.), y funciona como mediadora (en tanto se conecta en términos operativos y afectivos con la familia) entre las funciones laborales y las relativas al hogar y a los hijos en el marco de la restringida distancia entre el lugar de trabajo y su casa. Pero si se consideran las percepciones y emociones descriptas arriba respecto a la formación y otras actividades de investigación que impliquen una distancia física y temporalmente mayor, las TIC no son percibidas de la misma manera, hay una escasa referencia a ellas. Llama la atención que esas mismas vías que median algunas relaciones en investigación y con la familia, no parecieran que colaboren tanto en vinculación a los sentimientos y emociones que se presentan en las investigadoras cuando la idea (o la concreción) de un viaje a otra provincia o país con fines de formación o para asistir a un congreso. Ahora bien, teniendo en cuenta los resultados obtenidos de la aplicación de la encuesta sobre uso de las TIC, actividades de investigación y percepciones, emociones y sentimientos sobre ambas, particularmente llama la atención que:   

El uso de internet y de la computadora en investigación son actividades que le agradan, la hacen feliz y además siente alegría, orgullo y reconocimiento. Con relación a las actividades que realiza como investigadora, se siente feliz, disfruta lo que hace, siente el reconocimiento de sus pares y orgullo de sí misma. Tanto en lo que refiere a actividades de investigación como sobre el uso de la computadora, no siente culpa, intranquilidad, enojo, frustración, angustia, vergüenza ni miedo.

Hasta aquí se puede interpretar que la escasez de emociones negativas relativas al uso de las TIC y la presencia de emociones positivas se vinculan a

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las percepciones que tienen sobre las ventajas de las TIC, tanto para la satisfactoria realización de las actividades de investigación como así también con relación a resolver situaciones cotidianas vinculadas al hogar y a los hijos. Las investigadoras consideran, en esa dirección, que estas tecnologías le permiten optimizar los tiempos para dedicarse a la familia o a sí mismas, le facilitan las tareas relativas al trabajo o al hogar, le ayudan a resolver problemas familiares cuando está trabajando, por lo que le permiten conciliar el trabajo de investigación con las funciones que desempeñan con relación al hogar y a los hijos y le permiten estar más aliviada con relación a todas sus ocupaciones. Estos datos coinciden con lo manifestado por las investigadoras en las entrevistas respecto al uso de las TIC en investigación. Sin embargo, el plus que otorga la indagación cualitativa, y sobre lo cual la encuesta no aporta profundidad al análisis, es que las TIC no son percibidas como facilitadoras para el estar con la familia cuando la investigadora tiene un congreso o curso fuera de su lugar de residencia. De esta manera, en el cruce analítico de los datos obtenidos en cada etapa de investigación, se observan tensiones y contradicciones entre lo manifestado en entrevistas en profundidad y lo respondido en encuestas. Esto conduce a reflexionar en torno al lugar de las TIC como mediadoras entre lo laboral y lo familiar.

Conclusiones-discusión Las TIC son percibidas como facilitadoras del trabajo de investigación y también como vía de conexión con otra/os investigadores, tanto para optimizar tiempos (frente a la sobrecarga de actividades) como para cubrir las necesidades de información relativas a la investigación. Pero es escasa, en las entrevistas, la referencia a estas como medio para reducir los costos emocionales que le produce a las investigadoras el hecho de realizar actividades de investigación que la alejen de las funciones que cotidianamente se hace cargo con relación al hogar y a los hijos. En un mundo mediado por las tecnologías (y donde la investigadora reconoce su presencia) ocurre que las mismas vías que median algunas relaciones en investigación y la familia, no colaboran tanto con relación a los sentimientos y emociones que se presentan en las investigadoras cuando la idea (o la concreción) de un viaje a otra provincia o país con fines de formación (por ejemplo para asistir a un congreso). De esta manera, se concluye que frente a la existencia de emociones que detienen los cuerpos ante la posibilidad de alejarse (o que se alejen los otros por la temida pérdida) hay casi ausencia de emociones sobre el uso de las TIC como medio para comunicarse/estar/acercarse cuando se está lejos. Sin embargo, las respuestas de las investigadoras en las encuestas conducen a identificar sus percepciones sobre un conjunto de ventajas relativas al uso de internet en términos de favorecer su comunicación con otra/os, enriquecer y potenciar su trabajo académico con otros puntos de vista, permitirle obtener información actualizada, facilitarle conformar grupos de investigación con otra/os investigadores, posibilitarle compartir documentos, aplicaciones informáticas o aparatos y facilitarle publicar los resultados de la investigación en la que está participando. Y, si bien la investigadora percibe que la investigación ocupa muchas horas de su vida y, además, por ello siente dolores en alguna parte del cuerpo,

resulta llamativo que el uso de Internet y de la computadora en investigación son actividades que le agradan, la hacen feliz y además siente alegría, orgullo y reconocimiento. No siente culpa, intranquilidad, enojo, frustración, angustia, vergüenza ni miedo. Que las actividades que realiza como investigadora la hacen feliz, siente que las disfruta, además de sentir el reconocimiento de sus pares y orgullo de sí misma. El conjunto de emociones descriptas devienen como consecuencia de percibir ciertas ventajas sobre el uso de las TIC (permiten optimizar los tiempos para dedicarse a la familia o a sí misma, facilitan las tareas relativas al trabajo o al hogar, ayudan a resolver problemas familiares cuando está trabajando, le permiten conciliar el trabajo de investigación con las funciones que desempeñan con relación al hogar y a los hijos y le permiten estar más aliviada con relación a todas sus ocupaciones); percepciones y emociones que difieren de las que se presentan cuando la investigadora tiene un congreso o curso fuera de su ciudad. Por lo que se puede concluir que las TIC ofrecen distintos tipos de mediaciones en la relación trabajo-familia a las mujeres investigadoras, que se vincula con la noción de presencia dentro de determinadas coordenadas tempo-espaciales. Si el estar presente es considerado como un estar con el cuerpo materialmente ubicado en el radio de lo percibido como cercano, las TIC operan tendiendo puentes comunicativos emocionalmente aceptables entre lo deseable y lo esperable (en tanto se atiende a la realización personal/profesional, a la incorporación al mundo del trabajo, pero también a la continuidad de sus función de reproducción al interior de la familia). Pero al aumentar la percepción de distancia y a pesar de que la virtualidad le ofrece opciones para la presencia, se observa la suspensión o el abandono de la actividad científica que le implique moverse a otra geografía. Esto significa que las TIC no ocupan en estas situaciones un lugar de mediación entre lo que constituye otra actividad relativa a investigación y sus funciones con relación a la familia y al hogar. De esta manera se restringen las posibilidades de circulación de las mujeres por otros espacios que le signifiquen una mayor autonomía respecto a las tradicionales funciones esperables para el género dentro de una concepción patriarcal de organización de la familia y la sociedad. Lo expuesto hasta aquí se vincula al supuesto de partida de esta investigación donde se considera que, en el marco de la estructura social mediada por los grupos más pequeños o instituciones de los cuales la investigadora forma parte (universidad, grupo de investigación, familia), adviene con fuerza una cultura emocional que determina, como dice Luna Zamora (2007), la intensidad y cualidad, el objeto y la forma de las reacciones emocionales. Más específicamente se sostiene que, así como circulan en la cultura normas de género, es decir, prescripciones sociales acerca de los comportamientos esperables para uno u otro género; también hay una gran presencia de normas emocionales (como ha expuesto Hochschild, 2008), que prescriben cuáles son las emociones y sentimientos esperables en determinadas situaciones de interacción social. En este sentido, se observa que las investigadoras no solo reproducen normas de género, sino también normas emocionales; es decir, si la mujer ha logrado la inserción en el ámbito de lo público, en este caso ha logrado inclusión en un campo (el científico) con predominio histórico del género masculino: ¿cómo no va a sentirse alegre y feliz? ¿Cómo no va a sentir el

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reconocimiento y orgullo de sí misma? (tal como manifiesta en las encuestas). Reflexión de las editoras de sección Angélica De Sena y Begoña Enguix: este artículo requiere hacer una primera caracterización respecto a su procedencia y a su población de estudio, pues se refiere a una pequeña localidad de Argentina que puede caracterizarse como “el interior del interior” que, sin duda, debe imprimir ciertas particularidades. Aquí se reflexiona respecto a un elemento que se ha entrometido en nuestra cotidianeidad y la ha transformado: el lugar de mediación de las TIC, pero a partir de las percepciones y emociones de las científicas, las mujeres que hacen ciencia pero que también deben conciliar su vida familiar y laboral. Aquí se hace fuerte la posición tradicional de las mujeres en la reproducción del hogar y el peso que adquiere esto en las científicas. Claro, antes de ser científicas son mujeres y “aunque ahora esto se da con una apariencia de emancipación, ya que convive con la idea de que hay una mayor independencia de la mujer porque trabaja”, en realidad “ello pareciera no ofrecerle tanta emancipación sino, por el contrario, una sobrecarga de actividades, presiones, frustraciones, sentimientos que devienen de la percepción de que no está ni uno ni en otro ámbito a tiempo completo y, en consecuencia, siente que no logrará todo lo que querría”. Las TIC, entonces, otorgan ventajas para “optimizar los tiempos para dedicarse a la familia o a sí misma, le facilitan las tareas relativas al trabajo o al hogar, le ayudan a resolver problemas familiares cuando está trabajando”. De modo que cabe interrogarse respecto a las TIC y su modo de cristalizar el lugar tradicional de la mujer.

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SOCIOLOGANDO Contragénero en la cibersociedad: un estudio exploratorio Contragenderic in the cybersociety: an exploratory study Almudena García-Manso (1976, española, Universidad Rey Juan Carlos, España) agarcman@gmail.com

Resumen El presente trabajo tiene dos objetivos principales. El primero es comprobar cómo la cibersociedad, al igual que la sociedad ofline, perpetúa los estereotipos de género tradicionales. El segundo objetivo trata de mostrar cómo la cibersociedad, desde los ciberfeminismos, puede convertirse en un espacio social contragenérico que crea un código-lenguaje que elimine la categoría género. El contragénero que se plantea en este trabajo es fruto de una exposición teórica que abarca el ciberfeminismo, la figura política del ciborg (Haraway), la idea de contrasexualidad (Preciado) y la performatividad y parodia del género (Butler) junto con ciertas ideas de la teoría queer y la acción del Net.art como medio de producción. Tras la exposición teórica damos paso al análisis exploratorio de enfoque cualitativo basado en la técnica de análisis de contenidos y del discurso de 12 webs a las que podríamos denominar contragénero y el análisis de una obra Net.art explicando el uso de la performatividad paródica del género y la posibilidad del contragénero. Palabras clave: ciborg, cibersociedad, contragénero, estereotipos, género, Internet Recibido: 28-07-2015 → Aceptado: 12-08-2015

Abstract This work has two main targets; the first, to prove that offline society's traditional gender stereotypes are rendered at the cybersociety. The second, to show how the cybersociety used by the cyberfeminism can become in a contragenderic social room where a code-language that deletes the gender category is built. The contragender proposed in this work is a produce grown from the cyberfeminism, the cyborg's political figure (Haraway), the contrasexuality idea (Preciado) and the performativity and gender parody (Buther) joined with some queer theory ideas and Net.art acction as a production medium. After the theoric exposition, the exploratory analysis of qualitative methodology based on the contents analysis technique and discourse of 12 Web pages that could be called contragender and a Net.art piece is analyzed where the use of the gender parodic performativity and the chance of the contragender is explained. Key words: cibersociety, cyborg, contragender, gender, Internet, stereotypes

Introducción “Género no es un sustantivo, ni tampoco una serie de atributos vagos, porque hemos visto que el efecto sustantivo del género se produce performa-

tivamente (…), dentro del discurso heredado de la metafísica de la sustancia el género resulta ser performativo, es decir, que constituye la identidad que se supone que es” (Butler, 2006:58). En la performatividad de género, el sujeto que observa posee unas expectativas (que le han sido dadas por la cultura y la sociedad) frente a los actos performativos que los demás reiteran y esperará que el resultado de estos actos performativos (actos del ser y del lenguaje) se correspondan al resultado esperado y normativo. En el instante en el que el resultado no es el esperado surge la ruptura subversiva con la identidad de género esperada y se construye una nueva realidad de la subjetividad/identidad desacorde a lo socialmente esperado por los actos performativos, lo cual da un desplazamiento entre lo representado y su resultado, que provoca la parodia y la ironía (Butler, 2002; 2003; 2006). No existen procesos performativos del género naturales; son actos del habla, construcciones, enunciados no siempre asumidos por consenso e inertes; son resultados de procesos de legitimación mediante la educación y aceptación social de los contenidos enseñados. Metáforas performativas que se encargan de producir aquello que intentan describir y confeccionar (Austin, 2003). La sociedad y las identidades se han creado a través de estos procesos performativos que tratan de imitar la norma inscrita en sus enunciados y representaciones. “Eso que desde la época de Cicerón venimos llamando humanitas es (…) una de las consecuencias de la alfabetización” (Lipovetsky, 2007:180-181). A esta identidad hay que sumarle un cuerpo que la represente. El cuerpo en la cibersociedad se convierte en un dilema por su presencia/ausencia, representación/idealización, veracidad/ficción (Sánchez-Martínez, 2013). La carnalidad del sujeto en Internet es la información, los deseos, la veracidad o la intencionalidad de un avatar, imagen o texto que represente al cuerpo. Aunque exista un cuerpo material, la corporalidad en Internet se ha llegado a pensar como la liberación del sujeto, un acto que abre puertas a la transgresión de las normas de cuerpo/género/sexo defendido desde los ciberfeminismos, el Net.art y los feminismos queer. Superar la esencia inalterable del cuerpo y su biopolítica. “Cuanto más liberado se está del cuerpo de la identidad y del nombre, tanto más rápido se cae en una codificación o sobrecodificación” (Baudrillard y Guillame, 2000:45). Sin embargo, no todo son luces a la hora de conformar identidades contragénero ―aquellas que están en el margen o fuera del margen de lo dual genérico del capitalismo patriarcal (Preciado, 2008)―. La cibersociedad es una moneda con multitud de caras y también es un reflejo de la realidad misma, que alberga machismos y discriminación/desigualdad de género, que representa una amplificación del género binario y tradicional ya que son hiperrealidades que magnifican los atributos designados a uno u otro género. Ejemplo de ello está en la hipersexualidad de los avatares femeninos y masculinos (Broncano y de la Fuente, 2010).

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Este estudio exploratorio pretende mostrar cómo la cibersociedad no solo alberga al género binario sino que puede ser un espacio de reivindicación y acción contra esa dualidad de género que arroja luz a nuevas y diversas formas de ser o no ser género: contragéneros, identidades híbridas y espacios de lucha/reivindicación. Para ello, este trabajo se articula en una serie de apartados a considerar: introducción; contragénero en la cibersociedad; estudio de espacios de comunicación en la cibersociedad: ciberfeminismos/contragénero y reflexiones. Contragénero en la cibersociedad “A finales del siglo XX ―nuestra era, un tiempo mítico― todos somos quimeras, híbridosteorizados y fabricados de máquina y organismo; en una palabra, somos Cyborgs. El Cyborg es nuestra ontología, nos otorga nuestra política” (Haraway, 1995:254). Tomando la idea de la política del Ciborg (Haraway, 1995), la idea de escritura y reescritura vista en la obra de Plant (1998), las ideas de las VNS Matrix y Galloway (2007), la performatividad de los géneros y la parodia en Butler (2006), la idea de contrasexualidad en Preciado (2002) podemos ir enarbolando un marco teórico y de acción política que permita establecer rupturas de lo binario y normativo en los cuerpos, identidades y géneros, idea que deriva de las teorías queer. El Ciborg, esa idea perturbadora y salvífica de lo humano-maquínico alimentada por la ciencia ficción ―fílmica o literaria― ha desarrollado todo un imaginario social-colectivo que transita entre lo salvífico o lo apocalíptico, aun así desde sus orígenes ha tenido y tiene muchos recorridos, casi todos en la ficción, pero no es hasta hoy en día cuando el Ciborg está presente en nuestras vidas. Las tecnologías han derivado en prótesis, anexos y ampliaciones de nuestro propio yo, de nuestro cuerpo y de nuestra identidad-subjetividad. El futuro de la civilización parece estar en manos de “un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción” (Haraway, 1995:253). Una criatura que transgrede la norma de lo carnal, la norma de lo binario, la norma en sí, y que como deja entrever Haraway, el Ciborg no pertenece a ningún mundo ni al social ni al virtual sino a los dos a la vez. Podríamos afirmar que la estética ciborg merced la interfaz humano/maquínico como texto permite leer y escribir el estatus humano y maquínico del sujeto del siglo XXI. El lenguaje es su poder y su esencia su constitutivo aunque tenga una presencia física es a la vez una metáfora; es lenguaje: “así como a la superación de un estadio evolutivo antropocéntrico y a la interpretación de nuestra cultura ya desde presupuestos no exclusivamente esencialistas o humanos” (Aguilar, 2008:13). Estos códigos que construyen un cuerpo abierto, programado y programable, también se materializan en la idea de la liberación de la humanidad de la tiranía de su biología una idea recursiva en la década de los 70 por Shulamith Firestone en su obra La dialéctica del sexo. La biología como destino fue uno de los recurrentes del discurso dominante en los marcos socio-económicos y de poder que instituyen las diferencias entre hombres y mujeres. Marcos de política sexual basados en un cuerpo cerrado, un cuerpo sujeto a unos “humores” que designaban por destino biológico las diferencias entre varones y mujeres (Millet, 1995). De ahí que intentando continuar con las dinámicas del feminismo desde la década de los 70 se instituyan nuevas formas políticas del ser y estar en la cibersociedad, donde la tiranía de la biología ―comprendida como destino y diferencia― no esté presente y se permitan crear espacios de igualdad y libertad, algo que no solo concierne a la

temática que nos ocupa, que no es otra que el género, sino que se amplía a cualquier colectivo social que se haya sujeto a la tiranía de su biología, como es el ejemplo de la raza ―construcción social que algunos no dejan de ver como biología―, la edad, los defectos corporales, etc. (Flanagan, 2010). El ciborg no pertenece a ninguno de los mundos que lo constituyen sino que es un híbrido de ambos: humano/maquínico. Es un monstruo que define los límites del imaginario colectivo de occidente, donde los monstruos pertenecen a dos naturalezas. Híbridos de animal y humano eran seres que rompían con la linealidad del humano: el ser una sola esencia cerrada. Los ciborgs “son literalmente monstruos, una palabra que comparte algo más que su raíz con la palabra demostrar. Los monstruos poseen un significado” (Haraway, 1995:62) y el significado del ciborg es la escritura de un nuevo contexto donde se erradican las esencias cerradas, originales, algo que sucede con las identidades contragenéricas de las que más adelante trataremos. Como figura política del ciberfeminisno y postfeminismos se aleja de la idea de lo natural y puramente biológico sin pensar en su finitud, “El Ciborg no reconocería el Jardín del Edén, no está hecho de barro y no puede soñar con convertirse en polvo” (Haraway, 1995: 151). Como no es puramente biológico, puede decodificar y reconfigurar el género e identidad originaria; al no tener finitud, sus límites quedan abiertos. Beatriz Preciado, en El manifiesto contrasexual. Prácticas subversivas de indetidad sexual (2002), contradice el peso del dualismo de género y cómo este afecta en la comprensión de la sexualidad heteronormativa y, con ello, la dualidad genérica que utiliza nuevas prácticas subversivas de la sexualidad. Ahonda en la incoherencia de la dualidad sexual heteronormativa y cómo esta norma impone una sexualidad localizada-ubicada que fragmenta y reduce a los cuerpos a meras zonas erógenas reproductivas sin dar posibilidad a prácticas sexuales que se salgan de esa fragmentación; son ejercicios de sexo-política que derivan en reproducción y dualidad de género. Ella busca recodificar el sujeto-parlante-cuerpo buscando otras partes del cuerpo como zonas de placer no reproductivas y no genéricas, más universales y prostéticas. Enfatiza la idea de performatividad de género subversivo al hacer posible las prácticas de desubicación de lo erógeno tradicional-reproductivo cuando señala al ano como centro de placer no reproductivo y no genérico-hegemónico y al dildo como expresión de la prótesis que la sexualidad y el género. En este sentido, vemos que el placer sexual ―que tanto ha estado unido a la definición de los géneros (Vance, 1989)― reside en muchos territorios del cuerpo y de la tecnología, lo cual arrastra con ello al género. El contragénero en este trabajo lo vamos a considerar como Galloway consideraba al ciberfeminismo (Galloway, 2007) desde una postura radical y una postura más conservadora y acorde con los feminismos de primera y segunda ola. Por un lado, el contragénero vendría a dar la posibilidad de romper con la dualidad de género al irrumpir como si de una nueva criatura post-orgánica se tratara. Generando identidades abiertas y de ruptura que liberen y experimenten ampliamente con las formas de ser y estar en internet al generar espacios de diversidad y ruptura con lo anteriormente escrito o codificado. Entiéndase esto como un lenguaje que crea una nueva sociedad y esta puede dar paso a la liberación de las ataduras genéricas, corporales y sexuales. Un contragénero que no viene únicamente a mejorar la situación de la mujer en un mundo patriarcal sino que vienen a de codificar y recodificar los códigos patriarcales e inventar otros códigos, reescribir los existentes y destruir los que son nocivos; una nueva escritura

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del cuerpo, del género y de la sexualidad que se opone a la dualidad normativa que se niegan a asumir los roles tradicionales. Esta será la escritura, el lenguaje y el código de las minorías sociales. No podemos olvidar que la escritura de la sociedad patriarcal, el código con el que está escrita y explicada responde a un único lenguaje que no es otro que el lenguaje masculino, blanco, occidental y capitalista (Valencia, 2010). La otra visión del contragénero es la de intentar utilizar Internet a modo de sistema de educación y socialización, red de redes de apoyo, de colaboración y ayuda. Espacios de desarrollo en perspectiva femenina y espacios de poder (Zafra, 2010). En este sentido, el contragénero no viene a ser solo la de codificación, recodificación o el uso de un nuevo lenguaje sino el uso del lenguaje y los códigos que operan en la cibersociedad para lograr una mejora en la vida de las mujeres, para lograr paridad de género, para construir espacios de poder desde donde poder actuar y trabajar. A esta variante de contragénero la podríamos denominar como ciberfeminismo social; es la materialización de las organizaciones y asociaciones de mujeres que luchan y trabajan por un reconocimiento, una empoderación o apoderación y toma de poder de los espacios sociales arrebatados. Dos líneas del contragénero que pueden cohabitar y pueden simultaneizarse. En este trabajo nos centramos en aquellos ciberfeminismos más subversivos, transgresivos y contragenéricos: los que se aproximan más a la idea del Ciborg, a las teorías Queer y a la contrasexualidad. Unos ciberfeminismos en los que está muy presente el Net.art como técnica y tecnología de poder-hacer contragenérica. El Net.art ―arte de Internet o para Internet- es una corriente artística que se remonta a la década de los 90 del siglo XX. No es hasta 1997 cuando en la Documenta X de Hamburgo se celebra la Primera Internacional Ciberfeminista, en la cual se hace pública la conexión entre Net.art y ciberfeminismo (García-Manso, 2006). “El Arte de Internet (Net.art) funciona sólo en la red y tiene la red como tema” (Blank, 1996) y precisa de interacción social, contacto en red. Sus obras solo tienen sentido dentro de Internet, nunca fuera. Si bien es cierto que esta corriente no es conocida por el nivel estético de sus obras ni por su ortodoxia artística dentro del mercado del arte, más bien al contrario el Net.art es compartido, en ocasiones abierto a creación y busca, como es en el caso que nos ocupa, reivindicar o subvertir. Las discontinuidades entre lo observado y representado, lo esperado y la consecuente parodia son comunes en las obras del Net.art, sobre todo mediante performances o montajes que irrumpen en la linealidad del género normativo (Preciado, 2008) convirtiéndose en lenguajes, metalenguajes y códigos que poco a poco pueden ir construyendo un nuevo orden genérico sexual en las conductas y construcciones mentales de los espectadores. “De todos los medios de comunicación y máquinas que han aparecido a finales del siglo XX, la red se ha considerado como el compendio de la nueva distribución no lineal del mundo. Sin límites en cuanto al número de nombres que se pueden utilizar, un individuo puede convertirse en una explosión demográfica en la red: muchos sexos, muchas especies. Sobre el papel [rol] no existen límites a los juegos que se pueden jugar en el ciberespacio” (Plant, 1997:50).

La parodia que representa Shu ―comentada por Zafra― es un original, no existe una identidad anterior a la representada. Al no existir coherencia entre las normas dadas y las representadas se procede el desplazamiento y la ruptura del sistema binario, construyéndose una identidad no natural, no normal, una identidad monstruosa, aquella que en el Net.art suele darse como estrategia política irónica, una suerte de Cibrog puesto que es humano-maquínico y no posee un género binario. “Las producciones en red hechas por mujeres nos hablan de nuevas estrategias de desplazamiento. Net.art como Brandom de Shu Lea Cheang ha sabido integrar metafórica y funcionalmente las posibilidades de la red para escenificar los desajustes del género y sus devenires. Brandon, un ser real que nació mujer, rostrificó la ausencia que le impedía ser «el hombre que realmente quería ser» y la convirtió en presencia, en ficción. El proyecto Shu Lea utiliza la red, un medio donde el cuerpo se (re) hace con palabras código a gusto del ususario, no sólo como máscara tecnológica sino también como lugar de debate y redefinición del género” (Zafra, 2005:63). Sin caer en utopías fantásticas, no debemos olvidar que la cibersociedad es una moneda de dos caras. Por un lado te permite crear, codificar y decodificar lingüísticamente nuestras representaciones genéricas al crear monstruos y ciborgs. Por otro lado, no deja de ser un espacio creado por una tecnología hija del patriarcado, bélico, capitalista y patriarcal, que replica las identidades de género productivas y reproductivas inequitativas social y políticamente (Federricci, 2013). Al igual que el automóvil es un producto social (Anta, 2015), Internet también es un producto social y, como tal, es un espacio de contradicciones, pues alberga todo tipo de representaciones sociales convirtiéndolas en hiperrealidades no solo por la carga virtual sino por la carga de realidad amplificada. Su alcance es todo el mundo; es una realidad inmediata que transciende al tiempo ―puede ser en tiempo pasado o tiempo interactivo real― y su forma es multiformato y multimedia―, además de poder ser alterada por el usuario, sobre todo si esa realidad se alberga en herramientas de comunicación 2.0. Estudio de espacios de comunicación en la cibersociedad: ciberfeminismos/contragénero o mantenimiento de los estereotipos de género dual La metodología utilizada en este estudio exploratorio es de naturaleza cualitativa basada en el análisis del discurso y de contenidos de 12 páginas webs y blogs de carácter ciberfeminista contragénero y el análisis de una obra Net.art ciberfeminista, con el fin de probar cómo el género en la red puede alejarse de los estereotipos clásicos y binarios del género tradicional de corte patriarcal femenino/masculino (ver tabla 1). Utilizando la idea de contragénero anteriormente indicada y explicada, así como la idea de la parodia en la performatividad, todo ello para poder generar otras opciones de género u otras opciones del ser y estar en un o unos géneros diferentes a los establecidos desde el marco normativo. La muestra fue seleccionada por temática a modo de estudios de caso y por la importancia que tienen esas webs y blogs en el contexto ciberfeminista. La obra Net.art fue elegida por su significación respecto a la performatividad y por ser una obra que explica y demuestra de manera muy clara esa ruptura del género hacia la ironía.

La esencia del individuo en la recreación y representación de las identidades de género en Internet queda intacta, sólo se modifica la manera y el resultado de la reiteración ―performatividad― de las normas de género.

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Tabla 1: Variables derivadas de los estereotipos tradicionales de género

Fuente: elaboración propia de las lecturas de González de Chávez, 2015; Nash, 2015; Federicci, 2013; Gallego, 2010; Ramírez Rodríguez, 2009)

Las webs y blogs ciberfeministas y contragénero analizados se indican en la tabla 2. Tabla 2: Webs contragenero analizadas

Fuente: elaboración propia

También se analizó la obra Net.art ciberfeminista Byte a Byte 7 de la asociación Cotidiano Mujer de Uruguay (http://www.cotidianomujer.org.uy/byte7.htm) llevada a cabo en el marco de la Marcha por la diversidad sexual en Uruguay. Para comenzar a explicar los resultados del análisis de este estudio exploratorio, vamos a comenzar por las webs generalistas de contenido femenino. La justificación de porqué se han elegido webs de temática femenina responde a la necesidad de ver cuál es el contenido con el que las mujeres se pueden auto identificar y poder constatar si ese contenido sigue reiterando lo que la cultura off-line mantiene: el binarismo de género tradicional. Aun así, si nos fijamos en la temática de las webs más visitadas, podremos concluir en que esas variables se cumplen en su completitud. Respecto al análisis de las webs de contragénero, en la mayoría se tocan temas que incomodan al orden binario de género, subvirtiéndolo y desgastando los estereotipos tradicionales de lo femenino y lo masculino.

de códigos y lenguajes lo encontramos (no solo en las anteriores webs) sino también en archivo-t.net, revistacruce.com y genderhacket.net. Además de Net.art, nos encontramos con otras formas de contragénero, como son las expuestas en muestramarrana.org, paroledequeer.blogspot.mx, hartza.com, haikita.blogspot.com.es y pikaramagazine.com, webs donde las representaciones de género distan mucho de las representaciones de género dual convencional, si no es através de la exposición y explicación de prácticas subversivas de identidad sexual, como son las de muestramarrana.org o hartza.com, cuyos contenidos ―la mayoría basados en la teoría Queer―, así como sus laboratorios, exposiciones, videos divulgativos son de carácter postfeminista y contragénero. Ahora damos paso al análisis de la obra de Net.art Byte a Byte 7, un análisis del discurso en el que utilizamos como base la teoría de la performatividad de Butler (2006). En Byte a Byte 7 se muestran la extrapolación de dos pinturas muy emblemáticas del contexto pictórico del museo y superpuestas en una animación, en concreto esas dos pinturas son la Venus de Urbino de Tiziano y Olumpia de Édouard Manet. Sendas pinturas muestran a dos bellas mujeres desnudas, cuyo destino parece el de la seducción masculina mediante la mirada de deseo. Estos cuerpos son objetos de deseo masculino en la animación representada en esta obra Net art. Cuando los cuerpos de sendas imágenes se superponen, ambas mujeres comparten lecho sexual, reivindicando una sexualidad no heterosexual sino explícitamente lésbica. El uso de estas imágenes y la ruptura de expectativas del espectador se tornan en un ejercicio doblemente subversivo si se recuerda que las autoras de esta obra ―Guerrilla Girls― realizaron reivindicaciones sobre la presencia de las mujeres en los museos “la gran mayoría desnudas, como modelos y musas pasivas en las pinturas” (visto en http://www.guerrillagirls.com/posters/getnakedshanghai.shtml). Los cuerpos de estas musas son cuerpos femeninos, bellos, codiciados por el placer heterosexista, o eso es al menos lo que representan en un código comunicativo normativizado. Esta representación propuesta por la norma se desquebraja ante la transposición de sendos cuerpos y su posterior representación de una escena sexual lésbica. Son cuerpos que no hacen honor a una sexualidad femenina, no se corresponden al arquetipo del género femenino. Son por ello representaciones paródicas, muestras del género preformativo y contragénero.

Conclusiones-discusión

Pikara magazine y los vídeos que proyecta en su apartado “el conejo de Alicia” dejan claro que no se trata de una web donde la mujer sea un objeto. Este se dedicada a ser madre y cuidar de su belleza. Al respecto de este último aporte tiene un artículo titulado operación bikini fucsia, que rompe por completo con la idea convencional femenina-estereotipante de la operación bikini; si alguien lee esto, se podría producir un efecto paródico.

La cibersociedad y sociedad van de la mano. Los cambios que en una se incluyen afectan irremediablemente a la otra, puesto que están en el mismo plano de realidad. No es una vida paralela, pues ambas descansan sobre los mismos cimientos: el tardocapitalismo y el patriarcado. Este último se ha visto más afectado que el anterior ―aunque existan comunidades virtuales de colaboración y compartimentación de contenidos y bienes que van en contra de las normas del capital―. La forma en la que se ha visto alterado deriva de la naturaleza misma del medio, la capacidad de escritura, la capacidad de sobreescritura, de representación, de globalidad, de atemporalidad, de multimedia e hipermedia entre otras características que permitió que, en su momento, la mujer obtuviera un espacio propio (Zafra, 2010).

Mariallopisdesnuda es una web que en sí misma es parodia y ruptura, al igual que lo es besameelintro.blogspot.com.es, un blog del grupo ORGIA de carácter pornofeminista. El Net.art ciberfeminista, subversivo y creador

¿Qué es lo que se ve en Internet? Esta sería una de las preguntas que cerrarían el discurso de la omnipresencia de la normatividad dual de género. Otrora nos decían que pornografía, ahora no sabríamos qué contestar si

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vídeos de gatos, series o simplemente perfiles de personas interconectadas en redes sociales. Lo que sí hemos podido observar en las páginas webs orientadas a un público femenino es que los estereotipos de género tradicionales se mantienen intactos (ver tabla 2) o se acucian convirtiéndose en hiperrealidades, amplificaciones del significado de una realidad proyectada. Podríamos decir que lo femenino es más femenino y lo masculino es más masculino, repitiendo enfáticamente el discurso del género dual heteronormativo. Desde el nacimiento del ciberfeminismo, del ciborg como política, el Net.art como escritura/lenguaje de creación y codificación y la teoría/activismo queer en el ciberespacio y su uso como tecnologías –ciborg, Net.art y código- se rompen los límites de representación de los cuerpos, sujetos, identidades y los géneros. Estos códigos pueden extrapolarse a la sociedad real en la conformación de nuevos códigos y lecturas del género, dejando a un lado a las ataduras del binarismo de género y que permitan una mejora en las desigualdades sociales derivadas de la opción o condición de género. Gender, un término que nace en la clínica (Preciado, 2008) es una categoría que ha generado más desigualdad, y ha marcado aún más los territorios de poder a fin de establecer férreamente los límites de la diferencia. Esta categoría favorece al capitalismo actual, ya que mantiene inalterable la biopolítica de la producción-reproducción. El sujeto queda expresamente sujetado a un destino que le es dado desde una biología sexual y desde una cultura de género que marca su estilo de vida y su destino como sujeto productivo-reproductivo-social desde la infancia hasta la senitud. La mirada como herramienta de poder (Ferrer, 2005) aún no está preparada para el contragénero ni en la sociedad offline ni en la cibersociedad. Tal y como hemos podido analizar en este estudio exploratorio, ambas sociedades están igualmente generizadas. Es más, la cibersociedad amplifica los dualismos de género más que la sociedad offline. La capacidad de alterar y expresar textos e imágenes puede y de echo da más cobertura a la constitución y difusión de los estereotipos de género tradicionales, marcando un machismo y una misoginia en algunos espacios virtuales más que latentes, así como deformando la mirada del que los ve: el/la usuario/a que adquiere una mirada de género sesgada. El ciberespacio permite ser un ciborg cuyo código está abierto a construirse así mismo sin ningún tipo de intervención externa. Poder romper las expectativas de género y crear una nueva mirada de género no lineal de cuerpo-sexo-sexualidad-género abriendo paso a más géneros o ninguno. A este lenguaje o código contragenérico hay que añadirle la mirada social, los ojos que lo ven y lo traducen. Mirada constituida por el establecido social, por el poder, por sus códigos que dan significado a lo observado (Ferrer, 2005), de ahí que no nos escapamos del heteropatriarcado tan fácilmente y muchos/as son los usuarios/as que no comprenden lo que las webs o el Net.art pretenden mostrar como estrategia contragenérica, obligándonos a repensar y ubicarnos en coordenadas de realidad social, pensando que debemos de hacer caso a lo offline e iniciar campañas de coeducación, concienciación y visibilidad que aporten otra mirada a lo emitido. A modo de broche final podemos decir que la cibersociedad ―internet― ha provocado uno de los cambios más importantes en la sociedad, aún poco visible ya que no altera las economías de los países y que ha permitido al ciberfeminismo desarrollar sus prácticas subversivas de contragénero.

Quizás poco a poco se pueda ir cambiando la mirada social y traspasar los límites de la pantalla influyendo en el tejido social, el cual puede acoger esos nuevos códigos, lenguajes, escrituras del sujeto creando una mirada contragénero más igualitaria: “La política de los Cyborgs es la lucha por el lenguaje y contra la comunicación perfecta, contra el código único que traduce a la perfección todos los significados, el dogma central del falogocentrismo” (Haraway, 1995: 302). Reflexión de las editoras de sección Angélica De Sena y Begoña Enguix: este artículo intenta mostrar que la “cibersociedad, al igual que la sociedad ofline, perpetúa los estereotipos de género tradicionales” y que esta, “desde los ciberfeminismos puede convertirse en un espacio social contragenérico creando un código-lenguaje que elimine la categoría género”, otorgándole un peso no menor a la performatividad. Este trabajo nos lleva (tal vez nos obliga) a revisar un conjunto de categorías sociales incrustadas en el capitalismos desde hace décadas, tales como la relación cuerpo-biología, cuerpo-genero, cuerpo-sociedad, sexo-sociedad, genero-sociedad, todo ello en contextos de Internet, cibersociedad y performatividad. Pero nos deja en claro que en el mundo occidental las estructuras capitalista están sólidas, “la cibersociedad y sociedad van de la mano, los cambios que en una se incluyen afectan irremediablemente a la otra puesto que están en el mismo plano de realidad. No es una vida paralela, ambas descansan sobre los mismos cimientos: el tardocapitalismo y el patriarcado, este último se ha visto más afectado que el anterior ―aunque existan comunidades virtuales de colaboración y compartimentación de contenidos y bienes que van en contra de las normas del capital”, manteniendo al “sujeto productivo-reproductivo-social desde la infancia hasta la senitud”.

