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Por Mariela González Tovar PhD. Psicólogo Clínico marielagonzalezrd@gmail.com
Los Trastornos por Estrés Postraumático: una “ola” de la que no se habla durante el COVID-19
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l COVID-19 lleva a que las personas estén expuestas de manera directa o indirecta, a situaciones de alto riesgo tanto a nivel físico o mental. Esto a los psicólogos nos puede llevar a pensar que “seguramente” se generará una “ola” de trastornos por estrés postraumático (TEPT). Los TEPT se caracterizan por la experimentación de acontecimientos altamente traumáticos y la presentación de diversos síntomas debido al aumento de la activación del sistema nervioso y a la presencia de conductas evitativas de los estímulos relacionados con el trauma. La probabilidad de presentar un TEPT puede verse aumentada cuanto más intenso o cercano se encuentre el estímulo estresante. Sus manifestaciones son muy variables (re- experimentación del acontecimiento traumático, con recuerdos recurrentes e intrusos, y/o pesadillas frecuentes con lo sucedido, generando un estado de hipervigilancia); cada una de ellas pueden venir asociadas con altos niveles de ansiedad y o expresiones máximas de otros estados emocionales. El COVID-19 se caracteriza por ser una situación estresante que puede desencadenar un TEPT, sin embargo, es una situación en la cual no se sabe cómo el virus actuará en cada persona, al ser muy diversas las patologías que cada una pueda presentar (algunos serán asintomáticos mientras que otros no) siendo una “ruleta rusa” en la cual nadie sabe qué va a suceder. Esta situación de mucha anticipación catastrófica, se convierte en realidad cuando una persona puede tener una experiencia cercana con algún paciente con COVID-19, aún más si esa persona llega a fallecer por el virus, dado que representa un golpe emocional de tal tipo que la experiencia llega a ser
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descrita como traumática, impidiendo que las personas puedan continuar con su vida “normal”. Ante esto es altamente probable que las personas empiecen a experimentar distintos tipos de síntomas: - Ansiedad con o sin crisis de pánico. - Anhedonia (incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades). - Labilidad emocional (cambio repentino de expresión afectiva, pasando de la risa al llanto y nuevamente a la risa). - Trastornos del sueño y la alimentación. - Depresión. - Agorafobia (miedo a estar en espacios abiertos, concurridos por muchas personas, principalmente por el miedo a contagiarse con COVID-19). - Temor por morir, entre otros. El tratamiento de los TEPT puede ayudar a que se recupere la sensación de control, el principal tratamiento es la psicoterapia, pero a menudo también incluye medicamentos. Combinar estos tratamientos puede ayudar a mejorar los síntomas que las personas están experimentando. Seamos conscientes de nuestras emociones, identifiquemos aquellas que nos afectan, busquemos ayuda si lo necesitamos.