Meditación del Evangelio del
XX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B
Juan 6, 51-58
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo. Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”. PALABRA DEL SEÑOR – Gloria a Ti, Señor Jesús
Lunes
13 Agosto
Meditación Jesús proclama que “Él es el verdadero Pan que ha bajado del cielo”, y el Señor nos da dos razones para explicarnos por qué Él es el Pan de vida: - Primero: Jesús es “el Pan de vida”, por su Palabra que abre la vida eterna a los que creen. Es decir, Jesús es “el Pan de la Palabra” que hay que creer. - Segundo: Jesús es “Pan de Vida” por su carne y su sangre que se nos dan como verdadera comida y bebida. Con estas últimas palabras, Jesús anuncia la Eucaristía que Él va a instituir durante la Última Cena: “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”. “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él”. Está claro entonces que no debemos quedarnos solamente con ‘el Pan de la Palabra’. Jesús nos invita también a ‘comer realmente su Cuerpo’ como ‘el Pan Eucarístico’.
Oración Qué bien se está contigo SEÑOR junto al SAGRARIO. Qué bien se está contigo, ¿por qué no vendré más? Tú no me dices nada ni yo te digo nada; si Tú lo sabes todo ¿que voy a decirte? Sabes todas mis penas, todas mis alegrías, sabes que vengo a verte con las manos vacías. Señor, haz que me mantenga en tu amor. Amén. www.rosarioenfamilia.org.pe
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Apostolado del Rosario en Familia
Martes
14 Agosto
Meditación Mucha gente, igual como en el tiempo de Jesús, tiene dudas acerca de la presencia real de Cristo en el Pan Eucarístico. Muchos se preguntan:¿Cómo puede ser eso?... ¿No es demasiado para nuestra inteligencia humana aceptar todo esto?... Es verdad, nuestra inteligencia humana no es capaz de captar esta presencia misteriosa de Cristo en la Eucaristía. Solamente con los ojos de la fe podemos experimentar esta presencia real e íntima de Cristo en el Pan Sagrado. La presencia del cuerpo de Cristo en el Pan Sagrado no es una presencia física, o sea, material, como si pudiéramos decir: Jesús está aquí sentado a la mesa al lado mío. No debemos olvidar que el Cuerpo de Cristo, después de su muerte y resurrección, es para siempre un cuerpo glorificado, un cuerpo celestial que se hace presente entre nosotros en el pan y en el vino. Es una presencia real. No una presencia material de Cristo, sino una presencia terrenal de su cuerpo celestial.
Oración Señor, siempre que vengo a verte, siempre te encuentro solo. ¿Será Señor que nadie sabe que estás aquí? Sé, que aunque nadie viniera, aunque nadie te amara ni te lo agradeciera, aquí estarías siempre esperándome a mí. Haz, Señor que sea tu fiel discípulo, ahora y por siempre. Amén.
Miércoles
15 Agosto
Meditación Mediante un gesto visible, el creyente participa de una realidad que no se ve, pero entra realmente en comunión con Cristo glorificado y resucitado. Acostumbramos a aplicar la palabra sacramento para designar un signo externo que contiene una realidad espiritual. En la Cena del Señor, o Santa Misa, nuestra fe nos lleva a recibir como Cuerpo y Sangre de Cristo algo que todavía no parece ser más que pan y vino. Pero, por estos signos o sacramentos, Cristo se hace para nosotros realmente alimento y vida. La Comunión Eucarística es el cuerpo y el corazón de la vida de la Iglesia, la cual es ante todo comunión. Es el lugar en que los hombres experimentan, ya en la tierra, la unión entre ellos y Cristo.
Oración ¿A dónde voy Dios mío, cuando a mi Dios no vengo? ¡Si Tú me esperas siempre! Si a Ti siempre te tengo si jamás me has cerrado las puertas de tu amor. Señor, esucucha siempre mi clamor. Amén.
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Jueves
16 Agosto
Meditación Meditemos en los distintos nombres para indicar la Santa Misa: Eucaristía porque es “acción de gracias” a Dios. La palabra griega “eucharistein” recuerda las bendiciones judías que proclaman, sobre todo durante la comida, las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación. Cena del Señor o Banquete del Señor porque se trata de la Cena que el Señor celebró con sus discípulos la víspera de su pasión. Fracción del Pan porque el gesto de partir el pan y repartirlo lo utilizó Jesús cuando bendijo y distribuyó el pan en la Última Cena. Comunión porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo Cuerpo. Santo Sacrificio porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia. Así también se llama “Sacrificio de Alabanza”, sacrificio espiritual. Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de nuestra salvación se termina con el envío de los fieles (envío=missio en latín) a fin de que cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana.
Oración Señor Jesús: Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos. Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios. Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra FE. Amén.