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Sofando Artículos anteriores V2N1-2012:  Una cartografía de la enseñanza de la filosofía en territorio argentino  Las condiciones de un pensar situado V2N2-2012:  La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro V3N1-2013:  La relevancia social de la filosofía en los tiempos de crisis neoliberal V3N2-2013:  Política de Aristóteles y sus ciudades (in)finitas V5N1-2014:  Consideraciones en torno a una racionalidad inmanente o sobre la posibilidad de hacer filosofía hoy día


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SOfando Multiplicar los sujetos, encarnar los Conocimientos: Plausibilidad de la epistemología social posmoderna de Donna Haraway Multiply the subjects, embody knowledge. Plausibility of the postmodern social epistemology of Donna Haraway Maricela Guzmán-Cáceres (1968, mexicana, Universidad Nacional Autónoma de México, México) maricela.guzman.metodologia@gmail.com

Resumen El objetivo del artículo1 es mostrar el potencial heurístico de la categoría conocimientos situados de Donna Haraway, la cual refleja los entrecruces de la filosofía posmoderna, las epistemologías feministas y la epistemología social. Los conocimientos situados implican a un sujeto cognoscente encarnado, con localizaciones específicas respecto a su sexo, identidad sexual, raza, cultura, etnia, edad y nivel educativo y que, por tanto, los conocimientos que produce son siempre situados. La utilidad de esta categoría se muestra, por un lado, en que al multiplicar a los sujetos cognoscentes se multiplican asimismo distintas experiencias, que traen a la investigación nuevos y distintos horizontes y una mayor riqueza en la argumentación teórica del conocimiento científico posmoderno. Los conocimientos situados son conocimientos en tránsito y moldeables al punto que pueden engranar con otros y reflejan la particularidad de la experiencia femenina a través de los amplios márgenes de su diversidad. El nivel de objetividad de los conocimientos situados no refiere al paradigma positivista, sino a la objetividad que deviene del paradigma de la epistemología social, en el que son las comunidades las que validan los conocimientos, siguiendo el pensamiento posmoderno que abandona la racionalidad individual, a favor de la racionalidad comunitaria que se legitima en esas mismas comunidades. El resultado principal del análisis es que a casi treinta años de que Donna Haraway escribiera sobre los conocimientos situados, el potencial heurístico de su propuesta continúa vigente, garantizando la inclusión de una multitud de puntos de vista. Palabras clave: conocimientos situados, epistemología feminista, epistemología posmoderna, epistemología social, teoría feminista. Recibido: 18-07-2015 → Aceptado: 02-08-2015

Abstract The purpose of the article is to show the heuristic potential of the category located knowledge, created for Donna Haraway, which reflects the undercross of postmodern philosophy, feminist epistemology and social epistemology. Situated knowledge embodied involve a knowing subject, specific locations with respect to gender, sexual identity, race, culture, ethnicity, age and educational level and therefore, the knowledge they produce, they are always situated. The usefulness of this category is displayed on the one

1

Este artículo es uno de los productos académicos elaborados en la estancia posdoctoral desarrollada en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México. Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por la beca doctoral otorgada y de manera

hand, that by multiplying the cognitive subjects, different experiences, they bring to the new research and different horizons, and greater rich in the theoretical arguments of postmodern scientific knowledge which make the resulting knowledge is richer is also increasing, as it reflects the particularity of who produces it. Situated knowledge is knowledge in transit and malleable to the point that they can engage with others and reflect the peculiarity of the female experience through the wide margins of its diversity. The level of objectivity of knowledge located not refer to the positivist paradigm, but the objectivity that becomes the paradigm of social epistemology, which is communities that validate knowledge, following the postmodern thought leaving individual rationality, for Community rationality legitimized in those communities. The main result of the analysis is that almost thirty years that Donna Haraway wrote about situated knowledge, the heuristic potential of the proposal remains in force, ensuring the inclusion of a multitude of views in science. Key words: feminist epistemology, feminist theory, postmodern epistemology, situated knowledge, social epistemology

Introducción Dada su naturaleza divergente, la posmodernidad es difícil de definir. Se caracteriza por su indeterminación y desdén por los cimientos fuertes o explicaciones racionales que se sustituyen por semiosis ilimitadas; los pensamientos emanados de los autores y creadores posmodernos son infinitos e inagotables, porque ya no hay un ojo de Dios que arbitre el proceder, el “deber ser” de las sociedades ni de sus creaciones. Las antiguas certezas de la modernidad han sido sustituidas por discursos vastos y variados, que son legitimados por los propios grupos de donde emanan, por comunidades que los defienden y que, en la mayoría de los casos, no tienen pretensiones de universalidad. Laurelle (2010) plantea que, en la posmodernidad, las concepciones objetivas y rigurosas huyen avergonzadas con la razón del centro de los tribunales dictaminadores y son sustituidas por autoras y autores posmodernos, por una episteme más plástica y flexible que nos habla “de la diferencia”, “la discontinuidad”, “la deconstrucción” o “la diseminación” (2010:1-21). La cuestión central en el debate de la posmodernidad es la posibilidad de que los seres humanos tengamos algún tipo de capacidad para determinar y fundar un comportamiento y una praxis con pretensiones humanas, justas, racionales y universales, que guíen nuestras convicciones y argumentaciones más allá de contextos locales (Habermas, 1985). Lo particular particular a la generosidad de la Dra. Norma Blázquez Graf, quien como tutora, me apoyó en cada situación y circunstancia durante mi estancia con sus acciones y con la motivación de su ejemplo

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frente a lo universal, una de las dicotomías clave en la discusión posmoderna, se decanta en la epistemología social posmoderna hacia la concepción social de los conocimientos. Schmidt (1998) señala que “la epistemología social es el estudio conceptual y normativo de la relevancia de las relaciones sociales, los intereses y las instituciones en torno al conocimiento”. Aquí la disyuntiva está en la cuestión de entender el conocimiento como un proceso cognoscitivo individual o como resultado de variables sociales. En el caso de las epistemologías feministas, todas tienen en común la defensa de que no es posible una teoría general del conocimiento que ignore el contexto social del sujeto cognoscente, y más específicamente su género (Guzmán-Caceres y Pérez-Mayo, 2005).

en la que se describe su aporte al feminismo, a la ciencia y particularmente a la epistemología social posmoderna.

Heredera de una sólida tradición epistemológica feminista, con una notable influencia de la teoría del punto de vista desarrollada por Sandra Harding (Standpoint Theory en inglés), surge la teoría epistémica posmoderna de Donna Haraway que, como epistemología social, se decanta por los conocimientos situados, parciales, encarnados en seres humanos que tienen nombres y apellidos, sexo, identidad sexual, nacionalidad, herencia cultural, raza, edad, condición socioeconómica, que los ubica socialmente en algún lugar.

Los y las autoras posmodernas critican la falsedad de pretensión universal de las grandes narrativas que movilizaron a mujeres y hombres en la modernidad occidental tales como las nociones de verdad, libertad, justicia, racionalidad y emancipación. En lugar de estas, proponen pluralizar las opiniones, paradigmas y prácticas de la razón occidental, manteniendo los principios básicos del deconstruccionismo (Holland, 1997), predominando las referencias a pequeños grupos cercanos, los consensos locales, coyunturales y rescindibles, las visiones fragmentadas y escépticas de la realidad (Dubiel, 1987 y Welsch, 1987 en Mardones, 2011).

Desde mediados del siglo pasado, los postpositivistas (Hanson, 1977; Kuhn, 1996) argumentaban que los conocimientos responden al trasfondo teórico particular del observador y que en este están implícitos no solo aspectos formales como la estructura de las teorías o los paradigmas o programas de investigación particulares e históricamente determinados a los que pertenecen, sino también los aspectos biológicos, psicológicos y sociales presentes en el proceso del conocer. En una línea epistémica que también toma en cuenta los aspectos sociales presentes en el proceso de generación de conocimiento, Haraway plantea que los sujetos cognoscentes mujeres y hombres están cargados de lo social, de sus condiciones específicas de vida que han sido vividas bajo condiciones particulares, selladas con su propia impronta y que generan conocimientos situados. El presente artículo se centra en la plausibilidad de la categoría conocimientos situados de Donna Haraway (1988) que, dentro del continuum de la epistemología feminista, se ubica como posmoderna, entrecruzándose con otra propuesta epistémica posmoderna: la epistemología social (Grasswick, 2013). Los conocimientos situados localizan a los sujetos cognoscentes en tanto que pertenecen a comunidades y su situación particular tiene implicaciones en el proceso de creación de conocimiento. El resultado principal del análisis es que a casi treinta años de que Donna Haraway desarrollara su tesis sobre los conocimientos situados, el potencial heurístico de su propuesta continúa vigente, garantizando la inclusión de una multitud de puntos de vista en la ciencia. El artículo está organizado en tres secciones, en la primera denominada Ilustrar la ilustración: posracionalismo, posilustración, se aduce a los argumentos con los que la crítica posmoderna rechaza al racionalismo ilustrado y muestra la posibilidad de existencia de formas disímiles y divergentes de concebir el conocimiento y el proceso epistémico de su creación. En el segundo apartado: Epistemologías feministas posmodernas, se caracterizan las posiciones teóricas que responden a las preguntas epistémicas clásicas con propuestas originales ubicadas en el contexto filosófico feminista y posmoderno y, finalmente, el tercer segmento se centra en la categoría Conocimientos situados, la epistemología social posmoderna de Haraway,

Ilustrar la ilustración: posracionalismo, posilustración En una muestra clara del androcentrismo filosófico que considera la mirada masculina como única posible y universal, Bernstein (1985) señala que la posmodernidad constituye una revuelta y un desconocimiento de los padres del pensamiento moderno (Descartes, Locke, Kant, e incluso Marx) y en el mismo tenor, Mardones (2011) afirma que las subculturas que surgen en la posmodernidad ya no se encuentran más en el discurso del padre, el cual equivale a la totalidad unificadora del “ojo de Dios”.

La filosofía posmoderna pone en evidencia la conciencia de que el progreso científico y tecnológico, el derrumbe de sistemas ideológicos y los estragos producidos por las economías de libre mercado, tienen unos elevados costos sociales que han opacado los referentes éticos y políticos. En el campo de la epistemología, la posmodernidad se traduce en la negación del racionalismo, de ahí que las epistemólogas posmodernas hayan realizado una ruptura profunda con el paradigma racionalista para ofrecer nuevas narrativas que sean descentradas y parciales, en donde los supuestos del humanismo de género y el feminismo construido como una teoría y una política para el sujeto mujer ya no existan. Esta última pretensión ha sido motivo de que teóricas feministas no posmodernas consideren que el feminismo posmoderno pretende la extinción del feminismo como teoría y como lucha política. El feminismo ha identificado a la institución científica como fuente y locus de las desigualdades de género: en principio porque las entidades donde se genera la ciencia tienen una larga tradición de excluir a las mujeres como profesionales; se les margina como sujetos de la investigación científica, o son tratadas de maneras que reproducen estereotipos normativos en el género, amén que la autoridad científica ha servido con frecuencia para racionalizar los tipos de roles sociales y las instituciones que las feministas cuestionan. En relación a la epistemología y el legado racionalista, Di Stefano (1990) distingue tres posturas que han asumido el feminismo y las feministas: El racionalismo feminista que reconoce que la ciencia, el humanismo y el racionalismo excluyen a las mujeres, por lo que prepondera la multiplicación del número de mujeres en la ciencia, lo cual lograría que, a la larga, se eliminen el sexismo y el androcentrismo y se alcance una mejor ciencia. Conocido también como empirismo feminista, se encuentra limitado por su planteamiento romántico e idealista, que plasma sus esperanzas de cambio en la sustitución de sujetos cognoscentes pero no en transformaciones más profundas de los sistemas sociales que están detrás del sexismo, el androcentrismo y el patriarcado.

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La corriente denominada antiracionalismo feminista, a diferencia de la racionalista, destaca y enaltece a las mujeres como sujetos cognoscentes, bajo el supuesto de que los atributos con los que el pensamiento ilustrado ha desvalorizado a las mujeres, tales como el apego a la naturaleza, la intuición y la irracionalidad, en realidad constituyen características superiores. Se destaca también en esta corriente que el punto de vista femenino es mejor por el hecho de pertenecer a una posición socialmente inferior. Esto se traduce en el plano epistémico a que las mujeres tenemos un punto de vista que favorece mejores observaciones y análisis que el que pudieran tener los hombres. Esta postura se conoce como feminist standpoint theory o teoría del punto de vista. La crítica que se hace a esta postura deriva del esencialismo que implica por un lado, tratar a las mujeres como idénticas y, por el otro, considerar que el mero hecho de ser mujer lleva implícitas cualidades epistémicas superiores. Para el posracionalismo feminista, la manera en la que pueden superarse el romanticismo y el esencialismo de las dos corrientes anteriores es a través de la creación de nuevos discursos y narrativas en las que no se realicen tipologías, ni clasificaciones de las mujeres ya que puede perderse el sentido y original del movimiento y la teorización feminista. Están en contra de establecer distinciones jerárquicas entre los sexos y en el plano epistémico apuestan al desarrollo de conocimientos situados. Esta postura se conoce también como posmoderna. Se le critica como relativista, debido a que abre la posibilidad de diversificar a los sujetos cognoscentes, que generan conocimientos situados y uno universales como marca la ilustración. Epistemologías feministas posmodernas El feminismo posmoderno puede decirse que es un cruce de conversaciones entre tres vertientes importantes del discurso occidental contemporáneo: el psicoanálisis, la teoría feminista y la filosofía posmoderna, lo que le permite buscar articulaciones entre los problemas concernientes al conocimiento, la diferencia entre los sexos, la subjetividad y el poder (Tubert, 2009). El posmodernismo feminista refuta el concepto “mujer” como voz unificada (Spivak, 1987), para vindicar la pluralidad de “las mujeres”, la cual lleva consigo una multiplicidad de perspectivas, que se convierten en un ámbito epistémico fundamental pues permiten disociar la relación naturalizada entre sujeto y perspectiva que persiste en la teoría del punto de vista feminista (Castañeda-Salgado, 2008). A diferencia de lo que plantea Harding (1986) respecto a que las mujeres tienen un punto de vista epistémico privilegiado que deviene de su condición de subordinación, las epistemólogas feministas posmodernas consideran que es imposible e inapropiado tratar de encontrar un solo punto de vista relevante como sujeto cognoscente, pues cada mujer tiene un punto de vista distinto que es producto de sus condiciones de nacimiento y experiencias de vida que se refleja en condicionantes como la clase, etnia, identidad sexual, cultura y edad. La condición de otredad de las mujeres en la sociedad les permite, según la epistemólogas feministas posmodernas, tener una mayor apertura, pluralidad y diversidad. Las feministas posmodernas no aceptan los esencialismos y señalan que el género está construido socialmente o discursivamente, que es un efecto de prácticas sociales y de sistemas de significado que pueden cambiar. La situación epistémica en la postura posmodernista se caracteriza por una pluralidad permanente de perspectivas en la que ninguna puede demandar objetividad, o ser superior a otra. De ahí que proponen cambiar el “punto de vista” que esencializa a las mujeres y las considera como iguales,

por una mirada “desde aquí y ahora”, que libera a las mujeres de los determinismos que implica estar atrapadas en sus culturas, géneros, perspectivas, razas, etnias o cualquier otra identidad. Esto implica que las mujeres pueden escoger pensar desde una perspectiva distinta a la que marcan las identidades o etiquetas sociales que por nacimiento o por construcción social se les atribuyen. Sus identidades pueden estar cambiando en lugar de permanecer estáticas. Dos aspectos fundamentales de esta corriente epistémica son el rechazo a la categoría analítica “mujer” y la fragmentación infinita de perspectivas o puntos de vista epistémicos, razón por la cual se les critica por hacer un uso excesivo de la diferencia, lo cual contribuye a fragmentar y relativizar la postura feminista (Blázquez-Graf, 2010). Respecto a la objetividad, las investigadoras feministas argumentan que en todas las etapas del proceso investigador se pueden dar circunstancias que contradicen la pretendida objetividad: desde la fuente de financiación del proyecto, el nombramiento del personal investigador, pasando por la selección de la muestra, hasta la interpretación de los datos y la divulgación de los resultados (Castañeda-Salgado, 2008). Lo anterior implica que una investigación es siempre una “lectura arbitraria del objeto” y en esa lectura los valores juegan un papel fundamental; esto desafía uno de los supuestos básicos de la epistemología: la objetividad entendida como neutralidad valorativa, entendiendo a la ciencia como imparcial, autónoma y neutra. En las investigaciones feministas la objetividad la brinda la comunidad científica que debe evaluar los supuestos implícitos en las observaciones y razonamientos, la plausibilidad de unas hipótesis sobre otras y la consideración de que ciertos métodos son los más adecuados para resolver determinados problemas (Pérez-Sedeño, 2000). Como parte de las epistemologías feministas posmodernas, se destaca la perspectiva del postestructuralismo feminista, que considera que todas las teorías son fragmentarias y, en consecuencia, trata de desarrollar un espíritu crítico en cada disciplina o discurso, sin pretensiones de evitar el conflicto y las diferencias insolubles y sin intentos de sintetizar esas discrepancias en una totalidad unitaria y unívoca que sólo podría ser falaz e ilusoria. Hacen una crítica radical a las pretensiones de que las teorías científicas o filosóficas puedan establecer una verdad absoluta, frente a un mundo en el que prevalecen el cambio, la incertidumbre, la ambivalencia y la falta de puntos de referencia seguros. Estos síntomas corresponden a un mundo en el que ya nada es igual, donde la inocencia no existe y donde el mismo feminismo psicoanalítico y todos los sistemas de pensamiento son instrumentos parciales e imperfectos para comprender la cultura, el sujeto, el sistema de género y el cambio cultural que no puede más volver a ser lineal, teleológico, jerárquico, holista, ni binario (Tubert, 2009). Entre las más destacadas feministas posestructuralista de la escuela francesa se encuentran Hélène Cixous, Julia Kristeva y Luce Irigaray. Otras feministas posmodernas relevantes son: Judith Butler, Donna Haraway, Linda Alcoff, Toril Moi, Nancy Fraser, Teresa de Lauretis, Jane Flax, Rosi Braidotti, Luisa Muraro entre otras, quienes cuestionan el discurso de la razón en cuanto a su posición universalista (Díaz-Martínez y Dema-Moreno, 2013). Conocimientos situados, la epistemología social posmoderna de Haraway En los inicios cartesianos de la epistemología moderna, se creía que el conocimiento era el resultado del ejercicio cuidadoso de las facultades mentales de un individuo y que el sujeto cognoscente podía ser cualquier sujeto epistémico. A este modelo se le conoce como modelo atomista de los conocedores y resultó dominante durante los siglos XIX y XX. Ante este mo-

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delo epistemológico, Donna Haraway entre otras epistemólogas posmodernas feministas, ha llamado la atención sobre las insuficiencias del individualismo abstracto presente en este y advierten que los sujetos cognoscentes son en primer lugar personas y que no son intercambiables de manera genérica, que los conocedores tienen identidades específicas y pertenecen a lugares sociales (Grasswick, 2013).

hay un punto de vista objetivo, neutro y ajeno desde el cual alcanzar la verdadera realidad (…) Cualquier sujeto conoce siempre dentro de un sistema, desde un lenguaje, a partir de ciertas premisas, en función de unos intereses, en relación con unas expectativas, etc. Todos estos condicionamientos influyen en la interpretación de la realidad que vamos a reconocer como conocimiento” (1999:224).

Una de las preocupaciones de las epistemólogas sociales feministas fue articular cómo es posible distinguir entre un mejor o peor conocimiento, o cómo podemos identificar el conocimiento objetivo. En un artículo de 1988, Donna Haraway introdujo por primera vez el término conocimientos situados dentro de la epistemología feminista, como una manera de expresar una forma de objetividad que se toma en serio la construcción social del conocimiento. Para Haraway, hablar de conocimientos situados implica que todo conocimiento es local y limitado, negando la posibilidad del punto de vista imparcial, que parte de la nada y que a menudo se ha asociado con la perspectiva del conocimiento objetivo (Grasswick, 2013). Haraway (1988:324) lo expresó así: “Yo quisiera una doctrina de la objetividad encarnada que acomode proyectos de ciencia feminista paradójicos y críticos: la objetividad feminista significa, sencillamente, conocimientos situados”. Con esta categoría, Haraway pretende lograr una objetividad encarnada, en donde las perspectivas parciales prometen una visión objetiva, la cual se consigue a través de la solidaridad política que se da entre las localizaciones sociales. Estamos hablando ya de una epistemología social.

Y más aún de lo que pareciera una negación de la objetividad y un relativismo absoluto, la propuesta de Haraway se fundamenta en una objetividad validada por lo social, por las comunidades que aprueban el conocimiento. Haraway advierte de los peligros de romantizar las posiciones en las que se da el privilegio epistémico a las mujeres, en tanto pertenecen al grupo de los menos poderosos, pues los conocimientos subyugados no son posiciones inocentes, sino que, por el contrario, no están exentos de reexamen crítico, de descodificación, de deconstrucción ni de interpretación, es decir, de los dos modos hermenéuticos y semiológicos de investigación crítica (Haraway, 1995).

Con el desarrollo de la categoría conocimientos situados, Haraway va más allá de argumentar que las mujeres tienen un privilegio epistemológico por su posición subordinada (Harding, 1986), entendiendo a la posición específica de las mujeres como la fuente de una objetividad encarnada, en la que se reconocen las ubicaciones materiales y comunitarias. Como científica y filósofa de la ciencia, a Donna Haraway (1991) le preocupan los excesos del constructivismo social que se enfocan en la retórica y que pretenden por momentos abandonar la objetividad, de ahí que para ella la objetividad consiste en una conexión parcial a través de perspectivas o lugares: dada la naturaleza limitada y de perspectiva natural de todo conocimiento, lo más que podemos esperar son formas de conocimiento que sean objetivas en el sentido de que son traducibles a través de ubicaciones particulares subjetivas. Para Haraway, es a través de la construcción de solidaridades políticas y participando en conversaciones epistémicas mediante nuestros posicionamientos, que llegamos a un acuerdo sobre cómo conocer ciertos aspectos del mundo, pero en estos acuerdos nunca se borrarán por completo las diferencias en nuestras perspectivas (Grasswick, 2013). ¿Cómo se traduce esta argumentación epistemológica social en las características del sujeto mujer? Para Haraway (1991), el sujeto epistémico femenino es siempre un sujeto situado que produce conocimientos situados y que la visión objetiva solo puede provenir de una perspectiva parcial en la que el sujeto encarna el conocimiento, en contra de los distintos tipos de conocimiento “irresponsable”, es decir, del conocimiento que es insituable e incapaz de dar cuentas de algo. De manera muy clara, Villarmea lo expresa en los siguientes términos: “La epistemología situada supone que cualquier conocimiento comporta una relación con su origen, es decir, que el contexto desde el que se adquiere el conocimiento influye en su elaboración como tal. En consecuencia, la justificación de una creencia como verdadera refiere a la situación del agente de conocimiento; para un sujeto puede estar justificado y ser verdadero lo que para otro no lo es. No

Frente al relativismo que de forma constante se adjudica a las teorías posmodernas, Haraway propone que los conocimientos situados sean parciales, localizables y críticos, que admitan además la posibilidad de conexiones de solidaridad en la política y conversaciones compartidas en la epistemología. Para Haraway, tanto el relativismo como la totalización prometen la visión desde todas las posiciones y desde ningún lugar, convirtiéndose en relativismo fácil y holismos que subsumen las partes. En tal sentido, la autora plantea que el feminismo busca otro tipo de ciencia, en donde los sujetos sean múltiples, con miradas críticas, pues el conocimiento racional no debe dejar de ser comprometido, debe situarse desde todas partes y, por lo tanto, desde ningún lugar, formando parte de procesos de continua interpretación crítica entre cuerpos de intérpretes y descodificadores (Haraway, 1995). La autora afirma que la búsqueda de la parcialidad no es un capricho o moda, toda vez que las conexiones y aperturas inesperadas que los conocimientos situados hacen posible, permiten encontrar una visión más amplia al estar en algún sitio en particular: La cuestión de la ciencia en el feminismo trata de la objetividad como racionalidad posicionada. Sus imágenes no son el producto de la huida y de la trascendencia de los límites de la visión desde arriba, sino la conjunción de visiones parciales y voces titubeantes en una posición de sujeto colectivo que prometa una visión de las maneras de lograr una continua encarnación finita, de vivir dentro de límites y contradicciones, de visiones desde algún lugar (Haraway, 1995: 339). En este párrafo, Haraway advierte que es posible y deseable que los sujetos cognoscentes no se planteen como individuos aislados, con cualidades sensoriales dispuestas para observar diversos objetos, como plantea la epistemología positivista, tampoco que sean sustituibles por cualquier otro, como marca el atomismo en torno al sujeto cognoscente. El sujeto cognoscente femenino debe considerarse en tanto persona perteneciente a sociedades específicas, con tradiciones teóricas y paradigmáticas, pero también políticas, encarnadas en subjetividades que devienen de territorialidades concretas, que tienen un sexo, una identidad sexual y un género que las marca. En fin, que no son entelequias abstractas, cambiables y neutras, sino individuos perfectamente situados.

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Conclusiones-discusión Uno de los problemas con los que más se ha atacado a la epistemología social es que debería especificar la diferencia que en términos epistémicos sucede cuando los objetos de estudio pertenecen a las ciencias formales, naturales o sociales, dado que se cree que no existe conflicto epistémico alguno cuando el sujeto cognoscente, humano, conoce un objeto de estudio que pertenece al mundo natural, en tanto que cuando el objeto de estudio es social, el conflicto epistémico se da porque el sujeto y objeto pertenecen a mundos situados, a comunidades que pueden estar en conflicto o, por el contrario, que ambos muestren afinidades teóricas, políticas, culturales que nublen la objetividad. Ante esta crítica, Haraway, cuya formación disciplinar proviene de la biología, zoología y filosofía, señala que el hecho de que el objeto de estudio sea un objeto vivo no humano o inanimado, también trae problemas de observación, pues la mirada del observador siempre es cambiante, dependiendo de su situación social y género, aun cuando el objeto observado no sea otro u otros seres humanos. En su célebre libro Ciencia, cyborgs y mujeres, Haraway (1995) da una muestra patente de lo que esto significa, usando como ejemplo las conclusiones diferenciadas que hicieron primatólogas mujeres, a partir de la observación del comportamiento social de primates, la cuales difirieron de las elaboradas por su mentor varón. Todo ello debido a la situación específica de las investigadoras, que les permitió hacerse preguntas distintas y observar cosas diferentes, que de no ser por su experiencia particular, no habrían sido posibles. Tales conocimientos situados han cambiado el curso de las teorías científicas. Pese a que la mayoría de los planteamientos posmodernos parecen ser consensos locales y temporales que no permiten la posibilidad de elaborar grandes relatos y que en el plano epistemológico “todo vale” (Feyerabend, 1974), Haraway presenta una propuesta epistémica que rechaza tanto el relativismo como el esencialismo y la totalización, considerándolos “`trucos divinos´ que prometen, al mismo tiempo y en su totalidad, la visión desde todas las posiciones y desde ningún lugar” (Haraway, 1995:329). La alternativa de Haraway para el relativismo son los “conocimientos parciales, localizables y críticos, que admiten la posibilidad de conexiones llamadas solidaridad en la política y conversaciones compartidas en la epistemología” (Haraway, 1995:329). Tales conocimientos situados y encarnados, parciales y limitados, provenientes de una pluralidad de sujetos cognoscentes, hacen posible la racionalidad posicionada, que implica estar en un sitio en particular desde el cual es posible hablar y tener visiones siempre desde algún lugar. Por otra parte, los conocimientos situados permiten encarnan al sujeto, lo materializan y humanizan, lo convierten en un ella o él, originario de un país colonial o dependiente, de una etnia, raza, identidad sexual o condición económica particular. Las narrativas derivadas de sujetos cognoscentes situados, hacen más inteligible el conocimiento, que está enraizado en la subjetividad de quien lo produce. La epistemología de Haraway permite también, el diálogo interdisciplinario, multicultural y decolonial, así como la deconstrucción del proceso de producción de la ciencia. Para finalizar, cabe hacer alusión a la categoría sujetos nómades de la filósofa y teórica feminista Rossi Braidotti (2000), quien respecto al conocimiento coincide con Haraway al plantear que todo cuerpo está encarnado en un espacio físico o lugar material desde el que habla, interpreta y analiza, por lo que todo conocimiento generado por sujetos encarnados no es

universal en sí mismo. Sin embargo, estos sujetos encarnados y situados territorialmente, que producen conocimientos, tienen la posibilidad de la transgresión que implica entablar conversaciones desde algún lugar, con otros seres humanos situados, superando los límites y vulnerando las fronteras. El potencial que brinda la cualidad de nómades permite transitar hacia la exploración de nuevos horizontes transdisciplinarios que borrando los límites disciplinares, puedan integrarse en sistemas únicos y originales que desborden inclusive las posibilidades del propio ámbito científico. En este punto los conocimientos situados de la epistemología social feminista de Donna Haraway se sintetizan con los sujetos nómades de Brandotti, alcanzando alas para sujetos cognoscentes posmodernos. La epistemología feminista y la posmodernidad facilitan y promueven esta libertad. Reflexión de la editora de sección Anayra O. Santory-Jorge: El siglo XX nos legó el reconocimiento de que la producción colectiva del conocimiento ocurría, como todos los demás aspectos de la cultura, en sociedades donde las diferencias sexuales, raciales, étnicas y nacionales, entre otras, eran criterios vigentes para la distribución desigual de bienes materiales y sociales. Uno de estos bienes muy mal distribuido es la posibilidad de adquirir las destrezas que nos acreditan como productores de conocimiento. Otra, más insidiosa y difícil de desmontar, es la dificultad de traer a esta producción, siempre colectiva y siempre localizada, experiencias y perspectivas que escapan lo pensado, imaginado o percibido desde la universalidad a la cual muchos somos aun recién llegados. Si en los siglos XVII y XVIII resultó importante para el desarrollo de una nueva cultura secular la invitación amplia al pensamiento propio sin cortapisas ni tutelajes, para usar la expresión de Kant; en el siglo XX fue igualmente importante revelar que esa universalidad recién soñada escondía más exclusiones que colaboraciones. La universalidad vuelve a construirse en nuestro siglo como un imaginario, pero esta vez es siempre un horizonte que se corre y se configura como un calidoscopio. Ya no como un fiat ab initio. Alguna vez no tendremos que explicar, como lo hacen Haraway y Guzmán-Cáceres, que todo el conocimiento es situado y que carga consigo las señas de sus múltiples orígenes. Nos corresponderá explicar cómo fue que alguna vez pensamos lo contrario. No podremos más que responder que la universalidad que ahora no es mucho más que un cascarón vacío fue, en un momento ya distante, una armadura contra otra universalidad: la de una iglesia que se pensaba católica. Prevenidos estamos. Reflexión de la editora de sección María Ofelia Ros M.: el artículo argumenta el potencial y la vigencia de la categoría conocimientos situados de Donna Haraway, a través del cual resalta la interpelación que los conocimientos situados realizan a un sujeto cognoscente encarnado, con localizaciones específicas respecto a su sexo, identidad sexual, raza, cultura, etnia, edad y nivel educativo. Estas localizaciones específicas del sujeto de enunciación imponen que los conocimientos que produce sean siempre situados, no universales. Como propone la autora “Los conocimientos situados son conocimientos en tránsito y moldeables al punto que pueden engranar con otros y reflejan la particularidad de la experiencia femenina a través de los amplios márgenes de su diversidad”. El conocimiento situado se enraíza en la subjetividad

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de quien lo produce. Por ende, el nivel de objetividad de los conocimientos situados está dado por la validación que de estos hacen las comunidades, siguiendo el pensamiento posmoderno que abandona la racionalidad individual, a favor de la racionalidad comunitaria. Llegados a este punto, cabe preguntarnos: ¿todo conocimiento avalado por la racionalidad comunitaria de una sociedades es un conocimiento situado?, ¿el cinismo de una determinada comunidad acostumbrada a la desmentida de la ley y a la afirmación de acciones y doctrinas vituperantes es un conocimiento situado?, ante este tipo de conocimiento situado, ¿cuál es la función crítica del planteo de Haraway?

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SOfando Tribulación e infinito: lo mesiánico en la filosofía contemporánea Tribulation and infinity: the messianic in contemporary philosophy Melissa-Sharon Padilla-Ramírez (1987, mexicana, Universidad Iberoamericana, México) saronpadrami@gmail.com

Resumen El siglo XX estuvo marcado por regímenes totalitarios y mesianismos políticos, como fueron el nacionalsocialismo, el stalinismo, el fascismo, entre otros. Frente a ello, varios pensadores de diversas líneas filosóficas se ocuparon en rescatar y reinterpretar lo mesiánico, para que fuera posible otro modo de pensar y actuar, menos obsesionado con lo total, más crítico y más abierto a la diversidad. Comúnmente, a esta manera crítica de pensar lo mesiánico se le ha denominado como “mesianismo impolítico”, en contraste con el mesianismo político de carácter dogmático. El artículo expone esta última distinción entre ambos conceptos de lo mesiánico, y repasa las ideas cardinales en que aparece el mesianismo impolítico en el pensamiento de Martin Heidegger, Walter Benjamin, y Emmanuel Lévinas. El particular interés está en mostrar la manera en que lo mesiánico, según aparece en los tres autores mencionados, ayuda a contrarrestar la lógica totalitaria. Se concluye que el mesianismo impolítico es capaz de lograrlo al orientar el pensamiento y la praxis hacia el compromiso ético (tribulación), hacia la exterioridad (infinito) y, con ello, al servicio y la justicia con las víctimas de la historia. Asimismo, se determina que lo mesiánico nos invita a considerar un método inductivo y dialógico, y a asumir el carácter precario de todo discurso y técnica humana. Para cerrar el artículo se esbozan algunas ideas sobre el alcance que a nuestro juicio puede llegar a tener el mesianismo impolítico en la reflexión latinoamericana de nuestros días. Esto último es una tarea que al día de hoy queda por hacer. Palabras clave: Benjamin, Heidegger, Lévinas, mesiánico, totalitarismo Recibido: 20-07-2015 → Aceptado: 13-08-2015

Abstract The twentieth-century was marked by totalitarian regimes and political messianisms, such as National Socialism, Stalinism, Fascism and some others. In front of these, various thinkers coming from different philosophical perspectives rescued and reinterpreted the messianic, in order to achieve a different way to think and act, less obsessed with totality, more critical and more open to diversity. Commonly, this other understanding of the messianic has been called “unpolitical messianism”, in contrast with political messianism, more proximate to dogmatism. The article displays this last distinction between both concepts of the messianic, and summarizes the principal means in which unpolitical messianism appears on the thought of Martin Heidegger, Walter Benjamin and Emmanuel Levinas. Our particular interest is to exhibit the way in which the messianic in all the three authors assists us when opposing to the logic of totalitarianism. We conclude that unpolitical messianism is capable of the last when it guides

thought and praxis towards ethical engagement (tribulation), towards exteriority (infinite), and with them towards service and justice with the victims of History. Besides, the article resolves that the messianic invites philosophy to consider an inductive and dialogical method, and to assume the precariousnss of all human discourses and techniques. To close the article we draft some ideas about what could unpolitical messianism suggest to Latin-American inquiries today. This seems to be an unresolved task. Key words: Benjamin, Heidegger, Levinas, messianic, Totalitarianism

Introducción En el siglo XX, el escenario europeo estuvo dominado por varios modelos de régimen totalitario, entre estos el nacionalsocialismo, el fascismo, y la concreción del ideal comunista en un estado absoluto. A finales del siglo, el discurso totalitario se repitió en América latina con las dictaduras militares, mientras que se fortaleció a nivel mundial en los primeros años del siglo XXI con la imposición a la fuerza del régimen democrático y las doctrinas neoliberales. A razón de estos acontecimientos, una parte considerable de la reflexión filosófica del siglo se ocupó en buscar los modos con que contrarrestar la dominación, la violencia y la deshumanización sistemática echadas a andar por la lógica totalitaria. La teoría crítica, la fenomenología y más tarde la deconstrucción fueron las perspectivas filosóficas que mayormente se dedicaron a aquella misión; según su parecer, era necesaria una revisión a fondo de las nociones y creencias en las que se erigía la modernidad occidental. En estas residía una estructura y un ideal que en ocasiones podían deformarse en la pesadilla de la organización total. Según la opinión de más de un comentarista, lo mesiánico fue una importante clave hermenéutica; es decir, un principio de interpretación o una línea de seguimiento que asistió a numerosos pensadores en el desvelamiento y desmontaje del pensamiento de lo total (Fletcher, Bradley, 2011:3-9). En este artículo, en el cual compartimos la misma opinión, nos concentramos en el influjo que tuvo la clave mesiánica en tres autores medulares para el debate contemporáneo: Martin Heidegger, Walter Benjamin, y Emmanuel Lévinas. Se tiene el objetivo de subrayar la manera en que el giro mesiánico significó una posibilidad de hacer filosofía frente a la tentación totalitaria. Allende a las particularidades de cada apropiación de lo mesiánico, creemos que la contribución medular de la clave mesiánica en los tres pensadores radica en la prioridad de la tribulación y la apertura al infinito. Esto es, en su invitación al cuestionamiento de la lógica totalitaria mediante la atribulación de toda seguridad y pretensión de acabamiento, para orientar el pensamiento y la praxis hacia la exterioridad y lo inacabado, y con ello al servicio y la justicia. En suma, los efectos de lo mesiánico a la epistemología occidental son notables. Contemplamos que los más pertinentes han sido el llamado a superar los moldes fijos, a fin de optar por un método inductivo y dialógico; el ejercicio de un concepto de

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verdad comprometido con las víctimas presentes y pasadas de la historia; y una clara conciencia de la limitación de todo discurso y técnica. Como es de suponer, no tenemos la pretensión de agotar todo lo que podría trabajarse para cada cuestión. Existen ya los estudios que han escudriñado las profundidades del influjo mesiánico en la filosofía contemporánea. En la historiografía del concepto destacan, por mencionar algunos, los de Gérard Bensussan, Pierre Bouretz, y el de Anna Glazova y Paul North. Esperamos que este breve artículo, no obstante, ayude a inquietar la curiosidad del lector por este periplo del pensamiento filosófico actual. Mesianismo político o el concepto habitual de ‘lo mesiánico’ Hablar de mesianismo en el mundo cotidiano suele tener un efecto negativo o, por lo menos, suele suscitar una reacción incómoda, sobre todo en los ambientes más liberales. El rechazo es comprensible. El concepto proviene de la expectativa por la llegada salvífica de la figura fabulosa del Mesías (māšîaḥ), luego traducida en el Nuevo Testamento como la Segunda Venida de Cristo (χριστός), también conocida como parusía, por lo que su origen es sin lugar a dudas confesional. Por la interculturalización de la tradición judeocristiana con la cultura grecorromana, y a partir de interpretaciones literalistas de algunos pasajes bíblicos en el curso de la historia occidental, el mesianismo se redujo, o se vulgarizó al decir de Gérard Bensussan, a una experiencia expectante de la catástrofe y el milagro, a un confrontamiento violento en el fin de los tiempos que remata en una salvación meta-histórica (Bensussan, 2001:15). Lo mismo sucedió con conceptos de la tradición cristiana que juegan asiduamente al lado de lo mesiánico: “escatología” y “apocalipsis”. Así, a través del tiempo, lo mesiánico se asoció a una noción lineal y teleológica de la historia. Para esta teleología el pasado y el presente no son más que relevos del proyecto de saciedad que supone aquel futuro prometido. Alrededor de esta referencia se fueron concibiendo los mesianismos políticos; a saber, una comprensión de lo político relacionada con sueños de salvación total, donde la vida concreta de seres humanos y su libertad se subordinan a un proyecto final, un ideal de organización homogénea e incontestable. La violencia que suponen tales sueños de totalidad no solo con quienes son diferentes y piensan distintamente, sino también con aquellos que participan del proyecto, son tal alarmantes como conocidas, lamentablemente, a causa de testimonios como los del holocausto judío. Por todo lo anterior, el concepto más sonado de mesianismo posee un cariz dogmático que intima con los totalitarismos del siglo XX y XXI, lo cual, el día de hoy, inquieta ―con razón―, a más de una persona (Todorov, 2014:35-82). Como han advertido varios autores, es posible considerar a ciertos conceptos de progreso y de revolución, incluso también al de estado (nación), como secularizaciones del mesianismo político meta-histórico (Schmitt, 2009; Koselleck, 2003; Gillespie, 2008). Lo inferimos cuando se dice que a causa del progreso, la nación o la democracia, valen las muertes y los sacrificios; que por ellos importa superar, reciclar ―¡desaparecer!― la disidencia, el fragmento, y la herida de las víctimas acumuladas en el pasado y en el presente. En ocasiones, este mesianismo político de índole sacrificial se desprende del regreso a un pasado idóneo pero remoto, interpretado como un estado de pureza original desde el cual se prescribe como irrefutable el sentido de la existencia y todas las leyes de conducta y relación de una comunidad.

Mesianismo impolítico o lo mesiánico en la filosofía del siglo XX Los autores que recuperaron la intuición mesiánica en el siglo XX batallaron con la palabra y el halo de significaciones teológicas que la rodea. No es extraño encontrarnos con párrafos que buscan aclarar qué es lo que se quiere decir exactamente con lo mesiánico. “Mesianismo sin Mesías” (Derrida), “epimesianismo” (Glazova, North), “mesianismo filosófico” (Holden), son tan solo algunos de los muchos términos que se han acuñado a propósito del debate. De cierto modo es posible expresar que todos los términos intentan evocar una suerte de “mesianismo impolítico”, esto es, “para subrayar justamente que lo implicado (…) es un cuestionamiento ab integro de todo ordenamiento jurídico-político” (Galindo, 2008:241). La superación de la lectura dogmática y teleológica de lo mesiánico fue posible, en primera instancia, por la intención crítica al pensamiento totalitario que definió a la reflexión teorética del siglo pasado. La superación de la interpretación habitual de lo mesiánico comprendió un regreso a-dogmático a los textos de la tradición judía y cristiana, en los que se reveló una visión más compleja del tiempo mesiánico e incluso de lo judío y lo cristiano, a lo que el uso dogmático se había dedicado a informarnos. Los textos que más se han releído con la lupa crítica de los filósofos que aquí nos conciernen han sido los textos talmúdicos y las cartas de Pablo. Sin embargo, es vasta la tradición a la que se acudió para extraer otro valor a la impronta mesiánica. Como se verá en seguida, la lectura del apóstol de los gentiles que promovió Heidegger, conectó significativamente con el pensamiento de lo mesiánico en los autores de tradición judaica, Benjamin y Lévinas. Como constataremos a continuación, los tres coincidieron en que la intuición mesiánica tal cual podía rastrearse en la experiencia y en la tradición primitiva del cristianismo y el judaísmo, era más cercana a la opción crítica frente a los proyectos de totalidad que a su legitimación. Lo mesiánico en las lecciones de fenomenología de Martin Heidegger El semestre de invierno, de 1920 a 1921, Heidegger dictó una lección en la universidad alemana de Friburgo a propósito de comenzar una fenomenología de la religión. El interés central en su fenomenología de la vida religiosa pareció estribar en reconstruir la experiencia original de la vida religiosa, o lo que él llamará la vida fáctica del cristianismo. El interés de fondo, según dan cuenta los apuntes sobre el método fenomenológico al inicio de la misma obra, fue encontrar el paso de lo histórico-objetual del ser a lo originario (lo ejecutivo y pre-objetual). Dicho con otra expresión del autor, en recuperar la distinción ontológica entre lo ejecutivo del ser y lo sustantivo del ente, como derrotero contra la onto-teo-logía, a saber, la tradición fixista y dualista en la filosofía occidental. El filósofo alemán creyó encontrar en las cartas paulinas del Nuevo Testamento un índice valioso para su labor, a base de comprenderlas, claro está, como documentos de experiencia vital y no como documentos doctrinales. Según Heidegger, la experiencia original estaba definida por la expectativa de la parusía; es decir, por la comparecencia de Cristo al final de los tiempos. El apóstol Pablo la había descrito sagaz y profusamente en su epístolas con la sentencia a modo de paradoja, ho nyn kairós, que aparentemente expresa una anticipación de lo que todavía no llega, el tiempo de ya pero todavía no, el futuro que deseamos ya está aquí pero no completamente. En ese sentido, Heidegger fortificó una tradición en la filosofía contemporánea que, en seguimiento del contraste de Pablo, habría de distinguir la temporalidad cronológica de la temporalidad kairológica (mesiánica). Mientras la concepción del tiempo cronológico, el cual da forma a nuestro calendario y al concepto moderno de historia, ofrece una linealidad en la que caben el progreso y las seguridades a la par de convocarnos a lo beneficioso de olvidar el pasado (y las

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injusticias entonces cometidas), el tiempo mesiánico es en el Nuevo Testamento el kairós: que no es otra cosa que el tiempo de la salvación, una interrupción de la continuidad del chronos a fin de darnos cuenta que todavía no llega la respuesta, que no hay algo que podamos considerar pleno, coherente o total (Agamben, 2000:70-75). Así, para Heidegger, la experiencia mesiánica de Pablo es lo inverso al reposo, lo contrario a la actitud pasiva que el dogmatismo deposita en el ser humano. La manera de vivir de Pablo es en el ya de la tribulación, el ya del acto preocupado porque debe elegir sin saber la respuesta, sin poseer un horizonte absoluto o un sentido de vida que lo guíe más allá de la vida como tal (2 Cor. 4:17; 6:4). En las palabras del filósofo de Friburgo, “no hay seguridad alguna (…); la continua inseguridad es también lo que caracteriza las significatividades básicas de la vida fáctica. Lo inseguro no es casual, sino necesario” (2012:129). Y es necesario, a opinión de Heidegger, porque la farsa de la seguridad consiste en esconder la inadecuación de lo originario. La cuestión puede comprenderse mejor si nos acercamos a la anulación de la ley de Pablo a favor del compromiso ético. Si la ley pide la circuncisión, Pablo dice en cambio: “No se circuncide. La circuncisión es nada, y nada la incircuncisión. Lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios” (1 Cor. 7:18-19). Lo que está funcionando allí es nada menos que la fuerza mesiánica, que anula todo nomos o signum (la circuncisión) que vengan a interrumpir el ágape y la entrada preocupada del futuro (o Sorge como la nombrará en Ser y Tiempo). Por todo esto, el ho nyn kairós se deja ver en Heidegger como un corte que nulifica las ideologías, los contenidos y las representaciones que olvidan la diferencia entre ser y ente; y vale añadir, que distinguen a los judíos de los no-judíos, a Atenas de Jerusalén, a la víctima al fin de su verdugo. Por igual motivo, Heidegger glosa a favor de un pensamiento que tiembla porque se arriesga a asumir la incertidumbre, aquel carácter propiamente filosófico según su juicio: el que rasga los velos de los ídolos, el que abre nuevas posibilidades más allá de las denominaciones, “un pensar que inaugura caminos y perspectivas de un saber que establece criterios y prioridades (…) se trata de aquel saber que enciende, conmina y constriñe todo preguntar y conjeturar” (2001:19-20). En este sentido, lo mesiánico en el apóstol Pablo sugiere a la filosofía contemporánea un nuevo camino para que el pensar sea verdaderamente capaz de poner frente a los modelos cerrados, obstinados con la adecuación y las respuestas definitivas. De igual modo, la inseguridad o tribulación originaria (thlípsis) que tomará la forma de la angustia (Angst) en su obra posterior, conforman una noción de tiempo ejecutivo en contraposición a una noción histórico-objetual. A saber, “es menester obtener una genuina y originaria relación con la historia que se explique a partir de nuestra situación y facticidad histórica propias”, “a fin de que desaparezca la ‘índole objetual’ (Objektivität) de lo histórico en sí” (Heidegger, 2012:149). Lo mesiánico como experiencia del tiempo no es en ningún modo una pretensión onto-teo-lógica, sino que escapa a esta; es plenamente mundanal. Hay pues una invitación al proceder inductivo, “el saber no corre paralelo ni tampoco flota en el aire, sino que está ahí siempre” se invita a considerar el acabamiento, es decir, los límites que la historia y las circunstancias depositan en todo saber (Heidegger, 2012:148). Lo mesiánico, desde este rescate, ofrece otra posibilidad a la de vivir con pretensiones de eternidad y estabilidad, a saber, los marchitamientos en veneración de la lógica totalitaria, sean ellos el estado, la verdad, la nación, Dios. Por todas estas razones, el encuentro que tuvo Heidegger con lo mesiánico se ha considerado como un comienzo de lo que

más tarde sería su trabajo sobre el ser-ahí y el ser-para-la-muerte en Ser y tiempo. De hecho, como subraya Gianni Vattimo, “los conceptos de Ser y tiempo resultan (…) impensables sin la referencia al acontecimiento cristiano” (2003:154). La búsqueda de la facticidad en Ser y tiempo, por un humano Mit-Dasein sin representaciones ni pretensión de adecuación consigo mismo, por recuperar la diferencia ontológica entre ser y ente, está inspirada sin temor a exagerar en la impronta del acontecimiento mesiánico como asunción de la fragilidad constitutiva, como la pura ejecución liberadora de los referentes hipostasiados de la cultura occidental. Se lee, “el ‘estado de yecto’ en la muerte se le desemboza más original y más perentoriamente en el encontrarse de la angustia. La angustia ante la muerte es angustia ‘ante’ el ‘poder ser’ más peculiar, irreverente e irrebasable” (Heidegger, 2009:274); “en el ‘ser ahí’ es imborrable una constante ‘no totalidad’ que encuentra su fin con la muerte” (2009:265). Como se sabe, en su obra magna y en otras también, Heidegger resignificó la alétheia de los griegos para esbozar una noción de verdad como mostración, como acontecimiento de irrupción que viene a evitar la identificación absoluta entre el intelecto y la cosa. Creemos que es posible entrever el impulso mesiánico en esa resignificación de la alétheia, es decir, como la fuerza que nos deja ver que ningún sistema político, que ninguna ideología coincide perfectamente con el ser o con el mundo, sino que siempre está en deuda con estos. Más allá de Heidegger y acaso a pesar de él, el tránsito de la verdad como adecuación a una verdad como mostración resulta de la necesidad de contrarrestar la idolatría conceptual, muy hábil por cierto para esconder el margen de error de lo humano, la violencia y las injusticias, y muy idóneo para legitimar las pretensiones de totalidad. Vale mencionar que a pesar de lo explorado por Heidegger, la clave mesiánica necesitó pasar por la mirilla de otros autores para que su dimensión ética y contestataria fuera develada y enunciada con mayor pujanza. Los trabajos de Walter Benjamin y de Emmanuel Lévinas, sobre todo la crítica a Heidegger de este último, fueron de lo más importantes para que la capacidad impolítica de lo mesiánico no se viera enturbiada por ninguna noción o tendencia al dogmatismo y la dominación. Walter Benjamin y la corrección mesiánica La obra medular de Walter Benjamin respecto a lo mesiánico es la que fuera publicada de manera póstuma: Las tesis sobre la historia (19391940). La obra, de preocupación filosófico-política logró esbozar, a partir de lo mesiánico judío, una teoría del conocimiento que ha influenciado importantemente la producción filosófica contemporánea. Al respecto sobresale el trabajo de Benjamin en esta obra sobre lo que significa la realidad, el conocer, y la reciprocidad entre la práctica y la teoría. Por lo demás, el objetivo inmediato de Las tesis fue levantar una crítica al socialismo revolucionario que había tendido ciegamente al utopismo. Esta propensión, en su juicio, era la causa primordial del fracaso de la revolución comunista, ya que la aspiración a un mundo perfecto había convertido el ímpetu revolucionario en una estrategia totalitaria e inmanente (en el sentido de que consistía en un discurso autopoiético, incapaz de salir de sí mismo). Vale la pena destacar que Benjamin no descalificó el impulso utópico enteramente. Lo necesario, a su modo de ver, era corregir la tendencia utópica con el espíritu mesiánico. En ese sentido sería viable suponer que Benjamin buscó hacer una corrección del mesianismo subyacente al socialismo revolucionario, es decir, transformar el mesianismo político (utópico) ―ciego al afuera y a las injusticias pretéritas y presentes― a un

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mesianismo impolítico que vuelve los ojos a la exterioridad y a lo que se encuentra más allá de su espectro. Cabe mencionar que Walter Benjamin propuso una manera de pensar lo mesiánico que, al igual que la temporalidad kairológica en Heidegger, escapa de las mallas de un concepto teleológico y dogmático de la historia. Sin embargo, superando a Heidegger, Benjamin consiguió comunicar lo mesiánico con un lenguaje más próximo a la solidaridad y la responsabilidad socio-política. Una idea central en Benjamin, que aparece no solo en Las tesis, sino implícita en otros de sus trabajos, sobre todo en el Libro de los pasajes, es que el tiempo mesiánico debe servirnos para superar el esquema homogeneizante del progreso. Benjamin buscó rastrear cómo en la intuición mesiánica de la tradición judía el tiempo se vive como un encuentro entre el pasado y el presente, e incluso con el futuro. No a la manera de una confusión entre los tres tiempos, sino todo lo contrario: una habilidad para poder distinguir, evaluar y actualizar a cada tiempo (Benjamin, 2005:463). Dicho de otra manera, el tiempo mesiánico es la recuperación del pasado en el hoy para volver a escuchar los “desechos de la Historia” y sacarlos a la luz. No se trata pues de un apocalipsis, en el sentido de movernos al télos, sino de lo opuesto, de “una apocatástasis de la historia”, en la que “todo el pasado haya sido llevado al presente” para su recuperación (2005:462). Es posible ver la relación de lo mesiánico en Benjamin con la figura del narrador y la estrategia narrativa de la palabra humana, misma que comentará en su corto ensayo El narrador. La narración, al fin de cuentas, funciona como la enunciación de lo sucedido en un tiempo presente para provocar o afectar algo en el futuro. Si “cada segundo es la pequeña puerta por donde puede pasar el Mesías”, y si “el ángulo dentro del cual se mueve” lo mesiánico “es la rememoración” (2008:59), entonces la narración puede entenderse como una estrategia mesiánica en cuanto recuperación de lo acontecido para significarlo en el instante del ahora (2001b:111-134). Cabe destacar que la rememoración de lo narrativo está despreciada en la actitud moderna que favorece los télos, la reproducción técnica de las historias y la prognosis, a costa de la indiferencia con lo que ya fue. Asimismo, lo fragmentario y discontinuo que atribuye Benjamin a la temporalidad mesiánica no son un defecto sino la llamada a un acto político. Una irrupción que atribulándonos nos despierta de la somnolencia, el conformismo y el consumo, inducidos por el continuum de la historia. Para decirlo de otro modo, lo mesiánico en Benjamin representó un recurso empático y abierto que, a la manera de los narradores antiguos, vuelve a imaginar y a presentar una historia de otra manera para motivar otro modo de vivir en el tiempo que no impida interesarse por el pasado, que no distraiga de la aniquilación de los justos vía los instrumentos de la clase dominante, sino que coloque en el momento presente la imagen y el cuerpo herido del pasado que no hemos terminado de comprender, y menos aún de resolver. Mejor dicho por Manuel-Reyes Mate, “porque el pasado pudo ser de otra manera, lo que ahora existe no debe ser visto como una fatalidad que no se puede cambiar. Y si el presente tiene una posibilidad latente, que viene de un pasado que no pudo ser, entonces podemos imaginar un futuro que no sea proyección del presente dado, sino del presente posible” (2006:21). En esta misma línea se nos ofrece una manera distinta de pensar y de proceder que se muestra más solidaria con el pasado y más preocupada por un futuro abierto, sin finales decretados in principio y por la eternidad que inhiban rehacer el camino y la liberación.

De manera consecuente, para Benjamin, el materialista histórico “mira como tarea suya la de cepillar la historia a contrapelo” (2008:43). A propósito del hacer del filósofo, nos atrevemos a añadir, la clave mesiánica sugiere contar otra vez aquellas narraciones, aquellos testimonios de los débiles y los justos que el huracán del tiempo y el poder, enterraron con la pretensión de invisibilizar las voces discordantes con el proyecto total. Para el ojo mesiánico, la historia jamás se termina de contar, siempre está pendiente su resolución. Como el ho nyn kairós de Pablo, nos atrevemos a añadir, todavía no vencen los injustos. Un aspecto muy auténtico del concepto de lo mesiánico en Benjamin es el del compromiso de encuentro (Verabredung) entre las generaciones del pasado y el presente (la nuestra), lo cual imprime un carácter ético-relacional, intersubjetivo, no solo a lo que podría forjarse como el sujeto benjaminiano, sino también a los sujetos colectivos (las generaciones, la clase trabajadora, etc.). El tiempo mesiánico, así, se levanta ineludiblemente en la relación intersubjetiva y en la sospecha de todo aquello que se presente sin relación, pues es allí donde se esconde la barbarie de los totalitarismos. No hay posibilidad para la liberación mesiánica sin el encuentro que sacude la ley, en ocasiones insensible a las infamias y al dolor de seres humanos concretos. En Para una crítica de la violencia, Benjamin se acercó bastante a la anulación de la ley buscada por el ímpetu mesiánico del apóstol Pablo y que Heidegger comentó con acierto. En el ensayo, Benjamin habla de una violencia divina que es contraria a la violencia mítica. Esta última se identifica con la violencia de la ley, del estado, de los sistemas de representación que obligan el sacrificio de los más débiles. Por otro lado, la violencia divina es aquella fuerza que viene a devastar la violencia mítica: “si la primera establece fronteras, la segunda arrasa con ellas; si la mítica es culpabilizadora y expiatoria, la divina es redentora; cuando aquella amenaza, ésta golpea, si aquélla es sangrienta, esta otra es letal aunque incruenta” (2001:41). En este orden de ideas, el llamado mesiánico a la filosofía se identifica con “la violencia divina”, pues nos invita a no ser calmos sino activos, en tomar una postura incluso radical contra el orden de este mundo que procura dar respuestas definitivas sobre quiénes deben morir y quiénes vivir. Intersubjetividad y mesianismo en Emmanuel Lévinas La recuperación de lo mesiánico en la obra de Emmanuel Lévinas no es tan evidente como en Heidegger o Benjamin. Aunque en un principio lo mesiánico en Lévinas era poco comentado, cada vez somos testigos de nuevos repasos sobre lo medular que resultó este influjo en su propuesta. Es cierto que el autor de origen judío tiene un breve escrito llamado Textos mesiánicos, que se dedica específicamente al tema que nos importa. No obstante a ello, en Lévinas la clave mesiánica aparece valiosamente de manera implícita en uno de sus trabajos medulares, Totalidad e infinito, así como se halla en la profundidad de sus categorías primordiales: el Otro, el Rostro, y el Decir. La labor filosófica de Lévinas consistió antes que nada en un rastreo del fundamento en el que reposa el egoísmo y la obsesión de los totalitarismos que en su tiempo tomaron la forma del Tercer Reich y el stalinismo. De manera semejante a otros pensadores de su generación, y bajo la tutela de la fenomenología, Levinás concluyó que los totalitarismos se fundan, en parte, en el modo de pensar de la tradición filosófica occidental. A saber, en la ontología con preferencia por la Mismidad, en su gusto por los suelos firmes de la ley, y en la necesidad de una verdad fuera de la historia y libre de toda relación.

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La fuerte crítica que realizó Lévinas a la pretensión de totalidad y eternidad en la tradición ontológica occidental lo determinó a contraponer dos conceptos: la totalidad con lo infinito. En la imagen de la totalidad podríamos localizar sin duda alguna el modo de ser de los mesianismos políticos, además de “el englobamiento clausurante —totalizante y totalitario—de la mirada teorética” (Lévinas, 2002:10). En la imagen del infinito tenderíamos a hallar la impronta del mesianismo filosófico o impolítico, es decir “la responsabilidad sobre el otro hombre —sobre el inenglobable”, la tribulación de las seguridades que hemos comentado en los apartados precedentes (2002:10). En este sentido, congenió con el pensamiento heideggeriano, aunque Lévinas fue uno de los más audaces críticos del filósofo alemán, pues sospechó que todavía en su pensamiento, más que nada en su modo de presentar al ser-para-la-muerte, hay resquicios de la obsesión ontológica por el imperialismo de lo Mismo (2002: 62, 210).

Decir sin Dicho es una señal dada a otro, por la cual el sujeto sale de su clandestinidad de sujeto” (2008:237). Como un desbordamiento de los contenidos, la invitación a ser como el Mesías viene a ofrecernos en primer lugar, una manera otra de hacer filosofía y, en general, una manera de pensar que deje ya de aposentarse en discusiones estériles o en búsqueda de un saber absoluto, pensamiento y vida de lo igual, “tal y como ha sido buscado, prometido o recomendado por la filosofía” (2000:76). De otro modo, es la temporalidad mesiánica la que en el encuentro con el infinito asume su responsabilidad inicial con lo político y lo social. El pensar, en la “venida del Mesías” se transforma en la fuerza necesaria para hacerle grietas a los sistemas de totalidad (¡mediante el saber sí, pero más que nada mediante el acontecimiento ético que no necesita saber!), sean estos el del estado, el mercado, etc., para que se abra “un espacio de cuestionamiento, incluso de posibilidad de enjuiciamiento de la historia” (Balcarce, 2013:110).

Como se sabe, al intentar ir más allá de lo Mismo, el pensamiento de Lévinas dio primacía a la alteridad, y con ello a la ética por encima de la ontología. Su reflexión sobre el tiempo, el tiempo histórico y el tiempo mesiánico se tejió plenamente con su preocupación por superar la lógica del Mismo vía la inefabilidad e incerteza del otro (infinito). Esto en la medida en que su “elemento es el tiempo; como si el tiempo fuera la trascendencia, fuera, por excelencia, la abertura al otro y a lo Otro” (2000: 52); “el tiempo mismo remite a esa situación de cara a cara con otro” (1993: 120). En este sentido, el tiempo mesiánico es el tiempo del otro, de la relación de los seres humanos entre sí, no a razón de lo que tienen en común sino de lo que tienen por distinto.

Conclusiones-discusión

La clave mesiánica rescatada por Lévinas es vista también como “una vocación personal de los hombres”, como una cuestión de urgencia en el aquí y en ahora (2004:117). Acaso lo más creativo en Emmanuel Lévinas sea que enuncia a la temporalidad mesiánica como una relación con la alteridad, el otro, que adquiere un significado ético bastante preciso: “El mesianismo es este apogeo en el ser que es la centralización, la concentración o la torsión sobre sí: este apogeo, en el ser, del Yo. Y esto significa concretamente que cada uno debe actuar como si fuese el Mesías. El mesianismo no es, pues, la certeza de que vendrá un hombre que detendrá la historia. Es mi poder de soportar el sufrimiento de todos. Es el instante en el que reconozco este poder y mi responsabilidad universal” (2004: 119). Mientras que el tiempo histórico (chronos) es lineal y homogéneo y conlleva el desencuentro y el olvido, el tiempo del Mesías presume ser una experiencia del tiempo que coincide con el encuentro con la alteridad y la posterior responsabilidad. Así pues, Lévinas exploró el tiempo mesiánico en el encuentro intersubjetivo, como un instante que regula el significado de nuestra relación con otros. No olvidemos que en la obra de Lévinas la experiencia fundamental es el encuentro con el Rostro, el cual se concibe como una epifanía “en resistencia total a la aprehensión”, porque es la infinición, lo que va más allá de lo tematizable, demostrando con ello la limitud del saber de los hombres (2003: 211). Finalmente, la fuerza mesiánica como tribulación del sujeto y su sabiduría, nos hace dar cuenta de que se ama y se responde al llamado del otro no por conocimiento o por obediencia de la ley, sino únicamente por responsabilidad, por amor. He allí que sea posible decir que la categoría del Rostro en Lévinas es una categoría de tono mesiánico. Algo semejante puede decirse con su manera de comprender “el Decir”, categoría que ya había parecido antes con Heidegger en una línea muy similar: “el

Como hemos visto, el concepto de lo mesiánico en los filósofos del siglo XX “abre una posibilidad que trasciende dichos órdenes, que trasciende lo dado en y por el tiempo cronológico infinitamente repetible” (Galindo, 2008:241). En lo mesiánico del pensamiento contemporáneo se descubre una denuncia a la lógica totalitaria. Lo mesiánico impolítico nos invita ―contrario al utopismo y a las celestializaciones de lo eterno en los mesianismos políticos― a la precariedad de los proyectos humanos, a la vulnerabilidad de nuestra subjetividad ante lo infinito de lo trascendente y, por consecuencia, a la responsabilidad ética, como acto que atribula el continuum de la historia hasta quebrarla, abriendo el hueco en que el pasado y sus muertos, se nos ofrecen nuevamente vivos, expectantes de justicia. Por su parte, la impronta mesiánica en la filosofía del siglo XX tuvo el propósito de favorecer el acto pre-discursivo de la responsabilidad ética. Lo mesiánico retó, y sigue haciéndolo, al filosofar y el vivir occidental a evitar el pensamiento de lo total y la adecuación. El pensar, desde la sugerencia mesiánica, habría de ser un constante riesgo y vigilancia para evitar cualquier afirmación que no implique al prójimo, un llamado a tomar en serio nuestra relacionalidad, así como lo inacabado de todas nuestras nociones y pericias. La verdad como acontecimiento y encuentro, luego, basada en la inaplazable necesidad de actuar ya a favor de las víctimas desdeña cualquier dogmatismo, desestima a una filosofía y a una enseñanza de la misma volcada al juego autopoiético. Lo mismo puede decirse para otras disciplinas del saber humano. Situándonos en el contexto latinoamericano, es posible entrever la gran capacidad que tiene aquí y ahora la intuición de lo mesiánico. Ciertamente, las reflexiones de Heidegger, Benjamin y Lévinas resultaron de una experiencia europea específica que si bien puede darnos luz en otras geografías, debe acotarse o bien reinterpretarse junto a circunstancias y necesidades específicas. Aunque algunos aportes pueden hallarse en la teología latinoamericana contemporánea, queda pendiente la recepción creativa del nervio mesiánico en Latinoamérica. En más de un país del continente somos testigos de discursos totalitarios con máscara de democracia, cuyo verdadero perfil se deja ver no sólo en las decisiones estructurales sino en la violencia desatada día a día, producto de la corrupción. La injusticia y violencia que llega hasta la desaparición y la muerte de las minorías étnicas, de los agentes críticos y de aquellos que deben moverse al margen de la legalidad por no tener otra opción, como es el caso de los migrantes o los movimientos de resistencia civil, nos han dejado ver que en más de un lu-

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gar de América latina estamos frente a estados y mentalidades de naturaleza totalitaria. A nuestro juicio, sería pertinente tomarnos en serio la invitación mesiánica para que la reflexión en el continente tenga una postura crítica y una participación que supere la comodidad repetitiva del debate académico. Acaso en nuestro continente, pensar y conocer en clave mesiánica es buscar y desenterrar a las víctimas de la fosa común, de allí donde les han quitado rostro y nombre, para presentar sus cuerpos heridos al ojo público a fin de retirar el tupido velo a la dinámica totalitaria que les esconde. Reflexión de la editora de sección Anayra O. Santory-Jorge: La recuperación de lo mesiánico impolítico, tal y como lo traza Padilla-Ramírez en este ensayo, coincide en al menos un objetivo con las propuestas agrupadas bajo la categoría de la “izquierda lacaniana”: abandonar los discursos del amo y reconocer la inescapable existencia de un plus. Toda maniobra política que resista la tentación de sustituir el discurso del amo actual por el del amo por-venir deberá develar para todos que el presente, como tampoco el futuro, son, en las palabras del querido amigo Manuel Reyes-Mates, fatalidades inevitables. No hay momento en la historia que sea fatal si por esto se entiende que su configuración deja de ser contingente, pleno de posibilidades y frágil. Entender lo que ocurrió no implica reconstruir la necesidad de lo ocurrido. Todo lo contrario: entender es precisamente descubrir todo cuanto pudo pasar y todo cuanto podríamos hacer para que lo ahora imprevisto ocurra. Mostrar el esfuerzo de los que nos precedieron para evitar que nuestro pasado fuera lo que nos ocurrió es el mesianismo débil que Benjamin cree debemos ejercer sobre nuestros muertos. A los vivos no los podemos salvar, pero podemos interrumpir las cantaletas que quieren hacernos creer que el tiempo no tiene otra cara que la que le conviene a los menos. Para ello, siempre podemos hurgar entre los escombros de lo acontecido nuevas posibilidades del ser. Sin caer, por supuesto, en la tentación de creer que agotaremos el manantial infinito del pasado o del futuro. Después del deseo, siempre habrá más. Reflexión de la editora de sección María Ofelia Ros M.: el artículo propone el “mesianismo impolítico” de autores como Martin Heidegger, Walter Benjamin, y Emmanuel Lévinas como antídoto frente a los regímenes totalitarios y mesianismos políticos del siglo XX, como el nacionalsocialismo, el stalinismo y el fascismo, entre otros. Ante el mesianismo político de carácter dogmático, propone un mesianismo impolítico no obsesionado con la totalidad del pensamiento, crítico y abierto a la diversidad y al devenir de la historia. Así, la autora plantea que contrarrestando la lógica totalitaria el mesianismo impolítico propone orientar el pensamiento y la praxis hacia el compromiso ético (tribulación) y la exterioridad (infinito). Sin embargo, propone un desafío al afirmar que este pensamiento y praxis orientados hacia la tribulación, lo infinito, lo imposible, impredecible, inasible e indecible, consideran un método inductivo y dialógico que asume el carácter precario de todo discurso y técnica humana, y determina que esta es crucial para la reflexión latinoamericana de nuestros días. Los estudios subalternos, como los describe Gareth Williams en su libro The Other Side of the Popular destacan un exceso constitutivo al pensamiento y al lenguaje que rompe la sutura imaginaria que sostiene todo saber totalitario: “Subalternity is therefore the name for the multifarious points of excess within the national and postnational

histories of Latin American developmetalism. It is the limit at which hegemonic narratives and dominant modes of social and intellectual (re)production encounter their points of radical unworkability” (11).

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SOfando La jurisprudencia en Karl Larenz bajo El prisma de un jurista actual The jurisprudence by Karl Larenz through the lens of a current jurist Lorena Chano-Regaña (1983, española, Universidad de Extremadura, España) lorena.chano@gmail.com

Resumen En el presente trabajo se analiza la caracterización de la jurisprudencia en el pensamiento de Karl Larenz. Se estudiará su visión de la jurisprudencia como ciencia normativa, comprensiva y valorativa siguiendo el método descriptivo-analítico. Posteriormente se procederá a una valoración jurídica de sus planteamientos, problematizando los interrogantes que plantea y las posibles soluciones. Palabras clave: argumentación, ciencia, derecho, jurisprudencia, metodología. Recibido: 20-07-2015 → Aceptado: 20-08-2015

Abstract

3. Discrecionalidad del juzgador para decidir dentro del margen de la ley, e incluso, en sentido contrario a la ley en casos especiales. Estos argumentos nos llevan a preguntarnos cómo resuelven los operadores del derecho sus casos prácticos y si existen unos determinados métodos o instrumentos conceptuales que se pongan a su disposición en tal proceder. Ante esto surge la duda de si la aplicación del derecho está sujeta a la arbitrariedad de quienes lo aplican o si existe algún sistema para corregir la irracionalidad o subjetividad que puede imperar en la toma de decisiones. Dando un paso más allá se plantea: ¿qué papel juega la valoración política, moral o religiosa en la labor judicial?, ¿qué papel juega la argumentación jurídica (lógica, tópica, retórica)?, ¿está el juez vinculado estrictamente a la ley o actúa más allá de esta?, ¿es el derecho, finalmente, una ciencia? De ser así, ¿cuáles son los presupuestos de ordenación y sistematización?

This paper deals with the characterization of the Jurisprudence in the thought of Karl Larenz. His view of the Jurisprudence will be studied as a normative, comprehensive and valuator science through the descriptiveanalytical method. Subsequently, a juridical assessment of his approaches will be conducted, identifying the problems of the posed questions and their possible solutions.

La exposición se estructurará en dos fases. Una descriptivo-analítica, donde se examinará el pensamiento de Larenz sobre la jurisprudencia. Otra, valorativo-conclusiva, donde se sentarán las conclusiones del análisis, y se ofrecerá una valoración jurídica de sus ideas y de la problemática subyacente en el marco jurídico actual. La metodología empleada es el análisis jurídico-crítico.

Key words: jurisprudence, law, methodology, reasoning, science

La jurisprudencia en Karl Larenz Larenz aborda, en primer lugar, la cuestión referente a la aparición del derecho como objeto de diversas ciencias. Configura al derecho como un fenómeno complejo que aglutina diferentes especialidades que lo hacen susceptible de ser examinado desde distintas perspectivas.

Introducción Karl Larenz (1903-1993) fue un jurista y filósofo del derecho alemán. Entre sus obras más conocidas destaca Metodología de la ciencia del derecho (1980). En esta obra, el autor pretende dar una visión de la metodología jurídica y de su evolución desde principios del siglo XIX hasta la época en la cual escribe, dando su propio encuadre filosófico al respecto y analizando las posturas más relevantes sobre el tema, para culminar caracterizando a la ciencia del derecho como una “jurisprudencia de valoración”. Como el propio filósofo hace notar en el prólogo de la tercera edición de la obra, esta misión de caracterización de la ciencia del derecho la consigue en la misma y no en anteriores ediciones. Para ello, entre otros cambios, añade un capítulo introductorio sobre la caracterización de la jurisprudencia. Es frente a este capítulo sobre el que versa mi análisis y sobre el que se pretende dar una visión de conjunto y encuadre práctico de la praxis jurídica. La necesidad de caracterizar a la jurisprudencia según Karl Larenz se asienta en su consideración como ciencia y se concreta en las siguientes dificultades técnico-jurídicas: 1. Equivocidad e imprecisión del lenguaje jurídico. 2. Posibilidad de conflictos de normas y lagunas de derecho vigente.

Desde un punto de vista genérico, y común a la mayor parte de la doctrina filosófica y jurídica, define al derecho como “un conjunto de reglas, conforme a las cuales los hombres ordenan entre sí su conducta y con las cuales se pueden medir” (Larenz, 1980:177). Así, dota al derecho de un primer carácter inherente a su propia naturaleza. Es una ciencia normativa, una norma que presenta unos parámetros de actuación para la sociedad y que por su propio lenguaje determina la vinculación de los ciudadanos. De este modo normativo y vinculante, se presenta ante los órganos jurisdiccionales encargados de resolver los conflictos intersubjetivos. El derecho denota también su carácter histórico, ya que existe como derecho ubicado en un concreto momento histórico y como producto de su propio devenir en el tiempo, evolución del primigenio derecho natural. Esta caracterización del derecho lo pone en el punto de mira de tres ciencias: la sociología del derecho, la historia del derecho, y la jurisprudencia, que lo estudian desde diferentes perspectivas poniendo el énfasis en los caracteres inherentes a cada una de estas, pero que se interrelacionan y se yuxtaponen para ofrecer una visión de conjunto bastante compleja y completa de lo que sea el

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fenómeno del derecho. A estas ciencias añade la visión de la filosofía del derecho y de la teoría del derecho. La primera estudia la validez y sentido del ser y del deber ser del derecho. La segunda, la conceptualización formal y estructuración lógica de sus normas. Añade Larenz la mención de otras ciencias como la fenomenología, que incluyen otros elementos del derecho como fenómenos relevantes o los conocimientos teóricos lingüísticos y hermenéuticos para definir su objeto. Lo que parece poner de manifiesto el autor con esta catalogación es la complejidad del derecho. El derecho es un fenómeno complejo y susceptible de estudio desde diferentes perspectivas.

ideas de esta filosofía, caracterizar a lo normativo como el “juego del lenguaje” que usa la “cosa derecho”, objeto de estudio de la jurisprudencia. (Larenz, 1980:189).

De toda esta visión genérica y compleja del derecho, Larenz se detiene en la jurisprudencia porque considera que ocupa una posición privilegiada, debido a la conexión y fundamentalidad que presenta el derecho teórico con su propia aplicación práctica. La práctica del derecho por el órgano jurisdiccional se circunscribe siempre a una determinada normatividad, a un conjunto de normas concretas de un orden jurídico específico. Así, la praxis jurídica desempeña una labor importante a la hora de dotar con contenido material al derecho.