Viernes
17 Agosto
Meditación ¿Qué más puede hacer Jesús por nosotros? Nos ha dado todo. Verdaderamente en la Eucaristía, su amor llega hasta el extremo, llega a un amor que no conoce medida. Cuando comulgamos, recibimos al mismo Cristo que se ofreció por nosotros; comemos su cuerpo que se entregó por nosotros en la Cruz; tomamos su sangre, derramada por nosotros en el Gólgota. Recibimos así la esperanza de alcanzar el cielo, en medio del cumplimiento de nuestras tareas cotidianas. Pero el don de la Eucaristía no se debe quedar encerrado en nosotros, Cristo se nos da para que también nosotros seamos capaces de darnos a los demás, incluyendo a los que no nos agradan o no conocemos. Recibir el sacramento de la Eucaristía nos compromete a trabajar por la civilización de la justicia y del amor. En este sentido, hemos de combatir el propio egoísmo; busquemos compartir nuestro tiempo, nuestros bienes, el don de la fe, seamos justos en nuestras relaciones con los demás. Así comenzaremos a transformar el mundo y la sociedad. Está en nuestras manos, de nosotros depende. www.rosarioenfamilia.org.pe
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Apostolado del Rosario en Familia
Oración Jesús, concédeme vivir más pendiente de tu amor que de mí mismo, dame la gracia de vivir volcado hacia los demás, buscando el bien de mis hermanos, antes que mi propia realización. Amén.
Sábado
18 Agosto
Meditación Esta Vida en común, que nos ofrece y nos regala Jesús, la experimentamos en la comunión del mismo Jesús, que se presenta como Palabra y como Pan. En cada Eucaristía se ofrece Jesús como el don supremo, como alimento que quita toda hambre y toda sed. Jesús quiere vivir en total comunión con nosotros. Por eso, se transforma, se humaniza, se hace Palabra, se hace Pan, se hace sacramento, se hace yo mismo, para que mi yo se convierta en Él. También tenemos que ser para los demás algo parecido a lo que nos enseña Jesús con su entrega: pan para la fe y vida de mis hermanos, para que crean en Él y se alimenten de Él. Y todos formemos una comunidad en Cristo.
Oración Señor, Tú me enseñas que para un cristiano, rezar no significa huir de la realidad ni de las responsabilidades que implica, sino asumirlas hasta el final, teniendo confianza en tu amor fiel e inagotable. Ayúdame a orar consciente de que saber rezar es abandonarse a la voluntad divina. Amén.
Domingo
19 Agosto
Meditación La Iglesia ha recibido la Eucaristía de Cristo, no como un don entre tantos otros, sino como el don por excelencia, porque es don de toda su persona, humana y divina. Conscientes de esta inmensa gracia hemos de buscar el encuentro personal con Cristo Eucaristía, ya sea por medio de la participación activa en la Santa Misa, como en los momentos dedicados especialmente a visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Dediquemos a esto un espacio suficiente, de ser posible cada día. No escatimemos tiempo para ir a encontrar a Cristo en la adoración, en la contemplación de su amor llena de fe. Pasemos mucho tiempo al lado del que se quedó con nosotros por Amor, convencidos de que Él nos ve, nos oye, nos espera. Cristo dice: “El que come mi carne… permanece en mí”. Cuando comulgamos se crea una unión especial entre Dios y nosotros, nos hacemos uno con Él. A través de este don de amor que es la Eucaristía, Cristo, superando toda distancia, nos convierte verdaderamente en compañeros suyos.
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Oración Señor Jesús, por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre nuestro. Siguiéndote a ti, camino, verdad y vida, queremos penetrar en el aparente silencio y ausencia de Dios. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives siempre intercediendo por nosotros. Amén.
Lecturas de la semana Lunes 13
Jueves 16
Martes 14
Viernes 17
• Ezequiel 1;2-5, 24-28c • Salmo 148(147); 1-2, 11-14 • Mateo 17; 22-27 • Ezequiel 2; 8-10; 3, 1-4 • Salmo 119(118); 14, 24, 72, 103, 111, 131 • Mateo 18; 1-5, 10, 12-14
Miércoles 15 - Asunsión de la Virgen María • Apocalipsis 11, 19a; 12, 1-6a, 10ab • Salmo 45(44), 10-12, 16 • 1 Corintios 15, 20-26 • Lucas 1, 39-56
• Ezequiel 12, 1-12 • Salmo 78(77), 56-59. 61-62 • Mateo 18, 21-35; 19, 1 • Ezequiel 16, 1-15, 60, 63 • Isaías 12, 2-6 • Mateo 19, 3-12
Sábado 18
• Ezequiel 18, 1-10, 13b, 30-32 • Salmo 51(50), 12-15, 18-19 • Mateo 19, 13-15
Domingo 12
• Proverbios 9, 1-6 • Salmo 34(33), 2-3, 10-15 • Efesios 5, 15-20 • Juan 6, 51-58
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