La jurisprudencia como ciencia comprensiva La jurisprudencia es una ciencia comprensiva porque su objeto, esto es, las normas, solo pueden explicarse desde la comprensión de sus enunciados. Se trata de comprender el sentido normativo de las reglas a través de sus expresiones lingüísticas. A esta comprensión se puede llegar de forma inmediata, a través de una primera toma de contacto con los enunciados que no induzcan a error o que sean lo suficientemente clarificadores. O, a través del camino de la interpretación, buscando el significado de las palabras de un modo reflexivo. Asevera Larenz que la interpretación es una labor reflexiva porque incluye la abstracción para ver las diferentes posibilidades de interpretación de un enunciado y que, una vez sentadas las posibles y relevantes interpretaciones jurídicas, el intérprete elige aquella que a su modo de ver (de “valorar”) se erige como “pertinente” y adecuada al caso. La necesidad de interpretación es inherente a la propia naturaleza de las palabras y del lenguaje. La riqueza del léxico y las variantes funcionales del lenguaje hacen que la misión hermenéutica cobre importancia en la praxis jurídica y que no pueda eludirse ni excluirse mediante la aplicación restrictiva y precisa del lenguaje, pues siempre habrá un margen de apreciación respecto a su concreto significado. Al hilo de esta argumentación, sentencia: “La jurisprudencia es justamente por ello una ciencia (…) porque problematiza en principio los textos jurídicos, es decir, los interroga en relación con las diferentes posibilidades de interpretación” (Larenz, 1980:193).

Tras este acercamiento a la ciencia del derecho y a la jurisprudencia como tal, aborda la configuración de la metodología de la jurisprudencia. Ello lo hace en base a tres caracteres básicos definidores de la jurisprudencia: La jurisprudencia como ciencia normativa La jurisprudencia es una ciencia normativa porque se basa en enunciados de carácter normativo, es decir, en normas dotadas de vinculatoriedad. La jurisprudencia estudia el derecho desde la perspectiva de la validez material de las normas y del sentido que imprimen las resoluciones de los tribunales a las reglas del derecho en su labor interpretativa. Se trata de un “conjunto de enunciados sobre el derecho vigente” (Larenz, 1980:177). La misión del órgano jurisdiccional desde el punto de vista normativo consiste en medir la validez de las normas comparándolas con otras normas del ordenamiento jurídico de carácter supralegal, que vinculan tanto al derecho vigente como al legislador. Este tipo de normas en los sistemas constitucionales actuales suelen integrar el denominado bloque de constitucionalidad y se erigen en un importante instrumento de la jurisprudencia para determinar la validez de los enunciados normativos. Opina Larenz que la jurisprudencia no sirve para determinar solamente la validez de las normas sino también su sentido jurídico. El sentido jurídico de las normas no es algo que se pueda determinar a priori ni con facilidad. (Larenz, 1980:186). Configura a la jurisprudencia como una ciencia de carácter fáctica que escapa al causalismo y que convierte en su centro de estudio a las relaciones normativas de derecho vigente. El autor hace una llamada de atención sobre la equivocidad del lenguaje poniendo como ejemplo las palabras “legitimidad” y “legitimación” en el ensayo de Luhmann, Legitimación por la conducta (Legitimation durch Werfahren, 1969). No es de extrañar esta referencia, por cuanto que le sirve para diferenciar el concepto de lo fáctico y de lo jurídico y de cómo una misma expresión puede tener distinto significado según el contexto normativo, jurídico, sociológico o fáctico que se le imprima. Esta observación entronca con la idea de la dialéctica en la filosofía del derecho. En concreto, cita a Wittgenstein y a su “juego del lenguaje” para, a partir de las

En definitiva, entiendo que para Karl Larenz la consideración de la jurisprudencia como ciencia normativa reside en que su objeto son enunciados normativos de derecho vigente. Su método es normativo y no causal-explicativo. Y su función es establecer la validez de las normas mediante la comprensión y la valoración de las mismas, lo que nos lleva a las siguientes dos características.

Determinar cuándo una interpretación es “pertinente” plantea mayores problemas. Parece que la respuesta ha de buscarse en el fin perseguido por la norma, o por el legislador que dictó la norma. Es esta, otra cuestión de debate básica de la metodología, de la que Larenz no se ocupa. Sí se ocupa, en cambio, de la estructura de la interpretación comprensiva, del “círculo hermenéutico” (Gaos, 1977). Con esta expresión se alude a la peculiaridad del proceso comprensivo, consistente en dotar de sentido a las palabras no de forma individual, sino en conexión con otros vocablos y frases y con la representación mental o idea que estas persiguen. Se intenta la conexión completa del texto, de ahí el símil con el círculo cerrado. Se busca la coherencia del texto en el significado interconectado de las expresiones del lenguaje, huyendo de la mera comprensión lógica de carácter lineal y superando los métodos de la subsunción que aplicaban a determinadas premisas la lógica formal de la correspondiente consecuencia jurídica (Hassemer, 1985). Más interesante resulta la alusión de Larenz a la “precomprensión”. El autor entiende la precomprensión como una primera toma de contacto o conjetura previa del intérprete respecto a la norma. La precomprensión existe por el mero hecho de conocer el objeto de la ciencia (el derecho vigente) y el lenguaje que se utiliza para hablar sobre esta (lenguaje jurídico,

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enunciados normativos de derecho vigente). Según Larenz, la precomprensión supone un estadio previo al auténtico comprender, que solo se dará en plenitud si existe este condicionante previo de la precomprensión. Extrapolado a nuestro análisis, la precomprensión sería la primera impresión del órgano jurisdiccional. La importancia de este concepto para la interpretación jurídica es palpable. No faltan opiniones críticas que ven en la precomprensión un “perjuicio” o exceso de arbitrariedad en la labor jurisprudencial. El propio Gadamer (1988), cuya filosofía marca la línea seguida por Larenz, entiende la precomprensión como “prejuicio”, pero no en el sentido de negativa influencia previa del juzgador, sino también como premisa previa al juicio definitivo (“pre-juicio”). Sienta el objeto de la precomprensión en el lenguaje y en la conexión y cohesión de los textos jurídicos. Tanto Gadamer como Larenz aluden a la posibilidad de que el juzgador, por su propia ideología, creencias, entorno social y formación, pueda efectuar un falso u erróneo juicio a priori. Por ello se hace necesaria la siguiente fase de “comprensión”. Para terminar de caracterizar la jurisprudencia como una ciencia comprensiva, Larenz se pronuncia acerca de la importancia del proceso dialéctico en la interpretación de las normas. No se puede olvidar que la jurisprudencia interpreta normas para aplicarlas a casos concretos y que la aplicación es siempre compleja, ya que el supuesto de hecho de la norma al que aplicar la consecuencia jurídica tiene que ser lo suficientemente amplio para poder extrapolarse a la generalidad de los hechos enjuiciados revistiendo legalidad y justicia (Hassemer, 1985:78). En la interpretación de la norma previa a su aplicación, esta se concreta y se individualiza alcanzando una entidad propia y una significación de carácter vinculante. En este sentido, sentencia Kaufmann: “El conocimiento jurídico nunca sería el mero conocimiento de un objeto, sino que la persona que busca el derecho está siempre involucrada en el proceso de su realización” (1985:37). Significa que el enunciado normativo dispuesto en un conjunto de palabras evoluciona hacia una valoración de sentido que acota su aplicación en un conjunto de reflexiones, directrices, restricciones y pautas interpretativas que vivifican el objeto de la jurisprudencia. En este proceso dialéctico de concretización estructural de la norma, opina Larenz que Gadamer obvia la función reguladora de la norma en pro de la individualización productiva de la misma. Sostiene que no debe olvidarse la vinculatoriedad de la norma, tanto para el legislador como para el órgano juzgador, y que la concreción normativa y hermenéutica debe seguir las pautas de la regulación legislativa por cuanto que se ha de convertir en norma aplicable al caso concreto, pero de aplicación general a los supuestos que presenten identidad de hecho. El motivo de tal crítica encuentra, a mi juicio, su explicación en la existencia del precedente judicial y la obligatoriedad que representa para juzgadores posteriores. En resumen, se puede decir que, para Karl Larenz, la jurisprudencia es una ciencia comprensiva porque su objeto no es mensurable ni tangible, ni explicable mediante el causalismo, sino que pertenece al grupo de las “ciencias del espíritu”. Por ello, la manera de acercarse a su objeto, no es otro que la comprensión. La comprensión tiene lugar mediante una fase previa de anticipación de sentido de la norma y de una posterior integración de su validez concretada en la interpretación y aplicación al caso concreto que

se produce por la mediación y el diálogo entre el intérprete (sujeto cognoscente) y el texto (objeto). La jurisprudencia como ciencia valorativa La jurisprudencia de Karl Larenz se caracteriza, en tercer lugar, por ser una “ciencia orientada a valores”. La comprensión de la norma jurídica está destinada a determinar la validez de la misma y su alcance, y, para ello, hay que valorarla, hay que situarla en un pensamiento lógico comprobable y convincente desde la razón y la valoración justa. Se trata de acotar dogmáticamente la validez, alcance y extensión de la norma dentro de unos límites teóricos y razonables, pero también de concretar dicho alcance en el campo práctico. De todos los pensamientos posibles que se pueden dar en el conocimiento del derecho , desde esta perspectiva, habría que escoger aquel pensamiento que estuviese “orientado a valores”, es decir, que encontrase su fundamento en una valoración justa y equitativa. La valoración no procede cuando el caso concreto puede ser perfectamente subsumido en el supuesto de hecho de la norma. Esta es una situación deseable y una finalidad de la ciencia del derecho que terminaría con toda arbitrariedad en la aplicación del mismo. No obstante, no es frecuente que la situación enjuiciable encaje perfectamente con todas sus características y peculiaridades en el tipo apuntado por el precepto. Existe siempre un margen en la aplicación que exige de un pensamiento lógico que ubique la validez y la extensión de la norma; es aquí donde aparece significativamente la necesidad de un pensamiento “orientado a valores” (Larenz, 1980:205-206). La jurisprudencia en su labor interpretativa e integradora del derecho pretende colmar las lagunas y los vacíos legales y reducir el margen de ambigüedad que presentan las leyes. Sin embargo, no siempre lo consigue, ni elimina en su totalidad esta zona de límites difusos, pues no cabe una subsunción en sentido estricto, solo una estimación valorativa de los contornos de la norma. A pesar de que Larenz sienta las bases de la jurisprudencia de valoración en la indefinición conceptual y en los límites borrosos de las leyes, permitiendo la maniobra en la praxis judicial, no obvia una consideración positiva acerca del método subsuntivo. Respecto a este sistema sostiene que sería el ideal de aplicación del derecho , pero que, desgraciadamente (y en esto estoy de acuerdo con el autor) es imposible verificar la utilización satisfactoria de este método en todos los casos, por cuanto que, en la mayoría de estos, el problema excede a la mera aprehensión conceptual y requiere de una valoración basada en los criterios sociales, experimentales y jurídicos que son el sustrato de la sociedad y de la moral justa del órgano jurisdiccional. Asimismo, señala que la ratio legis del precepto difícilmente se puede tener en cuenta sin un juicio valorativo del aplicador del derecho. La concretización del supuesto de hecho requiere un pensamiento valorativo del juzgador que incluya esta ratio legis o valoración del legislador. A propósito de la labor del legislador, Larenz distingue entre “concepto” y “tipo”, considerando concepto como aquel significado dotado de características propias. Y tipo, a aquella conducta integrada por conceptos, es decir, aquel supuesto de hecho fijado conceptualmente al que se le asocia una consecuencia jurídica. En principio, se desprende de la lectura de este autor, que el tipo admite valoración, pero no así el concepto, que se fija en base a notas características propias. No obstante, después el propio Larenz hace notar que ambas expresiones no son estáticas, que se interrelacionan

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entre estas y que los conceptos tampoco están exentos de valoración, ya que algunos de sus elementos pueden presentar un carácter abierto. La valoración alcanza su punto álgido cuando se trata de conceptos ambiguos e indeterminados como la “buena fe”, el “orden público”, la “justa causa”… cuyo contenido debe ser integrado con base en la propia valoración que los órganos jurisdiccionales realizan de los mismos, siguiendo las pautas tradicionales de la conciencia jurídica general de una misma comunidad, que se han ido forjando a lo largo del tiempo y que son fruto de la experiencia. Este tipo de pautas y de valoraciones reiterativas sirven para concretar la aplicación del derecho. A continuación, Larenz incardina en el campo de la dogmática jurídica su pensamiento orientado a valores. Para ello, sienta las bases de la dogmática a partir de las ideas de Esser (1961), quien parte de una perspectiva clásica, como la conceptualización de fenómenos jurídicos bajo los que aprehender los hechos fácticos del mundo real mediante una subsunción lógica. A esta idea tradicional de la dogmática añade su visión valorativa. En este sentido, el propio Larenz cuestiona los planteamientos referentes a la dogmática jurídica como concepción neutral del derecho, preguntándose si no es también la dogmática un pensamiento orientado a valores. El siguiente paso de Larenz es referirse a la postura de Luhmann sobre la dogmática jurídica, quien aborda estas cuestiones desde una perspectiva social y libre de preconcepciones, como alaba Larenz. Para Luhman, la dogmática no está exenta de “innegabilidades” propias de la interdicción social y de la comunicación humana, que permiten flexibilizar la aplicación y operatividad del derecho (1983). Es necesario que en la aplicación del derecho surjan dudas y complejidades porque esto es lo natural en el discurrir humano. No obstante, estas líneas difusas del derecho han de ser “soportables” y colmadas por la dogmática. La función de esta es la elaboración de pautas interpretativas que solucionen justificadamente los supuestos dudosos. Respecto a los casos y las normas, sostiene que se encuentran en una relación de variabilidad doble, por cuanto que lo variable de la norma y lo variable del hecho que se pretende subsumir en la norma, convergen para la creación de la consecuencia jurídica correspondiente. Esto marca la segunda función de la dogmática en el pensamiento de Luhman: la restricción de la arbitrariedad de las variaciones. Por último, la función de la dogmática se concreta en el ideal de justicia, entendiendo por tal el cumplimiento de las exigencias sociales que demanda la comunidad. Determinar qué es lo justo requiere de una operación comprensiva de la sociedad y de la norma que se orienta a valores. En esta línea, la postura de Larenz se sitúa en un punto intermedio entre Luhman (1983) y Viehweg (1964). Concluyo, en lo que se refiere a esta tercera característica, que la jurisprudencia es para Larenz un sistema de valores, un método de pensamiento que tras comprender la problemática subyacente incardina una valoración que apunte hacia una resolución comprensiva y argumentativa en los conflictos que derivan de la aplicación de los enunciados normativos a los supuestos fácticos. Otras consideraciones de Karl Larenz sobre la jurisprudencia Larenz cuestiona también la aportación cognoscitiva de la jurisprudencia a la ciencia del derecho. Esta característica es negada por muchos filósofos del derecho que consideran que la jurisprudencia solo puede tener relevancia en la praxis jurídica. Se refiere el autor al caso de los positivistas y cientificistas que ven en el derecho un objeto variable al que hay que negar la consideración de ciencia mensurable. No obstante, opina que no debe

negarse esta aportación por el mero hecho de que los enjuiciamientos de valor no puedan elevarse a una categoría exacta y estrictamente lógicoformal. Si bien es cierto que admite la fugacidad del objeto (derecho vigente), también considera que esto no es óbice para la aportación cognoscitiva de la jurisprudencia, ya que esta se encarga de resolver problemas jurídicos que se dan en un determinado contexto social e histórico que supera al positivismo y que sirve a la elaboración teórica del mismo. La labor práctica y teórica de la jurisprudencia permanecen indisolublemente unidas en la resolución de conflictos y en el tratamiento del derecho vigente, por lo que no se puede negar su aportación a la ciencia del derecho como conocedora y comprensiva del derecho.

Conclusiones-discusión La significación de la jurisprudencia en el derecho es innegable. Los ordenamientos jurídicos de la mayoría de los estados no son plenos, sino que adolecen de toda una serie de equivocidades y lagunas que deben ser subsanadas en base a una labor interpretativa e integradora que corresponde al órgano jurisdiccional. Este, mediante las leyes y las resoluciones jurisdiccionales vinculantes o precedentes, tiene la misión de concretar el derecho dando solución a los conflictos jurídicos intersubjetivos. Esto no puede hacerse de cualquier forma, sino que toda decisión judicial debe estar jurídica y suficientemente razonada y argumentada. La jurisprudencia se sirve de la dogmática y la dogmática, a su vez, de la jurisprudencia. No son compartimentos estancos, sino que se complementan. Su objeto, a grosso modo, es el mismo, el derecho (vigente, conceptual, teórico o práctico, o, considerado desde una perspectiva concreta y en un determinado momento). La dogmática o jurisprudencia teórica descubre problemas que todavía no han encontrado solución en el derecho vigente, y la jurisprudencia práctica se sirve de los argumentos y consejos de la dogmática para buscar soluciones o pautas interpretativas que también son fundamento de análisis y estudio para la dogmática. En este sentido, la función de la jurisprudencia se concreta en la individualización de problemas jurídicos, en las propuestas de resolución a los mismos y en marcar las líneas de formulación de las normas. En resumen, la caracterización de la jurisprudencia de Karl Larenz se basa fundamentalmente en la hermenéutica general de Gadamer (1988), dotándola de un mayor contenido material. Para Larenz, la metodología de la jurisprudencia es la constante mediación entre la hermenéutica y la jurisprudencia y, por lo tanto, no puede limitarse a una u a otra, sino que es la suma de ambas. La jurisprudencia de Larenz es una ciencia: 1. Normativa: su objeto son enunciados normativos y su método, normativo-analítico, no causal-explicativo. 2. Comprensiva: su objeto no puede ser explicado causalmente, ya que no es medible ni mensurable, sino solo comprensible mediante la interpretación y la mediación del intérprete en un texto problemático. 3. Valorativa: es un pensamiento orientado a valores, sistemático y metódico. La configuración conceptual de la jurisprudencia como ciencia normativa, comprensiva y valorativa responde a la propia naturaleza de la misma y capta la esencia del proceder de la praxis judicial. Esta caracterización de la jurisprudencia merece una valoración positiva desde el momento en que

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dota de contenidos materiales a la hermenéutica tradicional, que hasta entonces solo contemplaba la aplicación formal del derecho a través de la subsunción del supuesto de hecho en la norma. Larenz sienta uno de los postulados sobre el que parece haber acuerdo a nivel metodológico: la aplicación de las normas es una subsunción lógica bajo premisas mayores abstractamente consideradas, que se concretan mediante valoraciones adicionales que ha de realizar, primero, el legislador, y, después (dentro de su margen de decisión) el juez. El análisis de su teoría nos plantea tres cuestiones problemáticas sobre las que reflexionar: 1. La primera se refiere a si la valoración basada en criterios de justicia material es una máxima ineludible en la interpretación judicial. Al respecto, hay posturas contrapuestas, tanto en el formalismo lógico-deductivo como en el realismo jurídico, y más modernamente, en las teorías de la argumentación. 2. La segunda se centra en determinar cuál es la función, significación y validez que se debe otorgar a las valoraciones que efectúa el órgano jurisdiccional en la interpretación y aplicación del derecho. 3. Por último, la tercera alude a la arbitrariedad en que pueden incurrir las resoluciones judiciales basadas en las valoraciones que efectúa el órgano jurisdiccional. Esta cuestión, nos lleva a su vez, a preguntarnos: ¿Existe algún método para corregir la irracionalidad o subjetividad que puede darse en la toma de decisiones judiciales?

Atienza, M. (2006). El derecho como argumentación. Concepciones de la argumentación. Barcelona: Ariel. Esser, J. (1961). Principio y norma en la elaboración jurisprudencial del derecho privado. Barcelona: Bosch D. L. Gadamer, H. G. (1988). Verdad y método: fundamentos de una hermenéutica filosófica. Salamanca: Ediciones Sígueme. Gaos, J. (1977). Introducción a El ser y el tiempo de Martin Heidegger. México: Ediciones Fondo de Cultura Económica. Hassemer, W. (1985). Hermenéutica y derecho. En: Anales de la Cátedra Francisco Suárez. Granada: Edita el Departamento de Filosofía de la Universidad de Granada. Kaufmann, A. (1985). Teoría de la Justicia. Un ensayo histórico-problemático. En: Anales de la Cátedra Francisco Suárez. Granada: Edita el Departamento de Filosofía de la Universidad de Granada. Larenz, K. (1980). Metodología de la ciencia del derecho. Barcelona: Editorial Ariel. Luhmann, N. (1969). Legitimation durch Verfahren. Berlin: Neuwied. (1983), Sistema jurídico y dogmática jurídica. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Viehweg, T. (1964). Tópica y jurisprudencia. Madrid: Taurus D.L.

Desde mi punto de vista y ante tales cuestiones, es innegable la necesidad de una lógica deductiva, que supone una fase inicial en la que el juez actúa como un hermeneuta o integrador del derecho. Esto es, cuando el ordenamiento jurídico positivo aparece ante él como un conjunto de reglas que tienen la pretensión de ser justas y en cuyo supuesto de hecho puede subsumirse el caso que se enjuicia. Sin embargo, el orden legal nunca coincide exactamente con la realidad social. Siempre hay una dialéctica constante entre justicia formal y material, por eso la ciencia del derecho necesita de una revisión y redefinición continua. Corresponde al juez establecer la validez y la operatividad de la norma, apreciando para ello las circunstancias especiales que en cada caso se planteen. La apreciación de dichas circunstancias no está exenta de valoración. En la valoración y elaboración de pautas interpretativas aparece la discrecionalidad del juzgador. Llegados a este punto, y sin negar validez a la postura de Larenz, creo que son más adecuadas y favorables a la justificación del proceder judicial y que reducen el ámbito de discrecionalidad las modernas teorías de la argumentación (Alexy, 2008; Atienza, 2006). Estas teorías tratan de elaborar una serie de baremos de control para reducir o evitar la irracionalidad y la arbitrariedad en la aplicación del derecho. Tales posturas trascienden de la concepción del derecho como mera norma o hecho, y lo entienden como “argumentación” del proceder jurisdiccional. Reflexión de las editoras de sección Angélica De Sena y Begoña Enguix:.

Referencias bibliográficas Alexy, R. (2008). Teoría de la argumentación jurídica. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

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URBIS Percepción y experiencia en las Formas de la protesta en el Área Metropolitana de Buenos Aires Perception and experience in the forms of protest in the Metropolitan Area of Buenos Aires Julián Rebón (1973, argentino, Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, Argentina) julianrebon@gmail.com

Resumen La acción colectiva representa un elemento significativo de la historia política y social de la Argentina reciente. El presente trabajo indaga, con base en la investigación por encuesta, sus formas dominantes a partir de su práctica y representación en la población del Área Metropolitana de Buenos Aires. El análisis de los datos establece que la participación en las formas de la protesta es reconocida por una porción significativa pero minoritaria de la población, siendo la forma clásica de la protesta social, la movilización, y la de la protesta laboral, la huelga, los esquemas que adquieren mayor relevancia en el repertorio experimentado por la población. Finalmente, se registra que la percepción de las formas de lucha tiende a ser controversial, guardando correspondencia la legitimidad de las mismas con sus niveles de institucionalización. Palabras clave: acción colectiva, legitimidad social, protesta, repertorio de acción colectiva. Recibido: 15-04-2015 → Aceptado: 19-05-2015

Abstract Collective action represents a significant element of Argentina society. This paper is based on survey research. It is focus in the dominant performances of collective action from his practice and representation in the population. The analysis of data sets that despite innovations in the practice of protest in recent decades, the classics forms of social protest, mobilization and strike, are the schemes that are higher level of participation. Regarding the legitimacy of forms of struggle, this keeps correspondence with their levels of institutionalization. Key words: collective action, protest, repertoire of collective action, social legitimacy.

Introducción Fines de 2001. El modelo de acumulación emergente de las reformas neoliberales muestra claras señales de agotamiento. El gobierno del presi-

1

Fue elegido presidente en 1999 por la Alianza, un frente conformado por la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario. En 2001 renuncia a la presidencia en el marco de una intensa crisis general. 2 Nos referimos a los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y, posteriormente, al de Cristina Fernández, quien asumió en 2007 y fue reelegida en 2011, pertenecientes al Frente para la Victoria, fuerza de centroizquierda con eje en el Partido

dente Fernando De La Rúa1, ante el marco de saqueos que atraviesa distintas zonas urbanas del país, declara el estado de sitio. Espontáneamente, miles de habitantes de la ciudad de Buenos Aires salen a las calles a golpear sus cacerolas y marchar hacia casa de gobierno. La movilización continúa hasta el día posterior, produciéndose enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, cesando con la renuncia del presidente. Marzo de 2008. Inicio del segundo gobierno del ciclo reformista conocido popularmente como Kirchnerismo.2 La presidenta Cristina Fernández decide elevar la alícuota de retenciones a la exportación de diversos granos, en especial a la soja, y vincular su variación a la del precio internacional de los productos. Las principales patronales agropecuarias convocan a no comercializar granos ni carne estableciendo verdaderos controles de las rutas –“cortes”– para garantizar la efectivización de la medida. El país se paraliza, produciéndose desabastecimiento de productos básico en las ciudades. Grandes movilizaciones a favor y en contra de la medida se realizan en la ciudad de Buenos Aires y otros centros urbanos en un trasfondo en el cual se discute la direccionalidad política del país. Finalmente, la medida no es aprobada en el parlamento. Estos dos acontecimientos de nuestra Argentina reciente nos ilustran dos atributos presentes en la acción colectiva. En primer lugar, la acción colectiva contenciosa es una forma significativa que asume la política entre nosotros. Está en sus grandes acontecimientos, pero también en sus eventos cotidianos y habituales, no tiende a reducirse a contenidos económicos y corporativos. En paralelo a los mecanismos institucionales de la democracia representativa, las acciones colectivas son un fuerte mecanismo informal de canalización de intereses hacia el estado argentino. La protesta y la movilización pública son una herramienta significativa para la resistencia o legitimación de políticas y gobernantes. En el pasado fue un campo central de la resistencia a la reestructuración neoliberal y sus efectos, más recientemente también es el espacio de protagonismo de diversos sectores que lo resiste ―en especial de las capas media y altas de la población― contra la política del gobierno nacional (Gamallo, 2013). En segundo lugar, el campo de la acción colectiva es heterogéneo en sus formas, teniendo importante presencia modalidades de acción colectiva que desbordan el marco normativo existente. En la últimas dos décadas, junto a sus formas clásicas como la movilización y la huelga, emergieron recreaciones con características innovadoras de distintas formas: cortes de vías de tránsito,

Justicialista. Este ciclo político se caracteriza por una política reformista que establece en diversos ámbitos puntos de ruptura con las tendencias regresivas del periodo previo signado por las reformas neoliberales y la valorización financiera.

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cacerolazos, bloqueos, acampes, escraches, entre otras acciones, adquirieron un inusitado protagonismo (Auyero, 2002, Farinetti, 2000, Schuster et. al: 2006, Gómez, 2014). La difusión de algunos de estos formatos, como por ejemplo los cortes, junto a la debilidad institucional y cambios culturales de diverso tipo, promovieron una tendencia al desborde de los canales institucionales dominantes de procesamiento del conflicto (Giarracca y Teubal, 2007; Anton, et. al 2011). El enfoque del presente trabajo se centra en el análisis de los niveles de experiencia y la percepción social de las formas dominantes de la protesta social. ¿Cuáles son los niveles de experiencia alcanzados por la población en la acción colectiva en general y en sus principales formatos? Y más allá de su práctica, ¿cuáles son las percepciones en torno a los mismos? ¿Cuáles son sus niveles de legitimidad social? Avanzamos en la respuesta preliminar a los interrogantes propuestos teniendo como eje el análisis a partir de la estadística descriptiva de una encuesta domiciliaria representativa de la población mayor de 18 años del Área Metropolitana de Buenos Aires3 (AMBA). La misma fue realizada por nuestro equipo de investigación entre los días 6 y 27 de agosto del año 2012, en el marco del Instituto de Investigaciones Gino Germani, y el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Economía Social en América Latina. Se trabajó con un cuestionario semiestructurado conformado por preguntas cerradas y escalas de opinión, además de las preguntas correspondientes a la clasificación de los entrevistados y sus hogares. El diseño muestral es polietápico, estratificado y probabilístico. La muestra es de 599 casos con un margen de error ±4% y un nivel de confianza del 95%. Participación y legitimidad de las formas de acción colectiva En este trabajo nos focalizamos en la indagación de las principales modalidades de la protesta en la Argentina actual en sus niveles de participación y legitimidad entre la población de la zona metropolitana. Aproximémonos en esta dirección abordando en primer lugar la participación en general en las formas de la protesta. ¿Qué tan difundida es la experiencia de participación en acciones colectivas? ¿Es aleatoria su distribución en el conjunto social? Sin desmerecer la importancia que tienen estas formas de lucha en la expresión del conflicto social y político en el país, un primer hecho significativo registrado por nuestra encuesta es que la participación en los reclamos colectivos y protesta social no es un atributo de la mayoría de la población adulta del AMBA. Alrededor de un tercio de la población (32%) admite haber participado en alguna de estas modalidades de reclamo. No obstante, este valor no debe ser subestimado.

3

Esta comprende a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Según la estimación del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos con 13.234.000 habitantes, representaba en 2012 prácticamente un tercio de la población del país. 4 Por ejemplo, la utilización de la prensa como fuente para la elaboración de un catálogo o serie de conflictividad tiene un significativo uso en las ciencias sociales a pesar de no estar exenta de limitaciones (Schuster, et al, 2006). 5A pesar de este significativo condicionamiento de la experiencia de la protesta por la organización es de destacar que en el relevamiento citado encontramos que la experiencia de la acción colectiva se compone prácticamente en partes iguales de aquellos que nunca participaron de organizaciones (48%) y aquellos que si lo hicieron en al menos una organización (52%). En la Argentina reciente, recurrentemente

En primer lugar, porque es probable la existencia de subregistro. El mismo entendemos está vinculado a lo que es considerado socialmente participar, probablemente participaciones secundarias o cuasi pasivas pueden ser soslayadas. También puede incidir la posible existencia de cierta reticencia a reconocer abiertamente dicha participación dado el carácter controversial que las mismas tienen o temores de tipo represivo anclados en otros momentos de la historia del país. Por otra parte, existen los problemas típicos de los registros retrospectivos, en tanto el instrumento indaga en el presente por acciones pasadas, estas pueden ser subestimadas en función del contexto personal y social actual. Lamentablemente, hoy no contamos con estudios que nos permitan ponderar este subregisro. En suma, como otros acercamientos investigativos al campo del conflicto esta aproximación tampoco está exenta de limitaciones.4 En segundo lugar, el valor registrado no debe desmerecerse, porque estas formas pueden interpelar y expresar en determinados contextos a la mayor parte de la población, aunque no participen activamente en las mismas. Al fin y al cabo, grandes cambios sociales acaecidos en la historia, incluso en los procesos de amplia movilización social, suelen ser resultado de la acción de minorías activas que logran representar a las grandes mayorías. La participación en la protesta está vinculada a procesos identitarios y de participación más amplios. Reviste un significativo anclaje en el involucramiento activo en el rico entramado organizativo de partidos políticos, sindicatos y organizaciones gremiales de distinto tipo que han caracterizado nuestra historia. Como se desprende del cuadro 1, la participación en la protesta está condicionada por la asociatividad político-social. Entre aquellos que participaron en alguna organización gremial o política alrededor de tres cuartos presentan experiencia en las formas de lucha indagadas. Por el contrario, en aquellos sin experiencia asociativa política-social, la participación en estas formas de reclamos desciende a solo un quinto de la población. De este modo, la participación en la acción colectiva se encuentra condicionada directamente por su participación en organizaciones que motorizan el reclamo o indirectamente por experiencias de organización previas que actúan como una cultura favorable a la movilización. La organización gremial es en nuestra hipótesis tanto un estructurador de los reclamos como un elemento promotor de culturas que valorizan la acción colectiva.5

se debate en el ámbito público si la acción de los movilizados es explicada por la libre decisión de los individuos o por algún tipo de inducción externa, en general de carácter económico. El discurso de la manipulación es por lo general propuesto por sectores que procuran deslegitimar la acción colectiva de los sectores populares, en especial los más pauperizados, y contraponerla a la acción de los sectores medios que representarían una verdadera movilización ciudadana libre de constreñimientos. Si bien con los datos existente carecemos de la posibilidad de poner a prueba esta hipótesis de miserabilización de la acción colectiva de los sectores populares nuestro registros nos indican que no existen contrastes en los niveles de experiencia organizativa de aquellos que participan en la protesta entre las capas medias (53%) y aquellos que lo hacen entre las clases trabajadoras (50%).

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Cuadro 1: Participación en acción colectiva según participación en organización política o social de la población del AMBA (2012). Participación en organización política o social No Si Total No 79,7 24,8 67,4 Participación en Si 20,3 75,2 32,6 acción colectiva Total 100 100 100

Cuadro 3: Participación en acción colectiva según autoidentificación en clivajes políticos de la población del AMBA (2012) Clivaje kirchnerismo-antikirchneClivaje izquierda-derecha rismo Centro

Derecha

Kirchnerista

Ni kirchnerista Antikirni an- chtikirchnerista nerista

No 46%

78%

78%

59%

69%

74%

Si 54% To100% tal

22%

22%

41%

31%

26%

100%

100%

100%

100%

100%

Izquierda

Fuente: Encuesta IIGG-CEDESAL 2012.

La composición de la participación en las formas de lucha es diversa. Sin embargo, su distribución no es azarosa teniendo diferentes intensidades según las posiciones en la estructura social y los clivajes políticos. Reseñemos sucintamente algunos de estos elementos. En primer lugar, condiciona a la participación la posición de clase del encuestado. A pesar de la significativa historia de lucha y organización de las clases trabajadoras, entre aquellos que personifican solo fuerza de trabajo en el proceso de producción la participación en las acciones y reclamos colectivos es patrimonio de una minoría. El nivel de participación en la acción colectiva en los trabajadores sin calificación alcanza el 23% y el 31% entre los trabajadores con calificación operativa. Por el contrario, entre las capas medias ―aquellos que personifican en algún grado propiedad, autoridad o credenciales educativas―, esta experiencia abarca a la mayoría de los encuestados (57%) . En consonancia con otros estudios (Gómez, 2014, Rebón y Pérez, 2012), la extracción de clase más elevada otorga mayores posibilidades de participación en la acción colectiva. La distribución en la estructura social condiciona los recursos para reclamar incluso allí donde se requiere de menos recursos institucionales como en el campo de la protesta social. Cuadro 2: Participación en acción colectiva según posición en tura de clases de la población del AMBA (2012) Posición de clase clases capas medias trabajadoras No 43% 71% Participación en Si 57% 29% acción colectiva Total 100% 100%

la estruc-

Participación en acción colectiva

Fuente: Encuesta IIGG-CEDESAL 2012

Focalicémonos ahora en los usos específicos de las formas de acción. Como nos enseñan los estudios de Charles Tilly (2008), los actores colectivos emplean una gama mucho menor de performances colectivas que las que teóricamente podrían utilizar en un principio. Su concepto de repertorio de acción colectiva nos permite aproximarnos al contenido cognitivo y práctico de los esquemas de acción. Este autor plantea a la práctica de la acción colectiva como combinación de libretos históricos e improvisación. La limitación práctica de los esquemas de acción efectivamente empleados nos indica la presencia de culturas de luchas. Los grupos sociales actúan con modelos de acción (Thompson: 1979) que conocen y valoran como posibilidades de respuesta frente a determinado tipo de agravio. Las culturas de lucha median las acciones en todo conflicto promoviendo que estas tiendan a asumir unas formas y no otras. ¿Cuál es el repertorio de acción dominante a nivel de la experiencia de la población? ¿Cómo son valorados estos esquemas de acción? Con tal objeto, en nuestra encuesta indagamos modalidades más frecuentes en la acción colectiva: la movilización, la huelga o paro laboral, el cortes de vías de tránsito, el cacerolazo, el escrache y la ocupación de edificios y espacios (Anton et. al 2011, Schuster et. al 2006). Reseñemos brevemente algunos atributos asociados a los mismos.

Total 63% 37% 100%

Fuente: Encuesta IIGG-CEDESAL 2012

En segundo lugar, la participación guarda correspondencia con el principal clivaje político organizador del período, la autoidentificación frente a la fuerza social en el gobierno del Estado Nacional, la ubicación en la antinomia “Kirchnerismo-Antikirchnerismo”. En esta línea, la base social del Kirchnerismo, con su dinámica movilizante, encuentra una mayor presencia de población participante (42%) que en el campo opositor (26%). También se registra una correlación con el clivaje izquierda-derecha. Entre los sectores autoidentificados en la izquierda y centro izquierda del espectro político, este valor alcanza a más de la mitad de la población (54%), restringiéndose a alrededor de un quinto de la misma (22%) entre quienes se posicionan en el centro y la derecha. Regístrese a pesar de estas correspondencias, que los niveles de participación, aunque con un peso menor, tienen un nivel significativo entre opositores y población identificada con posiciones de centro y de derecha. Esto guarda estrecha relación con las características heterogénea de las protestas en el período reciente mencionadas anteriormente.

La movilización refiere al desplazamiento de un conjunto de manifestantes por la vía pública. Representa la forma clásica de los repertorios de los movimientos sociales en la sociedad contemporánea (Tilly y Wood: 2010). Se caracteriza por su modularidad, es decir, por la transferibilidad de la forma de acción a otros actores, metas y destinatarios (Wada: 2012). En el caso específico argentino, destaca su convencionalización (ritualización) e institucionalización. Dos formas vinculadas a esta modalidad pero con menor modularidad son el cacerolazo y el escrache. La primera consiste en blandir cacerolas, utensilios de cocina u otros elementos que emitan sonidos con el objeto de hacer sentir su disconformidad o malestar con una situación. Los cacerolazos han sido significativos en diversos sucesos, por ejemplo, fue la forma que dio inicio a la rebelión del 19 de diciembre de 2001 en la ciudad de Buenos Aires, que enmarcó la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. Más recientemente han sido herramientas frecuentes de la movilización opositora protagonizadas por las capas medias-altas de la población (Gamallo: 2013). Por su parte, el escrache consiste en atacar simbólicamente a una persona o grupo con el objeto de marcar públicamente su responsabilidad o involucramiento en un hecho que se considera agraviante. De origen en el movimiento de derechos humanos de mediados de

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1990, esta forma se ha generalizado a distintas situaciones. Pueden variar de modalidades muy ritualizadas y simbólicas, a formas que no excluyan elementos de violencia y que representan como tal verdaderas formas de acción directa. La huelga, la no cooperación en el ámbito laboral, es un elemento central y típico del repertorio del conflicto laboral, como tal posee poca modularidad. En Argentina, un país con una significativa historia sindical, presenta un alto grado de institucionalización, estando dicha forma inscripta en el derecho laboral (Rebón: 2007). El corte de vías de tránsito, la obstaculización de la circulación, es una forma de acción de significativa convencionalización en la Argentina actual. Si bien posee una larga historia en el país, alcanzó una fuerte difusión en la última década del siglo XX, asociada a movimientos de desocupados (“piqueteros”) en un contexto de alto desempleo (Svampa, 2008). Hoy su empleo es heterogéneo, siendo un instrumento recurrente de distintos grupos en la materialización de sus reclamos. Su realización al interrumpir el flujo vehicular tiene un fuerte carácter disruptivo y de desborde institucional. Finalmente, la ocupación de establecimientos laborales, de edificios públicos, de viviendas y de tierras representa una modalidad de acción de larga historia en el país pero de escasa institucionalización como forma de reclamo (Rebón: 2007). Ahora bien, ¿cuáles de estos esquemas de acción concitan mayor participación entre la población? En primer lugar, se destaca la movilización como el esquema de acción con mayor nivel de participación. Un cuarto de la población reconoce haber participado alguna vez en esta modalidad de acción. En segundo lugar, encontramos la huelga con el 18% y en tercero los cortes de vías de circulación con algo menos del 8%. También destacan con valores cercanos al 8% de la población la participación en los escraches y cacerolazos. Finalmente, encontramos las ocupaciones de los edificios y otros espacios como la forma con menor participación (algo menos del 4%). Las distintas modalidades de reclamo no solo registran diferentes niveles de experiencia por parte de la población, también son heterogéneas en cuanto a la legitimidad que ésta le atribuye como forma de plantear los reclamos. Con relación a la legitimidad atribuida a las distintas formas de acción ―acuerdo con su uso en la Argentina reciente―, encontramos un gradiente que va desde las formas más generalizadas e institucionalizadas, como la movilización y la huelga, donde quienes acuerdan con su uso habitual superan levemente a quienes la rechazan, al extremo de las formas que expresan nítidos atributos que vulneran los canales institucionales de procesamiento de las demandas como el corte y la ocupación, donde solo una pequeña minoría, entre el 17% y el 19% para cada caso, legitima su uso. En valores intermedios encontramos el cacerolazo (36%) y el escrache (35%).

Cuadro 4: Participación y grado de acuerdo con su uso para distintas modalidades de acción colectiva entre la población del AMBA (2012) Forma de acSí ción Movilización Huelga Escrache Cacerolazo Corte Ocupación

Participación No

Total

Grado de acuerdo con su uso Ni acuerdo De acuerdo ni Desacuerdo Total desacuerdo

25%

75% 100% 45%

14%

41%

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Fuente: Encuesta IIGG-CEDESAL 2012

Destaquemos tres aristas salientes En primer lugar, la legitimidad de las formas de acción siempre excede ampliamente su uso. Consistentemente con lo anteriormente referido, en nuestra hipótesis, esto nos está indicando que la identificación en general con las protestas excede a quienes efectivamente participan. En segundo lugar, las formas dominantes de la protesta son siempre controversiales. La legitimidad de las formas de acción colectiva de la protesta en un país donde esta representa un elemento significativo de expresión y articulación de intereses nunca es plena, aún en sus formas más recurrentes e institucionalizadas como la movilización y la huelga esta apenas alcanza algo más de la mitad de la población. Finalmente, los datos presentados refieren a una marcada ilegitimidad de la acción extrainstitucional. El corte y la ocupación, las formas menos institucionalizadas en su uso actual, no solo entran en tensión con la legalidad, también se encuentran en contradicción plenamente con la atribución de legitimidad por parte de la población. Menos de 2 de cada 10 encuestados están de acuerdo con su uso habitual.

Conclusiones-discusión La descripción aquí presentada nos brinda un panorama de los repertorios de confrontación presentes en la población del AMBA. A diferencia de otras aproximaciones que tienen como unidad de análisis los conflictos, aquí abordamos los mismos a partir de la experiencia adquirida por la población ―reconocimiento de participación― y las percepciones acerca de la práctica de la acción colectiva. Nuestra aproximación a través de la investigación por encuesta nos permite destacar dos elementos. En primer lugar, la participación en las formas de la protesta es reconocida por una porción significativa pero minoritaria de la población. A pesar de las innovaciones, en la práctica de la protesta en las últimas décadas, la forma clásica de la protesta social, la movilización, y la de la protesta laboral, la huelga, son los esquemas que adquieren mayor relevancia en el repertorio experimentado por la población. Entre ambos se concentra la gran mayoría de la experiencia de acción colectiva de la población.

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En segundo lugar, los esquemas de acción colectiva indagados son controversiales. Una parte significativa de la población rechaza el uso del conjunto de las formas de acción colectiva indagadas. No obstante, las legitimidades son diferenciales. Entre aquellas modalidades clásicas y más institucionalizadas las opiniones, favorables y contrarias, se encuentran divididas en magnitudes relativamente semejantes. Por el contrario, entre las formas menos institucionalizadas la crítica es lo dominante. En este sentido, nos interrogamos: ¿cómo se desarrollan estas formas de acción en un contexto de amplia ilegitimidad social? Esta pregunta es relevante por dos razones. Por una parte, la actitud hacia las formas es un elemento clave que hace a la predisposición a su uso. Un esquema de acción al que se le atribuye legitimidad es de más probable uso ante una situación específica que aquel que se considera ilegítimo. Por otra parte y relacionado con este elemento, la legitimidad social como instrumento de protesta promueve la tolerancia social a su uso, dificultando que la misma sea reprimida, riesgo inherente de la acción directa. Nuestra respuesta provisoria, anclada en desarrollo investigativos previos (Rebón y Pérez, 2012; Rebón et. al 2014), indica que la posibilidad de construcción de una amplia legitimidad social de estas formas de acción colectiva que desbordan los canales institucionales de procesamiento de las demandas depende de su moralización. En esta dirección, los protagonistas de la acción directa tienden a personalizar el hecho a expensas del carácter intrínsecamente impersonal de la normativa transgredida. Moralizar el acto de reclamo en cuestión implica presentar las particularidades de la situación que justifican la violación de la norma legal. Las características personales de quienes protagonizan el acto, la historia de maltratos, la intensidad de las injusticias, las metas que se buscan satisfacer con la acción; suelen ser el conjunto de atributos que son presentados y comunicados como los que convierten a la lucha en singular. El cómo se constituye esta artesanía social, en la cual aquello que en principio es objeto crítica puede ser compartido y acompañado, en ocasiones por grandes mayorías, debe ser desentrañada en cada caso y representa una tarea investigativa que excede los límites de este artículo. Reflexión de las editoras de sección Mercedes Di Virgilio y Yanina Welp: este artículo constituye una contribución relevante a los estudios de la protesta y movilización social en América Latina, en general, y en Argentina, en particular, por varias razones, entre las que destacamos: 1) el cambio de eje, del análisis de los conflictos al estudio de la participación en los mismos y la legitimidad atribuida a la protesta; 2) la fuerte base empírica, ya que el estudio se centra en entrevistas realizadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires; y 3) sus hallazgos, que confirman tanto la expansión de formas de protesta como actos políticos legítimos (un significativo grupo de población manifiesta haber participado, pese a que sigue siendo un sector minoritario) como las tensiones que emergen cuando se recurre a acciones ilegales (la movilización y la huelga son los repertorios más utilizados, frente al corte, que produce el rechazo de una parte significativa de la población). En lo que se refiere al caso argentino, los ejes izquierdaderecha y kirchnerismo-antikirchnerismo surgen como aspectos destacados que dividen a movilizados de no movilizados. En este sentido, queda abierto el interrogante sobre la medida en que el posicionamiento ideológico de las mayorías condiciona la atribución de mayor o menor legitimidad a las protestas. Esto es, la medida

en que la legitimidad de la protesta en tanto acción puede desvincularse de la legitimidad atribuida a las razones que la desencadenan.

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URBIS Ayotzinapa, protestas, solidaridades y movimientos juveniles en México Ayotzinapa, protests, solidarity and youth movement Mexico Anna-María Fernández-Poncela (1963, mexicana, Universidad Autónoma Metropolitana, México) annamariafernandezponcela@gmail.com

Resumen Se revisan los movimientos de jóvenes en México. En especial se analiza el contexto, desarrollo y balance del movimiento por Ayotzinapa en 2014. Además de la revisión bibliográfica se trabaja con encuestas y entrevistas realizadas sobre el tema. Algo que se desea remarcar es como la población desconfía de la política y los partidos políticos, y confía en los nuevos movimientos sociales estudiantiles y juveniles del país. Palabras clave: confianza, jóvenes, México, movimientos sociales, protesta, solidaridad. Recibido: 06-07-2015 → Aceptado: 22-08-2015

Abstract This text reviews the movements of young people in Mexico. In particular analysed the context, development and balance of Ayotzinapa movement in 2014. In addition to literature review working with surveys and interviews on the subject. Something that you want to highlight is the population distrust of politics and political parties, and relies on the new student and youth social movements in the country. Key words: Mexico, protest, social movements, solidarity, trust, young.

Introducción Recientemente, el 26 y 27 de junio del año 2015, se cumplieron nueve meses de los sucesos de Iguala, Guerrero, México, en contra de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, donde murieron seis personas, resultando heridas 27 y desaparecieron 43 (ahora 42, pues de uno se confirmó el deceso). Nueve meses, recordó una de las madres, es el periodo de gestación. En la conmemoración y actividades realizadas en la ciudad de México, uno de los padres y vocero del colectivo, Melitón Ortega, agradeció la participación de la gente y las organizaciones. Por su parte, el abogado de la organización Tlachinollan , Vidulfo Rosales, afirmó que no creen en la versión oficial de los hechos y que continuarán exigiendo justicia (Roldán, 2015). A raíz de este acontecimiento que cimbró al país y parte del extranjero, surgió un movimiento social importante, encabezado por los padres de los normalistas y fundamentalmente dirigido y organizado por la juventud estudiantil universitaria, sobre el que se ahondará en estas páginas y que se denomina #TodosSomosAyotzinapa.

Por estas mismas fechas también, hace tres años en 2012, otro movimiento social universitario estaba en pleno desarrollo en medio de la campaña electoral en el país que tendría lugar en julio. En este caso se trataba de demandas por la democracia en las elecciones, desde los medios a las urnas, su nombre #YoSoy132 (Fernández, 2013, 2014). Por razones de espacio no se aborda, pero se menciona y trata en algunos puntos, pues un movimiento social también de composición juvenil y estudiantil en principio, que luego se diversificó, como aconteció con el aquí estudiado. ¿Qué pasó? ¿En qué contexto tuvo lugar este movimiento de protesta juvenil? ¿Cuál es el balance ―desarrollo e impacto― a nueve meses de los hechos y un poco menos del surgimiento de un importante movimiento social en México: #TodosSomosAyotzinapa? Esto se aborda a través del seguimiento del movimiento, revisión bibliográfica, aplicación de entrevistas, consulta y aplicación de encuestas. El objetivo es un resumen en torno a las potencialidades y limitaciones de este movimiento, con especial énfasis en remarcar la confianza social en torno al mismo frente a la desconfianza hacia otros actores políticos. Para ello, más que seguir una teoría concreta, se aporta información y se realiza una aproximación a algunas voces del movimiento, así como a un estudio de opinión pública sobre el mismo. El contexto social y político En cuanto al movimiento por Ayotzinapa, el estado de Guerrero, o algunas partes del mismo, son de las más pobres del país, con un profundo rezago social. Si bien es rico en recursos naturales y playas, hay una profunda marginación, 70% de sus habitantes vive en pobreza (Krauze, 2014). En contraste, la ciudad de Iguala es un gran negocio para el narcotráfico, ya que concentra la producción de su estado que representa 98% de adormidera del país (Mauleón, 2014). Se trata de la puerta de entrada a la región de Tierra Caliente, donde se cultiva mariguana y se elabora droga sintética, y “la puerta de salida de una de las heroínas más puras que se elaboran en el mundo” (Hernández-Navarro, 2015:8). Al respecto, se afirma “No es casual que Iguala haya sido el epicentro de la tragedia: una narcociudad exportadora de droga, gobernada por el crimen” (Krauze, 2014). A lo que hay que añadir una enorme inestabilidad política con muertos en su haber, fruto de las disputas entre partidos, incluso en el seno de un mismo partido político, como es el caso del mismo Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Iguala; que a su vez tienen nexos con bandas de narcotraficantes, estas también entre sí enfrentadas por la plaza, sobre todo en un lugar de trasiego como es este y de gran poderío económico. Sin dejar de mencionar el asesinato de diversos luchadores sociales en la región durante los últimos años. Y es que otra cuestión contextual de más largo alcance es el número de muertos ―120.000 según algunas fuentes― y desaparecidos ―alrededor de 30.000― en México en los últimos años, además de que la mayoría son

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jóvenes (Hernández-Navarro, 2015). En el caso que nos ocupa solo en la búsqueda de los normalistas, se descubrieron 45 fosas clandestinas alrededor de Iguala y Cocula, municipio vecino.

delincuencial Guerreros Unidos (…) quienes los habrían asesinado, quemado y habrían esparcido sus cenizas en el río” (Hernández Navarro, 2015:7).

Por otra parte, en el estado hay nueve escuelas Normales, donde se preparan maestros, y solo una Normal Rural, la de Ayotzinapa Las normales rurales se crearon en la década de 1920 como parte del proyecto educativo revolucionario, conjuntando las enseñanzas para los maestros en lectura y escritura, con la capacitación agrícola para la mejora de la producción del agro. En los años 1960, varias fueron cerradas. En la actualidad, las existentes tienen pocos recursos y apoyo del gobierno. En concreto, la Normal Rural Isidro Burgos, uno de sus fundadores, nace en 1926. En la época de Lázaro Cárdenas tuvo pocos recursos y es cuando se introduce la educación socialista. Cuenta con toda una historia de lucha y compromiso social que llega a la actualidad; de ahí surgieron líderes guerrilleros como Genaro Vázquez, organizador de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, y Lucio Cabañas, creador del Partido de los Pobres, en los años 1960. Hoy es una escuela marginada, como otras rurales a las cuales diversos gobiernos han intentado reducir o desaparecer. Hubo conflictos en 2007, cuando se pretendió cerrar por parte del gobernador del estado, así como en 2011.

Faltan palabras para describir el crimen, como otros acontecidos en el país en las últimas décadas. Varios fueron las noticias y puntos de inflexión emocional que se fueron desplegando durante los días, semanas y meses que transcurrieron tras los hechos de Iguala. Algunas de muy alto impacto que repercutieron en la indignación y el dolor entremezclado que movilizó a las y los jóvenes, y la ciudadanía en general para desahogarse en las redes o salir a clamar en las calles. “El drama humano de la desaparición forzada de los 43 normalistas se incrementó con el despliegue publicitario que mostró la Procuraduría General de la República el 7 de noviembre de 2014, cuando dio a conocer unos supuestos hallazgos en el basurero de Cocula, Guerrero” (Gómez, 2015:53). En torno al movimiento social que surgió es sobre lo que seguiremos reflexionando.

En concreto, la violencia en Guerrero es importante, no solo en el presente sino en la historia. A muchas demandas populares les siguió la represión, y a esta el surgimiento de diversas organizaciones sociales de autodefensa, lo que se ha dado en llamar “la violencia circular” (Illades, 2014). Cuenta con la tasa de homicidios más alta del país, cuatro veces superior a la media nacional, y se considera “ingobernable desde tiempos coloniales”. Ya en época reciente, mientras México abría las puertas a los perseguidos por las dictaduras conosureñas, desató en su territorio la guerra sucia para acabar con los focos guerrilleros y militarizó Guerrero (Krauze, 2014). En la actualidad, se dice que de las organizaciones insurgentes en la zona al menos cinco tienen implantación y capacidad de fuego (Hernández-Navarro, 2015). Finalmente, y esto implica al contexto político general en el que se dieron ambos movimientos más allá de la coyunturas sociales de cada uno de los mismos, en el país y en los últimos años ha tenido lugar un desencanto de la ciudadanía, en particular de las y los jóvenes, un alejamiento de la política formal, o sea, el gobierno, los partidos y las elecciones. En paralelo a la desconfianza también general, pero y de manera muy particular, hacia la esfera política institucional, sus actores y organización. Por lo que el surgimiento de estos dos importantes movimientos sociales en su casi totalidad o en buena parte composición estudiantil apuntan a que el alejamiento y descrédito de la política es hacia un tipo de política en concreto no a la indiferencia total hacia todo el espacio donde se dirimen los asuntos públicos. Volveremos más adelante sobre este punto. El origen y los hechos Aquí presentamos solo un resumen del origen o causas que dieron origen al movimiento por Ayotzinapa, contextualizadas antes. Lo acontecido en Iguala es largo y doloroso de narrar, por lo que entre las muchas versiones ya escritas, seleccionamos una breve. “El 26 de septiembre, la policía municipal de Iguala, Guerrero, atacó salvajemente a un grupo de ochenta alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa. Literalmente los cazó como conejos. Les disparó a quemarropa sin advertencia alguna; los detuvo y luego los desapareció (...) existen diversas versiones oficiales preliminares que señalan que los desaparecidos fueron entregados por la policía al grupo

El desarrollo y el impacto “Entretanto, las jornadas de «Acción Global por Ayotzinapa» se convirtieron en expresiones multitudinarias de indignación y exigencia de la verdad y justicia por los hechos de Iguala. El 8 y el 22 de octubre, así como el 5 y el 8 de noviembre, miles de personas exigieron la presentación con vida de las 43 personas desaparecidas. El 29 de octubre, familiares y organizaciones integrantes de la comisión civil acudieron a una reunión con Enrique Peña Nieto con la finalidad de evaluar la puesta en práctica de los compromisos del gobierno. Al finalizar, los padres y madres de los jóvenes dijeron que no confiaban en las acciones que el gobierno estaba realizando” (Concha-Malo, 2015:47). Durante unos tres meses, entre octubre y diciembre, a lo largo y ancho del país se desarrollaron multitud de actividades, desde marchas multitudinarias en las calles, hasta sacar veladoras y permanecer en silencio en las mismas, jornadas culturales, tomas de casetas en autopistas, manifestaciones en centros comerciales, asambleas en universidades y paros en las mismas, entre otras cosas. Reiterar como si bien padres y familiares encabezan el movimiento, son las y los jóvenes quienes lo organizan y dinamizan, de diferentes grados educativos y muy en especial los universitarios que toman como propia la causa de otros jóvenes estudiantes: los normalistas rurales. Las marchas en las calles tuvieron lugar en diversas ciudades de México y el extranjero. En el caso de la ciudad de México hubo la tradicional del 2 de octubre, en conmemoración de la masacre estudiantil de 1968, cuando ya se comienza a elevar las voces de reclamo por lo acontecido el 26 y 27 de septiembre. Luego prosiguen la del 8, 22 y 31 de ese mismo mes de octubre. Para noviembre, el despliegue de protestas y movilizaciones en las calles fue el 5, 8, 9, 16, 20, 22, 25. Y ya el siguiente mes de diciembre 1, 6 y 26. Luego prosiguió durante 2015, en concreto el día 26 por ser la fecha de la tragedia. Las peticiones del movimiento fueron evolucionando: se inició solicitando “Vivos se los llevaron, vimos los queremos” y “Justicia”, y se acabó exigiendo: “Fuera Peña” y “Fue el estado”. A efecto de concretar algunas cuestiones, se traen los datos de una encuesta realizada en la capital de la República con objeto de obtener información sobre la opinión pública más que sobre los hechos, en torno al movimiento social generado. Para empezar, 98,3% conocían de su existencia; para continuar, 92,4% estaba de acuerdo con sus principales demandas: “Presentación con vida de los normalistas” y “Castigo a los culpables”. Con ambos datos es posible afirmar que el movimiento fue ampliamente conocido más allá de cómo éste fue presentado en los medios de comunicación

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en su momento. Y no solo eso, sino que había acuerdo mayoritario en cuanto a sus reclamos. Añadir que 24,7% dijo haber participado en alguno de sus actos o marchas. Se deslindan de los actos violentos de algunos sectores del movimiento y no los aprueban (81,2%). Y, finalmente, 73,4% dijo también estar de acuerdo con algunas voces del movimiento que pedían la renuncia del presidente Peña Nieto. Los logros y las percepciones Consecuencia de los hechos y del amplio movimiento social creado, la imagen política del presidente de la República del PRI fue cuestionada, no solo en el ámbito nacional sino también internacional. La ingobernabilidad del estado a manos del PRD y la corrupción, impunidad y criminalidad de las fuerzas del orden público en general y particularmente las policías locales de Iguala y Colula quedaron claras. No obstante, dada la notoriedad del asunto y la denuncia ante la federación de cómo estaban las cosas tiempo atrás, el problema traspasaba el ámbito local y estatal y llegaba a la responsabilidad federal por muchos motivos. “En un hecho inédito de apertura y transparencia, el Gobierno de la República solicitó, por primera vez en la historia, la asistencia técnica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para localizar a los normalistas e investigar los hechos” (Gómez, 2015:57). No es posible exponer todas las cuestiones que tuvieron lugar, pero sí algunos puntos a destacar, la gran protesta y movilización nacional que se dio fue notable, incluso sus ecos internacionales de grupos manifestándose en más de medio centenar de ciudades en el mundo. Las palabras de Obama, la Unión Europea y el Papa Francisco, además de artistas e intelectuales, son muestra de ello. Pero sobre todo es necesario recoger las miradas y voces de sus protagonistas, para lo que traemos aquí algunos testimonios recabados en entrevistas a jóvenes estudiantes universitarios participantes sobre el tema. En primer lugar sobre qué es y qué significó el movimiento, un joven de 19 años responde: “un apoyo, una forma de solidarizarse con la gente que pasó por esta desgracia (…), el grito de ¡Ya basta! Al que mucha gente de alguna manera ha querido contribuir”; otro de 23 añade: “unir fuerzas para que la gente abra los ojos y se dé cuenta que nuestro gobierno nos está reprimiendo”. Por su parte, una chica de 22 afirma: “un movimiento ciudadano (…) como repudio a la injusticia y la represión por parte del gobierno”; otra más de la misma edad enuncia: “empezó con los padres de familia que estaban exigiendo buscar a sus hijos y se ha vuelto ya un problema social, realmente ya es algo que nos afecta a todos”, y es que “la gente está harta de cómo ha venido funcionando el sistema político”, sentenció otra mujer de 30 años. Otro asunto abordado en las entrevistas fue sobre los logros del movimiento sobre lo cual se destacan dos cuestiones, en cuanto a las peticiones concretas como afirma un muchacho de 19 años: “en cuestión de desaparecidos no se logró nada porque no se ha sabido qué pasó”. Sinn embargo, “afectó a nivel internacional (…) al recibir apoyo”, añadió otro de 23 años. En el mismo sentido, afirma una chica de 22 años: “no considero que haya logros porque no se ha esclarecido todavía el caso” y otra de 30: “Desde la marcha del color de la tierra zapatista, nunca había visto las calles tan llenas en la Ciudad de México, pero de verdad hasta contingentes de niños, de madres, de gente mayor, entonces realmente es impresionante el nivel de convocatoria que tuvieron esos sucesos (…) son espacios de conciencia y reflexión, son espacios de lucha y que reivindica la memoria y creo que

eso es un logro importante, tomas las calles y decir que estamos inconformes”, y es que prosigue este relato “con Ayotzinapa se sacudieron muchas conciencias y solidaridades”. Otra estudiante de 20 años añade sobre el tema: “Uno, visibilizar la situación de violencia del país; dos, hacerse escuchar en las principales sedes del país; tres, llamar a la conciencia social; y cuatro, deslindar culpas por parte de los responsables”. Una joven de 22 años aclara y puntualiza con un resumen también ordenado sobre los logros: “Primero, la movilización, aunque mal hecha, por parte del gobierno para dar claridad al asunto. En segundo lugar, el crear conciencia en la población sobre la injusticia y el gobierno corrupto de Peña Nieto. En tercer lugar, la difusión de esta tragedia en otros países y su apoyo. En cuarto lugar, la unión solidaria entre los mexicanos. Y por último, iniciativa a organizarnos”. Como se observa, por un lado, no hay éxito en que regresen los desaparecidos forzados y no se esclarecen del todo los hechos. Por otro lado, el apoyo y solidaridad de la gente que toma las calles y sacude las consciencias. A otra pregunta sobre el mayor logro del movimiento, un joven de 19 años afirma: “La organización de la gente, que ya hay un movimiento. Que hay gente que levantó la voz”; y otro de 23 añade: “que destruyeron la versión oficial”. Al respecto, una muchacha de 22 apunta: “La conciencia de la gente hacia el mal gobierno”; y otra de 22 señala: “que otros países voltearon a vernos”, y es que “muchas personas se han concientizado”, dijo una de 30, y otra de 20 indicó en el mismo sentido que: “El destapar la impunidad del Estado, así como evidenciar la fuerza de la población organizada”. También se interrogó el mayor reto que enfrenta el movimiento, y según los testimonios recabados es “Cambiar la vida de los mexicanos ante el régimen absolutista de Peña Nieto”, dijo una estudiante de 22 años; otra de la misma edad se centró en decir: “transformar los medios”; otra de 30 añade: “se deben discutir las propuestas alternativas, muchas veces pasa que solo criticamos y pocos llegamos con propuestas que se puedan articular en un movimiento nacional”; finalmente una joven de 20 sentenció: “El no permitir el olvido del caso hasta hallar a los 43”. Algunos chicos que dieron su visión sobre el tema apuntaron hacia el “reunir gente”, dijo uno de 23 años y otro de la misma edad: “Zafarse de los parásitos activistas, intelectuales y programas políticos mediáticos”, así como uno de 19 que dijo: “Con la misma sociedad, con nosotros mismos, porque existen divisiones en nuestro país por las cuales no nos podemos entender a nosotros mismos, no hay equilibrio… Siento que ya no habrá trabas cuando México se pueda entender y organizar bien”, sentenció al finalizar su entrevista. Así, los retos van del no olvido al cambio social, pasando por el entendimiento y unión de la ciudadanía. En cuanto a los logros, algo importante a tener en cuenta, pues todo mundo parece más preocupado del porqué ―origen― que el para qué ―función― del movimiento, añadimos a los relatos expuestos, la información de la encuesta a la población de la ciudad de México realizada sobre el tema. La ciudadanía consultada opinó que sí tendrá logros (47,8%) y (44,4%) que no, y (7,8%) dijeron no saber al respecto. Con lo cual parece la esperanza, o la desesperanza en su caso, bastante dividida. Desencanto, confianza y desconfianza Siguiendo con una reflexión iniciada en un punto anterior, aportamos algunos datos sobre la desconfianza hacia la arena política institucional. Y en contraste mostramos la confianza que merecen los movimientos juveniles

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de los últimos años en el país, el aquí estudiado y el 132 también con anterioridad mencionado. En primer lugar, una mirada a la Encuesta Nacional de Cultura Política y Participación Ciudadana de Gobernación, versión 2012 (fecha en que tuvo lugar el movimiento estudiantil #YoSoy132). Se califica de 1 a 10 (10 es mucho y 0 es nada). Las instituciones y actores políticos fueron los peor calificados: entre 5 y 4 puntos. Por ejemplo, el presidente: 5,3; gobierno: 5,1; gobernadores y jueces: 5; jefes delegacionales y presidentes municipales: 4,9; redes sociales: 4,8; empresarios: 4,7; sindicatos: 4,5; diputados, senadores y partidos políticos: 4,4; finalmente, policías: 4,3 (SEGOB, 2012). Añadir que si se realiza un comparativo en los últimos diez años, entre 2003 y 2012 (esta encuesta se suele aplicar en al país cada dos años), la calificación ha ido disminuyendo en más de un punto porcentual para partidos políticos y policías. Otro segundo ejercicio nacional, en octubre del año 2014, sobre la confianza en los partidos políticos (momento en el que iniciaba el movimiento #TodosSomosAyotzinapa), en este caso por una empresa encuestadora privada (Demotecnia, 2014), apunta a la elevada desconfianza hacia dichos institutos. La respuesta fue: 6% confía mucho, 59% poco y 35% nada. Si sumamos los dos últimos porcentajes (94%), la ciudadanía del país confía poco o nada en los partidos políticos. Una nueva ilustración con una encuesta nacional del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Cámara de Diputados sobre la confianza en las instituciones, aplicada también en octubre del 2014, afirma que la confianza en los partidos políticos es: 5% mucho, 17% algo, 34% poco, 41% nada; la suma del poco y nada: 75% (CESOP, 2014). Centrándonos ya solo en la capital de la República, encuestas para marzo del año 2015 señalan que la confianza en los partidos políticos de esa ciudad es de 22%: mucha y algo; y 77%: poco o nada (Reforma, 2015). Mientras otra “Encuesta de Opinión Ciudadana del DF” realizada en abril proporciona información sobre la imagen positiva-negativa de los partidos políticos del DF, todos y cada uno de estos presentan una imagen negativa mayor que su imagen positiva (GEA-ISA, 2015). Con objeto de finalizar esta revisión de tendencias ciudadanas hacia la desconfianza política en México, presentamos el mismo tema ahora centrado en las y los jóvenes del país. Para empezar y según la Encuesta de Valores de la Juventud del Instituto Mexicano de la Juventud y la UNAM (2012), 89,2% de las y los jóvenes no están interesados por la política; las causas son porque los políticos son deshonestos (37,4%), no me interesa (22,8%), no entiendo de política (22,7%). En segundo lugar, 45,2% dicen no simpatizar con ningún partido político, y no lo hacen porque no les interesa (31%) o porque no cumplen lo que prometen (19,5%). Se añade a ello que varias de las encuestas anteriormente mencionadas en una desagregación etaria apuntan el mayor distanciamiento y desconfianza por parte de la población juvenil hacia la política, sus instituciones y actores. En contraste con lo anteriormente planteado, ahora se pasa revista a la opinión pública de la ciudad de México y capital de la República, con base en dos encuestas aplicadas en dicha localidad, en torno a la confianza que les merecen los dos movimientos sociales mayormente compuestos por jóvenes, que tuvieron lugar en el año 2012 y 2014. El primero: #YoSoy132 y el segundo: #TodosSomosAyotzinapa.

A la pregunta sobre si ambos movimientos les parecían honestos: 48,1% dijo que sí en el caso del 132 y 73,7% en el de Ayotzinapa. Otro interrogante fue respecto a si simpatizaban con ellos, para lo cual el 44,7% dio respuesta afirmativa en cuanto al primero y 74,1% simpatiza con el segundo. Estas solas cifras evidencian un acercamiento y confianza mayor hacia estos movimientos sociales que las anteriormente presentadas con relación a los partidos políticos. Queda, pues, claro hacia dónde y para quién están hoy las simpatías y las confianzas políticas en México, o por lo menos en la ciudad de México. De estos últimos ejercicios, no se quiere dejar pasar el presentar otro interrogante que giraba en torno a su opinión y sentir de si México necesitaba movimientos como estos. En cuanto al 132, 64,8% dijo que sí; respecto al de Ayotzinapa, el porcentaje alcanzó 73,7. No cabe duda que la mirada y esperanza hacia un cambio político no está ni mucho menos en los viejos partidos políticos, y más bien en la órbita de los movimientos sociales, pero no de cualquiera, sino de los nuevos movimientos sociales juveniles y estudiantiles del país.

Conclusiones-discusión “El movimiento por Ayotzinapa se constituye en un espacio ciudadano, con una expresión renovada de cultura política, lo que permite explicar la actual crisis política en México” (Tamayo, 2015:18). También es posible pensarlo a la inversa, la crisis política actual construye expresiones sociales de nuevo cuño. Algunos comentarios solo para concluir. Se trata de dos movimientos estudiantiles y juveniles fundamentalmente ―si bien uno solo lo mencionamos en ocasiones, aquí lo retomamos de nuevo―. Al primero, #YoSoy132, y durante su proceso y desarrollo, se sumaron diversidad de ciudadanos y otros grupos y organizaciones sociales. En cuanto al segundo, #TodosSomosAyotzinapa, iniciado también por jóvenes estudiantes de todos los niveles, pronto desbordó su participación social interclasista e interétnica de forma notable. Uno es por la democratización de la democracia y elecciones limpias y de calidad. El otro simplemente por el derecho a la vida, y también por el cumplimiento de la justicia. Movimientos que iniciaron por un suceso o causa concreta y que con el tiempo ampliaron demandas sociales y políticas de más amplio alcance cuestionaron el sistema y su legitimidad. Se habla de una crisis de gobernabilidad, de representación política, pero es más una crisis de deshumanización y banalización del mal. Además se trata de “una rebelión por los hijos, los jóvenes de este apesadumbrado país. Y eso le da a Ayotzinapa una vitalidad y dinamismo que surge de la entraña misma de la naturaleza humana evolutiva: la defensa de las crías, de aquellos que son cuidados desde niños y se les ve crecer. Ellos no pueden desaparecer así nomás, convertidos en cenizas y en meros fantasmas, objetos de búsqueda en lugar de ser objetos de amor y convivencia. Se trata de convertir a todos en seres indiferentes a la muerte y desaparición de los hijos, ser un pueblo sin rituales y sin una cultura a que recuerde y guarde cariñosamente a los que se han ido” (Aboites, 2015:91). Y es que ahora que está de moda el construccionismo social, bien vale la pena hacer un alto y pensar en la biología, la emoción de la cultura y la emoción del instinto, porque la emoción es todo, cognición, cultura, biología, comportamiento. “¿Qué cosecha un país que siembra cadáveres?” y “Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla”, fueron algunas de las consignas que surgieron en las marchas en el mes de noviembre.

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Si antes la figura presidencial en el país era de suma importancia, hoy el poder parece repartido entre los financieros y empresarios nacionales e internacionales, los centros de poder del mundo e incluso el crimen organizado. Quizás estemos en una coyuntura internacional donde la política ya no es lo que era o lo que se creía que era, y tal vez, desde un viejo modelo, se le está pidiendo lo que no puede hacer: ser democrática y sobre todo respetar la integridad y la vida humana (Bauman, 2001). Lo que sí parece claro es que la juventud del país desconfía de la política tradicional, y que la población del país confía en la sabiduría juvenil plasmada en movimientos sociales que apuestan a la democracia, a la vida, a otro país y otro mundo posible. Reflexión de las editoras de sección Mercedes Di Virgilio y Yanina Welp: el artículo indaga el contexto, desarrollo y alcance de los movimientos de jóvenes en México. En ese marco, pone el foco en dos experiencias: la del movimiento por Ayotzinapa en 2014 y la del #YoSoy132 surgido en 2012, aun cuando se detiene con mayor énfasis en la primera de estas. Ambas experiencias resultan valiosas y sumamente relevantes a la hora de indagar en contexto, desarrollo y alcance de los movimientos de jóvenes. A pesar de ello, queda abierta la pregunta por la comparabilidad de las mimas: ¿son ambas experiencias efectivamente comparables?, ¿la categoría juventud alcanza en tanto categoría sociológica para borrar los límites que les imponen los contextos de desarrollo y los sectores que los impulsan? Asimismo, el artículo deja planteada una pregunta clave a ser retomada en otros trabajos: ¿son estos movimientos de jóvenes una expresión renovada de cultura política? O antes bien, ¿es la crisis política actual la que habilita su construcción? La autora arriesga como posible respuesta una que a nuestro entender es aún inacabada: estos movimientos parecen ser, a su juicio, una expresión de una crisis de deshumanización. Sin embargo, el contenido de esta crisis no está explícitamente descripto ni considerado, quedando así pendiente su definición.

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URBIS Analizando el Ciberactivismo en México: El caso de #YoSoyMedico17 Analyzing Cyberactivism in Mexico: The Case of #IamDoctor17 Rodrigo Sandoval-Almazán (1972, mexicano, Universidad Autónoma del Estado de México, México) rsandovuaem@gmail.com

Resumen El activismo social ha cambiado debido al uso de las tecnologías de la información y la comunicación. El objetivo de este artículo es probar un modelo teórico para ayudar a entender el origen, dinámica y efectos del ciberactivismo desarrollado por Sandoval-Almazán y Gil-García (2014) compuesto por cuatro etapas: (1) hecho detonante; (2) medios y respuesta tradicional; (3) organización virtual y (4) respuesta física. Usando el caso de estudio #YoSoyMedico17 del movimiento de médicos mexicanos, en alusión al movimiento estudiantil del 2012 denominado #yosoy132. Al probar el modelo teórico, se demuestra su pertinencia para identificar movimientos sociales en línea, su origen, desarrollo, organización y efectos. Palabras clave: acción colectiva, ciberactivismo, modelos, redes sociales. Recibido: 13-07-2015 → Aceptado: 13-08-2015

Abstract Social activism has been transformed as a result of the use of Information and Communication Technologies. The aim of this paper is to test a research framework that helps to understand origins, dynamics and effects of this new phenomena of cyberactivism, developed by Sandoval-Almazan & Gil Garcia (2014) is based on four stages: (1) Triggering Event; (2) Media and traditional Response; (3) Virtual Organization and (4) Physical Response. This circular flow model of interactions was tested with the research case of #IamDoctor17. This online movement of Mexican physicians alludes the #yosoy132 movement was held on Mexican presidential elections on 2012. These doctors use of social media platforms to organize their protest and publicize their claims. The findings reveals the pertinence and usefulness of the theoretical research model for this case. Key words: collective action, online activism, models, social media

Introducción Las protestas sociales han adquirido mayor poder con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los últimos años. Las sociedades alrededor del mundo han adoptado estas herramientas en diferente forma, niveles socioeconómicos y grados, y con diferentes tiempos. Hoy día, las TIC se han convertido en importantes catalizadores de la acción social. El Internet y las tecnologías Web 2.0 han sido el complemento perfecto para las protestas sociales, empoderando a los ciudadanos para lograr su meta: maximizar su protesta. Las nuevas actividades en línea han evolucionado de la protesta callejera a la protesta en línea, algo que se ha dado en llamar: ciberactivismo.

Uno de los más famosos ejemplos de ciberactivismo viene de 1994 con el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que comunicó a la prensa internacional su reclamo y logró construir una red de simpatizantes mundial al usar listas de correo electrónico (Sandoval-Almazan & Gil-Garcia, 2014). Otros movimientos le han seguido (La Batalla de Seattle, Wikileaks, “Indignados” y 11-M de España, #OccupyWallStreet) hasta la primavera árabe (Liz Else, 2012). Estos movimientos sociales están directamente relacionados con las redes sociales. Y aunque aún no está suficientemente demostrado cuál es su impacto en el origen, evolución, desarrollo y conclusión en estos, es claro que han sido herramientas potencializadoras de la acción humana, que obligan a preguntarnos: ¿las redes sociales electrónicas cambian la manera en la que se organizan los manifestantes? ¿Con el uso de las redes sociales presenciamos un nuevo tipo de activismo? ¿Las herramientas de redes sociales electrónicas han transformado al ciberactivismo en las protestas sociales recientes? Los movimientos sociales en línea, donde actúan los nuevos ciberactivistas, son tan veloces (ocurren en días o semanas) que es difícil identificar sus patrones, acciones y elementos para un estudio sistemático que permita un estudio detallado. El modelo propuesto por Sandoval-Almazán y GilGarcía (2014) contribuye en esta dirección. El objetivo de esta investigación es probar dicho modelo usando el caso de #YosoyMédico17 en México. En ese sentido, el texto se organiza en cinco secciones comenzando por esta introducción; la segunda sección presenta una revisión de la literatura de los movimientos sociales y el ciberactivismo; la tercera, describe el modelo propuesto por Sandoval-Almazán y Gil-García (2014); la cuarta, aplica el modelo al caso #YosoyMédico17; y la última, discute el caso y presenta conclusiones. Marco teórico El objetivo de esta revisión de literatura es identificar estudios relacionados con el ciberactivismo y se encuentra organizada en tres secciones: 1) Activismo, movimientos sociales y acción colectiva; 2. Ciberactivismo; 3) Ciberactivismo y redes sociales. Activismo, movimientos sociales y acción colectiva El fenómeno del activismo puede definirse como cambiar el mundo. Pero el activismo también puede ser enfocado en impedir cambios económicos, políticos, sociales o medioambientales. El activismo también puede verse como grupos de gente reunida que buscan alcanzar una meta común. Estos movimientos sociales pueden analizarse a través de la acción colectiva (Olson, 1971). Olson argumenta que si la gente comparte intereses, pueden realizar alguna acción colectiva para alcanzarlos. Aunque el debate conceptual sobre movimientos sociales aún continúa, para efectos de esta investigación, coincido con el concepto de Diani

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(1992:1), que afirma que “los movimientos sociales se definen como redes de interacciones informales entre una pluralidad de individuos, grupos y/o organizaciones que participan en conflictos políticos o culturales, sobre la base de las identidades colectivas”. Tarrow (2011) complementa esta idea analizado los movimientos sociales a través de las interacciones entre instituciones y políticos. Él considera que los movimientos sociales son acciones colectivas basadas en cuatro propiedades: reto colectivo, propósito común, solidaridad social e interacción sostenida. Ostrom (1990) aporta otro camino de investigación con un concepto muy útil para esta investigación: la “piscina común de recurso” (CPR), en la cual introduce el Internet como un nuevo bien compartido por la comunidad. Otra veta de investigación intenta entender las diferencias entre acción colectiva y movilización social usando Internet. En relación con la acción colectiva, Postmes y Brunsting (2002) encontraron que la acción colectiva es posible porque la gente descansa en una membresía internalizada de identidades sociales para alcanzar un involucramiento social en línea. En términos de movilizaciones sociales, Krueger (2006) encontró que el status socio-económico, las habilidades cívicas y los intereses políticos influyen en la movilización en línea. En relación con modelos antecedentes que analizan la acción colectiva, se encuentra la aportación de Lohamnn’s (1994) de la información en cascada y el de Opp’s (2009), modelo cognitivo estructural que explica las nuevas conexiones entre medios, tecnología y protesta social, que se enfocan en la acción social. Finalmente, un complemento son las teorías de comunicación política que han sido ligadas a los movimientos sociales. Blumler y Kavanagh (1999) describen cinco tendencias en la comunicación política: (1) Imperativos profesionales intensificados; (2) presiones competitivas incrementadas; (3) populismo anti-elitista; (4) proceso de diversificación centrífugado y (5) cambios en cómo la gente recibe la política. En suma, las investigaciones de estos académicos demuestran una serie de cambios que vinculan el activismo, los movimientos sociales y la acción colectiva con el uso de la tecnología a través de la comunicación política. Ciberactivismo El ciberactivismo surge con el uso comercial de Internet y la posibilidad de expandir los canales de comunicación. Las tecnologías de Internet son utilizadas para causas específicas como: recolección de fondos, construcción de comunidad, cabildeo y organización. La investigación sobre movimientos sociales y la democracia electrónica son muy recientes y se encuentran vinculados entre sí. Algunos investigadores establecen que el uso de la tecnología apoya las prácticas democráticas (Ayers y McCaughey, 2003; Vande-donk, Loader, Nixon y Rucht, 2004). Sin embargo, es Mosca (2010:4) quien propone un concepto del uso político de Internet: “usando Internet en reunir información política, para discutir temas políticas y para realizar actos de protesta en línea”. La investigación de Ayres (1999) presenta una visión menos optimista, destacando que es poco confiable y verificable la información que circula en Internet vía los sitios web de los movimientos sociales, produciendo mayor incertidumbre y confusión que una discusión política real. Varios investigadores han monitoreado el impacto de la tecnología y de las redes sociales tecnológicas en sus investigaciones. Sin embargo, Ayres (1999) fue el primero en analizar el uso potencial de Internet como un camino para alterar la dinámica de las protestas, usando este canal como un camino para difundir contenido y organizar protestas en las calles. Van-de-Donk,Loader, Nixon y Rucht (2004) recogen una serie de experiencias de todo el mundo

demostrando que Internet cambia la identidad de los movimientos, pero también analizando las estrategias sugiere que Internet puede convertirse en un sitio de resistencia y no solo en una plataforma de intercambio de noticias. Por el uso de Internet, los movimientos sociales han evolucionado en una protesta global más organizada desde el EZLN a través de e-mail hasta nuestros días con las protestas de la llamada primavera Árabe. Van Laer y Van Aelst (2009) proponen un modelo que explica el ciberactivismo basado en dos continuos que se intersectan: el primero de estos va desde una forma no violenta hasta un extremo violento; el segundo continuo va desde el Internet como apoyo para las actividades hasta una protesta basada enteramente en demostraciones usando Internet. En suma, el ciberactivismo se puede entender como el uso de las TIC para realizar acciones de movilización social, fortalecer la identidad colectiva para alcanzar objetivos comunes. Ciberactivismo y redes sociales Zhang (2010) es el primero en analizar casos de participación cívica, las redes sociales electrónicas y las interrelaciones entre ambas. Sin embargo, Friedland y Kenneth (2009) hacen una revisión de la literatura basada en cuatro tipologías de protestas en línea: la primera concibe Internet como un espacio donde la gente se reúne; segundo, son los tipos de organización y patrones de comunicación internos; la tercer tipología es cómo este grupo se comunica externamente; y la cuarta, cómo utilizan la tecnología de redes sociales para afectar la movilización en Internet. Las redes sociales electrónicas que forman parte de estas herramientas para intercambiar información. La principal característica de las redes sociales es la co-creación por los usuarios. La web 2.0 provee la plataforma tecnológica para esta actividad distribuyendo contenidos en todos los aparatos conectados, y alentado la creación, organización, vinculación y compartir contenido. Siguiendo este razonamiento, la web 2.0 está más vinculada con una plataforma tecnológica bajo la cual están construidas las aplicaciones de redes sociales electrónicas que permiten intercambiar el contenido generado por estas. El uso de las redes sociales para el ciberactivismo apoya la idea de que las tecnologías de Internet permiten a los manifestantes organizarse de una forma descentralizada y sin una autoridad central. Esta manera de organización, al crear formas más flexibles de acción colectiva, ha cambiado radicalmente la forma en que las raíces de la política operan a través de Internet. Por ejemplo, Kiss y Rosa-Garcia (2011) explican que la movilización eficiente descansa en el flujo de información. Para estos investigadores, los medios masivos y las redes sociales afectan la movilización; con medios masivos se refieren a la TV y Radio, y las redes sociales a Facebook y Twitter. En una protesta social tradicional, la interacción termina en las calles y en los mítines posteriores. La mayoría de la investigación previa está basada en el comportamiento de los organizaciones o movimientos en línea y describe o clasifica las distintas interacciones utilizando Internet (Friedland y Kenneth, 2009). En contraste, pocos modelos teóricos se han enfocado en analizar el fenómeno desde un perspectiva macro o generalista (Van Laer y Van Aelst, 2009; Kiss y Rosa-Garcia, 2011). El modelo teórico de SandovalAlmazán y Gil-García (2014) pretende comenzar a llenar este vacío con una

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propuesta que logre una mejor comprensión en las relaciones de redes sociales electrónicas, protesta social y movilización en línea.

fue el eje de la movilización posterior y marchas multitudinarias (Ghonim, 2012).

A partir de esta revisión de literatura se podrían establecer algunos vínculos entre los componentes del modelo propuesto por Sandoval-Almazán y Gil-Garcia (2014). Ello, sin pretender cambiar o revisar los fundamentos del mismo, dado que no es objeto de esta investigación sin probarlo en un caso de estudio específico. El hecho detonante puede encontrarse a partir de las ideas de Bennett and Segerberg (2012), en su lógica de acción colectiva, donde distinguen la acción conectiva de la acción comunicativa. El componente de respuesta tradicional proviene de las características y orígenes de los movimientos sociales (Towner, 2012; Lohman, 1994; Diani, 1992), dado que es preciso establecer este vínculo medios de comunicación y movimiento de social para reafirmar su existencia. En el caso de la organización viral, las ideas de Bennett y Segerberg (2012) sobre la organización digital con los casos de #cop15 y #thewave así lo ilustran, y también con las relaciones que establecen Kiss y Rosa García (2011) sobre cómo impactan y se administra este componente dentro de los movimientos sociales en línea. Finalmente, el componente de respuesta física y su relación con la actividad en línea se comienza a establecer a partir de los estudios de Kavanaugh A y cols (2011) y la experiencia de Ghonim (2012), consolidándose a partir de las investigaciones de Van Laer y Van Aelst (2009). Estos cuatro componentes: hecho detonante, medios y la respuesta tradicional, organización viral y respuesta física conforman el modelo de análisis que se explica a detalle en la siguiente sección.

Figura 1: Modelo de análisis de movimientos sociales en línea

Ciberactivismo y redes sociales: un modelo El modelo teórico de Sandoval-Almazán y Gil-García (2014) contiene cuatro etapas: 1) evento detonador; 2) respuesta de los medios; 3) organización virtual y 4) respuesta física (ver figura 1). Cada una de estas dimensiones es complementaria y consecutivas entre sí, son imperfectas y en un círculo no totalmente predecible. Este modelo de flujo circular se propone a partir del supuesto de que la acción colectiva está en constante cambio y adaptación a nuevos contextos y tecnologías, de tal forma que continuamente regresa a su origen y comienza el proceso; dado que los activistas organizan acciones en cortos periodos de tiempo y tienen más posibilidad de diseminar información a través Internet (Friedland y Kenneth, 2009). De tal forma que el modelo es iterativo y circular, ya que introduce nuevos datos que generan discusión o promueven acciones (tanto en línea como físicamente) entre cada evento. En las secciones siguientes se explican las etapas. Evento detonante El factor detonante es un evento extraordinario que promueve una reacción social a este. No importa cuál sea la causa del evento (asesinato, agresión, respeto a los derechos humanos, falta de atención, desconfianza), el resultado es una reacción social. Este factor puede estar ligado a lo que llamó Lohman (1994) “oportunidad política”, en la teoría de la protesta social, y que se define como: “la noción de que la gente llegue a ser activa no sólo cuando está más oprimida o descontenta, sino cuando un sistema cerrado de oportunidades se abre” (p. 46). De tal forma que la oportunidad política surge de las redes sociales electrónicas, en la cual existe ahora el empoderamiento de la gente para organizar las protestas (Sandoval-Almazan y Alonzo, 2011). En Egipto, Wael Ghonim creó un grupo en Facebook llamado “Kullena Khaled Said” (Todos somos Khaled Said) haciendo alusión a un hombre de 28 años que fue brutalmente golpeado. Las protestas posteriores derivaron en la manifestación permanente en la Plaza Tahrir, que

Fuente: desarrollado por el autor y cols

El evento detonante tiene las siguientes características: 1) rompe el status quo de la sociedad; 2) es autónomo de otras coyunturas; y 3) los ciudadanos se organizan a su acreedor. El evento detonante es apoyado por un interés colectivo o un grupo (Olson 1971; Ostrom, 1990; Tarrow, 2011). Este evento inesperado es importante porque crea sinergia entre los nuevos medios y los medios tradicionales. Sin el evento detonante sería difícil comenzar cualquier protesta social. Existen diversas acciones aisladas que pueden ocurrir, pero un evento detonante se define como un catalizador que abre un nuevo camino o un comportamiento colectivo que llama la atención de los medios. Medios y la respuesta tradicional El evento detonante crea una respuesta inmediata que es parte del modelo de comunicación tradicional: un mensaje pasa de un emisor a un receptor y más tarde se reciben respuestas a ese mensaje. No obstante, el uso de redes sociales electrónicas expande los canales de comunicación aumentando la velocidad de difusión del mensaje y crea un espacio diferente para compartir ideas acerca del mismo. Este espacio virtual de interacción política habilita a los ciudadanos para compartir, colaborar y cooperar usando las tecnologías de redes sociales electrónicas sin costos de información y con una plataforma tecnológica común (Towner, 2012). La respuesta de los medios promueve que la información se vaya agregando por parte de los activistas y genera una segunda o tercera cascada de información (Lohmann, 1994), la cual permite que activistas nuevos se sumen al movimiento (Kiss y Rosa-Garcia, 2011). Las redes sociales pueden ser valiosas en esta etapa al menos de tres formas: 1) movilizando a los activistas rápidamente; 2) deteriorando la legitimidad del régimen; y 3) incrementando la exposición nacional o internacional de las atrocidades del régimen. Cuando el mensaje llega al espacio virtual, no puede ser fácilmente censurado o limitado por el gobierno comparado con los medios tradicionales y las compañías de medios masivos. Organización virtual Una vez que el grupo de activistas ha generado una reacción masiva se comienza a construir una comunidad en línea, una organización virtual. Esta comunidad tiene canales de comunicación eficientes, lenguaje encriptado

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donde ellos utilizan palabras comunes o conceptos y comparten ideas, se construye una identidad colectiva que comparte significados, construye límites y redes de confianza, asume herencias ideológicas o culturales, nombra los problemas de forma diferente, reconstruye símbolos y acciones (Treré, 2015). Todo ello para realizar co-producción y colaboración entre pares usando herramientas web 2.0. De acuerdo con Ayres (1999), una organización viral debe buscar que exista un involucramiento con herramientas como compartir ideas, colaborar y cooperar con el grupo. La organización virtual presiona al gobierno a través de los medios de comunicación tradicionales construyendo un discurso consistente con su mensaje o su reclamo (Liz Else, 2012). Para construir su propia organización virtual, utiliza una plataforma virtual que puede ser un portal web o utilizar alguna plataforma de redes sociales que les ofrezca las condiciones para lograr estas acciones. Algunas características de la organización virtual son: acceso libre a la información, sin moderadores, sin reglas para el acceso, sin liderazgo identificado, organización horizontal que garantice un libre flujo de información (Friedland y Kenneth, 2009). Esta forma de organización debe llegar a ser viral y replicada por otros nodos o células del movimiento que puedan duplicar la plataforma tecnológica o las condiciones a través de los distintos modelos de comunicación que se convierten en recursos para la acción, como si fueran una piscina de recursos (Ostrom 1990) que pueden utilizar indistintamente, que pueden ser You Tube, Twitter, Facebook, Whatsapp, Entre otros. Las organizaciones virales permiten el empoderamiento de sus usuarios utilizando las tecnologías de Web 2.0 (Sandoval-Almazán y Alonzo, 2011). Este tipo de organización fomenta dos maneras de movilización: movilización en línea, ciberactivismo (Ayers y Mccaughey, 2003) y movilización física o offline, mitin o marcha. Ambos tipos requieren administración, logística, consistencia y una estrategia que le da la organización. Respuesta física La finalidad de promover una “respuesta física” en los movimientos sociales es mostrar poder y fuerza de la protesta en el mundo físico. Al materializar la protesta en línea y darle una forma más humana, lejos de las palabras y los discursos hacia la acción concreta, el ciberactivismo cobra más fuerza. Algunas demostraciones de fuerza son: marchas, mítines, bloqueos, paros, resistencia pacífica, entre otras, demuestran organización y poder al administrar y difundir a través de la tecnología (que funge como intermediario) sus reclamos y el control sobre sus activistas. Algunos académicos destacan la importancia de los movimientos sociales que se organizan usando tecnología, porque difunde la información con mayor rapidez y sobrepasa la cobertura de los medios tradicionales (Friedland y Kenneth, 2009). Por otro lado, la respuesta física demuestra a los nuevos activistas o sus simpatizantes el poder de organización y los alienta a reclutarse al movimiento, promoverlo o duplicarlo. Los recientes movimientos sociales (EZLN, #Yosoy132, primavera árabe, 11-M) han demostrado que no necesariamente requieren de los medios de comunicación tradicionales para organizar su movilización. La desintermediación que ofrece la tecnología lo hace posible a través de las redes sociales y el Internet (Kavanaugh A, y cols 2011; Ghonim, 2012), que permite la convocatoria, organización y disolución de marchas, mítines y cualquier acción de prospecta física al alcance de un clic.

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Hecho detonante: el caso Yo Soy 17 En enero de 2010, el niño Roberto Gallardo-Rodríguez falleció en el Hospital del Centro Médico de Occidente perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado de Jalisco, México. Sus padres demandaron a los médicos por negligencia. En marzo de 2014, los jueces dictaron 16 órdenes de aprehensión contra los médicos involucrados en el caso acusados por homicidio culposo. El padre del niño, Sergio Gallardo-Ramos, subió un video el 5 de junio del 20141 dando a conocer el fallo judicial, mismo que es visto más de 200 mil veces. Derivado de este hecho, el médico David Sánchez-Ramírez, pediatra adscrito al mismo hospital donde estaban sus compañeros, aprovechando la oportunidad política que dice Lohmann (1994), crea el 11 de Junio del 2014 una página en Facebook denominada “#YosoyMedico17” (facebook.com/pages/Yo-SOY-Medico-17), que después se popularizó con la etiqueta (hastag) “#yosoy17”. Haciendo referencia al movimiento estudiantil de la elección presidencial del 2012, llamado #YoSoy132 (Sandoval-Almazan, Gil-Garcia, 2013, Treré, 2015). Esta página de Facebook cumple con las características del hecho detonante al romper con el status quo en la sociedad mexicana, que no contaba con antecedentes de movimientos sociales de galenos defendiendo a otros colegas; además, este movimiento no surge de un sindicato, colegio de médicos o resultado de otra motivación política, siendo independiente del contexto y utilizando nuevas tecnologías a través de las redes sociales para aumentar el alcance en los medios tradicionales. La iniciativa de Sánchez Ramírez rápidamente adquirió notoriedad en la comunidad médica mexicana, y al 8 de Julio de 2014 contaba con un total de 92.214 seguidores, el número de interacciones con la página han sido de 300.000 y la han visto 1.800.000 personas. Además del movimiento generado en Facebook, se abrió una cuenta de Twitter (@yosoymedico17) que aumentó el impacto a través del uso de otros Hashtags (#yosoy17 #AmoSerMedico y #YosoyMedico17) originando un volumen de tweets de 76.165 hasta el 31 Agosto del 2014. Estas acciones en redes sociales conforman el evento detonante al ser catalizadores de la expresión social a través de distintas plataformas en forma simultánea, lo cual atrae nuevos seguidores y mantiene la protesta viva, así como incrementa el impacto en medios y el contagio viral del movimiento. Medios y respuesta tradicionales Los medios masivos de comunicación tradicional (prensa, radio y televisión) mexicanos han retomado el caso desde distintas perspectivas. Hay quienes hicieron notas descriptivas sobre el hecho, otros han apoyado a los médicos y algunos más han criticado el movimiento. Sin embargo, todos coincidieron en difundir las cuentas de Facebook y Twitter del movimiento. Esta acción conjunta entre medios tradicionales y nuevos medios genera distintas cascadas de información (Lohmann, 1994). En la primera cascada, se da a conocer el hecho desde el punto de vista médico y legal, así como la “injusticia” a los médicos involucrados; en la segunda cascada, aumenta la información mencionando el puesto del padre del menor, que era funcionario del gobierno y detalles médicos del hecho; en la tercer cascada, se invita a la acción sumando a otros médicos y convocando a la marcha. Dichas “cascadas” ocurren simultáneamente, deteriorando la legitimidad de los actores involucrados, aumentando el número de ciberactivistas e incrementando la exposición nacional e internacional del hecho. Además, cuando el mensaje llega al espacio virtual, es más difícil que sea censurado

https://www.youtube.com/watch?v=QWFAFrGCETU

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o limitado por la viralidad con que se expande, y ello permite a la movilización en línea mantener su presencia y conservar intacto su reclamo. Organización viral La plataforma de Facebook se ha convertido en el centro de operaciones de #YoSoyMedico17. Sin una estructura definida, los médicos se organizaron en distintas fan pages en cada estado del país. La convocatoria, logística y organización de la marcha llevada a cabo en junio del 2014 fue realizada a través de esta plataforma, así como a través de mensajes de texto o usando herramientas como Whatsapp y Skype. Con el éxito de Facebook, el grupo ha generado al menos cuatro páginas más con el nombre del movimiento que pueden verse en la tabla 1, lo cual demuestra una característica de esta etapa que es la colaboración y coproducción de los ciberactivistas utilizando las plataformas en línea para organizarse. Los grupos con más miembros son los que están cerrados al público en general, pero ello puede indicar no solo la conformación de una identidad colectiva y un sentido de comunidad que es propio de esta etapa sino una apuesta a la privacidad del grupo que sigue vigente, interactuando diariamente con médicos de todo el país. Tabla 1. Grupos Formados por el movimiento #YoSoyMedico17 Número de miem- Tipo de Nombre del grupo bros grupo #Yosoy17 “somos médicos no dioses ni cri32,851 cerrado minales” Los medios No Somos Delincuentes! 27,068 cerrado #Yosoy17 “somos médicos no dioses ni cri6667 público minales” YoSoy17 AC 3896 público Fuente: elaboración propia con datos de los sitios

Al interior de estas comunidades en línea, se crea un lenguaje encriptado, se comparten significados (en los hastags) y se asumen herencias ideológicas y culturales (como #YoSoy132), todo ello para construir límites (grupos en línea cerrados) y establecer redes de confianza con grupos de médicos de otros estados, distintas especialidades médicas y hospitales regionales o nacionales. El discurso que manejan es un ejemplo de lo anterior, como el rechazo a los medios de comunicación tradicionales (#EstoNoSaleEnlosMedios), así como compartir problemas médicos y éxitos con pacientes con posts en las plataformas; responder a las críticas (#YoTambienMeDormi). De esta manera, al compartir significados y renombrar los problemas, refuerzan la identidad colectiva (Treré 2014; Liz Else, 2012). La atención en el movimiento se mantiene a través de la generación de contenidos, como los memes (Internet meme) o las bromas que comparten los médicos en el sitio (Treré 2015). La mayoría de los memes hacen referencia a sus etiquetas sociales (#SomosMedicosNoDiosesNiCriminales) y hacen una crítica social a sus carencias salariales, laborales y organizacionales. Utilizando la plataforma tecnológica para compartir, solicitar ayuda y apoyar a sus colegas de manera coloquial, divertida y amena. Presencia física El 22 de junio del 2014 se convoca a una marcha usando las redes sociales a través del grupo de Facebook y de Twitter con el hashtag #YoSoy17, #YoSoyMédico. La desintermediación que favorecen las redes sociales al difundir la convocatoria fortalece la confianza entre los activistas para participar en la marcha y ver cómo sus reclamos en línea se materializan en las

calles. La marcha se lleva a cabo en 62 ciudades, entre las que se encuentran: Jalisco, Tijuana, Acapulco, Guanajuato, Toluca, Distrito Federal, Tampico y Querétaro. A partir de la difusión masiva del tema, miles de usuarios de las redes sociales manifestaron su apoyo a este grupo de médicos. La marcha del 22 de junio logra reunir más de 60.000 personas del sector salud, no solo médicos sino enfermeras, camilleros y personal de limpieza. La presencia física demostró organización, orden y cohesión del movimiento al aglutinar seguidores en distintas ciudades de todo el país, vestidos de blanco y portando carteles. Esta marcha ocurre 17 días después del hecho detonante, para demostrar fuerza y cohesión, así como atraer nuevos activistas a sumarse al movimiento, tal como ocurrió en movimientos similares como los de la primavera árabe (11-M o #YoSoy132).

Conclusiones-discusión El objetivo de este artículo fue probar el modelo teórico para analizar el ciberactivismo, desarrollada por Sandoval-Almazán y Gil-García (2014). De ello se desprenden cinco conclusiones. La primera de estas es que el modelo se prueba en el caso de #YoSoyMédico17 cuando identifica un hecho detonante con el video que sube a YouTube el padre del niño fallecido y que genera como reacción la organización de los médicos a través de Facebook. La respuesta pasiva y débil de los medios de comunicación tradicionales que difunden el movimiento de galenos en sus noticias. La organización virtual que se genera con distintos sitios de Facebook y una cuenta de Twitter que contiene las características descritas para conformar un movimiento en línea y, finalmente, la presencia física demostrada con una marcha de más de 60.000 médicos en varias ciudades de México. La segunda conclusión es que el modelo teórico propuesto ayuda a entender mejor este caso al identificar su origen, conformación, desarrollo y efectos. No obstante, esta primera contribución al debate sobre construir modelos que ayuden a entender el ciberactivismo es un primer paso en esa dirección y deberán desarrollarse otras herramientas que abonen en ese sentido. Una tercera conclusión tiene que ver con las interrogantes que arroja el modelo, tales como la operacionalización de cada una de sus etapas. ¿Qué variables distinguen al hecho detonante de otros hechos? ¿Cuáles son los límites de respuesta de medios tradicionales? ¿Qué elementos definirán la organización virtual cuando cambien las tecnologías? ¿Qué características definen a los ciberactivistas? ¿Cómo establecer el vínculo entre la manifestación física y el ciberactivismo en línea? La cuarta conclusión se relaciona con el flujo circular del modelo. Se parte del supuesto de que el ciberactivismo, por su actividad constante reiniciar el modelo cuando ocurre otro hecho detonante. En el caso de #YoSoyMédico17, se presenta solo un flujo completo; si hubiera otro hecho detonador, el movimiento seguiría la misma secuencia: impacto en los medios tradicionales, acción de la organización virtual a través de Facebook y una manifestación física en forma de marcha, bloqueo o resistencia social. Sin embargo, esto requiere ser comprobado en otras investigaciones futuras. Finalmente, la quinta conclusión origina la siguiente pregunta. ¿Cómo mantener la protesta social en línea? El caso de #YoSoyMédico17 sigue vigente y aporta algunas posibles respuestas que en el futuro podrían comprobarse, tales como: administrar los contactos a través de crear círculos de ayuda (subgrupos) de pasantes, recién egresados y especialistas; gene-

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rar contenidos lúdicos que mantengan la atención, generar contenidos sobre requerimientos organizacionales como donación de órganos, de sangre o de medicamentos; generar contenidos que refuercen la identidad colectiva, el orgullo de ser médico, el trabajo social, los resultados exitosos. Estas acciones pueden servir para mantener una protesta vigente. Una investigación futura puede determinar si alguno de estos o todos tienen algún impacto en el activismo en línea. Los avances en las telecomunicaciones están redefiniendo las acciones sociales. Ahora es más sencillo participar en un movimiento en línea a través de un teléfono inteligente, dando clic en un sitio web o compartiendo un mensaje de texto. El activismo en línea se está transformando. El caso #YoSoyMédico17 es una muestra de que para manifestarse, defender una idea o encabezar un movimiento solo se requiere un acceso a Internet y una buena causa. Reflexión de las editoras de sección Mercedes Di Virgilio y Yanina Welp: este texto aborda un tema de gran relevancia no solo en América Latina sino en muchas otras partes del globo, que refiere al uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones para organizar protestas sociales. El mérito del texto reside en plantearse una clara pregunta de investigación (¿las redes sociales electrónicas cambian la manera en la que se organizan los manifestantes?, ¿hay un nuevo tipo de activismo?) y en hacer el esfuerzo de proponer un modelo para el análisis. El modelo en cuatro etapas (hecho detonante, medios y respuesta tradicional, organización virtual y respuesta física) es luego testado en las experiencias mexicanas del #yosoy132 (protesta iniciada por grupos universitarios de ciudad de México pidiendo la democratización del país y de los medios de comunicación) y #YoSoyMedico17 (protesta iniciada por personal del sector salud acusados de incompetencia). Algunos interrogantes quedan abiertos en torno a la rigidez de un modelo en etapas escaladas para analizar movimientos diversos y complejos, en que tanto el tipo de demanda como la legitimidad social atribuida a la protesta, el estado (más o menos democrático o abiertamente autoritario) o el sistema de medios tradicionales (más o menos abierto o marcadamente cerrado) juegan un papel que debería ser también considerado para analizar la influencia de las TIC.

Referencias bibliográficas Ayres, J.M. (1999). From the Streets to the Internet: The Cyber-Diffusion of Contention. The ANNALS of the American Academy of Political and Social Science, 566(1), 132-143. Ayers, M.D. & Maccaughey, M. (2003). Cyberactivism: Online Activism in Theory and Practice (1st ed.). New York: Routledge. Extraído desde: http://www.powells.com/biblio/61-9780415943208-1 Bennett, W.L., & Segerberg, A. (2012). The Logic of Connective Action Digital Media and the Personalization of Contentious Politics. Information, Communication & Society, 15(5), 739-768. Extraído desde: http://doi.org/10.1080/1369118X.2012.670661 Diani, M. (1992). The concept of social movement. The Sociological Review, 40(1), 1–25. Extraído desde: http://doi.org/10.1111/j.1467-954X.1992.tb02943.x

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Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10 Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

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Resumen: Objetivos: Publicar el listado de universidades con membresía de Sapiens Research Group; el décimo reporte de las mejores instituciones de educación superior colombianas según indicadores de investigación; un análisis de los crecimientos intersemestrales de IES por sector (oficial vs privado), de distribución de IES por cuartiles, de peso de las variables por cuartiles, de las IES que entran y las que salen, de IES con tendencia al ascenso cada semestre, y de los puntajes promedio por regiones con más de una IES. Alcance: se analizaron todas las IES con revistas indexadas en el IBN (RevI); con maestrías y doctorados activos, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes según el Ministerio de Educación Nacional (PosG), y con grupos de investigación categorizados por Colciencias (GruP). Metodología: es la misma que se aplicó desde el primer reporte (2010-1). Resultados: (a) entraron 2 IES: Universidad Nacional de Colombia-Leticia (Amazonas) y Universidad Mariana (Nariño); (b) Salieron dos: Universidad de Sucre (Sincelejo) y Universidad Manuela Beltrán (Bogotá); (c) Dentro del top de las 15 mejores IES: sube la Universidad Industrial de Santander, Universidad de Caldas, Universidad de Cartagena y Universidad de Medellín; y baja Universidad del Norte, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, y Universidad Tecnológica de Pereira. (d) 30 IES subieron de puesto, pero también 30 permanecieron en sus mismas casillas, y 31 bajaron. (e) la relación 14% ↔ 36% ↔ 50% en las variables de análisis (RevI – PosG – GruP) es la que predomina en las IES ubicadas en el cuartil Q1. Conclusiones: (a) En 2010-1 clasificaron 64 IES tanto del sector oficial como del privado. Para este reporte (2014-2) ya hay 93: 6 instituciones universitarias oficiales y 6 privadas; 30 universidades oficiales y 53 privadas. (b) Un 53% han crecido las IES privadas frente a las oficiales (35%) desde el primer reporte (2010-1) hasta el actual (2014-2). (c) Solo el 3% de IES clasificadas están en el cuartil Q1; el resto, así: Q2 el 10%, Q3 el 20% y Q4 el 67%. (d) Las dos IES que en más periodos o reportes han subido son: Universidad de Medellín (7 ascensos de 9 posibilidades, y 2 estables); y Universidad del Tolima (7 de 9, y 2 descensos). (e) La región con el mayor puntaje promedio es Antioquia, con 20,750 puntos y 13 IES clasificadas. (f) Ya son 14 las IES que se han sumado a la membresía de Sapiens Research Group y han recibido nuestros productos (galardones) y servicios (web).

Palabras clave: grupos de investigación categorizados por Colciencias; maestrías y doctorados activos según el Ministerio de Educación Nacional; revistas indexadas en el Índice Bibliográfico Nacional; Ranking U-Sapiens.

Metodología: El Ranking U-Sapiens consulta los datos de bases públicas de libre acceso de fuentes del orden público: Colciencias, Índice Bibliográfico Nacional, y Ministerio de Educación Nacional. Esta clasificación se enfoca y analiza tres variables. RevI: revistas indexadas y categorizadas en el Índice Bibliográfico Nacional (corte 2014-1), donde hubo 4 categorías: C, B, A2 y A1. PosG: las maestrías (M) y doctorados (D) activos, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes nuevos según el Ministerio de Educación Nacional (corte 2014-1: SNIES). GruP: grupos de investigación categorizados por Colciencias en D, C, B, A y A1 (convocatoria 693 de 2014). Para este noveno reporte, el peso de las variables fue: α: 0,909; β: 0,693; γ: 0,398. Y los pasos a seguir fueron los siguientes. (1) A cada una de las subdivisiones (C, B, A2 y A1; M y D; D, C, B, A y A1) de las variables (RevI, PosG, GruP) se les asignó un peso proporcional entre 0 y 1, según importancia y equitatividad, para ser multiplicado por el número total aplicado a cada subdivisión. (2) Se sumaron los resultados de la operación anterior por cada una de las subdivisiones de cada variable. (3) A estos nuevos resultados se les dio un peso α, β, γ (que corresponde, de manera inversamente proporcional, a la participación de la sumatoria total de cada uno de las variables sobre el resultado total de sumar las sumatorias de las tres variables). (4) Finalmente, se sumaron los resultados de cada variable, a fin de que arrojara un puntaje para cada IES, cuyo orden de mayor a menor permitió obtener las posiciones para cada universidad. RevI PosG GruP C B A2 A1 M D D C B A A1 C * 0,25 B * 0,50 A2 * 0,75 A1 * 1 M * 0,4 D*1 D * 0,2 C * 0,4 B * 0,6 A * 0,8 A1 * 1 (C*0,25+ B*0,50 + A2*0,75 + A1*1) (M*0,4 + D*1) (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) (C*0,25 + B*0,50 + A2*0,75 + A1*1) * 0,α (M*0,4 + D*1) * 0,β (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) * 0,γ [((C*0,25 + B*0,50 + A2*0,75 + A1*1) * 0,α) + ((M*0,4 + D*1) * 0,β) + ((D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) * 0,γ)] (C*0,25 + B*0,50 + A2*0,75 + A1*1) = r (M*0,4 + D*1) = p (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) = g r₁ + ... + rn = r´ p₁ + ... + pn = p´ g₁ + ... + gn = g´ r´ + p´ + g´ = T = 100 ((r´ * 100) / T)) + ((p´ * 100) / T)) + ((g´ * 100) / T)) = 100 R + P + G = 100 α = 100 - R β = 100 - P γ = 100 - G

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Maestrías y Doctorados FACULTAD DE DERECHO Doctorado en Derecho Procesal Contemporáneo SNIES 54098 Doctorado en Derecho SNIES 91295 Nuevo

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Maestría en Contratación Estatal SNIES 103885

Maestría en Derecho Procesal SNIES 1810 Con extensión en Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Pasto, Pereira y Rionegro. Maestría en Derecho SNIES 53838 Con extensión en Cartagena Maestría en Derecho Penal SNIES 101603 Maestría en Derecho Probatorio SNIES 101672

FACULTAD DE INGENIERÍAS Doctorado en Ingeniería SNIES 55112 Maestría en Finanzas SNIES 54616 Con extensión en Cartagena Maestría en Gestión de la Información y el Conocimiento SNIES 101601 Maestría en Ingeniería de Software SNIES 90969 Maestría en Ingeniería Urbana SNIES 52405 Con extensión en Montería

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Maestría en Comunicación SNIES 90456

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FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS Doctorado en Administración SNIES 102240 Maestría en Innovación SNIES 103608

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Maestría en Administración MBA SNIES 52254 Con extensión en Cartagena, Cúcuta, Quibdó y Sincelejo. Maestría en Tributación y Política Fiscal SNIES 90575 Con extensión en Cúcuta, Chocó, Pasto,Sincelejo y Valledupar. Maestría en Gobierno SNIES 53382 Maestría en Mercadeo SNIES 90968 Maestría en Relaciones Internacionales SNIES 101548 Maestría en Ciencias Administrativas SNIES 102118 Maestría en Contabilidad SNIES 90482 Maestría en Logística SNIES 101554

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BÁSICAS Doctorado en Modelación y Computación Científica SNIES 103872

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Maestría en Educación Matemática SNIES 91253 Maestría en Modelación y Ciencia Computacional SNIES 101308

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS Maestría en Literatura SNIES 103644

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Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

IES con membresía SRG √

Ranking U-Sapiens 2014-2: IES con membresía Rk

IES

Puntaje

Ciudad

Departamento

1

(=)

138,607

Universidad Nacional de Colombia

Bogotá

Bogotá

8

35,985

Universidad del Norte

Barranquilla

RevI

PosG

GruP

Ius

Q

Tp

21,809

50,900

65,899

0,4137

Q1

(=)

2,55%

Atlántico

7,498

18,862

9,625

0,2742

Q2

(=)

6,50%

9

(=)

29,699

Universidad Pontificia Bolivariana

Medellín

Antioquia

3,635

14,701

11,363

0,1907

Q2

(=)

7,77%

12

(=)

24,206

Universidad EAFIT

Medellín

Antioquia

2,954

12,344

8,909

0,1894

Q2

8,89%

14

22,971

Universidad de Medellín

Medellín

Antioquia

2,726

15,949

4,296

0,1747

Q3

(=)

16,53%

16

21,923

Universidad del Cauca

Popayán

Cauca

0,909

10,541

10,474

0,1429

Q3

(=)

4,51%

25

(=)

14,466

Universidad Militar Nueva Granada Bogotá

Bogotá

4,544

3,745

6,177

0,0865

Q3

(=)

7,40%

31

10,905

Universidad de Córdoba

Montería

Córdoba

1,363

4,716

4,826

0,0766

Q3

4,49%

35

(=)

10,278

Universidad del Magdalena

Santa Marta

Magdalena

0,909

4,716

4,654

0,0433

Q4

(=)

3,94%

51

6,110

Universidad Tecnológica de Bolívar Cartagena

Bolívar

0,454

3,329

2,327

0,1213

Q4

(=)

1,82%

55

5,655

Universidad Santiago de Cali

Cali

Valle del Cauca

0,454

2,496

2,705

0,0402

Q4

(=)

6,45%

68

4,054

Universitaria Lasallista

Caldas

Antioquia

1,590

0,555

1,909

0,2282

Q4

(=)

7,27%

71

3,514

Universitaria Luis Amigó

Medellín

Antioquia

0,454

0,832

2,227

0,0252

Q4

(=)

16,43%

¿Quiénes pueden ser miembros de srg?

Todas las IES clasificadas en el Ranking U-Sapiens 2014-2 pueden solicitar la membresía a SRG. Solo necesitan ponerse en contacto con nosotros y ver esta breve presentación. ¿Qué beneficios reciben las IES que son miembros de srg? Las IES miembros reciben un micrositio en conexión completa dentro de nuestro portal web, el cual tiene datos, información y conocimiento actual y completo frente a sus indicadores de investigación, oferta educativa, revistas indexadas y grupos categorizados. Todo esto apoyado de gráficos, tablas y vínculos de gran interés para estudiantes, investigadores y sociedad en general. En un solo sitio, los navegantes conocen lo más importante de la institución en cuanto a investigación. Déjenos enseñarle los detalles a través de este enlace. También reciben varios galardones: diploma de certificación, placa de reconocimiento, y sello-botón web de distinción.

A su vez, reciben descuentos para que publiquen sus pautas en nuestra revista de investigación digital, el Boletín Científico Sapiens Research, y en nuestro portal web, con sus banners. Nuestra revista y portal reciben miles y miles de visitas cada semana, procedentes de distintos puntos del planeta, razón por la cual se aumenta considerablemente el interés de los visitantes sobre las instituciones miembros. Conozca algunos ejemplos y escríbanos.

Ranking U-Sapiens 2014-2, por Sapiens Research Group

74/84



Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

TOP 15 IES Universidad Nacional de Colombia

Universidad de Antioquia

Universidad de los Andes

Universidad del Valle

Universidad Javeriana

Universidad Nacional de Colombia

Universidad Industrial de Santander

Universidad del Norte

Universidad Pontificia Bolivariana

Universidad de Caldas

Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Universidad EAFIT

Universidad de Cartagena

Universidad de Medellín

Universidad Tecnológica de Pereira

Ciudad Bogotá

Medellín

Bogotá

Cali

Bogotá

Medellín

Bucaramanga

Barranquilla

Medellín

Manizales

Tunja

Medellín

Cartagena

Medellín

Pereira

(12-1)

(11-2)

(11-1)

Rk

(14-2) 1

(=)

(14-1) 1

(=)

(13-2) 1

(=)

(13-1) 1

(=)

(12-2) 1

(=)

1

(=)

1

(=)

1

(=)

(10-2) 1

(=)

(10-1) 1

Pt

138,607

133,2

135,4

129,9

127,8

127,3

122,3

126,7

114,8

110,1

Q

Q1

Rk

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

(=)

2

Pt

104,445

100,9

101,8

80,5

79,6

79,4

75,2

67,6

72,6

59,3

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q

Q1

Rk

3

(=)

3

(=)

3

(=)

3

(=)

3

(=)

3

(=)

3

5

4

5

Pt

61,801

62,5

63,1

55,0

53,5

51,9

48,2

42,1

43,4

35,6

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q

Q1

Rk

4

(=)

4

(=)

4

5

4

(=)

4

(=)

4

3

(=)

3

(=)

3

Pt

54,516

54,2

55,7

50,3

51,8

50,8

47,7

45,2

46,8

38,1

Q1

Q1

Q1

Q1

Q1-2

Q1-2

Q2

Q2

Q2

Q

Q2

Rk

5

(=)

5

(=)

5

4

5

(=)

5

(=)

5

4

5

4

Pt

52,755

53,5

52,6

51,1

49,6

49,5

46,8

44,6

43,0

37,1

Q2

Q1-2

Q2

Q1-2

Q2

Q2

Q1-2

Q1-2

Q1-2

Q

Q2

Rk

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

(=)

6

Pt

47,045

44,9

45,5

40,9

39,8

40,1

39,3

39,3

38,4

32,7

Q2

Q2

Q1-2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q

Q2

Rk

7

8

(=)

8

(=)

8

(=)

8

(=)

8

(=)

8

(=)

8

7

(=)

7

Pt

37,049

34,3

34,5

32,1

30,1

29,0

27,7

24,2

25,1

20,6

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q

Q2

Rk

8

7

(=)

7

(=)

7

(=)

7

(=)

7

(=)

7

(=)

7

8

(=)

8

Pt

35,985

35,3

35,5

32,8

32,6

32,2

28,8

26,0

24,9

20,0

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q

Q2

Rk

9

(=)

9

(=)

9

(=)

9

11

9

(=)

9

12

(=)

Q2 12

Q2 11

Pt

29,699

28,0

28,5

26,4

23,1

23,5

21,5

16,2

19,2

14,8

Q

Q2

Rk

10

11

10

(=)

10

9

10

11

10

11

10

Pt

29,112

26,5

28,2

24,6

24,2

22,6

20,6

18,3

20,8

15,4

Q2

Q2

Q2

Q2-3

Q2

Q2

Q3

Q3

Q3

Q

Q2

Rk

11

10

11

(=)

11

10

11

10

11

13

(=)

13

Pt

28,426

27,0

26,6

23,8

23,1

22,4

20,8

16,8

18,3

14,3

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q2

Q3

Q2-3

Q3

Q2-3

Q3

Q3

Q3

Q

Q2

Rk

12

(=)

12

13

(=)

13

14

(=)

14

19

(=)

19

(=)

Q3 19

Q3 17

Pt

24,206

22,8

22,4

20,2

19,3

18,9

14,4

13,3

13,9

10,9

Q

Q2

Rk

13

14

12

15

13

(=)

13

(=)

13

15

14

15

Pt

23,033

22,0

22,8

19,9

20,6

20,5

17,5

15,1

16,4

11,6

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q

Q3

Rk

14

15

16

17

20

(=)

20

23

24

(=)

24

37

Pt

22,971

21,1

20,6

19,1

16,2

14,7

11,9

9,8

10,6

5,2

Q3

Q2-3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q

Q3

Rk

15

13

14

12

(=)

12

(=)

12

(=)

12

9

10

9

Pt

22,360

22,8

22,3

22,8

22,7

22,1

20,0

19,2

20,9

15,9

Q

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q2-3

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

75/84

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q3

Q4

Q2-3

Q3-4

Q2-3

Q4

Q2-3



Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 16-30 IES

Universidad del Cauca

Universidad Externado de Colombia Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Universidad de la Sabana

Universidad del Rosario

Universidad de la Salle

Universidad del Tolima

Universidad Santo Tomás

Universidad CES

Universidad Militar Nueva Granada Universidad del Atlántico

Universidad Simón Bolívar

Universidad Pedagógica Nacional

Universidad de Nariño

Universidad el Bosque

Ciudad

Popayán

Bogotá

Bogotá

Chía

Bogotá

Bogotá

Ibagué

Bogotá

Medellín

Bogotá

Barranquilla

Barranquilla

Bogotá

Pasto

Bogotá

(14-2)

Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q

16 21,923

Q3 17 21,611

Q3 18 21,542

Q3 19 19,556

Q3 20 17,935

Q3 21

↑ ↑ ↓ ↑ ↓ ↑ ↑ ↑ ↓ ↓

(=) 16,874 ↑ Q3 22 ↑ 15,417 ↑ Q3 23 ↓ 15,131 ↑ Q3 24 (=) 14,548 ↑ Q3 25 (=) 14,466 ↑ Q3 26 ↑ 12,468 ↑ Q3 27 ↑ 11,724 ↑ Q3 28 ↑ 11,612 ↑ Q3 29 ↓ 11,597 ↓ Q3 30 (=) 11,481 ↑ Q3

(14-1)

18 19,9

Q3 16 20,6

Q3 17

↑ ↑ ↓ ↓

(=) 20,1 ↓ Q3 20 (=) 19,0 ↓ Q3 19 ↓ 19,1 ↓ Q3 21 (=) 16,2 ↓ Q3 23 ↑ 14,1 ↑ Q3 22 (=) 14,7 ↑ Q3 24 ↓ 13,7 ↑ Q3 25 (=) 13,3 ↓ Q3 27 ↓ 11,8 ↓ Q3 28 ↑ 11,3 ↓ Q3 29 ↓ 11,1 ↓ Q3 26 ↑ 11,9 ↑ Q3 30 ↓ 10,9 ↓ Q4

(13-2)

(13-1)

(12-2)

(12-1)

(11-2)

(11-1)

(=) 19 ↓ 17 ↑ 18 ↓ ↓ 16 13 19,4 ↑ 17,1 ↓ 17,7 ↑ 17,6 ↑ 16,5 ↑ 15,9 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 15 ↓ 14 ↑ 16 ↓ 15 ↓ 14 ↑ 17 20,8 ↑ 20,0 ↑ 19,2 ↑ 18,4 ↑ 17,3 ↑ 14,9 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 17 ↓ 16 ↓ 15 ↑ 16 ↓ 15 ↓ 14 20,6 ↑ 19,7 ↑ 19,3 ↑ 18,2 ↑ 16,8 ↑ 15,2 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 20 (=) 20 ↑ 22 ↑ 23 ↓ 20 (=) 20 19,2 ↑ 15,8 ↑ 14,0 ↑ 13,6 ↑ 13,4 ↑ 11,9 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 ↓ 18 ↑ 21 ↓ 19 (=) 19 ↓ 17 16 19,4 ↑ 15,2 ↓ 16,8 ↑ 16,5 ↑ 16,3 ↑ 15,0 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 21 ↑ 22 ↓ 21 (=) 21 ↑ 22 ↓ 21 16,7 ↑ 14,5 ↓ 14,6 ↑ 14,2 ↑ 12,0 ↑ 10,5 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 24 ↑ 32 ↓ 29 ↑ 30 ↑ 32 ↑ 35 13,6 ↑ 9,0 ↓ 9,7 ↑ 9,4 ↑ 8,0 6,4 ↑ Q3 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 22 ↓ 18 (=) 18 ↓ 17 ↑ 18 (=) 18 14,4 ↓ 18,5 ↑ 17,1 ↓ 17,9 ↑ 15,9 ↑ 13,4 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 ↑ 23 ↑ 28 ↓ 26 ↑ 27 ↑ 30 36 13,6 ↑ 10,7 ↓ 11,1 ↑ 10,1 ↑ 8,1 6,3 ↑ Q3 Q3 Q3 Q3 Q4 Q4 25 ↓ 24 ↑ 27 ↓ 26 ↓ 25 ↑ 26 13,5 ↑ 11,6 ↑ 10,4 ↑ 10,2 ↑ 9,2 8,5 ↑ Q3 Q3 Q3 Q3 Q3-4 Q4 26 ↑ 27 ↓ 23 ↓ 22 ↓ 21 ↑ 22 12,1 ↑ 11,2 ↓ 13,9 ↑ 13,9 ↑ 12,3 ↑ 9,8 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 ↓ 29 ↓ 25 ↑ 30 ↓ 29 ↑ 33 32 11,4 ↑ 11,4 ↑ 9,5 ↑ 9,5 ↑ 7,9 7,0 ↑ Q3 Q3 Q4 Q4 Q4 Q4 ↓ 27 ↓ 23 ↑ 24 (=) 24 (=) 24 23 11,6 ↓ 11,7 ↓ 12,3 ↑ 12,2 ↑ 11,7 ↑ 9,8 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3-4 32 ↑ 39 ↓ 36 ↑ 37 ↑ 39 ↓ 34 10,5 ↑ 7,6 ↓ 8,0 ↑ 7,6 ↑ 6,6 6,8 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 28 ↑ 31 ↑ 33 (=) 33 ↓ 29 ↑ 33 11,4 ↑ 9,6 ↑ 8,9 ↑ 8,8 ↑ 8,3 7,0 ↑ Q3 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 19

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

76/84

(10-2)

↓ ↓ ↓ ↓ ↑ ↓

9 21,3

Q2 15 16,0

Q3 17 15,3

Q3 20

↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↑

(=) ↑ ↓ 11,9 ↑ Q3 (=) 16 ↑ ↓ 15,9 ↑ Q3 ↑ 23 ↑ ↓ 10,6 ↑ Q4 ↓ 31 ↑ ↓ 7,5 ↑ Q4 (=) 18 ↑ ↓ 14,8 ↑ Q3 ↓ 34 ↑ ↓ 7,3 ↑ Q4 ↑ 29 ↓ ↑ 7,9 ↑ Q4 (=) 22 (=) ↓ 11,0 ↑ Q3 (=) 32 ↑ ↓ 7,4 ↑ Q4 ↓ 21 ↓ ↓ 11,4 ↑ Q3 ↑ 44 ↓ ↑ 4,6 ↓ Q4 ↑ 35 (=) ↓ 7,1 ↑ Q4

(10-1)

12 14,6

Q3 16 11,2

Q3 14 11,6

Q3 21 8,3

Q3 19 10,5

Q3 27 7,2

Q4 32 6,3

Q4 20 8,6

Q3 36 5,2

Q4 23 7,4

Q3 22 7,7

Q3 34 5,6

Q4 18 10,6

Q3 41 4,6

Q4 35 5,4

Q4



Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 31-45 IES Universidad de Córdoba

Universidad del Quindío

Universidad EAN

Universidad Jorge Tadeo Lozano Universidad del Magdalena

Universidad Javeriana

Universidad de Manizales

Universidad ICESI

Universidad Antonio Nariño Universidad Nacional de Colombia Universidad de Pamplona Universidad Autónoma de Manizales Universidad Autónoma de Occidente Universidad Autónoma del Caribe Universidad Autónoma de Bucaramanga

Ciudad Rk Montería Pt Q Rk Armenia Pt Q Rk Bogotá Pt Q Rk Bogotá Pt Q Rk Santa Marta Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Manizales Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Bogotá Pt Q Rk Palmira Pt Q Rk Pamplona Pt Q Rk Manizales Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Barranquilla Pt Q Rk Bucaramanga Pt Q

(14-2) (14-1) (13-2) (13-1) (12-2) (12-1) (11-2) (11-1) ↑ 38 ↓ 28 (=) 28 ↑ 31 ↓ 28 ↓ 31 ↑ 32 ↑ 33 10,905 ↑ 10,0 ↓ 10,4 ↑ 7,6 ↓ 9,8 ↑ 9,8 ↑ 8,1 ↑ 8,0 ↓ Q4 Q4 Q4 Q3-4 Q3-4 Q4 Q4 Q3 ↑ 40 ↓ 35 (=) 35 → ↑ 32 ↓ 31 ↓ 30 10,863 ↑ 10,5 ↓ 10,7 ↑ 7,5 ↓ 8,5 ↑ 8,3 → ↓ Q4 Q3-4 Q4 Q4 Q4 Q4 33 ↑ 36 ↓ 35 ↑ 44 ↑ 46 ↓ 45 ↑ 50 ↓ 47 ↓ 10,746 ↑ 9,0 ↓ 9,6 ↑ 6,8 ↑ 5,7 ↑ 5,7 ↑ 4,0 ↑ 3,9 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 50 ↓ 42 (=) 42 → 34 ↓ 33 ↑ 36 10,400 ↑ 9,9 ↑ 9,5 ↑ 5,9 ↓ 6,5 ↑ 6,4 → Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↓ 29 ↓ 25 (=) 25 ↑ 27 ↓ 25 ↑ 35 (=) 35 ↓ 34 10,278 ↑ 9,1 ↓ 9,8 ↓ 10,4 ↓ 12,1 ↑ 12,1 ↑ 8,9 ↑ 8,6 ↓ Q4 Q4 Q3 Q3 Q3 Q4 Q4 Q4 ↓ 36 ↑ 41 ↓ 38 (=) 38 ↑ 40 ↓ 36 ↑ 37 ↑ 41 10,088 ↑ 8,5 ↑ 7,8 ↓ 7,9 ↑ 7,2 ↓ 7,4 ↑ 6,7 ↑ 5,6 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 37 ↓ 34 ↓ 31 ↓ 26 ↑ 32 (=) 32 ↓ 28 ↓ 27 (=) 9,588 ↓ 9,9 ↓ 10,6 ↓ 11,3 ↑ 9,1 ↑ 9,1 ↑ 8,8 ↑ 8,2 ↓ Q4 Q4 Q4 Q3 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 42 ↑ 44 ↑ ↓ 44 ↓ 43 (=) 38 ↑ 40 ↓ 39 47 9,140 ↑ 7,9 ↓ 8,0 ↑ 7,3 ↑ 6,2 ↑ 5,4 ↑ 4,8 ↑ 4,7 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 48 ↑ 49 ↑ ↓ 48 (=) 48 (=) 39 (=) 39 ↑ 40 54 8,613 ↑ 8,0 ↑ 8,0 ↑ 6,3 ↑ 5,3 ↑ 4,5 ↑ 4,3 ↑ 3,8 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↓ 33 ↑ 37 ↓ 36 ↓ 35 ↓ 30 ↑ 40 ↓ 38 ↓ 37 8,507 ↑ 8,2 ↓ 8,2 ↑ 8,2 ↑ 7,8 ↑ 7,8 ↓ 7,8 ↑ 7,6 ↑ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 41 ↑ 45 ↓ 38 ↓ 37 ↓ 34 (=) 34 (=) 34 ↓ 29 ↑ 8,323 ↑ 7,3 ↓ 8,0 ↑ 7,8 ↓ 8,6 ↑ 8,6 ↑ 7,9 ↑ 7,8 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 49 ↓ 48 (=) 48 → 42 ↓ 41 ↑ 44 8,225 ↑ 7,8 ↑ 7,6 ↑ 6,1 ↑ 5,4 ↑ 5,3 → Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 46 ↓ 45 ↓ ↓ 42 ↓ 41 ↑ 43 ↓ 42 ↑ 45 44 8,027 ↑ 7,8 ↑ 7,4 ↑ 6,4 ↑ 6,1 ↑ 6,1 ↑ 5,6 ↑ 5,1 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 ↑ 47 ↑ 57 ↑ 59 ↓ 54 ↑ 59 ↓ 44 ↓ 43 ↓ 42 7,957 ↑ 7,5 ↓ 7,7 ↑ 6,4 ↑ 4,5 ↑ 3,9 ↑ 3,6 ↑ 2,4 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 45 ↓ 44 ↓ 43 (=) 43 ↓ 38 ↑ 39 ↓ 37 ↑ 39 ↓ 7,926 ↑ 7,4 ↓ 7,6 ↑ 6,9 ↓ 7,4 ↑ 7,4 ↑ 6,7 ↑ 5,7 ↓ Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

77/84

(10-2) 25 (=) 8,8 ↑ Q4 39 ↓ 6,0 ↑ Q4 46 ↑ 4,2 ↑ Q4

26 8,8

Q4 37 6,5

Q4 27 8,5

Q4 43 4,7

Q4 48 3,9

Q4 33 7,4

Q4 30 7,9

(=) ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↓ ↓ ↑ ↓ ↑

Q4 ↑ ↓ 42 5,5

Q4 52 3,3

Q4 36 6,6

Q4

↑ ↑

(10-1) 25 7,3

Q4 33 6,0

Q4 59 1,5

Q4

26 7,2

Q4 39 4,9

Q4 30 6,4

Q4 48 3,4

Q4 45 4,0

Q4 31 6,3

Q4 28 7,0

Q4 43 4,1

Q4 44 4,1

Q4 → → ↑ ↑

38 4,9

Q4



Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 46-60 IES Universidad Sergio Arboleda

Universidad Libre

Universidad Libre

Universidad Surcolombiana Universidad de la Amazonía Universidad Tecnológica de Bolívar Universidad Santo Tomás Universidad de los Llanos Universidad Católica de Colombia Universidad Santiago de Cali Universidad de San Buenaventura Universidad de Santander Universidad de San Buenaventura Universidad de la Costa

Universidad Central

Ciudad Rk Bogotá Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Bogotá Pt Q Rk Neiva Pt Q Rk Florencia Pt Q Rk Cartagena Pt Q Rk Bucaramanga Pt Q Rk Villavicencio Pt Q Rk Bogotá Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Cali Pt Q Rk Bucaramanga Pt Q Rk Medellín Pt Q Rk Barranquilla Pt Q Rk Bogotá Pt Q

(14-2) 46 (=) 7,360 ↑ Q4 47 (=) 7,142 ↑ Q4 48 (=) 6,950 ↑ Q4 49 ↑ 6,900 ↑ Q4 50 (=) 6,807 ↑ Q4 51 ↓ 6,110 ↓ Q4 52 ↑ 5,839 ↑ Q4 53 (=) 5,813 ↑ Q4 54 ↓ 5,740 ↑ Q4 55 ↓ 5,655 ↑ Q4 56 (=) 5,445 ↑ Q4 57 ↓ 5,285 ↑ Q4 58 (=) 5,232 ↑ Q4 59 ↑ 5,197 ↑ Q4 60 ↓ 4,983 ↑ Q4

(14-1) 46 ↑ 7,0 ↓ Q4 47 ↓ 6,9 ↓ Q4 48 (=) 6,6 ↓ Q4 57 ↓ 5,0 ↓ Q4 50 (=) 5,9 ↓ Q4 49 (=) 6,2 ↑ Q4 54 ↓ 5,2 ↓ Q4 53 (=) 5,3 ↓ Q4 51 ↑ 5,5 ↓ Q4 52 → 5,3 → Q4 56 ↓ 5,1 ↓ Q4 55 ↑ 5,1 ↑ Q4 58 ↓ 4,8 ↓ Q4 62 ↑ 4,3 ↑ Q4 59 (=) 4,7 ↑ Q4

(13-2) (13-1) ↑ 47 ↓ 41 7,0 ↓ 7,5 ↑ Q4 Q4 46 ↓ 30 ↑ 7,1 ↓ 9,7 ↑ Q4 Q3-4 48 ↓ 34 ↑ 6,6 ↓ 7,9 ↑ Q4 Q4 ↑ 55 ↓ 35 5,2 ↓ 7,9 ↑ Q4 Q4 50 ↑ 59 (=) 6,0 ↑ 4,5 ↑ Q4 Q4 49 ↓ 45 ↑ 6,1 ↓ 6,8 ↑ Q4 Q4 51 ↑ 57 ↑ 5,7 ↑ 5,1 ↑ Q4 Q4 ↑ 53 (=) 53 5,5 ↑ 5,3 ↑ Q4 Q4 ↓ 52 ↑ 56 5,7 ↑ 5,2 ↑ Q4 Q4

54 5,4

Q4 58 4,9

Q4 57 5,2

Q4 64 4,1

Q4 59 4,7

↑ ↑ ↑ ↑ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓

Q4

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

78/84

58 5,1

Q4 63 4,2

Q4 54 5,3

Q4 55 5,3

Q4 52 5,5

Q4

↓ ↑ ↓ ↓ ↑ ↑

(12-2) 43 (=) 6,3 ↑ Q4 31 (=) 9,3 ↑ Q4 39 ↑ 7,3 ↑ Q4 40 ↑ 7,3 ↑ Q4 59 ↓ 4,2 ↑ Q4 47 ↓ 5,6 ↑ Q4 62 ↓ 4,0 ↑ Q4 54 ↓ 4,8 ↑ Q4 50 ↓ 5,1 ↑ Q4

56 4,6

Q4 55 4,7

Q4 58 4,3

↓ ↑

(12-1) 43 ↓ 6,2 ↑ Q4 31 ↓ 9,3 ↑ Q4 40 ↓ 7,1 ↑ Q4 41 ↓ 6,9 ↑ Q4 57 ↓ 4,2 ↑ Q4 46 ↓ 5,6 ↑ Q4 61 ↓ 3,4 ↑ Q4 52 ↓ 4,8 ↑ Q4 49 ↓ 5,1 ↑ Q4

53 4,6

↑ ↑

Q4

(11-2) 41 ↑ 5,9 ↑ Q4 26 ↑ 9,0 ↑ Q4 36 ↑ 6,9 ↑ Q4 40 ↓ 6,6 ↑ Q4 52 ↑ 3,8 ↑ Q4 43 → 5,5 → Q4 58 ↓ 3,1 ↑ Q4 49 (=) 4,2 ↑ Q4 45 ↓ 4,7 ↑ Q4

(11-1) 42 ↓ 4,7 ↓ Q4 31 ↓ 7,4 ↓ Q4 37 ↑ 5,9 ↓ Q4 38 ↑ 5,8 ↓ Q4 53 → 2,8 → Q4

↓ ↑

52 ↓ ↓ Q4

56 3,5

Q4

56 ↑ ↑ Q4 49 ↓ 3,5 ↓ Q4 44 ↑ 4,2 ↓ Q4 2,6

2,8

(10-2) 41 ↑ 5,5 ↑ Q4 28 ↑ 8,1 ↑ Q4 38 ↑ 6,3 ↑ Q4 40 → 5,9 → Q4

60 2,4

Q4 47 3,9

Q4 45 4,4

↓ ↑ ↑ ↑ ↓ ↓

Q4

51 3,4

(10-1) 47 3,6

Q4 29 6,6

Q4 40 4,8

Q4

58 1,8

Q4 55 2,2

Q4 42 4,4

Q4

↑ ↑

Q4

54 2,2

Q4

→ → ↓ ↑

Q4

56 4,3

↓ ↑

Q4

55 3,5

↓ ↑

Q4

54 ↓ ↓ Q4 2,7

50 3,4

→ →

Q4

→ → ↓ ↑

51 5,1

Q4

↓ ↑

50 5,1

Q4

↓ ↑

46 4,6

Q4

↓ ↑

45 → → Q4 4,1

↑ ↓

46 3,7

Q4



Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 61-75 IES Universidad de San Buenaventura

Ciudad Bogotá

Universidad Santo Tomás

Tunja

Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales

Bogotá

Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid

Medellín

Instituto Tecnológico Metropolitano

Medellín

Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Bogotá

Universidad Libre

Barranquilla

Universitaria Lasallista

Caldas

Universidad Cooperativa de Colombia

Bogotá

Escuela de Ingeniería de Antioquia Universitaria Luis Amigó Universidad Pontificia Bolivariana

Medellín

Medellín

Bucaramanga

Universidad Cooperativa de Colombia

Bucaramanga

Universitaria Konrad Lorenz

Bogotá

Universidad Católica de Manizales

Manizales

Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q

(14-2) 61 (=) 4,802 ↑ Q4 62 ↑ 4,794 ↑ Q4 63 ↑ 4,415 ↑ Q4 64 ↑ 4,377 ↑ Q4 65 (=) 4,284 ↑ Q4 66 ↓ 4,264 ↑ Q4 67 ↑ 4,214 ↑ Q4 68 ↑ 4,054 ↑ Q4 69 ↓ 4,015 ↓ Q4 70 (=) 3,838 ↑ Q4 71 ↑ 3,514 ↑ Q4 72 (=) 3,486 ↑ Q4 73 ↑ 3,341 ↑ Q4 74 ↓ 3,327 ↑ Q4 75 ↑ 3,244 ↑ Q4

(14-1) 61 ↑ 4,4 ↑ Q4 68 ↓ 3,8 ↓ Q4 67 ↓ 3,8 ↑ Q4 66 ↑ 3,9 ↑ Q4 65 (=) 3,9 ↓ Q4 63 ↓ 4,0 ↓ Q4 69 (=) 3,7 ↑ Q4 71 ↓ 3,6 ↑ Q4 64 ↓ 4,0 ↓ Q4 70 ↓ 3,7 ↓ Q4 74 ↓ 3,2 ↓ Q4 72 ↓ 3,4 ↓ Q4 77 ↓ 2,7 ↓ Q4 73 ↑ 3,3 ↑ Q4 79 ↓ 2,6 ↓ Q4

(13-2) 62 ↓ 4,1 ↓ Q4 63 ↑ 4,1 ↑ Q4 66 ↑ 3,8 ↑ Q4 68 (=) 3,7 ↑ Q4 65 ↑ 4,0 ↑ Q4 61 ↑ 4,2 ↑ Q4 69 ↓ 3,6 ↑ Q4 70 → 3,5 → Q4 60 (=) 4,2 ↓ Q4 67 ↑ 3,8 ↑ Q4 72 ↑ 3,2 ↑ Q4 71 ↑ 3,4 ↑ Q4 76 → 2,8 → Q4 74 ↑ 3,1 ↑ Q4 78 ↑ 2,7 ↑ Q4

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

79/84

(13-1) 51 ↑ 5,7 ↑ Q4 74 ↑ 2,8 ↑ Q4 73 ↓ 2,9 ↑ Q4 68 (=) 3,2 ↑ Q4 67 ↑ 3,5 ↑ Q4 70 ↓ 3,0 ↓ Q4 66 ↓ 3,6 ↑ Q4

60 4,3

Q4 71 3,0

↑ ↑ ↑ ↑

Q4 80 (=) 2,1 ↑ Q4 78 ↓ 2,4 ↑ Q4

75 2,6

Q4 83 1,6

Q4

↓ ↑ ↓ ↑

(12-2) 53 ↑ 5,0 ↑ Q4 75 ↓ 2,5 ↑ Q4 70 ↓ 2,9 ↑ Q4 68 (=) 3,2 ↑ Q4 69 ↓ 2,9 ↑ Q4 67 ↓ 3,2 ↑ Q4 65 ↓ 3,3 ↑ Q4

61 4,0

Q4 72 2,7

Q4 80 1,8

Q4 76 2,4

↓ ↑ ↓ ↓

73 Q4 81 1,6

Q4

58 4,0

Q4 65 2,9

↓ ↑ ↓ ↑

Q4

(11-2) 47 ↓ 4,4 ↑ Q4 70 → 2,0 → Q4 63 ↓ 2,8 ↑ Q4 62 → 2,8 → Q4 64 ↓ 2,6 ↑ Q4 60 ↓ 3,0 ↑ Q4 59 → 3,1 → Q4

51 3,8

Q4 61 2,9

(=) ↑ ↓ ↑

Q4

(11-1) 46 ↑ 4,0 ↑ Q4

60 2,4

↓ ↓

Q4

58 2,5

51

58 2,4

↓ ↑

Q4

↓ ↓

Q4 55 ↑ 2,7 ↑ Q4

3,1

(10-2) 49 ↑ 3,8 ↑ Q4

↑ ↑

Q4 57 ↓ 2,5 ↓ Q4

56 2,5

Q4 57 2,5

(10-1) 50 2,5

Q4

57 2,0

Q4

↑ ↑

63 1,1

Q4 → →

Q4

54 2,7

Q4 55 2,6

↓ ↑ ↑ ↑

Q4

52 2,3

Q4 60 1,5

Q4

→ → ↓ ↑

Q4

2,6

(12-1) 55 ↓ 4,5 ↑ Q4 71 ↓ 2,5 ↑ Q4 67 ↓ 2,8 ↑ Q4 68 ↓ 2,7 ↓ Q4 66 ↓ 2,9 ↑ Q4 63 ↓ 3,2 ↑ Q4 62 ↓ 3,3 ↑ Q4

75 2,4

↓ ↑

Q4

↑ ↑ ↓ ↑

74 2,4

Q4 79 1,6

Q4

68 2,3

↓ ↑

Q4

↓ ↑ ↓ ↑

65 2,4

Q4 74 1,6

Q4

67 1,6

↓ ↓

Q4

↓ ↑ ↓ ↑

62 2,1

63 1,8

→ →

Q4

↓ ↓

Q4 69 ↓ 1,0 ↓ Q4

59 2,4

Q4 68 1,0

Q4

↓ ↑ ↓ ↑

51 2,4

Q4 64 0,7

Q4


www.unitecnologica.edu.co


Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 75-90 IES Universidad Francisco de Paula Santander

Ciudad Cúcuta

Universidad Mariana

Pasto

Universidad La Gran Colombia

Armenia

Universidad La Gran Colombia Universidad Autónoma de Colombia Universidad Tecnológica del Chocó

Bogotá

Bogotá

Quibdó

Universidad Nacional de Colombia

Leticia

Universitaria Politécnico Grancolombiano

Bogotá

Universidad Piloto de Colombia Universidad Católica de Pereira Dirección Nacional de Escuelas

Universidad Libre

Universidad Autónoma Latinoamericana Escuela Superior de Administración Pública Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla

Bogotá

Pereira

Bogotá

Pereira

Medellín

Bogotá

Cartagena

Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q

(14-2) 76 ↓ 3,166 ↑ Q4 77 → 3,153 → Q4 78 ↑ 3,044 ↑ Q4 79 ↓ 2,928 ↑ Q4 80 ↑ 2,824 ↑ Q4 81 ↓ 2,759 ↑ Q4 82 → 2,568 → Q4 83 ↑ 2,498 ↑ Q4 84 ↓ 2,443 ↑ Q4 85 ↓ 2,415 ↓ Q4 86 ↓ 2,377 ↑ Q4 87 (=) 1,935 ↑ Q4 88 ↑ 1,538 ↑ Q4 89 ↓ 1,459 ↓ Q4 90 (=) 1,457 ↑ Q4

(14-1) 75 ↓ 3,1 ↓ Q4

82 2,4

Q4 76 2,8

Q4 81 2,4

Q4 78 2,6

↓ ↓ ↓ ↓ ↑ ↑ ↓ ↓

Q4

84 2,3

Q4 83 2,4

Q4 80 2,4

Q4 85 2,2

Q4 87 1,9

Q4 89 1,5

Q4 88 1,6

Q4 90 1,4

Q4

(13-2) 73 ↓ 3,1 ↑ Q4

80 2,6

Q4 75 2,9

Q4 84 2,2

Q4 77 2,7

↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓

83 2,3

Q4 81 2,4

Q4 79 2,6

Q4 82 2,4

Q4 86 1,9

Q4 88 1,5

Q4 87 1,7

Q4 89 1,5

(12-2) 71 ↑ 2,7 ↑ Q4

(12-1) 73 ↓ 2,4 ↑ Q4

(11-2) (11-1) 66 ↓ 63 ↓ 2,3 ↑ 1,9 ↓ Q4 Q4

(10-2) 62 ↓ 2,0 ↓ Q4

(10-1) 56 2,1

Q4

→ → ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓

Q4

↓ ↑

(13-1) 69 ↑ 3,0 ↑ Q4

62 4,2

Q4 76 2,6

Q4 65 3,8

↑ ↑ ↓ ↓ ↓ ↑

Q4

↓ ↑ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↑

81 2,0

64 3,3

Q4 74 2,6

Q4 63 3,6

(=) ↑ ↓ ↑ ↓ ↑

Q4

↓ ↑

Q4 77 (=) 2,5 ↑ Q4 72 ↓ 3,0 ↓ Q4 79 ↓ 2,3 ↑ Q4

79 2,0

Q4 77 2,2

Q4 66 3,2

Q4 78 2,1

64 3,0

Q4 72 2,5

Q4 60 3,5

→ → ↓ ↑ ↓ ↑

Q4

↓ ↑ (=) ↑ ↑ ↑ ↓ ↑

Q4

78 1,7

Q4 77 1,9

Q4 69 2,7

Q4 76 2,1

69 2,2

Q4 57 3,4

↓ ↓ ↓ ↑

Q4

↓ ↑ ↓ ↑ ↓ ↑ ↓ ↑

Q4

76 1,4

Q4 73 1,8

Q4 67 2,3

Q4 72 1,8

61 2,3

Q4 50 3,2

(=) ↓ ↑ ↓

Q4

61 2,3

Q4 53 3,3

(=) ↑ ↓ ↑

Q4

↓ ↑ ↓ ↓

Q4

RANKING U-SAPIENS 2014-2, POR SAPIENS RESEARCH GROUP

80/84

86 0,8

Q4 84 1,5

Q4 82 1,8

Q4

82 1,5

Q4 → →

↓ ↑

80 1,5

↓ ↑

65 1,7

(=) ↓

Q4

65 1,7

↓ ↑

Q4

↓ ↑

64 1,8

(=) ↑

Q4

64 1,8

Q4

75 1,4

Q4

↓ ↑

68 1,4

→ →

Q4

Q4

↓ ↓

67 1,6

Q4

62 1,2

Q4

→ →

Q4

↓ ↑

3,0

→ →

→ → ↓ ↑

Q4 49 Q4

→ → ↓ ↑

61 1,4

→ →


Sapiens Research Sapiens Research Group

Boletín Científico Vol. 5(2)-2015 / pp: 73-84 / ISSN-e: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2014-2 Reporte 10: Clasificación de universidades colombianas según indicadores de investigación Por

Sapiens Research Group

Rk 91-93 IES

Ciudad

Escuela de Posgrados Fuerza Aérea Colombiana

Bogotá

Universitaria Monserrate

Bogotá

Escuela Superior de Guerra

Bogotá

Rk Pt Q Rk Pt Q Rk Pt Q

(14-2) 91 (=) 1,298 ↑ Q4 92 (=) 1,014 ↑ Q4 93 (=) 0,941 ↑ Q4

(14-1) 91 → 1,3 → Q4 92 ↓ 1,0 ↓ Q4 93 ↓ 0,9 ↑ Q4

(13-2)

90 1,0

Q4 91 0,7

↓ ↑

(13-1)

85 1,0

(12-2)

(12-1)

(11-2)

(11-1)

(10-2)

(10-1)

→ →

Q4 → →

Q4

Crecimientos: 2010-1 ↗ 2014-2 Los resultados del Ranking U-Sapiens se empezaron a publicar desde hace cinco años. En el primer reporte (2010-1), publicado en 2011-1, clasificaron 64 IES, del sector oficial y privado. Para 2015-2, cuando se publica el reporte número 10, el 2014-2, hay clasificadas 93 IES, incluidas instituciones universitarias. Desde el inicial hasta el reporte actual ha crecido el número de IES clasificadas en un 45%, un resultado que creemos que en cierta medida ascendido porque las IES se han ocupado de iniciar o fortalecer sus procesos y producciones de investigación ante referentes de evaluación externa como Sapiens Research. Desde que iniciamos, gran cantidad de rectores, vicerrectores y líderes de investigación se han puesto en contacto con nosotros interesados por nuestros reportes y por conocer qué más se puede hacer para mejorar sus indicadores. Hemos escuchado de distintas iniciativas, hemos visto cómo semestres a semestre algunas universidades han dado pasos grandes para robustecer todas las áreas que conforman la parte investigativa en procesos de edición científica, publicación de artículos en inglés, creación de grupos y paso de pregrados a posgrados con maestrías y doctorados. En ese sentido, hemos visto que nuestros resultados han motivado y empujado a que la investigación en el país se eleve cada vez más. De las 259 IES (universidades e instituciones universitarias) que hay en el país, un 36% ya cumple con tener revistas indexadas en el Índice Bibliográfico Nacional, grupos categorizados por Colciencias y al menos una maestrías o un doctorado activo según el Ministerio de Educación Nacional. Como se observa en la gráfica, son más las IES del sector privado (58) que del oficial (35). De 2010-1 a 2014-2, las IES clasificadas del sector privado han crecido en un 53% en contraste con las del sector oficial (35%). Sin embargo, es mayor el porcentaje de IES del sector oficial (41%) que del privado (34%) que se ve reflejado en nuestra clasificación. 51 IES del sector oficial todavía tiene el reto de terminar de cumplir con alguna o quizás más de nuestras variables. En su mayoría, no es porque no tengan grupos ni posgrados sino porque no tienen una sola revista indexada, lo cual no tiene sentido, porque es clave que cada institución tenga un medio para que se publiquen buenos resultados de investigación. Más que un logro, consideramos que es casi una obligación, un requisito básico. Por otra parte, 115 IES del sector privado también tienen este reto. Y hemos notado, según nuestros análisis, que

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muchas de estas IES no tienen ni siquiera grupos de investigación categorizados. Al parecer, dentro de sus objetivos todavía la parte de investigación no tiene el peso que debe tener. Es por esa razón que existen tantas IES, como dicen, de “garaje”, que ofrecen una capacitación e instrucción muy precaria, donde los docentes no están calificados para semejante responsabilidad y donde es muy débil la relación con el sector laboral. De esto, por supuesto, se ha escrito bastante, y no es el objetivo resaltarlo más. Pese a todas estas debilidades que presenta el país, lo cierto es que varias IES están alcanzando los niveles internacionales de calidad. Cada vez hay más patentes, más artículos de investigadores colombianos citados por científicos de todo el mundo, también hay más revistas coeditadas por organismos del exterior para impulsar más los sellos editoriales nacionales, pero también para abrirle el camino a más medios para que escalen a otros cuartiles de sistemas de indexación, resumen y citación. Si los números siguen así, en dos años, es decir, para 2017-1, cuando se publique el Ranking U-Sapiens 2016-1, habrán más de 100 IES clasificadas y seguramente habrán más logros para destacar no solo nacional sino internacionalmente.

Cuartiles vs IES Solo 3 IES están en el cuartil Q1: la Universidad Nacional de Colombia-Bogotá, Universidad de Antioquia y Universidad de los Andes. Dos del sector oficial y una del privado. Estas 3 IES suman 304,854 puntos derivados de los análisis a las tres variables. En el cuartil Q2 está el 10% de IES (9), todas universidades: 5 del sector oficial y 4 del privado. Es decir, que las IES del sector oficial predominan en estos cuartiles. En Q3, donde hay 19 IES, está ubicado el 20% del total. Sus puntajes suman 303,629; en otras palabras, si se compara con las 3 primeras IES, eso quiere decir que el hacer investigativo de estas 19 IES todavía no supera al de las que están en Q1. Y si se miran las 62 IES que están en el cuartil Q4, se puede corroborar que no son solo universidades sino también instituciones universitarias, de ambos sectores, que aunque en principio (2010-1) no tuvo gran representación (solo una del sector oficial: Instituto Tecnológico Metropolitano), hoy día sí, de ambos sectores. Doce IES han ingresado. Su crecimiento ha sido impresionante: más del 1000%, lo cual deja muy atrás a sus casi iguales, las universidades, que solo han crecido un 29% estos últimos 5 años.

Peso de las variables En la gráfica del lado se pueden observar los pesos promedio que tienen cada una de las variables por cuartiles. El comportamiento de los promedios en los cuartiles Q2, Q3 y Q4 es muy similar. Las diferencias son mínimas. Para el caso de grupos de investigación, el margen va de 42% a 44%; en posgrados, de 40% a 43%; y en revistas, de 14% a 18%. Es decir, que las diferencias son de máximo 4% para estas 90 IES. Sin embargo, para el caso de las tres primeras (que están en Q1: UNAL, UDEA, Uniandes), la relación promedio es muy diferente. La mitad de su esfuerzo se centra en grupos de investigación (50%), y esto implica un 6% más que la que tiene mayor porcentaje en Q4. Y para la parte de posgrados, también tiene un 6% por debajo de la menor (Q2, con 40%). Para el caso de revistas, se mantiene en la parte inferior del margen, con un 14%. Este tipo de relaciones entre variables, sin duda alguna, es un excelente indicador para el resto de las IES donde, en alguna casos, las proporciones distan mucho de esta relación del cuartil Q1. En ese sentido, una clara posible meta para las IES que tienen como ejemplo a las tres primeras, es imprimir su máximo esfuerzo en seguir creando y madurando grupos de investigación, que sigan escalonando en categorías y, a la vez, que se creen más programas de maestrías y doctorados.

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Las que salen y entran Cada semestre que se publican resultados, en la lista principal de clasificación se pueden observar cambios, dentros de los cuales están las IES que se suman o que salen, por no cumplir con algunas de las variables. Para este reporte, salen dos IES. Una del sector oficial (Universidad de Sucre) y otra del privado (Universidad Manuela Beltrán. La principal causa de desclasificación es que las IES descuidan su gestión editorial con la desindexación de sus revistas en el IBN. No obstante, como hemos podido ver en reportes anteriores, estos impasses se revierten. Ha habido IES que aunque salen, regresan y no vuelven a repetir desclasificación. Mientras que hay otras que no han podido clasificar de nuevo. La noticia positiva es que estos espacios fueron llenados por dos IES más, también una del sector oficial y una del privado. Se trata de otra sede de la Universidad Nacional de Colombia, la de la Amazonía; y, por otro lado, la Universidad Mariana (Pasto, Nariño). A estas dos universidades les damos la bienvenida y esperamos que se sigan sumando otras del país.

Dinámica general

En la gráfica de arriba se puede apreciar que los movimientos fueron muy similares. Las que subieron y bajaron: un 32%; y las que bajaron: un 34%. El 2% representan las dos IES que clasificaron. No obstante hay que destacar las dos IES que más puestos subieron. La Universidad Surcolombiana (Neiva, Huila) con 8 puestos: del 57 al 49. Y la Universidad Santo Tomás de Tunja (Boyacá) con 5 puestos: del 68 al 63. Como en toda la clasificación, unos suben y otras bajan. Las que más descendieron en esta oportunidad fueron dos IES. La Universidad Católica de Pereira (80↓85) y la Universidad Cooperativa de Colombia-Bogotá (64↓69): ambas con 5 puestos. Los descensos o ascensos pueden suceder por dos cosas: una externa y otra interna a las mismas IES. Porque bajaron en sus puntajes para una o todas las variables; es decir, porque, por ejemplo, hubo desindexaciones de revistas, bajada de categorías de grupos o incluso descategorización, y desactivación de posgrados (maestrías o doctorados). Pero también porque aunque pudieron incluso subir un poco o mantenerse igual o casi igual, otras IES dispararon sus esfuerzos y sobrepasaron a las que antes tenían por encima. Estos movimientos son totalmente normales y en cada semestre se presentan.

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Las IES con tendencia al ascenso De las 30 universidades que subieron de puesto del reporte 2014-1 al 2014-2, solo seis, al analizar sus históricos, han presentado, en la gran mayoría de semestres, ascensos. 7 veces de 9 posibles hasta hoy, tanto la Universidad de Medellín como la Universidad del Tolima han presentado ascensos en sus puestos. La primera inició en el puesto 37 y hoy es 14, y las otras dos veces se ha mantenido igual. El trabajo que ha hecho la UDEM es ejemplo para todas las del país. La segunda inició en el 32 y hoy es 23; y dos veces ha tenido descensos. Las otras IES que destacamos son la Universidad EAN, Universidad ICESI, Universidad Simón Bolívar y Universidad JaverianaCali, con 5 de 9. Estas cuatro IES han bajado en algún cambio de reporte, pero lo destacable es que regresan a su tendencia natural que es crecer. En ese sentido, si estas universidades lo han podido hacer, es porque se pueden alcanzar metas semestre a semestre, en el muy corto plazo, en todo lo que se refiere a investigación.

Regiones y puntajes promedio El Ranking U-Sapiens analiza también por departamentos la dinámica investigativa de las IES. No necesariamente el que tenga más IES quiere decir que tenga mayor puntaje promedio. Ese es el caso de Bogotá. Tiene 32 IES clasificadas, pero ocupa el tercer puesto. En contraste, Antioquia, que es el segundo departamento que más IES tiene en el ranking (13), ocupa el primero lugar: 20,750 puntos, seguida de Boyacá, con 16,610, representado por solo dos IES. Esto, naturalmente, deja sin validez el argumento de que pocas IES producen pocos puntajes en todos los casos. El caso de Boyacá es un claro ejemplo. No obstante, tres regiones sí siguen esa tendencia: Nariño, Quindío y Norte de Santander. El cuarto puesto lo tiene Valle del Cauca, con 13,565 puntos derivados de 8 de sus IES. Y como se puede observar en la tabla de abajo, todos los departamentos tienen IES en el cuartil Q4 y solo dos en el Q1: Antioquia y Bogotá. En las últimas dos columnas también se pueden observar los índices u-sapiens y tasas promedio intercensales. ↑↓ (=) (=) (=) (=) (=) (=) ↑ ↓ (=) → ↓ ↓

Departamento Antioquia Boyacá Bogotá Valle del Cauca Atlántico Caldas Santander Bolívar Risaralda Nariño Quindío Norte de Santander

Puntaje promedio

Q

# IES

Ius-p

Tp

20,750 16,610 14,913 13,565 12,924 12,542 10,488 10,200 8,903 7,375 6,954 5,745

Q1-Q4 Q2, Q4 Q1-Q4 Q2, Q4 Q2-Q4 Q2, Q4 Q2, Q4 Q3-Q4 Q3-Q4 Q3-Q4 Q4 Q4

13 2 32 8 6 4 6 3 3 2 2 2

0,1654 0,1336 0,1564 0,1270 0,1031 0,1640 0,0799 0,1170 0,0846 0,0755 0,0819 0,0284

10,76% 11,21% 6,30% 5,61% 5,96% 9,28% 7,48% 0,54% 1,72% 10,25% 6,75% 3,11%

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Índice: artículos y autores anteriores Volumen 1 Número 1, enero-junio 2011 Interés general Ranking U-Sapiens Colombia 2010-1 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Billetes: Dos mil guaraníes: Adela y Celsa Speratti (Margarita Durán Estragó) Diálogos: Gastronomía/Astronomía (Elena Regis y Nicola Caon) Profes: El ser y el saber, apuntes para una reflexión sobre la labor del maestro (Ezequiel Dellutri) Entrevista-e: Editor revista Bitácora Urbano-Territorial (Carlos-Alberto Torres-Tovar) Diáspora-i: Doctorando en Alemania (Jorge-Arturo Fernández-Silva) Interés científico Psique: La inclusión educativa, la necesidad de transformación antes nuevas realidades (JoséAntonio Torres-González) Sociologando: Cuestiones “metodológicas, opiniones de los alumnos de la carrera de sociología (Angélica De Sena)

Psique: Modelo de gestión por competencias aplicado al proceso de capacitación en una institución de salud pública de la quinta región de Chile (Selma-Cyntia Segovia-Díaz) Psique: Los avatares de la pre-adolescencia: conflictos y propuestas para su transición (María de los Ángeles Correa-Tapia) Sociologando: Configuraciones sociales y teoría social (Flabián-Héctor-José Nievas) Sociologando: Jóvenes contemporáneos: entre el trabajo emocional y estético en el mundo corporativo (Liuba Kogan-Cogan) Sociologando: ¿É possível ver de lugar nenhum? Sobre o ponto de vista sociológico (PatrícioVitorino Langa) Sofando: Una cartografía de la enseñanza de la filosofía en territorio argentino (Adriana Barrionuevo) Sofando: Las condiciones de un pensar situado (Ariela Battán-Horenstein) Urbis: «Ser» habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (experiencias y procesos de una ciudad en transformación) (Paula-Cecilia Rosa)

Volumen 1 Número 2, julio-diciembre 2011

Volumen 2 Número 2, julio-diciembre 2012

Interés general Editorial: El efecto Wall-e en la comunidad científico-académica (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Reflexiones: Borges y la ceguera (Salvador Dellutri) Billetes: Cinco Bolivianos: Adela Zamudio, ausente pero no perdida (Dora Cajías) Diálogos: Incendios/Microorganismos (Roque Álvez y Hortensia Silla) Ranking U-Sapiens 2010-2 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) U-Sapiens Ranking Colombia 2010-2 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Interés científico Latín-A: Jóvenes indígenas (kichwa-otavalos) entre etnicidad, clase y género (DanielaAlexandra Célleri-Endara) Latín-A: Transnacionalización e informalidad en las políticas de «rescate» en el centro histórico de Ciudad de México (Frank Müller) Latín-A: «Dios tenía miedo» de la conformación de la identidad actual salvadoreña (Vanessa Núñez-Handal) Latín-A: Supremacía y lealtad en los conflictos por la supremacía regional en América del Sur (Corinna Walter) Psique: Trabajando contra la violencia de sexo/género (Marcela González-Barrientos) Psique: Fenomenología de la violencia (Inmaculada Jauregui-Balenciaga y Pablo Méndez-Gallo) Sociologando: El hambre como punto de origen y de llegada de las políticas alimentarias vigentes (María-Eugenia Boito y Juliana Huergo) Sociologando: Respuestas estatales en torno a la alimentación y al cuidado: los casos de los Programas de Transferencia Condicionadas de Ingreso y el Plan de Seguridad Alimentaria en Argentina (Pilar Arcidiácono, Laura Pautassi y Carla Zibecchi) Sociologando: Reflexiones sobre las nuevas formas del hambre en el siglo XXI: la obesidad de la escasez (Patricia Aguirre) Sociologando: Hambre individual, subjetivo y social (reflexiones alrededor de las aristas límite del cuerpo) (Adrián Scribano y Martin Eynard) Sociologando: A fome como tabu e a luta de Josué de Castro (Luitgarde Oliveira-Cavalcanti) Urbis: O programa Morar Carioca e a urbanização de favelas da cidade do Rio de Janeiro (Gerônimo Leitão y Jonas Delecave) Urbis: Hacia el urbanismo social (Yuiza Martínez-Rivera) Urbis: La ciudad contemporánea, ¿una polis sin política? (Etienne Helmer)

Volumen 2 Número 1, enero-junio 2012 Interés general Editorial: Los extremos: «citología», fraude y plagio (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Entrevista-e: Editor jefe de la revista Ciencias de la Información (Manuel-Paulino LinaresHerrera) Corresponsales: Hampstead Heath, un lugar para ti (César Álvarez-González) Ranking U-Sapiens 2011-1 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking Grup-Sapiens 2010 (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Interés científico Latín-A: Emociones y desastres (Anna-María Fernández-Poncela) Latín-A: El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo (GiselaIrene Gellert-de Pinto) Lógyca: Mitos y sofismas de la cultura científica en la sociedad posmoderna (Nelson-Leonardo Falcon-Veloz) Lógyca: Pensamiento crítico para el uso diario (Mónica Rodríguez)

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Interés general Editorial: Las verdaderas necesidades (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Diáspora-i: Doctorando en Suecia (Óliver Silva) Monedas: Cincuenta Centavos Colombianos, la mujer del Regenerador (Diana Aristizábal) Cafés: Blue Sky Marketplace (Johanna Haddock) Ranking U-Sapiens 2011-2 (Sapiens Research Group) Interés científico Latín-A: Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad (Irene-Alejandra Cabrera-Nossa) Psique: Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? (Pablo-Andrés Ferrer-González) Psique: Bullying a través de las TIC (Fuentesanta Cerezo-Ramírez) Psique: Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying (Claudio-Alejandro Reyes-Lozano) Psique+: Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural (MarcosAgustín Cueva-Perús) Sociologando: Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión (Claudio Martyniuk) Sociologando: Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil española (Laura Solanilla-Demestre) Sofando: La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro (Josua-Óscar Aponte-Serrano) Urbis: A Vila Getúlio Cabral e as ocupações organizadas de terras urbanas no Rio de Janeiro (Gerônimo Leitão y Jonas Delecave) Urbis: Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille (Anna Fagot y Vincent Girard) Urbis: La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince (Ilionor Louis) Urbis: Fábricas de desechos (Magela Cabrera-Arias) Urbis: Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales (Graciela María-Tedesco)

Volumen 3 Número 1, enero-junio 2013 Interés general Editorial: Ayer me suicidé (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Siglo XIX: El convencionista Isnard (S.D. Bogotá, 3 de noviembre de 1865, año II, Núm. 10. La Caridad) Ranking U-Sapiens 2012-1 (Sapiens Research Group) Interés científico Latín-A: Políticas públicas e inseguridad en México: poblaciones sitiadas (Karla-Josefa MillaEscobar) Latín-A: Diferenciación social e identidad étnica en la frontera sur de México (Jorge Luis-CruzBurguete) Latín-A: El eterno dilema del modelo económico para México: visión de la ruralidad (Tomás Martínez-Saldaña y Karla-Josefa Milla-Escobar) Sociologando: Estrategias de «policiación de la sociedad» y prácticas de «securitización ciudadana»: una mirada a la metamorfosis de los mecanismos represivos en contextos neocoloniales (Emilio-José Seveso-Zanin y Pedro-Matías Lisdero) Sociologando: Represión y constitución de subjetividades marginales: una mirada sobre el cuerpo y la movilidad en ciudad de Villa María, Argentina (Lucas-Alberto Aimar y Alejandra Peano)


Sofando: La relevancia social de la filosofía en los tiempos de crisis neoliberal (José M. AtilesOsoria) Urbis: Procesos urbanos y retos de la planeación territorial para la ciudad sustentable en América Latina (Héctor Cortez-Yacila) Urbis: Implicaciones de las propuestas de rancière y arendt para leer las contraculturas (DianaMilena Patiño Niño) Urbis: Artista ego-centro y arte transgresor (Erika-Marcela-Herrera)

Urbis: Revisión crítica y propuesta para integrar los conceptos de tierra, paisaje y territorio (Leopoldo Medina-Sanson)

Volumen 4 Número 2, julio-diciembre 2014

Interés general Editorial: Cimas iluminadas (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking U-Sapiens 2012-2 (Sapiens Research Group) Ranking Col-Sapiens 2011-2012 (Sapiens Research Group) Interés científico Psique: Interculturalidad y ciencias de la educación en lengua de señas chilena (CarolinaAlejandra-de-Lourdes Becerra-Sepúlveda) Psique: Mujeres de Edipo y los avatares de lo femenino en la mentalidad de occidente (María del Refugio Navarro-Hernández, Salvador Vázquez-Sánchez y Celso Valderrama-Delgado) Psique: Abuso sexual en la niñez (Ricardo García-Jaime) Sociologando: Una construcción íntima de la identidad trans como estrategia de desplazamiento en función de contextos, momentos, interacciones y prácticas (Alba Barbé-i-Serra) Sofando: Política de Aristóteles y sus ciudades (in)finitas (Douglas-Miguel Llanos-Medina) Urbis: De los imaginarios al fetichismo frente al debate de los centros históricos (GuadalupeMargarita González-Hernández) Urbis: El espacio público seguro en los hábitat residenciales (Norma-Celina Carnevali-Lobo) Urbis: ¿Es posible regular el espacio público? (Mario-Enrique Villalta Flórez-Estrada)

Interés general Editorial: ¿Absolutos o relativos? (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking U-Sapiens 2013-2 (Sapiens Research Group) Ranking Col-Sapiens 2012-2013 (Sapiens Research Group) Más: Terapia Thai (Juan-Pablo Barrera-Caicedo) Interés científico Latín-A: Seguridad ciudadana, estado y sociedad civil en el contexto boliviano (2001-2013) (Jorge-Carlos Derpic-Burgos) Lógyca: La insuficiencia de las matemáticas y el problema de la apropiación cultural (Eugenio Pacelli-Balanzario) Psique: Inclusión laboral del adulto mayor en Chile, una perspectiva conceptual de la gestión del conocimiento (Karem-Evelyn Retamal-Arriaza) Sociologando: Entablando vinculaciones entre la sociedad de consumo, las sensibilidades y las políticas sociales desde el sur global (Andrea Dettano y María del Pilar Lava) Sociologando: El jacobinismo neoliberal del empresariado católico argentino (Gustavo-Javier Motta) Sociologando: Pobreza multinacional compartida en la frontera sur mexicana (Jorge-Luis CruzBurguete) Sociologando: Estructuración, prácticas y sensibilidades en los recuperadores de residuos (Córdoba, Argentina) (Gabriela del Valle Vergara-Mattar) Urbis: La coordinación metropolitana y la conveniencia de su instrumentación (Verónica Sánchez García)

Volumen 4 Número 1, enero-junio 2014

Volumen 5 Número 1, enero-junio

Interés general Editorial: El artículo que se debe escribir (Carlos-Roberto Peña-Barrera) Ranking U-Sapiens 2013-1 (Sapiens Research Group) Ranking Col-Sapiens 2011-2012: Enfoque regional y 100 mejores por materias (Sapiens Research Group) Interés científico Latín-A: Programas de transferencias condicionadas de ingresos y programas de empleo en Argentina: entre la responsabilización de los destinatarios y la individualización de la cuestión social (Rebeca-Beatriz Cena) Lógyca: De M. Curie y R. Franklin al científico contemporáneo (Rosa-María Bermúdez-Cruz y Rafael Quintero-Torres) Psique: El apego parental ansioso y la agresividad en el sujeto (María-José Arias-Toro) Psique: Sobre el status de la psicopatía en psicoanálisis (Miguel-Ángel Sierra-Rubio) Sociologando: Hacia una mirada de género en los estudios de movilidad social: interrogantes teórico-metodológicos (Gabriela-Vivian Gómez-Rojas y Manuel Riveiro) Sociologando: Aproximación al origen étnico y movilidad social intergeneracional en Argentina (Pablo Dalle) Sociologando: Mortalidad inaceptable al inicio de la adultez (Argentina: 1997-2011) (EleonoraSoledad Rojas-Cabrera) Urbis: El fenómeno expansivo metropolitano y su interpretación a partir de Hanna Arendt y la vita activa (Eduardo Sousa-González)

Interés general Editorial: Reflexiones sobre la resiliencia (Mónica Cuellar-Castro) Ranking U-Sapiens 2014-1 (Sapiens Research Group) 100 Mejores por materias / Ranking Col-Sapiens 2012-2013 (Sapiens Research Group) Interés científico Psique: Figuras de apego centrales y subsidiarias, identidad de género y violencia (María-Alicia Moreno-Salazar e Isabel Stange-Espínola) Psique: El goce femenino en las relaciones amorosas violentas (María-Ignacia Godoy-Hellwig) Sofando: Consideraciones en torno a una racionalidad inmanente o sobre la posibilidad de hacer filosofía hoy día (Víctor Torres-Rodríguez) Sociologando: ¿Cómo se construye la población destinataria desde los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas? (Florencia Chahbenderian) Sociologando: Saberes médicos y políticas sanitarias en la Argentina durante la Guerra Fría (Karina-Inés Ramacciotti) Sociologando: Investigación y políticas públicas en educación (Teresa Pacheco-Méndez) Sociologando: Análisis de necesidades e intervenciones sociales en barrios desfavorecidos de la región de Murcia, España (Enrique Pastor-Seller y Raquel Torralba-Planes) Sociologando: Los planes de igualdad como instrumento para lograr la igualdad de género en América Latina. ¿Algo más que un objetivo? (Mónica Gelambí-Torrell)

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Biodatos: autores actuales

Hernando Uribe-Castro: Licenciado en Ciencias Sociales, Magister en Sociología (Univeresidad del Valle, Colombia) e investigador-profesor (Universidad Autónoma de Occidente, Colombia). Sus líneas de investigación son: Sociología ambiental , acción colectiva, espacio y movimientos sociales. Sus últimas publicaciones son: De ecosistema a territorio diseñado por los agentes del capital agroindustrial y del Estado-nación moderno. Revista de Sociología, 37/2 (2015). Sentidos de lugar y movimiento social: indígenas de Toribío y defensa de su territorio en Colombia. México Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, 58/58 (2014). Ana Rosser-Limñana: Estudió Filosofía y Ciencias de la Educación, sección Psicología (Universidad de Murcia, España) y Doctorado en Psicología (Universidad de Alicante, España). Es profesora-investigadora (Universidad de Alicante, España). Sus líneas de investigación son: Adopción y acogimiento familiar de menores, y menores expuestos a violencia de género. Sus últimas publicaciones son: ¿Persisten las actitudes existas en los estudiantes universitarios? ¿ Cómo se reflejan en el uso de las redes sociales?. En: J.E. González y M. Valderrama. Comunicación social actual: Redes sociales y lo 2.0 y 3.0 (pp. 575-587). Madrid: McGraw Hill (2014). Con Suriá, R. Acción e investigación en la intervención con menores en riesgo social. Portularia. Revista de Trabajo Social. XIII (pp. 99-108) (2013) ( Bueno; A.; Domínguez; F.J). Erick-Gonzalo Gómez-Narváez: Estudió Licenciatura en Psicología (Universidad Iberoamericana, México) y es candidato a doctor en Sociedad de la Información y el Conocimiento (Universitat Oberta de Catalunya, España). Se desempeña como investigador (Internet Interdisciplinary Institute, universitat Oberta de Catalunya). Sus líneas de investigación son: Sexualidad, masculinidad. Sus últimas publicaciones son: El discurso barebacker, tesis de grado de maestría, Universidad Iberoamericana, México D. F., 2011. Barebackers ¿Los gays rebeldes?, Revista Cultura Urbana, México D. F. (2011). Claudia-Liliana Gandía. Estudió Licenciatura en Psicología (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina) y tiene un doctorado en Psicología (Universidad de La Laguna, España). Se desempeña como profesora adjunta e investigadora (Universidad Nacional de Villa María, Argentina). Sus líneas de investigación son: Sociedad, cuerpos y emociones, y metodología de la investigación. Sus últimas publicaciones son: Expresiones/experiencias en tiempos de carnaval. Análisis desde las sensibilidades y la estructuración social, Buenos Aires: Ciccus (2015). (Magallanes, G. Gandía, C.; y Vergara, G. (Comp.). Expresividad, creatividad y disfrute, Buenos Aires: Estudios Sociológicos Editora, Córdoba: Universitas Editorial científica universitaria (2014). (Magallanes, G. Gandía, C.; y Vergara, G. (Comp.). Maricela Guzmán-Cáceres: Estudió Licenciatura en Sociología (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, México), tiene un doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo (Universidad del Valle de México campus Santa Fé, México) y cursa un posdoctorado (Universidad Nacional Autónoma de México, México). Sus líneas de investigación son: Epistemología feminista y teoría de género, metodología de la investigación, y sociología de la ciencia. Sus últimas publicaciones son: Los estudios organizacionales como programa de investigación. Cinta de Moebio, Revista Electrónica de Epistemología de las Ciencias Sociales, Santiago de Chile (2015) (Augusto Renato Pérez Mayo). Determinantes que Afectan la Enseñanza de la Metodología de las Ciencias Sociales: Un Estado del Arte, Perfiles educativos, México D.F. (2015) (José María García Garduño).

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Melissa-Sharon Padilla-Ramírez: Estudió licenciatura en Literatura Latinoamericana y Maestría en Teología y mundo contemporáneo (Universidad Iberoamericana, México). Se desempeña como investigadora-profesora (Universidad Iberoamericana, México). Sus líneas de investigación son: Teología política, fenomenología y hermenéutica. Sus últimas publicaciones son: Planteamientos filosóficos sobre la comunidad en Jean-Luc Nancy y Giorgio Agamben, Hacia otros modelos de comunidad cristiana: ser y hacer comunidad en sociedades de cambio, Ciudad de México (2015). Testimonio y su representación: lenguajes para una evangelización radical en el siglo XXI, Revista Iberoamericana de Teología, Ciudad de México (2012). Lorena Chano-Regaña: Estudió Licenciatura en Derecho y cursa un doctorado en Derecho Constitucional (Universidad de Extremadura, España). Se desempeña como investigadora-doctoranda (Universidad de Extremadura, España). Sus líneas de investigación son: Igualdad y discriminación, interpretación judicial, principio de proporcionalidad y ponderación judicial. Sus últimas publicaciones son: La actividad legislativa de la Asamblea de Extremadura durante la VIII legislatura, Revista Catalana Dret Pùblic, Barcelona (2015). Igualdad y Principio de Proporcionalidad en el Derecho Internacional Europeo, Revista Universitaria Europea, Madrid (aceptado y pendiente de publicación para 2016). El derecho a pensión de viudedad del supérstite de una unión de hecho homosexual, Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, Cáceres, (aceptado y pendiente de publicación para 2016). Anna-María Fernández-Poncela: Estudió Antropología (Universidad Barcelona, España). Se desempeña como investigadora-profesora (Universidad Autónoma Metropolitana, México). Sus líneas de investigación son: Participación y cultura política en general, y de hombres, mujeres, adultos, jóvenes e infancia. Cultura popular, lenguaje y narrativas sociales, cuentos, leyendas, refranes, canciones, rumores y chistes. Sus últimas publcaciones: El lenguaje que violenta o la violencia en el lenguaje Equidad de género y lenguaje, Ítaca/UAM, México (2012). La investigación social: caminos, recursos, acercamientos y consejos, Trillas/UAM, México, (2009).


Pautas: contribuciones y arbitraje Título: Puede ir en español o portugués (eventualmente en otro idioma) y debe tener su correspondiente traducción al inglés. Si el artículo es en inglés, debe traer su traducción al español. El título debe ser sucinto, específico, con sintaxis correcta y coherente. Debe evitarse en lo posible el uso de siglas y coma (,) o dos puntos (:).

Autores: Los autores pueden ser máximo tres, se deben indicar los nombres y apellidos completos unidos por guión, año de nacimiento, país de origen, y correo electrónico personal o institucional.

Resumen y abstract: Todo artículo debe acompañarse por un resumen y un abstract de máximo 250 palabras cada uno, en donde se indiquen los objetivos principales y el alcance de la investigación o reflexión, se describa el método o metodología empleada, se extracten los resultados más importantes, y se enuncien las conclusiones más relevantes.

Palabras clave y key-words: Máximo 6, en orden alfabético, que correspondan a los tesauros o descriptores de UNESCO o ERIC. UNESCO: http://databases.unesco.org/thessp/ ERIC: http://www.eric.ed.gov/ERICWebPortal/thesaurus/thesaurus.jsp?_pageLabel=The saurus

Introducción: En la introducción se deben presentar, de forma clara y sucinta, la naturaleza y el alcance del problema investigado (de la reflexión); los antecedentes sustentados con referencias bibliográficas pertinentes; el método o metodología; mencionar los resultados y las conclusiones más relevantes; y exponer cómo se desarrollará el artículo (partes y objetivos). (Método: “procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla” - RAE). (Metodología: “conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica o en una exposición doctrinal” - RAE).

Reflexión-exposición: Desarrollo detallado y claro del método o metodología usada y las razones por las cuales se escogió (si es necesario, con referencias bibliográficas), a fin de que el lector-investigador pueda aprehender lo reflexionado. Para ello se recomienda especificar también las premisas y argumentos que sustentan las conclusiones, las cuales, por supuesto, deben ser orientadoras de las ideas, pensamientos o nuevas visiones del suceso analizado-reflexionado. Esta parte puede dividirse en los subtítulos que se consideren necesarios.

Conclusiones-discusión: Esta sección es para que el autor redacte, de la forma más sencilla, clara y sensata posible las relaciones y premisas existentes entre los hechos observadosreflexionados (es decir, lo que significan y aportan los resultados) y el campo en cuestión. Se recomienda presentarlos de manera sistemática, a fin de resumir las pruebas que respaldan cada conclusión, y señalar los aspectos no resueltos, las excepciones o las faltas de correlación.

Referencias bibliográficas: Se guiarán por las normas APA. Se deben colocar los nombres completos y los dos primeros apellidos unidos por un guión.

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Libro/un autor: Boshell-Lee, J. C. (2000). Pensamientos del mañana. Caracas: Universidad Nacional de la Libertad. Libro/dos y tres autores: Boshell-Lee, J. C., Torres-Menfis, I., y Cutavi-Arias, A. F. (2001). Más pensamientos y discrepancias. Buenos Aíres: Editorial Mancha Pura. Libro/más de tres autores: Se usa el primer autor y luego se escribe “y cols” (y colaboradores): Boshell-Lee, J. C., y cols. (2002). Muchos pensamientos sin discrepancias. Lima: Ediciones Quijote. Sección de libro: Boshell-Lee, J. C. (2003). Entre discrepancias y pensamientos. En C. A. Morales (Ed.), Los pensamientos de los aventureros (pp. 50-70). Montevideo, Uruguay: Júpiter Publicaciones. Artículo de revista: Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2004). Pensamientos sin sentido. Revista Ideas y Reflexiones, 4(1), 10-20. Presentaciones y conferencias Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2005). Pensamientos sin sentido. Trabajo presentado en el Seminario Internacional de Ideas Latinas, diciembre, Brasilia. Artículo de dominio público, base de datos libre o revista electrónica: Boshell-Lee, J. C. (2006, diciembre 5). No sentimos pensamientos ni reflexiones. El Mundo, 12, 5-6. Extraído el 5 de noviembre de 2007 desde: http:// www.ideassinsentido.com/BL-1.doc

Citas: En el cuerpo del texto se aplicarán las normas APA (Apellido de autor, año: página). Sólo se usarán las notas al pie para aclaraciones, no para colocar referencias bibliográficas. Si se citan publicaciones de un mismo autor y año, se usarán letras en orden alfabético al lado de la fecha para diferenciarlas en el texto y la bibliografía. Cuando se nombre más de una publicación de un mismo autor o diferentes autores en una misma referencia, se organizarán en orden cronológico.

Imágenes, gráficos y tablas: Éstos deben estar en el documento, titulados con nombres completos y enumerados consecutivamente (por ejemplo Gráfica 1,). Deben enviarse en archivos aparte, marcados con el mismo título que llevan en el documento y deben estar claramente señalados en el cuerpo del texto. Para el caso de imágenes, éstas deben venir en formato JPG, con resolución mínimo de 300 dpi.

Extensión y formato: El documento completo debe tener mínimo 4000 palabras y máximo 5000, venir en formato Microsoft Word, tipografía Calibri 10, justificado, tamaño carta, márgenes de 2 centímetros por todos lados, espaciado sencillo entre líneas, sin sangría y con una línea de espacio sencillo entre párrafos.

Breve reseña del autor/es: No debe exceder las 150 palabras. Debe señalar la profesión (institución otorgante), el último grado académico recibido (institución otorgante), máximo 2 ocupaciones actuales, máximo 2 líneas de investigación o temáticas de interés, máximo 3 publicaciones más recientes (sean en libros o revistas), año de nacimiento, país de nacimiento. Y una foto informal del rostro, con excelente resolución.


Proceso de arbitraje: El Boletín Científico Sapiens Research se reserva el derecho de regresar aquellas contribuciones que no cumplan con las pautas explicadas anteriormente, y solo ingresarán aquellas que sean originales-inéditas y que se estén postulando exclusivamente en este medio, y no en otro más de manera simultánea. 1. Las editoras de sección revisarán de forma preliminar el original ingresado para proceso de dictamen (anónimo en ambos sentidos) y luego de sus observaciones darán alguna de estas tres respuestas a los autores, después de no menos 2 semanas: (1) aceptado para dictaminar, (2) aceptado para dictaminar si se hacen cambios según observaciones, y (3) no aceptado. 2. Si es aceptado para dictaminación o regresa de nuevo el original con los cambios pedidos a modo de observaciones por las editoras de sección, se pasa a un par evaluador para ser dictaminado (sistema doble ciego), quienes podrán tomarse cerca de 4 semanas para dar cualquiera de estas tres respuestas a los autores: (1) aceptado para publicarse, (2) aceptado para publicarse si se hacen cambios según observaciones, y (3) rechazado. 3. Si regresa de nuevo el original con los cambios pedidos a modo de observaciones por el par evaluador, pasa a edición, diagramación para ser publicado, y se le comunica dicha decisión a los autores así: aceptado para publicarse. 4. Si hay empate en el dictamen del par evaluador o se presenta cualquier discrepancia, se somete el original a un tercer evaluador (bajo la misma modalidad de doble ciego) para tomar una decisión definitiva a través de cualquiera de estas tres respuestas con el fin de hacérselas saber a los autores: (1) aceptado para publicarse, (2) aceptado para publicarse si se hacen cambios según observaciones, y (3) rechazado. Si los autores reciben la respuesta (2), aplica el punto 3 de este proceso. 5. Luego de que el original aceptado ha pasado por edición-diagramación, se regresará a los autores para su lectura aprobatoria, con el fin de hacer o no observaciones de cambio en cuanto a edición, en un tiempo no superior a 5 días, y para que autorice por escrito su publicación y distribución.


Sapiens Research Sapiens Research Group BoletĂ­n CientĂ­fico Vol. 2(2)-2012 / ISSN-e: 2215-9312

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